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CASO:

Cecilia lleva casada veinte años con Pedro. Éste no permitía que ella  saliera sola a la
calle, le obligó, hasta conseguirlo, que dejara su trabajo y la golpeaba cuando hablaba
con algún amigo. Esta situación se había agravado desde que nació su tercer y último
hijo. Pedro mantenía una actitud violenta con respecto a su mujer, pues no sólo se
burlaba sobre su apariencia física, sino que también la golpeaba. Estas agresiones se
producían todos los días y como consecuencia de las mismas Cecilia había tenido que
acudir al médico en varias oportunidades. Como llegó a sentirse acorralada y entendió
que un divorcio no serviría de nada pues Pedro ya le había amenazado varias veces
con matarla a ella y a los niños si lo abandonaba, aprovechó una cantidad de
insecticida que tenía y se la puso en la sopa, lo que generó que Pedro muriese
envenenado. Cecilia fue condenada por asesinato y condenada a 20 de años de
prisión. 
Responda las siguientes preguntas:

1. Explica si se debe –o no- imponer pena, según cada una de las teorías
de los fines de ésta.

2. Tras ese repaso de cada teoría, Cecilia ¿debe cumplir la pena? ¿Por
qué?

La base teórica de la pena encuentra entonces su fundamento a partir de los


diferentes fines que se le han atribuido. Las primeras de estas teorías son las
denominadas teorías absolutas, cuya esencia consiste en otorgar a la pena un
carácter retributivo; la finalidad de la sanción penal queda agotada con el castigo al
responsable por el delito cometido: “la pena no puede jamás ser considerada
simplemente como medio para realizar otro bien, sea para el propio infractor o para la
sociedad civil, sino que debe ser inflingida solamente porque él ha cometido un
crimen”.
Aunque su concepciones son diferentes, en esencia no persiguen otro propósito que el
de responder castigando al comisor de una transgresión que por su relevancia se
considera delito y en consecuencia amerita una pena. Pareciera un razonamiento muy
elemental, si ello no implicara importantes consecuencias para la problemática que
intentamos analizar, como ya señalaremos más adelante.
Tal y como ocurre con otras teorías del derecho cuando no cumplen su cometido las
anteriores y no se encuentran nuevas fórmulas, se desarrollan las llamadas teorías
mixtas; como es de inferir a pesar de negar las teorías anteriores, terminan
configurándose en la idea de que a partir de la retribución como la base de la
necesidad de imposición de una pena, se le añaden adicionalmente fines preventivos
de ambos tipos, las denominadas teorías de la unión, cuyo principal aporte,
probablemente, se encuentre en haber posibilitado una solución intermedia entre las
dos posturas anteriores que parecían irreconciliables, actitud usualmente asumida por
los estudios del derecho penal y que en las problemáticas que hoy articulamos,
especialmente en la polémica pena de muerte, las posiciones resultan siempre
irreconciliables. Lo cierto es que, no obstante en estas nuevas teorías, como todas las
fórmulas “mixtas” indiscutiblemente tienden, aunque admiten ambas posibilidades, en
lo fundamental hacia una de las posturas.
Con respecto al presente caso, considero a la pena excesiva, toda vez que la
victimaria ha sido victima durante años de violencia; sin embargo en este país y en
otros países, dicho argumento no es suficiente; excepto en los casos cuando la
afectación haya sido tal que haya afectado el raciocinio de la victimaria, producto de
golpes o alguna situación que la convierta inimputable.
BIBLIOGRAFÍA:
Las teorías sobre la pena (pena de muerte y privación de libertad) IUS. Revista del
Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla A.C., núm. 19, 2007, pp. 135-146 Instituto de
Ciencias Jurídicas de Puebla A. C. Puebla, México

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