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CAPÍTULO 6

RACIONALIDAD Y CIENCIA, UNA LECTURA


PALIMPSÉSTICA DE LA TRILOGÍA
FOUNDATION DE ASIMOV

DR. JOSE LUIS ARROYO BARRIGÜETE


Universidad Pontificia Comillas, España

RESUMEN
La racionalidad de Asimov en su faceta de novelista le llevó a elaborar obras atípicas,
sensiblemente diferentes a la ciencia ficción de la época, y más parecidas a las novelas
de misterio que a las space opera que dominaban en el género. La trilogía de la Funda-
ción, su obra más emblemática, es probablemente el mejor ejemplo de su particular
estilo, además de incorporar numerosos elementos de crítica. Una lectura palimpsés-
tica de las tres novelas nos permite observar la manera en que Asimov confronta la
racionalidad a la violencia, el fanatismo y las emociones, enfrentamientos que sistemá-
ticamente se decantan en favor de la actuación basada en la fría lógica. Este trabajo
profundiza en dichas confrontaciones, en ocasiones de naturaleza metatextual, que
permiten acercarnos al pensamiento del autor y comprender mejor una obra que, desde
una perspectiva transtextual, resulta notablemente compleja.

PALABRAS CLAVE
Isaac Asimov, trilogía Foundation, racionalidad, fanatismo, ética.

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INTRODUCCIÓN
Entre las muchas peculiaridades de Isaac Asimov en su faceta de nove-
lista, hay una que probablemente destaque sobre el resto, como han se-
ñalado diversos especialistas en su obra: su fe ciega en la ciencia, la tec-
nología y la racionalidad. Asimov nunca ocultó su opinión a este
respecto, que probablemente era el resultado tanto de su formación aca-
démica (doctor en bioquímica y profesor universitario de esta materia)
como del momento histórico que vivió, la segunda mitad del siglo XX,
en el que los impresionantes avances en ciencia y tecnología presagiaban
un futuro utópico para la humanidad. En una entrevista que concedió
ya en la última etapa de su vida, afirmaba que “[…] technology can save
us […]. I don’t know for sure… some of our problems may prove in-
soluble even for science and technology. But if those two tools fail us,
nothing else will succeed” (Stone, 1980, p.61). Esta tecnofilia permeaba
en sus novelas, algo que de hecho ha sido criticado por diferentes espe-
cialistas, pues es cierto que Asimov parece que consideraba la tecnología
como el mejor indicador para comprender una sociedad (Berger, 1979),
y, al mismo tiempo, como el mejor mecanismo para solucionar sus pro-
blemas y dificultades (Fitting, 1979; Milner y Savage, 2008). Sutherland
(2014, p.177) sintetiza sus ideas de este modo: “Asimov offers a techno-
logical-utilitarian philosophy founded on an articulate atheism”.
Estas fuertes convicciones llegan al punto de condicionar tanto los ar-
gumentos de sus novelas como el propio estilo literario. De hecho, la
acción en sus obras sigue escrupulosamente el método científico: reco-
gida y evaluación de datos, formulación de una hipótesis, realización de
predicciones sobre la solución al problema y chequeo de las mismas
(Warrick, 1977, p.179). La consecuencia de ello es que la acción resulta
mucho más mental que física, y requiere personajes muy diferentes a los
típicos de una space opera. Martínez (2012, p.195) afirma que el típico
héroe asimoviano se caracteriza por ser “racional, centrado y seguro de
sí mismo”, planteamiento similar al de Watt (1977, p.157), quien
apunta que “[t]he real Asimovian hero is the person who looks critically
at his society, its technology, and himself – and is eager to modify, to

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learn, to improve”. En el caso concreto de la trilogía Foundation13, que
analizamos en este trabajo, la situación es idéntica, y Palumbo (2016,
p.2), además de criticar la caracterización de los personajes14, destaca su
híper racionalidad: “only a few [personajes de la trilogía] are truly me-
morable […]. Lacking emotional complexity, hyper-rational, and sub-
servient in action and motivation to the requirements of the plot—they
are, at best, engaging but superficial puppets”.
Pero incluso el propio esquema de la trilogía Foundation exuda esa ra-
cionalidad. Con la incorporación de elementos paratextuales a modo de
citas a la ficticia Encyclopedia Galactica, Käkelä (2016, p.60) afirma
que, además de contextualizar la acción, Asimov pretendía aproximarse
a la novela histórica, algo lógico dado que sentía gran interés por esta
disciplina, hasta el punto de haber pensado elegirla en sus estudios uni-
versitarios. Según él mismo reconoce en diversas entrevistas (Ingersoll,
1976, p.23; Schweitzer, 1981, p.77), la trilogía Foundation está inspi-
rada en The History Of The Decline And Fall Of The Roman Empire de
Edward Gibbon15. Adicionalmente, distintos investigadores han encon-
trado tanto influencias del historiador Arnold J. Toynbee (Hassler,
1988; Irwin, 1997; White, 2005, p.85; Sawyer, 2009, p.491; Seed,
2011, p.100; Correia Félix, 2014, p.109 y p.112; Shippey, 2016, p.84)
como del filósofo e historiador Oswald Spengler (Fitting, 1979;
Csicsery-Ronay Jr., 2008, p.221; Correia Félix, 2014, p.18)16. En nues-
tra opinión también existe una fuerte relación hipertextual con Histo-
rias, de Polibio, concretamente con su libro VI, en el que describe la

13 Esta trilogía es sin duda la saga más conocida de Asimov, amén de una obra clave en la
ciencia ficción. Tanto es así que en 1966 recibió el Premio Hugo a la mejor serie de ciencia
ficción de todos los tiempos.
14Como hemos analizado en trabajos anteriores (Arroyo Barrigüete, 2018), la caracterización
efectivamente adolece de ciertas deficiencias.
15Merece la pena destacar el trabajo de Gevers (1997, p.33-62), que desarrolla uno de los
mejores análisis que hemos encontrado en lo que se refiere a la influencia de la obra de Gibbon
en la trilogía Foundation.
16Lo cierto es que la obra de Asimov presenta una enorme riqueza intertextual, por la relación
de sus textos con otros textos y otros contextos universales (Álvarez Muñetón, 2012), y la trilogía
Foundation no es en absoluto una excepción (Arroyo Barrigüete, 2019).

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llamada anaciclosis, esto es, el ciclo de las distintas formas de gobierno
que se va repitiendo en el tiempo y siempre en un orden prefijado (Po-
libio, 2008, p.145-149), exactamente como sucede en la trilogía Foun-
dation (Arroyo Barrigüete, 2020). Dicho todo esto, podemos afirmar
que Asimov bebió de fuentes históricas para elaborar su trilogía, proba-
blemente con la finalidad de que efectivamente pareciese Historia, al
tiempo que, al construir la estructura de la saga en base a teorías reales,
difícilmente hallaremos debilidades en su lógica, o al menos hacerlo nos
resultará mucho más complicado que si la base hubiera sido una espe-
culación ociosa. Como decíamos, incluso el propio esquema de Foun-
dation exuda racionalidad.

1. LA PRIMERA FUNDACIÓN COMO MODELO DE


RACIONALIDAD
La trilogía Foundation se inicia cuando un matemático llamado Hari
Seldon descubre la inminente caída y descomposición del Imperio Ga-
láctico, formado por veinticinco millones de planetas. A través de unas
complejas matemáticas que él mismo ha desarrollado, la llamada psi-
cohistoria, predice que tras esta caída sobrevendrá un periodo de caos
en la galaxia que durará treinta mil años. Ante la imposibilidad de frenar
el hundimiento del Imperio, plantea como alternativa el Plan Seldon,
esto es, la creación de dos Fundaciones, que, actuando como germen del
Segundo Imperio, reducirán a mil años el periodo de interregno. La Pri-
mera Fundación, ubicada en el planeta Términus y compuesta princi-
palmente por científicos, protagoniza la primera novela, Foundation
(1951), en la que se narran las distintas crisis a que tiene que enfrentarse
en su proceso de expansión. La segunda novela, Foundation and Empire
(1952), describe, en su primera parte, el enfrentamiento de la Primera
Fundación con el decadente Imperio, que aún es extremadamente po-
deroso. La segunda parte narra el surgimiento de un mutante, The
Mule17, con la habilidad de controlar las emociones humanas, que, tras

17 Nuevamente, el papel de este personaje en la saga también está inspirado en un hecho


histórico, concretamente “Tamerlane’s disruption of the march of the Ottoman Empire – which
resumed after Tamerlane’s death” (carta personal de Asimov, publicada parcialmente en
Patrouch, 1974, p.85).

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derrotar a la Primera Fundación, inicia la búsqueda de la Segunda, sa-
bedor de que es el único obstáculo para la conquista total de la galaxia.
En la tercera novela, Second Foundation (1953), los misteriosos oradores
de la Segunda Fundación, que también cuentan con poderes mentales,
derrotan a The Mule y posteriormente llevan a cabo un intricado plan
para hacer creer a la Primera Fundación que han sido destruidos: los
oradores necesitan permanecer en el anonimato para llevar a cabo su
misión como supervisores del Plan Seldon.
La Primera Fundación es, de hecho, una metáfora del comportamiento
científico y racional, pues destila esta característica en todos los sentidos.
En primer lugar, su propia esencia es de naturaleza científica, en tanto
que su origen es el de una organización formada por científicos con la
misión de redactar la Encyclopedia Galactica, compendio de todo el co-
nocimiento humano. Más tarde se descubrirá que esta misión no es sino
un señuelo, pero, aun así, actuará como reducto de la ciencia y la tecno-
logía en una galaxia que poco a poco va perdiendo estos conocimientos.
Bayta Darrell, protagonista de la segunda parte de Foundation and Em-
pire, explica, en su papel de historiadora, que el memorable destino de
la Primera Fundación se sustenta principalmente en la ciencia: “Our
Foundation was a gathering of the scientists of the dying Empire in-
tended to carry on the science and learning of man to new heights […]
in one thousand years, it would become a newer, greater Empire” (Asi-
mov 2004b, p.111-112). Y este conocimiento es clave en su expansión.
La explicación de Lady Callia, concubina del gobernante de Kalgan,
Lord Stettin, sobre las razones por las que la Primera Fundación nunca
es derrotada, apuntan directamente en esta dirección: “It was supposed
to arrange to have the Foundation win all the time. Science had some-
thing to do with it, though I could never quite see how” (Asimov,
2004c, p.173).
En segundo lugar, y como ya hemos indicado antes, sus protagonistas,
y muchos de los antagonistas, se caracterizan por una racionalidad ex-
trema. Salvor Hardin, primer alcalde de Términus y uno de los perso-
najes más memorables de la trilogía, es recordado a lo largo de las dis-
tintas novelas por uno de sus aforismos: “Never let your sense of morals
prevent you from doing what is right” (Asimov, 2004a, p.173).

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Adicionalmente al regusto maquiavélico de la frase, que está presente en
muchos otros aspectos de la saga, nos muestra la personalidad de alguien
cuyas decisiones se basan exclusivamente en la razón, sin dejarse influir
por consideraciones de otro tipo. Razón que, por supuesto, va acompa-
ñada de la ciencia, pues Hardin no oculta su desprecio por quienes no
comprenden su relevancia. Tras un diálogo con el especialista en los orí-
genes de la humanidad, Lord Dorwin, en el que éste menosprecia la
necesidad de la experimentación directa, Salvor piensa: “Scientific met-
hod, hell! No wonder the Galaxy was going to pot"18. Esta personalidad
es compartida por muchos de los personajes de la saga, y Reyes Calderón
(2014), en relación a la primera novela de la trilogía, señala que “[n]ues-
tros tres héroes se mueven bajo la directriz de la inteligencia, la cultura
y la paz. Poseen la confianza, la tenacidad y la paciencia para sobrellevar
situaciones adversas que llegan al colmo de lo inaguantable. […] Héroes
que son abnegados, esperanzados, incansables, astutos, realistas, cientí-
ficos”.
Por último, el modo en que se resuelven las distintas crisis y amenazas
no son sino una metáfora del modo en que la ciencia y la racionalidad
siempre vence ante la violencia, el fanatismo e incluso las emociones,
como analizaremos a continuación.

2. CIENCIA Y RAZÓN FRENTE A VIOLENCIA


En el segundo y tercer capítulo de Foundation, titulados The Encyclope-
dists y The Mayors, hallamos los ejemplos más claros del enfrentamiento
entre la violencia y la razón. En The Encyclopedists encontramos una Pri-
mera Fundación que, tras su creación hace cincuenta años, ha mante-
nido el conocimiento científico que otros planetas ya han perdido, con-
cretamente la tecnología nuclear. Sin embargo, se halla rodeada por
vecinos con ansias expansionistas y mucho más poderosos en términos
militares, ante los que se encuentra completamente inerme. Uno de

18 Esta frase, que curiosamente es de las más citadas por los amantes de Asimov, no aparece
en varias de las ediciones de la novela. Concretamente, en la edición que manejamos en este
trabajo, la frase es sustituida por un educado “I see” (Asimov, 2004a, p.76). Desconocemos las
razones para esta sustitución, pues en nuestra opinión la frase original resulta mucho más
adecuada.

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ellos, Anacreon, trata de anexionarse Términus, tras constatar que,
siendo una fundación de tipo científico, carece de la fuerza para opo-
nerse a su maquinaria bélica. El emisario de Anacreon, Anselm haut Ro-
dric, representa el estereotipado perfil de los belicistas, cuando, al ente-
rarse de los objetivos científicos de la Primera Fundación, muestra su
sorpresa: “This is all very interesting -he said- but it [science] seems a
strange occupation for grown men. What good is it?” (Asimov, 2004a,
p.57). Es Salvor Hardin, alcalde de Terminus, quien, en una conversa-
ción posterior con uno de los científicos, explica esta actitud: “Pirenne
looked after him and gritted through his teeth: -That insufferable, dull-
witted donkey! That…- Hardin broke in -Not at all. He's merely the
product of his environment. He doesn't understand much except that
'I have a gun and you haven't-” (Asimov, 2004a, p.63). Obviamente, la
Primera Fundación carece de medios para defenderse de la invasión, de
manera que es Hardin quien encuentra una ingeniosa solución:
The temptation was great to muster what force we could and put up a
fight. It's the easiest way out, and the most satisfactory to self-respect –
but, nearly invariably, the stupidest. […] What I did, instead, was to
visit the three other kingdoms, one by one; point out to each that to
allow the secret of nuclear power to fall into the hands of Anacreon was
the quickest way of cutting their own throats; and suggest gently that
they do the obvious thing. That was all. One month after the Anacreo-
nian force had landed on Terminus, their King received a joint ultima-
tum from his three neighbors. In seven days, the last Anacreonian was
off Terminus. (Asimov, 2004a, p.106-107)

Tras superar esta primera crisis, el capítulo The Mayors nos muestra el
modo en que la Primera Fundación, en un precario equilibrio con sus
cuatro vecinos, es de nuevo amenazada por Anacreon. El Príncipe Re-
gente Wienis, resentido por la humillación de haberse visto forzado a
abandonar Términus, planea un ataque a gran escala. Su carácter beli-
gerante y sus ansias de conquista son aún más evidentes que en el caso
de Anselm haut Rodric: “I have always believed in direct action. I have
believed in carving a straight path to my objective and following that
path” (Asimov, 2004a, p.148). Sus objetivos, más allá de la conquista de
la Fundación, pasan por la expansión al resto de la periferia: “There is
to be war with the Foundation […]. The Foundation is the source of

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power and might” (Asimov, 2004a, p.127). Más adelante, declara lo
siguiente: “And soon to be Emperor of the periphery, and further, who
knows? The Galaxy may someday be reunited […] why not? With the
help of the Foundation, our scientific superiority over the rest of the
Periphery would be undisputable” (Asimov, 2004a, p.147).
La superioridad bélica de Anacreon es aún mayor que en la anterior cri-
sis, pues se ha hecho con un antiguo crucero imperial cuya potencia
armamentística es muy superior a cualquier otra nave de su flota, mien-
tras que la Fundación sigue careciendo de un ejército regular. Nueva-
mente es el ingenio de Salvor Hardin el que salva la crisis sin que se
dispare una sola arma. Toda la potencia bélica de Anacreon, así como la
infraestructura del planeta, dependen de tecnología manejada por los
sacerdotes de la religión creada por la Fundación. Es decir, solo el clero
ha sido entrenado para utilizar adecuadamente la vital maquinaria en
que se basa la sociedad anacreontina. Hardin, que a través del Sumo
Sacerdote controla al clero, inicia un interdicto en el que los sacerdotes
se niegan a continuar con su trabajo, lo que colapsa completamente
Anacreon, desde las fábricas hasta los sistemas de iluminación en las ca-
sas. De este modo evita el ataque a Términus. Wienis, ante esta nueva
derrota, se suicida, y la segunda Crisis Seldon queda resuelta de modo
idéntico a la primera: la racionalidad derrota a un enemigo violento y
mucho más poderoso en términos físicos.
Por si quedaran dudas, en estos dos capítulos Salvor Hardin acuña una
de sus conocidas máximas, posteriormente repetida por varios persona-
jes a lo largo de la saga “Violence is the last refuge of the incompetent”
(Asimov, 2004a, p.105). Asimov nos deja aquí un claro mensaje: una
persona racional no solo evita la violencia, sino que la desprecia por ser
propia de individuos incapaces. Probablemente es por esto que en sus
novelas de ficción la violencia es muy infrecuente (Palumbo, 2016, p.3).
En este caso estamos ante un reflejo claro del pensamiento del escritor,
pues, según White (2005, p.72), Asimov, sin ser un pacifista, sí consi-
deraba que la acción militar y la violencia eran mecanismos muy poco
efectivos de resolver las disputas.

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3. CIENCIA Y RAZÓN FRENTE A FANATISMO RELIGIOSO
Asimov era un ateo declarado19, tal y como él mismo manifestaba siem-
pre que tenía ocasión, como por ejemplo en su autobiografía: “I have
never, in all my life, not for one moment, been tempted toward religion
of any kind. The fact is that I feel no spiritual void” (Asimov, 2009a,
p.13).
Sin embargo, no parecía muy inclinado al proselitismo, y muy en línea
con el resto de su filosofía vital, era partidario de que cada persona eli-
giese libremente: “Nevertheless, although I am an atheist, I am not a
proselytizing one; I am not a missionary; I do not treat atheism as a kind
of true faith that I must force on everyone” (Asimov, 2009b, p.272). Sin
embargo, la religión sí está presente en la trilogía Foundation, que nos
ofrece una representación caricaturesca, donde los dirigentes de la Fun-
dación crean un culto como mecanismo para que otros planetas más
atrasados acepten la tecnología, como explica Salvor Hardin, primer Al-
calde de Términus: “I started that way at first because the barbarians
looked upon our science as a sort of magical sorcery, and it was easiest
to get them to accept it on that basis. The priesthood built itself and if
we help it along we are only following the line of least resistance” (Asi-
mov, 2004a, p.108). La religión se convierte en una herramienta al ser-
vicio de la política (Gunn, 2005, p.39) y la propaganda (Lowe, 2002,
p.24), cuya finalidad es controlar a las masas bajo la férrea disciplina de
un clero muy jerarquizado: “The religion – which the Foundation has
fostered and encouraged […] – is built on strictly authoritarian lines.
The priesthood has sole control of the instruments of science we have
given Anacreon, but they've learned to handle these tools only empiri-
cally. They believe in this religion entirely, and in the ... uh ... spiritual
value of the power they handle” (Asimov, 2004a, p.135). Como apunta
Booker (2001, p.90), “Asimov presents science as a benevolent force

19Realmente Asimov prefería considerarse un racionalista, más que un ateo: “Have I told you
that I prefer "rationalism" to "atheism"? The word "atheist," meaning "no God," is negative and
defeatist. It says what you don't believe and puts you in an eternal position of defense.
"Rationalism" on the other hand states what you DO believe; that is, that which can be
understood in the light of reason” (Asimov, 2002).

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[…], with religion (for Asimov, synonym of superstition) being the
most important negative force that science must overcome (or at least
co-opt) in order to do its good work”.
Estamos ante una crítica bastante cruda, que queda perfectamente ca-
racterizada por voz del narrador, cuando compara la efectividad de la
religión convencional, y la “religión” de la ciencia: “[f]or it is the chief
characteristic of the religion of science that it works” (Asimov, 2004a,
p.158). Pese a todo, Asimov niega que se trate de una mofa, insistiendo
en que únicamente pretendía desarrollar una historia de interés que re-
quería la presencia de la religión: “[a]n unsympathetic reader might
think I am “burlesquing” Christianity, but I am not” (Asimov, 2009b,
p.270). Quizá Asimov efectivamente no pretendía caricaturizar la reli-
gión, sino más bien criticar la actitud supersticiosa ante la ciencia, o de-
mostrar que, como señala Käkelä (2011), “superstition towards techno-
logy turns into religion”.
Al margen de esta polémica, sus principales críticas las reservaba para el
fanatismo religioso20, y el principal exponente lo encontramos en el
cuarto capítulo de Foundation, The Traders, que podemos considerar
como una recreación del mito del Rey Midas. La historia comienza
cuando un agente de la Primera Fundación trata de vender sus produc-
tos tecnológicos en el planeta Askone, planeta en el que esto resulta ilegal
por sus convicciones religiosas. Como señala el Askonian Grand Master,
“I have lost count of the times you wanderers have been warned that
your devil's machines are not wanted anywhere in Askone […]. Your
goods are worthless in that they lack the ancestral blessing. Your goods
are wicked and accursed in that they lie under the ancestral interdict”
(Asimov, 2004a, p.180). Como resultado, el agente es encarcelado y sen-
tenciado a muerte, por lo que otro comerciante, Limmar Ponyets, recibe
el encargo de negociar con las autoridades de Askone para lograr su

20 De hecho, el principal ejemplo en este sentido no lo encontramos en Foundation, sino en otra


de sus conocidas novelas, Nightfall (Asimov y Silverberg, 1990), basada en un cuento que
escribió en 1941, en la que el fanatismo religioso lleva a una parte de la población a quemar,
literalmente, todas las ciudades, devolviendo a la civilización a un estado primitivo. Según Boon
(2006, p.16), en esta novela “[r]eligious thinking traps people in a cycle of ignorance, suggests
Asimov, while science has the power to lead them through the darkness”.

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liberación. En vista de la imposibilidad de emplear otros argumentos,
Ponyets recurre a la avaricia, ofreciendo un aparato construido por él
mismo y que permite transformar el hierro en oro. Es a cambio del oro
que logra la liberación del prisionero, pero Limmar pretende también
obtener beneficio económico de la misión, lo que pasa necesariamente
por vender su mercancía tecnológica en Askone. Para conseguirlo, y tras
una compleja negociación, consigue convencer a Pherl, uno de los man-
datarios, para que adquiera el transmutador, prohibido por su religión,
para utilizarlo en secreto y generar oro en cantidades ilimitadas. El diri-
gente, contraviniendo sus supuestas convicciones religiosas, acepta el
trato, y en una inteligente jugada, es grabado por Ponyets mientras uti-
liza el aparato. Con este material de chantaje, el comerciante logra su
objetivo, vendiendo toda la carga a su desdichada víctima, a cambio de
no revelar su pecado al resto de dirigentes.
Así pues, en el enfrentamiento con el fanatismo religioso, la razón y la
ciencia salen también victoriosos, y Asimov no pierde la ocasión de rea-
lizar una crítica brutal a la hipocresía de las sociedades caracterizadas por
dicho fanatismo, alentado por clases dirigentes que, en opinión de Asi-
mov, no creen en absoluto en él. La conversación de Pherl y Ponyets
explicita esta hipocresía:
Look, my Outlander, […] I am not the entire slave of our mythology,
though I may appear so. I am an educated man, sir, and, I hope, an
enlightened one. The full depth of our religious customs, in the ritual-
istic rather than the ethical sense, is for the masses.
Your objection, then? - pressed Ponyets, gently.
Just that. The masses. I might be willing to deal with you, but your little
machines must be used to be useful. […] And how would I avoid death
by gas chamber or mob frightfulness if I were ever once caught using
it?” (Asimov, 2004a, p.194)

4. CIENCIA Y RAZÓN FRENTE A EMOCIONES


Este enfrentamiento es, probablemente, el más interesante, y al que de
hecho Asimov dedica un mayor espacio en la trilogía, pues comprende
tanto la segunda parte de Foundation and Empire como la primera de
Second Foundation. La aparición del mutante The Mule, con el poder
para controlar las emociones humanas, amenaza con destruir la

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racionalidad del Plan Seldon y sus dos Fundaciones, lo que, en opinión
de Moore (1977, p.86), es una metáfora de cómo las emociones inter-
fieren con la racionalidad. Si bien coincidimos con esta observación, en
nuestra opinión el enfrentamiento se caracteriza por contener más suti-
lezas que merecen ser explicitadas. Sin duda The Mule representa las
emociones, pues esta es la esencia de su poder: controlar los sentimientos
de los seres humanos generando lealtad incondicional, admiración o te-
rror. Cuando el mutante derrota con facilidad a la Primera Fundación,
paradigma de la ciencia y la racionalidad, Asimov nos está señalando un
punto importante: donde la violencia y el fanatismo religioso fracasaron,
la emociones triunfan sin apenas esfuerzo. Pero la lógica asimoviana re-
quiere que, pese a la enorme fuerza del enemigo, la racionalidad y la
ciencia triunfen finalmente, y lo consigue en dos pasos: mostrándonos
en primer lugar las debilidades de la emotividad y posteriormente pro-
bando que, pese a todo, puede ser derrotada por la racionalidad.
En la segunda parte de Foundation and Empire, tras derrotar a la Primera
Fundación, The Mule, fingiendo ser el inofensivo bufón Magnifico Gi-
ganticus, emprende la búsqueda de la segunda. Para conseguirlo se
apoya en varios personajes, aunque es el científico Ebling Mis quien
juega el papel crítico, pues es él quien debe descubrir la secreta ubicación
de la Segunda Fundación. En esta búsqueda le acompañan Bayta y To-
ran Darrell, un matrimonio extrañamente envuelto en la aventura. The
Mule ha controlado emocionalmente tanto a Toran como a Ebling, pero
no lo ha hecho con Bayta, llevado por el sentimentalismo, pues la mujer
siente un aprecio sincero que el mutante se resiste a alterar: “[s]he liked
me without my having to juggle her emotions. She was neither repelled
by me nor amused by me. She liked me! Don't you understand? Can't
you see what that would mean to me? Never before had anyone” (Asi-
mov, 2004b, p.279). Es precisamente esto lo que permite a Bayta com-
prender que su acompañante, el inofensivo Magnifico Giganticus, es en
realidad The Mule, y, a fin de evitar que descubra la ubicación de la
Segunda Fundación, mata a Ebling Mis antes de que pueda revelarla.
De este modo el mutante es derrotado y no puede alcanzar su objetivo.
Las emociones son, precisamente, la principal debilidad de las emocio-
nes, como The Mule señala tras el asesinato de Mis: “My own emotions

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played me false, though I was master of all others. I stayed out of her
mind, you see; I did not tamper with it. I cherished the natural feeling
too greatly. It was my mistake – the first” (Asimov, 2004b, p.279).
Tras esta derrota, en la primera parte de Second Foundation, The Mule
continúa la búsqueda de la Segunda Fundación, y finalmente se produce
el enfrentamiento. Sus miembros, llamados oradores, son científicos,
pero de un tipo muy diferente a los de la Primera Fundación, pues su
foco son las matemáticas psicohistóricas y la psicología. De hecho, todos
ellos cuentan con poderes, tales como la telepatía y el control mental,
aunque en este caso Asimov los presenta como producto de un entrena-
miento de base científica. Siendo Asimov un profundo escéptico res-
pecto a estos fenómenos21, la posible explicación de que decidiese in-
cluirlos dotándolos de una pátina racionalista, según Barceló (2004) la
hallamos en la supuesta explicación científica de la telepatía que el doc-
tor Rhine de la Universidad de Duke propuso en los años cuarenta y
cincuenta. Posteriormente se descubrió que Rhine había manipulado los
ensayos, pero Asimov ya había escrito para entonces su trilogía22. Vol-
viendo a la novela, estamos pues ante el enfrentamiento de dos poderes
mentales, aunque de naturaleza muy diferente: mientras que la capaci-
dad de control emocional de The Mule es consecuencia de una mutación
aleatoria, las habilidades mentálicas de los oradores de la Segunda Fun-
dación son el fruto de un arduo entrenamiento de naturaleza científica,
avalado por su conocimiento del cerebro humano. De hecho, la opinión
respecto a las formas de gobierno que expresa uno de los oradores de la
Segunda Fundación muestra con claridad la postura hiper-racional de
este grupo: “Control of self and society has been left to chance or to the
vague groupings of intuitive ethical systems based on inspiration and
emotion. As a result, no culture of greater stability than about fifty-five

21 Véase por ejemplo la entrevista de Kendig (1982, p.102-103).


22 Hemos de matizar aquí que el propio Asimov (1983) explica en su ensayo “Don’t You Believe?”

dos cuestiones al respecto. En primer lugar, que considera la telepatía como algo físicamente
posible, aunque muy improbable. En segundo lugar, en el momento de escribir dicho ensayo
(que se publicó por primera vez en 1982) estaba al corriente de que los ensayos del doctor
Rhine carecían de bases sólidas. No podemos descartar sin embargo que cuando escribió la
trilogía Foundation aun creyera en ellos, tal y como sugiere Barceló.

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percent has ever existed, and these only as the result of great human
misery” (Asimov, 2004c, p.126).
Así pues, tenemos un enfrentamiento entre emoción y ciencia, que,
como no podría ser de otro modo en la narrativa asimoviana, se decanta
en favor de la ciencia. Mediante un complejo plan, The Mule es enga-
ñado con respecto a la ubicación de la Segunda Fundación, y aprove-
chando un momento de desconcierto, su mente es alterada y de ella se
elimina todo afán expansionista. De este modo se asegura que, tras su
muerte, el Plan Seldon continúe nuevamente. Se trata de una nueva vic-
toria de la ciencia y la racionalidad, esta vez frente a su enemigo más
poderoso: las emociones.

5. CIENCIA Y RAZÓN FRENTE A ÉTICA


Ya comentamos anteriormente la conocida máxima de Salvor Hardin,
“[n]ever let your sense of morals prevent you from doing what is right”
(Asimov, 2004a, p.173), con un claro regusto maquiavélico, que por
otra parte podemos encontrar en muchos otros elementos de la trilogía.
Franzo (1965, p.68) apunta que en la trilogía Foundation Asimov “em-
phasizes the Machiavelian, behind the scenes political maneuverings
which influence this history and prompt action rather than describing
the action itself”. Es cierto, pues los personajes, y especialmente los pro-
tagonistas, exhiben conductas muy próximas a la filosofía de Maquia-
velo, que sin embargo solo desembocan en comportamientos modera-
damente cuestionables. Únicamente hay un grupo de protagonistas, los
oradores de la Segunda Fundación, cuyas acciones inmorales destacan
sensiblemente. Su filosofía es una mezcla de maquiavelismo, en donde
el fin justifica los medios, y el pensamiento de Platón en La república,
especialmente en lo que se refiere a la mentira: “[D]e la mentira y el
engaño es posible que hayan de usar muchas veces nuestros gobernantes
por el bien de sus gobernados” (Platón, s.f.). Sus acciones incluyen ma-
nipular la mente de un bebé, Arkady Darrell, para asegurar su control
una vez llegase a la adolescencia, permitir que el planeta Tazenda fuese
arrasado por The Mule como parte del plan contra éste, o sacrificar a
cincuenta miembros de su organización para engañar a la Primera Fun-
dación. Estos comportamientos son en realidad derivados de una visión

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de la raza humana no demasiado positiva, que quedan perfectamente
reflejados en el pensamiento del líder de la Segunda Fundación: “For
twenty-five years, he, and his administration, had been trying to force a
Galaxy of stubborn and stupid human beings back to the path” (Asi-
mov, 2004c, p.117). Como apunta Patrouch (1974, p.98), “[c]an we
sympathize with such an attitude?”
Al contrario que en su crítica al fanatismo religioso o a la violencia, es
muy poco probable que estas actitudes de la Segunda Fundación refle-
jasen el parecer del escritor. Muy al contrario, Asimov, un humanista
convencido, se encontraba en las antípodas de esta visión maquiavélica
del poder. En nuestra opinión estamos aquí ante una crítica a quienes,
amparados en una supuesta superioridad intelectual, piensan estar legi-
timados para decidir cuál es el mejor destino de la humanidad, sin con-
siderar su opinión y sin cuestionar la moralidad de sus actuaciones. El
mensaje sería que la racionalidad, si no va acompañada de la ética, puede
convertirse en un monstruo aún más peligroso que los que pretende
combatir.

6. CONCLUSIONES
Asimov sentía un profundo amor por la ciencia, e indudablemente se
consideraba a sí mismo un ejemplo de racionalidad. Es en este terreno
en el que se desenvolvía con soltura, y no es de extrañar que todas sus
novelas compartiesen estos rasgos.
Desde la óptica asimoviana, esta racionalidad es incompatible con acti-
tudes como el fanatismo o los prejuicios, y Palumbo (1998) argumenta
que la meta-saga Foundation, compuesta tanto por la trilogía nuclear
que analizamos en este trabajo como por otras doce novelas, se articula
en torno a una crítica continua de ellos. Coincidimos con esta opinión,
pues Asimov estaba convencido de que ambos son propios de individuos
irracionales. Un ejemplo curioso es el hecho de que en la trilogía Foun-
dation, pese a describir un Imperio Galáctico formado por veinticinco
millones de planetas, no existen diferencias culturales significativas entre
ellos. Como señala Csicsery-Ronay, Jr. (ND) “[f]or the Asimovian

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galactic history, cultural or national specificity is irrelevant” 23. En nues-
tra opinión no se trata ni de una casualidad ni de un fallo en su narrativa,
sino de algo intencionado fruto de su opinión al respecto: en uno de sus
ensayos (Asimov, 1992), precisamente afirma que, en el mundo real,
estas diferencias son completamente superficiales.
Estas ideas quedan reflejadas en la trilogía Foundation, donde la carac-
terística esencial de todos los protagonistas de la saga, y de parte de sus
antagonistas, es su enorme racionalidad, por lo que, de hecho, las con-
frontaciones son de una racionalidad contra otra, resultando siempre
ganadora la mayor de ellas (Käkelä, 2016, p.2008). Se trata de una ra-
cionalidad tan extrema que apenas queda espacio para lo sublime, al
contrario de lo que habitualmente sucedía con la literatura de ficción de
la época, centrada en la descripción de fascinantes universos imaginarios
(Käkelä, 2011). En la trilogía Foundation Asimov está relatando el
triunfo del método científico sobre la propia Historia (Gevers, 1997,
p.47). Sin embargo, y más allá del comportamiento racional de muchos
antagonistas, estas confrontaciones son una metáfora de enfrentamien-
tos a otro nivel, en las que la racionalidad se enfrenta a la violencia, al
fanatismo y a las emociones. Como no podría ser de otro modo dada la
personalidad de Asimov, es la racionalidad quien resulta vencedora en
todos los casos.
Como hemos tratado de demostrar a lo largo de este trabajo, el fana-
tismo religioso es caricaturizado y criticado con ferocidad, especialmente
por su hipocresía. La violencia es presentada como una opción poco
deseable, no tanto por consideraciones éticas como por ser poco efectiva
y propia de individuos incapaces. Las emociones son descritas como una
fuerza arrolladora que, cuando interfieren con la racionalidad, pueden
generar grandes problemas cuya solución posterior requiere un enorme
esfuerzo. Ante ellos, la racionalidad siempre puede triunfar, con un ma-
tiz importante: si no va acompañado de unos principios éticos, y por
buenas que sean las intenciones, la racionalidad se transforma en un
monstruo peor incluso que aquellos que pretende combatir. Estos son,

23 En novelas posteriores de la meta-saga, Asimov sí incorpora ciertos elementos culturales


diferenciales, como sucede con los distintos sectores de Trantor en Prelude to Foundation.

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en nuestra opinión, mensajes que Asimov trata de transmitir en la trilo-
gía, pues formaban parte de su credo personal. Se trata de ideas que
consideraba importantes y que ofrece a aquellos lectores dispuestos a
profundizar su obra. En palabras del propio Asimov, “[a] story can be
written on two levels. On the surface, it is simply a story, and anyone
can read it as such and be satisfied. […] But the simple characters and
events of the surface may stand for (or symbolize) other subtler things.
Below the surface, therefore, there may be hidden and deeper meanings”
(Asimov, 2009b, p.369).
Para terminar, y casi a modo de anécdota, hemos de mencionar un ar-
tículo de tres economistas, publicado en el Journal of Economic Behavior
& Organization con el título “The Solaria Syndrome: Social Capital in
a Growing Hypertechnological Economy” (Antoci, Sabatini y Sodini,
2011). Este trabajo, como los propios autores señalan, toma su título de
Solaria, uno de los planetas descritos en el universo de Foundation, pues
los autores desarrollan un complejo modelo económico sobre el modo
en que la tecnología puede compensar la disminución de las relaciones
humanas. Es exactamente lo que sucedía con los solarianos, individuos
aislados que evitaban interactuar con otros salvo por sistemas de telepre-
sencia. Observamos, pues, economía, sociología y tecnología combina-
das en un trabajo científico inspirado en sus novelas. Sin duda, Asimov
hubiera gustado de comprobar esta síntesis de disciplinas, que él tam-
bién practicó y defendió a lo largo de su vida y de su obra.

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CAPÍTULO 7

“CONTRA LA DESMEMORIA”:
THE LITERARY REPRESENTATION AND
MANIPULATION OF MEMORY AND HUMAN
IDENTITY IN AGUSTÍN FERNÁNDEZ MALLO’S

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