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Kallawaya

Pieter Muysken*

1. Aspectos generales

El kallawaya es una lengua o más bien una variedad lingüística hablada por un grupo de herbolarios-curanderos
ambulantes de Charazani, provincia de Bautista Saavedra, departamento de La Paz. No hay indicación segura
que en algún tiempo fue hablado como lengua materna; funciona o funcionó sobre todo como una lengua de
curaciones rituales, usada por los curanderos (varones) de la comunidad. El kallawaya es una lengua mixta;
según la definición de Oblitas Poblete (1968: 25) “se puede decir que es el mismo quechua hablado con otros
vocablos.” Gran parte de estos vocablos bien pueden tener su origen en la antigua lengua puquina. El nom-
bre del mismo grupo para su lengua es machchaj juyai ‘habla de los hombres’. Soria Lens (1951: 32) también
subraya que kallawaya es más bien el nombre del grupo y refiere a “su lenguaje esotérico y que ellos llaman
POHENA.” Supongo que la palabra pohena es un reflejo del nombre puquina.

1.1 Situación actual

No está claro si el kallawaya se habla todavía; los datos no son muy consistentes. Hasta recientemente, las
últimas frases registradas datan de 1982 (Gifford & Lancaster s/f). Bastien (1978: 20) ya observó que “pocos
herbolarios todavía hablan la lengua kallawaya.” Girault (1984: 24 [1974]) comenta que a la hora de escribir
el grupo de los curanderos ya se estaba desintegrando. Bastien (1978: 20) indica “Muchos kallawayas son mo-
nolingües y biaurales: si son hablantes nativos de quechua, pueden conversar con hablantes de aimara, porque
pueden entender ambos idiomas en vez de hablar solamente uno.” Asimismo Ranaboldo (1986: 126) afirma
que “actualmente (es decir al momento de escribir - pm) el idioma kallawaya es hablado por pocas personas,
todavía con algunas diferencias dialectales entre la zona de Curva y la de Chajaya, mientras la mayoría sólo
conoce algunas palabras y los jóvenes parecen haber perdido definitivamente su dominio.”
Alrededor de 1950, la situación era diferente y la lengua estaba en pleno vigor. Soria Lens (1951: 35)
indica que “… los kallawayas son los más notables políglotas que existen entre los Khollas; pues, sobre todo,

* Pieter Muysken (Oruro, 1950) es catedrático de lingüística en la Universidad Radboud de Nimega, Holanda. Ha hecho trabajo
de campo en los Andes, Curaçao, y Holanda. Es autor de Syntactic Developments in the Verb Phrase of Ecuadorian Quechua (1977),
(con Stark) Diccionario quichua-español, español-quichua (1977), (con Lefebvre) Mixed Categories: Nominalizations in Quechua (1988),
y (Adelaar con Muysken) The Languages of the Andes.
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los verdaderos médicos herbolarios, poseen bien el quechua y el aymara, regularmente el castellano, fuera
de POHENA y algún dialecto como el huarayo, el chiquitano, el tacana, etc.” Además, el gran número de
personas distintas que funcionaban como informantes de la lengua para diferentes investigadores (véase abajo)
también sugiere una persistencia mayor que, como por ejemplo, el caso del uchumataqu, donde siempre eran
los mismos individuos que actuaban como informantes. En 2007, la película The Linguists (Los lingüistas)
presenta evidencia que todavía se habla el kallawaya.

Illaryon Ramos Condori, curandero kallawaya, discuta los usos medicinales de plantas locales
(Foto K. David Harrison, cortesía Living Tongues Institute for Endangered Languages).

1.2 Perfil sociolingüístico

El kallawaya es sobre todo una lengua perteneciente a un grupo, y limitada a los adultos varones. Bastien (1978:
19) sugiere que “kallawayas lo hablan principalmente para excluir a forasteros y para curaciones rituales.” La
única aseveración de que el kallawaya también fue utilizado como una lengua diaria viene de Girault (1984: 24
[1974]), que propone que el léxico del kallawaya es tan extenso y cubre tantas áreas de la vida diaria que es muy
improbable que fuera utilizado solamente como lengua ritual. Sin embargo, Oblitas Poblete es muy tajante en
declarar que las mujeres y los niños, con muy pocas excepciones, no conocían el kallawaya (1978: 509).
Los kallawayas constituyen una élite local: tienden a ser mejor educados, han viajado extensivamente,
tienen mejor acceso a los recursos nacionales, son más ricos, y tienen más lazos con los forasteros. Según
Ranaboldo (1986: 117) “los actuales kallawayas son casi todos descendientes de grupos familiares de los
cuales ha habido algún curandero destacado.” Loza (2004) documenta en gran detalle sus recorridos a través
del continente y más allá desde muy temprano. En 1824 el general Miller observó que fueron hasta Buenos
kallawaya 149

Aires, Quito, el norte de Chile y Perú. Desempeñaron un papel importante en el tratamiento médico de los
trabajadores del Canal de Panamá en 1882-1886, y fueron vistos en Roma en 1894.

1.3 Perspectivas educativas

Por lo que podemos establecer, el kallawaya nunca ha sido una lengua hablada de la comunidad. Ciertamente
valdría la pena incorporar algunos de sus elementos en los programas educativos dirigidos a las comunidades
alrededor de Charazani y Curva. En noviembre de 2003 la cultura kallawaya fue reconocida como Patrimonio
Oral e Intangible de la Humanidad, lo que es una fuente de gran orgullo para la comunidad.

1.4 Perfil etno-histórico

El origen histórico de la lengua y el pueblo kallawaya es en gran parte desconocido. El área general de Charazani
es una isla quechua hablante (total de 20.148 hablantes en las provincias de Muñecas y de Bautista Saavedra (cf.
Molina y Albó 2006) en el medio de una región generalmente aimara hablante. El área originalmente era pu-
quina hablante, al menos de lo que sabemos (Stark 1972, Torero 1987, Saignes 1984). El puquina posiblemente
fue asociado con el viejo imperio de Tiwanaku, centrado alrededor del Lago Titicaca. El imperio cayó en deca-
dencia antes del siglo XII y fue fragmentado en un número de cacicazgos. Desde entonces las ondas sucesivas
de invasores de habla aimara causaron la aimarización progresiva de la región, y cuando los nuevos grupos se
aliaron con los incas en el siglo XV, la cultura puquina fue aniquilada definitivamente. Solamente sobrevivieron
enclaves de puquina hablantes, y la lengua desapareció finalmente en el siglo XX del enclave en la comunidad de
Curva, al norte de Charazani en la provincia de Bautista Saavedra. El quechua fue introducido en el área por los
incas, supuestamente a través de los mitmaqs, trabajadores del Perú que habían sido restablecidos forzadamente.
Fueron traídos a esta región estratégica, flanqueada por las cuestas, cuyos pies llegaban a la Cuenca Amazónica,
de acuerdo con la política del incario de restablecimiento forzado de poblaciones enteras. A finales del siglo XVI
el área era trilingüe –puquina, aimara, quechua–, y hoy el quechua es la lengua fuertemente dominante en la
mayor parte de la zona kallawaya. Un factor que contribuía a este proceso era la localización de Charazani en el
camino que ligaba a Cuzco con Potosí, el gran centro minero, a lo largo del cual muchos trabajadores quechua
hablantes fueron traídos por fuerza al sur (Albó 1989: 376). El quechua hablado en la zona se asemeja a aquel
del área de Cuzco y también tiene características de la región de Ayacucho, ambas zonas en el Perú meridional.
Este carácter mixto podría atribuirse a los diversos orígenes de los mitmaqs.
La lengua mixta kallawaya probablemente emergió en cierto momento durante el desplazamiento lin-
güístico del puquina al quechua en la región, pero no está tan claro cuándo fue exactamente. Una primera
posibilidad es que la lengua –o algo parecido, la práctica de usar un sistema de palabras no quechuas en las
oraciones del quechua–, emergió durante el imperio incaico, como lo sugiere el título del libro de Oblitas
Poblete de 1968, El idioma secreto de los incas. Un grupo llamado “kallawayas” desempeñó un papel especial
en la corte del inca, aunque no como curanderos, por lo que se sabe, y una lengua secreta mixta de puquina
y quechua habría podido desempeñar un papel en los ritos.
Varios factores contradicen un origen temprano. Primero, según observado por Stark (1972), mientras
que la contribución lexical del puquina es muy reducida y varios otros idiomas también contribuyeron al léxico
kallawaya, la morfosintaxis del quechua es casi totalmente intacta. Esto sugiere que el cambio lingüístico del
puquina al quechua ya estaría en pleno proceso de realizarse en el área de Charazani cuando el kallawaya fue
inventado. Una alternativa sería que emergió originalmente en un área quechua hablante, y fue traído más
adelante a Charazani. Sin embargo, esto no es una perspectiva probable, dado el hecho de que la lengua está
estrechamente ligada a las prácticas curativas rituales.
En segundo lugar, el kallawaya ha desarrollado palabras originales para los elementos de la cultura de
origen hispánico, incluso donde el quechua y el aimara usan préstamos del castellano (Albó 1989). Esto su-
giere que por lo menos los procesos de la formación del léxico kallawaya seguían siendo activos bien entrado
el período colonial o incluso republicano.
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Tercero, aunque haya evidencia abundante en las fuentes coloniales anteriores sobre medicina y costum-
bres en general, la primera referencia a los indios de Charazani que actúan como curanderos data de 1776.
Además, hay muchísimas referencias del siglo XIX a los kallawayas. Esto sugiere que los kallawayas sólo
emergieron como grupo de curanderos en el siglo XVIII.
Dado el hecho de que por lo menos algo de puquina deba haber sido recordado cuando emergió la lengua,
esto nos da un posible marco de tiempo para la génesis de la lengua mixta aproximadamente entre 1750 y 1920.
Sin el conocimiento adicional de la historia de la desaparición del puquina del área, es imposible ser más exacto
en este punto. Los datos gramaticales presentados aquí en adelante sugieren una progresiva quechuización
estructural del kallawaya desde la fuente más antigua disponible, Soria Lens (1951). Esto sugiere que tal vez el
puquina o pohena (el término mencionado por Soria Lens) sólo fue remplazado gradualmente por el quechua,
y que encontramos en el kallawaya los últimos restos de este proceso de transfiguración lingüística.
Torero (1987) observa que los rituales de curación requirieron una lengua secreta, y que el radio de acción
creciente de los curanderos a través de los Andes quechua hablantes produjo una lengua secreta basada en el
quechua, para que sonara como quechua para un pasante.

1.5 Clasificación genética

Desde una perspectiva puramente estructural, el kallawaya se puede clasificar como una variedad del quechua,
particularmente quechua meridional. Desde la perspectiva del léxico y en parte de la fonología, el kallawaya es
una lengua mixta fuertemente arraigada en el puquina. El puquina se ha relacionado con la familia lingüística
arahuaca, pero las vinculaciones no son muy fuertes. Hay muy pocos cognados léxicos convincentes entre
el puquina y el arahuaco (Adelaar 2004: 353; cf. también Adelaar & van de Kerke, este tomo). Además, hay
elementos lexicales kallawayas que sugieren un origen tacana (Muysken 1997). Sin embargo, este aspecto
todavía requiere una investigación mucho más detenida.

1.6 Estudios anteriores y la variabilidad en la lengua

Hay una literatura extensa sobre los kallawayas, tanto etnográfica como lingüística.
Los estudios generales, sobre todo de una naturaleza etnográfica, incluyen Bastien (1978), Girault (1984),
Rösing (1990), y Oblitas Poblete (1978). Los primeros dos contienen información abundante sobre las plantas
usadas, mientras que Rösing (1990) se concentra en los rituales actuales, y Oblitas Poblete (1978) trata de mu-
chos aspectos generales de la cultura y del folklore de los kallawayas, incluyendo poesía oral en quechua.
Asimismo, aunque las fuentes lingüísticas sean extensas, el primer material sólo fue registrado en los años
1940. Las primeras fuentes son léxicas: Soria Lens (1951) y el todavía inédito Ponce Sanjinés (s/f), que no
he podido consultar. Las dos fuentes principales, los trabajos de Oblitas Poblete (1968) y de Girault (1989),
contienen materiales recopilados en los años después de 1955. Sin embargo, hay poca o ninguna traslapa
entre sus consultores. Finalmente, Torero (2002), Stark (1972), Mondaca (s/f) y Gifford & Lancaster (s/f)
recopilaron ciertos datos, sobre todo léxicos, en el período 1966-1982. En cuadro 1 se presentan las princi-
pales fuentes sobre el kallawaya pertinentes a este estudio.
Debe observarse que hay diferencias muy considerables entre los elementos lingüísticos presentados en
las diversas fuentes de la lengua. Estas diferencias pueden atribuirse a varios factores.
Primero, hay una diferencia de tiempo de por lo menos treinta años entre algunas de las grabaciones.
Los datos presentados por Soria Lens datan de antes del año 50 del siglo XX, los de Girault y Oblitas Poblete
por lo menos en parte a partir de los años 50, los de Torero, Stark y otros desde finales de los años 60 hasta
1982. A mi conocimiento, no hay datos de la lengua kallawaya de un período más tarde. Bastien (1978) refiere
brevemente a la lengua pero no menciona ningún dato de ella. El primer material recogido por Rösing data
de 1983 (1987), pero su material contiene solamente los textos rituales en quechua.
En segundo lugar, los hablantes registrados vinieron de varios lugares del área de Charazani, y algunos
habían vivido fuera del área por un tiempo extendido. Torero (2002: 463) sugiere que el alargamiento vocálico
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para la primera persona posesiva en los datos de Girault se debe al hablante que lleva viviendo algún tiempo
en Huaraz, Perú central. En la variedad del quechua de esa región, el marcador nominal de la primera persona
se indica mediante el alargamiento vocálico. Girault (1984: 24 [1974]) también subraya que había variación
interna en la lengua, con la variedad de Curva siendo levemente diferente de la hablada en Khanlaya y Chajaya.
Posiblemente la variedad de Curva era más conservadora (es decir, todavía más próxima al puquina) que la
otra. Los hablantes probablemente difieren mucho en cuánto recuerdan del puquina. Así puede ser que hubo
un continuo de variedades dentro del kallawaya, del quechua puro en un extremo a un puquina reducido al
otro extremo, con un desarrollo hacia el quechua a través del tiempo.
Tercero, los hablantes difieren probablemente mucho en la cantidad de castellano que saben, y en lo que
han viajado.
Cuarto, alguna parte de la variación puede originarse en el hecho de que, sobre todo en las últimas etapas
de su existencia, la lengua fuera transmitida solamente como segunda lengua por adultos, y pudiera haber tenido
para algunos hablantes el carácter de un reportorio de frases fijas. Gifford & Lancaster (s/f) observan que en
1982 su informante Jaime Chaca recordó algunas frases, mencionadas en cuadro 2. Está claro que muchas de
las palabras recordadas corresponden a los elementos también mencionados por Girault y Oblitas Poblete.

Cuadro 1
Las principales fuentes sobre el kallawaya pertinentes a este estudio
Autor y fecha Tipo de material Lugares visitados y/o nombres Época de investigación
de los consultantes
Soria Lens 1951 Vocabulario de unas 150 palabras Néstor Magnani (antes Mamani), Vicente Arredondo­ Ca. 1950
(antes Morokkho)
Ponce Sanjinés s/f Notas de campo, no publicado, unas
50 palabras
Oblitas Poblete 1978 [1960] Material descriptivo sobre creencias General en toda la región Región de Charazani, a partir de los
y costumbres años 1950
Oblitas Poblete 1968 Ca. 15 frases, ca. 12.000 palabras, Curva: Ignacio Paredes. Región de Charazani, a partir de los
notas gramaticales General: Dionisio Álvarez, Florentino Álvarez, Pedro años 1950
Álvarez, Mariano Álvarez, Mariano Ampuero, Delfín
Apaza, Saturno Apaza, Vicente Apaza, Vicente
Arredondo, Francisco Catumo, Pastor Gallicondo,
Marcos Gómez, Dionisio Gonzales, Salvador
Gonzales, N. Lizárraga, Mario Machaca, Pascual
Mamani, Dionisio Pacheco, Pascual Pacheco,
Ignacio Paredes, Julio Quillca, Plácido Wanca,
Eugenio Wanca, Domingo Ticona, Tomas Wanca,
Nestor Yavilla
Girault 1989 Descripciones y nombres de Chajaya: Lucas Ortiz, Eduardo Ríos, Ruperto 1956-1965
plantas Mamani
Khanlaya: Sebastián Álvarez, Sebastián Arredondo
Curva: Humberto Rodas
Girault 1989 Ca. 50 frases, ca. 4.500 palabras, Khanlaya: Sebastián Álvarez (residente de Huaraz, 1956-1974
notas gramaticales; cinta grabada Perú central)
Chajaya: Lucas Ortiz
Torero 2002 Notas de campo Curva: Marcos Salazar Una visita en 1966
Stark 1972 Ca. 130 palabras Charazani: Mariano Álvarez Ca. 1970
Bastien 1978 Notas etnográficas Kaata Todo el año 1972
Mondaca s/f Notas gramaticales, 19 frases, Mario Portugal Quispe s/f
ca. 130 palabras
Gifford & Lancaster s/f (ca. Observaciones generales, Curva: Jaime Chaca 1982
1988) 10 ­palabras
Rösing 1990 Grabaciones audio de rituales de Charazani y alrededores 22 meses entre 1983-1986
curación; material fotográfico
Loza 2004 Material histórico Charazani y alrededores, Curva Investigación en los archivos, 2003
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Si la lengua kallawaya de hecho fuera utilizada casi exclusivamente con propósitos rituales, está claro
que no fue intercambiada mucho entre los herbolarios-curanderos en la interacción diaria, de modo que el
proceso normal que aseguraría coherencia y estabilidad en una lengua estaría ausente, conduciendo a una
fragmentación progresiva.

Cuadro 2
Los últimos datos del kallawaya (Gifford & Lancaster s/f)
y sus correspondencias en Girault (1989) y Oblitas Poblete (1968)
Gifford & Lancaster s/f Girault 1989 Oblitas Poblete 1968
sangre cambro cochana kampro kambru
vaca ch’uru china lloken china lloken, chhurru, llutta
vamos a curar huayasun soq’eriqoj sokekuna sokena
enfermedad k’amisqa kamin kamin, mijin
puerco k’apka tapja thapka
perro k’omsi kumsi komsi
bailaremos maq’eriusun tukakuna makkena, makkerina
comeremos ojarikomusun ojasunchis ojana
compañero sejo sejo sejo
niña yeami kea atasi keaatasi

El hecho de que es sobre todo una lengua transmitida por adultos de una forma fija explicaría por qué la
variabilidad se encuentra mucho más en la gramática (que exige más creatividad por parte de los hablantes)
que en el léxico. De hecho, los datos para el sistema de numeración (hasta el número seis por lo menos) son
más o menos uniformes para la mayor parte de las fuentes.

Cuadro 3
Los numerales kallawaya en las varias fuentes
Soria Lens Girault Oblitas Poblete Stark Mondaca Puquina
1951 1989 1968 1972 s/f (Torero 2002)
1 ujsi uksi ujsi uhsi ujsi hukstu
2 suyo suu soo so: su su
3 khapi o kjhapi kapi capi kapi qapi kappa
4 pilli pili pill pil pili sper
5 chisma chisma chisma chisma takpa
6 tahma tarrua tajwa tajo chichu
7 tutin kajsi qajsi huasa stu
8 wasa wasa wasa jucha kinas
9 hocha nuki nuqui ticon cheka
10 khatu jocha jocha tutu skata

Veremos más adelante que hay más variabilidad en los aspectos gramaticales del kallawaya.

2. Esbozo grammatical

El siguiente bosquejo estructural solamente puede ser limitado, puesto que los materiales disponibles para
kallawaya son sobre todo léxicos, con algunas frases, y un bosquejo gramatical en Stark (1972) y Girault
(1989).
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2.1 Fonología

La fonología del kallawaya se asemeja a aquella del quechua, lo que no debe sorprendernos puesto que es en
cierto sentido una variedad mixta del quechua.

2.1.1 Consonantes y vocales

El inventario consonántico kallawaya es muy similar o idéntico a aquel del quechua boliviano. Los sonidos
consonánticos a distinguir se dan en cuadro 4:

Cuadro 4
Inventario consonántico kallawaya
Labiales Alveolares Palatales Velares Postvelares
Oclusivas / africadas Simples p t č k q
Aspiradas ph th čh kh qh
Glotalizadas p’ t’ č’ k’ q’
Fricativas s š h [x]
Nasales m n ny
Vibrante r
Laterales l ly
Semivocales w j

Las consonantes que sí existen en kallawaya pero no en puquina figuran en itálicas en cuadro 4. Además,
Torero (2002: 416) presenta una articulación labiovelar y una serie de oclusivas fuertes que no encontramos
en el kallawaya. Véase también la contribución sobre el puquina en este tomo. Los datos más antiguos del
kallawaya por el momento, los de Soria Lens (1951), sugieren que posiblemente el kallawaya originalmente
tuviera otras consonantes que las del quechua, pero no las podemos deducir muy fácilmente. Considérense
las formas siguientes en cuadro 5:

Cuadro 5
Palabras con variación consonántica en Soria Lens (1951)
Soria lens 1951 Girault 1989
kheri o kjheri ‘estómago’ keripiti
kjhona ‘mañana’ kkuna
laphamuna o lapfamuna ‘llegar’ lepkakuna
pfahcha ‘prostituta’ iti atasi, loskaj
pfekhela ‘fuego’ jekanan, lumij
tchkhochka ‘borracho’ ttajchiñito

Es posible que la representación de Soria Lens refleje la serie de oclusivas fuertes o labio-velares men-
cionada para el puquina por Torero. Sin embargo, se necesita un estudio más detenido de las palabras sueltas,
para poder llegar una conclusión más firme.
El inventario vocálico no es como el del quechua. De hecho, se distinguen cinco vocales, y además la
longitud vocálica es distintiva:

Cuadro 6
Inventario vocálico kallawaya

i u i: u:
e o e: o:
a a:
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Las vocales kallawayas que no ocurren en quechua pero sí en puquina son marcadas en negritas en cuadro 6.
Podemos observar una asimetría aquí: el sistema consonantal corresponde al quechua, mientras que el
sistema vocálico es más bién puquina.

2.1.2 Estructura de la palabra y la sílaba

Como podemos ver en cuadro 7, la estructura de la palabra corresponde más al quechua que al puquina.
Tenemos que darnos cuenta, sin embargo, que el sistema fonológico puquina es sólo parcialmente conocido.
Combinaciones marcadas con * muestran la coincidencia entre el quechua y el kallawaya, mientras que com-
binaciones marcadas con # muestran la coincidencia con el puquina.

Cuadro 7
Estructura de la palabra y la sílaba en kallawaya, en comparación
con el quechua y el puquina (adaptado y modificado de Stark 1972: 204-5)
Posición Puquina Quechua Kallawaya
#Inicio de la palabra Todos los fonemas menos vocales Todos los fonemas menos /š/ Todos los fonemas menos vocales
largas largas (salvo /uu/)
Grupos vocálicos Ausentes Ausentes Ausentes
Entre vocales Todas las consonantes Todas las consonantes Todas las consonantes
*Final de la palabra Todos los fonemas menos vocales Todos los fonemas menos oclusivas y Todos los fonemas menos oclusivas y
largas, semivocales, y laterales /f, s, m, ñ, l/ /f, s, m, ñ, l/
*Grupos consonánticos Oclusiva con lateral o resonante; Ausentes Ausentes
iniciales sibilante con oclusiva
*Grupos consonánticos finales Nasal con oclusiva Ausentes Ausentes
*Grupos consonánticos entre Dos o tres consonantes Dos consonantes Dos consonantes
vocales
Posición preconsonantal Todos los fonemas menos /l, w/ Todos los fonemas menos oclusivas Todos los fonemas menos oclusivas
y /š/ glotalizadas aspiradas y /š/
*Posición postconsonantal Todos los fonemas menos Todos los fonemas Todos los fonemas
semivocales

Donde Stark sugiere que la /n/ no ocurre en posición final en quechua y kallawaya, yo he puesto la /ñ/.
Además, las vocales largas ocurren en la posición final de la palabra en kallawaya, contrariamente a lo que
Stark encontró en sus datos. Stark sugiere que la /i/ era imposible en posición inicial en puquina, pero hay
varios datos, tales como iki ‘padre’ y imi ‘madre’, que sugieren algo diferente. No hay evidencia para la /l/
como fonema puquina.
Stark nota que la forma sper ‘cuatro’ del puquina corresponde solamente en parte con la forma corres-
pondiente del kallawaya, pili. Puede ser que las palabras puquinas han sido adaptadas fonológicamente al
sistema quechua, que no permite grupos consonánticos al inicio de la palabra.

2.1.3 Acento

El acento cae en la penúltima sílaba en kallawaya, como en quechua:

atasi ‘mujer’
qaman ‘día’

2.2 Propuesta de ortografía

No ha habido una propuesta formal para una ortografía kallawaya. Sin embargo, dado la semejanza al que-
chua en muchos aspectos, parece lógico adoptar la ortografía del quechua, con una extensión para las vocales
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semicerradas y la longitud vocálica contrastiva. Siguiendo la costumbre de las fuentes, parece mejor escribir
las vocales largas con una doble vocal. En conjunto, tendríamos los siguientes símbolos para el kallawaya:

Cuadro 8
Propuesta de ortografía kallawaya
Letra Fonema Ejemplo
a a acha- ‘ser, estar, vivir’
aa a: jaa ‘río’
ch č chami ‘pata, pie’
chh čh chhoqa ‘pescado’
ch’ č’ ch’umis ‘raíz’
e e etka ‘bravo, hostil, loco’
ee e: meeqasa ‘quechua’
j h [x] jalle-ku- ‘morir’
i i ikacha ‘nostalgía, pena’
ii i: khii ‘qué, este’
k k kampro ‘sangre, rojo’
kh kh khami ‘pariente’
k’ k’ k’aka ‘sequía’
l l lele ‘huevo, testículo’
ll ly lluru ‘riñon’
m m mimi ‘agua’
n n nisi ‘yo’
ñ ny ñajay- ‘aplastar’
o o oje ‘sal’
oo o: soo ‘dos’
p p pakas ‘tierra’
ph ph phoqo ‘lleno’
p’ p’ p’eke ‘cabeza’
q q qeri ‘vientre’
qh qh qhocha ‘walk’
q’ q’ joq’en ‘pescuezo’
r r raka ‘trabajo’
s s soke ‘medicina’
sh š shamato ‘burro’
t t tikun ‘cien’
th th thmi ‘novio’
t’ t’ t’ekeschaj ‘fuerza, coraje, fortaleza’
u u ukaja-ku- ‘hacer negocio’
uu u: uu ‘no, nada’
w w wiswi ‘viscoso’
y j yaye ‘lengua’

En los ejemplos citados, he mantenido la ortografía original de los autores.

2.3 Léxico y clases de palabras

En el léxico, la distinción más clara en kallawaya es aquel entre el sustantivo y el verbo, ya que cada uno tiene
terminaciones morfológicas distintas. Como en el quechua, los adjetivos forman una subclase de la categoría
nominal, y los sustantivos pueden funcionar como modificadores (véase abajo). Hay unos adverbios, muchas
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veces formados a base del elemento deíctico khii ‘este’. Como en quechua, adverbios de modo a menudo se
forman a base de adjetivos mediante el sufijo -lla ‘no más’.
Hay un sistema de pronombres en kallawaya que parece un poco al sistema quechua, pero con algunas
discrepancias. Primero, tres fuentes, incluyendo el más temprano disponible (Soria Lens 1951), no mencio-
nan la distinción inclusivo/exclusivo en la primera persona plural. Puede ser porque su punto de partida es
el castellano, donde semejante distinción no existe, pero también puede ser porque la distinción no era parte
del sistema kallawaya original, y sólo entró en el proceso de quechuización progresivo de la lengua. Segundo,
en las mismas tres fuentes la tercera y la segunda persona comparten el elemento chuu, tanto en el singular
como en el plural. La diferencia es que en la primera fuente (Soria Lens 1951) la tercera persona se marca
adicionalmente con el sufijo -ki, lo cual en quechua es un marcador de segunda persona, mientras que en Gi-
rault (1989) y Mondaca (s/f) la tercera persona se marca con -n, la forma de tercera persona del quechua. En
Mondaca incluso el pronombre de segunda persona recibe marcación personal: -yki, el elemento de segunda
persona del quechua. La forma comuntinchej en Mondaca puede reflejar una forma compuesta kumu-nti-nchej
[todo-distr-1pi], literalmente ‘todo de nosotros’.

Cuadro 9
El sistema pronominal kallawaya
Soria Lens Girault Oblitas Poblete Mondaca Quechua
1951 1989 1968 s/f
1sg nisi nisi nisi nisi ñuqa
2sg chui chuu chuu chuiniiqui qan
3sg chuiki chuinin jiru chuinin pay
pichi
khii
1pe nisi-ncheh nisi-nchej nisi-icu comuntinchej ñuqa-yku
1pi nisi-nchis ñuqa-nchij
2pl chuu-icheh chuu-kunas chuu-cuna qan-kuna
3pl chuu-nku chuinin-kunas jiru-cuna chuininku pay-kuna

Kallawaya muestra varios elementos que funcionan para conectar frases:

Cuadro 10
Conjunciones kallawayas
Oblitas Poblete 1968: 43-44 Girault 1989 Glosa
piwan piwan ‘y’
khiita khi’ita ‘pero’, ‘empero’
ratu ‘ora’
u-chai-wan ‘sin embargo’
jicuta, jinata ‘así’
sekan ‘si’

Oblitas Poblete (1968: 44) menciona interjecciones características del kallawaya, posiblemente indicios
del uso como habla en un contexto diario en una etapa anterior de la lengua:

chaillapi shanariy ‘alto’ (párese allí no más)


chui ‘hola’
titi ‘puff, phuff’
wipha ‘hurra’
kallawaya 157

2.4 Morfología

Aunque los afijos kallawayas en su conjunto son aquellos del quechua, algunas particularidades necesitan
mencionarse. Discutiré sobre todo la morfología nominal, por falta de datos extensos sobre la morfología
verbal.

2.4.1Morfología nominal

Número

Ante todo, el sufijo plural castellano -s es muy común en el quechua boliviano (de hecho casi categórico con
los sustantivos que terminan en una vocal), pero no en kallawaya. Compare las frases siguientes (Stark 1972:
216):

q’ari-s, warmi-s, alkalde-tah ri-n-ku (quechua)


hombre-pl mujer-pl alcalde-enf ir-3-pl

laja-kuna, atasi-kuna, alkalde-tah isna-n-ku (kallawaya)


hombre-pl mujer-pl alcalde-enf ir-3-pl
‘Los hombres, las mujeres y el alcalde fueron.’

Girault (1989: 143) proporciona la forma doblada -kuna-s para algunos ejemplos kallawayas. En algunas
variedades del quechua boliviano también se encuentran formas dobladas, pero casi siempre en la orden
­-s-kuna. La ocurrencia limitada de -s en kallawaya también sugiere una fecha algo anterior (a principios del
siglo XX a más tardar) para la lengua, dado que la marca plural castellana se ha divulgado mucho en el que-
chua boliviano y está muy bien atrincherada.

Caso

El sistema de casos kallawaya es en gran parte idéntico al sistema quechua, salvo algunas diferencias signi-
ficativas: cerca de diez afijos se unen al sustantivo al final de la frase nominal. En cuadro 11 se presentan el
número de ocurrencias de los marcadores de caso en las distintas fuentes.
En lo que toca a desviaciones del quechua, Girault (1989: 148) menciona que el sufijo locativo del que-
chua -pi se alterna en kallawaya con -pichu. Esta terminación aparece a veces incluso en objetos directos en
las oraciones de su corpus:

chuinin usi-pichu wanaku-rka-n


él casa-loc adornar-pas-3
‘Él adornó la casa.’ (Girault 1989: 149)

iktara-rka-n nisi-pichu
engañar-pas-3 yo-loc
‘Me engañó.’ (Girault 1989: 151)

En los dialectos peruanos centrales del quechua, clasificados como Quechua I (Torero 1964), el
locativo está marcado con -čaw. Según lo observado, la otra evidencia para una base en Quechua I
viene de la vocal alargada en la primera persona, también una característica típica de los dialectos del
Quechua I.
158 lenguas de bolivia

Cuadro 11
El sistema kallawaya de marcación de casos según las distintas fuentes
Marcador Glosa Guirault Oblitas Poblete Stark Mondaca
de caso 1989 1968 1972 s/f
-pi-chu loc 4
-pi-chu ac 2
-pi loc 5 1 √ 2
-paj 6 2 √
-manta por 4
-nta por 1
-manta abl 1 3 √ 1
-waqas-manta después de 1
-manta-pacha desde 1
-pi-manta 1
-ma dir 2
-man-pi dir 1
-man dir 1 1 √ 1
-cha-ina 1
-raiku 2 √
-ta ac 3 1 √ 6
-ta adv 3 2
-ø ac 21 2
-wan ins 1 √
-wan com 2
-pi-wan com 1
-wan com 2
-yoj en posesión de 1

El sufijo -manta ‘ablativo’ ocurre con su significado quechua original:

nisi-manta atachi-ku-rka-n
yo-abl preguntar-¿?-pas-3
‘Él me preguntó.’ (Girault 1989: 150)

En los datos de Oblitas Poblete hay algunos casos en los cuales se utiliza la combinación -pi-wan para
marcar coordinación:

nisi-pi-wan chuu-pi-wan jata-cu-nchis


yo-loc-com tú-loc-com amar-rfl-1pi
‘Yo y tu nos amamos.’ (Oblitas Poblete 1968: 40)

Pedro-wan Juan-pi-wan chchojna-sqa-ku


Pedro-com Juan-loc-com pegar-pfv-pl
‘Pedro y Juan lo habían pegado.’ (Oblitas Poblete 1968: 43)

En Girault encontramos la misma combinación como elemento independiente:

achanay-ka pi-wan jalley-ka jiku-puni kucha-n-ku puuska


vida-top ¿?-com muerte-top siempre-cert andar-3-pl junto
‘La vida y la muerte siempre andan juntas.’ (Girault 1989: 150)
kallawaya 159

Asimismo hay un caso en el cual el elemento -wan ocurre como preposición, afijado al demostrativo kisto
‘este’.

kistu-wan sokenaa-kuna-s soke-say kamiska


este-com remedio.1-pl-pl curar-1.fut enfermo
‘Curaré este enfermo con mis remedios.’ (Girault 1989: 150)

El elemento -pi también se combina con el sufijo direccional -man en uno de los ejemplos de Girault
(1989: 150):

khoajaka-nki kistu-man-pi
mirar-2 este-dir-loc
‘Mirabas en esta dirección.’

Mondaca (s/f: 6) da la forma compuesta -k’apa-pi [-pueblo-loc] con el caso locativo en uno de sus
ejemplos:

ojari-cu-suncheq Escoma-k’apa-pi
comer-rfl-1pi.fut Escoma-pueblo-loc
‘Comeremos en Escoma.’

La representación de -k’apa como sufijo debe ser un error ortográfico, por supuesto.
Por otra parte, el acusativo -ta generalmente está ausente, en posiciones preverbales y postverbales, donde
hubiera sido obligatorio en variedades más conservadoras del quechua. En resumen, el sistema de marcación de
casos del kallawaya se basa mayormente en el sistema quechua, pero con algunas desviaciones específicas.

Posesión

En la expressión de la posesión el kallawaya también presenta algunos rasgos especiales. Primero, la posesión
predicativa se expresa con un verbo especial, jacha- ‘tener’, donde en quechua se utiliza el verbo ka- ‘ser’.

suu muru-y-mii jacha-ni


dos hijo-1-gente tener-1
‘Tengo dos hijos.’ (Girault 1989: 150)

kinatawan-kuna-s u’acha-n-ku rhaspaja-paj-mi,


cosa-pl-pl ser.neg-3-pl eternidad-ben-afm

jacha-n kumu ejekupuj-ki


tener-3 todo final-3
‘Todas las cosas no viven para la eternidad, todo tiene su fin.’ (Girault 1989: 151)

Sin embargo, se mantienen los sufijos de persona en el elemento poseído, como sería el caso en la cons-
trucción quechua. No obstante, hay una discrepancia entre el sistema quechua y los datos de Girault aquí.
En quechua, encontramos los siguientes sufijos nominales de persona:

mama-y ‘mi madre’


mama-yki ‘tu madre’
mama-n ‘su madre de él o ella’
mama-nchis ‘nuestra madre (1pi)’
160 lenguas de bolivia

El sistema kallawaya presentado en cuadro 12 muestra algunas desviaciones significativas de este sistema.
Primero, en la primera persona, se nota el alargamiento vocálico como marca de referencia personal después
de sustantivos que terminan en una vocal. Torero (2002: 463) sugiere que uno de los informantes de Girault
proporcionó tales datos debido a haber vivido en una zona peruano con un dialecto quechua que utiliza el
alargamiento vocálico. Otra peculiaridad mayor es el uso de formas enfáticas con -ku (1ra y 2da persona) y -chi
(3rª persona)

Cuadro 12
El sistema kallawaya de referencia personal nominal en Girault (1989)
No enfático Enfático Quechua
1sg V [+larga] / V__ __+ ku i / V__
usi-i ‘mi casa’ usi-i-ku ‘casa mía’ mama-i ‘mi madre’
i / n__ ni-i / C__
lloken-i ‘mi toro’ lloken-i-ku ‘toro mío’ krus-ni-i ‘mi cruz’
ni / C, VV __
kaa-ni ‘mi diente’ kaa-ni-ku ‘diente mío’
2sg n / V__ __+ ku iki / V__
usi-n ‘tu casa’ usi-n-ku ‘casa tuya’ mama-iki ‘tu madre’
in / n__ ni-iki/ C__
lloken-in ‘tu toro’ lloken-in-ku ‘toro tuyo’ krus-ni-iki ‘tu cruz’
nin / C, VV__
kaa-nin ‘tu diente’ kaa-nin-ku ‘diente tuyo’
3sg ki __+ chi -n / V__
usi-ki ‘su casa’ usi-ki-chi ‘casa suya’ mama-n ‘tu madre’
lloken-ki ‘su toro’ lloken-ki-chi ‘toro suyo’ -ni-n / C__
kaa-ki ‘su diente’ kaa-ki-chi ‘diente suyo’ krus-ni-n ‘tu cruz’

Sin embargo, lo que sorprende más es la aparente inversión de la 1rª y la 2da persona, en comparación
con el sistema quechua en el cual se basa. Los ejemplos que proporciona Girault son demasiado sistemáticos
para interpretarlos como un simple error de análisis:

chamatu-ki [burro-3] ‘su burro’
u’atasi-ki [neg-mujer-3] ‘no a su mujer’
ejekupuj-ki [final-3] ‘su final’
ikili-n [padre-2] ‘tu padre’

Además, en Soria Lens (1951) ya apareció el sufijo -(i)ki para marcar el pronombre de la 3ra persona.
Finalmente, parece que en el paradigma verbal también hay casos en los cuales la marcación de persona para
la 2da y la 3rª persona ha sido intercambiada (Girault 1989: 149):

kistu acha-pu-nki ki-taj


este ser-ben-2/3 quien-enf
‘Quién es este?’

ikili-n acha-pu-nki ki-taj


padre-2 ser-ben-2/3 quien-enf
‘¿Quién es tu padre?’

Sin embargo, puede ser que el elemento benefactivo -pu- del quechua funciona aquí como marcador de in-
versión. La mayor parte de los casos de marcación verbal para 2da y 3ra persona siguen el modelo quechua.
También hay que añadir que la posesión nominal de 3ra persona sigue el modelo quechua cuando el po-
sesor es explícito (Girault 1989: 147):
kallawaya 161

Petruchu-j/-paj atasi-n [Pedro-gen mujer-3] ‘mujer de Pedro’


Juanchu-j/-paj lajma-n [Juan-gen caballo-3] ‘caballo de Juan’

Derivación nominal

Parece haber un sufijo nominal no quechua -si en algunas palabras en la lengua:



ata-si ‘mujer’ (compare puquina ata-jo)
ni-si ‘yo’ (compare puquina ni)
uj-si ‘uno’ (compare quechua huq)
?qaj-si ‘siete’
?qom-si ‘perro’

Adelaar con Muysken (2004: 360) presume un lazo con el sufijo ergativo puquina -s, pero éste requeriría
un contexto gramatical especial para estos elementos. Adelaar con Muysken (2004: 357) también observa la
presencia de dos otros sufijos no quechuas: -sti (p.ej. en phoqo-sti ‘blanco’; phoqo ‘maduro’, ‘lleno’) y el sufijo
verbalizador -naxa (latais ‘ausente’, latais-naxa- ‘estar ausente’). El mismo sufijo puede usarse con préstamos,
así como en intente-naxa- ‘entender’ y čani-naxa- ‘precio, medida’.

2.4.2 Morfología verbal

Por lo que sabemos, la morfología verbal del kallawaya parece mucho a aquella del quechua. En el cuadro 13
se presentan los datos sobre los sufijos verbales derivacionales del quechua que encontramos en el material
proporcionado por los diferentes autores. Hay que añadir que todavía no se ha hecho un análisis detallado
de todo el material léxico en Girault (1989) y Oblitas Poblete (1968). Puede ser que se encontrarán otros
elementos morfológicos a considerar.

Cuadro 13
Los sufijos verbales derivacionales en las distintas fuentes
Sufijos Glosa Soria Lens Girault Oblitas Poblete Stark Mondaca
1951 1989 1968 1972 s/f
-mu- cis √ √ √ √ √
-ku- rfl √ √ √ √ √
-pu- ben √ √ √ √ √
-ri- inc √ √ √ √
-chi- caus √ √ √
-rqu- intns √
-cha-/-chka- dur √ √
-na- rec √
-rpa- ‘súbito’ √
-kha-/-xa- √ √
-xi- √
-naxa- √ √

Se puede observar que la mayor parte de los sufijos verbales frecuentes del quechua también se encuentran
en el kallawaya. Además, aparecen unos sufijos hasta ahora no analizados: -kha- o -xa-, y -xi-.

okha-kha-na (Soria Lens)/uka-ja-kuna (Girault)/uka-ja-ji-kuna (Girault) ‘vender’


okha-ri-na (Soria Lens)/uka-kuna (Girault) ‘comprar’
162 lenguas de bolivia

Finalmente hay casos del ya mencionado sufijo verbal -naxa-:

wari-naja-pu-n ‘se ha perdido’ (Oblitas Poblete 1968: 34)


acha-naja-su-nchis ‘necesitamos’ (Girault 1989: 150)

El significado de estos sufijos no está muy claro por el momento.

2.5 Sintaxis

El orden de las palabras en kallawaya en el conjunto se asemeja a aquel del quechua en ser en gran parte una
lengua típica con el núcleo al final. Los adjetivos generalmente preceden a los sustantivos:

kkatu usi ‘casa grande’
llalle lajma ‘caballo bueno’
chujkuni laja ‘hombre flaco’
ulla rekka ‘gato negro’ (Girault 1989: 147)

Sin embargo, Girault (1989: 152) presenta un ejemplo en el cual el orden adjetivo – sustantivo parece
ser el opuesto:

atasi llalle sekan acha-ku-na jatta-nki llalle-lla


mujer bueno si ser-rfl-nml querer-2 bueno-del
‘Escoge una buena mujer si quieres vivir feliz.’

Sin embargo, la estructura de la oración no es muy clara. Soria Lens (1951) también proporciona unas
combinaciones que podrían ser interpretadas como ejemplos del orden sustantivo – adjetivo:

atasi muru [mujer hijo] ‘niña’


hankju-kjutu [policía cabeza] ‘autoridad superior’

Aquí también es posible suponer que de hecho atasi ‘mujer’ y hankju ‘policía’ funcionan como el elemento
modificador. La misma dificultad encontramos en la interpretación de las formas compuestas en Girault (1989).
En algunos casos está muy claro que el orden es modificador – modificado (p.ej. ‘vinagre’, ‘testamento’), pero
en otros no se sabe (p.ej. ‘diarrea’).

ajanu kkasa ¿? boca ‘mejilla (Girault 1989)


ajej mimi excremento agua ‘diarrea’
aje-che-j soke defecar-caus-nml.ag medicina ‘laxativo’
ajnej pokolipe ¿? libro ‘testamento’
arsi mimi amargo agua ‘vinagre’

En esta perspectiva los casos siguientes son interesantes:

llalle kaman ‘buenos días’


llalle thami ‘buenas noches’

surtita llalle-was ‘buena suerte’


kkajcha llalle-was ‘buena suerte’
kallawaya 163

No está claro lo que representa -was aquí, pero sí parece obvio que hay variabilidad en el orden de ele-
mentos. En los primeros dos casos, llalle ‘bueno’, como indicado por las fuentes, precede al sustantivo, pero
en los otros lo sigue. Si surtita viene de ‘suerte’, queda por aclarecer el significado de -ta.
En todos los datos, los posesores nominales preceden a los elementos poseídos:

Pedruchu-(pa)j atasi-n
Pedro-gen mujer-3
‘la mujer de Pedro’

El ejemplo ya citado arriba muestra que las estrategias de subordinación en kallawaya son distintas a
aquellas del quechua. Ya se mencionó que existen varias conjunciones. En quechua la relación condicional
sería marcada con un sufijo verbal tal como -spa (sujeto idéntico) o -pti (sujeto diferente), mientras que en
kallawaya hay un subordinador lexical sekan ‘si’.

atasi llalle sekan acha-ku-na jatta-nki llalle-lla


mujer bueno si ser-rfl-nml querer-2 bueno-del
‘Escoge una buena mujer si quieres vivir feliz.’

Sin embargo, también hay casos de los sufijos subordinantes del quechua:

isna-pu-nqui u uri-cu-spa
ir-ben-2 neg avisar-rfl-sub
‘Te fuiste sin avisar.’ (Oblitas Poblete 1968: 34)

3. Textos
Hay extremadamente pocos textos completos en kallawaya disponibles. Girault (1989) y de Oblitas Poblete
(1968) proporcionan el Padre Nuestro. Presentaré ambas versiones, reproducidas por Girault (1989: 153)
con el comentario de Torero:

Oblitas P. 1968 iquilli-cu, janaj-pacha-pi acha-chca-nqui


Glosas padre-1pe arriba-tierra-loc cop-dur-2
Girault 1989 ikili-i janawin-pichu acha-cha-nki
Glosas padre-1 cielo-loc cop-dur-2
Traducción Padre nuestro, que estás en el cielo,

Oblitas P. 1968 mini-iqui khata-sqa acha-chun


Glosas nombre-2 imponer-nml cop-3.hort
Girault 1989 mini-iki wakanaja-ska
Glosa nombre-2 creer-nml
Traducción santificado sea tu nombre;

Oblitas P. 1968 khatas-ni-iqui pichij-ku-man waya-mu-chun


Glosas reino-euf-2 ¿?-¿?-dir ¿?-cis-3.hort
Girault 1989 acha-chun tellu yachij nuki
Glosas cop-3.hort ¿? santo dios
Traducción venga tu reino Santo Dios;
164 lenguas de bolivia

Oblitas P. 1968 khata-sqa-iqui acha-chun


Glosas imponer-nml-2 cop-3.hort
Girault 1989 achay ttekekunan kucha-mu-chun
Glosas tu poder hasta venir-cis-3.hort
Traducción hágase tu voluntad,

Oblitas P. 1968 khistu-pacha-pi janaj-pacha-pi


Glosas este-tierra-loc arriba-tierra-loc
Girault 1989 acha-chun kistus pakas-pi janawin-pichu
Glosas cop-3.hort este tierra-loc cielo-loc
Traducción así en la tierra, como en el cielo.

Oblitas P. 1968 qaman khoolos yayasqata jeqa-wa-i-cu


Glosas cotidiano pan preparar dar-1.o-imp-pl
Girault 1989 kamana kaalaka yapa-ska-ta jeka
Glosas cotidiano pan preparar-nml-ac dar
Traducción El pan nuestro de cada día dánoslo hoy;

Oblitas P. 1968 jucha-icu-ta warinaja-wa-i-cu


Glosas pecado-1pe-ac perder-1.o-imp-pl
Girault 1989 wacha juchay-kunas
Glosas abandona pecado-pl
Traducción Perdona nuestras deudas,

Oblitas P. 1968 khicha-ina-ta-chu wari-naja-chi-icu mii-ta


Glosas este-como-ac-int perder-¿?-caus-1pe gente-ac
Girault 1989 khi’ich-ina-chu ikupiacha-ku-na ki’ijka chichiku mii-ka
Glosas este-como-int dejar-rfl-nml ¿? ¿? gente-top
Girault 1989 u’-waka-naja-i-chu janawin-pichu
1

Glosas no-creerlo-¿?-¿?-¿? cielo-loc


Traducción así como perdonamos a nuestros deudadores;

Oblitas P. 1968 u-khata-i-chu janawin wari-naja-na-icu-ta


Glosas neg-voluntad-imp-neg cielo perder-¿?-nml-1pe-ac
Girault 1989 wari-naja-na-iku-ta khiipi-paj
Glosas perder-¿?-nml-1pe-ac lo.dicho-ben
Traducción No nos dejes caer en la tentación.

Oblitas P. 1968 khii jancu-cuna-ta-pas ictarcolla-wa-i-cu. Jicu-puni acha-chum


Glosas este odio-pl-ac-indf librar-1.o-imp-pl cierto-cert cop-3.hort
Girault 1989 jicha jankku-maq-na-ta-paj iktaray wacha, jiku-puni acha-chun
Glosas Entonces odio-¿?-¿?-¿?-ben engaño abandona cierto-cert cop-3.hort
Traducción Mas líbranos del mal. Amén (así sea).

1 Posiblemente se trata de -icuí ‘ipe’.


kallawaya 165

Está bastante claro que estos textos simplemente representan tentativas de los kallawayas para decir el
Padre Nuestro en su propia variedad lingüística, más bien que algo que utilizarían en rituales reales.
Aquí hay un ejemplo de una instrucción ritual del rezo en la lengua quechua según registrado y presentado
por Rösing (1990: 195) (elementos castellanos en negritas):

t1 Sichus ñoqat malta deseawan, chay gente envidioso, “kayladuman” nispa


si-chus ñoqa-t mal-ta desea-wa-n, chay gente envidioso
si-dub yo-ac mal- ac desear-1.o-3 ese gente envidioso

kay ladu-man ni-spa


este lado-dir decir-sub
‘Cuando alguien me desea mal, esa gente envidiosa, entonces rezo: “¡Desaparece, a otro lado!’

t2 “paypaj animalninman, chaypaj uywankunaman” nispa


pay-paj animal-ni-n-man chay-paj uywa-n-kuna-man ni-spa
él/ella-gen animal-euf-3-dir ese-gen animal-3-pl-dir decir-sub
‘¡Que la desgracia se vuelva; a sus animales, a sus terneros;

t3 “ñoqajina kallanqataj uj vidapipas.”


ñoqa-jina ka-lla-nqa-taj uj vida-pi-pas
yo-comp cop-del-3.fut-enf uno vida-loc-indf
‘y en otra vida te va ocurrir como a mí!’

t4 (En tono de oración)


Paykunamanta pichus envidiakun paymankama tukuy llaki kutichun! (…)
pay-kuna-manta pi-chus envidia-ku-n pay-man-kama
él/ella-pl-abl quien-dub envidiar-rfl-3 él/ella-dir-hasta

tukuy llaki kuti-chun


todo pena volver-3.hort
‘¡Que las penas y tristezas se den la vuelta y les caigan encima a los envidiosos!’ (…)

t5 Chaykunaj animalninman kausayninman llojsipunqa ni-y! (…)


chay-kuna-j animal-ni-n-man kausay-ni-n-man llojsi-pu-nqa ni-y
ese-pl-gen animal-euf-3-dir vida-euf-3-dir salir-ben-3.fut decir-imp
‘Que (la desgracia) se vuelva a sus animales, a los enseres de sus chozas, váyase, lejos de aquí”, debes decir.’

T6 Tukuy desgracia, tukuy chiji, tukuy mala gana, ripuchun niy. (…)
tukuy desgracia tukuy chiji tukuy mala gana ri-pu-chun ni-y
todo desgracia todo tristeza todo mala gana ir-ben-3.hort decir-imp
‘Di: “Todas las desgracias, todas las penas y tristezas, todo el desaliento, ¡fuera de aquí!’ (…)

t7 Tukuy wawakunamantapas,kay angelitokunamantapas llojsiponqa, kay chiji, kay llaki, kay desgracia.
tukuy wawa-kuna-manta-pas kay angelito-kuna-manta-pas
todo niño-pl-abl-indf este angelito-pl-abl-indf

llojsi-po-nqa kay chiji kay llaki, kay desgracia


salir-ben-3.fut este tristeza este pena este desgracia
‘De todos los niños, de estos angelitos, váyanse esta pena y esta tristeza, esta desgracia, ¡lejos de aquí!”’
166 lenguas de bolivia

En este fragmento se utiliza el quechua de la región de Charazani, con un número de préstamos del
castellano, pero, por lo que puedo ver, ninguna palabra kallawaya.

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