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La Biblia griega, comúnmente llamada Biblia Septuaginta o Biblia de los Setenta (ἡ μετάφρασις τῶν

ἑβδομήκοντα), y generalmente abreviada simplemente LXX, es una antigua recopilación en griego


koiné de los libros hebreos y arameos del Tanaj o Biblia hebrea y otros libros, incluidos algunos
escritos originalmente en griego.

Los cinco libros del Pentateuco (o sea la Torá llamada también "La Ley") fueron traducidos bajo el
reinado de Ptolomeo II (285–246 a. C.), los otros libros hebreos y arameos más tarde. Las
traducciones de los últimos de los libros proféticos aparecieron probablemente antes del año 130
a.C. circa.1 Generalmente se calcula que el más reciente de los libros de la Septuaginta, la
Sabiduría, fue escrito entre los años 80 y 50 a. C. Algunos eruditos sitúan en el Siglo I de la Era
Cristiana, la traducción al griego de los libros de Ester, Rut, Eclesiastés, Lamentaciones, y el Cantar
de los Cantares, acaso por Aquila (activo alrededor del año 130 d. C.).2

¿Cómo se formó la Iglesia Catolica?


En 380, bajo el emperador Teodosio I, el cristianismo se convirtió en la religión
oficial del Imperio romano por el decreto del emperador, que persistiría hasta la
caída del Imperio de Occidente, y más tarde, con el Imperio romano de Oriente,
hasta la caída de Constantinopla.

¿Qué es el gran cisma de la Iglesia?


El término Gran Cisma se refiere a una de las dos divisiones en la historia del
Cristianismo: Comúnmente se refiere al Cisma de Oriente y Occidente, el evento
que separó a la Iglesia ortodoxa de la Iglesia católica en el siglo XI (1054).

Qué ocurre en el Cisma de Occidente?


(1378-1417). La crisis de la Iglesia abierta a fines del siglo XIV como consecuencia
de la permanencia del papado en Aviñón (Francia), durante varios años, y la
vuelta a Roma del pontífice Gregorio XI en 1377, provocaría la división de
obediencias en la Cristiandad.

RECONCILIACION DE LAS DOS FACCIONES O MAS, EN EL AÑO 1417 CON MARTÍN V


Historia de la imprenta

La historia de la imprenta o invención de la imprenta moderna tiene lugar, como


decíamos, a finales de la Edad Media y a principios de la Edad Moderna —casi
con el descubrimiento de Colón en 1492—. Ahora bien, antes de esta hubo otro
tipo de imprentas, aunque mucho más rudimentarias. Una de ellas es la realizada
entre el año 1041 y 1048 por el inventor chino, Bì Shèng. Shèng diseño el primer
sistema de imprenta de tipos móviles con papel de arroz. Sin embargo, el sistema
era demasiado complejo debido a que se tallaban los caracteres chinos sueltos
dispuestos en fila desde piezas de porcelana, por lo que no tuvo tanta aceptación
como la de Gutenberg hecha con piezas metálicas que el mismo diseñó gracias a
su experiencia como orfebre. Los años posteriores a 1440 —fecha en la que se
inventó la imprenta moderna— se tradujeron en una rápida expansión de este
invento. En apenas 30 años la cantidad de imprentas de Gutenberg ya se había
distribuido por más de 110 lugares de Europa. Uno de los países en los que  más
aceptación tuvo la invención de la imprenta fue en Italia, superando incluso a
las del país de origen. En algunos países como España, Inglaterra o Francia la
imprenta no tuvo tanta aceptación debido a que el comercio del libro y de las
impresiones pertenecía a las ediciones italianas, que eran las principales
distribuidoras de estos productos. La evolución de la imprenta dio lugar, a otro tipo
de publicaciones —aparte de los libros— como las tiradas de prensa con los
primeros impresos con noticias contemporáneas en forma de hojas sueltas.
Rápidamente, la imprenta y las nuevas impresoras ganaron terreno permitiendo la
impresión de cientos de copias de libros y miles de tiradas en el mínimo tiempo
hasta la fecha actual, expandiéndose por todo el mundo.

¿Qué importancia tuvo la invención de la imprenta?

Mencionábamos en la introducción que la invención de la imprenta supuso un


cambio a nivel histórico, cultural e intelectual. Esto es así debido a que con este
invento se dio paso a la impresión de cientos de copias de libros y
documentos de todo tipo que hasta la fecha estaban restringidos a solo unos
pocos por parte de la iglesia católica, ya que los monjes eran los únicos
responsables de las copias manuscritas. En la etapa del Feudalismo, la iglesia
católica otorgaba exclusivamente el papel para la reproducción y difusión de
conocimientos a la institución religiosa. De esta forma, prohibía los temas de los
que no se podían hablar y permitía que se hablaran de los que más le interesaba.
La invención de la imprenta, Renacimiento e intelectualidad son conceptos que
van unidos. Con la invención de la imprenta se multiplicaron los textos que existían
en la última etapa de la Edad Media —y a principios de la etapa del Renacimiento
—, lo que supuso una ampliación del número de lectores y de las personas que
se interesaban por la lectura y por adquirir conocimientos nuevos —aumentando
considerablemente el nivel de alfabetización de la población—. Por supuesto, a
nivel histórico y cultural la invención de la imprenta fue de vital importancia.
Ello permitió recopilar una gran parte de la información de aquella época que —de
otra forma hubiera desaparecido—, además de expandir la cultura por el resto de
ciudades y regiones de todo el mundo.

Descubrimiento de América es la denominación que recibe el acontecimiento histórico


acaecido el 12 de octubre de 1492, consistente en la llegada a América de una expedición
española dirigida por Cristóbal Colón por mandato de los Reyes Católicos, Isabel de Castilla y
Fernando de Aragón.

¿Cómo llegó la palabra de Dios a América?

La Biblia llegó al Nuevo Mundo descubierto en 1492 con los primeros misioneros españoles1. …
Fray Vicente, con una Biblia (o quizá un breviario) en la mano, insta, tras una breve catequesis, al
Inca a convertirse al cristianismo y a ser amigo tributario del Rey de España.

Источник: https://diocesisdematagalpa.org/biblia/como-llego-la-biblia-a-america.html

Nacimiemto del protestantismo

El 31 de octubre de 1517, Martín Lutero, un fraile agustino alemán, publicó las noventa y cinco
tesis, las cuales, de acuerdo con la tradición, clavó en la puerta de la Iglesia del palacio de
Wittenberg, práctica común entonces.

Llegada de la Biblias a Sudamérica.

RELATOS
No sé mucho de la historia de la Biblia por parte de la Iglesia Católica
Romana.  El  concilio de Trento en el siglo XVI rechazó la innovación de
traducir la Biblia a los idiomas locales de cada país y entonces trajeron la
Biblia en Latín a América Latina.  Uno de las primeros encuentros de las
santas escrituras con la cultura    nativa en América Latina fue cuando fray
Vicente de Valverde se acercó al Inca Atahualpa con la Cruz en una mano y
el misal en la otra y empezó a explicar las ‘cosas de Dios’ hasta que el jefe
Inca pidió ver el libro.  
Al principio Atahualpa no lo pudo abrir y después estaba más interesado en
cómo estaba escrito que en el contenido en sí.  Luego se molestó porque no
lo podía   entender y lo tiro al piso.  Valverde corrió hacia Francisco Pizarro
gritando ‘Vengan Cristianos, ataquen a estos perros enemigos quienes rechazan la
ley de Dios…  Los evangelios de Dios están en el piso‘.  Así se justificó una
matanza de miles y empezó el derrumbe del imperio Inca. No fue un buen
comienzo del uso de las santas escrituras en las Américas.
Uno de los primeros protestantes quien trajo su Biblia a Chile no fue mucho
mejor.  El famoso capitán Francis Drake.  Mi esposa mexicana no me cree,
cuando digo que no era pirata, sino corsario – enía el permiso de la Reina
Isabel de 
Inglaterra para atacar a los españoles.  Sin embargo dicen de él: “… Con
una espada firme en la diestra y una Biblia en la siniestra, pasó por el Estrecho
[de     Magalanes] en 1578, y azotó a los dominios de la Corona en el Mar
Pacífico‘.  ¡El primer anglicano en Chile no fue muy manso y humilde que
digamos!  Se tenía que      esperar hasta tiempos de independencia para
que la Biblia pudiera entrar a Chile en español y sin tanto trasfondo
imperialista. 

Biblia del oso


La Biblia, que es, los sacros libros del Viejo y Nuevo Testamento Trasladada en
Español, más conocida como Biblia del oso es una de las primeras traducciones de
la Biblia al castellano, publicada en 1569. Su traductor fue Casiodoro de Reina,
un religioso jerónimo español convertido al protestantismo. Es llamada Biblia del oso por la
ilustración en su portada de un oso que intenta alcanzar un panal de miel colgado de un
árbol.1

Casiodoro de Reina trabajó durante doce años en su preparación. Su traducción empezó


en 1565, y ya cuando había traducido el Antiguo Testamento del Hebreo (habiendo usado
la Biblia Hebrea y la Biblia de Ferrara como apoyo lingüístico), el proyecto fracasó y Reina
tuvo que esperar otros dos años para ver su biblia al fin impresa. Se publicó en Basilea, Suiza,
el 28 de septiembre de 1569.2 Se colocó una ilustración de un oso, logotipo del
impresor bávaro Matthias Apiarius, para evitar el uso de iconos religiosos, ya que en aquel
tiempo estaba prohibida cualquier traducción de la Biblia a lenguas vernáculas.1
Esta Biblia contó con una segunda edición en 1622, mandada hacer por los propios familiares
de Reina. Contó con la misma imagen del oso que la original. En 1602 Cipriano de
Valera editó la primera revisión de la traducción de Casiodoro de Reina, conocida como
la Biblia del Cántaro, por el emblema en su portada. Especialistas como Carlos Gilly afirman
que el nuevo editor se limitó [...] a cambiar el orden de los libros y a añadir o quitar notas
marginales, con alteraciones cuantitativamente mínimas del texto bíblico fijado por el primer
traductor, cuyo nombre viene además ostentosamente silenciado en la portada.3
La traducción estuvo a cargo del monje jerónimo sevillano Casiodoro Reina, y la revisión fue
llevada a cabo por su compañero Cipriano de Valera quienes por ello fueron perseguidos y
sentenciados en ausencia.
Del trabajo realizado por Reina es importante destacar su valor literario por dos motivos:
primero, por la calidad de su lengua, que la convierte en un monumento de la literatura
iberoamericana; y segundo, por su extrema fidelidad al original, ya que recoge el tono
primordial de las tradiciones hebreas.
Por su parte, Valera dedicó 20 años de su vida a la revisión del trabajo de su compañero de
claustro. Como resultado, la referida versión salió publicada en 1602 y fue llamada la Biblia del
Cántaro, porque en la portada podía verse estampada la imagen de dos hombres: uno que
está plantando un árbol, mientras el otro lo riega con agua que sale de un cántaro.
Según algunos expertos, esta ilustración fue tomada en alusión al texto bíblico de la Primera
Carta a los Corintios 3:6:«Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios».
Asimismo, se considera una referencia a que con la primera edición (Biblia del Oso), realizada
por Reina, se había plantado la semilla de la Palabra de nuestro Señor y, nuevamente, en la
revisión de Valera, se contribuía a regar lo sembrado, con el propósito de que creciera y
fructificara.
La citada revisión es una de las más admiradas, tanto para eruditos protestantes como para
aquellos que aunque no participan en esta interpretación de las Sagradas Escrituras,
consideran la excelente calidad de la misma.
De acuerdo con el pie de imprenta, entre ambas ediciones –la Biblia del Oso y la Biblia del
Cántaro– mediaron 33 años; sin embargo, desde el momento en que las personas entraron en
contacto con ellas, sus vidas fueron transformadas.
Samuel Escobar Aguirre, presidente honorario de Sociedades Bíblicas Unidas y catedrático de
Misionología en el Seminario Teológico de Pennsylvania, destaca que ambas publicaciones
tuvieron lugar en la Europa del siglo XVI, en especial porque el culto protestante tenía como
tema central la lectura y explicación de la Biblia.
Por otra parte, la conversión era un desafío, pues en aquella época muy pocos sabían leer y
escribir, ya que durante la Edad Media dicho conocimiento había estado restringido al clero y,
en alguna medida, a la nobleza. De manera que quienes sí podían hacerlo, encontraron un
insuperable estímulo para crear programas de alfabetización, con la finalidad de que la
Palabra de Dios, con sus sabias enseñanzas, pudiera llegar a todos

OTROS DATOS

Tiempo de conquista
Para comenzar con la historia de la Biblia en nuestro país debemos retroceder hasta la llegada
del conquistador español, en el siglo XVI. Aquellos hombres, como don Juan Díaz de Solís que
descubrió el Río de la Plata en 1516, trajeron sus ansias de riqueza y gloria, un universo de
ideas nuevas y progreso para los pobladores indígenas, pero también mucha sangre derramada.
En esos tiempos Europa estaba siendo sacudida por otro fenómeno: la Reforma protestante que
enseñaba, como primer punto, que todo el pueblo debía leer la Biblia. Y mientras los indígenas
locales terminaban de comerse asado a Solís y sus acompañantes, el 31 de octubre de 1517
Martín Lutero clavaba en las puertas de la iglesia de Wittemberg las tesis que darían comienzo
a una explosión espiritual en el viejo continente.

En 1569 se publicó la traducción bíblica al español realizada por Casiodoro de Reina, y


revisada posteriormente por Cipriano de Valera. Pero en ese mismo año, Felipe II emitió la
cédula que establecía la Inquisición en América. Esta cédula decretaba “la censura de las
Biblias y catálogos de los libros prohibidos”. Así que cuando los buques arribaban a estas
costas, el comisario del Santo oficio con el alguacil debían verificar “si en el dicho navío
venían algunas imágenes o figuras de santos, papas, cardenales, obispos, clérigos y religiosos,
indecentes o ridículas, de mala pintura, o libros prohibidos, como Biblias en cualquier lengua
vulgar”. Es decir que la Biblia en castellano estaba en la misma lista junto con las figuras
indecentes.
Se levantaba Una Nueva Potencia en Europa
No sabemos de grandes cosas que hayan ocurrido en nuestro territorio respecto a la Biblia hasta
tres siglos más tarde en los días de oro de Gran Bretaña, esa isla que se levantaba orgullosa
contra el avance de Napoleón, y que dominaría por un siglo los mares del mundo. Ese país,
desgastado por el pecado, la codicia y la opresión, atravesaba una gran conmoción espiritual,
que renovaría las fibras de la nación y haría surgir el movimiento de la obra misionera moderna
y el de las Sociedades Bíblicas.

PRIMERAS BIBLIAS EN ESPAÑOL EN AMERICA

¿Cómo llegó la Biblia a América?

La presencia de la Biblia en el continente latinoamericano comenzó a hacerse notoria a partir


de las luchas independentistas del siglo XIX.

La prohibición de que la «gente común» leyera las Sagradas Escrituras, vigente durante todo
el período colonial, no prosperaría en las nacientes repúblicas. Esto ofreció la oportunidad de
que las Sociedades Bíblicas llevaran a cabo sus primeras distribuciones.
Fue así que en 1806, los primeros 600 ejemplares de la Biblia en español, enviados por la
Sociedad Bíblica Británica y Extranjera (SBBE), llegaron a Buenos Aires, Argentina, y
Montevideo, Uruguay.

PRIMERAS BIBLIAS EN ESPAÑOL EN CHILE

Hasta el siglo XIX, estuvo prohibido poseer una Biblia para el pueblo Chileno.  Solo después
de la independencia y gracias a una invitación de Bernardo O´Higgins es que llegó a
Chile Diego Thompson, educador, pastor y colportor de la Sociedad Bíblica Británica y
Extranjera, quien ingresó en 1820 las primeras Sagradas Escrituras de manera legal.

Con los años y esfuerzos de otros grandes hombres de Dios tales como William Wheelwright,
David Trumbull, Francisco Penzotti y mucho más ejercieron esta maravillosa comisión, y en
todos ellos se reflejó un amor a las Sagradas Escrituras y su afán de divulgación.

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