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Los cinco libros del Pentateuco (o sea la Torá llamada también "La Ley") fueron traducidos bajo el
reinado de Ptolomeo II (285–246 a. C.), los otros libros hebreos y arameos más tarde. Las
traducciones de los últimos de los libros proféticos aparecieron probablemente antes del año 130
a.C. circa.1 Generalmente se calcula que el más reciente de los libros de la Septuaginta, la
Sabiduría, fue escrito entre los años 80 y 50 a. C. Algunos eruditos sitúan en el Siglo I de la Era
Cristiana, la traducción al griego de los libros de Ester, Rut, Eclesiastés, Lamentaciones, y el Cantar
de los Cantares, acaso por Aquila (activo alrededor del año 130 d. C.).2
La Biblia llegó al Nuevo Mundo descubierto en 1492 con los primeros misioneros españoles1. …
Fray Vicente, con una Biblia (o quizá un breviario) en la mano, insta, tras una breve catequesis, al
Inca a convertirse al cristianismo y a ser amigo tributario del Rey de España.
Источник: https://diocesisdematagalpa.org/biblia/como-llego-la-biblia-a-america.html
El 31 de octubre de 1517, Martín Lutero, un fraile agustino alemán, publicó las noventa y cinco
tesis, las cuales, de acuerdo con la tradición, clavó en la puerta de la Iglesia del palacio de
Wittenberg, práctica común entonces.
RELATOS
No sé mucho de la historia de la Biblia por parte de la Iglesia Católica
Romana. El concilio de Trento en el siglo XVI rechazó la innovación de
traducir la Biblia a los idiomas locales de cada país y entonces trajeron la
Biblia en Latín a América Latina. Uno de las primeros encuentros de las
santas escrituras con la cultura nativa en América Latina fue cuando fray
Vicente de Valverde se acercó al Inca Atahualpa con la Cruz en una mano y
el misal en la otra y empezó a explicar las ‘cosas de Dios’ hasta que el jefe
Inca pidió ver el libro.
Al principio Atahualpa no lo pudo abrir y después estaba más interesado en
cómo estaba escrito que en el contenido en sí. Luego se molestó porque no
lo podía entender y lo tiro al piso. Valverde corrió hacia Francisco Pizarro
gritando ‘Vengan Cristianos, ataquen a estos perros enemigos quienes rechazan la
ley de Dios… Los evangelios de Dios están en el piso‘. Así se justificó una
matanza de miles y empezó el derrumbe del imperio Inca. No fue un buen
comienzo del uso de las santas escrituras en las Américas.
Uno de los primeros protestantes quien trajo su Biblia a Chile no fue mucho
mejor. El famoso capitán Francis Drake. Mi esposa mexicana no me cree,
cuando digo que no era pirata, sino corsario – enía el permiso de la Reina
Isabel de
Inglaterra para atacar a los españoles. Sin embargo dicen de él: “… Con
una espada firme en la diestra y una Biblia en la siniestra, pasó por el Estrecho
[de Magalanes] en 1578, y azotó a los dominios de la Corona en el Mar
Pacífico‘. ¡El primer anglicano en Chile no fue muy manso y humilde que
digamos! Se tenía que esperar hasta tiempos de independencia para
que la Biblia pudiera entrar a Chile en español y sin tanto trasfondo
imperialista.
OTROS DATOS
Tiempo de conquista
Para comenzar con la historia de la Biblia en nuestro país debemos retroceder hasta la llegada
del conquistador español, en el siglo XVI. Aquellos hombres, como don Juan Díaz de Solís que
descubrió el Río de la Plata en 1516, trajeron sus ansias de riqueza y gloria, un universo de
ideas nuevas y progreso para los pobladores indígenas, pero también mucha sangre derramada.
En esos tiempos Europa estaba siendo sacudida por otro fenómeno: la Reforma protestante que
enseñaba, como primer punto, que todo el pueblo debía leer la Biblia. Y mientras los indígenas
locales terminaban de comerse asado a Solís y sus acompañantes, el 31 de octubre de 1517
Martín Lutero clavaba en las puertas de la iglesia de Wittemberg las tesis que darían comienzo
a una explosión espiritual en el viejo continente.
La prohibición de que la «gente común» leyera las Sagradas Escrituras, vigente durante todo
el período colonial, no prosperaría en las nacientes repúblicas. Esto ofreció la oportunidad de
que las Sociedades Bíblicas llevaran a cabo sus primeras distribuciones.
Fue así que en 1806, los primeros 600 ejemplares de la Biblia en español, enviados por la
Sociedad Bíblica Británica y Extranjera (SBBE), llegaron a Buenos Aires, Argentina, y
Montevideo, Uruguay.
Hasta el siglo XIX, estuvo prohibido poseer una Biblia para el pueblo Chileno. Solo después
de la independencia y gracias a una invitación de Bernardo O´Higgins es que llegó a
Chile Diego Thompson, educador, pastor y colportor de la Sociedad Bíblica Británica y
Extranjera, quien ingresó en 1820 las primeras Sagradas Escrituras de manera legal.
Con los años y esfuerzos de otros grandes hombres de Dios tales como William Wheelwright,
David Trumbull, Francisco Penzotti y mucho más ejercieron esta maravillosa comisión, y en
todos ellos se reflejó un amor a las Sagradas Escrituras y su afán de divulgación.