Está en la página 1de 11

LENSO-18 12/9/07 13:20 Página 295

Rivarola, José Luis


2007 "Antroponimia chachapoya". En Martina Schrader-Kniffki, Laura Morgenthaler García (ed.).
La Romania en interacción: Entre historia, contacto y política. Ensayos en homenaje a Klaus
Zimmermann, Madrid (Iberoamericana), Frankfurt/M. (Vervuert), pp. 295-305.

ANTROPONIMIA CHACHAPOYA

JOSÉ LUIS RIVAROLA


Padova (Italia)

1. Introducción
Buena parte de la historiografía de la América indígena está (o debería estar)
referida a los numerosos pueblos que se han extinguido en el tiempo, dejando
algunos signos de su pasada vigencia y de su aporte a la región que ocuparon.
Algunos de ellos lograron sobrevivir a la conquista española y mantuvieron, por
un lapso mayor o menor, su lengua, su cultura, sus adelantos tecnológicos, hasta
desaparecer totalmente del panorama.
Caso digno de mención, por ejemplo, es el del pueblo mochica en la costa norte
del Perú, cuya lengua se conservó en algunos hablantes hasta comienzos del siglo
pasado, y que ha podido ser reconstruida de modo ampliamente satisfactorio1.
También merece recordarse la importante lengua puquina, que conocemos por la
obra de la lingüística misionera, y que en épocas antiguas, hasta el siglo XVIII,
competía en los Andes sureños con el quechua y el aimara como lengua de evan-
gelización. El puquina probablemente se extinguió en el siglo XIX.
Junto a los casos mencionados, y a otros que podrían mencionarse de lenguas
extinguidas durante el proceso de la historia colonial y republicana, están los de
aquellas que desaparecieron ya en época precolonial, o poco después, y que ape-
nas nos han dejado algunos mínimos y tenues rastros de su antigua presencia. A
una de ellas quisiera referirme, en el marco de este homenaje a Klaus Zimmer-
mann, cuyo profundo interés por la historia y el presente de las lenguas indígenas
de la América hispánica se ha reflejado en numerosos trabajos de gran valía.

1 Cerrón-Palomino (1995). Sobre las primitivas lenguas vernáculas de la costa peruana cfr.
Zevallos Quiñones (1948). Véase asimismo el reciente trabajo de Cerrón-Palomino (2005).
LENSO-18 12/9/07 13:20 Página 296

296 José Luis Rivarola

Así, me ocuparé brevemente de los antropónimos de una etnia cuya zona central
de asentamiento, probablemente durante siglos, estuvo ubicada en la margen
derecha del río Marañón, zona que hoy esta integrada administrativamente en el
departamento peruano de Amazonas, cuya capital Chachapoyas retoma el nom-
bre del antiguo pueblo que recordamos.

2. Antroponimia chapapoya
Los chachapoyas (o chachapuyas, en la versión de vocalismo quechuizado que
da el Inca Garcilaso) han dejado restos arqueológicos que cada día despiertan
mayor interés entre viajeros y estudiosos. Sabemos que los chachapoyas fueron
conquistados hacia fines del siglo XV por el Inca Tupac Yupanqui, no sin enormes
dificultades. Se trataba de un pueblo aguerrido e indómito, que no hizo fácil la
ampliación del Tahuantinsuyo en su zona de asentamiento. La resistencia parece
haber sido feroz, al punto que en algún momento de la guerra el Inca tuvo que
huir porque con toda probabilidad se sentía en riesgo2; pero, finalmente, los cha-
chapoyas no pudieron resistir mayor tiempo a causa de la disparidad numérica de
ambos ejércitos3. Una vez vencidos, los chachapoyas, o por lo menos parte de
ellos, fueron trasladados a diversos lugares del Tahuantinsuyo, siguiendo un
ancestral sistema de mitmas (o mitimaes), nombre que se daba a estos emigrantes
forzados provenientes de etnias vencidas. Pero en el caso de los chachapoyas la
aplicación de tal política no tuvo efecto definitivo, pues unos años después de su
derrota frente al Inca Tupac Yupanqui, se sublevaron a la autoridad central, de tal
manera que el soberano reinante, Huaina Cápac, hubo de emplear importante
fuerzas militares para doblegar a estos soberbios habitantes del Marañón oriental.
De la cultura chachapoya se sabe aún poco, no obstante el fundamental y amplio
estudio de Schjellerup (2005)4, y lo mismo puede decirse de la lengua. Apenas

2 Lo dice Cieza de León (1553: I, 78): “[Los chachapoyas] pelearon de tal manera, que se
dize poder tanto que el Inca huyó feamente”.
3 Véase el testimonio del Inca Garcilaso (1609: VIII, 2): “Como ya en aquellos tiempos la
pujança de los Incas era tanta que no havía resistencia contra ella, ni los Chachas tenían
otro socorro sino el de su valor y esfuerzo, los ahogaron con la inundación de gente que
sobre ellos cargaron”. Sobre la conquista inca cfr. Schjellerup (2005: 115 ss.).
4 Un área cultural chachapoya específica se reconoce ya en el Horizonte Medio Tardío (del
año 1000 d.C. en adelante), si bien ya “Desde el siglo IX […], la gente de la región Cha-
chapoyas creó su propia organización sociopolítica y estableció curacazgos o señoríos
poderosos y competitivos” (Schjellerup 2005: 26). Sobre la presencia de los chachapoyas
en las fuentes históricas del siglo XVI en adelante cfr. Schjellerup (2005: 93 ss.). En particu-
lar, sobre la alianza que se habría dado entre los chachapoyas y los conquistadores españo-
les cfr. Espinoza Soriano (1967).
LENSO-18 12/9/07 13:20 Página 297

Antroponimia chachapoya 297

nos han quedado restos ínfimos, que desgraciadamente, por su escasez y limita-
ción a un solo ámbito, no han podido ser utilizados con propósitos comparativos
respecto de idiomas de pueblos vecinos5, de donde podría haber surgido la posi-
bilidad de encuadrar la lengua chachapoya en el contexto de la zona .
Los restos en cuestión son básicamente antropónimos, documentados en fuentes
antiguas desde el siglo XVI gracias al trabajo del benemérito investigador peruano
Jorge Zevallos Quiñones (1982). Leamos lo que dice al respecto (417):
Puede suponerse que hasta la llegada europea la quechuización de esta provincia avan-
zó relativamente, y que si los Conquistadores españoles encontraron ya establecida
una administración política cuzqueña mediante las divisiones de ayllus, el uso oficial
de la “lengua general del Inga” y Quipucamayocs para numerar a la población tributa-
ria, también hallaron vigentes los viejos patrones lingüísticos órganos de cultura man-
tenidos en la región. […] Presentamos aquí 645 digámosle apellidos de indios chacha-
poyanos, usados en su mayoría para el estrato inferior de la sociedad indígena y
algunos para personas de casta noble, material que hemos recopilado de una varia
documentación proveniente en su mayor parte del siglo XVI. […] Estos apellidos en su
casi totalidad han desaparecido ya. La lista no contiene un número suficiente que per-
mita el estudio integral de su naturaleza, pero podría aumentársela si se trabajaran los
archivos antiguos del departamento de Amazonas –que no hemos consultado– y habría
que levantar, al mismo tiempo, el indispensable censo de su toponimia arcaica.

Zevallos Quiñones señala luego el fuerte “exotismo” de estos antropónimos,


cuando se los compara con los de otras lenguas vernáculas, entre ellas, natural-
mente, el quechua, respecto del cual parecen haberse dado, en los antropónimos,
casos de simbiosis, producto de la larga convivencia en el territorio. Por lo demás,
la documentación allegada le sirvió de base a nuestro estudioso para formular
algunas observaciones relativas a los prefijos y sufijos más usados en las listas de
nombres que proporciona, y a la formación silábica (Zevallos Quiñones 1982:
417). El también benemérito investigador australiano-francés, G. Taylor, gran
especialista en lenguas andinas, dirigió su mirada a este material, sometiéndolo a
examen minucioso, con la idea de avanzar en la reconstrucción de la lengua6.

5 Cfr. sobre esta zona lingüística Pozzi-Escot (1998). Para el chachapoya se ha postulado, por
ejemplo, un sustrato jíbaro, reconocible, según Taylor (1979), en la toponimia. También
Rivet (1949) defendió la penetración selvática en la sierra. Pero, en general, las pruebas
aducidas son escasas y poco convincentes.
6 Taylor (1990) considera, en primer término, la estructura silábica de la lengua, y afirma que
se trata de una lengua de raíz monosilábica. Alude repetidamente a las dificultades que
plantea la grafía castellana en relación con los fonemas que representan. Entre los elemen-
tos que se dan en la formación de apellidos menciona varios “que recuerdan el quechua o el
aimara”: chuqui (con diversas variantes, cfr. infra), sala, mocha: “Sin embargo –dice el
estudioso, con razón– el origen de estas formas no puede ser determinado con seguridad”
LENSO-18 12/9/07 13:20 Página 298

298 José Luis Rivarola

Desafortunadamente, con solo el corpus antroponímico de que disponemos poco


es lo que se puede hacer, y toda reconstrucción adolecerá de un fortísimo carácter
especulativo. Habrá que esperar nuevos descubrimientos archivísticos, nuevos
trabajos de campo (por ejemplo, sobre la toponimia arcaica, como bien señalan
Zevallos Quiñones y Taylor), para que el estudio del chachapoya pueda dar un
salto cualitativo importante, si es que alguna vez podrá darlo.
Por mi parte, ofrezco aquí, en el “Apéndice”, como material adicional y de com-
paración, una lista de apellidos chachapoyas que aparecen en un elenco de fines
del siglo XVIII, el cual contiene además otros antropónimos provenientes del que-
chua, del aimara y del español. Me di con este registro al examinar, con otros
propósitos, dos legajos parroquiales de Chachapoyas destinados al asentamiento
de los nacimientos y bautizos desde el siglo XVI al siglo XIX7. Al final del segun-
do legajo, y luego de muchos folios en blanco, se hallaba escrita en letra clara y
del todo legible una lista de los confirmados y padrinos en la doctrina de Levanto
y en sus anexos de Guancas, Sonche y Corcamal, que se había registrado el 26 de
junio de 1782, en ocasión de la visita del ilustrado obispo Baltazar Jaime Martí-
nez de Compañón8. En esa lista de confirmados los antropónimos son chachapo-
yas en su gran mayoría, luego vienen los españoles y en último lugar los que-
chuas. No siempre es fácil, hay que decirlo, la identificación de la lengua de
procedencia; a veces, como hemos anticipado, se trata de apellidos híbridos, pro-
ductos probablemente de una composición de elementos procedentes de lenguas
distintas.
Cabe decir que en el documento abundan las repeticiones. Las hemos mantenido
tal como las trae, pero, en cambio, no hemos respetado la disposición en tres
columnas del legajo in folio, a saber “Confirmados-Castas-Padrinos”, porque, de
otro modo, se habría ocupado un excesivo número de páginas. Así pues, reporta-
mos íntegramente –pero a renglón seguido– las listas de confirmados con la indi-

(1990: 15), ya que todas están asociadas a otras formas de origen claramente no quechua, y
algunas como chuqui se integran perfectamente al sistema de nombres personales” (ibíd.).
Taylor también intenta reconstruir la estructura de las sílabas del chachapoya, y asimismo
sus combinaciones silábicas más frecuentes. Igualmente, propone un vocalismo de cinco
unidades (i, e, u, o, a) y el posible inventario de consonantes. La reconstrucción de elemen-
tos léxicos es aún más problemática, y se limita prácticamente a dos términos no quechuas
que forman parte del vocabulario vernacular. Al final de su estudio Taylor ofrece una lista
de nombres presentes en las comunidades que estudió en los años setenta, y la compara con
la lista de Zevallos Quiñones, comparación que permite determinar qué formas faltan en la
lista de este último. Más adelante haremos el cotejo con la nuestra.
7 Archivo Arzobispal de Lima, Documentos empastados 1 y 2, LP 133 y LP 134.
8 Los materiales recogidos por Martínez Compañón en su visita de tres años por su extensa
diócesis fueron publicados en Madrid: Ediciones Cultura Hispánica, 1978-1994, 12 vols.
LENSO-18 12/9/07 13:20 Página 299

Antroponimia chachapoya 299

cación de casta en cada caso: Y(ndio), M(estizo), E(spañol), N(egro)9. Permítase-


me algunos comentarios, ante de entregar el material a manos más expertas, no
sin señalar que ellos deben mucho a mi admirado colega y antiguo amigo Rodol-
fo Cerrón-Palomino, a quien agradezco su generosa disponibilidad.
En primer lugar, hay numerosos apellidos de nuestra lista que se encuentran en la
lista de Zevallos Quiñones, lo cual es un signo de su estabilidad y permanencia a
través del tiempo. Pero hay también muchos otros que no están registrados en la
documentación anterior o que se encuentran en ella en una forma parcialmente
diversa, por ejemplo, con un distinto vocalismo (cfr. Ilquin en Zevallos Quiño-
nes, también presente en nuestra lista, escrito con I y con Y, además de la varian-
te Elquin), con o sin consonante final (Cajac en Zevallos Quiñones frente a
Caja), etc.
Los antropónimos que no están registrados por Zevallos Quiñones, o aparecen en
su lista con una forma diversa, son los siguientes: Alca (pero podría tratarse de
una metátesis solo gráfica del abundante Acla); Cerrón-Palomino (comunicación
personal; y así cuando no haya indicación de fecha) sugiere la posibilidad de que
se trate de una voz aimara, a saber, alka “moteado”, Baboc, Bagot, Bisaloc, Bue-
loc, Buelos (¿por error?), Buila, Builoc, Buisaloc (variante gráfica de Vuisaloc;
cfr. también Bisaloc), Calco (¿chachapoya?), Caja (pero sí Cajac en Zevallos
Quiñones: ¿chachapoya?), Chuqui10 (presente además en aparentes derivados o
compuestos debería ser identificado como palabra aimara, según Cerrón-Palomi-
no, con el significado de “oro”, de donde resultan varias combinaciones semánti-
camente plausibles en el material: Chuquiboba –pero Chuquilobo en Zevallos
Quiñones–, Chuquilan –pero Chuquillon en Zevallos Quiñones– Chuquillapa
“trueno de oro”, Chuquilona –pero Chuquilon en Zevallos Quiñones–, Chuquima
–pero Chuquimes en Zevallos Quiñones–, Chuquinbalqui “sol dorado”, Chuqui-
pion –pero Chuquipiondo en ambas listas–, Chuquisalon, Chuquita, Chuquivil-
ca), Culquiguaman (cuyo segundo elemento es quechua, de donde “halcón de
plata”, según Cerrón-Palomino, y su primer elemento aimara; Zevallos Quiñones
registra Culqui), Equipuma (hay un Equin en la lista de Zevallos Quiñones), Galo
y Galoc, Goman (¿chachapoya? ¿error por Guaman?), Gombluto (me parece ser
una castellanización de Gumlot, presente en Zevallos Quiñones), Guanuco (siete
veces, quizá apellido de mitmas), Gueloc y Guiloc (pero Guelac en Zevallos Qui-
ñones), Guisaloc, Guisoc, Hoc (también escrito sin H), Loc, Lolic, Loloc (Leloc

9 Con respecto a los padrinos cabe decir que la lista de nombres no tiene mayor importancia,
pues el número de padrinos es exiguo: una pequeñísima minoría de individuos apadrina a
grandes grupos de confirmados. Por consiguiente, en aras de la mayor claridad los hemos
dejado de lado.
LENSO-18 12/9/07 13:20 Página 300

300 José Luis Rivarola

en Zevallos Quiñones), Naton (¿chachapoya?), Oc, Ocmal (pero Olmal en Zeva-


llos Quiñones), Oplin, Otoc, Pincos (y variantes: Pingos, Pingues, Pingus, que
podrían tener base quechua, según Cerrón-Palomino, a saber pinkuš “aflauta-
do”), Quinola (pero Quimola y Quiniola en Zevallos Quiñones), Quistan, Rapa
(¿chachapoya?), Ricsi (¿chachapoya?), Surrue (Surrueque en Zevallos Quiñones,
Soroé en Taylor), Tamitol (¿chachapoya?), Visaloc y Vuisaloc (pero Vizalot en
Zevallos Quiñones; parece variante ¿gráfica? de Guisaloc, cfr.), Vueloc y Vuiloc,
Ylca, Yoccha, Yopla (pero Yoplac en Zevallos Quiñones).
Los numerosos interrogantes contenidos en el párrafo anterior hacen ver las difi-
cultades de atribución de algunos de los antropónimos (p. ej. Tamitol). En todo
caso, son apellidos parcial o totalmente quechuas: Auquipuma11, Casaguaman12,
Cocha, Condor, Culquiguaman13, Cuscoguaman14, Equipuma15, Guaman,
Julca16, Malqui17, Ñaupa (y Ñaupari o Yaupari)18, Quriguaman19, Tamparuna20,
Vilca21 (no me es claro si Vilqua o Vuilca son variantes o errores).
Por otra parte, de la lista compilada por Taylor resulta que hay varios casos en
que no se da la correspondencia con el elenco antiguo de Zevallos Quiñones.
Haciendo el cotejo con la lista nuestra se notan algunas coincidencias pero tam-
bién varios nombres no documentados conjuntamente. Me llama la atención Reap
de la lista de Taylor, que quizá pueda explicar el Rape de nuestra lista. Pingus
(probablemente de origen quechua, como hemos visto) aparece en ambos elen-
cos, pero en el del siglo XVIII tiene diversas variantes.

10 Zevallos Quiñones piensa que chuqui puede ser “a primera vista” una base quechua (un
prefijo, dice), pues el resto parece lugareño.
11 Q. auqui “príncipe” “abuelo” (es voz fuertemente polisémica según Cerrón-Palomino;
puma “león”.
12 Casaguaman “halcón del barranco” (q. qasa “barranco”).
13 Zevallos Quiñones da Culqui como chachapoya; según se ha visto, parecería más bien de
origen aimara.
14 Este apellido podría ser el resultado de una composición con dos nombres de aves. Me
remito a la etimología de Cuzco “lechuza” defendida por Cerrón-Palomino (1997).
15 Hay un Equin en la lista de Zevallos Quiñones.
16 Julca < q. *sullk’a “menor” (Cerrón-Palomino).
17 Malqui <q. mellki “antepasado” (Cerrón-Palomino).
18 Del q. ñaupa “delantero”. Ñaupa + -ri, afijo del aimara “el que va delante” (Cerrón-Palo-
mino).
19 “Halcón de oro”.
20 Tamparuna “gente de cabello apelmazado” (Cerrón-Palomino); F. Domingo de Santo
Tomás registra tampa “desmelenado”.
21 Vilca <willka “sol; sagrado” (Cerrón-Palomino).
LENSO-18 12/9/07 13:20 Página 301

Antroponimia chachapoya 301

3. Anotaciones finales
Termino agregando la información proveniente de las guías telefónicas de varias
partes del departamento. He encontrado registrados los siguientes apellidos segu-
ramente chachapoyas, últimos sobrevivientes de la antroponimia lugareña: en
Bagua Chica: Galoc, en Bagua Grande: Poclin, Yopan, Zuta. En Chachapoyas
ocurren algunas de las diversas composiciones con la voz aimara chuqui (Chu-
quibalqui, Chuquimango, Chuquimbalqui, Chuquipiondo, Chuquisuta), y asimis-
mo Galoc, Guiop, Gupioc, Mallap, Mixan, Ob, Oclocho, Poclín, Sopla, Yoplac,
Zuta. En Rodríguez de Mendoza: Galoc, Yoplac. Para terminar llamo la atención
sobre otros nombres de no fácil identificación, como Puicán y Puicón, que pare-
cen ser de origen culle (según Cerrón-Palomino), Puscán y finalmente Solsol,
que se encuentra en nuestro elenco, y que a Cerrón-Palomino le parece de ascen-
dencia mochica.

Bibliografía
CERRÓN-PALOMINO, Rodolfo (1995): La lengua de Naimlap: Reconstrucción y obsolescen-
cia del mochica. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú.
— (1997): “Cuzco y no Cusco ni menos Qosqo”, en: Historica XXI, 2, 165-170.
— (2005): “Lenguas de la costa norte del Perú”, en: ARRIZABALAGA, Carlos (ed.): Colo-
quios de lingüística. Piura: Universidad de Piura, 1-33.
CIEZA DE LEÓN, Pedro (1553): Crónica del Perú. Sevilla.
ESPINOZA SORIANO, Waldemar (1967): “Los Señoríos étnicos de Chachapoyas y la alianza
hispano-chacha”, en: Revista Histórica 30, 224-333.
GARCILASO DE LA VEGA, INCA (1609): Comentarios reales de los Incas. Lisboa: Crasbeek.
POZZI-ESCOT, Inés (1998): El multilingüismo en el Perú. Cuzco: Proeib Andes/Centro de
Estudios Regionales Andinos Bartolomé de Las Casas.
SCHJELLERUP, Inge R. (2005): Incas y españoles en la conquista de los chachapoya. Lima:
Pontificia Universidad Católica del Perú/IFEA.
TAYLOR, Gerald (1979): Diccionario normalizado y comparativo quechua. Chachapoyas-
Lamas. Paris: L’Harmattan.
— (1990): “La lengua de los antiguos chachapuyas”, en: CERRÓN- PALOMINO,
Rodolfo/SOLÍS FONSECA, Gustavo (eds.): Temas de lingüística amerindia. Lima:
Concytec/GTZ.
SANTO TOMÁS, Fray Domingo de (1560): Lexicón de la lengua general del Perú. Valla-
dolid.
ZEVALLOS QUIÑONES, Jorge (1948): “Primitivas lenguas de la costa”, en: Revista del Museo
Nacional 17, 114-119.
— (1982), “Onomástica prehispánica de Chachapoyas (1982)”, en: Revista del Museo de
Arqueología, Antropología e Historia 88, 417-434.
LENSO-18 12/9/07 13:20 Página 302

302 José Luis Rivarola

APÉNDICE

//1r// Razon de los Confirmados y Padrinos En la Doctrina de Levanto p.n. El


Ylustrissimo señor doctor Baltazar Jaime Martinez Compañon, del Consejo de
Su Majestad y Obispo de esta Diosessis. Oy 26 de Junio de 1782 años22.
Felix Loloc Y, Josef Aguilar M, Josef Loloc Y, Juan Hoc Y, Manuel Acla Y, Diego
Acla Y, Pedro Solsol Y, Cristoval Acla Y, Melchor Suta Y, Luis Duiri Y, Damian
Loloc Y, Agustin Errera M23, Pedro Suta Y, Jose Vasques E24, Juan Barrientos M,
Juan Barrera M, Silvestre Hoc Y, Juan Baptista Oc Y, Ignacio Soplin Y, Francisco
Acla Y, Francisco Condor Y, Josef Loloc Y, Florian Aguilar Y, Ildefonso Aguilar Y,
p. Andres Hoc Y, p. Dionicio Loloc Y, Cristoval Galo Y //1v//, Juan Guaman Y, p.
Isidro Suta Y, Diego Rapa Y, p. Pedro Acla Y, Paulino Acla Y, p. Jose Acla Y, Basi-
lio Quiñones Y, Thoribio Galoc Y, Alexo Barrera M, Jose Guaman Y, Bernardo
Rapa Y, p. Reimundo Aguilar Y, Simon Condor Y, p. Dionicio Barrera M, p. Isidro
Suta Y, p. Tivurcio Barrientos Y, Pedro Chillos Y, Juan Condor Y, Miguel Urduña
Y, Cristoval Yoccha Y, Eusevio Guaman Y, Eugenio Chuqui Y, Vicente Loloc Y,
Lucas Hoc Y, p. Manuel Guaman Y, Pedro Chillos Y, Ylario Chillos Y, Eugenio
Guaman Y, Paulino Quiros Y, Bictorio Ylquin Y, Manuel Pingos Y, Simon Gomes
Y, Severino Ylquin Y, Francisco Buelos (sic) Y, Juan Guaman Y, Gavriel Malqui Y,
//2r// Gervasio Bueloc Y, Miguel Arvildo Y, Tomas Qulquiton Y, Jose Muños Y,
Julian Chaves Y, Luis Yopla Y, Alexo Guisaloc Y, Jacinto Tamitol Y, Leon Vilca Y,
Santiago Ilquin Y, Simon Vueloc Y, Carlos Ilquin Y, Antonio Guisaloc Y, Jose
Orduña Y, Casimiro Gueloc Y, Ramon Pingos Y, Manuel Naton Y, Atanacio Quri
Guaman Y, Geronimo Curiguaman Y, Ylario Gueloc Y, Luis Galoc Y, Timoteo
Guaman Y, Laureano Elquin Y, Bernardo Auquipuma Y, Lorenso Guisaloc Y, Ben-
tura Pingos Y, Carlos Naton Y, Isidro Chaves Y, Luis Orduña Y, Manuel Vilca Y,
Vicente Bustos Y, Bernardo Vueloc Y, Lasaro Chaves Y, Francisco Hoc Y, //2v//
Placido Chaves Y, Aniseto Auquipuma Y, Fulgencio Vilca Y, Basilio Chaves Y,
Jose Chuquillaja Y, Pedro Puerta Y, Miguel Xaramillo Y, Marcos Vilca Y, Gregorio
Guanuco Y, Molin Y, Gregorio Xaramillo Y, Simon Vilca Y, Pedro Xaramillo Y,

22 Se uniforman con mayúscula los pocos casos de apellidos que aparecen en minúscula. Se
mantienen las indicaciones sobre castas con la inicial respectiva (Yndio, Español, Mestizo)
pero téngase en cuenta que allí donde no hay indicación de casta vale la inicial del último
nombre mencionado para todos los sucesivos hasta una nueva indicación. El original no
tiene foliación numerada; he introducido números de folio (que parten de 1), aunque la pre-
sente relación de confirmados aparece al final del legajo. Agradezco a Laura Gutiérrez la
solución de algunas dudas y a Rocío Caravedo su ayuda en la transcripción.
23 Sobre una Y se ha escrito la M.
24 La E se sobrepone a una Y.
LENSO-18 12/9/07 13:20 Página 303

Antroponimia chachapoya 303

Rafael Ylca Y, Pablo Ylca Y, Vasilio Ylca Y, Juan Xaramillo Y, Juan Valqui.Y, Jose
Xaramillo Y, Marcos Vilca Y, Asencio Puscan Y, Bernardo Mendoza Y, Augustin
Mendoza Y, Santiago Ylca Y, Santiago Bagot Y, Atanacio de los Rios Y, Thomas
Oplin Y, Ramon Arvildo Y, Bentura Quistan Y, Gregorio Quistan Y, Ambrosio
Pusquan Y, Juan Vilca Y, Leonardo Cruz Y, Segundo Puerta Y, //3r// Tomas Yaupa-
ri Y, Pedro Yaupari, Bernardo Cocha, Narsiso Puscan, Gregorio Cocha, Alexo
Vilca, Gerardo Vasquez, Martin Puscan, don Santiago Urtado E, Pedro Gombluto
Y, Martin Ñaupari, Tivurcio Yalta, Gervacio Ricsi, Francisco Yopla, Francisco
Julca, Ambrocio Gueloc, Siriaco Meza, Rudecindo Cocha, Ysidro Puscan, Lean-
dro Chaves, Juan Meza, Jose Cortes Y, Lorenzo Barela Y, Jose Daza Y, Miguel
Mendoza Y, Pedro Puscan Y, Jose Manuel N, Juan Coyantes N, Santos Copia Y,
Bictorio Bin Y, //3v// doña Margarita Yderico E, Micaela Trigoso E, Luiza Lopes
Y, Ysavel Loloc, Isavel Quinola, Melchora Quinola, Maria Condor, Dionicia Con-
dor, Maria Ortiz, Francisca Condor, Maria Chuquiboba, Ysavel Salon, Petrona
Guaman, Ysidora Calco, Maria Loloc, Juana Guaman, Maria Galoc, Maria Loloc,
Maria Loloc, Manuela Ñaupa, Juana Condor, Bernarda Laura, Melchora Alca,
Petrona Guaman, Juana Surrue, Ursula Cruz, Juana Guizoc, Manuela Hoc, Boni-
facio Acla, Manuela Acla, Maria Loloc, Bonifacia Chillos Y, //4r// Juana Muños
M, Teresa Soplin Y, Savina Oc, Blacina Loloc, Estefania Duiri, Leona Guaman,
Eufemia Santos, Lorensa Acla, Maria Condor, Manuela Caja, Hermina Condor,
Juana Caja, Savina Guaman, Cristina Suta, Manuela Yoccha, Petrona Acla, Dioni-
cia Loloc, Estefania Duiri, Maria Aguilar M, Ysavel Chuquivilca Y, Maria Coyan-
tes E, Maria Rodrigues E, Juana Portocarrero E, Cristina Alva P (sic), Manuela
Roxas M, Teresa Chaves M, Maria Condor, Gavina Miranda, Dominga Laura,
Josefa Uvidia, Sipriana Montilla, Maria Ruvia, Manuela Galoc Y, //4v// Maria
Cornelia, Maria Gusman, Manuela Aguilar E, Tomasa Galoc, Faviana Sanches,
Feliciana Lolic, Manuela Gusman, Eusevia Guaman, Teodora Suta, Catalina Chi-
llos, Juana Chillos, Leona Chuquita, Antonia Vilca, Balentina Chumbe, Estefania
Galoc, Feliciana Guaman, Maria Rosa, Juana Orduna, Asencia Sopla, Faviana
Ylquin, Dionicia Chaves, Paula Naton, Feliciana Pincos, Ysidora Guilca, Angela
Pincos, Teodora Ortega, Feliciana Pingus, Antonia Loc, Josefa Guaman, Luciana
Guisaloc, Maria Vilca, Antonia Gueloc Y, //5r// Bonifacia Elquin Y, Gregoria Guil-
ca, Josefa Puscan, Manuela Puscan, Nicolasa Maupari (sic, probablemente por
Ñaupari), Rafaela Frauca, Petrona Masa, Juana Silva, Maria Chaves, Francisca
Guilca, Narsisa Vin, Petrona Puscan, Margarita Muños, Juana Cruz Y.

Confirmados de los 3 Pueblos de Guancas Sonche y Corcamal Anexos de esta


Doctrina de Levanto en la Ciudad de Chachapoyas el dia 28 de julio de este año
de 1782.
LENSO-18 12/9/07 13:20 Página 304

304 José Luis Rivarola

Polinario Bustos Yndio, Agustín Elquin, Patricio Elquin, Leon Builoc, Jose
Gomes M, Ysidro Guaman Y, Bernardo Builoc, Evangelista Medrano, Bentura
Malqui, Juan Elquin Y, //5v// Pedro Soplac Y, Manuel Qulquiton Y, Tomas Chu-
quilan, Jose Gomes, Jose Chaves, Juan Yriaques, Juan Culquiguaman, Ysidoro
Guisaloc, Laureano Alvarado, Agustin Puerta, Tomas Pingues, Gorgonio Gua-
man, Bernardo idem, Antonio Naton, Marcelino Naton, Tomas Yoplac, Lazaro
Bisaloc, Miguel Cruz, Manuel Chuquipiondo, Rumaldo Elquin, Jacinto Bisaloc,
Manuel Elquin, Baltazar Curiguaman, Manuel Buisaloc, Jose Pingues, Juan
Villanueva, Ventura Chaves, Gerónimo Curiguaman, Bernardo Builos, Bernardo
Curiguaman Y, //6r// Cornelio Equipuma Y, Cosme Arebalo, Juan Bisaloc, Maria-
no Bisaloc, Lorenzo Arvildo, Mariano Quixano, Miguel Guaman, Ynosencio
Arvildo, Domingo Bustos, Agapito Arvildo, Calixto Bilca, Jose Cusco Guaman,
Silvestre Auquipuma, Meregildo Bueloc, Ysidro Orduña, Alexo Orduña, Juan
Elquin, Juan Curiguaman, Ciriaco Vilca, Antonio idem, Silvestre Quixano, Ber-
nave Bustos, Serafin Quixano, Bentura Frauca, Vicente Vilca, Celestino Vilca,
Vicente Vilca, Jose Guaman Y, //6v// Manuel Molina Y, Juan Vilca, Crisostomo
Chuquisalon, Jose Cusco Guaman, Ygnacio Cruz, Juan Vilca, Modesto Molina,
Basilio Muños, Vicente Cocha, Remigio Lopes, Manuel Puerta, Mariano Puscan,
Nicolas Orduña, Calisto Guanuco, Pedro Xaramillo, Juan Copia, Juan Gonzales,
Solano Guaman, Gregorio Roxas, Atanacio Cruz, Pedro dela Cruz, Mariano
Cruz, Benito Guanuco, Casimiro Villanueva, Matias Soplin, Segundo Golmar,
Mateo Puscan, Pedro dela Crus Y, MUJERES Maria Solsol Y, //7r// Mariana Bui-
loc Y, Petrona Elquin, Ysidora Elquin, Andrea Bueloc, Simona Bueloc, Cruz
Bueloc, Simona Bueloc, Juana Guaman, Maria Builoc, Yginia Bega, Silveria
Builac, Maria Vilca, Maria Elquin, Manuela Elquin, Angela Elquin, Maria Qul-
quiton, Francisca Orduña, Maria Chuquipiondo, Tereza Elquin, Blaza Qulquiton,
Roza Guaman, Teodora Lolic, Juliana Vuiloc, Jacova Vueloc, Casimira Vilca,
Leona Cocha, Francisca Guisaloc, Roza Bueloc, Micaela Elquin, Brigida Yopla,
Juana Guaman, //7v// Maria Yopla Y, Petrona Ortega, Luiza Vuiloc, Manuela
Galoc, Andrea Culquiton, Petrona Bueloc, Cesarea Chuquipion, Francisca Cha-
ves, Josefa Chuquipion, Maria Pingos, Nicasia Vuisaloc, Maximiana Gomes,
Francisca Guaman, Josefa Curiguaman, Birginia Chaves, Bictoria Chaves, Agus-
tina Gomes, Maria Elquin, Jacoba Bueloc, Cristina Chuquima, Leona Bueloc,
Juana Bisaloc, Ysavel Elquin, Maria Gomes, Teodora Villanueva, Cayetana
Yopla, Tomasa Elquin, Magdalena Builoc, Cruz Guaman, Magdalena Tamparu-
na, Juana Gomes Y, //8r// Elena Santiago Y, Maria Mercedes, Juliana Vuiloc,
Maria Quixano, Dominga Bisaloc, Juliana Guaman, Maria Yopla, Dionicia Gua-
man, Agustina Naton, Leocadia Naton, Felipa Pingus, Leona Ortega, Maria Teno-
rio, Gregoria Naton, Maria Visaloc, Maria Naton, Francisca Naton, Juana Arvil-
do, Paula Cocha, Ciriaca Pingus, Dionicia Builoc, Juliana Guaman, Juliana Vilca,
LENSO-18 12/9/07 13:20 Página 305

Antroponimia chachapoya 305

Ynosencia Vilca, Casimira Quixano, Celestina Yopla, Avencia Vilca, Gervacia


Guaman, Norverta Oc, Juana Quinola, Juana Guaman Y, //8v// Maria Elquin Y,
Maria Vilqua, Ynosencia Vuiloc, Maria Pingus, Juana Chaves, Francisca Chaves,
Simona Chaves, Nicolasa Vuilca, Ysabel Sopla, Estefania Gongora25, Rosa Casa-
guaman, Ygnacia Guaman, Norverta Vilca, Manuela Cocha, Victorina Mendoza,
Martina Guanuco, Manuela Mendoza, Maria Bilca, Augustina Puscan, Juliana
Chaves, Dorotea Molina Y, Maria Guanuco, Bictorina Guanuco, Graviela Gua-
nuco, Martina Mendoza, Bernarda Ynga, Felipa Galoc, Juana Jaramillo, Maria
Arbildo, Balentina Copia, Maria Galoc Y, //9r// Juana Bilca Y, Rosa Sopla, Rosa
Maza, Bernarda Chuquilona, Candida Quixano, Bartola Jaramillo, Teodora
Ocmal, Remigia Copia, Ursula Jaramillo, Torivia Molin, Melchora Chuquinbal-
qui, Maria Jaramillo, Maria Guilac, Clara Guilca, Maria Mendoza, Getrudis (sic)
Guilca, Maria Guilca, Maria Cocha, Agustina Maupi, Petrona Roxas, Fernanda
Baboc, Manuela Meza, Maria Silva, Maria Baboc, Remigia Cruz, Marcela Silva,
Teresa Baboc, Jetrudis (sic) Silva, Maria Soplin, Josefa Curihuaman Y, //9v//
Rosa Soplin, Narcisa Soplin, Maria Naupari, Rosa Puscan, Clara Naupari, Juana
Chuquimes, Atanacia Baboc, Teresa Baboc, Juana Naupari, Estefania Cruz,
Maria Barrientos M, Bernarda Barrientos M, Matea Villanueva, Josefa Vilca,
Manuela Vilca, Estefania Molin, Juana Guaman, Ysavel Villanueva, Juana
Baboc, Juana Villanueva, Manuela Vilca, Catalina Vilca, Ana Silva Y, Marcela
Arvildo Y,

Por lo qual no haviendo comparecido mas personas a ser confirmadas, que las
contenidas en esta razon, se concluio este acto y lo firmo S.S.Ylustrisima. De que
sertifico Baltazar Jayme Obispo de Trujillo /una rubrica/ Don Pedro de Echeva-
rria Secretario /una rubrica/.

25 Cerrón-Palomino me hace notar que podría tratarse de una falsa interpretación por la forma
quechua aimarizada qunqura “rodilla”; también podría conjeturarse que se trate de un
antropónimo derivado del topónimo Congona del sitio arqueológico del mismo nombre.

También podría gustarte