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Capitan Calzoncillos y Sus Super Aventuras
Capitan Calzoncillos y Sus Super Aventuras
y el perverso plan
del profesor Pipicaca
Dav Pilkey
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Primera edición: octubre de ����
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NOVE�
LA V ERDAD DAD
S U P E R SECR
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CAPITÁN CALZON C
CI LL
O S
SOBRE EL
Tenían un
Éranse UNA vez Dos Chicos director
FENÓMENOS que se LLamaban odioso que se
Jorge y BErto. llamaba señor
Somos
YO Carrasquilla.
También.
IMPRE-
SIonan- Bla
TES. Bla
Bla
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Hipno-Anillo
y B e t rto. Tridimensional.
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NOS ObedeceRÁS
Vale
Vale
Tata-
PEro Cometieron una TerribLe ¡Eh,
V uelV TACHÁÁÁN
EquivocacióN. Ahora Eres AQUÍ ,
A
el CApiTán SEÑ OR
O
C ARr as-
CAlzoncillos Ja quilla!
Ja
V al e
8
¡Entonces fue cuando tuvo AHORA el Capitán Calzon-
SuperPoderes
SuperPoderes de verdad! cillosTiene una fuerza
ImPresionante Y hasta
puede VOLAR.
Santo
CIELO
FIN
9
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Casae n
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S A.
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CAPÍTULO 1
JORGE Y BERTO
A P RIMARIA J C H
.
HU M
U MI
L
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U L A
S C
E S
LOS PROFESORES
MÁS COMPETENTES
INSTALACIONES
ADMIRABLES
11
Todos los expertos de la Escuela Primaria
Jerónimo Chumillas tenían sus opiniones so-
bre Jorge y Berto. El señor Regúlez, su tutor,
pensaba que los dos chicos tenían un proble-
ma de F.O
.O.C.A.
.C.A. (falta de orden, concent
concentración
ración
y atención). La señora Misterapias, psicóloga
de la escuela, les dignosticó un S.A.C.O. (sín-
drome del alborotador crónico ordinario).
Pero su director
director,, el odioso señor Carrasqu
Carrasquilla,
illa,
opinaba que estaban sencillamente L.O.C.O.S.
P RIM
E A
L
C U
E S
PROF
M E
INSTA
IR
IR
C
En cambio,
cambio, si me preguntáis
preguntáis a mí,
mí, os diré que
Jorgee y Berto padecían ni más ni menos
Jorg menos que un
C.A.T.E. (cuadro agudo de tedio escolar).
Porque Jorge y Berto no eran en realidad
malos chicos. De hecho, eran unos chavales
muy listos y de buen corazón. Su único pro-
blema es que se aburrían en la escuela,
e scuela, de modo
que, por el bien de todos, habían decidido en-
cargarse de «animar las cosas» por su cuenta.
Una actitud generosa, ¿no os parece?
RIA J C H
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ESORES
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ACIONES
A S
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A P RIMAR IA J C H
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PROFESORES
LAMENTABLES
INSTALACIONES
MIERDOSAS
P O
C
T M
14
CAPÍTULO 2
¡VIVA TERRABOBA!
C��� ����
���� �� ����� ����,����, Terraboba
Terraboba es un
un
pequeño país justo al sureste de Groenlandia.
Probablemen
Probab lemente
te lo sabréis ya todo sobre sus re-
re -
cursos naturales y su forma de gobierno. Pero
hay una cosa de Terraboba que me apuesto
lo que queráis a que no la sa
sabéis:
béis: todos los ha-
bitantes de Terraboba tienen un nombre bobo.
Y si no, preguntádselo a su presidente, Su
Excelencia don Chorlito Mascachicles Yam-
burguesas, y a su encantadora esposa Chachi.
C HAC
HI
C H
HO
R
O L
R I T
TO
O
Ellos podrían contároslo
contároslo todo sobre
sobre el patri-
monio histórico de nombres bobos que Terra-
boba conserva con orgullo. Podrían explica-
ros el profundo valor cultural de los nombres
bobos. Y luego seguramente os colocarían un
rollo muy largo y muy pesado sobre los oríge-
nes de esa estúpida tradición. Conque mejor
lo dejamos de momento, ¿vale?
Bastará
Bast ará que recordéis
recordéis que en
en Terraboba
Terraboba todo
hijo de vecino tiene un nombre bobo. Desde
el más rico hasta el más pobre, desde el más
memo hasta el más listo.
A Ú P A
C HAC
HI
DOLORES
D. BARRIGA
AÚPA
CHORLITO
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Y, hablando de listos,
listos, permitidme
permitidme que os pre-
pre-
sente al ilustre profesor Peponcio P. Pipicaca.
Hay una estatua suya en la esquina inferior
derecha de la página. Pues bien, el tal Pepon-
cio P. Pipicaca era, probablemente, la persona
más lista de toda Terraboba. Fue el primero
de su clase cuando
cuando se graduó por
por la Univ
Universidad
ersidad
de Mocoseco, y después
después dedicó todo su tiempo
a crear los más fantásticos inventos.
¿Qué tal si le hacemos una visita?
En su laboratorio privado, el profesor Pe-
poncio P. Pipicaca estaba dando los últimos
M OF LE T I N A PROF.PE PONCI O
TOLOMEO
L OMOESP ESO P. PI P I C A C A
CIENFUENTES
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toques a sus dos maravillosos inventos nue-
vos: el Cerdoencogetrón 2000 y el Gansoes-
tirotrón 4000.
El profesor Pipicaca llamó a Meloncio
Calabacín, su ayudante
ayudante..
–¡Señor Calabacín
Calabacín –aulló don Peponci
Peponcio–,
o–,
estoy listo para pro
probar
bar mis últimos inventos!
inventos!
Meloncio se puso a tomar notas mientras
el profesor apuntaba con su Cerdoencoge-
trón 2000 contra un tremebundo montón
de basura.
¡BLLLLLZZZZZZZZZRRRRRK!
Un poderoso rayo de energía se estrelló con-
tra la pila de desperdicios
desperdicios,, y la asquerosa mon-
taña se redujo instantáneamente al tamaño de
una pelotilla de chicle.
–¡Hurra! ¡Funciona! –gritó el profesor Pipi-
caca–. Y ahora, a probar el Gansoestirotrón
4000.
Meloncio y Peponci
eponcioo apuntaron el Gansoes-
Gansoes-
tirotrón hacia un perrito caliente con mostaza.
¡GLLLLUUUUZZZZZZZZZRRRRRT!,
hizo otro poderoso rayo de energía.
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De pronto, el perrito caliente se puso a cre-
cer y a crecer hasta que rompió y atravesó
atravesó las
paredes del laboratorio.
laboratorio.
–¡Lo hemos conseguido!
conseguido! –exclamó Meloncio.
Meloncio.
–¿Qué quiere usted decir con eso de «he-
mos»? –aulló el profesor Pipicaca–. ¡Lo he con-
seguido YO! ¡YO soy el GENIO! Usted es un
simple ayudante de segundo orden... ¡No lo
olvide!
–Lo siento, jefe –dijo Meloncio.
–¡Con estos dos inventos
inventos –exclamó el profe-
sor Pipicaca– seré capaz de resol
resolver
ver el problema
mundial de las basuras Y ADEMÁS produciré
alimentos suficientes para todos los habitan-
tes del planeta!
Al fin parecía que los grandes problemas
de la Tierra iban a resolverse de una vez para
siempre... ¿Quién podría imaginar que, muy
pocas semanas más tarde, el profesor Pipicaca
intentaría apoderarse
apoderarse del planeta en un ataque
de ira demencial?
Pues bien, queridos lectores, la trágica his-
toria está a punto de empezar. Pero, antes de
contárosla, os tengo que contar esta otra...
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