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Para otros usos, véase Peste (desambiguación).
Peste
fluorescencia.
Especialidad infectología
Aviso médico
1Etiología
2Epidemiología
3Ciclo natural
4Transmisión a los humanos
5Patogenia
6Manifestaciones clínicas
o 6.1Peste bubónica
o 6.2Peste septicémica
o 6.3Peste neumónica
o 6.4Otros síndromes
7Bioquímica clínica
8Diagnóstico
9Tratamiento
o 9.1Antibioterapia
o 9.2Tratamiento de soporte
10Prevención
o 10.1Control de la infección
o 10.2Quimioprofilaxis
o 10.3Vacuna
o 10.4Control medioambiental
11Bioterrorismo
12Historia
13La peste en la literatura
14Véase también
15Referencias
16Bibliografía
Etiología[editar]
Artículo principal: Yersinia pestis
En amarillo, los países que declararon casos de peste entre 1970 y 1998. En rojo, las regiones donde se
ha dado la enfermedad en animales.
Hoy en día, la peste continúa siendo una amenaza en zonas de África, Asia y
América, incluido el oeste de los Estados Unidos.1516 Hasta 2007, cuando se
discontinuó la declaración obligatoria, se declaraban a la Organización Mundial de
la Salud (OMS) entre 1000 y 6000 casos anuales en 25 países. 17 Casi el 80 % se
daban en África, el 15 %, en Asia y el resto, en América. Entre 2010 y 2015 solo
se comunicaron unos 500 casos anuales a la OMS. 18 No obstante, aún existe
potencial para que se den brotes, especialmente en zonas rurales
de Madagascar, Uganda y la República Democrática del Congo. En 2017, se
produjo una epidemia de peste neumónica en Antananarivo, capital de
Madagascar, en el que se identificaron más de 2700 casos sospechosos. Aunque
las cifras verdaderas de infectados probablemente fueron mucho menores, el
impacto social y económico fue considerable. 19 La enfermedad puede reaparecer
en zonas donde no se habían declarado casos durante décadas, como
demostraron los brotes en Argelia de 2003 y en Libia de 2009.204
El primer caso no importado de peste en los Estados Unidos se dio en San
Francisco (California) en 1900.21 Inicialmente restringida a ciudades portuarias,
permanece endémica en diecisiete estados entre las Grandes Llanuras y la costa
del Pacífico. Se notificaron 437 casos en humanos entre 1970 y 2010 (unos diez
por año), con sesenta muertes (14 % de mortalidad). Entre 2010 y 2016 hubo
entre dos y dieciséis casos anuales.1822 Aproximadamente, el 80 % ocurren
en Nuevo México, Arizona y Colorado, mientras que el 10 % se dan
en California.23 Predomina ligeramente en varones y más de la mitad de los
afectados son menores de veinte años. La incidencia es mayor en nativos
americanos e hispanos, aunque en términos absolutos los blancos no hispanos
son mayoría.24 En las zonas endémicas, los factores de riesgo son estar en
contacto con roedores y sus depredadores felinos y caninos, la presencia de
fuentes de cobijo y alimento para roedores en los alrededores de los hogares y
posiblemente no tratar las pulgas en perros y gatos domésticos. 2526 Durante el
siglo XXI, el desarrollo urbano de las zonas endémicas ha propiciado un aumento
de casos en algunas áreas y un cambio de tendencia en cuanto al nivel
socioeconómico de los infectados, que se ha vuelto mayor. 27 Los viajeros con
peste pueden suponer un reto diagnóstico cuando no se encuentran en zonas
endémicas (peste peripatética) y pueden generar preocupación sobre un posible
ataque bioterrorista.284
Ciclo natural[editar]
Patogenia[editar]
Manifestaciones clínicas[editar]
La peste adopta varias formas clínicas que dependen en parte de la forma de
exposición al patógeno. En los Estados Unidos, del 80 % al 85 % de los enfermos
presentan peste bubónica primaria, el 15 %, peste septicémica y entre el 1 % y el
3 %, peste neumónica u otras formas. El período de incubación suele durar entre
dos y siete días, pero en la peste neumónica primaria puede llegar a ser de un
solo día.4
Peste bubónica[editar]
La peste bubónica resulta de la exposición cutánea a la bacteria y se caracteriza
por la aparición repentina de fiebre alta, escalofríos, fatiga y cefalea. Durante el
primer día tras el establecimiento de los síntomas, aparece un bubón en la ingle,
axila o cuello. Miden entre 1 y 10 cm y elevan la piel circundante, que puede estar
caliente y eritematosa. El enfermo es, asimismo, muy sensible a la palpación de la
zona afectada. La peste bubónica se distingue de otras formas de linfadenitis por
su aparición súbita, la intensidad de la inflamación del bubón y la ausencia
habitual de lesiones cutáneas manifiestas o linfangitis ascendente asociada. Sin
embargo, la observación cuidadosa distal al bubón puede descubrir una pápula o
costra pequeña en el lugar de la picadura de la pulga. 4144 Menos frecuentemente,
pueden aparecer escaras o úlceras que pueden confundirse con las
del carbunco o la tularemia. El diagnóstico diferencial incluye la enfermedad por
arañazo de gato, linfadenitis por estafilococos o estreptococos,
tularemia, filariasis, hernia estrangulada, chancroide y otras enfermedades de
transmisión sexual.4
Peste septicémica[editar]
La peste septicémica se caracteriza por la rápida aparición de fiebre alta sin que
haya un bubón u otros signos locales asociados. La enfermedad progresa
rápidamente y evoluciona a la sepsis y el fallo multiorgánico en pocos días. No se
suele considerar el diagnóstico hasta que se aísla Y. pestis de los hemocultivos. A
veces, se dan síntomas gastrointestinales como náuseas, vómitos, diarrea o dolor
abdominal que pueden complicar aún más la identificación de la causa. 45 Debido a
los retrasos en el diagnóstico y tratamiento, la tasa de mortalidad en los Estados
Unidos es del 28 %, tres veces más que para la peste bubónica.46474
Peste neumónica[editar]
Bioquímica clínica[editar]
Los hallazgos de laboratorio en personas con la peste son parecidos a los de otras
infecciones graves por gramnegativos. Los leucocitos en sangre periférica están
generalmente en el rango de los 10 000 a 25 000 células/mm³, con predominio
de neutrófilos inmaduros. Pueden ocurrir reacciones leucemoides que eleven el
recuento a las 50 000 células/mm³ o más. Las plaquetas pueden estar normales o
bajas en los primeros estadios de la peste bubónica. La bacteriemia es común, el
27 % de los hemocultivos realizados al ingreso hospitalario fueron positivos en una
serie de casos.44 Cuando no se trata de forma temprana, la bacteriemia se hace
tan elevada que se observan bacilos teñidos bipolarmente en los frotis de
sangre periférica, un hallazgo que apoya fuertemente el diagnóstico de peste y se
asocia con un pronóstico desfavorable. Conforme la enfermedad avanza, puede
aparecer coagulación intravascular diseminada, trombopenia, enzimas hepáticas
elevadas y deterioro en la función renal.444
Diagnóstico[editar]
Debería sospecharse el diagnóstico de peste en cualquier persona en una zona
endémica con fiebre aguda y posible exposición a animales infectados o pulgas.
Una medicina y exploración física adecuada es fundamental para dar un juicio
clínico a tiempo; los retrasos y errores se asocian con mayor mortalidad. Es
recomendable la toma temprana de muestras y el inicio del tratamiento
antimicrobiano inmediatamente después.52 También debería tomarse una
radiografía de tórax para descartar la neumonía. Las muestras biológicas a
obtener dependerán de los signos y síntomas, destacan el hemocultivo, aspirado
del bubón, esputo, lavado broncoalveolar, torunda de lesiones cutáneas
o mucosa faríngea y el líquido cefalorraquídeo. 4
A las muestras se les puede hacer las tinciones de Gram, Giemsa o Wayson y ser
examinadas al microscopio óptico. En el caso de la peste neumónica, la tinción y
el cultivo del lavado bronquial o el esputo pueden llevar a un diagnóstico de
presunción rápido. En la tinción de Wayson, Y. pestis aparece como un bacilo azul
claro con cuerpos polares más oscuros con apariencia similar a un imperdible,
algo característico de esta bacteria, pero no patognomónico. Si fuera posible,
también debería usarse la inmunofluorescencia directa. Además, Y. pestis puede
identificarse usando la reacción en cadena de la polimerasa (PCR).5564
En el laboratorio, el método de confirmación del diagnóstico preferido es el
aislamiento de Y. pestis de tejidos o fluidos corporales. El cultivo, que debe
conservarse entre cinco y siete días, es más adecuado en medios como el agar
infusión de cerebro-corazón, agar sangre, agar chocolate o agar MacConkey.5 La
bacteria se puede distinguir de otras por sus propiedades de tinción,
características de crecimiento y el perfil bioquímico. Sin embargo, los sistemas
automáticos fallan frecuentemente al identificar Y. pestis como otra especie, lo
cual retrasa el diagnóstico.57 En los laboratorios de referencia, la confirmación se
hace usando un bacteriófago específico de Y. pestis.4
En los pacientes con cultivos negativos, se puede corroborar la enfermedad
con serología mediante la detección de anticuerpos contra el antígeno F1
por hemaglutinación pasiva. El test se considera positivo cuando el título de
anticuerpos se cuadruplica en dos muestras de suero tomadas con tres o cuatro
semanas de diferencia o cuando este es mayor que 1:128 en una persona no
vacunada con síntomas compatibles.5 La seroconversión se produce
habitualmente una semana o dos después del comienzo de la enfermedad,
aunque algunas veces sucede durante la primera semana, más de tres semanas
después e incluso en el 5 % de los casos no llega a haber seroconversión. 58
Además, en 2003 se desarrolló una prueba rápida de cromatografía que puede
realizarse en la cabecera del paciente. 594
En los casos mortales, pueden realizarse cultivos, inmunofluorescencia y estudios
histológicos, incluida inmunohistoquímica en muestras de ganglios linfáticos,
hígado, bazo, pulmones y médula ósea. El medio de Cary-Blair puede usarse para
el transporte de torundas y tejidos para el cultivo. 4
Tratamiento[editar]
Antibioterapia[editar]
Sin tratamiento, el 50 % de los enfermos de peste bubónica y casi todos los de las
formas septicémica y neumónica fallecen. La antibioterapia debe iniciarse
inmediatamente después de tomar muestra biológicas para el diagnóstico. Aunque
las fluorquinolonas pueden ser una alternativa menos tóxica, la estreptomicina ha
sido el fármaco de elección desde que se comenzó a usar en la década de 1940 y
su administración temprana puede reducir la mortalidad de la peste bubónica a un
5 % o inferior. La pauta de administración de la estreptomicina es la inyección
intramuscular dos veces al día de 15 mg/kg en adultos (con el máximo de 1 g) por
siete días o, al menos, hasta tres días después de la remisión de la fiebre y otros
síntomas. La mayor parte de los infectados mejoran rápidamente y están afebriles
después de unos tres días de tratamiento.41 Ya que la estreptomicina es ototóxica
y nefrotóxica, debe usarse con precaución en mujeres embarazadas, ancianos y
personas con problemas de audición.4
Basándose en estudios in vitro, modelos animales y reportes de casos en
humanos, la gentamicina se ha propuesto como una alternativa para el tratamiento
de la peste, aunque esto no está aprobado por la Administración de Medicamentos
y Alimentos de Estados Unidos (FDA).526061624763 Un análisis retrospectivo realizado
en Nuevo México entre 1985 y 1999 en 50 pacientes sugiere que la gentamicina, o
la combinación de esta con doxiciclina, es al menos tan eficaz como la
estreptomicina. Las 28 personas que recibieron gentamicina sobrevivieron sin
sufrir complicaciones.64 En un ensayo clínico aleatorizado con 65 pacientes llevado
a cabo en Tanzania, el 94 % de quienes recibieron gentamicina sobrevivieron. 65
Este antibiótico se considera más seguro que la estreptomicina para su uso en
niños y embarazadas.4
En los enfermos con contraindicaciones para el uso de aminoglucósidos,
las tetraciclinas son alternativas satisfactorias. La doxiciclina es el antibiótico de
elección de este grupo para el tratamiento de la peste por la conveniencia de su
administración, dos veces al día; la absorción rápida en el intestino delgado, y su
capacidad superior para alcanzar concentraciones máximas en suero. El
tratamiento debería iniciarse con una dosis de carga, oral o intravenosa
dependiendo de la gravedad del cuadro; en adultos, 200 mg cada 12 horas el
primer día de tratamiento permite alcanzar rápidamente una concentración en el
plasma de 8 μm/mL (después se reduce la dosis a la mitad).66 La tetraciclina se
suministra en adultos con una dosis de carga inicial de 2 g seguidos de la pauta
normal de 2 g al día repartidos en cuatro tomas. Tanto la tetraciclina como la
doxiciclina se pueden usar para completar una pauta terapéutica que comenzó
con un aminoglucósido. Cuando se usan como fármaco principal, las tetraciclinas
deben darse por entre siete y diez días o al menos hasta tres días después del fin
de la fiebre y los demás síntomas.4
El levofloxacino, el ciprofloxacino y el moxifloxacino están aprobados por la FDA
para el tratamiento de la peste basándose en estudios de eficacia in vitro y en
modelos animales, entre ellos el mono verde (Chlorocebus sabaeus).67686970717273
De todas formas, la información publicada sobre un posible tratamiento eficaz en
la peste humana es limitada.74 En una pequeña serie de casos de Uganda seis
pacientes de peste confirmada mediante cultivo, incluido uno con la forma
neumónica secundaria, fueron tratados exitosamente con ciprofloxacino oral. 75
Basándose en las indicaciones de la FDA y en las propiedades farmacocinéticas,
debería usarse levofloxacino o cloranfenicol cuando sea importante lograr una
concentración alta en los tejidos, como puede ocurrir en la peste meníngea,
la pleuritis o la miocarditis.526071 Pueden emplearse en monoterapia o en
combinación con un aminoglucósido. El cloranfenicol se administra en una dosis
de carga de 25-30 mg/kg seguida de la administración diaria de 50-60 mg/kg,
dividida en cuatro dosis. Dependiendo de la respuesta del enfermo, puede
reducirse a 25-30 mg/kg/día para minimizar el impacto de la supresión de
la médula ósea, que es reversible. La aplasia medular asociada al consumo de
cloranfenicol es tan infrecuente (se estima que ocurre en uno de cada 40 000
pacientes) que no debería ser un impedimento para su uso en personas enfermas
gravemente de peste. El trimetoprim-sulfametoxazol (también conocido como
cotrimoxazol) también se ha empleado en el tratamiento, aunque la respuesta
puede ser tardía e incompleta, por lo que no se considera un agente de primera
línea. No se recomienda la administración
de penicilinas, cefalosporinas y macrólidos por su efecto escaso.4
El aislamiento de cepas de Y. pestis resistentes a antibióticos es poco frecuente.
Usualmente, estas solo lo son a un solo fármaco y no se han asociado con fracaso
terapéutico. En 1995, se encontraron ejemplares con resistencias mediadas por
plásmidos en dos muestras clínicas obtenidas en Madagascar, una era muy poco
sensible a la estreptomicina y la otra, al cloranfenicol, ampicilina,
tetraciclina, sulfonamidas y también a la estreptomicina. Sin embargo, ambos
pacientes fueron tratados con un régimen de estreptomicina y cotrimoxazol y se
recuperaron.60 Los estudios moleculares indicaron que los plásmidos de estas dos
cepas eran muy diferentes entre sí y se piensa que surgieron de forma
independiente, posiblemente por transferencia genética horizontal en el intestino
de una pulga.60 No está claro si esta resistencia podría transferirse en la
naturaleza en ausencia de consumo de antibióticos por las poblaciones salvajes
de roedores y, hasta la fecha, estos han sido los únicos aislamientos de cepas
resistentes de entre las miles de muestras clínicas recuperadas. No se conoce que
hayan aparecido resistencias durante el tratamiento de la peste en humanos y no
se han descrito recaídas tras haber seguido las pautas recomendadas de
tratamiento.4
Tratamiento de soporte[editar]
Se debería monitorizar cuidadosamente el estado hemodinámico de los enfermos
de peste y seguirse los protocolos para tratar el choque endotóxico en caso de
que ocurriera.76 No hay evidencia de que los corticoides sean efectivos en el
tratamiento. Los bubones suelen rebajarse durante la primera semana de
tratamiento antibiótico, pero tardan varias más en desaparecer por completo;
ocasionalmente, pueden agrandarse o volverse fluctuantes al tacto, lo que
requeriría la realización de un drenaje.4
Prevención[editar]
Control de la infección[editar]
Todos los casos sospechosos de peste deberían notificarse inmediatamente a la
autoridad sanitaria competente para su asistencia en la confirmación del
diagnóstico microbiológico, investigación epidemiológica y protección de la salud
pública. Los afectados con infecciones no complicadas y que reciben un
tratamiento temprano no suponen un peligro para otras personas. Aquellos con tos
u otros signos de neumonía deberían ser puestos en aislamiento y atendidos con
el material necesario para prevenir la transmisión por microgotas hasta que hayan
pasado 48 horas desde el comienzo del tratamiento o hasta que el cultivo de
esputo sea negativo. Cuando se esté en contacto directo con estas personas, los
elementos de prevención incluyen mascarillas, guantes, bata y gafas protectoras. 53
Los cultivos obtenidos del material clínico suelen ser negativos 24 horas después
de haber comenzado el tratamiento. Los pacientes sin peste neumónica pueden
ser atendidos con las precauciones estándar. Los fluidos potencialmente
infecciosos deberían manipularse con guantes y previniendo la aerosolización, que
puede ocurrir al dejar caer una muestra o al romperse su recipiente durante la
centrifugación. Los especímenes de rutina pueden examinarse en un laboratorio
con nivel de bioseguridad 2 (BSL-2), pero los cultivos deben ser manejados en
una campana de presión negativa en un laboratorio de nivel de bioseguridad 3
(BSL-3).4
Quimioprofilaxis[editar]
Se pueden usar antibióticos para la quimioprofilaxis en personas que hayan
podido estar expuestas al patógeno en los últimos siete días como familiares,
cuidadores, otros individuos que hayan estado en contacto estrecho con un
enfermo de peste neumónica o trabajadores de un laboratorio que hayan estado
expuestos en un accidente en el que se haya podido generar un aerosol. 52 La
doxiciclina, cuya dosis en adultos es de 100 mg dos veces al día durante una
semana, o el ciprofloxacino, 500 mg dos veces al día también durante una
semana, son fármacos adecuados para este propósito. 4
Vacuna[editar]
Bioterrorismo[editar]
Yersinia pestis es un agente de clase I para los CDC de Estados Unidos, lo que
refleja su potencial para usarse como un arma biológica. Este microorganismo se
encuentra en el medio natural de muchas partes del mundo, es fácilmente
manipulable en el laboratorio, incluso para la introducción de resistencias a
antibióticos, y se ha usado y desarrollado en el pasado con propósitos
bioterroristas. Además, su historia tiene un impacto cultural que amplifica su efecto
para causar alarma social más allá de su impacto médico directo. 794
La liberación deliberada de Y. pestis se puede conseguir a través de varias rutas;
sin embargo, la aerosolización se considera la más letal de todas y, por tanto, la
más probable. La exposición al patógeno de esta forma causaría un brote de peste
neumónica primaria, que es rápidamente mortal y tiene potencial para transmitirse
entre personas. La Organización Mundial de la Salud ha estimado que la
liberación de 50 kg de Y. pestis sobre una ciudad de cinco millones de habitantes
podría generar 150 000 casos de la enfermedad y 36 000 muertes.80 La aparición
de múltiples pacientes con una neumonía fulminante, especialmente si tienen un
esputo sanguinolento con bacilos gramnegativos, sería indicativo de un ataque
bioterrorista.4
La quimioprofilaxis masiva podría ser una medida útil ante una liberación
deliberada de Y. pestis. Aunque la prevención de la enfermedad en personas
expuestas en el ataque supondría un reto debido al corto período de incubación,
de entre uno y cuatro días, la profilaxis en los contactos de estos podría lograrse
más fácilmente. No obstante, existen modelos que sugieren que el riesgo de
contagios secundarios es bastante bajo y que medidas como distancia social o
protección contra las microgotas serían efectivas para evitar la transmisión. 81 No
hay vacunas contra la peste disponibles en los Estados Unidos, aunque, de todas
formas, no tendrían efecto por el período de incubación. 4
Historia[editar]
Artículo principal: Peste negra
Regimiento Staffordshire desinfectando viviendas de Hong Kong durante la epidemia de peste de 1894
Se estima que a lo largo de la historia han muerto de peste más de 300 millones
de personas, convirtiéndose así en una de las enfermedades infecciosas más
letales. En términos generales se considera que han existido tres grandes
pandemias de la enfermedad: la plaga de Justiniano que se desarrolló entre los
siglos VI y VIII; la segunda pandemia que se ha llamado la peste negra produjo
sucesivos brotes en Europa entre los siglos XIV y XVIII; y la tercera pandemia de
peste, que surgió en China durante el siglo XIX.
La peste en la literatura[editar]
A lo largo del tiempo numerosos escritores han hecho referencia a la peste.
La Iliada de Homero empieza con los soldados confinados por la peste en un
campamento ante las murallas de Troya.Tucídides habla de ella en Las guerras
del Peloponeso, siglo V a.C.91
Giovanni Boccaccio en el Decamerón inicia sus relatos con una descripción de
la peste bubónica (la epidemia de peste negra que golpeó a Florencia en 1348), lo
que justifica que un grupo de diez jóvenes (siete mujeres y tres hombres) que
huyen de la plaga, se refugien en una villa en las afueras de Florencia. Boccacio
pone en voz de un testigo de la peste: Cuando todas las tumbas estuvieron llenas,
fueron excavadas grandes zanjas en los cementerios de las iglesias, en las cuales
las nuevas llegadas fueron colocadas por centenares, almacenadas grada sobre
grada, como cargamento naval.92
Daniel Defoe publicó en 1722 el Diario del año de la peste, una novela sobre la
peste de 1665 en Londres. José María Blanco White escribió sobre la peste de
Sevilla en sus Cartas desde España. También se habla de la peste en El último
hombre de Mary Shelley (1826) y en La peste escarlata de Jack
London (1912). Albert Camus nos retrata en la novela publicada en 1947, La
peste, el confinamiento de Orán. José Saramago nos habla de la peste en Ensayo
sobre la ceguera (1995).9193
Véase también[editar]
Peste negra
Peste de San Cristóbal de La Laguna (1582)
Plaga Italiana (1629-1631)
Epidemia de 1649 (Sevilla)
Gran peste de Viena
Referencias[editar]
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de 2017. Consultado el 8 de noviembre de 2017.
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