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YESHÚA ES LA TORÁ VIVA

Es significativo el texto que abre las buenas nuevas de Yojanan (Juan):


“En el principio, era la Palabra, y la Palabra estaba con Elohím, y la Palabra era Elohím.”
(Jn/Yojanan 1:1).

La llave de este verso está en identificar lo que significa “la Palabra”. Como buenos bereanos,
vamos a buscar la definición del vocablo en el Tanaj (Primeras Escrituras):
“Cuando atraviesen el Iarden [Jordán], en dirección a la tierra que ‫ יהוה‬Adonái, su Elohím, da
a vosotros, levantad dos piedras grandes, cúbranlas con cal y, tras la travesía, en ellas escriban
esta Torá, cada palabra...” (Dt/Devarim 27:2-3).

Para los israelíes, la Torá es la “Palabra” del ETERNO, una vez que la Ley no
Fue fruto de la invención humana, pero vino de la revelación del Creador a Moshé (Moisés)
por medio de las palabras que le fueron dichas. Fácil entender esta cuestión: actualmente los
evangélicos llaman a la Biblia “la Palabra”; en el Israel antiguo, la Torá era la única “Biblia” de
la época, luego, era llamada la Torá de “la Palabra”. En Sal/Tehilim 119, hay una asociación
directa entre “la palabra” y “la Torá”:
“89. Para siempre, ó ‫ יהוה‬Adonái, tu palabra permanece en el cielo.
90. Tu fidelidad dura de generación en generación; tú afirmaste la tierra, y ella permanece
firme.
91. Ellos continúan hasta al día de hoy, según tus ordenanzas; porque todos son tus siervos.
92. Si tu Torá no fuera toda mi recreación, hace mucho que habría perecido en mi aflicción.”
(Sal/Tehilim 119:89-92).

Quién conoce poesía hebrea percibe que el Salmista usó un paralelismo


de ideas, en que “tu palabra” (verso 89) es sinónimo de “tu Torá” (verso 92). Este recurso
lingüístico es nuevamente usado más adelante:
“Lámpara para mis pies es tu palabra, y luz para mi camino.
Juré, y lo cumpliré, que guardaré tus justos juicios.
Estoy afligido; vivifícame, ó ‫ יהוה‬Adonái, según tu palabra.
Acepta, te ruego, las ofrendas voluntarias de mi boca, ó ‫ יהוה‬Adonái; enséñame tus juicios.
Mi alma está de continuo en mis manos; sin embargo no me olvido de tu Torá.” (Sal/Tehilim
119:105-109).

Conclusión: a la luz del Tanaj, “Torá” es sinónimo de “Palabra”. Ya que Yojanan (Juan) tenía
este concepto en mente, así pueden ser traducidas sus escrituras:
“En el principio, era la Palabra [la Torá], y la Palabra [la Torá] estaba con Elohím, y la Palabra
[Torá] era Elohím...
Y la Palabra [la Torá] se hizo carne, y habitó entre nodos, lleno de gracia y de verdad; y vimos
su gloria, como gloria del Unigénito del Padre” (JN/Yojanan 1: 1 y 14).
“LA Palabra [la Torá] de Vida existía desde el principio. Nosotros lo oímos, lo vimos con
nuestros ojos, lo contemplamos, y tocamos en él con nuestras manos! La vida apareció, y
nosotros la vimos. Testificamos de ella y la anunciamos a vosotros, la vida eterna! Él estaba
con el Padre y apareció a nosotros.” (1 Jn/Yojanan Álef/ 1: 1-2).

Qué lindo mensaje de Yojanan: Yeshúa es la Torá que se hizo carne y


habitó entre nosotros! Yeshúa es la Torá Viva!
En Jazón (Apocalipsis), Yojanan repite tal concepción:
“ [Yeshúa] Está vestido con un manto teñido de sangre, y su nombre es ‘LA PALABRA [LA TORÁ]
DE ELOHIM’ ” (Ap 19:13).

La idea de que la Torá existe antes de la creación del mundo no es una invención de los que
creemos en Yeshúa, visto que Baruc, que fue el escriba de Yirmeyahu (Jeremías), escribió sobre
este tema. Si no bastara, Baruc profetizó que la Torá se encarnaría y habitaría en medio de los
hombres: “Tras eso, apareció sobre la tierra y en medio de los hombres convivió. Ella es el libro
de los preceptos de Elohím, la Torá que subsiste para siempre.” (Sefer Baruc 3:38 y 4:1).

Reflexione sobre la profecía de Baruc, más de 500 años antes de Yeshúa, escribió al pueblo
transmitiendo prácticamente la misma idea de Yojanan, cual es, la encarnación de la Torá
junto a los hombres. Compare:

BARUC (Baruc) Yojanan (Juan)

“Tras eso, apareció sobre la tierra y “y la Palabra [la Torá] estaba con
en medio de los hombres convivió. Elohím, y la Palabra [Torá] era
Ella es el libro de los preceptos de Elohím...
Elohím, la Torá que subsiste para Y la Palabra [la Torá] se hizo carne, y
siempre” (Sefer Baruc 3:38 y 4:1) habitó entre nosotros” (Jn 1: 1 y 14)

Se subraya que, la Torá es sinónimo de “instrucción, enseñanza”, o sea, la Ley del ETERNO es
la enseñanza del Creador para los hombres. Yeshúa es la manifestación visible de las
enseñanzas (Torá) de ‫ יהוה‬Adonái.

Considerado uno de los mayores especialistas en paleo-hebreo de la actualidad, Jeff A. Benner


apunta la diferencia entre la forma de pensar occidental y la oriental, aplicándola al texto de
Yojanan (Juan) 1:1 y 14:
“En la Moderna Filosofía Occidental, el foco está sobre el individuo: a mí, el mío y lo yo. En
contraste con eso, la Antigua Filosofía Hebrea/Oriental siempre incide sobre la totalidad o sobre
la comunidad: a nosotros, el nuestro. Cuando leemos la Biblia, tenemos que interpretarla en
consonancia con la cultura de los antiguos hebreos y su filosofía hebrea/oriental, y no en
consonancia con nuestra propia filosofía moderna greco-romana/occidental.
En la filosofía hebrea, el objetivo es la eliminación del ‘yo’, o del ‘ego’. Si lo que yo estoy
diciendo es verdad, entonces por qué, cuando leemos las palabras de Yeshúa, siempre vemos
a Yeshúa centrado en sí aún, en completa oposición a la filosofía hebrea? Un ejemplo perfecto
de eso es Juan 14:6. ‘Yo soy el camino la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mí’. La
respuesta es que estamos leyendo el texto de la forma errada. Estamos interpretándolo a
partir de una filosofía occidental y no de la hebrea.
Para responder esa pregunta, vamos a comenzar con Juan 1:1, muy controversial y, en mi
opinión, un verso muy poco comprendido. En la versión King James, este pasaje dice: ‘En el
principio era la Palabra, y la Palabra estaba con Di-os, y la Palabra era Di-os’.
En el Antiguo Testamento, estamos diciendo siempre que las palabras de Elohím son sus
enseñanzas, que es la palabra hebrea Torá. Las enseñanzas de Elohím son su palabra. Si
colocáramos el vocablo enseñanzas dentro de este versículo, tenemos: ‘En el principio era la
Enseñanza, y la Enseñanza estaba con Elohím, y la Enseñanza era Elohím’.
Entonces, en el versículo 14 leemos: ‘Y la Enseñanza se hizo carne’. En consonancia con este
pasaje, Yeshúa asumió la persona de las enseñanzas de Elohím. Finalmente, no es eso que
Yeshúa hizo? Él vino para enseñar las enseñanzas de Elohím.
Yeshúa se vació de sí mismo y asumió los atributos de las enseñanzas de Elohím. Por lo tanto,
siempre que Yeshúa habla, no es Yeshúa quien está hablando, sino las enseñanzas.
Cuando Yeshúa dice ‘yo’, No ‘yo’ no es Yeshúa, son las enseñanzas.” (John 1:1, publicado por
el Ancient Hebrew Ressearch Center).

Constate que en el texto transcrito Jeff Benner registra que el verbo


“enseñanza” es sinónimo de “Torá”. Entonces, cuando Yeshúa dice “yo”, no “yo” no es Yeshúa,
pero sí la Torá (enseñanzas).
He ahí un grave error del Cristianismo: predica que “acepta Jesus”, pero que “la Ley (Torá) fue
abolida”. Ahora, la Torá es la substancia del Mashíaj, luego, no se puede “aceptar el Mashíaj”
y rechazar la Torá. El sentido inverso también es correcto: si alguien acoge verdaderamente la
Torá, también deberá reconocer “la Palabra” - el Mashíaj. Es imposible ser un verdadero celoso
de la Torá sin el testimonio de Yeshúa, porque nadie llega al Padre sino por él (Jn 14:6). De
hecho, afirmó Yeshúa que si alguien cree en Moshé (Moisés) también debía creer en su
testimonio, ya que Moshé escribió a su respeto (Jn 5: 46-47; Dt 18:18-19).
Finalmente, cuando el Cristianismo predica la anulación de la Torá, termina predicando la
propia invalidación del mensaje y del real Yeshúa! Seamos francos: el Cristianismo inventó a
Jesus” contra la Ley (antitorá), lo que No corresponde al auténtico, genuino y legítimo
Mashíaj.

Shalom: Am Israel Jai Editor Moshé Ben Israel


Compañero de Labores en el Mashíaj Yeshúa.

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