En el comportamiento de las trasferencias electrónicas y trasferencias con tarjeta. Esta
situación ha derivado en un periodo de cuarentena con distintas fases, desde la más rígida hasta la intermedia con determinadas características, periodos en los que la población se ha visto ante el desafío de incluir o profundizar el uso de estos instrumentos electrónicos para realizar sus transacciones.
En el aumento en los volúmenes de operaciones a través de diversos canales
electrónicos, muestra su uso como una clara alternativa en relación a aquellos que requieren el contacto físico, el valor se ha reducido, en un contexto de menor dinamismo económico en muchos sectores de la economía, algunos de los cuales han paralizado sus operaciones y consecuentemente, han reducido drásticamente sus ingresos, los que en muchos casos provenían de pagos a través de canales electrónicos; a su vez, en otros sectores las ventas se han reducido, afectando a los montos.
Entre los avances tecnológicos incorporados se encuentran los canales de distribución,
que son las formas a través de la cuales se colocan a disposición de los clientes y usuarios los servicios y productos financieros, tales como oficinas, cajeros automáticos, receptores de dinero en efectivo, de atención telefónica, internet y dispositivos móviles, los cuales deben ser empleados en esquemas de seguridad y confianza en atención a las instrucciones que para el efecto dispone el supervisor bancario.
De acuerdo con las estadísticas de quejas y reclamos presentados por los
consumidores ante los establecimientos bancarios, el defensor del cliente y la superintendencia Financiera, los motivos de quejas más frecuentes se relacionan con las operaciones realizadas con tarjetas de crédito y los servicios bancarios ofrecidos a través de cuentas de ahorro y cuentas corrientes