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La dermalgia refleja de esta zona está siempre presente en todas las patologías
pancreáticas como tumoraciones, pancreatitis hemorrágicas, diabetes, etc..,
teniendo en cuenta que casi siempre se encuentran asociados a otros trastornos
de las vísceras que le circundan.
En algunos casos de colopatías, sobre todo las del colon descendente y en
algunas patologías del intestino delgado, hemos de pensar que las dermalgias
reflejas se presentarán asociadas (nos encontraremos reflejo positivo en intestino,
páncreas, etc...). En este caso, hemos de evaluar cuál es la dermalgia refleja más
importante enintensidad, ya que casi todas las patologías se encuentran
asociadas.
La dermalgia refleja pancreática solemos encontrarla igualmente en algunos
síndromes del aparato circulatorio, como es el caso de la hipertensión arterial,
arteriopatías, arteritis, etc.. Esto no ha de extrañar, ya que como es sabido, existe
una relación directa entre diabetes y sangre, vasos, etc..
Es evidente que esta zona siempre se encuentra reactiva en todos los sujetos
que son diabéticos.
PALPACION PROFUNDA
PUNTO PANCREATlCO-COLEDOCIANO
No es un punto concreto, sino una zona que va por la línea que une al
ombligo con el flanco derecho. Esta zona se manifiesta dolorosa en las
alteraciones pancreáticas y de vías biliares. La palpación se realiza apoyando
los cuatro últimos dedos de una mano, reforzándola con la mano
libre.
EL BAZO
El bazo es una gran masa encapsulada de tejido vascular y Iinfoide, situada en
la región posterosuperior izquierda de la cavidad abdominal, entre el fondo del
estómago y el diafragma. De forma ovoide, está moldeada por las estructuras que
lo rodean. En situación normal, en la extremidad anterior se encuentra a unos 4 o 5
centímetros de las costillas, sobre una línea partiendo de la punta de la undécima
costilla. Su extremidad posterior está a nivel de la novena costilla.
El tamaño y el peso del bazo varían con la edad, el individuo y los distintos
estados.
En el adulto tiene, generalmente, unos 12 centímetros de largo, 7 centímetros
de ancho y 3 ó 4 de espesor. En las personas de edad, su tamaño y peso tienden a
disminuir. Su peso medio en el adulto es de unos 150 gr (límites normales de 80 a
300 gramos) que reflejan considerablemente, su contenido en sangre).
El bazo tiene dos funciones principales: la eliminación de partículas de la
circulación (como los eritrocitos envejecidos), la provisión de linfocitos y
anticuerpos como parte del sistema de tejidos linfoides secundarios del organismo.
Ambas actividades las comparte con otros órganos, por lo que el bazo no es
esencial para nuestra supervivencia, aunque su extirpación reduce las defensas
del organismo frente a la enfermedad.
El bazo es inaccesible a la palpación cuando está normal, pero la menor hipertrofia
o el más ligero prolapso lo permiten.
El diagnóstico y tratamiento del bazo es una adaptación de las mismas técnicas
del hígado que, no siendo un caso agudo, el tratamiento va enfocado pasados los
fenómenos inflamatorios en las adherencias y pérdidas de movilidad del sistema
de sostén y suspensión, relacionados con los órganos vecinos (ángulos del
intestino grueso, riñón izquierdo, páncreas, diafragma). El orden de tratamiento
empezará por el peritoneo parietal, los órganos relacionados y, en último lugar la
zona esplénica, para liberar las adherencias, que es el fin básico de la
normalización.
Está contraindicado el tratamiento en las infecciones
(mononucleosis,esplenomegalia infecciosa o traumática).