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JOSE BLEGER

SIMBIOSIS
y
AMBIGÜEDAD
ESaUDIO PSICOANALITICO
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• •
A
SISOl9WIS

biblioteca de psicología profund~


editorial paidós
,
BIBLIOTECA DE PSICOLOGIA PROFUNDA JOSE BLEGER

l. Karen Horney 19. L. Grinberg


LA PERSONALIDAD NEUROTICA CULPA Y REPRESION
DE NUESTRO TIEMPO Estudio psicoanalítico
2. Anna Freud 20. A. Garma
EL YO Y LOS MECANISMOS PSICOANALISIS DE LOS SUEÑOS
DE DEFENSA 21. O. Fenichel
3. C. G. Ju1,g
PSICOLOGIA Y RELIGION
4. C. G. Jung
TEORIA PSICOANALITICA
DE LAS NEUROSIS
22 . Maríe Langer
MATERNIDAD Y SEXO
SIMBIOSIS
PSICOLOGiA Y EDUCACION
5. J. C. F!iigel
23. Harry Guntrip
ESTRUCTURA DE LA PERSONALIDAD
y
PSICOANALISIS DE LA FAMILIA E INTERACCION HUMANA
6. C. G. ,Jung 24. Hanna Sega!
••
LA PSICOLOGIA
DE LA TRANSFERENCIA
7. C. G, Jung
INTRODUCCION A LA OBRA
DE MELANIE KLEIN
25. W. R. Bion
AMBIGUEDAD
SIMBOLOS DE TRANSFORMACION APRENDIENDO DE LA EXPERIENCIA
8. C. G. Jung 26 . E. Jones
,
ENERGETICA PS!QUICA
Y ESENCIA DEL SUEÑO
LA PESADILLA ESTUDIO PSICOANALITICO
9. E, Kris 27. L . Grinberg, M. Langcr
PSICOANALISIS Y ARTE y E . Rodrigué
PSICOAN ALISIS EN LAS AMERICAS
10. C. G. Jung - R. Wilhelm
El proceso analítico
EL SECRETO DE LA FLOR DE ORO Transferencia y contratransferencia
11. O . Rank 28. Ca>elos A. Paz
EL MITO DEL NACIMIENTO ANALIZABILIDAD
DEL HEROE
12. C.G.Jung~W.Pauli
29. C. G. Jung
LA INTERPRETACION PSICOLOGJA Y SIMBOLICA
DE LA NATURALEZA Y LA PSIQUE DEL ARQUETIPO

13. E. Neumann 30. A. Garma


ORIGENES E HISTORIA NUEVAS APORTACIONES
DE LA CONCIENCIA AL PSXCOANALISIS DE LOS SUEÑOS
31. Anninda Aberastury
14 . C. G. Jung
APORTACIONES AL PSICOAN A LISIS
ARQUETIPOS E INCONSCIENTE DE NIÑOS
COLECTIVO
32. A. Garma
15. O. Rank EL PSICOANALISIS
EL TRAUMA DEL NACIMIENTO TEORIA, CLINICA Y TECNICA
16. C. G. Jµng 33 . M. Klein y J. Riviere
FORMACIONES DE LO INCONSCIENTE LAS EMOCIONES BAS I CAS DEL
HOMBRE
17. 'H. Racker 34 . .M. Tractenberg
ESTUDIOS SOBRE TECNICA LA CIRCUNC!SION

©
PSICOANALITICA 35. W. Reich
18. A. Gaxma LA FUNCION DEL ORGASMO
PSICOANALISIS DEL ARTE 36. J. B leger
ORNAMENTAL SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD

EDITORIAL PAIDóS
Volumen BUENOS AIRES
36
IMPRESO EN LA REPúBLICA ARGENTINA
Queda hecho el depósito que previene la Ley KQ 11.723

INDICE

PRÓL<>Go . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

PRIMERA PARTE

SOBRE LA SIMBIOSIS

-ta t>cliei<'111. l 9i8


J. ESTUDIO DE LA DEPENDENCIA-INDEPENDENCIA EN SU RELACIÓN
CON EL PROCESO DE PROYECCIÓN-INTROYECCIÓN ••• , ••••.••. 15
Objetivo (15). Autismo y simbiosis transferencia! (16). Antecedentes
(16). :Narcisismo transferencia! _ (17) . Simbiosis y actuación psicopáti-
ca (19). Antecedentes de ·la paciente (20). Dependencia-Independen·
cia (21). Sinopsis (25). Comentario sobre el comienzo del tratamiento
(26). Evolución (28). Fragmentación, disociación y control en el espa·
cio ( 29) . Reintroyección y el cuerpo como "buffer" ( 30). Algunos
aspectos caracteristicos de aparición del.insight (32). Síntesis y conclu-
siones (35).
BIBLIOGRAFÍA (36)

JI. LA SIMBIOSIS EN "EL REPOSO DEL GUERRERO" . . • • . . • • • • . . . . 39


Simbiosis y naturaleza de la relación objeta! ( 40). El material ( 45).
Condicionamientd del vinculo simbiótico (45). Encuentro y retorno de
lo reprimido (47). Proceso de aceptación del depositario (48). Recapi·
tulación ( 50). Configuración o establecimiento del vín_culo simbiótico
(50). Burla y piedad (54). La metamorfosis (56). Los peligros del
vínculo simbiótico (58). El tiempo (58). La sexualidad (59). Equili-
brfo en · el vínculo simbiótico (60). Vicisitudes del vínculo simbióti-
co (63). Aglutinación y dispersión (65). Fragmentación del objeto
aglutinado por la diversificación de las relaciones objlitales (66). La
separación (68). Resumen del curso ulterior de la simbiosis (70). Epi·
logo (73). Resumen y conclusiones (73).
BIBLIOGRAFÍA ( 74)

III. MODALIDADES DE LA RELACIÓN OBJETAL 76


BIBLIOGRAFÍA (81)
©
Copyright de todas las ediciones en castellano by IV. ESTUDIO DE LA PARTE PSICÓTICA DE LA PERSONALIDAD ...•.. 82
Introducción (82). Problemas técnicos (87) . Estudio del material cli·
EDITORIAL PAIDOS nico ( 98). Resumen y conclusiones ( 154).
S.A.I.C.F.
BIBLIOGRAFÍA ( 158)
Defensa :>99. l 1·r. pi;.o Buenos Aires
8 ÍNDICE

SEGUNDA PARTE

SOBRE LA AMBIGÜEDAD

V. LA AMBIGÜEDAD EN LA CLÍNICA PSICOANALÍTICA 165


l. Introducción (165). 2. Discriminación del concepto de ambigüedad
(167). 3. Ambigüedad y otros fenómenos (175). 4. Clínica y estruc·
.
,.
tura de la ambigüedad (179). 5. Omnipotencia del "yo sincrético"
(185). 6. Fenómenos de transición (190). 7. Conflict o y dilema (194).
8. "Yo fáctico" y personalidad psicopática (196). 9. Ambigüedad del
acting out (205). 10. El pensamiento (207). 11. Personalidad auto.ri- .:J
taria (208). 12. Síntesis (209). 13. iPor qué subsiste la ambigüedadf PROLOGO
(209). 14. Función "embotadora" de la ambigiiedacl en la regre-
sión (216). 15. Comentario de la bibliografía relacionada con la ambi-
güedad (219).
BIBLIOGRAFÍA ( 229)
El tema de la simbiosis en psicología y pS'icopatología es relat11amente
nuevo bajo este título; pero, es indudable que de muy diversas maneras,
VI. PSICOANÁLISIS DEL ENCUADRE PSICOANALÍTICO •. .. . .. . .. . . . 237 se halla incluido en trabajos psicoanalíticos de diferentes autores y en
Resumen ( 249). distintos tópicos, especialmente en los estudios que se refieren a los pri-
BIBLIOGRHÍA (249)
meros estadios del desarI"ollo de la personalidad. Con esta publicación,
intento adelantar en la investigación de este capítulo, que creo de suma
importancia para la mejor comprensión, tanto de problemas de la psico-
TERCERA PARTE logía normal como de la psicopatología, tanto de la psicología individual
como de la psicología grupal, institucional y de la comunidad. Tal es, en
APÉNDICE
síntesis, la amplitud de campos y de problemas que abarca la investigación
de ia simbiosis.
VII. .AMBIVALENCIA Y AMBIGÜEDAD . .ANTECEDENTES BIBLIOGRÁFICOS 253
Sin embargo, aun con los antecedentes bibliográficos, no se trata de
l. Bleuler (253). 2. Ambigüedad en los escritos de Freud (256). 3.
~ dar un nombre nuevo a fenómenos ya ¡;onocidos, sino de reubicarlos en
Divalencia en los escritos de Frcud (260). 4. Ambivalencia en los es-
critos de Freud (265). 5. M. Klein y Fairbairn (273). 6. Estudios de función de un concepto que se acerca más a la realidad: la simbiosis nos
otros autores (280). 7. Otros antecedentes bibliográficos sobre ambi· sitúa de pleno, y desde el comienzo del desarrollo de la personalidad, en
güedad (287). la interrelación humana, que aquí tiene características muy particulares ;
BIBLIOGRAFÍA ( 289)
y su estudio nos hace comprender otros fenómenos de la vida del adulto y
su patología, tanto como nos exige reconsiderar algunas hipótesis y teorías,
VIII. COMENTARIO A "SOBRE EL SENTIDO CONTRADICTORIO DE LAS
tal como se verá en la lectura de los distintos capítulos.
VOCES PRIMITIVAS" • . . . • . . . • . . . . . . . • . • . . . • • . . . . . • • • . • • • 290
BIBL!OGRAFÍA ( 295)
El estudio de la simbiosis, por otra parte, me condujo a otro punto
crucial: al tema de la ambigüedad en la normalidad, en la patología, en
IX. AMBIGÜEDAD Y SINCRETISMO EN ''LO SINIESTRO'' DE FREUD . . 297 la vida cotidiana; el puente entre ambos temas me fue dado por la hipó-
BIBLIOGRAFÍA. ( 307)
tesis de que el núcleo --o la razón fundamental- por el que se constituye
o persiste el vínculo o la interdependencia simbiótica es, en su misma na-
turaleza, de carácter ambiguo. Cuando hube llegado a esta última conclu-
sión, se impuso indefectiblemente el estudio de la ambigüedad y, a raíz
de ello, tuve a la vez que reconsiderar conceptos utilizados con ante-
rioridad, especial.mente en lo que se refiere al autismo, narcisismo primario,
identificación, etc.
Dado que el lector recorre el curso de una investigación, creo l('
será fácil constatar que del primero a los capítulos siguientes hay ciertas
modificaciones de conceptos a los que me condujo el desarrollo de la in-
vestigación misma, tal como lo he señalado. Algunos .supuestos básicos ::
de carácter general, que se desprenden gradualmente, me parece impv·
tante subrayarlos ahora, dado que confieren unidad a todo el libro y .,
·;,:,.

10 !' R !J LO G O
PRÓLOGO 11

nifican puntos fundamentales que tocan a la eseneia misma, no sólo de los


fenómenos E'Studiaclos, siho también de las teorías e hipótesis con las cuales ambigua o con rasgos de carácter ambiguos. Por otra parte, esta indife-
pretendo abarcarlos. renciación primitiva, con los dos fenómenos más prominentes (simbiosis
Uno de éstos es el rechazo de la afirmación de que los primeros esta- y ambigüedad), son normales, no sólo por su monto sino además por su
dios de la vida del ser humano se caracterizan por el aislamiento, desde dinámica; razones por las cuales también pueden significar o pueden
el cual, gradualmente, el sujeto se va relacionando con otros seres huma- implicar cuadros patológicos o momentos patológicos, algunos de ellos
nos; esta última afirmación es la quintaesencia del individualismo Hendo inclusive necesarios para la evolución normal de la personalidad. Espero
al campo científico, en el sentido de que el indiYiduo no nace como ente que todo ello, por lo menos en alguna medida, haya podido ser reflejado
aislado y que, desde aquí, gradualmente, va estructurando su naturaleza en este libro y transmitido. al lector. De alguna de estas consideraciones
social por la pérdida de este aislamiento en pro ele la asimilación de la clínicas y teóricas me ·he ocupado ya por separado, en cierta medida, en
cultura. En reemplazo de tal hipótesis me vi llerndo a concebir un estado otras publicaciones que fueron escritas o elaboradas en forma conjunta;
de indiferenciación primitirn como punto de partida del desarrollo hu- me refiero a mi libro Psicohigiene y psicología institucional y al Prólogo
mano. Esto significa -entre otras cosas- qne ya no tenemos que buscar y Apéndices de la Obra psicológica de G. Politzer.
e investigar cómo el niño; en el curso de su desarrollo, se va conectando Una segunda hipótesis fundamental, a la que he hecho alusión, es la del
con el mundo externo, sino cómo se va modifieando un tipo de relación abandóno de la creencia de que el fenómeno psicológico comienza siendo
(indiferenciado), para alcanzar, en el mejor de los casos. un desarrollo mental; que el fenómeno psicológico, para serlo, tiene que ser originaria-
de su identidad y del sentido de realidad. Con razón dijo alguna vez G. mente mental, y que, si este último no apare()e en forma manifiesta, debe
B. Shaw que la "independencia es un prejuicio de la clasE' media"; pero existir, o pre-existir en forma inconsciente. En reemplazo de esta hipó-
con esto nos veríamos llevados al campo de la sociología del conocimiento tesis que, más que una · hipótesis, ya lo he dicho, significa un supuesto
científico. o un modelo conceptual de la psicología, postulo que el fenómeno mental
Además, este estado de indiferenciación primitiYa es una m·ganización es una modalidad de conducta, inclusive de aparición posterior a las
partic1tlar del yo y del mu.ndo, de tal manera que nos vemos obligados a otras, y que las primeras estructuras indiferenciadas, sincréticas, son re-
un esfuerzo y a enfrentar una nueva herida de nuestro narcisismo, tal eomo laciones fundamentalmente corporales. Esta hipótesis ha sido también
lo formuló Freud, que ocurre para cada adelanto científico: que nuestra recogida y desarrollada en los escritos citados y no será retomada aquí
identidad y nuestro sentido de la realidad no constituyen la identidad y en forma detallada; pero me parece de tanta importancia como para, por
el sentido de realidad, sino una de las tantas y posibles organizaciones de lo menos, ser recordada en este prólogo. Se incluyen, en el curso de los
los mismos. Debemos reconocer. entonces, que aquello que se diferencia distintos capítulos de este libro, diferentes citas bibliográficas en las cua-
de nuestra modalidad o de mwstra estructura u organización, no es s1:c111prc les se ve que estas dos hipótesis no son tampoco, en rigor, totalmente no-
un déficit o una distorsión sino, muchas veces, otra. organización que nece- vedosas en el campo de la investigación psicoanalítica, pero sí que no
sitamos estudiar en sí misma. han sido suficientemente enfatizadas, y por sobre todo, no se desarrollaron
sus consecuencias necesarias e ineludibles, objetivo que pretendo llevar a
Para algunos. esta última concepción puede resultar simplista y ya
cabo aquí, por lo menos en cierta medida.
conocida; para otros puede significar un absurdo y un contrasentido. De
todas maneras, éste es para mí uno de los puntos básicos para la teoría La presentación de un tema de estas características (ya que sim-
psicoanalítica, en el sentido de que trastoca uno de los "modelos" o su- biosis y ambigüedad constituyen un solo tema, aunque sean fenómenos
puestos científicos fundamentales de la psicología y del psicoanálisis, y los clínicos diferentes), cuya investigación no se halla muy adelantada, tanto
cuestiona, reevalúa y replantea sobre otra base. como el hecho de que se relaciona con hipótesis tan vastas, hace imposible
que se ,pueda exponer en un libro que tenga las características de un
Esta indiferenciación primitiva no es tampoco, en rigor, un estado
texto, pero, en este sentido, creo que el lector estará de acuerdo conmigo ·
de indiferenciación, sino una estr1wtura o una organización distinta que
en que, si bien es más fácil \eer un texto (y no siempre), no es menos
incluye siempre al sujeto y sn medio, aunque no como entidades diferen-
cierto que es también más fácil "momificar" el conocimiento en él, y
ciadas. El remanente de núcleos de esta indiferenciación primitiva en una
personalidad "madura'', es el responsable de la persistencia de la sim-
1n que pretendo es justamente lo opuesto. En este sentido, aunque aludo
a lo que otros autores han aportado al tema, no hago una presentación
biosis y, como tal, lo he denominado núcleo aglutinado, y se manifiesta
sistemática de la bibliografía, ya que mi propósito es el de consignar mi
tanto en el desarrollo normal (adolescencia, período de crisis o de cambios),
propia investigación y sus resultados, lo cual no impide que cite inves-
como en la patología (epilepsia, melancolía, etc.). Si la totalidad o gran
tigaciones y concepciones de otros autores. Especialmente debo señalar
parte de la personalidad se estructuran sobre alguna de las modalidades
que, por las mismas razones, no entro a considerar similitudes y diferen-
de esta indiferenciación primitiva nos encontramos con la personalidad
cias con otras concepciones que .tienen . cierta relac_ión con el tema, tales
PRIMERA PARTE
12 PRÓLOGO
SOBRE LA SIMBIOSIS

como la del "objeto muerto-vivo" postulada por W. Baranger, la del


"psiquismo fetal" de A. Rascovsky o la del "núcleo aletargado" postu-
· lado por F . Cesio.
He tenido que hacer un esfuerzo relativamente grande para no
incluir en este libro el enfoque de la simbiosis desde el punto de vista
biológico y el de la ambigüedad desde el punto de vista artístico, estético
y filosé,fico. Expresamente no entro en ninguno de ellos, aunque me he
sentido muy atraído por los mismos. He deseado atenerme, lo más estric-
tamente posible, a la clínica y a las teorías e hipótesis de ella derivadas
y no entrar en estos campos - biología, filosofía y estética- , que me hu-
bieran llevado seguramente muy lejos de la clínica.
Una mínima versación sobre el tema de la simbiosis en biología hace
entrever relaciones muy interesantes o, por lo menos, muy atrayentes,
en lo que se refiere a la simbiosis, parasitismo, comensalismo, saprofitis-
mo, mutualismo, etc. ; al estudio apasionante de los líquenes y al fenómeno
tan espectacular de la neotenia. Es especialmente este último el que con
más frecuencia me ha atraído, porque el sujeto intensamente simbiótico
y la persona con una profunda ambigüedad, me han parecido siempre
como relacionados íntimamente con el fenómeno que en biología se deno-
mina neotenia. Dejo aquí solamente anotadas estas relaciones como temas
pendientes que requieren ser desarrollados.
La segunda y tercera parte de este libro no han sido publicadas
todavía, en tanto que los capítulos de la parte primera, relativos a la
simbiosis lo han sido ya: el capítulo primero en Revista de Psicoanálisis,
Vol. XVII, 1960; el capítulo segundo, presentado en la Asociación Psi-
coanalítica Argentina en abril de 1961, fue publicado en Revista de
Psicoanálisis, Vol. XVIII, 1961 y Vol. XIX, 1962; el capítulo tercero,
presentado en el E\imposium de la Obra de M . Klein ( 1961), fue publi-
cado en Revista de Psicoanálisis, Vol. XIX, 1962; el capítulo cuarto fue
publicado en Revista Uruguaya de Psicoanálisis, Vol. VI, 2-3, 1964.

Buenos Aires, enero de 1967.


CAPÍTULO I

ESTUDIO DE LA DEPENDENCIA-INDEPENDENCIA
EN SU RELACION CON EL PROCESO
DE PROYECCION-INTROYECCION

El proce~o de diferenciación del objeto se hace parti-


cularmente importante por el hecho de que la dependencia
infantil se caracteriza, no sólo por la identificación, sino
por la actitud de incorporación oral. En virtud de este hecho,
el objeto con el que está identificado el individuo, es incor-
porado en el individuo. Esta extraña anomalla psicológica
puede ser la ola ve para muchos enigmas metafisicos. Sin
,cmpargo, es común encontrar en sueños una equivalencia
completa entre estar dentro de un objeto y tener el objeto
dentro de uno mismo. . . Siendo ésta la situación, la tarra
de diferenciar el objeto se resuelve en el problema de expul-
sar un objeto incorporado, es decir, se transforma en un
problema de expulsar contenidos.
R. FAIRBAIRN.

OBJETIVO

La finalidad del presente capítulo es la de estudiar en una paciente,


íl la que llamaré María Cristina, algunos aspectos ele su dependencin y su
evolución en el trata¡niento psicoanalítico.
Desde la dependencia total, como puntq de partida, hasta la indepen-
dencia o dependencia mad·ura hay un período muy largo que puede durar
toda la vida, al que Fairbairn llama "período transicional ", en el que.
t-ie entremezclan, coexisten y alternan rasgos de dependencia infantil con
otros de independencia madura y de formación reactiva frente a la de-
pendencia.
:mi desarrollo hacia una dependencia madura se vio, en mi paciente,
obstaculiza<lo por una modificación del proceso de proyección-introyección,
otigip.ándose a raíz de ello fenómenos de autismo y simbiosis que tendían
11 estabilizar o equilibrar las fluctuaciones. Dicho de otra manera, en el
presente trabajo desarrollo dos conclusiones 'O tesis fundamentales, ínti-
111.11mente vinculadas a los trabajos de Fairbairn y a los de la escuela
klriniana, a saber:
1) Que las perturbaciones del proceso de proyección-introyección
1•Htún en la base de los conflictos de dependencia-independencia.
16 JOSÉ BLEGER
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 17

2) Que se impuso, a través del análisis de la pacfonte, la necesidad


de estudiar la formación de conductas de tipo autista y simbiótico, ínti- o catastróficas. Se trata de proyecciones masivas sobre un objeto, de tal
mamente vinculadas a los fenómenos de proyección-introyección y natu- manera que en el objeto queda enajenada o alienada una buena parte
ralmente al manejo de ansiedades paranoides y depresivas. del yo del sujeto. También significa la fijación o regresión a una primitiva
relación simbiótica madre-niño, normal durante el desarrollo. Así como
la sintomatología típica de la disgregación esquizofrénica aparece cuando
AUTISMO Y SIMBIOSIS TRANSFERENCIAL so rompe el autismo, la psicosis simbiótica aparece cuando se rompe la
simbiosis.
Partiendo de la segunda tesis y refiriéndome en especial a mi pacien-
M. Mahler distingue tres tipos de psicosis en la infancia:· uno, el autis-
te, constaté, no solamente la presentación alternada de conductas de tipo
mo precoz infantil de Kanner ; otro, el síndrome psicótico de simbiosis
autista y simbiótico, sino la coexistencia de aidismo y simbiosis en la rela-
infantil de Mahler. Un tercer grupo de psicosis infantil, más benigno, fue
ción transf erencial, apareciendo esta última con un doble plano o doble descrito por Mahler, Ross y De Fries, tanto como por Geleerd, y se carac-
frente. Por un lado, se mantenía distante impidiendo y controlando que teriza por el empleo simultáneo o alternativo por parte del yo de meca-
el terapeuta sobrepasara la "barrera" y penetrara en su vida interior
nismos neuróticos, autismo y simbiosis. En estos tres tipos son evidentes
(autismo) ; al mismo tiempo que estableció otro tipo de vínculo caracteri-
las perturbaciones del sentido de realidad, sentido de identidad y esquema
zado por el hecho de que el terapeuta era reducido al papel de un depo-
corporal.
sitario sobre quien la paciente hacía una proyección intensa como intento M. Mahler describe casos también más benignos, pero en la práctica
de un vínculo simbiótico que también le resultaba necesario o impres- psicoanalítica me interesa la posibilidad de detectar expresiones aun mí-
cindible 1 . nimas de todos estos trastornos, aun en pacientes no psicóticos, por
ANTECEDENTES supuesto.
En este sentido, Liberman ha estudiado lo que él mismo designó
Bleuler introdujo el término autismo para designar lo que Janet había como autismo transferencia! y que define: ''Es la manifestación de la
estudiado como "pérdida del sentido de realidad" y que Bleuler definió: fase narcisística en la situación analítica. El autismo se opone al estable-
''El alejamiento de la realidad junto con la relativa o absoluta predomi- cimiento de una relación de reciprocidad, de un cierto vínculo objetivo
nancia de la vida interior". con el analista".
En la actualidad se considera al autismo como una conducta defensiva G. Racker se ha ocupado también del tema desde el punto de vista
frente a situaciones persecutorias y en la que predomina la relación con especialmente técnico, coincidiendo con Liberman en los planteos teóricos.
objetos internos, y -por lo tanto- el vínculo es de carácter eseneialmente
narcisístico. NARCISISMO TRANSFERENCIAL
Kanner describió el cuadro del autismo precoz infantil, cuya caracte-
rística fundamental es el retraimiento y la distancia con el mundo externo, Con mi paciente María Cristina fue evidente que la relación trans-
que se mantiene como una barrera divisoria. Todo lo que significa forzar ferencia! respondía a las características que da Liberman en la definición
o romper dicha barrera es vivido con gran angustia. Pichon Riviere, en que antecede: falta de un vínculo objetiv3 con el analista y oposición
seminarios y clases, ha sostenido que el autismo es una etapa normal y al establecimiento de una relación de reciprocidad. Por un lado presen-
necesaria en la evolución del niño, y es por fijación o regresión a dicha taba una barrera y no me permitía penetrar en su interior; yo sólo debía
formación autista que aparece el cuadro descrito por Kanner. Remanentes ocuparme de lo que ella me daba, partes de ella, en relación con per-
autistas de este período del desarrollo (los "parques naturales") son los sonas de su ambiente familiar. Por otro lado, ella no me trataba como
elementos en que asientan las neurosis, psicosis y caracteropatías; seña- una persona distinta a ella y diferenciada, sino como un objeto al que
lemos además la intervención de núcleos autistas en la vida normal (sue- hacía depositario de gran cantidad de objetos y vínculos que no podía
ños, fantasías, etc.). tomar a su cargo. No es sólo un control de la reintroyección sino un con-
lYI. Mahler estudió un cuadro distinto al de Kanner y al parecer total- trol más general para que yo no perturbe la totalidad de sus relaciones
mente opuesto, las psicosis simbióticas, que se caracterizan por un vínculo nnrcisísticas.
de dependencia muy estrecho con un objeto externo. La sintomatología Si nos fijamos atentamente, podemos ver que tanto el vínculo autis-
es muy manifiesta cuando se rompe la simbiosis, en forma de crisis pánícas ta como el simbiótico en la transferencia, son relaciones narcisísticas;
ambos son relaciones con objetos internos en las que se trata de preservar
1 El concepto de autismo y una reformulación del mismo en relación con la
ol principio del placer y defenderlos de la intromisión de la realidad
simbiosis, se desarrolla luego en el capitulo en que se estudia la ambigüedad (Cap. V).
oxterna.
18 JOSÉ BLEGER SIMBiósfs \' AMBIGÜEDAD 19

La proyección masiva que se produce, que le dificulta separ arse de aquí; aunque estos temas quedan reservádos para ocuparme de ellos
mí, establece una relación simbiótica transferencia!. Pero la relációñ y ulteriormente en forma específica y especial.
dependencia de lo proyectado no es una relación con el otro, sino que
sigue siendo en gran medida una relación narcisística. Por ello me pa- SIMBIOSIS Y ACTUACION PSICOl>ATICA
rece importante discriminar, como lo hace Pichon Riviere, entre depo-
sitante, depositado y depositario. María Cristina tiene que controlar que La simbiosis asienta sobre el proceso de identificación proyectiva;
el analista (depositario) no irrumpa "dentro" de ella, en su formación n éste, la relación del depositante con lo depositado ha sido estudiada
autista, tanto como tiene que controlar que no irrumpa en lo depositado. detenidamente ( empobrecimento o vaciamiento del depositante, depen-
Tan narcisística es la relación transferencia! autista como la sim- dencia de lo depositado, etc.), no así la relación entre lo depositado y el
biótica. La diferencia reside en que en la seguñ:da el depositario perte- depositario. En el material clínico que presento, este distingo es sin
nece al mundo externo mientras que en la primera pertenece a Uña zoña embargo fundamental.
de su propia mente o cuerpo. En la proyección todo pasa en el sujeto. La misma definición se
Si ahora ampliamos momentáneamente el campo de nuestra indaga- hace en función del depositante con lo depositado. La relación con el
ción, ve.remos que en todo análisis ocurre en medida variable una pro- depositario es una simple depositación que no altera, no ínfüíye, ní modi·
yección de objetos internos o partes de los mismos sobre el analista y fica la conducta del depositario; se puede ser depositario de objetos ínter•
con. ello una continua asignación de roles, una permanente búsqueda de nos de otro sin qüé jamás se tome conocin1iento de ello ni la condUéta sea
una relación de dependencia simbiótica que implica, al mismo tiempo, el infiuida.
mantenimiento y control de una barrera que no debe ser traspasada En las relacióhes dei grupo familiar de nüestra paciente la proyec-
(autismo). ción se presentaba con consecuencias muy distintas: el depositario aétiía
La transferencia autista y simbiótica es, en ambos casos, una rela- el rol que corresponde a lo depositado (asume el rol). Por ejemplo; ctian-
'ción narcisística, es decir, con objetos internos, pero entre lOs que se ha do en la primera entrevista la madre asume la fünciórt de corttroi de ia
establecido un fuerte proceso de escisión y disociación, y sobre parte de hija. En estos casos desaparece 1á distancia entre lo depositado ~ el
ellos, de expulsióri proyectiva, Por ello 1 autismo y simbiosis son los depositario. Oe aiguná manera ( coniünlcación pl'eYeí'ba1; irtvoltiéi'ilCÍa
extremos de una escisión entre lo proyectado y lo introyectado. No puede también en 1a comtinicadón verbal), esta íil!tlliiCÍÓii o !isiinciórl. élel roi
haber aütismo sin simbiosis y viceversa, en cua1qu1era de las variantes y proyectado es prdmdliidd é!Oh 1a proyect!Íórl 1 o bien plietl.e octtrrir qtte efi
en todos los grados en que estos fenómenos pueden darse. El diagnóstíco la conducta ya existénte tM tlepbsitarid se tfole{Jité üii l'bi b =ti6ffüJ es ia
se establece sobre lo manifiesto o predominante. La ctlexistencia de autis- más probaBitl= irlté!rvtliiªa.n aliibas !lb~á§: ia fli'bfü.olli&ii tltl Ufüi lillttlafüón
mo y simbiosis explica e1 carácter aparentemente paradoja! y contradic- tarifo t!6füb la tleiégallión t:l!l un :füi efi la tlbfitllicta Fª tlxi§té!ntt! €1.el 6ti'6:
torio de la transferenc1a en los pacientes psicóticos. Erl. momentos en que Ert la relaéi6n traiisferé!fi!!iai fü:i mi pátlÍtlntíi e;idsH& un permarleiitíi irltíin,
se pliso ei énfasis solamente eii la conducta autista se dedujo 1a falta de to ele flrtlmovér y deiegar un i'tli i!ii tli tei'ápeutit
relación transferencia! en los psicóticos (tal conio lo postuló Freud) . Ert rigor; debierli ha!Jlar§tl dil §imbiosis 1m1mc1a la prayet!tlión tl§
Ulteriormente Sé descubrió que la transferencia psicótica es de instala- cl'llzada y calla lifiél actúa ert ftinciófi tl.e fbies é!Omf}efi§dtórlb§ ciei 5tra. La
ción rápida y masiva ; ello fiÍe posibrn ctlándo se prestó atención a la sln1biosis' es asi un Üpo de dependenéia 6 de interdilpendetrniit efi el ñitlfi"
relación simbiótica que establece el psic6ticcJ, Este aspecto se descubrió do externa. La necesidad de prom{)Ver lit Mttiaeítm. de rale§ es iüdice de
más tardíamente porque la simbiosis es "muda", sóio aparece sintoma- un déficit de 1it éélmunicación efi el plana simMiica.
tológía notoria en casos de r uptura de la <níismá ¡ pero en los psícóticóS Estas c1msídeí'!iéionés me célfidtlcen a poder cmiificar los grupos fa,
también estaba esto último encubierto por el repliegue a la defensa autis- miliares cómo el de nüe§tra paciente María Cristina; conió tifi grupo
ta. Pichon Riviere dice de la transferencia de los psicóticos : "La tenden- 111:1rcisístico y/o simbiótico, eh el sent'ido de que cada ttno ele sui; inte-
cia a establecer contactos con otras personas es tan intensa como la grantes es depositario y Mtúa roles per'tenecielites a vincülos con objetos
tendencia al aislamiento como defensa". Podemos ahora reflexionar en internos de otros y tótl.o ello en forma complementaria y soiidaria, ~i
que un autismo completo, sin simbiosis es incompatible con la vida. .rtarcisísmo es, en estás casos; grupal. ::legurarrtente coincide el iiá~ͧÍsmo
Por otta parte, la transferencia simbiótiea e:Xpliéa también la vis- f.< rUpa1 con el fenómeno de la endogamia. Son lós gl'üpcJs failiÍIÍáres é!!i,
cosidad epiléptica, comó üna variante de la ni-isma. l[ficados por Mme, MinlWwsliy como agiutinados 6 épile¡:Jtuitles, La rüp-
Nuestro tema es fundamentalmente ahora el de la dependencia en Wra c1el interjuego simbiótic0 de roles los cotiviérte eil un grupo ciis-
relación con los fenómenos de proyecéión-introyecci6n. En su estudio l( rcgac1o o disperso ( ésquizoide).
me he encontrado con el autismo y la simbiosis, y por eso son incluidos
20 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 21

ANTECEDENTES DE LA PACIENTE DEPENDENCIA - INDEPENDENCIA


María Cristina tenía dieciocho años de edad cuando inició su tra-
En la primera entrevista con madre e hija, quedó delineado el pro-
tamiento psicoanalítico, hace poco más de tres años (octubre 1956). Vivía
blema fundamental por el cual venía al análisis: el de la dependencia-
con sus padres en la ciudad de Santa Fe, desde donde vino a comienzos
independencia. Su madre aparecía acusando un cambio en ella mientras
de 1956 a estudiar medicina en Rosario, donde ya estaba desde hacía va-
que María Cristina se quejaba de que sus padres no admitían su noviazgo
rios años su hermano Juan --cinco años mayor que ella- cursando la (su independencia).
misma carrera.
De esta manera, el grupo familiar se había dispersado paulatina y 1) En su primera sesión relata que la noche correspondiente al día
progresivamente. Un hecho fundamental en la ruptura y cambio de la en que se realizó la entrevista conmigo -era además la primera noche
estructura familiar fue que un año antes (noviembre 1955) su padre que dormía en esa pensión- no sabe si soñó o fue una fantasía ; al
tuvo un derrame cerebral y "quedó hecho una criatura", su carácter darse vuelta en la cama le pareció ver desnuda a su compañera de pieza
cambió radicalmente. María Cristina lo recuerda como un hombre agre- y eso le hizo acordar a su madre.
sivo y tiránico, bloqueado y apartado afectivamente de los hijos y de 2) Se le interpreta que recuerda esto ahora porque es la manera de
su esposa. A raíz de esta enfermedad su madre pasó a ' 'tomar las riendas facilitarse la relación con lo desconocido : la pensión nueva, yo y el tra-
de la casa'' y desde entonces se incrementan sus conflictos con ella. La tamiento. Es un acompañarse con su madre para sentirse protegida.
madre es descrita como una mujer suave pero muy rencorosa, de un nivel
cultural superior al de su marido; vivió lamentando que su casamiento 3) Contesta "exacto" y continúa refiriendo que su madre se enteró
hubiese frustrado su carrera de concertista. de su noviazgo, y ante ello su padre reaccionó y a través de la madre le
Con la enfermedad del padre se quiebra definitivamente una or- prohibió que continuara "con ese vago". En una oportunidad, durante
ganización familiar dada y sobrevienen para María Cristina momentos unas cortas vacaciones en que fue a Santa Fe, su madre le prohibió que
de desorientación, confusión, incertidumbre -entre otras cosas- de no saliera con su novio y le encomendó una tarea; sintió miedo y por eso
rue donde su madre la mandaba.
saber en qué situación económica quedaban. Con todo se decide su tras-
lado a Rosario para estudiar medicina. La relación con su hermano Juan Con esto 3) me presenta la contraparte de su madre. Cuando en 2)
había sido para ella siempre muy buena; había tenido en él apoyo y le señalé cómo utiliza el aspecto protector de su madre ante situaciones
constituía una esperanza para María Cristina. Pero el vínculo con Juan que por ser nuevas son desconocidas y peligrosas, ella me muestra 3) la
también había cambiado ; entre otras cosas él tenía ahora novia. Además, contraparte: el aspecto posesivo de esa protección, reflejo del carácter
tuvo que enfrentar la desilusión de que su hermano estaba atrasado en poAesivo y controlador de su propio afecto por la madre.
los estudios y no rendía exámenes desde hacía varios años. Entonces ella Cuando, para sentirse protegida frente a lo desconocido, vino acom-
inicia un noviazgo con un muchacho con grandes dificultades en el estu- p11fiada con su madre a la primera entrevista, la ansiedad paranoide
dio, con quien tenía frecuentes altercados. l'rnn te a lo desconocido era tal que necesitó venir el binomio simbiótico :
Lo que decide en forma manifiesta la necesidad del tratamiento son ''' madre protectora debía estar con ella. Cuando en la primera sesión,
tres crisis nerviosas que tuvo durante el año 1956. Una de ellas se pro- JHtnt relacionarse con lo desconocido recuerda a su madre, es que la ma-
duce estando con su novio en la calle, cuando se entera de un movimiento dro protectora es traída como objeto interno y con ello se ha hecho un
revolucionario en el país, y al ver los aviones que iban a bombardear una p111mje de la relación simbiótica a la relación autista, que proyecta en
base militar ; tuvo mucha angustia, creyó que los iban a bombardear a 1111 para r ehacer la simbiosis conmigo. De la primera a la segunda vez
ellos; mareo y desmayo. Trasladada a una clínica tuvo llanto y temblo- q1111 me ve, disminuye la proporción en que soy desconocido y peligroso
res, quedando después durante muchas noches con miedo a dormir y .Y oli o permite la introyección del objeto protector. Pero cuando se pro-
miedo a soñar. Dos crisis posteriores se producen a consecuencia de dis- y11<1 l,11 fo madre protectora sobre el analista, sobre lo desconocido, ello
cusiones con su novio. Posteriormente, recuerda que ya había tenido una lnm hión implica ciertos riesgos, y entonces surge la madre posesiva, para
crisis nerviosa anterior, a los diez años, y otra en 1955; esta última a con- d1d'o11 dorse y no darse del todo. El objeto persecutorio (posesivo) es el
secuencia de una discusión con su madre : se paró y cayó sobre la mesa NUJHl ryó que actúa también como protector. Ambos objetos (protector
con una crisis de llanto. .v poHoRivo) están cargados -por separado-- de su propia necesidad de
·~ 11r protegida y del carácter absorbente de sus propios afectos (de su
11 vldmr.). 1Íl11tos coexisten y alternan en su predominio como objetos in-
111111rn1, poro cuando los temores fueron más intensos (la primera entre-
.~
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD . 23
22 JOS:é PLEGER

y con eso me acordé que cuando era chica, yo entré en el baño y lo


vista), no bastó venir acompañada por dentro, vino con su madre, como vi a papá orinando. Está demás decir que mamá se escandalizó."
unidad siznbiótica, y cada una de ella¡; actuó asumiendo un rol que, En 3) ha.ce énfasis en el intento de sus padres de separarla de su
por separado, era un aspecto del problema que había en ambas: la madre novio, con lo que encubre su propio deseo de separar a sus padres y su in-
asumió el rol de dominante , posesiva, acusadora, curiosa y controladora, quietud frente a su padre, en quien están proyectadas sus propias fanta-
acusó que su hija estaba cambiada, y lo traía como motivo para iniciar sías edípicas .que le resultan persecutorias.
su tratamiento; es decir, personificó el superyó de María Cristina. La Al reactivar en la transferencia un vínculo afectuoso y erótico se
hija asumió el rol de independiente, acusando que sus padres la retenían, despiertan además fantasía]! persecutorias frente a la madre.
no la dejaban tener novio . La proyección y delegación (Weiss) en su Tanto ella como su padre y todos los muchachos de la casa perte-
madre de su propia dependencia y necesidad de protección hacen que necen a su madre, están en el interior de la misma (la casa en el sueño),
María Cristina pueda insistir en su independencia. Por otra parte , se y tras la relación con los hombres está la relación incestuosa con su
confirmaba tambitn en su noYiazgo el carácter conflictual de esta inde- padre 5). La dificultad para Separarse de su madre, salir de dentro de
pendencia, en cuanto trasladó a esta nueva relación su propio vínculo ella, es la dificultad para enfrentar el conflicto edípico y la enYidia a
con su madre, aunque de manera invertida: ella resultó protectora de su madre por sus contenidos. Si ella está dentro de la madre, ella está
su novio también en forma absorbente y tendía a ayudarlo para que protegida, no teme a los fantasmas ; la relación simbiótica con su madre
estudiara; es decir, se reestructuraba el vínculo .simbiótico. A conti- la protege de situaciones persecutorias. Por eso se mantiene ligada a su
nuación: madre en uná relación de dependencia simbiótica. Si se separan, debe
4) Se le interpreta que está planteando un interrogante: de parte introyectar y manejar dentro de ella tensiones que sobrepasan la capaci-
de quién estaré yo : de ella o de su madre. dad. de su propio yo en enfrentar o elaborar dichas ansiedades.
5) Contesta "exactamente" y continúa relatando que sus padres, es- 7) A raíz de lo que ella relata frente a bu madre (el sueño y el
tando en Rosario, la sacaron de la pensión anterior, y su madre la llevó recuerdo). ésta le echa la culpa a Juan del noviazgo errado y de las "co-
con ellos al hotel "y me causó una angustia que me trajera con ella. Por- 1ms'' que está aprendiendo ¡María Cristina, y continúa diciendo: '' Siem-
que yo con mi padre me siento muy molesta al instante de estar con él. pre se equivoca (la madre) y a Juan le dice querida y a IUÍ me dice
Me tengo que ir. Anteanoche, hablando con la novia de mi hermano, me querido, y eso le molesta a él tanto como a mí. A mí me vestía con .·
acordé que ~·o. de chica, lo llamaba viejo banana, y me acuerdo que a mi pantalones cuando chica y a mi hermano le puso pollera", Relata que
padre le gustaba eso". t'ue Juan quien averiguó todo esto haciendo preguntas y que su ·madre
Con esto, y a raíz de mi interpretación. María Cristina está señalan- dijo : "Ya me están analizando".
.Así como ella se siente amenazada por la unión de sus padres, ella
do el vínculo erótico con su padre sano y reYivido ahora conmigo, y por
Invierte la situación y proyecta y promueve el enojo en su madre unién-
eso apeló a la madre (superyó materno) cuando se inició la sesión: la
rlose en pareja con su hermano ; así como su madre utiliza a su padre
madre la defiende de sus impulsos genitales, pero a su vez, con estos
1•011tra ella 3) : " Tu papá no quiere que te juntes con ese vago", ella
últimos, ella se defiende del carácter absorbente de su vínculo con su 1ttlliza a su hermano contra su madre y a ésta contra su hermano. Utili-
madre (superyó oral). m n su hermano proyectando en él su parte activa que tiende a separarse
6) ":\le ncu.erclo ele un sueño de hace dos años. Yo iba caminando dn Rus padres. La separación es conflictiva, además, porque es una se-
por una vereda y me sentía muy sola. Penetraba en una casa con un pfü·nción contra sus padres unidos, mejor dicho, contra su madre, que
jardín como nna plaza. :\le sent.! en un banco de piedra y al lado mío POfiOO en su interior al padre; es una separación de carácter compulsivo
se sentó una sombra como un fantasma. Yo me sentí tranquila. Al salir, reivindicativo. Necesita el vínculo conmigo para defenderse y satisfa-
el fantasma se convirtió en un mtwhacho que a mí me gustaba. Al salir lo 11111· su rivalidad con. su madre. Su propia agresi.ón es desviada a su
saludaron los amigos de él sentados en el suelo. Y saliendo los dos, esta- p111lre, encubriendo con ello su conflicto edípico frente a su madre y
ba el coche de papá. Cruzó transwrsalmente la calle y estaba todo t'r1111to a sí misma, y al hacer esto se hace cargo de la hostilidad de su
barbudo. No me dijo nada, me miró nada más, y entonces 'yo le dije a propiu madre contra su marido.
Jorge : ' estamos listos ', y empezamos a correr y desapareció Jorge, y en Defiende a su hermano frente a su madre: éste no tiene culpa, la
la esquina de la loma estaba mi padre fumando un cigarrillo y me mira- l lt111n su madre, que confundió y la confundió en su sexo y no la dejó ser
ba. Bajé por la otra loma y él me corría. No había nadie en la calle y 11111J11r 1 proyectando sobre su madre su propia envidia destructiva. De-
después no me acuerdo más. Este sueño lo recordé una vez que mamá l'l1111d11 n su hermano frente a su madre· porque es defenderlo de su
estaba muy enojada porque Juan -para demostrar el valor del psico- prnpln ngresión y rivalidad en ocupar el lugar de un hombre (padre
análisis- pidió que yo contara un sueño y yo lo conté delante de mamá,
24 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 25

hermano) para penetrar en su madre. Su hermano reemplaza al padre, una cosa rara. Fui a dar examen dispuesta a que me aplacen, pero yo
pudiendo formar con Juan una pareja menos peligrosa frente a su ma- sabía que iba a aprobar".
dre que si se uniera en pareja con su padre. Tan peligrosa como siente En 8) está preparando la separación conmigo ; teme la soledad como
la unión conmigo ahora porque suscita la envidia de su madre. una reintroyección de su padre destruido, de su propia agresión y de
Cada uno de los integrantes de su familia no son seres con los que su parte envidiosa y controladora proyectada en su madre; se acuerda
ella se vincula en forma objetiva sino depositarios de sus tensiones y de sus crisis como defensa frente a la reintroyección. Se ha sentido some-
objetos internos; ella misma, por otra parte, a su vez internaliza y actúa tida a una examen de su interior 13) y seductoramente trata de asegu-
roles correspondientes a tensiones de los demás. Podemos decir que ella rarse que yo la acepto y acepto todo lo que ha proyectado en mí.
vino al análisis pero que, en parte, fue mandada o traída, y también que Preferiría que fuese violento con ella porque tendría así, más que ahora,
ella .,trajo a sus familiares al tratamiento. Mientras siga en el interior la seguridad de que me ocupo de ella y me intereso por sus cosas. El
de su madre ella puede utilizar sus contenidos (padre y hermano) como estar a la espera de un fallo es también una técnica que utiliza para
si fuesen de ella sin entrar en conflicto y encubriendo su deseo de apo- controlar si asumiré el rol de depositario y para promover dicho rol
derarse de todos los contenidos de su madre. en mí. La fantasía de ser partida en dos por una espada es la proyec-
8) Relata, al final de la sesión, cómo se juramentaron con su her- ción en mí de sus propios mecanismos violentos de disociación, con los
mano para estar siempre unidos frente a sus padres, pero ahora la deses- que divide su yo y sus objetos.
pera que su hermano no la apoye. El escuchar el timbre es una señal de cómo ha permanecido vigilante
y controlando lo que pasaba a su alrededor y en mí. La curiosidad apa-
9) Como yo permanecí en silencio, dice : "Recién me pareció que
rece personificada en su madre y el control en su padre.
usted se había ido. Tuve miedo de quedarme sola, el mismo miedo que
sentí durante las crisis, sobre todo durante las dos últimas. Durante la
primera era más miedo a que papá. entrara en la habitación. Me parecía SINOPSIS
que ese día estaba asistiendo a un entierro. Y lo que más me produjo Antes de proseguir es preferible recapitular brevemente.
la crisis fueron los aviones que pasaban.''
Hemos visto que María Cristina presentó el problema de su depen-
10) Le interpreté en este momento que tenía miedo a que yo la dencia-independencia. En base a los datos que tenemos hasta ahora, pode-
deje sola como se sintió dejada sola por su padre y por su hermano mos agregar que dicho problema es un conflicto entre dos niveles del
Juan. desarrollo: el de la oralidad y el de la genitalidad.
El temor a quedar sola es el temor a reintroyectar todo lo que había He señalado la disociación o separación de los términos de dicho
proyectado previamente sobre mí; cuando se dirige directamente a mí conflicto y la "depositación" de cada parte del conflicto en cada uno de
("Recién me pareció que usted se había ido"), es el intento de ejercer los integrantes de la pareja (sus padres). Su padre es el depositario de
un control mucho más directo y estricto sobre mí, sobre lo depositado sus propias tendencias genitales (independencia, separación de su madre)
en mí. y sus tendencias orales proyectadas sobre su madre (la dependencia). En
11) A la interpretación 10) responde: "Claro, después del derrame la sesión se siente unida a mí como padre sano, potente, y la madre
de papá yo empecé a hablar en pasado de papá. Un día dije: cuando queda como tercera, excluida, envidiosa .
mur10 ., ... '' La fantasía de separar a sus padres es una necesidad impuesta por
12) Se le interpreta en este momento que le resulta más difícil ver la disociación de dicho conflicto, y es por ello que se va de su casa a estu-
a su padre enfermo que muerto. Tanto como le resulta difícil el sentir diar a Rosario cuando su madre se ha hecho cargo de las riendas de la
que yo no la dejo sola del todo, pero tampoco la acompaño tanto como casa y de todo; es decir, cuando ya la madre asume ambos roles (madre-
ella necesita. padre) el control fracasa y aparece confusión y desorientación.
13) "Sí. Así es como si fuera mi hijo y no mi padre. Parece una Podemos preguntarnos por qué ocurre la segregación de María Cris-
criatura, excepto cuando se pone violento. Lo prefiero ahora más violento tina en ese momento y por qué no se elaboran dichas tensiones. Señale-
que así como está casi continuamente". Y de inmediato agrega: "Recién mos que la necesidad de rehacer vínculos no se le presenta sólo a Ma-
me pareció que usted me iba a partir por la mitad. Como si fuera a ría Cristina sino a todos los integrantes del grupo familiar. Para
dar un fallo y con una espada me fuera a partir en dos. Y ese timbre que María Cristina el conflicto oralidad-genitalidad se mantiene sin resol-
sentí me pareció que iba a llegar mi padre y me iba a preguntar si me ver y sin optar decididamente por alguno de los dos, porque cada uno
olvidé algo. Siempre tengo la imagen de mi madre espiando detrás de de los niveles de desarrollo es utilizado como defensa frente al otro,
las puertas. Ella tiene esa costumbre. Ayer, durante el examen, me pasó porque cada uno de ellos es además conflictivo en sí mismo. ¿Por qué Y
26 JOSÉ BLJlJGJlJR Sl;IIBIOSIS Y A)IBJGÜEDAD 27

Porque la dependencia oral está teñida de su propia avidez y por consi- b 1 Al mismo tiempo me mantiene distante, no me deja realmente
guiente de los peligros de ser absorbida y destruida. La independencia penetrar en sns cosas; es decir, ella misma se mantiene distante.
resumida en sus impulsos genitales involucra su propia agresión y riva-
c) Lo que expresa verbalmente no es en realidad sólo un decir,
lidad con los hombres, con la culpa consiguiente y el círculo vicioso de
sino una manera de actuar, de estar haciendo algo conmigo y consigo
ligarse a objetos para reparar; pero Cllando éstos están ya reparados ella
misma: un tratar de llenarme de cosas que ella no puede retener en sí
misma entra en rivalidad y tiende a destruirlos o a ser destruida retalia-
.1· un controlarme para que yo actúe como ella necesita, pero al mismo
tivamente.
t iempo e\·itar la reintroyección. Que yo sea un depositario de sus objetos.
Nos detenemos ahora aquí porque esta sinopsis sólo tiene la inten-
ción de ubicar al lector para el desarrollo · de las páginas siguientes. d) El todo significa la necesidad ele mantener divididas y separadas
partes de sí misma.
COMENTARIO SOBRE EL COMIENZO DEL TRATAMIENTO
Se ha producido una pro~·ección intensa y masiva en mí de los obje-
La solicitud de tratamiento y la primera entrevista es concertada tos que antes tenía proyectados en forma fragmentada sobre cada uno
por su hermano Juan. Asiste a la primera entrevista acompañada por <lc los integrantes de su grupo familiar. La distancia a que se mantiene
su madre; entran ambas y mientras están juntas habla la madre r efi- y me mantiene tiende a cYitar la reintroyección y a proteger su mundo
riendo como síntesis de su relato, que nota a su hija cambiada. Cuando interno. Trata ele rehacer en la relación transferencia! la dependencia
solicito a la madre que nos espere fuera, sale sin dificultad y María de su ¡rrnpo familiar porque este último ya no funciona bien como depo-
Cristina no presenta ninguna manifestación frente a ello. Se recogen los Hita rio ele sns obj etos pro~· e ctados. El miedo a la reintroyección es tanto
antecedentes, poniendo ella el énfasis en que sus padres no ¡iceptan su 111 nyor cuanto yo sólo actué como depositario y María Cristina no tuvo
noviazgo. Solamente para decidir la aceptación de honorarios y la fre- In i;eguridacl de que yo asumía plenamente dichos roles.
cuencia de las sesiones solicita que su madre esté presente. Estamos ante una fragmentación y disociación del proceso mismo de
La primera sesión se realiza con una total negación de la situación p1·o ~·e cc ión-intro~rección, pero con una consecuente organización de lo
nueva y de la relación nueva conmigo. Me habla como si ya me conociera pro.rectado tanto como de lo introyectado ; esta organización es la que
y como si yo la conociera y conociera todas sus cosas. En la sesión se 1' 11 1't'n lidad da estabilidad y permanencia a dicha disociación. Subrayo
incluye su madre, su padre, su hermano, su novio ; incluso Jorge, un qt1t' no se trata ele la paralización del proceso de proyección-introyección
muchacho que aparece en un sueño y que en las sesiones posteriores yo MI11 0 de una disociación del proceso. ·
sabré quién es. No me habla de ella sino de sus objetos; mejor dicho, uanclo :.\Iaría Cristina salió de la primera sesión quedó encerrada en
la única manera de hablarme de ella es a través de sus objetos. Ella 1•1 n~censo r . El proceso ele pro~·ección , de '' depositación'' de sus obje-
-al parecer- no tiene nada dentro de sí; parte de ella está en cada f oH hab ía siclo tan masiYo que al término ele la sesión ella misma queda
uno de sus objetos. Ella es ella mientras se mantiene el núcleo familiar; l'll('C' l'rada en el obj eto depositario reintro~·ectado. Al subir al ascensor
si éste se ·disgrega, es ella misma quien se disgrega. Me habla a mí, pero h11bía ap retado el botón que lo elernba, como si hubiese estado aún en
no como una persona diferenciada con su propia identidad; a todas mis plnnta baja y recién llegara parn asistir a la sesión. La depositación no
interpretaciones contesta con un "sí", "exacto'', "claro", pero realmente h11b(n 8ido exitosa: no se había transformado en delegación o actuación.
no toma contacto conmigo en forma directa. Soy un depositario de sus A 1 f'inal de Ja sesión ocurre este Ppisodio claustrofóbico como una tenta-
objetos. El no reconocerme como persona diferenciada, distinta, implica 11 rn protectora frente al peligro de dispersión y descontrol de sus obje-
un déficit en su propia personificación y sentimiento de identidad. La 11111 y - por lo tanto- ele su propio yo. Podemos recordar entre sus ante-
forma de mantenerse sin ansiedad es la de rehacer su familia en la rela- 1•1•dt1ntes otras defensas frente a In reintroyección: el desmayo ocurrido
ción conmigo ; rehacerse ella misma dentro de mí. Al salir de la sesión tl11nmtc la crisis nerviosa; el bombardeo implicaba el peligro de una rein-
queda encerrada dentro del ascensor, entre dos pisos, por encima del que 11·11.1"(•t•ción masint ~- brusca, tanto como eran las características de su
yo ocupo. l ll'M' ilt proyección. El desmayo fue una fuga y evitación de este peligro;
Podemos decir que en esta primera sesión -y durante mucho tiempo li11>1 Nmvulsiones, como expulsión de lo reintroyectado; el miedo a dormir
fue así- hay algunas circunstancias muy importantes a considerar: l11111hi (•11 se explica como miedo al descontrol de la disociación (equiva-
11'1 11 t' 11 un r etorno de lo reprimido).
a) La verbalización es fácil y fluida. El material que da es copioso.
Ella "inunda", resulta "invasora" con su material. En la sesión trans-
cripta se conservó este carácter para que el lector tuviese la correspon-
diente vivencia contratransferencial.
28 JOSÉ BLEGER
SIMBIOSIS Y. AMBmfiEDAD 29

EVOLUCióN
en sus estudios, disminuye su culpa con él por el deseo de aventaJar10
Si bien es muy difícil dar una referencia ajustada del total del trata- y entonces entra en franca rivalidad conmigo. Desde ese momento desa-
miento psicoanalítico de María Cristina hasta el presente, se puede decir parece el tema del estudio como material de análisis.
esquemáticamente que ha comprendido tres grandes etapas fundamen- Un largo período de transición que cubre gran parte del segundo y
tales: una, la primera en la cual a mis interpretaciones contestaba con tercer período de su análisis -y en los que en gran parte todavía está-
un "sí", "claro", "exacto"; una segunda fase, en la cual a mis inter- da lugar a dos fenómenos particulares en los que me detendré más deta-
pretaciones seguía un corto silencio después del cual retomaba el hilo de lladamente: la fragmentación y control en el espacio de sus ansiedades
lo que había estado hablando, o bien cambiaba de tema en el contenido paranoides y la participación del cuerpo como "buffer" en la reintro-
manifiesto pero respondiendo inconscientemente a la interpretación. Un yección.
tercer período, en el cual a gran número de mis interpretaciones res-
pondía con un "Mmmmm ... " significativo de asombro y descubri- FRAGMENTACióN, DISOCIACióN Y CONTROL EN EL ESPACIO
miento. Estos tres tipos de respuesta los vemos relacionados con una pro-
gresiva disminución de la distancia y un aumento de la ''permeabilidad'' Por ruptura de la primitiva organización familiar, las distintas
en la relación transferencia!, con un cierto grado mayor de insight, corre- <liudades (Santa Fe, Rosario y Buenos Aires) pasan, por desplazamiento,
lativo a una gradual disminución de las ansiedades y a un restablecimiento IL ser depositarias de vínculos distintos : Santa Fe representa su depen-
relativo del proceso de proyección e introyección. dencia (oralidad), Buenos Aires su intento de independencia y madurez
El primer período se caracterizaba por un permanente esfuerzo por (A"enitalidad) y Rosario su rivalidad. Cada una de estas ciudades es uti-
mantener inmóvil las situaciones, con temor y defensa ae la reintroyec- 1ir.ada como defensa y refugio de los conflictos que surgen en las otras.
ción, con miedo a todo cambio y al examen de sus propios contenidos. lilHto acarrea la consecuencia de que sus síntomas aparecen predomi-
En una de las primeras sesiones habló de su miedo a la oscuridad y su 11 11 n temente durante los viajes (el nexo entre uno y otro lugar), y por
miedo cuando al abrir el ropero le pareció 4ue iba a encontrar dentro del 111 tanto el análisis se centra en gran parte sobre ellos. Ello trae como
mismo algo de tres partes. De inmediato hizo un silencio y dijo que tuvo 1onFJccuencia una disociación y fragmentación, a su vez, en cada una
1

la fantasía de una cabeza metiéndosele en la boca. Esto le fue interpre- tl11 las ciudades; por ejemplo, cuando está en Santa Fe queda en su
tado como un miedo a que yo la obligue a ver las cosas que tenía dentro •' fllilt y no sale a la calle ni ve a sus amigas ni relaciones, disociando otra
de ella, formada de tres partes: madre, padre y hermano. Como se pudo 1•1111 en ello su dependencia (su casa) de la independencia (sus amigas) ;
confirmar e interpretar ulteriormente por otro material también, su 1•11 Buenos Aires llega tarde a sus sesiones y en Rosario aparece una
temor era el del examen de su interior; no se sentía segura de mí como 11vl1.ación fóbica del hospital. En una oportunidad en que yo viajo a
depositario porque temía que yo, en cualquier momento, pudiera devol- ll11H111·io, por primera vez, a dictar clases, ella tiene un desmayo en el
vérselo todo con violencia (metérselo por la boca). li11H pital, lugar que centraba la rivalidad conmigo y que por mi pre-
Las ansiedades paranoides aparecían ligadas fundamentalmente a 1>11•11 pin. se le juntó con los intentos de independencia y genitalidad.
su agresión y a su avidez, proyectadas respectivamente sobre su padre y su
l~ s ta fragmentación del espacio es la :proyección de la fragmenta-
madre. El primero aparecía ligado a la fantasía de Frankestein y la
1<1r111 de sus conflictos, y ello hace posible una gradual reintroyección frag-
segunda a la de Drácula; eran frecuentes los sueños con muertos y ara-
1111•11l 11 da y controlada con una gradual elaboración por "fragmentos";
ñas, pesadillas, y en algunas oportunidades sueños en colores.
111111 paciente labor de meses que parecía totalmente improductiva pero
El segundo período de su análisis se inicia cuando se establece la •111 11 1 11 0 obstante, permitió más adelante la aparición del insight en forma
relación simbiótica con la actuación en la transferencia; trataba perma-
1·1111d1q1r-u1da y explosiva, como veremos posteriormente. En María Cris-
nentemente que su novio se analizara conmigo, aunque nunca lo dijo
111111 , la mayor fragmentación de sus conflictos (de sus objetos, su yo y
ni solicitó explícitamente, pero aceptándolo cuando se le interpretaba en
1 11~ vii u1ulos entre ellos) fue útil en la elaboración gradual de los mismos.
este sentido; pero -en cambio- lo desplazó impulsando a su hermano
l 11111•1110H que ello puede deberse a que la relación simbiótica es una rela-
a analizarse con una analista de mi amistad. Esto llenaba varios objeti-
' li'111 11111 y condensada de cosas muy complejas y contradictorias que nece-
vos o necesidades: reparar a su hermano, controlar y apaciguar a mi
11111 H<1r ''desmenuzadas'' para poder ser introyectadas y elaboradas
mujer por sus fantasías edípicas. El conflicto de unión de sus padres 111111 111 1i1111mente.
con las secuelas de agresión y culpa se trasladó totalmente a la relación
transferencia!. Con ello, el tE'ma del análisis de su hermano desapareció
como material de sus sesiones. Cuando su hermano mejora y adelantu
~i MDIOSIS Y A~IBJGCEDAD 31
30 Jófl'Í: DLEOE!t

mida por dentro (la falta dé aire). Se trahqniliza cuando puede hacerse
ltEINTROi:'ECCióN Y :EL dUERPO Cü:l!O "BUF'FER'' la diYisión y control en el cuérpo de la parte introyectada : "Me tran-
quilicé pero nle siguió un estado coltlo qur el rerebro no ern. mío'; . El
La reintroyección sólo puede hacerse en forma ''dosificada'' y con cerebro no era de ella implica que la identificación introyectiva era
un ''ritmo'' adecuado; de tal manera que cuando se sobrepasa cierto negada, los conocimientos eran míos, no los podía areptar dentro ele ella,
''umbral'' la reintroyección actúa como un brusco retorno de lo repri- porque el objeto introyectado viene c•argado de su propia avidez y nece-
mido; en este caso la reintroyección puede hacerse a niYel de l cuerpo, Hidad de control. Se tranquiliza cuando me ve entrar a la clase porque
lo cual implica ya la posibilidad de cierto grado de reintroyección. pero t•s la verificación de que yo no C'stoy dentro de ella, estoy fuera, y por '
también significa la utilización del cuerpo como un "buffer" que tiende lo tanto no puedo controlarla ni destruirla, como tampoco me ha des-
a que el equilibrio en el niYel mental no se altere. Esta función la deno- truido por su tabiu frente a lns frnstraciones.
mino "buffer" porque esta palabra, l'n su acepción original , se refiere El cerebro funciona eu la división etterpo-melite dl' la misma manera
a las soluciones que se oponen o amortiguan todo cambio ele la aridez o que la división cll·l espacio, controlando la.' spparación de dos afectos
alcalinidad del medio. (El cuerpo "buffer" como mecanismo homeos- distintos o de las dos partl:'s de la división del objeto.
tásico.) Ella misma seúala que cuando tenía tl•mblores y convulsiones todo
Tomo, para ilustrar este proceso, una sesión después de casi dos 11• era menos angustiante y más fácil, mientrns que ahora, que ya no apa-
años de análisis, que he elegido porque circunstancialmente se dieron con- rucen, tiene miedo de enloquecer. Los temblores y eonntlsioncs le ser-
diciones para que el fenómeno fuese más eYiclente. Esta sesión se realiza v(u n como "barreras" para no experimentar "miedo de enloquecer".
un lunes después de faltar a dos sesiones, una suspendida por mí y la <Jtwnclo la división cuerpo-mente está otra vez por fracasar ocurre un
siguiente por ella. El sábado inmediato anterior al día de la sesión. ella tlt•Rdoblamiento t.o tal: se sentía sentada ~- ni mismo tiempo corriendo al
había asistido a una clase que yo dicté en Rosario. Por otra parte, ella ya l11tlo del tranvía. Esto último es un intento de rC'stablPcer la cliYisión
sabe que después de esta sesión yo voy a estar ausente una semana. 1•11t re objetos persectltorios y protectores; por mrn parte, el autismo
1) Llega puntual. Se cruza de brazos y después se toma la muñeca ( q11pdar sentada sin mí con sus objetos i11h•mos), y por otro lado la
ÍZqüierda: "Estoy ahora . con igual sensació11 Cjüe el sábado. UM leve 11l 111hlosis (el correr al lado del tranvía como un irst> d.l' viaje conmigo).
sensáción de confiisión". Relata que ese sábado se encontró con üna MNt 11 hparición del fenómeno del "doble'' oeurre pnra E>scapar de 1a con-
amiga y su hermano en uri café ~' estuvieron como dos horas estücliHiido 11 11 ~!6 11 de verse a sí niisma nu1y confundirla l'On el psieoimalista.
Jos dibujos de un paciente esquizofrénico , y ''de repente me empecé · a 2) Le.. interpreté que se confundía por la rnbia qlie 1c da el que yó
sentir mal; confusión y sensación que me apretaba ef cerebro. l\Ie falta- lt 11,y1L an ulado una sesióli y ahora la abanfüme por müt semana, y que
ba el aire y tenía ganas de salir corriendo. Me triinquilicé pero m!'l siguió l 1'11 l ll lm lllle su rabia iio destruyera lo bue1io y rnlorado tfue había toma-
un estado como que el cerebro no era mía. lgüal sensación al entrar a tl11 do mí.
su clase ; cuando usted entró nie tranqüilicé . Desphés :fübnos en ti:anda 11) Contesta: "Sí. Porctlie t!l 3ue,'es por Íri noclie soM•. Hace "ª'
y yo me sentía muy corifosa : quedé sola_y nie sentíii sentada ~, al 1ilisfü5 rl11M dlHs que estoy neniosa eÚ forma rara y el eharllll' ine alivia pl:lr'ó
tiempo fuera del tranvía, corriendo al lado. Ahí me asusté y nie baJé i 1!11111•11 o8 todo 1o contrario. El juews por Í!t noche me acoste a dormir
me refresqüé porque llovía. Comparado con antes, cuando tenía Ílanto )' 1•M t.11blL muy nerviosa, y de repente vi la sala de seiniologfa, y ,.¡ mi
y temblor, no tenía miedo de enloqltecerme ". li11111h1·(1 t1costado parecido lt Jrti padre, yo no ie veÍit la cara, y esa péI'-
Lá cónftlsión al venir a la sesión es igl1al a la qt1e se produée euartél.o 1111 1111 lío Jno1'Üt y todos los !nélticos acudían. Yo es la primera vez qUé
yo viajé a Rosario¡ se mezclan dos partes que mantenía divididas y Sepa- 1 no 111t11•l r a un hombre. l\Ie desperté áhogada ".
radas. A ello se agrega el que manteniéndome, por uná parte , como u n MNt (t señalando que cuando hay confusión no funciona bien la re-
objeto muy frustr!inte (suspendí una Sesión y ahora voy a estar ausente ¡1111,11•1'1'1611 como ddenslt (el charlar ahora no le alivia). Su agresión
una semana), por la otra, ella me internaliza como objeto libidinoso e. 11111111 Id que ella quiere (su padre y yo). El relato del sueño implica
idealizado utilizando mis conocimientos para interpretar los dibujos del l 11111 lil1:11 111111 <.:icrta confusión, una falla del control (separación) entre
esquizofrénico. El hecho de que yo viaje a dar clases a Hosario hace que · 11{11111 ,Y Hucfío; no se sabe bien si es un sueño, mrn fantasÍ!l o una alu-
en la separación espacial no se controla ya la diYisión del objeto (frus- 1l 11111di'111 (" J\l.e acosté a dormir y de repente Yi" ; "es la primera vez
trante e idealizado), y ello es también causa ele confusión. q1111 v1•11 1110J'ir a un hombre").
Fracasa y no se puede mantener la introyección porque el encuentro 1) 1411 lu 111 tcl'preta que por su rabia se muere una parte de ella misma;
del objeto frustrante y el idealizado provoca la locura, al sentirse opri- ll u11 d11 11 111 rolttci6n conmigo.
32 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 33

5) Me dice que se despertó muy molida y trató por todos los medios
de comunicarse con su novio. esta etapa- es la aparición de momentos más frecuentes de insight en
6) Se le interpreta que trata de buscar un contacto con su novio forma brusca, casi explosiva; no es sino en los últimos meses de trata-
para remplazarme durante mi ausencia y no quedar sola con las cosas miento cuando aparecen ''cristalizados'' todos los años de análisis previo.
muertas dentro de ella. Seguramente conviene tamhién aclarar que no considero de ninguna
manera que se trate de un insight definitivo en el que ya están resueltas
7) Contesta "sí" sonriendo y vuelve a hablar del sábado en que "lo todas las dificultades de mi paciente. Pero sí es una etapa significativa
que más me molestó fue que no tenía ningún síntoma de conversión. en el tratamiento. Se habían producido, hasta ahora, pequeños "nú-
Como si tuviera todo en la cabeza". cleos" de insight, que quedaban aislados o enquistados y que "de golpe"
8) Le digo que en la cabeza tenía todos mis conocimientos, me tenía se juntan y cristalizan. Esto era ahora también más notorio y se refle-
a mí con todo lo que ella envidia en mí. jaba en su influencia y en su conducta con las personas de su relación.
9) Sigue hablando como si no me hubiera escuchado: ''Incluso otras Este tercer período empieza a delinearse más firmemente cuando su
veces me ponía a hacer cualquier cosa o tomaba un sedante y se me hermano ha mejorado y retomado sus estudios y cuando 'M aría Cristina
pasaba, pero. . . no me sentía nerviosa, era de lo más extraño, era con- comienza a pagarse sola su tratamiento.
fusión''. Cruza los brazos y dice que tiene ganas de irse a Santa Fe El proceso de proyeeción-introyección fue restableciéndose en alguna
este fin de semana. medida en forma paulatina y todavía no firme y ello implicó -entre
10) Cuando se le señala la negación que hace de lo que le interpreté otras cosas- un contacto cada vez mejor con la realidad, porque a partir
y los motivos de la misma, dice que se encontró con una amiga y ésta de la relación con objetos internos (relación narcisística), la proyección-
le contó que también había soñado que su padre se moría. introyección significa una imperceptible pero continua "contaminación"
11) Le interpreto su intento de compartir la culpa por mi destruc- con las características r eales de los depositarios y objetos del mundo
ción, tanto como la compartía con su hermano y su madre por la des- externo; es decir, que en la proyección-introyección y reproyección y re-
trucción de su padre. introyección, siempre, aunque paulatinamente, se hacen experiencias nue-
vas y se r ectifica la imagen interna. La ruptura de estereotipos de
Cuando contesta "sí" y sonríe 7), éste es un momento de insight,
1:onducta que ello implica traía con gran frecuencia para María Cristina
pero cuando sigo interpretando en lo que puede ser un peligro de re-
la vivencia de desconcierto precedida y alternada con miedo a los cam-
introyección, en ese momento sigue hablando como si no me hubiera
bios, agrietamiento del bloqueo afectivo y del autismo y la simbiosis
escuchado. El peligro de la introyección hace que vuelva a aparecer la
1•omo organizaciones defensivas estabilizadas y rígidas.
división y separación entre lo incluido en sus vínculos autistas y lo
relacionado conmigo como depositario en el vínculo simbiótico, y agrega Cuando la ruptura de la organización defensiva era demasiado brus-
su deseo de irse a Santa Fe; esto último es el intento de retomar un 1·a, ocurrían dos fenómenos muy particulares: uno de ellos era la nece-
control en el espacio frente al peligro de una introyección de lo bueno Hidad o la fantasía de agredir o agredirse, y otro era el miedo a mirarse
que yo poseo (conocimientos) y que ella envidia. 1•11 el espejo. Aunque no desarrollaré extensamente estos tópicos tan
Es interesante consignar que el autismo no significa siempre que 11 l ractivos, recordemos que la ruptura o confusión del vínculo simbiótico
el sujeto quede dentro con lo bueno e idealizado y que fuera quede lo li11 plica un cierto grado de pérdida y desorganización de la imagen cor-
malo y persecutorio de lo que tiende a distanciarse y defenderse. Como poral, con posibilidad de una reorganización de dicha imagen tanto como
en este último material que acabo de transcribir, en el autismo queda lo d1·I i:;entimiento de identidad; ambos procesos muy ligados entre sí.
malo, lo destructivo y lo muerto; fuera, está preservado lo bueno que Utilizaba la agresión para tratar de controlar y rehacer los límites
no puede reintroyectar. Cuando el control y separación entre lo externo dt• I cuerpo, configurándolos de nuevo a través del contraste brusco con
e interno tiende a perderse, frente a la reintroyección y la consecuente 11hj<1tos externos. He hallado también en los estudios de M. Mahler la
confusión, el cuerpo actúa como "buffer". d1•H<:ripción de dicho fenómeno en las psicosis simbióticas, a los que da
11 11a interpretación similar a la mía; la actividad autoagresiva (golpearse
ALGUNOS ASPECTOS CARACTERtSTICOS DE APARICióN DEL INSIGHT 111 1·11 bcza, morderse, etc.) sirve como intento para aguzar el conocimiento
d11 loR límites del propio cuerpo, del yo y el no yo. A esto se refiere
He señalado anteriormente un tercer período en el análisis de María l11111hirn la frase tan conocida de "pellizcarse para ver si uno está des-
Cristina, caracterizado por el desarrollo del insight. Esto no quiere pi11rl o o dormido". Como ejemplo, presentaré el fragmento de una se-
decir que el insight no haya existido en alguna medida ya antes de esto "1(111 n•cicnte:
tercer período, pero lo que quiero significar -y es lo que más caracteriza ltolatn qnc sus padres están en Rosario y ella pudo ver por primera
\'l'I', q110 c11 r<'n lidad se querían y que tenía que rectificar su imagen de
34 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y A~IBIGÜEDAD 35

padres siempre en discordia ; además, le extrañó muchísimo que su madre dre, cosa que ella había olvidado. Y relata cómo esta vez fue todo tan
no le exigiese' nada. l\Iientras relata una y otra vez estas expresiones, distinto en su casa ; estaban enterados de su relación con su novio actual,
se pellizca el dorso de la mano, y en otro momento refiere que tuvo la -;.· no sólo la aceptaron. sino que se interesaron simpáticamente por sus
fantasía de que la iba a atropellar un auto. . · cosas.
En estos períodos aparecía también miedo a la oscuridad y distintos Ante los cambios en su casa y en élla misma, intentó una regresión
fenómenos o manifestaciones al dormirse; uno de ellos era la sensación a una vieja identidad (ser como antes) -;.· que todo fuese como era antes;
"de estarse disipando", y tenía que prender bruscamente la luz o bien todo esto acompañado de una pérdida de todos sus YÍneulos actuales y
reaccionaba con un sobresalto muscular. nuevos que ponen en peligro sus relaciones de dependencia con su madre.
El miedo a mirarse en el espejo es el temor a encontrarse muy cam- Interpreté su desconcierto ante los cambios, y que por eso necesita
biada y desconocida, encontrarse con un extraño cuando el sentimiento tener algo fijo que ilo cambie; que eso lo tenía delegado en mí; yo era
de identidad no está aún del todo bien afianzado. La percepción psico- el que podía devolYerle toda su Yieja manera de ser.
lógica de cambio aún no afianzado de la identidad se hace extensiva a A esto responde que hoy estaba pensando en enc1111trarse de pronto
la imagen especular. con un hijo, porque los camhios son tan ligeros que casi no se da cuenta.
Zazzo refiere que los niiíos recién a la edad de dos años o dos años Suspira. Dice que ahora no entiende bien lo que lee y que no tiene ganas
y dos meses reconocen su imagen en el espejo, y que ello está precedido de rendir. "~o sé por qué me da la sensación de que este año las ma-
de una conducta especial de desorganización. Al final del tercer año apa- t erias han sido como partos''.
rece una cierta ansiedad ligada al placer de mirar la imagen propia en En otra oportunidad en que también se produjeron cambios Ínuy
el espejo. importantes en su vida real y en sus relaciones, su expresión era de que
Esta desorganización, preYia a la posibilidad de mirarse en el espejo se sentía en un parto, tratando de expulsar a su madre.
y de aceptar un cambio en la identidad y la imagen corporal (personi- Cuando los cambios son bruscos y se producen rápida e inesperada-
ficación), es consecuencia de una cierta ruptura del vínculo simbiótico, mente, la fantasía de embarazo significa eJ int~úto de controlar los cam-
y es lo que provocaba en María Cristina el miedo .pasajero a mirarse bios dentro de un área más conocida (el cuerpo), y en forma de un suceso
en el espejo. también más conocido (el embarazo).
Presentaré ahora un material para señalar otro fenómeno muy pecu- La fantasía de un parto, tratando de expulsar a su madre, implica
liar ligado al insight y a los cambios: la fantasía de embarazo y parto: lit separación con el objeto simbiótico que ella encerraba y que a su yez la
Ha viajado a Santa Fe. y a su regreso, durante la hora de su sesión, 111 Antenía encerrada.
me habla por teléfono desde Rosario diciendo que acaba ele regresar del
viaje y que ya no tendrá tiempo de venir hoy a la sesión, pero que vendrá
SfNTESIS Y CONCLUSIONES
la próxima. Es la primera vez que llama para avisar que falta pero
que desea Yenir. Basado en los trabajos de Fairbairn sobre el problema de la depen~
Llega muy puntual a la próxima sesión, y al wr pintores trabajando d1· ncia-independencia y en los de :M. Klein y su escuela sobre la proyección-
en mi casa dice r¡ue eso le ha provocado un desconcierto muy grande, 1rt l l'oyección, he desarrollado y profundizado, a través del estudio del
pues dejó su casa en Santa Fe toda revuelta porque estaban trabajando 11 11i'L lisis de una paciente, el eonocimiento de estos procesos, comprobando:
los pintores. Durante el camino para llegar al consultorio venía pensan-
do cómo me iba a encontrar a mí. l ) El conflicto dependencia-independencia asienta sobre una pertur-
linl' ión del proceso de proyección-introyección. ·
I,e interpreto que venía pensando cómo encontraría sus cosas que
dejó en mí mientras estuvo ausente, porque si se le había revuelto todo 2) El bloqueo del proceso de proyección-introyección (concomitan-
lo que tenía en relación con sus padres y con Santa Fe, se desconcierta l 1· 111 rnte el bloque del conflicto dependencia-independencia) alcanza una
del todo si es que no encuentra aquí sus cosas tal como las dejó al irse. 1°11• 1·1a estabilidad por la formación de vínculos de carácter autista por
").Immmm ... ". Se toca la sien y se queda un momento en silencio. 11 11 IHclo y simbiótico por otro.
Luego relata r¡ue ayer y hoy se sentía muy deprimida y que en un paseo :J ) La organización ele los vínculos autistas y simbióticos se logra
con su noYio perdió la cartera en la que tenía dinero para pagarme a 11111· 1111a disociación entre proyección e introyección.
mí, una lapicera de su padre, sus documentos de identidad y una foto- 4) Se reconoce la permanente coexistencia de autismo y simbiosis
grafía de su novio. Para poder rendir habló por teléfono a su madre 1•1111 u11 predominio absoluto, relatirn o alternante de alguno de los dos;
piclieudo le remitiera un documento de identidad antiguo, y la madre fi ) Sr estudia en la transferencia la aparición de expresiones aún
creyó que ella le hablaba porque era el día del cumpleaños de la ma- 111 !1d 111 ufl de autismo y simbiosis, y al respecto: a) se dan los antecedentes
36 JOS .É BLEGER
SIMBIOSIS Y A:ITilIGÜEDAD 37

más significativos del desarrollo de los estudios sobre estos temas; b) se Fairbairn, W. R.: Psychoanalytic studies of the personality. Londres, Tavistock Pub!.,
amplía el concepto introducido por Liberman de autismo transferencial 1952. (Hay versión castellana: Est·u,dio psicoanalítico de la pm·sonalidad. Bue-
con el de narcisismo transferencial; c) el narcisismo transferencial abarca nos Aires, Hormé, 1966.)
el carácter del vínculo tanto en el autismo como en la simbiosis; d) se Fenichel, O.: Teoría psicoanalítica de las neu.rosis. Buenos Aires, Paidós, 1966.
Freud, S.: "Una teoría sexual". Obras Completas. Buenos Aires, Americana, t. n , l!JH.
señala cómo el conocimiento de la coexistencia de autismo y simbiosis - "Los dos principios del suceder psíquico". Obras Completas. Buenos Aires, Ame -
aclara el carácter de la transferencia de psicóticos; e) se postula que la ricana, t. XIV, 1944.
coexistencia de autismo y simbiosis transferencial ocurre en todos los - "Más allá del principio del placer". Obras Completas, Buenos Aires, Americana,
análisis. t. II, 1944.
Fromm-Reichman, F.: "Problemas de transferencia en los esquizofrénicos". Buenos
6) Se señala el carácter grupal del conflicto y los procesos que se Aires, Revista de Psicoanálisis, vol. V, 2, 1947.
estudian, y se relaciona la identificación proyectiva e introyectiva con García Reinoso, D.: "Sobre el esquema corporal". Buenos Aires, Revista de Psicoaná-
la conducta psicopática, para lo cual se analiza especialmente la relación lisis, vol. XIII, 4, 1956.
entre "lo depositado" y "el depositario" y la diferencia entre proyectar, Grinberg, L .: "Aspectos mágicos en la transferencia y en la contratransferencia". Bue-
nos Aires, Revista de Psicoanálisis, vol. XV, 4, 1958.
delegar y promover un rol.
lleimann, P.: "Una contribución al problema de la sublimación y sus relaciones con
7) Los intentos de restablecimiento del proceso de proyección-intro- los procesos de internalización". Buenos Aires, Revista de Psicoaná!i.i.'is, vol. VIII,
yección se manifiestan en algunos momentos con fenómenos particulares, 4, 1951.
que tienden a recuperar el control en riesgo de perderse: a) presentación "Certain functions of introjection and projection in early infancy". Developments
in Psychoanalysis. Londres, Hogarth Press, 1952. ( Hay versión castellana . Des-
de accesos fóbicós, desmayos, etc.; b) fragmentación de objetos y vínculos arrollos en psicoanálisis. Buenos Aires, Hormé, 1962.)
y su control en el espacio; c) la actuación del cuerpo como "buffer" - "Sorne not es on the psychoanalytic concept of the introyect ed objccts". Brit. J .
frente a una reintroyección brusca o masiva; d) aparición del fenómeno of !Jfed. Psychol., vol. XXJT, 1-2, 1949.
del doble; e) la autoagresión como intento de recuperar los límites del Kanner, L.: Psiquiatría infantil. Buenos Aires, Paidós-Psique, 1966.
propio cuerpo y la identidad en peligro de perderse ; f) miedo a mirarse Klein, M.: "Notas sobre algunos mecanismos esquizoides". Buenos Aires, R evista de
Psicoanálisis, vol. VI, 1, 1948/49.
en el espejo como temor a constatar un cambio que desconcierta; g) sen- En·vy and gratitude. Londres, Tavistock Publ., 1957. (Hay versión castellana:
sación de ''disiparse ' ' que se produce en la oscuridad y recuperación al "Envidia y gratitud." En: Las emociones básica"8 del hombre. Buenos Aires,
prender la luz y con el sobresalto muscular; h) intentos de renunciar a Nova, 1960.)
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1955. (Hay versión castellana: Nuevas direcciones en psicoanálisis. Buenos Aires,
8) La re-introyección se facilita cuando se realiza en forma frag- Paidós, 1965.)
mentada y controlada, con una gradual elaboración por "fragmentos", "The importance of symbol-formation in thc development of the ego" .
precedida por una fragmentación de lo que primitivamente aparecía en Contribii.tion to Psychoanalysis. Londres, The Hogarth Press and the Institute of
Psycho-analysis, 1948. (Hay versión castellana: Contribu ciones al psicoanálisis.
forma muy ''condensada''. Buenos Aires, Hormé, 1964).
9) Esporádicamente el insight aparece en forma "explosiva" ligado 1,1 IJorman, D.: " Identificación proyectiva y conflicto matrimonial". Buenos Aires, Re-
a fantasías de embarazo y parto en que la independencia y maduración ·111:sta dr· Psicoanálisis, vol. XIII, 1, 1956.
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El propósito presente es el de profundizar el estudio de la simbiosis


1'11 u11 ensayo de · análisis aplicado; utilizo Una novela de• gran fineza
p11l(•ológica de Christiane Rochefort, "El reposo del guerrero" (I;osada,
ll11t•nos Aires, 1959), que si bien és estudiada en sí, sirve además para
l l1111trnr y aplicar lo que he deducido del trabajo clínico, aunque no se
l111>luya específicamente material de este último. La ventaja de optar
p11r una novela reside en que el material est'udiado es fácilmente accei>i-
hl 11 pura todos los ' qúe deseen confrontar. opin.iones, pero incluye además
11l r11 razón más poderosa, y es que el estudio de la simbiosis implica el
1•N l 11dio de entrecruzamiento de roles, y en un material clíni 11 el campó
111•1'111 el de la transferencia y contratransferencia, que por lo tanto tendría
1pw limitarse a lo factible de ser publicado, con evidente desmedro del
1111d11rial original y desventajas en la claridad de la exposición. Además,
11111 Interesaba en el estudio de la simbiosis librada a su propio decurso
1'11 111 relación interpersonal, mientras que la terapéutica psicoanalítica
1•~. 1\ll este sentido, una tarea fundamentalmente "antisimbiótica ".
}nn el estudio anterior sobre el problema de la dependencia-indepen-
d1111 !1ln en relación con los procesos de proyección-introyección, al estudiar
ltt Hi mbiosis como una forma de dependencia, a través de un material
11ll11li10, realicé las siguientes observaciones:
1) Que autismo y simbiosis son siempre coexistentes, con un predo-
11111110 nbsoluto, relativo o alternante de alguno de los dos;
:.l ) Que ambos son relaciones narcisísticas de objeto, radicando la
d l l'1 11·011(•in en que el .depositario sea otra persona o la propia mente;
:t) Q 110 ambos están íntimamente vinculados a los fenómenos de
pr11,vl'1·nión-introyección, mejor dicho, a una disociación entre proyección
11 l11t royrt'ci6n, siendo ambos (autismo y simbiosis) los extremos polares
d11 1111 111 <•HcÍRión;
i1) Mn la simbiosis coincide el rol proyectado con el rol del depo-
l n1•111. tr. rt rigor, debe hablarse de simbiosis cuand9 ha ocurrido una
40 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y A~lBIGÜEDf.D 41

identificación proyectiva cruzada y cada uno de los depositarios actúa procede etimológicamente del griego y significa viscoso; la viscosidad es
en fu.ncl.ón de roles complementarios del otro, y viceversa; r l fenómeno resultante del vínculo con un objeto aglutinado.
5) La simbiosis se basa en proyecciones masivas inmovilizadas den- La simbiosis es una relación que permite la inmovili:zación y control
tro del depositario, de tal manera que en este último queda enajenada del objeto aglutinado. Este es un conglomerado o una condensación de
una buena parte del Y o del sujeto ; esbozos o formaciones muy primitivas del yo en relación con objetos in-
ternos y con partes de la realidad exterior, en todos y en cada uno de los
6) La simbiosis es "muda"; sólo aparece sintomatología claramente niveles de integración (oral, anal y genital), todo ello s-1:n discriminación
notoria en casos de ruptura de la misma. Señalé su intervención en la pero también sin confusión. La confusión se da cuando se pierde la
transferencia psicótica y en alguna medida en todo análisis, tanto como discriminación, mientras que er.. la aglutinación no hay -en rigor- con-
su relación con la psicopatía y la hipocondría; fusión, porque la discriminación no ha sido aún alcanzada. El objeto
7) El rígido control del vínculo simbiótico tiene por objeto evitar 11glutinado incluye la estructura psicológica más primitiva en la que hay
que el depositario irrumpa en la relación narcisística de objeto y evitar su l'usión de lo interno y externo (un estado de sincretismo: Wallon), y
reintroyección; H11 permanencia constituye el núcleo psicótico de la personalidad; de
111 magnitud de este núcleo psicótico (aglutinado) depende la intensidad
8) El vínculo simbiótico es una r elación muy condensada de cosas y carácter de la dependencia simbiótica.
muy complejas y contradictorias que necesitan ser ''desmenuzadas'' y
La pérdida de la inmovilización y del control del objeto aglutinado,
discriminadas para poder ser reintroyectadas y elaboradas; la reintro-
.Y por consiguiente su movilización, se produce en forma masiva, acce-
yección sólo puede hacerse en forma muy dosificada y con un ritmo ade-
Hional, paroxística, provocando o amenazando provocar la aniquilación
cuado. Se producen pequeños "núcleos" de insight que quedan aislados,
/nial e inmediata del yo del sujeto, acompañada de una ansiedad de ca-
enquistados, y que en un momento dado se juntan y cristalizan dando un
nÍl:tcr catastrófico, la más intensa, masiva y primitin1, que sobrepasa
insight q ue apar ece en forma "explosiva";
lit posibilidad de las técnicas defensivas en la modalidad qne ellas tienen
9) Cuando se sobrepasa cierto "umbral", la reintroyección actúa 1'11 la posición esquizoparanoide y depresiva. Las técnicas defensivas que
como un brusco retorno de lo reprimido, que se manifiesta en algunos 1111 1lmn frente al objeto aglutinado son las más primitiYas, pero aparecen
moment!os con fenómenos particulares que tienden a recuperar el control l11 n1 bién violenta y masivamente en su intensidad máxima: la d·isociación,
,,. en riesgo de perderse : accesos fóbicos y desmayos, fragmentación de ob- lo 7iro'!!ecc1:ón y la inmovilización.
jetos y su control en el espacio, actuación del cuerpo como "buffer", En el establecimiento y estabilización del YÍnculo simbiótico (inmo-
el fenómeno del doble, autoagresión, miedo· a mirarse en el espejo, sensa- 1•1liz1lción y control del objeto aglutinado) , la autorregulación se hace
ción de disiparse, retorno a lo anterior y conocido; l 1111dumentalmente con la comunicación en un nivel r egresivo, concreto,
10) En la simbiosis hay un déficit en la personificación, en el senti- "11 t•I que la palabra tiene el sentido directo de una actuación; un papel
miento de identifidad y en el esquema corporal, tanto como confusión l111il11.r juega la relación sexual, el r eforzamiento de la situación perse-
entre los roles femeninos y masculinos, y un dHicit en la comunicación 111 loria y la agresión, la actuación psicopática y la hipocondría. Con
en el plano simbólico con un incremento de la comunicación en el plano 1oll11H 1>c yugulan y equilibran también múltiples peligros, como el de
preverbal; incluso el hablar es una manera de actuar. p1·rdor al depositario o el de quedar encerrado. Las vicisitudes de una
11•li11•ión simbiótica pueden ser íntegramente comprendidas en función
SIMBIOSIS Y NATURALEZA DE LA RELACióN OBJETAL d11 1111u fluctuación entre claustro y agorafobia.
111t relación sexual aparece en estos casos con el carácter de compul-
El presente estudio sobre simbiosis me ha llevado a verificar estas i 1'11, y es una actuación que estabiliza los roles ~- establece un control de
observaciones de mi trabajo anterior. Allí hice constar que "el vínculo 111 d1111.ancia entre ambos participantes (feed-back). En cuanto a la per-
simbiótico es una relación muy condensada de cosas muy complejas y con- ""lll'i(111, no toda persecución es con un objeto malo sino también con
tradictorias que necesitan ser «desmenuzadas» y discriminadas para poder l 1·111{1111·111os de objetos no discriminados (aglutinados), o con objetos en
ser reintroyectadas y elaboradas". Sin que específicamente haya sido l.1N p1111 lt·s se ha perdido la discriminación. El reforzamiento de la perse-
mi propósito previo, el presente aporte recae fundamentalmente sobre ' lll'if11 1 por un objeto aglutinado puede ser un mecanismo defensivo muy
este punto; es decir, la naturaleza del objeto simbiótico y sus vicisitudes. 11111 , 1111 t•I tientido de que el objeto peligroso resulta así -por lo menos--
r.,a simbiosis es un vínculo o relación con un objeto que por sus ca- 11 1d111·11do. La ansiedad paranoide puede funcionar como señal de alar-
racterísticas denomino objeto aglutinado o glischroide. Este último tér- "' 1, 1111 llHI la ansiedad catastrófica provocada por la amenaza de un
mino, que fue introducido por F. Minkowski en el estudio de la epilepsia, "" l• •t11 1t¡rl 11 ti rmdo cnya inmovilización y control se ha perdido, la reac-
42 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y All1BIGÜEDAD 43

ción es masivamente desorganizadora en este último caso; frente a la los estados que incluimos e-n la epileptoidia, en los intensos bloqueos afec-
ansiedad paranoide se pueden utilizar defensas neuróticas, frente a la an. 1lvos, en el dormir y el soñar y en el fenómeno de la reacción terapéutica
siedad catastrófica provocada por el obj\tO aglutinado no hay tal posibi- ll('gativa. Además, la relación transfnencial tiende permanentemente a
lidad. Por supuesto que hablamos de situaciones tipo, dejando de lado 1111fructurarse como vínculo simbiótico porque al mismo tiempo que es una
las variaciones de grado y las transiciones. rpgresión, se r eactiva el objeto aglutinado (la parte psicótica de la per-
En todo nuestro estudio sobre simbiosis nos ha parecido fundamental Ho nalidad) , debido también a que en un solo depositario (el itnalista)
diferenciar entre objeto y depositario (según conceptos introducidos por HO acumulan, condensan, muy distintas experiencias que implican muy
Pichon Riviere), porque uno de los rasgos característicos de la simbiosis distintos objetos y partes del yo con muy distintas cualidades.
es la coincidencia entre -el objeto interno proyectado y el rol asumido Cuando se rompe bruscamente la simbiosis (es decir, cuando se pier-
por el depositario. Toda simbiosis es siempre grupal e involucra -por do bruscamente el depositario), puede ocurrir ur. debilitamiento de la
lo tanto~ dos o más individuos en interrelación; el grupo simbiótico rt glutinación, y entonces se está frente al peligro de una disolución
tiene, como totalidad, las características del objeto aglutinado: se mueve p1ücótica con dispersión. Al respecto, anotamos una diferencia entre 8 pal-
en bloque en forma masiva y rígida, la unidad es la totalidad del grupo / 11ng y Zerspaltung que, introducida por Bleuler, me parece ahora im-
entre cuyos integrantes no hay diferenciación o discriminación, los roles pol'tante retomar, porque la Spalt 11-ng es una disociación que separa
son fijos y rígidos, se reparten (no se comparten), siendo asumidos por partes ya distintas mientras que la Z erspaltung corresponde a la frag.
sus integrantes en forma complementaria y solidaria. La falta de dife- 111mtación irregular y dispersión desordenada del objeto aglutinado, es
renciación o discriminación entre los integrantes del grupo simbiótico re- d(lcir a la disolución psicótica. Si prácticamente ha pasado desapercibiaa
side en que si bien los roles son fijos, p1teden rotar o alternar los deposi- 1'111n diferencia postulada por Bleuler y enfatizada por J\Iinkowski, ello
tarios que los asumen, pero toda rotac1:ón se hace también en bloque o "º debe, según creo. a que nuestros conocimientos de la ·esquizofrenia
masivamente". En un grupo simbiótico hay tres roles -por lo menos- d11rivan de estudios hechos predominantemente sobre cuadros de r estitu-
que 'so.n fijqs y están siem\)re presentes; el _del protegido, el del protector 111611 psicótica eli los que lógicamente se ve más la Spaltung y no la
y 'el -del 6bserva:dor y colitrolador; este úÍ.timo es el hipocondríaco del Yi1'1'S paUung del objeto aglutinado, que está presente en el momento de
grupo' que ha transformado la autoobservación y el control en observación' 111 disolución psicótica. Siguiendo estos planteos creo que se puede llegar
y control del grupo cuyos otros integrantes son conio sus propios órga- 11 Pstablecer mejor las relaciones dinámicas entre epilepsia, esquizofrenia
nos. Éstós tras roles pueden distriquirse entre dos _per¡;¡onas o mas. ,1· Himbiosis.
· _ La simbiosis se e~tablece y opera fundamentalmente en el área del Cuando se pierde el control sobre el objeto aglutinado y éste invade la
cueip_<:) y el mundo exterµo; _el ú1;~a me1iiaZ está fuertemente d1:sociada o 111 1• nte puede aparecer confusión. Una defensa que permite inmo\!:ilizar
escindiqa el~ las otras O.os y asiste como e!pectadora de lcis sucesos y 111 objeto aglutinado, utilizando el cuerpo como buffer, ,para proteger
vicisitudes -de la simhfosis_en los cuales no puede intervenir ni encauzar. 111 yo, es la hipocondría, estudiada por Rosenfeld como defensa contra el
Esto no implica que en algm¡os ¡nomeritos· el" área de la mente no se vea 1•M Indo confusional. Lo que quiero señalar es que la confusión no es una
también - i~vadi_da q )iicjuid:=t -con' coi:isec~1encias muy variadas- por 111 111 lidad del objeto aglutinado en sí, sino que surge piando es invad1:do
las alternativas de la :simbi9sis. 1•/ yo. El objeto aglutinado no es confuso sino indiscriminado , pero cuando
La separación del depositario requiere la elaboración d~ la relación _ d11,i11 de estar inmovilizado o controlado es un objeto que. confunde.
simbiótica y -en otros t~rminos- la elaboración del objeto aglutinadoT Además de esta relación entre hipocondría (control en el cuerpo
ésta es muy gradual y se logra en fragmentos escindidos del total del d1 1I objeto aglutinado) y confusión, podemos ver que todos los fenómenos
objeto aglutinado mediante una diuersif icación de vínwlos con otros 1•1ll1toionados con la dinámica del objeto aglutinado modifican en algún
objetos y otros depositarios, y por una reactivaciói1 d e la .etapa- pcruerso- 11111mento la claridad de la conciencia (dormir, soñar, la reacción tera-
polimorfa, en la que con el mismo objeto aglutinado o su fragmento se pf11 1lica negativa, ruptura de la simbiosis), pudiendo llegar a su aboli-
diversifican las zonas de contacto que alternativa y conjuntamente eú- 1d(111 completa como en el caso de la epilepsia. Esto sugiere que los dis-
tran en contacto con él. Estas diversificaciones permiten una progresb·a 1l11 los grados de disminución de la claridad -de conciencia (sean. de carácter
discriminación y reintroyección en forma gradual y controlada. Todo 1111r1nnl o anormal) dependen de_ la irrupción en el yo de un objeto aglu-
lo que ayuda a fragmentar y discriminar la conde11sación del objeto i l11 11do de magnitud variable. El efecto máximo es la aniquila-eión total
aglutinado ayuda a restablecer el proceso de proyección-introyecciót~ y r/1 1 la conciencia y del yo, peligro ante el cual surgen ansiedades catas-
la elaboración del objeto aglutinado. 11·Micus ( dt• máxima intensidad y masividad), debido a que el objeto
El vínculo con un objeto aglutinado no es específico o privativo dr 111tl11tinado es masivo e indiscriminado, y en estas condiciones el yo no
la simbiosis, sino que lo encontramos también en la epilepsia y en todos p11 11do utilizar .defensas, por io que st1 destrucción es total. No corren
44 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 45

peligro solamente los buenos objetos internos o partes del yo, sino todo. Tanto para los dos tipos de disociación como para los dos tipos de
Se aniquila el instrumento mismo de la defensa. En este sentido, la proyección, me parece preferible no utilizar, para denominarlos, los ca-
fragmentación psicótica (la Zerspaltimg del objeto aglutinado) salva al lificativos de normal y anormal. Me parece ventajoso utilizar los térmi-
yo de una aniquilación total, deletérea. nos de Bion : disociación y splitting (o disociación y fragmentación), y
para el caso de la proyección, pienso que mejor es hablar de proyección
y proyección aglutinada.
"' "'
La sugerencia o hipótesis de trabajo a la que he arribado es la que, Al exponer ante el lector todos estos puntos sobre la simbiosis, me
además de las dos posiciones básicas postuladas por M. Klein (cada una he adelantado al material que presento, y de esta manera, en realidad,
de ellas con sus ansiedades, objetos y defensas propias o características), he invertido el orden en el cual aparecieron para mí; porque, desde el
podemos reconocer como una tercera, anterior a ambas, caracterizada punto de vista de la exposición, no hay razón para reproducir en el
por una relación de objeto aglutinado, ansiedad catastrófica, defensas
lector todas las vicisitudes del estudio y de la deducción. Pero es im-
como la escisión, proyección e inmovilización , funcionando al máximo en
portante señalarlo porque en el curso del estudio sobre la novela no se
intensidad, masividad y violencia. Y así como las dos posiciones (esqui- verá una aplicación de estos conocimientos, sino que se verá la deducción,
zoparanoide y depresiva) constituyen puntos de fijación para el grupo que es, por otra parte, tal como ha ocurrido el proceso. Facilitamos al
de las esquizofrenias y para la depresión, respectivamente, esta etapa lector la tarea si -como lo hago- se entera de antemano de lo que
que sugiero como posible es el punto de fijación de la epilepsia y epilep-
kc ha deducido, y se le adelantan las conclusiones.
toidia. Para ella sugiero la denominación de posición glischro-cárica.
El pasaje de la posición glischro-cárica a la esquizoparanoide se hace EL MATERIAL
por una lenta y progresiva fragmentación y discriminación dentro del
obj ,. o aglutinado, lo cual coincide con una graduación de la escisión y La novela consta de dos partes y en ella el relato es hecho por la
p10yección, dando todo esto lngar al establecimiento del proceso de pro- protagonista, Genevieve Le Theil, una estudiante que se traslada por
yección-iniroyección y a la aparición de nuevas defensas, que sí pueden H61o unas veinticuatro horas desde París a una ciudad cercana, para
operar en la posición esquizoparanoide pero serían totalmente insuficien- l'ntrar en posesión de la herencia de una tía. "Nada le hacía prever que
. tes en la glischro-cárica. La posición csqnizoparanoide se estructura así nllí se iba a jugar su destino".
sobre terreno ganado a la posición glischro-cárica. Bion ha sugerido una Por error entra en el hotel en la habitación vecina a la suya, y se
diferencia entre splitting y disociación que creo coincide con el punto Pncuentra con el cuerpo de un hombre que visiblemente se trata de un
de vista aquí expuesto y se podría insertar dentro de las hipótesis que sugie- H1ticida; toma las precauciones necesarias para que sea asistido, pero
ro; la disociación tiene lugar en la posición esquizoparanoide mientras que desde ese momento se siente atada, vinculada al destino de esa persona;
el splitting tiene lugar en la posición glischro-cárica para separar o pre- Me consolida este vínculo cuando ella va a visitarlo al día siguiente al
servar el yo del objeto aglutinado y operar también contra el mismo l1ospital y queda así establecida la relación simbiótica; ya no regresa a
objeto aglutinado para fragmentarlo o separar una parte de él para l 'arís sino después de un tiempo y con Renaud. Toda la novela se refiere
inmovilizar o controlar, o bien para que ulteriormente pueda ser elabora- n las vicisitudes de este vínculo simbiótico que estudiaremos en detalle
do. Este operar contra el objeto aglutinado (que Bion llama splitting 1• 11 su primera parte y muy sumariamente en la segunda.
y Rosenfeld splitting anormal), en su grado máximo, corresponde a lo
que Bleuler llamó Zerspaltung; lo que Bion llama disociación corresponde CONDICIONAMIENTO DEL VINCULO SIMBióTICO
a la Spalfong de Bleuler y al splitting normal de Rosenfeld.
Lo mismo que para el caso de Ja disociación, se plantea para la pro- Genevieve llega desde París para cobrar la herencia de una tía, sin
yección; su distinta intensidad en las posiciones glischro-cárica y esqui- 1111mifestaciones de duelo por esta pariente " a la que no había visto desde
zoparanoide hace que sean dos procesos cualitativamente distintos con 111i primera comunión"; sólo viene a cobrar su herencia, por sólo vein-
consecuencias también diferentes. En la posición glischro-cárica la pro- 1Í(• tiatro horas; después regresará a París, donde la espera su prometido.
yección es intensa, brusca, accesional, de un objeto aglutinado o su frag- Al bajar en la estación nadie la espera para ''advertirle o aconse-
mento, y no se acompaña o alterna con la reintroyección sino con la .1nrle ", es decir, siente de golpe que aquí no hay en quién ampararse.
inmovilización. Esta diferencia en la pniyección hace que, en este caso, 1.I neve, ve alejarse el tren que la trajo y tiene un escalofrío. Reflexiona
resulte paralizado el aprendizaje en todo ese sector de la personalidad. 11110 en París hací'a buen tiempo y por eso no trajo impermeable, piensa que
46 .JOSÉ BLEGER SL\1BIOSIS Y Al\IBIGÜEDAD 4i

eonvien desconfiar porque "siempre se cree que el tiempo ha de ser el no podía ser más triYial; era casi la una e iba a almorzar, antes de
mismo en todas partes''. Yisitar al notario.'' .
A traYés de este material y en función del contexto total de la obra, La trivialidad es la vivencia esquizoide que Fairbairn describe como
podemos ya comprender que Genevieve se siente aquí sin la protección futilidad, y nos da a entendei;.. cómo Gene\·ieve actuaba frente a todo lo
que tenía en París (desab rigada) ; tampoco trajo dentro de ella ningún nuevo con una cierta distancia o desapego. La dudosa limpieza de su
obj eto que la proteja y piensa que condene desconfiar de la cr eencia interior es proyectada sobre el criado que la conduce a la habitación;
de que cuando uno se siente p rotegido por objetos externos esto implica en el laYabo que se Yaciaba mal está simbolizado su déficit en la proyec-
también que hay objetos internos protectores (" que el tiempo ha de ción ele sus objetos sucios internos, y en la falta de agua caliente su
ser el mismo en todas partes"). desamparo afectivo. Ella misma está. asombrada de todo lo que le está
Su reacción es de soledad y abandono cuando Ye alejarse el tren que ocurriendo y trata de negarlo o aminorarlo, viéndolo todo como trivial.
la trajo : el YÍnculo con todo lo protector que contiene París y con su Ese mismo día Yisita al notario y sale clueiía ele dos inmuebles y
propia parte liga da a ello. Supera la situación organizando de inmediato otros bienes que le aseguraban una cómoda existencia; entonces ''di
todos los detalles para su r egreso; ''todo quedaba previsto. Me gusta rienda suelta a las ensoiíaciones que hasta entonces, por miedo a una
pre\·erlo todo minuciosamente". decepción, había razonablemente reprimido : con lós viejos se tienen a
Kuestro primer encuentro con Genevihe nos p ermite deducir que, Yeces sorpresas; malas im·ersiones, devaluaciones ... Al parecer, mi tía
separada ella de la ciudad y personas con las que se siente protegida, Lucie había sorteado estos escollos". Tía Lucie era hasta ese momento
no quedan dentro de ella objetos con los cuales pueda sentirse amparada. 1111 objeto dudoso: podía frustrar tanto como gratificar, pero ahora que
La separación, p érdida ele 1 objeto externo protector la hace r eaccionar se había resuel~o la eluda podía dejar el control, alegrarse y hacer pro-
con soledad y abandono (depr esión esquizoide), pero además, al alejarse yectos: los bienes serían consagrados a la infancia desgraciada ; ''me gus-
el tren que la trajo, tiene un escalofrío: es el momento en que se siente taban los niiíos. con mayor razón cuanto que mi salud tal Yez no me
amenazada por objetos internos muy peligrosos, y el escalofrío cumple permitiera tenerlos nunca". Ha de usar el dinero para otros para no
la fun ción de nn mecanismo ele defensa de carácter masivo y paroxfstico caer en la culpa ;.- reparará en otros su propia niiiez desgraciada . Si tía
o accesional qu e únpide la rcin fr oyecc ión y refuerza la disocia.ción entre Lucie result6 un objeto bueno, aparece el problema de la culpa y la duela
una parte dependiente y protegida y otra que es protectora p ero que se desplaza sobre su propio interior: no sabe si ,Podrá tener hijos.
res ulta peligroso reintroyectar. Esta defensa se consolida luego con el
control obsesivo. Tía Lucie er a hasta ahora un obj eto dudoso; cuando se discrimina
como objeto gratificador y es introyectado , aparece la persecución inter-
Después, sale ele la estación, ''sin sorpresa, a una fea plaza azotada
na, la r eactirnción de dudas sobre su propio interior (hipocondría ). En-
por el Yiento ". La. r epresión de la sorpr esa cumple aquí una función
tonces, se reiter a su bloqueo: r egresa al hotel con ' 'la vaga impresión
defensiva similar a la del escalofrío anteriormente experimentado, impi-
diendo el retorno ele lo reprimido. de que ya era demasiado el tiempo perdido". En el hotel confunde la
habitación y abre la puerta Yecina: es la búsqueda de nn obj eto externo,
Entre dos hoteles elige uno al azar: el ele ''La Paz'' en lugar de
de compañía, para 'reasegurarse o defendersP de su interior persecutorio
"La Estación", nombres también simbólicos de lo que buscaba y de lo
que reprimía (estación: soledad y abandono). (dudoso y confuso).
Se fastidia cuando el hotelero le pregunta si desea una habitación
para una o dos personas: ''t'Ko veía que estaba sola? Se lo confirmé". ENCUEKTRO Y RETOR!\O DE LO REPRIMIDO
El fastidio proYiene de qUl' la pregunta del hotelero le r eactualiza el Abierta la puerta ele la habitación Yecin1:1 . se encuentra con un hom-
hecho de que está sola, sin protección y dividida. El hotelero le dirige bre tendido en la cama, completainente wsticlo, con la boca abierta y con
"una mirada inútilmente recelosa", en lo que vemos la proyección de ronquidos irregulares. ' 'El conjlinto t enía , a la poca luz que quedaba,
su propio recelo por la percepción de su escisión. Funciona así muy 1m aspecto siniestro". Toca su mano y está fría , lo sacude y no hay
adiYamente una parte de sn yo como au.toobser·rnción y control de la reacción. "Era horrible". Ve dos tübos va'cíos cerca de un vaso ;.- com-
inm ovilidad y ele lo que debe permanecer introyectado por una parte prende. que se trata de un suicidio. Corre y llaina al hotelero, quien la
y pro~·ec tado por otra.
mira con desconfianza "como si yo f uera la autora de todo". Ella ex-
"Subí escoltada por un criado ele dudosa limpieza. El lavabq se plica que su llave ha abierto la puerta vecina. ''¡por suerte, además!
rnciaba mal ~- el agua caliente n o era tal cosa. :Me resigné a todo. Cambié Por suerte pa.ra 11sted -añadí con un énfasis que me pareció necesario.
de blusa y liajé; el hotelero levantó la nariz .de su diario y me siguió l•'iualmente, el hotelero dio con la comisaría y me anunció, como si yo
con la mirada, como si le asombrara mi conducta. Ésta, sin embargo, l'uera de la, familia, que llegaban en seguida".
48 Josi: BLEGER
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 49

Este encuentro con un hombre moribundo (muerto y vivo) rompe "No hice grandes honores a la comida gastronómica. Sola, rodeada
con la inmovilización y la represión que hasta ese momento se había de platos suntuosos, no me sentía a mis anchas; regresé pronto". Se
mantenido con cierto equilibrio. El retorno de lo reprimido le hace vivir n1elve a sentir sola pero tiende a inmovilizar la proyección-introyección:
la escena del hombre moribundo como siniestra y horrible. Hay una no puede comer.
cierta confusión o superposición entre lo interno y lo externo (siente Antes de dormir "me senté a la mesa y traté de precisar las cosas" ;
que la miran como si ella fuera la autora de todo), por la proyección intenta con esto un control obsesivo (precisar las cosas), establecer una
sobre el moribundo de sus propios objetos internos, y lucha contra esa discriminación en la confusión. Pero el intento no es exitoso: ''El si-
confusión o superposición, aclarando que el hallazgo es una suerte para lencio me agobiaba. Mis ideas se escapaban. No se oía el menor ruido,
el hotelero y no para ella; esta discriminación (de poner las cosas en su si se exceptuaban unos trenes acatarrados que dejaban detrás de ellos un
lugar) es oscilante, y reaparece la superposición en el hecho de sentir silencio todavía más espeso. Estaba sola en medio de la noche" . Sola
el suceso como si ella fuese un familiar (vivencia cercana al dé ja vu). en la noche, se siente agobiada por su confusión interna, no hay objetos
"Tuve un sobresalto de persona ofendida al verme relacionada éon aque- protectores. La confusión se extiende y borra los límites de su identidad,
lla piltrafa agonizante''. El sobresalto es una disociación violenta y ma- se escapan las ideas, tiene una vivencia de locura, de descontrol; se acen-
siva que se opone a la superposición de lo interno con lo externo, es decir, túa todo cuando siente los trenes que, como aquel que la trajo, se van y
una disociación que se opone al restablecimiento de la proyección-intro- la dc~sviuculan de la protección de París.
yección. El sobresalto tiene la misma función defensiva que el escalofrío Deja de sentirse sola y todo se 01·dena cuando recuerda que "en el
que sintió cuando bajó en la estación, y ambos tienen el mismo carácter otro extremo de la ciudad había un hombre que se debatía, al que arran-
de paroxístico o accesional y masivo. caban a la fuerza de la paz que se había buscado". "¿ Qué sería de
J ean Renaud en su lecho de hospital?''. Cuando acepta al depositario
PROCESO DE ACEPTACióN DEL DEPOSITARIO y acepta la proyección en él, deja de sentirse sola y agobiada, hay quien
carga con sus objetos moribundos. Si acepta a Renaud dentro de ella,
En la ficha del hotel figura como Jean Renaud, estudiante (poste- todo se ordena y calma. Y se puede dormir.
riormente sabe su nombre real: Sarti) ; su equipaje se reduce a un Esa noche tiene una pesadilla: "Busco a alguien; llego a un lugar
portafolios en el que no hay dinero ni documentos, "probablemente -co- público y me reciben risotadas de hombres; me doy euenta de que no
menta el inspector de policía- los ha destruido y arrojado por el re- llevo más que una camisa demasiado corta y no muy limpia. Es un sue-
trete". "¡Estará arreglado cuando se despierte en el hospital sin docu- ño que obsesionó mi infancia en diversas formas e hizo una breve reapa-
mentos ni dinero! Un tipo que ya se creía en el otro mundo". Ante rición después de la muerte de mi padre. Luego desapareció. Confiaba
estas palabras del inspector de policía, Genevieve se confunde y duda: en que hubiera perdido mi pista. Pero no. Ya estaba aquí. Me dije
''Hasta este momento había estado convencida de haber realizado una que el hombre de ayer había muerto, sin duda".
buena acción. Comprendí de pronto que el punto de vista de Jean Re- Si Jean Renaud ha muerto, desaparecido el depositario, en el dormir
naud podía ser distinto". Comprende la superposición de haber salvado retorna lo reprimido como pesadilla; busca amparo en los hombres pero
a Jean Renaud por salvar a sus objetos internos moribundos; lo salvó fracasa, porque está sucia con sus tendencias incestuosas. En el dormir
como depositario de sus objetos internos. E.sto es lo que la hará actuar fracasa también la escisión entre lo proyectado e introyectado.
posteriormente en forma reiteradamente reparatoria y masoquista.
Al levantarse advierte que tiene una crisis de hígado. Si Renaud
Por momentos olvida totalmente lo ocurrido: "Yo era dueña de in- ha muerto, en su lugar aparece el control hipocondríaco por una previa
muebles, una casa, un hermosísimo parque. Lo había olviüado todo por reintroyección ("En realidad había comido anoche demasiado, al fin de
un momento. Volví a la realidad. Voy a cenar, dije alegremente". cuentas ... "). Pero la defensa hipocondríaca no .funciona exitosamente
"Después de tantas emociones, lo mejor es una buena comida", observó y aparece la necesidad compulsiva de informarse sobre Renaud, corno
el hotelero. ''Tantas emociones. ¿Qué emociones~ ¡Ah, sí, el muerto! búsqueda o reencuentro del depositario para la reproyección. No puede
Lo recordé con fastidio . Aquella larga mano fría que había tocado. Subí evitar su necesidad de ir al hospital para informarse, pero una vez allí
a arreglarme un poco". La negación cumple también una función de- tampoco puede evitar un encuentro con Renaud.
fensiva, pero ella es viable cuando es exitosa la escisión entre lo interno
y lo externo.

'Í'
50 SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 51
JOSÉ BLEGER

RECAPITULACION
ser '' simbiotizada' ', la condición en que se ofrece pasivamente a ser de-
positaria de las 'proyecciones de Renaud. No se trata de una simple
Hasta ahora tenemos a uno solo de los protagonistas, y lo hemos introyección sino de una introyección que movilizará o promoverá roles
seguido detalladamente en unas poras horas de su vida, desde el momento similares a los introyectados y que ambos se fusionarán. Renaud es, como
en que ha tendido a negar todo cambio y se ha esforzado por mantener objeto real, un objeto necesario para ella, pero desconocido y peligroso,
rígidamente su organización psicológica (su distribución de objetos) 1• ''dudoso" (para usar una expresión de Genevieve), y por eso va "atur-
Los peligros comienzan cuando se siente separada de los objetos externos dida y alelada", mezcla de confusión, pánico y paralización.
protectores (París, su prometido), apareciendo soledad y abandono; su La enfermera le sirve de objeto mediador; le anticipa que Renaud
defensa frente al peligro de desorganización se logra con mecanismos la está esperando, ''quiere ver a aquella a quien le debe la vida, después
que refuerzan intensa y masivamente la disociación o escisión: el sobre- de su madre'' ; que cuando salió del estado comatoso ''abrió un ojo y nos
salto y el escalofrío paralizan y bloquean la proyección-introyección y el soltó una palabrota", pero que "desde que ha dejado de sufrir estamos
bloqueo se consolida con la negación y el control obsesivo. como en el circo". Tal como está anticipado, Renaud la recibe con un
Con distintas oscilaciones y alternancias, esto se mantiene así, y po- flujo de palabras ampulosas, burlonas y cínicas, pero el contenido es una
siblemente hubiera podido regresar a París y a su novio a retomar sus amarga queja de su destino y un pedido de protección. Esta contra.dicci:ón
vínculos de amparo y seguridad, de dependencia. entre forma y contenido (el "doble frente" en la transferencia) pro-
El encuentro con un suicida, un moribundo, rompe bruscamente el muew que Genevieve quede atónita. En estas circunstancias Renaud in-
status: hay un brusco retorno de lo reprimido, alternancia de rápidas tercala nn ''Vamos, vamos, no llore'' cuando ·ella no llora en absoluto,
y: masirns pro~·ecciones-introyecciones, y esto produce en distintos mo- con lo que también promueve en ella desorientación. ,
mentos la vivencia de lo siniestro, lo familiar, un borramiento de limites Ella piensa que evidentemente Renaud no siente el menor agrade-
entre lo interno y lo ezterno y la consi¡uiente confusión. Ya 110 podrá C1imilinto porque ella le haya salvado 111 vida, contrariamente a lo que
1•eatablecerse la inum·ilid11d y el bloqueo original; ya están operando elln con1.1cientemcnte esperaba, y cuando le pregunta si necesita algo,
objeto11 interno• peli¡roso1 que la amena11n con la oonfu1i6n, la locura., Hen1rncl fo conte1tn: 11 Absolutamente nada, grncins. Ya ha hecho usted
la aniquilación. La neceeidad del depo1ltarlo 1e impone y e1ta. ya oonfl· demnwlado ". Renaud no puede tener gratitud; se lo impide la envidia
¡urndu la compuls!6n de re1tableoer rápidamente un vinculo que la mnn· o ln mnjcr , que puede dar 111 vida.
tenga libre y protegida de 1u11 objetos peligrosos: Za si'»1bios1's como Contando con todo el proceso intrapsíquico que ya habla tenido lugar
defet1sa f1•etite a la conf11sión y Za aniqltiZación. La enajenao1:ó'll do 11na en Geneviuve (In proyección en Renaud de sus objetos muertos y peli·
pa.rto de st misma para poder seg1ti'.r viv1'endo. g1•osos), en el encuentro con él, resulta paralizada e invadida. Hennud
Todo su interior es dudoso y sus objetos también son dudosos: su la hnce sentir responsable de que él haya quedado con vid'a y esto origina
padre (de quien después se verán en la novela otros detalles) , está tefiido en ella culpa porque, para ella, Renaud quedó con vida para cargar con
con sus tendencias incestuosas; su tia podía gratificarla tanto como frus- sus objetos muertos. Genevieve tendrá que seguir insuflando vida en él
trarla. Se entera ti.demás, por el hotelero, que en sus parques iba a cons- para evitar la reintroyección, pero no demasiada vida para no perderlo.
truirse ''el motel, ya sabe, esos cuarteles al borde de la carretera, la nueYa Renaud tiene que ser un depositario vivo y muerto, tal como lo son sus
moda .. . '' Renaud está muerto y vivo al mismo tiempo. objetos proyectados.
El diálogo con Henaud es de doble frente: por una parte es despec-
tivo, pero por otro lado promueve en Genevieve la necesidad de seguirse
CONPIGURACION O ES'l'ABLECIMIENTO DEL VINCULO SIMBIOTICO ocupando de él como un chico que se cuelga del cuello de su madre y la
Geneview "ª en busca dP su depositario, y tenemos ahora que se- hace sentir culpable por haber nacido. Con esto ha ocurrido también
guirla para Yer, en el encuentro con Henaud, el entrecruzamiento proyec- una inversión qe la fórmula primitiva. Genevieve iba en búsqueda
tivo con Pl que se establece la simbiosis, el "pacto" entre los dos. de una situación protectora y con Henaud se configura una situación en
Compulsivamente va a su encuentro en el hospital guiada por una que ella es protectora, y resulta protegida en la medida en que en Henaud
enfermera, quien "la arrastró en un torrente de palabras" y ella la se proyectan sus propias partes desvalidas. La falta de gratitud en Re-
seguía "aturdida y alelada". Este es su estado de autómata en que va a naud refuerza el no sentirse eila protegida y amparada en ese nuevo
vínculo, porque no resulta reasegurada en sus buenos objetos internos.
1 Anotemos una primera coincidencia con la reacción terapéutica negativa: la Y para lograr esto último, ella estará destinada a seguir reiterada y
r,ec~sidad de "que no pase nada", y para ello el rigido control e imuovilidad en compulsivamente dando y permanentemente "salvándolo". Si dejase de
la distribución de objetos. hacerlo o fracasara, ella sería invadida por sus propios objetos muertos
52 JOSÉ BLEGER
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 53

y peligrosos. Para poder vivir necesitará llenar la avidez de Renaud,


para no sucumbir a la propia, si no tiene quien la proteja como ella va sus integrantes; si se descontrola se produce la destruc~ión o, por lo
a .proteger a Renaud. En el proteger está el hecho de quedar amparada menos, el riesgo.
ella misma. Al salir del hospital se siente aliviada; ha dejado en Renaud todos
Sorpresiva e indirectamente se siente comprometida a volver al hos- sus objetos muertos y peligrosos, y ese día arregla todos los asuntos re-
pital al día siguiente (Renaud la ha "envuelto" y comprometido y ella lacionados con su herencia. En estas condiciones y,a se permite pensar
se ha "envuelto" y ha promovido y reforzado en Renaud que la "en- en ser feliz: compraría un coche, un abrigo de pieles, iría al sur (de
vuelva"), cuando su proyecto original había sido el de regresar hoy a vacaciones), viviría bien, se casaría con Pierre, su prometida. "Sería
París. Ya está encerrada dentro del depositario sin poder salir. Tiene feliz.''
un acceso fóbico: ''Me sentía molesta. Desde luego, hacía demasiado Piensa en todo eso, pero al pronunciar "Sería feliz", retorna su
calor en este hospital. Debí haberme quitado el impermeable (el símbolo parte disociada : no sabe qué hacer con la casa heredada, ''una vieja r e-
de la protección desde que bajó en la estación). La prenda era una sidencia sin estilo", y resurge su decisión de quedarse para resolver qué
verdader a escafandra. Estaba sudando a mares" 2 • hacer con la casa; una racionalización que encubre su compulsión de
El destino de la simbiosis está sellado, el "pacto" se ha consumado 3 • ocuparse de Renaud, de no separarse de su parte disociada, proyectada
Antes de salir del hospital siente piedad por él, una nostalgia por sus en Renaud. Esto funciona con la misma estructura que el fenómeno de
partes depositadas en él; ''parecía desear que yo volviera. Debía de sen- la reacción terapéutica negativa 4 : si acepta ser feliz tiene que hacerse
tirse espantosamente solo. Era algo que se veía claramente, a pesar de cargo también y de inmediato de sus partes muertas y peligrosas que
los aires que se daba. En realidad, yo sentía un poco de piedad. Al fin amenazan con destruirla. Es un círculo de hierro. Su relación objeta!
de cuentas, podía muy bien perder un día por un hombre que acababa de funciona en bloque, no hay dispersión ni discriminación; es una reac-
matarse". No es un hombre que acababa de salvarse por su interven- ción que funciona según la ley del todo o nada: si quiere asumir su vida
ción. Por lo que ella había proyectado en él, era "iin hombre que aca- tiene que asumir su muerte instantánea y conjuntamente. Si; quiere vivir
baba de matarse" y ella una madre que había dado a luz un hijo mori- ella, tiene q1te reparar y dar vida también a sus objetos muertos, en lo que
bundo, pero que debía segtúr viviendo muerto para ella y por ella. Él corre el peligro de suc1tmbir el yo con todos sits objetos buenos.
aceptaba ese rol a cambio de que alguien se hieiera cargo de su vida, que ''Me quedaba. Me parecía que esta decisión ridícula se había toma.do
él no podía asumir: la muerte a cambio de la dependencia, ésa es su posi- sin mí y a trozos. Uno de los trozos era una palabra irreflexiva que
bilidad de vivir. El vínculo simbiótico es así un pacto con las partes había pronunciado bajo los efectos del calor y de la que me veía ahora
muertas, destruidas y peligrosas de sus integrantes, los que se '' juramen- prisionera''. La decisión de quedarse había sido tomada por otra parte
tan'' para poder sobrellevar un cadáver en común. Pero es un pacto de ella, disociada de esta otra que ahora fantaseaba con ser feliz. Era
para vivir y poder seguir viviendo. El secreto de la simbiosis es el de im prisionera de una parte de sí misma proyectada en el depositario; re-
cadáver con vida que debe ser mantenido, controlado e inmovilizado entre sultaba así víctima de uno de sus "trozos", de una parte de su propio
yo vinculada a sus objetos muertos y proyectados.
Fantasea un recurso para deshacerse de la simbiosis o, por lo menos,
2 El acceso fóbico aparece frecuentemente en dos momentos típicos: en el que
mitigarla: ayudaría económicamente a Renaud: ''Le daría la posibilidad
se instala la simbiosis (claustrofobia), o en el que se rompe o debilita el vínculo sim·
biótico (agorafobia). Puede ser reemplazado permanente o temporariamente por crisis de salir de aquí, ya que, a la postre, era mi culpa que tuviera todavía
asmáticas. que tomar trenes (es decir, era su culpa que él tuviera todavía que se-
3 Fairbairn, comentando "Una neurosis demoníaca del siglo xvn", dice: "La guir viviendo) ; le pagaría su billete; hasta le daría lo necesario para
peculiaridad del pacto con el diablo radica en el hecho de que comprende una relación Aostenerse entretanto, a la espera de lo que quisiera esperar. ¿No sería
con un objeto malo". Lo qne Cristóbal buscaba de Satán "en forma patética, no era
el poder de gozar del vino, las muj eres y el canto, sino, en términos del pacto mismo, c•sto, además, un modo muy bonito de estrenar la herencia 1 Una buena
permiso para estar dentro de él como hijo de su propio cuerpo. De ahi que vendió su acción. Ya estaba la idea. Luego de esto, quedaría en regla con este
alma eterna, no para obtener gratificación, sino un padre, a pesar de que éste fue .fean Renaud que había venido a suicidarse a mis pies y en el que estaba
para él durante su infancia un obj eto malo". (Citado por E. Pichon Riviere en: "Lo pensando, con turbación, desde ayer. En el fondo, tenía remordimientos;
siniestro".) El pacto (la simbiosis) es el control y apaciguamiento de objetos peli·
grosos para poder quedar dentro de sí "como hijo de su propio cuerpo". •ra preciso pagar el rescate de lo sucedido".
Con el estudio de la simbiosis estamos de pleno en la psicología de los "pactos" 4 La reacción. terapéutica negativa no es totalmente una cualidad de determinado
con el diablo (Cristóbal Haitzmann, Fausto, etc.) y en la psicología de la Folie a deux, tipo de neurosis, sino el resultado de un determina.do vínculo entre el analista y el
tanto como en la de la reacción terapéutica negativa, que es también un pacto. En ¡H1ciente. La reacción terapéutica negativa es una simbio~is er:. la que hay una pro·
todos ellos se sacrifica una parte de uno mismo para poder seg1¿ir viviendo con el yocción cruzada; es un "pacto". El "objeto aletargado" descrito por Cesio es un
resto dentro de uno. ol>joto aglutinado que no es aletargado sino "aletargante" cuando se mov-iliza e invade
"' yo.
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 5;)
54 JOSÉ BLEGER

nmablemente, usted me ha ayudado a salir de ahí. Gracias. Pero ahora,


BURLA Y PIEDAD a nada estoy obligado".
Renaud no pide nada a nadie. Pero hará que se le dé sin necesidad
Con esta fantasía de sobornar a sus perseguidores retorna al hospi- rle pedir o, mejor dicho, promoviendo en el otro el rol o la necesidad de
tal: ''Fue así como. al día siguiente, con el corazón aliviado por la certi- dnr. "Xo mendigaba. En realidad consentía que se le diera". Tampoco
dumbre de un desenlace próximo, traspuse la puerta del pabellón B' '. clPmostraba que estuviera recibiendo o que se le estuviera dando.
''Encontré a rwi víctima sentada en un banco y de charla con la en- Ahora es Renaud, en este diálogo, el que refuerza su disociación y
fermera". Se entabla un diálogo en el que fracasa totalmente su fanta- ln proyección de su parte disociada, y esta disociación y proyección de
sía de soborno, y en lugar de terminar la relación. el vínculo se estrecha; su ''alma'' es yi\·ida como una muerte. Pide un vaso de ron como
se refuerza su necesidad de reparar a Renaud y en él a sus objetos " última voluntad", mientras tiene un acceso fóbico: "Tenía gotas de
muertos. Ya no es sólo un proceso de proyección y control sino que a sudor en la frente, estaba muy agotado y su expresión era terca e in-
ello se agrega fundamentalmen_te una compulsión de reparar, dar vida, quiPta ".
mantener vivo a sn depositario. Este refuerzo de la simbiosis se hace con El lenguaje cumple aquí una función importante en la comunicación:
un entrecruzamiento de burla y piedad. es rl que establece fundamentalmente la simbiosis; pero para cumplir
Con su burla, Renaud le hace sentir su debilidad aliviando la propia, psta función el lenguaje opera no en el nivel de su pleno valor simbólico
y promueve en ella culpa y el rol protector; con su piedad ella alivia su sino en un nivel regresivo, como una actuación y a su vez agente de la
culpa y le hace sentir sll protección. promoviendo e intensificando en él actuación del otro. En lugar de promover en el receptor un símbolo o
el rol del ser débil por cargar con la muerte de ambos. Ambos eYitan un signÍficado, promueYe directamente una actuación. El nh·el simbólico
así la destrucción. Con la burla y la piedad, el círculo simbiótico se no está en un primer plano y las palabras tienen su sentido literal.
intensifica a sí mismo en una distribución de roles. Lo más típico de la concreto.
simbiosis es q-1w los roles no se comparten sino que se reparten. El repar- Cuando Renaud le pide tomar un vaso de ron, dice: "Tendrá que
tir los roles implica una disociación más terminante para evitar la des- im·itarme. No tengo un cuarto". "De,sde luego. ¿No es mi deber? Fue
trucción y la confusión. Para compartir roles se necesita haber llegado una gran imprudencia. Este hombre tenía el don de hacerme una ato-
a una discriminación, haber logrado por lo tanto una exitosa división londrada". Después de tomar su coñac, dice : " Soy suyo". Y Genevieve
esquizoide. El compartir es creador mientras que el repartir exige una piensa: '' ¡Que el cielo caiga, pues he recogido al diablo! ¡Por qué una
inmoYilización e implica un círculo vicioso paralizante. En la relación fórm ula de cortesía se transforma en su boca en 1tna realidad literal?".
simbiótica (grupo simbiótico) pueden rotar o alternar los indiYiduos que Las palabras son actuaciones y generan directamente actuaciones en
asumen los roles, pero estos últimos. en sí, son fijos e inamovibles. Hay el otro. Genevieve lo percibe y piensa: "Para comprender a este hombre,
grupos todavía más simbióticos. e11 los .que tampoco puede haber rotación basta al fin de cuentas un diccionario . . . Tengo la impresión de haber
en la asunción de roles. Por otra parte, en 1m grupo simbiótico, un rol hablado gratuitamente toda la vida y que es ahora cuando oigo por pri-
que siempre está pnsrntr es el de la observación y control del grupo (el mera vez hablar de verdad''. Es el nivel concreto en el que funciona y
rol hipocondríaco), para el que los demás integrantes del vínculo son 5 se estabiliza la simbiosis. Las palabras no generan, en el otro, pensa-
como órganos o partes del cuerpo que necesita obsenar y controlar . mientos previos a la acción sino actuaciones disociadas del área mental
~· de su contenido simbólico. r,a comunicación es directa, literal, de acción
•/! n aL•ción. La mente está disocia.d a; asiste en todo caso como una espec-
tadora c:rcluida del drama que se está jugando 6 •
Renaud hace entrega de sus partes vivas, de su yo sano: "Mire, mi
almita aquí está -dijo señalando eon precisión el centro de su pecho-.
Haga usted lo que quiera con elfo. pues es suya, le pertenece. Nada H E'ta partl' espcctauora y 1•xcluidn (la mente), que actúa como obser'<'adora y
tengo ya que yer con ella. Sí. es suya". que como rol -ya lo hemos dicho- está siempre presente en todo Yínculo simbiótico,
Renaud también r eparte y no comparte: ''Y ahora, se ve con un nunque puede rotar o alternar su depositario (el que lo asume), tiene relación con el
maniqueísmo intrnducido ~n la psiquiatría por Magnan y retomado ulteriormente por
alma sobre los hombros. Pero puede tirarla cuando quiera -agregó-. Diclc y Guiraud, parn carácterizar cuadros delirantes en los que coexiste una lucha
No le pide nada. No pide nada a nadie. Le importa todo un pito. l\luy i:11trc per8ecución y protección, mejor dicho, entre perseguidores y protectores, pero
lucha que pi<rf'c<• 01Jl'rarse fuera del enfermo o sin él, quien asiste como observador
5 Estas observaciones sobre psicología grupal fueron desarrolladas posterior· o m<'ro espectador. Y esto último es lo más característico del cuadro de maniqueísmo
mente en Psicohigiene y psicología institucional, Buenos Aires, Paidós, 1966. 1lolirnnte, según Dide y Guiraud.
r-~-

56 JOSÉ BLEOER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 57

LA ME'i'AMORFOSIS Metamorfosis proviene del griego y significa "cambio completo";


denominación y etimología se atienen muy correctamente a lo que ocurre
En el establecimiento de la simbiosis se opera un cambio que se centra en realidad y a lo que hemos visto en Genevieve. Y este ''cambio com-
fundamentalmente en el esquema corporal y que es vivido como una me- pleto'' de personalidad trae un problema y una respuesta. El problema
tamorfosis. El centro de la personalidad ya no será más la parte más que nos planteamos es el de por qué una actualización de vínculos (que
madura del yo; lo reprimido retorna desplazando y ocupando su lugar. siempre involucra un segmento del yo y un objeto) . ocasiona en estos
Genevieve ya no resiste más a la simbiosis, se entrega a ella; los núcleos casos un cambio completo de personalidad, cuando ot::.-os cambios no
de su yo (hasta ahora fuertemente reprimidos), implicados en la sim- ocurren sino dentro de la eontinuidad de la misma personalidad. La
biosis son ahora el centro de su personalidad. El cambio es vivido como respuesta es que si se hubiera producido una buena división esquizoide,
locura : ''Soy una loca. Mi cuerpo experimenta una intensa metamorfosis, es decir, una suficiente fragmentación y diseriminación del yo y de los
voy a despertarme convertida en oruga o ballena blanca, voy a gritar, objetos, ningún cambio de vínculo sería vivido como un cambio global
llorar, ladrar o mugir. Lo quiero. Amo a este hombre. Y desde el y masivo de personalidad; ningún fragmento del yo (y del objeto) con-
comienzo". Esta brusca actualización y predominio o irrupción de una densaría ni polarizaría un cuantum tan grande del yo total como para
parte de su yo regresivo, hasta ahora fuertemente reprimido, es vivido que su ºactualización se refiriera como una metamorfosis.
como una locura, pero una locura que es controlada y fijada en la meta- Y esto nos trae lógicamente a una segunda respuesta o por lo menos
morfosis corporal; podríamos decir que es como una hipocondría genera- a una consecuencia lógica : para que ocurra la metamorfosis, como en la
lizada, masiva, en bloque, porque toma. todo el cuerpo --no un segmento simbiosis que estamos estudiando, el yo debe desplazarse en segmentos
de él- y en forma intensa y brusca. Esto salva de una psicosis. Y masivos, condensados, que no se han fragmentado ni diferenciado sufi-
desde este momento se establece una fuerte disociación entre mente y cuer- cientemente, de tal manera que el pasaje de un fragmento del yo a otro
po. El nivel regresivo simbiótico opera y se instala, fundamentalmente, es un verdadero cambio de personalidad, una metamorfosis. Esto es lo
en el esquema corporal, mientras que la mente puede operar sobre el que denomino objeto aglutinado o relación agiutinada de objeto.
nivel lógico, de realidad y adecuación a la misma, en función de obser-
vadora, muchas veces perpleja, sin comprender por qué el cuerpo no
obedece y aun parece tener su propia independencia.
Cuando acepta la simbiosis, el cambio, la mefamorfosis, y ya no lucha
"'
''Magnánimo, me da tiempo para que me establezca en mi nuevo
contra ella, sobreviene una cierta paz o por lo menos un alivio ; fenómeno pellejo y ordene mi mundo nuevo.'' El cambio es vivido por una parte
similar al alivio que siente el psicótico cuando acepta y se somete a, su como un desastre, el derrumbe de su yo anterior y el derrumbe de todo
delirio o a sus alucinaciones y --en general- a sus perseguidores. "Me el ordenamiento que correspondía a ese yo. Ahora todo se reordena y
siento como una parturienta que ha terminado. Está hecho. He confe- tiene un nuevo sentido. Es un reordenamiento en el que todo se ordena
sado. Lo sabe". Y en ese mismo momento: "Me duele el vientre. Desde o adecua a un yo distinto (hasta ahora reprimido) en un nivel regresivo,
hace un minuto se ha instalado en él un animal cálido. Ocupa todo el mágico. ''Todo me parece ahora claro; en efecto : por qué he pasado
lugar. El monstruo se dilata y soy yo. A mi yo, que siempre había bajo una escalera, por qué he .elegido el Hotel de IJa Paz, por qué me
negado la existencia del rayo, un rayo acaba de matarlo". he apresurado en volver a las seis, por qué me he equivocado de cua.rto
El desplazamiento del centro de la personalidad hacia los núcleos y por qué mi llave ha abierto. Porque amaba a Renaud Sarti".
regresivos y simbióticos del yo es percibido como un parto, un nacimiento, Las consecuencias ordenan los acontecimientos que le han precedido
un resurgimiento lleno de vida, pero también como un monstruo invasor, y todo se integra en un nivel mágico, teleológico, lleno de sentido. "El
un embarazo que se apodera de toda la personalidad. La fantasía de que yo tuviese que amar a ese hombre era cosa que se veía a mil leguas,
parto y embarazo son simultáneas y surgen como intentos de controlar desde toda ia eternidad. " Esta predestinación del coup de f oudre es
ansiedades, refiriendo lo desconocido a lo más conocido y concreto. 11t1 fenómeno cercano al déja vi1, desde el punto de vista dinámico; el coup
Después de la metamorfosis ya es otra ; estaban comiendo pero ahora de foudre es el encuentro súbito con una imagen interna, idealizada, por
ya no tiene más hambre, "la otra tenía hambre". "En la que soy ahora eso aparece con las características de la predeterminación.
el hambre se distribuye de otro modo".

"'
58 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 59

LOS PELIGROS DEL V!NCCLO SIMBióTICO de la confusión; mientras llegan todo se mantiene paralizado y ''el tiem-
po se ha he~ho desmesurado. . . Veo el minuto siguiente en una lejanía
La simbiosis es nn vínculo cuyo equilibrio, en algunos momentr.s. inaccesible: jamás podré llegar allí".
puede ser mu?· inestable; por sobre todo durante su instalación. El tiempo se detiene cuando la paralización de la proyección-intro-
''Yo era una ballena loca , a punto de estallar bajo mi piel.'' La yección se ha hecho necesaria para controlar la confusión. El tiempo
metamorfosis no es sólo el establecimiento de un nuevo yo corporal, sino también se detiene cuando la relación es masiva con un solo objeto, cuando
una im·asión que tiende a romper los límites operantes hasta este mo- se reduce al máximo la dh'ersificación de las relaciones objetales. La
mento di:! propio yo y del esquema rorporal. Ante este peligro de "esta- vivencia del tiempo es conjunta con el desplazamiento en el espacio hacia
llar", de perder los límites en forma brusca, se hace imprescindible un distintos objetos. "La temporalización sólo puede surgir donde el cuer-
contacto corporal, una nucn1 cenestesia que configure nuevamente los po diferencia las sensaciones reales de gratificación y de frustración
límites del esquema corporal: "Quería que sus manos me tocaran". (Koolhas)."
Si la r E"grcsión corre el riesgo de ser clemasiado intensa, el peli¡no Si hay un solo vínculo y una sola experiencia uniforme, entonces no
es rl de ·' esfu marsr ", y el contacto con el otro se hace imprescindiblr hay posibilidad de vivenciar el tiempo. "Renaud carecía de la noción
para delimitar la rt>grrsión ~; re-configurar la pernonificación "mirún- de los días. ¿Cómo saber si era jueves Y ¿En qué se advertía Y Ignoraba
dose en el otro''; es dt>cir, una búsqueda de límites: ''Pero es necesario, el método. Decía fácilmente: «Bien, el jueves a las cuatro», pero no
necesario estar a solas con él. rntre paredes, al abrigo de todo, al margen Había reconocer ese momento privilegiado en medio de la homogeneidad
de todo, sola con él un instante, nada más que para mirarlo, como se del desarrollo temporal.' '
buscii.. un agu<~ tranquila para mirarse en ella . Tengo la sensación de ' 'Para él no hay cielo, no hay exterior. El tiempo no discurre, los
que aquí, fuera, aunque las callrs estén casi vacías, todo me impide verlo. días no se suceden; sólo hay un día homogéneo que continúa, una sola
Que ~w lo te.ngo, que está lejos" 7 • hora indefinida que se borra a medida que pasa: su vida no deja huellas;
Otro riesgo es el de quedar dependiente y sometida al objeto: ''Estas ns un hombre que no cesa de morirse y que se va olvidando a sí mismo
manos, este rostro, esta boca gruesa, este corpachón. . . están ahora mÍls 1111 el camino."
cerca de mí que los míos propios. Son mi carne misma, mi prolongación
física. :\lejor dicho, yo soy su prolongación, yo dependo del menor mo\·i- LA SEXUALIDAD
miento que ·h agan". "El mundo entero se ordena alrededor de este re-
cién llegado. de quien es ya el amo y me dicta conductas a las que· jamás La relación sexual se realiza como una necesidad de carácter com-
pnlsivo. Es un vínculo que se impone como una técnica de comunicación
me hubiera atreddo. ' '
1111 la relación interpersonal cuando las demás técnicas se han tornado
Podemos reducir a tres los riesgos fund>tmentales: uno. el de quedar
encerrado en el objeto y/o t>l dPpositario (claustrofobia ); otro, el de per- Inseguras; ya no bastan las palabras ni las actitudes como técnicas en la
der el control del objeto ~·/o el depositario: "la angustia de incompletnd ". distribución de roles y en la regulación de la simbiosis.
El tercero, el de la confusión con el objeto ~-/o el depositarip. Estos trrs La primera relación que mantienen es un cunnilingus, con lo cual
~11 configura y se afianza en los hechos, en una actuación, la distribución
peligros se alternan rápidameute y aun eocxisten. La simbiosis puede ~er
totalmente comprendida como una def<'nsa estabilizada frente a los peli- do roles entre madre-hijo, protector y protegido, boca y pecho. La rela-
gros de alternar u oscilar de la claustrofobia a la agorafobia y ,:iceversa. 11!6n genital es así una técnica completa, que consolida el vínculo y supera
111 "angustia de descompletud".
Renaud se esfuerza por hacerla gozar y necesita que ella se lo con-
EL TIEMPO l'lrme verbal y explícitamente; ella es la depositaria de la vida y ella
La simbiosis ha terminado de configurarse mientras estaban almor- r•M quien debe gozar respondiendo con gratitud, ternura y protección. En
zando. Han mediado pocas palabras. "No se puede hacer todo a la vrz. " 111 :;c calman sus ansiedades por el temor a destruir. La relación sexual
C:t>nevieve le propone ir juntos a su casa, que acaba de heredar. ''Como , vlnbiliza los roles y establece un control de la distancia entre ambos
usted quiera -me dijo-. Soy suyo." El le presiona el brazo y Gei¡r- ¡ir11·/cnaires, en el sentido de que no se pierden porque están cerca uno
viL•n siPnte vértigos: el peligro de una confusión. Siente mueha impa- d 11 ol 1·0, pero tampoco se funden o esfuman porque el contacto ~· la opo-
<:irncia por llegar. Es la reacción de impaciencia para salir del peligro ~ll' i6n de los cuerpos refuerza los límites de cada uno como un incliYiduo
p11 r srparado 8.
7 El pn¡H•l de la miru•la ell la pcrsonificnc.ióll hn sido muy enfatizado por Snrtr<•.
Por otra pnrtr, taruhi"11 hace' sugerenc ias interesantes sobre la "pastosidad'' ( dseo· H Anoto, al pasar, el rol de descargar tensión y ansiedad que tiene el coito y In
sidad). ue ~ d" lmc~ mu1~l10 tic•mpo comprobada, entn• ••I orga$ruo y la d(•Mcarga epi·
11l11i\ lli111l,
ltlpUrn.
fiO JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 61

Esta experiencia de "completud" con un control concreto para los Renaud, el muerto-vivo (el máximo de muerte compatible con el mí-
variados peligros de la simbiosis hará que la relación sexual sea compul- nimo de vida), es el cadáver del padre de Genevieve y de tía I JUcie (una
siva: "Apenas me deja, comienzo a padecer. «Soy suyo», ha dicho él; pareja de muertos), que ella tiene que mantener vivos; están en el mismo
ah, pero no ha dicho hasta cuándo. Tal vez marlana, tal vez dentro de departamento que tenía su padre para llevar a sus amantes y la cama
un instante, se me escapará". "Con Renaud a mi lado, pienso todo el f'ue encargada especialmente por su padre a su medida, porque era alto,
tiempo en Renaud perdido.'' ''Gemela del deseo, la angustia se había tan alto como Renaud, quien está satisfecho por la cama, porque siempre
instalado con Renaud en mi interior." Esta ansiedad de perder al objeto 11.ntes le resultaron chicas.
es también su válvula de seguridad frente a los peligros de la simbiosis Genevieve se siente como un animal pequeñito que se deja atrapar,
y comprende sus propios temores a huir ella de Renaud. " una :víctima continuamente devorada y sumisa". A esto se contrapone
La relación sexual implica además, para los dos, una reparación, una el descubrimiento de su cuerpo como fuente de placer, que realiza con
h~ diestra conducción de Renaud; "este monstruo de egoísmo que no
gratificación : ''Nos metimos desnudos en la cama donde tía Lucie había
muerto'' en un intento de insuflar vida a tía Lucie, su padre y al mismo tiene empeño en amarme, es el m<i.s generoso de los amantes. En el amor
nunca piensa en sí mismo. 'l'oma su propio placer por añadidura, cuando
Renaud.
rstá agotado el que me ha podido otorgar" 10 •
EQUILIBRIO EN EL V!NCULO SIMBióTICO Genevieve osciia de un extremo a otro, no pudiendo aclarar su con-
fusión. El vínculo apacigua su relación con sus objetos muertos, pero
La relación simbiótica ya está estabíecida: están distribuidos y bien Huscita nuevos conflictos, nuevas confusiones que ella no puede discri-
configurados los roles, y el instrumento de control o equilibrio (feed- minar: ''Ya no sé si degenero o me formo. . . ¿Soy una esclava o una
back) es fundamentalmente la relación sexual. verdadera mujer 1. . . ¿Es sensualidad natural o aberración perversa, soy
Están ya en París, en el departamento de Genevieve. Ésta se ocupa una persona normal o ya una viciosa? Este placer a la vez demasiado
de todo y Renaud hace una regresión esquizofrénica : no sale nunca, per- vivo y parcial, el único al que todavía tengo acceso, me aturde y me
manece en cama permanentementr, leyendo novelas policiales, fumando, obsesiona". " Casi tengo miedo de él : ¡,no tratará de perderme? ¿Adónde
bebiendo y manteniendo relaciones sexuales. No habla. Genevieve piensa: in e lleva 1 Mi cerebro comienza a ser albergue de nociones irracionales
"Estoy reducida a los hechos: está ahí". La vida de Renaud se reduce de pecado, caída, vicio y perdición". La aparición de confusión se debe
al mínimo. "Su asiduidad conmigo, aunque le ocupa buena parte del día 11. que el vínculo simbiótico en ese momento se ha resquebrajado.
y de la noche, se limita a mi cuerpo. . . Sólo tengo una existencia ma- Se siente absorbida por Renaud, por "este mundo sin tiempo". "He
terial. No escucha lo que digo; lo mira. Es una impresión muy curiosa, 1·ntrado en el sombío reino de Renaud, que es un muerto. Vivo con
como si yo existiera al lado de mí misma. Agazapado en su cubil, me nn miterto, qi¿e me aspira hacia él." "Comienzo a sentir el miedo de
observa y, sin importarle la hora o la circunstancia, me toma cuando haber perdido el mundo." O pierde el mundo o pierde a Renaud. Am-
me pongo a su alcance, aunque sea cuando empujo la aspiradora o tengo h11s son partes de ella misma y no puede escapar al dilema. El drama
en la mano cuatro ceniceros." q11e se juega con Renaud es el drama de sus conflictos internos. Pero
Él es una parte de ella (el "doble"), y no hace falta hablar ; la 1•11.da vez se siente más absorbida por la avidez de la muerte que tiene
comunicación funciona sobre un nivel muy regresivo, de cuerpo a cuerpo. que mantener con vida para que no la destruya 11 •
Él se ha quedado sin decirlo, "no tiene cosas a las cuales volver", tiene Renaud se ha convertido en un muerto ávido y exigente al que Ge-
libl'rtad: "es la libertad de los muertos". 111•vieve se siente sometida, atraída y absorbida. La regresión progresiva
''Vive en mi cama. 'I'engo que aprovechar las ocasiones para hacerla. 1ii• nde a la búsqueda de un punto óptimo de equilibrio, pero cada nivel
A su alrededor, los ceniceros forman un círculo .. . Él los llena y yo los 1•11oresivo suscita a su vez nuevos conflictos.
vado; la cadencia es rápi.da. Abro la ventana siempre que puedo, porque
soporto mal el aire viciado. Renaud no dice nada, pero advierto que no
li o 11 ~os venenosos que lo invaden todo. El cadáver, que ocupa cada vez más lugar y
le gusta eso.'' Él es el cadáver con vida, su propia parte muerta que 11 1rn.s alusiones, señalan la falta de potencia genital para reparar y controlar o inmo-
tiene que ser mantenida con vida, lo suficiente para que no se muera del ' 111,,.tr la progresiva invasión por el cadáver.
todo pero tampoco demasiado para no perderlo. Él la llena de las emana- 10 La "generosidad" de Renaud en prodigarle placer "sin pensar en sí mismo"
ciones de los cadáveres y ella se vacía y depura periódicamente (el 1111 ns por cierto generosidad, sino un fuerte control obsesivo por temor a desorganizarse
ambiente venenoso que describr M. Klein) 9 . 11 <il Holvcrse en el orgasmo propio.
11 Refiriéndose a los objetos muertos enquistados que se mantienen con vida
1il111 d,ro de uno, un paciente hablaba de los "secuestros", homologándolos a los "secues-
9 En una ohra de Ionesco (Ama1leo), se trata también 'de una pareja encerrada ,l 11111" del hueso en las osteomielitis.
que cuida a un muerto que sig-ue permanentemente creciendo, y eu las piezas crecen
62 JOSÉ BLEGER sntBIOSIS y A)lll!Gi.'EDAD 63

''El señor Sarti tiene en mí una renta, una criada, y de propina, Esta relación predominante con el objeto aglutinado (dependencia
alguien con qnien acostarse. ,Jamás mueve un dedo en la casa. Los que- simbiótica) y su estricta inmovilización y control, implica paralización
haceres, la cocina y las compras son cosas que me corresponden. Sin de la proyección-introyección, paralización del tiempo con cierto grado de.
duda, cree que todo esto se hace automáticamente, como también las cuen- pérdida del sentido de realidad, déficit en la integración del yo y
tas bancarias. El señor Sarti está en la cama, repantigado; fuma a ra- confusión entre qué es de '!no y qué es de otro. Por ello, en las simbiosis
zón de cuarenta dia'rios los cigarrillos qne le traigo ; bebe el whisky en se encuentra un déficit en la personificación, en la identificación, con-
el vaso que le ofrrzco ,. que jam~s larn; accede. como un favor, a cambiar fusión entre hotiio y Heterosexualidad y un déficit en la integración del
la cama por la butae;1 cuando cambio las sábanas, y cree entonces que esquema corporal. · ·'
. . . ·'
no ando suficientementé de prisa., Ignora probablemente que hay resi-
duos en toda casa y el mecanisino por · el que se llenan las cajas de ba- vrc'ri:¡tTUDES DEL VtNCULO SIMBióTICO
sura, que es p'reciso rnciar. Xo se da cuenta de nada de todo esto.
Renaud, sin embargo. está ahora bien de salud. Come. sin apreciarlo· Ge.nevieve ha tenido úila 111uy corta entrevista con su antiguo pro-
·mucho -de todos modos, nunca se qneja-, el alimento que le preparo, metido y acuerdan terminar la relación entre ambos; ;rnelYe al departa-
y para cuya ingestión consiente en desplazarse hasta la mesa; en cuanto mento con miedo de no encontrar a Renaud, "la lógica de la vida qüiere
al desayuno, se lo sino a d6inicilio, en la cama. A veces me siento can- que, en el momento en . que le ofrezco el sacrificio de lo demás, Renaud
sada y es posible que el cansancio se refleje en mi rostro. Pero Renaud desaparezca; la desaparición repentina le viene como un guante". Tam-
sólo ve en mi rostro el desC:'o .. Sólo ve lo que le agrada y a condición de bién tiene miedo de que él haya podido enYenenarse durante su ausencia.
que le ,·enga ma.teriulmente a las mnnos ; si fuera preciso el menor es- ''¿Con qu6, en todo caso Y ::\le he desprendido de toda mi farmacia, en
fuerzo ... fla~· momentos ... '' la que nada me parecfa inocente, ni la aspirina. Lo oreo capaz de con-
Sin embargo, (IStn rebelión internn es npncigirndn de inmediato: vei;tir en ''eneno una barra de chocolate." (Proyección' en Renaud de
11
En g<.>nur1\l, rechni10 C11 «(IB mnr cómodo» con 111. nyuda del ar¡u. 1u propia hipoconcMa.)
mento siguh>nte: Uennutl no hn podido nn<l11; quiero hacer lo que eittoy Ha roto un vlnculo mh con el mundo y sólo lo quedo. l\horn Renaud.
hnciendo; Ni no lo hi<.!ie2·11, (•I no lo echarlu de menoll ¡ eN un hombre qiie Tiene miedo de que H también dc1ap11rezoa; 8\l tot11l dependencia de ~l
no tienr.i 1111d11 qur pcl'rh11•, que 11e hn mutndo n eonc!en(iin." harfo catutr6fioo e1l perderlo. Pero eate t11mor ooexi11te contrad!ctorin·
Renaud Ho lrn reducido ni ml11imo eompntible con la "idn; eatn. re· mente con su fentas!a de qu<l él se vaya o He tm\·enene, como rencoi6n a
gresi611 implica el mluimo de relaoióri computible con la sobrevivencia ¡ su temor de tlepe21der totalmente de él y quedar encerrada, y como i·enc-
· m!nimo en cnanto queda ligndo a un solo ser humnno, Genevieve, y ade- ci6ri al vinculo exclusivo con un solo objeto, en el que ella teme llenarse
máR en el sentitlo tle quc> Ju rf.>laei6n con ella está reducida también al con el veneno y la muerte de Renaud. La t·egula.ci6n del vfocitlo sim-
mínimo de comunicación, sobre el niYel más regresivo. biótico se logra f1mdamentalmente en cierta medida con la actividacl se-
Genevi~Ye también se .ha recluido con él · y comienza de a ratos e. X'Ual por 1tna pa.rte y por otra con el ref1w1·zo o incremento de la pe1·.
sentir el miedo ''casi de haber perdido Pl mundo ; estoy como en un con- secuci6n; en el momento en que se teme una absorción completa por la
wnto ". · Ella excluye toda relación vieja o nueva: a su madre y a su dependencia, la búsq11eda y la promoción de un altercado introduce cierta
antiguo prometido. distancia o un cierto control de la relación y de los temores.
Para ambos, la instalación de la simbiosis ha significado 1ma disolu- Renaud sólo le pregunta si ha traído algo para beber. No pregunta
ción de la diversificación de objetos y vínculos. Todo queda centrado nada sobre su entrevista con Ph:rrc. ''Acabo de romper con mi pasado.
en 1tn solo depositario. Detrás de ello, todo el mundo no existe. Y hasta con mi porvenir." "Muy bien. Te queda el presente", contesta
Este concentrarse sobre un solo depositario es una regresión que Renaud. ''¿Qué presente?'' Ante todo , Henaud ''deja su libro, se 8ienta
implica una comunieación preverbal también muy primitiva en un víncu- en el borde de la cama, toma sus zapatos y se los pone. Va al cuarto de
lo con un objeto aglutinado, tal como lo he designado más arriba. En ese baño, vuelve con su cepillo de dientes y Jo mete en su portafolios. Siento
solo objeto está eentrado tanto el amor como el odio, la agresión como la angustia en el vientre. ¡ Se va ! ''
la reparación, tanto la vida como la muerte y en todos los niveles: ora~ Renaud se ha ido. Para él la relación es masiva, de tal manera que
anal y fálico 12 • Por ello es un objeto que tiene que ser rígidamente una mínima frustración afecta al .todo de mane1·a catastrófica; no queda
controlado. nada. Su relación objeta! aglutinada funciona en bloque, sin discrimi-
nación posible. Es la ley del todo 0 nada.
12 Esta concentración -vinculo con un objeto aglutinado- Ja encontramos tam· Gcnevieve queda con rabia y r<>sentimiento, acepta que se vaya. ''Mi
hién en condiciones normales en el ideal del adolescente de tener una compañera que cnerpo, entretanto, está contra la puerta, pegado; aúlla, aúlla como un
sea a su vez su madre, novia, hermana, amante, esposa, etc.
64 ,!OSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD
65

perro. Me había olvidado de él. Con la boca abierta, buscando aire, como bebiendo, y de vuelta, frente al peligro de la aniquilación, la relación
un pez. También soy yo esta carne dolorosa. Hasta es más fuerte que sexual como una técnica que lo calma y apacigua en sus angustias. Es
todo lo demás. Mi cabeza queda conquistada, mi hermoso razonamiento un círculo vicioso de realimentación.
se va al diablo.'' Genevieve intenta una división mente-cuerpo: su fan-
tasía de no encontrarlo es su deseo de que Renaud se aleje, como forma
AGLUTINACióN Y DISPERSióN
de alejarse ella misma cuando queda sólo con la relación con él. Su
fantasía es actuada por Renaud: él se va. En su mente ella acepta la A la vivencia de aniquilación sigue en Renaud, al retomar su vínculo
separación, la libera del temor a la relación exdusiva y absorbente con con Genevieve, un reordenamiento de la simbiosis, y es entonces, al sen-
Renaud. Pero su cuerpo es el que manifiesta el vacíamier:.to, la '' an- tirse más protegido, cuando puede reconocer su estar al borde de la des-
gustia de la descompletad"; ahí fun ciona muy intensamente su vínculo trucción interna (" ... las moléculas potencialmente desintegradas, sobre
simbiótico y el cuerpo se impone: sale a buscarlo. el vacío esencial"), de la dispersión esquizofrénica, y es tan grande este
Lo encuentra en una esquina, ''tiene un rostro muerto, de completa peligro que no hay amor que lo salve. Renaud rechaza y huye de la vida
desesperación''. Al quedar sin su objeto protel)tcr, Renaud queda para- y mediante esta huida y este rechazo él salva su vida; la simbiosis es la
lizado en una esquina, con desesperación ; es el pánico de quedar a posibilidad de seguir viviendo en el mejor nivel que puede. Ya no se trata
merced de la muerte . No tiene posibilidad de deprimirse ni de activar de salvarse del todo, sino de no destruirse del todo.
defensas graduadas: la pérd,ida del. objeto protector con quien se ti:ene Esta destrucción total es la dispersión esquizofrénica, y con ello nos
i1,na relación masiva (aglutinada) es catastrófica; la p érdida del. objeto referimos a la disolución psicótica y no a la restitución eequizofrénica,
con tales características no puede ser elaborada en la posición depresiva que es ya un ordenamiento y una readecuación al medio 13 • El esta.do
y, por otra parte, el objeto perdido sobrepasa las características de un de las "moléculas potencialmente desintegradas" no corresponde todavía
objeto persecutorio que pueda ser maneja.do con las técnicas defensivas a la dispersión esquizofrénica sino a la aglutinación. La simbiosis, que
de la posición esquizo-paranoide. La reacción es de aniquilación y pánico. es, en última instancia, la inmovilización y control del objeto aglutinado,
Genevieve le implora que vuelva. Un diálogo muy sobrio y denso preserva de una fragmentación psicót1:ca destructiva, aniquilantc (Zers-
se desarrolla. entre ambos, en el que se tienta un a.cercamiento y una re- paltu.ng).
estructuración de la distribución de roles. Todo gira en el énfasis de que La dispersión es la característica de la esquizofrenia, mientras que
es ella y sólo ella quien necesita. que él regrese; el vinculo sólo puede ia aglutinación lo es de la epilepsia. ''En el esquizofrénico todo se diso-
restablecerse sobre la base de que es ella la única que recibe algo de la cia, todo se dispersa, todo se disgrega, mientras que en el epiléptico todo
relación. Renaud no puede aceptar nada dentro de él ni puede recibir se acumula, se condensa, se aglutina ... " 14 . Esta característica de la
nada de ella. Recibir algo implica para Renaud su voracidad destructiva epilepsia (aglutinación, viscosidad o glischroide) fue estudiada por F.
y revivir la culpa por la muerte de su madre: él ya la mató con su l\Iinkowski, y se corresponde con lo que denominamos el objeto aglutinado.
voracidad. Ya hemos subrayado antes de ahora el carácter accesional paroxís-
Renaud acepta regresar, pero antes pide de beber y se pone a hablar tico, brusco y masivo de las defensas cuando se pierde el vínculo protector
de sí mismo y del amor: ''el mortal no muere, sobrevive. Como se sobre- en la simbiosis, y ahora podemos subrayar la similitud de la sintomato-
vive a la bomba atómica, con el cuerpo totalmente irradiado y el alma logía. con la de la epilepsia (sobresalto, estremecimiento, escalofrío).
planeando sobre la faz del abismo de las .moléculas potencialmente desin-
tegradas, sobre el va.cío esencial''. "Ni el amor mismo protege." "El 13 Dleuler distinguió la "Spaltung" de la "Zerspaltung" y dice al respecto:
amor es una venda, todo el mundo lo sabe.'' "Spaltmig es la condición previa de la mayoría de !¡is manifestaciones complejas de
De esta manera, Renaud promueve en ella la necesidad de protegerlo la afección; confiere a toda la sintomatología su sello particular. Pero detrás de cst1i
Spaltung sistemática en complejos determinados de ideas, hemos encontrado anterior-
de la amenaza de la destrucción interna. Anotemos también, al pasar , mente un relajamiento primitivo de la armadura de las asociaciones, que puede lh•gur
el carácter metafísico de la angustia, al igual que la del adolescente y del hasta a una Zerspalt1mg (disgregación) no ordenada de productos tan fijoR corno
epiléptico. lo son los conceptos concretos. Al servirme del término esquizofrenia quiero alranitir
esos modos de Spaltmig que en sus efectos se confunden a menudo". (Citado por I~.
''Se pone a delirar siempre que se siente muy desgraciado y perdido. Minkowski: La Esq11·i zofrenia,) (En la edición inglesa dP.! libro de Bleulcr no fi¡¡11m
Como si la desesperación fuera para él un estupefaciente. Y en seguida la palabra Zerspa!tnng como tal, sino "an irregular fragmentation".) De ucuunlo
piensa en beber." La bebida, y luego una relación sexual compulsiva. t'O n la terminología que utilizamos en psicoanálisis, Spalt1mg corresponder\,\ n ltt 1't'H·

Cuando se siente desgraciado y perdido (al borde de una situación que titución esquizofrénica, mientras que Zerspaltmig a la disolución psicótica (el "rHtJL·
11 ido'', la fragmentación del objeto aglutinado).
lo aniquila), tiene que ''delirar'' y desesperarse (angustiarse), porque
14 E. Pichon Riviere: "Los dinamismos de la epilepsia". Revista de Psicoaná]iijiH,
el sentir angustia es sentirse con vida. A su vez, esta angustia la combate 1/III/1944.
66 JOSÉ BLEGER SD!BIOSIS Y AMBIGÜEDAD 67

.hit fe nómeno de la relación de objeto aglutinado lo encontramos en- ambos. La simbiosis encierra y es peligrosa porque cada uno lleva ahora
tonces no sólo en la i;imbiosis, sino también en la epilepsia, y además, dentro de sí un poco de vida y un poco de muerte.
como ya lo he inllicado, en el fenómeno de la reacción t erapéutica nega- "Estaba abrumada al Yer que nuestra historia se había convertido
tirn. Posiblemente, las diferencias entrl' estos distintos fenómenos estén en fisiología." Renaud bebía y estaba permanentemente ebrio. Genevieve
dadas, en parte, por nn monto distinto del núcleo psicótico o regresivo tenía asco, vómitos y cólicos hepáticos. Cada uno ·tenía que controlar e
implicado en el objeto aglutinado. inmovilizar la persecución interna. Parte del drama que antes se había
Todavía podl'mos agregar l[UE', con frecuencia. se describen en la no- jugado exclusivamente fuera, entre depositarios. ahora había sido intro-
vela las dificultades del despertar en Renaud, consistentes en una r esis- yectado y cada uno tenía que manejarlo dentro. Cada uno había introyec-
tencia a retomar contacto con f' l mmHlo real. Esto nos orientó a consi- tado, en la experiencia de la separación. un pequeño fragmento de la
derar que el dormirse se realiza no sólo por medio de una desconexión relación masiva y aglutinada de ob ,ieto que antes existía como exclusiva.
con el mundo real sino auemús eon una concentración o limitación del El motor de este aprendizaje había sido y seguirá siendo el miedo a
dnculo a un solo objeto. y por Ja perseveración en esta concentración. quedar encerrado dentro del otro. Y cada uno operaba con sus defensas
Estaríamos pues ante otro fenómeno en el que se da la relación de objeto internas en el nivel corporal.
aglutinado. Si Psto es así, nos exp licaría la facilitación de las manifes-
La relación sexual es ahora más compulsiva y rápida, más agresiYa:
tacionl's epil1;pticas qrn· produce el dormir. El mecanismo de la conden-
''Deslizó sus manos bajo mi falda y me acarició. Luego, me poseyó bru-
sación de los sneífos es también otro caso de relación con un objeto
talmente en la cocina, echada sobre la mesa, entre los platos sucios: quería
aglutinado. hundirme en la trivialidad de nuestra situación y obligarme a la escena.
En la saturación -ya no podía distinguir en él la saturación de la em-
FRAGMEXTACióN DEL OBJETO AGLUTINADO POR LA DIVERSIFICACióN briaguez latente- tenía métodos animales y se hacía más rápido, sin
DE LAS RELACIOXES OBJETALES
importarle ·nada de mi placer". La relación 'genital es también peligrosa
Drspnrs ck la relación sexua l sigue nn rfüí logo en el que habla fun- ahora, por su contaminación con la avidez oral de la que era un despla-
clamcntalnwntP H1•mnHl; t'.· l .m•t>pta a GPnPvien '. pero no sn amor, nin- zamiento (sobre la mesa y los platos sucios). por eso la relación sexual
gún amor. l:)i aceptara y reconociera el amor, destruiría al objeto como tiene un carácter contrafóbico. Además. se realiza en tal condición como
destruyó a su madre: ''Yo no he conoddo a iui madre; murió al darme para que pueda derh·ar en un altercado (una escena) que ponga ciertá
la vida. Demasiado tarde : era cosa hecha ". distancia entre ambos.
El vínculo simbiótico necesita ser controlado; amenaza permanente-
Esta posibilidad el e habla r es índice también de nn vínculo distinto
mente con encerrar, tragar y aniquilar. Tampoco puede ser disuelto, las
en ese mmi1e11to, y ahora puede verbaliznr cuando ;-·a ha experimentado
proyecciones son todavía masirns. "Cn pequefio fragmento de lo pro~~ec­
qne se puede sepnrar de Gt•nevihe y voh·er a r eunirse. La seguridad
tado había sido re-introyectado por cada uno, y mientras duraba la ela-
de que se rnwde separar y reencontrar es Ja v[iln1la que permite integrar la
boración interna de ese "fragmento", cada uno necesitaba del otro para
relación ta mbién sobre otro nivél mús evolucionado (el de la palabra),
ma ntener inmovilizados objetos masivos, aglutinados, aún no discri-
y la seguridad de que se lmedP r eunir es la garantía de que puede utilizar
minados.
la separal'ión. La palabra misma es una recuperación del objeto y un
control sobre el mismo. GeneYihe propone una transacción y compra un automóvil. Via-
Hehed10 el vínc ulo simbiótico, · (·ste ya no funciona ahora sobre . la jando ambos en él estarán juntos sin estar solos, estarán solos sin estar
estabil idad ele antes. Es un l'ncierro para ambos. Genevieve se defiende demasiado juntos. l~na transacción entre la agorafobia y la claustrofo-
de esta ansiedad l' laustrofóbica _l'o n una diYii;ión: ''Habrá, pues, dos Ge- bia. Cuando van a comprar el coche, todavía se reparten los roles claus-
nevihe: la señorita Le Theil; uu foso abierto t!Oll un "bulldozer"; y la trofóbico y agorafóbico: Renaud quería un Voisin 1935, "una especie de
querida de Snrti. Las dos no se conocen; se desprecian mutuamente; 11taúd. con floreros y un aspecto que hacía pensar en Xosferatu el Vam-
r euiegnn la uun ele la otra. "Soy una nrdadera muj er", clice una de piro. Lo saqué de allí horripilada . La idea de andar por las calles con
ellas. Y ln otra: "Pres una obsesa sexual". nquel catafalco que tanto lo seducía me causaba e5calofríos." Genedhe
C' iige una "golondrina a pleno cielo" y Renaud ~e niega a aceptar esta
Henand ahora ya no lHll'lll' ¡¡uedar encerrado: sale constantemente '' vid riera ambulante en la que ha~- que pasearse casi desnudo, como un
a bebt'r . ~\.m bos han heeho un cierto aprendizaje en la ruptura y r e- <·rnstáceo paguro sin su concha". "Henaud me dijo que, a decir verdad,
estructurae ión del Yínculo. Algo se ha movido en ambos y los roles ya ll' gustaría un coche. a eonclición de que se pudiera amar y dormir dentro
no piwdeu ser ta;1 definitinnnente disociados; hay en cada uno ahora un de ~ l y de que tuviera ventanas que se pudieran cerrar; mejor aún. que
cierto \"Ínc ulo cpnsigo mismo y dentro de sí. Y la claustrofobia es para no tuviera cristal alguno; el que anduviera o no, era cosa secundaria.''
68 JOSÉ BLEGER
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 69

Juntos salían al campo en coche, pero todo se reducía a beber y man- o su fantasma. Sé lógica. Hazme volver al vientre de mi madre". Re-
tener relaciones sexuales; Genevieve lo acompaña a bares y tabernas. naud sabe que no es el alcohol, que si no bebe se encuentra con su
''Para restablecer el equilibrio mezclé a Renaud con mis propios amigos fantasma, que la bebida apacigua al perseguidor interno en el área del
y organicé pequeñas fiestas en casa ... Pero Renaud dio a estas fiestas cuerpo. Que no hay nada que pueda devolverlo al vientre de su madre
un tono que me hizo lamentar la iniciativa.'' El salir y la relación con y, por lo tanto, que tiene que admitir a su madre como definitivamente
la gente era la lucha contrafóbica asumida. por Genevieve; el anular la perdida y que ya no la puede recuperar. Tampoco en la relación con
iniciativa era la lucha contra la agorafobia asumida por He 1rnud. Genevieve, porque la simbiosis no es una regresión a la vida intrauterina,
El contacto con la gente incluye también un adelanto en el apren- aunque la fantasía sea ésa, como protección de los peligros de destrucción.
dizaje y en la evolución de la simbiosis; implica el intento de diversif1:car La simbiosis no reedita, no realiza, la fantasía de una protección extrema
las relaciones ob,ietales y fragmentar la relación masiva y aglut-i?iada con como la que se supone en la vida intrauterina. Que, inclusive el sentirse
un objeto único, exclusivo. incondicionalmente protegido por Genevieve, le ha hecho sentir que él
En esta lucha por un equilibrio estable del vínculo o - por lo menos- es malo y destructivo.
no peligroso, la sexualidad vuelve a jugar un rol muy importante junto "Eres tonta. 'Tonta e inútil. Todos estamos perdidos." Renaud
con la agresión. Renaud obliga a Genevieve a episodios exhibicionistas, toma insight de sus ob,ietos destruidos y de que no sólo él está contami-
especialmente a mostrar sus pechos en los bares y tabernas; ''me dedi- nado sino ella también; pero Genevieve no lo sabe y por eso es tonta.
qué a excesos exhibicionistas como los que a él le gnstaban y también Está contaminado también todo lo que Renaud puso en ella para preservar.
puse en ellos algo de mi propia cosecha ' '. Luego, por inducción activa "Estoy solo, solo. Solo en el mundo. No hay relación alguna, es
de Renaud, participa en los juegos sexuales con una homosexual. La manifiesto. Estoy solo.'' ' 'Si pudiera vivir. . . ¿Quién sabe Y'' ''Pero,
actuación psicopática libra de tensiones muy destructivas las relaciones &cómo 1" " Tal es la cuestión. Cómo vivir. Todo estriba en eso. La
entre Renaud y Genevieve. Renaud es también progresivamente más vida. . . En el fondo, me gustaría, estoy convencido de ello. Si tienes
agresivo con ella, y Genevieve cada vez más pasiva y sometida. una idea."
Al fracasar la relación genital en el control de la simbiosis, se ha Después de este diálogo, Renaud se va. Él ha tomado cierto insight
activado la fase perverso··polimorfa, que juega ahora un papel muy im- de su enfermedad. Por la conducta de Genevieve ha aprendido que su
portante en la fragmentación de la relación aglutina.Ja y en la diversi- frustración y su falta de placer para vivir no procede de que no se le
ficación de vínculos. La fase perverso-polimorfa prepara así la posibilidad esté dando, sino de sus condiciones internas, de su ideal irrealizable de
de separarse tanto como la de reestructurar el víncalo en un nivel ulte- protección extrema dentro del cuerr•o de otro, como un volver al vientre
riormente más integrado. La fase perverso-polimorfa, a.l div ersificar los de su madre y recuperarla viva. Él. exigió y exigió cada vez más a Ge-
vínculos .• fragm enta el objeto aghdinado y permite ulteriormente la en- nevieve, a la espera de que ella lo frustrase, y entonces poder atribuir
trada en la posición depresiva (por un previo pasaje por la posición su desgracia a las frustraciones externas. Genevieve es ahora peligrosa,
esquizoparanoide). lo ha hecho sentirse enfermo, lo ha hecho sentir el peligro de su voracidad.
Para preservarla y preservarse, para que no se destruyan ambos, él se
LA SEPARACióN va; se tienen que separar.
"l1111entras yo le sacrificaba todo, él continuaba hundiéndose, como Genevieve queda en crisis; su intento de reparación ha fracasado
si yo no le sacrificara nada.' ' Sacrificar todo, someterse a todas las exi- y acepta separarse de Renaud : ''Que se fuera: era algo que estaba final-
gencias, para hacerle llegar o para hacerle sentir a Renaud que ella tenía mente por encima de mis fuerzas, algo totalmente incomprensible para
amor para él. Henauu exigía y exigía, como una forma de demostrar que mí. Lo único que comprendía era que no me quería y que mi impotencia
no hay nada para él ni para nadie. Ninguno de los dos encuentra era total. Hubiera necesitado ser sobrehumana y no lo era". Esto es lo
sosiego, tampoco en la agresión ni en la promiscuidad. que aprendió Genevieve en el vínculo con Renaud. Que ella no podía
Sin embargo, en este proceso de desequilibrio del vínculo simbiótico, r<lparar su objetos destruidos y muertos. "Tonta e inútil" son las pala·
llega un momento en que Henaud toma un cierto insight, y por primera bras .de Renaud que más le afectan. ''Con esta fras-a, R.enaud me había
vez se queja: "Me siento mal." "Decir, no se dice nada. Nunca. No rechazado, anula.do, aniquilado.'' Ella tenía que haeerse cargo de su
se explica. Basta verlo. O no verlo. ~Eres buena. Pero me siento mal. propia destrucción interna y de lo inoperante de su fantasía omnipotente
En definitiva, nada puedes. No sirves para nada.'' Genevieve le pide do revivir sus objetos muertos.
que haga un tratamiento, que se desintoxique del alcohol. Y Renaud Bebe como R.enaud, tose, tiene temperatura. Llama a Alex, el médico
contesta: "Como si la causa fuera el alcohol: se lo quitamos al tipo y c¡uu quedó en e~ consultorio que nntes había sido de su padre. Es inter-
asunto acabado. AY qué se encuentra al final 1 Un tipo que va a beber no.da en un hosplt11l de tuberculosos. 'l'iene tiempo para dejar un men-
íO JOSÉ BLEGER SDIIl!OSIS Y AMBIGÜEDAD 71

saje a Renaud con un cheque "para el billete del tren y la subsistencia Genevieve es nuevamente quien tiene que cuidarlo; Renaud, dado a
de varios días". la bebida, a la inercia, empieza a sufrir de anginas, reumatismo, saba-
Se. han separado. ''Lo que me fastidia es que nos dirigimos hacia ñones, polineuritis. Cuando se siente afectirnmente ligado a GeneYihe,
cementerios diferentes.'' Hay una nostalgia por Renaud y ha dejado trata de romper el círcul.o fóbico con la agresión y la compulsión sexual.
una carta, un vínclllo para posibilitar el rencuentro. La tuberculosis es Alex, el médico que ha curado a Genevieve, signe de cerca a la pareja
la fijación .en el cuerpo de la psicosis; ''valía mÍls que ~'º hubiera caído y es él quien comprende el conflicto en que se debate Renaud 15 :
enferma; de otro modo me hubiera vuelto loca". ''A esta clase de tipos, cuando les llega el amor, aman como ninguno.
Ambos han hecho un aprendizaje en el vínculo simbiótico y es este Tal vez eso lo sal ve".
mismo aprendizaje el que les ha posibilitado la separación. El afecto tiene también el carácter de masivo, tanto como la agresión.
Y pasa, de uno a otro, en forma abrupta, sin gradación ni transiciones.
RESUMEN DEL CURSO ULTERIOR DE LA SIMBIOSIS Por ese carácter masivo el afecto es también peligroso; encierra y asfixia.
El otro peligro es que, aparecido el amor, en el desbloqueo no se puede
La segunda parte del relato comienza describiendo a Genevieve en controlar la aparición súbita y peligrosa ele la agresión. Agresión y amor
el sanatorio; ha enfermado de tuberculosis en lugar ele la aparición de son así extremos excluyentes entre sí y masivos, ambos peligrosos y uti-
un episodio psicótico. EstÍl deprimida (depresión esquizoicle), dispuesta a lizados cada uno de ellos alternativamente como defensa frente al otro.
morir, y ha hecho ya su testamento. Espera la muerte. El temor a perderla hace fantasear a Henaud en casarse con Gene-
"El mundo ... Lo odiaba y no me qaba pena alguna abandonarlo. vieve, y lo dice; después de esto comienza, como defensa, una fuerte y
Esperaba apaciblemente, pacificada del todo. el término de este inútil sorda hostilidad contra ella 16 :
viaje. lVIi vida no había significado nada." "Valía más que yo hubiera "Era preciso que me ajustara a la situación: iba a ser maltratada
caído enferma; de otro modo, me hubiera vuelto loca.'' por un período de duración imprecisa, hasta que Henaud hubiera dige-
Un día se encuentra con Renaud a su lado, hablándole; él ha hech~ rido sus bondades.''
todo lo posible para reencontrarla , hasta _ha wndido un cajón de whi;ky Surge ahora entre ambos un nuevo personaje que trae cierto equili-
en lugar de consumirlo, para disponer de dinero para el viaje. En la se- brio en la relación: Rafaele, una mujer ''que parecía una hermana de
paración él ha tomado cierto insight del carácter del vínculo entre ambos, Renaud". Genevieve cumple el rol de una madre para ambos, que jue-
y en cierta ·medida ahora se invierten los roles: es él quien hace todo gan como hermanos en juegos muy infantiles o, más bien, de pre-púberes:
lo posible para que Genevihe no muera ~- admite que ella le es neces.aria ''Disponían de códigos e indicadores en mutación perpetua. Ca11-
para seguir viviendo. (Los roles sori relativamente fijos como tales, pero saban como cansan los niños". "En seguida, se constituye una familia
han cambiado sus depositarios.) y unos nacimientos míticos."
''Además, estoy harto de que no vengas a buscarme. . . Así, pues, Amparado por Genevieve, Renaud hace un nuevo aprendizaje con
fui yo quien· esta vez anduvo de bar en bar, buscándote, buscándote para
Rafaele, por quien no se siente exigido. Deja de beber, está activo y aun
b1.tscarm e. Estaba rabioso contra ti. Eras una traidora y te odiaba. Era casi
canta en el cuarto de baño.
el amor. " "No era tan completo como creía serlo, me había dejado atrapar
por una dependencia , me había debilitado. Había en mí también un niño
15 En este momento los roles se han distr!buido entre más participantes, porque
perdido. . . El hecho era que tu abandono me hacía sufrir . . . " el rol de observación (rol h ipocondríaco) ~s ahorn aRnmido por el mPdico, Alex.
Alimentada ahora con su afecto. Genevieve mejora, y cuidada por 16 La utilización del incrcm~nto de la persecución, de la agresión y del trauma-
Renaud puede salir del sanatorio. Cuando r ecomienzan la vida en común. tismo, para evitar la fusión y pérdida do límit~s - pérdida de la personificación- es
en ocasión de la primera relación sexual que mantienen después de la muy frecuente. Lo he señalado en la paciente María Cristina, estudiada en e\ capítulo
anterior, y fue también seiíalado por M. Mahler cm su8 pacientes. Roscnfeld, a raíz
salida del sanatorio, vuelve· a reaparecer el fantasma de la destrucción. de la frecuente pérdida de identidad de los esquizofrénicos, cita el caso de U!J paciente
Dice Renaud: que tenía suma dificultad en diferenciarse de su analista y soñó que un profesor
"O yo soy tu ruina o tú eres la mía. Así es el amor humano." alemán montado en una motocicleta trataba de dividirse a sí mismo en dos, chocando
Es esta presencia nuevamente entre ambos, de los peligros de la contra un poste. El di\-idirs<• en dos era para separar~c ilPl ana li~ta cou quien se sentía
confundido; el a nalista era de origen germano y el paciente acababa de solicitar una
destrucción, lo que los lleva a múltiples relaciones. a la promiscuidad cátedra. Minkowski se refiere también a los esquizofrénicos que se quejan de no
sexual, y a Sarti al alcohol como manera de diversificar los vínculos y poder sentir y tratan de procurarsP. por actos violentos y a veces peligrosos esas sen-
tratar de aminorar los riesgol' de la destrucción para ambos. saciones que les faltan. Cesio ha descrito el mismo frnómeno en la reacción terapéutica.
negativa en que la disociación analista-paciente puede ser lograda con un uccid<lntc.
"No saben qué duro es vivir entre ustedes para un hombre de mi La agresión serviría tanto para. separar como para unir, respccth·nnu..·ntP, o.n lo:' ea~o ~
época. Bebo únicamente porque no puedo matar a todo el mundo.'' de fu~ión con el objeto y de disociación o separación respecto de él.
72 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 73

Genevieve es advertida por una amiga de los peligros de esa relación humana, a esa porquería de especie humana no acabada ... Soy un aborto
entre Renaud y Rafaele. Genevieve tiene una lipotimia ante el riesgo de la naturaleza .. . Pero estoy harto de la vida de .feto. Quiero ser sólo
de volver a perder a Renaud. Desde ese momento, el peligro de la enfer- un hombre. . . Ayúdame, tú que sabes cómo funciona eso. Ayúdame a
medad de Genevieve reaparece para Renaud y él reacciona ante el temor vivir. Oblígame a vivir."
de que ella lo abandone, enferme o muera. Ahora es él quien refuerza Renaud es internado. Se separan; antes se han casado.
el vínculo entre ambos y exige su permanente presencia junto a él para ''Me hizo un saludo con la mano y dejó atrás la puerta de hierro.
no caer en la depresión. Su vínculo con Rafaele era posible a condición "Estab11; pálido. Sabía que no iba a volver."
de tener inmovilizada la relación simbiótica con Genevieve; si ésta corre
peligro, tiene que reasegurarla. Puede jugar con Rafaele de igual forma EP1:LOGO
que un chico puede jugar: mientras está seguro que puede volver a
encontrar a su madre. Pero el vínculo con Genevieve !!in Rafaele tam- Renaud ha llegado en la simbiosis -por ella y por su ruptura- a
bién es peligroso : la conciencia de enfermedad y al deseo de curar y vivir, con la consiguien-
"Quiero dormir-morir, y para esto, el mejor sistema es una mujer. te internación; para ello ha pasado por un gradual y progresivo desmo-
El amor es una eutanasia. Méceme, devuélveme al seno de mi madre. En ronamiento de sus defensas, de su control, de su dependencia y de su
otras palabras, ámame. Tanto peor.'' inmovilización.
Separado de Rafaele, Renaud vuelve a la inercia y a la bebida y al Genevieve no hace insight de enfermedad; evitó la psicosis, en una
círculo de sentirse encerrado por el afecto y romperlo con la agresión oportunidad, enfermando de tuberculosis y posteriormente con un em-
y la compulsión sexual, para volver a empezar buscando la relaeión afec- barazo como acting out.
tiva y el acercamiento. Fantasea con escribir novelas policiales en cuyos Ambos han hecho un aprendizaje en la evolución de la simbiosis, y
argumentos se trasluce su vivencia de estar enloqueciendo (fracaso de la Renaud -el miís enfermo en lo manifiesto- es el que ha hecho el mayor
aglutinación y consiguiente disolución psicótica). Por un ataque de neu- aprendizaje e insight.
ritis accede a -visitar al médico, aunque luego no sigue ninguna pres-
cripción. RESUMEN Y CONCLUS'10NES
Coincidiendo con este proceso de reactivación psicótica en Renaud,
y ante su desmoronamiento visible, Genevieve fantasea con tener un hijo: Se hace un estudio de la relación simbiótica en la novela de Ch.
Rochefort: ''El reposo del guerrero''. Se verifican y corroboran con-
''Tal vez era el secreto deseo de comenzar de nuevo con un Renaud
clusiones del trabajo anterior y se aporta el estudio del papel de la ac-
en el cero y, en s11ma, lograr su rescate por otro camino, si yo fracasaba
tuación psicopática, la relación sexual, la hipocondría, la palabra y el
en éste. . . Y así, aunque Renaud ine abandonara un día, no me aban- fenómeno de la metamorfosis en el establecimiento y regulación del
donaría por completo.''
vínculo simbiótico.
Genevieve queda embarazada y trata de inmovilizarse para no dañar Por los fenómenos estudiados y sus características se concluye en
a su hi jo, reproduciendo ya con éste las actitudes que había tenido con que la simbiosis es un vínculo con un objeto aglutinado cuya caracterís-
R€naud. Se sentía un simple receptáculo, nn portador, y trataba de man- tica fundamental es la de no poseer discriminación ni diferenciación en
tenerse Jo más inmóvil posible para no dañar a su hijo. Y en esto en- los elementos de su estructura, de tal manera que su movilización se hace
cuentra paz. en bloque, provocando ansiedad de tmrácter catastrófico y actuación de
Mientras, Renaud empeoraba como reacción al abandono y se deba- defensas muy primitivas como la disociación, proyección e inmovilización
tía en una perman.ente contradicción entre protestar que se sentía solo que actúan también en forma intensa, masiva, accesional.
e implorar que no lo deje. La simbiosis es así una rela.ción en la que se mantiene inmovilizado y
"Renaud vivía con miedo. . . Ya no se rebelaba con altanería. Al controlado un objeto aglutinado. La relación de dependencia en la sim-
contrario. decía humiklt'mi!ntc que yü tenía razón y que, si pudiera, biosis se caracteriza por una interdependencia grupal en la que se reconocen
obedecería.'' roles fijos y complementarios pero indiferenciación de los depositarios de
En m{.~momc:oto en que Henand la ag·rede, Genevieve, por defender estos roles; los roles pueden rotar o alternar también moviéndose en
su embarazo, lo echa. H.enaud implora su cuidado y llora. Se ha derrum- bloque en una redistribución.
barlo ~u omnipotencia: La elaboración del objeto aglutinado sólo puede hacerse por "frag-
"J_,o que ha pasado es que me he creído un <lioo y que bebo para mentos", en una lenta diseriminMión que se hace por unR. divel"sifieació.n
seguir en esta creencia. '' '' Quforo pertenecer finalmente a la especie de vínculos y por reactivación de la etapa perverso-polimorfa.
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 75
í4 JOf<É BLEGER

Koolhaas, G. : "El origen psicótico de las neurosis". Montevideo, Revista Uruguaya de


Se postula <1ue el YÍncnlo con un objeto aglutinado se da en otros Psicoanálisis, vol. II, 4, 1958. .. . . .
fenómenos además de la simbiosis: rn la epilepsia, bloqueos afectiYos Liberman, D.: "Identificación proyectiva y .conflicto matrimonial". '. Buenos Aires,
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tinado de los pro<:esos de 8paltung ~- Ze1'spaltung (Bleuler), disociación Merlean Ponty, M.: Las rnlaciones del ni1io con los otros. Córdoba, Facultad de Filo·
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tegrantes, pero tampoco es confuso aunque por su movilización es el agente depresiva" . Buenos Aires, Revista de Psicoanálisis, vol. XV, 1958.
que confunde al invadir el yo. Pichon Riviere, E.: "Lo siniestro en la vida y la obra del conde de Lautréamont".
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Latinoamericano, 1958.
de aniquilación total , deletérea, ansiedades catastróficas y defensas pri- Riviere, J.: "Contribución al análisis de la reacción terapéutica negativa". Buenos
mitivas como la disociación, proyección e inmovilización, que funcionan Aires, Revista de Psicoanálisis, vol. VII, 1949/50.
al máximo en intensidad y masividad. La posición glischro-cárica es el Rosenfeld, H.: "Nota sobre la psicopatología de los estados confusionales en esquizo·
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- Las emociones básfoa.s del hombre. Buenos Aires, Nova, 1960.
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 77

En la presente comunicación intento señalar, sucintamente, cómo el


estudio de la transferencia en el análisis de psicóticos y el estudio de
la simbiosis me ha llevado a dar gran importancia y validez a esta afir-
mación de M. Klein, que ella no ha desarrollado sistemáticamente y
cómo he llegado además a sugerir una hipótesis de trabajo que -según
creo- amplía la comprensión de un grupo de fenómenos.
He arribado a la conclusión que lo que caracteriza la transferencia
CAPÍTULO III psicótica no es otra cosa que su cualidad simbiótica y que -en cierta
medida- esta última se encuentra en todo análisis. Centrando así el
MODALIDADES DE LA RELACION OBJETAL estudio en el fenómeno de la simbiosis observé que la relación objetal de
la misma no tiene las características que en rigor se reconocen para el
objeto pareial ni para el objeto total. La simbiosis incluye la dinámica de
En el desarrollo y profundización de la obra de Freud, M. Klein ha un objeto de características muy complejas en el cual hay partes buenas
aportado el descubrimiento de la existencia de dos posiciones b:ísicas que y malas sin discriminación ni diferenciación entre sí; sin discriminación
corresponden a dos modalidades distintas -aunque dinámicas y coexis- de las partes del yo implicadas en todas esas experiencias, es decir, una
tentes- en que se organiza y se estructura la conducta: las posiciones falta de delimitación y discriminación entre yo y no-yo, entre lo interno
esquizoparanoide y depresiva. A cada una de estas posiciones correspon- y lo externo. Este objeto presenta además la característica de que su
den ansiedades, objetos y defensas típicas. movilización se hace en bloque de tal manera que promueve en el yo más
En cuanto a la relación objetal, en la posición esquizoparanoide -que integrado ansiedades extremas y masivas (catastróficas, confusionales),
se extiende durante los tres o cuatro primeros meses de vida- predomina frente a las que solamente actúan las defensas más primitivas. Por todas
la relación de objeto parcial, mientras que en la posición depresiva la estas características lo he denominado Objeto agl~dinado.
relación es con un objeto total. Es decir que, en la primera, las expe- Relacionando los fenómenos simbióticos que he estudiado con la más
riencias de gratificación y frustración son percibidas y mantenidas por temprana relación simbiótica madre-niño, he sugerido que la relación
separado como corresponfiientes a dos objetos totalmente distintos (bue- con un objeto aglutinado es un remanente de las más primitivas experien-
no y malo) . cias y que esto constituye la parte psicótica de la personalidad. De esta
El reconocimiento de estas dos posiciones no ha hecho sin embargo manera, el objeto aglutinado implica una parte no diferenciada ni dis-
que M. K!ein incurriera en un esquematismo simplista, aportando elfo criminada del yo del sujeto tanto como de la realidad exterior; un con-
misma elemen~os que permiten una indagación y una problematización glomerado de una gran cantidad de experiencias frustrantes y gratifi-
de sus propias hipótesis. Así, no obstante postular que el mundo del
cadoras de distintos momentos e intensidades· d.el comienzo de la vida del
niño se construye o integra a partir de elementos o experiencias aisladas
entre sí (objetos parciales), afirma en su trabajo "Algunas conclusiones lactante, en todas las etapas del desarrollo (oral, genital, anal), con una
teóricas sobre la vida emocional del niño" ( 1952) que "hay fundamen- falta de estratificación y secuencia entre ·las mismas, con muy variados
tos para suponer que en la mente del niño aún durante los tres o cuatro aspectos de la realidad exterior, cada una con un pequeño núcleo del yo,
primeros meses de vida el ob}efo bueno y malo no se diferencian total- pero todo aglutinado, no diferenciado ni discriminado. Un remanente
mente el imo del otro"*. El pecho de Ja madre tanto en su aspecto bueno de esta primitiva formación aglutinada subsiste en todos y de su ampli-
como malo parece fundirse para él con la presencia corporal de la madre tud depende el déficit en la personificación, sentido de realidad, senti-
y 1a relación con ella como persona se Ya construyendo gr:idua.lmente a miento de identidad, esquema corporal, procesos que van siempre ligados
partir de ese momento" 1 . entre sí.
De esta manera, desarrollamos y valoramos indicaciones de M. Klein,
""" E l subraya.do ü;j m?o.
que, como la transcripta al comienzo, parecen diferir con las caracterís-
1 Fairbairll en "Observn.cione~ sob1·e fa. n.atarale7.a do los cuadros histñricos" ticas del objeto parcial que l\'I. Klein admitió para la posieión esquizo-
( 1954) dicH también aí r sspecto (y modificando puntos de vista previos) que: "La
difcnmciación de objet.rn1 en lm.,no~ y malos sólo surge de~pnés que el objeto or.iginal paranoide. Encontramos también sugerencias muy concretas de lo que
preambivalonte ha si<lo intreoj~ectado" _; iib, diferenciación en objeto bu ~no y malo es afirmamos, en pasajes aislados de autores anteriores a M. Klein, tal como
1~fcetun.da a través dH ht tlivh;ión de un ebjeto hiterr:.aUzado que \~n primera instan- fi'enichel, quien al referirse a las primeras percepciones del lactante dice
r.ia no ef' ni bu0no 1ü 1uaia, pcr~.> c·m. a1gunn rnedjda i::;í uinsatisfactorio" y que s0Jan1ente
de hace verdadera.mente ambivalente después <le ia. introyecd.ón".
que en ellas "los objetos no son necesariamente distinguidos en forma
nota uno del otro, o del yo, o bien partes del yo. Las primeras imágenes
78 JO S 'É BLE GE R SIMBIOSIS Y AMBIGl;EDAD. 79

son muy amplias en extensióii, abarcándolo todo, e inexactas. Xo se com- extremas, poderosas y masivas por lit gran debilidad y falta de cohesión
ponen de elementos que luego .han ele ser reunidos sino de unidades con- del yo y porque éste se Ye amenazado masivamente por un núcleo aglu-
juntas, en los que sólo más tarde se reconoce que contiene diferentes ele- tinado, no discriminado y que se mueve en bloque; son ansiedades confu-
mentos. No sólo se mantient>n inseparadas la percep<~ión y la motilidad. sionales y frente a ellas las defensas son primitivas y violentas: la diso-
sino que se superpone mutuamerite las percepciones correspondientes a ciación y proyección. Estas defensas se utilizan también en la posición
muchos órganos de los sentidos. Predominan los sentidos más primitiYos, esquizoparanoide pero son más graduadas y menos violentas. Son defen-
especialmente las sensaciones kinestésicas y los datos de la sensibilidad sas primitivas porque son las únicas que pueden actuar antes de que se
profunda (sensaciones propioceptirns) ". En esto coinciden también es- haya discriminado objeto bueno y malo, yo y no-yo, mientras que las
tudios de autores no psicoanalíticos que como \Yallon han sugerido el neurosis infantiles se estructuran con técnicas defensivas (fóbica, histé-
nombre de sincretismo para este tipo de relación primitirn. rica, obsesiYa, paranoide). que sólo pueden actuar sobre objetos parciales
Creo, por tanto, que en los primeros o más tempranos monu'1ltos del bien discriminados, es decir, sobre una previa diYisión esquizoi:de: Postulo
desarrollo no existen objetos parciales (buenos y malos). ~- que la deli- que esta posición glischro-cárica constituye el pnn.to - de fijación de la
mitación y diferenciación ele elementos aislados se obtiene progresirn y epilepsia y epileptoidías 3 . '
paulatinamente a partir de una disociación y discriminación operada
dentro del objeto aglutinado, proceso que también comienza a actuar desde
el primer momento de la vida. Queda, sin embargo, siempre una porción "'
muy variada del objeto aglutinado en el cual no se ha producido la di-
visión esquizoide. l\I. Klein ha estudiado algunas interfereneias en la La clínica del ·núcleo aglutinado deriva de tres circunstancias y en
disociación de objeto bueno y malo y las atribuye a la envidia excesirn, todas ellas lo fundamental está dado, no sólo por el destino del núcleo
expresión ele los impulsos destructivos. Dentro dt>I objeto aglutinado no aglutinado, sino además, por su relación con el yo más integrado de la
hay, en rigor, wrdadera relación objeta! entre los objetos y nÍH•leos del personalidad. Esquemáticamente podemos reconocer 4 :
yo en él incluidos, sino una Yerdaclera " identifiu1eión primaria" sPgún l. Control del núcleo aglutinado. El yo sano o más integrado nece-
la denominación de Fairbail:n para aquellos estados en los cuales no ha sita tener inn10vilizado el núcleo aglutinado; el evitar la reintroyección
ocurrido una diferenciación entre rl objeto y Ja parte del yo eon a vin- es la defensa fundamental para preserrnr el yo más integrado (la parte
culado. Por ello, me parece ahora prefrrible hablar de Xúclco aglutinado no psicótica de la personalidad). La excesiva aglutinación y la falta
y no de objeto aglutinado eomo lo hice hasta ahora. básica de discriminación impide una reintroyección gradual y fracciona-
Por todo ello, he sugerido también la existencia mny precoz de una da . .El control se logra con:
posición anterior a la esquizoparanoide t¡ue he llamado Clischru-cúrica
a) Simbiosis: se desarrollan técnicas para el control del depositario;
( Glischros: dscoso; Karion: núcleo) cuya extensión o predominio en el
tiempo tanto como en el período iutra y extrauterino me resulta en la b) Bloqueo afectivo;
actualidad imposible ele fijar. En ella es donde se diferencian paulati- e) Hipocondría: que es la utilización del cuerpo como "buffer".
namente los núcleos del yo y los objetos parciales; t>S decir. la posición Incluidas las enfermedades psicosomáticas (los · vínculos más pri-
E'squizoparanoide se forma a partir o a expensas de la posiciiín glischro- mitivos son los corporales) ;
cárica, por medio de una gradual discriminación en per¡ueños fragmentos
del núcleo aglutinado ("Spaltung" de Bleuler t> '·Disociación" de Bion), d) Reproyección violenta y masiva.
que se logra con dos tl>cnicas fundamentales: la diw•rsificación dt> Yíncu-
los con otros objetos y la din•rsificac·ión dt' eontados con el mismo objeto,
3 En la discusión de mi trabajo "Estudio de la dt•pendencia·independcncin en su
dependiendo ambas cosas ca gran mrdida del proceso de ¡naduración.
relación con <'l proceso <le proyección-introyeceión'', presentado en la A.P.A., en abril
:\fnchas de las caradPrístieas que :\I. Klein describe para los estadíos más de 1960, <'l Dr. Enrique J. Pichon Ri>ierf' sug·irió la cxi,tencia de una tercr.rn posición
tpmpranos de la posición L•squizoparanoide creemos corresponden más es- n<l"mo'.ts dr la csquizoparanoide y dt'presiva, la que sería el punto de fijadón <le la
trictamente a la posieión g-lisduu-eúrica 2 • En ésta las ansiedades son o•p ilepsia. En el estudio sobre Simbiosis he aniba<lo a la misma conclusión.
4 En un trabajo posterior (1964), "Simbiosis, psieopatía y manía" (publicado
1· 11 : Raseovsky y Liberman: Manía y Psicopatía, Paidós. Buenos Aires, 1!)66), se
" En una l'<'Un1on ci<'lltífica <le l::t A.P ..-\.., en la que pr<''<'nté mi trabajo "::;im· 1•nco1¡trará expuesto el rol jugado por la psicopatía, melancolía y manía como meca-
biosis" (aliril Hl61) . ~l Dr. Lil•c•nnan ha sug<'rido que la posición glischrcH(trka podría n lw'lOs normales en el curso del desarrollo y en la eYolución de la etapa (y posición)
en r<'nli<lad St'r una morlalida rl de> la posición l•squizoparanoide y no una po>ición ex· ~ ll H~ hro· cftri ca n la etapa (y posición) esquizoparanoide, así corno las perturlJae,ionrs
1•Iu~in1 ta1 <'Orno yo la presrntu. do· es te ilesarrollo.
JOSÉ BLEGER
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 81
80

2. Pérdida del control del, núcleo aglutinado e invasión masiva del yo. Addenda: En el trabajo posterior (1964) ya eitado, presenté el si-
guiente cuadro que señala las características de la posición glischro-cárica,
a) Pródromos: Insomnio. Intensificación de la observación y control. en comparación con las de la posición esquizoparanoide y depresiva.
Otros síntomas son el "suspenso" y la perplejidad;
b) Defensas accesionales del yo: Refuerzo de la disociación entre el
yo más integrado y el núcleo aglutinado: ausencias y lipotimias;
descargas epilépticas; epileptoidía; sobresalto, escalofrío, estre-
Posición 1 Ansiedad !Objeto lDefensas
Punto de
fijación

Total Psicosis
mecimiento, etc. ; \ DEPRESIVA Depresiva (Ambiva- Maníacas Maníaco-
c) Invasión del yo más integrado: Se pueden producir fenómenos lente) Depresiva
muy variados y entre ellos, el aniquilamiento del yo (pérdida de ESQUIZOPA- Parcial Esquizofrenia
su integración), pánico, todos los grados de estrechamiento de la Paranoide División
RANOIDE (Divalente) Epilepsia,
conciencia: confusión, obnubilación, estado crepuscular.
Núcleo Clivaje,
3. Disgregación psicótica. Según este desarrollo y mi comprensión GLISCHRO- Inmovilización, Estados
Confusional Aglutinado cºonfusionales
CÁRIOA Fragmenta-
actual del terna, pueden existir dos tipos extremos de disolución psicótica, (Ambiguo)
ción "
que seguramente se dan siempre combinados en medidas variadas :
a) Desintegración del yo más integrado tal como hemos visto más
arriba (2.c) al ser invadido por el núcleo aglutinado. Corres- BIBLIOGRAF1A
ponderían a él -entre otras co1:ms- las psicosis graves descrip-
Baranger, M.: "Asimilación y encapsulamiento_ Estudio de los objetos idealizados".
tas po1· Maus como esquizocarias. Montevideo, Revista Ur11guaya de Psicoa1'álisis, vol. XI, 1956. .
b) Pérdida de la aglutinación y dispersión del núcieo aglutinado Bleger, Lily S., Bleger, J.: "Consideraciones sobre algunas psicosis en la adolescencia".
(la p:c:,rte psicótiea de ht personalidad), que corresponde a lo que M. del Plata, Segundo Congreso Llrg. de Psiquiatría, 1960.
Fairbairn, R.: ''A revised psychopathology of the psychoses and psychoneuroscs". En:
Bleuler llamó "Zerspaltung" y Bion "Splitting". Coincide con Psychoanalytio Study of the Personality. Londres, Tavistock Pub., 1952. (Hay
un eierto grado de r egresión del Yo más integrado. La psicosis versión castellana: Estudio psicoanalítico de la personalidad. Buenos Aires, Hor-
puede aquí ser un paso previo para la discriminación que no se mé, 1966.)
realizó normalmente en el curso del desarrollo y llevar a la cura- - "Observations on the nature of hysterical states" Brit. J. of Med. Psychol., vol.
XXVII, 3. 1954-
ción con un enriquecimiento de la personalidad, tal como lo ha Fenichel, O. : Teoría psicoanalítica de las neurosis. Buenos Aires, Paidós, 1966.
descripto French y Kasanin para algunas psicosis y nosotros lo French,, T. M., Kasanin, J.: "Un estudio p2icodinámico de la recuperación de dos casos
hemos también comprobado ulteriormente, parangonándolas con la de esquizofrenia". Buenos Aires, Revista de Psicoanálisis, vol. I, 4. 1944.
crisis de adolescencia q•te se efectúa en forma psicótica, conden- Klein, M.: "Algunas conclusiones teóricas sobre la vida emocional del niño"- Montevideo,
Revista Uruguaya de Psicoanálisis, vol. II, 1958.
sada y postergada. I,a restitución psicótica es un proceso de re- - Psicoanálisis de niños. Buenos Aires, Hormé, 1964.
aglutinación y en este último es donde debe ubicarse el "objeto Merleau Ponty, M.: "Las relaciones del niño con Jos otros". Univ. N. de Córdoba,
bizarro" de Bion que es, entonces, una forma de núcleo agluti- 1959_
nado pero que, como fenómeno de restitución, no existe normal- Wallon, H.: Les origines d1i caractere chez l'enfant. París, P.U.F., 1954.
'Vinnicott, D.: "Desarrollo emocional primitivo". Buenos Aires, Revista de Psicoaná-
mente en el curso del desarrollo; en el objeto bizarro está incluido, lisis, vol. V, 4, 1948.
con el objeto, el aparato perceptivo, con intervención del proceso
5
secundario, que lógicamente .f alta en el núcleo aglutinado •

"'
ó La intervención del proceso secundario en el objeto bizarro me fue sugerida
por el Dr. Avcnburg en un grupo de estudio sobre la obra de Melanie Klein y , su
escuela.
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 83

recían dinámicamente relacionados y unitariamente centrados. Entre las


desventajas a que me llevó el enfoque independiente de la autonomía del
tema se contó, en primer lugar, el no hacer posiblemente suficiente jus-
J~ic ia a los autores que, estudiando otros temas, hayan de una manera u
otra involucrado en sus investigaciones y conclusiones algunos de los fe-
nómenos estrechamente relacionados con la simbiosis (aunque no explí-
citamente).- Es posible que esto último se repita ahora en la presente
, aportación, porque resultaría muy difícil poder discriminar en qué me-
CAPÍTULO IV 'dida he sido influido por muchos de los trabajos leídos, pero no concien-
temente relacionados por mí con "mi tema".
ESTUDIO DE LA PARTE PSICOTICA DE LA PERSONALIDAD
'Í'
INTRODUCCióN La simbiosill es una estrecha interdependencia entre dos o más per-
sonas que se complementan para mantener eontroladas, inmovilizadas y,
El estudio del problema de la dependencia-indep~ndencia me llevó en cierta medida, satisfecha!> las 'necesidades de las partes más inmaduras
al de los .casos de dependencia extrema que reconocemos como simbiosis. de la personalidad, que exigen condiciones que se hallan disociadas de la
Las características de la relación transferencia! que aparecen en las sim- realidad y de las partes más maduras o integradas de la personalidad.
biosis me resultaron equiYalentes a las que ya conocía en la transferencia Esta parte inmadura y más primitiva de la personalidad ha quedado
psicótica, por mi propia experiencia en el psicoanálisis de psicóticos y segreg11-da del yo más integrado y adaptado, y configura un todo de ciertas
por los trabajos fundamentales en este tema, especialmente los de F. características que me han conducido a reconocerlo como el núcleo aglu-
Fromm Reichmann, E. Pichon RiYiere, Rosenft>ld y Bion. Por otro lado, tinado de la personalidad 1 • Esta segregación debe ser rígidamente man-
me vi no sólo relacionado con una gran cantidad de hechos clínicos es- tenida porque, en caso contrario, se puede producir la disgregación
trechamente ligados al tema de la simbiosis (psicopatía, hipocondría, epi-
psicótica.
lepsia, estados confusionales, afecciones psicosomáticas, etc.), sino tam- Influido especialmente por los. trabajos de Bion (a, e), mi interés
bién al complejo tema del narcisismo y el desarrollo del yr. .dentidad, se centra ahora en el estudio de la parte psicótica de la personalidad,
esquema corporal, diferenciación hetero-homosexual, etc.). que no es otra que la que establece la relación y la transferencia simbió-
Guiado en un comienzo por los trabajos de M. Mahler, reconocí la tica, y esta parte psicótica de la personalidad es la que he reconocido
existencia clínica de la simbiosis en adultos, tanto como la de las psicosis como el núcleo aglutinado 2 ; su característica fundamental es la de que
simbióticas, y posteriormente estudié la org-anización simbiótica en la rela- en él no hay discriminación entre yo y no-yo, tampoco entre los distintos
ción transferencia!, especialmente en su vinculación con el autismo, tanto componentes o identificaciones de distintas experiencias de distintos mo-
como la dinámica y las vicisitudes de la simbiosis. El mantener la auto- mentos, ni entre objeto bueno y malo, ni entre las distintas fases (oral,
nomía clínica de este fenómeno aportó ciert11s yentajas y ciertas desven- anal y ge ni tal) .
tajas. Entre las primeras, debo contar el hecho de que me permitió Según lo desarrollé en un trabajo anterior, este núcleo aglutinado
elaborar algunas hipótesis qne, a mi entender, aclaran en eiel'ta medida que forma en el adulto la parte psicótica de la personalidad, fue consi-
el problema de Ja simbiosis como también el de algunos otros relacionados. derado por mí como el remanente de la más primitiva organización de
Otra de las ventajas consistió en l¡ne me ha permitido descubrir los la personalidad, genéticamente anterior a la posición esquizoparanoide
núcleos simbióticos l'n a11álísis de otros pacientes que clínicamente no que fue designada posición glischro-cárica (glischro: viscoso, aglutinado;
aparecen con el cuadro de la simbir)sis, por lo m<:>nos no en un primer karion: núcleo) 3 . Este núcleo aglutinado no es siempre de la misma mag-
plano. Una nntaja no nwnns ap1·eeiable fnc que se posibilitó comprend<ll'
unitariamente una cierta ea11tidad de fenómenos clínicos <¡ne surgen corno 1 Aunque primero Jo llamé objeto aglutinado, Yi Ja necesidad de modificar esta
organización e inmovilizaeión y control de Ja simbiosis (bloqueo afeetivo, denominación por la de núcleo aglutinado, porque no sólo puede funcionar como objeto
frente al yo más integrado, sino también como un yo o un superyó pl'imitivo que
autismo, disÓciación cuerpo-mente, -reacción terapéutica negath·a), o bien puedo desplazar y reemplazar a aquél.
como defensas frente a la ruptura de la simbiosis (hipocondría, fobias, 2 En todo este trabajo utilizaré en forma equi>alente las denominaciones "parte

enfermedad psicosomática, actuación psicopática, el fenómeno de la meta- psicótica de Ja personalidad" o "niveles psicóticos de la personalidad".
8 "Elegí el término 'posición' para designar· las frases paranoide y depresiva
morfosis, etc.), y de esta numera una eierta cantidad de fenómenos apa- porque estos agrupamientos de angustias y defensas, aunque surjan primeramente en
84 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 85

nitud, porque puede ampliarse a expensas de una regresión desde la a que da lugar el mane.jo de la parte psicótica de la personalidad, tanto
posición esquizoparanoide; regresión que se lleva a cabo por una pérdida eomo los de la teoría de la técnica con ello relacionado ; a esto me referiré
de la discriminación entre objeto bueno y malo y entre yo y no-yo, e.te. también brevemente en esta introducción, para luego entrar en detalles
Esta pérdida o falta de discriminación fue estudiada por M. Klein ( d 1, {\m p liatorios.
y Rosenfeld (e) en la confusión. A ello es que agrego ahora el reconoci- Las relaciones entre teoría y técnica son muy estrechas en psicoaná-
miento de la reaparición de núcleos primitivamente fusionados o no dife- lis.is : nuevas formulaciones teóricas conducen a nuevas posibilidades téc-
renciales que han persistido como tales, sin que en ellos se haya operado nicas y estas últimas posibilitan la ampliación y el perfeccionamiento
la discriminación. fi , de ia teoría y la formulación de nuevas hipótesis eon su consiguiente
.Al respecto, es frecuente hallar en los trabajos psicoanalíticos (inclu~ ·'ratificación o rectificación . Mucho de lo que aquí expondré en lo rela-
sive en Freud, M. Klein, Fafrbairn y Fcnichelj mención de la existencia tivo a la técnica del manejo del núcleo aglutinado (la parte psicótica
de una indiferenciación en los más tempranos estadios del desarrollo, de de la personalidad), no consiste en innovaciones, sino en un intento de
tal manera que mis postulaciones consisten en una continuación r pro- precisar, comprender y fundamentar en forma unitaria diversas alterna-
fundización de esta tesis 4 • M. Klein (e) dice, por ejemplo, que ''existen tivas t écnicas que en buena proporción se hallan implícitas en lo que todo
por lo tanto razones para suponer que aun durante los tres o cuatro psicoanalista hace en alguna medida en el curso de un tratamiento.
primeros meses de vida, el objeto bueno y el objeto malo no son totalmente Mis referencias a la técnica psicoanalítica en este trabajo hallan
dist1:ntos el uno del otro en la mente del lactante''; y en otro de sus también su fundamentaeión en los planteas de Bion, en las conclusiones
trabajos ( f) : "Iios estadios libidinosos existen simultáneamente sobre- de su trabajo sobre la diferenciación entre la personalidad psicótica y
poniéndose los unos a los otros desde los primeros meses de vida' '. En no psicótica, cuando afirma que tanto como hay que descubrir la perso-
''Envidia y Gratitud'' el tema de la confusión es notablemente aclarado nalidad neurótica oculta por la psicosis en el psicótico, hay en todo neu-
l.'
y dice: ''Aquí habremos de considerar de nuevo los efectos de la confu- rótico severo una personalidad psicótica enmascarada por Ja neurosis y
sión temprana que se expresa como un es:l'umamiento de los limites entre que hay que descubrir y tratar. En ''Introducción al narcisismo'' Freud
los impulsos y las fantasías orales, anales y genjtales. Es norrnal 1ma reconoció en las psicosis tres grupos de fenómenos, a saber: los de la
s1tperposición entre estas variadas f1u:.ntes, tanto lle libido como de agre- normalidad conservada, los del proceso patológico y los de restitución.
sividad" 5 . Ahora podemos afirmar que esto rige no solamente para las psicosis sino
El remanente de esta primitiva organización de diferenciaeión pri- también para. las neurosis. De esta manera, mi estudio presente se refiere
maria o de fusión es el que forma el contingente principal dt> los niveles a la aparición y manejo en el curso del análisis -del análü!is de cualquier
psicóticos de la personalidad, que persisten en la vida adulta se¡nrgados paciente- de la parte psicótica de la personalidad. Ésta ,p uede darse
del yo, de la parte de la personalidad más evolucionada, marlurn o inte- en fenómenos de muy dispar magnitud clínica: desde distintos y escasos
grada. La simbiosis es la relación que mantiene inmoyilizada y contro- núeleos psicóticos aislados, hasta un único núcleo psicótico muy nutrido
lada esta parte psicótica de la personalidad (núcleo aglutinado). que coexiste como otro yo al lado del yo más integrado. De esta manera,
mi estudio presente se refiere más estrictamente a la psicosis transferen-
cia! 6 y no a la transferencia del psicótico (clínicamente reconocido co-
"' mo tal).
En esta oportunidad me interesa, no sólo la profundización de este
En lo relativo a la técnica hay un concepto fundamental que quiero
tema en un material clínico, sino también subrayar los ·aspectos técnicos
desde ya subrayar, y es el que se refiere a la discrirninación que hay que
operar en el manejo técnico del núcleo aglutinado; proposición equiva-
Jos estadios primitivos, no se restringen a éstos, sino que aparecen y reaparecen. du- lente a decir que debemos lograr el establecimiento de la división esqui-
rante los primeros años de la infa11cia y bajo rletenninadas circunstancias en la vida
ulterior" (M. Klein [ e]). Lo mismo rige para la posición glischro-cárica. zoide en los niveles psicóticos (núcleo aglutinado ), y con ello el pasaje
4 Ilart1nan, l{ri::\ y Lo(':wenstein reconocen explícitamente una. "fase indiferen- a la posición esquizoparanoide. Con la discriminación de los componen-
ciada" al igual que A. Freucl y Spitz. Balint, M. (b) sostiene también que "la relación tes del núcleo aglutinado convertimos la parte psicótica de la personali-
0hjctal arcaica, primaria, es tan primitiva que no puede ser llamada ni amor, odio, ni dad en una parte neurótica.
narcisismo, ni nada; todo esto cst(i conteuido en su forma rudimentaria y todavía
indiscriminada uno de otro, y sólo aparecen y se hacen disceruibks tlurante el desa-
rrollo posterior". Lagadi.e (L) propone !JU llamar indiferenciac ión sino diferenc iación 6 Tema que aparece en los trabajos psicoanalíti.cos con distintos nombres o l'n-
prima.ria a este comienzo de ]a existencia. psicológica indivi<lual, porque esta indife- focado desde distintos contextos (Abraham, Nunberg, 'rarachow, Little, Rosenf:eld (g) .
rencü1ci6n es relativa en comparac ión con los estadios ulteriores. De especial interés e importancia resulta la descripción de M. K lein ( b) sobre las
relaciones esquizoides de objeto, en que reconocemos la simbiosis en lo que ella estudia
ti El subrayado es mío.
como "un ligamen compul3ivo con ciertos objetos".
86 JOSÉ BLEGER SD!BIOSIS Y A:\JBIGÜEDAD 87

La técnica psicoanalítica, su teoría y sus objetirns, pueden definirse en forma bien explícita el rol que juega la discriminación en el proceso
sumariamente como resultantes de dos aspectos interrelacionados, a saber: terapéutico y en la técnica psicoanalítica, tal como lo hacemos aquí.
a) hacer consciente lo inconsciente ; b) integrar disociaciones. La primera Para proceder al estudio de la dinámica y de la técnica en el manejo
es la consigna técnica que formuló Freud, mientras que la segunda, \ de la parte psicótica de la personalidad, tengo que referirme a las carac-
atinque se remonta a Freud, deriva fundamentalmente de los aportes de «~rísticas clínicas transferenciales con las cuales se presenta la misma.
:JI. Klein, con sus estudios sobre la división esquizoide y la posición de- Para ello utilizaré un material clínico, y como no es posible tratar por
presh·a como integradora. Para Hacker, éstas y otras formulaciones sobre separado cada uno de los tópicos que ahora me interesan, en el material
la finalidad de la técnica, derh-an todas como planteos diferentes de un :f , clínico estudiaré cuatro aspectos interrelacionados, a saber:
solo principio defi nido ya por Freud: hacer consciente lo inconsciente ·· a) algunas de las manifestaciones clínicas de la parte psicótica de
a traYés de la superación de las resistencias. Xo nos detendremos aquí la personalidad, dejando en esto de lado las ya descritas en tra-
en la interrelación de ambos propósitos formulados, porque no es esto lo bajos anteriores al respecto;
que será estudiado aquí con más detenimiento.
b) su correspondencia con la dinámica del núcleo aglutinado;
El estudio de la dinámica del núcleo aglutinado en el fenómeno
clínico de la simbiosis, y ahora, en la dinámica de la parte psicótica de c) algunos fenómenos transferenciales y contratransferenciales a que
la personalidad, me ha llerndo a enfatizar dos formulaciones: a ) que da lugar;
hacer consciente lo inconsciente (en el manejo del núcleo aglutinado) d) aspectos t;.cnicos: básicamente, el proceso de discriminación y la
coincide o es equivalente a reintroyectar lo proyectado en otros seres manera de llevarla a cabo.
humanos que son utilizados como depositarios 7 ; b) postul1H• In 1iecesidad
de una tarea técnica preYia a la integración de las disociaciones. que PHOBLEMAS TÉCNICOS
consiste en "desmenuzar" el núcleo aglutinado, lleYando al yo más in-
tegrado a establecer dentro de aquél una discrimiirndón entre sus inte- En este apartado quiero ocuparme específicamente de algunos de los
grantes. rs decir. rstablecer la diYisión esquizoide. problemas técnicos fundamentales que plantea el manejo de la parte psi-
Discriminación es así el paso t1~cnicamente necesario para la elabo- cótica de la personaldiad en el curso del tratamiento psicoanalítico. Mis
ración de la parte psicótica de la personalidad, con la cual se la trans- referencias a la parte psicótica de la personalidad derivan del estudio
forma en una parte neurótica. De esta manera. hay diferencia entre la de la misma en el cnrso del fenómeno de la simbiosis transferencia! o
finalidnd inmediata de la tr.~nica en el manejo de las partes neurótica --lo que es lo mismo- de la psicosis transferencia!.
~- psi,•ótica de la personalidad ; en la primera, t endemos a integrar 1a El reconocimiento de un nivel neurótico .y un nivel psicótico de la
diYisión esqnizoide ( nna discriminación ya existente) , mientras que en personalidad, cada uno de ellos a su vez caracterizado por una determi-
la segunda tendemos a cumplir una tarea pre\·ia, ayudando al pitciente nada estructura de los objetos internos que entran en juego, no significa
a discriminar. es decir. u establecer la diYisión esquizoide a partir del de ninguna manera establecer dos tipos o dos clases de análisis o dos
núcleo aglutinado; con lo cual se logra su incorporación ulterior a la técnicas totalmente diferentes, pero sí un énfasis sobre algunos aspectos
parte neurótica de la personalidad. para tender entonces a la integración. de la técnica que adquieren mayor relieve o mayor incidencia en cada
De esta manera . el trntamieuto psicoanalítieo no obtiene únicamente uno de los dos niveles.
la integración de lo preexistente. sino que llega a ampliar la personalidad
incorporando a la misma elementos que, como tales. nun!!a han existido; disfunción, subdesarrollo o inoperancia de las funciones discriminatorias del yo, como
en personalidades inmaduras caracterizadas por confusión, inhibición de la acción,
la ampliación de la personalidad no es sólo conseeneneia de la resolución identidad difusa, desesperanza existenrial, sentim ientos de futilidad; en sujetos inca-
de conflictos ( dh·isionrs esquizoides) de la pa1·te neurótica, síno tam. paces de sublimar pero que enmascaran su falta de discriminaci!in con un yo aparen-
bifo de ·una e\·olución de la parte psicótica de la personalidad. temente fuerte (inflexible, rígido, estereotipado); en lo comúnmente llamado "falta
El papel de la discriminación como función del ~·o ha sido considerado de carácter". Dice este a utor: " Ltts categorías clín icas, llamadas deformaciones del
yo, trastornos del cttrácter, perturbaciones narcisísticas y otras má", no pueden ser
recientemente en un tra ba.io de Hacker 8 , pero no ha sido reconoeido aún sat isfactoriamente explicadas, clasificac1as o tratadas sin esta construcción teórica de
una función discriminatoria o seleetiva del yo, conceptualizada corno toda otra función
7 La parte psicótfoa está relacionada con la proyección y la parte ne_ u rótica con del yo como un aspecto. específico de las funciones generales del yo."
la represión, que gcnfficnmente es una defensa mih tardía. Al respecto, dice Bion (a ): En todo lo que desarrollamos hasta a.qui, mi posición es la de que el déficit de
"Es claro, entonce~. _quP. _mientras la p~rsonalidad no psicótica, o una parte de tal discriminación interviene en una serie do fenómenos que sobrepasan a los incluidos
persoualidad, emplea la r•'prc~ión, !a psicótica ha empleado la identificación proyeetiva. en la descripción de Haeker.
Por consi¡ruient<', no h11y repr<'sión, y lo que debería ser su 'inconsci,ente', es reemp!a- En estrecha relación co11 el tl•nrn de la discriminación, Peto ha descrito "una
zado por PI muiufo de ncc<'sorios dt• sue fio s <:>n el cual, s"gún mi descripción, se mueve." función fragruentadora" <kl yo, quP distingtH' dt'l ~plitt i ng· "tal ·como lo describió Freud
o Hackcr afirma que son las pPrturbaeiones del ca ráctcr L'll las que se v·e la falta, en el fetichismo".
88 JOSÉ BLEGER
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 89

En primer lugar tenemos que considerar el timing del paciente, su Una tercera eventualidad es la de aquellos pacientes que (como el
capacidad para aceptar y elaborar la parte psicótica de su personalidad. del material clínico que será estudiado aquí) presentan una rigurosa di-
Es obvio que en este problema no se pueden formular reglas estrictas sociación y un control muy severo entre las partes neurótica y psicótica
porque las situaciones son muy variadas y posiblemente haya que contar de la personalidad, de tal manera que ellos mismos se dan el tiempo que
también con un coeficiente personal contratransferencial en cada analistd( necesitan -y aún más de eso- logrando que las interpretaciones sobre
que impone o exige también su propio timing. los niveles psicóticos resulten inoperantes, por lo menos como efecto in-
Al respecto podemos considerar que existen tres situaciones tipo1, mediato. El yo rígido de estos pacientes no debe confundirse con un yo
Una de ellas está dada por aquellos casos en que el paciente comienza 1 bien integrado, por lo que de todas maneras hay que secundar primero
su análisis cuando ya están rotos los límites que separan la parte neuró-" al paciente en su necesidad del análisis de los niveles neuróticos, para
tica y psicótica de su personalidad y - por lo tanto- exigen at ención poder ulteriormente llegar a incorporar la parte psicótica de la persona-
inmediata e inclusión impostel'gable de los niveles psicóticos en el aná- lidad en el tratamiento. Este tercer tipo de pacientes es el que nos ocu-
lisis; en estos casos ya no se trata específicamente de psicosis transfe- pará en el estudio presente y se caracterizan en la relación o situación
r encia! sino de la tra nsferencia en una psicosis, tema que, aunque es- analítica por aparecer como clínicamente autistas pero con una simbiosis
trechamente relacionado con el que aquí me ocupa, no sed tomado transferencia! intensa y muda 10 . A ellos puede aplicarse íntegramente
ahora específicamente en consider ación. Una segunda sit uación tipo lo que dice M. Klein ( d, págs. 177-178) sobre aquellos pacientes cuya
está constituida por la de aquellos pacientes que no presentan m1 envidia es constitucionalmente fuerte : ''Con todo, el análisis de estos
control e inmo'irilización muy estrictos de los niveles psicóticos de su profundos y severos trastornos es una salvaguardia contra el peligro
personalidad, y la inclusión de estos últimos en el análisis depende mucho potencial de la psicosis resultante de las actitudes excesivamente envidio-
más del analista ; l"n estos casos creo necesario operar de tal manera que sas y omnipotentes. Pero es esencial no tratar de acelerar estos pasos
se pueda dar tiempo al análisis de los niveles neuróticos, con el objeto hacia la ·integración. Porque si la realización de la división de su perso-
de consolidar en todo lo posible el grado de integración del yo más ma-
duro. Tenemos que constituirnos en depositarios fieles de la parte psi-
cótica y actuar como padres tolerantes que damos tiempo para crecer y no
abrumamos con problemas que r esultan demasiado prematuros para ·el .9
) nalidad sucediese r epentinamente, el paciente tendría grandes dificultades
para superarla. Cuanto más fuertemente hayan sido disociados los im-
pulsos envidiosos y destructivos, tanto más peligrosos son sentidos cuando
el paciente cobra conciencia de ellos. En el análisis, debemos progresar
yo del paciente. Los efectos positivos de la disociación entre objeto bueno lenta y gradualmente hacia el doloroso insight de las divisiones de la
y malo fueron señalados por 11/I. Klein (d, págs. 130-131) como una diso- personalidad del paciente" 11 •
ciación necesaria para la integración exitosa del yo : ''Esto suena a para-
doja , pero como dije , puesto (]ne la integración se basa en un objeto fuer-
temente arraigado que forma el núcleo del yo, para que ella se produzca
es esencial cierta cantidad de disociación, ya que preserva al objeto bue- "'
no y más tarde capacita al yo para sintentizar sus dos aspectos". De El análisis de los niveles neuróticos de la personalidad se caracteriza
manera similar , pienso que en ciertos períodos del desarrollo es taml'tién porque en él podemos manejar objeto ~ delimitados, discriminados, con
muy positiva y necesaria la disociación entre niveles neuróticos y psicó- un yo más integrado, y tendemos a r esolver disociaciones con objetos
t icos de la personalidad, disociación que preserva al yo de una parte ,_,
abrumadora y desiutegradora y a su vez le da tiempo para consolidarse sesión aparecen como neuro3is por una depositación m<tsiva y rápida de toda la parte
y voh'er en otros momentos posteriores a afrentar la parte disociada. Y psicótica en el analista (metamorfosis). El caso inverso a éste corresponde al primer
tipo.
esto mismo es lo que debe ocurrir en el manejo técnico de este tipo de pa- 10 El reconocimiento de estos ps.cientes en una primera entrevista sería. por
cientes. Creo que si podemos dar tiempo a una mejor consolidación del cierto importante. Para ello, considero indices de orientación la vivencia contratransfe-
yo, de tal manera que posteriormente el paciente pueda enfrentar la rencial de sentirse abrumado que produce rl paciente y ('l tratarse de cuadros clínicos
parte psicótica de su personalidad sin la aparición de una psicosis clí- "puros", estructurados fundamentalmente casi sobre una sola estructura: paranoide,
nicamente evidente, debemos hacerlo. Ya hemos visto que en algunos ca- fóbica, hitJtérica, obsesiva. (Posteriormente adopté para. ellos la denominación de
neurosis sistematizadas.)
sos no podemos decidirlo nosotros y, aun en casos de .este, segundo iipo, 11 La misma autora agrega una nota: "Bien pudiera ser que la persona que
con frecuencia la parte psicótica inumpe de todas maneras escapando inesperadamente comete un crimen o tiene un episodio psicótico, se haya dado cuenta
evidentemente a nuestro control 9. en forma repentina de las partes peligrosas disociadas de su personalidad. Son cono·
cidos los casos de personas que tratan de ser arrestadas para impedirse cometer un
9 Aquí incluimos también torios aquellos casos que en Ja consulta aparecen clí- crimen." (Todos los subrayados son nuestros.) Cita también a Rosenfeld, quien "se·
nicamente como psicosis, pero que una vez iniciailó el tratamiento y desde la primera ñaló que el acting out es empleado a fin de mantener la disociación".
90 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 91

desplazados, reprimidos o proyectados, promoviendo ansiedades (para-


noides y depresivas) que no resultan abrumadoras 'para el yo. El obje- Ocurre la paradoja de que nosotros no podemos penetrar en el narcisísmo
tivo de reforzar el yo de los niveles neuróticos de la personalidad se logra del autismo, pero el mundo narcisístico del paciente ha penetrado en el
dentro de los lineamientos de la interpretación, tanto de la transferencia psicoanalista y tiende a parasitarlo. La base de este pr<Jceso es la iden-
positiva como negativa. Con ello queremos señalar la exclusión total de tificación proyectiYa masiYa, tal como fue estudiado por M. Klein (b, d),
medidas de orden pedagógico o de apoyo, que algunos autores postulan Rosenfeld (a, e), Bion (c, d), y la disociación entre proyecci6n-introyec-
en los períodos de comienzo del análisis de psicóticos, o de niños. ción. con la consiguiente organización en cada uno de los extremos, res-
pectiYamente del autismo y la simbiosis; siendo el autismo una negación
La parte psicótica de la personalidad es psicótica, fundamentalmente, omnipotente de la dependencia simbiótica.
porque para ese nivel no hay discriminación (no hay clivaje) entre la
realidad interior y el mundo externo ; no hay discriminación entre el Clínicamente, existen dos tipos distintos de simbiosis, correlativos
depositario y lo proyectado, ·es decir, hay en este sector una falta del con dos tipos distintos de autismo: uno es aquél en el cual el autismo
sentido de realidad. Del hecho de que el analista pueda mantener dicha es clínicamente lo más relevante en tanto la simbiosis es muda; otro es
discriminación (clivaje) depende fundamentalmente que a su vez pueda aquél en el cual la simbiosis es la que ocupa la atención por sus mani-
el paciente aprenderla. Esta falta o pérdida de discriminación -fusión- festaciones ostensibles, mientras que el autismo es mudo y hay que de-
entre el mundo interno y e1 externo es el fenómeno básico que caracteriza tectarlo. Hasta ahora, me he ocupado más específicamente del primero
la transferencia psicótica, o la transferencia de la parte psicótica de la de los dos.
personalidad, configurando una relación simbiótica que el analista tiene Otra característica de la parte psicótica de la personalidad es el
contratransferencialmente que deshacer, primero para sí, y luego para control 1·ígido y omnipotente de la situación ;.- del depositario, con lo cual
el paciente. Es válido también para estos casos las características que se eYita un doble peligro: la reintroyección de lo proyectado y la intro-
Bion estudia en la transferencia psicótica (e) ; prematura, precipitada misión <le! depositario (clivaje ). Cualquier movilidad de esta situación
y · masiva, tenaz y frágil. J.;a relación transferencia! es .narcisística y es YiYida como un peligro de psicosis, y si logramos la reintroyección
transcurre en dos planos coexistentes·.=.ilmo, más manifiesto o visible, el de un fragmrnto de lo proyectado, tenemos un índice fiel (''índice de la
del autismo, el cual nos presenta una barrera que no podemos sobrepasar reintl'oyeeción ") para detectar cuando ello ha ocurrido: la aparición de
y que Libérman (b) estudió con el nombre de autismo transferencial; confusión (ansiedad confusionnl) en cualquiera de sus manifestaciones:
otro plano transferencia! es el de· la simbiosis, y es más inaparente o obnubilación, mareo, suspenso, desconcierto, perplejidad, etc. Así como la
larvado; en él el mundo interno (narcisístico) del paciente está dentro ansiedad es una señal de alarma en las posiciones depresivas y parnnoi·
del analista. · La totalidad del fenómeno es lo que debe llamarse narci- des, la ansiedad confnsiunal es una señal de alarma frente al peligro de
sismo transferelicial 12 • El paciente· defiende su mundo autista de la reintroyección masiva del núcleo a ~lutinado, con el peligro consiguiente
invasión por su parte simbiótica; y por otra parte, defiende su parte de una desintegración psicótica del yo. En otros pacientes, el control
simbiótica proyectada de la im-asión por parte del depositario. La inmo- de la dc>pendcneia (simbiosis) se hace por intermedio de un rechazo ac-
vilización de este último defiende de ambos peligros de desorganización. th-o paranoide (en un caso que he analizado de psicosis paranoide).
Para la relación simbi0tica (la parte psicótica de la personalidad),
12 Fliess diferencia entre transferencia· y proyección. En la primera, el analista para la comprensión de sus fenómenos y su manejo técnico, conviene
toma el lugar de un objeto histórico del paciente; en la segunda, refleja una parte tambirn tener presente. además de las características antes enumerada$,
del yo del paciente. De esta manera, para Fliess la transferencia es objeta! y la
proyección es narcisística; el resultado de la primera es una ilusión mientras que el de que hay nn umbral paradójico para los estímulos: los de gran intensidad
la segunda es un delirio. Fliess agrega que en la primera la imagen del analista que tienen un umbral mu~· alto ~· no actúan porque son inmovilizados y neu-
tiene el paciente es cambiabl~ de acuerdo con lo que es transferido, y . corregido a traliz<idos porque desorganizarían la personalidad, uiientras que los es-
través del análisis ¡ en la segunda es más bien inmodificable, o sóío a través de un
prolongado esfuerzo. Creo que con e9to Fliess se r~fiere a la diferencia entre trans- t í11mlos prqurños tienen un umbral muy bajo, de tal maner& que hay
ferencia neurótica y psicótica, pero en esto seguimos a M. Klein, para quien el nar- que dl'trchirlos permanentemente en las frustraciones ~- en l0s 'ambios
cisismo es también un!!. relación objeta!. Es mi opinión que en el narcisismo se trata mínimos. _\. esto se agrega el que con mucha frecuencia las respuestas
de una identificación primaria en la cual no se ha establecido suficiente discriminá· son postl:'rgadas y ocurren muy alrj ndas del momento en :.:'. que actuó
ción entre el yo y el objeto.
M. Little reconoce en los pacientes con predominio de lo. psicosis transferencia!
el Pstímnlu. Todo ello ha ce. por supuesto, difícil 111 tarea p ~ie oanalítica,
dos fenómenos caractcrlsticos: uno es la particular posición que fuerza al analista a pc>ro no imposible. El efecto de la_.interprctación sigue el curso de cual-
Mnmir, y otro, la gran impot·tancia de los sucesos corporales. Sin embargo, para quier t>stínmlo, y en l:'Ste sentido sns efectos son acumulativos y la res-
dicha autora no se trata de simbiosis sino de que el paciente busca establecer con el pu0sta puede aparecer muy postergada en el tiempo; no es ínfrecuente
analista un estado de total identidad e indiferenciación.
que :;(:' produzca una verdadera metamorfosis, es decir, un cambio explosivo
92 SIMBIOSIS Y AHBIGÜEDAD 93
JOSÉ BLEGER

y brusco por una especie de acumulación del insight 13 . En otros pa- En el nivel psicótico tenemos, entonces, que enfrentarnos con uno
cientes el cambio es gradual, pero no ci:mtinuo sino episódico, y esto es o varios núcleos aglutinados cuya reintroyección resulta abrumadora para
lo que tuvo lugar con la paciente cuyo material estudiaré más adelante. el yo del paciente, quien tiende a una inmediata ¡-eproyección y a resta-
Esta modalidad última coincide con el hecho de que no incorporan de blecer con él la distancia máxima y el control más rígido posible. Por
inmediato lo que necesitan aprender (incluida fa interpretación, por ello, debemos proponernos fragmentar el núcleo aglutinado y sobre estos
supuesto), sino que primero lo enquistan en una especie de núcleo autista fragmentos discriminar sus componentes. Una vez logrado esto, el aná-
y lo mantienen así, como no ajeno pero todavía no totalmente i11corpo- lisis pasa a ser un análisis de los niveles neuróticos. La necesidad de
rado a la personalidad; gradualmente, y por experiencias ulteriores, el discriminar proviene de que no podemos lograr la reintroyección de lo
paciente reiteradamente "tantea" y examina lo incorporado para decidir proyectado, porque esto resulta abrumador para el yo, que procede a una
si lo integra o no a su personalidad. Durante el análisis, c:>to se ve en inmediata reproyección 15 .
el hecho de que no aceptan ni rechazan la interpretación; necesitan tiem- ¡, Cómo se fragmenta y discrimina el núcleo aglutinado 1 Al respecto,
po y a veces mucho tiempo para que terminen por utiiizar sus efectos la respuesta puede ser similar a 1a que dio un médico: "Yo sólo cuido al
como propios. La acumulación de estos núcleo:;; autistas hace r¡ue el enfermo, él se cura solo''; es decir, nosotros creamos las posibilidades,
insight aparezca a veces de manera explosiva o cíclica. el que discrimina es el yo del paciente. Sin embargo, además, en esta
En forma un poco exagerada, diría que el análisis de estos pacientes tarea, el yo del analista tiene que operar como un yo supleme11tario del
no reside fundamentalmente -en los períodos de análisis de la pm:te paciente y discriminar para que el paciente también pueda aprender a
psicótica-en que se los analice a ellos, sino en que el analista pueda hacerlo.
analizar qué es lo que el paciente hace permanentemente con él, con el Dado qui:'. en la simbiosis el núcleo aglutinado se halla proyectado
, objeto de que el analistR cumpla solamente eon el rol de depositario sin e inmovilizado en un depositario , uno de los propósitos fundamentales
fusionarse con lo depositado, manteniendo así su personalidad o su iden- de Ja técnica es el de lograr su movilización, y con ello la consiguiente
tidad (análisis de la contraidentifieación proyectiva); en otros términos, reintroyección; esto debe efectuarse respetando el timing del paciente,
que el analista pueda permanentemente mantener el clivaje entre depo- pero en muchas oportunidades debemos forzarlo, aunque sin sobrepasarlo
sitario y depositado. Que se logre esto del.Je ser uno de los propósitos en demasía; objetivo que no siempre podemos lograr en la medida y
fundam entales en la estrategia que se tiene que seguil' en el análisis de proporción deseada. En todo este proceso que estamos reseñando y que
estos pacientes. Por supuesto que esto no es lo único, pero sí un piYotc se compone de tres pasos (a veces sucesivos y otras veces simultáneos):
central del análisis 14 • movilización, fragrnenta6ón y discrirni:nación, el paso técnico central lo
constituye la introducción de un clivaje entre el analista y lo depositado
13 La irrupción brusca de los niveles psicóticos en el yo rnás integrado es Ja
(proyectado) en él. Tenemos que clivar el rol de analista que debemos
responsable de la conmoción que M. Klein deseribn en algunos de su' casos; "Creo que asumir, del rol de depositarios que debemos jugar.
este tipo de conmoción que he descrito en varios casos anteriores es consecuencia de Este clivaje entre lo proyectado y el analista hace que se anule
un paso importante hacia la curación do la disociacióu entre partes de Ja personalidad,
estableciéndose así un período de prngreso en la integrnción del yo" ( d, pág. 163). (aun muy transitoriamente) la división o separación entre las partes
14 En la simbiosis, la parte dP, la personalidad con más sentido de re&lidad no
neurótica y psicótica de la personalidad; aunque esta confrontación
es la proyectad.a sobre el depositario (que como hemos visto es la responsable de la (todavía no integración) entre las dos partes de la personalidad sea muy
psicosis transferendal), sino la parte retenida dentro del núcleo autista. Esta últium, transitoria y se vuelva de inmediato _:_por proyección- a restablecer la
a su vez, .se redistribuye c~on otros objetos externos caando el núcleo aglutinado pued e división, este proceso reiteradamente reactivado hace que se fragmente
quedar firmemente depositado en el partenaire simbiótico; en estos casos, el paciente
parece siempre mucho más sano cuando en la realidad externa no tiene que tratar cou paulatinamente el núcleo aglutinado.
los depositarios de su parte psicótica. Si entran en relación con estos últimos, aparee.e Este proceso tiene con frecuencia que ser acompañado por la inves-
mucho más manifiestamente la pérdida del sentido de realidad y esta es la razón por tigación de otros depositarios que el paciente utiliza, para analizar no
la cual el paciente elude en la relación analítica el vínculo directo con el analista,
manteniendo un yo muy estrechado. sólo la proyección sino también los desplazamientos; este otro .depositario
Como lo hemos visto, en relación con el depositario el pae.icnte es autista; no lo p-uede se~ el estudio, el trabajo, personas, un sitio, etc. En otras opór-
es, sin embargo, con personas con quienes no establece un vínculo simbiótico tan in· tunidades -y con gran frecuencia- la parte psicótica de la personalidad
tenso y eun los cuales puede (por t,cner inmovilizada su parte psicótica rn 'otrn objeto) se concentra en un duelo. El paciente mantiene segr<:'gados estos uepo-
emplear urui parte más sana ele su personalidad, pudienilo aparecer así comporta- sitarios del análisis, tanto como mantiene segregado y controlado al ana-
mientos muy dispares <'n reiaeión con d istintos grupos o persomis. Esto ''" f:ícil de
observar en los pacientes simbióticos o en niiio8 o atlolesccute~ que manti1!nen toda :dU
1G J. Moro (b) ha subrayado también esta n ecesidad de Ja discriminación cu
dependencia simbiótica en el grupo primario (la familia), mientras que r~sultan muy
diferentes, "desconocidos", en su co1uportamiento en grupos secund:irios. pacientes " con marcada proyección y disociación externa".
94 JOSÉ BLEG E R SDIBIOSIS Y AlllBIGCEDAO 95

lista, y todo intento de este último por traer al análisis estos depositarios lo que rechaza, lo que acepta, lo que espera, etc., con la determinación
y sus contenidos resulta sumamente doloroso y difícil para el paciente, del afecto presente.
por lo cual, aunque tiene que ser hecho, es necesariCI proced~ con el Sucintamente, debemos reconoce~ :que hay en juego cuatro variables :
mayor tacto posible. En esto resulta de inestimable rnlor la intervención paciente y analista por un lado, y adep:iás lo que cada uno de ellos tiene
de un yo preYiamente reforzado en sus niveles neuróticos, tal como lo he- proyectado en el otro. Tomando esto en cuenta, distinguimos dos tipos
mos planteado antes. Estos depositarios y los contenidos (incluido el ana- de interpretaciones, que no son de ninguna manera excluyei:ites, y que se
lista ) tienen que Sl'r analizados siguiendo cada una de la8 ramificaciones refieren a la existencia o no en la interpretación del clivaje entre analista
y cada un¡t de las ·!'elaciones, lo cual con gran frec uencia no es fácil, y lo depositado en él. En el primer· caso -de interpretación clivada-
porque el paciente intenta segrt>garlo o aporta elementos en sesiones dife- mostramos al paciente su relación consigo mismo, o lo que hace con una
rrntes o distantes, de tal modo <¡ne exige un importante esfu.e rzo del parte de él, a otra parte de sí mismo, mientras que en el segundo caso
analista. 'l'ocla esta ta1·ea corresponde tambi~n a la discriminación que -interpretación sin clivaje- nos incluimos en la interpretación sin dife-
teuernos que operar, inYolucrnn<lo en las interpretaciones - en la medida renciar en la misma el objeto interno del depositario.
en que ello vaya siendo posible- 1a avidez, la ri\·alidad y la envidia en Tomando ejemplos del material que más adelante transcribimos, lla·
todos los niwlcs de la organización edípica, determinando en cuela mo- mamos interpretación sin clivaje a la siguiente: "Usted me está mos-
mento los objetos :O' las ansiedades en juego 16, trando cómo yo la de jé toda desarmada, ~omo la masa, después de la
La preocupación en d anál isis del paciente con transferencia autista última sesión, y que usted tuvo que arreglarse sola y juntarse y unirse
ha sido siempre planteada como la necesidad <le operar t écnicamente de sola dejándome fuera a mí". En estos casos, para fa paciente, le estoy
tal manera <¡ue pncliésemos pmmr la barrera y llegar al interior del núcleo mostrando que hay "algo" fuera de ella misma, y con lo cual tiene
autista. Con el hallazgo de que el autismo coexiste siempre con una relación lo que le ocurre a ella dentro de sí misma; pero al no diferenciar
organizndón siliibiótien, con depositn:r:ios del mundo externo (incluida entre el analista -objeto externo- y el objeto interno sobre él proyec-
la transferencia simbiótica), el problema ya no se debe centrar en cómo tado, no le muestro de qué está compuesto ese ''algo'' externo; de esta
(•ntrar en el autismo, sino en cómo salir ele In simbiosis. A partir de este manera, este tipo de interpretación tiende a superar una segregación y
punto y Cl'ntrando así la intl'rp retación, podemos moYilizar t oda la orga- anulación de un ''algo'' externo que para ella no existe relacionado con
nización narcisista del paciente 17 • No sólo debemos interpretar cómo el su mundo autista.
pariente nos mantiene fuer <J ~- alejados, sino, fundamentalmente, cómo Un ejemplo de interpretación cliYada es cuando le cligo: ''Por un
nos retiene dentro lle él, manteniendo una parte de él dentro de nosotros, lado usted siente ahora sus propios afectos dentro de usted y por otro lado
y cómo somos para {•! lo qne él proyecta y no lo que realmente somos. usted misma se los rechaza y no se permite su propio afecto". En este
Con esto op<>ramos sobre la pérdida del sentido de realidad que le impone caso, queda un "algo" fuera, que es el analista, como persona indepen-
sn organización narcisista. diente y discriminada, y por otra parte, en su mundo autista queda in-
Este log-rar ~· mantener el eliYaje entre depositario y lo proyectado, corporado el afecto que, como parte del yo de la paciente, está segregado
s<- alcanza tambit-n a traYfs de nn sostenido y detallado análisis de lo pro- y proyecto sobre el analista. La respuesta de la paciente señala ese objdo
y<>ctado. d<· tal manera <¡uc paulatinamente se puede ir logrando y interno al cual estaba ligado el afecto, que ahora ya no es el analista
<>stablecicnclo una discriminación en el núcleo aglutinado y una discri- sino el objeto interno dentro de ella misma; así, responde la paciente :
minación entl"e el yo y el no-yo. La interpretación transferencia! debe ''Bueno. . . pero los he anulado. Le he dado más importanci a a toclo lo
referi rse a lo que en cada momento preciso el paciente hace con nosotros, que me resulta rechazan te (silencio). Al decir de mi padre que no nos
hacía mimos he sentido el calor de mi padre".
18 A todo esto podría aplicmsc Jo que dice .T. Hivii•re cuando estudia la reacción Es con la interpretación clivada con la que realmente provocamos
terapéutica negativa: '"Podrla objetarse aquí que ningún a nalista que se apr~cie ha
ikjado ele inh•rp1·et1tr estas manifrst aeiones precisamente de est e modo durante su una reintroyección, mientras las interpretaciones no clivadas, si bien por
prár·t.ica, y esto, po r supuesto, ''" verdad; p ero, según mi opinión, hny una gran di fe· un lado afianzamos con ellas una fusión entre depositario ~· lo clC>positado,
rencia <•ntre lo que podría llamarse interpretaciones ai;;luclas, individuales, por más por otro cumplen también una función importante ele conexión entre· l'i
canee.tas y fr ecul'ntes que t>llas sean, y Ja compn•ns ión e interpretación de tales casos adentro y el afuera del paciente, es decir. unu cierta superación de la sE>-
detallados como partes de un sistema general organizado de dPfonsa y resistencia, con
todos sus vín.cufos y ramificaciones extendidos bien lt•jos 1•n el cuadro sintmuático, en gregación que el paciente mantiene y controla.
la formación de•! c!arúcter y. en los moldes de conducta del paciente". El problema no reside en decidir a cuál de las dos interpretaciones
n En .,¡ nutis11to clínico ~e dl'be a~í t rabaj ar sohn• la simbiosis lat<>nt<', mien· tenemos que . recurrir, porque debemos utilizar ambas, sino en saber
tras que <•n Ja simbiosis clínica hay que descubrir y trabajar sobre Jos núcleos autistas. cuándo utilizar una y otra; en este sentido, las interpretaciones
Esto plantea, posiblemente, ciertas aclaracion~s de interés en el tratamiento psico·
analítico de la esquizofrenia. sin clivaje funciona n como interpretaciones "alimentadoras'', utilizando

'
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD !)7
96 JOSÉ BLEGER

Siguiendo algunas reflexiones de Strachey, tendríamos que pregun-


una expresión de Strachey, siendo tan imprescindibles una como otra. tarnos si la interpretación clivada, en que se interpreta la relación del
Ambas se alternan y complementan en el restablecimiento de la moviii- paciente consigo mismo, no constituye una interpretación extratransfe-
zación del núcleo aglutinado, es decir, en el restablecimiento progresivo rencial, y mi respuesta es que no, porque se hace siempre en el contexto
del proceso de proyección-introyección, que ya hemos señalado como pro- de la situación presente (en el aquí y ahora) .
pósito fundamental en nuestra técnica. El reiterado y repetido proceso Otro interrogante que podría plantearse es el de si toda transferencia
de proyeceión-introyección, junto con el reforzamiento del yo central por no es siempre un fenómeno de los niveles psicóticos, en cuanto el analis-
el análisis de los niveles neuróticos, hacen posible la movilización del ta es, en un momento dado, vivido en función del objeto interno que
18
núcleo aglutinado, su fragmentaeión y discriminación • Durante mucho sobre él se ha proyectado. Mi respuesta a esto sería que no siempre el fenó-
tiempo, ocurre que tenemos que manejar el núcleo aglutinado corno lo meno transferencia! corresponde a los niveles psicóticos de la personali-
que es, un conglomerado, sin saber muy bien su estructura (los objetos dad, dado que en la neurosis de transferencia la identificación proyectiva
internos en él involucrados, las partes de la personalidad y la experiencia no es masiva y es de objetos (parciales o totales) discriminados, lo cual
específica histórica), y durante todo este lapso se impone la utilización facilita la reintroyeción y el proceso es siempre más plástico, con el agre-
de la interpretación no clivada, que lleva .al paciente a reconocer un gado de que la distorsión del sentido de realidad no es nunca tan intensa
afuera que permite, por un relativo incremento de las asociaciones, re- como en la dependencia simbiótica. No obstante debemos señalar la falta
conocer y discriminar sus componentes. Cuando esto último se ha logrado de una demareación estricta entre ambas y el pasaje insensible de una
en cierta medida, la interpretación clivad& permite tentar la reintroyec- a otra.
ción, que sólo es factible cuando se ha conseguido cierto avance en la Por la naturaleza del objeto aglutinado y su dinámica particular,
discriminación. Podríamos decir que la reintroyección sólo es exitosa con durante mucho tiempo no es posible cumplir con él el "principio de las
objetos internos discriminados, y llamamos exitosa a la reintroyección dosis mínimas'', formulado también por Strachey; las ''posibilidades
estable que no es seguida de una inmediata reproyección. explosivas de la interpretación", por las mismas razones, es mucho más
Este planteo de la teoría de la técnica que aquí desarrollamos tiene fácil que ocurra en el análisis de los niveles psicóticos de la personalidad.
evidente similitud y relación con las postulaciones de Strachey, quien IJos dos tipos de interpretación que hemos señalado tienden ambas
diferencia dos fases en la interpretación mutativa, .a saber: primera, la a introducir o reforzar el sentido de realidad del paciente. En la inter-
fase en que el paciente se da cuenta de que ha dirigido directamente ha- pretación no clivada, ello es cierto en la medida en que el paciente incor-
cia el analista una cantidad particular de energía del ello; segunda, la pora inás un existente externo, aunque todavía sin discriminar entre de-
fase en que el enfermo comprende que dicha energía está dirigida hacia positario y lo depositado; en el caso de la interpretación clivada, cuando
un objeto arcaico y no sobre uno real. Sin embargo, este distingo de Stra- señalamos al paciente la relación de dos partes de sí mismo dentro de él,
chcy no es totalmente superponible con el que postulamos aquí, porque y aunque no nos incluimos expresa o explícitamente en la interpreta-
en la interpretación sin clivaje, lo que se obtiene o intenta obtener es el ción, ella obtiene, por un mayor reconocimiento del mundo interno, al
reconocimiento por parte del paciente de que hay un algo separado de mismo tiempo, un mejor reconocimiento del mundo externo.
sí mismo y muy relacionado con él; y con la interpretación clivada se Se podría decir que con esto que hemos desarrollado aquí, sólo he-
intenta introducir el sentido de realidad, mostrando que lo que él ha mos dado nombres a cosas ya conocidas y que todo psicoanalista ya uti-
mantenido· separado o disociado de sí mismo se compone en realidad liza aun sin llamarlas de esa manera. A esto respondería que indudable-
de dos partes, una que pertenece a la realidad exterior y otra que perte- mente es así, y ya lo he aclarado antes. Pero agregaría también que el
nece a su mundo interno. Estas dos modalidades de interpretación esta- dar nombres a las cosas es sólo posible cuando ellas adquieren una cierta
rían comprendidas dentro de la primera fase postulada por Strachey, y identidad como consecuencia de la discriminación. Y este proceso es lo
corresponden a los niveles psicóticos de la personalidad. La segunda fa- que hemos tratado de señalar que ocurre también en el análisis de la sim-
se de Strachey corresponde a los niveles tanto psicóticos como neuró- biosis, en el que se ütilizan muchas cosas implícitas e involucradas, hasta
ticos de la personalidad, porque al proceder a la discriminación de los que por su reiterada utilización y enriquecimiento alcanzan a discriminarse,
componentes del núcleo aglutinado tenemos que recurrir inevitablemen- a tener identidad.
te a los objetos históricos (arcaicos) del mundo interno del paciente.

18 "La selección, la discriminación, etc., están basadas en la proyección y la


introyección". P. Heiman (b) . La interpretación clivada favorece la reintroyección,
mientras que la interpretación no clivada favorece la reproyección; esto es importante
técnicamente porque es lo que también permite al analista, por Jo menos en parte, ·el
control del timing.
98 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 99

ESTUDIO DEL MATERIAL CLt~nco presentes los dos niveles, en los períodos del predominio de los niveles
neuróticos, la parte psicótica de la personalida d er a mantenida muy se-
a) Primeros antecedentes gregada y los intentos de movilizarla con la interp r etación r esultaban
infructuosos, de tal manera que lo que se debía explicitar y verbalizar
Ana :María tiene actualmente treinta años de edad e inició su trata- (tanto por ella como por mí), no debía referirse a ninguna "otra cosa" ;
miento hace poco más de cuatro años. Unos meses antes me había solici- en los períodos de predominio de los niveles psicóticos ocurría que esa
tado su marido una consulta, y a raíz de ello él inició tratamiento psico- "otra cosa" podía ser en alguna medida incluida con una cierta supe-
analítico con una mujer. Había establecido, meses antes, relaciones ración de la profunda ·disocia ción de la personalidad. Aunque la alter-
sexuales con otra persona, y wnía con el propósito de separarse definiti- , nancia de los niveles podía darse én una misma sesión, fue evidente que
Yamente de su mujer, y aunque estaba decidido a ell~, y así se lo había durant e todo un primer período muy largo, predominó el análisis de los
planteado, no conseguía afecth'amente desligarse de su matrimonio; se niveles neuróticos de la personalidad, mientras que en un segundo pe-
sentía angustiado y desorientado. Él mismo fue quien solicitó posterior- ríodo la ruptura de la disociación y la inclusión de lob niveles psicóticos
mente tratamiento psiconalítico para su mujer. r esultaron predominantes.
Ana i\laría se presentó muy bien vestida , pero sin gracia ni eleg1'n- En todo el primer período, muy prolongado, Ana María se sentaba
cia, con un peinado de peluc¡Üería muy reciente, como quien se hubiese frente a mí en una silla, al lado del escritorio, y permanecía así, casi sin
preparado para una ocasión importante; aunque poco expresiva y poco moverse, todo el tiempo, sin mirarme directamente; venía siempre con
atracth'a, resultaba una persona paradójicamente agradable, represen- ''cosas'' en las manos (cartera, bolsos, libros, cuadernos, tapado, et c.) y
tando algo menos de su edad real. Usaba anteojos demasiado grandes pa- las dejaba caer sobre mi escritorio sin ordenarlas. No parecía, por sobre
ra su rostro, y el peinado tan bien arreglado parecía en ella algo super- todo al comienzo, que diera importancia a lo que decía; era más bien un
puesto y ajeno a su rostro de intelectual. Tiempo después entendí que llenar el tiempo esperando a que sus cosas se arreglaran fuera de ella,
ahí se representaban dos de sus roles en conflicto: el ele su condición de en el análisis de su marido, mientras ella sólo tenía que esperar. Con
mujer y el ele su aspiración de profesional. Por momentos, su rostro ad- frecuencia, esta disociación era la responsable de un cierto clima de tri-
quiría una expresión torturada. Habló con cierta soltura, pero se man- vialidad o futilidad en sus sesiones: lo importante estaba en otro lado y
tenía con el cuerpo bastante rígido, con limitaciones muy marcadas de no entre nosotros 19 . En otras oportunidades, yo tenía la impresión de
gestos y mímica. Tampoco estaba angustiada . No hizo referencia a lo que ella ya me había entregado sus "cosas" para que yo "haga algo", y
que su marido podría haberme ya informado y relató que él tenía una con frecuencia pensaba que esta persona ahora en análisis era distinta
amante y que se quería separar, que esto la hacía sentirse desvalorizada de la que yo había conocido en lá primera entrevista, y que ella sólo me
y que quería restablecer normalmente su matrimonio, pero que si él deci- daba una parte arreglada u ordenada de su vida, como su peinado, y que
día separarse ella lo aceptada, y entonces venía ahora al análisis por con- yo no podía incluir nada de lo que había detrás o fuera, sobre lo cual
sejo y culpa de su marido. Ella no veía los motivos para hacer un tra- ella guardaba y me exigía implícitamente silencio.
tamiento, pero su marido lá había convencido de que tenía que prepararse Hablaba de sus relaciones con el marido, de sus hijos, tanto como de
a vh'ir sola con sus tres hijos. Ella no tenía ninguna otra cosa, y produ- su madre y hermanos, y el material no era difícil de interpretar, pero
cía la impresión de que sólo le r estaba esperar la resolución de su marído había dos limitaciones: una, que yo tenía que mantenerme dentro del ma-
y, mientras tanto, él le había dicho que su análisis podría serle muy bene- terial que ella me daba, y otra, que yo no tenía que incluirme como per-
ficioso. Lo más concreto que dijo como referencia directa a sí misma fue sona. Me encontraba, pues, con las ·mismas características que ya he
que, sin saber los motiYos, había abandonado los estudios de medicina estudiado en un trabajo anterior r que partiendo de . }os estudios de
cuando cursaba el cuarto año, y que tenía muchas dificultades para me- Abraham (b) sobre las resistencias y la transferencia de las personas con
jorar su situación económica o sus ingresos personales; tenía muy pocas un fuerte componente narcisístico, llegué a catalogar como transferencia
horas de cátedra en dos colegios secundarios. narcisística, reconociendo en la misma una simultánea organización autista
y simbiótica.
b) Curso general del tratamiento
19 Fairbairn (a) describió la futilidad y la artificialidad como rasgos de la
El curso de su análisis podría. muy esquemáticamente, describirse personalidad esquizoide y que nosotros los vemos más dependientes de una profunda
en función de una alternancia o predominio ya sea de la parte neurótica escisi6n entre los niveles neurótico y psicótico. Es posible que la personalidad csqui-
zoide se caracterice justamente por eso: por una profunda disociación entre los niveles
de la personalidad, o de la p~icótica. Esto significa que, aunque siempre neurótico y psicótico de la personaldad y por la presentación simultánea de autismo
y simbiosis.
100 JOSÉ BLEGER
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 101

Si yo no cumplía con estas dos exigencias, se producía un silencio


muy prolongado, se ponía más tensa y rígida y luego continuaba con otro
mésticos. Tiene tres hermanos, de seis, cuatro y dos y medio afios, mrno-
tema con una voz muy baja, distante y a veces quejumbrosa, ante lo cual
res que ella, a quienes cuidaba cuando chicos en ausencia de su madre .
yo tenía que hacer un esfuerzo para poder escucharla. Tampoco admitía
Los cambios de casa habían sido muy frecuentes y cada hijo había nacido
ninguna referencia al análisis de su marido ni a la analista del mismo ;
en una casa distinta; en realidad, no eran casas sino que ocupaban entre
tampoco a sus estudios abandonados ni a su dificultad en desenvolverse
todos una o dos habitaciones de una casa ocupada también por otras fa-
en el plano económico. Presentaba una gran restricción o estrechamien-
milias. Sus recuerdos eran muy escasos y la primera mudanza que
to de su yo, bloqueo afectivo con intensa disociación mente-cuerpo. Se
recuerda realmente es. la efectuada a los 17 años, cuando ya se mudaron
trataba de una personalidad simbiótica con carácter fóbico-obsesivo.
a una casa que pudieron comprar y donde ella vivió también con sus
Lo inmovilizado o no movilizable de su análisis era una parte diso- padres hasta alrededor ele un año después de casarse. Estas situaciones
ciada que correspondía a la parte psicótica de la personalidad: la tenía eran para ella particularmente dolorosas cuando yo las inelnía en su aná-
arreglada y distribuida en su marido y en mí y no me permitía tocarla, lisis relacionándolas con otro material, y se bloqueaba muchísimo duran-
incluirla ni interpretarla; si yo lo hacía, ella se bloqueaba y me bloquea- te varias sesiones, especialmente cuando yo incluía sus padres. Se sentía
ba. Esto me sirvió con mucha frecuencia como una especie de test para traicionada, pues si ella lo había dicho una vez, ¿para qué se lo repetía
probar su grado de tolerancia o permeabilidad, para detectar el grado yo 1, ¿qué objeto tenía?
de integración de su yo más maduro o "arreglado", para ver si ya podía
Gran parte del tiempo de muchas sesio1}es fue ocupada por las
intensificar el análisis de la parte psicótica de la personalidad. En un
quejas contra su madre: que siempre había sido y era autoritaria y fría;
comienzo, yo ''faltaba a las reglas' ' con muchísima frecuencia, pero muy
pronto me propuse respetar en todo lo posible su timing, porque entendí aun ahora, ya casada, siempre le daba órdenes y conse,ios sobre lo que
que necesitaba primero fortificar o consolidar el grado de cohesión de había que hacer y no hacer; era imposible ganarle en una discusión por-
que ella siempre tenía razón y actuaba como si fuese perfecta. Esta que-
su yo más maduro.
Cuando yo procedía respetando su timing, mis interpretaciones eran ja y rechazo activo de su madre era, en realidad, el encubrimiento y la
seguidas de un silencio más corto y de un bloqueo menor, pareciendo forma de retener una fuerte dependencia con ella. La proyeceión en su
muchas veces más un silencio de reflexión que un verdadero bloqueo. madre de un superyó severo le limitaba en los abusoo de su avidez ha-
Cuando hablo de períodos de predominio de la parte neurótica o psicó- cia ella.
tica de la personalidad me refiero justamente a ello: a los períodos en En contraste con la imagen que presentaba de su madre, la pacien-
los cuales la interpretación o inclusión' de la parte psicótica era inope- te se quejaba de que a ella todo le salía mal, desvalorizándose ; éste fue
rante, y en que me veía obligado a respetar su timing, y -por otra par- un núcleo melancólico que persistió durante mucho tiempo y con él se
te- los períodos en que era posible y operante movilizar la parte psicó- encubría su culpa con su madre y con sus hermanos por su avidez, y
tica de la personalidad, por lo menos en alguna proporción. El "I1ndice se negaba su envidia y su rivalidad con ellos. Había sido muy buena
del incremento del bloqueo" me servía para saber que debía seguir en estudiante, eursando hasta cuarto año de medicina, y cuando se casó
los niveles neuróticos, mientras que otro, el "índice de la reintroyec- interrumpió sus estudios sin saber por qué y sin poder retornarlos. Casi
ción", me permitía reconocer que podía intensificar el análisis de los cuatro años después recordó otro detalle al respecto: que dejó de estu-
niveles psicóticos. diar durantf' su primer embarazo, que coincidió también con la mudanza
Ya he aclarado que no se trata de períodos consecutivos y excluyen- de la casa de sus padres a una casa propia en la que viviría sola con
tes, sino de una coexistencia con un predominio alternante. De todas su marido.
maneras, durante la primera y mayor parte del tratamiento, ha predo- Su hermano menor había estudiado la misma carrera que ella sin
minado la disociación e inmovilización ; y en la segunda, un cierto grado terminarla, se había casado y vivía con su mujer y sus hijos en mala
de movilización de la parte psicótica de la personalidad; es especialmen- situación económica. Sus otros hermanos ("los del medio") permane-
te esta segunda parte la que estudiaré aquí con más detalle. cían solteros y vivían con los padres en una verdadera situación para-
Con este curso del análisis me fui enterando -por fragmentos o sitaria: no les duraba ningún empleo, no se sabía tampoco en qué
segmentos y algo así como "de paso"- que se había casado hace sie- trabajaban en cada ocasión y sus padres tenían con mucha. frecuencia
te años y tenía tres hijos varones de seis, cuatro y dos años. Procedía que darles diner~ del que carecían. Por períodos se pasaban mucho
de un hogar muy humilde, y fue su madre la que mantuvo el hogar sa- tiempo durmiendo o acostados en la cama. Sus hermanos no eran nom-
liendo de la casa a trabajar en distintos lugares durante todo el día, brados, eran solamente "los del medio" y "el menor".
mientras que su padre se quedaba en la casa y hacía los quehaceres do-
Su padre era el personaje más ausente o casi total~ente ausente del
análisis. Ana María le tenía lástima y desprecio, lo vefa totalmente
102 JOSÉ BLEGER SD!BIOSIS Y A)!BJGÜEDAD 103

sometido a su madre e incapaz de intervenir o de "meterse'' dejando taba progresiYamente cada wz más distante y fría, ya ni me miraba ni
todo a cargo de la madre. ni entrar ni al salir, su material era cada wz más escaso y monótono, su
Ana María terminó de casarse con su marido en el curso del tra- rnz más apagada. Habíamos llegado a una relación en que también
tamiento, cuando se pudo analizar en cierta medida la dependencia con conmigo se imponía ahora el diYoreio o la separación, pero ella necesitaba
su madre, la rivalidad y el sometimiento con culpa, por la fantasía de que yo la actuara como lo había hecho su marido. Estaba induda-
haberla desplazado de la casa y haberle robado los hijos. En una opor- blemente ante una reacción terapéutica negatiYa bien instalada. Yo re-
tunidad, y muy de paso, casi no pude escuchar bien, recordó cómo ella sultaba cada wz más ignorado y frustrado y pensaba que así debió sen-
fue siempre la preferida de su madre, la que siempre tenía las mejores tirse su marido cuando intentó romper el YÍnculo matrimonial con ella.
comodidades en la casa, y la única a quien se le festejaban los cumple- La situación se había hecho para ella ya muy peligrosa y claustrofóbíca .
años y podía viajar eh las vacaciones. De aquí partió el análisis de la . Permanentemente t<.>nía que recuperarme ele la desesperanza y la frus-
culpa por haber desplazado a sus qermanos y haberse ella quedado con tración; de la impotencia que ella me delegaba, e interpretaba sistemática-
todo; su autodesvalorización encubría esta culpa y su avidez. La mis- mente lo que entre nosotros estaba pasando.
ma función se cumplía a veces tomando una interpretación recién for- El tipo de relación transferencia! tiene entonces, indudablemente,
mulada, indignándose consigo misma por ser de esa manera o por tener todas las característíeas de tm YÍnculo uarcisístico, con una organización
tal conflicto. autista y simbióticü simultáneamente; simbiótica, en cuanto me había he-
Además de la madre y los hermanos, un tercer tema de su análisis cho depositario masirnmente de una parte de su personalidad que no
en este período fue el análisis de su relación con su rilarido y sus hijos, podía reíntroyectar; ,- 11utista en cuanto tio me dejaba a mí penetrar y
relación de sometimiento y culpa por desplazamiento 8obre su marido aparecer cou1o persori.a, sino sólo como depositario que debía actuar en
de su relación con sus hermanos. los límites impuestos por ella. ·
Sorpresa, asombro, desconcierto, eran a veces sus reacciones cuando Había podido trabajar en los niveles neuróticos de su personalidad,
alcanzaba a vivénciar como propias sus proyecciones; pero esto fue más sobre los objetos disociados, proyectados, desplazados, pero no lograba la
intenso cuando empezó a ·ver todo lo que ella hacía para que su marido movilización ele los niwles psicóticos; ella controlaba estrictamente su
fuese el que cargara con la decisión de separarse en función del encierro tíming y había obtenido de esta manera un cierto reforzámiento de su
y ahogo en el matrimonio (ahogo en su dependencia y su sometimien- yo más integrado 21 • Para ella, el tratamiento estaba terminado y con fre-
to) 20. Mejoró también en parte, en esta época de su análisis, una difi- cuencia yo recordaba lo dicho por Freud en ~1ncílisis term inable e inter-
cultad en el coito, que consistía en que después de su orgasmo no podía minable: "La experiencia analítica nos ha enst>ñado que toda mejoría es
tolerar la eyaculación intravaginal del marido y lo obligaba a la eyacu- enemiga ele la curación; que en cada fase del restablecimiento nos Yernos
lación entre sus muslos: en otras oportunidades ella misma no alcanzaba obligados a luchar con In inercia del paciente, siempre dispuesta a con-
el orgasmo si el pene se mantenía dentro de la vagina. También dejó formarse con un resultado imperfecto''. Yo seguía así luchando contra
de usar los anteojos, que fueron reemplazados por lentes de contacto, lo lá inercia, la de ella y la de mis reacciones contratransferencíales, y seguía
cual mej oró notablemente su 'aspee.to. interpretando sistemáticamente tratando de usar mí energía y de movi-
Todo el análisis consistía en esta época en interpretar sus proyec- lizar las de ella.
ciones y desplazamientos, tanto como sus temores. La interpretación de En un momento dado, se propuso dejar el tratamiento por sus di-
su dependencia ocupó también bastante tiempo del análisis, pero yo no ficultades económicas, ya que buena parte del tratamiento era solventado
sabía qué era esa dependencia, de qué estaba formada,. y me sentía ma- con la ayuda económica de su marido. De esta manera y en esta ocasión,
nejando o hablando de un "paquete" o un conglomerado del que no era ahora el dinero el responsable de nuestra separación y ella nuevamen-
podía to1favía saber cuáles eran realmente sus componentes. En la me- te una YÍCtima de las circunstancias. Éste fue el acmé de una situación
dida en que fue mejorando su relación con su madre y sus hermanos, su claustrofóbica transferencia!, en la que ella se sentía encerrada y perma-
marido y sus hijos, fue intercalando sugerencias de que su tratamiento nentemente amenazada por las partes psicóticas de la personalidad que
llegaba al final y que ella ya se sentía sana, cosa que yo le interpretaba temía yo la forzara a reintroyectar. Constituía, por otra parte, una repe-
pero que volvía a aparecer persistentemente. tición en la transferencia de las cosas empezadas y no terminadas (como la
Paralelamente, su relación conmigo empeoraba. -Los silencios que Facultad), y una actuación de sus fantasías edípicas infantiles tampoco
seguían a mis interpretaciones se hacían más prolongados y pesados; es-
21 Ya he seiialado cómo, debido a la existencia y mantenimiento de esta
20La infidelidad del marido fue un intento de salir del encierro simbiótico disociación o división de la personalidad, el yo más maduro puede -pnradójica·
por medio de una diversificación de vínculos con nuevos depositarios. mente- integral'so mejo1'.
104 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 105

realizadas ni satisfechas. Intervenía también su culpa por todo lo que reci- e) Rasgos transferenciales y contratransferenciales
bía pasivamente. Mientras se analizaba todo esto, empezó a deprimirse y a
llorar casi continuamente y por cualquier motivo en su casa. Fue muy Ya no me miraba y me ignoraba totalmente. Sus sesiones se hicieron
grande su sorpresa y su incredulidad cuando le empecé a interpretar que más pesadas y sus asociaciones más escasas, su voz más apagada, con
~
ése era el llanto y la tristeza por tener que separarse de mí. Las relacio- pausas largas aun entre palabra y palabra. Siempre mi interpretación
nes entre su llanto y tristeza con nuestra posible separación estaban total- era seguida de un silencio muy largo y pesado y retomaba hablando de
mente reprimidas, pero- ahora era capaz de llorar y deprimirse --eosa que otro tema. Había aumentado el bloqueo afectivo y la rigidez de su cuerpo,
no había ocurrido ni aun durante el intento de separación con su mari- permaneciendo inmóvil y tensa. A veces se agarraba del borde del diván
do-; era la consecuencia de un mayor grado de fortalecimiento e inte- o bien aplicaba las dos palmas de las manos in extenso sobre la superficie
gración de su yo; de no haber ocurrido esto último, creo que se hubiera del diván (hecho que he observado también en otros pacientes en la trans-
separado de mí reforzando su bloqueo y rigidez corporal y reforzando ferencia simbiótica intensa).
los mecanismos melancólicos. Este episodio, con el riesgo de perderme, le Contratransferencialmente tenía que hacer un gran esfuerzo para
hizo sentir en alguna medida el afecto que me tenía, porque es muy evi- recordar, después de cada pausa, el material anterior; con frecuencia ''se
dente que en un vínculo simbiótico estacionario no se siente afecto ni me perdía" y penosamente lograba recuperarlo. Esto significaba que te-
amor, y éstos aparecen solamente cuando se pierde o se corre el riesgo nía que luchar permanentemente para no perder mi rol y no asumir el
de perder el objeto ; no saben qué y cuánto quieren al objeto mientras no rol que me adjudicaba: el de un simple depositario de parte de su mundo
lo pierden. Pero al mismo tiempo, para que aparezca este afecto tiene y objetos narcisísticos. El poder de invasión de sn identificación proyec-
que haber una cierta integración del yo 22 . tiva era muy fuerte y tendía a anularme en mi identidad como analista.
De esta manera el tratamiento continuó; mis interpretaciones seguían Siempre que podía, la interpretación empezaba diciéndole lo que ella
siendo bloqueadas con un silencio pesado, pero se esforzó en conseguir más acababa de decir y lo que había dicho antes de quedarse en silencio, o lo
horas de cátedra y alumnos particulares, con lo cual mejoró en alguna que ella acababa de decir y mi interpretación anterior al silencio; le
proporción su situación económica. unía significativamente ambos segmentos. En algunas oportunidades te-
Poco tiempo después, por una apuesta con una amiga, para mostrar- nía que autocontrolarme de una especie de compulsión a interpretar y a
le de lo que era capaz, se empieza a acostar en el diván. Y entonces se hablar más que ella, para poder escapar del bloqueo con el que me in-
acentúan, aún más, los fenómenos correspondientes a la parte psicótica filtraba, y escapar así del eontrol y la inmovilización.
de la personalidad y a su respectivo control e inmovilización. Puede con- La interpretación en términos de sentimientos (angustia, amor, odio,
tinuar el tratamiento reteniendo la disociación entre sus partes neuróticas rivalidad, etc.) eran palabras vacías, porque todo eso ocurría en el área
y psicóticas y con ello su dependencia; su deseo de continuar el trata- corporal faltando su respectiva representación en el área de la mente.
miento aparece como una imposición desde afuera, proyectando su superyó La mente tiene en estos pacientes una fuerte organización lógico-racional
en una amiga, y de esta manera su sometimiento a su propia dependencia y los afectos son directamente vividos en el cuerpo; tienen que aprender
aparece enmascarado como desafío. Con esto logra que su dependencia esté a discriminarlos y a representarlos (percibirlos) en el área de la mente,
proyectada fuera, y puede así eludir la reacción claustrofóbica conmigo y y para ello hace falta superar la disociación cuerpo-mente. Aprendí que
aceptar de esta manera la continuación de su tratamiento, lo cual estuvo los afectos tenía que señalárselos en el comportamiento corporal (posición
también condicionado por su imposibilidad de poder enfrentar la tristeza de las manos, movimiento de los pies, respiración entrecortada, cambio de
de nuestra separación. Su dependencia es el resultado de mantener pro- sitio de la cabeza, etc.) y recién después darle nombre a esa emoción,
yectado en un depositario su núcleo aglutinado (su parte · psicótica, in- relacionándola con lo que estaba ocurriendo en la relación transferencia!.
madura o indiferenciada), y por esto mismo, la relación con el depositario Para ella, en este período del análisis, carecía de sentido y resultaba in-
(analista) se torna claustrofóbica, ante lo cual tiende a separarse; pero operante el que yo formulara la interpretación diciendo, por ejemplo,
si lo intenta tiene que enfrentar un nuevo peligro: el de la reintroyección. "usted siente ... ", porque en realidad no lo siente ; más bien, el senti-
miento sólo ''ocurre'' en el cuerpo y para poder sentirlo hace falta
elaborar la disociación cuerpo-mente logrando una mayor integración del
yo. Pude ir comprendiendo que su proyección masiva ocupaba tanto su
cuerpo como el mío (en tanto yo sólo le servía como depositario), con
una falta de discriminación entre las áreas del cuerpo y del mundo ex-
22 Balint, M. (b) reconoce un tipo de pacientes que tienden en el análisi5 a
una perpetuación de la dependen<Jia y en quienes sólo la terminación del análisis terno (mi cuerpo) ; ambos formaban un sincicio indiviso que era ocupado
moviliza ansiedades. ·
106 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y A1>1llIGÜEDAD 107

por su proyección masiva. En contraste, se mantiene ttria fuerte disocia- las experiencias más divergentes y aun contradictorias y excluyentes;
ción mente-cuerpo, en la cual la mente es su yo más ílltegrado (en una pero era contradictorio y confuso para el yo más integrado (el mío o el
sobreadaptación obsesiva) que controla rígidamente al · depositario (su de ella), porque dentro del núcleo aglutinado todo esto componía un¡¡.
cuerpo y el mío, indivisos), en el cual está proyectada ia parte más in- sola amalgama, ni confusa, ni contradictoria, ni ambivalente. L~ estruc-
madura de la personalidad (núcleo aglutinado). Esta disociación mente- tura del núcleo aglutinado corresponde a la de una polivalenci¡t o am-
euerpo no funciona como una división esquizoide de objeto bueno y malo bigüedad que desarrollaré más adelante.
sino como una división, separación o fisión entre dos niveles de integra- Se hace necesario también subrayar una sensación contratransferen-
ción de su personalidad. En el depositario quedan así controlados un cial ·que ha sido muy frecuente con este tipo de pacientes, y nos referimos
cúmulo de experiencias afectivas no discriminadas entre sí que resultan a la impresión de estar forzando al paciente a conectarse, reconocer y
peligrosas reintroyectar. Nos parece importante señalar o subrayar que reintroyectar partes de sí mismo que están muy segregadas; y con ello, el
ia disociación cuerpo-mente -por lo menos en algunos niveles de orga- sentir como que uno está faltando a un "pacto" o, mejor dicho, que uno
nización de la personalidad- no es solamente eso, sino que es una ver- está Yiolando el pacto y violando al paciente. Creo que esto corresponde
dadera disociación mente-mundo externo, y de este último forma parté a la realidad, en cuanto en alguna medida estamos forzando al paciente y
el cuerpo, con lo cual éste resulta estar totalmente alienado o enajenado. no respetando totahilente su timing y con ello su inmovilización. Aunque
Mente-mundo externo (incluyendo cuerpo) resulta en estos casos una hay un límite que no debemos sobrepasar -y que . es muy difícil de fijar
separación o fisión de dos partes distintas de la personalidad 23 • teóricamente-, lo que técnicamente hacemos en el análisis de la psicosis
En algunas oportunidades me encontraba con un sentimiento de culpa transferencia! no difiere de lo que hacemos en todo análisis en lo relativo
por no hacerla progresar más rápidamente, y entonces me daba cuenta nl manejo del timing de la interpretación. Sin embargo, la reacción con-
que eso era consecuencia de su control, su pasividad y su avidez: ella tratransferencial que he citado ocurre más específicamente en el análisis
me hacía sentir culpa para que yo -por culpa- me empeñara en seguir de los niveles psicóticos (o de la psicosis transferencia!), porque allí ope-
dándole más, sin tener ella que ser activa y sin tener que pedir, eludiendo . ramos con objetos no discriminados, con un núcleo aglutinado cuya moYi-
de esta manera su propia culpa por su dependencia y su avidez. Esto 1ó lización durante mucho tiempo sólo se puede hacer masiva o globalmente,
he encontrado con frecuencia en la dependencia simbiótica; el paciente de tal manera que la reacción contratransferencial es así consecuencia
recibe pasivamente en forma disimulada (muda) como si no recibiera del carácter de lo que estamos manejando u operando. La impresión de
nada, y en función de ello evita o enmascara la propia culpa por estar estar fol'zando el análisis no aparece como que estamos persiguiendo al
recibiendo, y al mismo tiempo trata de que, por culpa, uno le siga dando paciente sino con el carácter de que lo estamos abrumando; diferencia
más, sin tener él que pedir y como ''si le viniese de arriba'' ; así disimula que se corresponde también con la existente entre un objeto parcial (per-
lo que hace para que se les. dé (ser la preferida de la madre). secutorio) y el núcleo aglutinado (abrumador para el yo).
La alternancia de roles era a veces bastante notable : yo me blo-
queaba cuando ella estaba más conectada, y viceversa, cuando yo la com- d) Confusión a la entrada y la salida de las sesiones
prendía mejor, ella se bloqueaba más. Con mucha frecuencia, especial-
mente cuando se movilizaban núcleos : psicóticos de la personalidad, me f,a entrada y salida de las sesiones son los momentos en que se pro-
encontraba desconcertado para interpretar y a veces confundido; especial- duce una redistribución de la parte psicótica de la personalidad, en rela-
mente no alcanzaba a distinguir cuál era el objeto y el vínculo que en ese ción con el yo más maduro e integrado. Ana María era muy puntual y
momento estaba en juego en la transferencia. Trabajando reiteradamente nunca faltó; generalmente esperaba sólo unos pocos minutos hasta que
con esta reacción contratransferencial, llegué a la conclusión de que en yo la invitaba a entrar. En ese momento cambiaba de golpe, ocurría una
esos momentos yo reaccionaba como su propio yo más maduro en la traiis- verdadera metamorfosis: entraba ausente, como en un estado hipnótico,
ferencia psicótica, a la puesta en juego de las partes más inmaduras de que progresivamente fui reconociendo como un estrechamiento del campo
su personalidad, y que mi desorientación se debía a la calidad del material de la conciencia y como conciencia brumosa. Esto era todavía mucho
que entraba en juego, es decir, un material no discriminado que contenía más acentuado cuando en algunas oportunidades la había escuchado reír
y hablar con vivacidad con algún otro paciente con quien podía encon-
23 En distintos escritos, M. Klein (b, d, g) ha señalado la existencia de dis- trarse. Parecía una autómata que repetía mis movimientos, no me miraba
tintas "formas de disociación aún oscuras" (d, pág. 203), tanto como la disociación ni miraba la habitación. l\'Ie saludaba siempre que yo lo hubiera hecho
entre partes de la personalidad, y cómo la ruptura de esta última disociación produce y de la misma manera; siempre resultaba que era ·yo el primero en tender
una verdadera conmoción (d, pág. 163).
A esta "fisión o separación de dos partes distintas de la personalidad" la he la mano y en decir el saludo, y ella l'os repetía. Esto tenía todas las ca-
posteriormente designado sistemáticamente como clivaje. racterísticas de una verdadera ecolalia y ecopraxia. Luégo se dirigía a
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 109
108 JOSÉ BLEGER

para que yo me hiciera cargo. De aquí en adelante empieza el control


mi escritorio y sobre él dejaba caer su abrigo, su libro o revista o bolso rígido, para evitar una nueva movilización de ese ordenamiento que ella
o cartera, porque siempre venía con varias cosas en las manos, que traía conseguía al entrar. El no mirar al terapeuta lo he comprobado también
de cualquier manera y las dejaba caer en el escritorio sin ordenarlas allí, en otros casos, como un temor a ser hipnotizados o influidos, es decir, a
aliviándose de una carga que la rebasaba por todos lados y que mantenía ser nuevamente invadidos por el yo del terapeuta, anulando su propia
con dificultad entre las manos; de esta manera se simbolizaba su deposi- personalidad. Esto coincidía con una impresión persistente que yo tenía
tación en mí. Y después se acostaba como una autómata cuidando de en el momento en que Ana María entraba y la saludaba; la de que la
darme la espalda en todo ese tiempo y de no mirarme, y de que mi mirada introducía dentro de mí, dentro de mis cosas, en un mundo extraño para
no se encontrara con la de ella. No necesitaba acostarse, caía ya ''arma- ella, temido y desconocido. El relativo equilibrio que ella lograba luego,
da" en el diván, quedaba en silencio unos minutos y después empezaba lo era a costa de un gran estrechamiento de su yo, que persistía durante
a hablar con voz apagada, sin vivacidad y en forma muy pausada. El toda la sesión, y con un rígido control tanto de lo proyectado como del
estado de conciencia estrechada persistía durante toda la sesión, aunque depositario. De esta manera, había dos reintroyecciones peligrosas que
con alternativas o variaciones, durante muchos meses de su tratamiento. ella tenía que evitar : la de lo proyectado y la del depositario.
La entrada a la sesión era el momento peligroso en que se podía Mucho tiempo después, cuando ya se había logrado en cierta medida
producir una reintroyección y movilización masiva de todo su núcleo fortificar su yo y elaborar y discriminar su núcleo aglutinado en su rela-
aglutinado, frente a lo cual tenía que defender la organización de su yo ción conmigo y había disminuido, por lo tanto, el peligro de que la pro-
más integrado del peligro de una desorganización psicótica. Esta movi- yección y la reintroyección fuesen masivas y abrumadoras, podía entrar
lización era en cierta medida controlada de peligros extremos, por un y sacarse el abrigo dentro de la habitación del consultorio, podía saludar
evitamiento de la reintroyección con todo el ritual que acabo de describir, al mismo tiempo que yo sin esperar a que yo lo hiciera primero y sin
pero también no dejaba de producirse una cierta movilización del núcleo repetir el mismo saludo que yo; dejó de venir con "cosas" en las manos
aglutinado con aparición de desorientación y confusión en la paciente ; y sólo traía una pequeña cartera que dejaba siempre en mi escritL do.
era un momento de cierta fusión entre su yo más integrado, el núcleo Esto se notaba también en el curso de la sesión en que me tomaba más
aglutinado y el depositario, y en cierta medida se perdían los límites en cuenta a mí como persona, y al contar algo añadía, por ejemplo: "No
entre el yo y no-yo, entre ella y yo, produciéndose una pérdida de discri- sé si me explico" o "No sé si me entiende".
minación, una regresión de su personalidad total; en estos momentos Al finalizar la sesión se repetía la misma operación. Minutos antes
funcionaba con una identificación primaria, reproduciendo dentro de ella ya se preparaba para irse, se ''armaba'' para poder ~epararse de mí;
todo fo que yo hacía, como parte de su propio yo; y éste es el proceso o repetía los mismos gestos y palabras con que yo la saludliba, tomaba to-
mecanismo que sirve de base a los fenómenos de ecolalia y ecopraxia que das sus cosas al azar de mi escritorio y se iba sin mirarme, a veces muy
he descrito, pero que también tiene lugar en otros fenómenos, tales como mareada o vacilando en el caminar, o confundiendo a veces la mano en
la flexibilidad cérea, el estado hipnótico, el mimetismo y el automatismo. la que tenía que tener sus cosas con la mano con que- me saludaba. Con
En todos estos casos, el yo es abrumado por el núcleo aglutinado reintro- fr ecuencia, en los primeros meses de análisis, yo quedaba con cefalea,
yectado y su única posibilidad es funcionar con la identificación primaria, tenso o cansado o con una sensación de liberación.
funcionar como yo lo hacía, con una identificación introyectiva masiva Mucho más adelante, cuando sus proyecciones dejaron de ser tan
del depositario y no sólo de lo depositado : el depositario introyectado se masivas, yo ya no tenía reacciones contratransferenciales de este carácter
constituye directamente en un núcleo del yo 24 • -como sensaciones globales y agobiantes- sino como impresiones mucho
Mientras caminaba hacia mi escritorio se producía ya una redistri- más definidas, y la contraidentificación proyectiva se hacía con un rol
bución; en primer lugar, el solo hecho de caminar ya ponía un cierto muy específico. Tal ocurrió, por ejemplo, en una oportunidad en que yo
orden en el que yo estaba fuera, y ella separada de mí; un otro momento di por terminada la sesión diez minutos antes creyendo que era el tiempo
importante lo constituía aquél en que "largaba" sus cosas sobre mi es- que correspondía, y con ello actué una reacción claustrofóbica de ella.
critorio como entrega masiva (reproyección) de toda una parte de ella
e) El síntoma
24 R-Odrigué, E. (a) dice al respecto: "La llamada 'inversión pronominal' ...
está. evidentemente relacionada con la confusión subyacent" de 'yo' y 'no-yo'. En un Había además un síntoma que ya me lo había "anunciado" en la
niño autista también viose que la ecolalia representaba esta confusión y la de-
fensa contra ella: a.l repetir la palabra, era. la otra peraoua (confusión), pero al ser primera entrevista y que aparecía muy de tanto en tanto en su material:
el eco de la otra persona, reflejaba la palabra al exterior sin asimi!lula". era el de su abandono de la carrera, su duda en retomarla y las dificul-
Freud, en "Psicología de las masas y análisis del yo", refiriéndose a la hipnosis tades que atravesaba cuando se disponía a estudiar o volver a la facultad.
y al enamoramiento, dica que en ambos procesos el hipnotizador y la persona amada,
respectivamente, se sitúan en lugar del ideal del yo del sujeto.
110 JOSÉ BLEGER SIMBIOSiS Y .AMBIGÜEDAD lll

Este síntoma era un verdadero "magma'', una condensación de cosas débil, sometido y castrado. No sabía si para ser hombre tenía que ser
muy heterogéneas que cumplía las funciones y tenía la estructura y va- como su padre o como su madre; y lo mismo en el caso de ser mujer. No
lidez de una verdadera restitución psicótica. Nunca se podía persistir había tenido pautas definidas y consistentes para la identificación, por-
mucho tiempo en el análisis del mismo; era rápidamente disociado; siem- que los roles y los personajes fueron altamente ambiguos. Los hermanos
pre que lo nombraba era más bien una manera de recordarme que ella eran de ella y del padre, o· de ella y de la madre-padre y alternativamente
me lo había entregado y que estaba esperando que yo le entregara la en todas las variantes de estos roles. Para tener éxito ··y seguridad había
solución. Si yo intentaba seguir interpretando sobre este síntoma, su que ser como la madre y no como el padre fracasado; peró en este caso
bloqueo se incrementaba junto con su tensión y sus silencios. entraba en riYalidad con su madre y la perdía o destruía , o bien tenía
El abandono de sus estudios y la dificultad para estudiar eran, noto- que correr con el riesgo de su venganza. Su padre aparecía muy poco en
riamente, perturbaciones de la sublimación., Muchas inhibiciones por el análisis, estaba más bien fundido dentro de la figura de la. madre.
déficit en la sublimación las creo relilcionadas con el bloqueo de la parte Todo esto estaba contenido dentro de su núcleo aglutinado, en la parte
psicótica de la personalidad (núcleo aglutinado), con la proyección dé psi<>ótica de la personalidad, pero como experiencias o núcleos no discri-
esta última sobre el depositario (en este caso la facultad o el estudio), minados, tanto entre su padre y madre como entre éstos y ella misma.
que luego es manejado evitativamente (fóbicamente). La perturbación Si se insistía en el análisis de estas situaciones su defensa era una orga-
en asimilar el conocimiento es del mismd carácter que la perturbación nización melancólica en la cual su superyó era la madre posesiva, activa,
que presenta en la relación transferencia! para asimilar la interpretación; controladora, dominadora, y su yo el padre débil, fóbico, pasivo y castrado.
en ambos casos, el peligro es el de la reintroyección masiva, pasando con En .Ana :\Iaría han influido, además, en este déficit de la personi-
ello al mismo tiempo a ser blanco de su propia avidez y envidia, inclui- ficación, las muy frecuentes mudan.zas que tuvieron lugar hasta que ella
das o implicadas en la reintroyección. cumplió 17 afios de edad, porque estos cambios continuos la obligaban a
Ert est e síntoma se condensaban las restricciones de su yo, la parte ,. · una permanente movilización de ansiedades v objetos, forzando reitera.
no discriminada de la personalidad, involucrando una situación edípica muy clamente la reintroyección, con una consigui;nte y ulterior reproyección
compleja. Le resultaba muy intolerable que yo le asociara este síntoma masirn ~". Frente a continuas mudanzas ~· con una situación edípica tan
con sus relaciones con sus padres y hermanos. f;;stas eran las escasísimas compleja, el estudio fue lo más permanente; inclusi\·e no cambiaba de
oportunidades en qtte ella podía a veces protestar un poco más abierta- escuela aun en el caso ele que la mudanza se hubiese hecho a otro barrio,
mente, diciendo que yo le "metía" sus padres, o que "eso" ya lo sabía, aunque tudese que caminar muchas cuadras. Dado que el estudio fue
o ella ya lo había dicho en otra oportunidad. lo más estable,· se constituyó en el depositario más fiel de la parte psicó-
Estudiar medicina era un núcleo aglutinado altamente complejo. tica, disociada de la personalidad:
Su madre había querido que el hermano mayor ele la paciente estudiara
esta carrera y ella la había elegido para cumplir con esos deseos de la f) Ambigüedad, polivalencia y polarización del núcl.eo aglutinado
madre y poniéndose así en lugar del hermano. A su vez, su madre no
quería que ella estudiara medicina, y el hacerlo era una rebeldía, una Podemos ahora adelantar en el conocimiento de la estructura del nú-
posibilidad de romper la dependencia con ella. Estando embarazada de cleo aglutinado, reconociéndolo como una parte no discriminada de la
su primer hijo, abandonó el estudio para retener a su madre, pero personalidad que se halla ligada genéticamente a todas las experiencias
al quedarse en la casa es como su padre y se siente encerrada en su condi- ambiguas qu<' no han dado lugar a pautas definidas en la organización
ción de mujer-hombre sometida a la necesidad de su madre. La carrera de la propia personalidad, porque no se ha establecido básicamente una
significaba la rivalidad con los hombres, pPro resulta nrny culposo seguir discriminación en los nh'eles más profundos de la situación edípica (en-
estudiando cuando su hermano fracasó en la misma carrera. N"o dif'eren- tre los objetos padre-madre ~· del propio yo del padente) . N'os sirve
ciaha muy bien entre mamá-mujer que tuvo hijos y mamá-hombre que tail1biC.n de fundamento al respecto una obserrnción de M. Klein ( d),
salía a la calle a ganar el sustento; Ja misma situación existía con respecto
25 Kanner ha señalado en el autismo precoz infantil 1111 "deseo ansiosamente
a su padre-hombre y a su padre-mujer que se quedaba en la casa aten- obsesivo de mantener la igualdad" y el efecto ahrumador de los cambios de rutina
diendo Jos quehaceres domésticos. Esto coincidía con un déficit en su y -<fo las mudanzas. De igual modo, E. Pichon ]}iviere ha señalado en sus clas<!s el
personificación y en la concomitante falta de discriminación entre feme- papel desencadenante que tienen las mudanzas en el autismo de KaunPr. La rutina
nino y masculino; no sabía, en la. situación edípica, si ella era varón con dentro de una misma casa es lo que permite rnante1wr proyeetada y disociada la
parte psicótica de la personalidad, y gracias a esta disociadón el yo puede lograr un
su madre-mujet• o mujer con su madre-hombre y, respectivamente, la grado creciente de integración, al mantener segregado de sí una parte muy abru-
misma situación con su padre. Al mismo tiempo existía culpa por echar madora. E ste papel de depositario estaL!e no lo cumplió en m¡estrn pacie1¡te la casa
a la madre y quedarse con sus hijos y culpa por sü padre a quien veía ~ino el estudio.
112 JOSÉ BLEGER
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 113

quien dice: ''En los individuos muy enfermós, esta incapacidad de des-
enredar la relación hacia una u otra de las figuras parentales -debido a las defensas" ( f, pág. 481) . Pero además se debe suponer que para
a que se hallan inextricablemente ligadas en la mente del paciente- des- que subsista esta situación en una buena parte de la personalidad, debe
empeña un rol importante en los estados de grave confusión". En la agregarse una debilidad del yo que permite introyeccicnes múltiples, muy
parte psicótica de la personalidad persiste una situación edípica muy fáciles, sin selección y sin estratificación. Este tema que desarrollamos
primitiva, en la que no se ha producido una discriminación en la pareja aquí lo creemos muy relacionado con algunas descripciones que hallamos,
combinada, ni una discriminación entre los objetos edípicos y el yo del entre otras, en los escritos de P. Heiman y M. Klein. Dice, por ejemplo,
paciente. En el núcleo aglutinado, por las mismas razones, tampoco al- la primera de las autoras: "Un niño que «es demasiado bueno» absorbe
canza a discriminarse lo que en el neurótico· constituye el yo, el superyó, indiscriminadamente sus objetos; continúa siendo un receptáculo de
ideal del yo y yo ideal. personifieaciones e imitaciones y no llega a tener «carácter», le falta
Un hecho significativo para la comprensión de la dinámica del nú- «personalidad»" ( b, pág. l 21). Ana l\1aría se comporta -ya lo he des-
cleo aglutinado, es el de que, no existiendo aún discriminación entre sus crito- de este modo, como "un niño demasiado bueno" y la única ma-
integrantes, la parte psicótica de la personalidad es muy ambigua, en el nera de defenderse de ello y de la am bigücdad es con su rigidez caracte-
sentido de que ella puede alternativamente funcionar de manera muy rológica. En "Envidia y gratitud" (págs. 123, 131y132), M. Klein hace
divergente, distinta, segfm el predominio circunstancial dentro de la mis- también consideraciones acerca de que lo característico de un yo débil
ma de algunos de sus distintos componentes o integrantes. En otros tér- es el hallarse expuesto a identificarse con una variedad de objetos en
minos, la parte psicótica de la personalidad (núcleo aglutinado) es capaz forma indiscriminada, y que ''las dudas con respecto a la posesión del
de polarizaciones funcionales extremas, pudiendo entonces polarizarse en objeto bueno y la correspondiente incertidumbre acerca de los propios
algunos de los núcleos de identificación y funcionar como un yo, superyó, sentimientos buenos contribuyen asimismo a la formación de identifica-
yo ideal o ideal del yo. La ambigüedad y la polarización extrema sus- ciones voraces e indiscriminadas. Esas personas son fácilmente influidas
tentan la aparición de los fenómenos que he reseñado más arriba, tales porque no pueden confiar en su propio juicio". Rosenfeld (f) ha seña-
como el mimetismo, la metamorfosis, la ecolalia, ecopraxia, imitación, lado también que el desarrollo de un superyó y un yo normal, resuelve
hipnosis, etc. Esta polariz<tción se produce como defensa frente a la la posibilidad dr realizar identificaciones selectivas.
ambigüedad o la confusión, y puede ser de extrema labilidad o fácil En la relación transferencia!, yo era con frecuencia una madre idea-
cambio, o persistir como una organización relativamente estable de la lizada 27 , pero a su vez perfecta, exigente y persecutoria, que la sometía,
personalidad, pero que puede alternar, por ejemplo, entre una extrema le quitaba su personalidad, y ella se sentía humilla.da como su padre. La
rigidez y un extremo sometimiento 26 • rivalidad y la envidia estaban permanentemente operando, y aunque muy
Lo que caracteriza entonces a la parte psicótica de la personalidad alejadas de la posibilidad de insight, podían operar rotando totalmente
(núcleo aglutinado) es su poli valencia, que le da la cualidad de lo ambi- nuestros roles: yo era controlado y sometido rígidamente --como su pa-
guo y a su vez la posibilidad de polarizaciones muy variadas; una de dre castrado- por ella, que se comportaba como su madre. Ana María
ellas puede ser la organización melancólica, tal como la hemos visto pre- se comportaba pasivamente conmigo, pero al mismo tiempo me sometía a
sentarse en algunos momentos en nuestra paciente Ana María. su control, su timing y sus necesidades ; era activa siendo pasiva, y yo
siempre corría el riesgo de ser pasivo aun siendo manifiestamente activo.
Genéticamente, el núcleo aglutinado es el resultado de una aglome-
ración de múltiples identificaciones primarias no discrimina<ias ni estra- Nunca tuve con otro paciente, tan claramente y en forma tan continua-
tificadas. Pienso que esto debe ocurrir normalmente en el desarrollo de da, la vivencia que tenía con Ana María; que durante el análisis ella apren-
los estadios más tempranos del complejo de Edipo, y M. Klein hace una día y que no era solamente llevar a la conciencia lo ya existente, sino
sugerencia que podemos conectar ahora con la formación del núcleo discriminar lo que nunca ella había logrado hasta ese momento. Esta
aglutinado; dice esta autora que los estadios más tempranos del complejo discriminación siempre era primero lograda en material referido a situa-
de Edipo "están caracterizados por fluctuaciones rápidas entre diferen- ciones externas al análisis y recién posteriormente en la relación trans-
tes objetos y finalidades con las correspondientes fluctuaciones en cuanto ferencia!. Yo tenía que actuar como un buen depositario que le permi-
tiera ese desplazamiento y tenía que ayudarle en la situación externa;
26 Sin el propósito de abordar ahora específicamente una ampliación de este cuando la refería a la relación transferencial, mi interpretación era se-
tema, quiero señalar que esto mismo es lo que ocurre en la personalidad autoritaria. guida de un silencio bloqueante para ella y para r...1í, del cual tenía que
descrita y estudiada por Adorno y Frenkel-Brunswik, que creo, por lo tanto, se trata
en el fondo de una personalidad ambigua (con intensos núcleos psicóticos). Creo,
además, que con mucha frecuencia se describe como ambivalencia lo que realmente 27 De esta manera, resulta posible inferir la hipótesis de que el objeto ideali-
es ambigüedad con polarizaciones extremas. zado es tam·oién, consecuencia de una de las polarizaciones posibles del núcleo aglu-
tinado y - por lo· tairtJ<l·-·· manifestación de la parte psicótica de Ja personalidad.
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 115
114 JOSÉ BLEGER

recuperarme con un gran esfuerzo. Una de las primeras oportunidades para hacer un postre el viernes ... después que dejé los alumnos a la
en que se acercó a ver su enyidia y rivalidad, fue trayéndome el relato de tarde, empecé a hacerlo. . . Tengo, bueno. . . muy poca práctica en pos-
que había leído que un nueyo ministro recién nombrado tenía la misma tres. . . creo que me van a salir mal. . . Bueno, el Yiernes no se me unía
edad que ella ; ~- luego se quedó en silencio con un clima de desesperanza la masa ... por suerte que la muchacha no estaba en ese momento ... ya
y tristeza. Le dije que ella se había comparado con lo que otra gente se había ido ... yo me encontraba sola en la cocina. . . de alguna manera
tenía a la misma edad que ella. Hizo una pausa y me contestó lamen- tenía que unir la masa ... La puse dentro de la tortera ... empecé con las
tándose de que ella nunca alcanzaba a tener ni a hacer nada. Entonces· le manos porque con el palo se había roto toda. Al final me salió un postre
dije que se comparaba conmigo, con lo que yo tenía. Ahora se hizo un regio ... un poco quemado pero estaba rico. (Pausa prolongada.) Bue-
silencio prolongado y muy pesado. Cuando le señalé su reacción, me con- no. Ese postre siempre me resulta pesadó. hacerlo. Me lleva mucho tiem-
testó: "yo no Yeo nada con usted", y persistió en el silencio 28 • Aquí opera- po. . . La vez anterior me salió un poco crudo, esta vez me salió un poco
ban la negación, la idealización en la transferencia y la proyección de quemado ... puede que la pr.óxima vez me salga justo como tiene que
su propia omnipotencia en mí, como defensa de toda situación peligrosa salir. (Pausa prolongada.) Mi marido había llegado tarde esa noche y
de fusión conmigo 20 • Podemos decir que la relación simbiótica (la parte me preguntó si quería ir a algiín lado ... y le dije que había querido ir
psicótica de la personalidad) es entonces el manejo, dentro del depositario, a la casa de Ema ... que si sahía· que él llegaba tan tarde me hubiera ido
de los roles no discriminados de la situación edípica. La resolución o antes ... entonces me llevó ... :pero con el viernes terminó mi manera de
elaboración de este vínculo requiere la separación y reconocimiento ( dis- sentirme bien ... el sábado no quise salir a ningún lado a la noche ...
criminación) de las muy diferentes experiencias de que está compuesto. tenía sueño. . . y ayer también me fui a acostar temprano. . . Realmente
Presentaré ahora un conjunto de sesiones y fragmentos de sesiones me resultaba como milagroso el día del viernes. . . me parece que tuviera
menos peso ... que fuera más liviana." (Pausa.)
en las que, con comentarios correspondientes, trataré de ilustrar alg.unos
de los aspectos aquí desarrollados. Se interpretó que yo la dejé toda desarmada, como la masa, después
de la última sesión. y que tuvo que arreglarse sola, juntarse y unirse
sola, dejándome fuera a mí.
g) Sesión A
La paciente comienza su sesión con una referencia indirecta: · a la
Ésta es una sesión de un día lunes de hace más de un año; en la sesión anterior, lo cual, aun de esta manera, es un hecho excepcional.
sesión anterior actué devolviendo lo que ella proyectaba en mí, mostrando Ello indica ya un cierto grado de aprendizaje y de identificación con-
sus silencios y la forma de negar, anular y controlarme. Sus reacciones migo ( introyección del depositario), ya que durante mucho tiempo yo
fueron, sistemáticamente, las de aislarme con el silencio, cambiar de tema unía, siempre que yo lograba superar el bloqueo, el material de una sesión
y continuar como si yo no hubiese hablado y como si yo no exis~iese. con el de la anterior, tanto como el material de antes y después de una
Pese a que todo esto ya había ocurrido con anterioridad, en la sesión qu~ pausa o silencio que seguía a una interpretación mía. Otro det¡ille del
transcribo pude reconocer haber logrado en la sesión anterior un cierto aprendizaje está dado en este material por los elementos que aporta, ya
grado de reintroyección, movilización y dispersión del núcleo aglutinado. que durante mucho tiempo ella sólo nombraba lo ocurrido.
En esta sesión viene muy puntual, como siempre, y se cumplen to- En su forma de hablar, tienen que obsP,rvarse también las pausas
das las características de su entrada que ya he descrito. Se acuesta y que fraccionan el material; y cómo después de cada pausa no repite o
habla en forma pausada, fría, distante, con voz apagada y monótona, retoma la frase ni el sustantivo de la frase, lo cual obliga al que escucha
con muchas pausas y silencios : a un esfuerzo mayor ~e atención y de síntesis.
"El viernes he tenido un día muy bueno (pausa). Bueno, de pronto Describe una verdadera metamorfosis que se produjo al "juntarse"
parece como si. . . todas las cosas perdieran importancia. . • Y yo misma a sí misma después de la sesión anterior, en la que yo actué forzando la
no puedo creer que pueda sentirme de esa manera. . . Había preparado reintroyección (de lo proyectado y del depositario), y con ello se sintió
dispersada. Ella forzó también la reproyccción de lo introyectado y así
28 "Una de las dificultadeR para provocar avances en Ja integración, surge se pudo unir sola a sí misma, sin mí (la sirvienta que no estaba, y sin
cuando el paciente dice: 'Yo puedo entender Jo que usted me dice, pero no Jo siento'. el palo) ; la sirvienta y el palo son dos aspectos de ella misma y de los
K os damos cuenta que, de hecho, nos estamos refiriendo a una parte de la personalidad,
que tanto para el paciente como para el analista no es suficientemente accesible en padres, perturbadores de su yo más integrado (la sirvienta como superyó
ese momento." (M. Klein, d. pág. 179.) y el palo como la parte masculina), y estas dos partes de sí misma son
29 Hay experir•ncias en las que, sin embargo, su esencia podría consistir en las que deja fuera (reproyecta en mí). De esta manera, ella integra o
la búsqueda de una 1'.1sión con la parte psicótica de Ja personalidad. Es posiblemente rehace su yo atacado y dispersad¡¡ por la reintroyección, mediante una
Jo que ocurre en el misticismo tanto comQ.., en el coito.
116 JOSÉ BLEGER
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 117

re-aglutinación y reproyección de lo introyectado ªº· Todo esto ocurre


debido a que en cierto nivel de la situación edípica (la incluida en la Bueno... Me parece que no tuviera nada más que contar... Es de-
parte psicótica de la personalidad) no hay discriminación entre padre y cir. . . lo que tenía de más importante. . . ya lo conté y ahí se terminó
madre y con los núcleos del yo de identificación con ellos. Este núcleo todo. . . Sigo rechazando a mi padre . . . me molestó mucho cuando em-
aglutinado" formado así por partes de su yo y su superyó, por aspectos pezó a comer antes que los demás.. . No le importaba nada . . . "
de la madre y del padre, todo ello sin discriminación, es lo que necesita Le digo que me señala que se había propuesto pasarla hoy bien
retener proyectado en mí, porque su yo más integrado es perturbado por conmigo evitando que se repita lo del viernes, pero cuando se mantiene
31
su reintroyección y tampoco puede proceder a su represión • apartada de mí, lo siente como que soy yo el que se aparta y como que
El r etorno del marido implica el de un depositario, y con él, el re- no me importa lo que ella dice.
torno del núcleo aglutinado y el peligro de una ruptura de la disociación, En mis interpretaciones necesitaba siempre incluir, en esta época, que
por lo cual cae en un estado de sueño que protege -este último- a su n~i interpretación derivaba de lo que ella decía (usted me muestra, usted ma
yo más integrado de una nueva dispersión similar a la que ya se produjo señala, usted me dice, etc.), mostrando de esta manera la conexión entre
el viernes cuando durante la sesión ella sintió que yo forzaba la reintro- lo que digo y lo que ella dijo, porque si no lo hacía así, en su respuesta,
yección. Quiero señalar que este es el tipo de reintroyección que resulta aparecía disociada la interpretación y Ja tomaba como opinión mía, cuyo
perturbador para el yo, mientras no se discriminen sus componentes y origen ella no veía, y generalmente además como reproche.
la reintroyección pueda entonces realizarse en forma más graduada y no En este último material hay un intento de centrar lo disociado en
masiva. Esta separación entre el yo y el núcleo aglutinado (psicótico) el padre, salvando de Ja pareja su relación con su madre o con los aspec-
no es una disociación como la que tiene lugar, por ejemplo, en la división tos más aceptados o necesitados de ella; en otros términos, es la necesidad
esquizoide entre objeto bueno y malo, y por ello la podríamos denominar de un nuevo depositario. No deja de ser interesante observar que cuando
en forma más específica como clivaje, que es entonces, no otra cosa que la primera interpretación es no clivada, es decir, que no utilizo ni le se-
la disociación que media o separa entre sí las partes neurótica y psicótica ñalo los objetos internos proyectados en mí, ella, en su respuesta a la
de la personalidad. interpretación, me habla justamente de lo que yo no incluí en la inter-
Esta interpretación, que ya nos ha servido de ejemplo, es una for- pretación (sus objetos internos). De la misma manera que disocia a estos
mulación no clivada, en el sentido de que me incfüyo en forma indivisa últimos, me disocia a mí también en una parte en que resulto rechazado,
con lo proyectado, pero señalando un afuera que tiene relación con lo peligroso y necesita mantenerme dü¡tante y controlado, y otra parte en
que a ella le pasa dentro de sí y fuera de la sesión. Ya he señalado que que me necesita y retiene la relación conmigo para "pasarla bien". Pero
son ''alimentadoras'' de las interpretaciones clivadas, pero que tienen esta doble actitud conmigo no está suficientemente discriminada, tanto
además la propiedad de señalar Ja existencia de un mundo externo; esto como no lo están los objetos internos entre sí y con partes de su propio
último hace que las interpretaciones no clivadas faciliten la reproyección yo, que se hallan proyectados en mí, en quien hay tantos aspectos super-
o depositación, pasaje qúe el analista debe también ayudar y recibir, por- yoicos maternos (la sirvienta) como aspectos masculinos (el palo).
que por estos múltiples pasajes de proyección-introyección el yo se in- La última interpretación es otra vez seguida por un silencio prolon-
tegra más y el núcleo aglutinado se va fragmentando y discriminando gado y después dice :
progresiva y gradualmente. ''Bueno. . . el viernes fui a la Facultad. . . tenía que pedir la cer-
Después de mi interpretación sigue un silencio y después dice: tificación de las materias... que había aprobado... Bueno... Me
"Ayer estuvimos de asado. . . con mis padres. . . y con el primo de dieron el nombre de un empleado que buscara .. . para que hiciera los trá-
mi marido y la señora. . . Bueno. . . Me había propuesto pasarla bien ... mites más rápido. . . pero lo anoté en un cuaderno que no tenía con-
migo... Llamé por teléfono ... a ver si la muchacha podía darme el
ao En un artículo que considero de fundamental importancia, Bion (a) dice, nombre por teléfono. . . Le expliqué. . . encontró el cuaderno. . . pero no
refiriéndose a la personalidad psicótica, que "el paciente no puede sintetizar sus pudo encontrar el nombre, pero fue lo mismo... Después me enteré que
objetos: solamente los puede aglomerar y comprimir. Sea que sienta que 11.lgo ha el empleado no era el que yo andaba buscando... Igual me atendieron
sido puesto dentro de él, sea que sienta que él mismo lo ha introyectado, experim< ut.a
la entrada del objeto como un asalto, una retaliación de parte del mismo por su muy bien... Creo que eso me empezó a poner contenta ... "
propia intrusión violenta dentro de él". Le interpreto que ahora me sefiala que en parte busca hoy la rela-
a1 Los objetos bizarros, así denominados por Bion (a), son descritos como ción conmigo y que de todas maneras, aun manteniéndose distante de
"objetos que ordinariamente son los accesorios de sueños. Estos objetos primitivos mí, se siente bien atendida por mí.
pero complejos tienen características que en personas no psicótiCas pertenecen a la
materia, a objetos anales, a los sentidos, a ideas, al superyó y a las demás caracte· Si bien la paciente tiene que evitar la reintroyección, que le r esul-
rísticas de la personalidad". taría perturbadora, hay una distancia óptima en que sin que ello ocurra,
tiene que seguir al mismo tiempo conectada conmigo y reteniéndome, y
118 JOS~ BLEGER SD!BIOS!S Y .DIBIGt'EDAD
110

que yo debo seguir ocupándome de ella. La paciente vuelve a un silencio Aires. . . Yo 1a quería pescar en una mentira . . . porque ella una Yez
prolongado y después dice : · hablando por teléfono me elijo que últimamente no Yienen a Buenos Ai-
"Toda la semana no había hablado con Elena.. . Y me había pro- res ... Yo la quel'ía pescar en una mentira ... cómo era que me había
puesto no llamarla y .me llamó el viernes. . . Se me daban todas... Y dicho que no Yenían a Buenos ..\.ires : r estaban en Duenos Aires. . . Bue-
ninguna de las dos nos hicimos comentarios porque no habíamos habla- no. . . ~·o después refJc.xiona ba cuál había siclo mi intención del reproche
do en tantos días". hacia ella. . . Quería pesca rla en nna mentira ... "
Le digo que se pone contenta de que yo le hable, pero me pide que Le digo que se sintió reprochada por mí y ahora intenta encontrar
hay cosas sobre las cuales los dos quedemos en silencio, que no hablemos algo para poder deYoh-erme ~- reproeharme algo a mí.
de esas cosas, que las dejemos fuera. Ella continúa:: La paciente eontrola ~- tantea con su agresión; el reproche es algo
"Hace unos días ... mi marido me contaba que .. . que mi hermano menos que una agrPsión dir(•cta y trae menos eulpa. En la medida en
tenía pedido dinero al mismo señor que le p:r;esta a él y que le había que yo sigo intrrpretúndo tal como lo había hecho en la sesión anterior
molestado a mi mMido que no le avisa.r a porque él sale de garante de mi -sobt·e la disoeiaeión con el núcleo psicótico no dímelo con el deposi-
hermano. . . enton;'es yo le dije que se lo tenía que decir a mi hermano tario- la · paciente pasa de una defensa autista pasiYa a una defensa
si le molestaba esa situación . .. :Mé dijo que sí, que se lo iba a decir ... paranoide más actirn en que intenta uu círculo ele acusaciones mutuas,
Pero yo me sentí directamente atacada. . . Le dije que de cualquier ma- tal como el que había sabido tenel' con su madre cuando se sentía inva-
nera mi familia no era como la de él. . . que pagaban las deudas y que dida y controlada por ella; este reproche mutuo que busca ahora la
mi hermano respond!a por el dinero que sacaba aunque no sea directa- paciente. retiene la dependencia r el dneulo con menos peligro, y por
mente para él. . . ¿Por qué le habré contestado de esa manera tan agre- Pilo se sientr culpable y mentirosa. por oculta r . tras el reproche. su buena
siva T••• Bueno ... porque un hermano de él le pidió dinero hace años ... conexión conmigo, tiue quiere retener y presen·ai·; ella me dice que es
nunca se lo devolvió y ahora le vuelve a pedir. . . Yo pensé que iba a mentira que no se acerca a mí (wnir a Buenos Aires). a pesar de su rabia.
terminar en un enojo bastante grande mi manera de contestar. . . Real- Es el afecto el que no estí1 diseriminado de su agresión, y ello constituye
mente había estado muy agresiva ... " parte del núdeo nglntinado que necesita .aún controlar fuera. Ella agrega:
Interpreto que me advierte que sus contestaciones directas a mí pue- " .. . Por lo visto no quiero tocar ningún tema ... "
den ser agresivas y por eso me contesta indirectamente. Le digo que si bien no quiere tocar ninglÍn tema. al mismo tiempo
Con la interpretación de que los dos debemos guardar silencio sobre al- está agarrada muy furrte del diYÍln; que tiene miedo ele irse demasiado
gunas cosas, la paciente se · sintió doblemente afectada y trae su rabia lejos de mí, de cae rse o ü:sc del diYÍ!n, por Pso rstá fuertemente aga-
desplazada sobre su marido. Por un lado sintió el peligro de una reintro- rrada a mí.
yección (si yo no aceptaba el "arreglo"), y por otro lado se sintió re- Aquí es donde se da mu,,- nítidamente la cliYisión mente-cuerpo 32 ,
prochada: por lograr que yo me siga ocupando de ella ocultando los dos que corresponde respeetiYamentc a la organización autismo-simbiosis (au-
lo que me pide, sin reconocer lo que recibe de mí y sin reconocer tampoco tismo : mente, dist ancia; simbiosis: cuerpo, contacto), ¿" me resulta tam-
que es ella la que pide (como su hermano) . Con esto se ha movilizado bién posible mostrárselo a la paciente. De esta manera le señalo la dis-
la estructura melancólica de esta paciente que aparecía antes como des- tancia , pero tambil>n el contacto que retiene conmigo en el niwl corporal,
valorización, antorreproche, durante todo el tiempo de análisis de los y rompo eon la estereotipia de mutuos reproches que tenía con la madre, y
niveles neuróticos, mientras que ahora aparece transformado en acusa- que se reiteró en parte en la situaeión transferencia!, como manera de
ción, proyectando en tní su superyó. Esto último lo considero un cierto defenderse de la dependencia. pero a sn wz reteniendo la dependencia
progreso porque cualquier modificación de una estereotipia debe comen- de manera menos pt>ligrosa ( eon el reproche). Esto permite que a con-
zar siempre por un restablecimiento de la posibilidad de utilizar los me- tinuación ella pueda referir explícitamente situaciones de la sesión an-
canismos de proyección-introyección, que son los únicos que pueden llevar terior que la han perturbado:
progresivamente a una rectificación. "Bueno . . . Trngo presente la última sesión. . . .Eso de unir las par-
Después de la última interpretación queda en silencio y dice luego: tes ... Desde que empezó el tratamiento empecé a escuchar de las partes . . .
''Me llamó la atención de que mi marido no reaccionara como otras Bueno. . . creo que en el fondo no estoy conwncida de que existe eso .. .
veces. . . Otras veces se hubiera enojado mucho más conmigo. . . Y ahora No ... ?\u es un ataque directo a usted .. . porque hace esa interpreta-
estoy tratando de recordar otras veces que le he contestado así. . . de ción o porque se apoye en esa teoría . . . pero no. . . no hay una acep-
una manera como si lo estuviese atacando... Ayer, cuando volvíamos
de afuera, nos encontramos con la estanciera .de Pedro. . . y. . . Bue- 32 Ya he expuesto anteriormente .GU<' la disociación no es rur·nte-cuPrpo. sino
no... Elisa me saludaba y yo le decía cómo era que no venían a Buenos mente-cuerpo mundo exterior; ('Stos du,; últimos •·n forma indivisa ~- no discriminada.
120 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 121

tación de parte mía de esa teoría de las partes ... y aunque me lo mues- reintroyección era forzada por mí; o bien que me lo hacía sentir a mí.
tre . . . creo que todavía no puedo éreer en eso. . . Bueno. . . aunque yo La paciente sigue diciendo:
misma me diga que .es cerrar los ojos a la realidad. . . y no querer ver "A mí no me resulta difícil hacerle cariño a mis hijos... Yo se los
algo que me muestra. . . Bueno. . . pero es así. . . Porque quise pensar hago. . . Entonces mi marido dice que yo los mimo demasiado. . . Pero
en eso a ver cómo lo entendía. . . pero eso salió totalmente de mi cabe- yo siento esa necesidad de mimarlos. . . Pero en ese momento parece
za ... por lo menos del campo conciente ... Hay eso ... y hay eso de no que. . . que comprendiera que a él le resulta más fácil así demostrar su
querer ser mujer o rechazar ser mujer. . . o en parte rechazar. . . Bue- afecto a un perro. . . un perro no es un chico. (Se queda en silencio.)
no ... en algo me sorprendió .. . bastante .. . porque ... no sé cómo se exte-
riormente, pero por dentro me veo más mujer... Ya sé que me cuesta 1 Quizá porque yo también quería que me mime".
Le dije que ahora está deseando que yo la mime y le dé afecto por-
aceptar todo. . . y eso es en mayoría . . . entonces un día que esté más que así le demuestro que no estoy enojado; que el criticar es su manera
dispuesta a aceptar. . . más dispuesta a hacer cualquier cosa . . . eso es de pedir cariño.
un aborto. . . Y ahora me acuerdo lo que quería decirle, que había estado
El insight de su necesidad y el pedido directo de cariño son excep-
muy agresiva con mi marido. Ayer antes de salir de casa ... hubo una
cionales en todo el tiempo que lleva de análisis hasta esta sesión. Todo
discusión por el perro. . . que él lo quería llevar . . . y yo le decía que
afecto es sentido por esta paciente como necesidad infantil y por ello
no lo llevara. . . Entonces le dije que al perro le mostraba mucho más
sólo se lo permite en relación con sus hijos, como partes disociadas de
afecto ... que yo nunca había visto que le demostrara a los chicos ... Yo
ella misma; su necesidad de afecto persiste bloqueada en el cuerpo, mien-
creí que me iba a comer cruda en ese momento ... ''
tras se ha impuesto una independencia reactiva y reivindicatoria en el
Le interpreté que me dice que no la apure diciéndole cosas que no
área de la mente, luchando contra el afecto que la lleva a una dependen-
puede comprend er ni aceptar, y que cuando se obliga a aceptar las cosas
cia infantil. El recibir afecto si.n pedirlo o el darlo mi.entras ha.ce un
las tiene que abortar.. Y qu.~ no me puede demostrar directamente su
rechazo activo o agresivo, mantiene esa disociación entre la dependencia
afecto y que tampoco la apure en eso.
y una r elativa independencia reactiva; al interpretar torlos estos aspectos,
La retracción autista, tanto como el rechazo activo, mantienen divi-
la ayudo a discriminar en sus afectos, a discriminar entre el recibir,
dido su cuerpo de su mente, y en el primero, alejados de sí misma, sus
pedir y dar, tanto como el hecho de que me lo pide a mí.
afectos que no le r esulta posible aceptar ni mostrar directamente 33 • Des-
Después de un silencio prolongado, dice:
pués de una pausa breve, me dice :
''La primera reacción de él fue violenta pero se calmó en seguida ... "Bueno ... otra vez tf'ngo delante de mis ojos a mi padre y a mi
Yo pensé que le habré amargado el día". hermano. Porque ayer también vino mi hermano. . . Después de casada
Interpreto que ahora me protege a mí y a su relación conmigo; tiene yo no tenía costumbre de besarme con mis hermanos cuando nos encon-
miedo de haberme amargado el día. Y ella continúa: trábamos. Mi cuñada viene de una ca.sa que cuando entra y sale besa a
"La pregunta es por qué yo tengo que ser tan cáustica. . . Yo quise todos los que están y ella cuando empezó a venir a la casa de mis padres
decírselo pero de otra manera ... porque lo había observado . .. me llamó cuando se casó, besaba a mis hermanos y besa a mis padres. Y yo dije,
la atención que subiera al perro y que lo acariciara. . . Él no es tan de- caramba si ella besa a mi hermano, por qué no lo beso yo. Entonces
mostrativo con sus hijoB como con el perro . .. " inicié la costumbre de besarme con mis hermanos euando me encontraba
En esta sesión es la primera vez que se puede tratar explícitamente con ellos. Creo que a 1ni hermano le agrada eso y por eso mismo que le
el tema del afecto, sin que ella lo bloquee o lo anule totalmente, como agrada yo se lo mezquinaba . . . La relación con esa necesidad de mimos
0

había ocurrido sistemáticamente hasta ahora. La reintroyección reitera- que yo siento y a lo m1> jor él también siente ... Mi madre nos mimaba ...
da había logrado, en cierta medida, romper la división mente-cuerpo y Estoy pensando si lo que necesitamos son los mimos de mi padre. . . Es
con ello, y en la misma medida, la dicotomía autismo simbiosis, permi- cierto que mi padre es poco demostrativo. . . según el momento tampoco
tiendo la recepción y la vivencia del afecto, aunq11e ella sintiese que esa es muy poco demostrativo ... (Pausa.) El domingo anterior habíamos ido
a almorzar a la casa de mis padres .. No hay persom•, de servicio y mi
33 Además de las que he señalado, como causas de la dificultad en aceptar padre le ayuda a mi madre a sacar ·de la mesa y secar los platos. Pero
el afecto, creo que la reintroyección del afecto es abrumadora en sí misma, porque el él tiene que hacerlo en seguida, no puede esperar. Nosotros igual nos
afecto y la emoción son por naturaleza intrínseca relaciones de objetos no discrimi-
nadas en su estructura, que funcionan sobre un nivel mágico y que por lo mismo
íbamos a ir pero él t.iene su esquema. y tiene que cumplirlo al pie de la
llevan siempre el peligro de una pérdida de límites entre el yo y la realidad ( diso- letra y estaba fastidiado porque le habían tirado algo al sueio o algo así.
lución de la identidad) . A ello debe agregarse la enorme avidez de afecto, con la Por un lado me dio un poco de risa por la forma de ser de mi padre y
cual viene a su vez cargada la reintroyección del mismo. A este respecto es muy que yo ya pretendía que él cambiara y por otro lado me choca. que sea
sugerente el estudio de Sa.rtre sobre la emoción.
a::ií. . . Después, la comparacióu con lo que yo tengo de él. .. de igual. .. "
122 ,JOSÉ BLEGER st:MllIOSiS Y AMBIGÜtl:>AI> 1::ia

Interpreto qtte ella me encttentra ~ mí con cosas parecidas a fa s de Interpreto que por un lado siente ahora sus propios afectos dentro
su padre, esa necesidad de decir ya las cosas y que no ·puedo postergarlas. y por otro lado se los rechaza y no se los permite.
Cuando aparece el afecto no sólo se lo ha discriminado de la agre- La super.posición (agltttinación) de depositario, objeto interno y
sión, sino que aparecen otros problemas ligados a los niveles más antiguos selÍ es uno de los problemas técnicos más serios que tenemos que enfrentar
de la vida afectiYa, eu el sentido ~le si ese afecto está ligado o dirigido (Í en la parte psicótica de la personalidad: la falta de clivaje y discrimi-
a la inadre o al padre, o cuál de los dos lo espera. Si yo le doy afecto. nación impide la teintroyección del objeto interno y del self proyectados,
aprende de mí como de la cuñada. pero eso la separa de ser como su padre impide el enriquecimiento del mundo interno, mientras no se proceda a la
y de ser un hombre; aprender a demostrar afecto es separarse de su pa- discriminación, y éste es ttn proceso gradual y lento 34 • Ahora la paciente
dre, de mí y del rol masculino. Este problema está fundamentalmente se siente tlna persona diferente a su padre y a mí, pero el afecto y el
gravado por una confusión en ciertos niYeles de la situación edípica, en ·rechazo propici todavía no son vividos como sucesos o vivencias internas,
el sentido de que los roles de padre y ma'dre no están bien configurados sino todavía proyectados en st1 padre.
· o discriminados: su madre era la que salía de la casa a trabajar mientras Esto nos ha conducido a otro detalle técnico, que creemos hay que
su padre era el que . qtH~daba en la casa y hacía todos los quehaceres tener en cuenta en ciertos momentos del análisis de la parte psicótica
femeninos. A esto se agrega su propio rol maternal co111 sus hermanos de la personalidad, en el sentido de no formular la. interpretación en
en ausencia de su madre, además de los problemas de culpa frente al términos de percepción interna o de vit·encia, como por ejemplo, "Usted
ai:ecto (ella acaparó todo el afecto de la madre con preferencia a sus her- siente ... " o "Usted piensa", porque durante mucho tiempo aún, el
manos; ella se quedaba en la casa con el padre y aun con los hijos de sn paciente realmente no ha sentido ni pensado lo que le estamos interpre-
madre como propios), Es a esta falta de discriminación neta de roles tando. Nos encontramos con un déficit de la formación del área de la
(femenino-masculino; materno-paterno; hija-esposa. etc.) a la qne conce- mente 3 5, con un déficit consiguiente en la simbolización, en todo lo que
demos g-ran importancia en la situación edípica, porque contrae un déficit está más allá de las racionalizaciones e intelectualizaciones ya asimiladas
en la personificación y en la identidad. Todo esto es lo que remueYe cuan- en la mente y disociadas del cuerpo. Ocurre en estos pacientes que toda
do siente sus afectos como propios. una gran proporción de las experiencias · afectivas y de comunicación
Al comienzo de rste mismo material, muestra que el afecto está li- con el mundo exterior se realiza en las áreas del cuerpo y del inundo
gado a las situaciones conflietiYas de cambio; besar a la familia al eutrat• exterior, faltando para las mismas la representación correspondiente en
y al salir, relacionado con las <'ntraclas y salidas de la madre cuando iba a el área de la mente, es decir, la simbolización. La sesión continúa des-
trabajar, y con las mudanzas y las entradas ~, salidas de la sesión. Es pués de un silencio :
decir, qne el afecto sMo se siente y se expresa en los monwntos de cambio "Bueno. . . pero los he anulado. Le he dado más importancia a todo
y confusión del cambio, con lo cual se grava aún más el carácter eon- lo que me resulta rechazante. (Silencio.) Al hablar de mi padre de que
flictivo de los afeetos. no nos hacía mimos he sentido el calor de mi padre".
Después de la interpretación anterior, ella vueh'e a quedar en silen- En este· momento interrumpo la sesión porque hemos llegado al final
cio y dice: de la hora. En esta sesión hemos logrado una cierta ruptura de la diso-
"Bueno, aunqne me propong-a aceptarlo a mi padre como es ... le ciación cuerpo-mente y un cierto grado de reintroyeeción y de reco-
encuentro tantas cosas rechazantes ... " nocimiento de sus afectos y del vínculo afectiYO conmigo en la relación
Le digo que l>sa es su difü:nltacl para aceptarse a sí misma. transferencial, ele los cuales ella se defendía siempre con una actitud re-
Lo rechazan te (o lo reehazado) en sn padre, es un fragmento clt>l chazante o con un YÍnculo de reproches o, más generalmente, con el aisla-
núclt'o aglutinado de la situación edípica, que rs también lo que tiene miento. Ahora ha podido comunicarse con una parte de sí misma que
depositado en mí y qne en alg-nna medida ahora se moviliza junto con el siempre había mantenido segregada como peligrosa y abrumadora.
afecto. La interpret<u·ión fue ahora una interpretación clivada. de partes
de sí misma en conflicto dentro de ella. Después de un silencio, prosigue: 34 Como lo plantea Bion ( c), "el predominio de la identificación proyectfra
''Bueno. . . ¡wro yo pienso en mi padre que es una persona y ~·o confunde la distinción entre el self y el objeto externo"; también entre éstos y el
objeto interno. Tenemos derecho a preguntarnos ahora si el proceso no es inverso,
soy otra. . . ~· amlqm· una actitud de él me resulte así. . . en ciertos mo- en el sentido de que la identificación proyectiva no explica la fusión, sino que se
mentos tan rechazan te ... pienso inmediatamente, pero no soy yo la que explica justamente por la naturaleza del objeto que está en juego (núcleo aglutinado).
lo está haciendo ... es {•l . •• y él ya es así. No va a cambiar. . . Pero 35 DPjando el tema para ser desarrollaclo en otro momento, quh.•ro sin embargo
eso predomina toda magnitud para mí. . . No puedo incorporarlo. . . No consignar que genéticamente la primera en funcionar o aparecer es el área del cuerpo,
en segundo lugar la clcl mundo exterior y en tercero y último, el área de la mente.
puedo aceptar .. . ¿Sabe qne he sentido hoy el afecto de mi padre? (Con Hablando en términos ele áreas fenoménicas -como lo hacemos ahora-, para que un
llanto constipado.) ... Pero pienso que él debe de sentir mi rechazo .. : " fenómeno sea psicológico no es necesario que primero haya sido mental.
124 JOSÉ HLEGER
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 125

h) Sesión B destino de lo que ahora me entrega 36 . Cuando procedía así, esperaba


una solución mágica, que yo le devolviera todo resL.elto. Er. esta situa-
En la sesión siguiente propone hablar del tema del estudio. Durante ción ella me entrega el objeto fobígeno (que en este t;<..2'.l es el núcleo
bastante tiempo, en lo sucesivo, cmmdo era posible lograr una cierta aglutinado) y me hace sentir a mí encerrado con él, inmovilizado, sin
reintroyección y análisis de su situación edípica, aparecía posteriormente saber qué hacer, sin poder "abrir el paquete" y ver qué es lo que con-
el tema del estudio, el cual prácticamente no había aparecido en casi tiene. Como ella permanece en silencio expectante, yo espero unos minu-
todo el período de análisis de los niveles neuróticos de la personalidad. La tos y le devuelvo el "'paquete", diciéndole:
secuencia generalmente era la siguiente: 1) se provocaba un cierto grado Como usted se siente encerrada por el estudio, me entrega el tema
de reintroyección; 2) aparecía el tema del estudio como un nuevo depo- a mí para que yo se lo devuelva resuelto.
sitario; 3) a continuación, junto con el tema del estudio aparecían más "Bueno, lo que me doy cuenta es que le escapo . . . que me voy a
sus reiaciones familiares, especialmente con los padres; 4) esto la hacía buscar cualquier otro trabajo'. . . o salir. . . o desperdiciar el tiempo ...
sentirse muy incómoda, a veces protestaba abiertamente cua.ndo sentía que ¡,El :motivo porque lo hago "I. . . 'l'engo que estudiar, ne hay otro cami-
yo relacionaba sus padres con su inhibición para estudiar; 5) se blo- no. . . no me van a venir las cosas del cielo .. ·. ''
queaba nuevamente y volvían a fracasar mÍs intentos de provocar la re- Ella ha retomado el tema y entiende que tiene que abrirlo y elabo-
introyección, por lo menos durante un cierto tiempo. rarlo ("no me van a venir las cosas del cielo"). l1a paciente continúa:
El estudio era un síntoma que condensaba sus relaciones familiares "Pero de ... de alguna manera me esca.po ... porque si. ... si no me
confiictivas, aún no discriminadas, mantenidas segregadas del yo central duermo. . . y me siento durante algunos minutos y me duermo .. , me
más adapta.do, por medio de un clivaje y un control muy estricto. La quedo dormida, y si no ... no encuentro el momento de sentarme frente
interpretación tenía que "desmenuzar" el síntoma y las relaciones fami- al libro. Tampoco puedo pensar que sea falta de capacidad. . . ¡,Por
liares, discriminando en ca.da uno de S\!S componentes. qué no puedo dedicarme?. . . Bueno, también antes. . . pensaba a la no-
En la sesión siguiente a la transcrita, me dice que le gustaría hablar che, cuando podría hacerlo ... mi marido se le ocurría salir o algo por
de su dificultad para estudiar, y continúa: el estilo. . . 'fampoco ahora puedo. . . ya está eliminado todo eso. . . es
decir, ya he eliminado todo eso. . . es decir, no es mi marido. . . ni falta
''El lunes a la noche no tenía que ir a la escuela. . . Bueno. . . pensé
de tiempo".
que podría aprovechar para estudiar. . . Bueno. . . de alguna manera
ocupé mi tiempo y no . .. y no lo dediqué a estudiar. . . Ayer a la noche Si ella se hace cargo del tema del estudio se siente encerrada y se
también podría haberme quedado a estudiar. . . pero cambiaban el yeso a duerme; pero ahora no se ha dormido, pero se confunde (''Tampoco
puedo decir que me gusta, que no me gusta ... Me gusta ... "), y esto es
mi amiga Ema y tenía ganas de ir a verla. . . y ya me quedé esperando
a que viniera a buscarme mi marido. . . pero ya se hizo tarde. . . después debido al impacto del estudio (núcleo aglutinado) sobre su yo más inte-
tampoco. . . Bueno. . . pienso que siempre dejo las últimas horas del día grado o más maduro. Está desconcertada (en la última frase), lo cual
obedece al mismo mecanismo, pero actuando el desconcierto como una
para estudiar. Y ya me encuentro cansada. a estas horas... Tendría que
cierta defensa frente a la confusión. Utiliza evidentemente el insight
buscar las primeras horas del día. . . En fin, es. . . No es que no tenga
adquirido en sesiones anteriores, cuando ella atribuía su no poder estu-
tiempo, podría hacer de tiempo. . . pero siempre lo gasto en otra cosa ...
diar a su marido o a otras causas externas. Pero ahora yo me entero
Desde el sábado que estey pensando que tengo que hacer así algunas
que cuando analizaba yo esos mecanismos reiteradamente y ella me con-
cosas. . . mirar algo. . . por lo menos tengo. . . la idea de sentarme frente
testaba con el silencio, aislando mis interpretaciones, de todas maneras
a un libro y .. , meditar. . . quedarme así. . . encerrada en ese mundo,
aprovechó y asimiló las interpretaciones; trae las conclusiones como pro-
por un rato . .. Y no puedo ubicar el momento . . . todavía no lo he en-
pias, sin ninguna referencia a la labor común, y esto se debe al temor
contrado para hacerlo. . . Bueno, es eso lo que quería ver. . . ¿por
de formar pareja conmigo tanto como a su envidia por mi capacidad de
qué ... le escapo a eso? . .. '' (Y se queda en silencio).
interpretar las cosas, pero han de pasar todavía varios meses hasta que
Después de su sesión anterior, es ella quien ha cambiado de yeso, es pueda yo mostrarle su envidia y su rivalidad. Hasta ahora, siempre
decir, su control y su rigidez corporal que le sirve de control. Describe que he incluido la envidia y la rivalidad en mis interpretaciones, mi
sn reacción claustrc.fóbica frente al estudio (sentirse encerrada en ese impresión era de que no lo veía, de que estaba muy lejos aún de poder
mundo), y mi impresión es que ha venido a la sesión con un nuevo yeso ver y vivenciar todo ello. Creo que en la dependencia simbiótica, ocurre
(un nuevo ordem1.miento en un depositario distinto) ; me entrega a mí
el tema que ella quiere ver y queda luego esperando que yo le muestre, 36 En un trabajo anterior he aceptado el término maniqueísmo para designar la
que yo me encargue de elaborar el tema por ella, y ella podrá asistir actitud en que el paciente se sitúa como observador del curso de sus conflictos pro-
como espectador;; de lo que yo le muestre y según lo que vea será el'' yectados y vistos como ajenos (Capítulo II) .
126 JOSÉ BLEGER :>I:IIBIOSIS Y AlllBIGÜEDAD 12i

siempre esto: el paciente no reconoce su envidia y su rivalidad hasta riormrnte se recibió de médico ~' ele inmediato consiguió un trabajo muy
que ha logrado cierto grado de separación o de independencia, es decir, birn remunerado.
establecidg una cierta distancia entre ella y el depositario y entre lo Quiero señalar además cómo la paciente enumera razones o argu-
depositado y el depositario, habiendo en cierta medida reintroyectado nwntos por los cuales no estudia y espera qne yo me haga cargo de ellos.
lo depositado o proyectado. Prro clPspués ella misma niega validez a estas razones ("No, no puede
Yo no interwngo y la paciente continúa: ser Í'se el motivo . .. "). y esto que ella hace consigo misma es lo que
hubiera hecho conmigo si yo me hubiera hecho cargo de su intento de re-
"Pienso que yo no me permito estudiar. . . (Silencio.) Bueno ...
proyrceión de fas interpretaciones enquistadas; con ello se hubiera cor-
puedo pensar que vengo de una casa en que ... no era el hábito estu-
tado !ti comunicación y me hubiera dejado "colgado". Pienso que, hasta
diar. . . quizá por eso me cuest<1 tanto contraerme ese hábito. . . Pero a ahora. mi silencio C'ra mucho más valioso que cualquier interpretación.
esta altura de la vida, creo que ya eso. . . No puede pasar". (Se queda El otro tipo de objeción que ella se hace ahora a sí misma ("y si por lo
en silencio.) menos no está supC'rado está visto ... "), es el que ya me hizo en otra
Sigue utilizando interpretaciones que se la han dado en sesiones ante- oportuni<1ad a mí cuando yo asumí el rol. Era una especie 'de decepción
riores y espera que yo se lo confirme. Intenta una negación, con el deseo de la espC'rnnza mágica: una cosa estaba vista y ella esperaba que ya con
de que yo me haga cargo de esas razones e intente demostrarle que eso es e:so cstm·i<'se rrs1wlta , y en rigor esto es consecuencia de la omnipotencia
cierto. Xo lo hago porque en las oportunidades en que inadvertidamente de sn intelt>do, que cuando fallaba se desconcrrtaba mucho, como ahora
lo hice, las razones se convertían en argumentos que yo, de golpe, me en qne agrrga: "¡Pero qué voy a decir ahora porque no estudio ... ?".
encontraba "esgrimiendo" frente a ella y entonces ella podía como es- En otras oportunidades, se irritaba al comprobar que su mente no con-
pectadora negar, aducir argumentos en contra o sencillamente dejarme trolaba todo lo que pasaba en ella. La paciente continúa después de una
encerrado con mis argumentos. pausa:
Observemos, además, que ella emplea un giro particular, diciendo: "Bueno, recién estaba pensando que esta noche he dormido bien,
"quizás por eso me cueste tanto contraerme ese hábito". (Esta sesión, dormí siete horas seguidas ... y sin embargo me levanto como que me fal-
tanto como la anterior, habían .sido registradas con grabador.) El' con- tara dormir mús. . . Bueno, ésa es una de las cosas (¡ne. . . que me
traer el hábito es algo así como contraer una enfermedad, pero también acompañan euando tengo que estndiar. El sueño. . . ::\le tumba el sue-
dice contraerme, es decir, que estudiar significa contraerse, reducirse o ño. . . Y purde ser de maíiana también. Ayrr tu Ye una cla~e de ma-
achicarse, perdiendo a sus padres en una relación inmadura y simbiótica, íiana. . . había empezado lo más bien. , . ~· despu~s de una hora. . . ya
sin tenerlos todavía bien incorporados como objetos internos, interpre- no daba más ... l\Ie estaba durmiendo ... Y no era de noche ... ni era
tación que deducimos ahora basada también en material que aparece In tarde. . . ni la hora de la siesta. . . Era la maíiana, que podía estar
posteriormente. bastante fresca ... ''
Después de esta última frase ella queda en silencio y yo también. Su voz se ha ido haeiendo más apagada y menos clara la pronuncia-
Entonces ella continúa hablando: ciónne las palabras; ha entrado en un estado de conciencia brumosa,
''Si vuelvo a mis hermanos. . . Bueno. . . dos no estudian pero el porque el núeleo aglutinado (el estudio) ha terminado por invadir su yo
otro sí. . . Bueno. . . creo que todo esto. . . si yo. . . si yo estudio sacó central. Cuando su dificultad estaba limitada al estudio todavía podía
algo a alguien... Siento como que algo que ya estuviera superado. No, defenderse de la ün-asión por el núcleo aglutinado, pero cuando ella
no .puede ser ése el motivo. . . y si por '10 menos no está superado está asocia y amplía mostrando que no sólo se duerme frente al estudio sino
visto. . . ¿Pero qué voy a decir ahora porque no estudio ... 1" (Silencio.) que ya se levanta también "como qne me faltara dormir más ... '', y que
Sigue empleando interpretaciones que yo formulé en otras oportu- también eso ocurre no sólo frente al libro sino también en una clase, esto
nidades, y si bien es cierto que no hay suficiente insight de ello, no es termina por ampliarse y abrumar su yo. También le está. ocurriendo
menos cierto 4ue es una especie de ecolalia diferida, un cierto grado de ahor.a lo mismo en la sesión, l¡Ue ha empezado a las ocho de la mañana.
identificación conmigo, en que introyectó mis interpretaciones y partes En este momento erro impostergable la interpretación y le digo que el
mías con ellas; que no está aún integrado en su yo pero ya está en parte sentirse encerrada y tumbada por el estudio le pasa también al lenn-
"depositado" dentro de ella y en revisión, para ver si lo termina o no tarse y en clases, y también le está pasando ahora , y me pide que la ayude
de incorporar a su yo más integrado o más adaptado. porque sino el tema la va a terminar por tumbar y dormir del todo.
Ella hace referencia a su hermano, que, como lo dije antes, había ''Bueno, por un lado hago un esfuerzo por acercarme y escuchar ...
abandonado los estudios hacía años, pero poco tiempo después de comen- ~.- atender, y por el otro está esa fuerza. . . que me duerme ... y en la
zado el tratamiento mi paciente, su hermano retomó los estudios y poste':. clase soy perfectamente conciente que me pasa esto .. ; Trato de ... bue-
128 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 129

no, no sé como hacer. . . pero por lo menos trato de. . . de ser receptiva, Le digo que hacer algo diferente de sus padres es perderme a mí y
de poder seguir. . . Bueno, yo creo que de mi parte hago el esfuerzo ... es desprenderse de ellos.
Pero no es bastan te ... " El estudio condensa el conflicto de la situación edípica y la depen-
Le digo que me señala que está haciendo todo lo que puede de su dencia de sus padres. Hasta ahora he logrado traer lo que. hay global-
parte y que está luchando por aclarar el problema, pero que no es bas- mente en el síntoma, pero falta todavía desmenuzar y discriminar este
tante y que necesita que yo intervenga más activamente. núcleo aglutinado, diferenciar qué es lo que hace papá y qué es lo que
Cuando el aúcleo aglutinado ha sido reintroyectado, se acerca mucho hace mamá, qué corresponde a cada uno de ellos y qué le corresponde
más directamente a mí y me puede pedir ayuda. a ella y quién es ella frente a sus padres. Después de la última inter-
IJa sesión continúa y yo participo ya más activamente interpretando, pretación la paciente queda en silencio y yo interrumpo la sesión porque
pero llega un momento en que se frrita por esta participación activa mía llegamos al final de la hora.
y entonces le señalo que hace conmigo lo que con papá y con mamá, que
pide ayuda pero cuando se siente ayudada se siente invadida, mandada i) Sesión C
y exigida y que no tolera esa situación, y que el encierro que ella siente
con el estudio es este mismo encierro de papá y mamá que ahora sien- En la sesión siguiente, inicia un tanteo sobre qué tema elegir para
te conmigo. Ella se queda en silencio y me dice: hablar, y de inmediato refiere que estando con un alumno no pudo re-
"No es que deje de pensar, porque se me cruzan cosas por la ca- solver un ejercicio y que antes eso no le ocurría, y que también se notó
beza. . . pero ne me salen por la boca. . . Y no puedo acostumbrarme así que dice una palabra por otra y eso la hace sentirse muy insegura, y un
al diálogo corrido. . . Es decir, que bago todo el esfuerzo necesario para poco indirectamente sugiere que se siente desilusionada porque ella había
contestarle. . . o para ... " (Silencio.) pensado que ya se sentiría mejor después de la sesión anterior. Le
Interpreto que ella no sabe qué cosas le van a salir por la boca y señalo que tiene pudor de ver y mostrar sus dificultades y que si yo estoy
tiene miedo, tanto como tiene miedo de las cosas que yo le voy a meter seguro de lo que estamos haciendo por qué ella tiene temor de que la
por la boca. esté empeorando. Continúa hablando de que está desorientada, no sabe
(Silencio.) "Bueno, muchas veces me pasa que. . . después de la qué hacer ni dónde quiere ir cuando sale con el marido ; que se siente
sesión. . . yo pienso. . . Bueno. . . ¡, por qué no puedo contestar en se- rara, y habla en seguida de una amiga que inculpaba al marido por no
guida? .. . " poder hacer un viaje, pero que ahora esa amiga reconoce que es ella
Le digo que le viene miedo de ser muy exigente conmigo y que yo quien tiene las dificultades y que ella misma es el problema. Le inter-
sea exigente con ella. preto que ella se siente ahora con problemas y que ya no los puede ad-
(Silencio.) "Bueno ... es un miedo a pedir... (Silencio.) Bue- judicar al marido ni a mí. Sin embargo, vuelve a reproyectar en el ma-
no. . . ahora, ¿por qué me mencionó a mis padres Y••• '' rido, diciendo que él tiene dificultad para cambiar el coche por uno mejor
Interpreto que no es sólo el miedo a pedir. Es también el miedo a y que eso se debe a que le resulta doloroso hacer cosas así, estando sus
recibir lo que pide; me pidió ayuda pero cuando yo se la doy siente como hermanos en situación económica tan mala. Le vuelvo a interpretar que
que yo me meto por donde quiero, que me meto en sus cosas y dentro ella teme cambiar si no cambian al mismo tiempo sus hermanos y que le
de ella y que la . invado y la traiciono trayendo a sus padres, y que con da mucha culpa recibir de mí cosas que de chica la madre le daba a
eso la confundo. ella y no a los hermanos. Entonces me refiere una cantidad de cosas
(Silencio.) "Sí, ¿por qué uno se tiene siempre que remontar a ellos que hizo en el día de ayer, en contraste con su inactividad o lentitud
y a los hermanos? ... '' habitual, y que el día que puede hacer todo lo que necesita o quiere, le
Intervengo señalando que eso no es "remontar". parece que ha perdido algo. Le relaciono esta pérdida con la pérdida de
Y ella contesta: ''Bueno, entonces es eso lo que me cuesta acep- su familia si cambia, y entonces me refiere una discusión entre dos
tar. . . Que esa relación de familia. . . es la que pesa.. . (Llanto cons- de sus hijos porque el segundo también quiere tener una llave propia del
ropero. Se lo interpreto señalando que ella también quiere tener una
tipado.) Es cierto que no quiero pensar en eso".
Interpreto que no quiere pensar en eso porque la desconcierta y con- llave propia para manejar sola sus cosas y que no sea yo el único en
manejarlas y en saber qué es lo que está pasando con ella. Habla entonces
funde, y para evitarlo se duerme y se aleja.
(Silencio.) "Bueno, yo creo. . . que hacer una cosa, una actividad de cómo nota cambiados a sus hijos y después del temor de estitr emba-
diferente a la que han hecho los padres de una. . . debe costar bas- razada. Aquí le interpreto que ella trata de condensar y controlar los
tante. . . Por eso a mí me cuesta ser diferente de mis padres. Lo que cambios poniéndolos todos juntos en un solo lugar y err el cuerpo, en un em-
barazo. Continúa diciendo que eso ocurre por confiar y dejar que el
me resulta más fácil de hacer es lo que hace mi madre ... ''
130 JOSÉ J3LEGER

SLVIJ3TOSTS Y AMBIGtEDAD 131

marido ''termine dentro'' y que en todo easo va a pensar en un aborto,


lo cual significa que se siente así por haberme dejado entrar a mí den-
tro de sus cosas y dentro de ella y que ahora necesita abortar ( rc- diversas y equivalentes entre sí. Este nivel del conflicto edípico (aglu-
proyectar). tinado) es de existencia normal, pero un exagerado renrnnente es el res-
ponsable de una simbiosis intensa; podríamos, al respecto, citnr a P.
"'
Estas tres sesiones sucesivas que he presentado dan un esquema de
1
Heimann (b), quien dice qu e "La introyección de los padres es un procrso
selectivo , estando exclnidos ciertos aspectos de ellos. El yo «cata» los
parte del curso que ha tenido el auúlisis de esta paciente y cuyos pasos objetos del mundo externo , introyecta algunos de sus aspectos y proycda
he rescitado anteriormente. En cada uno de estos períodos se producía, otros, y sigue esta pauta fundamental también en relación con los padres
sin embargo, una cierta modificación, ya r¡uc cuando "me abortalm" y en el estado edípico" (pág. 123). De esta misma autora se pueden <;itar
con ello "abortaba" también el núcleo aglutinado. eon toíl.o, se había otras referencias de igual val1Jr para nuestro tema, corno, por ejemplo,
producido una cirrta modificación y un cirrto aprendizaje. que gradual- cuando habla del comienzo del complejo de Edipo corno de "una estructura
mente vería aumentar y progresar hasta llegar tiempo después a ser caótica superpuesta" (pág. 148 ) o corno de "una situaeión caótica y poli-
bastante evidente. tanto para ella como para mí. morfa" (púg. 149). Todos estos niveles más primitivo~; (de organiznción
Paulatinamente, con el ritmo señalado. se fue analizando tras el es- caótica y polimorfa, sin denrnreación) son lo que constituye el uúc leo
tudio el núl·leo ag lutinado ~, discriminando en él los distintos núcleos aglutinado o Ja parte psicótica de la personalidad.
de identificación primaria. separando el self del objeto y discriminando
(•ntre las distintas situaciones complejas de Ja situaeión edípica. Con ello j) Otras vicisitudes del núcleo aglutinado
sr iba logrando un grado mayor dr• personificación y de independrncia
m{1s rnadnra, no reactiva. 'rodos los vínculos mús primitivos con sus padres (identificación
En la identificación con sus padres pudimos así discriminar ele- primaria) estaban condensados en el núcleo aglutinado, que mantrnía
mrntos muy <listintos y disparPs: la rC'lación con su padrC' como padre, proyectado masivamente en mí, y cuando yo lograba la reintroyección
la relación con su padre como madre que hacía Ja comida y Ja limpieza ( clivaje entre depositario y lo depositado) , se desplazaba y condensaba
y daba afeeto. relaóón ('. Oll su madre como tal y relación con ella como en el estudio (nn nuern depositario), por medio de rnta nueva repro~·ec­
padre que trabajaba fuera de la casa en un rol masenlino, relación con ción. E1:>tudiar era ser corno la madre, es decir, hacer cosas de hombres,
maclrr quP daba afecto ~- relación eon madre sewra y crítica, con madre pero si se qu edalia en la casa era mujrr como su padre. Ambas situacio-
admirada o idealizada y padre desvalorizado l!. innrsament e, con ma- nes lP provocaban confusión. por lo que todo este conflicto era mante-
dre envidiarla y rechazada; odio por su padre y l<ístima por (·l; fantasías nido clisoeiado ~" segregado. Estudiar era, ademús, la consumación del
dP srr marido de su madre o mujer de su madre fálica, mujer de su robo a sus hermanos de toda la preferencia y el afec:to de la madre. Para
paclrP o esposo de su padre-madre. Junto con ello. la evitación de formar ser como su madre• f¡'.¡Jir~a tenía que estudiar, pero sn madre no apoyaba
pareja rn cualquirra de las variantes posibles y envidia por la pareja sus estudios y al rcspcl'.to , en una oportunidad, dijo Ja paciente: ''No sé
parental. Todo este cuadro configuraba una situación de indiferencia- por q11{· mi madre .se opo11ía a medicina. Ella <¡nería que estudiara el
ción de los roles padre y madre por separado, tanto como un déficit S('gundo, ese lJ.UC ni siquiera terminó el se('.Undario .\· •1uc fue siempre
implícito dr la personificaeión y de la propia idrntidad. A ello se agre- el mús inteligente de todos. ;,Ji ma<lrP quería lJ.lle ~·o llevara una vida
gaba Ja rxistencia en el nivel neurótico dr. Ja pl'rsonnlidad, las alterna- distinta a la de ella". Ana l\laría no sabía, rn realidad. si el Pstudiar
tivas más conocidas y habituales de la situación edípica. La dependencia e.ra llevar una vida igual o distinta a Ja de su marlre. si co11 ello cumplía
simbiótica con sus padres residía en la existencia de esta relación no dis- o se rebelaba a los deseos de s11 madre. l\lucho más adelante en sn trata-
criminada que impedía la separación y el duelo consiguiente~;, y esta miento ·surgió el re<;uerdo de qu e elia hnbiese qnerido ser varón y jugaba
dcprndencia era la que permanentemente trata ha de re-l'stablecer en la eon los chicos como un varón rnús, mientras que su madre, porque Ana
transferencia. "Es posible inferir que en estos pacientes simbióticos existe, :'.\laría era mujer (la única hija mujer ), Ir exigía ll' ayudase en atender
gerit~ticamentc, un d\>ficit del yo en la posibilidad de diseriminar y que Ja casa y Jos hijos; se rebelaba estndianclo tanto como no haciendo ' da,
,. l 110 existir esta última función (de barrera), por lo mrnos en la mag- con Jo que en su fantasía conseguía ser varón. Como se ve. ha:· clr:na-
nitud úptima, se introyecta con facilidad y sr producen identificaciones siados términos o variables c'.011ju11tas no jrrarquizadas o ·~·>;tratificachs,
como para que todo Pllo pudi era l'onfigurnr un conflieto lr .e r•l yo mús
37 Es dable suponer que en todo duelo patológico interviene un núcleo aglutinado maduro pudiese enfrentar l'Xitosarncntl', y eada vez que este núdeo aglu-
( Mficit ~n la división esquizoide) que impide la entrada en la posición depresiva y tinado se aproximaba al yo, l:ste rPsultaba invadido o encen;ado y se
su consiguiente elaboración.
drfendín con su estrechamiento ~- eon la eoncienl'i11 brumosa. el sueño
o Ja desprrsonalizaciún. Otro tipo dP rlefrnsa fne la utilizaeión drl ~rpo,
132 JOSÉ B];¡EGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 133

....~
especialmente las fanta,~ías de embarazo con aborto ulterior ; inmovilizar de la integración en la posición depresiva. En otra sesión, dicho fenó-
o condensar el núcleo aglutinado en un embarazo, era la forma de lograr , meno apareció con el siguiente material:
un cierto control 'sobre él y tenerlo a medio camino entre la introyec:ción "Hoy me sorprendió el despertador como si fuese la mitad de la
total y la proyección totál. De esta manera, el embarazo puede ser pa- noche. Algo J>oñaba y eso me interrumpió: cortaba géneros y hacía pilas
rangonado dinámicamente a una hipocondría (fijación en el cuerpo J,,¡ con eso. (Pausa.) Ayer estuve en lo de Beatriz a la tarde. Ya se tran-
núcleo aglutinado), y el aborto a una expulsión epiléptica. quilizó. Todavía está en cama".
Cuando hubo avanzado. en su tratamiento la labor de discr iminacioP. Interpreté que se tranquiliza apilando todas las cosas que en la se-
del núcleo aglutinado, apareció su necesidad de mudar la casa que lw- sión de ayer se le desparramaron aquí.
bitaban por un departamento, necesidad que impuso a su marido y logro "Beatriz es muy amiga de la señora de Peralta. Iban al mismo
su objetivo. La mudanza de casa fue también una especie de utilización analista. La de Peralta dijo que iba a dejar el tratamiento como prueba
de su cuerpo y del mundo externo para tantear y probar el cambio, es- para ver si ya estaba curada y a Beatriz le afectó mucho. Que dejara
pacialmente controlado, antes de su total asimilación al yo. En esta la amiga de Beatriz eso no me llegó. Pero cuando Beatriz dijo, es como
época de varios meses que insumió su proyecto de mudanza, hasta que si yo ...."
la misma se hizo efectiva, aparecieron también síntomas fóbicos (agora, Le dije que está asustada de su propio deseo de dejar el análisis
fobia) pero desplazados y vividos a través de sus hijos, como temor es a para ver si ya está curada, para ver si puede vivir sin mí.
que crucen la calle, o vayan solos a la escuela, o viajen solos en colectivo. El dejar el tratamiento y el fantasear con que ya estaba curada era
La mudanza se impuso como una necesidad imperiosa e ineludible; se algo permanente en sus sesiones en esta época, o por lo menos muy fre-
trata de situaciones muy traumáticas (las mudanzas de su niñez) que cuente. Debemos observar que ya en este material no hace las pausas
necesitan ser actuadas, vueltas a ser vividas en la realidad, porque por y los silencios de antes, que no aísla la interpretación de su respuesta y
ser tan traumáticas ha quedado perturbada la simbolización de las mis- que no utiliza el "Bueno" que le servía de fórmula mágica o ritual de
mas en el área de la mente y por lo tanto no pueden ser enfrentadas ni aislamiento y anulación de la interpretación. Justamente cuando se sien-
elaboradas simbólicamente en el análisis, sino reproduciéndolas en la te más conectada conmigo, es cuando se incrementa su fantasía de que
realidad 38 . nos separemos, por miedo a una fusión simbiótica y a no poder separarse
Mucho más adelante apareció en su análisis, por prime~a vez, el hecho jamás de mí. Para curar tiene que actuar como en el caso de la mudanza,
de que el abandono de sus estudios coincidió con el embarazo de su pri- porque si no actúa no se puede dar cuenta simbólicamente de los hechos.
mer hijo, momento en que se agudizó la situación edípica; y durante este Es lo que he señalado como el pasaje psicopático en el tratamiento de la
primer embarazo se mudaron de la casa de sus padres donde vivían, a simbiosis. La sesión continúa de la siguiente forma:
una casa que ocuparon ellos solos. Al mudarse de la casa de sus padres "No sé por qué me llegaba tanto a mí. Ayer pensaba ... que siem-
y al quedar embarazada, el estudio perdió valor como fuente de identi- pre esperamos el año próximo a ver qué sucede y siento que cada vez es
ficación o de rebeldía contra la madre. El embarazo, por otra parte, le peor, por sobre todo en la parte económica. Me está entrando el miedo".
permitió definir mejor su rol de mujer, el ser como su madre-mujer.
Relaciono que su idea de dejar el tratamiento se debe a que ahora
Cuando se hubo mudado de departamento -durante el análisis- tuvo
se siente peor, que siente sus cosas desparramadas y por eso le viene
un prolongado atraso menstrual que ella consideró un embarazo (y yo
también). El aprendizaje tiene así que ser hecho directamente por medio miedo.
"Toda esta semana salen avisos para vender la casa y no viene na-
de la acción y no puede ser realizado si;nb.ólicamente. die. Ayer a la mañana salí a hacer compras, entré a un negocio y todo
Cuando se lograba un cierto grado de dispersión y reintroyección estaba vacío, no había gente.''
de su núcleo aglutinado, en la sesión siguiente se distanciaba aún más de Vuelvo a decirle que su miedo es entonces a que el tratamiento la
mí, y en otras oportunidades se olvidaba totalmente del material de la
vacíe de todas sus cosas.
sesión anterior; en otras ocasiones, aparecía con un material cuyo conte-
Es frecuente esta reacción en la que el paciente se siente vacío
nido latente era el intento de una re-aglutinación, tal como ocurrió en
la Sesión A ("unir la masa"), fenómeno que hemos diferenciado del cuando corre el riesgo de quedar sin el núcleo aglutinado como tal; y es
que al perderlo -por su dispersión y discriminación- se pierde también
38 En la elaboración de la simbiosis hay un pasaje necesario e ineludible, tanto
la relación de dependencia con los padres. Ella responde :
por las manifestaciones hipocondríacas, como por episodios de a~tuación psicopática. ''Después de la sesión anterior tomé un café con leche y fui a la
Se tiene que producir el proceso de génesis del área de la mente; para ello, la actua- escuela de los chicos. Esperé media hora y me helaba de frío. Siempre
ción es previa y necesaria a la simbolización. discuto los precios, pero ese día no tenía ánimo y me aumentaron qui-
18-1 JOSÉ BLEGER
SDIBIOSIS Y A~!BIGÜI::DAD ] ;J;j

nientos pesos pero no dije absolutamente nada. Estuvimos hablando


de muchas cosas, de maneras nuevas de enseñar un idioma. Era la primera bajar, durante nnos años nmeron a v1nr en la misma C<lsa nna tía ma-
Yez que me .sentía tan bien atendida en la escuela. Sentí agradecimiento. terna con sn . hija , con el propósito de que su tía se hiciera cargo dl· l11s
Y a pesar de eso me Yin o en seguida una depresión". quehaceres doméstiC'os pero ésta bien pronto salió también a trabajar
La dispersión del núcleo aglutinado le hace sentir que yo la vacío y entonces la paei<'nte tenía qne cuidar, no sólo a sus her manos. si1111
porque la separo de sus padres en su dependencia inmadura. Me estú ta1111Ji,'·11 a su prima. Las fantasías eran al respedo mny l'Olllpi<'.iali y
agradecida porque se siente bien atendida por mí, pero esta atención, nada l'iarns, porc1ur se su¡wrpunían entre sí; una de ellas, por ('.i<'111p lo.
por las consecuencias, le produoo depresión. Recupera el núcleo agluti- la de que había tenido dos madres (dos Facnltadc>s), o birn q1w s1 1 mallr(•
nado, llenando ese vacío (apilando géneros). Siente también que me ,\· la hermana de í·sta eran respectiYamente padre y mMlrr ,\· su pa<lre
pierde a mí y que me vacía y me propone un aumento de honorarios; otro <fo los hermanos. l'S dl'l'ir , utru d1· l"' 11i.ios de> rste matrimonio rnallre-
que ella no va a protestar por ello . tía. Y todo esto reforzaba la situación cJipio·;1 en los niYelrs psicóticos
Ella y yo apa:ecemos ahora como personas más diferenciadas (perso- de la personalidad (el núcleo aglutinado) .
nificadas), lo cua1 permite posteriormente y en forma gradual la apa- Conjnntamrntc> r·on las dos Facultadc>s. sirmprl~ Pstaba harirndo trú-
rición y el anális\s de la avidez, envidia, rivalidad , tanto como la grati- mitc•s engorrosos l'n las rlos escuelas donde trabajaba: cambios llr mate-
tud, Ja depresión y el miedo 39 . Para que aparezcan todos estos fenómenos rias. de horarios. de titrnos, d<' escuelas. ek. 'l'odo rsto rstaha ta111bié·n
enume.rados, se requiere haber adelantado en un cierto grado en Ja ela- li g-aclo a los num erosísimos ca.mbios clr domicilio que tambié·n hahí:111 eon-
boración ele la simbiosis y, por lo tanto , un cierto grado ele separación tribnido a 11n défirit en la prrsonificación y la identidad.
y personificación. Antes que esto último tenga lngar, Ja interpreta-
Otra forma <l<' trntar n obtener la reag-lntinación dl' la dis¡wrsión
ción en t érminos de avidez o envidia no tiene la menor repercusión
vivencial; para que el paciente pueda percibirlos, vivenciarlos, se requiere rle sn núcleo al!luti11ado logTarlo en cirrta medida en una SPsión an1Prior.
un yo con un cierto grado ele integración. ('ra la dP centrar torlas las rosas en sn madrr. ntilizúnrlola r·omo dPposi-
En la misma época a que pertenece esta última sesión , inicia trámi- tario de todos los (•lpm pntos intrg- rantC's dr la dis¡wrsió11. .Así, <'ll 1111a
tes para obtener su libreta universitaria. lo cua l también señala la exis- sesiiín habla d<• sn 111 iP<lo a nna revol nción ( pro.\-C!'.<'ÍÓn rlc la rp\·o liwión
tencia d(· un <:ierto grado de desarrollo de la person ificación y del senti- interna) y mP pi<ll·. Pll r l (·ontenido latrnt<' ll P s11 matPrial. qnr yo tornP
miento de identidad. prrraucionrs. ¡wro dr innw<liato se ponr a hablar de la madre. No ro nfía
Pil mi ront.rol dP la revolución y reag ln tii~a Plla misma en sn madrP. qu P
Cuando retomó sus estudios, durante mucho tiempo esto fue de
manera irregular y con la. característica ele que empezó a cnrsar materias araba lle Yolwr de vacaciones y la llamó por tell>fono, "mi parlre no tn<'
de odontología como estudiante de medicina, pero sin tener aún libreta llama. si habló rni rnadrP .nt es suficiente". Con rsto. <'S <'lla qnirn se
universitaria de ninguna de las dos. Alternaba entre nna ~' otra con trá- rom nnica ya con L1 ma<lrP. ~' é·sta cont.iPnc al padrP. 1\[atPrial simila r
mites muy engorrosos y con mucha frrcuencia yo no alranzaba a entender apar<'cc con rrsprcto a sus hPrrnanos. Pna wz qne aglutina todo en la
muy bien de qué se trataba. Mientras ha cía todo rsto, las dudas conti- maclrP y la nrn<lrl' drntro de mí, se distancia más de mí en el curso
nuaban: estudiar o no y en caso de qne sí. qué carrera: podía terminar de la srsión. y en i'\11 matPrial rnanifirsto aparrrr sn lnrha contra la ma-
medicina o bien podría continuar regularmente Ja de odontología, para rlre dominadora y absorbPntr f!UP lr exige cosas. le' PxigP trnga limpia
19 cual ya había logrado el reconocimiento de varias materias como eqni- w casa r n forma rxagrrada. con lo P.nal S<' 11tiliza nn rP<'hazo nrtivo.
valentes en la can·era de odontología. J\na María tenía necesidad de paranoide. par:i rvitar la rrintroyerc ión drl núrlc>o aglntinado; pPro p¡:;tp
estar permanentemente preocupada por algo o por varias cosas a la vez; n•chazo activo es a su vez llll vínc ulo rnn~' súlido de cleprndrnl•ia. DP
ésta era otra forma de r etenrr proyrctado y controlado o inmovilizado <'s1 a misma sPsión. habla dP qu r sn padre no intt>rvit•nr nunca cn trr Plla
depositarios con su núcleo aglutinado. Esta es una necesidad de perse- .1; Rti madrr. l'On lo c>nal .instam rn tr rstá rsprrando de mí. qu r yo sra
guidores, para c"nvertir permanentemente el susto de Ja reintroyección 1•sc padre fuPrte qiw la aynde frente a sn madrP; pero si )'o inteniniPs1>
en miedo por cosas externas, tal corno define Freud ( d ) al miedo como dP rsa manPra se nniría a sn madrr rontra rní o bien entraría en rivalidarl
defensa frente al susto. l'OllTn igo ·y me rastraría.
Relacionado con todo esto, apareció un factor más en la aglutina- Cuando se provocaba la dispersión del núcleo aglutinado, estE' f pnÓ-
ción, desconocido por mí hasta ese momento: como su madre salía a tra- mc>no se podía en otras oportunidades manejar o controlar, no ya. por
39 "Muchos afectos primitivos son todavía compuestos y fusionados antes de ser
una rraglutinación, sino. por nna proyección de cada fragmento en dis-
experimentados como depresión, elación, envidia, celos, etc., y el más simple afecto ti11t11s personas <le su medio, y entonces aparecían l'itadm; Pn una iwsiém
no es tan simple como parece". (Glover; a.) 1111a c1111I itla<l mu y 1!1"<111tle tl e pt>rsonas con roles <lifPrent<'s. rl:'pn•sentan<lo
t•n<h 1.11111 lle la s mismas una parte dP su propio yo 'inmaduro. í~ste l:'S Pl
136 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 137

fenómeno que en un trabajo anterior he designado como diversificación Es suficiente". De esta sesión se va mirándome directamente y con cara
de vínculos, y que creo muy positivo como paso en la discriminación y plácida o tranquila.
Ja reintroyección graduada o discriminada. A través de sus hijos, espe- Padres-marido-analista ya no somos suficiente respaldo, no somos
cialmente, ella . hacía un verdadero aprendizaje y rectificación de sus depositarios seguros; ella ha reintroyectado lo que tenía proyectado en
propias pautas frente a sus propios padres; se comparaba con sus hijos, nosotros: fragmentos de su núcleo aglutinado. Hay, en todo caso, un
de cómo eran ellos y cómo había sido ella misma en esa edad, o cómo la duelo por los depositarios, todavía no por los objetos internos que se han
conducta de sus hijos le rectificaba temores y aprensiones o ciertas pautas reintroyectados, y cuando está sola (sin depositarios) es cuando se siente
y roles distorsionados.
Cuando el yo está más integrado o la reintroyección de fragmentos
1
1
acompañada, mientras que se siente sola y abandonada cuando está con
los depositarios. En la sesión inmediata siguiente, dice:
del núcleo aglutinado no ha sido masiva, no se produce una re-aglutina- "Tengo ojos rojos de sueño. Tengo tanto sueño. Venía calculando
ción, como lo he mostrado en los fragmentos de sesiones anteriores, sino cuántas horas dormí. Ayer hablé por teléfono con una señora que me
que el paciente se siente lleno de cosas no del todo discriminadas, tam- recomendó K. para ver si puedo entrar a trabajar ahí. Es la segunda
poco aglutinadas; pero no incorporadas totalmente al yo. El fragmento vez que hablo con ella y me dijo que tienen muchas dificultades y no
de sesión que presentaré ahora es de una época en que la relación con su pudo completar su personal. (Pausa.) Ayer nos quedamos en casa y
marido, sus hijos y su madre era menos conflictiva, se hallaba mucho tenía ganas de que alguien viniera o nosotros ir a la casa de alguien.
más conectada afectivamente en la relación transferencia!, se deprimía Me acordé de un matrimonio amigo de hace años. Les hablé y aceptaron
con mayor facilidad y frecuencia porque persistía siempre la inseguridad venir. (Pausa.) Cuánta gente que conocemos y qué poco que nos en-
económica y la consiguiente inseguridad en poder ·mantener el tratamien- contramos con ella. Hoy me desperté una hora antes. Soñé que me pro-
to, junto con las dificultades en vender su casa mientras ya habí.a n com- baba vestidos. Me ponía uno y no estaba terminado. La habitación donde
prado un departamento y tenían graves problemas para pagarlo. Además, me probaba estaba toda ocupada con muebles. Era en la casa de la
una amiga, la mejor amiga, se había ido a vivir a otro país con su fa- modista que vive en la planta baja de la casa de Elena (es el nombre
milia. Se siente abandonada por su marido y por su madre porque ya de la amiga que emigró del país ) . Pero no era la modista la que me
no existe la intensidad del vínculo simbiótico de antes. Siente además probaba sino otra que conozco. Y yo pensaba, cuántos muebles puso esta
que las sesiones son demasiado frecuentes y que resulta muy rápido ese mujer aquí. (Pausa.) Tenía que ir estos días a la modista a que me
ritmo. Me dice que se le han juntado todas las dificultades, que nunca probara un tapado. Me dijo que recibió carta de Elena y cuánto sentía
ha ocurrido que pasara por tantas y que estuviera con tantas deudas que que Elena se fue".
no sabe cómo va a pagar. Hay en esta época una situación muy particular: Interpreto que teme mucho que yo también me vaya, teme perderme
antes de empezar su tratamiento sentía angustia cuando no había alguien también a mí y que yo la deje llena de cosas dentro sin terminar y con
con ella, o cuando no estaba ocupada l\aciendo alguna cosa, mientras que su personalidad sin completarse.
ahora siente soledad y abandono cuando est á su mar ido en la casa o con (Suspira.) ''Ahora me acuerdo que tenía antes sueños con caserones
ella y lo mismo con su madre. Esto se debe a la reintroyección del núcleo vacíos, inmensos, y ahora en una pieza estaba todo. . . Puedo verme fí..
aglutinado, porque entonces el abandono y la soledad aparecen justa- sicamente distinta pero interiormente distinta no me veo. Me resulta
mente cuando está presente el depositario (un "depositario vacío") más difícil.''
porque éste ya no lo es (por lo menos en la medida de antes), o no es un ,¡ La sesión continúa con las cosas que ella quiere hacer o lograr y
depositario seguro o de confianza. Hay· más garantía o seguridad te- no puede; después empieza a quejarse, que es inútil, que no va a conse-
niendo introyectado el núcleo aglutinado. Cuando se le interpretan estas guir nada, que todo es un fracaso y en ese momento dice:
situaciones contesta que antes se sentía económicamente respaldada por ''Aunque no tenga nada que ver (con lo que estaba hablando), cuan-
la propiedad y ahora no, porque parece que la casa que quieren vender do iban a venir esos amigos les dije a los chicos que se fueran a dormir.
no vale nada ya. La casa es otro de los depositarios en quien ya no se Se empeñaron en ayudarme y se pelearon por arreglar las cosas ; les agra-
puede respaldar, no puede depender con seguridad. Inclusive yo tampoco, decí la colaboración". (Se queda en silencio.)
porque no sabe hasta cuándo podrá retenerme. Cuando habla de la pro- Interpreto que para no quedarse sola y abandonada ella carga con
piedad, ya al final de esta sesión, hace una pausa y dice: ''Tengo miedo la desesperanza y se queda esperando que yo haga como los chicos: que
a que con la propiedad pase lo que pasa con la Bolsa, que todo fue ba- me empeñe en ayudarla.
j ando y bajando. (Nueva pausa. ) Ayer vino a visit:irme mi madre. (Después de una pausa·): "Yo pensaba que no tenía nada que ver.
Después mi padre le, habló por teléfono. Ella viene una vez por semana Era como ver una contraparte, algo que me levantara el ánimo. Estoy
por lo menos a visitarme pero mi padre se contenta con que venga ella. convencida que no puedo caminar con los pies de otro y que nada me
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 139
138 .JOSÉ BLEGER

va a caer del cielo gratuitamente. Pero no puedo ponerme en marcha . .. (por los sueños), es un proceso toda vía no logrado del todo 40 y entonces
'Tampoco es verdad que no pueda y sin embargo no lo hago, y por algo existe un peligro de invasión del yo por estos fragmentos no totalmen1l'
será que no lo hago. (Pansa.) Una pregunta me hacía ayer: ;. Qué discriminados retenidos en el cuerpo, y es por ello que busca de nuern
sign if ica dl'Sprendersc de los padrf's, ser igual con ellos o distinta?" depositarios. La forma de buscarlos es tratando de llenarme de preocu-
pación y de ansiedad por su paralización, a la que a su Yez tiene l¡tte
I . e digo quP (·sos son los vestidos distintos que se prueba en el suef'to n•c111Tir para defender la integridad de su yo. Cuando le interpi·eto
como formas de probar qué es lo que hay que hacer, con cuál solución que ella espera de mí, de nuevo, el rol de un depositario, surge entonces
quedarsf'. una posible solución ele transacción: podría d esprenderse de los padres
"Siempre se mr ocmTf' pensar que si yo hubiese sido varón hubiese siendo, no diferente, sino igual a ellos, con lo cual no los perdería del
sido todavía rnús fr;l(·aso . corno si ser mujer tapara el fracaso. No soy todo, los tendría como depositarios y protectores dentro de ella.; se trata
tanto. Pero entoni:es pienso que acá en la Argentina no soy tanto . En ele una rcintroyeceión de los depositarios frente al peligro o riesgo de
otra parte también sería un fracaso como mujer para el trabajo. Ahora perderlos. Cuando le interpreto que ella prueba si quedar con nna per-
pienso que es mús difíci l ser diferente que ser igual a los padres. Pero no sonali dad igual o distinta a la de sus padres, ella incluye la discriminación
debe ser solamente eso, desprenderse . ser igual o ser diferente. Pirnso Pntr e varón y muj er pero renuncia y quiere seguir siendo un niíío de-
que uno tiene lJUe S!:'r capaz. de mantenerse solo. . . y en seguida pensé pendiente "que no quiere bastarse por sí misma".
que cuando me casé• vi ví en la casa de mis padres. No tení1t que pensar ni Resumiendo, he querido mostrar dos alternativas diferentes de la re-
en las compras ni en la comida. . . En el fondo debe ser una cosa así, que introyeceión del núcleo aglntinado, mejor dicho de sus fragmentos . · En
no q ni ero bastarme por mí misma . '' (Se interrumpe la sesión.) uno de ellos ocurre una reaglutinación y en el otro una reproyección
Viene preocupada por su deuda conmigo ("Venía calculando cn:íntas de los fragmentos sobre nuevos depositarios. .
horas dormí") en esta srsión, que es la primera del mes, y en seguida Esto completa rnús el conocimiento de las virisit.udcs de la reintro-
me habla de otra dificultad. la de completar su personalidad (" ... no yección del núcleo ag lutinado, qur he estud iado ya en un trabajo ante-
pudo éompletar su p ersonal"), o la de lograr su plena identidad, y en rior (hipocondría, enfermedad psicosom[1tiea, el fenómeno del doble, etc.) .
la búsquf'da de gente con qniE•n estar r eside un intento de buscar n11Pvos Con lo aquí agregado se confirma, además, el papel importante
depositarios que reemplacen a los que ahora no le servimos ya del · todo jugado por el cuerpo en la r eintroyecció11 del núcleo aglutinado, o de sus
(su ami¡rn Elena. madre , padre. esposo, analista). Este intento no rs fragmentos, que sirve de "b uffer" para que no sea desorganizado o
ex itoso y suef'ta que se probaba vestidos, es decir, prueba asumir dis- invadido el yo central (lo cua l llevaría a una disgregación psicótica).
tintos rolf's o distintas identificaciones de los fragmentos reintroyectados,
k) Fusión, confusión y discriminación
pero no está terminado el análisis y la ·asunción de un rol con m; grado
acabado de identificación no se logra, porque estos roles incluidos en M. Klein ( d) sostiene que algunos estados de confusión surgen nor-
cada uno dP los fragmentos del núcleo aglutinado no están todavía total- malmente en diferentes períodos del desarrollo (p<Íg. 170). y que dicha
mente disl'.riminados. Yo soy la modista que la he llenado de muebles, confusión puede ser ent re amor y odio, objeto bueno y malo, entre im-
es decir, que la he forzado a reintroyectar los fragmentos de su núcleo pulsos y fantasías orales, anales y gen ita les, entre ansiedades depresivas
aglutinado. Y aquí aparece entonces el temor de que yo Ja deje sin y persecutorias, confusión de los padres por intensificación de la figura
conc luir por fa lta de pago del análisis, de igual manera que la dejó su combinada, confusión entre individuo y obj eto, tanto como entre mundo
amiga Elena. interno y externo. La env idia excesiva, los fuertes rasgos esquizopara-
Después de mi interpretación me dice l¡ue antes se se11tía vacía y noides y la identificación proyectiva e introyectiva son los factores que
a hora se siente llena de muchas cosas, pero que este cambio se ha pro- impiden la distinción y disociación que normalmente tiene que llevarse
ducido en el cuerpo y no en su mente (que es desde el punto de vista a cabo. Según la misma autora, la base de cualquier confusión es la per-
dinám ico el cambio más importante que necesitábamos introducir en su 111rbada relación temprana con el pecho materno (pág. 119), "cuando
cuerpo y en su disociación mente-l'uerpo). Si la reintroyección hubiese no tiene éxito la fundamental y normal disociación de amor y odio y el
sido de la totalidad del ·uúclf'o aglutinado, sin fragmentación, se hubiera objeto bueno y malo " ( 165).
producido una hipocondría o una enfermedad psicosomática, tal como lo Para Rosenfeld (e), "los sentimientos de confusiói+ forman parte del
he estudiado en uu trabajo anterior. La reintroyección se ha hecho aquí desarrollo normal y constituyen un rasgo corriente en muchos estados pa-
de fragmentos del núcleo aglutinado, en el cuerpo, pero ello todavía no 40 Li !y S. Bleger ha sugerido que hay un aprendizaje en el sueño y que éste
ha trascendido a la mente. Esto último se podría obtener por una mayor ¡mude "cr o! puente entre el cuerpo y la mente; y que el sueño puede significar el
discriminación y posterior integración en el yo, que, como hemos visto cnm hio.zo de instalación de la simbolización.
140 JOSÉ BLEGER
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 141

..
tológicos ". Este mismo autor se extiende con una nota que considero relación entre confusión y núcleo aglutinado con la situación edípica no
muy significativa: ''Podemos suponer que en la más temprana infancia, discriminada, remanente de los niveles psicóticos del complejo de Edipo,
el niño vive en un estado de no-integración (Winnicott, 1945), en el cual sin solución o detenido en su desarrollo, aunque parte de él haya alcan-
la percepción es incompleta y los estímulos externos e internos, los ob- zado los niveles neuróticos y un mayor grado de desarrollo e integración,
jetos externos e internos y las partes del cuerpo pueden a menudo no ser constituyendo estos últimos las organizaciones genitales y pregenitales
diferenciados. Júta confusión debida a la no-integración es normal y del complejo de Edipo. El material de estas sesiones se refiere a la época,
desaparece gradiia.lrnente durante el desarrollo. Debemos también tener muy difícil para la paciente, en que habían comprado un departamento
presente que todo progreso en el desarrollo puede conducir momentánea- en construcción, que faltaba muy poco para terminar, pero no habían
mente a cierta confusión hasta tanto se produzca un nuevo ajuste". (Sub- aún vendido la casa en que vivían y por ello se encontraban en serias
rayado mío.) dificultades económicas.
Estudiando la simbiosis y otros fenómenos a ella ligados, he postu' En su tratamiento habíamos ya progresado en cierta medida en la
lado la existencia normal, en los más tempranos estadios del desarrollo, integración del yo, lo cual permitía la movilización de los procesos de
de esta misma situación que postula explícita y claramente Rosenfeld. La proyección e introyección que ya no se hacían tan masivamente, y -entre
diferencia, sin embargo, reside en que en lugar de una confusión primi- otras cosas- podía sentir la angustia al entrar a las sesiones sin caer en
tiva creo que se trata de una fusión, y que e:p. lugar de describir este el estado de conciencia brumosa que describí anteriormente. ·
estado como una no-integración, creo mucho más ajustado describirlo En esta sesión que llamaré a) me dice que tiene un fuerte dolor de
como una no discriminación. A ello he agregado el reconocimiento siste- espalda, que estuvo en una reunión de los copropietarios del departamento
mático de esta organización primitiva bajo la denominación de posición y que allí se plantearon fuertes exigencias económicas. En seguida me
glischro-cárica. Son los m ecanismos de disociación los que actúan discri- dice que va a hacer un tabique para separar en dos un ambiente. Le
minando ese primitivo mundo sincrético, y con esa disociación y discri- interpreto que con lo que yo le dije la sesión anterior se siente muy
minación se produce el pasaje a la posición esquizoparanoide; pasaje exigida por mí como si yo le hubiese dado una paliza y que por eso va
que puede ser interferido por Ja excesiva envidia y por los intensos me- a hacer un tabique entre los dos para defenderse. Me contesta que está
canismos de identificación proyectiva e introyectiva. Estos últimos fac- contenta del cambio de casa pero que el aumento de los gastos y el barrio
tores se hallan :Implicados en los niveles psicóticos de la personalidad, aristocrático la hacen sentirse nauseabunda.
que se caracterizan por la persistencia de una no discriminación (fusión), En este fragmento se halla el resultado de la introyección, el reen-
y que disociados del yo central constituyen el núcleo aglutinado. cuentro con su propia avidez, y esto es lo que le produce náuseas; el
La confusión se produce por una regresión de los niveles neuróticos tabique la separa de su avidez por la cual se siente exigida desde fuera
de la personalidad a los niveles psicóticos (regresión a la posición glischro- e invadida desde dentro.
cárica), por una pérdida de la discriminación de la posición esquizopa- Continúa diciendo que cuando piensa en los gastos se deprime y que
ranoide, es decir, por un restablecimiento de la primitiva fusión, que es prefiere tener el dolor de espalda y no la depresión. Le interpreto que
de existencia normal en los primeros estadios del desarrollo. Pero la con- me dice que hoy no le toque el dolor de espalda porque prefiere tener
fusión se puede producir también por una persistencia de núcleos psicó- las cosas que le preocupan en el cuerpo y no en la mente. Me contesta
ticos (no discriminados), en lo que he denominado núcleo aglutinado, que teniendo el dolor en la espalda tiene la ventaja de tener la cabeza
cuando éstos invaden el yo más maduro o más integrado de la persona- lúcida y que estuvo comparando dos mundos, el de los gastos del depar-
lidad. Esto es lo que tiene lugar cuando se produce una reintroyección tamento y lo poco que ella gana, como si fuesen dos mundos diferentes.
del núcleo aglutinado (o de fragmentos del mismo), de tal manera que 1ic interpreto nuevamente que ahora, teniendo el dolor en la espalda,
no opera una inmediata reproyección, por producirse un impacto sobre t.11rnpoco tiene la cabeza libre de problemas y que tiene que decidir entre
el yo central , con peligro de su disolución psicótica. Otros fenómenos quedarse en el mundo del departamento y del análisis o el mundo de
debidos al mismo mecanismo son la perplejidad, la indecisión, el suspenso, flllfl padr es. Ahora habla, desplazando sobre su marido, cuánto le debe
la desorientación, el embotamiento, la ofuscación, etc. <·oHL;n· a él el cambio porque su familia es de un nivel económico más
De esta manera, mis hipótesis concuerdan y prolongan las postula- hn ,jo que Ja de ella, y que ella trató, por celos, de descartar a una mujer
ciones fundamentales de M. Klein y Rosenfeld y creo constituyen una qu e vn. a hacer una sociedad con su marido. Le interpreto, entonces,
ampliación y profundización de sus estudios y no una rectificación. mostrando los celos que tiene de la relación de su marido con la analista,
En el material que a continuación expongo, intento estudiar y mos- y q uc como no puede mostrar y ver el afecto que ella me tiene a mí, apa-
trar la presentación de la confusión en relación con la movilización del rnco11 como celos sobre el afecto que le tiene su marido a la analista.
núcleo aglutinado, las defensas a que recurre la paciente y la estrecha 'l'otntt directa111entc el tema y habla de su envidia a las mujeres que
1-1:2 .JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMRTGÜEDAD 143

tirnen título. lo que le interprrto como rnvidia de tener que compartirme depositación en el cuerpo ella puede mantener lúcida la cabeza (sin eon-
a mí con mi mujer. Entonce~ sigue asocianclo: fusión). Cuando le muestro que en la cabeza lúcida ella también tiene
''Aunque me parezca un poco. . . Me parece que envidiaba a mi problemas que decidir (optar por el departamento o por sus padres), se
madre. . . Que envidiaba a mi pa. . . a mi madre. . . del cariño que le produce un desplazamiento de este problema (discriminado) sobre el ma-
mostraba a. _. mi padre. . . y la necesidad de tener a lguien que mostrara rido y aparecen celos por una mujer relacionada con su marido, y en segui-
cariüo por mí como él le mostraba. En público ella no respondía bien. da la envidia hacia mi mujer. En ese desplazamiento del problema sobre
Toda\"Ía mi papú ](' dice: ¡ Qu{· linda srñorita, parece de 18 ! No recuerdo su marido hay una proyección de su yo más integrado (el ni ve 1 neurótico
que por Jo menos «on palabr:1s mi madre haya contestado . Como diciendo: con un problema discriminado), que pone a salvo para poder hacerse cargo
del nivel psicótico ele su pnsonalidad (el núcleo aglutinado), qur apa-
¡ }~ste siemprr ig-ual ! ''. reció primero eomo un síntoma hipocondríaco.
Intrrprcto qur r ila no sab.ía en lugar de qu ién estaba, si en el de su
padre o de sn madn< ;-- ahora tampoco sabe si quedarse en mi lugar o Este nivel psicótico de la personalidad (núcleo aglutinado ) es el que
en Pl de mi mujer. Entonces ella pregunta: mantiene. encapsulada y en cierta medida controlada su avidez y envidia,
'' ¿ Qne no sé dónde· éstoy?'' estrechamrnte ligadas al compl ejo de Edipo de los niveles más primitivos
Contesto que sí y ella vuelve a preguntar: (la de la pareja fusionada, no discriminada), y eoncomitantcmente par-
"¿Por qn{·. con lo de lind a señorita ? Me vino como que quizá ... tes no discriminadas de su yo . La cnnf11sión qur aparece al nombrar a su
padn• y su madre, en que nombra a uno por el otro, constituye en rrnlidad
qu(' envidiaría a 11ii pa ... a mi madre ... por las cosas que le decía mi
la aparición de una fusión primitiYa de la pareja parental y de partes
padre y que le :; igue diciendo. ¿Y qué otra cosa podría envidiar ?''
de su yo, qup puedrn ahora actualizarsr y ser traídas a Jri situación trans-
Interprrto qne envidia la relación que yo tengo con mi mujer y la
ferencia! en función de la rxisten«ia ahora dr nn yo mús integrado, que
que mi mu~ \· r tiene conmigo. puede tolerar la rrintroyección de estos niwlrs psicóticos. ~- así me lo
La pa•: iPntc mueYe ahora los pies (inquieta) y dice que se encontró
acfara la pacient<> al final de la sesión. cuando subraya sn participación
ron 11na :1mi~a , e inrsperadamente se encontró hablando de que vendía
actfra, ~· no como antrs. que se veía forzada por mí a la reintroyección.
la «asa ~v de su em·idia, y que la amiga le dijo que la envidia es una cosa
fpa _, ·PI la le contestó qur ahora eso ya no la asusta. l.1e interpreto que La Pnviclin corresponde al anúl isis de los nivelrs psicóticos de la per-
me rstí1 dieicndo <¡ne podemos seguir con esto porque ahora la em·idia sonalidad. para lo cual se requierP una suficiente y preYia integración
no la asusta tanto cnmo antes. :\fe contesta que hoy venía a la sesión del yo. rptP pPrmita enfrentar estos niYelrs ckl 1111úlisis. ''Sólo drspurs
y que se pnso a pensar en el departamento y que ella misma se advil'tió: de un traha.io largo y cuidadoso es posible capacitar al pacientP para que
"Ya estús preparando la sesión", y se vino sin terna. Le digo que me encare la envidia y el odio primarios. _. ", son pn labras <le M. KlPin. ( d),
aclara que ella ha contribuido a esto dejimdo de controlar. De esta sesión y la misma autora agrrga: '"l'anto Pn r l hombre como rn la mn.ier, la
sale sonriC'nte y mirándome cuando saluda. resistencia qur hallamos al analizar sus celos ~· hostilidad edípicos, aun-
que muy furrt<'S. no es tan intensa como la qur pncontramos frente a la
En esta sesión a) creo que es de importancia fnndamentit l subrayar
rnviclia y odio contra Pl prcho " . Creo qu<' la rm·idia pertrnecr a los niYe-
<¡uc la división qne la paciente rstab lece con el tema de poner un tabique· les psicótieos de la personalidad y rst ;í fnrrtrmentr cliYad a del resto de
para sPparar rn dos un ambiente> , no se refiere a nna div isión csqni zoide
l¡¡. pPrsonalida<l. rnirntras <pH' los C'<'los c:onrspnnd<'n a los nh·rlrs nrnró-
Pntn' obj<'to biH' no y malo, sino a una disociación mente-cuerpo o, lo que ticos <lP la prrsonalidad y rPsultan miís tolrrablrs. porqne <'ll estr último
es lo mismo. a una <livisión entrr los niveles neuróti<:os y psicóticos de su los objrtos se hallan m[1s discrirninadm: _,. mús di1·ersificados los drposi-
prrsonalidac1- El <lolor de espalda es rl síntomn hipocondrfaco resultante tarios qur Pll la r1widia. En rsta 111isma sesión ;1 ), que ahora comentamos,
dP mia reintro.n•cPión en el cnrrpu del núcleo aglutinado 4 1, y que por esta la paeiPnte habla dr sus celos, pero <:na ndo se los interpreto ella misma
H Aunqu<' no mr, propongo i!csarrollar aquí el tema, quiero observar que la
habla d<' su Pnvidia. lo cual implica el pasaje del niwl neurótico al nivel
hipoconrlría corrP•pornk a la patología del núdeo aglutinado (no d iscriminado), psic-ótieo ele la personalidad. Los celos son el resultac1o dr una discrimi-
rni .. ntras qur• Ja histeria ile conwrsión es la somatizacirín i!c un objeto parcial 1111ció11 l'll la Rnvidia. Al rrspecto, qniero recordar nurvamrnte conceptos
( !li :·wrirninru.10 ) . La priml'n1 corrP~pondt • a la po~ición gli~<·hro-eúrica; la. Rl•gu1idn., dl' M. Klein (el) : "Si la envidia no es Pxeesiva, los celos en la situación
a lu posición csquizoparn:noiilr. Qui.No recordar aquí que M. Abadi (b) sostiene la
r•xist(•nci:t en l:t hip<wondría rk un oh.j eto rnalo-lmeno, llual y ambivalente, con Jo
Nlípiea se convierten en un medio para elaborarla. Cuando se experimen-
cual coinciilo en cierta medida, aunque creo que no rs dual y ambivalente, sino t11n ct•los, los sentimiPntos hostiles son dirigidos no tanto contra el objeto
ambiguo y polivalente. En otra oportunidad, en ocasión de la discusión del trabajo primario sino más bien contra loi-; rivales -padres o hermanos-, lo cual
de G. Roy<·r ( a), he sugNido tamhi~n que la enfermedad psicosomática es una l'avorccP la clistribuc:ión' '. A esto agregaríamos que con la distribución
:-;om:ttiza('iún tlC'l níH'lPo ag-luti nadu dir<'ctr.1fll.:rnt( Pn el <'U<'rpo, 1niC'ntras que la hipo-
1

HP farnrece la discriminación. La paciente ha reconocido en el material


condría es un trastorno del esqncma corporal.
144 JOSÉ BLEGER
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 145

sus celos pero retorna al análisis del remanente de su envidia en los m-


veles psicóticos. sesión anterior por lo que yo le dije, hace un silencio y me dice que su
En la próxima sesión, b), se saca por primera vez el tapado dentro marido está muy enojado y que ella podría aliviar la situación hablándole,
de la habitación, y después de acostada me dice que está descompuesta del pero que no tiene ganas. Le señalo entonces el desplazamiento, y como
estómago (rrie describe el malestar). Le señalo que hoy se sacó el tapado ella necesita que el marido siga enojado para no darse cuenta ella de su
dentro y que hoy no me tiene miedo porque las cosas peligrosas las tiene propio enojo conmigo. Esta última interpretación ella la asimila como
ahora en el estómago, porque se las introdujo en la sesión pasada. (La un reproche que yo le estoy haciendo, con lo cual trata de verme que yo
posibilidad de sacarse el tapado dentro de la habitación implica proyec- estoy enojado como su marido. Efectivamente, en este momento yo me
ciones menos masivas.) Me refiere entonces que su madre quiso hacerle sentí irritado y vi en seguida que ése era también el mecanismo que utili-
un regalo porque era su cumpleaños y ella le pidió un portaligas, pero no zaba con su marido, para que otro se haga cargo de su rabia 42 • Me con-
pudieron hallar uno que le gustase, y entonces la madre se irritó y Ana testa que siente que toda la relación con su marido se tambalea y que
María le pidió que le comprara un paraguas. La madre se lo compró pero ella tiene que esperar que se le pase la rabia al marido, y mientras, se
después le vino una fuerte diarrea. siente sola y muy inmovilizada. Con esto está significando su temor a la
En esta sesión b) se analiza que ella no sabe todavía si lo que incor- reintroyeeción de su agresión y conjuntamente con ello la de sus objetos
poró la sesión anterior son cosas de mujer o de hombre (falta de discri- internos destruidos depositados en el exterior. Al interpretarle su temor
minación), y cómo ella elimina ahora por el intestino esas · cosas que a sentir su rabia dentro de ella. porque teme que eso le haga iambaiear
recibe. Aparece entonces su miedo a sentirse ladrona y cómo encubre todo lo que tiaue dentro, se qlieda en sileneio y después me dice :
su estado de ánimo cuando está contenta y conectada conmigo por miedo a ''He soñado con dientes manchados y que yo cepillaba y cepillaba,
ser envidiada por su madre y su marido; y que si está alegre ni su madre Sabía que no iba a salir esa mancha. (Pausa.) Eso de los dientes estoy
ni yo nos vamos a ocupar más de ella. En la sesión siguiente, c), segura de que fue una parte. Otra parte fue con el departamento y la
aparece el tema de su cumpleaños y que su padre le había dicho que ojalá limpieza... De alguna manera me atraen demasiado las tareas de la ca-
él tuviese 20 años menos, y que nota que su madre está más cansada. sa. . . y pienso que me gusta hacerlo y si no lo hago es porque razono
Con ello seguimos analizando la situación edípica con su envidia, avidez que podría hacer cosas más importantes. Entonces no hago ni uno ni
y culpa consiguientes; reaparece en esta sesión su miedo al análisis (de su otro, ni lo que me gusta".
avidez), es decir, su miedo a agotarme, vaciarme y dejarme gastado o Interpreto que le hace tambalear la rabia con que me mordería y
muerto (como a sus padres). teme por eso no se pueda curar con el análisis.
En la sesión siguiente, d), dice que hoy le dio miedo cómo manejaba
''Yo creo que sí. . . que me debo sentir culpable porque siempre
su marido, y relata el caso de una amiga que desapareció y le dijeron
actúo de manera defensiva." A continuación relata que un inspector
que se separó de los · padres, y después se enteró que había intentado
municipal le reprochó que tiraba cosas a la calle y que ella pensó que
suicidarse. Le muestro el miedo a que el análisis vaya demasiado rápido
eon lo que cobraba la municipalidad bien podían ellos limpiai·; lo cual le
y que yo la separe de los padres y que por la tristeza ella no lo va a poder
interpreto que con lo que yo cobro bien podría limpiar yo su agresión y
aguantar y se va a morir. Aquí hay un retorno a los niveles neuróticos flllS culpas.
y se plantea el tema de sus conflictos al cambiar su casa por un depar-
tamento en un barrio mucho mejor, y su culpa frente a sus hermanos;
42 Rosenfeld (a), en su estudio del superyó en esquizofrenia, refiriéndose al
que ella tomó todo lo mejor para sí, que siempre en su casa ella tenía lo <'llRO en que el paciente toma la interpretación como un reproche, dice que "esto
mejor con el pretexto de que ella era mujer. Relata un episodio con sus OM común en el tratamiento de psicóticos y aun pre-psicóticos. Creo que esto"'impli-
hijos en que quedó amargada, y le digo que ella queda amargada porque 1·11 que la interpretación ha sido tomada concretamente" y que "cuando la identifi-
todo lo que tiene siente que lo chupa y toma con culpa. 1·1111iólt proyectiva se refuerza, el paciente pierde su capacidad de comprendeí:-- los
"! rnholos y, por lo tanto, las palabras, y toma las interpretaciones en forma . concre'.
En la sesión siguiente, e), aparecen muchos temores al análisis y una lr1" (púg. 330t. :Es decir, no hay suficiente clivaje entre el analista y el rol en
fuerte resistencia a los cambios, exigiendo indirectamente que . le diga \I proyectado (falta del sentido ae realidad).
por qué tiene que seguir el tratamiento, lo cual está ligado a sus fuertes ltolacionado con esto, hay un índice muy particular para reconocer en un
temores de desprenderse de sus padres pero quedar fuertemente ligada a 111111111111Lo dado que estamos trabajando sobre material de los niveles psicóticos; y
11Nl 11 Indico es cuando el paciente no entiende el desdoblamiento entre contenido
mí para siempre. En las sesiones d) y e) vuelve a reinstalar el "tabique"
1111111i l'IPHLO y latente, y toma lo que le interpretamos, no como un contenido latente,
entre las partes neuróticas y psicóticas de su personalidad. 1tl 110 <:omo una reflexión o una opinión nuestra que él aplica sobre el material ma·
La sesión que sigue, f ) , me habla de la rabia que tuvo en la escuela 11 l I i11Mto r¡110 venia desanollando. En este caso, se trata también de un déficit en
con los alumnos, y cuando le muestro que es la rabia que se llevó de !a lt• "1n11loli?.neión o, mejor dicho, una simbolización todavía no adquirida en esa
¡11u In do 111 porsona!ldad.
146 JOSÉ BLEGER
SIMBIOSIS Y AMBJGÜEDAD ] .J.7

(Sr mnPYP infra11quiln. ) "Ésn rs nna explicación qnc me satisface


basta 11 tr. " le interpreto que ella siente ahora dentro de sí algo que ha eambiado
Contesto qne le satisface bnstnnte pero lr, da mucha rabia, igua l que rápidamente, quP eso la dPsorienta y que le parece que viene demasiado
c·n la sesión anterior. frE'cne11tc•me1JtP a las :sesi1111Ps y que yo tendría qne retenerla haciendo
( Extraiíada.) "Tendría ahora que hacer un rsfuerzo para recordar c·omo rl marido q11 P le d11 chocolate. Me contesta que sí, que le resulta
Ja srs ión antrrior. Sin embargo me h(' SPntido hirn después.'' . mu~· largo el tratamirnto y pasa a reforir que ayer se dispuso a esludiar
Seíialo que reaccionó sorprendida porqne 110 reconoce que sn rabia y se quedó dormida sobn· rl libro. Le vuelvo a sriíalar que me Pstú
<>stú c•11 su marido. dicirndo que el tratamiento S<' le estú haciendo demasiado largo y q1w no
' 'Ahora entiendo nwnos. . . Si me lw ido ron rabia o he tenido rabia obstante el Pstudio todaYÍa no ha sido resue lto 44 . Me contesta que no t's
<'n la srsión ai1tc'rior, ¿por qné me ht> srntido drsp uí·s nwjor ?" solarnC'ntr e l estudio sino la manera de sentirse, y que al entrar a clase
Interpreto que es por la miSJil<t razón po r la que mP dice que recibe a 'la Facnltad. se confnndc. LP digo que al entrar hoy aquí me deja cll'
satisfecha lo qnr le doy, pero al mismo tiempo se murve inquieta con la YllPlta todas las cosas dr sn st>sió11 anterior, y que por eso se siente ron-
rabia en el cuerpo. fundida .v tienr mi edo de dorrnirsP igual que fr ente al libro .
(Sik•neio.) ''Bueno. Es1·aba prnsando ctur fuimos al cine con los "B uPno. No mf' gusta <>ntrar a la sesión. (Pausa.) Hoy me traje
chicos. Estaban dadas las eondiciones para que fuese un día feliz, pero el trjido <'11 PI coche y yenía t<>jirndo. Nunca lo hago y ahora descubrí
no fue así. Yo lo reho a perder.'' que puedo aprovechar el tiempo.''
J11tc•rprrto qne me rstá diciendo qnr yo le echo a perder una sesión Le d igo que Í'sa es 1111a manrra de venir acompañada con algo de
que' podría haber sido frliz. su casa. para podrr Sl'ntirst• rniis tranquila 45 •
La srsiún f) ha rrrnovido efectos en bloque, ante el temor de sepa- "Hoy tiP11c que wnir mi madre a mi casa (mueve los pies y hace
rarse de sus padrPs por rl tratnmiento, y cuando aparece la rabia la una pausa) . Hoy rnP a~ordé de que la Sra. de K. tiene la madre muy
paeiPntP no la reconoce eomo tal ni como propia. Está haciendo un a pren- enferma. ¿ Por qui'· lo juntf. '1 Lo junté porque me parece que le resulta
dizaje a travl>s de su proyección y dei;plazamirnto. La rabia aparece muy difícil separarse de su madre. Pienso que yo también me siento
eorno tal para mí, pero si intento mostr1'.trsela, rlla se confunde, porque muy confundida con mi madrC'. ''
para ella la rabia no existe en forma discrimiµada de sus otros afectos, ·y Interpreto que se siente confundida conmigo, porque me tiene des-
apa re<'e conjuntarnrntc eon su afecto, con la avidez oral sádica (manchas truido dentro de rll a y temr que por eso no se pueda separar más de mí 411 •
Pll los dir ntes) y con la culpa. Ha intentado también utilizar conmigo la "Bi1<'no ... El .. . Todo lo que hablamos de ella aquí en la sesión ...
pl'Oyeeeión de su rabia, qne yo me enoje como el marido, y cuando con- A mí nunca mC' tira ir a la casa de mi madre. Si ella no viniera a mi
tratransfrrcueialmentc yo me drsligué de este rol, ha tentado, a través del casa podrían pasar semanas sin yo ir, y pasan. Es ella la que Yiene.
autürre¡¡rochc, hacrrrne sentir culpable por ha cerla sentir así. Ahora nw aeordí~ q1\f' ayer a mediodía, durante el almuerzo, Juan (el
La próxima sesión, g), me saluda eon('<:tada pero muy seria. Me dice hijo mayor ) dijo qnP tPnía qur contar algo .v planteó que yo le exijo que
que unos amigos ya se han mudado de departamento y que lo han heeho él \'Uelnt en sPgnida de la f'scuela y que los chicos se burlan de él. No
tan rápido; despuí·s, qur su marido llf'gó la noche anterior y le dio cho- era el contenido lo quC' me había emocionado sino el que él pudo traer un
colate y ella pensú qu(· manera era ésa de acercarse, y q:O.ie están yendo problema. l\1e par!'ee muy importante que lo pueda hacer.''
mucho al cine. Interpreto que por un lado se siente exigida por mí y que yo ando
En la sesión anh,rior, f), se ha logrado la reiutroyección de distintos drtrás como su madre, prro por otra parte está muy emocionada de haber
componentes del núcleo aglutinado, ··y por eso ahora comienza dic:irndo podido traer sus problemas aquí, y es por esta emoción mezclada con
que se siente carnbiada eon rapidez y que ahora necesitaría miís cosas exigencia por lo q1w tenía hoy miedo de venir aquí a la sesión.
positivas (chocolate) de mí, para irnder contrarrestar la aglutinación de (Pausa.) ''Otra vez estoy p<msando en mi madre. . . y. . . muchas
cosas tan distintas (no bien diseriminadas) dentro de ella 4 3, y por ello veces pienso cuando estoy Yiajando ... el otro día casi no me doy cuenta
que me t engo que bajar."
43 Ha resultado lo que desm· ihc Rosen.fe!tl (e): "No obstante, si llegan a
predominar momcntánParncnte las pulsi o1ws agresivas, Pl proceso de reparación puc· H El quedarse dormida con el libro es una 'ilnación fóbica, como consc·
de ser interferido en forma parti.~ ular. Las pulsiuncs libidinal cs logran ·reunir Jos cucncia <le una n•proy<'c:ción (sohre el Jihro) del núcl eo aglutinado introyectado en
pedazos de Jos objetos y <kl yo, ]><'ro fa s pul siones agresivas impiden que esos pe· la ~P~ ión anterior.
dazos sean ordenados y unidos con<'r:tam <· ntc. En el p<!or U.e Jos easos los objetos ·•G Conside ro 1•:<ta redisociación fóLica como un cierto adelanto con respecto
y el yo son reunidos pero en forma totalmente desordenada y defectuosa. El re· 111 1mwcjo masivo d<•l núcleo aglutinado.
sultado es un estado confusional. .. " Pienso que lo que describe Rosenfeld es 10 La rcd iso<·ia.-ión fracasa por falta de discriminación entre el yo de la
Jo que aquí denomino reaglutinación. ¡m<·i<·111•', su madre _v d anali sta, entr<• los objetos peligrosos y los prot~ctorcs. Se
pr·od uc·t: 11111t rcgrcs ió u ele la posición ·esquizoparnnoidc a la posición gl ischro -cárica.
148 JOSÉ BLEGER SllllBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 14!)

Le digo que es su temor el de meterme a mí tanto dentro que no se muy confundida de encontrarse con una parte más de ella, con la que
pueda separar más de mí. ella no contaba, y que por mantener inmóvil no puede dar ni recibir en
"En todo caso tengo mucho menos miedo que antes. En ese sentido relación conmigo porque en sus emociones no sabe distinguir entre afecto
pienso que he mejorado algo." y rabia. Sin embargo, soy como el almacenero a quien ella sigue pidiendo
Vuelvo a decirle que eso es lo que la emociona, y cuando se emo- como si le faltaran cosas, pagándome poco, o la mitad de lo que ella puede
ciona se confunde. suponer que son mis honorarios, En la medida en que sigue recibiendo
(Inquieta.) "No creí que me emocionaba por algo que yo hacía de mí, soy un objeto interno que se va destruyendo con su avidez, y para
sino por lo que hacía Juanito." Sigue refiriendo cómo su hijo es capaz contrarrestar la destrucción me tiene que seguir pidiendo afecto en un
de contar un cuento de contenido sexual delante de ella, y que a ella círculo vicioso que realimenta mi destrucción dentro de ella. Esta divi-
jamás se le hubiera ocurrido hacerlo frente a la madre. Que eso la con- sión afecto-destrucción señala la existencia, ahora, dentro de ella, de una
funde y no sabe si está bien o mal, o si es mejor o no así. cierta diferencia o discriminación entre su parte viva, que se puede emo-
Le interpreto que ella no sabe qué hacer, si traer o ne su sexualidad cionar y sentir afecto3, y otra parte paralizada, inmóvil, un cementerio,
a la sesión, si eiw va a ser mejor o peor. Se pone inquieta y cambia de formado por partes de sí misma y de los objetos destruidos con su avidez.
lugar la cabeza en la almohada; le señalo el movimiento y le digo que Esto posibilita que se plantee ahora el problema del dar y/o introyectar.
ahora ha querido cambiar de ideas dentro de la cabeza. A raíz de esto Su relación conmigo es distinta de la de tiempo atrás, porque ya hay una
se analiza su disociación y la disociación con que ella ve a su madre y a cierta discriminación entre mi afecto y el afecto de ella y entre yo -ente
mí, sin sexo. real y externo- y yo como objeto interno de ella a quien ella chupa y
La sesión siguiente, h), comienza así: mata, o yo que le exijo, chupo y mato. Esta disociación se instaló des-
''Siempre tengo frío. . . Ayer tuve que formar una mesa exami- pués de la confusión de la sesión anterior, confusión que fue directamente
nadora a la tarde. A los chicos que estaban enfermos se les tomó examen. actuada (evacuada), y después de la sesión, por no poder ser: retenida
Fue una sorpresa llegar a la escuela y tener que tomar examen. De dos en el área de la mente_ La fantasía de pérdida de un objeto es aquí
vino uno. Hacía mucho frío, en la pieza había piso de mosaico y yo dije : equivalente a la diarrea de la sesión b),
Aquí me voy a helar, esto parece un cementerio, y fui a pedir café. El Sin embargo, no creo que esto constituya ya una buena discrimina-
otro profesor me dijo, pero señora, usted siempre tiene frío. . . Bueno, ción, es decir, suficientemente estable. En la sesión anterior se sintió
sí. En todos los lugares no tengo frío. Donde hay calefacción no tengo reintroyectando cosas muy distintas (partes de su yo y de los objetos
frío.,, madre-analista con roles distintos : protección, reparación, exigencia, afec-
· Interpreto que me pide que la trate con afecto para sentir sus afec- to, destrucción, rabia, sexualidad), y por esta 'reintroyección se fue de la
tos, porque sino siente que la parte fría suya es un cementerio lleno de sesión llena de cosas, como su bolso, y de dos personas en la sesión con
cosas destruidas. partes distintas de ella misma, al salir se sintió con todo dentro de ella
"Bueno. Quiero contarle algo que me pasó. Después de la sesión ("De dos alumnos sólo vino uno"), y tuvo que actuar como una disocia-
me encontré con mi marido y fuimos a tomar algo. Estuvimos hablando ción reforzada tratando de liberarse de la reaglutinación que la amena-
del dar y el recibir a propósito de que soy constipada, y él dice que eso zaba desde adentro_ Este reforzamiento de la disociación hace que se
se debe a que yo no sé dar ni recibir. La conversación se hizo un poco sienta con su yo más empobrecido, y tenga necesidad de volver al almacén
agria y después yo me fui a mi casa. Camino de mi casa yo llevaba una a pedir más, como si no le hubiesen ya dado todo. Con todo, esta diso-
bolsa llena. En el almacén, al contarme las cosas, me contaron seis cosas, ciación actuada es un paso en el tanteo que puede llevar a una dis.
y al llegar a casa conté cinco cosas. Tomé un papel e hice la cU"enta y <!riminaeión más estable, y le permite ya diferenciar entre una parte de
faltaba una caja de arroz. Costaba 35 pesos y volví al almacen a ver si ella viva con calor y otra fría y muerta. 'l'enemos así que reconocer
lo dejé. l<.,ui y no. Entonces el dueño me dijo: lleve otra caja y me que la confusión, alternando con aglutinación y disociación, con proyec-
paga la mitad. Bueno. Volví a mi casa y yo no había comprado arroz ción ~ introyección, constituye pasos necesarios en el proceso del des-
y tenía las seis cosas. ¿Cómo había hecho para sumar cinco cosas ... ? arrollo y del aprendizaje, porque permite una progresiva ampliación del
¿ Cómo sumé para que me diera exactamente 1 Conté mal, sumé mal. mundo psicológico del paciente, por la movilización de partes bloqueadas
Fui a pedir una caja de arroz que no compré. Realmente me sentí bas- y segregadas de su personalidad (los niveles o la parte psicótica), y que
tante mal después de eso.'' sólo pueden ser asimilados en la personalidad cuando sé procede a una
La paciente viene a la sesión expresando su sorpresa de haberse en- <liscriminación de los elementos que la integran.
contrado en la sesión anterior examinando su propia parte enferma, que Le interpreto en el material transcrito que de las cosas que ella incor-
es un cementerio, y es la parte que necesita mantener bloqueada. Quedó'' poró en la sesión anterior hubo muchas que la confundían y que tuYo
150 ,T O S É BL E GE R

SI111BIOSIS Y AMBIGÜEDAD 131

que perderlas <.'n t>l camino de regreso a su casa. Continúa como si no me


hubiese escuchado, y mu~· asustada pr<'gunta reiteradamente y de distin-
simbólicamente y tienen que serlo en los hechos ( actuándola), v ésta fue
tas maneras cómo pudc1 haber ocurrido ese descontrol y qué otras cosas
la necesidad de Ana María de mudar de casa. El embarazo e;a el equi-
put>rlP llegar a hacer si se descontrola así. La sesión continúa ah·ededor
rnlente de una condensación hipocondríaca, una localización y control
de este miedo a que el análisis la lleYe a 1111 descontrol mayor, y más
en rl cuerpo de todos los cambios para evitar la confusión. A su Yez, el
adelante, en la misma sesión, aparece la reflexión de cómo pudo ella ir
cambio era vivido como un nacer ella misma de vuelta o un separarse
a pedir cosas qne no le correspondían . '' Fui a pedir cosas que me saca-
ele su madre, y así empezó a recordar sus impresiones cuando Yenía a las
ron y resulta que yo había sacado.'' Con esto se analiza la confusión que
primeras sesiones de análisis y tm·o un sueño "en que tenía que subir
tiene conmigo entre la fantasía de robar y ser robada , y cómo ella encubre
una escalera muy alta y después tenía que pasar por un pasillo ~· me
su culpa de robo pidiendo siempre más y encubriPndo lo que recibe. Trata
dio m irdo que fuera muy angosto y llamé a mi marido y me desperté ...
entonces de ver de qué se habló en la sesión anterior, y le interprPto que
.\. Yeces me sucede tener miedo de no poder pasar".
ella quiere localiz.-r Pl tema peligroso para controlarlo mejor y que no
apm:-ezca sin su cvntrol. RPcnerda entonces lo que le interpreté al final,
que ella Yeía a su madre y a mí sin sexo.
El tema de la sexualidad no ha n1elto a presPntarsc hasta ahora en "'
En el problema de la confusión en todas sus manifestaciones (con-
su análisis, ~- su inclusión en la sesión g) la ha confundido, como un ele-
ciencia brumosa, desorientación . marros, etc.) , he querido en este matrrial
mento más. integrante de la situación edípica qne tiene que discriminarse
~eña lar la relación con la i·eintroyección del núcleo aglutinado o frag-
ulteriormente. Esto constituye otra de las características de los niveles
mentos del mismo, que aparecen como fusionados, es decir, un material
psicóticos en el análisis: cuando se reintro~·ecta un fragmento del núcleo
dP experiencias no discriminadas y que durante el análisis tenrmos qne
aglutinado éste resulta dispersado y aparecen una gran cantidad de sus
discriminar, delimitando sus componentes; y entre ellos aparrcc, en m1
componentes, sin (]lle se pueda persistir mucho en el análisis de uno solo
l ngar rl'levante, la fusión de la pareja edípica y la em·idia. que cr eo
de ellos en forma separada. porque los C'lementos se vuehen 'l. reaglntinar
ea racterística de los niYeles psicóticos de la personalidad. Ile señalado
y r eiteradamente a aparecer y desaparC'cer. además cómo la discriminación es un proceso gradual que alterna con la
Otros momentos Je confusiún qne ya he rC'seífado anteriormente, son rr-aglutinación y reproyrcción y que, l'On frecuencia, antes de insta larsl'
los que aparecían al entrar y al salir dr las sesiones, ocasión en qu e des- lit diYisión esq uizoide (la discriminación bien ('Stablecida), intenirrn·n
cribí la conciencia brumosa . como llll ¡rrado mínimo dC' confusión por lisociaeiones rxtremas o reforzadas (como las llama Rosenfeld), orgnni-
regresión defensirn del yo frente a la invasión masiva del núcleo aglu- zad;1s en ciertos mom entos con un control fóbico muy precario o p(WO
tinado reintroyectado. consistente. La disr.rirninación transforma, los niveles psicóticos en ne 11-
La descripción dr sus sueños se hacía también, con mucha frecuencia, rólicos (pasaje dr la posición glischro-cárica a la posición esquizopara-
con una confusión entre la Yigilia y el dormir o con una falta de discri- noide ) y con ello se transforma la f11.s1:ón y fa, conf1lS1:ón en contradicc ión
minación entre una y otro, así por ejemplo. dice en una sesión: ''Esta y la anibigüeda,d en conflicto.
mañana estaba soñando ... '' ; rn otra : ''Hoy, cmmdo me desperté ... J. :Jiom, en sus trabajos sobre fobia, r econoce, al igual que nosotros.
soñé tan raro ... "; o C'ntra a la srsión, se acuesta y me dice: "Bueno. un clivaje entre el yo y lo proyectado y una disociación concomitante de
Estaba soñando con que ... n En otra oportunidad. también al comienzo rsta última; si esta disociación se pierde, el yo se ve invadido por una
<le la sesión: "Bueno. l\Ie lenrnt6 con. . . Tratando de recordar el sue- 11 nsicdad confusional. Lo mismo se halla en el traba jo de Garbarino
íio. . . Soiíé con ... ". so bre el análisis dl' nna fobia. Considero (]Ue la pérdida de la disociación
Pn período importante de confnsión ocurrió cuando vendic•ron la (el isociación que permite la actuación del control fóbico ), implica una
casa. lo cual sig·nificab<1 una mudanza iumediata al departamento nuevo. n •agfotinación de objetos bnenos y malos con una pérdida conjunta de la
Conjuntar\w11t<' eon ello apareció 1111 atraso menstrual que tanto ella disl'rirninación entre unos y otros y entre las partes del yo y del ckposi
como yo supusimos cm un C'mbarazo, atraso que duró dos semanas. Estaba lurio relacionados con unos y otros objetos.
mu~· confunllicl<1 frente a la decisión a tomar ante ese embitrazo, de si
Es mi opinión que la psicología y la psicopatología de la con fusión
clrjar o no ~eg nir su l'Urso . pero posteriormentr apareció la confusión (1·línil'a .v dinám icamente .considerada ), constituyen un capítulo que se-
frente al cambio de casa. El atraso menstrual estuYo ligado a un revivir ¡.:1 1n1111t'ntr• oc upará. cada vez más el inter és (teórico y técnico) de la labor
de la mudanza de la casa de sus padres a una casa propia, época en que 11Hi 1·01111al ítica.
estuYo embarazada de su primer hijo y época también en que dejó de estu- ,_
diar. Ya he observado que hay situaciones que no pueden ser elaboradas
152 JOSÉ B·LEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 153

l) Permeabilidad entre los niveles neur6ticos y psic6ticos sobre esta división de la personalidad (entre el yo más integrado y el
núcleo aglutinado ), tentando una reintroyección de este último. En este
Entre los ciclos o períodos de movilización que he descrito, se inter- caso, mi primera interpretación en esta sesión podría haber sido, por
calaban períodos durante los cuales no podía lograr una nueva reintro- ejemplo: ''Por un lado usted puede reconocer el afecto y la r abia que
yección del núcleo aglutinado (un nuevo pasaje), ni tampoco su disper- me tiene, pero dejando fuera ese algo que se derrumba, que la hace
sión, y, por lo tanto, la paciente segregaba e inmovilizaba el análisis de
sentirse dormida".
los niveles psicóticos; eran períodos 'en que se veía necesitada de consolidar Otra alternativa es la de centrar la interpretación en la división
su yo más integrado, incorporando a él nuevos elementos que provinieron esquizoide dentro de los niveles neuróticos de la personalidad, ignorando
del análisis (de la discriminación) de la parte psicótica de la perso- y segregando con la paciente la parte psicótica, y esto es lo que he hecho
nalidad. En otros t érminos, el análisis retornaba a los niveles neuróticos, en la interpretación al comienzo de la sesión.
mantenidos muy disociados de los niveles psicóticos. Para mostrar la di- Estas dos formas de centrar la interpretación corresponden, respec-
ferencia, quiero a continuación presentar un breve ejemplo de un período tivamente, a lo que se puede denominar interpr etación sobre niveles psi-
más reciente, en el cual existe ya una mayor permeabilidad entre los cóticos y sobre niveles neuróticos de la personalidad. Por otra parte,
niveles neuróticos y psicóticos de la per sonalidad; esta sesión tiene lugar ambos ejemplos de interpretación utilizados aquí, corresponden al tipo
poco tiempo antes del momento en que retomó sus estudios, rindiendo y que antes he clasificado como interpretación clivada.
aprobando una ma.eáa. La sesión comienza así:
Así como la interpretación clivada promueve la reintroyección y la
"Me costó levantarme temprano. Todo el día de hoy ando como si no clivada p r omueve la reproyección, l:;i, interpretación sobre los niveles
hubiera dormido poco. Sé que soñé pero no lo puedo recordar ; la sen- psiclticos moviliza estos últimos, mientras que la interpretación sobre los
sación, lo que me quedó, es como algo que se derrumba o se deshace. En- niveles neuróticos mantiene o respeta el timing y la escisión de la perso-
tonces me acordé de un sueño anterior en que en los anteojos se me nalidad; pero justamente por ello tiende a integrar el yo más maduro
separaba el armazón de los vidrios. Pero el sueño de hoy no lo recuerdo". resolviendo la división esquizoide. En este caso de la sesión que expongo,
Los niveles psicóticos de la personalidad (el andar dormida, el de- opté por este último tipo de interpretación porque habíamos pasado por
rrumbe) son segregados o disociados del yo más integrado (" ... en los un ciclo de dispersión del núcleo aglutinado, y justamente por ello mismo
anteojos se me separaba el armazón de los vidrios". Y esta disociación era necesario ahora lograr una mayor integración del yo, con lo obtenido
se ve también en el olvido del sueño ). Sin haber interpretado, la pa- por la discriminación de parte del núcleo aglutinado, para ulteriormente
ciente continúa: volver a un nuevo ciclo de dispersión y reintroyección de la parte psicó-
''El sábado a la noche fuimos al cine. Fuimos separados, primero tica. El cuidado del timing, entre interpretaciones centradas en los ni-
llegué yo y después mi marido. A la vuelta tomamos el ómnibus y reco- veles neurótico y psicótico de la personalidad, constituye, como ya lo he
nocí a una señora que había sido compañera en medicina. l!.,uimos com- señalado, uno de los problemas técnicos fund11,mentales en la simbiosis.
pañeras hasta que nos enojamos. Subí, la vi y me puse muy contenta, Después de lo que dijo la paciente, si hubiese continuado con las
pero recordé que estaba enoj ada con ella. Me hizo una cosa que no me interpretaciones centradas en los niveles neuróticos, hubiese seguramente
gustó. Pero también me hizo otras cosas y gracias a ella di muchas ma- aparecido culpa por sentirse mejor, cierta dificultad en reconocer la
terias. Todo el día de ayer me dio vueltas el asunto". mejoría por culpa frente a sus hermanos y padres por poder vivir mejor
Segregada la parte psicótica de la personalidad, aparece~ los niveles que ellos, depresión por sentir su mejoría como separación de sus padres,
neuróticos con elementos bien discriminados: objeto bueno y malo, afecto aparición del problema del transcur rir del tiempo, la muerte de sus pa-
y enojo. En este momento interpreto que ella puede reconocer dentro de dres y el tornarse adulta con el problema de la muerte propia ineludible.
sí que está enojada conmigo pero también que me tiene afecto y recono- En esta sesión, sin embargo, retomé el análisis de la parte psicótica,
cimiento. IJa paciente responde : ''Creo que si me sucediera eso ahora, y formulé una interpretación centrada en la división entre el yo centr al
no me enojaría. En su época sirvió para echar una amistad abajo". T--'e y el núcleo aglutinado: le dije que ahora trata de no tomar en cuenta
digo que se asegura y me asegura que ahor a no va a ocurrir lo mismo eRa parte que en el sueño se desmorona y que de día la hace andar
y que nuestra relación va a continuar. Y ella responde : ' 'Esa parte posi- dormida.
tiva era la que quizás yo no tomaba en cuenta". "Me encuentro pesada, gorda. Me da rabia y sigo aumentando de
Cuando reconozco una división en la personalidad, con la consiguiente peso. Me cuesta moverme. Los lunes tengo que venir al centro dos veces
segregación de la parte p.sicótica, tengo dos alternaiivas fundamentales y eso me cansa. Hasta ahora pude mantener mi peso, pero ahora cada
en las cuales centrar la interpretación: en una de ellas puedo interpret~r vez peso más. (Pa"\lsa.) Y pienso que estando más tranquila y aunque
<·oma menos, la tranquilidad es lo que me hace engordar. La vez que hice
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 1;¡;,
154 JOSÉ BLEGER

2) Estas últimas constituyen en el adulto la parte psicótica de la


la gran bajada de peso fue cuando el lío con mi marido. Por supuesto personalidad en lo que he reconocido y designado como el núcleo aglu-
que no quisiera pasar por eso mismo. Pero me pregunto si tengo qur
tinado.
estar angustiada para rPbajar. (Pausa.) Bueno, voy a cambiar de terna." 3) La parte psicótica de la personalidad se mantiene fuertemente
Cuando interpreto la parte que se desmorona, y con ello enfrento segregada de la parte neurótica de la personalidad y de sus niveles más
su yo central con la parte psicóti·~a ( núclro aglutinado) , es evidente que integrados.
ya no se bloquea tanto como antes y que tampoco me bloquea a mí. tal 4) La parte psicótica de la personalidad es el remanente de una
como ocurría en las sesiones que presenté más arriba; como se ve, no aísla primitiva organización, anterior a la posición esquizoparanoide, que he
la interpretación sino que asocia sobre su contenido. Funciona la reintro- designado posición glischro-cárica.
yección, pero en el cuerpo, que sirve de mediador o de "buffer". Ademús 5) El núcleo aglutinado (la parte psicótica de la personalidad) está
de la mayor permeabilidad entre las distintas partes de la personalidad, formado por las identificaciones más primitirns en las que no se estableció
hay también un mayor insight, en el sentido de que para que se resuelYa aun una discriminación entre yo y no-yo, y constituye -por otra parte-
la gordura (para movilizar el núcleo aglutinado inmovilizado en el cuer- la organización más primitiva del complejo de Edipo, que se caracteriza
po), reconoce que tendrá que pasar por angustias y por un "lío" con- por una fusión (falta de discriminación) en la pareja parental y entre
migo, como el qne antes turn con su marido (se refiere al proyecto de esta última y el yo del paciente. ·
divorcio por el cual comenzaron a analizarse). Después, en forma explí- 6) El núcleo aglutinado puede sufrir modifieaeione,s en su magnitud
cita, me propone cambiar de tema; ahora ya no se trata de anulación por una regresión de la posición esquizoparanoide, o una progresión ha-
y rechazo para inmoYilizar la parte psicótica, sino de un tiempo que ne-
cia la mism:a.
cesita para preservar su yo y su relación conmigo. Yo hago caso omiso 7) El núcleo aglutinado no se caracteriza por la confusión sino por
de la proposición de •cambiar de tema y sigo interpretando sobre los la fusión de sus elementos integrantes. La confusión aparece cuando el
niveles psicóticos, dici6ndole que teme mucho que si yo me meto con su
núcleo aglutinado ha inrndido el yo más integrado.
cnerpo .r con lo que se desmorona, se le va a armar un lío conmigo como
8) El núcleo aglutinado es ambiguo y polivalente , pudiendo sufrir
el que tuvo con su marido. Y ella r esponde :
polarizaciones extremas a consecuencia de las cuales puede aparecer fun-
"Fue en la última sesión que lr dijr que me dolía la encía. Dismi- cionalmente como un yo, un obj eto, un superyó.
nuyó el dolor después de esa srsión ". 9) La división esquizoide discrimina los componentes del núcleo aglu-
Interpreto que ella confía rn qnP rl cambio del cuerpo se pueda tinado y posibilita el pasaje de Ja posición glischro-cárica a la posición
ahora hacer sin qur se arme lío, tal como se arregló el asnnto de la encía. <'squizoparanoide. La división esquizoide transforma la corifusión en con-
Después de C'Sta interpretación, la paciPnte continúa hablando de su lradicción y la arn big iicdad en conflicto.
pro.wctado cambio de casa y cómo antrs le angustiaba mudarse y que 10) La división mente-cuerpo corrC'sponde a la división entre Ja parte
ahora tiPne ganas de expPrimentar Pse cambio, y de sus esperanzas tanto 11 eurótica y la psicótica de la personali<;lacl, rxistiendo al mismo tiempo,
como de su temor a desilusionarsr. !'11 la parte psicótica, una falta de discriminación o una fusión entre el

He qnPrido mostrar en este material la aparición conjunta de la ('l'il'rpo y el mundo externo.


parte psieótica y neurótica de la personalidad, y la utilización de las 11) En la parte neuró.tica de la personalidad predomina la repre-
interprrtaciones en \'ada nno de los dos niveles, tanto como la mayor i;ión, mientras que en la parte psicótica predomina la proyección. En
permeabilidnd o porosidad existente rn rse momento entre ambos; lo In simbiosis se produce una fusión entre lo proyectado ~, el depositario
cnal jnzgo como índice de una PYolución f<worablc . ya que dicha permea- 1·1111 una .identificación proyectinl masiva.
bilidacl sólo puede aparrcPr con nn yo mús intrgTado que :va no snfrp 12) La división esquizoide es característica de los niveles neuróticos
-Pn ese momento- la reintroyección corno una invasión abrumadora y d1 ~ la personalidad, y la misma posibilita la actuación de los mecanismos
desintcgradora. lle defensa: histéricos, fóbicos, obsesivos y paranoides.
l 3) En la parte psicótica de la personalidad, la fusión o falta de dis.
1· ri minación hace que el núcleo aglutinado se movilice masivamente, dando
RESUMEN Y COl\CLURIOX I·>
liq.('11r a distintos fenómenos defensiYos: hipocondría, enfermedad psico-
Ho 111{Ltica, psicopatía. El autismo es también una defensa: una negación
1) La simbiosis es nna rstrrcha i 11 tPrdl'pt>ndrncia entrr dos o más
personas r¡tw se complementan para mank1wr controladas, inrnovüizadas 1111111ipotente de la dependencia simbiótica. ·
14) l 1a envidia pertenece a los niveles psicóticos de la personalidad,
y en cierta rnedfrlci satisfechas, las necesidades de las partes más inma-
duras de la personalidad. niit•nt rns que los celos corresponden a la parte neurótica.
156 JOSÉ BLEGER
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 157

15) Se postula la presentación clínica de tres tipos de pacientes,


según el grado de control y clivaje entre las partes neurótica y psicótica 30) Se reconocen dos tipos de interpretaciones : clivadas y no cli-
de la personalidad entre sí. vadas, que posibilitan el manejo del timing y la movilización de la parte
16) En los pacientes con simbiosis clínica se debe investigar y ana- psicótica de la personalidad.
lizar los núcleos autistas latentes, mientras que en el autismo clínico se 31) El manejo del timing es fundamental para poder analizar pre-
debe investigar y analizar los núcleos simbióticos latentes. viamente, en cierta medida, los niveles neuróticos que posibiliten una
17) La entrada y salida de las sesiones, así como todo cambio, movi- mayor integración del yo, para que pueda enfrentar la labor de discri-
lizan la parté psicótica de la personalidad. minación del núcleo aglutinado, sin sucumbir a su invasión masiva.
18) En la parte psicótica de la personalidad -cuando ella predo- 32) I.ia movilización del núcleo aglutinado es un paso imprescindi-
mina- hay una extrema facilidad o permeabilidad a la introyección e ble en su elaboración (discriminación).
identificación indiscriminada, lo cual explica dinámicamente algunos fe- 33 ) Reiteradas introyecciones-proyecciones, reintroyecciones y repro-
nómenos, como la ecolalia, ecopraxia, mimetismo. yecciones, producen una cierta fragmentación del núcleo aglutinado, como
19) La conciencia estrechada y brumosa es característica de la pre- un pasaje necesario par a la discriminación.
sencia y actividad de la parte psicótica de la personalidad. 34) La aparición de confusión en ctmlquiera de sus manifestaciones
20) La elaboración de la simbiosis exige a veces al paciente un (mareos, obnubilaciones, suspenso, perplejidad), constituye un. "índ:i.ce
aprendizaje en la acción, por un déficit en la simbolización (pasaje de reintroyección ". Es el equivalente, en los niveles psicóticos, a la señal
psicopático) . de alarma en los niveles neuróticos.
21) La transferencia de la, parte psicótica de la personalidad es una 35) El analista debe perro.z.nentemente clivar, para sí mismo, su rol
transferencia psicótica, que se caracteriza por ser masiva, invasora, pre- del que el paciente proyecta en él, manteniendo así per:manenteme:ate
cipitada, tenaz y lábil; totalmente equivalente a la simbiosis transfereneial. una discriminación de su identidad.
22). La base de la transferencia psicótica (simbiótica) es la identi-· 36 ) La interpretación en los niv:eles neuróticos tiende a integrar las
ficación proyectiva masiva que funde al depositario con lo proyectado, disociaciones y a obtener el pasaje a la posición depresiva; en los niveles
lo cual estructura la falta de sentido de realidad de la misma. psicóticos la interpretación tiende a disc:riminar y a obtener el pasaje a
la posición esquizoparanoide.
23) La identificación proyectiva masiva es consecuencia de la natu-
37) La interpretación de los niveles psicótieos recae sobre la línea
raleza de lo proyectado (núcleo aglutinado, que se moviliza global y
masivamente). de clivaje con la parte neurótica de la personalidad.
38) Las interpretaciones de los niveles psicóticos son, durante mucho
24) La reacción contratransferencial ante la actuación de los niveles tiempo, aparentemente inoperantes, pero posteriormente se puede produ-
psicóticos es, generalmente, la de sentirse abrumado y sensaciones globa- cir un insight explosivo o cíclico.
les agobiantes, que van dando lugar a impresiones y reacciones más dis-
39) No se debe centrar el esfuerzo técnico en entrar en el autismo
criminadas en la medida en que se hace el pasaje de la parte psicótica
a los niveles neuróticos de la personalidad. del paciente, sino en salir de la simbiosis. Al proceder así, movilizamos
toda la organización narcisística del paciente (incluso el autismo).
25) La culpa en la contratransferencia es un fenómeno muy fre- 40) El analista debe actuar discriminando, como un yo suplemen-
cuente por medio del cual el paciente tiende a lograr que por culpa se tario del paciente; actividad a través de la cual el mismo paciente apren-
le siga dando sin tener que pedir, y por lo tanto sin tener que movilizar clo a discriminar.
la parte psicótica de la personalidad. 41) En la parte psicótica de la personalidad no se debe interpretar
26) Contratransferencialmente es muy frecuente el sentimiento de cm términos que impliquen adjudicar la existencia de sentimientos o pen-
que estamos forzando el timing del paciente y abrumándolo o agobián- Hnmientos, porque los afectos y la actividad simbólica surgen de la discri-
dolo con la movilización de su parte psicótica. mi nación. Los afectos expresados corporalmente deben ser señalados pri-
27) Técnicamente es necesario proeeder a descubrir la parte psicó- 111 oro como sucesos corporales.
tica de la personalidad en toda neurosis. · 42 ) Cuando ha avanzado el análisis, es necesario no confundir la
28) Hay que tender técnicamente a que el yo más integrado proceda división esquizoide de los niveles neuróticos, con el clivaje entre la parte
a una discriminación en el núcleo aglutinado, es decir, que se establezca 11nur6tica y psicótica de la personalidad; así como tampoco se debe con-
la división esquizoide en la parte psicótica de la personalidad. 1'11 udir la reaglutinación con la integración de la posición depresiva.
29) Con ello se convierte la parte psicótica en una parte neurótica
de la personalidad.
1.)8 .J es ¡(; B r, EG E R SIMBIOS IS Y A MBIGÜEOAD 159

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160 JOSÉ BLEGER

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162 JOSÉ BLEGER
SEGUNDA PARTE

SOBRE LA AMBIGÜEDAD
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tevideo, Revista Urug1iaya de Psicoanálisis, vol. II, 4, 1958.
d) "Fenómenos transfcrenciales y análisis de la transferencia en un caso de
esquizofrenia catatónica aguda". Montevideo, Revista Uruguaya de Psico·
análisis, vol. II, 4, 1958.
e) "Nota sobre la psicopatología de los estados confusionales en esquizofrenias
crónicas". Montevideo, Revista Uruguaya de Psicoanálisis, vol. II, 4, 1958.
f) "The Super Ego and the Ego Ideal". Int. J. Psychoanal., vol. XLIII, 4, 5,
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Psicoanálisis, vol. V, 2, 1947.
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Spitz, R. A.: "The Primal Cavity". Psychoanal. St1idy of the Child, vol. X, 1955.
Strachcy, J.: "Naturaleza de Ja acción terapéutica del psicoanálisis". Buenos Aires,
Revista de Psicoanálisis, vol. V, 4, 1948.
Tarachow, S.: "Interpretation and Reality in Psychotherapy". Int. J . Psychoanal.,
vol. XLIII, 6, 1962.
Winnicott, D. W.:
a) "DesarrolJo emocional primitivo". Buenos Aires, Revista de Psicoanálisis,
vol. V, 4, 1948.
b) "Transitional Object and Transitional Phenomena". Int. J. Psychoanal.,
vol. XXXIV, 2, 1953.
Wisdom, J . O. : "Comparación y desarrolJo de las teorías psicoanalíticas de Ja melan-
colía". Montevideo, Revista Urng1iaya de Psicoanálisis, vol. V, l,· 1963.
CAPÍTULO V

LA AMBIGüEDAD EN LA CLtNICA PSICOANAUTICA

... damos por establecida la naturaleza sintética de los


procesos yoicos; pero al respecto estamos evidentemente
equivocados. La función sintética del yo, aunque tiene tan
extraordinaria importancia, está sujeta a condiciones par-
ticulares y expuesta a toda una serie do perturbaciones.
FREUD (La escisión del yo
en el proceso defensi·vo [XXI] ).

l. INTRODUCCióN

i.Tn primitivo esquema de Abraham del año 1921 consideraba, en el


curso del desarrollo, la existencia de cuatro etapas fundamentales, tres
de ellas en relación con distintas enfermedades; la primera etapa era la
del narcisismo al autoerotismo; la segunda de amor objetal con una orga-
nización sádico anal ; la tercera de amor objeta! con una organización
genital; la cuarta correspondía a la normalidad: amor objetal con orga-
nización genital, con control de la inervación orgánica y con capacidad
para elaborar los estímulos psíquicos.
Este cuadro se halla notablemente modificado en su trabajo más
extenso del año 1924: dividió las etapas oral, anal y genital en primarias
y secundarias, e in,cluyó junto a estos estadios de la organización libidinal
las características del desarrollo del amor objetal; y en este último figu-
m ba un estadio pre-ambivalente ( an-objetal, narcisista, autoerótico), y
en el extremo opuesto la relación übjetal post-ambivalente; entre ambos,
es decir, entre el primer estadio oral (de succión) y el último estadio
genital, incluía la ambivalencia 1 •
1 Este cuadro de Abraham fue completado por E . Pichon Riviere incluyendo
11 t1 estadio pre-natal (fetal); más recientemente fue reconsiderado por M. Langer,
1111 Rus relaciones con la teoría y con la concepción kleiniana. D. Liberman se ha
ocupado también ds él, incluyendo la.8 ansiedades básicas, en función de la teoria
do la comunicación y la diferenciación de "un espectro de emociones". A. Rascovsky
lm o.portado la teoría del psiquismo fetal, anterior a la etapa ore.!, que describe
Mmo una posición fetal o autíata.
Un estudio importante es también el de Rickman (1926), quien elaboró de
1110,uoro. muy completa el cuadro de Abraham, en sus relacion.es con la evolución del
yo, moco.niBmos de defensa, relaciones entre yo y superyó, etc.
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 167
166 JOSÉ BLEGER

tencia de núcleos de ambigüedad (persistencia de la primitiva organiza-


Lo m<Ís evi(fonte rs qnr, con el aporte de l\folanie Klein, desapare- ción psicológica indiferenciada) muy clivados de la personalidad que ha
e10 la relación prP-ambiva lC'ntc de objeto (o an-objetal) postulada por alcanzado -esta última- un grado variable de la integración del yo.
Ahraham; quedó tambi(·u l'llestionaclo el narcisismo y el antoerotismo, el En otros términos, la simbiosis coincide con la persistencia de una es-
<'oncC'pto de etapa se PnriqHPl'ió con PI <le posi<·ión y SP agrPgÓ la relación tructura ambigua, y desde aquí se pueden comprender mejor las distintas
de objeto parcial , previa a la ambiva!Pncia, en rl curso del drsarrollo; modalidades de la simbiosis tanto como la clínica de la ambigüedad. Qon
pero mucho de lo qnc Abraham incluyó eorno "amor parcial'', dl'ntro de este estudio paso ahora de la psicología y la psicopatología de la ambi-
la ambivalencia , qnP<la en la actualidad dentro de la posición esquizopa- güedad reducida a un núcleo clivado del yo, a la consideración de los
rnnoide, o lo r¡ur podríamofl llamar, utilizando un término introducido casos en los que el yo mismo es ambiguo. Aunque ambos estudios están
por Pichon Rh·icre, la di-l'a.lcncia. muy relacionados, es necesario recordar la diferencia entre ellos.
Las im·estigacioncs y aportrs d<' distintos antores y los míos sobre
l'l problema de la simbiosis, me cond11cp11 a 11 l'irmar qne el esquema de
.Abralrnm es en ciel'ta medida <·orrPcto; no en t>l sentido de <¡11e la relación 2. DISCRIMINACióN DEL CONCEPTO DE AMBIGtl"EDAD
oh.ietal se inicia <'ll la etapa ambivalente (que correspondería en rigor,
fül la actualidad, a Ja dh·a!Pncia de la posil'ión Psqnizoparanoide de Me- Empecemos por tentar una definición de la ambigüedad. El Diccio-
lanie Klein), sino en el sentido de que existe una organización que es nario de la lengua española de la Real Academia (Madrid, 1956), define
anterior a la posición rsq1dzoparanoide, y que ahora quiere relacionar ambigüedad corno lo "que puede entenderse de varios modos o admitir
con el problema de la ambigiicdad. distintas interpretaciones, y da por consiguiente motivo a dudas, incer-
Podríamos decir ahora, en síntrsis, que lo prc-arnbi'.valente en el tidumbre o confusión''. Las definiciones de otros diccionarios, de filo-
cuadro de Abraham Ps, en l'igor, pr<'-<l-ivalcnte, es decir, pre-esqnizopa- sofía 2 , tienen las mismas características de ésta que hemos reproducido:
rrmoidc, y que, por supuesto, este último tampoco es an-objetal, pero la ambigüedad es definida en ellos desde el punto de vista del observador
tampoco es objeta! en el srnticlo corriente del término "objeto". (o, podríamos decir, desde el punto de vista de la contra transferencia),
La ambival encia <·orrPsponcle, sPgún l\lelanie Klein, a la posición y entonces decimos que un sujeto es ambiguo (su conducta, su carácter,
drprPsi va, mientras que la <lirn lencia (relación de objeto parcial) corres- RU personalidad) cuando él puede ser entendido "de varios modos" o su
po111le a la posición esqnizoparunoide drscrlta por Fairbairn-Melanie comportamiento puede admitir ''distintas interpretaciones, y da por con-
I<ll'in; prro la mnbigiil'dad corrrsponde a una organización muy peculiar siguiente motivo a dudas, incertidumbre o confusión". Pero, para el su-
( pl'c-esqnizoparanoi<lc) que he dcnorn inado posición glischro-cárica. jeto que vive la ambigüedad o que la manifiesta, la ambigüedad no es
Es mi opinión que confnnclimos con gran frecuencia, en la clínica duda, ni incertidumbre ni confusión. Es indiferenciación, que equivale
~· en la consideración de los mrcauismos psicoló!!i<'os, la ambivalencia y n decir déficit de discriminación y de identidad, o déficit de diferencia-
la contradicción, /.a <Mmfrn.cia y la disociaC'ión cun la ambigii.eda.d . De ción entre yo y no-yo. Creo que el error más frecuente reside en adju-
igual modo , al no reconocer la ambigiicdad se la considera como confu- clicar directamente la confusión contratransf erencial a la estrnctura del
sión. Se impone, a mi t>ntender, reconsiderar estos problemas que me f cnómeno que la proditce.
parecl'n de fundamental importmieia , no sólo desde el punto de vista Quizás se aclare más la definición, si recordarnos que tanto la ambi-
de Ja clíni<'a, sino también del de la técnica y la teoría psicoanalítica; y vnlcncia corno la di valencia son contradicciones que vivencia o "expe-
aquí me oc u parí• de algtmos aspectos. riencia'' el sujeto; en la· ambivalencia ha ocurrido una confluencia de
lle tratado de rceonoccr la ambigüedad en el cnrso del trabajo psi- dos términos antinómicos, contradictorios, sobre un solo objeto en un
(•oanalítico y <lifrrrnciarl;1 <le la l'ontrmlicción tanto como de la ambiva- mismo momento, mientras que en la di valencia (división esquizoide),
lencia , de la disoeiaeiú11 _,. <lr la confusión, y Pll base a ello pude diferen- loH términos contradictorios son separados y mantenidos separados por las
ciar la existencia de nn tipo de personalidad qne podemos denominar t focnicas neuróticas (histérica, fóbica, obsesiva y paranoide). En la .am-
pcrsonal·i dad ambigua, tmito como eil'rtos rasgos ambiguos de personali- bigüedad no se ha llegado a la demarcación o discriminación de términos
darl que aparecen elíni1·arnPnte; ])('ro, en segundo lugar, me planteé la cliforentes o de términos antinómicos o contradictorios; en el sujeto y la
relal'ión de la nrnhigi.11•d;1d 1·1111 L1 111ús primitiva organización psicológica
( dP la posi1·iú11 glis1·hrn-eÍlrÍl•a l, ~- drs<le ahí pnde relacionar a esta ~ Lalan dt', A.: Vocabnlario técnico y crítico de la filo~ofía. Bueno• A.in·", El
últirna eon la pcrsmrn li<lacl nrnhig11a y con los rasgos ambiguos de la /l lcmoo, 1953.
personalidad; ~' tambit'.·n aprcn<lí a reconocer los núcleos de ambigüedad Ahbngnnno, N.: Diccionario de filosofía. México, F.C.E., 196:\.
No figura en Hinsie, L. E.; Campbell, R. J., Psychiatric Dictionary, Oxford
encubiertos en distintos cuadros psicopatológicos. En trabajos anteriores llnlv. l'rrsa, N. York, 1960.
he denominado núcleo aglutinado a lo que es, no otra cosa, que la persis-
168 JOSÉ BLEGER
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 169

situación coexisten, sin contradicción n'i conflicto para él, términos, acti-
tudes o compor tamientos que son diferentes (no necesariamente antinó- Un punto importante de su trabajo es cuando relaciona, correcta-
micos), pero que no se excluyen entre sí, sino que coexisten, y en otros mente, a mi entender, la mala fe con un trastorno de identidad; pero a
casos alternan en su presentación. ello agregaría que no se trata solamente de un trastorno de la identidad
Es posible que nuestra estructura u organización psicológica pueda sino de otra identidad que tiene que se!' comprendida en su propia es-
tolerar contradicciones de sólo dos términos y que, en realidad, podrían tructura. En la mala fe el yo existe como "una multiplicidad de iden-
existir sin conflicto (en otros niveles de organización del yo) más de tificaciones no sedimentadas, contemporáneas y contradictorias". Esto
dos tP,rminos contradictorios o diferentes, y es por ello que lo que para es para mí típico de la. ambigüedad en general y no sólo de la mala fe,
el observador aparece en la ambigüedad como contradicciones insalvables que sería un caso particular de la primera 3 .
de muchos términos o de distintos comportamientos (y que provoca con- Trataré ahora de desarrollar el tema, y utilizando par a ello algunos
fusión), en el sujeto ambiguo no hay tal confusión ni tal contradicción. ejemplos que -lógicamente- sólo pueden tener --en el mejor de los
Quiero subrayar, entonces, que la ambigüedad no es confusión, sino per- casos- un valor ilustrativo.
sistencia o regresión a un estado de fusión primitiva o indiferenciación, Cuando me refiera, más adelante, a la personalidad autoritaria, haré
que caracteriza los primeros esbozos de la organización psicológica (posi- también mención de otros t rabajos sobre ambigüedad, pero que no son
ción glischro-cárica ) . En otros términos, el sujeto ambiguo no ha llegado estudios estrictamente psicoanalíticos. Y también consideraré al final
a configurar contradicciones, tampoco ha llegado a discriminar términos otros estudios que a mi entender se relacionan con la ambigüedad.
diferentes; para él son equiparables, equivalentes o coexistentes. Y esto Sintetizando lo hasta. aquí expuesto, podemos decir que la ambi-
constituye la característica básica de la ambigüedad y de la posición güedad se define por: a) un tipo peculiar de identidad o de organiza-
glischro-cárica o de la indiferenciación primitiva (sincretismo), y de la ción del yo,· que se caracteriza por coexistir una multiplicidad de núcleos
ambigüedad por persistencia o por regresión a la posición glischro-cárica. que no se han integrado y que, por lo tanto, pueden coexistir y alter-
narse, sin que para el sujeto ello implique confusión o contradicción;
h) cada núcleo de este "yo granular" se caracteriza, en sí mismo, por
"'
La literatura psicoanalítica sobre la ambigüedad en la clínica es
nna falta de discriminación yo-no yo, o, para decirlo en términos posi-
tivos, por. una organizs.ción sincrética. Podemos sintetizar ambas carac-
escasa, por no decir inexistente. El autor que más se ha acercado al 1.orísticas como propias de un yo (o de un.a identidad) muy primitiva o
tema ha sido Madeleine Baranger en. diferentes trabajos ; en ''Mala fe , muy regresiva.
identidad y omnipotencia'' estudió la mala fe como un fenómeno en el
que el paciente ''queda en una posición ambigua, expresada en la in- .¡,
autenticidad del material". Aporta ejemplos para el estudio de la mala
fe, en los que "el paciente utiliza su derecho a disociar, pero no disocia En el capítulo primero, al tratar la '' Reintroyección y el cuerpo
realmente". t•mno buffer", en el material 3, la paciente relata un sueño en que ve
De uno de sus ejemplos, dice: ' 'En el segundo ejemplo, al contrario, 111orir a un hombre y dice : ''Yo es la primera vez q_ue veo morir a un
los aspectos positivos y negativos de la transferencia supuestamente diso- hombre'' ; la formulación se presenta como si hubiera relatado un suceso
ciados están en realidad ambos presentes, se condicionan mutuamente, dn vigilia, y lo mismo se da al comienzo del relato cuando dice : "Me
perteneciendo a una estructura más compleja, que tiene sn finalidad y 1•<·01:1té a dormir y de repente 'ri: . . ".
sus mecanismos propios. . . La mala fe se ov one, pu.es, tanto a la diso- Ambos casos fueron tratados en el cap!tulo prime:ro, en la época en
ciación como a la. situación de ambivalencia." 1pw fue escrito, como una confusión entre vigilia y suefü>, mientras que
La mala fe, en tanto fenómeno de ambigüedad, creo que en rigor 11 li or· a me indino a considerarlos como una falta de discriminación entre
no se opone a la disociación o a la ambivalencia, sin.o que es un fenó- vi¡(ilia y imeño, es decir, como un fenómeno de ambigüedad; la actuali-
meno distinto, tal -como por otra parte- lo dice la misma autora: es v,,.,11 i6n de una organización primitiva del yo que no ha alcanzado la
''una est ructura más complej a ' ' que tiene sus propiedades en sí misma. d 1Mc rimi.nación entre vigilia y sueño.
T_ia autora p arte de la ruptura del encuadre psicoanalítico en el es- l<in la sesión del capíiulo cuarto, encontramos otro ejemplo en el cual
tudio de Ia mala fe, y coincido en ello en la personalidad ambigua, pero lit p11.eiente dice, refiriéndose al estudio: "quizás por eso me cuesta tanto
esta ruptura del ·encuadre no es su propósito o su finalidad: es la resul- 1•011 l raerme a este hábito". Allí señalé cómo la utilización de la palabr a
tante de estudiarla con otra estructura que se nos impone como norma. t<1111t,raor significa tanto un contraer una enfermedad, como un achicarse,
Tema que es retomado en el capítulo siguiente.
11 ~'odoa los subrayados eu las citas son mios.
SIMBIOSIS Y AMlllGÜEDAD 171
170 .J O S (; B J, E G E R

redueirsc, perdiendo sus padrPs. El estudio es evitado en esa pacientr Yador) y -tal como lo he dicho-, est11 falta de aclaración entre ambas
pon¡uc el int·orporarlo irnplic11 para ella incorporar nna parte~ pPrturba- perspectivas oscurece la comprensión de la ambigüedad.
dora, " la parte psit·(,~ dP la personalidad", y esto r-oineide ademi1s Si seguimos analizundo el ejemp lo, drdncimos quP tampol'o existP
con una pl>rdicla dP la i111<1g\'n indiferenciada de sus padres, qne se pre- entre Í'l y yo una relación entre dos personns diferrntes, sino una n•lal'iún
senta conju11t anw1ltl• <·01110 11ua pl>rdida o reducción de su yo más adap- sincrí·tiea , por la cua l uada le impidr. incorporar imnedü1tamt•11tl'. o hacer
tado. En este caso la ambigiiedad n•side en que ulla misma palabra con- suyo, lo que yo digo. f,o qu e llcnna la ateueión, aclemús, L'S la falta lfo
tien e significados difrrPn1t·s, prru c.¡Lte no son coutradietorios Pntrc sí. contrad ic<'ión , prro con una caractt-rístiea espeeífiea: los tfrmii1os difr-
En la sesión ¡\ del mismo capítnlo. cuando se estudia "Fusión, con- rentes están ambos "en <\CtiYidad ", en Pl mismo momento y en la misma
fusión y discriminación'', la paciente dice: ''aunque me parezca un po- situación. Dicho de otra manera: exist<'n términos diferentes pero qne no
co . . . me pareec que em·illiaba a mi madre. Que envidiaba a nü pa ... son exeluy<'ntes ni contradictorios para el pacienh, . Esto puede o<·mTir
a mi madrr . . . del cariño qnc le mostraba a. . . mi padre. . . y la. necesi- tambirn - en parte- en la posición esqnizoparanoide, pero la diferencia.
dad de tene1· alguien· qne mostrara su eariíío a mí como él fo mostra- n>side en que , <'n esta última. los términos son <~ontradil'iorios y exclu -
ba . .. '•; y en un material signient<>: '' i\fr vino como que quizás. . . que yentes, y si \'O<'Xistt>n, lo PS como nn confl ido, o r<'curriendo a mec!lnis11ws
<'U \'idiaría a mi pa . .. a mi madre . .. por las cosas qut, le decía mi padre defrnsiYos (t{·cnicas neurótiC"as: hist(·rica, obsesiva, fóbiea y paranoide),
y qnc· le sigue dieiendo ... ". condición que no hallamos en este ejemplo. La explicación de Ja no con-
Allí afirm{> q1w: "La conf11sión que aparece al nombrar a sn padre> tradicción reside en lo descrito por M:. Darang<'r parn el fpnónwnn <k la
mala fe: el yo se ha lla formado por '' nna multiplicidad de identific.<ll'io-
y sn madre, y que nombra a uno por el otro, constituye en realidad la
aparición de una fusión primitiva de la pareja parental y de partes de nes no sedimentadas, contcmporúncas y contradictorias''.
su yo, que pued<'n ahora actnalizarse y ser traídas a la situación trans- En otros términos, en la. ambigiiedad el yo no se halla integrado eu
ferencia! en función de Ja existencia , ahora, de un yo más integrado que sus distintos núcleos; forma lo que podría describirse como un yo '' gra-
puede tolerar Ja r<'introyección de estos niveles psicóticos . .. ''. nular", ya que aparece con núeleos o segmentos diferrntes entre los
cuales no hace falta intcrz10ner técnicas defensivas. A esto se agrega el
hecho d<' que cada núcleo <le este yo ''granular '' tiene una estrnctura
sincrética o indiferenciada. En la posición esquizoparanoide, ocurre, en
"'
Presentaré ahora otro ejemplo un poco diferente y eu cierta medida
cambio, una disociación de l objeto y del yo involucrado, pero se mantiPne
o existe también un yo integrado que es el que "soporta" el conflicto
más complejo. o el que recurre o pone en juego las técnicas defensivas, y falta , además,
el sincretismo yo-no-yo.
Ej<''llll'lo A: El paciente r\•lat.a durante la sesión " lo mal quo· "' portó su mujer
Todos los diferentes tipos de personalidad ambigua pueden ser in-
ron i'l <IUl'autc el fin d<' ""mana" y yo ] p muestro lo que .íl hiw para qu e elht "se
portara mal" y cómo, ¡mra él, era yo <'1 que se portaba mal, d<',jándolo solo durante
cluidos en el término propnrsto por E. Pichon Rh·i!>re (en 1m trabajo
Pl f in <fo ~emana. de S. Resnick), como "(hspersonalización ".
La personalidad ambigua presenta la característica de no asumir,
J)~ inmediato mn <licc que sí, qur <'S cierto, y agrega detall<•" que lo confirman
eludir o no comprometerse o no hacerse cargo de una situación, de su
(pero sólo en lo rcfen•nl<' " su mujer), y luego - in8cnsibkmcnte- vu,•lve a hablar
de " lo mal que se por ta ron sus hijos todo el fin Je semana".
sentido, motiYaciom's y consecuencias. P ero todo ello no es consecuencia.
de una negación , sino de una falta. de discriminación, en la que nada es
afirmado ni neiwdo totalmente. Su comportamiento es f'urtivo, a dife-
En este ejPmplo sobresale notoriamente el hecho de qne, para el pa- rencia de la futilidad que caracteriza al esquizoide. A ello se agrega la
ciente, entre hablar de RÍ mismo, de su mujer o de sus hijos, no hay permeabilidad o el mimetismo con el que son asumidos o incorporados
difrrencias; a l habl ar de dlos <'Stit hablando de sí mismo. Está funcio- distin tos comportamientos, que se debe también a las características pro-
nando una estructura en la qu<' yo y objetos no están discriminados, de pias del yo, que "funciona" de esa manera. (Ya veremos que no
tal manera que nada le impide aceptar con convicción lo que yo le digo siempre.)
y, al mismo tiempo, seguir afirmando lo que él decía. I1a situación total
que resulta es de una franca inautenticidad; pero se debe usar el término Ejemplo B: L. L. es un paciente que ha pasado recientemente por situacion~s
ambigüedad y 110 <>l de i11autenticidad, por el hecho de que el· primero muy traumáticas, muerte de familiares y pérdida de su situación económica, a raíz
corresponde a la estructura del fenómeno mientras que el segundo es la de lo cual "casualnH' nte" comenzó su análisis, qu" 8~ ha caracterizado por una. extrema
reacción contratransferencial (que pnede ser diferente para otro obser- li<1pondcncin co n ('I aual ist:i y por una total sumisión o a;Pptación indiscutida de todo
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 173•
172 JOSÉ BLEGER

mismo, ya que nos estamos manejando con dos encuadres superpuestos que no son
lo que se le dice o interpreta, pero las sesiones transcurren siempre en una intensa iguales. Mi encuadre incluye los supuestos de que él no viajó y faltó. El encuadre
ambigüedad, ya que si bien acepta todo lo que se le interpreta, por otro lado, y al de él incluye que él vino y yo no lo atendí. Esta ambigüedad que se extiende al
mismo tiempo, persiste en las mismas características de comportamiento por las encuadre, deteriora el fundamento mismo de la labor analítica (el encuadre), pro-
cuales comenzó su análisis.
blema del que no me ocuparé ahora 4.
En una sesión anuncia que al día siguiente él. no va a poder concurrir porque Con este ejemplo quiero volver a señalar las caracter.í sticas de la ambigüedad,
tiene que viajar, y se le interpretr. su intento de poner di~tanda con todo lo que que a mi entender son diferentes de las de la contradicción de la ambivalencia, y de
siente como perturbador en la relación conmigo.
las de la contradicción disociada en sus términos antinómicos, de la divalencia de la
A la mañana siguiente, durante el curso de su hora, yo estuve leyendo en un posición esquizoparanoide.
lugar desde donde escucho el timbre pero, según me enteré después, ese día sonaba
con mucha menor intensidad. Aquí no se trata en realidad (para él ) de contradicciones, sino de términos
distintos que están todos presentes, sin haber entrado en contradicción entre sí para
En la sesión siguiente viene y habla de que no salió de viaje y explica detalla·
el paciente. Para mí, analista (para mi yo más integrado, en el cual él también
damente por qué. En un momento dado, le señalo que él me explica poT qué no
proyecta su propio yo más integrado), esta situación puede aparecer desconcertante,
se fue de viaje pero omite decir que ayer faltó a su sesión y que esa omisión debe ten('r
contradictoria o confusa, pero no lo es para el paciente que no la experimenta ni
algún sentido, ya que si no viajó como era su propósito primitivo tampoco vino a la
como contradicción ni como confusión, aun en el caso en que se le interpreta.
sesión. En ese momento me dice que él vino a la sesión, que tocó el timbre, que esperó
algunos minutos, y como nadie lo atendió se volvió a su casa.
Para que se establezca la contradici;!ión y para que aparezca el con-
La ambigüedad reside aquí en que se desarrolla la sesión como si no flicto (ya sea de la posición depresiva o esquizoparanoide), se requiere
hubiera ocurrido nada de todo lo que pasó: me anunció que no venía, 'tina discriminación de los términos que van a actuar en la contradicción
luego no me anunció ni previno por teléfono de que sí venía, no me dice (y una cierta integración concomitante del yo que "soporte" el conflicto),
que realmente vino, que no fue atendido y que tuvo que volverse. Todo y estos términos deben corresponder o pertenecer, además, a una misma
esto está presente, pero de una manera muy particular, ya que hay una nnidad, a un mismo orden o a una misma serie o clase, o a un mismo con-
total desvinculación, en lo explícito, entre lo que él me informa ahora, .junto (malo-bueno, vacío-lleno, femenino-masculino, etc.). En la ambi-
que no viajó, y con la referencia concreta a su anuncio de faltar, y güedad coexisten elementos, comportamientos o rasgos que pertenecen a
después, su venir y no ser atendido; él sabe que vino pero me deja ereer i;cries o conjuntos distintos; por ejemplo: malo, vacío, heces, oralidad,
que faltó, o él supone que yo ya sé lo que él sabe. En realidad, él dejó etc. Es decir, falta la discriminación de términos antinómicos y de los
de saberlo. Sabe que vino, cuando yo me hago cargo del "no vino", y distintos conjuntos o series a los que estos fenómenos corresponden. No
esto le permite reconocer que él sí vino. HC halla discriminado yo del no-yo, horno de heterosexualidad, esquema
Podemos decir que hay aquí una disociación, lo cual es evidentemente :orporal de mundo externo, zonas oral, anal de la genital, etc. (En pro-
cierto, pero esta disociación n.o es de términos contradictorÜJs en conflicto, porción y características variables.)
o preservados como separados por medio de defensas neuróticas, tal como Lalande relaciona ambigüedad, anfibolia y equívoco. No lo seguire-
ocurre en la posición esquizoparanoide; y tampoco es una contradicción rnos en esto porque ello no tiene mucha importancia para nuestro tema,
de términos antinómicos que coexisten, tal como ocurre en la posición pero da una definición del equívoco que es significativa para nosotros;
depresiva. Es una disociación que está presente pero de una manera refiere que la palabra equívoco tiene dos acepciones: a) "hablando de
particular: no como contradicción esquizoparanoidc, tampoco ºcomo co.n - palabras o de expresiones: que tienen varios sentidos''; b) ' 'que puede
tradicción depresiva (ambivalente), sino como un conflicto potencial pre- Her explicado de varias maneras diferentes; por lo tanto de natiiraleza
sente pero amortiguado o -sencillamente-- como un no-conflicto en el incierta que no puede ser colocado en una especie bien definida" 5 . •
cual todo transcurre como si no hubiera pasado ni pasara ahora nada (el lle reproducido esta definición de Lalande por considerar que él se-
comportamiento furtivo al que me referí antes) .
11 11la, de esta manera, una de las características fundamentales de la ambi-
Después de insistir en el [<nálisis de todos estos aspect.os, el paciente dice, e11 f.( ijcdad, que es la "naturaleza incierta", es decir, lo que todavía no está
un momento dado, que se s;nnte trnnqnilo porqwi yo me di cuenta de fa importancia
~ Me he ocupado de ello en "Psicoanálisis del encuadre psicoanalítico". Sim-
que tenían todos estos sucesos; ení.onces le interpreto que él se tri.nquiliza dejándome
poHium A.P.A., 1966. Corresponde aquí al capítulo siguiente, que fue redactado en
a mí que tome conciencia de estas cosas diferentes, pero para él seguir como si no l'ornm s·i multánea con el presente.
pasara nada. 6 El subrayado es mío. La acepción a) es de orden lingüístico y por ello la
Hasta el momento en que yo introduzco el tema de la sesión que no tuvo, la 1111,jo aquí de lado. El lector interesado puede consultar al respecto el libro de S.
ambigüedad es aquí mucho más seria que en otros casos, porque afecta al encuadre lllhn11nn.
lí4 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD . lí5

definido, lo que todavía no está discriminado, lo que permite la coexis- 7) Fenómenos patológicos que derivan de dos hechos:
trncia de cosas, situaciones o actitudes que para otro sujeto, o para el yo a) del mantenimiento de ese clivaje; simbiosis, bloqueo afectivo,
más evolucionado del mismo sujeto, resultan confusas o dudosas, pero reacción terapéutica negativa, neurosis ''monosintomáticas'' 0 ,
que en sí mismas son inciertas, no definidas, no discriminadas y no jerar- etcétera;
quizadas en especies o conjuntos 0 • b) de la ruptura o peligro de ruptura del clivaje: en cuya pato-
Clínicamente, el sujeto ambiguo (o con rasgos de ambigüedad) puede logía incluí las confusiones, epilepsia, melancolía, manía, psi-
impresionar como confuso o contradictorio, pero el hecho de que pueda copatía, perversiones, hipocondría; que pueden estabilizarse o
provocar confusión o sentimientos contradictorios en el observador, no estereotiparse como forma regular -para un sujeto dado-
define las características de la ambigüedad, porque estos fenómenos (con- como defensas del yo ;
tradicción, confusión) aparecen cuando la ambigüedad es percibida por 8) Aparición de la ambigüedad en un primer plano por ruptura del
el yo más maduro (el del observador o del propio sujeto). Un sector (· livaje, que ocurre normalmente (en nuestra cultura) en ciertos estadios
variable de la personalidad de todo individuo permanece clivado del yo del desarrollo, cuyo ejemplo típico es la adolescencia;
más maduro y constituye la parte psicótica de la personalidad, que es 9) Aparición de la ambigüedad en otros fenómenos normales, como
fundamentalmente ambigua 7 • Pero en las personalidades ambiguas, ellos t' i sueño, la paradoja,. ciertos actos sintomáticos en el campo de la esté-
han organizado su vida sobre esta indiferenciación primitiva, mientras tica, etc.
que el individuo más maduro la mantiene clivada (como núcleo aglu- Como los puntos 6) y 7) han sido ya tratados en los estudios sobre
tinado). Himbiosis con el nombre de núcleo aglutinado o parte psicótica de la per-
Desde el punto de vista clínico, podemos sintetizar las distintas po- ¡.¡onalidad, me ·ocuparé aquí preferentemente de los otros señalados, de-
sibilidades y reconocer : j11ndo por ahora de lado los puntos 8) y 9).
1) La estructura de la más primitiva organización psicológica, que
corresponde a una indiferenciación primitiva 8 ;
2) La perdurabilidad predominante de esa primitiva estructura en 3. AMBIGüEDAD Y OTROS FENóMENOS
la personalidad ambigua (que, como veremos, puede organizarse en tipos
diferentes) ; El fenómeno del sincretismo ha llamado mi atención a partir de la
3) La perdurabilidad de la ambigüedad en ciertos rasgos de per- 11xperiencia recogida en el psicoanálisis de psicóticos, y no constituye sino
sonalidad,· liL transferencia narcisística. Sólo con el estudio de la simbiosis y de la
4) Fenómenos de ambigüedad debidos a la reactivación o regresión, 11mbigüedad he llegado a reconsiderar y revalorar dicha experiencia , y
que se produce en períodos de cambios sociales, o cambios de otro tipo; ci ()Hde ahí tratar de ubicar y comprender unitariamente mejor todos estos
5) La polarización extrema de la ambigüedad: la personalidad au- f'pnómenos:
toritaria; Si bien he definido como uno de los rasgos específicos de la ambi-
6) La persistencia de un cierto monto de la organización primitiva fl!'dad la persistencia o regresión a una organización caracterizada por
(ambigua), pero fuertemente clivada de la personalidad que ha alcan- 11! Rincretisrno, existen sin embargo diferencias entre la ambigüedad ~· la
zado otros niveles de organización e integración. (A esta parte clivada p11 rlicipación o el sincretismo de la indiferenciación primitin. De la mis-
la he denominado núcleo aglutinado) ; 111 1L manera, quiero detallar ahora mejor la diferencia entre ambigüedad,
11111hivalencia y divalencia.
o Rimonc de Bcauvior dice Pn •u estudio que en la ambigiiedad "el sentido no 'romaré, como punto de partida, el ejemplo de un paciente con una
1•stá fijaclo". l'ern esta autora, aunque diferencia amhigiicdad de absurdidad. con· 1•Mq 11 izofrenia simple:
fun<lP arnbigiicdacl con ambivah'llCia y con contradicción. Aunque resulta tentador,
di·jo de lado aquí los <'studios de Hartrc y los de Merlcau Pouty, porque rne quiero
akncr a la clínica y a la• hiplit<•s is que de ella pueden dPrivarsr, y porque por 1\ j cmplo C: Se trata de un joven que pelea frecuentemente con sus padres,
otra parte exigiría una elaLoración y una vPrsación fi losófica que no estoy seguro de y 11Hpnc ialmente con su madre, a quien agrrde fí~icamentc. Durante mucho tiempo,
pos<'er. ''" HU llnálisis, se trató el problema de su fantasía de asesinar a su padre.
7 Ifo seíi alado reitt·radan10nte las diforenciaR entre clivaje y división esqui·
zoide o di"ociacióa (tal <~orno utilizo <•stos términos).
8 E"t" afirmación ha siclo deduciua 11ipotéticamente, pero distintos estudios o Rolla, E. estudió un paciente en el que describió lo d<'signado por él como
rliredos sol 11·1· niíios parpcen también confirmarla (Wallon : sincretismo; Piagct: a· " l"11 hli1 s istematizada". Creo que las cuatro técnicas de la posición <'squizoparanoide
<lL1uli"mo), etc. En trabajos psicoanalíticos, sn encuentran también autores que afir· 1111111 11•11 ('o nstituirse cu defensas Pntre el yo y el núcleo nglutinado, y lo he descrito
man Psta indifrn•nciación primitiva. R<'ría de clesear la· opinión, al respecto, de Jos o 11 111 1 t ri\bnjo "Simbiosis: estudio de la parte psicótica de la pPrsoualidad" , como

psieoaualistas de niños con experiencia clirccta con lactantes. ' 111•111'0M IH mouosinlomáticas". Creo a hora que es mejor adoptar la nomenclatura de
176 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 177

Una mañana sale muy apresurado y enojado de su casa porque su madre le lidad, es decir, un clivaje con el yo sincrético, de tal manera que el
sirvió el desayuno frío; en estas ocasiones, sin mediar palabras, él agredía a su psicópata se desembaraza de esta parte sincrética de la personalidad
madre físicamente, pero en esta oportunidad salió apurado de su casa. Cuando llegó (parte psicótica ) con una total falta de insight de lo que actúa. Tenemos
al lugar donde tenía que esperar el ómnibus, sin mediar palabras, le pega a otra que retener el hecho fundamental de que, en el psicópata, el clivaje se
persona que estaba delante de él esperando el ómnibus. La otra persona lo miró halla estable.cido, no entre distintos segmentos de una misma estr uct11ra
despavorida y salió corriendo. del yo, t al como ocurre en la personalidad ambigua, dado que, en esta
última, los distintos núcleos del yo tienen todos el mismo nivel de orga-
De esta manera, en este paciente aparece claramente el fenómeno nización (la misma estructuro .~incrética); en el psicópata el clivaje opera
del sincretismo, en el sentido de que él pega a alguien que, para él es entre dos partes de la personalidad o dos yo de diferentes ni;¡¡eles de
su madre; es decir, hay una falta de discriminación en la cual personas organización o diferentes estructuras.
diferentes son, en función de su enojo, la misma persona, y no establece Entre la ambigüedad y la ambivalencia, la diferencia radica en que
diferencias entre ellas. si bien en ambas el clivaje (en la primera) y la división esquizoide (en
la segunda) operan sobre una misma estructura del yo, la totalidad ·de
En este caso no podemos hablar --en rigor- de ambigüedad, sino esta estructura es . distinta en cada caso. Así ocurre, por ejemplo, en un
de sincretismo o de participación, dado que la persona a quien él agrede paciente que va a contraer matrimonio con grandes dudas sobre la esta-
es su madre, y tanto esa persona como su madre son a su vez partes de su bilidad de su futuro vínculo y decide entonces casarse en Montevid~o,
mundo. Para nosotros se trata de dos personas diferentes, pero p&ra él de tal manera que la posibilidad eventual de un divorcio le resulte ie-
se trata. de la misma persona. Esto diferencia netamente el sincretismo galmente más fácil. El paciente se enfrenta con una contradicción de tal
del psicótico de la personalidad ambigua, dado que en esta última coexis- manera que, para su estructura psicológica, el conflicto entre casarse y
ten psicológicamente términos diferentes que no se hallan discriminados no casarse es "resuelto" por una situación en la cual él toma una deter-
entre sí (aunque el sincretismo subsiste en la estructura de cada núcleo minación tal en la que se reserva la posibilidad de anulación de lo que
del yo), mientras que en el psicótico del Ejemplo C., su yo con el cual hace, en función· de las dudas que él mismo tiene para contraer matri-
opera en un momento dado no coexiste con otros segmentos distintos del monio. Es decir que en la ambivalencia la antinomia se da entre térmi-
yo. Estructuralmente tenemos que aceptar una diferencia. muy impor- nos discriminados que corresponden a un yo con un mayor grado de
tante entre el sincretismo del psicótico y la personalidad ambigua, que integración y un mayor sentido de realidad que en el caso de la ambi-
reside en que, en esta úitima, el yo es un yo no integrado, en el sentido güedad. La diferencia radica entonces en la calidad o en la estructura
de que existe como un yo "granular;' (fragmentos del yo con identifi- del yo que interviene en un caso y en otro. (En este ejemplo no significa
caciones diferentes que no entran en contradicción entre sí), mientras que el paciente haya resuelto la ambivalencia con su "solución".)
que en el psicótico el yo que actúa en un momento dado sin diferenciar La similitud reside en que comportamientos o actitudes distintas se dan,
a una persona de otra, representa la totalidad de la personalidad en ese: para cada uno de los casos, en el mismo nivel de organización del yo, lo
momento. Nada impide, tal como lo hemos visto en la práctica, que se cual los diferencia de la psicopatía y de la psico:;is, pero a su vez la dife-
pueda pasar de un comportamiento ambiguo a un comportamiento psicó- rencia radica (entre la ambivalencia y la ambigüedad), en que, en ambos
tico, pero es i:¡nportante también retener la diferencia que media entre <11tsos, la estructura del yo es muy diferente, dado que en la ambigüedad
uno y otro, no sólo desde el punto de vista fenomenológico sino, funda- ox.isten comportamientos que no son asumidos por el sujeto, mientras que
mentalmente, desde el punto de vista de la estructura del yo que está HÍ lo son en el caso de la ambivalencia; en otros términos, el grado de
actuando en un momento dado. Más adelante veremos que el sincretismo inlegración y de sentido de realidad del yo es totalmente distinto en la am-
no es siempre psicótico. higii.edad y en la ambivalencia, así como la discriminación entre los térmi-
Otra diferencia importante, que es necesario aclarar, es la que existe 1101; diferentes en juego.
entre la personalidad ambigua y la personalidad psicopática, por el hecho, En la divalencia, el conflicto también se juega (al igual que en la
además, de que mantengo que el núcleo de la actuación psicopática es un 11111bigüedad y en la ambivalencia), sobre el mismo nivel de estructura-
núcleo ambiguo. La diferencia entre una y otra es de carácter distinto l'i(m del yo, pero en la divalencia el yo tiene más semejanza o similitud
a la que existe entre la personalidad ambigua y el sincretismo del psicó- l'n11 el de la ambivalencia que con el de la ambigüedad; y en el caso
tiw, ya que en la personalidad psicopática existe un yo más integrado di' la divalencia se interponen -además- entre los términos contradic-
que establece o mantiene un elivaje con el núcleo ambiguo de la persona- lnrios (que pertenecen, como ya dije, a la misma estructura o nivel de
organización del yo) técnicas neuróticas de defensa (histérica, fóbica,
Rolla, pero no sólo para las fobias, y aceptar la existencia de "Neurosis sistema· ohHoHiva, paranoide). Otra diferencia importante reside en que en la
tizadas", que deben hacernos suponer fuertas núcleos psicóticos en la personalidad.
1í8 .T O f' É B L E GE R s;TMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD li9

ambivalencia y la dirnlencia son dos los términos en juego; en la ambi- eión reprimida, antinómica, y el fenómeno mismo tiene entonces el ca-
giirrlad pueden ser muchos más. rácter de representación o de ficción. Podríamos decir q:ue en la histeria
Si nos referimos ahora a la situación analítiea y a las características la representación o la ficción ocurren ''como si pasara algo'' mientras
dr la transfrrencia, debemos aclarar toda vía el hecho de que; frecuente- que en la ambigüedad en todo caso se da un "como si no pasara nada" ;
mentr, sr deseribr la transferrncia nrnrótica con un "como si'', eon lo es decir que el "como si" no aparece como una ficción sino como un
C'ual se quiere significar que el paciente toma al analista "como si" éste no compromiso o una evasión del compromiso (un comportamiento fur-
fuese su madre o su padre o distiI)tos objetos internos, pero sabiendo tivo). La similitud se da en que los fenómenos antinómicos, tanto en la
además que no es ninguno de éstos, sino qne es. además y fundamental- histeria como en la ambigüedad, ocurren en un mismo nivel de estructura-
mente, una persona distinta. un analista. ción del yo, pero esta estructura del yo es diferente en la ambigüedad
Debido a que contratransferencialmente la ambigüedad puede apare- que en la histeria, tal como lo hemos aclarado para el fenómeno de la
cer a vrces como ficción. Sf> tiendr en algunas oportunidades a superpo- divalencia en general. Por otra parte, en la ambigüedad ambos términos
ner el "como si" de la situación analítica con el fenómeno de la ambigüe- o los términos diferentes coexisten mientras que en la histeria uno de
dad. Así, M. Baranger, f>ll su trabajo "Regresión y temporalidad en el ellos es reprimido para lo cual tiene ya que haber actuado antes, exitosa-
tratamiento analítico'', dice: ''En la situación analítica deben estar pre- mente, la división esquizoide.
sentes, conjuntamente, las partes adultas y regresivas del paciente, lo
qne permite la presencia simultánea de los aspectos fantasmáticos del 4. CLíNICA Y ESTRUCTURA DE LA AMBIGüEDAD
analista con su papel real. Entendemos por ambigüedad esta mezcla
inestable y fluida de significados y contenidos simultáneos que permite la La ·ambigüedad, como lo he dicho, se caracteriza fundamentalmente
movilización de la situación analítica". por falta de discriminación y coexistencia de términos o actitudes o ras-
Si bien la situación psicoanalítica puede ser definida como un "como gos que ·no están diferenciados entre sí, pero que no son necesariamente
si", no se trata de una situación fundamentalmente ambigua, ya que están contradictorios, de tal manera que, para el sujeto, no existe contradic-
conjuntamente presentes ''partes adultas y regresivas del paciente''; los ción, dado que ésta todavía no ha entrado en juege; es decir, la división
dos términos diferentes en actividad corresponden a diferentes niveles esquizoide aún no se ha establecido (o se ha perdido, por regresión).
de integración del yo: a un yo adulto y a otro regresivo, mientras que Podría decirse que la división esquizoide ''elige'' términos contradictorios
en la ambigüedad ambos términos diferentes corresponden o pertenecen a entre y dentro de todos los núcleos diferentes del yo que coexisten en
una misma estructura o a un mismo nivel de integración del yo. la ambigüedad, jerarquizando series o conjuntos.
La situación se complica porque el "como si" de la situación analí- La personalidad ambigua se constituye por persistencia de la estruc-
tica puede perderse, pero entonces, en estr caso, estamos directamente tura de la primitiva organización sincrética, con falta de discriminación
frente a una transferencia psicótica; pero ¿:1 mbién puede ocurrir que el entre yo y no-yo (y por lo tanto, falta de discriminación tampién dentro
paciente maneje el "eomo si" de la situa" 1un analítica con ambigüedad, del no-yo), pero de tal manera que se configura una individualidad de
pasando de uno a otro núcleo del yo, de tal manera que, cuando le inter- característieas distintas al yo de un sujeto maduro, y que, por esa razón
pretamos un comportamiento, el paciente nos contesta con otra parte de (por ser distinto y no carencia de), propongo llamar "yo sincrético".
su yo que no interpretamos, o viceversa; pero en esos casos estamos fren- Esto parecería una contradicción, ya que he establecido, corno punto fun-
te a una utilización psicopática y no frente a una ambigüedad. Las dife- damental, que en la ambigüe3ad (y en la posición glischro-cárica) no
rencias entre estas dos últimas ya las he aclarado m:í,s arriba y serán hay discriminación entre yo y no-yo, pero al expresarnos en estos térmi-
retomadq.s más adelante. nos estamos estudiando una est;ructura particular en función de otra que
tomamos como norma, de tal manera que la indiferenciación yo-no-yo
El "como si" tiene todavía que ser aclarado en las relaciones entre contituye otro tipo de organización de la personalidad y de la realidad, y
ambigüedad e histeria, dado que el ''como si'' se da como una caracterís- sostengo que debemos estudiar científicamente cada estructurá de compor-
tica peculiar o propia de la personalidad histérica ; pero en la histeria, el tamiento o de personalidad, no sólo en términos de relación u oposición,
"como si.", o la apariencia de representación o de ficción, pertenece a la tomando como medida 'b como término de comparación al yo más maduro
naturaleza· del fenómeno mismo, mientras que en la ambigüedad el ''como que ha configurado el sentido de realidad, sino que debemos estudiar
si" y la ficción o la representación pueden darse como reacción contra- •ada estructura en sí misma, en su propia organización 10 •
transferencial pero no pertenecen a la naturaleza del fenómeno. En la
histeria el ''corno si'' se debe a que están actuando, en el mismo nivel de 10 En esta actitud metodológica que mantengo han influido, especialmente, la
organización o de estructura del yo, dos actitudes contradictorias, de las f'onomenología y algunos estudios e.1'.tropeilógicos ( Levy-Strauss, Leenhardt, etc.).
cuales una es explícita, pero en la cual se entrevé la actitud o la situa- Puedo citar como antecedente aproximado el trabajo de Ferenczi, "Estadios en el
180 JOSÉ BLEGER
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 181

De tal manera que a la personalidad ambigua I)O le falta, en rigor, un


yo y un sentido de realidad, sino que tiene otro tipo de yo y otro sentido En la ambigüedad se existe y no se es ; en otros términos, podríamos
de realidad. De ello se deduce que la omnipotencia (por ejemplo) que decir que se existenc~a y no se vivencia, se es "en sí" y no "para sí"; es
caracteriza a la personalidad ambigua y a la primitiva organización sin- decir, que existe como pura contingencia en el sentido de que el sujeto
crética, no constituye una falta de sentido de realidl}.d (en el signifieado 110 ve en todo lo que es y lo que tiene como resultado de la' "suerte", la
convencional), sino que configura una relación distinta y un manejo " casualidad" o la "ocasionalidad ", sintiendó que no ha hecho nada por
diferente de la realidad, que aún puede ser "exitoso" para el sujeto. Hf mismo. Les falta una satisfacción auténtica de lo que son o tienen; pero
En este sentido, la omnipotencia de la ambigüedad primitiva no es una "permanecer" en algo es "perder la libertad", que sí les hace sentir· la ·
defensa frente a la realidad, como un escape frente a la misma, sino una <1ontingencia. (Quejas y temores muy frecuentes que aparecen en el curso
forma distinta de estructurarla y manejarla 11 , lo cual no excluye que del análisis.) Este no sentir los logros como propios corresponde a su
pueda servir como defensa por medio de la regresión. realidad, a su organización psicológica, ya que él es -como lo dice M.
El yo de la personalidad ambigua es sumamente cambiante y no se ílar1mger- "un caleidoscopio de personajes".
halla interiorizado como un yo definido o "cristalizado" ; se halla "su- Tienen además un déficit en la utilización de la represión y de la
perpuesto", fusionado (con los objetos), y el sujeto ai:nbiguo puede asentir 11nsiedad como señal de alarma, y la reacción es directamente -de pánico.
y tomar rápidamente como propias, ideas o actitudes diferentes de distin- Puede ser considerado como un déficit de identidad, comparado con la
tos objetos, sin que aparezcan, para él, la contradicción ni la confusión. Lo identidad del yo maduro o convencional, pero en realidad es otro tipo
que interioriza -en todo caso- no es un yo sino 'una fusión yo-no yo. do identidad. La personalidad ambigua es tan vacía de interioridad
Ejemplo D: Un paciente con gran ambigüedad dijo en una sesión, cuando se le como de exterioridad (o tiene otra interioridad y exterioridad) ; dan la
mostraron los distintos núcleos de identidad con que él se maneja, que eso le hace re- impresión (y con esto pasamos a las vivencias contratransferenciales) ·de
cordar el cuento del borracho que está abrazado de un . farol, y cuando pasa un un comportamiento furtivo, de inautenticidad, carencia de autonomía,
vigilante y le pregunta que está haciendo, el borracho le dice que están pasando lttgenuidad, vaguedad, desorientación, oscilación, provisoriedad, incon-
muchas casas delante de él y que él está agarrado al farol esperando que aparezca HiHtencia, variación, a veces de indecisos o dubitativos. Para la ambigüe-
su casa para poder entrar. d11d podríamos hablar de una verdadera polivalencia, o de un carácter
¡1roteif orme.
Con esto está significando que él es como ese· borracho, que pasa la El sujeto ambiguo es el perfecto partenaire del psicópata, ya que
vida asumiendo roles distintos (casas diferentes), y que está a la espera 1'11nciona con una identificación primaria y se hace rápidamente cargo
de que aparezca su casa, su identidad definitiva, para poder instalarse en d11l rol que el psicópata le hace asumir; tiene ausencia de contradicción,
ella; pero esta identidad depende de la pura contingencia 12 ; no es un r1rn permeabilidad o mimetismo, cambios fáciles en la asunción de roles
proyecto que él pueda elaborar y completar por sí mismo. o 1111 la expresión de comportamientos; su identidad es fundamentalmente
¡¡rn pal y no individual, tiene una fuerte dependencia de objetos y suce-
desarrollo del sentido de la realidad". Ver también, al respecto, el libro de JI.
Werner.
"º"• pero cambiantes o alternantes ; podríamos decir que él mismo es un
Cuando describo las distintas formas de organizarse la personalidad ambigua ohj oto o un suceso más; otro rasgo que trataré de aclarar ulteriormente
estoy describiendo una tipología y no necesariamente una patología; por eso no in· r•H que en él existe la mentalización y no el pensamiento. Hay una fácil
cluyo aquí algunas perturbaciones muy ligadas a la ambigüedad, tales como la esqui- l 1•1111sición u oscilación en los roles que asume o en su comportamiento, y
zofrenia, la esquizoidía y el borderline. Por eso tampoco pongo en primer plano en
el estudi(l de la ambigüedad el déficit de identidad, ya que me interesa estudiarla d11 PSa manera podríamos definirlo con la fórmula de que en él "todo
como otra identidad con sus propias variaciones y su propia patología. :• p11 odc ser todo". Podría decirse también que la identidad madura (o el
11 Creo que de esta manera se puede entender el problema planteado por A:r· .vo <1onvencional ) se caracteriza por la organización de proyectos, mien-
naldo Rascovsky en algunas reuniones científicas, de cómo el psicópata (al que adju- 1r1111 que la identidad del sujeto ambiguo se caracteriza por la falta de los
dicamos una importante carencia de sentido de realidad) pueda manejarse, a veces
exitosamente. No hay un solo tipo de identidad ni un solo tipo de sentido de realidad; 111 bmios, por la pura contingencia o por· una "ficticidad" 18 , es decir, por
a. esto se agrega el hecho de que cada; individuo "construye" su propia realidad
(mejor seria decir su propia "Umwelt", uti¡izando un término de V. Uexküll). Lo
"~' n ocurrir o no, no depende del sujeto sino de otros factores que no son el sujeto
que aceptamos como el sentido de realidad -al que tomamos como pauta o norma-
no es, pues, después de todo, sino también una "Umwelt" culturalmente condicionada '"'""'º· "Metafísicamente, el ente contingente ha sido considerado como un ente que
" " OH on si sino en otro" (Ferrater Mora). Lo que me importa subrayar, en el uso
y más admitida como norma, pauta o ideal, pero tan relativa como las otras (que •11111 hngo del término, es el hecho de que se subordinan los atributos del ser al no
son también culturalmente condicionadas). ~P.or eso, al yo más integrado "con sen- ~ •i.lnlo, poro en este caso el no-sujeto no se halla discriminado del sujeto mismo.
tido de realidad" le llamaré yo convencional.
1 n Re se1?-alado ya que no deseo entrar aquí en contacto con la concepción sar-
12 La contingencia se refiere a aquello que puede ocurrir o no ocurrir; pero 11 lot1m do la ambigüedad y del "en si" y el "para si", pero quiero -por lo menos-
'"""'"r quo la traducción del término footicité qu~Sartre utiliza o emplea, me ha
182 JOSÉ BLEGER Si11b"rosrs - y A~1:RIGÜEDAD 183

una gran permeaoilidad para asumir distintos roles, lo cual pr,oduce la im- sueh·a las cosas sin hacerse cargo dr Ja 'ituación. (La "casualidad" como rontin·
presión de dispersión, provisoriedau o más bien, una postergación inde- gencia.)
finida de decisiones. No les corresponde ni les pertenece lo que hacen,
tienen y son. Parecen viYir con un tiempo indefinido y eterno por delante. Como se w, aquí no se trata de <lbs compromisos (conductas o acti-
tudes) contradictorias, sino es<:'ncialmcnte exclu yentes o incompatibl0s 011
Ejemplo E: Es un paciente que habla de Sll propósito de curarse y terminar
el tiempo 14, pero que' la pacirnte todavía no ha discriminado y que
su análjsis y desarrolla este tema; en otro momento relata que piensa solicitar una
- por lo tanto- para ella no son tampoco excluyentes.
beca para irse a fin de afio a estudiar a Espafia, ya que tiene relaciones de familia
En las S<:'siones de esta paci<:'nte aparecen también conductas incom-
con el cónsul, y explica estas relaciones. Después ha bla de su noviazgo y su deseo
patibles, explícitas, corxistentes, mientras que en Ja represión (además dP
de casarse antes de irse, y del deseo de tener hijos rápidamente. Luego se pone a
ser términos antinómicos o contrari'.os, y no diferentes o no discriminados.
hablar de que no está seguro de querer a su novia y que tendría que cortar Ja relación.
como en la ambigüedad), uno de los términos de la contradicción no rs
Cuando se le sei,a la la incompatibilidad de todas estas aspiraciones, dice que sí,
explícito sino latente o inconsciente, al igual que en el desplazamirnto
que rc~onoce que son incompatibles pero que él desea todo eso.
o la proyección. Las técnicas neuróticas (histérica, fóbica, obsesfra, pa-
Su noviazgo, su análisis, su trabajo, toda su vida está impregnada ranoide) y sus mecanismos correspondientes (conversión, desplazamirnto,
de la misma ambigüedad : tiene novia y no la tiene, se va a casar y la anulación, proyección) sólo pueden actuar sobre términos opuestos o con-
va a dejar, etc., etc., pero no lo vive como contradictorio, aunque puede tradictorios, discriminados por la disociación de la posición esquizopa-
ranoide 15 .
reconocer que son incompatibles caando se le interpreta. Pero esta incom-
patibilidad es también, para él, pura contingencia.
Deseo agregar que este paciente no es, de ninguna manera, clínica- "'
Hay aquí en la personalidad sincr ética algunos problemas suma·m ente
mente psicótico ; pese a su edad ( 32 años), parece como la dispersión de
un adolescente (psicológicamente lo es). A la par de una independencia importantes en los que, sin embargo, no puedo detenerme detalladamente,
(reactiva) sigue muy apegado a sus padres; tiene fuertes tabúes sexuales Hino tan sólo señalar los.
pero también períodos de promiscuidad sexual. Puede ser tiránico y Uno de ellos es el problema del manejo del tiempo, al que ya hice
también muy sometido. Todo ello vivido sin contradicción y sin angustia referencia, tanto como al manejo del rspacio. Se observa en ambos casos
. de contradicción. La angustia se da cuando a veces, deseando algo ''más una carencia de abstracción de los mismos y un manejo del tiempo y del
decididamente" (es decir, sin ambigüedad), no lo obtienen (por su <•r;pacio en sí mismos, desligados de las cosas, sucesos, funciones y fenó-
propia ambigüedad). La no contradicción se debe a que cada actitud o 111 enos, de tal manera que para referirse al tiempo y al espacio necesitan

propósito es función de ·un segmento distinto del yo. Estamos frente a l'l'Í'erirse y orientarse a través de esas condiciones. Aunque los funda-
lo que parece ser una disociación, pero no lo es en el sentido de disociación lllentos teóricos son diferentes, J. l\fom describe esta condición en su aporte
de la posición esquizoparanoide. En esta última, además de otras di- 111 Symposium sobre la obra de l\Ielanie Klein, en una paciente que se
ferencias ya señaladas, se instala una defensa entre los términos disocia- vnlía ''de medios indirectos'' para poder identificarse y orientarse en el
dos porque ellos son contradictorios para el sujeto, y la pérdida de ese t imnpo y en el espacio, y da el siguiente fragmento como ejemplo, válido
mecanismo defensivo produce ansiedad, todo lo cual no ocurre en la am- f 11 rubién para lo que me interesa en este momento señalar. La paciente
bigüedad. Ello diferencia también (en algunos de los ejemplos dados), dt•eía: "¡Ah!, sí, ahora recuerdo, porque Fulano hablaba con Tal Otro
la ambigüedad de la represión (por ejemplo), ya que en ésta lo disociado ,\' 111 señora Tal estaba sentada en tal lugar, etc. ¡Sí, sí! ¡Yo debo haber
l'Hf ado allí!"
no es consciente y al interpretarlo correctamente se produce ansiedad por
Ja vivencia de la contradicción. Como es fácil ver, también se diferencia E l otro probl(•ma importante ligado a todo esto. como característica
1
de la anulación obsesiva. d1 ! yo sincrético, es el problema que estas personas parecen no reconocer
11 11 tidades individualizadas sino sólo fun ciones;. y funciones en las cuales
Ejemplo F: Se trata de una paciente que, con gran frecuencia, contrae com·
l' I r11ii:nno sujeto no se reconoce como un ente ni tampoco a los demás. Esto
promisos con personas diferentes para la misma hora del mismo día, y si - en alguna
podrín ser <:' jernplificado sucintamente con un paciente cuyo tratamiento
oportunidad:- vienen las dos personas a buscarla, ella deja que Ja "casualidad" re·
' '' Uua de las cualidades de la participación (sincretismo) t'S Ja no. diferen·
sido cuestionada (en una discusión personal) por W . Baranger, quien afirma que no 111111·1<111 dl'I tic•mpo, por lo menos tal como lo asimila el "yo convencional". Si toda
se debe traducir como "fáctico" sino como "ficticidad". En todo caso, me interesa 111 l'" 'ºH011 tdiua1l "" ha lla en Ja posición glischro·cárica, nos hallamos en el caso de la
111111pilzofn· 11 io. simpl e. ·
señalar que la t erminología que utilizo se atiene a la clínica y no a la concepción
sartriana. 1 ~ l'!rtlvo el <"aso de las "neurosis sistematizadas" l'll el cual estas técnicas man-
11 .. 111;,1 ILI núcleo aglutinado, clivado del yo.
184 JOSÉ BLEGER
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 185

· he tenido en supervisión (es el mismo paciente que en el capítulo quinto


se caracteriza por la relación de tuteo con su analista) ; cuando el trata- mantiene con los otros. Existe solamente en la medida en que ejerce su
miento ha adelantado mucho más, en una oportunidad en que el analista función en el juego de relaciones. No se sitúa sino por relación a ellas.
tenía que dictar un ciclo de conferencias en un ambiente al cual este Si se quisiera ilustrar en un esquema, no sería un punto el que habría
paciente concurría en forma asidua, el analista se hallaba contratransfe- que señalar con ego, sino trazos diversos que marcaran relaciones, ab, ac,
rencialmente preocupado de si el paciente conocía o no este hecho, ya ad, ae, af, etc. Cada trazo correspondería a él y su padre, él y su tío, él
que no aparecía en el material que aportaba, hasta que en un momento y su mujer, él y su prima, él y su clan, etc. Y en el centro de estos rayos
dado el analista introduce el tema y el paciente reacciona muy violenta- un vacío que se puede circunscribir con las a que marcan el punto de
mente, sintiéndose invadido y no respetado en su todavía pobre organi- partida de sus relaciones. Estas a son réplicas de su cuerpo. El lugar
zación de su identidad y de su interioridad, pero más adelante, después vacío es él y él es quien tiene un nombre".
de haber analizado suficientemente esta situación inicial, el paciente se- Este gráfico de Leenhardt se aplica totalmente al yo sincrético, y
ñala que a él le resulta intolerable pensar que su analista podía hablar dejo las otras similitudes y explicaciones relacionadas con los aportes an-
en otro lugar que no fuese la sesión, y de otras cosas que no fuesen .sobre tropológicos, ya que deseo, fundamentalmente, atenerme a la clínica y, en
él, y que había decidido no ir a ese curso ya que "yo lo conozco a usted segundo lugar, proyecto ocuparme más ampliamente del tema en otra
hablando de mí y si hago un esfuerzo para pensar en que usted puede publicación.
hablar afuera se me ocurre que también va a hablar de mí, va a hablar
de mí. Además, me cuesta mucho que usted pueda ser un maestro o un 5. OMNIPOTENCIA DEL "YO SINCRÉTICO"
profesor mío. Usted no va a dejar de ser mi analista". Y más adelante
agregó que tampoco podía concebir ni aceptar que él pudiera escuchar La omnipotencia es una característica de la ambigüedad, en todas las
hablar a su analista en una situación tal que él no pagara para oírlo manifestaciones clínicas en que ésta aparece, pero no se trata de un
hablar, como ocurría en la sesión. control omnipotente de la realidad, sino que pertenece a la organización
Creo que aquí se ve con claridad que analista y paciente no son dos sincrética como una de sus cualidades o características. En la personali-
entes diferenciados, sino que la identidad está dada por una estructura dad ambigua, la omnipotencia es una forma de vivir y de estructurar el
basada fundamentalmente en funciones y relaciones y no en entidades que mundo, y no, básicamente, de eludirlo. Es, en sí misma, una organización
establecen dichas relaciones o funciones. Genéticamente, en el desarrollo, específica del yo-mundo. El carácter de "control" de la omnipotencia
sabemos que la aparición de la identidad de funciones es previa a la deriva -otra vez- de privilegiar el sentido convencional de realidad y
identidad de entes, de sujetos, o, en general, de objetos; la antropología de juzgar la omnipotencia en relación a él. La omnipotencia (que per-
ha aportado también elementos que nos pe,r miten conocer mejor esta es- Lcnece siempre a la ambigüedad) puede ciertamente aparecer como conse-
tructura tan particular de la identidad, del tiempo y del espacio. cuencia de una regresión a la posición glischro-cárica, como defensa frente
Sin mayores comentarios, ya que es elocuente por sí mismo, repro- a una realidad altamente persecutoria, pero no estoy tratando aquí de
duzco un gráfico de Leenhardt. la regresión sino de la persistencia de la ambigüedad; pero, aun en la
regresión, se trata de la instalación de otra estructura del yo y de la reali-
dad; y en esta forma el "sentido de realidad" puede también ser catalo-
b
1-("ado como un control de la realidad, con el mismo derecho con que se
puede admitir el control como función de la omnipotencia.
f 1 /e
~a/
Por otra parte, y de esta manera, la omnipotencia (en la personalidad
nmbigua) no es el resultado de una negación de la realidad, y esta última
Q Q
l nmpoco es resultado de la omnipotencia. La negación de la realidad no

e~ a~d
0
t•xiste donde ha persistido la indiferenciación. Creo que en éste, tanto
<•orno en otros capítulos, hemos incurrido en una especie de '' adultomor-
l'iHmo" o de "normomorfismo". Vuelvo a repetirlo, la ambigüedad no
<111 esencialmente déficit de identidad; es otra identidad y otro sentido de
1·m1lidad (que pueden o no ser juzgados como deficitarios con respecto a
Tal es la representación que da Leenhardt de la estructura de la In identidad) 16 .
persona en el mundo melanesio, y dice que el melanesio ''ignora su cuer-
po, que no es más que un soporte. Sólo se conoce por la relación que 10 Los estudios de Levi-Strauss demuestran que el primitivo no es de ninguna
1111~nü r C1 "n-lógico", sino que tiene otra lógica, y -entre otras cualidades- tampoco
186 JOSÉ BLEGER
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 187

Dice M. Baranger, en su trabajo ''Mala fe, identidad y omnipoten-.


cía": "No por casualidad son tan difíciles de asir los pacientes cuyo no se deja eludir en esta forma e insiste en su pregunta, Proteo no puede
estilo de vida es la mala fe. Sori tan huidizos como el Proteo de la mito- ¡.;ino dejarse vencer y contestar''.
logía. Según la leyenda, este dios marino, encargado de cuidar las mana- Pienso que, en realidad, de lo que se trata, tanto en el mito de Proteo
das de focas de Poseidón (su ambigüedad ya se manifiesta en esa función como en la personalidad ambigua, es que la metamorfosis (el pasaje a
de pastor de anfibios), poseía el conocimiento omnipotente del porvenir, otro núcleo del yo) no es para eludir o dejar de contestar, sino porque
pero se negaba a contestar las preguntas de los mortales acerca de su realmente no puede contestar, no puede responder ni enfrentar otra
ciencia. Para huir de ellos, tenía el don de la metamorfosis, se transfor- rea lidad que le va a demostrar que no tiene la omnipotencia, y que no
maba ·en cualquier animal o en elementos como el agua o el fuego. La tiene tampoco la posibilidad del conocimiento omnipotente del porvenir,
leyenda no explica el motivo de la huida de Proteo. Se puede creer que como en el caso de Proteo.
protege mediante su metamorfosis, su omnipotencia". Dice esta autora también: "la mala fe impide la inclusión de la reali-
La omnipotencia se mantiene justamente por la '' ficticidad'': por dad ... '' En el caso de la ambigüedad, el impedimento de la inclusión de
la posibilidad de "saltar" de un rol a otro, es decir, por medio de la la realidad se debe al hecho de que ya tienen una realidad organizada
metamorfosis, que es lo que impide que el sujeto adquiera otra organiza- en el nivel en que pueden 17 •
ción de su yo y de su realidad. Es muy semejante al violinista de un La omnipotencia del "yo sincrético" es -en síntesis- una cualidad
cuento, quien siempre andaba con su violín dentro del estuche, y era que deriva de la propia estructura del yo-mundo, en la cual lo básico re-
considerado y se consideraba a sí mismo como un gran violinista, pero
si de erí nna no discriminación yo-no yo y yo-superyó. No es, inicialmente,
nunca tocaba el instrumento. Es decir, él es un gran violinista (mantiene
una forma de eludir la realidad, sino una forma de organizarla y una
su imagen omnipotente, narcisista), mientras no se enfrente con otra
realidad; es decir, mientras no toque el violín. forma de contactar con ella. La "ficticidad" o la metamorfosis no crean
Ja omnipotencia; sólo la preservan.
Esta situación o este comportamiento, que vemos con mucha frecuen-
cia en nuestros pacientes y en la vida corriente, hacen que el sujeto se Ejemplo G: Se trata de un paciente que ha obtenido un logro muy importante
sienta con capacidad para determinada acción o rol, pero a condición de para él y virnr a la sesióu y lo relata, pero a medida que lo va relatando, llega un
que nunca lo ejerza. Una situación similar, por ejemplo, ocurre con rnorncnto rn qur dier sent irS<• extrañamente muy agobiado y con asco. Entonces se
aquellos políticos qne, estando en la oposición, siempre aparecen y se h· interpreta qu e ree agobio proviene de que él siente su logro como un triunfo des-
presentan como omnipotentes para resolver los problemas económicos y 1nwt i\'O contra los dt'lllfls, y en ese momento contra mí; entonces él asocia que
sociales, pero que. en el fondo, no desean nunca llegar a la posición de pensó qur habiendo logrado rse éxito había ll egado el momento de terminación de su
tener que enfrentarlos realmente, y si llegan constituyen un flagrante 11115.liRis y que tenía que sPpararse de mí, y que, aunque no lo cree, lo había fan-
fracaso. tnseado.
Después se refiere a la situación política del país y dice que pueden ocurrir
111uchas cosas importantes; le digo que se refiere a que si él se ubica con un mayor
1w11tido de realidnd y con una imagen má" real de él y de mí, pueden ocurrir
"' 111uchas cosas importantes que lo agobien mucho .
La sesión continúa con el análisis de que, lo que él sient e como situación más
M. Baranger, rPfiri6ndosp también a Proteo, dice: ''Así, en el mito 11gobiante producida por su triunfo, es el hecho de que tiene que abandonar su
de Protro. (·str no pu<'dP nrgarst• simplemente a contestar a su interlo-
cutor, y tirne qu<' rehuirlo mediante la metamorfosis. Si el interlocutor 17 Tenemos d!'recho a pensar que en cada nivel de organizac10n o de estructura
lfnl yo funcionan al mismo tiempo el principio de realidad y el principio de placer.
l '1tra Hartmann ( 193!!), "Los r equisitos para la supervivencia de la especie pueden
implica fracaso en "1 dominio de Ja realidad. La clínica confirma estos hechos, 1•11 tomar una determinada forma en el desarrollo mental del hombre, independiente del
cuanto -por cjr·mplo- el psit>.Ópata o PI niño no son absurdos o faltos de inteligencia: principio del placer -y del principio de realidad que secundari amPnte S<' deriva de
t ienen otro pensamiento, otra lógica y otra inteligencia. Me pregunto si no hay que ,·
1
Hh •-, y ~C'rvir adL~mfts para rrgular las posibi lí<laJe:-; de la~ ganancia:-; pla<•pnt~ras".
reconsiderar -en este mismo sentido- las "propiedades" drl inconsciente: a-lógico, Awcga en seguida que: "El mundo externo, como factor índependíent" que es, regula
a·temporalidad, etc. Hartmann ( 1939¡ afirmó que hay muchos caminos para adap- 1·i .. r1<1" pn•rrPqui,itos para la aplieal' ión d1•l prirH'.ipio del plncrr. Así llegamos a una
tarse a Ja realidad, y qu"' lll'cesitarnos estudiar y separar Jos diferentes modos de 1·0 11<·c¡wión <'n Ja cual las rl'lacion<'R eon hi reaíidad están determinadas por el prin·
adaptación pág". 30 .v :n tlr· la 1•rlición 1•n rnst<'llano d~ La psiculuyía del yo y r1 Pi pio de r<•alidad tomado en su significación más amplia, a la vez que en Ja más
vroblema de la adavtación). ll11iit1tdlL. E l prirn:ipio de Ja realidad en el amplio sentido ¡,>rccedc histórica y jerár-
q11 ic111ll('>lt<' al principio del placer" (pág. 65, edición castellana).
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 189
188 JOSÉ BLEGER

yección lleve o no a la identificación, no depende del mecanismo en sí, sino


omnipotencia, su imagen autoidealizada y una imagen idealizada de mi, de tal ma- que depende de lo que es proyectado-introyectado; siempre que aparezca
nera que eso se destruye y él tiene que ubicarse en una realidad que lo agobia al la identificación, lo proyectado-introyectado es ambiguo (no discriminado).
perder su mundo idealizado.
Por todo ello, como ya lo he dicho, para no definir la personalidad
Habla entonces de que tuvo oportunidad en estos últimos días de establecer ambigua por lo que le falta, sino por lo que es, propongo la denomina-
relaciones con muchas mujeres muy bonitas y muy accesibles desde el punto de vista
ción de "yo sincrético "_
sexual, :¡iero que él no sabe por qué no lo hizo, que pensó que debian de tener mal
La característica del "yo sincrético" es la falta de discriminación:
olor y asocia con que hasta hace poco él nunca había querido mirar los genitales
en él no ha tenido lugar la identificación introyectiva-proyectiva, y lo
de una mujer porque le daba asco.
h~ reseñado sumariamente en el caso del ejemplo C. ; sin embargo, en
Le digo que lo que le da asco es penetrar dentro de la realidad, y que la d sincretismo no se trata siempre de una psicosis. Así, un paciente. ini-
realidad lo penetre a él, y que el asco se produce por tener que incorporar una reali- cia su primera sesión de análisis y la relación que se establece desde el
dad diferente que rompe con la idealización que tenía de si mismo y de mí; que ahora primer momento corresponde a una transferencia narcisística. El pa-
tiene mucho miedo de ponerse a prueba y fracasar en algo que ha deseado y significa ciente había sido tratado durante varios años por una psicoanalista mu-
tanto para él. .ier, y en el cambio al psicoanalista de sexo masculino el paciente super-
pone totalmente este pasaje de analista a una situación emocional muy
En este ejemplo deseo señalar que lo que él vive como un adelanto intensa que vivió cuando en su infancia sus padres se separaron y, años
y como un triunfo se convierte en una destriwción de su mundo omni- después (durante los cuales él no vio a su padre) volvieron a vivir jun.
potente (su sincretismo), y que esa destrucción es la resultante de un t.os, se reconciliaron, y él fue preparado durante varias semanas para el
incorporar o un ser penetrado por el mundo externo, que le resulta as- encuentro, para conocer a su padre. No se trata de una proyección o de
queante, no digerible o no absorbible, porque hay en él una fusión entre una identificación proyectiva, dado que a partir de un rasgo común de
oralidad, mundo externo, genitales, contenidos intestinales y escena pri- nmbas situaciones (el encuentro con un analista-padre desconocido pre-
maria. parado en ambos casos por la analista-madre), el yo del paciente pasa a
l'uncionar en un nivel en el cual no existe una discriminación entre pa-
"'
Si se admite una indiferenciación primaria, queda también cuestio-
1-111do y presente.
El fenómeno de la participación no exige inevitablemente la hipó-
nada la afirmación de que el primer mecanismo psicológico sea la pro- 1<•sis de la identificación proyectiva-introyectiva, sino que consiste (la
yección (como lo postula Melanie Klein), y también que lo sea la identifi- participación ), en la movilización y actualización de niveles de la perso-
cación proyectiva-introyectiva. Se trata (Fairbairn) de una identificación 11alidad que funcionan directamente con esa estructura. El tener que
primaria 18 ; la proyección-introyección, al igual que la identificación pro- fülmitir, tal como se hace, la existencia de la identificación proyectiva-
yectiva-introyectiva masiva, aparecen como fenómenos de un yo más i 11troyectiva para todos los casos, exige el supuesto de que cada sujeto
integrado (aun en sus primeros esbozos), y que, por medio de ellos, "ma- •'H un "sistema cerrado" y que se ·comunica por diversos canales con otros
neja" la ambigüedad y la mantiene clivada. El que la proyección-intro- 1·mres humanos, mientras que el admitir la participación como fenómeno
originario implica la hipótesis de que el ser humano comienza o parte
18 Dice Fairbairn al :respecto: "Empleo aquí identificación primaria para do una organización como "sistema abierto" y que gradualmente se va
significar la catexis de un objeto que no ha sido aún diferenciado del sujeto". "Es 111dividualizando y personificando. En este ejemplo se trata de una mo-
más comúnmente usada para significar el establecimiento de una relación basada en
la no diferenciación con un objeto, el cual ha sido ya diferenciado en cierta medida". v i1ización y actualización de los niveles de participación.
Esto último debe llamarse "identificación secundaria". Esto no descarta la existencia de la identificación proyectiva-intro-
No son pocos los autores que muestran la dificultad en aceptar la existencia de la .Yt'<\tiva, pero los mismos son "mecanismos" de los cuales dispone el yo
introyección-proyección en las fases más tempranas, cuando aún no hay diferencia
o discriminación entre lo interno y lo externo (Foulkes, S. H. ; Jacobson, E.; Freeman, 111 {¡¡.¡ integrado para manejar la parte psicótica de la personalidad, mien-
T.). Así, Freeman dice que la identificación primaria no se basa en la introyeccióu, 11·111-1 que en este ejemplo, como en muchos otros casos, se trata directa-
ya que es una "fase del desarrollo que antecede al. yo y a la relación que separa 111pnte de una puesta en juego --en un primer plano- de otro nivel de
el self de los objetos".
Greenacre (1960) recuerda que para Hartmann, Kris y Lowenstein, el yo y el orl{1tuización, que corresponde a lo que denomino "yo sincrético".
ello emergen de un estado de indiferenciación y no, como lo postuló Freud, que el yo Para ver mejor la diferencia mostraré dos ejemplos de identificación,
se diferencia a partir de ello. Greenacre diferencia también la identificación primi-
tiva que pertenece a un estadio de indiferenciación incompleta entre el yo y el objeto, proyectiva uno, e introyectiva el otro.
como muy diferente de la identificación, "tal cual la entendemos después del esta-
blecimiento del yo".
190 JOSÉ BLEGER
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 191

Ejemplo H: Un paciente refiere que su novia se halla enfrrma, con temperatura,


que buscan es una estable o "buena" relación simbiótica (sincrética) que
y que tiene una cistitis. Sigue asociando y se da cuenta rle qur la fecha ele la
les permita el desarrollo de su personalidad 19•
menstruación correspondiente a este mes ya ha pasado y cm pieza a tener miedo de
que su novia esté embarazada y que la cistitis sea un síntoma de ese embarazo. La expresión ''qué sé yo'' es frecuente, tal como ocurre en el ejem-
plo siguiente, en el que aparece un primer esbozo de "sí mismo", de
Yo le interpreto en ese momento que él está muy afectado y muy exigido porque
interiorización, . pero como un vacío o carencia de . ..
si bien teme por un lado el embarazo, por otro lado tiene mírelo dr que su novia tenga
que hacerse un aborto y él se siente muy exigido para enfrrntar tanto un embarazo Ejemplo I: Es una entrevista tomada por un estudiante y la entrevistada es
como un aborto. una joven de 23 años. La entrevista fue bien establecida como tal, pero al comienzo
El paciente confirma que sí, que él ha pensado con espanto en la posibilidad de la misma la entrevistada queda perpleja porque pensó que se le aplicaría un test.
de un aborto; luego hace un pequeño silencio y dice que tiene fuertes deseos de Después relata :
orinar y que se le hace muy imperioso, que está deseando que termine la hora de aná· "Me equivoqué de calle ... yo iba caminando ... y vi una calle con un número.
lisis para poder ir a orinar. Usted me había dicho 12 de Noviembre, y yo vi algo parecido ... qué sé yo ... era
La identificación introycctiva reside en que siente como propio el embarazo de otro número de otro mes. . . sí. . . 3 de Febrero. . . creo. . . La cuestión es que no
su novia, tanto como la cistitis ( polaquiuria y micción imperiosa). encontraba el número exacto pero me metí en el que me pareció que se parecía más ...
Subí al segundo piso, toqué el timbre. Me abrió una vieja gorda, alemana, que me
Este analizado es una personalidad muy pasiva, a quien reiterada- miró con cara rara. Vaya a saber lo que se pensaba. Le pregunté por A. y
mente se le analizó y se le interpretó cómo esa docilidad encubre su avi- me contestó: "Aquí no vive ningún A.", y me cerró la puerta. Consultó con alguien
dez; es dócil para promover -tal como lo hace en otros- el darle con- udentro, no sé. ¡Qué plato 1 Después me fijé bien en la calle, y me di cuenta de que
sejos, como una manera de sacar en forma pasiYa, y esto le posibilita me había equivocado. Muy bien, ¡no?"
recibir sin sentirse culpable (ya que "le dan" y no es él quien roba Toma un cigarrillo de un paquete que está sobre el escritorio (del entrevistador)
o chupa). diciendo: "Permiso". Fuma en silencio. Muestra un cenicero redondo y alto y dice:
En una oportunidad habla de que su novia es muy buena y dócil, "Dan ganas de llenarlo ... iEhf Bueno, ide qué se trataf Es distinto tener que
y desde que se ha dado cuenta de ello, él la ha empezado a rechazar y !1nblar de mis cosas, en cambio, con los t~sts .. . no sé ... no pasa lo mismo ... Bueno,
no la soporta, y fantasea o proyecta cortar su vínculo con ella. tnmbién se ve todo, inof ... pero uno sabe lo que está diciendo".
En este caso se trata de una identificación proyectiva: el yo del Luego habla de que no puede estudiar ni rendir. En un examen, "si al pro·
paciente desconoce en sí mismo su docilidad y la rechaza también en su r~sor le parece que algo de lo que digo está mal, bueno, ya sé que después voy a decir
noYia en función de lo que esa docilidad significa y contiene; éi yo más 111nl todo lo demás ... Siempre me pasa eso".
integrado del paciente establece un clivaje con los niveles de partici- Habla luego de su familia, "que no la comprenden", y de su deseo de separarse.
pación. En este ejemplo, el yo sincrético (los niveles de participación) "Además, que yo me separe de ellos no les importa nada. iQué les importa
no se ha puesto en juego en un primer plano sino que ha sido clivado, 11 olios que yo me vaya f Ellos a mí no me necesitan, pueden seguir igual. Pero yo
y. el yo más integrado ha utilizado la identificación proyectiva para •In ellos i qué hago f No sé, yo siento que a ellos sin mí no les pasa nada, pero yo sin
''liberarse'' de ellos. 11llos, no puedo estar". "Yo no tengo nada. ,Qué hago sin ellosf No sé, sin ellos
Dejo aquí solo apuntado este problema, que requiere, evidentemente, 11111 puedo morir. Es como si no tuviera nada. Dependo de ellos para todo. Además,
una mayor profundización. Sólo quiero agregar que entre el sincretismo yo no puedo hacer nada. A veces discuto, pero solamente para llevar la contra. No
de un psicótico y el de un no psicótico, la diferencia reside únicamente ~(,, cuando hablo, por ejemplo, con comunistas, bueno yo opino, digo algo, pero en el
en la fácil reversibilidad del segundo. En sí mismos, tomados aislada- ondo no me importa nada, es como si no me llegase. Puedo oponerme, o no estar
mente, no existe diferencia. !In acuerdo ... o Jo mismo con el derechismo (agrega inmediatamente), bueno, no,
••1111 ol derechismo no tanto, eso ya me molesta más ... Bueno, pero la cuestión es que
yo puedo oponerme por llevar la contra ... no sé si me entiende: por llevar la contra
6. FENóMENOS DE TRANSICióN
11 no a favor de la contra, ientiendef Lo mismo me pasa con mis problemas. A veces
Cu;;i.ndo este ~'yo sincrético" (o su "ficticidad ") comienza a cam-
biar para alcanzar un grado distinto de identidad o personificación, apa- 10 El vacío y la consiguiente búsqueda angustiosa de objetos pueden llevar a la
recen fenómenos de transición, tales como la vivencia de .ya cío (el promiscuidad sexual, en cuyo caso se utilizan los genitales para llenar un vacío que
"spleen" o la "mufa"), la duda y la ansiedad desesperada por un ob- l i.111 poco se termine. de llenar y la promiscuidad resulta compulsiva (como la mastur-
jeto ''que los llene'' y que ''dé sentido a su existencia''; en realidad, lo l u1dóu). Otras veces en lugar de la p;omiscuidad sexual puede darse la bulimia u
'º"
111 fenómenos que tienen el mismo sentido.
111

192 JOSÉ BLEGER


SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 193

pienso si son o no problemas. Yo antes sabía qué problemas tenía, eómo eran, qué
me pasaba. Pero ahora no, ahora no sé, bueno, si son o no problemas, qué son pro· está hablando de su mimetismo : la instalación rápida de un sincretismo
blemas, cómo son mis problemas, qué problemas son. Y es mucho peor porque pienso con un depositario del cual ella no se diferencia en ese momento.
que me estoy acostumbrando, ise da cuenta f Pienso que por lo menos antes sabía, Cuando se refiere a su familia y dice que no la comprenden, es. ella
pero ahora dudo ... y creo que debe ser porque me estoy acostumbrando. tA usted qué expresando su propio sentimiento de que ella misma no se comprende.
le parecef Dígame si le parece que tengo problemas, si son serios ... ¿qué tendría En toda la referencia a su familia muestra una dependencia y una ten-
que har,er ?" Sin esperar respuesta, prosigue: dencia a romperla externamente; ella pretende solucionar su problema
"Bueno, primero el de la actividad. El de hacer cosas, hacer algo. Siento que psicológico a través de acciones, intenta resolver la dependencia psico-
nada me interesa. Absolutamente. Como si no pudiera moverme. Me gustaría hacer lógica yéndose, pero a su vez no puede porque tiene una identidad gru-
algo por el placer de hacerlo ... algo así como_ la vocación de hacer algo. Pero nada pal. Aparece muy claramente su sentimiento de que si ella se separa
me importa. Ni siquiera salir ... Es decir, no es solamente ya hacer cosas, sino tam- yéndose de su familia, ella se destruye ("sin ellos me puedo morir").
bién pasear: el esparcimiento inof, tampoco me importa. Nunca tengo ganas de mo· Después, cuando habla de las actitudes que ella adopta en las disensio-
verme de donde estoy. Cuando estoy en casa no quiero moverme, quiero quedarme ahí, nes, se ve cómo "el estar en contra" es ser algiiier~ y de esa manera
y cuando salgo no quiero volver. Q11iero quedarme siempre donde estoy. No cambiar. también resiste o se opone también a su sincretismo. Es la actitud típica
No puedo cambiar. Cuando me despierto a la mañana quiero seguir durmiendo. Jel adolescente, qu(· se puede definir como la "id•mtidad del me
(Silencio.) No sé, me gustaría algo que me permitiese pensar; cuando me despierto, opongo" llt. La experieneia no les llega, no i::e internaliza ni se interio-
que tenga ganas de hacerlo, pero nada. Nunca puedo ponerme firme con algo. Siempre riza como sentido de sus &.cciunes. Sin embargo, por medio de la acción
·todo me da lo mismo.'' es co1:io pueden a veces rectificar (cuando se equivoca de ea.He).
Después, se ve su ambigüedad y la ruptura de su precaria identidad
"' anterior (su identidad grupal), cuando dice que no sabe si lo que tiene
ahora son problemas o no son problemas, o cómo son sus problemas y qué
Al comienzo advertimos que la ~ntrevistada aceptó la entrevista pero problemas son, y que antes sabía pero ahora duda.
sigue creyendo que es un test, de tal manera que cuando se enfrenta con
Su dependencia se manifiesta también cuando termina la frase si-
la entrevista aparece perplejidad; estamos pues frente a una típica am-
gniente dirigi"éndose al entrevistador, diciendo: "¿Qué tendría que hacerY"
bigüedad: sabe que es una entrevista pero viene para un test.
Después habla de que siente como si no pudiese moverse, es decir,
Después se desorienta, escuchó la calle "12 de Noviembre" pero en
que si se "m neve" (psicológicamente) reaparece su ambigüedad: cuan-·
realidad no escuchó, porque para ella no se diferencia de otro número y
do dice que quiere cambiar pero que no quiere cambiar. Esto se debe a
otra calle; hay una indiscriminación y desorientación en el espacio, que
que para _cambiar tendría que pasar por confusiones y por contradiccio-
es también expresión de su ambigüedad.
nes que ~lla no puede tolerar ni soportar. Por eso lo espera todo de la
Nos hace notar que sólo después de actuar ella puede reconocer que 11ontingencia.
se ha equivocado y rectificar su comportamiento y recordar correcta-
mente 20 . Se trata de una carencia de identidad; pero no es sólo carencia, es
l.lintbién existencia de . . . Existencia de una identidad (o yo) sincré"
Otro aspecto de su ambigüedad aparece en los frecuentes "No sé" t ic·n· que ahora está en crisis. Pero una crisis bloqueada, que no irrumpe
y en el terminar las frases con la expresión : "Muy bien, ¡,no?" dol todo porque provocaría desorganización, confusión y contradicciones.
Cuando ella ve el cenicero y dice : "Dan ganas de llenarlo. . . ¡,eh 1", l '1tra poder resolver esta situación simbiótica y su ambigüedad ella ten-
está hablando de sí misma : que está tan vacía como el cenicero y está d ria que contar con una relación simbiótica segura, es decir con un
expresando su deseo de que se la llene de contenidos y de sentidos: de 111111·co que le dé seguridad para poder enfrentar (con un yo suplemen-
sí misma. Su necesidad es de ser llenada por otros, por eso prefiere el t11rio) la confusión y las contradicciones que aparecerían si ella intentara
test para no enterarse de lo que ella misma dice y de )o que le pasa: busca 1•1•tfül ver su ambigüedad, su simbiosis. Como lo he dicho en distintas
ser llenada y necesita que otro le dé ,el séntido de lo que ella hace, pero nportnnidade,;, para resolver la sip:ibiosis se necesita, paradójicamente,
al mismo tiempo elude (prefiere un ·test) ser ella activa o asumir lo que 111111 buena relación simbiótica; es decir, que la simbiosis sólo se puede
quiere (porque también no lo quiere). 1·1•Hol.ver dentro de una relación simbiótica satisfactoria que dé seguridad,
Cuando ella habla del examen y de su actitud frente al profesor,
21 Un dirigente estudiantil, siempre que entraba a las reuniones decía como
Lily S. de Bleger ha señalado que la actuación y ·1a perversión no son sólo
. 20 '' 111·011111": "No só de qué se trata, pero me opongo", y de esa manera adquiría una
"descargas" sino que llevan a la posibilidad de un aprendizaje. ld 111it,id11<l Hupcrando HU ambigüedad. Aquí rozo un problema, ya citado, pero que
"'" prnp11Ho no onc:antr 1thora: el de la relllción entre el chiste y la ambigüedad.
Sli\JBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 195
104 JOSÉ BLEGER

El conflicto "atrai·ción-rechazo" ha sido el más estudiado en Ja


y no dentro de una relación simbiótica que ofrezca inseguridad, sea por litrratura psicoairn lítie:1 , a partir del mismo Freud; pero involucramos
su precariedad o inexistencia o por su condición asfixiante o claustro- en él los otros dos tipos de conflicto, aunque existen diférencias esen-
fóbi ca. ciales que se hace necesario aclarar, y que es mi propósito en este
momento.
if
Los casos que describe Kurt Lewin como conflictos "positivo-posi-
tivo" y "negativo-negativo" son, en realidad, fenómenos de maniqueísmo
Otro fenómeno típico de transición (cuando comil"nza o se instala pero que aparecen como conflictos, cuando, en rigor, no lo son. En el
un período de ruptura de la ambigüedad) es el que podríamos llamar caso "positivo-positivo", el sujeto quiere dos cosas que se excluyen
"fenómeno de maniqueísmo'', que consiste en una polarización extrema entre sí, pero de esta manera mantiene una ambigüedad, dado que, si
que, en algunas oportunidades, es sufrido por el sujeto como un dilf~ ma se investiga mejor, aparece que, con cada una de las dos cosas que él
irresoluble en el cual a veces se debate con reaccionPs mm- an~11stinnt e s. desea, y que son excluyentes entre sí, tiene conflictos de aceptación y
Desde ya, estos fenómenos de transición, tal como l11s h1•1;ws llamado en rechazo. Y lo mismo ocurre con el conflicto "rechazo-rechazo". Es
el subtítulo de esta parte, pueden no ser transitorios sino instalarse en el caso -por ejemplo- del estudiante que, durante años, no puede deci-
forma permanente o reaparecer por períodos mny largos. dirse si estudiar medicina o ingeniería, y esto parece como un conflicto
de ''atracción-atracción '' según la denominación de K. Lewin, pero inves-
Ejemplo J: Como ejemplo de maniqueísmo rrcordaremos el de un paciente que
tigando mejor se ve que él tiene tanto conflicto en seguii: medicina como
mantiene dos relaciones estables y simultaneas como "flirts" y no puede decidirse por
ingeniería, tiene miedo ele fracasar y no está decidido por ninguna de
ninguna de las dos. Así, relata por ejemplo, que a A. no le gusta vestir bien y enton·
las dos; es decir, no hay decisión en ninguna de las dos, tomadas por sepa-
ces él la ve como una misern.ble; pero a B., a quien le gusta vestir muy bien, él la ve
rado. Aquí, lo que aparece como conflicto, en r ealidad, esconde una situa-
como una marica; que A. no es deportista y soporta mal el sol, el aire libre y a él
l'ión de ambigüedad mantenida con cada uno de los dos objetos que apa-
"le da bronca", pero B., que es todo lo contrario de A. en este sentido, también le
recen como siendo exclusivamente de atracción. En el caso del conflicto
irrita porque le impresiona como una narcisista.
" rechazo-rechaio ", en el cual el sujeto tiene que decidir entre dos cosas
que él rechaza, si se investiga más profundamente se observa también que
Lo que me interesa a través de este breve ejemplo es mostrar el hay atracción y rechazo para cada una de ellas pero mantenidos como
fenómeno del maniqueísmo; cómo Ja ambigüedad se polariza en dos ex- una ambigüedad qne no puede ser r esuelta porque los términos no apa-
tremos excluyentes; pero no se trata de una contradicción o una oposi- recen definidos sino polarizados en un maniqueísmo.
ción de dos términos antinómicos. como ocurre en la división esquizoide,
El rnaniqueísmo es la situación que se plantea en los dilerna,s, que
sino que se trata de Ja oposición de dos aspectos con los cuales está en
mcubre n situaciones de profunda ambigüedad, a diferencia del conflicto
conflicto en -o dentro de- cada uno de ellos por separado; él trata
PH el que se enfrentan al m·ismo tiempo sobre un mismo objeto dos ten-
de distribuir su ambigüedad en depositarios porque no puede tolerar su
dencias contradictorias antinómicas (el caso de la división esquizoide
ambigüedad ni la discriminación de su ambigüedad dentro de sí. El
deriva de este último).
· maniqueísmo reside entonces en una oposición que no contrapone dos
términos antinómicos que forman parte de una sola unidad sino términos Estos fenómenos de transición, tal como los describimos, en el primer
diferentes que tienen términos contradictorios no discriminados, en cada <:aso como ''fenómeno del y:wío'' y en el segundo como ''fenómeno de
1ino de ellos. maniqueísmo", no son siem¡i1" · situaciones patológicas en sí mismas, sino
q11e pueden ser fenómenos de transición por medio de los cuales la ambi-
7. CONFLICTO Y DILEMA ~ iiedad puede llegar a resol'versr o a progresar; en otros términos, a dis-
l' l'iminar y pasar del sincretismo y de la posición glischro-cárica a la
K. Lewin describió tres tipos de conflictos. Uno es el de "atrac- posición esquizoparanoide. La patología, en todo caso, reside o podría
ción-atracción" o "positivo-positivo"; en él el sujeto se halla "entre r0sidir en la persistencia o en la estereotipia del maniqueísmo (del dile-
dos valencias positivas de aproximadamente igual intensidad"; es el 11111), sin una verdadera resolución de la ambigüedad, que se maneja o
conflicto del "asno de Buridán ". Aunque Lewin afirma que su solución (•o ntrola en estas actitudes o en estos comportamientos.
es relati\'amente fácil, en algunos casos -dice- puede llevar a "una Agreguemos ahnra (sólo citándolos) que en momentos en que en el
oscilación entre las dos atracciones". El segundo tipo fundamental de
yo el e fidicidad (o en el yo fáctico) se da un pasaje de nn núcleo de
conflicto "ocurre cuando el individuo se halla entre dos valencias nega-
Identidad a otro, puede aparecer el fenómeno de que el paciente queda
tivas aproximadamente iguales''. El tercer tipo de conflicto surge "cuan-
do las valencias positiva y negativa coinciden en el mismo lugar".
196 JOSÉ BLEGER
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 197

"en blanco'', o bien recurre a la embololalia. La oscilación puede ser


un fenómeno de transición, pero también ambiguo en sí mismo. " saber lo que le pueden hacer a ese hombre solo por la calle"; expresa su piedad y
ttu lástima por los pacientes.
En un momento de silencio el entrevistador le dice que le interesaría que le
"' hnble de si misma, de lo que hace, de cómo se siente, qué piensa.
Y la entrevistada contesta: "¿Que le hable de mlf, ique quiere conocerme a
8. "YO FACTICO" Y PERSONALIDAD PSICOPA'rICA 1111T Bueno, bueno .. . iQué puedo decirle de míf El trabajo, la misa, visitar enfer-

111os y huerfanitos. Porque, eso sí, yo nunca fui de esas personas que les gustan
Tal como lo he dicho, la personalidad ambigua puede persistir como loa bailes, fiestas. Y bueno, i qué más puedo decirle yo f"
tal, y en ese sentido la he descrito. Pero esta ambigüedad primitiva (su El entrevistador le pregunta en qué trabaja y ella contesta:
persistencia en la personalidad ambigua) puede organizarse de otras ma- "Yo hago trabajos de la case.. Soy muy hábil para eso. Desde chica nomás.
neras; y de entre ellas, dos son típicas y deseo brevemente resumirlas; en Yo soy del interior. Mis patrones me llevaron de Córdoba a Santa Fe, yo hacía
otros términos, el ' 'yo sinllrétieo '' puede org::mizarse como una personali- loa trabajos de la casa, todo lo que una persona chica puede hacer, ayudar en la
dad psicopática o como un "yo fáctico". Los pasajes de unos en otros llOcina, limpiar, todo eso. Después, cuando nacieron los chicos los empecé a cuidar,
(progresivos y regresivos), dan lugar. a Jos "fenómenos de transición" que ontonces fui niñera. Cuando los señores decidieron venir a Buenos Aires me pro-
acabo de descr.i.bi:r. l{nntaron si querla ir, y que le pidiera permiso a mis padres. Ellos me dijeron que
En el "yo fác~icc" sa trata de sujcto3 que se "adhieren" o se inmo- 11t y entonces me vine. Les escribía, porque yo sé leer y escribir desde los ocho
vilizan en algunos núcleos de su ambigüedad y, de esta manera, la limitan .. nos, en las letras y en todas esas cosas no tengo problemas. Yo seguí con ellos
y la "fijan". Creo que esto configura la base de ciertos tipas de oorac- llOÓ. en Buenos Aires. Cuidaba al primer niño. Después compraron otro, y yo también
teropatías (especialmente la caracteropatía obsesiva ) . Deja de existir la 1110 encargué de él. Ahora, después, el más chico se enfermó del pecho, lo celaba
fluctuación o la "ficticidad" del "yo sincrético", y se "organizan" ape- 11111cl10 al mayor, y como estaba muy mal el médico le dijo que el clima de Buenos
gándose a una institución, un grupo, un trabajo, a cosas, a personas y/o A tres no le hacía bien; decidieron volverse a Córdoba. Claro, ellos tenían una casa
sucesos de los cuales no se han discriminado todavía. El yo no se halla 1.t 16... Me preguntaron si queria ir con ellos. Al fin me quedé acá y segul trabajando
aún interiorizado y existe como un "yo fáctico": el sujeto es en la acción, 110 niñera, estuve en muchas casas, cuidé de muchos niños. Entonces yo era más
en las relaciones, en el trabajo, en el grupo, etc. Predomina la acción y la ordita. Empecé a adelgazar y sobre todo del pecho. Mi médico me dijo que era
actividad, no hay interioridad ni "sí mismo';, y cuando hablan (en el 11or tanto tener a los nenes en brazos. Entonces dejé de trabajar de niñera. Me
tratamiento psicoanalítico o fuera de él) hablan de sucesos, cosas, perso- 1lmliqué a las tareas domésticas. Ahora cuido la casa de unos señores que casi siempre
nas, actividades, porque ésa es la forma de hablar de sí mismos ; porque 11ttt,(ln en Europa. Me tienen mucha confianza, me dejan las llaves, yo voy, limpio, les
eso son ellos. Las relaciones con otras personas se establecen también mildo la casa, todos los días. Voy a la hora que quiero. Además le limpio el escri-
"haciendo algo". A ellos puede aplicarse la expresión de Handelsman, 1.orlo a un doctor. Yo vivo en otra parte, yo tengo mi casa, en la que vivo sola.
de que tienen "adicción a la gente". 'l' uvo muchos patrones, cuando era niñer.a me iba sólo porque los chicos ya eran gran-
1IM, y no me necesitaban más. Siempre visito a todos mis patrones, me quieren mucho.
N 1111ca tuve problemas en las casas donde estuve, siempre me tenían confi.a nza, era

"'
Ejemplo K: Se trata de una entrevista realizada por un estudiante en un
1111mo de la familia."
El entrevistador anota en ese momento que tiene la sensación de estar abrumado
hospital con una persona que viene a visitar a un enfermo. El médico de la sala 110 a medida que pasaba el tiempo se empezó a sentir mal, angustiado, y nbre 0

presenta al estudiante y éste ya de antemano, se encuentra con una reacción de t 111111 muy triste. Esa sensación de tristeza y pena se incrementó a lo largo de toa¡,
rechazo y desconcierto pensando "iqué me va a poder decir esta buena señora f"
111 outrovista.
La entrevistada es una persona de unos cuarenta y cinco años de edad ql}e acepta Lo. entrevistada hace un pequeño silencio y después continúa:
la entrevista y que, durante todo el tiempo que dura la misma, permanece mirando "Además, niño, a mi siempre me gustó trabajar. No sé que haría sin el tra-
a los ojos del entrevistador, muy pendiente del efecto que tienen sus palabras sobre l11•J11 ¡ os . una cosa que siempre me trajo satisfacciones, alegrías.:' (Se calla.)
él; a menudo termina las frases en forma interrogativa, con expresiones tales como: l~l entrevistador le dice: "i Y aparte de trabajar!" Ella contesta:
"tNo le parecei"
"'Bueno, ya le digo, visitó enfermos, me gusta hacer obras de bien, ayudar a
Comienza hablando la entrevistada y en forma sonriente dice que ella viene · lo1 l{outo, a los huerfanitos, a los ancianos del Asilo. Tengo una amiga que es muy
a visitar a una persona enferma y que no la encontró porque ha salido a comprar 1111111{11 rn!n. Con ella y el marido, ellos no tienen hijos, siempre juntamos ropas para
algo, pero que ella no sabe cómo la han dejado salir, "pobre hombre", dice, "vaya 111~ 1u10l!1rtos, juguetes para los niños. Además, todas mis señoras siempre me dan
1tl11 oro pn.rn estas obras, y entonces, una vez que tene.'l;l'.los bastantes cosas, nos vamos
SIMBIOSIS Y Al\IBIGCEDAD l!JU
198 JOSÉ BLEGER

parece?'' DespuPs se manifiesta su propia situación de invalidez, a traYC·s


por ejemplo al Asilo de Ancianos que queda en Cáceres y llevamos cosas a los >ic-
de la piedad con que ella trata a los pobres y a los viejitos y, antes de eso,
11na situación paranoide o persecutoria de ''\·aya a saber lo que le pueden
jitos. Yo siempre, cuando puedo, lo hago. Voy tamhién al Hospital de Kiños, en
fin todo lo que sean obras de caridad. Porque yo creo que t enemos que hacer el hi<• n
hacer a ese pobre hombre solo por la calle". Ella abruma al entrevistador
a aquellos que sufren, ino le parecer• (Sigue hablando.) "Yo creo que debe ser
!'.On su manera de hablar, pero este abrumar es por la organización narei-
así. Yo siempre pienso que tengo que ayudar a los demás y no pido que los demás
sística de la entre\·istada. La facticidad aparece aquí l'n que ella es lo que
me ayuden. Gracias a Dios yo estoy muy bien. Yo siempre le pido a Dios tener
hace, ella toma fúcilmente los roles que se lr adjudican y se identifica
siempre fe como la tuve toda mi vida. Y además siempre le pido a la Providencia
(•on las familias con las cuales conYiYe o con las cuales ha trabajado; por
Divina tres cosas: salud, trabajo y resignación.''
ej emplo, dice: ''era como de la fami lia''. Y más adelante se refiere: ''mis
El entrevistador le pregunta: "¿Por qué esas tres cosasf"
señoras'', como si fueran sus señoras y no sus patrones.
Entrevistada: "Porque si tengo salud, que es lo principal, estoy bien, y entonces
Iia situación de dependencia y sometimiPnto en la fórmula de "salud,
puedo trabajar. Y resignación, bueno, resignación, porque ... bueno, así puedo acep· trabajo y resignación'', y después su identificaeión con sus patrones; toda
tar lo que Él quiere que yo haga. Yo estoy muy agradecida a Dios porque la vida su personalidad se basa en la participación, como si fuese de ella todo lo
ha sido muy buena. Eay dos cosas que aprecio, sobre todo, lo que he logrado a trm·és que tienen o han tenido sus patrones: ' 'siempre he tenido patrones de la
de mi vida y mi trabajo. U na es la confianza que siempre han tenido en mí todas las JUe jor sociedad ... siempre íbamos 11 lugares finos . . . " Su fa!·ticidad tam-
personas y otra es todas las relaciones que me he hecho. Yo siempre he tenido patro- bién está en el hecho de que todo rl pasado sigue siendo presmte: ella
nes de la mejor sociedad, eran gente de lo mejor, que un médico, que un abogado, '"ª af cementerio "a ver" a sus patrones que murieron, a Yisitarlos, a
que gente con estanc ias; otros, dueños de fáhricas; por ejemplo, uno era dueño de lleYarles flores. Y después dice ''tengo uno en Chacarita, otro en Recoleta
~, así siempre los visito".
X. X., sabe, esa fábrica tan grande, y así todos. Y bueno, niño, qué puedo decirle,
ellos siempre me han tratado muy bien. En todas las casas me han dejv.do siempre .p
todo a mi cargo, me han dado las líaves, aun cuando los patrones se iban afuera.
Y todos tenían casas grandes, siempre me hacía de amigos, que la cocin era, que la
mucama, el chofer, en fin, todos me querían mucho, y yo los sigo viendo. A veces Mantienen una extrema dependencia de su trabajo o de un grupo
voy por la calle, y pasa alguno de los niños que cu idé, y un bocinazo de acá, un o de otras personas (con una organización o identidad estable), pero por
saludo, me llevan, me traen. Me llaman la Cordobesita, porque yo siempre sigo siendo rl carácter de esta dependencia, en r elación con su.;esos y acciones, apa-
muy cordobesa." recen, superficialmente, como sujetos con una gran indep0ndencia, pero
La entrevista continúa porque el entrevistador pregunta sobre cómo eta su fa. qu e es, en el fondo, reac \i\·a. En otros tfrminos, se podría decir qnP se
milia en Córdoba, y entonces ella recuerda datos sobre sus hermanos, sus padres y, Ir-ata de una "fuga en la realidad". Con gran frrcu eneia existe nna ver-
más adelante, cuando se hace nuevamente otro silencio, la entrevistada dice si le dade ra "huida rn la saluJ" y el paciente y el analista no saben bien por
quiere preguntar algo más, entonces el entrevist(ldor le recordó que le había dicho q11é se hac<> nrcesario empezar o proseguir rl análisis. A wct:>s se sienten
que no le gustaban las reuniones, y ell a continúa' 1•xigidos, encerrados, urgidos o perseguidos por los sucesos , cosas o per-
"No, nunca me gustaron. Yo s iempre salía con los patrones. Me llevaban a Ho nas, y hay un déficit en la percepción o insight del sentido de la propia
tomar el té a Harrods, a la París. Yo me arreglaba e iba con ellos. Siempre íbamos 1icc ión de la cual no se sienten actores sino víctimas. Siempre se sienten
a lugares muy finos; yo cuidaba por ejemplo de los niños, y tomaba el té. Ahora ltn cicndo ''lo que otros <¡uieren' '. Esta facticidad los hace sentir a veers
mismo, por ejemplo, me llama una de las señoras y me dice : venga, Carmen, vamos !'11vcrrados, exigidos, corno que i'I tiempo los "corre"; el tiempo "los
a la quinta. Entonces yo voy a la casa. La ayudo a preparar la merienda, y uos Porrc ", pero ellos se sienten detenidos o paralizados, a difert:>ncia de> lo
vamos todos en el coche a la quinta. Ahí yo les ayudo, porque aunque hay caseros q 1u· describí en otro trabajo sobre la detención del tiempo en la simbiosis
y servicio, una tiene más <'xperiencia. Y a veces me paso el fin de semnna allí. l' linica. En rigor, ellos son las acciones <1ue realizan; esa es su identidad
A veces, en vez de ir en el coche, yo antes me voy al cementerio de ... a ver uno ,\ 110 sólo su soporte, y est[m "<:ondenados" a seguir en la acción sino no
22
de mis patrones que está ahí.. Yo siempre voy a ver a mis patrones que murieron, 1111 11 "nada" • La identidad provii'ne, se mantiene y reside rn el hacrr,
a llevarl es flores, a visitarlos. Tengo uno en Chacarita, otro en Recoleta, y así.
Siempre los visito. Además rezo por ellos." :!:! Creo quP Psto em•stio.na la l'Xistcnc ia. dC'l ~ uprryó pn la orga niz:tción <lPl yo
La entrevista continúa alrededor de la religión y las obras de caridad que ella 111 1 ('S tf• nivel; aqu'i <•1 fHl]H.•ryó sería la descripción dr un fr n ómi~no : del :'Omporta-
11il1111I u, earÚl'ter o personaliJad <l el i.n<lividuu, 1.•n eua11to l'St ú olJI igac!o u ''<·un<lenadu"
hae,e, etc. 11 Hog'u ir ~ uj eto a dPtermiuada.s accione;:.!; lo que qw~<la euuw un int<·rrogante 1's PI
h11plin d<• :-1i :-;e pw:d1' admit ir para l~l "yo fáeth·o" un :-;uperyó eomo in~ta1wia p~íquit·a
En esta entrevista se ve la dependencia de la entrevistada, qu<> qneda o 1•111 110 :-1 ulH•struclura del yo.
mirando al entrevistador y termina muchas de las frases con un "¿No le
200 JOSÉ BLEGER
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 201

porque falta la discriminación entre el yo y los objetos del mundo externo.


Al "objeto fantasma" (objeto que existe psicológicamente para el sujeto, implica -entre otras cosas- falta de insight y una no configuración del
sólo mientras está afectivamente presente), hay que agregar el "yo fan- esquema corporal, fuera del cuerpo implicado y limitado en su actividad 23 •
tasma'' : un yo que existe sólo mientras hay acción. Este déficit en la organización del esquema corporal se revela más
Viven en la pura ''facticidad'' y ya no -como en el caso anterior- fácilmente como déficit de la organización y manejo del espacio: se des-
en la '' ficticidad'' de :roles alternantes y cambiantes (déficit -en este orientan con facilidad, chocan con los objetos o se les caen de las manos,
último- de una "identidad estable'', o mejor dicho, existencia de una etc. • Así, una paciente era incapaz de orientarse si se apagába la luz de
"identidad inestable ; no hay personas sino personajes"). su habitación: "olvidaba" la ubicación de los muebles.
Ejemplo L: Paciente con personalidad muy rígida, en quien el análisis ha tenido
durante años, como única función, mostrarle o hacerle tomar insight de sus limitacio-
"'
Un paciente dijo en su primera entrevista y lo repetía frecuentemente
nes y su falta de interioridad. Se trataba, en el fondo, de una persona con una
.fuerte ambigüedad, organizada muy rígidamente como "facticidad".
en los primeros tiempos de su tratamiento, que él sentía que ''tenía el Hablaba siempre de otros y de su actividad (muy restringida, estereotipada o
esqueleto afuera, como algunos bichos que tienen caparazón pero que no limitada). Además, nunca hablaba con rabia, celos, amor u otros sentimientoa.
tienen esqueleto''; estaba siempre muy cansado y buscaba permanente- En una sesión relata que, durante un período, en todas las fiestas a las que
mente dónde sentarse o tener en qué apoyarse. Otra paciente, después era invitada, ella siempre regalaba un libro costoso (siempre el mismo), hasta que
de varios años de análisis, dijo que una amiga le había descrito que sentía en un momento dado su novio le señaló este hecho: que siempre compra el mismo
a la gente como cáscaras, y que contestó que ella no se siente así; que li bro para r egalar; y entonces ella se dio cuenta que es ella quien quiere comprar
ella ''siente que no está vacía sino que nunca estuvo dentro de su cuer- y t ener para sí ese libro. Se le interpreta que tiene miedo de darse cuenta de que
po"; que ella "siente como que el cuerpo está siempre un poco delante desea un libro porque desea muchas 'cosas; que tiene miedo de encontrarse con su
y ella no alcanza a meterse nunca dentro". En la misma sesión relató, 11 videz y su envidia.

más adelante, que se estuvo probando vestidos y que ella sentía como que
se estaba probando cáscaras. Al final de la misma sesión dijo que le Esta paciente, desde chica, siempre tomó el papel de que no quería
faltaba el aire, que tenía disnea, y que cuando esto le ocurría de chica, uada y que no necesitaba nada, teniendo una actitud de gran independen~
la madre le levantaba repetidamente los brazos para que no le faltara cia, pero totalmente reactiva y defensiva.
el aire. En este caso, no podemos decir que el origen o la motivación de re··
El primer caso, el del paciente que se siente como no teniendo esqueleto galar el libro sean su avidez y su envidia sino que, inversamente, regala
o teniéndolo fuera como una caparazón, nos está describiendo una carac- nl libro y toma el papel de quien no necesita nada ni quiere, justamente
terística de la personalidad con ''yo fáctico'' ; lo mismo ocurre en el par a no "encontrarse" con su avidez y su envidia.
segundo de los casos, pero en éste se ve más fácilmente que el no estar
Despué3 de la interpretación la paciente asocia con que sus padres le regalaron
dentro de su cuerpo y el no alcanzar a meterse nunca dentro de él, co-
i'ilt imamente dinero para su cumpleaños y salió a comprarse alguna cosa con ese
rresponde a la vivencia de que el cuerpo de .ella sigue siendo el cuerpo
dinero, pero tuvo tantas ganas de comprar tantas cosas que al final no se compró nada.
de su madre, y es este último el que tiene que hacer los movimientos para
. que a ella no le falte el aire. Con estos dos ejemplos quiero justamente
23 El concepto de áreas de comportamiento que utilizo aquí, es el introducido
ilustrar algunas características de la identidad que he descrito para el "yo po r E . Pichon Riviere, pero al que he agregado el "principio de equiparación de las
fáctico". l11·cas'', que implica -entre otras cosas-· que, genéticamente, el fenóll'.eno psicológico
111> comienza siendo mental y que -en forma totalmente in'{ersa a lo generalmente

"' 11 1lrn itido-- el área de la mente es la última que se desarrolla y organiza. Muchas
111· ln.raciones sobre la omnipotencia o la "fuga en la realidad" dependen de esta in -
v1 11·s i6n : de no privilegiar el área de la mente; de tal manera que, para ser psicólogo,
En el "yo fáctico" se trata de un sujeto de "acción", de una perso-
1111 fe nómeno no tiene por qué ser primero necesariamente mental. En esto hay una
nalidad en actividad, en "contacto" permanente con sucesos, personas o Inversión fundamental de supuestos: la organización psicológica del niño no comienza
actividades, de las cuales él mismo no se discrimina como sujeto distinto. 1•11 11lo un "sistema cerrado" que se va abriendo, sino como un "sistema abierto" que
Se observa un evidente estrechamiento del yo, que es la condición básica M" vrt cerrando.
de transformación del "yo sincrético" en un "yo fáctico". En otros tér- La concepción o el modelo clásico de suponer genéticamente al individuo como
1111 s istema cerrado es lo que lleva --erróneamente, a mi entender- a autores como
minos, se trata de una personalidad cuya "tipología" se halla configurada M . Mahler a postu!e,r un primer período autista, que se extiende desde el nacimiento
en el área tres, con un mínimo de desarrollo del área uno y dos, lo que li 11H t1~ los tres meses de edad, como anterior a un período simbiótico que se extiende
drnt tl o los tres meses hasta el afio o año y medio.
202 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 203

El papel que cumple la ambigüedad es el de un embotamiento de sn (o ambiguo). ¿Podríamos, posiblemente, decir que se trata de una orga-
envidia y su avidez, pero estas últimas no existen (discriminadas) mien- nización obsesiva y no de defensas obses ivas 1
tras ella no salga de la ambigüedad; de tal manera, no podemos decir que El segundo tipo de organización o estabilización de la "ficticidad"
su ambigüedad sea origin<Jda por su envidia y su avidez sino que la (de la ambigüedad del ''yo sincrético' '), es el caso de la personalidad
ambigüedad se mantiene para no enfrentarse con situaciones altamente psicopática. Pueden existir otros, pero aquí me interesa considerar esta
peligrosas que, con la ambigüedad, quedan desdibujadas y no existen última porque deseo diferenciar entre acción (del "yo fáctico") y actua-
para ella. ción de la psicopatía o de la personalidad psicopática.
En el "yo fáctico" hay una posibilidad de aprendizaje y de adap-
Cuando hubo avanzado r n el análisis, en una sesión estuvo recapitulando con tación e, incluso, de actividad inteligente. En síntesis, el yo fáctico es
cierta leve emoción y tristeza partr del curso de su vida y de su análisis, romo una (por la limitación de la facticidad) nn intento de establecer o consolidar
vida pobre y vacía. Y esto estuvo desencadenado por el hecho de que cuando ella una simbiosis en la que se halla controlada e inmovilizada la ambigüedad.
hablaba -co mo siempre-·- de sus hijos, marido (ya SP había casado), otras perso nas En la actuación psicopática, la ambigüedad forma un núcleo (núcleo
y actividades, un arr.igo le preguntó si ella se daba algunos gustos a sí misma. Esta ambiguo), fuertemente clivado dr un yo que ha alcanzado un grado de
pregunta la confu.ndió mucho, pero después pensó que ella se daba muchos gusto": mayor integración. El núcleo de ambigüedad utiliza la realidad externa
le gusta caminar, hacer compras, salir co n los chicos, trabajar. Yo le interpreto quP como depositaria, con fuertes impulsos destructivos. En síntesis, en el
ella se da gustos haciemlo cosas y que la confusión se debe al descubrir que hay algo psicópata hay un yo m{is integrado que se defiende de la ambigüedad,
más, que es ella misma, y se le plantea el problema o el descubrimiento de qur el mientras que en el "yo fáctico" el sujeto "admite" la ambigüedad y
gusto por hacer cosas es algo diferPnte a darse gustos a sí misma. organiza s1i personalidad con ella. El "yo fáctico" se conduce como si
La próxima sesión co nw11 zó diciendo que vie1w emocionada porque tuvo una hiciera lo que los demás quieren; el psicópata conduce a los demás como
"linda" experit•ncia con su hijo: ésk descubrió las palabras y la manera en qu<' "'' M necesita.
forman; él solo sabía copiar su nombre y el de su madre, y juntando letras de uno La diferencia entre hacrr y actuar no ha pasado desapercibida para
y de otro nombre trajo escrita una palabra nueva. Le digo que es ella la que ha muchos autores. R Serebrian~· (1962) establece una diferencia entre "el
descubierto cómo ha juntado su vida y que también, co mo el chico, no sólo ha juntado actu.ar, de la psicopatía, del hacer, por el que entiendo movimiento útil
fotras o partes de su vida s ino que se juntó o encontró en sí misma como perso na. y productivo, tanto físico como psicológico, que implica crecimiento, apren-
Después de esto surge un silencio muy prolongado (habitual en ella).
dizaje, enriquecimiento, progreso y que tiene un fin reparatorio. Actuar
¡;;ería el movimiento propio de la posición esquizoparanoide , hacer el de la
Luego .vu<'lve a hablar de pernonas y lo preocupada que está por lo que le sucede
posición depresiva". Esta misma autora cita a D. Liberrnan, quien esta-
a N. N. Entonces yo le interpreto que se asustó mucho cuando yo le mostré qm'
blece una diferencia similar entre actuación y rcali:zación.
ahora podía pensar y tener cosas dentro de ella.
Coincido en las diferencias entre actitar y hacer o entre actuación y
Sigue a esto el análisis de su temor a los cambios que ahora pueden producirne
ncción y considero también que d primero se da C'n la psicopatía, pero
en su vida, justamente por la posibilidad de aparición de su avidez y envidia a la
discrepo en cuanto el actuar sea propio de la posición esquizoparanoide,
Psccna primaria.
dado que en el actuar, a mi entender, el yo de un mayor nivel de inte-
g-ración se libera (estableciendo un clivaje) de una parte ambigua de la
En este ejemplo último aparece una cierta "interioridad" y un prrsonalidad. El historial que presenta la doctora Serebriany podría ser
''pensar'' que se forman a partir del ''yo fáctico''; y por eso podemos l":ícilmente entendido de la manera en que aquí postulo esta diferencia.
designar a esa nue\'a organización como un "yo interiorizado". En el "yo fáctico" y en la personalidad psicopática el paciente
Quiero ahora agreg¡!r --eomo en el caso de la omnipotencia parn el "existencia" sucesos que tienen significado, pero no un sentido interio-
"yo sincrfaico"- que no SP trata en estos pacientes de un control obsesivo rizado, ni tampoco perciben ni vivencian los afectos que se est{m moviendo
y tampoco de una fuga en la realidad, porque -en rigor- es una orga- dentro de lo que hacen.
nización propia del yo, primitivamente fusionado con la realidad, dr la
cual no se halla discriminado. Y esta aclaración corresponde a la misma J<:jcmplo M: Se trata de un jown de diecinueve años que relata, durante una
necesidad mrtodológica - ya expursta-· de caracterizar cada estructura "''"ión psicoanalítica, que había quedado comprometido con la madre para ir a un
por sí misma y no por lo que le '' falta''. ( El control obsesivo funciona ¡•luc y él la fue a buscar a !a casa de unos amigos de Ja familia, pero resulta que
entre el yo mús madurn y (•I yo fúctico o ambiguo, y es una modalidad de 111 madre se fue con otra persona. Entouces él sale a la calle y "en ese momento, si

las "neurosis monosintornhticas" o ·'neurosis sistematizadas", que de- 1 t1~11i~n me hubiera seguido le !muiera dado corte, necesitaba que alguien me '1.evan-

ben siempre haeer suputH'r la existencia de un fuerte núcleo psicótico I•" u que yo pudi era h·rnntar a algnil'n. Dc"pués k hahl~ a ::\orrna y salí con t•lla"_
204 JOSÉ BLEGER SIMIHOSIS Y AMBIGÜEDAD 205

Cuando el terapeuta le interpreta la frustración frente a lo que la madre le había rr1ctico" es la "mejor organización" que puede alcanzar la ambigüedad,
prometido, ir al cine con él, yéndose con otra persona, él dice que no, que no le t:uando ella no ha pasado a la discriminación.
importa lo que hace la madre y · que ·no sintió nada, que le da lo mismo lo que haga La personalidad ambigua --como lo he dicho- puede constituirse en
la madre. l' i partenaire del psicópata (por su gran "permeabilidad" o "ficticidad"),
Después continúa la sesión diciendo que Norma (su novia) "tiene mal olor,
pero el psicópata puede transformar en partenaire a toda persona en quien
olor a mierda ... " puede movilizar o actualizar los núcleos ambiguos de la personalidad,
El terapeuta le interpreta que es la madre dentro de él la que se llenó de mierda q uc -por otra parte- existen en todos.
porque lo abandonó, y entonces él contesta:
El psicópata puede también "mutar" y transformar su ambigüedad
"Pero es cierto que sí, que Norma tiene mal olor, es cierto lo que yo digo."
(1rn "núcleo aglutinado") en el yo central y puede, por ello, transfor-
En este caso se ve cómo no se puede separar o discriminar lo que él está rela· umrse en el partenaire de otro psicópata. El fenómeno de la "metamor-
tando del sentido (el significado que tiene dicha realidad). Hay una persistencia en l'osis" se basa justamente en esta mutación, que puede ocurrir no solamente
la facticidad, de la cual él no se discrimina como "sí mismo", ni tampoco el significado 1•n el psicópata.
del significante. Otro fenómeno que se observa en la clínica es la del psicópata que
Más tarde relata que en un ómnibus una persona cerró una ventanilla y le rozó J J uede '' eristalizaI' '' en una tarea o una relación y transformarse en un
el brazo a él y que entonces él se dio vuelta muy enojado y le dijo que por lo menos "yo fáctico". (Las "curaciones" del psicópata.)
podía haberle pedido perdón, y agregó: "en mi país se hace así, se pide perdón".
De esta manera, aun con una estructura básica idéntica (la ambi-
"Su país" es su mundo narcisístico, su yo al cual todos los demás tienen que l(iicdad), la clínica ofrece una variedad de organizaciones de la perso-
plegarse. 111tlidad, y lo mismo ocurre con los rasgos de carácter.
Se trata de un paciente que f reuto a todas las situaciones de frustración, aun En todos estos casos no estamos tratando sino de algunos de los
mínimas, reacciona con la búsqueda de compañías 24. Tiene un serio déficit de iden- " dcstinos" de la simbiosis.
tificacion~s estables paternas y maternas; en él la ambigüedad aparece como la
capacidad o potencialidad que puede poner en marcha distintos comportamientos, E j emplo N: Se trata de un paciente con un "yo fáctico" con manifirs·tlt Clt·
y así, le da lo mismo encontrar un partenaire, hombre o mujer, joven o viejo, y, por 11111 eia de insight, con fuertes tendencias homosexuales, que son actuadas a través
circunstancias también fortuitas, heterosexual u homosexual, activo o pasivo, tanto il 11 lns frecuentes r elaciones extramatrimoniales de su mujer, de las cuales él siempre
como puede realizar actos masturbatorios, fálicos o anales, fellatio o cunni-lingu•. Es l 1•r111ina por enterarse. Después de una de las últimas relaciones extramatrimoniales
decir que están potencialmente presentes en él todas las posibilidades, que no están 1111 HU mujer, y después de una pequeña discusión entre ambos, al día siguiente,
"elegidas'' ni discriminadas. Su comportamiento no está estabilizado alrededor de un " p!lrn consolidar la reconciliación'', él compra un collar y se lo regala.
organizador central, sino que en él son equipotenciales o totalmente equiparables , Lo que se le interpreta y trata de mostrar a este paciente es cómo él induce la
todos los comportamientos. Su conducta depende mucho más de circunstancia. for- 1•u11 rusión en su pareja, regalándole un collar; que desde el punto de vista consciente,
tuitas (contingentes), ya que potencialmente en él coexisten todas las posibilidades, p11r11 61, se trata de "consolidar la reconciliación'', pero que para ella resulta como
debido justamente a su ambigüedad, y tanto puede organizarse como un yo fáctico 1111 11romio a su relación extramatrimonial y una especie de estímulo para que lo siga
o como un psicópata. Esta alternancia entre ficticidad, psicopatía y caracteropatía l11t1•l11 11 <1 0. Y que esta confusión y esta actuación psicopática que él induce en ella es
(yo fáctico) puede coexistir con mucha frecuencia 25. "" pni pia ambigüedad entre la homo y la heterosexualidad, entre lo que él mismo no
11111H lil manejar bien en sí mismo.
De esta manera, la ambigüedad admite diversos tipos de "organiza- l~ fectivamente , durante su prolongado noviazgo, este paciente mantenía rela-
ción" que pueden a su vez, en algunos casos, alternar y coexistir. El "yo 1· lu 11 m• con su novia tanto como relaciones homosexuales, al mismo tiempo activas y
¡111>1ivns; es decir, hasta ese momento, él asumía su propia ambigüedad hasta que,
24 Se trata de pacientes que justamente reaccionan a frustraciones mm1mas 1d l111·lo rmcnte, se produjo una polarización dentro de la ambigüedad, que ahora maneja
-preferentemente-- pero que pueden no reaccionar a frustraciones muy intensas (reac- il11 111111H·ra psicopática, mejor dicho, induciendo la psicopatia en su mujer.
ción . paradoja! o ultra-paradoja!), justamente porque éstas desorganizarían totalmente
su yo endeble. Otra complicación o característica es que su reacción o respuesta
puede no ser inmediata, sino diferida o postergada. , Este umbral bajo para estímulos
mínimos coexiste con un umbral muy alto para estímulos intensos y fue descrito por 9. AMBIGüEDAD DEL ACTING OUT
un paciente con un "yo fáctico" como qne él poseía "oído de tísico y memoria de
esquizofrénico'!. No quiero tratar extensamente aquí el problema del acting out pero,
25 Esto podría tener relación con la etapa perverso-polimorfa que clescrihe 11tJ111·iomido con la psicopatía, sólo quiero dar un breve ejemplo para
Paula Heimann. 11111111r1u· larnbién su r elación con la ambigüedad.
20() JOSÉ IlLEGER SIMBIOSIS l' A~fBIGÜEDAD 20i

Ejrmplo O: Rr trnta rfo un par.ientp· d0 supervisión de un tratamiento, que


Pienso que el fenómeno de "la mala fe" estudiado por M. Barangcr
r·omirnza su srsión preguntando "i rl ana lista trabaja ni día siguirnte o no (que es (y de cuyo trabajo partí al comienzo de esta exposición ) no es una am-
un día feriado). Pro,iguicndo r.on rl análisis, se ve que no sabe si él mismo va bigüedad en sí misma sino una organización o utilización psicopática
a trabajar mañana o uo, pero tampoco sabe que no sabe; es decir, uo está indeciso <le la ambigüedad.
sino que busca salir de una s ituación de ambigüedad, no definida en sus términos.
Después de analizar este problenm toda la sesió n, al fiual, al rkspedirsc y ya en la 10. EL PENSAMIENTO
purrta, prrgunta. al analista ~i l·stP va. u trabajar mañana.
En lo que se refiere al pensamiento, hay, en todos estos casos, un
serio déficit del área uno. Se admite generalmente que ello se debe a
Este paciente inició sn análisis con Pl diagnóstico de psicopatía y en una destrucción del mismo, pero me inclino por aceptar que rn muchos
el curso del tratamiento (·sta fue sustituida por un "yo fáctico". En la casos se trata de una falta de desarrollo y organización. Pero, si se
actual organizarión de sn personalidad. teme mucho entrar en la ficti- examina más atentamente, se observa también que -con frecuencia-
cidad o en la ambigüedad total. De tal manera , sigue buscando indicios no les falta inteligencia (especialmente en el ''yo fáctico'': las personas
en la sesión que le demuestrl'n si el allalista trabaja o no al día siguiente, "prácticas"): piensan de "otra manera". Es posible que el pensar no
para así poder tomar una "decisión" de un prob lema propio que no se sea sólo privativo del área de la mente; así como hay memoria y apren-
lo plantea sino que lo "rntrl'ga" para qne el analista lo plantee y lo dizaje corporal y en la acción puede rxistir también un proceso del
resuelva. pensar que no sea exclusivamente mental.
Su temor a la ambigiil'dad es grande y trata de ubicarse en el oposi- En este sentido, quiero también establecer una diferencia entre el
cionismo; si se Ir diese una rPspuesta, se sentiría exigido u obligado a "pensar" (que requiere un alto desarrollo y organización del área uno)
hacer lo mismo que hace sn analista, apareciendo entonces protestas y y el "mentar", en el cual el mundo y los objetos pueden tener repre-
fantasías de ser violado y de "que no se respeta su personalidad". Por sentación en el área de la mente, pero ésta (la representación) no tiene
otra parte, si no se le contesta, queda muy frustrado y su ambigüedad independencia de la acción (de los objetos). Lo característico de la per-
queda enmascarada por una situación persecutoria. Si decidiera por sí sonalidad ambigua es el mentar, pero no por ello no piensan o no pueden
mi8mo lo que va a hacer, antes que el analista le diga su propia reso- ser inteligentes, pero lo son o lo hacen de otra manera, con otra organi-
lución, teme quedar frustrado con una posición opuesta a la de su ana- zación. En el pensar se forma un ''yo interiorizado'' que puede funcio-
lista; o bien lo vive como una situación idealizada y omnipotente si su nar con cierta autonomía del mundo externo "n. En el mentar no hay
actitud coincide con la del analista. interioridad independiente de la experiencia (ni de los objetos); se man-
tiene en el área uno el sincretismo o la indiferenciación yo-objeto y yo-
Ejemplo P: Un pacirntc habla durante toda una sesión de sus confl i cto~ entre símbolo simbolizado.
su idt 01ogía política y su manl'ra de vivir. Al levantarse para despedirse e irse, ya
1

Este es un problema todavía difícil de aclarar. Es posible que el


<'11 la puc•rta, me pregunta Ri al día s iguiente tiene que venir a se~ió 11 (el día si-
mentar sea una ecuación simbólica, mientras que el pensar sea ya una
guiente es un día de huel ga general proclamada por la Confederac ión General del
operación con símbolos. De esta manera, la ecuació n simbólica no es
Trabajo).
una confusión entre símbolo y simbolizado, sino una internalización de
un núcleo sincrético en el cual todavía coexisten el objeto y su repre-
Se trata, evidentemente, ele un acting out, pero lo que se ve en este sentación abstracta (mental ), pero no totalmente discriminados aún. La
easo es que la disociación que mostraba en todo el curso de la sesión entre mentalización es, genéticamente, previa al pt>nsamiento, y en ella no cxistr
su ideología política y su situación económica era, en realidad, no una di- tampoco discriminación entre la palabra y el pE>nsamiento.
visión esquizoide o una wrdadera contradicción y conflicto, sino una En la personalidad ambigua y en sus distintas formas de organi-
polarización de su ambigüedad, y el acting out del final de sesión es la zación, observamos el fenómeno de una "post<~rgación del pensamiento",
utilización de su contradicción para "cargarme" a mí con la ambigüedad que consiste en que no pueden pensar en un momento dado, pero sí
que él no puede tolerar ni resolver. Durante la sesión no intentaba resol- pueden hacerlo posteriormentt>, euando ~-a están fuera o lejos dP la situa-
,·er su contradicción y la mantenía en forma ambigua, y al despedirse eión. Utilizan con frecuencia la respuesta de ''ya veremos'' u otra si -
me la '' entrt>ga '' para que yo la resuelva o, simp lemente, la retenga. milar con la que se dan tiempo para el "pensamiento postergado".
En el easo de una Yerdadera división esquizoide (objeto bueno-objeto
2G E l problema debe ser aún mucho más complejo. Ferschtut, G. y SPrebr ian i,
malo), hubiera buscado -en todo caso- la proyección en mí de uno de R. han upscrito el "seudo·simbolo", ubirado t•rltr0 la ecuación ~i rnbólica y t.'! símbolo
los términos antinómicos y no la totalidad, tal como ocurre aq uí. propiaiuentc <licho".
208 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 209

Observamos también que la personalidad ambigua y la personalidad das por Frenkel Brunswick y por Adorno y colaboradores; sólo quería
con un "yo fáctico" viven con lo que podemos llamar una conciencia 11bicar la personalidad autoritaria o prejuiciosa dentro del vasto pano-
brumosa (que no es confusión) 27 sino la falta de conciencia de sí mismo, ruma de la ambigüedad.
como diferente de la conciencia del mundo; es lo que he definido antes
como un "ser en !i.Í" y no un, "ser para sí". Los afectos no son viven- 12. SíNTESIS
ciados; no por estar bloqueados, sino porque no se han f orrnado como
Clínicamente, la ambigüedad aparece (fuera de los casos en que existe
vivencias, y se expresan o revelan directamente en la exterioridad o en
la acción. llllforma de un núcleo aglutinado, olivado de un yo más integrado) de
1111atro maneras típicas:
Un índice del grado de maduración de una persona puede ser dado
por la medida en que su yo es capaz de admitir, tolerar y elaborar la a) Directamente como ambigüedad, con "ficticidad'', como expre-
ambigüedad. La irrupción de la ambigüedad en el yo provoca en éste sión ·de un "yo sincrético' ', con fuerte dependencia, volubilidad,
confusión o disgregación, y la elaboración depende de la capacidad del y que puede tranformarse en el partenaire del psicópata;
yo para tolerar arn;iedades confusiünales y proceder a la discriminación b) Con cierta organización de la ambigüedad en un ''yo fáctico''
de la ambigüedad. (Es el fenómeno que se da normalmente en la adoles- que se c1a directamente fusionado con objetos y sucesos;
cencia.) e) En la personalidad psicopática;
d) Con polarización extrema: en el maniqueísmo y la personalidad
11. PERSONALIDAD A.UTORil'ARIA
autoritaria.
La personalidad ambigua puede persistir como ''yo sincrético '' que Se debe tener en cuenta, además, que estoy presentando situaciones
no puede organizarse como un "yo fáctico" y, entonces, otra de las alter- límites o cuadros "puros", pero que dinámicamente coexisten en propor-
nativas para organizarse de manera más estable es la polariza.ción extrema: 1•iones diversas y pueden "mutar" uno en otro. Dejamos de lado tam-
toda la personalidad se configura sobre uno de los núcleos de la ambi- hifo los casos de regresión en los que un yo integrado e interiorizado
güedad, y aparece lo que en psicología social fue descripto como la "per- pncde convertirse en un "yo fáctico". Tampoco quiero tratar detallada-
sonalidad autoritaria": una extrema rigidez, como formación reactiva, rn cnte en este lugar la "mutación" del psicópata, quien puede asumir
para evitar cualquier retorno a la ambigüedad 28 • l.otalmente su ambigüedad y transformarse entonces -a su vez- en el
La polarización ''fija'' la personalidad en uno de los términos de pnt•tenaire de un psicópata, o el retorno a la plena ambigüedad de la
la ambigüedad, y se mantiene en forma estereotipada para no retornar a J)l'rsonalidad autoritaria, o viceversa.
ella. No se debe confundir polarización con contradicción: en la última
hay división esquizoide; en la primera dicotomía y clivaje. En la perso-
13. iPOR QUÉ SUBSISTE LA AMBIGüEDADJ
nalidad autoritaria existe miedo a lo imprevisto y al cambio externo, con
fuerte intolerancia a lo impreciso o ambiguo. Se trata de una estabiliza- Hasta mi último trabajo sobre el tema de la simbiosis, he estudiado
ción o "resolución" de lo que más arriba he llamado "maniqueísmo"; pero l11. persistencia de la misma (es decir, de la dependencia) en sujetos que
en este último los términos polarizados coexisten, mientras que en la li11bían alcanzado un yo más integrado, y en quienes estos núcleos de
personalidad autoritaria se centra la personalidad en uno solo de ellos. dopendencia simbiótica se manejaban manteniendo un fuerte clivaje con el
No me extenderé más ampliamente sobre las características estudia- yo más integrado; y de esta manera he estudiado el núcleo aglutinado y
lrt posición glischro-cárica. Quiero decir que en esos casos la simbiosis sub-
27 Reitero aquí mi opinión de que la ambigüedad no es confusión, y que esta 1ii~l.o como núcleo y, en cierta medida, existe también en todo ser humano,
última sólo aparece en el yo más integrado, cuando es invadido por la ambigüedad. por un déficit de discriminación en la parte clivada del yo más integrado.
28 La ambiguedad, como fenómeno social, se presenta clínicamente en: grupos 11111 esos estudios pude reconocer el carácter eminentemente ambiguo de
de cohesión, comunidades marginales, partidos políticos, prejuicios, grupos de acción, t•H I<' núcleo aglutinado. Lo que abarco ahora en este trabajo es la situación
etc. En la sociedad actual, el problema fundamental ya no es el de la disociación 111 vo rsa, en la cual el yo más integrado es sólo una parte mínima de la per-
sino el de la ambigüedad; los sociólogos ubican nuestra época como una "sociedad
informe'', "sociedad amorfa", "mundo sin forma", "incertidumbre"; no se alcanzan ~11111didad, y esta última funciona en su totalidad, o en forma predomi-
a estructurar las contradicciones; el mundo y el sujeto se "homogeneizan". A este 111111te, sobre una organización que retiene la simbiosis en un primer plano,
fenómeno social se debe, a mi entender, el que ya no nos encontramos con los cuadros dn tul manerá que ahora se me impuso el estudio de la ambigüedad en
tradicionales de la patología psiquiátrica, sino cada vez más frecuentemente con
MI 111isma, tal como se presenta en diferentes tipos o rasgos de persona-
cuadros distintos y muchas veces más polimorfos. Es posible que el estudio de Ja
ambigüedad nos aclare más esta nueva patología. l1d11d, u difcrencin de• loN t•i:!tudios anteriores en los cuales he estudiado
210 .Jo:::8 DLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 2ll

la <liniímiea del núcleo aglutinadÓ en sus distintas manifestaci91ws (hipo- contar con un depositario, un "yo supletorio'', para enfrentar su avidez
condría , epilepsia, manía, melancolía, etc.) En rigor, rstas manifcsta- y envidia destructiva. Esta es la función del tratamiento psicoanalítico :
"ionC's últimas dependen del yo más integrado en su defensa ante la proveer una simbiosis que faltó o fue distorsionada, y esta función la
posibilidad de ser inrndi<lo por el núcleo aglutinado. cumple fundamentalmente el encuadre, en el cual se incluye indudable-
En las personalidades ambiguas (que, como hemos visto, se consti- mente el rol del analista. La ambigüedad y su persistencia "embotan"
tuyrn o estructuran según cuatro tipos fundamentales ya descritos) , existe las situaciones persecutorias (dadas básicamente por la avidez y la envi-
una falta de persistencia consistente e integra da de núcleos de identifica- dia), no discriminándolas, no reconociéndolas (paralizando la entrada a
ción y falta de internalización de un yo discriminado, todo ello conjunta- la posición esquizoparanoide). De ello resulta un fuerte estrechamiento
mente con una discriminación deficiente o inexistente eiitre el yo y los del yo y una conciencia brumosa (que no es confusión).
objetos, el esquema corporal y el mundo extf'rno, horno y heterosexúali-
dad, cte. Helaciono estos cuatro .tipos de p ersonalidad ambigua con la Ejemp lo Q: En el tratamiento (que he supervisado), un paciente de 29 años,
falta, en la más Ü'mprana infancia. dl' depositarios "confiables", que homosexual pasivo, con una personalidad ambigua, muy inmaduro y de gran depen·
tendrían que haber cumplido dos roles fundamentales: uno, el de servir dencia, logra avances considerables en varios años de tratamiento y establece una
de depositario a la parte psicótica (ambigua) de la personalidad y, relación heterosexual de características muy inestables altamente paranoide. Su pá·
segundo, y en función de lo anterior, permitir la interiorización por una nico eclosiona cuando su novia comienza a tener orgasmos y él a sentirse enorme·
discriminación el"' la experiencia de obj etos y de núcleos del yo; es decir mente exigido con su avidez proyectada en su novia y en el terapeuta.
que el yo del depositario no ha sido eficiente como un yo supletorio que En ese período, tiene una pesadilla en que alguien lo quería matar y él se abrazaba
devuelva ''sentidos'' o ''significados''. y que al mantener ''fijada'' la n su novia, en el sueño, para tranquilizarse.
ambigüedad pueda permitir identificaciones estables. El terapeuta le interpretó que él se aferra a su parte femenina y ál terapeuta
Si bit>n, por una parte, podemos reconocer en la personalidad ambi- C\uando se siente en peligro, porque teme que lo mate, desde dentro, su propia exigen·
gua este dl>ficit de un depositario "con fiable" (y sus consecuencias) por cia y avidez.
otro lado, estrechamente ligado a lo anterior. se encuentran antecedentes Contesta que, de chico, cuando alguno de sus dos hermanos mayores le pegaba,
de haber sido chicos " muy buenos ", que no se quejaban, y al mismo <' I se abrazaba a ellos para impedirlo.
tiempo de una gran aYidez. Es posib le que no sólo se pueda tratar de un El terapeuta le interpreta que ésa es la función de su homosexualídad: ape·
incremento ele la a\'idcz. sino que la falta de un depositario confiable gnrse a su parte femenina para evitar ser destruido por su avidez agresiva y des·
resulte <'n una dificultad o im.pedimcnto de enfrentar esta avidez o envi- t rue ti va.
dia, que purden ser intensos en relación a la falta de integración del yo. El paciente asocia con que fantaseó tener un cáncer en la garganta, y se le
Hay aquí una situación rxtraiía, rn que no rxistc aYidez ('11 tanto no se Interpretó que lo que controla en la homosexualidad es, en su fantasía, tan destructivo
organiza r integra el ~·o del sujeto, y fi:<'ntc a una cierta organización del como un cáncer.
mismo. oenrrc una regrc•sión ante la avidez intolerable que se suscita con Responde que todo esto lo deprime mucho y el terapeuta le interpretó que él
su organización. De tal manera, no creo que la aYidez y la e1widia sean pr!'ficre estar deprimido y no asustado por lo destructivo que aparece dentro.
causas de la ambigüedad, aunque ciertamente inten·ienen. En ese momento el paciente dice que fantaseó muy rápidamente que .el terapeuta
A Yeces no se trata solamente de la falta de un depositario "confia- hi introducía el pene en el ano.
ble", sino de frecuentes cambios de las personas eneargadas de la crianza Se le interpretó que ahora trató de hacer lo mismo que hacía con sus hermanos
del niño, de tal manera que no existe una persona (depositaria) confiable pnra defenderse porque se sintió atacado; el paciente contesta sentirse confundido,
y dnradera, y el problema de la carencia afectiva tiene ar¡ní un sentido y que ahora ya no sabe si está deprimido o asustado.
partieular, porque pueden no faltar afecto y cuidados y faltar una expe-
riencia continuada o mantenida con una persona (un solo depositario). En la homosexualidad de este paciente, él trata de controlar tenden-
Con frecuencia sr enn1entran tarnbii'~n t'll los antecedent es, sitna<:ionps 1·ins muy destructiYas ligadas a su voracidad o avidez. Pero lo que quiero
traumiíticas muy serias: abandonos, muerte de hermanos o padres, psicosis Ht'iialar básicamente es el significado y el papel que juega la simbiosis:
en un mi('mbro de la familia, etc. una forma de seguir apegado al depositario para que no aparezca la des-
En todos los casos de ambigüedad no se ha logrado una interioriza- tructividad consiguiente de su avidez.
ción y una discriminación del yo y objetos de manera estable, porque si La simbiosis (con la ambigüedad que es su característica) no es -en
se hubieran logrado la discriminación y la interiorización. hubieran tenido HI misma- una defensa frent e a lo peligroso, pero puede sí apelarse a
que enfrentar experiencias altamente persecutorias, y por lo tanto muy nlla como defensa, por medio de una regresión. Lo pehgroso aparece S'i
destructivas. El niño necesita de una siombiosis segura t¡ue le permita 1111 .~ep aran, y por eso no pueden separarse.
212 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 213

La ambigüedad reside aquí en que se abraza, pero para no ser des- simbiótica ha sido deficitaria, distorsionada o excesiva (como en este
truido, para embotar la destructividad de su avidez.
caso ), hay un escape prematuro de esta simbiosis muy agobiadora, con el
El que la ambigüedad pueda aparecer -por regresión- como defensa resultado de que la simbiosis no queda resuelta o satisfecha : la ambigüe-
frente a la persecución no debe hacernos suponer que ésta es también la dad se organiza entonces en "ficticidad ", o en un "yo fáctico", o en la
dinámica de la ambigüedad primitiva (de la simbiosis primaria ). Hay actuación psicopá.tica, o en los otros tipos ile organización de la ambigüe-
también otros peligros que residen en la relación simbiótica misma y de dad que hemos visto, que constituyen •· '. •·. ;,; maneras de mantener la sim-
los cuales el sujeto huye, tal como en el ejemplo siguiente: biosis en la forma más aceptable o menos destructiva y también más
Ejemplo .R: Relata que se siente muy irritable con sus hijos y reacciona vio- protectora que pueda admitir.
lentamente; le interprato que está irritado porque frente a un viaje que realizaría La diversificación de vínculos es importante en la resolución de la
muy próximamente él siente que sus hijos le exigen ser un padre y siente que le simbiosis y en esto hay que tomar en cuenta la intervención del padre y
exigen quedi,rse, sentimientos que a él le resultan muy difíciles de tolerar, en función hermanos. En una buena relación simbiótica madre-hijo, la intervención
de que su padre lo soir.etla también a frecuentes frustraciones y ausencias. del padre ayuda a resolverla, pero en la mala relación simbiótica madre-
E l paciente aso<.:ia entonces con que tuvo que entrar a una tienda de artículos hijo la diversificación de vínculo no sólo no ayuda a elaborarla sino que
para mujeres y que él entró fumando en pipa para que se diesen cuenta de que él la profundiza o afianza, haciendo, en todo caso, que apa.rezca con una
no es una mujer, como afirmando su hombria. Le recuerdo que le ocurre ahora como estructura diferente.
en la época en que, siendo chico, él quedaba frecuentemente solo con su madre y que La estructura edípica que encontramos en estos casos es siempre
entonces la madre lo llevaba a un club y lo introducla en el vestuario de mujeres, muy compleja: madre conteniendo al padre, pareja fusionada y la propia
donde él veía much:is mujeres desnudas, y que al sentirse ahora exigido por sus fusión del sujeto con el cuerpo de la madre. En mi opinión, no se trata
hijos de ser un padre, esa exigencia lo irrita porque se siente de golpe absorbido y fundamentalmente de vínculos sexuales, sino de vínculos interpersonales
metido dentro de su propia madre. complejos en los que predomina la fllsión primitiva y la falta de discri-
Él niega la interpretación y habla luego de la sa tisfacción que tiene ahora en minación. Una relativa "solución" o distancia en esta fusión la introduce
hacer cosas pequeñas, hobbies de distintos tipos, y describe ias actividades recrea· la discriminación que pueda alcanzar una zona corporal, que sirve enton-
tivas que ahora lleva a cabo en su casa, pero de pronto se interrumpe y dice que ces de control -relativo-- de esta fusión primitiva. La genitilización
se siente muy agobiado, que se ha ido agobiando progresivamente. precoz, que a veces se reconoce en estos pacientes, no sería causa ni con-
Se le intcrpret"' que al dejar de lado las exigencias externas, él se siente ago causa de la no resolución de la situación edípica primitiva, fusionada,
biado desde dentro por su madre, que le impone ser mujer, estar entre mujeres y sino inversamente, una tentativa de discriminar una zona corporal y
también ocupar el lugar de su padre excitándose con ella. utilizarla contra la fusión primitiva.
En su trabajo ''Homosexualidad y confusión'', M. Baranger descr ibe
E ste es un paciente organizado sobre un yo fáctico, con actuaciones algunas características que creo también muy típicas de la persistencia
psicopáticas muy frecuentes, de tal manera que se siente siempre exigido simbiótica (en la simbiosis o en la ambigüedad clínica), a saber: padre
y trabajando. Cuando me quiere demostrar lo contrario (que él ahora ausente y madre sobreprotectora, frecuentes cambios de lugar de residen-
no se exige y no se siente exigido), empieza a sentirse agobiado, es decir, cia, limitación de la relación social del niño, lo que hace que éste quede
queda absorbido por su madre, por la relación asfixiante con ella y con ''encerrado'' dentro de la madre, con carencia de iniciativa propia, some-
todos los peligros consiguientes, los de perder definitivamente a su padre, tido a las imposiciones de la madre a t ravés de reglas rígidas y estereoti-
reemplazarlo, y por la culpa y las consecuencias de reemplazarlo. padas sin lugar a la posibilidad de manifestaciones espontáneas; esta
Esto haría pensar que la facticidad, por lo menos, o la ambigüedad actitud de )a madre se complementa con la falta o carencia de relación
en general, se relacionan con un escape permanente de una relación sim- afectiva y de contacto dire<oto, personal, corporal, con la madr e.
biótica muy a bsorbente y peligrosa y que resulta agobiante: si se detiene La ausencia del padre puede ser real, en el sentido de que el padre
en este escape, queda totalmente anulado y agobiado dentro de la madre. no esté, o esté muy esporádicamente en contacto con el niño, pero en
Pero la relación absorbente y peligrosa tampoco explica la ambigüedad;
explica, sí, la persistencia de la misma o su no resolución 29 • otras oportunidades esta falta del padt·G puede deberse a una no inter-
venci ón de éste y un dejar al niño totalmente en relación y dependencia
La paradoja es que, para resolver la simbiosis, debe haber una buena
relación simbiótica que satisfaga dicha necesidad. Cuando la relación con la madre.
E l niño no encuentr& en el pad.r e un apoyo o una identificación sufi-
29 M. Abadi (1962), ha subrayado una imagen de "madre terrorífica", anterior ciente como para separarse o para salir del encierro en el cual se encuentra
a la etapa oral, y en r elación con la fantasía de cautiverio. dentro del cuerpo de la madre.
214 JOSÉ BLEGER SBlBJOSIS Y Al\IDIGÜEDAD 21.í

Si esta situación de encierro dentro de la madre se mantiene, es posi- primera entrevista y dr la~ sr~ione~ dP com ienzo , <lurn.ntr los prim r ro~ mr~e5', f'J'rt
ble que el niño establezca ciertas relaciones y i;iertp d esarrollo de su yo i'rrmanrutemente que él tenía que ddinirsc, en el sentido de que si rra homosrxual
fuera del contacto con la madre, pero manteniendo un fuerte núcleo sim- quisocra vivir su honw,exualidad co n placer y co n total nrcptación y no <'On el Rufri-
biótico que luego puede aparecer como núcl eo psicopático, perverso, hipo- 1riif'nto que le reportaba. Es drc•ir, (•1 vPnía al análi:·d~ n busrnr una <ll'fini ción: a
condríaco, etc. Si este niño trata de escapar y permanentemente escapa 1·11tr0garsc totalmente a r-; u homo~(·xua.liilnd o l•if'n a configurar su lu•tPl'OH'XWl. l iclad.
del encierro dentro de la madre, el r esultado es una fluctuación perma-
nente de contactos esporádicos sin la organización de núcleos de identifi-
La falta de padre, o la ausem·ia del mismo, es lo r1ue seguramente
cación estables, en cuyo caso se produce la personalidad ambigua o los
1nmbién IleYa a que una madre tenga una actitud fría, distante e impera-
rasgos ambiguos de personalidad que he descrito en sus distintas formas. ! iva con su hijo, dado que , s!'guramente, a trav\>s de esa actitud trata
Sin embargo, desde el punto de vista psicológico, parece jugar una rpactirnmente de controlar su tend!'ncia a Ja intimidad física con !'l hijo
importancia fundamental el carácter particular de la escena primaria, o e· omo re!'mplazo de sn propio esposo, ·ya qn!' si falta un padre para el
sea, la formación v la estructura del complejo de Edipo. Existe un fra-
hijo podPmos inferir qu e también falta nn wrdadero marido para la
caso en el . establecimiento de la situación triangular, un fracaso en la madre.
inclusión del padre entre la madre y el niño, lo que aparece como un
El sujeto simbiótico, tanto como la personalidad ambigua , no a ll'an-
déficit de discriminación entre a mbos padres entre sí y en relación eon el
z1m a estr u ctun1r PI complejo dn Edipo en su forma triangular: no han
sujeto. La constelación edípica tan particular hace que el niño se vea
podido sepHrar la pari·.ia parrntal eombinada , no han podido incluir ni
imposibilitado de distribuir sus conflictos entre sus padres, es decir d e
lerce ro, lo eual ha irnpc>dido tamhién Pl <•stable•cimiento, entre e l sujeto .'·
establecer la posición esquizoparanoide y la posibilidad de contrarrestar el
s 11 madre. de una r e lación Pntre dos p er sonas. de tal nnrnrra qi1r (·l.
uno con el otro, estableciendo la contradicción o los términos antinómicos
l11nto co mo su padre". apar<'l'<'ll siernpr<' fusionados eon sn madrr. o birn
de un conflicto; de tal m a nera que el conflicto (posición esquizopara- " tragados" o incluidos dt>ntro drl cuPrpo o del intPrior df' la madrr. La
noide) no alcanza a aparecer o a configurarse, y la situación edípica apa- inclusión de l padrp - c·ua11do ello S<' obtiene- ne¡ se~ da - para r l chie~o-
rece como una constelación no discriminada entre el sujeto y la madre,
1·omo la inclusión de 1m t ercern r11 una r!'lal'ión de• dos. s)no co rno 1in diseri-
entre su cuerpo y el cuerpo de su m adre. Doy - de es ta manera- mucha
111 inar dos p ersonas , y a sí mismo , de 11na pri111iti1·a fnsic'm con 111 mfldrr .
importancia al logro de la situación edípica triangular en el progreso a la
posición esquizoparanoide. El sujeto co n ex trema ambigüedad trata d" r e producir ""ªs
situa-
1· ionrs de una 11H11wra cornpulsiYa, pero sirmprc frae·asa en su resolución;
1 rata de r<>producirlas. spg11ra111ente para sol'ueio11arlas, para tr.rminar
Ejemplo 8: En uno de los casos que he tenido en supervisión, se trata ha rle
discriminiindolas, ¡w ro la forma. eorno las reprod11ce d!'trrmina también el
un homosexual que hasta la edad de nueve años había dormido en la misma cama
l'rar·aso de Ja dis<-ri111iuaeiú11 (!p la sitnae·ión ambigua primitiva.
con sus padres, entre ambos. Recuerda que, algunas noches, los padres le decían que
durmiera en un costado de la cama y no en el medio, lo que para él hacía evide nte Volviendo al historial vlí11i co (}11<' Pstudia l\1. Da rangrr. qnf' tirnr
que los padres esa noche iban a mantener una r elac ión sexual. En otras oportunida- 11111eha si mi lit ud <·011 PI e·.aso dP horuosc>x ualida;l qtll' he supPrYisado. la
des, era él quien preguntaba a los padres si esa noch e él t enía que dormir en un l'i11aliclad de Ja eomp11lsiún homosr.x11al 1nwue no sr.r PI acto homosPxnal
costado de la cama o en el medio, como un intento de co ntrolar la relación snxual 1•11 sí mislllo. sino los pr<'li111i11an•s <l<'l ado ..'· por l'SO Sl' i11t1•1T11111pP11 las
entre sus padres. l'n11tasías .r S<' inte•rr11m¡)(• PI e">i1o hon10s1'Xllal, o hi<'n (·ste resnlta total-
1111•1111' tlispl11e·.e·11fl'ro . El pat•i1·111"c~ t r(~S 411e e•studia :\I. Üaranger, en 1111
Este paciente, además de presentar actuaciones homosexunl Ps compul s ivas, tenía
1110111P11to dado corta la f;rnt;rsí a para nil wr a l'lllpezarla cambiando los
una personalidad muy poco desarrollada, infantil, con rasgos histér icos y maníacos,
de•l 11 ll1•s. y así rl'pdidas ,.l',·<'s: "Hila Posa qtw nw excita hast11nfl' ps e11<rn-
pero fundamental y esencialmente ambigua. Y aquí podrían coincidir las dos carac-
d o la sit11a<" ieí11 til'nr 1111 e«tr<Íe·.ll'r ambig110. Claro qn r. yo lo sC., me t•stoy
terísticas, en cierta manera distintas, que hemos podido "stablc"cr para el caso de la
1•11 ga iín11do pero 1•s 1rnís r.xeitanh~ !'.l1ando no e·s drfi11ido. Por rso prohahle-
simbiosis y para el caso de la personalidad amhigua, ya que la persistencia ª" una
1111•11le~ no tellgo fantasías <>n qn e se n•aliza. (r.l acto homosexual)., pierde su
escena primaria no discriminada aparece en su propia relación homosexual en forma
111 nrc·.t iYo ]11 sit11<1 eiú ll . .. "
de una parte cliva.d a de su personalidad, pero, por otro lado, la ambigüedad no sólo
persistía en este núcleo homosexual clivado de su personalidad, s ino que tamhién En d pal'Íe~ 11t<' d,·I EjPmplo S. s<' e ~ nvo11traba también una sit11aeiú11
persistió en toda la estructura de su personalidad a través de U!) cie•rto control de Ja Mi111ilar. y la eseena prin111ri11 e·on sn «aráeter no difwriminado, !'rll rrpro-
escena primaria y un escape p ermanente de la misma. d111·.ida también PU Sil propio e·11prpo l'll 11na situación de rxtrema. ambi-
f(l l<·d11d: a se masturbaba ¡nrnil·1Hlo Sil propio Pi'!)(' en(rp SllS pie•nrns
El paciente que estamos considerando vivía todos sus episodios homosexua]P,s
.\' (· I e:urnplía ambos pa¡wl<'s. fp1111•11ino .v mase·ulíno, es decir d pa]H'I d1·
rn forma compulsiva pero ego distónicas, d~ tal manera que una de las quejas de su
111 rcr adre y el padre <'11 1'01·111a e·011junta, nrnnkniendo el ¡•arí11·ter ambi -
216 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 217

guo de la relación en la cual él era el padre y la madre al mismo tiempo, internalización de la avidez, la envidia y de situaciones altamente perse-
no diferenciados uno del otro ; pero lo básico es que él no era él, él era cutorias y desorganizadoras, mientras que en la regresión se pierde defen-
tanto el padre como la madre sin llegar a ser él mismo en ningún momento siva.mente una discriminación ya adquirida (para ese sector del yo y la
por este sincretismo de la escena primaria. realidad).
M. Baranger estudia su material clínico como una situación confu- Hay en esto dos situaciones diferentes que necesitamos aclarar: una,
sional, y al respecto he aclarado reiteradamente que no creo que en estos aquella en la cual, frente al incremento y al peligro de confusión, se trata
casos sea correcto hablar de confusión sino que corresponde hablar de de salir de la confusión mediante una situación persecutoria o la elección
ambigüedad, tal como, por otra parte, lo describe el propio paciente que o configuración de un objeto perseguidor en el mundo externo ; en '' Intro··
presenta la autora. ducción al psicoanálisis", al estudiar la angustia, dice Freud que "el
Se constata permanentemente en la personalidad ambigua una falta de hombre se defiende contra el susto por medio de la angustia'' ; aquí se
vivencia, de exl?erimentar o sentir que él vive dentro de su propio cuerpo podría decir que se defiende del susto y de la angustia con el miedo (con
porque, en realidad, él vive dentro del cuerpo de la madre, pero sin la persecución) ; una segunda situación diferente ocurre cuando la situa-
discriminación del propio ni tampoco del cuerpo ajeno. Una fantasía ción persecutoria es muy intensa y entonces el sujeto tiende a defenderse
permanente, en el Ejemplo S., era la de que al caminar por la calle, bus- de ella mediante la ambigüedad. Esto parece una contradicción, pero en
caba con frecuencia, con la mirada, un hombre que le gustara, para ima- el primer caso estamos hablando de cómo se defiende un yo más integrado
ginarse metido dentro del cuerpo de ese hombre, y tratar de sentir qué de la confusión cuando puede ser, o es, objeto de la invasión y desorgani-
es lo que podría sentir ese hombre, como un intento de estructurar la zación provocada por la irrupción del núcleo aglutinado (ambiguo), mien-
vivencia de su propio cuerpo y poder vivir dentro de su cuerpo y no tras que en el segundo caso se trata de un yo muy precario que tiende
dentro del cuerpo de la madre. , a defenderse mediante la ambigüedad de la situación persecutoria que
En su trabajo "Homosexualidad y confusión'', M. Baranger dice: sería muy desorganizadora; es decir, se embota la persecución. La clínica
''se puede considerar la situación confusional, aunque no se estructure nos ofrece muchos ejemplos de "embotamiento", con la utilización de la
como una "posición" en el sentido de Melanie Klein, como una serie de ambigüedad frente a la situación persecutoria; uno de ellos es el intento
estados intermedios entre posición esquizoparanoide y posición depresiva. de "mantener las apariencias", que consiste en un comportamiento "como
Estos estados parecen corresponder a la fase del desarrollo instintivo si no pasara nada". Otro tipo de fenómeno de embotamiento lo tenemos
descrita por Paula Heimann como una fase perversa polimorfa". cuando el sujeto está viviendo una situación muy persecutoria presente,
Las situaciones confusionales se deben a la i:avasión del yo por parte pero habla de ella en tiempo pasado. Un tercer ejemplo de embotamiento,
del núcleo psicótico de la personalidad, y la fase perversa polimorfa también por regresión a la posición glischro-cárica, lo observamos cuando
corresponde -según mi opinión- a la reinstalación de la ambigüedad, el sujeto recurre al autorreproche y a la autodesvalorización; esto apa-
y -en tal sentido- considero la fase perversa polimorfa como una regre- rece claramente en una paciente cuyo padre acaba de enfermarse gr ave-
sión o persistencia de la posición que he denominado posición glischro- mente, y se ve entonces, en las sesiones posteriores, que su autorreproche
cárica. Y lo mismo ocurre normalmente en la adolescencia. y desvalorización y su enfatizar la culpa intenta introducir una situación
de ambigüedad frente a una situación enormemente persecutoria de carác-
14. FUNCióN "EMBOTADORA" J)E LA AMBIGüEJ)AJ) EN LA REGRESI(IN ter edípico 30•
Un cuarto ejemplo, bastante frecuente, de esta regresión y utiliza-
La función ''embotadora'' de la ambigüedad la vemos también en la <!ión de la ambigiiedad como embotamiento de la situación persecutoria,
r egresión a la posición glischro-c:írica en el curso de las sesiones psicoana- He halla en una paciente que al entrar al consultorio se encuentra con
líticas : cuando aparcren situaciones altamente persecutorias, que el sujeto otrn. persona de la cual ella había estado ha.blando durante mucho tiempo
no puede enfrentar porque se desorganizaría totalmente o entraría en una Pll sesión, con mucho miedo; el encuentro con ella era de esperar resultara
disolución psicótica, entonces embota la contradicción o la persecución mny persecutorio, sin embargo la paciente lo cita muy de paso y después
que está viviendo, !'egresando a la ambigüedad. diec que se le ocurren centenares de ideas y no sabe por cuál de ellas
Si. bien en la regresión la ambigüedad es la puesta en juego de un mllpezar; ese ''centenar de ideas'' tiende a una dispersión, a la introduc-
nivel primitivo de organización (que corresponde al "yo sincrético ") t• i 6n de 1a ambigii.edad justamente para no enfrentar la situación alta-
frente a situa<Üones persecutoi:ias muy intensas, no podemos, creo, exten- n1Pntc persecutoria.
der 8ste esquema a la génesis de la ambigüedad misma y a su persistencia,
porque en la ambigüedad y en su persistencia se trata de un déficit de 30 El fenómeno de la melancolía ha sido ya expuesto en capítulos anteriores
discriminar.ión, dado que la discriminación obligaría a la n!l:iri. iA11 e
1
1·1111111 un núcleo ambiguo (aglutinado).
SI111BIOSIS Y A~IBIOÜEDAD ~19
218 JOSÉ BLEGER

está discrimiI1aclo lo abstra cto de lo concreto ai. Es una variante del


La ambigüedad puede servir para amortiguar y no hacerse cargo del problema de la ecuación sü;nbólica.
insight . 1\sí, una pnciente , en oportunidades en que traía material angns-
tiante. se tomaba en broma (se "cargaba" a sí misma, como dijo ella
rn mm oportunidad) , ~· en otra sesión recordó cómo una vez relató un 15. COMEXTARJO DE LA BIBLIOGRAFíA RELACIOXADA
suceso tomando en broma y causándole gracia, y que ahora (debido al COX LA Al\fBIGüEDAD
análisis de esa ambigüedad) , relatando el mismo material, se angustiaba H. Deutsch, en 1924, describió un tipo de perturbación emocional
y lloraba . en el cual la r elación con el mundo externo y con el propio yo aparece
Otra modalidad en la cual se utiliza la regresión a la ambigüedad como empobrecido Q ausente, y que se presenta bajo diferentes formas.
es el caso de un paciente que siempre ha vivido con un fuerte sentimiento Denominó a este tipo de personalidad "como si" (as if) , y lo justificó
de falsedad impresionando bien a la gente, ocupando buena parte de su por el hecho de que el obscrrndor recibe la impresión de que la total vida
tiempo en impresionar bien, p ero a su vez sintiéndose profundamente de r elación de estas personas tiene algo de falta de genuinidad, y que pese
malo y drspreciable e inútil; utiliza entonces la disociación para mantener a que parecen normales, no tener _transtornos de comportamiento, estar
la ambigüedad, de tal manera que cuando se le interpreta una cosa él conservada la capa cidad intelectual y las expresiones emocionales bien
muestra la otra, y recurre a la primera cuando se le muestra la segunda. ordenadas y apropiadas, presentan algo de " intangible e indefinido"
Si se le interpretan ambas cosas en forma conjunta entonces pasa que invariablemente lleva a Ja pregunta de ''qué es lo que anda mal en
a una tercera, y así s ucesivamente, dando la sensación contratransferen- ellos". Para el analista se hace claro que a todas las relaciones de este
cial de inasible, dado que funciona con un alto grado de ficticidad, de t ipo de personalidad les falta calor, que sus expresiones emocionales son
tal manera que siempre tiene otro núcleo del yo en el cual evadirse y formales y que toda experiencia interna se halla completamente excluida.
mantener la ambigüedad y no enfrentar ninguna contradicción. Aparentan como el desempeño de un actor técnicamente bien entrenado
Pacientes que utilizan la contradicción y la disociación los hay con pero que le falta algo de la vida real.
mucha fr ecuencia en la clínica, en algunos, permanente. y en otros, Describe también que en la personalidad ''como si ' ' no existe la
esporádica. represión sino una falta de catexis de objeto; su apar ente relación nor-
mal corresponde a las imitaciones de los niños y es la expr es ión de la
Otro tipo de "amortiguación" por medio de la ambigüedad se
i.dentificación con el medio, un mimetismo que resulta en una buena adap-
encuentra en un i1so especial de las palabras; un paciente r econoce ahora
tación hacia el mundo de la rPalidad a pesar de la ausencia de catexis
que la enfermedad que tuvo su padre <mando él era adolescente consistía de objeto. Agrega la autora que presentan ademús una actitud comple-
en una psicosis, pero no utiliza dicha palabra, sino que dice, por ejemplo : tamente pasiva hacia el medio, con una gran plasticidad para moldearse
"Cuando mi papá estuvo enfermo .. . " Otro paciente, para r eferirse a n.I comportamiento y que son capaces, en esta plasticidad, de una gran
su casamiento dijo: "Cuando yo cambié de estado civil ... " l'idelidad, pudiendo cualquier objeto servirles como im objeto de identi-
En todos estos casos se trata de la función amortiguado ra o defensiva fi cación. Las mujeres con esta personalidad aparecen como la quinta-
de la ambigiirdad; impedir el desarrollo o aparición de tendencias que esencia de la devoción femenina, característica que está particularmente
serían desintegrad oras. o bien " embotar" situaciones y afectos que serían dada por la pasividad y la rapidez de la identifi cación ; sin embargo, la
muy p ersecutorios y pdigrosos. En algunos casos se trata de evitar la cnrencia de una relación afectiva verdadera trae un vacío en la atmós-
aparición o forma ción dt>.1 peligro. mientras que, en otros, éste ya existe l'o ra emocional y se ven rápidamente llevadas a una ruptura de la rela-
y la ambigüedad lo embota. En el primer caso. es importante subrayar 1·i611 . Cuando esto ocurre, la persona abandonada tiene una explosión
que el pe ligTo 11 0 existe psicológicamente para el sujeto mientras se man- 11i'Pctiva que es también " como si", con una franca ausencia de afecti-
tenga en la ambigüedad, y sólo aparece o se genera cuando intenta salir vi dad y, en la primera oportunidad, el objeto es cambiado por uno nuevo
de ella. (En el Capítulo fV he descrito cómo la envidia aparece cuando ,v l'I proceso se repite.
se ha tomado cierta distancia con el depositario y cuando aparece la g¡ mismo vacío y carencia de individualidad que es tan evidente en
diferencia y discriminación entre yo y objeto, y entre objeto interno y In vida emocional aparece también en la estructura moral; aparecen como
depositario.) 1•111·m1tcs de principios propios, y sus ideales o convicciones son simples
Este "embotamiento" significa siempre una restricción o limitación
del yo y del mundo externo, con la existencia de una "conciencia bru- !1 1 En el apéndi ce del tomo I ele los "Escritos psicológicos ele G. Po litzcr" he
mosa'' para parte o la totalidad del yo. 1!1 l'or0111:i11d o nbstraccionismo eln abstracción. El primero es siempre ambiguo y cm
lt11l 11do o embotador (de lo ahstracto ~' lo <·o ne reto ), mi•' ntras que la abstracción se
La ambig üedad implica siempre el mantenimiento o transformación li11 l l1L d lscrimi nada de lo concreto.
de los sucesos, de los objetos y del yo, en un abstraccionismo en el cual no
220 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 221

reflejos de otras personas, buenas o malas. Adhieren fácilmente a grupos rosas identificaciones llevan a una disrupción del ego; esto puede desem-
éticos, sociales o religiosos, para dar contenido a su realidad y a su vacío bocar en nn cuadro manifiestamente psicopatológico; o los conflictos
interior y establecer un cierto valor para su existencia por identificación. entre las diferentes identificaciones pueden asumir una forma que no
La autora señala también que la adhesión a una filosofía puede ser necesariamente tiene que ser designada como patológica.
rápida y completamente reemplazada por otra, inclusive contradictoria, Khan, en un trabajo presentado en el XXI Congreso Internacional
sin la aparición de una real transformación interna y solamente como de Psicoanálisis y publicado en 1960, se propone presentar un nuevo tipo
simple resultado de .un reagrupamiento accidental. de paciente y darle un status clínico con sus propios derechos y especifi-
Una segunda característica de estos pacientes es la gran 'Sugestibi- cidad; relaciona dicho nuevo "modelo de paciente" con la descripción de
lidad, fácilmente derivable y comprensible, de todo lo que se ha dicho la personalidad esquizoide aportada por Fairbairn tanto como con la
hasta ahora; muchos actos criminales atribuidos a un ligamen erótico son personalidad ''como si'' descrita por Deutsch en 1942, con un tipo de
debidos a esta pasiva rapidez en ser influidos. Otra característica personalidad con ''falso self'' descrita por Wínnicott en 1956 en su
de esta personalidad es que las tendencias agresivas están completamente artículo '' On transforence'' y con los aportes de Erikson, Anna Freud y
enmascaradas por la pasividad, que los lleva a una bondad negativa que Greenson.
fácilmente se convierte en dañosa. Su aporte se refiere básicamente al estudio de los comportamientos
La autora reseña un conjunto de casos tle los cuales deduce, con~o más significativos de estos pacientes en la situación analítica, a su transfe-
factor común, una profunda perturbación del proceso de sublimación, rencia y a sus necesidades y demandas al analista; y describe las siguientes
que da como resultado una falla en la síntesis de las diversas identifica~ características :
ciones infantiles en una única e integrada personalidad, y en una imper- 1) en lugar de la transferencia, tienden a provocar o seducir al
fecta, puramente nnilateral sublimación intelectual de sus impulsos ins- analista;
tintivos; mientras que el juicio crítico y la organización intelectual pue- 2) en lugar de la. comu~icación, manifiestan una exhibición de conte-
den ser excelentes, les falta la parte emocional y moral. La etiología nidos psíquicos;
de estas condiciones está relacionada, primero, con una desvalorización
3) todos los afectos se presentan con una necesidad de descarga
del objeto que sirve como modelo para el desarrollo de la personalidad del
urgente, y tal como los describen Stone, Greenacre, Winnicott, tienen
niño, y esta desvalorización puede haber tenido sus fundamentos en la
necesidad de nuevos objetos y nuevas experiencias para poder experi-
realidad o, por ejemplo, frente al shock del descubrimiento del coito
mentarse a sí mismos como personas;
parental en un período del desarrollo en el cual el niño se encuentra en
4) su narcisismo tic.ne una patente cualidad deficitaria y es defensi-
lucha con la masturbación. Otra causa de esta perturbación emocional es
vamente enmascarado con técnicas seudoagresívas autocompensatorias;
la insuficiente estimulación de la sublimación de las emociones.
5) en lugar de iniciativa, se apoyan en la ayuda de los demás, que
La autora diferencia la personalidad "como si" de la histeria, por- ellos pueden siempre movilizar;
que en ésta las identificaciones son con objetos muy cargados con catexis 6) desde el comienzo, tienen gran urgencia por exteriorizar y por
libidinosa y la represión de los afectos los libera de la ansiedad y del nctuar sus experiencias pasadas y las tensiones en la situación analítica;
couflicto, mi.entras que en el paciente "como si" una primitiva deficien-
cia en el desarrollo de los afectos reduce los conflictos internos y conduce 7) explotan regresiones parciales del yo y del ello tanto como del
a un empobrecimiento total de la personalidad, que no ocu~re en la ~ 11peryó , con gran destreza, lo que lleva a dar a algunos de sus comporta-
111 icntos una cualidad psicótica; todo intento de reducir esta forma de
histeria. nu:mejo crea el pánico en ellos ;
El narcisismo y la pobreza en las relaciones objetales, que son carac-
terísticos de la personalidad "como si", trae a consideración su relación 8 ) necesitan del analista control y limitación. Ellos solamente tienen
con los defectos de la. psicosis, pero el hecho de que el sentido de realidad p11dazos de una variedad de experiencias incompletas de todos los esta-
esté preservado los aleja de la condición de una psicosis. En la personali- d ioN del desarrollo y es al analista al que ellos hacen sentir el miedo, la
dad "como si." los objetos siguen siendo externos y todos los conflictos r11.uiit y sus necesidades, la desesperación, el amor, etc.;
son actuados en relación con ellos. 9) incapacidad para tolerar la ansiedad, tratando de transformarla
Sin embargo, la autora señala su impresión de que el proceso esqui- 11 11 dolor psíquico, siendo adictos a este, dolor. Una segunda técnica para
zofrénico ha pasado por nna fase de "como si" antes de que se constru- 1111111ojar esta ansiedad es su transformación en un estado de tensión difuso
yan las formas delirantes. y (lX<:csivo;
I.1a autora cita "li:l yo y el ello'', donde l<'reud habla de una "per- 10 ) utilizan al azar mecanismos de defensa, en el sentido de que no
sonalidad múltiple'', como resultado de un proceso en el cual las nume- li 1ty unn especificidad consistente en los mismos. Las defensas más pro-
222 JOSÉ BI,EGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 223

minentPs que utilizan son: rl splitting, la desvalorización de los objetos En el mismo pannel, H. Tartakoff se pregunta si el fenómeno ''corno
tanto como de sns experiencias emocionales, las identificaciones proyecti- si" no tiene su génesis en la fase de separación-individuación de l\IahlPr;
vas y la idealización. Señala el autor que es necesario evaluar sus meca- además diferencia identificación primaria, que se refiere a la imitación y
nismos y discriminar en ellos la función defensiva de los aspectos comu- al mimetismo o al seguir el comportamiento del líder, que no implica inter-
nicativos; nalización, de la identificación secundaria, que se refiere a las identifica-
11) en relación con la idealización como defensa, Pl autor señala que ciones del yo y superyó que llevan a un cambio estructural; y que en la
tienen una alta organización del yo y que esta formación psíquica tiende personalidad "como si" las identificaciones parecen pertenecer al tipo
a manejar la frustración con los objrtos primarios, y que es un medio primario.
de establecer una estructura psíquica defensiva contra la realidad emocio- N. Ross sostiene que las personalidades "corno si" han pasado por
nal de Ja relación interpersonal. una pérdida de catexis objetales y su comportamiento es un simple mime-
El autor se pregunta si tenemos Pn nuestras concepciones teóricas y tismo basado en una identificación muy primitiva; la facilidad de identi-
en nuestro encuadre elínico los medios para numPjar las necesidades de ficación es tal que adquieren características caleidoscópicas en su compor-
estos pacientes, y considera de importancia los aportes, en las dos últimas tamiento, reflejando las personalidades de los individuos con los cuales
décadas, de la investigación que ha suplementado o completado la teoría entran en contacto. Y, corno consecuencia, estos pacientes no se desarro-
clásica, fundamentalmente en tres dimensiones: llan, no pasan del período de la imitación, precursor de la identificación,
a un estadio de verdadera identificación; no adquieren la capacidad de
1) el conocimiento de que, en el dPsarrollo del niíio, el yo y el ello ·
internalizar y fallan en la formación del superyó. En las personalidades
emergen de una matriz indiferenciada; "como si" todos los objetos son conservados externamente; y sostiene que
2) esto ha cambiado nuestro énfasis sobre Ja dinámica conflictual de fases de ''como si'' se presentan en la esquizofrenia y en la pubertad.
los procesos primitivos, especialm ente con los aportes de Hartmann y En su síntesis, Ross señala dos puntos: 1) que sería útil no aislar
\Yinnicott ; la personalidad "como si" corno un síndrome claramente diferenciado,
:.l) la emergencia del yo y el ello de una matriz indiferenciada ha sino considerar un espectro de estados "corno si"; 2) que la falta de
ampliado nuestra concepción del rol y la función del medio en la crista- afecto en la personalidad ''corno si'' puede resultar de la persistencia
lización de los primeros sentimientos del yo; por medio entiende la suma de una primitiva barrera contra las sobreestimulaciones.
total de los cuidados maternales de alimentación y relación afectiva hacia R. R. Greenson propone reconocer una variedad de estados ''corno
el niiío. si ''; muchos tipos caracterológicos presentan fenómenos ''como si'' y es
J. "\Y eiss resume un pannel de la Asociación Psicoanalítica Americana posible hablar de síntomas " corno si", de mecanismos "corno si", y de ras-
( 1965), dedicado a la clínica y a los aspectos teóricos del carácter ''como gos de carácter "corno si", y que todos estos estados tienen en común una
si", y en este pannel, S. Atkin retorna el artíeulo de Deutsch diciendo falta de genuinidad, una transitoriedad y variabilidad. Estos pacientes
que estas personalidades "como si" presentan: a) un primitivo estadio r egresan a una condición en Ja cual no pueden diferenciar las represen-
de relaciones sin constancia de objeto; b) desarrollo pobre del superyó taciones de objeto de las representaciones del self, y ambos, self y objeto,
con ansiedad objetiva predominante; e) prevalencia de los proeesos de están parcialmente fusionados y confundidos; confunden las identifica-
identificación primarios; d) falta de nn sentido de identidad; e) super- ciones con las relaciones de objeto y también con las identidades ( enti-
ficialidad emocional y poLreza general de afectos; f) falta de insight. dades). Como resultado de esta individuación pobre, Greenson afirma que
Esta última es nn aspecto del narcisismo de estos pacientes, pero el sen- los pacientes "corno si" sufren de un defrcto de autoobservación, aun-
tido de realidad Pstfr suficielltemeute preservado eomo para diferenciarlos que su sentido de realidad puede ser adecuado, y sostiene que la fija-
de los psicóticos, aunque Phyllis Greenaere opina que el sentido de reali- ción de estos pacientes ocurre alrededor del aíio y lllC'dio de vida, es decir
dad en el caritetcr "1;omo si" es defoetuoso. 1·11 el período que el niño se separa de la madre, y que lo central ('11 las
Atkin cita tambi(·n a M. Gitelson, quien, al exponer sobre el problema distintas formas del "como si" es el mecanismo de la negación.
de la patología del carácter, introduce una nueva dimensión, al tomar en H. Deutsch sostiene en este pannel que el "como si" es una modali -
CL1enta la notable rstaLilidad y adaptabilidad del carúcter "como si"; dad de funcionamiento del yo que aparece pn varias situaciones, norrn11 -
sostiene que ,,st;1 formación del carúctcr, antes ele ser una muestra de un lp:,; y patológicas. Diferencia el "corno si" como fenómeno psicolóirico
defecto o debilidad del yo, es una ex presión de nu desarrollo incompleto l r1tnsitorio, que es extremadamente común y casi universal, en coutrask
resultante de una falta de relaciom•s estables y de identificaciones compa- 11 "corno si" que se refiere a la estructura ele la personalidad, o a un tipo
tibles, y que para este autor. el yo es inmaduro, pero en su nivel de des- d1•Pinido que es raramente encontrado, y señala que desde 1932, en 33 años
arrollo está intacto. d11 práctica, ha encontrado un solo caso de personalidad que pudo con-
224 JOSÉ BLEGER

SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 225

i;;iderar como del tipo del "como si". En cuanto a los factores etiológicos,
eonsidera que los pacientes presentan ·una deprivación emocional en el
período más temprano de la infancia, perturbación en el balance de El trabajar con el concepto de ambigüedad permite caracterizar, a
gratificación y frustración en períodos primitivos del desarrollo del yo, mi entender, unitariamente muchos fenómenos, nos permite reconocer
con las consecuentes limitaciones y defectos del yo, y que el r esultado de distintos tipos de organización de la personalidad que se basan sobre dis-
estos defectos es la persistencia de identificaciones primitivas en las que tintos tipos de organización de la ambigüedad, y, en mi opinión, significa
la dependencia se expresa en una imitación como método de adaptación. un adelanto con respecto a las denominaciones utilizadas, tales como la
Insiste, además, en diferenciar la personalidad ''como si'' de otras de personalidad "como si" o "falso self" de Winnicott, ya que se trata de
manifestaciones en las que el "como si" es usado en un sentido más "como si" y de "falso self" solamente para la reacción contratrans-
amplio. Concuerda en esto con Katán, pero cree que el término "pseudo ferencial, pero en sus características el fenómeno, considerado en sí mismo,
como si" no resuelve el problema. no tiene nada de falso ni de ''como si'' ; son fenómenos genuinos en sí mis-
Atkin, en el cierre del pannel, sugiere que la concepción del ''como mos que deben ser caracterizados por sus propias cualidades. Además, el
si'' debe ser usada en tal sentido que preserve una entidad definida y trabajar con el concepto de ambigüedad permite el reconocimiento de este
separada, tal como la presentó Helen Deutsch en su trabajo originario. fenómeno tanto en la personalidad total como en los rasgos <le carácter
y en diferentes fenómenos normales y patológicos, problema L1 m· se ve
muy complicado si se trabaja con el concepto de personalidad · 'eomo
si", y que, por el contrario, se hace muy claro en el aporte, entre otros,
"'
La carencia o déficit de identidad señalada es correcta, a mi enten-
de Ross, cuando propone no aislar la personalidad "como si" como un
síndrome netamente diferenciado, sino considerar un espectro de estados
der, si se la analiza desde el punto de vista de la identidad o del sentido ''como si'' ; y lo mismo ocurre cuando Greenson, en dicho pannel, estudia
de realidad "convencional", o, en otros términos, tomándonos a nosotros
una variedad de estados "como si".
mismos como modelo normativo. En este sentido he optado por descri- El énfasis puesto por algunos autores (Greenson) en la .fusión o en
birla, no como una carencia de identidad, sino como una identidad particu-
la falta de discriminación entre la representación de objeto y las repre-
lar de la personalidad sincrética y como una identidad también particular,
sentaciones del self, y en el hecho de que self y objeto están parcialmente
pero en este caso grupal, en lo que he denominado la personalidad fáctica.
fusionados y confundidos, y el que estos pacientes confunden las identi-
En el pannel de la Asociación Psicoanalítica Americana resulta muy ficaciones con las relaciones de objeto y también con las identidades, me
llamativa la posición de Gitelson, que Atkin cita en su exposición, al sos- parecen hechos que confirman los puntos de vista sustentados por mí
tener que antes de considerar como defecto o debilidad del yo, esta forma- en el estudio de la ambigüedad.
ción particular del carácter es una expresión del desarrollo incompleto, Lo sostenido por H. Deutsch en dicho pannel, al afirmar que el
pero que el yo, aun siendo inmaduro, se mantiene intacto en sii nivel de "como si" es una forma de funcionamiento del yo que aparece en varia-
desarrollo; resulta importante subrayar esta afirmación porque es uno de das situaciones normales y patológicas, me parece una afirmación suma-
los aspectos sobre el cual he insistido reiteradamente, en el sentido mente importante, aunque no concuerdo con dicha autora en la frecuen-
de que debemos describir una tipología y no necesariamente una patología, cia escasa que asigna a los tipos definidos de personalidad "como si".
y que, por otro lado, esto no son diferencias de palabra sino diferencias Coincido con H. Deutsch en no aceptar el concepto de Ka tan de ''pseudo
metodológicas que creo muy importantes. Y lo mismo afirma Helen como si'', dado que éste no resuelve el problema y hasta lo complica,
Deutsch, en su artículo original, citando a Freud en su artículo ''El yo cosa que ocurre también con el concepto del "falso self" (Winnicott) y,
y el ello".
aun en la actualidad, con la denominación de personalidad "como si"
La ausencia de contradicciones en estos pacientes y la falta de una propuesto por la misma Helen Deutsch. De la misma manera, tampoco
transformación interna, subrayadas por Helen Deutsch, me parecen tam- considero correcta la posición final de Atkin, en el cierre del pannel,
bién muy importantes, tanto como la pasividad y la bondad reactiva; la cuando sugiere que la concepción del "como si" debe ser usada en tal
falta de una síntesis de las identificaciones infantiles es subrayada por sentido que preserve una identidad definida y separada, dado que no
muchos autores en este pannei, tanto como lo ha sido en nuestro ambiente podemos ni debemos seguir trabajando en psicología y psiquiatría dinámica
por M. Baranger. con el concepto de enfermedad como entidad, sino como organizacoines o
En el pannel resulta muy importante el énfasis puesto sobre el con- estructuras del comportamiento y de la personalidad, dinámicamente in-
cepto de constancia de objeto, pero señalo que este fenómeno falta especí- terrelacionadas entre sí, móviles y cambiantes; de otra manera, nos retro-
ficamente en la personalidad sincrética y no en la personalidad fáctica. traemos a la conccpcióu Kraepeliníana, entre cuyos defectos fundamentales
se halla justamcnt.11 11Htn co11ccpei6n de "entidades" nosológicas.

"'
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 227
226 JO SÉ IlLEGER

De esto se deduce que. para Bleuler, autismo y esquizoidia serían


sinónimos, ya que en ambos existe un desapego de la realidad y un pre-
El trabajo de Khan sobre el tema presenta complicaciones todavía dominio de la \'ida interior; pero , al respecto, se plantean muchas dudas
más problemáticas, cuando superpone, como correspondientes a un mismo especialmente aclaradas por Minkowski en su libro La esquizofrenia. en
"modelo de paciente'', la descripción de la personalidad esquizoide de el cual postula que existe una actividad primitivamente autística ~- que
Fairbairn con la personalidad ''como si'' de Deutsch, con el ''falso self'' por haberla descuidado "se ha estado inclinado a identificar el autismo
de Winnicott y con los estudios de Greenson. con la interiorización, con c>stados pasivos de ensueño, con una absorción
Especialmente, creo que no se puede superponer la personalidad dr la personalidad por la vida interior, lwcha de complejos. de factores
esquizoide descrita por F airbairn y la personalidad "como si" descrita imaginarios". Coincido con este último autor c>n no identificar autismo
por Deutsch, puesto que la primera se caracteriza por tres rasgos funda- eon interiorización, ya que el autismo pll<'<le existir con la interiorización
mentales o prominentes, a saber: actitud de omnipotencia, aislamiento o sin ella, o, mejor dicho, con la introversión o sin ella, o sin el desapego;
y desapego y una preocupación por la r ealidad interna ; características hay muchas actividades autísticas que no están acompañadas por un
que no aparecen en la personalidad "como si'', ya que ésta es todo lo desapego de la r ealidad externa ni por una introversión, y el mundo
contrario del aislamiento y 'desapego, y la realidad interna no ha sido · externo es totalmente organizado de manera autista sin que ello signifi-
estructurada. que, a mi entender. una interiorización en el sentido de un desapego de
Si desde el punto de vista clínico, al que me he r eferido recién , hay la realidad externa y en el sentido de una proyección de la vida interior.
diferencias que impiden superponer estos distintos cuadros, lo mismo En el autismo se organiza la realidad de una manera particular y el
ocurre desde el punto de vista de la estructura de una y otra persona- sujeto autista puede ser un sn.icto activo, tal como apat·<'e<> en al¡rnnns
lidad, ya que la primera se caracteriza por la división esquizoide mientras ejemplos que presenta Minkowski tanto como en algunos de los que
que la segunda por la ambigüedad. Sin embargo, es posible que la per- ofrece el mismo Bleuler.
sonalidad esquizoide resulte de un clivaje en la personalidad ambigua, Minkowski dice, con toda razón, que ''realidad'' está lejos de ser
y que la esquizoid ia tanto como los rasgos esquizoides constituyen un siempre sinónimo de "mundo exterior" y, en consecuencia, parece erró-
intento de división esqujzoide, de entrada en la posición esquizopara- neo querer asimilar, a cualquier precio , la pérdida de contacto con la
noide a partir de la ambigüedad; pero que dicho pasaj e no se ha cum- realidad a la interiorización''; y dicho autor agrega la necesidad ele un
plido totalmente o en forma ajustada. capítulo que trate de, la actividad a11tística, en el sentido de que la acti-
Aquí nos enfrentamos, todavía, con otros problemas, y por lo menos Yidad no excluye al autismo, tanto como no lo excluye la introversión. r~o
uno de ellos no podemos eludir . Se refiere la utilización de los conceptos que caracteriza al autismo es, creo, sobre todo, una pérdida del sentido
de esquizoidia y autismo, que con fr ecuencia son superpuestos y con- de realidad, y ésta puede aparecer tanto con un comportamiento de intro-
fundidos en la práctica. versión, de aislamiento y desapego, o bien con un comportamiento que
A. mi entender, esquizoidia y autismo no son sinónimos, ya que la puede llegar a ser una intensa actividad.
primera es un grado intenso y no fácilmente reversible del fenómeno En este sentido, el autismo caracteriza tanto a la esquizoidia de
que Jung denominó introversión, que se caracteriza, justamente, por el Fairbairn, como a la personalidad "como si" de Deutsch y también a lo
aislamiento, desapego y una preocupación o sobrevaloración del mundo que he descrito como personalidad ambigua.
interno a expensas del mundo externo; mientras que el autista no es nece- El problema se complica todavía más si, tal como lo podemos hacer
sariamente un introvertido ni un esquizoide y, al respecto, hay que ahora, reconocemos que el esqnizoiclc o el esquizofrénico, aun en el <'aso
retomar las definiciones originales de Bleuler, que fue quien introdujo <le que presenten un grado c>xageradn de introversión, desapego y aisla-
este último término. mi<mto, presentan, por otro lado, una intensa transferencia de earacte-
Bleuler dice en su libro: ''A. este desapego de la r ealidad, junto con l'Ístieas muy particulares y que he calificado como una transferencia
la predominancia, relativa y absoluta, de la vida interior, lo denominamos Himbiótica; ya hc> señalado <'11 un capítulo anterior que la c>squizofre-
autismo '' ; agrega que ''autismo casi co incide con lo que Freud denominó 11ia y el esquizoidismo coinciden siempre con una simbiosis, tanto como
autoerotismo" y que "en esencia, el t érmino de autismo designa, de que esta última es siempre tambií~n una organización autística. En c>stc
una manera positiva, el mismo concepto que P. Janet formuló negativa- s<• 11 t ido , la esquizoidia sería 1111 profnndo elivaje en la personalidad
mente como 'la pérdida del sentido de la r ealidad'. Sin embargo, no <·0 111 0 defensa frente a la simbiosis, y tanto la simbiosis como la esqui-
podemos aceptar sin discusión el término de Janet porque él entiende zoid in son fenómenos autistas o narcisístieos.
De esta manera, debo corregir lo que en un capítulo antc>rior he
este síntoma en un sentido demasiado general. El sentido de la realidad
d(ll10111inado autismo como fenómeno polar con respecto a la simbiosis,
no está totalmente ausente en el esquizofrénico. Sólo falta en relación
con asuntos que amenazan contradecir sus complejos" (Blenler).
228 JOSÉ BLEGER
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 229

dado que el fenómeno polar de la simbiosis es la esquizoidia, y el autismo


es un fenómeno común a ambos. Podría, en última instancia, definir o BIBLIOGRAF1A
caracterizar el autismo por una falta de diferenciación o de discrimina- Abadi, M.: "El significado inconsciente de las fantasías orales". Buenos Aires, Re·
ción entre yo y no-yo y entre mundo interno y mundo externo. vista de Psicoanálisis, vol. XIX, 1-2, 1962.
Podemos, de esta manera, reconsiderar la formulación del capítulo Abraham, K.:
I, donde se dice que tanto el vínculo autista como el simbiótico son rela- a) "Contribution to a diRcussion on tic" ( 1921). Selected Papera. Londres, 1949.
ciones narcisísticas, reemplazándola por la de que, tanto el vínculo esqui- Hogarth Press.
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"'
Después de todo lo expuesto creo que el concepto clínico de ambi-
Alpert, A.: Rcwrsibi!ity of Pathological Fixations Associated with Maternal Depri-
vation in Infoncyª. Psychoanal. Study Child, vol. XIII, 1959.
güedad y su estudio detallado, aclaran y colocan sobre una base más Alvarez de 'l'oleclo, L.; "El análisis del 'asociar', del 'interpretar' y de las 'palabras' "·
específica las características estudiadas en la personalidad y el compor- Buenos Aires, Revista de Psicoanálisis, vol. XI, 4, 1954.
tamiento por estos diferentes autores citados. f,lvarez de Tolc•do, L.; Grinberg, L.; Langer, M.: "Terminación de análisis". México,
La. personalidad "como si" descrita por H. Deutsch se superpone, RP.lato oficial al Primer Congreso Psicoanalitico Panamericano, 1964.
casi punto por punto, con lo descrito anteriormente en el estudio de la Balint, M.:
a) "Early developmental states of t he ego". "Primary objeet !ove". Primary
ambigüedad, con la descripción tanto de la personalidad sincrética como love and Psycllo .A1talytic T eonique. Londres, Hogarth Press, 1952; N. York,
de la personalidad fáctica. La falta de genuinidad que aparece en este Liveright, 1953.
tipo de personalidad corresponde a lo que M. Baranger estudió como b) "On Leve and Hate". Int .•T. Psycho-Ltnal., vol. XXXIII, 4, 1952.
inautenticidad, y ya me he referido a ello mostrando que estas calificacio- v) "Primary Nareissim and Primary Love". Psa. Qu01·t., vol. XXIX, 1, 1960.
nes corresponden a aspectos contratransferenciales, y que incluyendo, Baranger, M.:
a) "Mela fe, identidad y omnipotencia". Buenos Aires, Asociación Psicoanalítica
. además, cierto carácter valorativo, propuse como más adecuada la cali- Argentina, l!l59. Buenos Aires, Revista de Paicoanáli.m, vol. XXI, 2, 1964.
ficación del fenómeno y no la reacción contratransferencial, dado que Ja b) "Homosexualidad y confusión". Buenos Aires, Asociaeión Psicoanalítica Ar-
falta de genuinidad o la inautenticidad son promovidas por el fenómeno gentina, 1959.
de la ambigüedad. o) "Hegresión y temporalidad en el tratamiento analítico". Bueno3 Aires, Aso·
ciación Psicoanalítica Argentina, 1960.
Lo mismo pasa con otras características subrayadas por Helen Deutsch
Baranger, W.:
tanto como por M. Baranger, y que se r efieren a la fácil identificación a) "Asimi!ac\611 y 1mcapsulamiento". Montevideo, Revista Uruguaya de Psico-
o, como también podría decirse, a una gran•permeabilidad para las identi- análisis, vol. I, 1, 1958.
ficaciones, junto con una falta de persistencia en ciertos núeleos de esta b) "l<,antasía, objetos y estructura psíquica". Montevideo, Revista Uruguaya
identificación, que podrían dar una identidad continuada, mantenida o de Psiooonálisis, vol. I, 3, 1956.
o) "Aspectos prubfomrtticos de la teoría de los objetos en la obra de M. Klein".
persistente, a la personalidad, y coincido en que esta identificación fácil Buenos Aires, Rovi.•ta de. Psicoanálisis, vol. XIX, 1-2, 1961.
se manifiesta con los fenómenos de sugestionabilidad fácil, a lo que he d) "El muerto vivo: Estructura de los objetos en el duelo y en los estados
agregado en el curso de mi estudio la ecolalia, la ecopraxia, la ecomimia, depresivos". Montevideo, Eevi.sta Uruguaya de Psicoaná!i.sia, vol. IV, 4,
etcétera. 1961-62.
El cambio fácil de objeto, que describe Helen Deutsch, se refiere más llarar.gcr, W. y ~r., Femá.udez, A ., Garharino, M. F., Mendihlv.>rsu, .8. A., Nie~o,
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a la personalidad sincrética que a la personalidad fác tica, en la cual vid~o, Revista Urugnriyc, de Psicoa.ná!isi.s, vol. VI, 1, 1964.
ocurre expresamente lo contrario; pero en ambos casos, no se trata verda- Beauvior, S. ele: Pom· une morale de l'wmbig'aiié. Paríe, Gallimard, 1947.
deramente de objetos sino de depositarios. Bonedek, 'l'.:
La carencia o déficit de identidad es correcta si se la analiza desde el o.) "El desanollo dn ia perJoualidad". En: Alexander, F.: l'siquiatria dind·
punto de vista de la identidad o adaptación o del sentido de realidad mica, Bueno3 AireH, Paidós, 19tl2.
b) "The Psycho3omatic. Implications of tlte Primary Unit: Mother-Child". Lt111er.
"convencional" o, en otros términos, tomándonos a nosotros rrismos como J . Ortopsy;;hiatr;J, vol. XIX, 1949.
modelo normativo. En este sentido, he optado por describirla, no como e ) "'l'owud t.11(, n.¡ology of the Dcprcss¡.ve Consbllation". ;/. Amer. Psycha-
una carencia o pérdida de identidad, sino como una identidad específica Anal. As.<., vol. IV, líi56.
en la personaliaad sincrética, y también como una identidad particular, l3cree, D., Obers, S. J.; "'The effects of extrema deprivation in info.ncy on ¡>sycltic
pero en este caso grupal, en la personafülad fáctica. structure in ailolcscense". Psychoanal. Study Child, vol. V, 1950.
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Spitz, R. A . : del tema- que adoptemos el término situaci'.ón psicoanalítica para la
a) No and Y es. New York, Int. Univ. Press. (Hay versión castellana: No totalidad de los fenómenos incluidos en la relación terapéutica entre el
y Sí. B uenos Aires, Hormé, 1966.)
!i) "Anaelitic Deprcssion". Psvc/t.oa'ft(1l. Study of the Chi!d., vol. II, 1917. analista y el paciente. Esta situación abarca fenómenos que constituyen
e) "The psychogenic diseases in ehi!dren". Psychoanal. StU<ly of the Child., un proceso, que es el que estudiamos, analizamos e interpretamos; pero
vol. VI, 1961. incluye también un encuadre, es decir un "no-proceso" en.. el sentido de
d) "The Primal Cavity". Psychoanal. Study of the Child., vol. X, 1955. que son las constantes, dentro de cuyo marco se da el proceso 1 .
StsrbR., R., Langer, :M.: 1'eoría psic-0anall.tica de la libido y Aporte kleiniano. Buenos
Aire~, HoTmé, 1966. La situación analítica puede ser así estudiada desde el punto de
Stierlin, H .: "The a daptation to the 'Stronger' Person8 rcality. Some aspects of the vista de la metodología que ella significa, correspondiendo el encuadre
symbiotic ~elationship of the schizophrenie". Psych.iatry, vol. XXII, 1959. a las constantes de un fenómeno, un método o una técnica, y el proceso al
Tarachow, S.: conjunto de las variables. Sin embargo, este aspecto metodológico será
a) "Interpretat ion and .R eality in Psychotherapy". Int. J. Psycho-Anal., vol. aquí dejado de lado y sólo lo citamos para que se comprenda que un pro-
XLIII, 6, 1962.
b) "Ambiguity and human imperfection" . J. A.m. P81Jcho-A.nal . .&ss. vol. XIII,
:eso sólo puede ser investigado cuando se mantienen las mismas constan-
1, 1965. tes (encuadre). Es así como dentro del encuadre psicoanalítico inclnimos
Uexkull, .T. von: "A stroll throu~h the wor!d of auimals and men". En: Schmer, el rol del analista, el conjunto de factores espacio (ambiente) temporales
C. H . : Instictive B ehaviour. New York, Int. Univ. Pres~. Ine., 1957. · y parte de la técnica 2 (en la que se incluye el establecimiento y mante-
Ullmann, S.: Semántica. Madrid, Aguilar, 1965. nimiento de horarios, honorarios, interrupciones regladas, etc.) .
Waelhens, A . de: Une philosophie de l'ambiguité. París, Louvain, 1951.
'Nailon, H . : LPs origines du charactc~e ahez l'enfant. París, P.U.F., l!l66. Me interesa ahora el psicoanálisis del encuadre psicoanalítico y existe
W ondor, L.: "Reparación patc!ógica y perve~Bión''. Pres8ntado en Aeociación Psico· una literatura importante sobre la necesidad de su mante1. 1i1•nto y sobre
analítica Argenti11a, 1966. lmi rupturas y distorsiones que el paciente provoca en él mismo en el
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1;oa-náli.~..s, vol. V, 4, l!l48.
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W siland, H. : "Con ~iilem.tions on t.he dew)opment of symbiosis, symbiotic, psychosis, 1111Ht1 iió con evidencia la importancia del mantenimiento y defensa de ·los
and the nature of ~cpa::-aiion anxfoty". lnt. J. Poycho-.ilnal., vol. XLII, 1, 1966. l'rngmeutos o elementos que del encuadre hayan podido quedar, lo cual se
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to~k Pnblfoat,fons Ltd., 19!':ill.
1 Aquí se podría comparar estR. terminología con la utilizada respectivamente
por I!. Liberman y E. Rodrigué.
b) "Ciinieal varieti.es of t ransfonmce". Collect!?C. Pq,per.Y, Londres, Tn.v.i stock
Publfoafü;ns Ltd., 1955. ~ ~l n11<:u1tdre corresponde más a una estrategia que a Ja técnica. Una parte del
o) "O:i tran~fc,.cnce". bu:. •!. p,yeho·A nat., vol. .X X:X'III, 1956. ""'""''dro induye "el contrato analítico" que "es un convenio entre dos personas, en el
d) "La ea.pllciCad p11.~a estar solo". Buenos Aires, R~v·iota de P11i-aoanálisi.~, vol. 'i'"' wrh•tu n dos elementos formales de intercambio recíproco: tiempo y dinero" (Liber-
XVI, 2, 195!1. 11 11•11 y colal>oradorcs).
e ) "The theory of thc parent-infant relationship". In~. J. Psyoho-A.nal., vol.
XLI, 6, 1960.
~38 .J08É BI.EGER
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 239

El encuadre se mantiene y tiende a ser mantenido (activamente por


Sin embargo, tampoco quiero enfocar ahora el problema de la '' rup-
el psicoanalista) como invariable, y mientras existe como tal, parece
tura" o "ataques" al encuadre. Quiero estudiar qué es lo que involucra
el mantenimiento i:dcalmcnte normal de nn encuadre 3 • inexistente o no entra en cuenta, tanto como las instituciones o relacio-
nes de las que sólo se toma conciencia justamente cuando ellas faltan,
Así dicho, pareciera que no es posible tal estudio porque ese análisis
se obstruyen o dejan de existir. (No sé quién ha dicho del amor y del
ideal no existe. Y estoy de acuerdo con tal opinión. Lo cierto es que, a
niño que sólo se sabe que existen cuando lloran.) Pero, ¿cuál es el signi-
Yeces en forma permanente y otras esporádica, el encuadre se convierte,
de fondo de una Gestalt en figura, es decir, en proceso. Pero, aun en estos ficado del encuadre cuando se mantiene (cuando "no llora") ? Es, en
todos los casos, el problema de la simbiosis, que es "muda", y sólo se
casos, no es lo mismo que el proceso, en sí mismo, de la situación analí-
manifiesta cuando se rompe o amenaza romperse. Es lo que también ocu-
tica, porque en las "faltas" al encuadre nuestra interpretación tiende
rre con el esquema corporal, cuyo estudio comenzó por la patología, que
siempre a mantenerlo o a restablecerlo; diferencia importante con nues-
fue la que mostró en primer lugar su existencia. Así como se habla del
tra actitud en el análisis del proceso mismo. En este sentido, me inte-
"miembro fantasma" hay que reconocer que siempre las instituciones y
resa examinar el significado psicoanalítico del encuadre, cuando éste no
el encuadre se constituyen en un "mundo fantasma": el de la organiza-
es problema, en el análisis "ideal" (o en los momentos o períodos en que
ción más primitiva e indiferenciada. Lo que siempre está, no se percibe
ello ocurre) ; es decir, pretendo el psicoanálisis del encuadre cuando éste
sino cuando falta; podríamos aplicar al encuadre la denominación de lo
se mantiene y no cuando se rompe; cuando sigue siendo un conjunto de
constantes y no cuando se ha transformado en variables. El problema que W allon llamó "ultracosas ", es decir, todo aquello que en la expe-
que quiero examinar es el de aquellos anúlisis en que el encuadre no es riencia aparece como vago, indeterminado, sin concepción o conocimiento
un problema. Y justamente para mostrar que es un problema. Esto me de ello. Lo que organiza al yo no son sólo las relaciones estables con los
ha de insumir necesariamente buena parte del tiempo de que ahora dis- objetos o instituciones sino las frustraciones y gratificaciones ulteriores
pongo, porque no se puede analizar un problema que no se define o no con los mismos. No hay percepción de lo que siempre está. La percep-
se conoce. ción del objeto que falta y del que gratifica es posterior; lo más primi-
tivo es la percepción de una "incompletud ". r,o que existe para la ¡¡er-
cepción del sujeto es aquello cuya experiencia le ha mostrado que puede
"' faltarle. En cambio, las relaciones estables o inmovilizadas (las no-ausen-
Una relación que se prolonga durante años con el mantenimiento cias) son las que organizan y mantienen el no-yo y forman la base para
de un conjunto de normas y actitudes no es otra cosa que la definición estructurar el yo en función de las experiencias frustrantes y gratifica-
misma de una institución. El encuadre es entonces una institución dentro doras. El que no se perciba al no-yo no quiere decir que no existe psico-
de cuyo marco, o en cuyo seno, sucedt'll fenómenos que llamamos com- lógicamente para la organización de la personalidad. El conocimiento
portamientos 4 • de algo sólo se da en la ausencia de ese algo, hasta que se organiza como
Lo que me resultó evidente es que cada institución es una parte de objeto interno. Pero lo que no percibimos también existe. Y ese ''mundo
la personalidad del indiYi<luo. Y de tal importancia, que siempre la fantasma'' existe depositado en el encuadre aunque {•ste no se ha~'ª roto,
identidad -total o parcialmente- es grupal o institucional , en el sentido o precisamente por ello.
de que siempre, por lo menos una parte de la identidad se configura
con la pertenencia a un grupo, una institución, una ideología, un
partido,
etc. l<'enichel escribió: '' l<'uera de toda duda, las estructuras indiYiduales
creadas por las institúciones, ayudan a conservar estas mismas institu-
"'
ciones". Pero además de esta intt~ racción individuos-institucio1ws, las Quiero todavía hacer otra pequeña digresión que espero vaya dando
instituciones funcionan siempre (en grado variable) como los límites del más elementos para el estudio que me propuse. Nos hemos movido hasta
esquema corporal y el núcleo fundamental de la identidad. hace poco muy cómodos en la ciencia, en el lenguaje, en la lógica, etc., sin
darnos cuenta que todos estos fenómenos o comportamientos (todos
3 El prol;lema tal cual lo plantno ''" l'imilar a lo qun los físicos llaman una l' llos me interesan en tanto comportamientos, es decir en tanto fenó-
experiencia ideal, es decir un prolJlPma qw' uu se da total y preeisarncnte pu la formu menos humanos) se dan en un contexto de supuestos que ignorábamos o
en que se define o se plantea, pero qu" <'S .¡,, enorme utilidad (t<·óri<·a y prú1·t ica).
Posiblemente sea a este análisis u proJ,Jt•ma itlcal al quP- en una oportunidatl se refirió que dábamos por inexistentes o invariables; pero ahora sabemos t¡ue la
E. Rodrigué como el historial del paciente que nadie escribió ni nadie podrá escribir. vo municación incluye una metacomunicación, la ciencia una metaciencia,
4 .Justamente me vi llevado, en parte, a estn estudio a raíz de un conjunto de In teoría una metateoría, el lenguaje un metalenguaje, la lógica una meta-
seminarios sobre psicología institucional y a raíz de mi experiencia en este terreno l<'igira, etc., etc, Si varía la meta. . . varía el contenido de manera radi-
(escasa, por cierto, por ahora).
240 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 241

todos los detalles del curso de la vida familiar. Después de la apar1c1on


cal 5 • De esta manera el encuadre, siendo constante, es decisivo de los
e interpretación reiterada de estos recuerdos (venciendo fuertes resisten-
fenómenos del proceso de la conducta. En otros términos, el encuadre
cias), inició la acusación de que todo se había roto entre nosotros, de que
es una metaconducta de la que dependen los fenómenos que vamos a
ya no podía confiar más en mí; aparecieron fantasías de suicidio, des-
reconocer como conductas. Es lo implícito, pero de lo cual depende lo
orientación y confusión frecuentes y síntomas hipocondríacos 6 •
explícito.
Para el paciente se rompió "un algo" que era aS>í y que debía ser
La metaconducta funciona como lo que Baranger, M. y W. llaman
como siempre lo fue, y no concebía que pudiese ser de otra manera. Exi-
''el baluarte '' : Aspecto que el analizado procura no poner en juego elu-
gía la repetición de lo vivido, de lo que para él fue "siempre así",
diendo la regla fundamental; pero en la metaconducta que me interesa exigencia o condición que pudo mantener en el curso de su vida por
ana,lizar se ct•mple con la regla fundamental, y lo que me interesa es medio de una restricción o limitación de su yo en la relación social y
justamente el examen de ese cumplimiento. Concordamos con estos auto- conservando siempre él el manejo de las relaciones, exigiendo una fuerte
res en señalar la relación analítica como una relación simbiótica; dependencia de sus objetos.
pero en los casos en que se cumple con el encuadre, el problema radica
en que el encuadre mismo es el depositario de la simbiosis y que ésta no Quiero señalar en este ejemplo cómo la "no repetición", por cum-
está en el proceso analítico mismo. La simbiosis con la madre (la inmovi- plimiento con el encuadre, trajo a la luz una parte muy importante de su
lización del no-yo) permite al niño el desarrollo de su yo ; el encuadre personalidad: lo más fijo y estable de su personalidad, su "mundo fan-
tiene la misma función: sirve de sostén, de marco, pero sólo lo alcanza• tasma", la t ransferencia delirante (Little) o la parte psicótica de su
mos a ver -por ahora- cuando cambia o se rompe. El "baluarte" más personalidad; un no-yo que forma el marco de su yo y de su identidad.
persistente, tenaz e inaparente es así el que se deposita en el encuadre. Sólq con el "no cumplimiento" de su "mundo fantasma" puede ver que
" mi" encuadre no era el mismo que el suyo, que -antes del "no cum-
plimiento"- ya estaba presente su "mundo fantasma". Pero quiero
subrayar que el mantenimiento del encuadre es lo que permitió el análisis
"'
Deseo ilustrar ahora esta descripción que hice del encuadre con el
de la parte psicótica de la personalidad. Lo que intento plantear no es
cuántos de estos fenómenos aparecen por la frustración o por el choque
ejemplo breve de un paciente con carácter fóbico (A. A.), con intensa con la realidad (el encuadre) sino -más importante aún- ¿cuánto de
dependencia encubierta con una independencia reactiva; quien durante ello no aparece y no resulta posiblemente nunca analizable 1 No sé dar
mucho tiempo vacilaba, deseaba y temía comprar un departamento ; com- respuesta a la pregunta. Lo que me interesa ahora es plantear ( discri-
pra que nunca se realizabft. En un momento dado se entera accidental- minar) el problema. Es similar a lo que ocurre con el rasgo de carácter
mente de que yo había comprado hace tiempo un departamento que toda- que para su análisis debe ser transformado en síntomas, es decir, dejar de
vía se hallaba en construcción, y a partir de ahí comenzó un período de ser egosintónico. ¿Y lo que hacemos en el análisis del carácter no debiera
ansiedad y distintas actuaciones. hacerse con el encuadre 1 El problema es diferente y aun más difícil, ya
En un momento dado relata lo que había sabido y yo le interpreto qne el encuadre no solamente no es egosintónico sino que es el marco sobre
su actitud: la forma en que me lo dijo incluía el reproche de por qué yo el que está construido el yo y la identidad del sujeto, y se halla fuerte-
no le había avisado de mi compra sabiendo que ése era un problema mente clivado del proceso analítico, del yo que configura la transfr-
fundamental para él. Él intentó ignorar u olvidar el episodio presentando rencia neurótica. Aunque se suponga en el' caso de .A. .A. que, de un:;
fuertes resistencias toda vez que yo (insistentemente por cierto) le rela- u otra manera, este material habría surgido lo mismo puesto que ya esr. -
cionaba este hecho con sus actuaciones, hasta que empezaron a aparecer. presente, el problema sigue subsistiendo~ en cuanto significado p<iic :·
fuertes sentimientos de odio, envidia, frustración con violento1 ataques analítico del encuadre.
verbales, que fueron seguidos de un clima de alejamiento y desesperanza.
Siguiendo el análisis de estas situaciones empezó gradualmente a apare-
cer el ''fondo'' de su experiencia infantil, que pude reconstruir a través
del relato de distintos recuerdos : en su casa sus padres nunca realizaron
"'
nada, absolutamente nada, sin informarle y consultarle, conociendo él
6 Como lo dice Little para la transferencia delirante, aparecieron asociac10nes
referidas a su cuerpo, de experiencias muy tempranas: que se sentm rnmovilizado, y
5 Esta variación de la meta ... o variación de los supuestos fijos o constantes, asoció que de chico era envuelto con una faja que lo mantenia completamente inmóvil.
es el origen de la geometría no euclidiana y del álgebra booleana (Lieber, L. R.) . En El no-yo del encuadre incluye el cuerpo, y si el encuadre se rompe, los límites del yo
psicoterapia, cada técnica tiene sus supuestos (su encuadre) y, por lo tanto, también formado por el no-yo tenian que ser recuperados a nivel del cuerpo.
sus propios "contenidos" o procesos.
242 JOSÉ BLEGER
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 243

Sintetizando se podría decir que el encuadre (así definido como


El desarrollo del yo (en el análisis, en la familia, en cualquier ins-
problema) constituye la más perfecta compulsión de repetición 7 y qu e
titución), depende de la inmovilización del no-yo. Esta denominación de
en realidad hay dos encuadres: uno, el que propone y mantiene el psico-
"no-yo" nos induce a pensar en él como algo inexistente, pero que es de
analista, aceptado conscientemente por el paciente, y otro el del "mundo
1:xistencia real, y tanto, que es el "meta-yo" del cual depende la posibi-
fantasma"), el que en él proyecta el paeienteR. Y este último es una
lidad de formación y mantenimiento del yo: su misma existencia. De
compulsión de repetición tan perfecta ya que es la más completa, la
aquí podíamos decir qtie la identidad depende de la forma en que es
menos conocida y la más inadvertida 9 . Siempre me resultó sorprendente
mantenido o manejado el no-yo. Si la metaconducta varía, se modifica
y apasionante, en el análisis de psicóticos, el hecho de coexistir una total
todo el yo (en grados posiblemente equivalentes entre su cuantum y su
negación del analista con una susceptibilidad exagerada a la infracción
ca lidad ) 13 . El no-yo es el fondo o el marco del yo organizado ; "fondo"
de cualquier detalle de lo " acostumbrado" (del encuadre), y cómo el
.Y ''figura'' de una sola GPstalt. Entre yo y no-yo (o entre parte neuró-
paciente puede desorganizarse o tornarse violento, por ejemplo, por unos
tica y psicótica de la personalidad) no se instala una disociación sino un
minutos de diferencia en el comienzo o en el término de la sesión. Ahora
divaje, tal como he caracterizado este t érmino en un trabajo anterior.
lo comprendo mejor: se desorganiza el "meta-yo" que en gran propor-
N. N. era una paciente muy rígida y limitada que vivió siempre con
ción es todo lo que tiene 10 • En la transferencia psicótica no se transfiere
sus padres en hoteles en diferentes paísrs; lo único que llevaba siempre
afecto sino "una situación total, la totalidad de un desarrollo" (Laga-
consigo era un cuadro pequeño. 8u mala relación con sus padres y las
che); mejor sería decir, la totalidad de un "no desarrollo". Para Mela-
continuas mudanzas hac ían de este cuadro su "ambiente", su no-yo: su
nie Klein, la transferencia repite las primitivas relaciones de objeto,
rnetaconducta, lo que le daba el " no cambio " para su identidad.
pero creo que lo más primitivo aun (la indiferenciación) se repite en el
El encuadre "es" la parte más primitiva de la personalidad, es la
encuadre 11 •
fnsión yo-cuerpo-mundo, de cnya inmovilizac ión depende la formación,
E. J acques dice que las instituciones son inconscientemente usadas <·xistencia y discriminación (del yo, del objeto, del esquema corporal, del
como mecanismos de defensa contra las ansiedades psicóticas, pero creo
ei1erpo, la mente, etc., etc.). Los pacientes con "acting in" o los psicóti-
sería mejor decir que son las depositarias de la parte psicótica de la per-
NlS traen también "su propio encuadre" : la institución de su prirn1:tiva
sonalidad, es decir, de la parte indiferenciada y no resuelta de los primi-
relación simbiótica, pero también la traen todos los pacientes. ·
tivos vínculos simbióticos. Las ansiedades psicóticas se juegan dentro
Es así como ahora podemos reconocer mejor la situación catastrófica
de la institución, y en el caso de la situación psicoanalítica, dentro de lo
qne siempre, en grado variable, supone la ruptura del encuadre por parte
que hemos caracterizado como el proceso (lo que "se mueve" en oposi-
del analista ( Yacaciones, incumplimiento de horarios, etc.), porque en estas
ción a lo que no: el encuadre) 12 .
rnpturas (las rupturas que forman parte del encuadre) se produce una
7 Esta compulsión de repetición no es sólo "una forma de recordar" (Freud)
' ' ,::rieta '' por la que se introduce la realidad, que resulta catastrófica
sino una manera de vivir o la condición para vivir. pn ra el paciente : ''su'' encuadre, su '' mundo fantasma'' quedan sin
8 Wender describió en su trabajo que hay dos pacientes y dos anal istas, a lo d!'positario y se pone en evidencia que "su" encuadre no es el encuadre
que ahora agrego que hay también dos . encuadres. psicoanalítico, tal como ocurrió con A. A. Pero ahora quiero dar un ejem-
9 Rodrigué describe una "transferencia suspendida" y la "dificultad nace de que plo de una "grieta" que el paciente toleró hasta que se vio necesitado
se h·a bla de un fenómeno que, de existir en forma pura, tendría que ser mudo por
d1' recuperar su omnipotencia, ''su'' encuadre.
definición".
10 Creo que es apresurado hablar siempre de un "ataque" al encuadre cua ndo
A., hijo único de una familia que en su infancia fue muy .rica, soeial-
éste no es cumplido por el paciente. El anali zado trae " lo que t iene" y no e8 siempre un 111r ute muy relevante y muy nnida; vivió en una enorme y lujosa mansión
"ataque", sino su propia organización (aunque sea desorgan izada ). l'\1 11 Rus padres y abuelos, entre quienes él era el centro de cuidados y
11 La ambigüedad del "como si" de la situación analíti ~a, estudiada por W . y M. 111imos.
Baranger, no cubre "todos los aspectos del campo analít ico'',~omo d icen estos autores, Por razones políticas les fueron expropiados muchos bienes, produ-
sino sólo al proceso. El encuadre no admite ambigüedad, ni por parte de la técnica
del psicoanalista ni por parte del paciente. Cada encuadre es y no admite ambigüedad. t•irndose una gran decadencia económica. Toda la familia se forzó du-
Igualmente, el fenómeno de la participación (Lévy Brühl) o del sincretismo, qne 1111 t<' un tiempo por vivir las apariencias de gente rica, disimulando el
admiten para la situación a nalítica, yo creo que rigen según mi opinión sólo para el rl1•H11Htre y la pobreza, pero sus padres terminaron por mudarse a un
encuadre. 1lt•p11rtnmento pequeño y por aceptar un empleo (sus abuelos habían
12 Reider describe distintos tipos de transferencia a la institución en lugar de al
terapeuta; el p:iicoanálisis como institución parece ser un medio de recuperar la omni·
111 G. RP.inoso ha dicho que si bien -como lo señaló Freud- el yo es corporal,
potencia perdidn participando en el prestigio de una gran institución. Creo que lo
importante aquí es considerar la situación psicoanalítica como una institución en sí 1 I 1111 ¡¡o también lo es. Algo más podríamos agregar: que el no-yo es un yo diferente,
tl1• 1•1111ll tl nd1•~ dii<ti nbts. Esto implica también, que no hay 'lm sentido de rralidad
misma, especialmente el encuadre.
1· 11 1111 l'111t1L dr l mismo; hay distintas estructuras del yo y del sentido de realidad.
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 245
244 JOSÉ BLEGER

ridad de su infancia y a su fantasía de reunión con sus abuelos, padre


muerto en el ínterin). Cuando la familia enfrentó y aceptó el cambio, y madre, tal como era todo en su infancia.
él siguió viviendo "las apariencias"; se apartó de sus padres para vivir (Silencio.) Y después dice que cuando sintió la palabra fantasía
de su profesión de arquitecto, pero disimulando su gran inseguridad e le pareció extraño que yo hable de fantasías y que tuvo miedo de vol-
inestabilidad económica; tanto, que todo el mundo lo creía rico, y él verse loco.
vivió y fomentó su fantasía de que "no había pasado nada", conser- Le digo que él necesita que yo le devuelva toda la seguridad de su
vando así el mundo seguro e idealizado de su infancia (su "mundo fan- infancia que él trata de retener dentro de sí para afrontar la situación
tasma''). Era también la impresión que me provocaba en el tratamiento: difícil, y que por otra parte él siente que yo y la realidad con sus nece-
de una "persona bien", de una clase social y económica superior, quP. sin sidades y dolores nos metemos por esa brecha, que deja ahora el dinero,
ostentación de "nuevo rico" conservaba un aire de seguridad, dignidad su deuda, entre los dos.
y superioridad, de estar fuera y por encima de las "miserias" y "peque- Termina la sesión hablando de un transvestista; le interpreto que él
ñeces'' de la vida, entre las cuales se incluía el dinero. se siente transvestista: a ratos como hijo único y rico, a ratos como el
El encuadre se mantuvo bien, pagando también regular· y puntual- padre, a ratos como la madre, a ratos como el abuelo, y en cada uno de
mente. Cuando se analizó cada vez más su actitud y su dualidad ( t1l cli- ellos como pobre y como rico.
vaje de su personalidad), su moverse en dos mundos, manteniendo una
ficción, empezó a deberme dinero y a ser impuntual tanto como a hablar
(con gran dificultad) de su falta de dinero, lo cual lo hacía sentirse muy
''humillado''.
"'
Toda variación del encuadre pone en crisis al no-yo, "desmiente" la
La ruptura del encuadre significó aquí una cierta ruptura de su fusión, "problematiza" al yo y obliga a la reintroyección, re-elaboración
organización ómnipotente: la aparición de una "brecha" que se trans- del yo, o a la activación de las defensas para inmovilizar o reproyectar la
formó en la vía para penetrar ''contra'' su omnipotencia (el mundo esta- parte psicótica de la personalidad. Este paciente (Z) pudo admitir el
ble y seguro de su infancia). análisis de ''su'' encuadre hasta que necesitó defensivamente recuperarlo,
Cumplir el encuadre fue aquí la depositación de su mundo omnipo- y lo que interesa subrayar es que su "mundo fantasma" aparece y se
tente mágico, de su dependencia infantil, de su transferencia psicótica: cuestiona con "faltas" al encuadre (su deuda) y que la recuperación
su fantasía más profunda era la de que el análisis le consolidaría esta de su ''mundo fantasma'' se ligó a ''cumplir'' con ''mi'' encuadre, jus-
omnipotencia y le devolvería totalmente "su" "mundo fantasma". La tamente para ignorarme o anularme. El fenómeno de la reactivación
ruptura del encuadre significó la ruptura de un clivaje y la aparición de sintomatológica descrita al finalizar un tratamiento psicoanalítico se debe
una "brecha" de irrupción de la realidad. también a la movilización y regresión del yo por movilización del meta-
"Vivir" en el pasado no era su fantasía inconsciente, era directa- yó. El fondo de la Gestalt se transforma en figura 14 •
mente la organización básica de su existencia. Transcribo partes de una El encuadre puede, de esta manera, ser considerado como una '' adic-
sesión de un momento en que bruscamente sus padres sufrieron un ción", que si no es analizada sistemáticamente puede transformarse en
accidente y se hallaban muy graves ; en la sesión anterior me pagó una organización estabilizada, en la base de la organización de la perso-
parte de su deuda y comienza esta sesión diciéndome que hoy me trajo nalidad, y el sujeto obtiene un yo ''adaptado'' en función de un modela-
tantos pesos y que todavía quedan tantos, y que esa deuda la siente miento externo a las instituciones. Es la base --creo · yo-- de lo que
"como una brecha, como algo que falta". (Pausa.) Sigue: "ayer tuve rela- Alvarez de Toledo, Grinberg y M. Langer han denominado el "carácter
ciones sexuales con mi mujer y al comienzo estaba impotente, y eso me psicoanalítico'' y que los existencialistas denominan una existencia '' fác-
asustó mucho". (Fue impotente al comienzo de su matrimonio.) tica", y que podríamos reconocer como un verdadero "yo fáctico" .
Le interpreto que ahora que está pasando una situación difícil por el Este "yo fáctico" es un "yo de pertenencia" : está constituido y
accidente de sus padres, él desea volver a la seguridad que tenía en su mantenido por la inclusión del sujeto en una institución (que puede ser
niñez, a los padres y abuelos dentro de él, y que la relación con su mujer, la relación terapéutica, la Asociación Psicoanalítica, un grupo de estudio
conmigo y con la realidad actual lo vuelve impotente para eso. Que él o cualquier otra institución): no hay un "yo interiorizado" que dé
necesita cerrar la brecha pagándome todo, para que el dinero desapa- estabilidad interna al sujeto. Digamos ---de otra manera- que toda
rezca entre los dos, que desaparezca yo y todo lo que ahora le hace sufrir. su personalidad está constituida por "personajes", es decir por roles, o
Me contesta que ayer pensó que, realmente, él a su mujer sólo la
necesita para no estar solo, pero que era un mero agregado en su vida. H Debe ser este hecho lo que ha llevado a algunos autores ( Christoffel) a la
Le interpreto que él también desea que yo satisfaga sus necesidades ruptura del encuadre como técnica (con el abandono del diván y entrevista cara a
cara); criterio que no comparto.
de la realidad para que ellas desaparezcan y poder volver así a la segu-
246 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 247

-de otra manera- que toda su personalidad es una fachada. Estoy El encuadre forma parte del esquema corporal del paciente; es el
ahora describiendo el "caso límite'', pero hay que tener en cuenta la esquema corporal en la parte en que el mismo todavía no se ha estruc-
variación cuantitativa, porque no hay manera de que este "yo fáctico" turado y discriminado; quiere decir que es algo diferente del esquema
deje de existir del todo (ni creo que sea necesario). corporal propiamente dicho: es la indiferenciación cuerpo-espacio y
El "pacto" o la reacción terapéutica negatiYa constituyen la per- cuerpo-ambiente. Por ello, con frecuencia, la interpretación de gestos o
fecta instalación del no-yo del paciente en el encuadre y su no recono- actitudes corporales r esulta muy persecutoria, porque no ''movemos'' el
cimiento y aceptación por el psicoanalista; más aún, podríamos decir yo del paciente sino su "meta-yo".
que la reacción terapéutica negativa es una verdadera perversión de la
relación transferencia-contra transferencia. La ''alianza terapéutica'' es
-a diferencia- la alianza con la parte más sana del paciente ( G reena- "'
Quiero tomar ahora otro ejemplo que tiene también la particularidad
cre) ; y esto es eierto para el proceso pero no para el encuadre. En
este último, la afü nza es con la parte psicótica (o simbiótica) de la per- de que justamente no puedo describir lo "mudo" del encuadre sino el
sonalidad del pacié!nte (¿con la correspondiente del analista1 No lo sé momento en que éste se revela, cuando ha dejado de ser mudo. Ya lo he
todavía) 15 . , comparado con el esquema corporal, cuyo estudio ha comenzado preci-
\Vinnicott dice que, ''para el neurótico, el diván, la calidez y el samente por el de sus perturbaciones. Pero además, en este caso, el pro·
confort pueden ser simbólicamente el amor de la madre; para el psicó- pio encuadre del psicoanalista estaba viciado.
tico sería más exacto decir que estos casos son la expresión física del En un control, un colega trae el análisis de un paciente al que desde
amor del analista. El diván es el regazo del analista o el útero, y la hace varios años interpreta la neurosis transferencial, pero se mantiene
calidez del analista es la viva calidez del cuerpo del analista". En lo una cronificación y una ineficacia terapéutica, razones -estas últimas-
que se refiere al encuadre, éste siempre es la parte más r egresiva, psicó- por las que decide traerlo a control. El paciente ''respetaba'' el encua-
tica del paciente (para todo tipo de paciente). dre y en ese sentido "no había problemas'', el paciente asociaba bien, no
había actings y el analista interpretaba bien (sobre la parte que traba-
El encuadre es lo más presente , al igual que los padres para el niiio.
jaba). Pero el pacfrnte y terapeuta se t?tteaban porque así lo propuso el
Sin ellos no hay desarrollo del yo, pero su mantenimiento más allá de lo
paciente al comienzo de su análisis (aceptado por el terapeuta). Llevó mu-
necesario, o la falta de modificación de la relación (con el encuadre
chos meses el análisis de la contratransferencia del terapeuta hasta que
o con los padres), puede significar un factor negativo, de paralización
se "animó'" a rectificar el tuteo interpretando al paciente lo que ocurría
del desarrollo 16 . En todo análisis, aun con un encuadre idealmente man-
y lo que se escondía en ese tuteo. La anulación del tuteo, por su análisis
tenido, el encuadre debe transformarse de todos modos en oh.jeto de
sistemático, puso de manifiesto la relación narcisística y el control omni-
análisis. Esto no significa que ello no se haga en la práctica, pero deseo
subrayar Ja interpretación o el significado de lo que se hace o se deja de potente y la anulación de la persona y del rol del terapeuta, inmoviliza-
hacer, y su trascendencia. La de-simbiotización de la relación analista- dos en el tuteo.
paciente sólo se alcanza con el análisis sistemático del encuadre en el En el tuteo, el paciente impuso su ''propio encuadre'' superpuesto
momento preciso. Y con esto nos encontraremos con las resistencias más con el del analista, pero en rigor, anulando a este último. El colega se vio
tenaces, porque no es algo reprimido sino clivado y nunca discriminado; enfrentado con un trabajo que le resultó un esfuerzo muy grande, en la
su análisis conmueve al yo y a la identidad más madura alcanzada por sesión con su paciente (y en su contratransferencia), lo cual llevó a un
el paciente. No se interpreta lo reprimido; se crea el proceso secundario. intenso cambio del proceso analítico y a la ruptura del yo del paciente,
No se interpreta sobre lagunas mnésicas sino sobre lo que nunca formó que se mantenía en condiciones precarias y con un "espectro" muy
parte de la memoria. No es tampoco una identificación proyecti.va; es limitado de intereses, con intensas y extensas inhibiciones. El cambio
la manifestación del sincretismo o la "participación" del paciente. del tuteo mediante el análisis llevó a ver que no se trataba de un carácter
fóbico sino de una esquizofrenia simple con una "fachada" caracteroló-
15 No creo que esta transferencia psicopática clivada y que se deposita en el gica fóbico-obsesiva.
rnruadrc sea consecuencia de la represión, dP la amnesia infantil. Yo no creo que hubiese podido ser operante modificar el tuteo desde
16 Rodrigué, E.: en "El contexto de la transferencia" compara el proceso analítico el comienzo, ya que el propio candidato no estaba en condiciones técni-
con la evolución. cas de manejar un paciente con una fuerte org.anización narcisística.
Se ha insistido en que el yo en el niüo se organiza de acuerdo con la movilidad
del ambiente que crea y satisface su" neces ida des. El n•sto del ambiente qu" no pro· Sí sé que el analista no tiene que aceptar el tutear al paciente, aun-
mueve necesidades no ~e discrimina y pcrmauecc como tal (como fondo) en la nstruc· que sí aceptar el tuteo del paciente y analizarlo en el momento oportuno
tura de la responsabilidad, y a esto no se ha dado todavía todo su valor. (que retrospectivamente no puedo ubicar). El a.nalista debe aceptar el
248 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 249

encuadre que el paciente trae (que es el "meta-yo" del mismo), porque RESUMEN
en éste se halla resumida la simbiosis primitiva no resuelta, pero tenemos
que afirmar, al mismo tiempo, que aceptar el meta-yo (el encuadre) del Se propone designar s#uación analítica a la totalidad de los fenó-
paciente no significa abandonar el propio, en función del cual se hace menos incluidos en la relación terapéutica entre el analista y el paciente;
posible analizar el proceso y el encuadre mismo transformado en proceso. esta situación abarca fenómenos que constituyen un proceso, que es el
'füda interpretación del encuadre (no alterado) moviliza la parte psicó- que estudiamos, analiza.mos e interpretamos; pero incluye también un
tica de la personalidad. Constituye lo que he denominado una interpreta- rncuadre, es decir un "no proceso" en el sentido de que son las cons-
ción clívada. Pero la relación analista-paciente fuera del encuadre rigu- 1nntes, dentro de cuyo marco se da el proceso.
roso (como en este ejemplo), tanto como las relaciones "extra-analíticas", Se estudian las relaciones entre ambos y se define el encuadre como
posibilitan el encub : aiento de la transferencia psicótica y permiten el 1•l conjunto de constantes dentro del cual se da el proceso (variables).
"cultivo" del "carácter psicoanalítico". i<]l propósito básico es el de estudiar -no la ruptura del encuadre- sino
HU significado psicoanalítico cuando se mantiene en condiciones "ideal-
mente normales".
"'
Otra paciente (B.C.) mantuvo siempre el encuadre, pero al avanzar
Se estudia así el encuadre como una institución dentro de cuyo marco
Nuceden fenómenos que llamamos comportamientos. En este sentido, el
en un embarazo dejó de saludarme al entrar y salir (nunca me estrechó oncuadre es "mudo" pero no por ello inexistente, formando el no-yo
la mano desde el comienzo de su tratamiento). La inclusión en la inter- del paciente en base al cual se configura el yo. Este no-yo es el "mundo
pretación del · dejar de saludarme fue enormemente resistida, pero en ello 1'1mtasma'' del paciente, que se deposita justamente en el encuadre y re-
se vio la movilización de su relación simbiótica con su madre, de carac- presenta una "meta-eonducta".
terístieas muy persecutorias, que a su vez fue actualizada por su embarazo. Se ilustra el papel del encuadre con varios ejemplos clínicos en los
Subsiste el no estrecharme la mano al entrar ni al salir y ahí reside que se ve la depositación en el encuadre de la más primitiva "institu-
todavía gran parte de "su encuadre" diferente al mío. Creo que la ni6n familiar" del paciente, que es una repetición de compulsión más
situación es más compleja todavía; porque el no estrecharme la mano no pürfecta, que actualiza la indiferenciación primitiva de los primeros esta-
es un detalle que falta para completar el encuadre; es un índice de que dios de la organización de la personalidad.
ella tiene otro encuadre, otra Gestalt que no es la . mía (la del trata- El encuadre, como institución, es el depositario de la parte psicótica
miento psicoanalítico), en la cual mantiene clivada su relación idealizada e l<i la personalidad; es decir la parte indiferenciada y no resuelta de los
con la madre. primitivos vínculos simbióticos.
Cuando más tratemos con la parte psicótica de la personalidad, más Se estudia el significado psicoanalítico del encuadre así definido y
debemos tener en cuenta que un detalle no es un detalle, sino índice de 111 repercusión de estas consiq.eraciones sobre la clínica y la técnica psico-
una Gestalt, es decir, de toda una organización o estructura particular. 1111ulíticas.
BIBLIOGRAF1A

"'
En síntesis, podemos decir que el encuadre del paciente es su fu- Al 11·11ham, K. : "A Particular forro of neurotic resitance against the psycho·analitic
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psicoanalista debe servir para restablecer la simbiosis original, pero o Cicial al Ier. Congreso Psicoanalít ico Panamericano, México, 1964.
justamente por modificarla. Son problemas técnicos y teóricos, tanto la ll11muger, W. y M.: "La situación analíti<>a como campo dinámico". Montevideo, Re·
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altera fundamentalmente toda posibilidad de un tratamiento profundo es análisis, vol. VI, 1, 1964.
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encuadre sólo puede ser a.nalizado dentro del encuadre, o, en otros térmi- 1lh riAtoffel, H.: "The problem of transference". Revue Fran<;aise de Psychanalyse,
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250 JOSÉ Bl,EGER TERCERA PARTE

APÉNDICE
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CAPÍTULO VII

AMBIVALENCIA Y AMBIGüEDAD
ANTECEDENTES BIBLIOGRAFICOS 1

l. BLEULER

E. Bleuler introdujo el término ambivalencia para caracterizar uno


de los síntomas fundamentales de la esquizofrenia; y desde entonces fue
fácilmente adoptado por la psiquiatría 2 , la psicología y el psicoanálisis.
Sin embargo, pese al tiempo transcurrido, el término no resultaba total-
mente claro en la literatura, y tampoco son frecuentes los estudios des-
tinados a esclarecer su sentido y sus alcances.
Alexander y Selesnick, en The History of Psychiatry, anotan el
antecedente de la Ética de Espinoza, en la que este filósofo expone en
detalle el fenómeno al que "doscientos años más tarde Bleuler llamó am-
bivalencia". Así, en la Proposición XVII dice: "Si imaginamos que
una cosa que nos hace experimentar habitualmente una afección de tris-
teza tiene algún rasgo semejante con otra que nos hace experimentar
habitualmente una afección de gozo igualmente grande, la odiaremos y la
amaremos al mismo tiempo". (Traducción de J. C. Bardé.) A esta mez-
cla de dos emociones opuestas, Espinoza la llama ''fluctuación del alma ;
él es, respecto a la afección, lo que la duda es respecto de la imaginación,
y entre la fluctuación del alma y la duda no hay más que una diferencia
de más o de menos"; y termina el Escolio de dicha Proposición: "Por
lo dicho, pues, nos podemos convencer fácilmente de que un solo y
mismo objeto puede ser causa de afecciones múltiples y contrarias".
Pero es indudablemente Bleuler el que introdujo el término, reco-
nociendo tres tipos de ambivalencia: afectiva, volitiva e intelectual.
Para la primera, dijo que "el mismo concepto puede estar acompa-
ñado simultáneamente por sentimientos agradables y desagradables: el
esposo ama y odia a su mujer"; para la ambivalencia de la voluntad o
1 Me atendré aquí exclusivamente a la bibliografia psicoanalítica y más espe-
cialmente a los escritos de Freud.
2 Revisando las Actas del Segundo Congreso Internacional de Psiquiatría (Zu-
rich, 1957) dedicado al tema de la esquizofrenia, dudo ahora de esta afirmación, ya
que en las mismas es muy difícil encontrar el empleo de este término.
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 255
254 JOSÉ BLEGER

El término ambivalencia debe ser conservado para los casos en los


ambitendencia, da el ejemplo de que: ''el paciente quiere y no quiere cuales dos comportamientos antinómicos coincidan, en el mismo objeto y
1·omer", y para la ambivalencia intelectual, el de un paciente que dijo: ni mismo tiempo: sean éstos dos actitudes, afectos, ideas o tendencias
"soy el Dr. H.; no soy el Dr. H." opuestas, y siempre que no se haya llegado a la síntesis o a la elaboración
El mismo Bleuler seíiala que "puede encontrarse fácilmente que los del conflicto. Cuando --como en el caso de los esquizofrénicos- no se
pacientes no notan las contradicciones cuando toman sus respuestas ne- reúnen necesariamente "los aspectos diferentes de un problema", tal como
gativas por positivas", y que "la ambivalencia manifiesta todas las gra- lo dice Bleuler, tampoco debemos utilizar actualmente el concepto de
daciones, hasta llr gar al negativismo, particularmente en la forma de ambivalencia, sino el de diválencia; fenómeno que puede presentarse no
ambitendencia. Veremos más adelante que esto tiene importancia en la Holamente en la patología sino también, como dice Bleuler, ''aun en con-
estructura de las ideas delirantes.'' diciones normales, puede faltar la síntesis". Esta di valencia es, genética-
El planteo se hace actualmente mús claro cuando, más adelante, en mente, anterior a la ambivalencia. Esta última se caracteriza entonces,
su libro, Bleuler retoma el problema de la ambivalencia y dice: "aun inevitablemente, por la presencia simultánea o conjunta (sobre el mismo
para la persona sana todo tiene dos aspectos. La rosa posee sus espinas, objeto en un mismo tiempo) de dos términos contradictorios. Si la
pero en noventa y nueve de cien casos, la persona normal compara los presentación es alternada (en el tiempo) se trata de la di valencia. Lo
dos aspectos, resta los valores negativos de los positivos. Aprecia la rosa mismo ocurre en el caso de que se dirijan al mismo objeto, pero que
pese a sus espinas. El esquizofrénico, con sus debilitados lazos asociativos, para el sujeto son objetos distintos que aún no ha podido integrar en sus
no reúne necesariamente los aspectos diferentes de un problema. Ama <malidades antinómicas. Cuando esta integración, síntesis o elaboración
a la rosa a causa de su belleza, y la odia a causa de sus espinas. De modo ha sido alcanzada, tampoco podemos ya designarla como ambivalente. En
que muchos conceptos simples y complicados, y sobre todo muchos com- Hintesis, ambivalencia significa siempre conflicto, sea la ambivalencia cons-
plejos, tienen para él ambos signos afectivos en más y en menos, que c·iente o inconsciente.
aparecen conjunta o alternadamente, unos después de otros. Por cierto, En el ejemplo sobre los sueños que ofrece Bleuler, en el cual el se-
aun en condiciones normales puede faltar la síntesis". t:rcto está representado por su contrario: por una muchedumbre de per-
Más adelante, Bleuler señala otro ejemplo y dice: "los mnos nos Honas, se trata, en todo caso, de una formación reactiva y no de una
ofrecen a menudo ejemplos muy claros de esta actitud. l\fuchos de ellos 11 mbivalencia 3 •
usan la frase 'cierra la puerta', cuando lo que en realidad quieren es En síntesis, podemos decir que, en la ambivalencia, Bleuler incluyó
que se abra la puerta. Después de todo, el movimiento de la puerta es un también lo que ahora podemos reconocer como divalencia, ambigüedad y
factor común; en comparación, la antítesis de abrir o cerrar pierde su l'ormación reactiva; conceptos que en la actualidad corresponde diferen-
importancia hasta el punto en que el niño no vacila en usar la expresión !:iar y aclarar, aun reconociendo los nexos que existen en todos estos
con la que está más familiarizado, para las dos cosas". l'cnómenos.
Y en el mismo libro, dice Bleuler: ''en los sueños de las personas Freud ha utilizado reiteradamente el concepto de ambivalencia y no
sanas, es un fenómeno común, una ambivalencia afectiva tanto como in- lm reconocido tampoco los distingos que hacemos en la actualidad. E'stos
telectual. En esos sueños, por lo tanto, muchas ideas están expresadas l1lt.imos son introducidos realmente con la concepción kleiniana, .que li-
casi siempre por sus contrarias; así, un 'secreto' puede estar representado 111ita el concepto de ambivalencia a la posición depresiva; que se caracteri-
por la aparición de una muchedumbre de personas". v.a por el reconocimiento de un objeto total con prevalencia de la integra-
Si tomamos en cuenta el desarrollo de los conocimientos desde la épo- c·i6n, de la ansiedad depresiva y culpa. Para la posición esquizoparanoide,
ca en que fue escrito el libro de Bleuler (hace más de cincuenta años), qu e se caracteriza por la prevalencia de la disociación y la relación de
vemos actualmente que el concepto de ambivalencia en sus escritos incluye uh.jeto parcial, la escuela kleiniana no ha creado ningún término especí-
fenómenos muy diferentes: uno de ellos es la indiferenciación o la falta l'IPo, pero sí lo ha introducido Pichón Riviere, y es el de divalencia, que
de discriminación, que se da en el ejemplo del niño que utiliza la misma d1111 omina todo~ aquellos sentimientos, tendencias o actitudes que están
frase tanto como para su deseo de abrir como para el de cerrar la puerta; d iHociados y dirigidos hacia depositarios u objetos diferentes, cuando pri-
en este caso no se trata, en rigor, de ambivalencia, sino de una falta de 11 ii t.i va o posteriormente corresponden a un solo objeto ; se debe hablar,
discriminación, o de remanentes de un sincretismo primitivo, y, como ya
lo he desarrollado, esto se halla en relación con la ambigüedad. En este s Deseo aclarar que, en mi opinión, no se trata estrictamente de una formación
último caso también se encuentran aquellos que (al decir de Bleuler) "no 1m11\1,lva , ya que tal concepto deriva del hecho de privilegiar la organización yoica de
1" l1¡ 1ll1t. P ero, adcmáR, hi formnción rcnctiva es un caso de polarización de la ambi·
notan las contradicciones" o "no aprecian los aspectos diferentes de un
ll 11lh•ll.
problema".
256 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 257

entonces, de divalencia siempre que intervenga la división esquizoide o, to, no real : con ella el soñante intenta repudiar su ambivalencia hacia la
5
en otros términos, siempre que se interponga un mecanismo de defensa persona muerta es decir la "actitud emocional contradictoria" •
ent:re ambos términos contradictorios que, por otro lado, deben corres- El término ambigüedad aparece también en Psicopatología de la vida
ponder a un mismo orden o a un mismo grupo. La divalen<,ia significa cotidiana (1901) (St. Ed. VI), cuando analiza el olvido de nombres y
siempre un conflicto potencial o evitado, aunque clínicamente origine, a series de palabras, y señala que un nombre inhibido ha rozado necesaria-
su vez, conflictos. Deseo ahora reseñar la utilización y reconocimiento, mente un complejo personal. "La relación del nombre (olvidado) con mi
por Freud, de los tres tipos de fenómenos. persona es una relación inesperada y facilitada en la mayoría de los casos
por asociaciones superficiales (tal como la ambigüedad verbal o la simi-
licadencia), y puede reconocerse casi siempre con una asociación lateral".
2. AMBIGttEDAD EN LOS ESCRITOS DE FREUD
La palabra ambigüedad figura en la edición inglesa (St. Ed. VI., 22), pero
En La interpretación de los s1wños (1900) , (St. Ed. V., 340) 4 Freud no en la edición española, en la cual ha sido traducida como '' dóble sen-
observa la utilización de palabras que, debido a su ambigüedad, son ca- tido de la palabra" (0. C. l., 27) . En el original alemán se halla la
paces de expresar más de un pensamiento y dar expresión a más de una palabra wortzweideutigkeit (doble sentido de la palabra).
idea latente. Y en el mismo párrafo señala cómo las palabras, en tanto Así, · cuando en el ejemplo b) Freud niega la existencia de una ter-
son puntos de convergencia de múltiples representaciones, deben ser con- cera fonda de una estación veraniega, el nombre de la misma resulta ser
sideradas como predestinadas a la ambigüedad. Y agrega que las neuro- muy parecido al de un médico vienés dedicado a su misma especialidad;
sis, no menos que los sueños, hacen uso de esta ventaja ofrecida por las el mi.smo nombre tiene dos significados o dos sentidos, y eso es lo que se
palabras para propósitos de condensación y de disfraz. denomina ambigüedad. Esta última cumple así la función de "embotar"
En ·1a página 410, cita a H . Sachs y dice que "si, por ejemplo, la un conflicto, y Freud habla de la "influencia depredadora del complejo
expresión de ser representada es ambigua, el trabajo del sueño puede familiar" ( St. Ed., 23).
explotar este factor (la ambigüedad), como un contacto o puente, en el Y más adelante ( St. Ed., 40) dice Freud : "un nombre que por su
que uno de los sentidos de la palabra está presente en el pensamiento pluralidad de sentidos pertenece a varios círculos de pensamientos ( com-
del sueño y el otro sentido puede ser introducido en el contenido mani- plejos) , es perturbado en su conexión con una de las series de ideas por
fiesto". En alemán utilizó, en lugar de ambigüedad, la palabra Zwei- su pertenencia a otro complejo más vigoroso". Deseo aquí señalar que
deutigkeit para la primera cita, mientras que para esta última empleó la esta pliiralidad de sentidos de un nombre o de una palabra corresponde,
palabra doppelsinn. La primera podría ser traducida como doble signi- en mi opinión, al fenómeno de la ambigüedad.
ficado o doble interpretación; la segunda como doble sentido. En el primer sueño de Dora, del Análisis fragmentario de una histe-
En el mismo tomo, estudiando los sueños absurdos (página 431), ria (1905) (St. Ed. VII., 65), subraya que la paciente ha dicho: "que
Freud habla de que los sueños con personas queridas que han muerto por la noche puede pasar algo que lo obligue a uno a salir". Y subraya
plantean problemas que pueden no ser satisfactoriamente resueltos, y esto estas palabras porque constituyen un equívoco; la edición inglesa dice en
se debe particularmente a la ambivalencia emocional marcada que domina una nota al pie que tienen un halo ambiguo, dado que pueden referirse
la relación del soñante con dicha persona. Ocurre comúnmente, en el también a ciertas necesidades físicas, y agrega que en una línea de aso-
sueño, que la persona muerta es t ratada al comienzo como si estuviera ciaciones, las palabras ambiguas actúan como puntos de unión. En alemán
viva, pero después bruscamente aparece como muerta. E sto tiene un efec- se usa zweide1dig (doble sentido) .
to confuso. Esta alternancia entre vida y muerte ocurre como si se inten- En este mismo estudio ( St. Ed., 82), al hablar de la palabra "catarro"
tara " r epresentar ind'iferencia de parte del soñante " ("me <la lo mismo la designa como "switch word", dado que este término se refiere tanto
que viva o muera"). Pero esta indiferencia, señala Freud, es, por supues- al flujo de la paciente, a un padecimiento análogo de su madre, a una
tos (catarro) del padre.
4 Las traducciones de los textos de Proud son hechas por mí del inglés, y no El chiste y su relación con lo inconsciente (1905) (St. Ed. VIII;
siguiendo la traducción española de López y Ballesteros, salvo que se indique. Utilizo
la edición inglesa para evitar errores de traducción al castellano, y porque en ella O. C. III), es particularmente rico en el estudio de la utilización y fun-
es utilizada la palabra ambigüedad, que el traductor López y Ballesteros generalmente ción de la ambigüedad en el chiste, calificado por .Freud como utilización
traduce por equívoco. La edición inglesa se abreviará en adelante: St. Ed. y la edi·
ción española O. C. El número que sigue indica tomo y página. 5 El parágrafo en el cual Freud habla de indiferencia y de .ambivalencia fue
Todas las referencias a la edición alemana de la obra de Freud han sido tomadas agregado como Nota · en la edición de la Interpretación de los sueños del año 1911,
de "Gesammelte Schriften" (Viena, 1925), y agradezco esta valiosa colaboración a la según señala Strachey, e incorporado al texto en la edición de 1930. Las palabras
doctora Susana Lustig de F errer. subrayadas son del t exto.
2.38 JOSÉ BLEGER
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 2.39

Es fácil ver en los escritos de Pr.eud que los distintos componenfes


de la técnica del doble sentido; libro que de por sí necesitaría un estudio
especial. o significados que convergen en una palabra ambigua, no son necesaria-
mente contrarios, antinómicos ni opuestos (condición que es imprescin-
En Gradiva (1907), Freud dice (0. C. III, 365 y St. Ed. TX, 84) :
dible en la ambivalencia y la divalencia) : son diferentes.
"todo lector de la obra de J en sen tiene que observar con cuánta fre-
cuencia coloca el autor en boca de los dos protagonistas, frases de doble El papel embotador de la ambigüedad es también señalado por
sentido". En inglés se utiliza la palabra amMguo en vez de frases de Preud en el caso de los sueños con personas queridas que han muerto,
doble sentido que se utiliza en la edición espaíi.ola; en alemán se utiliza en los cuales estas últimas aparecen ya como vivas o muertas, como si el
zweideutig (doble sentido). En la traducción inglesa sigue diciendo: ''en sueño intentara "representar la indiferencia de parte del soñante", pero
el caso de Hannon estas frases son para él inambiguas y solamente la esta indiferenáa (dice Freud) "intenta ayudar al soñante a repudiar
heroína, Gradiva, es la que descubre el otro sentido". sus intensas actitudes emocionales contradictorias y se transforma (la
En lá misma página (O. C.) dice Freud: "llenas de equívocos se indiferencia) en una representación, en el sueño, de su ambivalencia".
encuentran las frases en las que Zoe explica la situación a su amiga, al Tenemos así -deduciendo ahora de los propios escritos de Freud-
mismo tiempo que procura desembarazarse de su inoportuna presencia, dos tipos <le ambigüedad: a) el caso en que una palabra es ambigua
frases que en realidad rnn mús dirigidas a los lectores que a la co)ega porque contiene significados y fenómenos diferentes (no necesariamente
de la amorosa muchacha". En la edición inglesa dice que las frases de contradictorios), y que pueden no pertenecer al mismo orden o a la
Zoe están llenas de ambigüedades. • . misma clase o grupo de fenómenos; así, "catarro" se aplica tanto a
la tos como al flujo vaginal; b) el caso en que los términos de un sueño
Freud se pregunta por qué en Gradiva hay tanta preferencia por
la "utilización de frases ambiguas"; mientras que la edición española ambiguo son originariamente opuestos y pertenecen a la misma serie,
orden o grupo de fenómenos (odio-amor a la persona muerta), y la
dice "preferencia por las frases de doble sentido". Y Freud señala que
ambigüedad interviene "embotando" esta contradicción o ambivalencia.
esto no es casual, ya que estas palabras significan un compromiso entre lo
consciente y lo inconsciente y que ''la única diferencia se halla en que Freud lo señala muy bien: la ambigüedad (indiferencia en , el sueño)
este doble origen se miiestra más claramente en las palabras que en los tanto repudia como representa la ambivalencia, y, - agrego yo- de esta
actos .. . " y agrega la observación de cómo este lenguaje ambiguo se manera deja de ser tal.
verifica tambit'.·n Pn el tratamiento psicoterap(.utico. Ambos tipos de. ambigüedad pueden ser utilizados tanto por el sueño
como por los fenómenos de vigilia, entre los cuales Freud señala explíci-
tamente los lapsus y las neurosis. Pero hay cierta diferencia entre am-
ifl
bos, ya que en el primero no está todavía presente el conflicto, mientras
Desde aquí en adelante no se encuentran ya en los trabajos de Freud que sí lo están (los términos en conflicto) en el segundo caso (aunque
referencias a la ambigüedad, y el lugar de ésta es ocupado por el con- sea en forma ern botada).
cepto de ambivalencia, lo cual no significa que deje de inclvir los fenó- Otra observación que es posible extraer de los trabajos de Freud,
menos que corresponden a la ambigüedad. De todas maneras, en lo hasta es la de qüe la ambigüedad no es conocida por el sujeto, y en el caso de
aquí reseñado, el aporte de Preud al estudio de la ambigüedad y a su I-Iannon ( Gradiva), éste utiliza frases que, para él, ''Son inambiguas''
significado psicológico, es de una importancia fundamental. (dice Preud); es Zoe "la que descubre el otro sentido". Zoe actúa de
En el estudio de los sueños, de la psicopatología de la vida cotidiana, manera semejante a como lo hace el psicoanalista en el curso de un
del delirio y los fenómenos histéricos, la investigación de la ambigiiedad tratavüento: transforma la ambigüedad en discriminación.
es relevante en los escritos de Preud, y consiste en el hecho de que una Dado que el síntoma, tal como lo estudia Freud, es también una
palabra tiene varios sentidos y es utilizada justamente por esta carac- conciliación o una transacción en un conflicto, podríamos pensar que el
terística que permite riue el individuo que la utiliza (en la vigilia o el síntoma también es ambiguo. A este interrogante desearía dedicar ahora
sueño) se refiera conscientemente a uno de sus significados, pero alude mi atención, ya que opino que en los escritos anteriores a 1900, el fenó-
a otro que (>! mismo desconoce. Este otro significado es -al mismo meno más estudiado por Freud (justamente a través del síntoma ), h1i
tiempo- un otro fenómeno psicológico que el sujeto desconoce o no ha sido el que ahora llamamos dirnlencia, para retomar el problema mucho
hecho aún concicntc>. Preud <licc explícitamrnte que las palabras, debido Hiús tarde, especialmente en 1938. A estos escritos sigue un período en
a su ambigüedad, son capaces de expresar miis de un pensamiento y de \'l que estudia la ambigüedad (hasta Gradiva, 1907); y un tercer período
dar expresión a más <le una idc,a latente; las palabras -dice- están pn que presta más atención a la ambivalencia, muy ligado, especialmente,
predestinadas a la ambigüedad (Interpretación de los sueños [St. Ed. a sus estudios sobre neurosis obsesiva.
V, 340]).
260 JOSÉ BLEGER
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 261

Resumiendo: si utilizamos la terminología actual, podemos reconocer


tres períodos de los escritos de Freud en relación al tema que ahora me ciones a las que damos el nombre de ideas antitéticas penosas" 6 • Estas
interesa: ideas antitéticas penosas surgen en las neurosis y aparecen manifiesta-
mente -dice Freud- en la "folie de doute'', o sea en la duda obsesiva,
19) Estudio de la divalencia en los síntomas neuróticos; i;etomado pero, "precisamente en este punto, se conducen las dos grandes neurosis
en 1938 en Escisión del yo en el proceso defensivo y en Com- -.Ja neurastenia y la histeria- de un modo por completo distinto y
pendio de psicoanálisl:s y anteriormente en Fetichismo. característico para cada una. En la neurastenia, la idea antitética penosa
29) Estudio de la ambigüedad en los sueños, lapsus, delirio y las patológicamente intensificada, se une a la representación de la voluntad
palabras (usadas en los fenómenos de vigilia o no, y en las positiva, para formar un solo acto de conciencia, y sustrayéndose de
neurosis o no) . ella, da origen a aquella falta de voluntad de los neurasténicos, de la
39) Ambivalencia, en sus estudios sobre neurosis obsesiva y en los cual se dan perfecta cuenta estos enfermos. En la histeria, el proceso se
fenómenos con ella relacionados (tótem, tabú, melancolía). diferencia en dos puntos o quizá en uno · solo. Como corresponde a la
tendencia de la histeria a la disociación de la conciencia, la idea antité-
En lo que hemos visto hasta ahora, me he ocupado sólo del que llamo tica penosa, aparentemente coartada, es disociada del propósito y per-
segundo "período" y quisiera ahora retrotraerme al primero. Reitéro, dura, inconciente para el enfermo, en calidad de idea aislada. Es carac-
pára que no haya confusión, que si bien el término ambivalencia fue uti- terístico de la histeria el hecho de que esta representación coartada se
lizado por Freud, no ocurre lo mismo con el de divalencia, que en ningún objetiviza luego por inervación somática; cuando llega el momento de
caso aparece en su obra. En cuanto a la ambigüedad, si bien esta pala- realizar el propósito, con igual facilidad y en la misma forma, que en
bra aparece en la edición inglesa, en alemán se utiliza -como hemos estado normal, la representación de la volición positiva. La idea antitética
visto- Zweideutig o Zweideutigkeit, las cuales no corresponden exac- se constituye, por decirlo así, en una voluntad contraria, y el enfermo se
tamente a ambigüedad; pero sí corresponden a esto último los fenóme- percata, con asombro, de que toda su voluntad positiva permanece im-
nos estudiados. potente".
En la actualidad podemos reconocer que en la duda obsesiva "ten-
dríamos el caso característico de la ambivalencia, mientras que la histeria
3. DIVALENCIA EN LOS ESCRITOS DE FREUD lo sería de lo que en la actualidad llamamos divalencia, dado que los dos
términos antitéticos permanecen disociados y cada uno de ellos tiene un
En carta a J. Breuer del 29-VI-92 (0. C. XXI, 19), Freud hace destino diferente. En la neurastenia estaríamos frente al problema de.
mención del teorema "según el cual los contenidos de diferentes estados la ambigüedad.
de conciencia no pueden ser asociados entre sí". Y en el estudio Sobre I.io que estoy estudiando no es de ninguna manera ---como ya lo
la teoría del acceso histérico, en colaboración con J. Breuer, se dice señalé- el intento de afirmar que Freud utilizaba el término divalencia,
" . . . debemos anticipar que, para la explicación de los fenómenos his- ya que en esa época (1892) tampoco había sido introducido el término
téricos, consideramos imprescindible aceptar una disociación, una escisión ambivalencia ; de lo que se trata es de mostrar que este fenómeno de la
del contenido de la conciencia''. divalencia está ya presente en la obra de Freud, especialmente, tal como
En Nota III (pág. 24) formula Freud la hipótesis "según la cual lo he dicho, en sus estudios sobre la histeria, y ya se sabe que esta reseña
Ja histeria implica una propensión a la disociación temporaria del con- bibliográfica tiene el sentido de aclarar las diferencias entre divalencia,
tenido de la conciencia y a la separación de complejos ideacionales par- ambigüedad y ambivalencia.
ticulares, que no se hallan asociativamente conectados''. En Estudios sobre la histeria (1895) (St. Ed. II; O. C. X) aparece
Lo disociado o escindido del contenido de la conciencia son recuerdos · descrito y estudiado el fenómeno del splitting o de la disociación, que
que r etornan en· el ataque histérico. Así, en estos escritos del año 1892, a mi entender es básico de la divalencia, tanto como aparece superpuesto
aparecen ya las características fundamentales de lo que en la actualidad lo que e'n la actualidad llamo clivaje y que, por supuesto, no es descrito
conocemos como divalencia: una escisión o disociación de la conciencia con tal terminología por los autores (Breuer-Freud).
en contenidos diferentes ·que no pueden ser asociados entre sí. En la Introducción de Strachey a la edición inglesa (refiriéndose al
Este fenómeno se halla detalladamente descrito en Un caso de cura- capítulo primero, que fue publicado como Comunicación preliminar [en
ción hipnótica (1892) (St. Ed. I; O. C. X). En este trabajo Freud, al 1893] y que fuera escrito en forma conjunta por Breuer y Freud), se
hablar de los propósitos y las expectaciones, habla también de la "contra-
6 Ln. traducción española dice: "representaciones contrastantes penosas" y el
expectación" que "aparece representada por una serie de representa-
traductor de la edición Santiago Rueda de la obra de Freud dice (tomo XXII, pág.
465.) que la trnduci:ión correcta es "ideas antitéticas penosas".
SI:ll BlOSIS Y ,\:11 ll!GGEDAD 263
262 JOSÉ BLEGER

dr incompatibilidad"- Y luego agrega: "así. pues, d verdadero momento


explican las hipótesis fundamentales que aportan los autores y la utiliza- tra11mático es aquel en el cual llega la contradicción al yo y decide éste
ción de lo qu~ en la actualidad llamamos disociación o splitting; así, dice r•l extrañamiento de la representación contradictoria que no es por
Strachey que en el paciente histérico "los afectos quedan en un estado <'ste hecho drstrnida, sino tan sólo impulsada al inconsciente". (La
de 'estrangulamiento', y la memoria de la e:ii;;periencia a la cual está l'tlición española dice contradicci:ón rn tanto que la inglesa dice incom-
ligado es separada de la conciencia (cut off). La memoria afectiva se patible. )
manifiesta posteriormente en síntomas histéricos que deben ser recono- Y al término del caso Lnry R. dice Freud: '' t'l proceso terapéutico
cidos como 'símbolos mnésicos ', es decir como símbolos de la memoria en este caso consistió en compeler al grupo psíquico que ha sido diso-
reprimida". ciado a unirse una vez más con la conciencia del yo" (pág. 124 ) .
Esto corresponde para mí, evidentemente, a la disociación y a la En la Discusión del caso Catalina, dice Freud: "la disociación de
divalencia. El concepto disociación, por otra parte, ya había sido utilizado g-rupos psíquicos es, por decirlo así, un proceso normal en el desarrollo
por Freud en 1893 en Estudio comparativo de las parálisis motrices de los adoleserntes. y no puede parecer extralio que su ulterior incor-
orgánicas e Júst éri,,as (St. Ed . I; O. C. XI). poración al yo constitu~-a una ocasión, frecuentrmente aprovechada, en
El término splitting es usado reiteradamente, y así en la Coniuni- las pertnrbaciones psíquicas" (0. C. X, 130 ). En este caso es nuevamente
caáón preliminar (St. Ed. II, 12; O. C. X), dicen los autores (Breuer- más correcto hablar de clivaje que de disociación.
Freud) : "cuanto más detenidamente fuimos estudiando estos fenómenos 1 La disociación flparrce claramente descrita por Freud en la h:picrisis
más firme se hizo nuestra convicción de que la disociación de la con- del easo de 1sabel de 11., en el que eonsidera que el síntoma histérico,
ciencia, que es tan singular en los cnadros cllrsicos también reconocidos constituido por 11n intenso dolor en una zo11;1 detemlinada del muslo
corno 'doble conciencia', existe de un modo rudimentario en toda histeria. derecho. que snrgió durante la cnfrrmedad de su padre, se debía a que,
Siendo la tendencia a esta disociación y con ella a la aparición de estados en un lllomento determinado, habían entrado en conflicto sus deberes
anormales de conciencia (que reuniremos bajo el calificativo de "hip- l'ilialrs con sus deseos eróticos. ' ' La suj eto se decidió por los primeros,
noides "), el fenómeno fundamental de esta neurosis". r eprochándose duramente haberlos abnndonado por algnnas horas, y se
Y así, en términos similares, se habla de la disociación en estos <" reó. al obrar así. el dolor hi st:frico"; el afreto d<' la 1·epresentación rró-
estudios. f ica sP transformó. por cmwPrsión , en el síntoma histériro. (St. Ed. II,
En la descripción del caso de Ana O., que corresponde a Breuer, y 164). Aqní rrsnlta muy clara la descripción de la disociación de la con-
que no figura en la traducción española (St. Ed. II, 24), al describir a <·iencia eomo una din1lrncia: rl conflicto (ambiYalente) surgió entre el
su paciente, dice que ella tenía dos estados enteramente distintos de con- 11 mor filial ~- los deseos eróti<•os primitiYamente dirigidos al mismo objeto,
ciencia que se presentaban alternadamente, y que se fueron diferenciando 1·reándose <·on ell o '' nna condición mental intolerabk'' que la paciente
entre sí cada vez en el curso de la enfermedad. En uno de esos estados 1• ludió p~r mrdio de la disoeia1'iÓn de la concieneia .v a costa de un pade-
ella era relativamente normal, mientras que en el otro estado de con- 1·imiento físico.
ciencia ella alucinaba. En la parte t róri ra. qne pertenece• a Drrnrr. l>str dedica un apar-
En rigor, la disociación de conciencia en los casos de ''doble con- lndo especial a las idras inco11scient<'s y n las idra8 inadmisibles por
eiencia '' no corresponde a la di valencia, sino a lo que en la actualidad parte de la concirneia. ~· al splitting- d(" la mrntr . r introduce el concepto
llamo clivaje entre parte neurótica y psicótica de la personalidad. Re- d<' qne no se pued<> seguir lrnblnndo clP nna rfomeiación de la conciencia
seno· la palabra disociación para la divalencia, en la cual lo disociado Hi no de una diso<'iaeión de la mente.
no son dos estados de conciencia o dos partes de la personalidad o dos En la primrra de las Cinco c.onfNrnc ins su/Jrc psicoanúlisis (1909)
yo diferentes, sino los términos antinómicos de un mismo conflicto que ( NL Ed. XI; O. C. IT). al resumir Fr0nd los prirnrros conocimientos y
el sujeto dirige hacia diferentes objetos que, para el sujeto, tampoco 1•x periencias de sus trabajos con Breuer sobre la histeria, dice que el
están integrados en uno solo. .Así, el mismo Breuer describe a su pa- t'M f tulio de los fenómenos hipnóticos ha IJr-,y¡¡c1o a la idea, extraña· en un
ciente como ''disociada en dos personalidades, de las cuales una era men- principio, "de qur en el mismo individuo son posibles varias agrupa-
talmente normal y la otra insana. La clara división entre estos dos 1· ioncs anímicns que pueden pe1·11rnnrcrr hasta cirrto ¡rnnto indrpendientes
estados de la paciente sólo muestra más claramente, en mi opinión. lo 1•11frc sí, que no 'saben nada' unn de otl'il y q11r atr;1rn alt r•rnath·amente
que origina una g-ran cantidad de problemas no explicados en otros pa- 11 la conciencia. TalPs casos. que ocasionalmentr apareern espontúneamente,
cientes histl>ricos ". ( St. Ed. II, 45). HOll descritos como ejemplos de 'tlohle conciencia'. PPl'O donde tal diso-
En el caso de Lucy R. (St. Ed., 122, 123; O. C. , 116-117) , Freud 1•i11<·ión de la personalidad ha ocurrido . la eo11cieneia queda rcgular-
dice que es ''condición indispensable para la adquisición de la histeria 111!'nte ligada a uno de estos dos estados ~· la llamarnos estado mental
que entre el yo y una representación afluyente a él, surja una relación
264 JOSÉ BLEGER
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 265

conciente, y la otra que queda sep11rada de él la llamamos estado incon-


En La Escision del yo en el proceso defensivo (St. Ed. XXIII;
ciente ". Esta palabra splitting, que Freud usa en la edición inglesa,
no es realmente para nosotros ahora una disociación correspondiente a la
o.e. XXI) Freud señala cómo se produce "una grieta en el yo" y cómo
"dos reacciones opuestas frente al conflicto persistirán como núcleos de
divalencia, sino un clivaje de la personalidad.
una escisión del yo" .
.Al comienzo de la segunda de las Conferencias, en la edición inglesa, En Compendio del psicoanálisis St. Ed. XXII; O.e. XXI), en el
aparecen como sinónimos los términos disociación y splitting de la con- capítulo VIII, Freud habla de una escisión psíquica ("psychical split")
ciencia, mientras que en la edición española se traducen los dos términos para explicar cómo se pueden formar "dos actitudes psíquicas .e n lugar
por disociación y desdoblamiento de la conciencia. de una sola; la primera, que tiene en cuenta la realidad y es normal;
En esta misma segunda Conferencia Freud muestra la diferencia la otra, que aparta al yo de la realidad bajo la influencia de los instin-
entre su concepción y- la de Janet , diciendo: "nosotros no derivamos el tos . .Ambas actitudes subsisten la una junto a la otra". Y luego agrega:
desdoblamiento psíquico (psychical splitting) de una insuficiencia in- ''el punto de vista según el cual en todas las psicosis debe postularse
nata del aparato anímico para la síntesis, sino que lo explicamos diná- una escisión del yo (" splitting of the ego"), no merecería tal impor-
micamente por el conflicto ele fuerzas psíquicas encontradas y reconoce- tancia si no se confirmara en otros estados más semejantes a las neurosis,
mos en él el resultado de una lucha activa entre ambas agrupaciones y finalmente también en estas últimas. Por primera vez me convencí de·
psíquicas"; y más adelante prosigue: "No puede, por lo tanto, recha- ello en casos de fetichismo". Y luego dice: ".Ambas actitudes subsisten,
zarse la idea de que para que el conflicto tenga la disociación por conse- la una junto a la otra, durante la vida entera, sin afectarse mutua-
cuencia son necesarias otras condicionantes, y tenemos que reconocer que mente. He aquí lo que justificadamente puede llamarse una escisión
con nuestra hipótesis de la represión no nos hallamos al final sino al del yo".
principio de una teoría psicológica''. .Aquí Freud afirma con toda cla- En todos estos casos, creo, se trata de un clivaje entre parte neuró-
ridad la existencia del conflicto que, para nosotros actualmente, es nece- tica y psicótica de la personalidad, y que a esto no podemos aplicar el
sariamente ambivalente, a diferencia de la divalencia en la cual ya los concepto de disociación ni el de divalencia correspondiente a la posición
términos antinómicos del conflicto han sido disociados.
.
En un corto trabajo del año 1924, Neitrosis y psicosis (St. Ed. XIX;
. esquizoparanoide.
.Al final de este capítulo VIII, creo que Freud superpone indebida-
O.e. XIV), al final del mismo, Freud habla de que el yo puede defor- mente el clivaje que está estudiando hasta ese momento (entre parte
marse espontáneamente tolerando daños de su unidad o incluso diso- neurótica y psicótica del yo), con la disociación (splitting), que ocurre
ciándose en algún caso. En la St. Ed. se utiliza, para hablar de la diso- entre objeto bueno y malo tanto como en el yo implicado en el conflicto,
ciación del yo, el t érmino "cleavage" (utiliza los términos: "cleavage porque dice que esta escisión yoica no es tan novedosa y extraña y que
or division of itself"). Este problema es luego retomado por Freud en ello responde a una característica general de la neurosis, ''sólo que en
Fetichismo (1927) y en dos trabajos inconclusos, a. saber: La Escisión este caso una de aquéllas pertenece al yo, y la antagónica, estando re-
del yo en el proceso defensivo (1940) y en el capítulo VIII de Com- primida, forma parte del ello".
pendio del psicoanálisis. Desde 1909 hasta 1924 no vuelve a utilizar Y esto último corresponde, en realidad, a la divalencia y a la
estos términos 7 • disociación y no al clivaje. Una diferencia fundamental reside en que,
En Fetichismo (1927) (St. Ed. XXI; O.e. XXI), Freud habla de la en la disociación, se trata de una separación de antinómicos dentro de un
doble actitud del fetichista, que implica una disociación del yo. Strachey mismo nivel de estructura del yo; mientras que en el clivaje se trata
añade una Nota diciendo que el comienzo de estas ideas sobre splitting, de una separación entre dos organizaciones de diferente estructura o de
sobre la disociación del yo (splitting), se podrían encontrar ya en una distinto nivel de organización (madurez e inmadurez).
carta de Freud a Fliess del 19 de enero de 1896 y en su trabajo : Las
neiiropsicosis de defensa (1894) (St. Ed. III; O.e. XI). 4. AMBIVALENCIA EN LOS ESCRITOS DE FREUD
En el caso del fetichismo, tal disociación del yo -diríamos ahora- Desde que Bleuler introduce, en el año 1910, el término ambiva-
es en r ealidad un clivaje entre una parte más evolucionada y adulta lencia, Freud utiliza ya ·exclusivamente este concepto, inclusive para los
de la personalidad que ha reconocido la realidad, y otra parte infantil fenómenos que, según hemos visto, podrían corresponder a lo que en la
que se atiene todavía a una organización primitiva.
actualidad llamamos divalencia por un lado y ambigüedad por otro 8 . Si
7 Aventuro la hipótesis de que Freud abandonó el concepto de disociación y,
8 Ya he señalo.do que vuelve a utilizar otros términos (disociación, c!ivajc)
por lo tanto, el estudio de la divalencia, no sólo por la introducción por Bleuler del
concepto ambivalencia, sino también para diferenciar sus teorías de las de J anet. en 1924, 1927 y 1940. Resulta, al respecto, oportuna una cita de Jones de Vida y obra
de Sigmund Freud, que dice: "La mayor parte de quienes han estudiado a Freud se
266 JOSÉ BLEGER
SIMBIOSIS Y AMilIGÜEDAD 267

se desea seguir cronológicamente en su obra, en sus escritos, la utiliza- inconsciente. De esta manera, Freud aplica aquí el mismo término tanto
ción del concepto de ambivalencia, se debe tener muy en cuenta que, en a la ambivalencia como a la divalencia.
sucesivas ediciones de sus trabajos anteriores al año 1910, introduce, a
En Tres ensayos sobre una teoría sex ual ( St. Ed. VII; 0.C. JI),
veces en el mismo texto, agregados con el concepto de ambivalencia.
Freud se r efiere a la ambirnlencia al estudiar la sexualidad infantil y
Y, por otra parte, debemos distinguir, además, cuando Freud estu- dice (en 0 .C. ) "otro de sus caracteres es el de que los pares antit éticos
dia y r econoce el fenómeno de ambivalencia y lo denomina como tal, instintivos están desarrollados aproximadamente de la misma manera,
de aquellos casos en los cuales describe el fenómeno de ambivalencia sin conducta que ha sido denominada por Bleuler -muy felizmente- ambi-
aplicarle este término. Un ejemplo de lo primero se da en Tres ensayos valencia ''.
sobre una teoría sexual, que originariamente publicado en 1905 incluye, En La dinárnica de la transferencia (1912) (St. Ed. XII ; 0.C.
en las ediciones posteriores, en el texto, un sub-capítulo titulado direc- XIV), dice que en la psieoneurosis la transferencia positiva coexiste con
tamente ambivalencia. la transfer encia negativa dirigidas simultáneamente a la rnisma persona,
En Un caso de neurosis obsesiva (1909) (St. Ed. X, 239 y O.C. y agrega: '' Bleuler ha acuñado el excelente término ambivalencia para
XVI, 87), Freud agrega, en el año 1923, una Nota donde r ecuerda que definir este fenómeno. Hasta cierto punto, la ambivalencia de sentimien-
Bleuler introdujo en 1910 el t érmino ambivalencia para describir estas tos de este carácter parece ser normal; pero un alto grado de ella es
constelaciones emocionales que está discutiendo en el caso de la neurosis ciertamente una especial peculiaridad de la mente neurótica. En las
obsesiva, el conflicto entre el amor y el odio : "pero nos asombra encon- neurosis obsesivas una precoz separación de los 'pares de opuestos '
trar una yuxtaposición crónica entre amor y odio, muy intensos ambos parece ser característica de sn vida instintiva y ser también una de sus
y orientados hacia la misma p ersona". "Realmente, una tal subsistencia precondiciones constitucionales. La ambivalencia en las tendencias emo-
de los contrarios sólo es posible bajo especiales condiciones psicológicas cionales de los neuróticos es la mejor explicación de su habilidad para
y con la colaboración de lo inconsciente. El amor no ]Ja podido extinguir poner sus transferencias al sen ·ieio de la resistencia". En la Nota de
al odio sino tan sólo r echazarlo a lo inconsciente, instancia psíquica en página 106 ( St. Ed.) Freud dice que Bleuler introdujo el término ambi-
la cual se encuentra a salvo de la acc ión de la concie.ucia y puede sub- valencia en 1910 y . que Stekel propuso el término bi-polaridad para el
sistir sin mengua alguna e incluso crecer . En tales circunstancias p[ mismo fenómeno. Strachey comenta que ésta es la primera mención de
amor consciente suele alcanzar a su Yez, por r eacción, especinl intensidnd. la palabra ambivalencia que hace Freud, pero que la utiliza ocasional-
para pod"'r llevar a cabo constantemente y sin descanso la tarea de man- mente también en otros sentidos, para describir la simultánea presencia
tener en la represión al contrario. Esta singular constelación de la vida de impulsos activos y pasivos.
amorosa par"'ce tener su condición en una disociación muy temprana. En Los instintos y stts destinos (1915) (St. Ed. XIV; 0.C. IX)
acaecida en el prríod6 pre-histórico infantil, de los dos rlementos anti- Freud aplica el tfrmino ambivalencia a la Pxistencia en cada. movimiPnto
téticos, con r epresión de uno de ellos. generalmente del odio". (Y aquí instintivo de su contrario. Y agrega que " la amplitud de la ambivalrn-
se agrega la nota del aíío 1923.) E s decir que para Frend el t érmino cia varía mucho según hemos podido comprobar. rn los distintos in-
ambirnlencia se aplica . tanto a la existPneia yuxtapuesta, conjuntá , de dividuos, grupos humanos o razas. Los casos de amplia ambin1leneia
amor y odio, "o rientados hacia la misma persona", como a la disocia- en individuos contemporáneos pueden ser interpretados como casos de
ción entre amor y odio, aun cuando uno de ellos sea consciente y el otro her encia arcaica, pues todo nos lleva a suponer que la participación de
los movimientos instintivos no modificados en la vida instintiva , fue en
ha n visto imp rrs ion ados por lo qu i· s1 • ha 1lado 1·n llamar su pflrtinaz dualismo. Do épocas primitivas, mucho mayor que hoy".
l1ah<•r s ido fil ósofo, scgura1111 •1it" no habría s i1l o monista ni se huhi crn sentido a gugto
rn el universo plurali sta <fo William Jamrs . .-\ tran's dP to1la su ohra se athicrt(• lo
En la edición inglesa de este mismo artículo (tomo XIV, 131).
que Hci11z Hartmann ha llamado 'un ¡wnsarni1,11to dialéctico uu índ ole muy caractP· Strachey dice que el término ambivalencia pareciera no haber sido usado
rístic.a, qui• tiende a fu nd ar sus b~o ríaR C' ll la interaec ióu d0 do~ fuerzas opuestas'. por Bleuler en este sentido en que lo hace aquí Freud. Continúa Stra-
Donde St' VP resaltar mú.s esto <'f', naturahneutr, t'll ~u:-; rlasíficacio11cs h:l.Hicn~: amor-
llamhr<', ,·o-~¡·xualidad, autopro t· i~mo - hPtProC'rot"i :-: m o, Ero~-Tanato:-:. vida -mw•rh\ ,. :.i :~ í
chey que Bleuler distinguía tres clases dr ambirnlencia: 1) emocional,
succsivam:entr. R.·eurrdo cuán t•xt.raño me había parecido esto a mí, que había· sido es decir la oscilación entre odio y amor; 2) volitiva, es decir la inhabi-
<'ducado en una Pscurla biológi ca qui• pensaba cu los instintos rn plural. P !'ro la lidad de decidir una acción, y 3) intelectual, es decir la ereneia en
mi sma afición a las parej as d1• e.oncrptos vuelve a hallarse una y otra vez: amor-odio, proposiciones contradictorias. Strachey dice que, generalmente, Freud
Pxhibic io11i smu-c:·wuptof'ili:1 , t>tl·. Es como si 1•,rt>ud huhiera. tP11i<lo dificultad parn.
rnfocar los temas s i no los 1li.-itlía t·n do• eo n1•cpto• opuestos y nunca más de dos. La utiliza el término en el prirnero de estos sentidos, y que un pasaje de
<'Xist.rncia 1·n la nwnte humana dr un eo nflicto fundamental entre dos fuerzas opiwstas Los úistintos y sus destinos es uno de los pocos casos en los que Freud
t' ra un hecho básico para él."
hn aplicado el término arnbivalencia a la actividad y pasivida.d.
268 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 269

En el mismo artículo, Los instintos y sus destinos, cuando Freud acto en conexión con ese objeto. Experimenta, de continuo, el deseo de
estudia la transformación de un instinto en su contrario, utiliza tam- realizar dicho acto --el tocamiento-- pero lo detiene el horror que el
bién el término ambivalencia para la antítesis amor-odio y dice que ''es- mismo le inspira. El conflicto entre esas dos corrientes no resulta fácil-
tos dos sentimientos aparecen también muchas veces orientados conjim- mente solucionable, porque están localizadas en la mente del sujeto de
tamente hacia un solo y mismo objeto, ofreciéndonos así el más im- tal manera que no pueden oponerse. La prohibición es claramente cons-
portante ejemplo de ambivalencia". ciente, mientras que la tendencia a tocar es inconsciente y el sujeto
la desconoce en absoluto. Si así no fuera, una ambivalencia como ésta
no podría mantenerse durante tanto tiempo ni producir las manifes-
"'
Resumiendo, hasta ahora, Freud ha utilizado el concepto de ambi"
taciones a que acabamos de referirnos". Aquí Freud acepta, para la
ambivalencia, la disolución y la represión de uno de los términos, a lo
valencia para fenómenos diferentes (y a veces en un mismo artículo): cual (así descrito), en la actualidad, aplicaríamos el término divalen-
a) Conflicto de sentimientos, entre amor y odio, en Un caso de neti- cia y no el de ambivalencia. Sin embargo, los actos obsesivos que apare-
rosis obsesiva y en Instintos y sus destinos . Pero en el primero cen como transacciones, "constituyen por una parte testimonios de arre-
de estos trabajos llama una ambivalencia, tanto a la yuxtaposición pentimiento y esfuerzos de expiación, y por otra, actos sustitutivos para
de amor y odio hacia la misma persona, como a la disociación compensar el instinto que ha sido prohibido. Es ley de la neurosis que
entre amor y odio. tales actos obsesivos vayan entrando cada vez más al servicio del ins-
b) Pares antitéticos instintivos, en Tres ensayos sobre una teoría tinto y aproximándose así paulatinamente a la actividad originalmente
sexual y en Instintos y sus destinos. prohibida''. De esta manera, en las neurosis obsesivas, el acto obsesivo
es realmente ambivalente y la disociación no puede ser estrictamente
c) La actividad-pasividad, en Instintos y siis destinos.
mantenida; los síntomas y mecanismos defensivos significan una tran-
d) La transferencia positiva y negativa "dirigidas simultánea- sacción y no una total o exitosa represión.
mente a la misma persona", en Dinámica de la transferencia. Después, dice Freud que los pueblos primitivos han adoptado ante
En la actualidad, podemos incorporar al término ambivalencia todas sus tabúes una actitud ambivalente. ''En su inconsciente, no desearían
estas acepciones, excluida la disociación amor-odio (que describe en Un nada mejor que su violación, pero ellos temen hacerlo ; y temen precisa-
caso de neurosis obsesiva y. que corresponde, en rigor, a la divalencia mente porque les gustaría, y el miedo es mayor que el deseo. El deseo es
de la posición esq~izoparanoide) . Lo que caracteriza la ambivalencia no inconsciente, sin embargo, en cada individuo miembro de la tribu tanto
es precisamente su contenido (que puede ser muy diferente en cada como lo es en los neuróticos".
caso), sino la coexistencia simultánea en conflicto de pares antitéticos Freud señala (págs. 35-36) los factores psicológicos en el caso de
dirigidos al mismo objeto. Freud utiliza, en lugar de objeto, la pala- la neurosis y dice que los síntomas, y particularmente los actos obsesi-
bra persona, pero en la actualidad reconocemos que puede no ser una vos, las medidas defensivas y las órdenes obsesivas derivan de· impul-
persona sino una parte de ella (lo que ahora designamos como objeto sos ambivalentes, y se dispone demostrar que lo mismo sucede en el
parcial). tabú, y agrega: '' . . . ambivalencia, esto es, el predominio de impulsos
Pero continuemos todavía con otros textos importantes de Freud. opuestos . .. "
Freud dice (pág. 157) : "He tenido frecuente ocasión de subrayar
que la ambivalencia emocional en el sentido propio del término --esto
"'
En Totem y tabí¡, (1913) (St. Ed. XIII), Freud dedica el capítulo
rs, la existencia simult~nea de amor y odio hacia el mismo objeto- está en
la raíz de muchas importantes instituciones culturales". Aquí Freud
II al estudio del tabú y la ambivalencia de los sentimientos y, en la pá-
define el sentido estricto en el cual usa el término ambivalencia: la exis-
gina 29 (o 47 de O.C. VIII)" üa como ejemplo un caso típico de "delire
a toucher", en el cual, "en la más temprana infancia del sujeto, se ma- tencia simultánea hacia el mismo objeto de dos términos antitéticos, y
nifestó un intenso deseo táctil, al que se opuso desde el exterior una esta definición, creo, es la correcta y la que debe ser mantenida para el
prohibición de realizar los actos con él ligados", de lo cual resultó una concepto de ambivalencia.
represión del deseo táctil en lo inconsciente, y agrega Freud : ''El carác- Freud comenta (pág. 129) el caso "Juanito" y dice que el niño
ter principal de la constelación psíquica así fijada, reside en aquello t>ncuentra alivio del conflicto que surge . de su doble relación con el
que según la acertada expresión de Bleuler, podríamos llamar la actitud padre, de la actitud emocional ambivalente hacia éste, desplazando sus
ambivalente del sujeto con respecto a un objeto particular, o hacia un NCntimientos hostiles y temerosos hacia un sustituto de su padre. ''El
270 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 271

desplazamiento no consigue resolver el conflicto, no puede establecer una En Inhibición, síntoma y angustia (pág. 102), Freud repite la misma
definida separación entre los sentimientos de afecto y los hostiles. Por definición de ambivalencia: amor y odio dirigidos hacia una y la misma
el contrario, el conflicto persiste en relación al objeto hacia el cual el persona.
desplazamiento ha sido hecho: la ambivalencia se extiende a él''. Aquí En Observaciones sobre la teoría y la práctica de la interpretación
vuelve a tenerse la impresión de que Freud sigue aplicando el término onírica (1923) (St. Ed. XIX, 113; 0.C. XIX, 206), dice Freud: ''En
ambivalencia a la coexistencia de sentimientos contradictórios, al mismo principio, no es nada fácil llegar a decisiones generales sobre el valor de
tiempo, sobre el mismo objeto, ya que cuando no se puede establecer la los sueños correctamente traducidos. Si el paciente se encuentra en con-
separación entre ambos (ahora diríamos la división esquinozoide), con- flicto de ambivalencia, un pensamiento hostil surgido en él no significa,
sidera que la ambivalencia sigue persistiendo hacia el objeto reempla- por cierto, una superación definitiYa de las tendencias amorosas, es decir,
zante del padre. Sin embargo hemos visto que Freud no excluye de la una solución del conflicto; evidentemente, tampoco un sueño del mismo
ambivalencia a los términos disociados (en este mismo libro). contenido hostil puede tener tal significación. En presencia de semej:mte
En Introducción al psicoanálisis (St. Ed. XV, 428) Freud define conflicto de ambivalencia suele sucedi:r que en cada noche aparezcan dos
la ambivalencia como el dirigir ''hacia la misma persona sentimientos sueños, cada uno de los cuales muestra una actitud distinta. En 1ales
contrarios, amorosos y hostiles"; y (en pág. 332) al describir el com- casos, el progreso consiste en lograr el aislamiénto completo de an 1bos
plejo edípico como la oposición del deseo del chico de tener a su madre impulsos antagónicos, persiguiendo y comprendiendo a ambos hasta sus
para él solo y el rechazo del padre, dice que -este último- puede ser extremos últimos, con ayuda de sus reforzamientos inconscientes. En oca-
frecuentemente oscurecido por la circunstancia de que, en otras ocasio- siones, uno de ambos sueños ambivalentes ha sido olvidado, pero enton-
nes, el mismo chico puede simultáneamente dar evidencias de gran ees será preciso no dejarse engañar creyendo que la ambivalencia se ha
afecto por su padre. Y agrega: ''pero las actitudes emocionales con- decidido a favor de una de sus tendencias. Con todo , el olvido de uno de
trarias -o, como es mejor decir, ambivalentes- que en el adulto condu- los sueños muestra que, por un momento, nna de las tendencias ha alcan-
cirían a un conflicto, resultan compatibles una con la otra por un largo zado la supremacía, pero esto sólo tiene vigencia durante un día y puede
tiempo en el chico, tal como ellas se hallan posteriormente lado a lado modificarse. Quizás la noche siguiente ya presente en primer plano la
en el inconsciente". Cuando Freud se refiere al complejo ed ípico como manifestación contraria. El verdadero estado del conflicto sólo puede ser
la atracción por la madre y el rechazo por el padre, estas actitudes con- deducido teniendo en cuenta todas las manifestaciones restantes, inclu-
trarias son compatibles porque, en rigor, no son ambivalentes sino diva- yendo las de la vida diurna".
lentes. Si una ambivalencia subsiste sin promover conflicto, estamos, en En M~alestar en la cultura ( 1930) (St. E. XXI, 122), al estudiar el
rigor, frente a la ambigüedad. sentimiento de culpa, dice que es una "expresión del conflicto debido a
En Psicología de las masas y análisis dei yo (1921) ( St. Ed. la ambivalencia, debido a la lucha eterna entre Eros y el instinto de des-
XVIII; O.C. IX), en una nota (al pj&·aé página 79), dice Freud: "En trucción o de muerte". El término ambivalencia ya no es solamente apli-
chicos pequeños, por ejemplo, las actitudes -emocionales ambivalentes hacia cado a un conflicto entre dos tendencias opuestas o a dos emociones con-
aquellos que les son. próximos, existen lado a lado por largo tiempo, sin tradictorias, sino directamente al conflicto entre los instintos primarios,
que interfiera una de ellas sobre la expresión de lo opuesto. Si eventual- tal como lo dice en la página 137.
mente aparece un conflicto entre ambas, es frecuentemente resuelto por el En Dostoievslci y el parricidio (1928) (St . Ed. XXI; 0.C. XXl),
chico cambiando el objeto y desplazando una de las emociones ambiva- se refiere nuevamente a la ambivalencia en la relación del chico con el
lentes sobre un sustituto. La historia del desarrollo de la neurosis en el padre y entiende aquí por ambivalencia el odio del chico que busca dPs-
adulto nos muestra también que la emoción suprimida puede frecuente- .hacerse del padre como rival, al mismo tiempo que estún presentes tl'u -
mente subsistir por largo tiempo en el inconsciente y aun en fantasías dencias afectuosas hacia él.
conscientes cuyo contenido es, naturalmente, opuesto a la corriente domi- En La sexiwlidad femenina (1931) (St. Ed. XXI; O.C. XXI), clil:e
nante, sin que esta contradicción resulte uná rebelión del yo contra lo que ''no podemos ir tan lejos como para afirmar que la ambivalencia <l o
reprimido. La fantasía es tolerada durante un largo tiempo, hasta que de la catexis emocional sea una ley válida universal, y que es absolutamL'llL<'
pronto, y la mayor parte de las Yeces, a consecuencia del incremento de la imposible sentir un gran amor por una persona sin estar acompañado por
carga afectiva de la fantasía, surge el conflicto entre ella y el yo con r l odio que es posiblemente igualmente grande, o viceversa. Los adnlLoK
todas sus consecuencias". 11ormales indudablemente tienen éxito en separar estas dos actitudes, y
Más adelante (página 102) , dice: "cuando esta hostilidad es dirigida Ho se sienten obligados a odiar el objeto amado y a amar a sus enemigo8
contra personas que, por otro lado, son queridas, lo definimos con una 1anto como a odiarlos. Pero esto parece ser el resultado de un desarroll o
ambivalencia de sentimientos ... '' posterior. En las primeras partes de la vida erótica, la ambivalencia es
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 273
272 JOSÉ BLEGER

5. M. KLEIN Y FAIRBAIRN
evidentemente la regla. Mucha gente retiene este rasgo arcaico durante
toda su vida. Es característico de la3 neurosis obsesivas, en .sus relaciones· En El psicoanálisis de niños, de Melanie Klein, publicado original-
de objetos, que ·el amor y odio se contrabalancean uno con otro. En las mente en 1922, la autora (pág. 44), en el caso Ruth, dice que: "Era una
razas primitivas, también, podemos decir que la ambivalencia predo- de esas niñas cuya ambivalencia se manifestaba, por un lado, en su fuer-
mina". te fijación en la madre y en algunas mujeres, y, por otra parte, en su fuerte
En Nuevas aportaciones al psicoanálisis (1933) (St. Ed. XXII; O. antipatía por otras, generalmente desconocidas". En rigor, no se trata
C. XVII, en el capítulo XXII (página 99), Freud se refiere a la subdivi- aquí de ambivalencia sino de divalencia, ya que sentimientos antitéticos
sión de la fase oral y dice que : "en el primer sub-estadio (oral) existe que forman parte de un solo conflicto se hallan disociados y distribuidos
sólo la incorporación oral, no hay ambivalencia en la relación con el sobre objetos distintos que, de esta manera, tal como lo desarrolla Mela-
objeto -4ll pecho de la madre-. El segundo estadio, caracterizado por nie Klein, en trabajos posteriores, resultan objetos parciales aunque se
la emergencia del morder, puede ser descrito como oral-sádico; aparece por trate de personas 9 .
primera vez el fenómeno de la ambivalencia, que se vuelve después mucho Más adelante (pág. 167) superpone mucho más ambivalencia y diva-
más claro en la parte sádico-anal posterior". lencia cuando la autora, al estudiar las formas que adopta el yo para
En Compendio de psicoanálisis (1940) (St. Ed. XXIII; 0.C. XXI), vencer la ansiedad, dice que: ''el individuo puede alejarse de él (del
en el capítulo IV (página 176), Freud dice: "Desde que la transferen- objeto) a causa de su miedo de él como fuente de peligro y también para
cia reproduce las relaciones del paciente con sus padres, aparece la ambi- protegerlo de sus propios impulsos sádicos, o puede dirigirse hacia
valencia de esta relación también. Inevitablemente ocurre que un día su él con sentimientos más positivos. Una relación de objeto de esta clase
actitud positiva hacia el analista cambia en una negativa hostil. Esto, es provocada por una disociación de la imago materna en buena y
también romo una regla de repetición del pasado. Su obediencia a su mala. La ambivalencia del individuo frente al objeto no sólo representa un
; ,adre (es el padre el que está en cuestión), su solicitud de los favores de paso más en el desarrollo de sus relaciones de objeto, sino que es un meca-
:su padre, tiene sus raíces en un deseo erótico dirigido hacia él. En un nismo de fundamental importancia para vencer el miedo a su superyó,
momento u otro esta demanda aparece en un primer plano de la trans- distribuyéndolo, después de haberlo dirigido al exterior, sobre un número
ferencia e insiste en ser satisfecha. Pero en la situación analítica sólo se de objetos, de modo que algunos de ellos representan el objeto que él
puede encontrar con la frustración. Las relaciones sexuales reales entre el atacó y que por lo tanto le amenazaba con peligro, y otros, especialmente
paciente y el analista están fuera de lugar y aun los métodos sutiles de su madre, significan la persona bondadosa y protectora".
satisfacción, tales como el dar preferencia, intimidad, no son garantidos Al estudiar el desarrollo de la actitud de la niña frente al pene del
por el analista. Un rechazo de este carácter es tomado como ocasión para padre (pág. 212), dice: "En circunstancias favovables la niña cree
algún cambio ; cosas parecidas ocurrieron en la misma forma en la infan- no sólo en la existencia de un pene introyectado peligroso, sino en
cia del paciente". uno benéfico y servicial. Como resultado de esta actitud ambivalente,
En la página anterior , ( 175), dice que la transferencia es ambiva- luchará por contrarrestar su miedo a un pene malo introyectado por una
lente: "Comprende actitudes positivas de afecto tanto como negativas hos- introyección continua de uno bueno en el coito ... ''
tiles hacia el analista, el que como regla se ha puesto en el lugar de
alguno de los padres del paciente, su padre o su madre". Es decir que en la época en la cual Melanie Klein escribió El psico-
análisi~ de niños (1932), bajo el término ambivalencia se incluyen tanto
.,, la ambivalencia como la divalencia .
En Algunas conclusiones teóricas sobre la vida emocional del lac-
En síntesis, vemos en estos estudios de Freud las mismas proposi- t,ante, Melanie Klein, al hablar de la posición esquizoparanoide se refiere
ciones que ya he reseñado anteriormente y es Tótem y tabú el escrito en el a la ambivalencia como ''a una síntesis entre sentimientos de amor y pul-
cual culminan y se desarrollan todas las modalidades y fenómenos que siones destructivas hacia un mismo objeto -el pecho-, que a su vez oci-
Freud incluye bajo el término ambivalencia .. Por otra parte, se confirma, gina angustias depresivas, culpa y necesidad de reparar el objeto dañado,
creo, también, la necesidad de separar de tal denominación a los que el pecho bueno ".
pertenecen, en rigor, a la divalencia y a la ambigüedad. Para Melanie Klein, la ambivalencia está relacionada con objetos
Y en este sentido, los estudios de M. Klein y Fairbairn resultaron totales, y la disociación con objetos parciales; sin embargo, su utilización
decisivos. "
s No me ocuparé de otros tipos de disociaciones sugeridos por M. Klein, Ro-
acnfeld y Bion.
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 275
274 JOSÉ BLEGER

objetos de la posición esquizoparanaoide; y que, además, la ambiva-


de ambos términos no es totalmente clara, al respecto es mucho míis claro
lencia puede existir con una parte del cuerpo de la madre o con la
y definido Fairbairn; para Melanie Klein, en la disociaeión (o diYisión
totalidad de ella como persona; pero que cuando se habla de objeto par-
esquizoide), cada uno de los sentimientos antitéticos es experinwntado
cial no tenemos que referirnos a una parte del cuerpo de la madre, sino
por separado con el pecho, y para ella, esta parte de la totalidad de la
a un objeto tratado en función o en base de uno solo de los sentimientos
madre es lo que denomina objeto parcial. Por el contrario la ambiYalen-
antitéticos disociados, pudiendo ser este objeto, otra vez, una parte del
cia es Yivenciada con una persona total, es decir, con Ja madr<· y no
cuerpo o la totalid"ad de una persona.
con su pecho. Sin embargo, en el capítulo II de ese mismo artículo, dice
que "la ambiYalencia es a veces vivcnciada en relación con un objeto par- En este sentido, ya he dicho que resulta más claro Fairbairn, en su
cial, el pecho ele la madre", y en una nota en la misma página agrrga: artículo del año 1940 "Factores esquizoides en la personalidad", donde
"en mi artículo C'ontrib11.ción a la génesis de los estados maníaco-dcprr- describe las características de la esquizoidia y la tendencia u orientación
sivos sugiero que la ambivalencia es vivenciada por primera vez en rela- de la misma hacia una relación de objeto parcial. Y ofrece ejemplos de
ción con el objeto total durante la posición depresiYa. De acuerdo a la ellos, refiriéndose a cómo se puede tratar a otra persona, no por lo que
modificación de mi opinión respecto al snrgimiento de la angustia depre- esta persona tiene como valor que le es inherente, sino pata satisfacer los
siva, considero ahora qne también la ambivalencia es vivenciada con res- propios requerimientos con una relación emocional insatisfactoria, o bien
pecto a objetos parciales". cuando se trata a la otra persona como si fuese un órgano del cuerpo.
En su artículo del año 1941 ''Revisión de la psicopatología, de la psicosis
L<i diferencia entre objeto parcial y objeto total se halla rnús clara- y la psiconeurosis' ', Fairbairn dice que el estadio transicional, que se
mente formulada por Fairbairn, en el sentido de que objeto parcial no ubica entre la dependencia infantil y la dependencia madura, ''sólo co-
es solamente una parte del cuerpo de la madre o de otra persona con la mienza cuando la ambivalencia de la fase oral ha comenzado a dar lugar
cual el niño o el adulto se hallan relacionados, sino que, fundam ental- a una actitud basada sobre la dicotomía.del objeto. Dicotomía del objeto
mente, objeto parcial se refiere a que se experimenta eon nna prrsona puede ser definida como un ·proceso en el cual el objeto original, hacia
(o con una parte de la misma) sólo uno de los sentimientos del confli<.:to o el cual habían sido dirigidos el amor y el odio, es reemplazado por dos
de los términos antinómicos. Es deeir, que lo importante no se refiere, objetos -un objeto aceptado, hacia el cual se dirige el amor, y un objeto
en el concepto de objeto parcial, a que ~ste es una parte de la persona, rechazado, hacia el cual se dirige el odio.
sino mllcho más fundamentalmente a que la persona no es Yista sino a
través de uno solo de los sentimientos. Aquí se utiliza la palabra dicotomía de la misma manera como nos-
otros hemos adoptado el término divalencia, pero creemos sin embargo
De la misma manera, objeto total no debe referirse fnndamental-
conveniente conservar este último, porque dicotomía aparece más como
mente, a mi entender, a la persona en su totalidad, sino qne debe asig-
sinónimo de disociación', mientras que divalencia caracteriza el carácter
narse tal denominación a un objeto hacia el cual puede dirigirse la ambi-
de la relación de objeto.
Yalencia, ya sea este objeto una persona o parte <le una persona.
Sin embargo, la concepción de objeto parcial tal cual la adopto, no
Para Mclanie Klein no existe un estado preambivalente, tal como lo está tampoco claramente definida en Fairbairn, aunque resulta difícil
postula Abraham "en la medida en que esto implica que las pulsiones seguir paso a paso toda la evolución de su pensamiento, ya que él, como
destruetirns (sádico-orales) apareeen con la dentición". Para <>lla, las Melanie Klein o Freud, ha modificado sus puntos de vista ; pero tome-
pulsiones agresiYas y libidinosas existen ya drsde el comienzo de la ora- mos a uno de sus discípulos, quien, al respecto, expone la posición de
lidad y en los estadios mús primitiYos, y agrega qne ''no hay razón para su maestro; nos referimos a Guntrip, quien expresa lo siguiente: ''Cuan-
dudar de que en relación eon el primer objeto -el pecho- el yo es a do la madre comienza a ser experimentada como la persona total y las
veces capaz, mediante la disociación, de separar la libido de la agresión". partes buenas y malas, aspectos o fases de su trato con el chico son jun-
No pnede quedar ninguna duela de que en los escritos de Melanie tados, una relación ambivalente hacia la madre emerge para reemplazar
Klein el término ambivalencia es utilizado para la posición depresiva, es el primitivo splitting del objeto en iino biteno y otro malo. En la posición
decir, cuando se centran sobre 1111 mismo objeto sentimientos eontradic- primitiva, el niño puede sentir deseo hacia ~l buen objeto y terror hacia
torios que ptwtlen ser unidos e integraclos; pero el punto que resta como el objeto persecutorio malo sin que estas dos reaccione_s se influyan una
crítico o problemático rs el herlto tic que esta ambivalencia puede darse en la otra. Ahora que amor y odio pueden ser sentidos hacia uno y el
tanto con una parte del cui:rpo de Ja madre como en relación con ellas mismo objeto, la ansiedad emerge, dado que al odiar al mismo objeto
como persona. como malo uno puede destruirlo como bueno" (pág. 217).
Por mi parte, pienso que estas últimas formulaciones de 1\folanir Más adelante (pág. 296), te refiere a una modificación introducida
Klein son correctas. pero que, sin Yiolentar su aporte, debemos intro- en el año 1921 por Fairbairn, en la cual deja de sostener que el objeto
ducir el concepto de di valencia para caracterizar mejor la relación de
276 JOSÉ :::' LEGER
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 277

original internalizado sea simplemente un objeto malo, dado que en la


etapa oral temprana pre-ambivalente los objetos buenos y malos no han estamos refiriendo a objetos internos, y lo mismo cuando hablam-0s de
sido todavía separados en la mente del mismo; debe ser el objeto pre- objeto parcial o total, nos estamos refiriendo también al objeto interno.
ambivalente el que es internalizado primero, por la razón de que en la La relación divalente de objeto parcial, o la ambivalente de objeto total
misma medida en que es satisfactorio, es insatisfactorio, lo que crea una (siempre comprendidos como objetos internos), pueden hacerse, ambas,
necesidad de internalizarlo en un intento de hacerlo más satisfactorio, con un depositario parcial o total. Esta diferenciación entre objeto in-
es decir, para manejar el problema en la mente, dado que no puede ser terno y depositario la creo de fundamental importancia. Volveré sobre
manejado en la realidad. Sólo después de esta internalización es disociado esto más adelante.
en un objeto bueno y malo en el mundo de la fantasía interna, y con esto Para aclarar mejor estos aspectos, recordaré sumariamente fa posi-
la ambivalencia surge: el objeto bueno es entonces deseado y el objeto ción de Abraham al respecto, y luego me referiré a dos estudios de sínte-
malo es odiado y rechazado. sis: los de Sterba y Marie Langer.
Aquí vuelve a confundirse la ambivalencia, que queda muy ciara en Abraham, en su trabajo del año 1924, Breve estiidio del desarrollo de
la concepción kJ.einiana, mientras que para Fairbairn la ambivalencia apa- l.a libido a la luz de los trastornos mentales, no define el concepto de
rece cuando ocurre un splitting del objeto pre-ambivalente en objeto ambivalencia pero se refiere a él frecuentemente como a la necesidad
bueno y malo. En síntesis, para M. Klein la ambivalencia es posterior a (en la neurosis obsesiva y en la melancolía) de una adaptación entre emo-
la di valencia (de la posición esquizoparanoide), mientras que para Fair- ciones de amor y odio y entre tendencias hetero y homosexuales, tanto
bairn es posterior al objeto pre-ambivalente. Pero, en rigor, la división como a la actitud positiva hacia un objeto para ret ener su propiedad
de este último no produce la ambivalencia (como lo afirma Fairbairn), y la actitud negativa para rechazarlo, tanto como a la tendencia a des-
sino la di valencia. truir el objeto y la tendencia contraria de controlarlo.
.,, En el cuadro que figura casi al final de su t r abajo, Abraham parece
referirse a "amor parcial" como a un objeto parcial, en el sentido que
El desarrollo del complejo de Edipo es un claro ej emplo de divalen- actualmente consideramos un depositario parcial, y él mismo da los
cia y ambivalencia. El complejo de Edipo, tal cual ha sido descrito tra- ejemplos de ' 'pene, pecho, excrementos, etc.'', pero para todos ellos admite
dicionalmente como amor hacia el progenitor del sexo opuesto y odio hacia una actitud ambivalente, "es decir se l-0 desea y se lo rechaza al mismo
el progenitor del mismL• sexo, cor responde a la divalencia, mientras que el tiempo". En rigor, lo que Abraham describe como ambivalentes sería
reconocimiento de cada uno de los progenitores como personas totales realmente tal en cuanto a los impulsos y al objeto interno, pero estarían
con sus aspectos buenos y malos, odiados y queridos, constituye la ambi- dirigidos a un depositario parcial, en el sentido de partes de una totali-
valencia. dad; pero no se deduce de su estudio que el amor parcial (tal cual él
.,, utiliza el concepto) implique una disolución, es decir la divalencia. Pero
aunque no incluya el proceso de disociación y la divalencia, pareciera
La disociación no solamente es utilizada en la posición esquizopara- deducirse, de algunos fragmentos de este trabajo, que la divalencia tam-
noide sino que, tal como lo describe Melanie Klein en Algunas conclusio- bién juega un papel en su comprensión del desarrollo del amor objeta! y
nes teóricas sobre l.a vida emocional del lactante, la disociación también de la libidb, ya que dice, por ejemplo, que en la etapa anal-sádica hay
puede utilizarse frente al obj eto total, pero que ahora resulta dividido que suponer que ella contiene en sí misma dos diferentes niveles ; en 1111 0
en un objeto indemne vivo y un objeto dañado y en peligro (moribundo de ellos "predominan las tendencias conservadoras de r etener y controlnr
quizás, o muerto) ; '' así, la disociación llega a ser principalmente una el objeto, mientras que en el nivel anterior (anal primario) preva lc"'t'"
defensa frente a la angustia depresiva" ( pág, 189) . Esta división o diso- · las tendencias hostiles, las de destrucción y pérdida". Esta última d<·s
ciación del objeto total sigue siendo para mí tma divalencia, y ha dejado cripción corresponde mucho más estrictamente al concepto actual de divn
de ser, por consiguiente, una ambivalencia. lencia, pero que no aparece con claridad en su cuadro final sobre lnR <'I n
pas de la organización libidinal en relación oon las etapas del ar11n1
.,, • objetal.
El panorama que ofrece Abraham es todavía más complejo de lo q11 1·
Un aspecto importante para caracterizar objeto parcial y objeto hemos descrito hasta ahora, porque la primera etapa oral es aut.ol'r61.i... 11
total, es enfatizar la diferencia entre objeto interno y depositario, ya y anobjetal, mientras que en la segunda etapa oral ( canibalística) pn•d o
que si no se hace esta diferenciación se incurre en frecuentes malenten- mina el narcisismo con una incorporación total del obj eto, aunque sicrHl o
didos y confusiones. Cuando hablamos de divalencia o ambivalencia nos Ja relación en este último caso también ambivalente; pero ya en <'~ l.a
última no se puede hablar de objeto parcial, ni en el sentido de parl <'
f;lllllllOSTS Y A:IJBIGÜEDAD :27!1
278 JOSÉ BµEGER

de un depositario, ni en el sentido actual de divalencia. Esto parece Sterba caracteriza entonces Ja ambivalencia en un momento dado por
solucionarse, para Abraham, incluyendo la etapa oral primaria auJoeró- 1<1 actividad-pasividad y, en otro, por dos actitudes antitétiras, una amis-
tica como pre-ambivalente y la etapa oral secundaria narcisística como tosa y la otra hostil.
caracterizada por una incorporación total del objeto, como ambivalente. Mús adelante, cuando Sterba desarrolla la fasr genital dice: "repe-
Es decir, que en la etapa ambivalente de amor objetal, se hallan incl ui- tidas veces hemos subrayado el hecho que los instintos aparecen en pare-
dos tantos objetos parciales (en el sentido de partes de dcpositnri()s ) como jas de tendencias opuestas. En la fase oral coexiste, junto a un pode-
el objeto total (en el sentido también de depositario). roso deseo ele devorar, el de ser devorado. En la fase anal encontramos,
Glover, en su libro Psycho-Analysis (página 43), al exponer el con- eon el deseo de pegar, tambirn el opuesto de ser pegado. En la etapa
cepto de ambivalencia, se refiere a que las tendencias sexuales ~· agre- genital vemos tendencias masculinas en el placer instintivo erógeno de la
sivas, tanto como el amor y el odio, se alternan rúpidamente entre sí mujer, mientras el hombre muestra inclinaciones femeninas. Esta ambi-
en relación con cada uno de los integrantes de la parrja parental, pero que valencia instintiva constante. resultado de corrientes sexuales tendientes
"esa alternancia Leva a una actitud permanentemente mezclada, un si- a objetos instintivos de sentido opuesto, nos hace suponer que la presen-
multúneo amar y odiar que es llamado ambivalencia. La ambivalencia es cia simultánea ~' la expresión dinámica de pardas opuestas ·de instintos
subdividida en coucordancia con los estadios oral, anal y genital, etc.". es la consecuencia de la constitución orgánica general de los seres
Sterba, E., al estudiar la segunda fase oral, incluye la ambivalencia; hu manos' '.
describe ., para la fase oral ele chupeteo la satisfacción autoerótica del pro-· l/t
pio cuerpo del niíío,"'pero mús tarde, después de Ja aparición de los clien-
tes, la actividad instintiva pide un objeto exterior". M. Langer, en .1porte kleiniano al libro dl' Sterba, dice que: "Ambi-
En el mismo estudio, Sterba dice: "Aparte el hecho ele que dos exci- valencia significa que un mismo objeto despierta simultáneamente nuestro
taciones instintivas surgidas de la misma fuente fundamental pueden amor y odio. Y aunque Abraham no nos habla de la nueva teoría instin-
ser contradictorias, teniendo una, un fin instintivo, y Ja otra pasivo en rela- tiva de Freud expuesta por primera vez cuatro aíios antes, en 1920,
ción con el mismo objeto, justifica nuestro concepto de ambivalencia''. creemos sin embargo que el concepto del dualismo Eros-Tánatos está
Y poco más adelante: ''El nombre de ambivalencia expresa en nnestro implícito en el t érmino de ambivalencia y puede haber influido para
caso la existencia simultánea de dos excitaciones instintivas del mismo que Abraham investigara en esta línea".
contenido, pero con un fin instintivo contrario (activo-pasivo ) , como Aquí aparece enfatizada, en la ambivaleneia, la contradicción amor-
morder, mirar, pegar, copular, pero se m;a también con rnncha frecuen- odio y menos la de actividad-pasividad, pero se asimila la p.mbivalencia
cia para designar la actitud ambigua que se manifiesta en un impulso tanto a la cohtli'adiccióh entre amor y odio como al d ualis¡no entre
instintivo hacia un obj eto. En el deseo instintivo ele devorar, la Eros y Tánatos. :
actitncl del individuo es contradictoria. r~a tenuencia a incorporarse el ob- A continuac~Órl; M. Langer se refiere al objeto parcial, entendiendo
jeto se manifiesta". Y también dice' en una nota al pie de página que: por ello el pecho de la madre o el pene del padre n otras partes del cuerpo
"Bleuler introdujo esta expresión (ambivalencia) para significar con que lo sustituyen; y qtie Abraham ubicfl en su enadro no untes de ia anal.
ella que una misma cosa es sentida, pensada y anhelada positiva y negati- Aquí, objeto patciai es utilizado en el sentido de partes de un depo"
vamente a la vez". sitario, y no en ei sentido que yo he ~ubrayado: el de la disociación entre
"Ambivalencia significa que dos actitudes antitéticas, una amistosa pares antitéticos seguida por un dirigir nno de rstos pares antitéticos a un
y la otra hostil, pueden manifestarse simultáneamente corno placenteras depositario (parcial o total), mientras que el otro par antitético es dirigido
en relación a un mismo objeto. La ambivalencia miis marcada, en que las a un otro depositario (que puede ser también parcial o total).
dos actitudes instintivas manifiestan la más grande oposición y diferen- ·Sin embargo, más adelante M. Langer, al hablar de la primera fase
cia, es Ja que caracteriza a la segunda fase oral, la fase de los instintos oral, al descríbir los procesos defensivos del yo li1ás primitiYo (disociación,
de morder y devorar". "El término ambivalencia se usa a menudo con proyección e inttoyeccióü), <licr qur "al sepa1•ar el instinto de vida del
todo acierto para caracterizar ciertas formas de relación entre las per- instinto de muerte y proyectar a ambos sobre el objeto primario y parcial ,
sonas". <'l pecho, escinde a rste en un pecho bueno y otro mn lp '' ¡ aquí se ve cómo
Para Sterba, la fase oral primaria o fase del chupeteo, no se halla objeto parcial designa no solamente al depositario constituido por una
ligada a un objeto y es autoerótica. mientras qne la fase oral secundaria parte de su totalidad, sino porque este depositario es experimentado como
o de morder se caracteriza porque en ella existe una relación de natu- dos objetos distintos, uno bueno y otro malo, cutre los cuales no se ha esta-
raleza ambivalente con los objetos; "esta relación en la segunda fase blecido todavía relación de unidad. Para estos casos, creo mejor, Mrno
oral pncde ser designada también como sádica". · yu lo he dicho, utilizar el concepto de diYaleneia y no el de ambivalencia.
280 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 281

Tal como lo hace la misma autora más adelante, es posible que el en su opuesto y transformarse en el sujeto, y esta reversión no sólo afecta
concepto de objeto parcial tenga que ser retrotraído históricamente al con- la actividad y pasividad, sino al tono emocional o el contenido, como
cepto de Freud de instintos parciales. Freud lo describe, en que el amor se cambia en odio. En un momento
Estudiando la segunda fase oral, dentro de la c.ual se ubica la posi- de esta reversión el objeto original del instinto es abandonado y reem-
ción depresiva, M. Langer describe cómo "La madre deja de ser un pecho, plazado por el self del sujeto.
una cara o una mano aislados, para transformarse en una persona, a la En Psicología de las masas y .análisis del yo, Freud dice que la
cual pertenecen pechos, cara y manos. Además, el pecho que alimenta identificación es ambivalente desde su comienzo. Bose afirma que sola-
y el que frustra, la cara sonriente y la cara ausente, manos que hacen mente en los casos en los cuales tendencias opuestas están trabajando con-
bien y otras que hacen doler, son finalmente reconocidas como partes juntamente y afectando al comportamier:to, el concepto de ambivalencia
integrantes de la misma y única madre", y es así como "el niño com- se hace necesario ; el caso en que un chico pueda amar a su padre un día
prende, por cierto a su manera, que su amor y su odio se dirigen hacia y. odiarlo al día siguiente; esta alternancia del comportamiento no es
la misma persona. Así la disociación cede el paso a la relación ambiva- necesariamente una ambivalencia, tal como él entiende el término. La
lente con la madre, que Sterba nos describe. En esta ambivalencia que duda tampoco es comportamiento ambivalente, ya que es un conflicto del
provoca en el niño la preocupación por la madre y la ansiedad por lo nivel consciente. En la verdadera ambivalencia, las tendencias opuestas,
que puede haberle hecho, y seguir haciéndole con sus impulsos sádicos se supone, están presentes, pero uno de los elementos antinómicos, en
cargados de envidia, celos y rivalidad. Esta ansiedad corresponde y un momento particular, debe necesariamente ser inconciente; y agrega
caracteriza la posición depresiva, cuyo logro es la mayor integración del que, dado este elemento inconciente, la ambivalencia no es nunca objeto
yo y de los objetos y la capacidad incipiente de r eparar el daño que se les de observación directa ; debe ser considerada como un concepto explicativo.
ha hecho". Bose se decide por definir la ambivalencia como la preséncia y acti-
Aquí la ambivalencia incluye, simultáneamente, la descripción de la vidad simultánea de tendencias opuestas, una de las cuales deben mante-
integración del objeto interno en un depositario total, tanto como la coin- nerse inconsciente.
cidencia en el mismo objeto interno de amor y odio que son dirigidos Freud, en Los instintos y sus destinos, se ve llevado -según Bose-
a la misma persona. a una situación anómala, y tiene que admitir que en los primitivos esta-
dios del desarrollo de la libido ''el amor es difícilmente distinguido del
odio".
6. ESTUDIOS DE OTROS AUTORES
Bose afirma que la ambivalencia afecta solamente a los deseos y
Aunque ya he dicho que los estudios sobre ambivalencia son escasos, que no es necesario discutir la oposición entre odio y amor como ambi-
me referiré a algunos de ellos; así como también, al final, citaré los traba- valente; sino que hay que considerar la oposición entre los deseos que
jos sobre ambigüedad (todavía menos numerosos). están detrás del amor y el odio. Así, afirma que· el problema de la ambi-
valencia está restringido al dominio de los deseos. Esta restricción de la
Bose, en su artículo "Ambivalencia'', dice que Freud utiliza el con-
connotación dei término ambivalencia, dice Bose, es la primera etapa
cepto especialmente para elucidar las relaciones entre odio y amor, y
hacia la comprensión de la génesis de la ambivalencia, y que los deseos
agrega que, en sus escritos, a veces se ve cómo Freud se inclina a consi-
son los únicos que proveen las fuerzas motivos de nuestras actividades,
derar la ambivalencia como un rasgo fundamental de la vida mental y a
emociones y sentimientos.
veces lo presenta como un derivado de otros procesos, y cita numero-
sos trabajos de Freud en los que aparecen tales planteos. Cuando se habla de una oposición entre amor y odio, hay que obser-
var - según Bose- que lo que llamamos amor y odio son habitualmente
Este mismo autor señala que en Tótem y tabú Freud afirma que no
situaciones muy complejas formadas por deseos,' sentimientos y emociones,
conocemos nada acerca del origen de la ambivalencia, y que frente a esto
y que el deseo de amor no es lo mismo que la emoción de amor, y, de esta
es posible asumir dos posiciones: una, la de suponerla como un fenómeno
manera. la oposición debe ser observada sobre el dominio del deseo de amor
fundamental de la vida emocional, y la otra, que la ambivalencia fue
y deseo de odio y no entre Ja emoción-amor y la emoción-odio o ·entre pla-
adquirida a partir del complejo paterno, en el cual la investigación psico-
CPr o dolor.
analítica del individuo actual revela su más fuerte expresión.
Afirma así que la antítesis entre placer y Jolor y entre odio y amor,
En Los instintos y sus destinos, Freud sugirió -según Bose- que r ealmente no existe. Cuando una oposición se presenta debe referirse a
un instinto se desarrolla por una sucesiva transacción entre elementos acti- diferentes actitudes, independientes del afecto.
vos y pasivos, y que esto da el carácter a la ambivalencia. En el mismo Puesto que la oposición debe ser observada solamente desde el domi-
escrito, Freud presenta cómo la fase activa de un instinto puede revertir n io de los deseos, la génesis de la ambivalencia debe ser buscada en los
SJ;\!BIOSIS Y AMBIGÜEDAD 283
282 JOSÉ BLEGER

ser la misma persona para el niño que su madre buena, en oposición a


mecanismos de oposición de deseos y en el proceso por el cual uno de nuestra opinión de adultos.
los términos antinómicos se torna inconciente. Sugiere que es mucho más cercano a Ja verdad decir que el infante
En sus conclusiones, Bose afirma que la ambivalencia no es un rasgo es incapaz de unir en una entic1ad singular lo que aparece para ~l corno
fundamental de nuestra vida mental sino pares de deseos opuestos. Los. dos entidades separadas, y qn e alcanzar la ambivalencia significa qne dos
componentes de este par de deseos pueden tener alternativamente com- objetos han sido unidos en uno, y fJUe entonces el niño falla en man-
pleta satisfacción en actos recíprocos y una parcial satisfacción con emo- tenerlos.
ciones de tono displacentero en los actos retaliatorios, y que no necesaria-
Sí estos puntos de vista sobre la formación de entidades son correctos
riamente producen estados de ambivalencia. Comportamientos de tipos
debe desprenderse que los chicos necesitan pasar por un estadio pre-
opuestos correspondientes a la reversión de la relación sujeto-objeto no ambivalente.
s.on necesariamente comportamientos ambivalentes, pero, por otra parte,
deben ser considerados como una prueba de la existencia de una oposi- No puede de esta manera haber conflicto de ambivalencia durante
ción de deseos. los primeros meses; el conflicto sólo puede aparecer cuando el chico em-
pieza a adoptar los principios del adulto y a aislar entidades, no de
Concluye afirmando que el conflicto primario se da entre deseos
acuerdo a sus cualidades emoti\'as, sino principalmente de acuerdo a sus
opuestos, y que antítesis tales como amor y odio, placer y dolor, deben ser cualidades físicas permanentes.
tefetidos a él. Amor y placer son los afectos primarios. Odio, disgusto,
vergüenza, miedo, dolor son todos productos de la represión. Identifica- Expresándolo en términos ndnltos, lo que el adulto clasifica de ma-
ción, proyección, introyección, transformación en su contrario de 1.In ins- nera conjunta como miembros de nna serie de experiencias formando una
tinto, ambivalencia, conciencia, valores morales, sentido de la propiedad entidad singular, los niños clasifican eonjuntamcnte miembros de series
social, etc., son mejor explicados asumiendo el conflicto producido por diferentes. En los niiíos, las basC's de la clasificación son provistas por .
deseos opuestos en diferentes puntos de este circuito de los deseos. las emociones de placer ~- dolor. mientras que el adulto se apoya más
sobre estímulos objet í\'os, scnsaeiones de color, táctiles, etc., aparte de su
valor emotivo inmediato.
"'
Stephen se refiere específicamente al artículo de Fairbairn del año
Hasta aquí la crítica ele St.ephen. Coincido con él en que la ambi-
valencia no rxiste desde el nacimiento y que en el crecimiento es donde
1944, "Las estntcturas endopsíquicas ºconsideradas en términos cfo las rC'la- se va a dar la discriminación ("aísla entidades", dice Stephen) que
ciones de objeto'' y dice -criticando a Fairb<iirn- que no podemos con- posibilitará la posición Psquizoparanoide.
tentarnos con decir simplemente que el niño se vuelve anibivalente: Por otra parte, la difrrencia que establece entre los términos objeto
''desde el punto de vista del niño mismo, es la madre la que se vuelve y cnti'dad puede corr csponc1erse con los usados por nosotros: objeto in-
un objeto ambivalente, es decir, un objeto qüe es al mismo tiempo l;¡ueno terno y depositan:o.
y malo. Desde que se le hace intolerable tener tm obj~to bueno y ma)o, Cuando dice que, para el niño, la madre mala no es la misma que
él busca aliviarse de lá situación disoci¡índo la figurá- de su madre en dos la madre buena, está sefü1lando lo que ahora designamos como divalencia.
objetos". Pero el estado pre-ambivalente que él acepta es, en rigor, la indiferen-
Afirma que el error de Fairbairn consiste esencialmente en atribuir al ciación primitiva, ya que la ambi \'alencia (en el cuadro de Abraham)
niño pequeño, frente a lo que se llama el mundo externo, un desarrollo incluye mucho de lo qu e hoy llamamos diYalcncia. Expresándolo con una
que tiene que llevar muchos años pata ser adquirido, y que muchos no lo terminología rigurosa, lo pre-ambirnlente <'S divalente, y lo pre-divalente
adquieren nunca completamente; según él, debe sostenerse que el niño es la ambigüedad . En estP sentido resulta también interesante cuando
pequeño crea o aísla entidades al mismo tiempo que crece. señala que los niños clasifican conjnntamente miembros de series dife-
Usa el término objeto para denotar el objeto de una emoción o de rentes. ya que esta característica fn e señalada por mí corno peculiar de
un impulso instintivo, y usa el término entidad para describir algo quC' la arnbigi.iedad.
ha sido aislado del. resto del mundo externo, tal corno nosotros aislamos
una roca, un árbol o un ser humano y podemos pensar en él como una
unidad individual. Fairbairn -dice Rtephen- piensa sobre el niño , como "'
Clifford Scott (1960), en s11 aporte al simposium sobre la enfermedad
si él hubiera aislado esta entidad que nosotros describimos coni:Q su
depresin1, dice que "ambivalencia es nu término que ha sido usado para
madre. '
estados en los cuales dos (~mociones cstún presentes al mismo tiempo, en
Así, lo que algunos analistas llaman la madre mála, no es par!l ··e.i. 11 na u otra de estas formas :
niño la misma personá,. que la madre buena, aunque la buena nurse puede .
284 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 285

a) en diferentes partes del organismo ; designa también un objeto dotado de una sola de sus cualidades, bueno o
b) una emoción está en el yo y la otra está en el objeto, interno o malo. Propone, para mayor claridad, distinguir el primer caso como
externo, cuando el objeto y el yo son confusos y no fácilmente "objeto parcial espacial" y el segundo como "objeto univalorado"; de
discriminables ; esta manera, un pecho bueno y una madre buena podrían ser, ambos,
c ) el estado en el cual se está cerca de una fusión de emociones, objetos univalorados, y en este sentido, objetos parciales, aunque el pri-
cerca del sadismo o masoquismo ; mero sería un objeto parcial espacial y el otro sería un objeto total espa-
d) el estado en el cual se está cerca de una interrelación de emo- cial. La teoría de la posición depresiva se refiere primeramente a objetos
ciones -cerca de una realización en la cual el yo puede odiar y univalorados, o sea objetos parciales espaciales u objetos totales, y a su
amar, o satisfacer y destruir, y que los objetos pueden también integración en objetos bivalorados, por ejemplo, de un pecho bueno y
odiar y amar, o satisfacer o destruir. Los estados de máximo un pecho malo en un pecho bueno y malo, y de una madre buena y una
amor y odio están relacionados con objetos internalizados vivien- • madre mala, en una madre buena y mala. Pero se refiere también a objetos
tes buenos, completos, persistentes, o bien hacia objetos interna- parciales y a su integración en objetos totales espaciales, aunque no se
lizados muertos, malos, totales''. ha propuesto teoría para este proceso.
"El contraste con un objeto total persistente es, por supuesto, una Wisdom llama teoría del objeto ambivalorado a la integración de los
disociación bueno-malo, un objeto disociado en bueno y malo, o un objeto objetos parciales en un solo objeto total, y diferencia a esta última de
difusamente mutilado, o fragmentado, roto en fragmentos." lo que él llama ia actititd ambipotencial, que se refiere a la actitud que
"El término ambivalencia, tal como es habitualmente usado, no hace asume el sujeto frente al objeto, dado que para él "la integración en el suje-
justicia a la complejidad del estado emergente del desarrollo en el cual la to tiene que producirse antes, aunque muy poco antes que la ambivalencia
pena, la depresión, la expectativa y la esperanza toman parte; este tér- hacia el objeto". Y así, para él "una actitud de amor es vivida en con-
mino es el de multivalencia. Él enfatiza el hecho de que más de dos junción con una actitud de odio, aunque no se dirijan forzosamente hacia
afectos están involucrados". Este estado, que describe Scott como multi- el mismo objeto. Por comodidatl se puede llamar a esa combinación actitud
valencia, es el que nosotros denominamos en general (no sólo para el caso ambipotencial". •
de la depresión) como pol1:valencia de la ambigüedad. Wisdom dice también que •"un objeto ambivalorado presupone una
Sin embargo, difiero también con Scott en cuanto a la amplitud que actitud ambipotencial. Sólo cuando ambas integraciones se producen existe,
da al término ambivalencia, porque éste no puede ser aplicado, a mi por primera vez, ambivalencia: una actitud positiva y negativa hacia
entender, sino en los casos de dos emociones presentes al mismo tiempo uno solo y mismo objeto considerado a la vez como bueno y malo. Un
sobre el mismo objeto; hecho que no ocurre en los casos que él describe objeto ambivalorado y la actitud ambipotencial son los componentes de
en a) y b), que corresponden a la divalencia; en el caso c), en que se la ambivalencia, y podrían, en principio, existir sin ella, mientras que la
emplea la palabra fusión en lugar de integración, creo que se trata tam- ambivalencia no podría existir sin estos dos elementos".
bién de un error, pues no son sinónimos: si es fusión se trata de la ambi- Creo que el término ambivalencia cubre perfectamente las dos situa-
güedad, y si es integración se trata de una resolución de la ambivalencia. ciones que describe Wisdom, y no creo necesario crear dos términos dis-
Todavía podría objetar también que en el caso b), "cuando objeto y yo t intos, uno para el sujeto y otro para el objeto, dado que siempre que se
son confusos, no son fácilmente discriminables", ya no se está tampoco produzca la ambivalencia, ésta será de una estructura en la que estarán
ni en la ambivalencia ni en la divalencia sino en la confusión o el sin- incluidos siempre, indefectiblemente, el o los objetos, y el o partes del yo,
cretismo. y una relación entre ambos. De todas maneras, la definición que da de
De esta manera, sólo puede ser designado como ambivalencia lo que ambivalencia es muy clara, y es también, lo subraya Wisdom, "precisa-
C. Scott incluye en el caso d). mente el sentido que Freud dio al término ambivalencia cuando lo tomó
de Bleuler"; esta definición es la siguiente: "una actitud positiva y
negativa hacia uno solo y mismo objeto considerado a la vez como bueno
"'
Wisdom ( 1962), al tratar el problema de las teorías psicoanalíticas
y malo". Cuando estas actitudes o emociones o sentimientos están separa-
dos por la división esquizoide (disociación) y no aparecen simultánea-
de la melancolía, entra a considerar también la cuestión de la ambiva: mente sobre el mismo objeto interno y sobre el mismo depositario, ya no
lencia. En este artículo Wisdom aclara muy bien la diferencia entre ::;e t rata -según mi opinión- de ambivalencia sino de divalencia.
objeto parcial y objeto total en la teoría kleiniana, y señala que "objeto
parcial" "designa, por un lado, partes de una persona, por ejemplo un
pecho, y así es como se usaba originariamente", pero que, por otro lado, "'
286 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 2Ri

Resumiendo, Wisdom reconoce objetos parciales y totales espaciales, 7. OTROS A.:\TECBDENTES ·BIBLIOGRAFICOS SOBRE AMBIGt.tEDAD
que pueden ser, ambos, univalorados tanto coro.o bivalorados. Agrega lo
que designa como actitud ambipotcncial que se refiere al sujeto (y no Entre las escasas publicaciones dedicadas al problema, se debe citar,
al objeto). La ambivalencia sólo se da -para Wisdom- al coincidir en primer lugar, el estudio de Kris y Kaplan sobre la ambigüedad en la
con el objeto bivalorado (que puede ser parcial o total espacial ). estética; estos autores han partido del libro de Empson (Seven Types of
Sin haberse publicado, entre nosotros, desde hace años, se ha impuesto Ambiguity) sobre el rol de la ambigüedad en el lenguaje poético. Empson
una diferencia neta entre objeto interno y depositario gracias a la contri- describe la ambigüedad como: "toda consecuencia del lenguaje, aun pe-
bución de E. Pichon Riviere; esta diferencia aclara el problema termi- queña, que agrega alguna sutileza a fa oración''.
1\_'ógico y conceptual, de tal manera que objeto parcial y objeto total Kris y Kaplan se propusieron: a) diferenciar mejor la ambigüedad
de~ignan siempre al objeto interno, dotado (el objeto parcial) de una característica de la poesía de la del lenguaje no poético; b) estudiar el
sola de las cualidades, de uno solo de los elementos antitéticos: bueno- papel que juega la ambigüedad en el arte como proceso de recreación
malo (puede ser también lleno-vacío, atacado-protegido, etc.), mientras :-· eornunicación; c) explicitar los estándares de interpretación del proceso
que el objeto total está dotado ele ambos. En cuanto al depositario, éste de recreación. Estos propósitos expuestos por los antores pueden dar la
puede ser también parcial o total según se r efiera a parte o a la totalidad, explicación de su forma de encarar el problema, que se diferencia neta-
y puede ser "depositado" por un objeto interno parcial o por uno• am- mente de la que utilizo yo. Para Kris y Kaplan, en lo ambiguo no hay
bivalente (total). rigidez de. significado, o, en otros términos, no hay constancia de res-
Pienso, sin embargo, que el estudio de ·wisdom obliga a algunas puesta. La ambigüedad, dicen, no se "refiere necesariamente a lo incierto
ampliaciones de este último criterio, ya que si bien llamamos objeto par- del significado, sino a sn nw.ltiplicidad. Las múltiples agrupaciones o
cial y total al objeto interno, el primero puede ser parcial en dos sentidos: significados pueden entrar en variadas relaciones entre sí; hay un conti-
sea porque el objeto interno implica un solo término antitético (bueno nuum desde el extremo en que los significados están completamente diso-
o malo), sea porque puede ser un objeto interno incorporado como parte y ciados y se inhiben unos a otros hasta el caso en que resultan escasamente
no como totalidad (pecho, pene, etc.). Por ello, me parece conveniente discriminables y se refuerzan entre sí. En este continuum se pueden
reconocer varios tipos de ambigüedad:
mantener la denominación de objeto parcial y total para los ob,jetos inter-
nos, pero dentro del primero podemos reconocer el objeto parcial espacial, a) ambigüedad disynntirn: cuando separamos significados como al-
para el objeto interno como parte de un todo, y denominar objeto uni- ternativos, excluyentes entr e sí y recíprocamente inhibidores; el caso más
valorado al que implica un solo término antitético. A ello habría que familiar de este tipo de ambigüedad es el oráculo en que la ambigii_edad
agregar la existencia de depositario parcial, para designar una parte rPside generalmente en una construcción equívoea ( anfibolia), que puede
del objeto o sujeto externo, mientras que proponemos llamar depositario ser interpretada de dos maneras, pero que son excluyentes entre sí. Esto
univalorado cuando este último (siendo parcial o total) está valorado último "es la característica que define al tipo disyuntivo". Este tipo de
unilateralmente (con amor o con odio, por ejemplo) por la ''deposita- ambigüedad se utiliza también en los discursos políticos para eludir la
ción" de un objeto interno parcial univalorado. Lo mismo diríamos del censura.
objeto ambivalente, con lo cual nos referiríamos también, siempre, a un La ambigüedad disyuntiva es la usada en los primeros períodos de la
objeto interno, pero que puede ser objeto parcial o total espacial; y a ello interpretación de los sueños, aunque en un análisis más completo aparece
agregaríamos, como hemos visto, la existencia de depositarios parcial y otro tipo de ambigüedad, la conjuntiva.
total. Estos últimos pueden ser, a su vez, univalorauo~ o bivalorados (am- En relación con la ambigüedad disyuntiva Preud señaló las ''pala-
bivalentes). En este sentido, no creo necesario agregar el concepto de bras conmutadoras" (switch words); el contenido latente es un signifi-
actitud ambipotencial, ya que la descripción y terminología que he r es(•iíado cado alternativo que excluye (inicialmente, al menos) al manifiesto, y
ahora cubren totalmente todas las posibilidades. · l'n ese sentido la ambigüedad de este último es disyuntiva.
En síntesis, arribamos a Ja siguiente nomenclatura: El objeto interno b) ambigüedad acZi:tiva: en ella, dos significados. aunque alternativos,
puede ser ambivalente o univalorado (un solo término de la divalencia); no son excluyentes sino que, en alguna medida, incluye uno al otro. La
pero puede ser también parcial espacial o total espacial. Estos dos últi- palabra ''rico'', por ejemplo, puede ser interpretada en términos de
mos pueden, a su vez, ser univalorados o ambivalentes. En cuanto al " abundancia", "valioso" o "excelente", pero estos últimos no son exclu-
depositario, puede ser parcial o total, y en· ambos casos pueden ser "depo- .1 ·c·utes entre sí, sino que se superponen.
sitados" por un objeto interno univalorado o ambivalente, por un objeto c) ambigüedad conjuntiva: cuando dos significados están efecfo·a-
interno parcial espacial o total espacial. Estos dos últimos pueden ser, 111 ente juntos en la interpretación. La ambivalencia es una ambigüedad
a su vez, tanto univalorados como ambivalentes. c·o11j un ti va en tanto respuestas antitéticas son evocadas simultáneamente.
288 JOSÉ BLEGER
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 289

Se incluye también en este tipo de ambigüedad la condensación de los


sueños, el epigrama, el chiste. BIBLIOGRAF!A
d) ambigüedad integrativa: cuando múltiples significados se evocan Abraham, K.: "Breve estudio del desarrollo de la libido a la luz de los trastornos
y sostienen uno a otro. mentales". Buenos Aires, Revista de Psicoanálisis, vol. II, 2, 1944.
Alexander, F. G.; Selesnick, S. T.: The History of Psychiatry. Nueva York, Harper
Hablando en términos de Gestalt, eu la ambigüedad disyuntiva exis- and Row, 1966.
ten varios campos desconectados entre sí; en la conjuntiva, varios campos Baranger, M.:
se conectan pero permaneciendo distintos; en la integrativa, se recons- a) "Mala fe, identidad y omnipotencia". A.P.A. 1959. Buenos Aires, Revista de
tituyen o integran en un significado corto y complejo. Psicoanálisis, vol. II, 2, 1964.
b) "Homosexualidad y confusión". Buenos Aires, Asociación Psicoanalítica Ar-
e) ambigüedad proyectiva: cuando las respuestas varían con el in- gentina, 1959.
térprete; el término aparece como vago y el significado es impuesto (pro- Baranger, W.: "Aspectos problemáticos de la teoría de los objetos en la obra de M.
yectado) por el int€rprete. Klein". Buenos Aires, Revista de Psicoanálisis, vol. XIX, 1-2, 1962.
Bergler, E.: "Three tributaries to the development of ambivalence". Psychoanal. Quart.
vol. XVII, 1948.
Bleuler, E.: Dementia Praecox or the group of Schizophrenias. Nueva York, Int. Univ.
"'
Como se ve, con el título de ambigüedad los autores cubren toda la
Press, 1955.
Bose, G.: "Ambivalence". Samiksa. vol. III, 2, 1949.
Brody, M. W.: "Clinical manifestations of ambivalence". Psychoanal. Quart. vol. XXV,
gama de posibilidades, de tal manera que Ja ambivalencia (ambigüedad 4, 1956.
conjuntiva), tanto como la divalencia (ambigüedad disyuntiva), quedan Bunker, H. A.: "Note on an ambivalent dream". Psychoanal. Quart. vol. XVII, 1948.
dentro y como formas de la ambigüedad. Esta forma de encarar el pro- Empson, W.: Seven Types of Ambiguity. Penguin Books. 2~ ed., 1965.
blema, creo, no resulta correcta para un estudio que, como el mío, tiende Fairbairn, R.: Psychoanalytic Studies of the Personality. Londres, Tavistock Pub., 1952.
Freud, S. : Escritos citados en el texto.
a centrarse en la personalidad y sus características psicológicas, y en este Glover, E.: Psycho Analysis. Londres, Staples Press., 1949.
sentido me parece importante mantener los tres :fenómenos como diferen- Guntrip, H.: Personality Structure and H1,man Interaction. Londres, The Hogarth
tes, con el r econocimiento de coexistencias, pasajes y transformaciones (o Press. 1961. (Hay versión castellana : Estrnct111ra de la personalidad e inter-
no) entre unos y otros. acción humana. Buenos Aires, Paidós, 1965.)
Jones, E.: Vida y obra de S. Freud. Buenos Aires, Nova, 1940.
Posteriormente, Tarachow emplea la palabra ambigüedad en el mismo Klein, M.:
sentido de Kris y Ka plan ''para describir las características del lenguaje, a) El psicoanálisis de niños. Buenos Aires, Asociación Psicoanalítica Argentina,
en el cual cad& palabra tiene un carácter simbólico con una vasta gama 1948.
b) Desarrollos en psicoanálisis. Buenos· Aires, !formé, 1962.
de respuestas. Cada palabra tiene una agrupación de significados, algu· c) Contribuciones al psicoanálisis. Buenos Aires, Hormé, 1964.
nos próximos, otros distantes, otros similares, otros opuestos". Sin em- d) "Nuestro mundo adulto y sus ralees en la infancia". Buenos Aires, Revista
bargo, dice que no equipara el término ambigüedad con el de ambivalencia de Psicoanálisis, XVIII, 1961.
"en el sentido clásico que tiene en psicoanálisis", sino que emplea el Kris, E.; Ka plan, A.: "Aesthetic Ambiguity". En: Kris, E.: PS1JOhoanalytio Explo·
rations in A.rt. Nueva York, Int. Univ. Press, 1952.
término ambigüedad en el sentido de ' ' dos opuestos que no se han fusio- Langer, M.: "Aporte kleiniano". En Sterba, R.: Teoría psicoanalítica de la l-ibido.
nado, que se han modificado uno al otro", y usa el término ambivalencia Buenos Aires, Hormé, 1966.
para referirse a ''la agresión no modificada o fusionada con la libido'', Morris, W . ; Brody, M. D.: "Clinical manifestations of ambivalence". Psycho-Anal.
y aclara que para los fines de su trabajo, ''ambivalencia es una agresión Quart. vol. IV, 1956. ·
Scott, C.: "Depression, confusion and multivalcnce". Jn·t. J. Psychoanal. · vol. XLI,
no resuelta", y agrega que "ambivalencia es un estado de los instintos, 4·5, 1960.
mientras ambigüedad es un estado del yo". Creo que Tarachow confunde ScarlPs, H. F.: Collected Papers on Schizophrenia and Related Subjects. Londres,
aún más el problema en lugar de aclararlo, y creo que utiliza el concepto Hogarth Press., 1965.
de fusión en forma errónea, como sinónimo de integración o síntesis del yo, Sega!, H.: Introduction to the Work of Melanie Klein. Londres, W. Heinemann Me·
dical Books Ltd., 1964. (Hay versión castellana: Introducción a la obra de M.
y creo, además, que establecer la diferencia entre ambivalencia y ambi- Klein, Buenos Aires, Paidós, 1965.)
güedad, r efiriendo la primera a un estado de los instintos y la segunda Smolensky, G.: "La disociación, comprensión de sus dinamismos a través de los
a un estado del yo, es un artificio que sale del campo descriptivo para conceptos de M. Klein". Buenos Aires, Revista de Psicoanálisis, vol. XIX, 1-2,
entrar en lo metapsicológico y totalmente especulativo. 1962.
Spinoza, B.: P;tica. Buenos Aires-Madrid. Perlado, 1940.
A los estudios de M. Baranger ya me he referido en el Capítulo V; Htcphen, A.: "A note on ambivalence". Int . J. Psycho-Anal., vol. XXVI, 1945.
al igual que a los estudios de H . Deutsch y Winnicott, que ahora pueden i'ltorua, R.: Teoría Psicoanalítica de la libido. Buenos Aires, Hormé, 1966.
ser relacionados, a mi entender, con el problema de la ambigüedad. 'l'nrachow, S.: "Ambiguity and human imperfection". J. Am. Psychoanal. Ass., vol.
XIII, 2, 1965.
WiMdom, J. O. : "Comparación y desarrollo de las teorías psicoanalíticas de la me·
lnncolin". Montevideo, Revista Uruguaya de Psicoanálisis, vol. V, 1, 1963.
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 291

en el idioma chino, sino con el exclusivo fin de expresar, mediante el


compuesto, la acepción propia de uno de sus elementos formadores que
por sí solo habría bastado para denotar ... ''.
Para Freud, la solución de este problema es más fácil de lo que
parece, ya que nuestros conceptos surgen de una comparación. Y vuelve
a citar a K. A bel: ''Si siempre reinara la claridad, no sabríamos distin-
guir claro de oscuro y, por consiguiente, no tendríamos el concepto ni el
CAPÍTULO VIII término de «claridad»''. . . "Es evidente que todo es relativo en este
planeta y sólo tiene existencia independiente en tanto que sus relaciones
COMENTARIO A "SOBRE EL SENTIDO CONTRADICTORIO con los demás objetos perp:¡itan distinguirlos de éstos ... " "Es que el
DE LAS VOCES PRIMITIVAS" 1 hombre no logró adquirir sus más antiguos y elementales conceptos sino
contraponiéndolos a sus contrarios, y sólo poco a poco aprendió a separar
ambos términos de la antítesis y a concebirlos aisladamente, sin ponde-
Freud comienza este estudio ( 1910) !20n una cita de La interpretación rarlos mutuamente en su conciencia.''
de los sueños en la cual dice: ''La actitud del sueño frente a las cate- Freud agrega que: "De acuerdo con este autor (A bel), el fenómeno
gorías de la antítesis y de la contradicción es sumamente extraña. El del sentido antitético se observa en las "raíces más antiguas", pues en
sueño prescinde en absoluto de la contradicción, como si para él no exis- el curso de la evolución filológica posterior desapareció esta ambiva-
tiese el «no». En cuanto a las antítesis tiende a condensarlas o a darles lencia y, por lo menos en el egipcio antiguo, es posible perseguir la evo-
expresión única. Además, se toma la licencia para representar un ele- lución a través de todas sus fases, hasta llegar a la univocación del léxico
mento cualquiera por el deseo antagónico, de modo que, al encararnos moderno". Vuelve a citar a A bel: "Las voces originalmente dotadas de
con un elemento onírico susceptible de aceptar antónimo, no podemos sentido doble, se desdoblan, en la lengua ulterior, en dos palabras de sen-
saber si en las ideas latentes se encuentra en versión positiva o negativa''. tido único, de modo tal que cada uná de las significaciones antagónicas
''Llegué a comprender la extraña tendencia que presenta la elabora- adopta una 'reducción' (modificación) fonética de la raíz primitiva co-
. ción onírica, a no parar mientes en la negación y a expresar las antítesis mún a ambas". "En otros térmi11os: las nociones que sólo pudieron ser
con un mismo medio de representación, leyendo por azar un trabajo del adquiridas a través de su antítesis, con el correr del tiempo se tornan
filólogo K. A bel ... '' ''Su lectura nos ofrece, en efecto, la sorprendente tan familiares al espíritu humano que cada una de sus partes puede asu-
información de que el mencionado procedimiento de elaboración onírica mir existencia independiente y ser dotada, al. mismo tiempo, de una re-
coincide con una particularidad propia de las lenguas más antiguas que presentación fonética propia.''
conocemos.'' A bel recuerda que el filósofo Bayne escribió: ''La relatividad esen-
Freud cita a A bel, quien dice: ''De modo que, en la lengua egipcia, cial de todo conocimiento, pensamiento o conciencia, no puede menos que
esta reliquia singular de un mundo primitivo, hallamos un considerable manifestarse en el lenguaje. Si cuanto logramos conocer es concebido
número de términos con doble acepción, una de las cuales es exactamente como mutación de algo distinto, toda experiencia debe tener dos aspectos,
contraria a la otra''. toda palabra ha de poseer un sentido doble, o bien deben existir dos
palabras para cada sentido".
"Frente a este caso de significación antitética y a otros semejantes,
no puede caber la menor duda de que, por lo menor en ima lengua, existió Algunos ejemplos son: altus, que en latin significa alto y bajo; sacer
gran número de voces que indicaban, al mismo tiempo, una cosa y su significa santo y maldito. ''A bel llama la atención hacia otros vestigios
contraria" (K. Abel). de los modos arcaicos del pensamiento. Aun hoy, para decir «sin» en
in¡:rlés recurren a without, es decir: 'con sin'; lo mismo hace el prusiano
Sigue la cita de K. A bel: "De todas las excentridades del léxico oriental. La propia voz with, que hoy corresponde en inglés a 'con',
egipcio, la más extraordinaria quizás sea ésta: además de las voces que significó primitiYamente tanto 'con' como 'sin', empleo que aún se
reúnen significaciones opuestas poseían nombres compuestos que, a pesar conserva en w-ithdraw (retirar, apartar, apagar o sus formas reflexivas)
de reunir dos t érminos de significación contradictoria, sólo expresaban
y en with hold (detener, impedir, apartar) . Idéntica transformación
la acepción de uno de ellos. . . De modo que en estas voces compuestas comprobamos en los voces alemanas wider (contra) y wieder (junto con)."
las contradicciones conceptuales fueron fundidas intencionalmente; no
El párrafo que en la edición española comienza : ''De acuerdo a este
para crear de tal manera un tercer concepto, como sucede frecuentemente autor, el fenómeno del sentido antitético se observa en las «raíces más
1 Obras completas, XVIII; St. Ed. XI. antiguas», pues en el curso de la evolución filosófica posterior desapareció
292 JOSÉ BLEGER SIMBIOSIS Y AMBIGÜED,AD 293

esta ambivalencia, y, por lo menos en el egipcio antiguo, es posible per- Si el sueño prescinde del 'no" como si éste no existiese, esto no se
seguir la evolución a través de todas sus fases, hasta llegar a la univoca- debe a que se hayan borrado los límites de la contradicción, sino al hecho
ción del léxico moderno". En la edición inglesa dice : "En el curso de de que el yo pasa a funcionar con una estructura en la cual se ha perdido
la evolución posterior del lenguaje desapareció esta ambigüedad y, .por la discriminación, y en el caso de las voces primitivas esta discriminación
lo menos en el egipcio antiguo, es posible perseguir la evolución a través todavía no ha sido adquirida. De tal manera, la condensación sólo puede
de todas sus fases hasta llegar a la in-ambigüedad de los vocabularios ser aceptada en el sueño si se privilegia la vigilia, pero, en rigor, no se
modernos". trata de una condensación sino de una nueva estructura del yo en la
Es decir, que la edición española dice ambivalencia mientras que la cual no se condensan los contradictorios sino que se pierde la discrimi-
edición inglesa dice ambigüedad, y lo señalo porque creo que, en rigor, nación entre los mismos.
se trata de ambigüedad y no de ambivalencia. Cuando en el sueño un elemento o un significado es representado en
La lengua egipcia presenta otra particularidad muy extraña e im- el contenido manifiesto por un deseo antagónico, esto se debe a un co-
portante en lo que al paralelismo con la elaboración onírica se refiere. mienzo de discriminación en la estructura del yo y en los objetos y
''En Egipto, las voces pueden invertir -digamos por ahora: al parecer- experiencias a él ligados.
tanto su dicción como su sentido';_ "Abel trata de explicar el fenómeno
de la inversión fonética aceptando una duplicación de la raíz etimológica, Cuando, como lo dice Abel, en la lengua egipcia hallamos un consi-
pero, por nuestra parte, hallaríamos dificultades en seguir aquí al filó- derable número de términos con doble acepción, una de las cuales es exac-
logo. Recordamos el placer que experimenta el niño al jugar con las tamente contraria a la otra, la doble acepción existe para nosotros pero
inversiones de la dicción, y cuán frecuentemente la elaboración onírica no para la estructura del yo -mundo del egipcio primitivo, para quien
recurre con fines diversos a la inversión de su material representativo. esta doble acepción no ha sido todavía discriminada.
(Ya no se trata de letras, sino de imágenes cuyo orden es invertido.) Cuando el idioma egipcio, "además de las voces que reúnen signifi-
Por eso, preferimos atribuir la inversión fonética a factores más profun- caciones opuestas, poseía nombres compuestos que, a pesar de reunir dos
dos". "La concordancia entre la particularidad de la elaboración onírica términos de significación contradictoria, sólo .e xpresaban la acepción de
que señaláramos al iniciar este trabajo y el procedimiento descubierto uno de El'l.los", se trata de un momento del movimiento dialéctico, del pasaje
por los filólogos en las lenguas más antiguas, nos parece representar una de la indiferenciación a la discriminación; y no creo que estas voces
confirmación de nuestro concepto sobre el carácter regresivo y arcaico compuestas fueran "fundidas intencionalmente" (como dice Abel).
de la expresión onírica.'' Mi tesis es que a partir de una indiferenciación primitiva, que co-
Al último párrafo de su artículo Freud agrega una nota en la cual rresponde a una particular estructura del yo en la cual no se haya
dice: ''También se puede aceptar fácilmente que el primitivo sentido discriminado el yo del no-yo y no se hallan discriminados los objetos
contradictorio de las palabras representa un mecanismo preformado, uti- antitéticos, la introducción de la división esquizoide hace posible esta
lizado, para satisfacer múltiples tendencias, por el lapsus linguae que discriminación, y en el estudio del sueño tanto como en el desarrollo del
consiste en decir lo contrario de lo intentado (conscientemente)". idioma, podemos comprender que este pasaje de la indiferenciación o la
ambigüedad a la división esquizoide .no se hace tampoco .de una sola vez
sino a través de un movimiento dialéctico que tiene diferentes momentos.
"'
Por mi parte, creo que el trabajar con la hipótesis de una indiferen-
Esta indiferenciación o ambigüedad no sólo se refiere al sentido sino
a la palabra misma, y esto explica que las voces pueden invertir tanto
ciación primitiva y con la ambigüedad, aclara algunas características, su dicción como su sentido.
tanto del sueño como del lenguaje. Cuando una misma palabra expresa La experiencia que cita Freud del placer del niño al jugar con ínver-
dos sentidos contradictorios, o una imagen en el sueño representa dos siones de la dicción, es un juego en el cual, en rigor, se hace un aprendizaje.
significados antitéticos, no se trata, como lo piensa Freud, de la conside- Tenemos derecho a admitir la tesis de Freud sobre "el carácter regre-
ración de una contradicción, sino de que esta contradicción todavía no sivo y arcaico de la expresión onírica", pero esta regresión es una re-
existe, es decir, que los términos opuestos no han sido todavía discrimi- gresión del yo a una estructura y a una dinámica diferente del yo de
nados y la totalidad se expresa con una estructura propia en la cual se la vigilia y tiene sus propias leyes -Y su propio ordenamiento, de tal
hallan indiferenciados, o en forma ambigua, elementos distintos y con- manera que lo que ocurre en ese nivel regresivo del yo durante el sueño,
tradictorios, pero que, en ese momento de la evolución de la estructura 110 puede ser explicado por una alteración o por una condensación o por
del yo, no han sido todavía discriminados como diferentes ni como an- otro mecanismo, a partir de la discriminación que poseemos en el estado
tagónicos. de vigilia.
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 295
204 JOSÉ BLEGER

fiesta deben ser relacionadas a la lógica particular que las sostiene y no


Cuando en la nota al pie de página Freucl se refiere a lapsus linauac, sometidas bruscamente a una evaluación universal".
esto se debe a qtH' también rn el lapsus linaua e ocurre una destrncturnciún "Suponiendo que existe una lengua en la cual 'grande' y 'pequeño'
ele la organiznción del yo en su estado de vigilia, para pasar a otra se dicen idénticamente, será una lengua en la que la distinción de 'grande'
estructura indiferenciada o ambigua. y 'pequeño' no tiene literalmente sentido y en la que la categoría de la
dimensión no existe, y no una lengua que admite una expresión contra-
dictoria de la dimensión. La pretensión de investigar esta distinción
"'
Benveniste, E., en Remarques sur la. fon el inn d11 la noaar dans la
y no de encontrarla realizada demostraría la insensibilidad a la contra-
dicción, no en la lengua, sino en el investigador, porque es un intento
dccoucrrt c frcudicnnc se refiere justamrntr a rstr nrtíc·nlo dr Fn•utl contradictorio imputar al mismo tiempo a una lengua el conocimiento
que estoy comentando, y dice que "hay razonrs fundamentales que quitan de dos nociones en tanto que contrarias, y la expresión de estas nociones
todo crédito a las especulaciones etimológicas de Karl Abel, espec ula- en tanto que idénticas."
ciones f]Ue han secücido a Frend"; y que no por azar ningún lin~iiist:i Todas las observaciones que hace Benveniste sobre los errores de
califüaclo, ni de L1 (•poca en qu e AbC'l eseribió su ensayo (1884- ) ni consideración del lenguaje primitivo se aplican ta!fibién al sueño, proceso
posterior, ha retomado este trabajo de Abe! ni en sn .m(·tollo ni en s11s que fue estudiado talentosamente por Politzer. El punto fundamental
conclusiones. reside en que se eompi;ende el sueño a partir de una estructura de vigilia
''Si se pretrnde remontar el curso dP la historin srmftntica de las que no es inherente al sueño sino a la vigilia. Y este procedimiento, si
palnbras y restituir la prrhistoria, el primrr principio del método es es lícito en cuanto a la necesidad de comprensión, de ninguna manera
considerar los elatos de forma y de srntido s11ersi,·1mH:ntc ntestiirnados puede ser admitido como lícito en cuanto a mecanismos o a génesis del
t'n cada época d(• la historia hasta la rpol'a mús anti¡rna, ~· no t'l C'ncnrar sueño. Concluye Benveniste afirmando que "todo parece alejarnos de
una restitución a partir del último punto que nuestra información pndo una correlación vivida entre la lógica onírica y la lógica de una lengua
alcanzar. Este principio implica otro. rclatiYo a la técnica comparativa, real". ' .
'llte es el de someter las eomparacionrs t'ntrr lenguns a corr<'spornlrncias
regulares. K. Abrl opera sin cuidado ele rstas reglas y junta todo lo
que se parece.'' "'
A esta conclusión agregaría que tanto el sueño como el lenguaje
Algunos ele los errores de .A bel, en cuanto n los elatos y a la meto- responden a una dialéctica; en cuyo movimiento, la indiferenciación, la
dología sPguidos son estnc'liados por Bl'nYt'11istr. Así, uno rlP ,• ll ns st'
ambigüedad, la división esquizoide, la ambivalencia y su síntesis, son
refiere, por C'jemplo, al doble sentido de la palabra saccr: sagrado y
momentos de ese devenir.
maldito. es decir las palabras qne sr toman en St'ntidos opuestos en el
111 ismo lrnguaj e. Así, en la Edad Media un rey y nn leproso eran C' l 11110
y el otro, en rigor, "intocables", pero ele esto no se deduce que saccr BIBLIOGRAFtA
incluya los dos sentidos contradictorios; "son las condiciones eHltn rn les
Alvarez de Toledo, L.: "El análisis del asociar, del interpretar y de las palabras".
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EN "LO SINIESTRO" 1 DE FREUD

Freud expone, desde el comienzo de su artículo (1919), un resultado


preliminar de su investigación, diciendo que: ''lo siniestro sería aquella
suerte de espantoso que es propio de las cosas conocidas y familiares
desde tiempo atrás. En lo que sigue, se vPrá cómo esto es posible y bajo
qué condiciones las cosas familiares pueden tornarse siniestras, espan-
tosas".
''La voz alemana unheimlich es, sin duda, el antónimo de heimlich
y de heimisch (íntimo, secreto; y familiar, hogareño), imponiéndose en
consecuencia la deducción de que lo siniestro causa espanto, precisa-
mente porque no es conocido, familiar. Pf'ro, naturalmente, no todo lo
que es nuevo o insólito es por ello espantoso, de modo que aquella relación
no es reversible. Cuanto se puede afirmar es que lo nuevo se torna
fácilmente espantoso y siniestro; algunas cosas insólitas son espantosas,
pero de ningún modo lo son todas. Es menester que a lo nuevo y desacos-
tumbrado se agregue algo para convertirlo en siniestro."
Freud cita que para Jentsch lo siniestro se relaciona con lo nuevo,
con lo no familiar, y --continúa Freud- este autor "ubica en la incer-
tidumbre intelectual la función básica para que se dé el sentimiento de
lo siniestro. Según él, lo siniestro sería algo en que uno se encuentra,
por así decirlo, desconcertado".
Freud dice que la caracterización de lo siniestro por la ecuación
siniestro-insólito no agota la acepción del término, y esto es correcto.
Creo que, en lo siniestro, intervienen tres condiciones:
1) tiene que tornarse indiscriminado o incierto un suceso, o una
cosa, que hasta ese momento ha sido familiar y, por lo tanto,
conocido y discriminado ; en otros términos, lo familiar se ha tor-
nado ambiguo y -por lo tanto- ya no es familiar.
2) este cambio tiene que aparecer o darse de manera brusca, insó-
lita e inesperada ;

1 Tomo XVIII. Obras Completas. Traducción Ludovico Rosenthal. Buenos Aires,


A mericana, 1943. Tomo XVII de The Standard Edition.
298 JOSÉ BLEGER
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 2!)9

3) se hace necesario agregar otro factor, que creo de suma impor-


tancia, que es la característica del yo que sufre el impacto de nn lado; y de lo oculto, disimulado, por el otro. Unheimlich tan sólo
la transformación de lo familiar en ambiguo 2 • Sl'rÍa empleado como antónimo del primero de estos dos sentidos y no
La evaluación de estas tres condiciones permite delimitar lo siniestro eomo contrario del segundo". A ello agrega una nota de Schelling "que
como aquello que requiere, además de las dos primeras condiciones, un enuncia algo completamente nuevo e inesperado sobre el contenido del
yo que a su vez sufra , en buena parte de su estructura, una indiferen- concepto unhcimlich: Unheirnlich ahora sería todo lo que debía haber
ciación; es decir que el yo mismo sufra un proceso de ambigüedad, y q ueclado ocnlto, secreto, pero que se ha manifestado".
para que esto ocurra, el yo debe ser -en su gran proporción- una ~\.quí aparece algo importante para agregar a las tres características
estructura no demasiado madura ni muy integrada. Cuando el yo es CJlll' he fijado para la aparición de lo siniestro; es el hecho de que no
más integrado aparece el suspenso o la perplejidad, que son paralizaciones solamente se trata , en lo siniestro, de algo farniliar o conocido que ·se
dP.l yo frente a lo insólito ~, ambiguo; en el desconcierto el yo entra en torna ambiguo, sino también de la aparición insólita de lo ambiguo que
un cierto grado de confusión (y no de ambigüedad como en lo siniestro), liay indef ectiblemente en todo lo conocido. Y esto me parece importante
y lo mismo pasa con lo cxtm1ío y lo misterioso, en los cuales el yo se subrayar, dado que nos movemos en el ámbito de lo familiar, con objetos,
halla más integrado y resulta capaz de " enfrentar" la ambigüedad. situaciones y personas discrimiiiadas; pero dentro de lo discriminado,
En realidad, no podemos entonces hablar de tres factores aislados, (' 11 que nos mowmos en forma familiar o conocida, existen siempre as-
sino que tenemos que pensar en la relación entre ellos, ya que un pequeño J1L'rtos o partes ambignns no conocidos que tienen que permanecer ocultos
monto de ambigüedad de un fenómeno familiar producirá lo siniestro o sec retos para qu e Pl suceso siga siendo familiar. Recordemos al res-
en un yo de poca organización, integración o madurez, mientras que pecto la opinión de Allport, que "tenemos que simplificar pata poder
algo muy ambiguo, aunque aparezca en forma insólita, puede provocar vivir"; y H egel, cuando dicr que: "Lo conocido, en términos generales,
.la reacción de extrañeza o de misterioso en nn yo más maduro o más precisamente por spr conocido, no es reconocido". ·
integrado. En otros casos, el yo puede set integrado, pero capaz de La investigación científica y estética (considero la creación artística
regresión. como una im·cstigación ) 3 consiste en un intento de conocer y discriminar
Siendo el yo una estructura dinámica, los fenómenos familiares que lo que hay de desconocido, no discriminado, y por lo tanto de ambiguo;
se tornan ambiguos de manera insólita pueden, en determinada inten- se trata de un esfuerzo por discriminar lo que creemos conocer y que-
sidad, reacti \'ar en cualq uicr sujeto (aun con un yo bien integrado), remos conservar como familiar, ocultando, manteniendo en secreto o
aspectos o características inmaduras del yo, o bien provocar una regresión estrechando los fenómenos del mundo en el cual nos movemos, para que
en el yo más integrado. Dicho de otra ma11era: lo siniestro aparece sigan siendo familiares 4 .
cuando lo ambiguo es capaz de movilizar el "yo sincrético", o el no-yo 'I'h e Standord Edition (XVII, 224), dice textualmente : "En ge-
de un individuo; o sea, los niveles más r egresivos y ambiguos, o no neral podemos reconocer que la palabra 'heimlich' no es ambigua, sino
discriminados de la personalidad. que tienden a mantenerse como fijos
y desconocidos, ocultos detrás de lo conocido, o sea, del yo más integrado, y
-en otros casos- cuando el yo es capaz qe tal regresión. que buscan confirmar la omnipotencia del pensamiento y el pensamiento aniniista,
después que hemos a lcanzndo un (•stadio en el cual, a nu<'stro juicio, hemos abandonado
tales cre1•ncias". (El subrayado es mío. )
En su estudio sobre el Conde de 1..autréamont, E. Pichon Riviere señala tam·
"'
Después de describir un pasaje del Wi.irtei·biich der Dcutschen Spra-
hi~n esta necesidad de un yo más int<'grado: "Lo siniestro aparece, pues, condicionado
con aquella etapa del desarrollo de nuestro pensamiento, el animismo ya s11perado
y vuelto a manifestarse debido a circunstancias exteriores que facilitan su r eapa-
che, de D. Sanders, Freud dice que se advierte que la palabra heúnlich rición". Y agrega <'l mismo autor: "Según Freud, Hoffmann utilizó otros trastor.nos
"no posee un sentido único sino que pertenece a dos grupos de represen- del yo PU sus cuentos, que consisten er.t un retorno a detPrminadas frases de la evolu·
ción qtw experimenta la vivencia del yo; en una regresión a una época en que el yo
taciones que, sin ser precisamente antagónicas, están sin embargo bas- aún no se había delimitado frente al mundo exterior y frente ai prójimo".
tante alejadas elltre sí: se trata de lo que es familiar, confortable, por a Kri' ~· Ka plan subrayan la capae idaci cn·adorn Lle la prouucción artística;
parn Jkwc•y la creación ('Stética es una de las formas Lle resolYcr problemas. Estos
2 ~l papel de! yo queda también implicado en la observación de K. GoldstPin a8p('ctos, tanto •·orno el que yo señalo, no se <'Xcluyen.
(citado por Board, R. cu Psychiatry, 1958), qu<• en lo• pacientes con daño cerebral, 4 A Psto se pueden agregar las manifestaciones artísticas que expresan direc-
sentitnicntos de lo siniestro ocurn•n cuando hls cap:.widadPR de organización U<' un tamente lo siniestro, y con esto se gira, qel arte como edulcoración de lo siniestro,
organismo resultan inadecuada• para comp1·c1Hler lo qun ocurre. a la cxprrsión tlin•ct.a de ··~to último. E . Pichon Rivicrc, rn su estudio sobre el Conde
En Tótem '!J tab·tí (19 .13 ) Freud die(, ya (antes dl' escribir "Lo si niestro'', c u de Lautréamont, sciíala también a lo maravilloso y al humor negro cotno técnicas
una nota ) (St. Ed. XIII, 86) que "atribuimos la cualidad de lo siniestro a impresiones para sup('rar o luchar contra lo siniestro. Igualmente, H. Read (La bella y la bestia)
cita una frase de Nietzsche: "El arte g~iego nos ha enseñado que no hay superficies
wrdaU.~raruente bellas sin terribles profundidades".
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 301
300 JOSÉ BLEGER

un lugar libre de fantasmas ... '' y que heimlich también significa o tiene
que pertenece a dos grupos de ideas que, sin ser contradictorias, son sin otra acepción: "sustraído al conocimiento, inconsciente .. . " Aquí se sub-
embargo muy diferentes". Reproduzco la traducción del texto inglés, raya que lo familiar es lo ''libre de fantasmas'' o lo ''sustraído al cono-
dado que introduce la expresión "no inambigua", lo cual quiere decir que cimiento" o "lo inconsciente"; algo que, si bien, por un lado es familiar,
la palabra "hcimlich" es ·ambigua (en la edición española del alemán por otro tiene una parte desconocida llena de fantasmas que constituye
no ha sido traducida de esta manera). El traductor del alemán al inglús lo desconocido, y que -en nuestra vida habitual- ignoramos que existe
agrega en la página siguiente una nota en la que dice que de acuerdo dentro de lo familiar.
al Oxford English Dictionary, una ambigüedad similar corresponde a la Freud termina este párrafo diciendo : ''De modo que heimlich es
palabra inglesa canny, que puede significar rio solamente cosy sino tam- una voz cuya acepción evoluciona hacia la ambivalencia, hasta que ter-
bién cndowed with occult ar magical powers. Es decir, que llega mina por ,coincidir con la de su antítesis (en inglés dice "con su opues-
un momento en que la misma palabra que se refiere a lo familiar resulta to"), unheimlich. Unheimlich es, de una manera cualquiera, una especie
ambigua, de tal manera que pasa a significar justamente su contrario. de heimlick. "
De esta manera, creo que la palabra que describe el fenómeno recoge en Aquí Freud caracteriza como ambivalente la acepción de la palabra
sí misma, en su sentido o en su significado, la permanente posibilidad de heimlich ("cuando termina por coincidir con la de su antítesis"), cuando
que lo familiar se convierta en ambiguo, porque lo familiar es -en en realidad ahora podemos reconocer que se trata de ambigüedad. Esta
rigor- sólo un aspecto definido o ''recortado'' de una configuración superposición de ambigüedad y ambivalencia es muy frecuente, y parte
incierta o no discriminada. de mi esfuerzo en un capítulo anterior ha consistido en describir la dife-
Quiero subrayar otro aspecto interesante de la ambigüedad del tér- rencia entre ambas. Cuando Freud dice que: "Unheimlich es, de una
mino heimlich. El texto antes reproducido dice que esta palabra no manera cualquiera, una especie de heimlich'' (en inglés dice '' subespe-
posee un sentido único sino que, no siendo "inambigua ", "pertenece a cies de heimlich "), entiendo que no sólo la palabra sino el fenómeno
dos grupos de ideas que, sin ser contradictorias, son sin embargo miiy mismo contienen lo oculto, lo fantasmal, lo no conocido, lo no discrimi-
diferentes: por una parte significa lo que es familiar o agradable y, nado. Su aparición insólita provoca lo siniestro cuando el yo que percibe
por otra parte, lo que es oculto o disimulado". Lo subrayo por el hecho el fenómeno se transforma en ambiguo, o surge también en él (en el
de que aquí Freud señala (de acuerdo con el texto inglés), una de las propio yo) lo incierto o lo no discriminado.
características fundamentales de la ambigüedad: la de que aparecen en
forma conjunta dos grupos de ideas 5 que no son contradictorios sino
que son diferentes, y por el hecho de que ésta es Ja característica que he
enfatizado en un capítulo anterior, afirmando que la ambigüedad no im-
"'
Prosiguiendo con el estudio, Freud recuerda otra vez a Jentsch, para
plica la contradicción sino la coexistencia de términos diferentes, no quien lo siniestro se caracteriza por la "duda de que un ser, aparente-
discriminados entre sí; y he señalado también que, en algunos casos, la mente animado, sea, en efecto, viviente; y, a la inversa: de que un objeto
ambigüedad puede incluir también términos contradictorios, pero en este sin vida esté, en alguna forma, animado", y cita como ejemplos la im-
caso se ha perdido o se ha ''desdibujado'' o embotado la contradicción, presión que despiertan las figuras de cera, las muñecas ''sabias' ' y los
de tal manera que aparecen como no discriminados o no contradictorios. autómatas, tanto como la impresión que producen las crisis epilépticas
De tal manera, lo típico de la ambigüedad reside en que aparecen al y las manifestaciones de la locura.
mismo tiempo, en forma no discriminada, cosas que son diferentes y que Para Jentsch, uno de los procedimientos más seguros para buscar
nunca han sido contradictorias o que, habiéndolo sido, la contradicción fácilmente lo siniestro "consiste en dejar que el lector dude de si deter-
se ha perdido o embotado. minada figura o persona que se le presenta, es un ser viviente o un autó-
En este sentido, en lo siniestro, no es la totalidad de lo familiar lo mata. Esto debe hacerse de manera tal que la incertidumbre no se con-
que se torna ambiguo, sino que fundamentalmente ocurre que dentro de vierta en el punto central de la atención, porque es preciso que el lector
lo familiar aparecen los aspectos ocultos o no manifestados, es decir, lo no llegue a examinar y a verificar inmediatamente el asunto, cosa que
todavía no discriminado; y ·este aspecto me parece de suma importancia según dijimos, disiparía fácilmente su estado emotivo especial".
en el estudio de lo siniestro. En esta cita de Jentsch, aparece, además de algunos aspectos ya
Freud cita luego partes del Diccionario de Jacob y Wilhelm Grimm, señalados, el hecho de que, para evocar lo siniestro, se debe producir un
en el cual, entre otras acepciones, se dice que heimlich "designa también fenómeno de duda o incertidumbre pero que éstas no se deben convertir
en el punto central de la atención, con lo cual se señala que lo siniestro
5 El texto español dice "dos grupos de representaciones", eu lugar de "dos PS distinto a la duda y a la incertidumbre, dado que, en lo siniestro, el
grupos de ideas".
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SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 303

yo no debe transformarse en un observador de la duda ·o de la incerti- fil'sta de nuevo. Esta forma de la angustia sería, precisamente, lo si-
dumbre; y esto me parece fundamental, ya que lo característico de lo niestro, siendo entonces indiferente si, en su origen, ya tenía carácter
siniestro no es un estado de duda o incertidumbre, sino una desorgani- angustioso, o si fue animado por otro tono afectivo. En segundo lugar,
zación (o reorganización) especial que sufre el yo, o mejor dicho, una si ésta es, r ealmente, la esencia de lo siniestro, entonces comprenderemos
destructuración del yo integrado y la formación de una nuern estruc- que el lenguaj e corriente pase insensiblement e ele lo H cirnlich a su con-
tura del yo, ambigua en sí misma . trario, lo Unhcirnl1:ch, pues esto último, lo siniestro, no sería realmente
Freud pasa luego a considerar -como ejemplo- un cuento de nada nuevo, sino, más bi.en, algo que siempre fue familiar 9 en la vida
1-Ioffmann ("El arenero"), y empiC'za señalando que PI tema de " la psíquica y que sólo se tornó extraño mediante el proceso de su represión.
muñeca Olimpia '' '' de ningún modo puede ser eousidl'rado corno único Y este vínculo con la represión nos ilumina ahora la definición de
responsable del singular efecto siniestro que produce el cu<' nto " y que Schelling, según la cual Jo siniestro sería algo que, debiendo haber que-
"el centro del cuento lo ocupa , más bien, otro tema. precisamente el dado oculto, se ha manifestado".
que le ha dado título y que sil'mprc vuclw a ser destacado en Jos mo- Para Freud -entonces- lo siniestro es un retorno de lo reprimido.
mentos culminantes: se trata el('[ tem a del arenero, el que arranca los Nosotros diríamos ahora que lo siniestro es nna ruptura del clivaj e entre
ojos a las criaturas". A tn1v(·s del examen del cuento, Preud concluye el yo y el no-yo (o "yo sincrético", que es ambiguo) , y no un simple
que no se trata, como lo afirma .Jentsch, de "una incertidumbre inte- r etorno de lo rl'primido, y que, para ser r eprimido, tiene que haber inte r-
lectual", y c.:oncede, en cambio, una importancia fundamental al trmor wnido la división esquizoide, y por lo tanto, la discriminación 10 . Con
por la p érdida de los ojos, "el miedo a quedar ciego", que "es el susti- esta misma modificación que Sl)Stento se ent icndc tambiC·n me jor el pasaje
tuto frecuente de la angustia de eastraeión". Frl'ud conelu.,·e l¡ue "el insensible ele Jo H cimlich a lo llnli cimlich. ya que en todo fenómeno
carácter siniestro del arener o (se debe reducir) al complejo de castración familiar conocido está. prPsente también un algo deseonociclo o no dis-
infantil". criminado. Y lo mismo ocurre si centrainos la atención , no ya en el fe-
En otro cuento de Hoffmann ("Los elixires del diablo") , F reud l'S· nómeno, sino en el yo mismo. El yo "conocido " o integrado se sustenta
tudia el fenómeno del doble y señala que este trastorno del yo, que sobre un no-yo, que es el "yo si ncrético" o ambiguo. Esto agr ega el
Iloffmann utiliza en su cuento, consܡte "en un r etorno a determinadas l'onocimiento de que lo siniestro no es algo familiar 4uc se ha tornado
fases de la evolución que experimenta en Ja viveucia del yo; en una extr año por la represión, sino algo familiar o habi ttrnl que es, en sí
regresión a la época en q1w el yo aún no se había delimitado netam ente! mismo, el soporte del yo, y del cual se ha formado por una discriminación
fr ente al mundo exterior y frente al prúji'.nw G_ Más adelante, Frcud liga ele parte del mismo. tanto el ~'º como lo reconocido como familiar. En lo
la imprcsiún de lo siniestro como emanada de ''la r epetición de lo idén- siniestro se m<mifiPsta. entonces, lo clivado de Ja personalidad y de la
tico'', que puede ser también derivada de la vida psíquica infantil. Y realidad, que se tieude a mantener clirndo por su carúctcr indiferenciado
luego r elaciona el fenómeno de lo siniestro con la omnipotencia de las o sincrético.
ideas, y dice que ''cuanto hoy nos parece siniestro, cumple la condición
de evocar estos restos de una actividad psíquica animista, estimulímdola
a manifestarse'' 7 • Y continúa Freud : ' ' Será oportuno enunciar aquí dos
formulaciones en las cuales quisiera condensar el fondo especial de nues-
"'
Dice Freud: ''Sólo será. preciso que agr eguemos unos pocos com-
tro p equeño estudio. Ante todo: si la teoría psicoanalítica tiene razón plementos, pues con el animismo, la magia, los ern::a ntamÍPntos, la omni-
al afirmar que todo afecto de una emoción, cuah¡uiera que sea su natu- potencia de las ideas, las actitudes frente a la mul'rte, la s r epeticionl'S
raleza 8 , es transformado por la represión en angustia, entonces es pre- invohmta rias y el compl ejo de castración, cas i hl'mos agotado el conjunto
ciso que entre las formas de lo angustioso exista alguna en la cual se tk los factores que transforman lo angustioso en siniestro".
pueda r econocer que esto, lo angustioso, es algo reprimido que se maní- 'fodo esto queda resumido en la. frase de Freud, que "Jo sinil•st l'!I
se da. frecuente y fácilmente, cada vez que se desvanecen los límiteH ('Jil r•·
6 El sulmn-a elo <'S mío. fantasía y realidad; cuando lo que habíamos tenido por fantitsti('o 11p 11
una n ot~ de Fl'<·uel r<•m itP al capítulo UI ele " TótPm y tabú", elonde se
r-ncurntra el pasajp :-:;iguientP: "Pan·1~cría. qu1.\ conced('lllOS carúcter 'sini estro' a aque-
rpee ante nosotros como realidad; cuando un símbolo adquiere la pl 111.,,
llas imprcsio1ws que ,.i<•11cn a confirma r la omn ipotencia el<• las ideas y el pensamiento y la importancia de lo que había simbolizado; y así sucesivamente" .
a11imista en general, mientras que en nu estro juicio racional ya nos hemos alejado
de éstos''. fi La Pdir i6n ingksa rlj,oc: "algo qu<• es fam iliar .. . "
8 La edición i11glesa el ice: " que todo afecto pertcnecie11te a 1111 impul so cmo· 10 La. teoría. c)p la angustia, qui· }'nlu1l utiliza aquí, t.'~ modifi cada t·n " l 11 111
cio11al. .. " hieión, sí nto ma. y m1gust ia", y t.•sa m0Uificatió11 abona m{ts la hipótes is que sus lt'ul o
SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 305
304 JOSÉ BLEGER

cólicas e hipoco11dr íacas. Las pocas relaciones que mantiene son fuerte-
Esta característica, a saber, el desvanecimiento de los límites entre mente idealü;ad as, y vive también con una intensa sobrevaloración de
fantasía y realidad (la coexistencia de ambas en forma no discriminada), sí misma. füt función de las limitaciones de su yo, tiene una seria dis-
es justamente el fenómeno de la ambigüedad al cual creo se pueden re- torsión de la r"alidad, de la cual sólo percibe lo que coincide con su ima-
ducir, en última instancia, todos los fenómenos comprendidos bajo el título gen de sí misma, del mundo y de las personas. Ha tenido una evolución
o la impresión de lo siniestro. La omnipotencia de las ideas, la magia, muy favorable en su tratamiento psicoanalítico, y en un período reciente
los encantamientos, el animismo, el complejo de castración, las repeti- del mismo empieza a elaborar y a aceptar que sus padres, su marido,
ciones involuntarias, todos ellos adquieren el carácter de lo siniestro a yo y ella misma, no somos como ella siempre nos veía. Este descubri-
condición de que se desvanezcan los límites entre lo conocido y lo desco- miento de aspectos insólitos e insospechados en lo familiar y cotidiano
nocido o entre fantasía y realidad: cuando se transforman en fenómenos de su vida, aparece con una nueva vivencia de lo siniestro.
ambiguos y, tal como lo he dicho antes, no sólo cuando el fenómeno se Quiero sólo mencionar que existe una relación muy estrecha entre
transforma en ambiguo, sino cuando este fenómeno ambiguo es capaz lo insólito, como ritmo, con la epileptoidia. Otros pacientes pueden hacer
de hacer entrar en ambigüedad al mismo yo : cuando es capaz de hacer este aprendizaje de manera más gradual, y en ellos no aparecen los ''des-
regresar el yo a un período o a una etapa de indiferenciación yo-no-yo, que cubrimientos" de manera brusca e insólita; para que estas dos últimas
es, justamente, lo que caracteriza a lo que he denominado la posición características se den, creo que se requiere, en todos los casos, de un
glischro-cárica. fuerte componente epileptoide de la personalidad, que hace que el des-
Cuando no hay desvanecimiento de límites entre fantasía y realidad cubrimiento y el aprendizaje aparezcan de manera brusca. Dejo de este
no se produce lo siniestro, tal como ocurre cuando nos ubicamos direc- modo solamente señalada la relación entre el fenómeno de lo siniestro
tamente en la ficción. y la epileptoidia.
Dice Freud : ''El resultado al cual nos condujo nuestro estudio po- En una sesión de esta paciente, se comienza con el análisis de cómo
dría, entonces, ser enunciado de la siguiente manera: nuestras vivencias ella, al salir de la sesión anterior, dejó depositada su melancolía en mí;
adquieren carácter siniestro cuando complejos infantiles reprimidos son y yo le interpreto que ahora se permite dejar depositada su melancolía
reanimados por una impresión exterior; o bien con condiciones primiti- para que yo me preocupe por ella, cosa que nunca pudo hacer con sus
vas, superadas, parecen hallar una nueva confirmación"· 11 . padres, a los que siempre veía como despreocupados y en quienes -por
En todos estos casos se trata de un retorno o una regresión del yo lo tanto- no podía confiar.
a la posición glischro-cárica, de tal manera que no existe un retorno de Como respuestas a mi interpretación, la paciente recuerda en ese mo-
lo reprimido, sino un retorno a un yo cuya estructura ha sido superada, mento que yo le dije que la semana próxima no la atenderé porque
o la aparición de un yo que se mantenía clivado, con una estructura indi- interrumpiré mi trabajo, y sigue asociando con su esposo, diciendo que
ferencia. ahora se da cuenta de lo siniestro de la relación que tiene con él; que
La conclusión a que arribo queda también abonada por la afirmación está descubriendo que la relación con él es siniestra porque ella se sent ía
de Freud de que: "muchas cosas que serían siniestras en la vida real, siempre muy enamorada de él y sólo veía en él buenas cualidades, pero
no lo son en la poesía ; además, la ficción dispone de muchos medios para que ahora se da cuenta de cómo la abandona afectivamente, la desvalo-
provocar efectos siniestros que no existen en la vida. Con esto se señala r iza y mantiene con mucha free vencia relaciones extramatrimoniales. y
que, en la creación artística, el yo es colocado en una situación de regre- que el enterarse de todo esto le produce la impresión de una relación
sión particular, o en una situación de conocimiento específico de que lo siniestra.
que se va a narrar o va a ocurrir en el cuento o en la creación literaria Si tomamos, en primer lugai su relación con su marido, vemos que
está separado o está limitado de lo real, cosa que no ocurre con el fenó- lo que produce la impresión de .;iniestro es el hecho de descubrir que
meno de lo siniestro que ocurre en la vida real. s 11 marido es una persona totalm,mte distinta de como ella lo veía hasta

"Muy distinto es -dice Freud-, en cambio, si el poeta aparenta PHte momento, lo cual significa ;p10 lo familiar contenía aspectos desco-
situarse en el terreno de la realidad común''. ''Adopta entonces todas noeidcs para ella, y que lo familinr ha dejado de ser tal, para entrar en
las condiciones que en la vida real rigen la aparición de lo siniestro, y 11na situación en la cual ella ahora desconoce totalmente a su marido:
cuanto en las vivencias tenga ese carácter, también lo tendrá en la ficción". ,.¡; a mantiene una relación con una persona que ahora resulta que no es
Daré ahora un breve ejemplo del análisis de una paciente en quien, ('Ha persona. En otros términos, lo familiar, lo definido o conocido, se
en un momento dado, se da la sensación de lo siniestro. Se trata de una 11a torr;ado desconocido, no discriminado, es decir ambiguo.
persona con un carácter fóbico, con frecuentes manifestaciones melan- Per o su descripción de la r elación con su marido es, en la relación
1 1·:msferencial, un desplazamiento de cómo ella siente también siniestra
11 Los subrayados son de Freud.
306 JOSÉ BLEGER

SIMBIOSIS Y AMBIGÜEDAD 307


la relación conmigo, ya que, por un lado, yo le digo implícitamente que
deposite en mí la melancolía y la inYito a que confíe en mí, pero cuando
yo le señalo esto, la relación conmigo también se torna siniestra, porque,
por un lado, le hago depositar confianza, y por otro, le resulto infiel, Creo que en este ejemplo se ilustran las tres características básicas
porque la abandono interrumpiendo mi trabajo. Es <lccir, que lo fami- que he descrito al comienzo como fundamentales del fenómeno de lo si-
liar de su relación conmigo, lo acostumbrado, se ha tornado de golpe niestro: lo fami liar SP ha tornado ambiguo, este' cambio se hace además
desconocido, y yo ya no soy para ella el mismo de ahtes, en quien se dr rnaiH'ra brusca e inesperada, y el yo de la paciente pasa, en su tota-
podía confiar, transformándome para ella rn un objeto ambiguo; apa- lidad . también a una regresión que impliea la ambigüedad en sí misma.
rezco con características diferentes y contradictorias que la paciente
todavía no discrimina en su relación conmigo. Ella ahora no sabe, brus- BIBLIOGRAFíA
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Plata Mu;jica, C.: "El fenómeno del doble y su• relaciones con el psiquismo fetal".
voy a atender durante un tiempo, en ese monÚ•nto se adnaliza la rela- En: Rascovsky, A.: El psiquismo f ctal. Buenos Aires, Paidós, 1960.
ción inconsistente con sus padres, a quienes no podía contar como depo- Palito, R.: "Análisis de un estado hipocondríaco". Buenos Aires, Asociación Psico·
sitarios, es decir, con una simbiosis eoufiable. Esta ruptma co u el depo- aualitica Argentina, 1966.
sitario (sus padres, yo) hace que se rompa Pl cli n1je existente entre su Read, M.: La bella y la bestia. Buenos Aires, Eudecor, 1966.
Rickmanu, J.: "On the nature of ugliness and tho creative impulse". Selected Con·
yo más integrado y la parte psicótica de su personalidad (su núcleo me- trib1ttions to Psyohoanalysis. Londres, Hogarth Pross, 1967.
lancólico). Este núcleo melancólico está constituido por la parte psicó- Sega!, H.: "Un enfoque psicoanalítico de la estética". En: Klein, M.: Nuevas direc·
tica de la personalidad que es profundamente ambi¡¡:ua o indi frrPnciada, oioncs en psicoanálisis. Buenos Aires, Paidós, 1965.
y que, al perder el depositario, invade el yo y hace que este yo más Usandivaras, R. J.: "Sobre la vivencia de lo maravilloso en algunas fobias". Buenos
Aires, Revista de Psicoanálisis, vol. XIII, 4, 1956.
integrado entre también en un cierto grado de arnbig-üedad. Ella ha lo-
grado en su vida un cierto desarrollo de un yo rnús integ-rado en fun-
ción de la posibili,dad de mantener cliYada y fijada su parte psieótica
en algunos depositarios, pero como estos depositarios (sus padres) no
han sido depositarios confiables, esta parte psicótica de la personalidacl
se ha condensado en un núeleo que es el núcleo melancólit:o. La pérdida
brusca del depositario en la relación transfereneial, hace quP t•stc núeleo
melancólico no sea reintroyectado como tal sino qm>, por una rnpt ura del
clivaje, invada al yo más integrado, produci(·nclos<' entouees la viveneia
de lo siniestro en función de la irrupción de la ambigiiedad, es decir,
en función de una destructuración del yo hacia niveles de una organi-
zación más primitiva.
Para el observador, la conducta de sus padres (y la mía) resulta con-
tradictoria, pero no lo es para el la, que en ese nivel de su personalidad
no ha podido discriminar todavía la contradicción, y esta últiína apareec
para ella como Ja actualización de su ambigüedad.
José Bleger fue una de las mayores figuras de! pensamiento psicoanalí-
t ico en la Arg6ntina . Sus personal 0 s aportac iones son conocidas y alta-
mente valoradas dentro y fuera dtil país. En Simbiosis y ambigüedad
trata, ent re otros, los ~em as siguientes: estudio do la dependencia-inde-
pendenci a en su raiación co_n el proceso de . proyección-introyección; la
simbios is en " el reposo del guerrero" ; modalidades de la relación obje·
tal; simbiosis. 'Estudio de la parte psicót ica de la pe 11sonalidad . La ambi-
güedad en la clínica psicoanallti ca ; psicoanál isis del encuadre psicoana-
iítico ; ambivalencia y ambigüedad. A nt ecedentes bibliográfi cos; ambi-
;iedarl y sincretismo en "lo siniestro" de Freud.
"El tema de fa simbiosis en psicoiogía y psicopatología -dice el autor-
es relativament nuevo bajo est e título; pero es indudable que. de muy
di1.ersas manera c:i, se halla incluido en trabajos psicoanalíticos de dife-
rentes autores y en distintos tópicos, especialmente en los estudios que
se ref ieren a los primeros estadios del desa rrollo de la personalidad.
Con esta publicación intento adelantar en la invest igación de este capí-
tulo, que creo. .:le suma importancia para ia mejor comprensión, tanto
de problemas de la psicología normal como de la p1'!copatología, tanto
ui. la psicología individual como de la psicología grupal. inst itucional y
de ia comun idad. Tal es, en síntesis, la ¡¡mplitud de cam pos y de proble-
mas con los cual es me ha enfrentadc la investigaci ón de la simbiosis".
Fbte estudio -sigue B!eger- "me condujo a ot ro puma crucial : al tema
de la ambigüedad en la normalid ad , en la patología, en la vida cot idia-
na; el puente ent re ambos t emas me fue dado por la hipótesis de que
el núcleo - o la razón furdamenta!- por el que se constituye o persi ste
ei vínculo o l_a interdependencia simbiótica es, en su ·misma natu raleza,
de carácter ambiguo. Cuando hub . llegad a e3 ta última conclusión, se
me impuso indefectiblem ente el estudio de la ambigüedad y, a raíz de
ello, t uve a la vez que reco nsiderar conceptos uti lizados con anterioridad,
especialmente en lo aue se re;;erf' al at..dsmo, r arci sismo primario, iden·
t\fi caci 1n, etc.' . '-"' · pue" , una aportaciór> de importancia para la teoría
y la pt \ct ica psicoanalít; ca&, que habrá de interesar '3gudamente al psi·
coenali: t a, al psicól ogo 'J al ps iq•Ji !ltra.
n e! mi. mo autor pueden consultarse íos siguientes Ph•ns·
J. Blegt. : P:.icohigiena y psicología institucional
Una apH tura de la psicol ogía hacia campos po o enfocados hasta el pre-
sent e, e 1 parti cular a su aplicación a los :Jrobiemas institucional es y de
la salud públ ica, la i">igiene mental :· la psicohi _iene en el ámbito de la
psicolog1., institucional, de la comun idad y grupai.
J. Piege : Psicoaná:1si;; v dialéctica materiafü:ta
En su ! ' troducc! ón pr" senta el cuadro e cue t1 c.1es a desarrollar a par-
t ir de !as opiniones de Georges Poiitzer - precursot ¿;i este campo- . Se
estud ian los esquemas refe renci ales utilizados por Freud, en especial la
f ísica mecanici sta y el evoluc ioni smo, qu _ cond cen a establecer una
diferenciación ent re ps·cología dinámica y .psicol"!.>"' dramática como dos
direcciones dist intas del ps icoanálisis actL!al. La inve::t'gaclón se extien-
de a la concspción psicoanal ítica de los instintos y a la astru ctura del
aparato psíquic:o.
~. Bleger: Psicología de la conducta
Un verdadero manual orientador, cuyo excepcional •1alor d:dáctico ha
dado lugar a la prefe renc ia que profesores y est udiant es manifiestan de-
cididamente p or esta obra como guía para internarse en una psicología
de va11guardia.
J. Bleger y otros: La identidad en el adolescente
La identidad ..en el adolescent e constituye un t ema de importancia primor·
dial para el psicólogo y el clínico, pero, además, es de u11 interés verda-
aeramente fasci nante. Este li bro constituye un aporte muy Jalioso por la
temát ica que desarrolla y oor los autores que han ,.,artici pado. Bleger
bri nda una exposición sobre la identidad del adolescent e.

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