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HO'OPONOPONO Transforma Tu Realidad
HO'OPONOPONO Transforma Tu Realidad
Transforma tu realidad
Óscar Martín
Bubok Publishing S.L., 2013 1ª edición
Editado por Bubok
© Óscar Martín
Todos los derechos reservados
Índice
La responsabilidad en la creación de
nuestra realidad …………………………….. 13
¿Qué es Ho’oponopono?
"A ohe pau ko ike me halau kau" (No toda la sabiduría está en la escuela)
-proverbio hawaiano
Hablando un poco sobre la tradición de Hawai, podemos destacar que tenían un sistema
muy completo de bienestar. En algunos aspectos era muy parecido a la antigua tradición
Ayurverda hindú o a la medicina tradicional china, donde los masajes y la acupresión
tenían una gran importancia. Pero no solo se centraban en tratar el aspecto físico de las
personas, sino que entendían que un ser humano es un conjunto de distintos aspectos,
entre los cuales se encuentra su parte espiritual o energética.
Ellos sabían que el bienestar emocional y mental era una parte sumamente importante
para la salud en general. En este asunto, cabe destacar que una de las enseñanzas de
mayor relevancia que se transmitía de generación en generación era la de perdonar y
olvidar. Los hawaianos eran muy conscientes de que el perdón sin el olvido de nada
sirve, pues aquello que no se olvida sigue vivo en el interior, siendo causa de efectos a
nivel físico, en la realidad de las personas.
En el libro " Nana i ke kumu", María Pukui describe que en estas reuniones los
miembros de la familia se juntaban para “corregir o enderezar” relaciones rotas y
disputas de todo tipo. En ocasiones, muchas familias realizaban las reuniones aun no
existiendo problemas, en una manera de previsión de los mismos. También se hacían
cuando uno de los miembros se encontraba enfermo, pues ellos sabían que la
enfermedad era causada por estados como la ira, la culpa o la falta de perdón. Estas
reuniones podían durar horas, o incluso días. Los miembros de la familia exponían sus
problemas; todos tenían su momento de hablar, siendo escuchados sin interrupción, de
esta forma <<sacaban>> fuera de sí aquello que tenían que decir. Cuando en este
proceso las cosas se ponían difíciles, si un kahuna había sido invitado ponía orden en la
situación, haciendo de mediador. Una vez todos los problemas fueran expuestos, los
miembros de la familia realizaban un ritual de aceptación de responsabilidad en la
manifestación de los problemas y una petición de perdón por haberlos causado.
El Dr. Len fue psicólogo de personal en la unidad forense para criminales enfermos en
el Hospital Estatal de Hawai durante algunos años. Lo realmente asombroso de la
historia personal del Dr. Len durante el tiempo en el que estuvo en dicho hospital, fue la
forma en la que estuvo trabajando con los enfermos. Cuando entró en el hospital firmó
un acuerdo para tener una sala en el mismo donde no visitaría a ningún paciente,
únicamente estudiaría sus expedientes médicos. Es de suma importancia señalar que
por aquel entonces los pacientes ingresados en el pabellón en el que él trabajaba eran
considerados locos criminales y era un lugar muy peligroso. Por normal general, los
empleados no duraban más de un mes en su puesto de trabajo. Era tal la tensión y el
peligro, que los trabajadores caminaban con la espalda apoyada en la pared para poder
ver a sus agresores. El ausentismo laboral era inmenso.
A los pocos meses de que el Dr. Len llegara al pabellón, las cosas comenzaron a
cambiar con el trabajo que realizaba. Muchos enfermos que se encontraban fuertemente
sedados comenzaron a ver reducida su medicación. Otros que estaban considerados
como irrecuperables, recibieron el alta médica. Los empleados comenzaron a ir a
trabajar con gusto y alegría. El nivel de sanación que experimentaron los enfermos fue
tal, que llegó un momento donde había más trabajadores que pacientes, y pocos años
después el pabellón tuvo que ser cerrado pues ya no quedaban enfermos que atender.
¿Qué es lo que hacía el Dr. Len para realizar semejante milagro de sanación en los
enfermos del hospital, sin que él atendiera personalmente ningún caso? El Dr. Len
estudiaba uno a uno los expedientes de los enfermos, y luego utilizaba Ho’oponopono,
lo cual implicaba una cuestión en concreto: aceptar la responsabilidad que tenía él
mismo sobre la manifestación en su realidad de esas personas enfermas, y sanar aquella
parte que lo provocaba. Sanaba dentro de sí todo aquello que causaba los problemas de
salud de los pacientes, tal y como la antigua tradición hawaiana le había enseñado.
Una de las primeras ventajas o cambios que la persona que utiliza Ho’oponopono
comienza a experimentar es tranquilidad y estabilidad interior, lo cual es algo de
incalculable valor. Si nos detenemos a pensar en los casos de diferentes personas,
podemos darnos cuenta de que ante una misma situación un individuo puede enfrentar
las circunstancias de una manera, y otra persona de una forma totalmente distinta. Por
ejemplo: alguien es despedido del trabajo. Puede darse el caso de que una persona en
concreto encare la situación como una oportunidad de cambio (quizá a un puesto de
trabajo mejor o tal vez comenzar un negocio propio) y otra vea en esa circunstancia en
particular una crisis de terribles consecuencias.
Todo está en nuestro interior, nuestro enfoque de las situaciones marca la diferencia
entre el éxito y el fracaso, entre la dicha y la desdicha, entre la alegría y la tristeza. Por
lo tanto, el hecho de que gracias a Ho’oponopono comiences a sentir tranquilidad
interior hará que la forma en la cual observes tu vida y sus circunstancias sea desde una
perspectiva más positiva y estable. ¿Acaso ello soluciona los problemas que pueda
haber en tu vida? Obviamente no… pero no es lo mismo estar tranquilo y consciente en
una situación determinada, lo cual te otorga mayor poder y perspectiva para afrontar la
situación, que dejarse llevar por la negatividad y el descontrol psicoemocional, lo cual
resultará en que el problema será mucho mayor, pues hay que sumarle la reacción
emocional de la persona ante el mismo.
Otra de las grandes ventajas es que en muchos casos las personas que están en nuestra
vida también pueden obtener los beneficios de nuestra práctica de Ho’oponopono, pues
éstas son un <<reflejo>> de lo que hay en nuestro interior. Atraemos a nuestra realidad
personas y circunstancias, las cuales están porque responden a la vibración interior que
tenemos. Por lo tanto, sanando nosotros pueden sanar los demás, aunque esto no debería
ser nuestra motivación o sentido a la hora de utilizar Ho’oponopono, pues nuestro
trabajo es ocuparnos de nosotros mismos. Si en el proceso de sanación las personas
cercanas se ven afectadas positivamente, éste será un efecto colateral que debía de
darse. Pero que esto ocurra en ocasiones no significa que siempre deba ser así, pues no
está en nuestras manos influir o cambiar las condiciones de los demás.
Desde hace algunos años, la ciencia ha demostrado que atraemos a nuestra realidad
todo lo que en ella hay. En este aspecto, la física cuántica es pionera en dichos
descubrimientos, habiendo demostrado cosas increíbles respecto a la atracción y
creación de circunstancias y situaciones en nuestra propia vida.
En este asunto, hemos de ser conscientes de que tenemos algo así como dos
<<niveles>> mentales: la parte consciente y la subconsciente. La consciente es aquella
de la cual tú te percatas, la que utilizas día a día de una manera más funcional. Es el
<<yo>> que reacciona e interactúa con el mundo: cuando conduces un automóvil,
hablas por teléfono, comes alimentos, realizas un trabajo… La parte consciente recibe
del exterior una información (objetos, personas, situaciones…) equivalente a 15 bits
por segundo. Sin embargo esta información recibida (o mejor dicho, de la que eres
consciente) no es toda la que hay. Según muchos estudios realizados, la parte
subconsciente recibe además 11.000.000 de bits por segundo. Lo cual quiere decir que
somos conscientes de una parte muy pequeña de nuestra propia realidad, algo así como
el 5% de la misma. Para entenderlo, vamos a poner un ejemplo: una persona entra en un
restaurante y percibe las dimensiones del local, la gente que se encuentra en el mismo,
colores, mobiliario… Sin embargo, su mente subconsciente ha captado mucho más:
desde las comidas que hay expuestas en el local, hasta la vestimenta en detalle de cada
una de las personas que allí se encuentran, así como toda la decoración que pueda tener
el lugar y una cantidad abrumadora de datos de los cuales no somos conscientes si nos
preguntaran sobre ellos.
Todo lo que hay en nuestra realidad llega a nosotros, nada se nos escapa. Sin embargo,
nuestra parte consciente es selectiva y filtra la información, pues sino podría llegar a
ser abrumadora la cantidad de datos que recibimos. Esto, aunque sea un mecanismo
funcional muy útil, tiene una desventaja: realmente sabemos poco, muy poco de lo que
ocurre a nuestro alrededor, al menos conscientemente. Pero nuestro subconsciente capta
todo, lo archiva, lo guarda…
Pues aquí hemos de decir que no es cuestión de buena o mala suerte (más bien eso no
existe), sino que dentro de esa persona hay programas y creencias que hacen que a su
vida lleguen personas que tienen un determinado perfil. Si alguien opina que todos los
hombres son malos, ¿qué ocurrirá en su realidad? Que aparecerán hombres que
demuestren que está en lo correcto al creer de esa manera, por lo tanto atraerá personas
que harán cosas para que siga creyendo de igual forma. Otro ejemplo podría ser aquella
persona que piensa que no tiene suerte en la vida, que nada le sale bien, que sus sueños
nunca se cumplen, que el éxito es para otros… ¿Qué observará en su realidad, en su
manifestación personal? Justamente aquello que cree, y verá cómo lo que desea no se
materializa; y además, en su vida habrá personas que consiguen fácilmente lo que
quieren, demostrándole que está en lo correcto al pensar que otros pueden conseguirlo y
él no.
Pero no es necesario vivir un fuerte trauma o problema para que información negativa
haga estragos en nuestra realidad. Desde nuestra más tierna infancia vamos registrando
en nuestro subconsciente todas las experiencias que ocurren en nuestra vida, incluso
aquellas que no suponen, conscientemente, una gran diferencia. Si por ejemplo un niño
vive en un entorno familiar donde es querido y amado, pero sus padres se pelean –
aunque lo hagan a puerta cerrada en la privacidad del dormitorio o se lancen miradas
agresivas en silencio para que el niño no se entere-, la parte subconsciente registrará
todo lo que ocurra, aunque el infante no sea consciente de ello y tenga una existencia
armónica y feliz. Estos recuerdos pueden ocasionar que en su futura vida de pareja
encuentre personas con quienes tenga conflictos, peleas y problemas en las relaciones
en general, pues ha sido programado con la información de que las parejas pelean y se
llevan mal. ¿Por qué? Pues porque los padres son los referentes por excelencia de los
niños. Son su fuente de información directa, de quienes primero aprenden. Por lo tanto
la información que reciben en su entorno familiar es de suma importancia a la hora de
moldear su personalidad a todos los niveles.
Con el paso del tiempo las memorias (recuerdos, información…) limitantes, negativas y
subconscientes atraerán a la realidad situaciones que perpetúen su existencia, pues al
ser creadores de nuestra propia vida aunque una parte consciente de nosotros quiera
manifestar una realidad en determinada dirección, contenemos subconscientemente
información y creencias en un porcentaje mucho mayor (algo así como el 95%), lo cual
ofrece más peso y poder a la hora de manifestar en nuestra vida. Y en lo que se refiere a
dar forma a nuestra propia realidad, todo se puede reducir a una simple frase: lo que
creemos, lo creamos. En este punto, podemos ver claramente cómo aunque tengamos a
nivel consciente una parte que diga “<<sí, yo puedo>>”, si en nuestro interior está
firmemente arraigado el “<<no, no puedo>>”, la manifestación será situaciones en las
cuales no consigamos o logremos lo que deseamos. Es una especie de lucha entre David
(el 5% consciente) y Goliat (el 95% subconsciente). Pero como en el caso de la famosa
historia bíblica, podemos hacer mucho para vencer al gigante que nos amenaza e impide
que vayamos en la dirección que hemos elegido.
Todo esto ha de llevarnos a una, a veces, dolorosa conclusión: todo lo que existe en
nuestra realidad, incluido aquello que no queremos e incluso que odiamos, es nuestra
responsabilidad. Es nuestra porque proviene de nosotros, de la información que
tenemos archivada. Somos nosotros, consciente o inconscientemente, los que estamos
atrayendo a nuestra vida personas y situaciones en concreto. En lo que se refiere a las
personas hay que destacar que compartimos con ellas memorias dolorosas, pues llegan
a nuestra vida debido a que son una proyección nuestra. Podríamos decir algo así que
somos como una especie de imán que atrae individuos con una personalidad en
concreto, como el ejemplo que citábamos anteriormente de aquella persona que no tiene
éxito en sus relaciones de pareja.
Observar nuestra realidad puede darnos una idea de qué hay dentro de nosotros que
necesita ser sanado, y ser conscientes de ello nos habilita para que podamos realizar un
auténtico cambio en nuestra vida, trabajar en nuestro interior para obtener resultados en
el exterior.
La forma en la cual opera nuestra parte consciente es que extrae información del
subconsciente, de esta forma realiza la toma de decisiones. No lo hace por sí misma,
pues recordemos que sólo conoce el 5% de la información y esto le vale para
interactuar con la realidad, lo que está sucediendo, sino que es en base a lo que hay
almacenado en el subconsciente la forma en la cual analiza, deduce y decide. Es por
ello que muchas personas repiten, sin saber por cuál razón, patrones de
comportamiento, pues éstos se encuentran almacenados a un nivel profundo, y es la
parte consciente la que accede a ellos.
Las memorias son toda aquella información grabada en nuestro subconsciente. Son los
recuerdos y experiencias que tenemos almacenados en nuestro interior, muchos de los
cuales desconocemos, pues recordemos una vez más (es de vital importancia) que
somos conscientes del 5% de la información recibida, siendo el otro 95% almacenado
sin que nos percatemos de ello. Toda esta información queda grabada en nuestro
interior y es accesible por la parte consciente para actuar en el día a día.
¿Qué nos ofrece Ho’oponopono en este aspecto? Ni más ni menos que una excelente
herramienta para borrar las memorias dolorosas que tengamos grabadas. Ahora bien:
nosotros no sabemos qué información negativa hay en nuestro interior que haga que
tengamos ciertos conflictos en la vida. Quizá tengamos alguna idea respecto a algo en
concreto, pero la mayor parte de las ocasiones desconocemos qué hay dentro de
nosotros para que nos comportemos de tal o cual forma, o qué fue lo que hizo que
adquiriésemos ciertos patrones de conducta. Y mucho menos lo sabremos si las
memorias son, como ya se dijo con anterioridad, heredadas de nuestro árbol
genealógico, de nuestros ancestros.
Sin embargo, son tantas las cosas que hemos de sanar (somos totalmente inconscientes
de ello) que la práctica de Ho’oponopono ha de ser algo constante en nuestro día a día.
Incluso en aquellas épocas o momentos donde todo vaya bien, el borrado de memorias
ha de ser una práctica habitual, pues recordemos que sólo nos enteramos
conscientemente del 5% de lo que está ocurriendo en nuestra realidad, por lo tanto no
sabemos qué información está llegando a nosotros y puede estar creando memorias
dolorosas, patrones erróneos y conflictivos.
En Ho’oponopono existen cuatro sentencias o palabras que son las más utilizadas, y son
las siguientes: “lo siento, perdóname, te amo, gracias”.
De una manera tan sencilla como elegir alguna de ellas y repetirla la mayor parte de las
veces posibles. No es necesario utilizar todas (aunque es totalmente válido si así lo
sientes), puedes elegir la que más te guste o te <<vibre>> en un momento dado. El
asunto clave es la constancia en la repetición. No es necesario hacerlo en voz alta,
puede hacerse mentalmente y su efecto será exactamente el mismo.
Cada vez que repetimos una de las palabras, se realiza un proceso de limpieza de las
memorias dolorosas que hay en nuestro interior. Aunque hemos de tener algo en cuenta:
de nada vale repetirlas quince minutos al día, si el resto del tiempo estamos
preocupados por las circunstancias de nuestra vida. A modo de ejemplo, para entender
este concepto, podríamos utilizar una balanza: si en uno de los extremos ponemos los
quince minutos de práctica de Ho’oponopono, y en el otro el resto del tiempo del día,
en el cual estamos apesadumbrados o tristes por las situaciones que tenemos,
obviamente esto último tendrá más peso en nuestra realidad, y seguirá siendo lo que
tenga una mayor influencia en nuestra vida (y en la creación de la misma). Y no hemos
de olvidar nunca que aquello que estamos sintiendo, en lo que nos enfocamos, es lo que
atraeremos a nuestra realidad. Si el sentimiento predominante es, por ejemplo,
desilusión o tristeza, estaremos enviando frecuencias de baja vibración que atraerán
situaciones y personas que nos hagan mantener esas emociones en nuestra vida, lo cual
se traducirá en que recibiremos más motivos para estar desilusionados y tristes.
◦ Lo siento: es el reconocimiento de que algo en tu interior, sin saber qué es, está
causando problemas en tu vida.
◦ Llave de luz: con esta frase es como si apagásemos el interruptor de los programas
negativos, arrojando luz sobre ellos y borrando las memorias implicadas.
◦ Gotas de rocío: esta sentencia tiene orígenes alquímicos, transmutando los estados
tales como la tristeza, miedo, ira…
Es muy recomendable que en algún momento del día, antes de comenzar a repetir una
palabra elegida, digamos una frase del tipo: <<Divinidad, te pido por favor que borres
en mí todo aquello que haya que hace que tenga problemas en mi vida>>. Esto será
de gran utilidad pues nos programa inconscientemente en el hecho de que estamos
permitiendo que lo Superior se encargue del proceso de borrado de memorias
dolorosas, creando así una mayor confianza en la resolución de los conflictos. Si tienes
un problema en concreto, o si te sientes enfadado o triste por algo en especial, antes de
borrar puedes decir: <<Divinidad, te pido por favor que borres en mí aquello que está
creando este problema. Lo dejo en tus manos, tú sabes qué es lo que más me
conviene>>.
Cuando practicas las frases de Ho’oponopono tal vez puedas tener distintas
sensaciones. Quizá te sientas más animado, alegre, feliz (esto es debido a las altas
vibraciones de las palabras). Si es así genial. Pero también podría ser que no
experimentaras nada. A este respecto, solamente decir que aceptes la situación tal cual
es, con las sensaciones que se vivan en el momento presente. El trabajo se está
realizando igualmente; que tengas sensaciones alegres y positivas no quiere decir que
esté funcionando mejor que cuando no las tienes. Que el hecho de sentirte mejor o
sentirte igual no sirva para que establezcas un juicio respecto a la utilidad de
Ho’oponopono, pues ésta siempre es grande y hace lo que tiene que hacer, en todo
momento.
¿Pero qué ocurre cuando te sientes mal, triste o desanimado? Comienzas a practicar una
herramienta para que todo vaya mejor en tu vida y, ¡parece que va peor! Si esto te
ocurre no te preocupes, porque es incluso una buena señal. Lo que está sucediendo es
que el proceso de sanación está removiendo muchas cosas en tu interior y esto puede
traducirse en que quizás tengas unos días donde te sientas <<revuelto>>. Estás sanando
a nivel subconsciente, y la liberación de ciertos problemas se hace mediante la
expresión emocional, como es la tristeza, desánimo, intranquilidad. O quizá pudiera
ocurrir que tuvieras algún síntoma físico como dolores de cabeza. Mas no te preocupes,
porque eso pasará con el tiempo (sigue limpiando) y puedes estar tranquilo al respecto.
De hecho, considera esta situación como algo positivo pues tienes una prueba (si acaso
te hace falta) de que el trabajo interior de Ho’oponopono se está realizando.
Según vamos creciendo olvidamos esa parte mágica y maravillosa que caracteriza a los
niños, el ego toma totalmente el control de nuestra vida y las preocupaciones se
convierten en el foco de nuestra atención. Por otro lado, y esto es de vital importancia,
los niños pueden sufrir traumas que aunque no le impidan disfrutar y ser felices, sí que
les marcan de por vida, y es en el estadio de ser adultos cuando estos problemas
afloran y causan disturbios y perturbaciones en distintas facetas y aspectos de la vida.
También es preciso decir que el hecho de que un niño no haya sufrido un fuerte trauma
en su vida no significa que no se haya encontrado dolido por diferentes circunstancias y
experiencias.
Sanar a nuestro niño interior no sólo nos facilita el borrar los traumas del pasado, sino
que además nos ayuda a limpiar diferentes problemas y memorias dolorosas que
tengamos, pues recordemos que el niño interior representa al subconsciente, donde todo
se encuentra almacenado. Si contactamos regularmente con nuestro niño interior, le
atendemos y damos amor, ayudándole así a sanar, él nos devolverá el favor siendo
partícipe en el borrado de otras memorias dolorosas, convirtiéndose así en un aliado de
un potencial increíble. Una persona que atienda a diario a su niño interior conseguirá
avanzar más rápidamente en el borrado de memorias dolorosas que una que únicamente
repite las palabras de Ho’oponopono. Con esto no quiero decir que sanar al niño
interior es suficiente y no haya que utilizar las palabras, sino que hago énfasis en que si
utilizamos las dos técnicas los resultados obtenidos serán mucho mayores. Un niño
interior cuidado, sanado y amado estará constantemente borrando memorias dolorosas,
estemos o no recitando las palabras de Ho’oponopono.
¿Cómo sanar a nuestro niño interior? La manera es sencilla. Basta con que busquemos
un momento de nuestro día donde estemos tranquilos, relajados, sin ser molestados.
Podemos preparar un ambiente con una luz tenue, música de relajación o aquello que
nos invite a sentirnos en calma. Después, cerraremos los ojos y nos visualizaremos a
nosotros mismos siendo niños. En este punto puede ser de gran ayuda revisar
fotografías antiguas y de esta forma obtener la imagen de nosotros que más nos guste.
Una vez que nos visualizamos siendo niños, nuestro papel será acercarnos
cuidadosamente, hablar con el niño, darle cariño, amor, tomarle de las manos,
sonreírle, escucharle si tiene algo que decirnos o dedicarle nosotros palabras bonitas,
de apoyo. Es muy posible que el niño nos diga que está dolido por algo que le ocurrió,
o tal vez nos sorprenda comentándonos que en la actualidad somos demasiado serios y
<<ocupados>>, que nos hemos olvidado de disfrutar, sonreír, jugar…
Quizá en nuestros primeros contactos el niño esté tan asustado que no se fíe de nosotros
y no quiera que le agarremos de las manos o le demos un abrazo. Hemos de ser
cuidadosos, tratarle como a cualquier niño, atento a su reacción para no asustarle. Poco
a poco nos ganaremos su confianza y se abrirá a nuestras intenciones de darle cariño y
amor.
Si nuestro niño interior se encuentra atendido, lleno de cariño por nuestra parte,
habremos conseguido sanar algo de vital importancia en nuestra vida y que, sin duda
alguna, tendrá grandes y positivas repercusiones en nuestra realidad a todos los niveles.
◦ Vaso de agua: utiliza un vaso de vidrio transparente (da igual el color) y llénalo con
tres cuartas partes de agua. Colócalo en cualquier lugar de la casa, en tu oficina,
trabajo… El agua limpiará y borrará las memorias existentes. Cambia el agua por lo
menos dos veces al día. Si hay algún problema o situación en concreto que te preocupe,
puedes poner debajo del vaso de agua un papel donde escribas la situación. También
puedes poner el nombre de una persona con quien tengas una relación conflictiva o
quizá alguien que esté enfermo.
Ho’oponopono es SIEMPRE para ser usado en nosotros, para sanar en nuestro interior. Y
ese es el concepto principal de esta herramienta: sanar dentro para que lo de fuera
pueda cambiar hacia algo mejor.
Fluyendo y aceptando
Uno de los asuntos más importantes que hemos de tener en cuenta en Ho’oponopono es
la errónea utilidad que le suponen muchas personas para conseguir cosas en concreto.
Por ejemplo: alguien está pendiente del resultado de una entrevista de trabajo que ha
hecho y comienza a practicar Ho’oponopono con la intención de borrar todo aquello
que impida que sea contratado por la empresa que le acaba de entrevistar. Esto es un
error pues con Ho’oponopono las cosas no funcionan así.
Ho’oponopono facilita que TODOen tu vida sea mejor, que lo más conveniente para ti
llegue a tu realidad. Sin embargo, nuestra escasa visión no nos permite ver más allá de
nuestros deseos y de aquello que percibimos en nuestra vida. Supongamos el caso de
una persona que acaba de ser despedida de un puesto de trabajo. En un principio podría
ser una mala noticia que le generara malestar emocional; tal vez se sienta triste,
decaído. Pero con el paso de los días un amigo le habla de la empresa donde trabaja, en
la cual buscan un empleado con su mismo perfil profesional, y tras realizar una
entrevista es contratado, descubriendo que en su nuevo puesto de trabajo gana más
dinero, el ambiente es mejor e incluso tiene más tiempo libre. Lo que en un principio
fue una mala noticia, en realidad fue un paso necesario para que en su vida llegara una
situación mejor.
Hay un refrán que dice: “ todo lo que en esta vida sucede, conviene”. Y es así,
justamente, como deberíamos enfocar lo que nos ocurre en la vida. Si fomentáramos y
cultiváramos una confianza en que todo va bien, y que si nos ponemos en manos de lo
Divino siempre nuestras necesidades estarán atendidas, aceptaremos las situaciones tal
cual llegan a nosotros y entenderemos que están en nuestra realidad porque es lo mejor
que debemos experimentar, aunque a veces no nos guste… A esto se le llama fluir.
Cuando nuestro deseo de que algo en concreto ocurra es tan fuerte que altera nuestro
sistema de ánimo, indudablemente pasaremos por estadios emocionales que variarán
desde la alegría e ilusión, a la tristeza y desánimo. Y éstos cambiarán dependiendo de
lo que recibamos del exterior. Una persona puede sentirse muy ilusionada por acceder a
un puesto de trabajo; emite vibraciones de alegría y confianza para manifestar su deseo.
Pero si está totalmente apegada a ello como si nada más en su vida existiera, si
recibiera una noticia como que han entrevistado a otro posible candidato, su estado de
ánimo cambiará y comenzará a sentir dudas y miedos.
Al utilizar Ho’oponopono hemos de ser conscientes de que el trabajo real que estamos
haciendo es el de limpiar memorias que están creando problemas en nuestra vida, sean
del tipo que sean. Nosotros creamos nuestros problemas y mediante la sanación de
memorias también creamos las soluciones a los mismos. Pero cuando nos apegamos
demasiado a un resultado en concreto estamos creando más memorias dolorosas, pues
el deseo obsesivo crea más memorias de dolor y sufrimiento.
Puedes tener deseos, puedes querer que te ocurran cosas, pero posiciónate siempre en
una situación de apertura, de ser consciente de que puedes ser premiado con lo que
quieres o con algo distinto, pero que quizás sea infinitamente mejor.
Ho'oponopono y el Amor
Hoy en día la mayor parte de las personas, cuando escuchan la palabra <<amor>>,
rápidamente piensan en una pareja de enamorados, o una madre cuidando a sus hijos.
Vinculamos el amor con un significado emocional hacia una persona o, por ejemplo, un
animal de compañía como podría ser un perro o un gato. Sin embargo esta definición es
totalmente limitante, pues el Amor va mucho más allá.
El Amor es todo aquel pensamiento, palabra o acto destinado a unir. En lo que a las
relaciones personales se refiere, fácilmente entendemos este concepto, pues dos
personas que se aman se encuentran unidas, no siendo la cercanía física un ingrediente
imprescindible para que el Amor exista. Pero saliéndonos de este contexto en
particular, podemos ver que el Amor está en todas partes.
Pero cuando hablamos de la palabra Amor es justo todo lo contrario. Y para amar no es
necesario tener un sentimiento como el que puede tener un individuo por su pareja, o un
hermano con un hermano. Cuando amas tu trabajo adoras realizarlo. Si amas a tu equipo
de fútbol favorito, disfrutarás al máximo viendo sus encuentros deportivos. Aquella
persona que ama el mar, se sentirá en la gloria cada vez que esté cerca del mismo o
disfrutará como un niño bañándose en él. En todos estos casos, la persona implicada
obviamente tiene un sentimiento hacia aquello que ama, pero nada tiene que ver con,
por ejemplo, el que pueda sentir hacia su madre, aunque el resultado final sea el mismo:
un sentimiento bonito, puro, elevado, que nace desde el Corazón.
Por lo tanto, hablar de Ho’oponopono es hablar de Amor, pues con esta herramienta nos
estamos uniendo a los procesos de sanación necesarios para limpiar las memorias
dolorosas. Y en dichos procesos no existe el rechazo, el odio, la culpa o cualquier bajo
sentimiento relacionado con aquella <<basura>> que pueda haber dentro de nosotros.
Si realmente queremos sanar y trascender todo aquello que nos causa problemas en
nuestra vida, hemos de aprender en primer lugar a desprendernos de las bajas
vibraciones como la culpa o la ira por aquello de lo que pensamos que somos
totalmente responsables. Como ya se dijo anteriormente, el tener conciencia de la
propia responsabilidad respecto a lo que nos causa problemas (las memorias
dolorosas) no tiene que implicar un bajo sentimiento relacionado con ello. Dicha
conciencia para lo que debería valernos es para saber de dónde proceden los
problemas y qué hacer para solucionarlos, pero no para cargarnos más y más con
tristezas y odios por no ser o estar como nos gustaría.
Voy a proponer un claro y sencillo ejemplo para entender este concepto. Una persona
decide optar por un puesto laboral en específico. Cuando se informa de las condiciones
necesarias para el acceso, se da cuenta de que se requiere una serie de formaciones y
conocimientos técnicos que no posee. En este caso, ¿tendría sentido alguno que esta
persona se sintiera mal consigo misma por no disponer de la formación necesaria para
el puesto laboral? Obviamente no. En todo caso si está muy interesada en el puesto
laboral (u otro similar en una empresa distinta), la solución que podría aportar sería
realizar los cursos necesarios para poder disponer de la titulación requerida. Esta
persona no se sentirá mal consigo misma por no estar en las condiciones necesarias
para optar al puesto laboral; reconoce su responsabilidad en lo que ocurre (no dispone
de la titulación), pero ello no le causa un sentimiento de culpa, y entiende con total
tranquilidad y aceptación qué es lo que le falta para poder trabajar en aquello que
desea.
Con las memorias dolorosas ocurre exactamente lo mismo. Cuando aceptamos que
están, nos guste o no, alcanzamos un estado de paz y aceptación con aquella parte
interior nuestra que, muy posiblemente, hemos estado rechazando, e incluso odiando,
durante mucho tiempo. El victimismo es una de las mayores lacras de esta humanidad,
pues nos sitúa en una posición de seres totalmente impotentes ante los acontecimientos,
y esto es justamente todo lo contrario de la realidad pues TODOS disponemos del
potencial suficiente para satisfacer todos nuestros deseos y necesidades. Y esto no
depende de formaciones universitarias, títulos o cosas así, sino que parte de la base de
reconocernos a nosotros mismos como creadores de nuestra propia realidad en todos
los ámbitos de la misma.
Nos aceptamos tal y como somos ahora, con aquellas partes que nos gustan y las que no.
Una vez que entendemos que rechazarnos no vale para nada, comenzamos a caminar por
la senda correcta. Al aceptarnos nos amamos, y cuando esto empieza a ocurrir nos
damos cuenta de que somos merecedores de más, y que trabajando en lo que nos toca
podemos conseguirlo, al igual que muchos otros lo han hecho.
◦ Se me olvida practicar…
No te extrañe que esto te ocurra. Es muy posible que una vez que descubres esta
maravillosa herramienta seas al principio muy constante en su práctica. Sin embargo, la
rutina del día a día, las obligaciones y demás pueden hacer que pases por alto su
práctica. Puedes recurrir a algunos trucos para recordarte repetir las frases: en tu lugar
de trabajo o casa puedes poner una nota que ponga <<borrar>> o <<gracias>>. Tal vez
podrías llevar en tu muñeca una banda elástica que al verla te recuerde practicar las
frases. Otra buena opción sería poner alarmas en tu teléfono para que suenen en
distintos momentos del día y te recuerden la práctica de Ho’oponopono.
Hay cambios que necesitan su tiempo para manifestarse. Pongamos como ejemplo el
hecho de plantar una semilla: por mucho que deseemos que crezca, que dé sus frutos, no
vamos a acelerar el proceso. Lo único que vamos a conseguir es que tengamos ansiedad
y apego por el resultado. En ese caso, nuestro único trabajo es proporcionarle a la
semilla las condiciones adecuadas para que crezca y dejar a la Vida que haga su
trabajo. En lo que a Ho’oponopono se refiere hemos de aplicar el mismo principio,
trabajar el borrado de memorias y tratar de olvidarnos de ver los resultados. Éstos
llegarán cuando deban hacerlo, en su momento justo, ni antes ni después. Y recuerda
que lo harán de la forma más beneficiosa para ti, la cual no ha de ser precisamente la
que esperas. Por ello sólo has de trabajar las frases de Ho’oponopono con constancia,
diariamente, y seguir con tu vida, abierto, atento y confiado en que todo se dará de la
mejor manera posible.
Es muy normal y común esperar resultados específicos ante nuestros deseos. Aquella
persona que por ejemplo crea un negocio, tiene el deseo de que sea próspero, que
realice grandes ventas y todo le vaya bien. Lo que hemos de tener en cuenta lo máximo
posible es que no debemos tener apego en exceso por un resultado en concreto, como si
nada más existiese en la vida. Podemos querer que algo ocurra, pero que ello no nos
quite el sueño ni la ilusión por hacer cosas distintas, por atender otras facetas e
intereses de nuestra vida. Cuando dejamos de estar pensando constantemente en lo que
queremos para liberar la mente dedicándola a otras cuestiones, permitimos que el flujo
natural de la vida se dé. Como ejemplo, voy a contar una pequeña fábula:
Un gato grande ve cómo un gatito trataba de agarrarse la cola, dando vueltas sobre sí
mismo constantemente. Entonces le pregunta:
-Yo también sé que mi cola es la felicidad, pero me he dado cuenta que cuando la
persigo se me escapa, y cuando voy haciendo lo que tengo que hacer, ella viene detrás
de mí por dondequiera que yo vaya.
Ten deseos, con resultados específicos si así lo sientes, pero trabaja el desapego y
atiende tu vida, pues ésta se encuentra llena de multitud de cuestiones que has de
atender. Y al utilizar Ho’oponopono no lo hagas para que algo en concreto ocurra
porque no te funcionará. Simplemente <<borra>> y deja que la Vida te sorprenda…
Al principio puede que te cueste estar practicando constantemente, pero con el tiempo
se volverá algo habitual. Ten en cuenta que los pensamientos predominantes son los
que, por ley de atracción, manifestarán cosas en tu realidad. Por lo tanto si tienes
tiempo para pensar negativamente, también lo tienes para practicar Ho’oponopono, con
las grandes ventajas y beneficios que ello te dará. Crear nuevas costumbres siempre es
más complicado al principio, pero luego se va haciendo más fácil con el día a día. Usa
los recordatorios para realizar la repetición de las palabras y frases para que de esta
forma la rutina habitual no te haga olvidarte de practicar.
◦ Tras utilizar las frases me siento mal o han empeorado algunas cosas en mi vida.
En lo que se refiere a las circunstancias externas de nuestra vida, éstas también pueden
verse afectadas. Si por ejemplo estamos inmersos en un trabajo del cual no podemos
salir por nuestro propio miedo, o una relación de pareja a la cual estamos, insanamente,
enganchados, tal vez la práctica de Ho’oponopono en sus resultados no se traduzca a
que seamos nosotros mismos quienes tomemos la decisión de abandonar algo que no
nos conviene, sino que sea ese <<algo>> el que se aleje de nosotros porque, debido a
la limpieza que estamos realizando, es un asunto que ya no aplica en nuestra vida, ya no
se comparten memorias dolorosas. Recordemos siempre que nosotros creamos y
atraemos todo lo que hay en nuestra realidad, y todo ello es debido a las memorias que
tenemos en nuestro interior. Si mediante Ho’oponopono sanamos las memorias que
manifestaban una relación emocional destructiva, dicha relación desaparecerá de
nuestra vida. Quizás nuestro apego y patrones mentales puedan en un principio ver ese
hecho manifiesto como algo malo (la pareja nos dejó), cuando la realidad es que ha
ocurrido algo muy positivo. Aunque lo ideal es que fuésemos nosotros los que
tomásemos ciertas decisiones, pero no siempre ocurre así.
◦ Cuando bebo el agua solar o utilizo los vasos de agua, ¿he de hacer algo más en
concreto con esas herramientas?
No hay que hacer nada, no hay que enfocarse, visualizar o recitar nada. Si decides
beber el agua solar, sólo has de beberla. Si usas los vasos de agua en tu casa o trabajo,
simplemente déjalos estar y renueva el agua mínimo dos veces al día. No tienes que
hacer nada más.
Las personas que se encuentran en tu vida no están por casualidad. Con todas ellas
compartes memorias; y aunque nos cueste aceptarlo, las personas que están enfermas en
tu realidad también comparten memorias contigo que les hace estar en una condición de
enfermedad. Esto se traduce en que tanto tú como ellos tenéis, en común, memorias que
causan las enfermedades o problemas de cualquier tipo.
Pretender usar Ho’oponopono con la única intención de sanar o ayudar a otros es una
equivocación, pues aunque compartáis memorias que causen, por ejemplo, una
enfermedad, cada uno tiene un camino interior y personal que ha de recorrer. Es muy
posible que cuando tú sanas memorias esto se vea reflejado en que las condiciones de
las personas de tu vida cambien. Pero ello no significa que si utilizas Ho’oponopono
con la intención de sanar las memorias dolorosas que compartes con alguien que está
enfermo, el resultado sea su sanación. Habrá ocasiones en las cuales al usar
Ho’oponopono podrás ver sanaciones en los demás, pero este hecho no significa que
siempre deba de ser así. Recordemos que en la historia personal del Dr. Len él lo que
hacía era sanar aquella parte en su interior que causaba las enfermedades en los otros,
pero no lo hacía con el fin de sanarlos, sino que se sanaba así mismo.
El mejor trabajo que puedes hacer es el de borrado de tus memorias, sin poner
intención en ello. Si cuando lo haces observas que personas de tu alrededor se
benefician de alguna manera, querrá decir que así ha sido dispuesto por la Divinidad.
Pero si ello no ocurre no significa que no esté funcionando, pues tal vez la enfermedad
o situación problemática que la otra persona esté experimentado sea algo totalmente
necesario para su propio aprendizaje. Por lo tanto se puede ver que aunque tus
memorias faciliten que en tu vida existan personas con enfermedades o problemas, la
responsabilidad que tienes siempre llega hasta un límite. Por ejemplo: tienes una mala
relación con tu jefe y estás utilizando Ho’oponopono. El resultado, en lo que a esa
relación se refiere, podría ser que tu jefe cambiara su humor y fuera más amigable
contigo o que te despida, lo cual podría facilitar la llegada de una oportunidad laboral
mejor. Está en manos de la Divinidad el resultado del proceso, y si tras limpiar las
memorias dolorosas que compartes con esa persona vuestros caminos han de seguir
unidos, la vida adecuará la situación para que sea de la mejor manera posible. En caso
contrario, os separará pues ya nada os une y cada uno seguirá su propia evolución por
separado.
Ho’oponopono no es una energía que se envíe a otros, como por ejemplo podría ser en
el caso de Reiki u otras técnicas energéticas. Ho’oponopono para lo que sirve
únicamente es para sanar memorias dolorosas en nuestro interior. Su cometido es la
auto-responsabilidad de que hay asuntos dentro de nosotros que manifiestan en nuestra
realidad situaciones de todo tipo, ya sea una enfermedad física, problemas económicos
o encuentros con personas con un perfil determinado que nos causan que tengamos
relaciones conflictivas.
He visto que en ocasiones algunas personas, al tener un conflicto con otra, utilizan
Ho’oponopono para sanar a aquella persona con quien tuvieron el problema; y lo hacen
desde una posición en la que ellos se ven como <<justos>> y los otros como
<<pecadores>>. Sin embargo este no es el fin de Ho’oponopono ni nos hace
responsables de nosotros mismos. Si por ejemplo nos quejamos de ciertas actitudes de
nuestra pareja, la sanación tal vez no sea que el otro cambie, sino que podría ser
perfectamente que nuestra interpretación de sus acciones sea diferente, lo cual podría
solucionar los problemas que podamos tener con la otra persona. Si nos posicionamos
en un lugar donde pensamos que nosotros hacemos lo correcto, que pensamos, sentimos,
hablamos y actuamos bien y que los otros lo hacen mal, en primer lugar no nos
estaremos haciendo responsables de aquello que hay manifestado en nuestra realidad –y
que no nos gusta-, sino que lo veremos como algo externo y fuera de nuestro campo de
acción. En segundo lugar no estaremos haciendo un auténtico examen de conciencia,
reconociendo que la causa de los problemas es nuestra, no de los otros. Estos dos
puntos detallados no tienen nada que ver con Ho’oponopono y con su verdadera
utilidad y función.
Si detectamos problemas en nuestra vida, lo único que tenemos que hacer es pedir
sanación por aquella parte de nosotros que los está generando y soltar. Pretender que
otros cambien para que se comporten como queremos, bajo nuestros propios criterios y
juicios, hace que sigamos atados a nuestro ego, el cual es limitado; y cuanto más
aferrados estemos a él más intransigentes y aislados nos encontraremos de las
maravillas que puede ofrecernos la vida.
Morrnah Simeona nos dejó una preciosa y potente oración, que puede ser practicada
siempre que uno quiera, realizando así un gran trabajo de borrado de memorias.
Podemos recitarla, por ejemplo, al iniciar el día o cuando tengamos un problema en
concreto, cuando nos sintamos mal, preocupados o inestables. Otra función que se le
puede dar es apuntar la oración en un papel, y éste pegarlo a una botella de agua (si
usamos agua solarizada, la botella utilizada es perfecta para este fin, potenciando así
sus beneficios). Las palabras impresas en el papel aportarán altas vibraciones al agua,
que al tomarla realizará un borrado y limpieza de memorias dolorosas mucho mayor. Si
deseas conocer más detalles sobre cómo las emociones y palabras influyen en el agua y
su composición, te recomiendo que busques información sobre Masaru Emoto y sus
sorprendentes estudios, investigaciones y descubrimientos en este campo.
Permite que esto limpie, purifique, libere, corte todos los recuerdos, bloqueos,
energías y vibraciones negativas, y transmute estas energías indeseables en
pura luz...
Y así está hecho”.