Está en la página 1de 3

“En cuanto me dicen que he cometido un fallo, me pongo muy nerviosa y se me hace un

nudo en el estómago”

“Soy muy sensible a las opiniones de familiares, amigos o compañeros de trabajo”.

“Si alguien me dice algo que me molesta o me ofende, le doy vueltas y vueltas durante
muchísimo tiempo”.

“Cuando alguien me hace una crítica, aunque está sea con buena intención, me pongo
a llorar casi de inmediato”.

Estas son algunas de las afirmaciones con las que una persona altamente sensible a las
criticas se castiga de forma constante. Seguro que te identificas con alguna de ellas o
todas.

No hay nadie que se salve de recibir criticas, de una manera u otra a todos nos llegan.
Hagamos lo que hagamos vamos a recibir críticas constructivas o destructivas. Hay
personas que piensan que, si logran dar una buena imagen o están atentos a las
necesidades de los otros, tal vez puedan lograr aquello que tanto ansían: que no te
critiquen. Siento darte la mala noticia de que esto no va ocurrir.

Seguro que has podido comprobar a lo largo de tu vida, que en alguna ocasión recibes
una crítica, un comentario negativo, un “No me gusta el vestido que llevas”, etc.

Y es muy probable que hayas sentido mucha angustia y desconcierto ante el hecho de
que los demás te critiquen, aunque te esforzaras por agradarles todo lo que estaba en tus
manos.

Ahora para un momento y piensa, ¿puedes marcarte una nueva meta, más realista y
racional, que dependa únicamente de ti y lo mínimo posible de los otros?

Para eso, en primer lugar, necesitas saber por qué afectan las críticas más a unos que a
otros.

- Te sientes juzgada. Una de las principales razones por las que recibes críticas
como si fuesen un puñetazo es porque las consideras juicios de valor, con los
que te etiquetan, te humillan, o menosprecian tus comportamientos, formas de
pensar o tus actos.

Sin embargo, una crítica es solo información, mejor o peor transmitida. Pero sólo es
información.

Es importante que también tengamos en cuenta, que en ocasiones el emisor de la crítica


puede tener esta intención, no siempre es así, y en cualquier caso, va a estar en ti la
responsabilidad de traducir esos juicios en información a valorar como útil o
inútil. Algunas preguntas que pueden resultarte útiles para traducir esa información son
las siguientes:

 ¿Qué quiere decirme realmente?


 ¿Qué hay detrás de sus malas formas? ¿Hay algo del contenido que pueda
servirme?
 ¿Algo del mensaje puede resultarme útil o eficaz para mi?
 ¿Hay algo de información de esa crítica que puedo utilizar en mi beneficio?

Este ejercicio de traducción, va a suponer un esfuerzo consciente por tu parte para


separar lo que te dicen del cómo te lo dicen, y quedarte con aquello que te parezca
productivo para poder mejorar y crecer a nivel personal.

- Quieres agradar a todos siempre. Si tienes una alta necesidad de aprobación,


te va a resultar muy complicado digerir las críticas. Cada vez que te enredes por
una crítica, para y haz un cambio de rol. Imagina que eres tú quien comienza a
valorar las conductas de tus familiares y conocidos. Ahora como he planteado en
el punto anterior plantéate las siguientes preguntas:

 ¿De verdad le das el “ok” a todos en cada uno de sus comportamientos?


 ¿Eres consciente de que puedes desaprobar ciertas conductas de personas a las
que sigues queriendo?
 ¿Puedes distinguir el todo de las partes implicadas?

Una de las cosas que más solemos valorar es la autenticidad. Permite a los demás ser
auténticos, que aprueben y desaprueben algunos de tus comportamientos. Permíteles ser
y permítete ser desaprobado.

Detrás de tu alta necesidad de valoración, hay una Eli con baja autoestima que necesita
ser reconocida, admirada y valorada.

Para un momento a reflexionar, ¿te imaginas qué alivio sentirías si tras un


comentario negativo o una crítica pudieras aceptar el hecho de no gustar a todo el
mundo?

Tienes que tener en cuenta que las críticas de los demás vienen filtradas por sus propias
percepciones, valores, creencias, etc. Esas percepciones pueden coincidir o estar muy
alejadas de lo que tu opinas de ti misma.

 Crees todo aquello que te dicen y al que te lo dice. Es obvio que algunas
críticas duelen más dependiendo de quién vengan. 

Ahora para un momento y piensa:

 ¿Crees que esa persona te conoce de verdad?


 ¿Qué sabe exactamente de ti? ¿Y tú de ella?
 ¿Lo qué sabes tú de ella podría explicar eso que está diciendo de ti?
 ¿Crees que esa persona sabe del tema del que habla?
 ¿Hay factores del contexto que podrían estar influenciando en aquello que esta
diciendo?

Tras contestar estas preguntas estoy segura que en numerosas ocasiones vas a poder
reducir la afectación de la crítica o directamente vas a acabar invalidándola. Te estarás
preguntando por qué ocurre esto. La respuesta es sencilla, es habitual que la persona que
hace la crítica lo haga desde un estado de rabia, ira, tristeza, o frustración. También es
habitual que no tenga suficiente información tanto de la situación como de tu persona.

Las críticas van a seguir. Pero ahora es responsabilidad tuya de verlas como algo que
te produce dolor o como algo que te aporta información para directamente tirar a la
basura o para quedártela y aprender.

También podría gustarte