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Ahora, para entender mejor el contexto de las palabras pronunciadas por Yeshúa en
Juan 7:37-38, es necesario también estar familiarizado con otra ceremonia antigua
llamada Simjat Bet HaShoevah (La Alegría de la Ofrenda de las Aguas). Durante la Fiesta
de Sukkot, era costumbre que cada día de la fiesta un sacerdote descendiera al estanque
de Siloé y llenara un jarro de agua. Luego el sacerdote subía nuevamente al templo, y
derramaba esta agua en el altar. Finalmente, los sacerdotes pronunciaban el texto
encontrado en Isaías 12:2-3:
Ahora que tenemos claro el contexto de estas dos ceremonias, podemos entender lo
que está sucediendo en Juan 7:37-38. El sacerdote regresa del estanque de Siloé, y
derrama el agua en el altar. Luego los sacerdotes comienzan a dar las siete vueltas al
altar, mientras todos claman a viva voz, “Oh Yahweh, salva ahora” al son de instrumentos
musicales y mientras batían sus ramas. Y de momento, justo al terminar la ceremonia,
Yeshúa levanta su voz y dice:
Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba. El que crea en mí, como dice la
Escritura, ríos de agua viva correrán de su interior.” Juan 7:37-38 (RVR2011)
Verdaderamente las palabras de Yeshúa cambiaron por completo el significado de estas
ceremonias.
Yahoshúa les habló otra vez a los fariseos y les dijo: ‘Yo soy la luz del mundo;
el que me sigue nunca andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida’.”
Es muy probable que Yeshúa, al pronunciar estas palabras, estaba aludiendo a la
iluminación del templo durante las noches de Sukkot. Mientras se celebraba la Fiesta de
las Cabañas, había mucha actividad de celebración y alegría en las noches. La ciudad
estaba muy iluminada, especialmente el templo, ya que las grandes luminarias en el
Atrio de las Mujeres en el templo eran encendidas desde el primer día de la fiesta.
Edersheim, en su libro El Templo: Su Ministerio y Servicios en Tiempos de Cristo, nos narra lo
siguiente:
Al final del primer día de la fiesta, los adoradores descendían al atrio de las
mujeres, donde se habían hecho grandes preparativos. Había cuatro
candelabros de oro, cada uno de ellos con cuatro cuencos de oro, y contra
ellos descansaban cuatro escaleras; y cuatro jóvenes del linaje sacerdotal
sostenían cada uno un cántaro de aceite, que podía contener ciento veinte log,
con los que llenaban cada cuenco. Los viejos y usados calzones y cintos de los
sacerdotes se empleaban como mechas para estas lámparas. No había un
solo patio en Jerusalén que no quedara iluminado con la luz de ‘la casa del
derramamiento de agua’. (p. 304)
Sobre el significado de la iluminación del templo durante esta fiesta, Edersheim nos dice
lo siguiente en el libro citado anteriormente:
El pueblo que andaba en tinieblas vio una gran luz: los que moraban en tierra
de sombra de muerte, una luz resplandeció sobre ellos.”
De modo que, cuando Yeshúa pronuncia estas palabras, probablemente aludía al
significado de la gran iluminación del templo, lo cual era un anuncio de la “luz del
mundo” que ya estaba entre ellos.
Otro aspecto importante al analizar como la figura del Mesías está presente en la Fiesta
de las Cabañas es su relación con el reino milenario en la Tierra. De hecho, la Fiesta
de Sukkot es considerada un anuncio profético del reino milenario del Mesías.
Consideremos el siguiente pasaje de la Escritura:
Y todos los que quedaren de las naciones que vinieron contra Jerusalem
subirán de año en año a adorar al Rey, Yahweh de los ejércitos, y a celebrar la
fiesta de las Cabañas.” Zacarías 14:16 (RVR2011)
El pasaje citado anteriormente es un anuncio profético de lo que sucederá bajo el
reinado del Mesías durante el milenio. Todas las naciones de la Tierra tendrán que subir
a Jerusalem a celebrar la Fiesta de las Cabañas. Aquellas que no cumplan con esta
instrucción serán juzgadas (Zacarías 14:17-18). De modo que esta instrucción conecta a
la Fiesta de las Cabañas con el reino milenario del Mesías.
Finalmente, la Fiesta de Sukkot también conmemora el momento en el cual Yeshúa nació.
Lucas 1 narra la visión que tuvo el sacerdote Zacarías, el cual pertenecía a la orden de
Abías (Lucas 1:5). 1 Crónicas 24:10 nos indica que la orden de Abías tenía el octavo turno
al servir. Los turnos se iniciaban durante la celebración de Pésaj y cada turno servía por
espacio de una semana. Por lo tanto, si contamos ocho semanas (correspondiente al
octavo turno de servicio) desde la celebración de Pésaj (aproximadamente desde
mediados de abril), tenemos que el octavo turno quedaría a principios de junio
aproximadamente. Fue en ese momento que Zacarías recibió el anuncio del nacimiento
de Juan el Inmersor, y su esposa Elisabet queda embarazada. Durante el sexto mes de
embarazo de Elisabet (aproximadamente diciembre), Miryam (María) recibe la noticia de
su embarazo, y que su hijo será el Mesías (Lucas 1:26-38). Si contamos nueve meses
desde el anuncio, tenemos que el nacimiento ocurrió en el mes de septiembre—época
aproximada en la cual se celebra la Fiesta de las Cabañas.
Y aquel Verbo fue hecho carne, y acampó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como
del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.” Juan 1:14 (RVR2011)