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Universidad Humanitas

Enrique Pichon-Rivière
Biografía y aportaciones

Presenta
Silvia Muñoz Mayorga

Profesor
Julio Cesar Paredes Juárez
Enrique Pichon-Rivière
(1907-1977)

Enrique Pichon-Rivière nació en Ginebra, en 1907, durante un viaje vacacional que


realizaban sus padres de origen francés. Se desempeñó como Psiquiatra,
psicoanalista y psicólogo social. Durante su juventud, fue deportista, periodista y
crítico de arte, así como uno de los miembros fundadores de la Asociación
Psicoanalítica Argentina (APA) en 1942.

Fue el único hijo del segundo matrimonio de su padre, quien se casó con la hermana
de su primera esposa (con quien habría tenido 5 hijos).

Cuando sólo tenía tres años, su familia emigró hacia Buenos Aires (Argentina) para
luego establecerse en las provincias de Chaco y Corrientes, población donde la
naturaleza aún dominaba el paisaje y donde habitaban indios guaraníes, debido a
ello, habló primero el francés y luego el guaraní, para posteriormente aprender el
Español en una escuela rural (Dagfal,2015).

Su adolescencia transcurrió en la ciudad de Goya, donde surgió su interés por


disciplinas tales como, los deportes, la pintura y la poesía.

Al cumplir dieciocho años, decidió ir a la ciudad de Rosario con la finalidad de


estudiar medicina, su estancia fue breve pues una fuerte neumonía lo obligó a
regresar a Goya, suceso que lo habría de dirigir en un segundo intento de continuar
con sus estudios, a la ciudad de Buenos Aires. Prosiguió su formación en medicina
ya asentado en la capital de Argentina, donde se hizo amigo del escritor Roberto
Arlt, autor de El juguete rabioso (1926), y Los siete locos (1929), quien le despertaría
un interés especial en temas de psiquiatría (Dagfal,2015).

En 1932 escribió diversas críticas de arte en la revista Nervio, la cual se caracterizó


por ser una publicación político-cultural […] asociada al anarquismo, editada desde
mayo de 1931 hasta noviembre de 1936 en Buenos Aires durante un contexto
dictatorial y represivo [Benclowicz y Chiguay, 2019] ).
En 1934, fue practicante en el Asilo Regional Mixto de Retardados. Este asilo-
colonia, funcionaba con las mismas bases del proyecto “de puertas abiertas” que la
Colonia Nacional de Alienados creada por Domingo Cabred en 1908. Su
funcionamiento ponía en práctica una triada terapéutica de libertad, trabajo y
bienestar físico y moral (Dagfal, 2015).

Respecto al funcionamiento de ambas instituciones cabe hacer mención de un


artículo publicado en una revista española escrito por Víctor Mercante (educador
ilustre de la época) en 1930:

El tren para; bajamos, nos recibe el Dr. Erardo Reinecke, director de la

Colonia, y cinco minutos después entramos por la gran portada, sobre la

que estaba escrito “Colonia de Frenasténicos”, al parque suntuoso, con

ese olor a resinas y flores que duplica la capacidad oxigenable de los

pulmones. Estos caminos, estas avenidas, estos viveros, estas arboledas,

estos duraznales cargados de frutas; aquellos cercos de ciruelas, el

alfalfar, el maizal, la huerta de verduras, el jardín, todo es obra de esos

retardados [974, en total] que ve usted diseminados por las 254 hectáreas

[…]. De pabellón en pabellón, veinte, nuestros ojos no admiraban sino

instalaciones suntuosas con el concepto científico y moderno de lo que

debe ser una colonia de este género […]. No se ha puesto una sola

ventana, un solo azulejo, una sola cama sin consultar la última palabra de

la Higiene, de la Medicina y de la Pedagogía (como se citó en Dagfal,

2015, p.17).

Fue aquí donde Pichon-Rivière realizó sus primeras prácticas profesionales, así
mismo realizó algunas investigaciones sobre los problemas sexuales de los
pacientes de aquel lugar. A partir de estas vivencias un ímpetu innovador en el área
de la salud mental predominaría en su obra.
Influenciado en menor o mayor medida por los postulados de diversas figuras que
iban desde Paul Charles Dubois, Freud, Adler y Jung entre otros, desarrolló el
interés por la psicoterapia entendida como proceso reeducativo. El interés que le
surge por esos autores provenía en gran medida de su compañero, Federico
Aberastury, quien introdujo a Pichon en la literatura psicoanalítica, así como también
lo habría impulsado a unirse a la Asociación de Biotipología, Eugenesia y Medicina
Social donde en 1934 publicó uno de sus primeros artículos (Dagfal,2015).

Desde 1933 la unidad de medicina social de dicha asociación estaba siendo dirigida
por Gonzalo Bosch, donde Federico contribuía en la parte editorial con La Revista
Anales de Biotipología, Eugenesia y Medicina Social la cual se edita entre los años
1933 y 1941, donde Pichón y Federico publican algunos artículos como: Dos
problemas psicológicos y Medicina del espíritu, respectivamente (Kirsh, 2004). Así
mismo es la hermana de Federico (Arminda Aberásturi, destacada psicoanalista),
con quien Pichón contraería nupcias en 1936.

En 1938 obtuvo un cargo de médico en el Hospicio de las Mercedes. Al respecto


Dagfal (2015) comenta:

Con la autorización de Bosch, siendo ya jefe del servicio de admisión,

emprendió la tarea de formar y sensibilizar a los enfermeros, con el fin de

mejorar las condiciones de vida de los pacientes. Para ello, los reunía en

grupos, donde se discutían los distintos casos a la luz de concepciones

psiquiátricas modernas, con resultados asombrosos. El grupo se

perfilaba, ya entonces, como un espacio lleno de potencialidades

reformadoras. Siguiendo siempre el relato de Pichon, en 1945 su servicio

habría sido privado de enfermeros por razones políticas.

Por consiguiente, tuvo que enfrentar ese problema utilizando como

enfermeros a los pacientes “en mejor condición”, a quienes formó en la

técnica de grupos según el “encuadre de la escuela de líderes”.


Finalmente, los enfermos devenidos enfermeros “no sólo trataban al resto

de sus compañeros con mayor dedicación, sino que incluso eran más

competentes para esas funciones que los propios profesionales a los que

remplazaban” (p.21).

Más tarde comenzó su relación con la Sociedad de Neurología y Psiquiatría a partir


de la cual surgió la Liga Argentina de Higiene Mental. Casi a la par participa en la
revista Index de Neurología y Psiquiatría colaborando con artículos y traducciones
(Dagfal, 2015).

En 1938, publicó un trabajo de psiquiatría sobre los delirios crónicos en donde “la
familia” del enfermo mental era uno de sus intereses que en adelante destacaría en
su obra. Andrade (2011) comenta que:

Pichón toma de Krech & Crutchfield (1948) la idea que la familia y otros

grupos, pueden ser analizados desde tres niveles: psicológico (conductas,

creencias, actitudes, relaciones), dinámica grupal (medición de rigidez y

maleabilidad al interior de cada familia) e institucional (evoluciones de la

unidad familiar), ya que, a partir de estas categorías, el grupo construye

sus criterios de inclusión y exclusión, en cuyo fin busca: apropiarse,

remitir, sublimar, negar o proyectar el síntoma, generando sinergia y

retroalimentación constante (p.197)

Por ese entonces comenzó a frecuentar a Arnaldo Rascovsky, pediatra de origen


ruso quien mostraba un afanoso interés por el psicoanálisis. Juntos trabajarían para
hacer posible la creación de la Asociación Psicoanalítica Argentina a finales de 1942
(Dagfal, 2015).
En 1947 Pichon-Rivière crea un servicio para adolescentes psicóticos, una práctica
innovadora para la época, pues antes de esto los adolescentes no tenían un espacio
específico y eran ingresados en áreas de adultos o de niños ya que no “se los
entendía, no existían técnicas terapéuticas lo sobradamente desarrolladas para
abordar este tipo de edad mental de la vida” (como se citó en Becerra, 2015, p.9).

Becerra (2015) refiere que Pichon-Rivière concordaba con el postulado de que en


esta edad resurge el complejo de Edipo, donde la identificación con uno de los dos
padres llevará a la elección sexual, ya sea la heterosexualidad o la homosexualidad.
Esta idea generó polémicas y desacuerdos con algunos de sus colegas que lo
acusaron de defender la homosexualidad. Pichon-Rivière renuncia ese mismo año,
lo que produce el cierre del hospicio (p.9).

Este momento dio pié a la creación de instituciones en las que él tomaría el mando.
En 1948, fundó el Instituto Privado de Asistencia, Enseñanza e Investigación,
conocido comúnmente como la clínica de la calle Copérnico. Durante casi diez años,
dicha institución sería una de las mayores representantes del psicoanálisis en
Argentina, donde impartirían conferencias los personajes más importantes y
representativos de dicha disciplina y afines.

En 1951, en la cumbre de su carrera como psicoanalista y psiquiatra y después de la


segunda guerra mundial, varios intelectuales de la época coincidían en que “era
necesario volver a pensar los fundamentos mismos de la vida en sociedad” (Dagfal,
2015).

Seis años más tarde comenzaría a distanciarse de la APA ya que paulatinamente


sus intereses fueron modificándose, apuntando su investigación hacia lo colectivo y
al funcionamiento de grupos, hecho que le llevó a dejar de participar en la
Asociación. Esto le llevó a fundar en 1955, el Instituto Argentino de Estudios
Sociales (IADES), junto con José Bleger, David Liberman, Armando Bauleo y
Edgardo Rolla.
Aportaciones fundamentales de Pichon - Rivière a la teoría de grupos

A partir de este momento comenzó a elaborar dos de sus teorías más importantes:
el vínculo y el grupo operativo.

Él proponía que el vínculo era una estructura más compleja que la relación de objeto
kleiniana ya que Pichon agregaba un factor importante: la conducta. Ésta producía
vínculos con los objetos externos, determinados por vínculos internos (relaciones de
objeto). Es decir, las relaciones de objeto eran subyacentes a los comportamientos
visibles, lo cual denominó “el campo externo”.

Creía en una unidad dialéctica, guiada por una tensión entre elementos

opuestos que interactuaban en un movimiento en espiral. Así, por

ejemplo, lo que era externo se hacía interno, para volver luego a ser

externo, o aquello que se expresaba por el cuerpo pasaba a lo psíquico,

actuando a su vez sobre el cuerpo, pero de un modo diferente […] si la

relación de objeto remitía exclusivamente a la díada madre-hijo, el vínculo

se refería más bien al grupo familiar, al que Pichon había llegado a partir

del tratamiento de pacientes psicóticos.

El enfermo era aquél que asumía un rol patológico, que en realidad le era

atribuido por los miembros de su familia. Era entonces el “emergente

dinámico” de una configuración vincular colectiva. El líder, el portavoz y el

chivo emisario constituían roles inherentes a la vida grupal. Podían ser

desempeñados de manera sucesiva por miembros diferentes, en el marco

de un juego de atribución y asunción de roles concebido en términos de

identificaciones proyectivas e introyectivas. Eso quedaba resumido en la

“teoría de las tres D”. En el juego de roles había siempre un depositante,

un depositario y algo depositado. Una vez más, la patología residía en la

cristalización de un rol, en la imposibilidad de desmarcarse de las


funciones establecidas por los otros. En última instancia, siguiendo esta

lógica de interiorización de roles y de socialización progresiva, incluso el

inconsciente terminaba siendo definido como un residuo de vínculos

sociales, como el sedimento acumulativo de las identificaciones.

En cierto modo, podría decirse que el corolario aplicado de la teoría del

vínculo fue la teoría de los grupos operativos.

El Grupo operativo según Enrique Pichon-Rivière (1975):

es el resultado de la asociación de un conjunto de personas con un

objetivo común, unidos por una realidad compartida que intentan abordar,

operando como un equipo de trabajo, y a partir de la posición afectiva con

que confrontan el mundo, por lo que, la estructura dinámica del grupo sólo

es posible, a través de la operatividad de la tarea, misma que “(…) debe

enfocarse en cómo mejorar la salud mental, y no en la enfermedad como

tal, pues la salud mental se mide en la calidad del comportamiento social,

sus causas, relaciones, factores y estructuras externas que pueden

producir el cambio” (p. 39-40).

Andrade (2011) menciona que por consiguiente «en la tarea» la emergencia de una
posición depresiva, es indicador de la necesidad de elaboración (resignificación)
afectiva, proceso cuya significación central, está en hacer “consciente lo
inconsciente” como expresión fenoménica de su función básica: operar para
constituir un proyecto a futuro, que acoja y sostenga emocionalmente a cada uno de
sus miembros.

Éste proyecto se forja a partir de la experiencia grupal de acogimiento, identificación,


pertenencia, solidaridad, catarsis y apoyo intergrupal, y debe tener siempre como
meta, la implementación de una tarea explícita o manifiesta, que intente resolver una
situación problema, a partir de la resignificación y análisis de creencias, imaginarios,
representaciones, prejuicios, normas, afectos y aprendizajes, entre otros; razón por
lo cual, ésta tarea debe constituirse en su propia razón de existencia.

El grupo operativo provee a cada miembro, de conocimientos y metodologías para


enfrentar las crisis y dar una mejor respuesta a situaciones «imprevistas y/o
esperadas», que se desajustan saliéndose de control; estos conocimientos se hallan
entretejidos a las dinámicas relacionales con las que el grupo responde a la realidad,
cuando enfrenta un objetivo de su tarea, y son importantes porque a través de ellos,
se puede dar razón y sentido, a los fenómenos psicológicos que se presenten, tales
como, resistencias, negación, identificaciones, etc.

En cuanto técnica, el trabajo del grupo operativo, es el resultado de la forma como


se aplican los conocimientos generados en la teoría grupal, con el fin de intervenir
directamente el síntoma en el trabajo de contención (p. 200).

Sin embargo, si en un grupo se produce una identificación exagerada, con el


“empobrecido mundo externo- del otro, se puede producir en palabras de Rivière,
una introyección de la ecología externa (mundo circundante), que motive la
instauración en el grupo de un mundo interno muy empobrecido.

Para Pichón Rivière, la noción de tarea en psicología social, abarca tres momentos
importantes: la pre tarea, la tarea y el proyecto, en ellos el grupo tiene la posibilidad
de convocar al síntoma, y compartir sus representaciones comórbidas, en el sistema
de relaciones creadas a partir del encuentro psicoterapéutico (como se citó en
Andrade, 2011, p.200).

El logro de una tarea dada se presentaba entonces a la vez como el resultado de un


trabajo común y como la prueba de una curación por la acción. El grupo patológico,
que tenía necesidad de un líder monopolizador o de un chivo emisario, superaba sus
angustias simbióticas y de fragmentación gracias a una experiencia de tipo vivencial,
produciendo nuevas identidades individuales, diferentes pero complementarias.
En este sentido, nuestro autor lo denominaba “esquema conceptual, referencial y
operativo” (ECRO). El esquema, era en realidad una Gestalt, una estructura
dinámica que determinaba la percepción y la acción de cada individuo en el “aquí y
ahora”. El ECRO se modificaba en contacto con la realidad, confrontándose a “lo
existente”, lo cual daba lugar a nuevos “emergentes”, sobre los que había que
trabajar. La extensión de este concepto a los grupos hacía que la primera “tarea”
colectiva fuera la de construir un ECRO común, para poder actuar con eficacia
(Dagfal, 2015, p. 28).

En 1977 Enrique Pichon-Rivière muere en Argentina a la edad de 70 años.


Referencias

Andrade, J. (2011). La intervención grupal: una lectura de los conceptos de Enrique


Pichon-Rivière: artículo de reflexión investigativa. Revista electrónica de
psicología Iztacala. UNAM, Facultad de Estudios Superiores Iztacala. Vol.
14, No. 3. Recuperado a partir de:
http://ojs.unam.mx/index.php/repi/article/view/27653

Becerra, G. (2015). Enrique Pichon–Rivière: los orígenes de la psicología social


argentina. Revista Latinoamericana de Metodología de las Ciencias
Sociales, 5 (1). Argentina. Recuperado a partir de:
http://www.relmecs.fahce.unlp.edu.ar/article/view/relmecsv05n01a04

Benclowicz, J. y Chiguay, V. (2019). Mensajes de todas las zonas eludiendo la


censura en la Argentina. La revista anarquista Nervio a principios de los
años 30.Cuadernos del CILHA, vol. 20, núm. 2, pp. 75-90. Universidad
Nacional de Cuyo. Argentina. Recuperado a partir de:
https://www.redalyc.org/journal/1817/181765599006/html/

Dagfal, A. (2015). El pasaje de la higiene mental a la salud mental en la Argentina,


1920-1960. El caso de Enrique Pichon-Rivière. Trashumante. Revista
Americana de Historia Social, núm. 5, enero-junio, pp. 10-37 Universidad
Autónoma Metropolitana Unidad Cuajimalpa. Distrito Federal, México.
Recuperado a partir de: https://www.redalyc.org/pdf/4556/455644905002.pdf

Kirsch, U. (2004). La revista anales de biotipología, eugenesia y medicina social. XI


Jornadas de Investigación. Facultad de Psicología. Universidad de Buenos
Aires. Recuperado a partir de: https://www.aacademica.org/000-029/332.pdf

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