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EL CATASTRO,

SEGÚN

LOS PERITOS

MANUEL ESCALONA MOLINA


Edición propia.
Sevilla, marzo 2014

Junta de Andalucía. Registro General de la Propiedad Intelectual


Número de Asiento Registral : 04/2012/18814.

2
Esto no es la Historia del Catastro,
pero un tanto de lo que aquí se dice
forma parte de ella, porque así
aparece escrito en los papeles de
la Asociación.

3
4
ÍNDICE

0. I NTRODUCCIÓN 9

PRIMERA PARTE: LOS PERITOS

I. LOS PERITOS AGRÍCOLAS 15


1. Precedente: Los Agrimensores.
2. La titulación de Perito Agrícola.
3. Órganos colegiados.

II. LOS PERITOS AGRÍCOLAS EN EL CATASTRO 29


1. El Cuerpo de Ayudantes del Servicio Agronómico Nacional.
1.1. La primera fusión.
1.2. La segunda fusión.
2. El Cuerpo Pericial Agrícola del Estado.
3. Sobre la creación de un Cuerpo de Peritos Agrícolas del
Catastro.
4. Los Ingenieros Técnicos Agrícolas del Estado.
5. Órganos asociativos.
5.1. La Asociación General de Ayudantes y Auxiliares de los
Cuerpos de Ingenieros Civiles del Estado.
5.2. La Asociación de Ayudantes del Servicio Agronómico
Nacional.
5.3. La Asociación de Peritos Agrícolas del Estado.
5.4. La Asociación Nacional de Ingenieros Técnicos
Agrícolas del Estado.
5.5. La Asociación Profesional de Funcionarios Ingenieros
Técnicos al Servicio del Ministerio de Hacienda.

SEGUNDA PARTE: EL CATASTRO

III PRECEDENTES DEL CATASTRO ESPAÑOL 75


1. De Esquilache a Patiño.
2. El Catastro de Ensenada.
3. El siglo XIX:
3.1. Los cimientos del Catastro.
3.2. La reforma tributaria de Mon: El Impuestos sobre
Inmuebles, cultivo y ganadería.
3.3. Los Amillaramientos.
3.4. Primeras mediciones catastrales.
3.5. Se crea el Instituto Geográfico.

IV. EL CATASTRO POR MASAS DE CULTIVO Y LOS REGISTROS


FISCALES 107
1. Panorama histórico en la última década del siglo XIX.
2. El Catastro por masas de cultivo y clases de terreno.
2.1. El Catastro por masas de cultivo y clases de terreno en
la provincia de Sevilla.
3. Los Registro fiscales.

5
V. LEY DE 23 DE MARZO DE 1906, REFORMA DE 1910 Y
REGLAMENTO DE 1913 119
1. Situación socioeconómica y política en los inicios del nuevo
siglo.
2. La cuestión del Catastro en el arranque del siglo XIX.
2.1. El concurso público de ideas, participación de los
Peritos Agrícolas.
3. La Ley de marzo de 1906.
4. La Ley de 1910.
5. El Reglamento de 1913.
6. El Avance catastral. Primeros trabajos.

VI LEY DE 21 DE MARZO DE 1917, DE AUTORIZACIONES 151


1. 1917-1923. Secuelas de la Gran Guerra. España entre la huelga
general y la Dictadura Militar.
2. La Ley de Autorizaciones.
3. El Avance catastral en este período.
4. Los Geómetras del Catastro.

VII REFORMAS CATASTRALES DURANTE EL DIRECTORIO


MILITAR 173
1. De la Dictadura a la República.
2. La Dictadura y el Catastro.
2.1. Antecedentes.
2.2. Disposiciones sobre el Catastro durante la Dictadura.
2.3. Trabajos catastrales durante la Dictadura.

VIII EL CATASTRO DURANTE LA REPÚBLICA 201


1. La Segunda República.
2. Actuaciones catastrales de la República.
2.1. La fotografía aérea y sus aplicaciones catastrales.
2.2. Ley de agosto de 1932: introduce la fotografía aérea en
el Catastro.
2.3. Decreto 31 de agosto de 1934. Registros fiscales por
masas de cultivo.
2.4. Ley de 1.º de agosto de 1935, de Restricciones y
decretos de desarrollo.

IX LA GUERRA CIVIL. ACTUACIONES CATASTRALES 223

X LA POSGUERRA. EL CATASTRO DURANTE LA ÉPOCA DE LA


AUTARQUÍA 233
1. La posguerra y el modelo autárquico.
2. El Catastro durante la época de la autarquía.
2.1. Ley de 16 de diciembre de 1940.
2.2. Ley de 26 de septiembre de 1941.
2.3. Ley de 20 de diciembre de 1942.

6
XI LOS TECNÓCRATAS Y EL PLAN DE ESTABILIZACIÓN. EL
CATASTRO DURANTE ESTA ÉPOCA 257
1. Los tecnócratas el gobierno.
2. La Ley de 26 de diciembre de 1957.

XII DE LOS PLANES DE DESARROLLO AL FIN DEL


FRANQUISMO. EL CATASTRO DURANTE ESTA ÉPOCA 265
1. Del crecimiento sin precedentes al fin de una época.
2. El Catastro hasta el fin del franquismo.
2.1. La Ley de 11 de junio de 1964, de Reforma tributaria.
2.2. La cuota proporcional.
2.3. Reorganización del Ministerio de Hacienda. La
Inspección Catastral.

XIII DE LOS CONSORCIOS A LA DIRECCIÓN GENERAL DEL


CATASTRO. EL IBI. 281
1. La Ley 44/1978, de 8 de septiembre, de IRPF.
2. Reales Decretos de 13 de junio de 1980. Los Consorcios.
3. Ley 50/1984, de 30 de diciembre, de Presupuestos Generales
del Estado.
4. Real Decreto 222/1987, de 20 de febrero. El Centro de Gestión
Catastral y Cooperación Tributaria.
5. Real Decreto 689/2000, de 11 de mayo. La Dirección General
del Catastro.
6. Ley 39/1988, de 28 de diciembre. El Impuesto sobre Bienes
Inmuebles.

XIV LA CONSERVACIÓN CATASTRAL. LOS PERITOS


CONSERVADORES 293
1. La Conservación Catastral.
2. La Conservación en la normativa catastral.
3. Los Peritos Conservadores.
4. ¿Conservación o mantenimiento?

XV EL INSTITUTO GEOGRÁFICO Y EL CATASTRO 319

BIBLIOGRAFÍA 341

ÍNDICE ONOMÁSTICO 345

7
8
0. INTRODUCCIÓN

De entrada debo prevenir que esto no es un manual de Catastro, ni tampoco una


historia al uso, es un particular relato cuyas peculiaridades trataré de explicar y justificar a
lo largo de esta introducción. Otra observación se refiere tanto al título de la obra como al
contenido de ésta, y es que donde digo Catastro me estoy refiriendo al de Rústica.
También debo apercibir que, dividida la obra en dos partes, es posible que la primera, “Los
Peritos”, sea de interés particular para estos profesionales, al tiempo que la segunda, “El
Catastro”, pueda disponer de una clientela más amplia.

En cuanto al fondo documental utilizado, el procedente de la antigua Asociación de


Ingenieros Técnicos Agrícolas del Estado, que suelo nombrar “papeles de la Asociación”,
ha sido esencial y, de alguna manera, responsable de este trabajo. Lo recibí de mi buen
amigo Valentín Rubio, sin mayor compromiso por mi parte que el de echarle un vistazo,
valorarlo de forma somera y custodiarlo, teniéndolo a disposición de algún miembro del
antiguo Cuerpo de Peritos Agrícolas, actual de Ingenieros Técnicos, o a cualquier
profesional que hubiera estado destinado alguna vez en Catastro y quisiera hacer buen uso
del mismo.

El verano de 2006 comencé a examinar la documentación. A medida que avanzaba


en la lectura descubría aspectos de la historia del Catastro de los que no tenía noticia y que,
a mí al menos, me resultaban apasionantes. En ese momento pensé que, aunque sea de
forma parcial, esta documentación que se refiere casi exclusivamente a los peritos del
Catastro, de alguna manera contiene la historia del Catastro de Rústica de España, según
los Peritos, en este caso.

Por supuesto que, como he indicado antes, esto no es una historia rigurosa, pues
además de parcial, dado que no agota los temas, tiene vacíos temporales importantes y es
demasiado subjetiva al estar condicionada, en cuanto a su fuente principal, por los intereses
de los miembros de esta Asociación, pero a sus sucesores actuales en Catastro, a los que
dedico mi trabajo, puede interesar y ser de utilidad conocerla. Hay una antigua sentencia
cuyo texto no recuerdo bien y además reinvento en parte para que resulte útil a mi
propósito y que diría: “Los colectivos que no conocen su historia están condenados a caer
en los mismos errores de sus predecesores”. Habría que añadir que nuestros predecesores
no sólo cometieron errores, también adoptaron, como tendremos ocasiones de ver, muchas
decisiones acertadas.

Es necesario advertir a aquellos que sepan poco o nada del Catastro que esta obra
no va a procurarles un conocimiento preciso de éste, hasta es posible que les confunda en
algunos aspectos. Como he manifestado anteriormente, me dirijo especialmente a los
iniciados en esta materia, aunque desconozcan cómo se ha desarrollado la historia del
Catastro. A éstos confío en poder ayudarles a rellenar los huecos que faltan en su
conocimiento, al tiempo que las “anécdotas”, a la que tanta importancia he querido dar en
este trabajo, puedan asistirles para reconstruir los hechos.

Al finalizar el estudio de los papeles de la Asociación, mi comprensión del


Catastro, de los Peritos y otros Cuerpos que actuaron en este organismo, así como de las
distintas Asociaciones que los agruparon se ha enriquecido de forma notable y he
descubierto aspectos inéditos para mí. De éstos, destaco haber conseguido una amplia
información sobre un Cuerpo, el de Geómetras, creado en 1917, del que tenia noticias

9
mínimas y ahora he podido saber que llegaron a ser un colectivo importante en Catastro,
que superaban en su mejor momento los quinientos miembros y con los que nuestros
compañeros de aquella época mantuvieron en principio una relación aceptable, pero que
terminó siendo muy complicada. Para llenar un poco el vacío sobre estos profesionales les
he dedicado un amplio epígrafe, procurando mantenerme lo más ponderado posible,
transcribiendo parcialmente toda la documentación conservada sobre los mismos, aunque,
por la procedencia de ésta, lógicamente se inclina hacia uno de los lados. Con esto no
queda, en absoluto, cubierto ese vacío, al menos sería necesario que alguien lo hiciera
desde la visión del Instituto Geográfico, a donde fueron transferidos en 1925 y siguieron
prestando servicio mucho más tiempo del que lo hicieron en el Catastro.

Debo manifestar que desconocía totalmente la existencia de la Asociación General


de Ayudantes y Auxiliares de los Cuerpos de Ingenieros Civiles del Estado que, entre 1914
y 1924 asumió de forma destacada la defensa de nuestros intereses profesionales y que
coexistió durante unos años con la Asociación de Ayudantes del Servicio Agronómico. A
esta Asociación General también he asignado un epígrafe.

He completado la información contenida en los documentos de la Asociación con


material propio, reunido a lo largo de casi cuarenta años de ejercicio profesional en el
Catastro de Rústica1 y una modesta bibliografía catastral, pero la información básica
utilizada, repito, es la contenida en los papeles de la Asociación.

Cualquiera que se atreva con la lectura de mi obra será bien recibido, pero reitero
una vez más quienes son sus destinatarios: en general aquéllos interesados por el Catastro y
en particular los Peritos y otros profesionales que en éste ejercieron y ejercen. En
coherencia con esto y como señalaba al principio, he estructurado el trabajo en dos partes,
la primera se ocupa de los Peritos, la segunda del Catastro y ésta se plantea
fundamentalmente bajo la problemática de los Peritos, sin dejar de atender por ello a
describir todos los hechos básicos que marcaron la historia de la institución. Las páginas
que componen esta obra pueden testimoniar, de forma incuestionable por el soporte
documental que se aporta, que los Peritos Agrícolas, presentes en el Catastro desde, al
menos, 1895, siempre destacaron por la importancia de su participación en la construcción
del Catastro de España y cómo esa intervención no se limitó al cumplimiento de las
órdenes recibidas y desarrollo de las directivas marcadas por el estamento superior. Los
Peritos, bien a través de sus órganos asociativos o de forma individual, presentaron críticas
constructivas, cuando no compartían el rumbo con que se dirigía la labor catastral en un
momento determinado, al tiempo que se mostraron creativos, aportando novedosas ideas
para su mejoramiento.

A partir de los inicios del siglo XX, coincidiendo con los momentos estelares del
Catastro, me he atrevido a iniciar estos capítulos con unas notas históricas. No ha mi
intención establecer una relación causa-efecto entre unos hechos político-económico-
sociales y las actuaciones catastrales coetáneas, sería una labor compleja que me
desbordaría. He hecho esto únicamente con la pretensión de exponer el fondo histórico en
que desarrollaron estos acontecimientos del Catastro y si alguien se atreve con la difícil
tarea de relacionarlos tendrá mi admiración anticipada.

1
Algo más de cuatro años en Jaén y el resto en Sevilla.

10
Por otra parte, debo reconocer que no es posible realizar un trabajo solvente de esta
naturaleza sin moverse de una provincia. Diversas causas me han impedido desplazarme a
Madrid el tiempo necesario para consultar archivos y bibliotecas, especialmente del
Ministerio de Hacienda, Dirección General del Catastro o del Instituto Geográfico. Esto
puede entenderse, y lo acepto, como un intento, otro más, de justificar las muchas
debilidades de mi trabajo.

Para finalizar, creo haber expuesto argumentos suficientes para justificar otra de las
malformaciones de mi trabajo, que serán más de las que yo he descubierto, ésta es su
asimetría, sobredimensionando algunos aspectos, que podrían ser secundarios y apenas
rozando otros de mayor calado. Inmodestamente creo haber realizado una aportación
novedosa en cuanto a los periodos que he fijado para la historia del Catastro que, serán
discutibles siempre que se mejoren pero, de momento, ahí están. Ahora bien, los espacios
dedicados a cada uno de los períodos en que he dividido esta particular historia del
Catastro, como decía antes, no resultan ni homogéneos ni proporcionales a su importancia,
pues han sido dependientes, al menos en parte, del material de que he dispuesto para mi
relato. Pero, de forma más decisiva, han estado condicionados por el descubrimiento de
algún hecho que, para alguien ajeno a este mundo del Catastro o con menos curiosidad por
estos detalles del comportamiento humano, pueden creer que forman parte de lo anecdótico
y hubiera sido mejor haberlos pasado por alto. Yo, al contrario, pienso que estas
“anécdotas”, a las que anteriormente he hecho mención, son las que nos facilitan una
percepción más auténtica del acontecer histórico.

También debo prevenir que a partir del inicio de los años sesenta del pasado siglo
se advertirá que la obra experimenta un cambio de estilo, tornándose más legalista, esto es
debido a que los fondos de la Asociación se reducen notablemente y se pueden echar en
falta esos testimonios vivos. Esta situación puede estar compensada por el hecho de que
muchos de los posibles lectores tendrán experiencia catastral y esos últimos años les
resultarán más conocidos.

11
12
PRIMERA PARTE

LOS PERITOS

13
14
I. LOS PERITOS AGRÍCOLAS

1. PRECEDENTE: LOS AGRIMENSORES

En el epígrafe siguiente se verá como la carrera de Perito Agrícola fue creada en


1855 y las circunstancias que precedieron y siguieron al hecho. Como antecedente de esta
titulación puede considerarse la de Agrimensor, ejercida desde tiempos remotos por
numerosos profesionales dedicados a la medición agraria. Con el apoyo de Javier de
Burgos, a mediados del siglo XIX se creó en España la titulación oficial de Agrimensor,
cuya enseñanza estaba encomendada, por el reglamento aprobado el 24 de enero de 1855, a
las academias de Nobles Artes. También estaba autorizada para impartir los estudios de
agrimensor la Escuela Central de Agricultura, anteriormente eran las Diputaciones y las
llamadas Academias de primera clase (Barcelona, Cádiz, Madrid, Sevilla, Valencia y
Valladolid) las que, previo pago de unos derechos, expedían el título de agrimensor y
aforador.

La vinculación de la agrimensura con los peritos agrícolas siempre fue muy


estrecha, tanto es así que bastantes años después de la creación de la carrera, la principal
ocupación de los peritos agrícolas siguió siendo la agrimensura, después topografía.
Agrimensor, agrimensura y mensura, expresiones en desuso actualmente en España, donde
han sido sustituidas por topógrafo, topografía y medición con pretensiones de mayor rigor
técnico. No ocurre lo mismo en Iberoamérica, a través de Internet puede verse como
agrimensor, agrimensura y mensura, palabras tan bellas y sugerentes, mantienen plena
vigencia en Argentina, Uruguay, Chile, Perú… etc. Concretamente en Argentina existen
las carreras de Agrimensor e Ingeniero en Agrimensura, con una duración de 3 a 5 años, e
impartidas por facultades de Ingeniería, de Tecnología y Ciencias Aplicadas o de Ciencias
Exactas y Naturales y Agrimensura, donde se forman profesionales cuya instrucción,
además de la específica de Agrimensura, comprende conocimientos de Derecho,
Economía, Geografía y Geología, que les faculta para realizar toda clase de mediciones y
representaciones gráficas e incluso tasaciones y valuaciones de bienes inmuebles.

Por la naturaleza de esta obra, no resulta adecuado entrar de lleno en el origen de la


agrimensura y los primeros agrimensores, que, cuando menos, nos llevaría al antiguo
Egipto, pero por razones de herencia cultural será necesario prestar una atención especial al
caso de Roma donde los agrimensores alcanzaron un envidiable prestigio.

Groma.- Instrumento utilizado


por los agrimensores romanos

15
Con el propósito de coadyuvar en el empeño de publicitar esta denominación,
resulta oportuno decir que los agrimensores romanos, llamados gromáticos2, llegaron a ser
toda una institución en la vieja Roma muy distantes de lo que serían nuestros profesionales
del mismo título. Según relata Rudorff:

Durante todo el período municipal (…) la Agrimensura era, al igual que el Derecho, un oficio
libre, que era ejercido por hombres libres y en la práctica también por esclavos (…) Esto cambió
bajo el principado (…) Los emperadores debieron introducir ingenieros y técnicos en el Estado
Mayor, como agrimensores, para el trazado de campamentos, de colonias militares, la constitución
de municipios y cálculo de imposiciones territoriales 3.

En este último sentido sí podría encontrarse una cierta relación, guardando las
distancias a favor de los romanos, con lo que habrían de ser los técnicos agronómicos de
nuestro Catastro. La formación de los gromáticos no se limitaba a los aspectos técnicos de
la medición, como dice Max Weber, “hay una estrecha relación entre el tipo de mensura de
las tierras y la situación jurídica, tanto pública como privada, del territorio del que estos
terrenos forman parte”. En ninguna otra fuente se encontrará más clara una reglamentación
del campo romano, y el establecimiento de los problemas que presentan los municipios y
las colonias, que en los textos de los agrimensores4. A tenor de lo que nos cuenta Juan Pro,
en época contemporánea aún han persistido instituciones con una cierta afinidad a los
gromáticos romanos:

En Suiza, los geómetras5 eran fedatarios públicos (siguiendo la tradición de los agrimensores
romanos) que hacían deslindes contradictorios de las parcelas, las marcaban con mojones,
levantaban el plano topográfico y daban plena publicidad a los resultados, no sólo inscribiéndolos en
el libro territorial, sino también proporcionando al interesado un boletín de propiedad en el cual se
consignaban todas las características de su finca, boletín que funcionaba de hecho como título real
de propiedad6

Modo de empleo de la groma por los agrimensores romanos

2
Título derivado de la groma, instrumento de medida que utilizaban.
3
Rudorff, A. Instituciones Gromáticas, publicado en Berlín, 1848.- traducción al español de Gerardo Torres
Díaz, Editorial Gráficas Sol, 1997. pág. 57.
4
Resina Sola, Pedro, Frontino de Agri mensura, pp. 26-27.- Granada, 1983.
5
Nada que ver, a pesar de la similitud del título, con lo que sería los geómetras del Catastro español.
6
Pro Ruiz, Juan, Estado, geometría y propiedad, Los orígenes del catastro en España, 1715-1941, Centro de
Gestión Catastral y Cooperación Tributaria, Madrid, 1992, pág. 296.

16
Para hacerse una idea de lo que llegaron a representar estos agrimensores de la
época imperial se hará referencia al más distinguido de todos ellos, Sexto Julio Frontino:

Nacido alrededor del año 35 d.C., de ascendencia patricia (…) tuvo una cuidada educación y una
preparación excelente. Posiblemente estuviera en Alejandría en la escuela de matemáticas o
agrimensura (…) cosa que se puede dilucidar al analizar sus escritos de agrimensura (…) Fue
hombre de gran relevancia (…) hasta el punto de ser elegido cónsul tres veces. En el año 70, bajo el
reinado de Vespasiano, ocupaba la alta magistratura de praetor urbanus. Murió en los primeros años
del reinado de Trajano, en el 103 ó 1047.

Tras esa alusión histórica a los agrimensores o gromáticos romanos, se dará un gran
salto en el tiempo para hacer referencia a agrimensura y agrimensores en el sentido que se
conocen de forma tradicional. Se ha elegido, a título de ejemplo relativamente próximo, la
obra Estadal de Agricultura o Practica del primer libro de Euclides, preciso para medir,
apear, tasar y conservar las Heredades del Campo. Le escribe Don Matheo Sanchez
Villajos, Alarife de Madrid, uno de los nombrados del Cortejo para las Tasaciones (…)
Agrimensor de Terminos (…) En Madrid: En la oficina de Antonio Marin, Año de 1744.

Obra y autor resultan del mayor interés. Comienza el texto con una referencia al
Libro primero de Euclides y sigue con el estadal general y sus partes. Dedica varios
capítulos a la Anega (fanega) de marco particular, la Anega de Marco Real. En el capítulo

7
Resina Sola, Pedro, ob.cit. pp. 38-58.

17
8 se refiere a Cinco especies de Aritmética y Geometría. En el 9 a Geografia, y como se
mide por el mas breve camino. El 10 lo dedica a la Legua Española. El 11 a Geometría
practica. El 12 a Tasaciones de tierras. El 13 a Apeos de Tierras y Apeadores8. A todos los
interesados en el conocimiento de medidas agrarias tradicionales españolas se recomienda
la lectura del capítulo 7 de esta obra, donde se recogen las utilizadas en 129 municipios
españoles.

Agrimensor de la época de Matheo Sánchez, trabajando con plancheta con alidada de pínulas.

De gran utilidad es asimismo la obra Tratado Teórico-Práctico de Agrimensura y


Arquitectura Legal, por Marcial de la Cámara, Profesor de Arquitectura, Director de
Caminos, Canales de riego, etc., obra (…) necesaria a (…) ingenieros agrónomos,
subalternos de obras públicas, peritos agrícolas, agrimensores (…) indispensable a los
propietarios de heredades rústicas y urbanas, marcándoles sus derechos y los de los
demás, evitando costosos litigios y trasgresiones a la ley. Valladolid.-1863. Imprenta de D.
Francisco Miguel Perillan. Así como la obra anterior tenía un carácter fundamentalmente
técnico y se expresaba en un lenguaje que podríamos entender como ingenuo, en este caso
nos encontramos con una extensa obra, de más de cuatrocientas páginas, que se ocupa
fundamentalmente de cuestiones jurídicas relacionadas con el medio agrario, por lo que, en
cierta manera y guardando las distancias, recupera la tradición de los gromáticos romanos.

Tratándose de un libro que, según consta en su portada, desborda el ámbito de la


agricultura y por tanto el de este trabajo, se han seleccionado los Títulos y Capítulos de la
misma que pueden tener relación con esta obra, reproduciéndose textualmente sus párrafos
más destacables. Reviste especial interés el Título I, su Capítulo primero, DE LOS
AGRIMENSORES, se inicia con una Reseña histórica y se continúa con Estudios y
circunstancias para ser agrimensor.

8
Apear = medir una finca o fijar sus límites.

18
Reseña histórica.- Diversos pareceres hay entre los historiadores sobre el origen de esta ciencia: el
historiador Josefo le atribuye á los hebreos; Herodoto y Estrabon á los egipcios, y creian estos
historiadores que traía su origen de la necesidad que los egipcios tuvieron de discurrir el arte de
medir y dividir las tierras á fin de distinguir la situación, estensión y figura de las que pertenecian á
cada uno; cuyos límites eran confundidos por las continuas inundaciones del Nilo (…)
l
El estinguido Consejo de Castilla confirma en sus ordenanzas á los agrimensores las exenciones y
privilegios que de tiempo atrás gozaban por los emperadores romanos y Reyes Católicos de
España, siendo muy de notar uno de sus artículos, el 12 que les exime del pago de alcabalas,
alojamientos y otros tributos semejantes (…)
Por una real órden de 23 de mayo de 1837 se mandó que, con arreglo al artículo 129 de la ley de
3 de febrero de 1823 y reales órdenes de 7 de mayo, 27 de diciembre de 1830 y 25 de enero de
1834, las Diputaciones provinciales examinasen y espidiesen el título de agrimensor, prévio el pago
de 314 reales de derechos (…)
El artículo 64 del real decreto de 31 de octubre de 1849(…) faculta á las Academias de primera
clase para espedir títulos de agrimensor y aforador, previo el pago de 300 reales. Eran en esta
época Academias de primera clase (…) las de Barcelona, Valencia, Valladolid y Sevilla, y
posteriormente las de Madrid y Cádiz (…)
Estudios y circunstancias para ser agrimensor.- La enseñanza hoy del agrimensor está
encomendada por el reglamento aprobado el 24 de enero de 1855 á las academias de Nobles artes;
así como está autorizada para dar los estudios de agrimensor la Escuela central de agricultura y
otros establecimientos de segunda clase.
En las escuelas de Nobles artes esta enseñanza forma parte de la de aparejadores, creada en la
citada fecha, para ingresar en la cual se necesita tener 18 años cumplidos y sufrir un exámen de
lectura, escritura y matemáticas elementales bastando luego un año de escuela para examinarse y
luego revalidarse (…)
Atribuciones.- Los agrimensores y aforadores, que (…) posean el correspondiente título, pueden
(…) medir, reconocer, justipreciar y levantar el plano geométrico de cualquier heredad: pueden
ejercer también su profesión en aforos, reparticiones testamentarias, tercerías en discordias,
deslindes (…)
Pueden también los agrimensores desempeñar otros varios cargos, como por ejemplo, el de
peritos agrónomos, sobrestantes de caminos y el muy importante de geómetras en la estadística y en
el catastro.

Los anteriores párrafos aportan interesantes datos históricos sobre los agrimensores,
así como la situación de éstos en las fechas inmediatamente anteriores a la creación de la
carrera de Perito Agrícola.

No menos interesante que el anterior es el Capítulo II, PESOS Y MEDIDAS, que


comienza con unas Ideas generales, donde se dice:

Aunque no es expresamente propio de este Tratado detenernos á examinar y esplicar un sistema


de pesos y medidas; sin embargo consideramos solamente bajo el punto de vista legislativo 9, tanto
el sistema antiguo como el que hoy debiera ya estar vigente, el métrico-decimal10(…)
A los agrimensores particularmente es á quienes mas perjudica esta divergencia de medidas(…)
haciendo en España indispensable un sistema único de pesos y medidas, sea el que fuere, y el
gobierno, conociendo esta necesidad, ha planteado el sistema métrico decimal, que debió quedar ya
establecido, según la ley de 19 de julio de 1849, en principios de 1853 y obligatorio para todos los
españoles; pero si en noviembre de 1854, llamando á sí todos los antecedentes, el ministro de
Fomento le calificó de “olvidado asunto”, no lo está hoy menos, siendo lo mas sensible, y hasta
punible, que el gobierno mismo, no solo consienta que no se acate la ley de 1849 antes citado,

9
Con esta advertencia el autor pone de manifiesto el carácter de su obra.
10
Interesante observación sobre las dificultades iniciales para la implantación en España del sistema métrico-
decimal.

19
siendo que es uno de los que la infringen, dando en sus establecimientos, y en algunos de los
documentos públicos que de él parten, los pesos y medidas en la nomenclatura antigua11

Seguidamente reproduce la Ley de pesos y medidas, sancionada por Isabel II, el 19


de julio de 1849 y una TABLA DE CORRESPONDENCIA, de las medidas y pesas antiguas de
todas las provincias de España, con las del nuevo sistema métrico, y vice-versa, que, como
se hizo con la obra de Matheo Sánchez Villajos, se recomienda a los interesados en
medidas agrarias tradicionales.

Los Títulos siguientes del libro entran de lleno en el aspecto legislativo,


característico de esta obra y se aludirá brevemente a lo destacable en el ámbito agrario. En
este sentido, tiene un incentivo especial si se tiene en cuenta que esta obra está publicada
con anterioridad a la entrada en vigor del Código Civil (26 de mayo de 1889) y también a
la Ley de Aguas, que habían de recoger muchos aspectos tratados en estos títulos.

El Título III, titulado ESTENSIÓN DEL DERECHO DE PROPIEDAD y el IV, LIMITACIÓN DEL
DERECHO DE PROPIEDAD, (servidumbres) y el V, DE OTROS DERECHOS DE LAS COSAS, se refieren
a cuestiones de las que se ocuparía el Código Civil en su LIBRO SEGUNDO, sobre las que
Marcial de la Cámara, realiza un trabajo pedagógico minucioso y del mayor interés,
completado con referencias puntuales a las disposiciones legales que regulaban estas
materias en su época. Se destaca el capítulo IV del Título IV, sobre DESLINDE Y
AMOJONAMIENTO , así como el capítulo III del Titulo V, DE LOS ÁRBOLES. Aquí, entre otras

11
Este hecho no debe causar sorpresa, porque en Francia, país mentor del sistema, ocurrió algo semejante en
los primeros años de su implantación.

20
cuestiones, el autor describe los daños causados en los árboles y penas en que incurren los
causantes, daños que pueden causar los árboles y distancia de las plantaciones.

La consecuencia que se puede extraer de esta obra, “adoptada de texto en varias


escuelas especiales de Bellas Artes” (el reglamento de 16 de julio de 1852 limita a las
escuelas especiales de Bellas Artes la facultad de examinar a los agrimensores), publicada
por un profesor en materia legislativa, es la buena preparación de que podrían estar dotados
aquellos agrimensores, claro está que sin alcanzar, ni de lejos, el nivel de los gromáticos
(agrimensores) de la Roma Imperial.

Al margen de los agrimensores, parece ser que ya en 1807 se estableció una cátedra
de Agricultura, unida a la de Botánica, en el Jardín Botánico de Madrid, construido por
Carlos III en 1781, estaba regentada por el profesor D. Esteban Boutelou. La guerra de
Independencia acabó con estas enseñanzas, ya que los franceses destruyeron el Botánico.

Fernando VII reconstruyó aquel perdido edificio y restableció por Real Orden de
24 de enero de 1814 las enseñanzas de agricultura12. Fue designado como profesor D.
Antonio Sandalio Arias y Acosta, autor del libro Lecciones de Agricultura, impreso en
1816 y que sirvió de texto en los siguientes cursos.

La rápida ejecución de las leyes desamortizadoras, dio lugar a que se autorizasen para medir y tasar
fincas a Peritos titulares, con las diferentes denominaciones de Geómetras, Peritos Agrónomos,
Aforadores, Agrimensores, Directores de Caminos Vecinales, Maestros de obras, etc. (…) Cumplido
su fin, desaparecen aquellas profesiones y sólo perdura algún tiempo la de Agrimensor, origen y
cuna del actual personal agronómico13.

2. LA TITULACIÓN DE PERITO AGRÍCOLA

Siendo ministro de Fomento D. Manuel Alonso Martínez, bajo el reinado de Isabel


II, el 6 de julio de 1855 se dicta una Real Orden nombrando una comisión que se ocupe de
todo lo relativo al proyecto de establecer una Escuela de Agricultura en el Real sitio de
Aranjuez. Integraban la comisión D. Pascual Alonso, D. Agustín Pascual y D. Braulio
Antón.

El 1º de septiembre de 1855 (Gaceta del 5 de septiembre), auspiciado por el


Ministerio de Fomento, aparece un Real Decreto creando una Escuela Central de
Agricultura en Aranjuez y publicando los Reglamentos orgánicos para las Secciones de
Ingenieros Agrónomos y Peritos Agrícolas.

Los decretos de 28 de noviembre de 1855 y 28 de septiembre de 1858, se centraliza


la enseñanza en la Escuela de Aranjuez, extinguiéndose las demás Escuelas de Agricultura.
Las diferentes Diputaciones que habían creado Granjas Escuelas de Agricultura tuvieron
que adaptarse a la nueva Ley, que otorgaba a la Escuela Central de Agricultura de Madrid
la exclusividad para otorgar los títulos correspondientes. La enseñanza de peritos agrícolas

12
Cía González, Juan Carlos: Una pequeña historia de nuestra carrera de Perito Agrícola.-Sevilla, 2005.
13
Conclusiones aprobadas en la Asamblea Extraordinaria de Peritos Agrícolas y que fueron elevadas al señor
Ministro de Agricultura, 1934, pág. 6.

21
duraba cuatro años, con revalidad final consistente en tres ejercicios: teórico, teórico-
práctico y práctico.

El 27 de septiembre de 1856, se inauguró oficialmente la Escuela, establecida en el


Real Heredamiento de Aranjuez, en la finca “La Flamenca”, situada a cuatro kilómetros de
Aranjuez, por el camino de Toledo. Además por la finca pasaba el tren, algo extraordinario
en la época (la línea ferroviaria Madrid-Aranjuez había sido inaugurada cinco años antes,
el 8 de febrero de 1851). Pascual Asensio, que sería primer Director de la Escuela,
consideraba que así como una finca podía ser sitio adecuado para el aprendizaje del Perito
Agrícola, no lo sería tanto para el Ingeniero Agrónomo, necesitado de otros medios menos
rurales. Este punto de vista hizo que, en realidad, nunca se estudió la carrera de Ingeniero
Agrónomo en “La Flamenca”, sino solamente los exámenes y las prácticas agrícolas fueron
celebrados allí.

A partir del 25 de noviembre de 1865 la Escuela Central de Agricultura pasa a


depender de la Dirección General de Agricultura y se organiza la planta de personal de la
Escuela.

La Ley de julio de 1866 reorganiza la enseñanza agrícola en tres categorías:


superior, profesional (la de Perito Agrícola) y elemental. El Reglamento se aprueba el 6 de
febrero de 1867.

Por Decreto de 3 de noviembre de 1868, el ministro de Fomento del gobierno


provisional suprime las carreras de Ingeniero Agrónomo y Perito Agrícola, terminando
para siempre con la Escuela Central de Agricultura de Aranjuez. Poco tiempo después el
mismo ministro firmaría una nueva Orden restableciendo los estudios agrícolas, esta vez en
la posesión del Real Patrimonio en Madrid denominada “La Florida” con la denominación
de Escuela General de Agricultura.

La Real Orden de 16 de agosto de 1876 cambia la denominación de la Escuela


General de Agricultura, que pasa a titularse Escuela Superior de Ingenieros Agrónomos,
determinando su organización y enseñanza. En esta Escuela no se admitirán matrículas de
Peritos Agrícolas, que son relegados a las Granjas Escuelas de provincias. Poco después se
repone la carrera de Perito Agrícola en la Escuela Central. Por disposición de 4 de
noviembre de1880, la Escuela General de Agricultura añade a esta denominación la de
Instituto de Alfonso XII, que a partir del 12 de julio de 1881 será Instituto Agrícola de
Alfonso XII.

El 12 de septiembre de 1888 se establece en las Granjas y Escuelas de Valladolid y


Zaragoza la enseñanza de la carrera de Perito Agrícola. En 1890 se establece en la Granja
Experimental del Estado de Barcelona una Escuela de Peritos Agrícolas.

El Real Decreto de 19 de enero de 1894 apruebaría el Reglamento de la Escuela


General de Agricultura que comprendería:

I. Escuela especial de Ingeniero Agrónomo, con examen de ingreso, curso


preparatorio y cuatro años.

II. Escuela profesional de Peritos Agrícolas, que estructura esta carrera en dos
cursos, el último solar.

22
III. Escuela de Licenciados en Administración Rural, en dos cursos, siendo el
último solar.

Certificado, expedido en 1899, por un Perito Agrícola, titulado


por el Instituto Agrícola de Alfonso XII.

El 10 de junio de 1894 se aprueba oficialmente el Escalafón General de Peritos


Agrícolas. Escalafón que comprendía a los titulados que prestaban servicio en la
Administración y, posiblemente, de quienes se creían con derecho a ingresar en ella, antes
de que se exigiera oposición (a partir de 1903).

El 10 de octubre de 1903 se firma el Real Decreto de Reorganización del Servicio


Agronómico, en cuyo artículo 26 se dice: La carrera de Perito Agrícola quedará suprimida.

El Decreto de 11 de abril de 1913 restableció la carrera, creándose la enseñanza de


Perito Agrícola en las Granjas Escuelas de Agricultura Regionales de Valladolid y
Zaragoza y en la Estación de Agricultura General de Albacete. Otro Real Decreto de 23 de
mayo de 1913 aprobaría el Reglamento para el funcionamiento de estas escuelas.

El 24 de julio de 1914 se crean otras escuelas para el estudio de la carrera de Perito


Agrícola en Córdoba, Jerez de la Frontera, Navarra y Valencia. A principios de 1920 se

23
produce otra ampliación: por Real Orden de 2 de enero se dispone que se incluya la Granja
provincial de Alfonso XIII de Sevilla entre los establecimientos en que se imparte la
enseñanza de Peritos y Capataces agrícolas.

En junio de 1924, durante la Dictadura de Primo de Rivera, se promulga un Real


Decreto-Ley que considera al Instituto Alfonso XII como único centro donde se pueden
estudiar las carreras de Ingeniero y Perito, quedando las Granjas Escuelas para los estudios
de capataces agrícolas. Dos días más tarde se considera a Pamplona como hijuela del
Instituto de Madrid y se le otorga la capacidad de expedir titulaciones de Perito Agrícola.
A lo largo de la República, el Instituto Alfonso XII pasa a denominarse Instituto Nacional
Agronómico.

Acabada la Guerra Civil, las Escuelas de Ingenieros Agrónomos y Profesional de


Peritos Agrícolas de Madrid, se establecen en la calle Del Amor de Dios nº 2, hasta que en
el curso 1943-44 vuelven a su antigua sede de La Florida, en la Ciudad Universitaria. La
Orden de 14 de octubre de 1940 reconoce validez oficial a los estudios de Perito Agrícola
cursados en la Escuela Superior de Agricultura de la Diputación de Barcelona. Análoga
petición de la Diputación de Navarra, para la Escuela de Peritos Agrícolas de Villava,
había sido resuelta por Real Orden de 26 de agosto de 1924. La Escuela de Peritos
Agrícolas de la Politécnica de La Laguna (Tenerife) había sido aprobada el 12 de
diciembre de 1931. Por Orden del 31 de julio de 1947 se reconoce validez oficial a las
enseñanzas de Peritaje Agrícola que se cursan en la Granja Escuela de la Diputación
Provincial de Sevilla.

Cortijo de Cuarto. Escuela de Peritos Agrícolas de Sevilla.

La Ley de 20 de julio de 1957, sobre Ordenación de las Enseñanzas Técnicas,


estableció dos grados: superior y medio. Las Escuelas Técnicas de grado medio expedirían
los títulos de Aparejador o Perito. Se sustituyeron los tradicionales exámenes de ingreso
por cursos selectivos, precisándose título de Bachiller. El título de Perito Agrícola
capacitaba para el ingreso en las Escuelas Superiores con exención de cursar las materias
que se determinarán.

24
3. LA TITULACIÓN DE INGENIERO TÉCNICO AGRÍCOLA

En virtud de la Ley 2/1964, de 29 de abril, de reordenación de las Enseñanzas


Técnicas, las Escuelas Técnicas de Grado Medio expedirán la titulación de Ingeniero en la
especialidad técnica cursada. Tres años de duración a los que se accedería directamente
con el título de Bachiller Superior y otros. A las Escuelas Superiores se accedería también
con el título de grado medio, otorgándoseles convalidaciones de materias. Se determinarían
las denominaciones, facultades y requisitos de los titulados medios anteriores par utilizar
los nuevos títulos.

El Decreto n.º 2430, de 14 agosto de 1965, sobre nominaciones, facultades y


especialidades a cursar en Enseñanzas Técnicas, establece que los técnicos de grado medio
se denominarán Ingenieros Técnicos en la especialidad cursada. Las especialidades para
los Agrícolas serían: Explotaciones agropecuarias, Mecanización Agraria, Industrias de
fermentación, Horticultura y jardinería, y Agricultura Tropical. Otras disposiciones legales
que desarrollarían la Ley 2/1964 serían:

I. Decreto de 16 diciembre de 1965, sobre obtención de los nuevos títulos por


los actuales titulados de grado medio.
II. Decreto 636/68, de 21 de marzo. Texto refundido de la Ley de
Reordenación de las enseñanzas Técnicas y preceptos subsiguientes de otras
anteriores. Señala que las Escuelas donde se cursan estudios de titulados de
grado medio se denominarán Escuelas de Ingeniería Técnica.
III. Orden de 28 abril de 1969, sobre convalidación de títulos de Aparejadores y
Peritos por los de Arquitecto e Ingeniero Técnico.

La Ley 14/1970, de 4 de agosto, General de Educación, dispuso que las Facultades


y Escuelas Técnicas Superiores abarcarían tres ciclos: de disciplinas básicas en tres años
(Diplomado); de especialización, con dos (Licenciado o Ingeniero y Arquitecto), y de
preparación para investigación y docencia (Doctor). La Educación seguida en Escuelas
Universitarias constará de un ciclo de tres años (Arquitecto Técnico o Ingeniero Técnico
en la especialidad cursada). Las Escuelas de Ingeniería Técnica estatales se integran en la
Universidad como Escuelas Universitarias14.

4. ÓRGANOS ASOCIATIVOS

En la página 9 de las Conclusiones aprobadas en la Asamblea Extraordinaria de


Peritos Agrícolas de 1934, elevadas al Excmo. Sr. Ministro de Agricultura consta lo
siguiente:

En el año 1895, se funda la Asociación de Peritos Agrícolas de España, que comienza a trabajar
activamente por la reivindicación de sus derechos profesionales, poniendo grande empeño en que
desaparezca la absurda limitación de las treinta hectáreas 15: Pues bien: a partir de esta fecha, en los
planes de estudio que se suceden aparece designada la enseñanza de la Topografía.

14
Cuaderno I, de la Asociación Nacional de Ingenieros Técnicos Agrícolas del Estado, Enero 1992.
15
El Reglamento de la Escuela General de Agricultura, aprobado por Real Decreto de 19 de enero de 1894,
atribuye a los Peritos Agrícolas la facultad de: “medir y tasar fincas rústicas que no pasen de 30 hectáreas,
siempre que hayan de hacer fe en juicio dichas operaciones”.

25
Hacia 1900 y años siguientes la Asociación de Peritos Agrícolas debía contar en su
seno con alguna o algunas buenas cabezas pensantes, a juzgar por su obra Ideas Generales,
que para la formación del Catastro Agronómico Parcelario, presenta la Asociación de
Peritos Agrícolas a la consideración de la Junta encargada de redactar un proyecto para
la ejecución del Catastro en España. Está fechado en Madrid, octubre 1902 y lo firma, Por
la Asociación de Peritos Agrícolas, El Presidente, Joaquín Armengot. Se desconoce si éste
redactó el trabajo de forma individual o fue labor de un equipo, en cualquier caso, ésta fue
una importante aportación de la Asociación, que en otro lugar de la obra se nombra como
Asociación General de Peritos Agrícolas de España. En el capítulo correspondiente a la
Ley de 1906 se tratará en profundidad sobre este trabajo..

Se carece de otra información sobre lo que pudo ocurrir con esta Asociación en los
años posteriores, las siguientes noticias sobre esta cuestión se han encontrado en los
“papeles de la Asociación”. Por ser la única entidad organizada de Peritos Agrícolas
existente por entonces, la Asociación de Ayudantes del Servicio Agronómico trabajó desde
sus comienzos a favor de inquietudes profesionales: atribuciones, creación de plazas de
Peritos Agrícolas en los Municipios, reformas de las tarifas de honorarios, que los
Ayudantes del Servicio Agronómico pudiera simultanear la profesión libre dentro de un
cuadro de incompatibilidades, etc. Contribuyó a la organización y participó la Asociación
en las Asambleas Nacionales de Peritos Agrícolas celebradas en Graus, en octubre de 1920
y en Valladolid, del 21 al 25 de noviembre de 1921.

En junio de 1925 la Asamblea de la Asociación de Ayudantes del Servicio


Agronómico, ante su posible separación de la Asociación General, examina la constitución
de una Federación General de Peritos Agrícolas de España, base para la creación posterior
de la Federación de Peritos de todas las ramas.

Auspiciada y ayudada por la Asociación de Ayudantes del Servicio Agronómico y


con protagonismo de su presidente, Gregorio Matallana Revuelta, se crea16 la Asociación
Nacional de Peritos Agrícolas, para mejor defensa de las atribuciones e intereses
profesionales La orden de aprobación por la Dirección General de Seguridad está fechada
el 20 de agosto de 1925. La Asociación de Ayudantes del Servicio Agronómico promueve
una campaña para que se adhieran a ella sus integrantes, e insta a sus Delegados a que
elaboren relaciones de Peritos Agrícolas en las provincias para invitarles a formar parte de
la que se crea. En marzo de 1928 publica la Nacional de Peritos el n.º 1 de su Boletín
Oficial. En 1930 la presidía Esteban Martínez Herbás, que era Ayudante del Servicio
Agronómico.

El 27 de mayo de 1931, conjuntamente con la Asociación de Ayudantes del


Servicio Agronómico, la Asociación Nacional de Peritos Agrícolas suscribe un interesante
documento titulado PROYECTO PARA CATASTRAR EN CINCO AÑOS LA ESPAÑA
AMILLARADA.

En enero de 1934, las Conclusiones aprobadas en la Asamblea Extraordinaria de


la Asociación Nacional de Peritos Agrícolas, fueron elevadas al Excelentísimo señor
Ministro de Agricultura. Presidía la Asociación Francisco de Paula Salinas y Diéguez
quien también presentó instancias ante el Presidente del Consejo de Ministros y el Ministro

16
Según lo expuesto anteriormente, más bien fue una recreación.

26
de Trabajo reivindicando cuestiones profesionales “de interés primordial a la clase técnico-
profesional que represento”.

Hasta 1936 la Asociación Nacional de Peritos Agrícolas compartía el local de


Avda. Pi y Margall n.º 20 con la Asociación de Peritos Agrícolas del Estado, de la que
recibía una subvención mensual de 300 pesetas.

Reorganizada la antigua Asociación Nacional de Peritos, se presentó la


documentación correspondiente ante la Jefatura Superior de Policía, siendo aprobada el 25
de marzo de 1941. Presidió la Asociación Joaquín Armengot. En marzo de 1944 edita un
interesante folleto titulado Personalidad profesional de los Técnicos Agrícolas, en
homenaje a su autor y Presidente de dicha Asociación, Joaquín Armengot, ya fallecido por
entonces17.

El 23 de febrero de 1944, Manuel Pena Echevert, Presidente de la Asociación


Nacional de Peritos Agrícolas, domiciliada en Madrid, Avenida de José Antonio, 69, eleva
un escrito al Ministro de Hacienda en el que expone (se reproduce lo fundamental):

Que la orden del Ministerio de su digno cargo de fecha 1º de Febrero de 1944, en la que se dan
normas para la formación de nuevos Catastros de la Riqueza Rústica, se autoriza (artículo 20 párrafo
2º) a los Ayudantes de Montes, “para realizar las calificaciones y clasificaciones locales de los
diversos cultivos y aprovechamientos en la misma forma que los realicen los Peritos Agrícolas” (…)
SUPLICA respetuosamente a V. E. deje sin efecto la referida autorización.

La Orden de 27 de noviembre de 1947 (BOE del 6 de diciembre) del Ministerio de


Agricultura, crea los Colegios Oficiales de Peritos Agrícolas de España y el Consejo
General de sus Colegios y aprueba el Reglamento presentado por las Juntas directivas de
las Asociaciones Nacional de Peritos Agrícolas y de Peritos Agrícolas del Estado. Manuel
Pena Echevert sería el primer Presidente del Consejo General.

Por Orden del Ministerio de Agricultura de 30 de septiembre de 1967 pasaron a


denominarse Colegios Oficiales de Ingenieros Técnicos Agrícolas y Peritos Agrícolas. La
Ley 2/1974 de 13 de febrero, sobre Colegios Profesionales, Establece la normativa que rige
dichas Corporaciones. El Real Decreto 2772/78, de 29 de septiembre, aprueba los Estatutos
Generales de los Colegios Oficiales de Ingenieros Técnicos Agrícolas y Peritos Agrícolas y
de su Consejo General, ajustados a la Ley 2/1974.

17
Se sigue con la información contenida en el Cuaderno III de la Asociación. Había sorprendido este
nombre, que coincide con el Presidente de la Asociación Nacional de Peritos Agrícolas en 1902, antes
mencionado, después de 39 años parecía poco creíble que fuese la misma persona y se pensó que podría
tratarse de un hijo. Esta noticia parece confirmar que se está ante la misma persona, quien merece ser
considerado como de los más destacados de la profesión.

27
28
II. LOS PERITOS AGRÍCOLAS EN EL CATASTRO.

Se sabe que, los Peritos Agrícolas, participaron, desde sus inicios, en los trabajos
del Catastro de Rústica y sobre ello el autor de esta obra ha escrito en ocasiones
anteriores18 utilizado como información básica la obra de Juan Pro19, quien al describir la
aplicación de la Ley de 17 de julio de 1895, dice:

Diseñaba en realidad un catastro por masas de cultivo y clases de terreno (…) se implantó a título
experimental en la provincia de Granada (…) Para realizar el ensayo se empleó el personal de
ingenieros agrónomos y peritos agrícolas afectos a la Inspección de Hacienda en todas las
provincias.

En principio se dispone de esta fecha, documentada en 1895, sobre actuaciones de


los peritos agrícolas en trabajos catastrales.

Con anterioridad a la creación del Cuerpo de Ayudantes del Servicio Agronómico,


se recogen antecedentes de Peritos Agrícolas que prestaban servicio en los Ministerios de
Hacienda y Fomento, desempeñando funciones de estadística catastral.

La Orden de 20 de agosto de 1878, de la Dirección General de Contribuciones,


determinaba las condiciones que habían de reunir los que aspirasen a las plazas de Peritos
facultativos de la riqueza territorial. El 31 de enero de 1879, por Real Orden de Fomento
disponía que los Ingenieros Agrónomos, Peritos Agrícolas y Agrimensores, serían los
designados para los cargos que requiriesen conocimientos agronómicos y para la
formación de la estadística agrícola y la territorial de fincas rústicas.

1. EL CUERPO DE AYUDANTES DEL SERVICIO AGRONÓMICO

El Real Decreto de 5 de octubre de 1882, en el Ministerio de Fomento creó el


Cuerpo de Ayudantes del Servicio Agronómico. En su artículo 4.º disponía que se formase
el Escalafón por riguroso orden de antigüedad, contada desde la fecha en que fueron
aprobados los últimos ejercicios de reválida de la carrera.

El 7 de octubre de 1882 se dicta una Real Orden previniendo a quienes se crean con
derecho a figurar en el Escalafón de Peritos Agrícolas, para que lo soliciten.

El 10 de octubre de 1894 se aprueba el Escalafón General de Peritos Agrícolas, en


el que aparecen un total de 470 titulados, casi simultáneamente se hacía pública una
relación exclusiva de los que prestaban servicio como Ayudantes del Servicio
Agronómico.

18
“Los Peritos Agrícolas y el Catastro de Rústica”. Escrito presentado ante la Asociación en octubre de 2005,
con ocasión del ciento cincuenta aniversario de la creación de las carreras de Ingenieros Agrónomos y Peritos
Agrícolas.
19
Estado, geometría y propiedad. Pro Ruiz, Juan.-CGCCT, Subdirección General de Estudios y Estadística.-
Madrid, 1992.

29
El 22 de noviembre de 1895, se dicta Real Decreto, por el que el Ministerio de
Hacienda amplia el personal de Ingenieros y Peritos Agrícolas para el servicio de cartillas
evaluatorias.

1.1 FUSIÓN DE LOS PERITOS DE AGRICULTURA Y CATASTRO.

Por Real Decreto del 14 de Agosto de 1900 se publica el Escalafón del Cuerpo de
Ayudantes, fusión de los del Servicio Agronómico y Catastro. Posteriormente rectificado
por el publicado el 28 de febrero de 1906.

En la caja-archivador nº 33, de los documentos de la Asociación, aparece en primer


lugar una carpeta con el título de Fusión de los Peritos de Agricultura y Catastro
conteniendo abundante documentación reveladora de este evento:

Respuesta a la encuesta de Vicente R. Torres por parte de Marcelo Lainez y Ortiz de Paz, que sería número
uno del Escalafón de Ayudantes del Servicio Agronómico.

a) Encuesta de Vicente R. Torres.- Se trata de un conjunto de 86 declaraciones,


fechadas en septiembre de 1900 y dirigidas a Vicente F. Torres (perito agrícola destinado
al Servicio Agronómico Nacional de La Coruña y promotor del sondeo). Están suscritas
por los Peritos Agrícolas que prestaban sus servicios en el Agronómico Nacional o
Catastral, respondiendo a una carta-circular del anteriormente mencionado (no aparece
copia de esta circular), donde expresan:

Tiene el gusto de manifestar a usted que al constituirse el Cuerpo único de Ayudantes del Servicio
Agronómico con los individuos que actualmente desempeñan cargos en los Ministerios de
Agricultura y Hacienda, conceptúa más justo y equitativo, se forme el escalafón activo por (dos
opciones: rigurosa antigüedad de terminación de estudios o la suma de servicios facultativos en la
Administración Pública), asignando los mayores sueldos a los primeros números de dicho
Escalafón.

30
La primera de estas declaraciones está firmada por Marcelo Lainez y Ortiz de Paz,
nacido en 1841, con terminación de la carrera en 1860 y que habría de ocupar el primer
puesto de este escalafón.

Antes de comentar el resultado de esta encuesta, se constata que la declaración que


presenta Octavio Ballester, del Agronómico Nacional de Castellón incluye una frase de
interés: “y no por la fecha del título facultativo, no utilizando el escalafón de 22 de mayo
de 1894 por adolecer de algún error”. Esta nota permite saber de la existencia de un
escalafón con esa antigüedad que, por el destino del autor de la frase, podría comprender al
personal del Agronómico Nacional.

Como se ha señalado, se conservan 86 declaraciones, que pudieron ser todas las


recibidas porque, al estar cosidas en origen, no son presumibles los extravíos. Del total, 30
declaraciones corresponden a peritos destinados en Catastro, pero sólo se reciben estas
respuestas de 6 provincias: Albacete (8), Ciudad Real (5), Granada (2), Jaén (3), Madrid
(8) y Toledo (4). Las restantes corresponden a peritos destinados en el Agronómico
Nacional y éstas sí que se distribuyen por todo el territorio nacional. En ambos casos, se
inclinan mayoritariamente por que se establezca el escalafón por “rigurosa antigüedad de
terminación de estudios”.

b) Encuesta de los peritos de Albacete .- Al contrario de la anterior, en este caso no


se conservan físicamente las respuestas, pero si la carta-circular de sus promotores, que
está fechada el 21 de septiembre de 1900 y firmada por seis peritos de esta provincia.
Contiene unas BASES para la organización del personal de Peritos agrícolas en el
servicio del Ministerio de Agricultura y en especial de Catastro. Por esta alusión final
suponemos que los que firman la circular son peritos del Catastro de esta provincia. En la
base 1ª se propone el nombre de Cuerpo auxiliar del servicio nacional agronómico que,
obviamente, no prosperó. En la 2ª, se dice: “Formarán desde luego parte del escalafón
activo todos los peritos que actualmente sirven en Agricultura y Hacienda colocándolos en
él según su antigüedad en la carrera ya procedan de uno o de otro Ministerio”.

La encuesta de Albacete adjunta una relación titulada Peritos agrícolas que están
conformes con las anteriores bases que contiene 67 nombres. Este documento se completa
en el siguiente, con formato de certificado, firmado por los seis peritos autores de la
circular, contiene 96 nombres, iniciados con los 67 anteriores; de ellos 61 están destinados
en Catastro y 17 en el Servicio Agronómico. Sorprende la presencia de 15 peritos con
destino “particular”. La explicación de su inclusión en esta relación debería encontrarse en
la confusa 3ª base: “Se considerarán como aspirantes a ese cuerpo todos los Peritos
agrícolas que lo soliciten antes de que les toque ingresar, y que sean más modernos que el
más moderno de los que sirvan en activo en el Cuerpo. Se considerarán como
supernumerarios todos los demás Peritos agrícolas que no presten activo servicio en el
cuerpo ni puedan ser considerados como aspirantes”.

Unidas a las anteriores de Albacete siguen 3 relaciones, con los siguientes títulos y
contenidos:

1. 1ª Serie. Sus integrantes constituyeron, junto con otros, el Cuerpo regulado por R.
D. de 14 de agosto de 1900. publicado en la Gaceta del 18 de agosto del mismo
año. Contiene 99 nombres y está encabezada por un personaje destacado de este
colectivo, Luís Suárez Inclán.

31
2. 2ª Fusión. Establecida por R.D. de 6 de agosto de 1917, contiene 107 nombres. La
fusión puede referirse a la incorporación de los “Temporeros”.

3. Oposición. Esta relación contiene 94 nombres. Al final de la hay una nota de difícil
comprensión: “continuará sacándolos de las relación del Sr. Amor y de la lista de
los no hallados”.

Las dos últimas relaciones se refieren a hechos posteriores a la encuesta de


Albacete, por lo que estarían unidas a ésta inadecuadamente. En la primera relación (1ª
Serie) nos encontramos con una situación nueva, podría corresponder a los integrantes del
Agronómico Catastral, que habrían de unirse a los del Agronómico Nacional, para
constituir desde el 20 de septiembre de 1903 el primer escalafón de Ayudantes del Servicio
Agronómico Nacional.

Escalafón del Cuerpo de Ayudantes del Servicio Agronómico, rectificado en 28 de febrero de 1906. Es el
más antiguo que se conserva.

1.2. REGLAMENTO ORGÁNICO DEL CUERPO DE AYUDANTES DEL SERVICIO


AGRONÓMICO NACIONAL

Aprobado con fecha 20 de septiembre de 1903 y publicado en la Gaceta del 22 de


septiembre. Este documento adquiere valor por ser el único reglamento aprobado para
estos facultativos a lo largo de su larga existencia y variadas denominaciones. Está
estructurado en 6 Capítulos y un Disposición General que deroga todas las que se opongan
a este Reglamento.

El Capítulo Primero atribuye a los Ayudantes la misión de auxiliar a los Ingenieros


y establece su filiación al Ministerio de Agricultura. La Jefatura corresponde al Director
General de Agricultura, Industria y Comercio y añade que los Ayudantes dependerán de
forma inmediata de su respectivo Ingeniero Jefe.

32
El Capítulo II (CLASES, INGRESOS Y NOMBRAMIENTOS), dispone que el Cuerpo de
Ayudantes “se compondrá de las clases o categorías que determinen las leyes
presupuestarias”. El ingreso será mediante oposición, entre los que posean el título de
Perito Agrícola, ante un Tribunal compuesto de cuatro individuos del Cuerpo de Ingenieros
Agrónomos y un Ayudante del Servicio Agronómico, que actuará como secretario, con voz
y voto. Los ascensos serán por rigurosa antigüedad.

Capítulo III (SITUACIONES DE LOS AYUDANTES). Podrán hallarse: en servicio


activo, supernumerarios o suspensos de funciones, entrando en detalles sobre las mismas.

Capítulo IV (DERECHOS, HONORES Y DISTINTIVOS DE LOS AYUDANTES). Las


distinciones se conferirán a propuesta del Ingeniero Jefe. Como curiosidad: “en los actos
del servicio, así en trabajos de campo como en las solemnidades a que deban asistir, será
obligatorio para los Ayudantes el uso de distintivos especiales y propios del Cuerpo20”

Capítulo V (DISTRIBUCIÓN GENERAL DE LOS AYUDANTES). La nota sorprendente


de este capítulo la encontramos en su último artículo: “el Ingeniero Jefe (…) señalará a los
Ayudantes el punto de su residencia ordinaria”.

Capítulo VI (DISCIPLINA INTERIOR DEL CUERPO). Este capítulo es el más extenso


del reglamento, ocupa 11 artículos de un total de 30 y entra en los menores detalles
empezando por: “el Ingeniero Jefe respectivo corregirá las faltas de consideración,
deferencia y respeto a los superiores, dirigiendo a los causantes las amonestaciones
oportunas y apercibiéndoles para lo sucesivo21”. Su reincidencia, junto con otras
actuaciones consideradas negativas, “serán corregidas con la privación de sueldo desde
cinco a diez días”. Establece una escala creciente de sanciones, que culmina con la
expulsión del Cuerpo y cuando de las faltas “pueda inferirse la comisión de un delito se
pasarán las actuaciones a los Tribunales de Justicia”.

1.3. SEGUNDA FUSIÓN

La 2ª Fusión, con efectos en escalafón desde 31 de agosto de 1917, incorporaría


como Ayudantes del Servicio Agronómico Nacional, tanto a los Peritos Agrícolas del
Catastro (Hacienda) como a los “Temporeros”. Esta segunda fusión, a juzgar por la
información conservada en la mencionada carpeta “Fusión”, debió resultar bastante más
polémica que la primera. Se resumen los documentos conservados sobre ésta.

a) PONENCIA de Don Antonio Salvador Gómez22. Presentada el 25 de enero de


1914. Se valora como un trabajo concienzudo, serio y objetivo, que puede estimarse como
el de más calidad de la carpeta. Contiene varios escritos:

20
En solemnidades se entiende, pero obligarlos a ir por el campo con “distintivos” parece demasiado.
21
La bronca institucionalizada, el signo de aquellos tiempos.
22
En los Escalafones consultados, se ha comprobado que figuraba en el inicial de 20 de septiembre de 1903.
En los de 1906, 1909 y 1922 consta que estaba destinado en el Ministerio de Hacienda, en trabajos de
Catastro. En el de 1931 figura, desde 1928, como Profesor Auxiliar de la Escuela de Peritos Agrícolas. En
1914 presidía la Asociación General de Ayudantes y Auxiliares de los Cuerpos de Ingenieros Civiles del
Estado.

33
1 A LA JUNTA DIRECTIVA (debe ser de la Asociación General de Ayudantes y
Auxiliares de los Cuerpos de Ingenieros Civiles del Estado que, como se verá, él
mismo presidía). Con relación al pase al Cuerpo de Ayudantes del Servicio
Agronómico de los oficiales quintos de Hacienda y de los temporeros hace (en
resumen), las siguientes consideraciones:

a) La colocación ha de ser al final del último del escalafón, puesto que entre los que
forman la última categoría del Cuerpo están, precisamente, los que para formar parte
del mismo han tenido que someterse a una oposición que han ganado y que antes de
esto se hallaban en igualdad de condiciones con los que tratan de ingresar ahora.
b) Los que hicieron la oposición, desde el momento en que obtuvieron plaza
ingresaron en el escalafón y desde aquella fecha arranca su derecho; los que
pretenden entrar ahora, obtendrán este derecho con fecha posterior si consiguen el
logro de sus aspiraciones.
c) Los individuos que han de ingresar ahora son de dos clases: unos que, debido a su
influencia personal23, obtuvieron la ventaja del nombramiento de plantilla (oficiales
quintos de Hacienda) y otros, que huérfanos de aquella influencia precisa, no pasaron
de ser temporeros.
d) El orden de antigüedad de los títulos profesionales no es digno de tenerse en
cuenta. El orden de mayor número de servicios prestados oficialmente al Estado es el
que menos se presta a injusticias.
e) Pero la Ponencia no puede prescindir de poner de manifiesto a la Junta Directiva la
tendencia de que por el Estado existe desde hace varios años de organizar en el
Ministerio de Hacienda, con los individuos de Fomento y de aquél Departamento, un
Cuerpo que realice los trabajos del Catastro. Dicha tendencia no se hará esperar
mucho tiempo.

2. INSTANCIA (modelo para dirigir al Presidente del Consejo de Ministros, al


Ministro de Fomento y al Ministro de Hacienda) suscrita por Antonio Salvador
Gómez, Presidente de la Asociación General de Ayudantes y Auxiliares de los
Cuerpos de Ingenieros Civiles del Estado. Hace constar en ella (de forma resumida):

a) Que al organizarse en el Ministerio de Hacienda los servicios del Catastro, en 189524,


fueron nombrados un número determinado de Peritos Agrícolas, sin constituir Cuerpo
alguno, sin reglamentación y sin porvenir seguro.
b) Más adelante, dicho personal solicitó su ingreso en el Cuerpo de Ayudantes del Servicio
Agronómico del Ministerio de Fomento donde, al menos, constituían Cuerpo, tenían
reglamentación adecuada y estabilidad relativamente mayor que la que disfrutaban en
Hacienda. En virtud de la Ley de 27 de marzo de 1900 y las RR. OO. de 14 de agosto, 20
de noviembre y 18 de diciembre, del mismo año se dispuso que los Peritos Agrícolas que
prestaban sus servicios en el Catastro se fusionaran con los que pertenecían a Fomento,
constituyendo ambos el Cuerpo de Ayudantes del Servicio Agronómico 25.
c) Al dictarse la Ley de 23 de marzo de 1906 y al amparo de su artículo 41 26 se ha
constituido una agrupación de Peritos Agrícolas en el Ministerio de Hacienda para llevar a
efecto los servicios del Catastro. Por esta causa entre el personal del servicio mencionado
los hay de tres clases: 110 individuos del Cuerpo de Ayudantes del Servicio Agronómico;

23
Circunstancia que debió ser cierta porque se ha leído en otro lugar.
24
Se toma nota de esta fecha para la historia de los Peritos Agrícolas en el Catastro que se intentará
recomponer.
25
En el artículo periodístico de Emiliano Durán, al que se aludirá después, consta que la fusión se estableció
por Real Decreto de 10 de octubre de 1903. En los Escalafones, que se dispone desde 1906, para los
individuos más antiguos, consta como fecha de ingreso en el Cuerpo el 20 de septiembre de 1903. Sería
interesante poner en pie el significado de cada una de las mencionadas disposiciones.
26
Termina su último párrafo diciendo: “y cuando el desarrollo de los trabajos lo exija se podrá emplear en
ellos el personal facultativo, jurídico o administrativo que se considere indispensable, y sólo por el tiempo
necesario.”

34
70 individuos con la categoría de Oficiales quintos de Hacienda; 80 individuos con carácter
temporero.
d) El personal de Peritos Agrícolas que depende de Hacienda, ejecutando un trabajo
penosísimo en el campo y en el gabinete, no tienen más porvenir para su vejez que el que
actualmente disfrutan: 110 pesetas líquidas mensuales de sueldo los de plantilla y cuatro
pesetas nominales diarias los temporeros. Y he aquí la falta de equidad: ambos individuos
(los de Fomento y los de Hacienda) que cursaron los mismos estudios, que tienen el mismo
título profesional, que prestan sus servicios al Estado y ejecutan la misma clase, cantidad y
calidad de trabajo, tienen retribuciones diferentes.
e) Por dos o tres veces se han presentado a las Cortes proyectos de Ley que contenían la
creación de un nuevo Cuerpo de Hacienda, con los individuos de las tres clases que prestan
sus servicios en el Catastro. La Asociación que tengo el honor de representar no se opone
en manera alguna a que dicho Cuerpo se constituya, bien sea en el Ministerio de Trabajo,
Instituto Geográfico y Estadístico, o en la Dirección General del Catastro 27, dependiendo
esta última del Ministerio de Hacienda.
f) Por ello en nombre de la misma (la Asociación), me atrevo a suplicar a V. E. que sean
acogidas con benevolencia las pretensiones que se condensan en las bases que tengo el
honor de elevar a V. E. en forma alternativa:

PASE AL MINISTERIO DE FOMENTO DEL PERSONAL DE HACIENDA AL SERVICIO DEL


CATASTRO.
BASES
1ª. Los Peritos Agrícolas pertenecientes al servicio del Catastro del Ministerio de Hacienda,
ya pertenezcan al Cuerpo de Fomento, sean de plantilla de Hacienda o temporeros, que en la
fecha de publicación de esta disposición presten sus servicios al Estado, constituirán el Cuerpo
de Ayudantes del Servicio Agronómico (siguen asuntos de índole presupuestaria.)
2ª La colocación en el escalafón del Cuerpo de Fomento de los funcionarios que pasan de
Hacienda será a continuación de los que forman el mismo en Fomento y por riguroso orden de
servicios prestados al Estado (siguen otras bases, hasta 8 de menor interés).

FORMACIÓN DE UN CUERPO AUXILIAR DEL CATASTRO EN EL MINISTERIO DEL


TRABAJO, INSTITUTO GEOGRÁFICO Y ESTADÍSTICO O EN EL MINISTERIO DE HACIENDA,
DEPENDIENDO DE LA DIRECCIÓN GENERAL DEL CATASTRO.
BASES
1ª Los Peritos Agrícolas pertenecientes al servicio del Catastro del Ministerio de Hacienda,
ya pertenezcan al Cuerpo de Fomento, sean de Plantilla de Hacienda o temporeros, que a la
fecha de publicación de esta disposición presten sus servicios al Estado, constituirán el Cuerpo
de Ayudantes del Servicio Agronómico Catastral (siguen asuntos de índole presupuestaria)
2º La colocación en dicho Cuerpo del personal referido se hará en la forma siguiente: a la
cabeza del escalafón figurarán los individuos del departamento de Fomento, a continuación los
de plantilla de Hacienda y posteriormente los temporeros. (siguen otras bases, hasta la
7ª, de menor interés).

La exposición anterior pone de manifiesto la documentada y coherente labor


llevada a cabo por Antonio Salvador Gómez, demostrando que no se puede hacer más a
favor de una causa y justifica la valoración que se hace de su trabajo al comienzo de este
apartado.

b) NOTAS Y CONTRANOTAS.- A la Ponencia de Antonio Salvador Gómez y


documentos afines, siguen unos folios, con el título de Notas y contranotas, que se refieren
a:
a) Visita al Ministro de Fomento, para el nombramiento de una persona de dicho ministerio,
para que en unión de otra designada por Hacienda, estudiase el proyecto de Real Decreto
de fusión.
b) Comunicaciones al Marqués de Alonso Martínez, Prado Palacio y Allende Salazar, para
que no se efectúe oposición.

27
Más de 80 años habrían de transcurrir para que se creara esa Dirección General.

35
c) Súplicas a D. Gabino Bugallal, Ministro de Hacienda, para que preste su valioso apoyo a
la petición de la Asociación y al Excmo. Sr. Presidente del Consejo de Ministros para que
dicte una disposición para que los Peritos Agrícolas de Hacienda entren a formar parte del
Cuerpo de Ayudantes.
d) Nota presentada al Excmo. Sr. Subsecretario del Ministerio de Hacienda por la Asociación
General de Ayudantes y Auxiliares de los Cuerpos de Ingenieros Civiles del Estado, con
fecha 16 de octubre de 1914 (fue enviada a Lerroux, acompañándole carta el 30 de enero
de 1915).
e) Con el encabezamiento =CORRESPONDENCIA= se alude a un número considerable de
Saludas, que debía ser un modo habitual de comunicación en la época, que Antonio
Salvador Gómez dirigió a una serie de personalidades, se supone que influyentes
políticamente, así como las respuestas de los mismos: Marqués de San Juan de Piedras
Albas, Senador del Reino; D. Luís Palomo, Senador del Reino Vitalicio; D. José Nicolau,
Diputado a Cortes por Tarragona, Reus y Falset; D. Rogelio de Madariaga, Diputado a
Cortes por Bande; D. Francisco Lastres, Senador del Reino; Vizconde de Ezal, Alcalde-
Presidente del Ayuntamiento de Madrid; D. Lorenzo Domínguez Pascual, Gobernador del
Banco de España; D. Carlos Cañal, Subsecretario de Gracia y Justicia; D. Leopoldo
Matos, Diputado a Cortes por Las Palmas; D. Abilio Calderón, Director General de Obras
Públicas; Sres. que componen la Comisión de Presupuestos del Congreso de los
Diputados. Hay quince referencias, menos significativas, que se omiten para no alargar
demasiado el párrafo.
f) Carta de D. Francisco Martín Sánchez, Director General del Instituto Geográfico y
Estadístico a D. Luís Alberti28, en la que le manifiesta haber recibido su carta y le
participa, para que también se lo haga saber a los demás firmantes, que hará en su favor
todo cuanto pueda a fin de que puedan ser complacidos en su interés.
g) Carta del Secretario de “ABC”, del 17 de abril de 1914 dirigida a Don Antonio Salvador,
en la que le participa que mañana publicará en su periódico la noticia que tuvo a bien
acompañarle con un Saluda.
h) Carta del Ministro de Hacienda, Gabino Bugallal, de fecha 23-11-1914, dirigida al
Marqués de Nájera: Me hago cargo del gran interés que le merece la pronta resolución
del Proyecto de fusión, sin oposición del personal de Ayudantes Peritos Agrícolas del
Servicio Agronómico Nacional, y con mucho gusto he recomendado al Centro
correspondiente de este Ministerio se estudie el asunto con toda atención, deseoso de que
de él pueda deducirse una resolución satisfactoria.
i) Carta del Presidente del Congreso de los Diputados, de fecha 6-11-1914, a D. Fernando B.
Villasante y demás firmantes: Recibo su atenta carta de fecha cinco del actual,
relacionada con los deseos del personal de Ayudantes-Peritos Agrícolas del Servicio de
Avance Catastral, y con el mayor interés y gusto prestaré a los mismos el apoyo que Vds.
me piden, deseando que mis gestiones den el resultado satisfactorio a que tan distinguida
clase aspira.

Difícilmente se encontrará en la trayectoria de este Cuerpo y los que le sucedieron


una situación comparable a la anterior, impresiona la movilización que se llevó a efecto.

c) PARTICIPACIÓN EN LA POLÉMICA DE EMILIANO DURÁN.- Siguiendo con los


documentos integrados en la carpeta Fusión de los Peritos de Agricultura y Catastro,
encontramos un recorte de un periódico, La Liga Agraria, donde aparece un artículo
titulado Asunto Catastral y subtitulado Un ruego, firmado por Eduardo Durán (el nombre
correcto debía ser Emiliano), Conservador del Catastro, fechado en Jaén, el 8 de junio de
1914. El autor muestra su enérgica oposición a la petición de la Asociación general de
Ayudantes de Ingenieros Civiles del Estado de “Fusionar al personal de Peritos Agrícolas
del Catastro con el personal de Ayudantes del Servicio Agronómico Nacional de Fomento”
(…) lo que se solicita es injusto y falto de razón. Continúa su exposición recordando la
fusión de 1903 y, con relación a los peritos que la protagonizaron dice: “había un Cuerpo

28
Debe ser Luís Alberti del Castillo, Ayudante del Servicio Agronómico, que pertenecía a la promoción con
fecha de ingreso el 30 de agosto de 1917.

36
de Ayudantes del Servicio Agronómico de Fomento que se formó con Peritos Agrícolas
por riguroso orden de antigüedad en la Carrera y se nutría por riguroso orden de
antigüedad del Escalafón general de Peritos; así mismo había también en Hacienda un
número considerable de Peritos agrícolas dedicados a los trabajos del Catastro, pero sin
constituir Cuerpo, y por tanto sin Escalafón (…) y por Real decreto de 10 de Octubre de
1903, se llevó a efecto la fusión”. Es decir, que todavía no había asimilado esta fusión,
ocurrida antes de que él ingresara en el Cuerpo (pertenecía a la 1ª oposición, la de 1905) y
estaban planteando otra nueva, ¡el colmo! Parece ser que algunos Ayudantes de Fomento,
aunque estuvieran destinados en Catastro, siempre se consideraron superiores y fusionarlos
con los de Hacienda significaba para ellos un descrédito.

Emiliano Durán debió ser muy combativo en esta cuestión pues, seguidamente,
aparece un conjunto de documentos con la siguiente nota inicial: “Esta Ponencia fue
remitida por Emiliano Durán a la Junta, acompañada de carta de 22-agosto-1914, y pasó a
conocimiento de la Directiva el día 26”. Estos documentos son:

1 PRESIDENCIA DEL CONSEJOS DE MINISTROS. Proyecto de Real Decreto fusionando el


personal de Peritos Agrícolas del Servicio Catastral adscrito al Ministerio de Hacienda y el del
Servicio Agronómico afecto al de Fomento, en un Cuerpo único que dependerá de este último
departamento.
2 Un escrito, sin cabecera ni firma final, por lo que desconocemos su autoría, pero que aboga por la
fusión. Argumenta que no todos los Ayudantes del Servicio Agronómico ingresaron por Oposición,
sólo lo hicieron los setenta últimos y, con relación a los del Catastro (Hacienda), que todos ellos
tienen el Título profesional de Perito Agrícola, suficiente para el ingreso en el Cuerpo hasta que se
dictó el R. D. de 10 de octubre de 1903.
3 Nota del Ministerio de Hacienda oponiéndose al proyecto de R. D. Está mecanografiada en papel
ordinario, sin otra cabecera que la indicada anteriormente y carece de firma o antefirma. Tras
enumerar los tres grupos de Peritos Agrícolas que realizan trabajos Agronómico Catastrales: a)
Ayudantes del Servicio Agronómico, b) Peritos Agrícolas, oficiales quintos, dependientes del
Ministerio de Hacienda y c) Peritos Agrícolas temporeros (esto confirma lo expuesto anteriormente
y el planteamiento, que se hará más adelante). La principal argumentación para oponerse a la fusión
es la siguiente. “Que mediante un R. D. queden igualados los que sufrieron una ruda 29 oposición y
los que solo al favor deben su nombramiento y no llevan más bagaje científico que la práctica, no
resulta equitativo para los primeros y (…) hechos por los que dentro del Cuerpo de Ayudantes habrá
unos que deben sus puestos a la oposición y otros a dos mercedes sucesivas: primero al
nombramiento; segunda a la incorporación por R. D. al Escalafón general”. Plantea serias dudas la
autenticidad de este documento.
4 Unos cuantos folios que se ocupan de cuestiones presupuestarias relacionadas con la fusión.

d) INTERVENCIÓN DE LA ASOCIACIÓN GENERAL.- Con el título de “Nota sobre


fusión en el Cuerpo Agronómico Nacional de todos los Peritos Agrícolas que prestan sus
servicios en el del Catastro dependiente del Ministerio de Hacienda”, aporta la
comunicación que la Asociación General de Ayudantes y Auxiliares de los Cuerpos de
Ingenieros Civiles del Estado, con fecha enero de 1916, dirige a D. Bernardo M. Sagasta30,
Subsecretario del Ministerio de Hacienda. Comienza el escrito aludiendo, y reproduciendo
en gran parte, el artículo 41 de la Ley de 23 de marzo de 1906, tan utilizado en este asunto
y comenta:

29
Debe tratarse de un lapsus, querría decir dura.
30
Ingeniero Agrónomo, en el Escalafón de su Cuerpo de 1922, podemos leer sobre D. Bernardo Mateo
Sagasta y Echevarría, que ocupaba el cargo de Director de la Escuela del Cuerpo, ex Director General de
Correos y Telégrafos, ex Director del Instituto Geográfico y Estadístico, ex Subsecretario del Ministerio de
Hacienda, Vocal de la Comisión Permanente de Pesas y Medidas y de la Junta Central de Catastro, Diputado
a Cortes, ex Vicepresidente del Congreso.

37
Es indudable que la Ley prohíbe la creación de otros organismos ni Cuerpos distintos de los ya
existentes, pero con la FUSIÓN que se pretende no se crearía ningún organismo ni Cuerpo; al
mismo tiempo, la Ley en su artículo citado (número 41, párrafo 3º, confiere la realización de los
trabajos agronómicos del Catastro al Cuerpo Nacional de Ingenieros Agrónomos y sus auxiliares.
Respecto al temor de que al terminarse los trabajos catastrales pudiese el Estado encontrarse con un
sobrante X de Ayudantes Agrónomos, después de cubiertas las Conservaciones Catastrales, debe
tenerse en cuenta que lo propio ocurriría con determinado número de Ingenieros Agrónomos 31

Finaliza con las firmas de todos (es de suponer por lo numerosas, hasta 17) los
miembros de la Junta Directiva de la Asociación. Se citarán los más significativos:
Presidente, Auxiliar Facultativo de Minas, Francisco Beneito; Vicepresidente 1º, Ayudante
del Servicio Agronómico Nacional, Antonio Salvador; Vicepresidente 2º, Ingeniero de
Caminos y Ayudante de Obras Públicas, José Orad de la Torre32; Secretario, Ayudante del
Servicio Agronómico Nacional, Luís Suárez Inclán.

Esta Nota de 1916 es el último documento de la carpeta Fusión.

El resultado final de esta larga gestión se refleja en la Ley de Autorizaciones, de 2


de marzo de 1917, que dispone que se mantengan Escalafones únicos de Ingenieros y
Ayudantes y concede el ingreso en el Cuerpo de Ayudantes del Servicio Agronómico (sin
oposición) y a los Peritos Agrícolas Temporeros que venían prestando servicio en la
Administración, principalmente en Catastro.

El Real Decreto de 6 de agosto de 1917 incorpora al Escalafón del Cuerpo a 107


Peritos Agrícolas temporeros, en virtud de lo dispuesto en la Ley de Autorizaciones.

Por lo que se ha visto, ambas fusiones debieron resultar complicadas. De la de


1903, se dispone de documentación que se inicia en septiembre de 1900 y, según la fecha
que consta en el escalafón de 1906 (el más antiguo que se dispone) los Ayudantes que lo
inician aparecen con fecha de ingreso en el Cuerpo el 20 de septiembre de 1903; tres años,
por tanto, de negociaciones y trámites legales. La fusión de 1917, también se prolongó
otros tres años y, por lo visto en la documentación reproducida, debió resultar aún más
complicada.

Intencionadamente, a fuer de resultar “plomo”, se ha sido un tanto prolijo en


detallar los documentos de esta carpeta Fusión, siempre resumidos, porque transcribirlos
en su totalidad sería un auténtico “ladrillo”, De ellos puede extraerse una interesante
lección sobre la importancia de la participación de un colectivo en un asunto de esta
trascendencia que, en principio, no tenía demasiadas connotaciones económicas para sus
miembros; de cómo utilizaron todos los medios a su alcance y de la importancia de las
influencias políticas de que hicieron uso. También debe destacarse que algunos de ellos y
las instituciones que representaban, especialmente Antonio Salvador Gómez y la
Asociación General, debían ser personas y entidades de prestigio a quienes se atendía en
altas esferas.

31
Este subrayado es nuestro.
32
Este personaje protagonizaría en 1923 un conflicto con el Subjefe del Catastro José A. de Oteyza, hecho
del que se dará información más adelante.

38
e) OTROS DOCUMENTOS SOBRE LA FUSIÓN.- Al margen de la tantas veces
citada carpeta Fusión de los Peritos de Agricultura y Catastro, la historia de esta fusión,
que es doble, con actuaciones en 1900-1903 y 1914-1917, se recoge por Leandro Campini
Fernández, Ayudante del Catastro de Badajoz, en junio de 1931 33 en su Ponencia sobre
modificación de las disposiciones que regulan la provisión de destinos en Catastro de
Rústica, de esta manera:

En 1903, se hace el escalafón primero de Ayudantes del Servicio Agronómico Nacional y en él


ingresan por orden de servicio al Estado34 (sin determinación de esta clase de servicios), todos los
que en aquella época los prestaban, ya en Servicios de Fomento, ya en aquellos primeros trabajos de
Catastro.
En 1906, y al publicarse la Ley de Marzo sobre Catastro, se nombran los primeros Peritos
Agrícolas temporeros (Ayudantes) del Catastro de Rústica.
En el mismo año, se hacen las primeras oposiciones a Ayudantes del Servicio Agronómico y, de
ellos, pasan a Catastro algunos con cortas diferencias de fecha de ingreso en tal Servicio con los
primeros temporeros.
Desde 1906, hasta 1911 o 12, se nombran en distintas épocas, hasta 125 o 130, Ayudantes
Temporeros del Servicio de Catastro de Rústica, e ingresan en el Cuerpo de Ayudantes de
Agrónomos, los de la oposición de 1909, de los cuales muchos entran a servir desde luego en
Catastro, existiendo por tanto unos 85 o 90 Ayudantes de las dos primeras oposiciones, de entre los
cuales muchos tienen antigüedades en dicho servicio o poco mayores o menores que las de los
temporeros nombrados en dichas épocas 35.
Por último, en 1917 se hace la fusión, ingresando en el Escalafón de Ayudantes del Cuerpo de
Agrónomos, los temporeros de Catastro y, de entre ellos36 un número de unos 50, que se llamaban
de Plantilla de Hacienda, a los cuales se les habían concedido ciertos derechos en aquel Ministerio,
considerándolos Oficiales de Hacienda, bajo el punto de vista administrativo; siendo desde entonces
la Oposición la única base de ingreso en el Cuerpo.

El autor de esta obra, antes de recibir los papeles de la Asociación, ya había


investigado sobre esta cuestión en base a documentación referida a la provincia de Sevilla
y fechada entre 1911 y 1920, llegando a las siguientes conclusiones:

1º. Se sabía que además de los Ayudantes del Servicio Agronómico, otros
Peritos Agrícolas trabajaban en Catastro, presentando una cierta
complejidad de cargos y sistemas retributivos. Los de menor categoría
debían ser los llamados temporeros, que serían profesionales eventuales. En
algunos documentos aparecen simplemente como Ayudantes temporeros. En
otros casos se expresa Auxiliar temporero, Ayudante de la Sección de
Catastro y Registro Fiscal . Es posible que éste fuera su título correcto y lo
anterior una forma coloquial de denominarlos. En su título constaba
expresamente que no tenían asignado sueldo y cobraran una retribución fija
de diez pesetas por día de campo.

33
Habían pasado catorce años desde la última fusión y se mantenía fresca en la memoria los detalles de
aquellas fusiones.
34
Si esto fue así no se atendió la voluntad mayoritaria de los integrantes del Cuerpo, expresada en las
consultas antes mencionadas.
35
Campini en este párrafo expone con fineza unos hechos que, unidos a los que siguen, dejan traslucir la
situación final, para algunos injusta, en la que ambos colectivos, de ingreso por oposición o sin ella, acabasen
igualados.
36
No es correcta la expresión, debería haber dicho “y junto con ellos”. Tampoco hay que mezclar las churras
con las merinas.

39
2º. Entre los que se entendía serían funcionarios, se advierte que gozaban de
una categoría facultativa y de otra administrativa. A su vez se detectan dos
variantes:

a) Nombrados a propuesta del Director General de Contribuciones.


Facultativamente eran Ayudantes Peritos Agrícolas y
administrativamente Oficiales de Hacienda Pública. Por tanto
funcionarios del Ministerio de Hacienda.
b) Nombrados a propuesta del Director General de Agricultura, Montes
y Minas. Facultativamente eran Ayudantes del Servicio Agronómico
Nacional y administrativamente Oficiales de la Administración
Civil. Serían funcionarios del Ministerio de Fomento y los
destinados en Catastro adscritos a Hacienda.

De las fusiones de 1903 y 1917, el autor de esta obra no había tenido noticia con
anterioridad.

2. EL CUERPO PERICIAL AGRÍCOLA DEL ESTADO

Desde antiguo los Ayudantes del Servicio Agronómico aspiraban a que la


denominación de su Cuerpo respondiese a la de su titulación académica, como ejemplo de
ello puede citarse un documento conservado en los archivos de la Asociación y titulado
Proyecto de Bases para la Reforma Radical del Servicio de Conservación. Este trabajo
redactado por el Ayudante del Servicio Agronómico Manuel Calvín Redondo, entre
diciembre de 1931 y enero de 1932, por encargo de la Asociación, se inicia con una nota
que dice textualmente:

Al leerse Ayudantes de Catastro, antepóngase Perito Agrícola o suprímase aquella


denominación.
O también debe leerse Perito Agrícola Conservador, Jefe de Zona y Perito Agrícola Conservador
Suplementario al 2.º Conservador.

En el Capítulo I, epígrafe 3, titulado Órganos Colegiados, se ha aludido a las


Conclusiones aprobadas en la Asamblea Extraordinaria de Peritos Agrícolas y que fueron
elevadas al Excelentísimo señor Ministro de Agricultura. Están fechadas en enero de 1934
y en ellas consta que:

Entre otros asuntos, se debatió uno que desde hacía tiempo constituía una aspiración unánime de
la colectividad: Los Peritos Agrícolas tenían título de tal cuando se presentaban y obtenían plaza en
las oposiciones a funcionarios de carrera. Sin embargo al ingresar en el Estado, lo hacían en un
Cuerpo que se denominaba Ayudantes del Servicio Agronómico, es decir, la misma denominación
que se daba en aquellos tiempos a otros Cuerpos, como los de Obras Públicas y Montes, en los que
entraba personal al que no se le exigía título alguno 37

En consecuencia con lo anterior, en la Conclusión Sexta, se dice textualmente:

37
Cía González, Luís Carlos, Ob.cit., pág. 20.

40
Que se denominen en lo sucesivo Peritos Agrícolas del Estado a los actuales Ayudantes del
Servicio Agronómico y Cuerpo Pericial Agrícola, al Cuerpo de Ayudantes del Servicio
Agronómico.

En el mismo documento, el Fundamento de la base sexta, dice:

El Cuerpo de Ayudantes del Servicio Agronómico está integrado en su totalidad por Peritos
Agrícolas seleccionados mediante una rigurosa oposición.
Es aspiración unánime, no sólo de dicho Cuerpo sino de todos los Peritos Agrícolas, conservar la
denominación inherente a su título profesional cuando pasan a prestar sus servicios al Estado, para
que el nombre corresponda a la sustantividad de la función técnica que en los diferentes servicios al
Estado debe corresponderles, por ello solicitan::
Que se denominen en lo sucesivo Peritos Agrícolas del Estado a los actuales Ayudantes del
Servicio Agronómico y Cuerpo Pericial Agrícola al Cuerpo de Ayudantes del Servicio Agronómico.

Dos meses después, el 13 de marzo de 1934, durante el gobierno de Lerroux y


siendo ministro de Agricultura Cirilo del Río, en el Consejo de Ministros fue leída y
aprobada, “por justa”, la petición que en forma de Decreto, cuyo artículo único, dice:

Los Ayudantes del Servicio Agronómico Nacional se denominarán en lo sucesivo Peritos


Agrícolas del Estado; y Cuerpo Pericial Agrícola del Estado al actual Cuerpo de Ayudantes del
Servicio Agronómico Nacional, conservando los Peritos Agrícolas del Estado los derechos, deberes
y funciones inherentes a los Ayudantes del Servicio Agronómico Nacional

En desarrollo del Decreto se publicó la Orden de 29 de marzo de 1934.

La primera andadura del nuevo Cuerpo no estuvo exenta de dificultades,


especialmente para los destinados en Catastro. Esclarecedora de ello es la “Nota”, sin fecha
ni firma, encontrada entre los papeles de la Asociación, que dice:

Dando satisfacción a una de las conclusiones aprobadas por la Asamblea de Peritos Agrícolas
celebrada en enero último, el Ministerio de Agricultura estableció por Decreto del 13 de abril
(marzo) próximo pasado que los Ayudantes del Servicio Agronómico se denominasen en lo
sucesivo Peritos Agrícolas del Estado y Cuerpo Pericial Agrícola del Estado el Cuerpo de
Ayudantes del Servicio Agronómico. Por Orden del mismo Ministerio se determina que se
consignen los citados cambios de denominación en los títulos administrativos de dichos
funcionarios.
La Asociación de Peritos Agrícolas del Estado entendía que, cambiada la denominación de los
Ayudantes en el Ministerio de Agricultura, de un modo automático el Ministerio de Hacienda, en el
cual prestan sus servicios una buena parte de los mismos, aceptaría sin más la nueva denominación,
por lo cual no estimó necesario hacer ninguna gestión paralela en este Ministerio, puesto que ya, por
tratarse de un Decreto, en cierto modo había sancionado la citada denominación.
Pero habiendo recibido noticias de varias oficinas del Catastro, cuyos Jefes se oponen a reconocer
la nueva denominación de Peritos Agrícolas del Estado, es por lo que interesan del Excmo. Sr.
Ministro se digne dar las órdenes pertinentes, a fin de que tenga efectividad entre los Peritos
Agrícolas del Estado que prestan sus servicios en la Dirección General de Propiedades, el citado
cambio de denominación.

Se debe suponer que esta “Nota” debió plasmarse en una petición formal al
Ministro de Hacienda, que debió ser atendida a juzgar por la utilización generalizada de
esta denominación en los siguientes años.

41
3. SOBRE LA CREACIÓN DE UN CUERPO DE PERITOS AGRÍCOLAS DEL
CATASTRO

Se ha visto anteriormente, entre los documentos que integraban la Ponencia


presentada el 25 de enero de 1914 por Antonio Salvador Gómez con ocasión de la que se
ha denominado “2.ª Fusión”, una instancia modelo para dirigir al Presidente del Consejo de
Ministros, al Ministro de Fomento y al Ministro de Hacienda en la que hace constar:

a) Que al organizarse en el Ministerio de Hacienda los servicios del Catastro, en 189538,


fueron nombrados un número determinado de Peritos Agrícolas, sin constituir Cuerpo
alguno, sin reglamentación y sin porvenir seguro.
b) En virtud de la Ley de 27 de marzo de 1900 y las RR. OO. de 14 de agosto, 20 de
noviembre y 18 de diciembre, del mismo año se dispuso que los Peritos Agrícolas que
prestaban sus servicios en el Catastro se fusionaran con los que pertenecían a Fomento,
constituyendo ambos el Cuerpo de Ayudantes del Servicio Agronómico39.
c) Al dictarse la Ley de 23 de marzo de 1906 y al amparo de su artículo 41 40 se ha
constituido una agrupación de Peritos Agrícolas en el Ministerio de Hacienda para
d) llevar a efecto los servicios del Catastro..
e) Por dos o tres veces se han presentado a las Cortes proyectos de Ley que contenían la
creación de un nuevo Cuerpo de Hacienda41, con los individuos de las tres clases que
prestan sus servicios en el Catastro

La existencia de un personal propio de Peritos Agrícolas en Catastro, constituyesen


Cuerpo o no, es, por tanto, tan antigua como la presencia de estos profesionales en el
Catastro. Y, como dice Antonio Salvador, “por dos o tres veces se han presentado a las
Cortes proyectos de Ley que contenían la creación de un nuevo Cuerpo de Hacienda”

La creación de un Cuerpo de Peritos Agrícolas de Hacienda (o de Catastro) no se


agotaría con esta “segunda fusión”, por el contrario sería recurrente a lo largo de casi toda
la historia del Catastro.

El Real Decreto 3 de marzo de 1917, de reorganización de los servicios de Catastro,


cuyos preceptos tienen valor de Ley, según les otorgó la Ley de 2 de marzo de 1917,
llamada de Autorizaciones, dice en su artículo 15:

El Ministro de Hacienda, dentro de las consignaciones de presupuesto, por Real Decreto acordado
en Consejo de Ministros, podrá establecer dentro de los treinta días siguientes al que empiece a regir
esta Ley la plantilla del personal técnico de Ingenieros, Arquitectos y Ayudantes, y del personal
administrativo auxiliar, determinando las reglas para su ingreso.
En el mismo Real Decreto se consignará la distinción entre el personal técnico que se adscriba a
los trabajos de avance y comprobación en las Secciones de rústica y urbana, y el de conservación
por ambos conceptos.
No obstante, se mantendrán los Escalafones únicos de Ingenieros y Ayudantes destinados a los
servicios de los Ministerios de Hacienda y de Fomento.

38
Se toma nota de esta fecha para la historia de los Peritos Agrícolas en el Catastro que se intenta
recomponer.
39
En el artículo periodístico de Emiliano Durán, al que se ha hecho referencia anteriormente, consta que la
fusión se estableció por Real Decreto de 10 de octubre de 1903. En los Escalafones, que se dispone desde
1906, para los individuos más antiguos, figura como fecha de ingreso en el Cuerpo el 20 de septiembre de
1903. Sería interesante poner en pie el significado de cada una de las mencionadas disposiciones.
40
Termina su último párrafo diciendo: “y cuando el desarrollo de los trabajos lo exija se podrá emplear en
ellos el personal facultativo, jurídico o administrativo que se considere indispensable, y sólo por el tiempo
necesario.”
41
El subrayado es nuestro.

42
La existencia de ese Escalafón único para los Ayudantes destinados en Fomento y
Hacienda y, dentro de ésta, la distinción entre el personal técnico adscrito a los trabajos de
avance y los destinados a conservación, sería causa permanente de conflictos.

A través de una copia de una extensa comunicación del Ministro de Hacienda


(Cambó), por la que traslada al Subsecretario del Ministerio la Real Orden fechada el 2 de
enero de 1922, se conocen detalles interesantes de cómo se desarrollaba la dualidad de
destinos de los Ayudantes en Hacienda y Fomento. Se entresacan sus párrafos más
reveladores a estos efectos:

En 1921 han sido aprobados 294 pueblos (…) La comparación entre los resultados obrados el año
anterior y los referentes a los anteriores acusa un aumento de importancia y cómo en este aumento
ha tenido decisiva influencia el trabajo realizado por el personal en todas sus categorías (…) labor
más de elogiar ante las dificultades de todo género con que tropieza el desempeño de sus cargos.
Estas dificultades no solo son las técnicas (…) sino las que tienen origen en causas ajenas por
completo al personal, como faltas de medio de comunicación, dificultades de alojamiento, carecer
de prácticos y sobre todo la resistencia pasiva unas veces, y declarada otras, que la población rural,
juntas periciales y Ayuntamientos ofrecen (…) El servicio de Catastro representa para el personal
grandes penalidades y molestias de todo género, por las hostilidad con que, en general, en todas
partes se les recibe, que contrasta con la acogida que se hace a sus compañeros los del servicio de
Fomento, que siempre representan la protección del Estado al contribuyente. En estas molestias y
vejaciones hay que buscar las causas que determinan que una masa del personal técnico que presta
servicios en el Catastro aspire a su traslado al Ministerio de Fomento.

Estos párrafos son suficientemente elocuentes sobre la situación existente entre los
Ayudantes destinados en ambos ministerios y su preferencia por el de Fomento. Más
adelante se abundará sobre esta cuestión.

De la misma Real Orden se reproducen otros detalles sobre el asunto que se está
comentando:

De este modo va disminuyendo sensiblemente el número de funcionarios técnicos que prestan


servicio en el Ministerio de Hacienda, pues lentamente pasan a Fomento (…) Todas las
circunstancias expuestas hacen más apreciable aun la labor del personal que por su voluntad queda
en el Catastro.

La parte dispositiva de esta R. O., entre otras cuestiones establece:

Se felicite al personal de Catastro que se haya hecho acreedor a ello (…) Que se haga saber al
Ministro de Fomento que es indispensable se complete el personal de Catastro.

Justamente dos meses después de la anterior disposición, con fecha 1 de marzo de


1922, Luís Ortum Cacopardo, como Presidente de la Asociación General de Ayudantes y
Auxiliares de los Cuerpos de Ingenieros Civiles del Estado, eleva al Ministro de Fomento
un amplio escrito del que se extractan sus aspectos fundamentales:

1. Que una Ley del Reino (la de Autorizaciones, de 2 de marzo de 1917) manda organizar los
servicios de Catastro.
2. Que dicha Ley manda dictar un Real Decreto (de 6 de agosto de 1917) para establecer las
plantillas para los Cuerpos de Ingenieros Agrónomos y Ayudantes del Servicio Agronómico, así
como las reglas bajo las cuales este personal pasará de Fomento a Hacienda y viceversa.
3. Que estas reglas hacen que Hacienda disponga del personal joven, mediante limitaciones de edad
y que obliga al personal a lo siguiente:

43
a) A estar cuatro años como mínimo en Catastro.
b) A no cesar en este Servicio si se le concede el pase a Fomento, hasta tanto que no tenga
un sustituto.
c) A que este sustituto sea en el escalafón más moderno que el sustituido.

Es muy sabido lo que significa una ley. Es conocido de todos que un R. D. representa la potestad
de mando que reside en el Jefe del Estado y que una R. O. representa la mayor potestad de mando
que reside en los ministros.

Pues bien, en Circular del 15 de pasado septiembre, el Subjefe del Servicio de Catastro rústico se
dirige a los Jefes provinciales, de la cual es el párrafo siguiente: “por este Ministerio no se pondrán
dificultades a los que quieran pasar al de Fomento, aunque no hayan servido los cuatro años que
como máximo (aquí dice lo contrario de lo que quiere decir, es mínimo) prescribe el R. D. de 6 de
agosto de 1917”.

Siendo consecuencia de esta circular el que aquellos Ayudantes (e Ingenieros) que estimaron
conveniente acogerse a sus preceptos de pase a los servicios de Fomento lo solicitaran, como lo es
también que esas instancias fueran informadas favorablemente por la Subjefatura del Catastro
rústico y que a estos funcionarios se les diera el cese sin ser sustituidos como está mandado.

Este incumplimiento de lo mandado ha dado lugar a que varios Ayudantes (e Ingenieros) se les
haya concedido cesar en Catastro y cuando se les ha recibido en aquel otro ministerio (Fomento)
la Subjefatura del Servicio se queja al Ministerio de Hacienda de que tiene vacantes que hay que
cubrir.

En 1932, ya durante la República, debió existir un ambiente favorable para la


creación de un Cuerpo de Ayudantes en el Ministerio de Hacienda y, ante lo inevitable de
la situación, se presentan propuestas como la siguiente, fechada en Castellón, en
noviembre de 1932 firmada por el Ayudante Constantino Irún, de la que se reproduce sus
cuestiones más significativas:

Normas para una división del Cuerpo de Ayudantes del Servicio Agronómico, entre los Ministerios
de Hacienda y Agricultura

Creyendo lleva visos de ser una realidad esta pretensión, por cuanto es tema que ha sido objeto de
grandes debates, tanto en la Superioridad, como entre nosotros, sin haber llegado a cuajar, bien por
oposición de los Sres. Ingenieros, bien por creerlo muy plausiblemente inoportuno nuestra Directiva
(…) y como entre otros deseos el de tener el Personal propio siempre ha sido uno de los puntos que
más gustó a los Directores Generales del Servicio Catastral Rústico y como el momento presente es
sumamente factible a esta realización (…) conociendo además el interés de los Sres. de Montes en
fusionar ambas Ayudantías, cosa que aprovecharán con esta oportunidad (…) las nuevas
modalidades que al servicio contributivo o fiscal en las altas esferas piensan darle, abonan
muchísimo a pensar pueda ser este el momento oportuno para llevar a cabo la reforma (…) el que
suscribe desarrolla su opinión sobre este tema exponiendo los siguientes detalles (…)
Abordando de lleno el tema debe tratarse como preliminar el siguiente punto ¿siendo la labor o
trabajo de Ingenieros y Ayudantes puramente agrícola, aunque su aplicación tenga objetividad
fiscal, no sería de interés dependiese este Servicio del Ministerio de Agricultura? Es mi opinión que
sí. En tal caso no habría porqué tratar de la separación (…) puede ser una sección de Catastro en
Agricultura (…) Ahora bien (…) y como en último caso nuestro Sr. Ministro42 con más claro
reconocimiento puede marcar esta norma, es deber por nuestra parte ayudar en lo posible para que
lleve consigo esta reforma (…) Por tanto debemos trabajar para conseguir de la Superioridad nos
acepte los justos puntos siguientes (…)
7.º Los Ayudante de Montes no deberán fusionarse con nuestro Cuerpo, de no ocurrir igual entre
los Ingenieros respectivos.

42
Debe referirse al de Hacienda, que era su destino.

44
Quiere decir, más o menos que, ante lo inevitable que veían la escisión del Cuerpo,
se trataba de conseguir el máximo de ventajas para los que quedaban en Hacienda. El
punto 7.º pone de manifiesto las reticencias con los de Montes, que existieron durante
bastante tiempo y eran más marcadas entre ingenieros.

Sin duda que para preparar la formación del Cuerpo de Catastro, con fecha 30 de
noviembre de 1932 se elaboró una Relación de los Ayudantes que prestan servicios en el
Catastro de la Riqueza Rústica por orden de años en el mismo. Gracias a este documento
se sabe que la plantilla estaba formada por 229 Ayudantes y se conocen sus nombres, años
de servicio en Catastro, categoría que ostentaban y el sueldo anual que percibía cada uno
de ellos. Encabezaba la relación Antonio Valderrama Martínez, con 37 años, siete meses y
un día de antigüedad en Catastro, su categoría era de Ayudante Mayor 2.ª y percibía un
sueldo anual de 10.000 pesetas. Cerraba la relación Román Gómez Infante, con seis meses
y veinticuatro días de antigüedad, Ayudante 1.º y 5.000 pesetas de sueldo anual.

Dos años después de que Constantino Irún redactase sus “Normas” la escisión, que
obviamente aún no se había producido, se presentaba como inminente “en plazo breve será
un hecho la formación de los Cuerpos de Ingenieros y Ayudantes 43 del Catastro en
Hacienda”, así consta en una carta anónima, fechada el 17 de septiembre de 1934, que “Un
antiguo Ayudante de Hacienda” dirige a Julio Alonso Mayor (¿Mallor?) donde le informa
que:

Para la formación del Cuerpo de Ayudantes, se pretende, por algunos elementos de la Directiva de
la actual Asociación, que el criterio que prevalezca sea el que refleja el actual orden del escalafón de
Agricultura (…) Esta irregular apreciación (…) no debe prevalecer en la formación del Cuerpo en
un servicio en el cual hemos prestado todas nuestras actividades profesionales (…) aun en épocas de
intensos sinsabores (…) Contra esta maniobra (…) debemos luchar dirigiendo (…) al Excmo. Sr.
Ministro de Hacienda solicitud en la que haciendo relación de los años de servicio prestados en
Catastro (…) sean tenidos en cuenta (…) en el escalafón de Ayudantes del Catastro de Hacienda.

Adjunta a la anterior carta aparece un modelo de instancia dirigida al Excmo. Sr.


Ministro de Hacienda a presentar por cada uno de los Peritos Agrícolas del Estado,
antiguos Ayudantes del Catastro de Hacienda, exponiendo, que en noviembre del año
1917, los mismos intereses de clase crearon el Escalafón general de Ayudantes
Agronómicos dependientes de Agricultura, para la formación del cual no fueron tomados
en consideración nuestros servicios al Estado prestados en Catastro44 (…) De V. E. solicito
que para la formación de Ayudantes del Catastro en Hacienda, sea tenido en consideración
el tiempo de servicios prestados en el mismo.

Se desconoce el éxito de esta iniciativa, en cuanto al número de Peritos Agrícolas


del Estado que la suscribieron. Expresando la opinión contraria se ha encontrado un
documento, que por única fecha tiene ¿1935? anotada a mano, del que se entresacan sus
párrafos más destacables:

Como norma general para la colocación de los Ingenieros Agrónomos y Peritos Agrícolas del
Estado, en el caso de constituirse dichos Cuerpos en el Ministerio de Hacienda, solos, o fusionados

43
Este “antiguo Ayudante” debía ser un nostálgico, desde seis meses atrás el Cuerpo de denominaba Pericial
Agrícola del Estado.
44
Anteriormente se ha visto cómo la 2.ª Fusión resultó muy complicada y aquí se presenta una muestra de
ello, que se reverdece diecisiete años después.

45
con sus similares de Montes, hay que adoptar lo que resulte de la situación de aquellos que tengan
en el escalafón general del Ministerio de Agricultura (…)
No debe olvidarse que la Ley básica del Catastro de 23 de marzo de 1906, establece que el
Catastro Agrícola se efectuará por los Ingenieros Agrónomos y sus Auxiliares, y éstos no son ni
pueden ser otros que los Ayudantes del Servicio Agronómico, hoy Peritos Agrícolas del Estado, y
por consiguiente analizados los nombramientos llevados a efecto por razones de influencia, sin
pertenecer al Organismo Oficial que posee la exclusiva de ser el Cuerpo técnico, Auxiliar del rector
de Ingenieros Agrónomos, da máxima claridad a este postulado (…)
En la Asamblea celebrada por la clase en fecha 13 de mayo del año actual, fue acordada por ella
que los servicios al Estado para todos los Peritos Agrícolas del Estado, fuesen contados desde la
fecha de ingreso en el escalafón del Cuerpo.

En una “Nota”, sin fecha pero que debe corresponder a estos años 1934-35, se dice:

La Asociación de Peritos Agrícolas del Estado ruega al Excmo. Sr. Ministro de Hacienda que al
llevar a efecto la creación del Cuerpo Pericial Agrícola del Catastro, tenga en cuenta las siguientes
conclusiones en que se concreta el sentir de esta colectividad, que reúne en su seno más del 90% de
los componentes del Cuerpo Pericial Agrícola.
1.º Que la formación del Cuerpo Pericial Agrícola del Catastro se haga respetando de modo absoluto
(…) el Escalafón del Cuerpo Pericial Agrícola (…)
3.º Que las oposiciones que en lo sucesivo se convoquen para proveer las plazas vacantes del
Cuerpo de Catastro se hagan con arreglo al mismo programa y ante idéntico Tribunal que las
correspondientes al Cuerpo de Agricultura 45(…)
4.º El sentir de la colectividad es opuesto a toda fusión con otros Cuerpos, que, aunque realicen
función similar, no tienen idéntica formación 46.

Hay otro documento titulado:

LA ESCISIÓN QUE SE INTENTA PARA LOS CUERPOS AGRONÓMICOS, VULNERA LA LEY, Y


LESIONA EL INTERÉS DEL ESTADO, QUE RESIDE EN LA UNIDAD ORGÁNICA DE DICHAS
COLECTIVIDADES, BAJO LA AUTORIDAD ACTUAL ÚNICA DEL MINISTERIO DE AGRICULTURA.

Así de divididos estaban los Peritos en cuanto a la forma de establecerse el


escalafón del nuevo cuerpo, cuando estalló la Guerra Civil, que daría al traste con la
República, y el Cuerpo de Catastro no se había constituido.

Se dispone de información sobre una nueva oleada de rumores de formación de un


Cuerpo de Peritos del Catastro hacia finales de 1952. De esta época, 195247, existe el
original de un telegrama encabezado por DD GUADALAJARA DE MADRID, al que sigue el
siguiente texto:

CORRE RUMOR CONSEJO VIERNES SIETE SE LLEVA PROYECTO DIVISIÓN CUERPOS CATASTRO
= VIDEGAIN.

En 1952 era Presidente de la Asociación de Peritos Agrícolas del Estado Enrique


Fluiters Aguado y Secretario de la misma Luís Videgaín González.

Precedida por una anotación manual que dice: “Escrito que estuvo preparado
cuando se empezó a rumorear el Proyecto-Ley, que luego se dejó en suspenso hasta Nobre.
1952”, existe un documento con este título:

45
Es decir, los de Catastro se separan pero los seguimos controlando desde Agricultura.
46
Debe referirse a los de Montes.
47
Es lo único legible del sello de Telégrafos.

46
Nota para el Excmo. Sr. Ministro de Hacienda, del Presidente de la Asociación Nacional de Peritos
Agrícolas del Estado.

SOBRE REFORMA DE LA LEY DE CATASTRO Y CREACIÓN DEL CUERPO DE PERITOS


AGRÍCOLAS DE CATASTRO

El primer párrafo de la “Nota” dice:


Estando informado de que se proyecta una nueva Ley de Catastro, y a su vez la formación del
Cuerpo de Peritos Agrícolas de Catastro, de Hacienda, se ruega encarecidamente al Sr. Ministro, que
antes de tomar una resolución definitiva, se digne oír por quien corresponda, a esta Presidencia, con
objeto de evitar posibles lesiones de los intereses de mis representados.

Siguen una serie de consideraciones sobre las posibilidades de formación del


correspondiente Escalafón, caso de llevarse a efecto la proyectada creación del Cuerpo de
Catastro, y prosigue con un estudio comparativo de las percepciones en los Servicios
Catastrales, entre Ingenieros (Jefes de Servicio, Jefes de Sección y Agregados) con
relación a los Peritos Agrícolas, con una elevada desproporción a favor de los primeros y
continúa poniendo de manifiesto que “En el Ministerio de Agricultura, y en todos los que
existen Ingenieros y Peritos o Ayudantes, siempre se ha tenido en cuenta la proporción del
70% para estos últimos”. Termina el escrito con un elocuente párrafo que se reproduce:

Suplicamos por consiguiente al Sr. Ministro, que por espíritu de justicia se modifiquen todas esas
anomalías, pues no otra cosa merece este laborioso y sufrido personal de Peritos Agrícolas del
Catastro, que con sus trabajos de campo y gabinete están formando la base en la que se asienta el
colosal edificio del Catastro Español.

Se desconoce cuál fue el destino final de la anterior “Nota”.

Se conserva copia de un escrito dirigido al Excmo. Sr. Ministro de Hacienda y


fechado el 19 de noviembre de 1952, y con el sello de la Asociación Nacional de Peritos
Agrícolas del Estado, lo suscribe Enrique Fluiters Aguado, en su calidad de Presidente de
la Asociación y en nombre de todos sus componentes, exponiendo48:

Que conocido por esta Asociación y sus miembros, el contenido del Proyecto de Ley referente a
ultimación del Catastro, se ha apreciado con unánime dolor, que se escinde nuestro actual Cuerpo de
Peritos Agrícolas del Estado, constituido por 514 Peritos de plantilla, el que quedaría reducido al
exiguo número de 341, creándose en cambio un nuevo Cuerpo, el de Peritos Agrícolas al servicio de
Hacienda totalmente independiente.

Son, Señor, muchos años de esfuerzos y labor por la dignificación y elevación de nuestro Cuerpo,
que ha dado a la Patria 81 mártires y numerosos excautivos y combatientes en nuestra pasada
Cruzada de liberación49, los que se verían anulados por la disposición a que nos referimos, sin que
como contrapartida se pueda deducir ventaja alguna para los servicios de Catastro, que si lo que
desea es disponer de un personal pericial con un carácter de fijeza mayor que el que actualmente
tiene, podría fijar como obligatoria la permanencia en el mismo el número de años mínimo que
considerara más conveniente.

En consecuencia, se vería con máximo agrado por nuestra clase, que no duda en gozar de la
protección de ese Ministerio, que en paridad con el tratamiento que da el mencionado proyecto de
Ley a los señores Ingenieros Agrónomos, se respetara la organización actualmente vigente en cuanto
a la unidad del Cuerpo Pericial Agrícola del Estado, del que pasarían sus miembros a Hacienda,

48
Por considerarla del mayor interés, se reproduce íntegramente el contenido de la exposición.
49
Sobre este párrafo se volverá a tratar en otro capítulo.

47
mediante el oportuno Concurso y en las condiciones cualesquiera que deseé fijar esa Superioridad,
tanto en número como cuanto a tiempo mínimo de permanencia en Hacienda.

A tal fin, propone respetuosamente el solicitante, como reflejo de la opinión de la totalidad de los
asociados que representa, se acuerde por V. E. modificar el proyecto de Ley de referencia en la
forma que a continuación se detalla:

1.º Supresión de los artículos 9.º y 10.º en su totalidad.

2.º Modificar el contenido del artículo 11.º, el que deberá quedar redactado en la siguiente forma:
Nombramiento de Ingenieros Agrónomos y Peritos Agrícolas del Estado para prestar sus
servicios en la Dirección General de Propiedades y Contribución Territorial, se efectuará por
Concurso convocado y resuelto por el Ministerio de Hacienda de entre los que pertenezcan a
los respectivos Escalafones del Ministerio de Agricultura.

3.º Modificar el contenido del artículo 12.º, suprimiendo los párrafos 1.º y 2.º y modificando el
párrafo 3.º, que deberá quedar redactado de la siguiente forma:
Se autoriza asimismo al Gobierno para que a propuesta de los ministerios de Hacienda y de
Agricultura, amplíe el número de plazas en el Cuerpo de Ingenieros Agrónomos y en el de
Peritos Agrícolas del Estado, en la medida que se considere necesaria para llevar a efecto la
intensificación del Catastro dispuesto por la presente Ley.

El éxito de este escrito queda de manifiesto en que en la redacción definitiva de la


Ley50, sus artículos 9.º y 10.º coinciden exactamente con la propuesta que en el documento
de Fluiters se hace para los artículos 11.º y 12.º y que la disminución de dos artículos
puede deberse a la supresión de los 9.º y 10.º, según el proyecto.

En la modificación de este proyecto de Ley, además de la solicitud al Ministro de


Hacienda de la Asociación de Peritos Agrícolas del Estado pesaron otras influencias. En un
escrito, sin fecha ni firma, que parece ser una hoja de información del Presidente a los
asociados, de forma resumida, se dice:

El primer firmante de esta Enmienda fue el Ilmo. Sr. D. Fernando de Montero y García Valdivia,
actual Presidente de la Asociación Nacional de Ingenieros Agrónomos, y ex Director de
Colonización (…) quien después la ha defendido personalmente ante la Comisión en las Cortes, y ha
colaborado en la redacción definitiva del Proyecto (…)
Creo que, afortunadamente para nuestro Cuerpo y en definitiva para los que hoy lo integramos, se
logró que la Comisión de Hacienda de las Cortes desechase parte del articulado de un Proyecto-Ley,
ya publicado en el Boletín Oficial de las Cortes Españolas, y previamente aprobado por el Consejo
de Ministros (…)
Sinceramente pienso que no interesaba la formación del nuevo Cuerpo (…)
De momento el Cuerpo de Hacienda se habría formado hoy exclusivamente por Peritos Agrícolas
del Estado, pero pasados unos años, quedarían pocos en aquel Cuerpo, de nuestros actuales
compañeros; más adelante se igualaría en aquel Cuerpo el número de los procedentes de Agricultura
con los nuevos procedentes de las oposiciones convocadas por Hacienda, y al final ya no quedaría
ninguno de los de Agricultura (…)
Desde luego, lo más grave para el conjunto y cada uno de los compañeros era el artículo 9 del
proyecto, en el que cerraba las puertas en el escalafón de Hacienda a los que no hubiesen prestado
servicios anteriormente en ese Ministerio, y recíprocamente no podían pasar desde el nuevo Cuerpo
de Hacienda los que no hubiesen prestado servicios en el Ministerio de Agricultura (…)
Salvo una docena de compañeros, la totalidad de las cartas, telegramas, visitas, etc., de adhesión
son abrumadoras (…)
Ahora quiero dirigirme particularmente a aquella minoría de compañeros, que sin duda, por mala
información consideraban beneficiosa para ellos la formación del proyectado Cuerpo de Hacienda.

50
Ley de 20 de diciembre de 1952 (B.O.E del 24). Reduce recargos, fija exenciones y da normas para la
formación del Catastro.

48
Estos dos últimos párrafos demuestran que no es cierto el párrafo inicial del escrito
de Enrique Fluiters al Ministro de Hacienda cuando dice: “En nombre de todos sus
componentes”. El Presidente de la Asociación, que lo era al menos desde 1943, tenía
destino en el Ministerio de Agricultura, concretamente en la Jefatura Agronómica de
Guadalajara y los Peritos destinados en ese Ministerio no eran partidarios de la división del
Cuerpo, en cierto modo estaban influidos por los Ingenieros Agrónomos, que siempre se
mostraron manifiestamente en contra de la división de su Cuerpo.

La movilización en contra de la creación del Cuerpo de Catastro, superó el ámbito


del Cuerpo Pericial Agrícola, de este modo en el Boletín de Información del Colegio
Oficial de Peritos Agrícolas de Andalucía Meridional, Número 23-24, de diciembre de
1952, podemos leer:

PERITOS AGRÍCOLAS DE CATASTRO.- Por conducto particular llegaron noticias a esta Junta de
Gobierno de que se había presentado a las Cortes Españolas un proyecto de Ley por el que se creaba
el Cuerpo de Peritos Agrícolas de Hacienda (…) esta Junta de Gobierno (…) dirigió un telegrama al
Presidente del Consejo General de Colegios a fin de que por aquella Comisión Directiva se tomaran
las medidas oportunas (…)
La Junta de Gobierno de nuestro Colegio había recabado del Procurador en Cortes Sr. Santaella
Godoy la redacción de una Enmienda que dicho Sr. aceptó y redactó (…)
Presentada la Enmienda a su tiempo, recibimos noticias de que merced a la gestión conjunta del
Presidente del Consejo, Mariano Gimeno y de la Asociación Nacional de Peritos Agrícolas del
Estado, Enrique Fluiters (…) había sido desestimado tal proyecto de Ley quedando por tanto sin
efecto (…)
BOLETÍN OFICIAL DE LAS CORTES ESPAÑOLAS.- En el número correspondiente al día 12 de
Noviembre del presente año se ha publicado el proyecto de Ley a que se ha hecho referencia
anteriormente y del que transcribimos a continuación el articulado que nos afecta.
Artículo 9.º - Se crea el Cuerpo de Peritos Agrícolas al Servicio de la Hacienda, integrados por los
actuales Peritos pertenecientes al escalafón del Ministerio de Agricultura que en 1.º de octubre de
1952 estuviesen afectos a la Dirección General de Propiedades y Contribución Territorial y no
hubiesen cesado con posterioridad. Los demás Peritos Agrícolas que perteneciendo a dicho
escalafón, hubiesen prestado servicios en el expresado Centro directivo, podrán pertenecer al
Cuerpo con el carácter de supernumerarios y tendrá derecho a ocupar una vacante de cada dos que
se produzcan en cada categoría y clase, efectuándose el ingreso de los demás en la última, mediante
oposición libre convocada y resuelta por el propio Ministerio de Hacienda.
Recíprocamente, los Peritos Agrícolas que en la expresada fecha viniesen prestando sus servicios
en el Ministerio de Hacienda y lo hubieran prestado anteriormente en el de Agricultura, continuarán
como supernumerarios en el escalafón de este Departamento, teniendo derecho a incorporarse de
nuevo a situación activa, ocupando una vacante de cada dos que se produzcan en cada categoría y
clase del mismo.
Artículo 10.º- Los funcionarios pertenecientes al Cuerpo de Peritos Agrícolas al Servicio de la
Hacienda no podrán obtener la excedencia, salvo por razones de servicio militar o nombramiento
que deba ser efectuado por Decreto, acordado en Consejo de Ministros, para cargos ajenos al
Ministerio de Hacienda, mientras no hayan prestado servicios efectivos en el mismo el tiempo
mínimo de dos años. Transcurrido ese plazo, la excedencia y salvo los dos casos previstos en el
párrafo anterior, no tendrán otros efectos en relación con el respectivo escalafón que los señalados
en el artículo 41 y 42 del Reglamento de Funcionarios Públicos, aprobado por Real Decreto de 7 de
Septiembre de 1918.

Este documento, entre otras informaciones que aporta, permite que se conozca la
redacción de los artículos 9.º y 10.º del proyecto de Ley que fueron suprimidos.

La última información documental que se dispone con relación a la creación de un


Cuerpo en Hacienda es el original de una carta, que parece estar dirigida al resto de los
integrantes del escalafón, dice lo siguiente:

49
Queridos compañeros:
En la pasada Asamblea, el compañero Reneses Pascuarelli, de Ciudad Real, ha abordado
por segunda vez el, para nosotros, candente asunto de la formación del Escalafón de Peritos
Agrícolas del Estado al servicio de Hacienda, y todos los que suscribimos ésta somos partidario del
mismo.
Ni antes, cuando por Decreto se creaba dicho Escalafón pretendimos desintegrar el Cuerpo
Pericial, ni ahora, que es de nosotros de quien parte la iniciativa, lo deseamos; máxime cuando se
nos presentan próximos y graves problemas que abordar, como el de la reforma de la enseñanza,
para el que necesitamos estar unidos en la Asociación.
Esto no implica que expongamos nuestros deseos y luchemos por su consecución, y son:
1.º - Creación del Escalafón de Peritos Agrícolas del Estado al servicio de Hacienda.
Prescindiendo de que los Ingenieros deseen crear el suyo o no.
2.º - Pase a la situación de supernumerarios en activo, tal como se encuentran los que
pertenecen a otros Organismos (Soivre, Colonización, etc.).
3.º- Opción de pase, sin trabas, de los de Hacienda a Agricultura o viceversa; es decir, en
igualdad de condiciones a los de Montes.
Como en la ponencia nombrada para discutir esto, pudieran existir tendencias opuestas, y
siendo la del compañero Reneses la que sustentamos, es opinión nuestra que, todos los compañeros
de Catastro que tengan idénticas aspiraciones, le envíen en el más breve plazo, al Servicio de
Catastro en Ciudad Real, telegramas de adhesión a su postura o carta certificada, uno u otra firmada
por todos que así deseen, pues siendo pequeño el desembolso, comparado con el fin que
perseguimos, tendrá el carácter de plebiscito sólo entre aquellos a quienes la cuestión nos atañe.
Pensad que con el escalafón de Hacienda todos saldríamos beneficiados: los del Escalafón
General del Cuerpo porque pasaríamos los 200 de Hacienda a la situación de supernumerarios en
activo; y nosotros, entre otras cosas, por no vivir de prestado en el Ministerio en que nuestras
actividades se desarrollan. Y recordad, también, que ahora se nos tiene vedado el ingreso en
Colonización o Soivre a una gran parte de nosotros, por edad o por categoría administrativa, ni se
nos dio entrada en Concentración Parcelaria, sin que nadie haya lanzado una sola voz de protesta.
Como por las nuevas campañas, muchos compañeros no se encuentran en su residencia
habitual, se os ruega les hagáis llegar noticia de lo que se pretende (para que presten su adhesión o
disconformidad), al pueblo o punto donde se hallen; pero que todos comuniquen su opinión; que
nadie por desidia o pasividad, dé la callada por respuesta.

Os abrazan
Firmado: José María Viscor, Luís Tomás Miravete, Miguel Marco, Manuel Dupla, Luís
Oliver, Fernando Borbón, Víctor Cuello, Aniceto Martínez Pardo, José Quintas, Jesús Terciado,
Heliodoro Oraá y Andrés Alonso Lej.

Zaragoza, Huesca y Teruel, a 5 de Diciembre de 1955.

Es de destacar en este escrito su primera frase que aparece en negrita que confirma
la opinión de que en esta cuestión de la constitución de un Cuerpo de Hacienda, lo Peritos
Agrícolas siempre se dejaron influir por la opinión de los Ingenieros Agrónomos. También
merece atención la que aparece subrayada, que comienza “por no vivir de prestado”, que
refleja una inquietud permanente que tuvieron los destinados en Catastro.

Con esto se cierra este epígrafe “Sobre la creación de un Cuerpo de Peritos


Agrícolas del Catastro” pues, aunque se tenga constancia de cómo el debate se mantuvo
durante bastantes años, no se conservan documentos que puedan atestiguarlo.

50
4. INGENIEROS TÉCNICOS AGRÍCOLAS DEL ESTADO

Como se ha visto anteriormente, desde 1965 y en virtud del Decreto 2430, de 14 de


agosto, los técnicos de grado medio se denominaron Ingenieros Técnicos en la especialidad
cursada.

Diez años tardaría la Administración Pública en efectuar el correspondiente cambio


de denominación en el Cuerpo Pericial Agrícola del Estado: Decreto 1293 de 16 de mayo
de 1975, en su artículo único dice:

A partir de la fecha de promulgación de este Decreto, los Cuerpos de Peritos Agrícolas del Estado
y de Ayudantes de Montes, dependientes del Ministerio de Agricultura, se denominarán Cuerpos de
Ingenieros Técnicos Agrícolas del Estado y Cuerpo de Ingenieros Técnicos Forestales,
respectivamente.

Contra el anterior Decreto, el Instituto de Ingenieros Civiles de España, interpuso


recurso contencioso-administrativo n.º 406.273, formalizando demanda con la súplica de
que se declare la nulidad del Decreto recurrido por no ser conforme a Derecho. Con fecha
27 de diciembre de 1979, la Sala Cuarta del Tribunal Supremo dicta sentencia estimando el
recurso contencioso-administrativo interpuesto por el Instituto de Ingenieros Civiles de
España, contra el Decreto n.º 1293 de 1975 declarando que tal Decreto es contrario a
Derecho.

Por Orden del Ministerio de Agricultura de 10 de octubre de 1980 se dispone el


cumplimiento de la sentencia del Tribunal Supremo de 27 de diciembre de 1979.

El 3 de julio de 1981, por Real Decreto n.º 2624, se anula el Decreto 1293 de 16 de
mayo de 1975, por sentencia del Tribunal Supremo, el Cuerpo de Peritos Agrícolas del
Estado pasa a denominarse Cuerpo de Ingenieros Técnicos en Especialidades Agrícolas
del Estado.

Está bien, ganaron esta batalla legal pero, de hecho, los componentes del Cuerpo,
durante, al menos, los veinte años siguientes a esta sentencia del Tribunal Supremo, que
tuvo un eco restringido, al menos en Catastro siguieron firmando miles de documentos
como “El Ingeniero Técnico Agrícola del Estado” y, que se sepa, nadie recurrió tales actos.
Esto es un hecho incuestionable.

También hay que significar que, sin mediar disposiciones que lo fundamenten, el
MAPA utiliza desde hace tiempo el nombre de Cuerpo de Ingenieros Técnicos en
Especialidades Agrícolas, prescindiendo de la referencia “del Estado”, de lo que en su
momento se hizo reclamación51.

51
Cuaderno III, citado.

51
5. ÓRGANOS ASOCIATIVOS

Con anterioridad a la constitución formal de la Asociación de Ayudantes del


Servicio Agronómico Nacional, los litigios y reivindicaciones que se planteaban al
colectivo del Cuerpo se gestionaban por uno o varios compañeros que se constituían para
ello, recabando las adhesiones de otros en apoyo de los fines perseguidos.

En relación con estas actuaciones, el documento más antiguo encontrado en los


archivos de la Asociación está fechado en enero de 1895. Se trata del borrador de una
instancia dirigida al Excmo. Sr. Ministro de Fomento, por la que cinco Peritos Agrícolas
pertenecientes al Cuerpo solicitan “en nombre y representación de la clase a la que
pertenecen”, el aumento de la plantilla, nuevas categorías y la redacción del Reglamento
del Cuerpo. Firman: Alfonso Zapata, Eugenio Zubia, Saturnino Sustado, Fernando
González y Bravo y Alberto Cid.

En 1900, con motivo de la primera fusión de Peritos de Agricultura y Catastro, se


producen una serie de actuaciones, plasmadas fundamentalmente en forma de encuestas
que han sido recogidas en el epígrafe correspondiente a la 1.ª fusión, son las promovidas
por Vicente R. Torres, Ayudante del Servicio Agronómico Nacional de La Coruña y la que
protagonizaron los peritos de Albacete, de ambas se ha dado amplia información
anteriormente.

Según el registro oficial de socios de la Asociación, la primera inscripción, de fecha


1 de septiembre de 1912, corresponde a Antonio Salvador Gómez, destacada personalidad
del Cuerpo, de quien se ha dado abundante referencia con motivo de su intervención en la
2.ª fusión.

5.1. LA ASOCIACIÓN GENERAL DE AYUDANTES Y AUXILIARES DE LOS


CUERPOS DE INGENIEROS CIVILES DEL ESTADO.

El 25 de enero de 1914, Antonio Salvador Gómez52, era Presidente de la


Asociación General de Ayudantes y Auxiliares de los Cuerpos de Ingenieros civiles del
Estado, domiciliada en la calle Barcelona n.º 8, en Madrid. Ésta sería la referencia más
antigua sobre la existencia de esta Asociación General.

Al describir las incidencias de la 2.ª fusión, se ha informado del artículo titulado


“Asunto Catastral”, publicado con fecha 30 de junio de 1914 en la Liga Agraria y firmado
por Emiliano53 Durán, quien escribe: “la Asociación General de Ayudantes de Ingenieros
civiles del Estado, a la cual pertenezco”.

52
Ayudante del Servicio Agronómico, con actuación destacada en la 2.ª fusión.
53
Por error, imprimieron Eduardo.

52
Con motivo de esta 2.ª fusión, también se ha hecho referencia al escrito, fechado en
enero de 1916, que esta Asociación elevó al Excmo. Sr. D. Bernardo M. Sagasta,
Subsecretario del Ministerio de Hacienda, abogando por la fusión de los Ayudantes
temporeros del Catastro en el Cuerpo de Ayudantes del Servicio Agronómico Nacional.
Son diecisiete los firmantes de este documento, en el que consta como Presidente, el
Auxiliar Facultativo de Minas, Francisco Beneito; el Vicepresidente 1.º era un Ayudante
del Servicio Agronómico ya conocido, Antonio Salvador; el Secretario era otro afamado
Ayudante del Servicio Agronómico Nacional, Luís Suárez Inclán; como Vicesecretario
consta un Ayudante de Montes de Hacienda; el Contador era un Auxiliar Facultativo de
Montes; de los diez vocales, dos pertenecen al Cuerpo Agronómico Nacional, otros dos
son Agrónomos del Catastro de Hacienda y otros dos del Cuerpo de Auxiliares
Facultativos de Montes. Por tanto, entre propios y afines los de agricultura copaban los
cargos de esta Asociación.

La Real Orden de la Presidencia del Consejo de Ministros, de 12 de octubre de


1918, autoriza la “Asociación General de Ayudantes y Auxiliares de los Cuerpos de
Ingenieros Civiles del Estado”, con domicilio social en la calle Manuel Fernández y
González. Esto debió constituir el cumplimiento de un trámite oficial, pues de hecho se ha
visto que llevaba varios años actuando.

Anteriormente se ha comentado el protagonismo que en la Asociación General


tenía en 1916 lo que podemos nombrar como “sector agrario”. De fecha 24 de enero de
1919 es una Circular de la “Sección de Agrónomos” en la Asociación General, suscrita por
José López Grau, quien pide a los Agrónomos asociados “mostrar el reconocimiento por
las numerosas gestiones realizadas por la Asociación relativas a los problemas de
Agrónomos, que son los que más han ocupado y preocupado a la General”. Al menos
desde 1920 se detecta la existencia de una “Junta Directiva de los Ayudantes de
Agrónomos” dentro del seno de la Asociación General.

El 8 de agosto de 1918, Antonio Monjé Vaqué, Presidente de la Asociación General


de la Ayudantes y Auxiliares de los Cuerpos de Ingenieros civiles del Estado, eleva un
escrito al Ilmo. Sr. Subsecretario del Ministerio de Hacienda, expresando la queja del
Cuerpo de Ayudantes del Servicio Agronómico por su designación como Secretarios de los
Tribunales de Oposición a plazas de Geómetras del Catastro, sin voz ni voto.

53
En abril de 1923 se produce un enfrentamiento entre dos personajes sumamente
polémicos, José A. de Oteyza, Subjefe del Catastro y José Orad de la Torre, Ingeniero de
Caminos y Ayudante de Obras Públicas. Éste actuaba como miembro de la Asociación
General y, a su vez, mantenía otra controversia con un grupo de Ayudantes no integrados
en la Asociación. Entre sus papeles, la Asociación ha conservado alguna documentación
sobre estos enfrentamientos que, al parecer provocaron la división del Cuerpo,
polarizándose sus miembros en torno a cada uno de estos personajes. Por las situaciones
que narran y el tono en que se manifiestan los protagonistas, se considera de interés
reproducir de forma resumida estos documentos.

El primero de ellos es una carta dirigida al Sr. Ramos54, que podría ser circular,
fechada en Madrid el 12 de abril de 1923 y firmada por Salvador Aspiazu y José Fernández
de España55, que se reproduce extractada:

El martes 27 de marzo último anunció al Sr. Subsecretario, una visita para hacerle conocer las
aspiraciones del personal de Catastro, la Asociación General de Ayudantes y Auxiliares de la
Ingeniería, el Sr. Oteyza, nuestro Jefe, pidió autorización para que con él concurriéramos nosotros
como representantes de los Ayudantes no asociados (…)
Grande fue la sorpresa de todos cuando se presentaron en el despacho oficial un Ayudante de
Obras Públicas, dos de Montes, otro de Minas, un Topógrafo y Sr. López Grau únicamente como
Ayudante del Servicio de Catastro.
Tomó la palabra el Sr. Oraá56, empezando una peroración que puede considerarse como la crítica
más ruda que de los trabajos catastrales pudiera hacerse. Llegó a asegurar que la clasificación y
todos los trabajos de Catastro se hacían desde la mesa del café (…)
Contestole D. José A. de Oteyza en la forma que estimó oportuno, y nosotros nada dijimos por no
agriar la cuestión; pero sí hemos de manifestarle que vimos con profunda pena cómo personal
extraño a nuestros trabajos lo desacreditaba, y cómo el Sr. López Grau, que debiera defenderlo
asentía (…)
Pero no paran ahí las cosas. Pasados algunos días se celebró en Madrid la Asamblea de Agrarios
en la cual los Agricultores y varios Diputados, heridos en sus intereses por los trabajos catastrales,
protestaron en él en forma más o menos agria (…) pero es extraño que el Sr. Oraá de la Torre, que
ninguna relación ni de cerca ni de lejos tiene con la Agricultura (…) tomó la palabra y reprodujo
casi textualmente todas las invectivas y todas las acusaciones que días anteriores había formulado
ante el Sr. Subsecretario (…)
Esto es lo que queremos que todos sepan (…) adónde nos llevan, a nuestro parecer, los que se
titulan nuestros directores (…) y esta es la causa por la que nos separamos de la Asociación.

No se hizo esperar la respuesta de Orad, el 15 de abril, tres días después de la


anterior, y utilizando papel timbrado con el distintivo y membrete de la Asociación
General, dirige una carta-circular a los Sres. Ayudantes del Servicio Agronómico Catastral
de la Provincia de…, que también se reproduce extractada:

Ha llegado a mi poder una carta circular que dos señores, que se llaman compañeros, dirigen a los
coasociados de Agrónomos, a la que no pensaba dar la menor importancia (…) me veo obligado a
contestar, a petición de un gran número de coasociados (…) tengo la evidencia absoluta de que los
Ayudantes del Servicio Agronómico no pueden dar fe a (…) los Sres. España y Aspiazu, de cuya
contextura moral tenemos todos formado criterio (…) ni tengo amistad ni enemiga contra el Sr.
Oteyza (…) ni tengo interés alguno en el Catastro; que mis intervenciones en este asunto (…) se han
reducido a las de simple mandatario, a expresar el criterio (…) mantenido (…) en las Secciones de
Agrónomos y Geómetras y en las Juntas Directivas.
Representando a los once Ayudantes no asociados, y conducidos hasta la puerta del despacho por
el Sr. Oteyza, han visitado los Sres. España y Aspiazu, algunas veces, a Subsecretarios y Ministros

54
En aquella fecha había tres Ayudantes con ese apellido.
55
Ambos, Salvador Aspiazu Imbert y José Fernández de España, destinado en la Central de Catastro.
56
Es frecuente que a Orad se le nombre Oraá.

54
de Hacienda, para hacer labor contraria a la que las asambleas de la Asociación entendieron
beneficiosa para los servicios y para la clase (…)
Por último (…) aquella entrevista (…) a la que asistieron en papel de monaguillos los Sres. España
y Aspiazu en representación de los elementos no asociados (…)
Los Sres. Aspiazu y España, que permanecieron bastante alejados del grupo que formábamos con
el señor Subsecretario y el Sr. Oteyza, se conoce que no pudieron enterarse bien de cómo se
desarrolló la entrevista: por la distancia, por su estado de azoramiento y quizás porque la antigüedad
en el servicio sea causa de que hayan perdido aquella extraordinaria competencia que adquirieron
con su asiduo y perseverante trabajo (…) comercial57.

A partir de aquí se refiere a la visita al Subsecretario, durante la cual el tono de su


relación con Oteyza va “in crescendo”, como se podrá ver:

Hablé con el Sr. Subsecretario del trabajo de los Geómetras (…) de la forma en que realizan su
trabajo completa y absolutamente irracional, y el Sr. Oteyza vino a darme la razón (…)
Se le habló de la imposibilidad de que un Ayudante pudiera seguir el trabajo de tres Geómetras, y
un Ingeniero el de tres Ayudantes, A MENOS DE QUE LO EJECUTARAN DESDE LA MESA DE UN
CAFÉ y que el desaprensivo, el que cobra dietas de campo en días que trabaja paseando por la calle
de Alcalá, tomando aperitivos en la mesa del Lyon58 (…)
A mí, personalmente, me ha dicho el Sr. Oteyza que él había comprobado preguntando a
posaderas de los pueblos (buena fuente de información usa) faltas en el personal de Geómetras; me
ha dicho que el personal de Ayudantes era lo peor del servicio (…)
Él, y personas del servicio a él muy afectas (…) me han contado casos, de faltas graves de
Geómetras y Ayudantes, a los que magnánimamente perdonaba, y hube de contestarle que la
Asociación no podía por menos de repudiar esos perdones (…)
En la discusión conmigo, sostenida sobre la forma de llevarse el trabajo que donosamente llama
topográfico, y sobre la formulita, demostró el Sr. Oteyza lo que ya todo el mundo sabe: que no se
puede organizar ni dirigir un trabajo de esa naturaleza, quien en su vida manejó un aparato
topográfico, quien desconoce los más elementales principios de la topografía (…) desafío al señor
Oteyza o a cualquiera de sus adláteres a mantener un mitin de controversia (…)
Y no importaría el desconocimiento, la ignorancia del Sr. Oteyza, si entre los que le rodean
hubiera personas con independencia para aconsejar; mas cuantas cosas dice el Sr. Oteyza son
aprobadas y aplaudidas por los cuatro favoritos de la Central, los que dedican toda su actividad y
energías a ponerle las carambolas como se hacía con Fernando VII (…)
Y del proceder del Sr. Oteyza (…) juzgarán, cuando sepan que este señor manda la circular que
firman los dos monaguillos por correo oficial, y que por el mismo conducto dirige otra a los Jefes
provinciales, firmada por él, diciéndoles que amenacen al personal, que le adviertan que si se
siguen haciendo manifestaciones en descrédito de sus disposiciones no habrá consignación para
dietas, que sepan todos que no conseguirán nunca mejora alguna que sea pedida por la Asociación
(…)
Cuando pedimos al Sr. Subsecretario un sistema reglado para proveer destinos y para traslados
dijo el Sr. Oteyza:
Eso no puede ser, pues yo no puedo autorizar que vayan a determinados servicios, que requieren
especiales aptitudes, algunas de las CABALLERIAS que hay en el Cuerpo de Ayudantes.
Y rápidamente le contestó uno de los nuestros: Señor Oteyza, si en el Cuerpo hay caballerías,
debe usted mandarlas a la cuadra; si los hay, esos no deben ser Ayudantes, nosotros no queremos
que lo sean.

El 7 de junio de 1923, Nicolás Pradel Rozalen, Presidente de la Asociación General


de Ayudantes y Auxiliares de los Cuerpos de Ingenieros Civiles del Estado, domiciliada en
la calle Manuel Fernández y González n.º 8, principal, en Madrid, presenta un escrito ante

57
Se ha preferido copiar, de forma resumida, los documentos y mantener una posición neutral, dejando para
la inteligencia del lector la toma de posiciones, no se puede evitar un comentario a estos párrafos, Orad se
manifiesta con una causticidad rayana a la crueldad.
58
Debía ser éste un local próximo a la Central del Catastro en Madrid y concurrido por el personal del
mismo, porque no es la única mención al Lyon que se ha encontrado.

55
el Ilmo. Sr. Presiente de la Comisión mixta que ha de entender en la reorganización de los
trabajos catastrales.

En este escrito se manifiesta el aplauso de la Asociación por la constitución de la


Comisión, aunque añade el manifiesto descontento de todo el personal que sirve en
Catastro, emanado por la desorganización que sufre el organismo y expresa las quejas por
la remuneración del personal de Ayudantes, Geómetras, Delineantes y Administrativos y,
finalmente, la emprende con Oteyza:

Si esa Comisión ha de estudiar el Catastro rústico (…) para remediar (…) sus grandes defectos, no
ha de ocultársele que tales anomalías obedecen a algo, las motiva una norma, un plan (…) y ese plan
lo ha inspirado lo ha impulsado y lo ha seguido un Jefe de servicio que por su alto cargo forma parte
de la Comisión, en la cual lógicamente ha de defender su propia obra (…) Si la Comisión ha de
constituir la base de una reforma (…) no puede hacerlo con la colaboración de un elemento causa
única, responsable único ante el País y su representación en Cortes del fracaso de una obra que le
fue confiada (…) no puede nadie ser Juez y Parte y en este caso la presencia del Subjefe del Servicio
Catastral (…) ha de constituir (…) obstáculo manifiesto para que los demás Sres (…) puedan
desenvolver su cometido (…)
SUPLICAR a V. I. como Presidente de la Comisión tenga por presentado este escrito y admita la
mas respetuosa expresión de nuestra disconformidad por la presencia en la Comisión del Sr. Oteyza
a quien agricultores y personal técnico y administrativo del servicio de Catastro han señalado en
repetidas ocasiones como responsable personalmente de los defectos del servicio…

La controversia entre la Asociación y los hermanos separados, y los personajes


Oteyza y Orad habría de continuar un tiempo, como lo demuestra el hecho de que, con
fecha 20 de abril de 1924, aparezca la siguiente carta procedente de Almería a los hechos
que, de forma resumida, se reproduce:
Sr. D. José López Grau, D. Salvador Sáenz y demás que forman la Directiva de la Sección de
Agrónomos en la Asociación de Ayudantes y Auxiliares de la Ingeniería
MADRID

56
DISTINGUIDOS COMPAÑEROS:

La lectura de la Circular que habéis lanzado anteayer presentando a los Ayudantes de Almería
como unos indisciplinados y autores del desgarro de la Asociación, merece una réplica, y aun
cuando me dí de baja de la Asociación en Abril último y vosotros no la admitisteis por considerarme
de los buenos Ayudantes (gracias), me considero aludido y me apresuro a contestar:
1. Es insensato querer sostener una Asociación de funcionarios públicos que no practica el
respeto a los jefes ni el amor fraternal al compañero (…)
2. Es insensato (…) asistir a una campaña insidiosa y degradante contra el Subjefe del
Catastro (…) sin pensar que desprestigiar al Jefe es desprestigiarse a sí mismo (…)
3. Es insensato querer obligar a servir de comparsa a un Ingeniero-Ayudante de Caminos59
(…)
4. Es insensato querer obligar a suscribir acciones de una casa social presupuestada en un
millón de pesetas, porque si para unos es un ideal y una bandera, para otros es un negocio
(…)60
5. Es insensato querer obligar a compartir el criterio de ser único responsable de las
deficiencias del Catastro el Subjefe (…)
6. Es insensato sostener que lo legislado para el Catastro es disparatado (…)
7. Es insensato querer vivir en un estado de imposición en indisciplina permanente (…)
8. Es insensato ver la mota en el ojo ajeno sin cuidarse de la viga del propio (…)
9. Es insensato aspirar a mejoras ofendiendo constantemente y groseramente a quien las
puede conceder o contribuir a ello con su informe.
10. Es insensato querer imponer a los Gobiernos las personas que han de actuar de jefes.
11. Es insensato querer sostener a todo trance una Asociación en la que sólo se recomienda la
rebeldía a sus asociados (…)
12. Es insensato, en fin, querer justificar una desastrosa actuación con violencias de lenguaje,
impropias de personas cultas y educadas.

EMILIANO DURÁN61

Con fecha 10 de marzo de 1923, se firma la escritura de constitución de la “CASA


AUXILIAR DE LA INGENIERÍA”, domiciliada en el mismo local de la Asociación General y con
la finalidad de crear Cajas de Montepío, ahorro y socorro, colegio de huérfanos y escuelas
técnicas. Se constituyó como Sociedad Anónima con un millón de capital.

El 24 de mayo de 1924, el Directorio Militar, mediante Orden gubernativa


comunicada el 3 de junio, disolvió la Asociación General de Ayudantes y Auxiliares de los
Cuerpos de Ingenieros Civiles del Estado. Ello produjo mayores tensiones entre las
Corporaciones que la integraban e internas en el seno de las distintas Asociaciones.

Para mantener cierta unión hasta que nuevamente pudiera organizarse, se creó “La
Editorial Técnica”, que podía suplir parcialmente la vinculación durante “la breve
interinidad impuesta por las circunstancias” y con el objetivo, entre otros, de editar la
Revista “El Auxiliar de la Ingeniería y Arquitectura”.

La Asociación General subsistió, desconociéndose si lo fue por revocación de la


orden de disolución o por adaptación a la legalidad vigente. Por entonces su domicilio
social se estableció en el Paseo de Recoletos n.º 14, 2.º dcha, en Madrid. En 1926 tenía su
sede en Claudio Coello, 21. En su Asamblea de 17 de mayo de 1935 se aprobó un
Reglamento por el que cambió su denominación a “Asociación General de Ayudantes de
Ingeniería y Arquitectura.

59
Referencia clara a Orad.
60
Se refiere a la “Casa Social de la Ingeniería” , de la que hablaremos inmediatamente..
61
Ya se ha hecho referencia a actuaciones destacadas de este Ayudante.

57
5.2. LA ASOCIACIÓN DE AYUDANTES DEL SERVICIO AGRONÓMICO
NACIONAL.

Anteriormente se ha indicado el 1 de septiembre de 1912 como fecha de inscripción


en el registro oficial de socios de la Asociación a favor, precisamente, de Antonio Salvador
Gómez, personalidad muy destacada del Cuerpo, varias veces mencionado en este trabajo.
También se han aportado referencias de cómo Antonio Salvador actuaba en 1914 como
Presidente de la Asociación General. Estos datos ponen de manifiesto lo difícil que es
establecer, al menos hasta 1925, las diferencias entre ambas instituciones que, además, en
bastantes ocasiones compartían sede.

Aunque debió actuar de forma oficiosa durante unos años, constituye un hecho
incuestionable la constitución formal de la Asociación de Ayudantes del Servicio
Agronómico, porque se dispone de un ejemplar de la Gaceta de Madrid, del martes 4 de
marzo de 1919, n.º 63, pág. 801, donde aparece la siguiente disposición:

MINISTERIO DE FOMENTO

REAL ORDEN
Excmo. Sr.: Vista la instancia presentada por D. Eduardo Amor y otros, solicitando autorización
para constituir la Asociación de Ayudantes del Servicio Agronómico, y remitida por el Ministerio de
su digno cargo, en cumplimiento de lo que establece el artículo 79 del Reglamento de 7 de
Septiembre de 1918 a los efectos que en el mismo se indican:
Visto el favorable informe emitido por la Dirección general de Seguridad:
Considerando que los fines que persigue la Asociación, según se deduce de su Reglamento, tienen
por objeto defender los derechos y atribuciones profesionales de sus servicios, mantener entre ellos
la unión y compañerismo, gestionar las mejoras convenientes a sus intereses morales y materiales,
impedir que se menoscabe el prestigio de la clase, contribuir al progreso de la agricultura y auxiliar
a sus asociados o familias bajo el aspecto económico:
Considerando que estos fines no se oponen al buen servicio del Estado y los mencionados
funcionarios pueden, por lo tanto, asociarse con arreglo a la Constitución y a las leyes, gozando a
tales efectos de plena personalidad jurídica.
S. M. el REY (q. D. g.) se ha servido acceder a lo solicitado por el referido don Eduardo Amor y
otros, disponiendo al propio tiempo que se publique esta resolución en la GACETA DE MADRID, a
tenor de lo previsto en el artículo 82 del expresado Reglamento.
De Real orden lo digo a V. E. para su conocimiento y demás efectos. Dios guarde a V. E.. muchos
años. Madrid, 26 de febrero de 1919.
MARQUÉS DE CORTINA
Señor Ministro de la Gobernación.

De fecha de 10 de noviembre de 1920, se conserva un opúsculo que reproduce una


“MOCIÓN que sobre asuntos de orden interior del Servicio Agronómico Catastral han
sometido, en 15 de pasado octubre, a la consideración del Subjefe del mismo don José A.
de Oteyza, los Ayudantes de Catastro. Previa a la “Moción”, existe una comunicación “A
los Ayudantes de Catastro”, a lo largo de la cual los firmantes se autodenominan
“Directiva” y la finalizan:

Son vuestros amigos y camaradas,


José López Grau, Felipe Antonio García Cuadrado, Luís Suárez Inclán, Carlos Marcos Garrido y
Rafael Fuster Capuz.

Ésta sería la primera actuación formal de la Asociación de Ayudantes del Servicio


Agronómico que se tiene documentada y algunos de los firmantes de esta comunicación ya
eran conocidos por sus actuaciones en la Asociación General.

58
A comienzos de 1925 la Asociación de Ayudantes del Servicio Agronómico, que
tenía un piso alquilado en la calle Mayor, vuelve a establecerse en la sede de la Asociación
General en el Paseo de Recoletos n.º 14, 2.º dcha., ambas en Madrid.

Siguiendo el orden cronológico, se reproduce el siguiente documento:

No se acaba de entender de qué modo se desarrollaban las relaciones entre la


Asociación de Ayudantes del Servicio Agronómico y la Asociación General y el grado de
dependencia de la primera con relación a la segunda. En el seno de ésta, se ha detectado en
1919 la existencia de una “Sección de Agrónomos” y en 1920 se mencionaba la “Junta
Directiva de los Ayudantes de Agrónomos”.

Con fecha 25 de mayo de 1925, Luis Suárez Inclán, como Presidente de la


Asociación de Ayudantes del Servicio Agronómico presenta una “Moción” a la
Presidencia del Directorio Militar, justificando que el Real Decreto-Ley de 2 (3) de Abril
de 1925, reorganizando los servicios del Catastro, lesiona los intereses de los Peritos
Agrícolas, Ayudantes del Servicio Agronómico.

1925 debió ser un año conflictivo en las relaciones entre ambas Asociaciones, los
días 16-17 de mayo se celebra una Asamblea de la Asociación General en la que tres
compañeros de Agrícolas, ostentando la representación de 200, piden su baja de la misma.
Por entonces la General había nombrado ya una Comisión para estudiar la reforma de su
Reglamento, accediendo a la solicitud de la Asociación para una mayor autonomía de las
entidades federadas62, noticia que arroja algo de luz sobre estas relaciones. En aquel
tiempo la Asociación de Ayudantes, cuando estaba recién constituida definitivamente,
actuaría como Asociación federada.

62
Cuaderno III de la Asociación Nacional de Ingenieros Técnicos Agrícolas del Estado. Enero 1992

59
Una semana después, el 25 de mayo, el Presidente de la General se dirige a la
Asociación de Ayudantes en actitud de concordia, pero manifestando que si la del Servicio
Agronómico acordase la separación, formaría una agrupación de Agrónomos con sus
afiliados de nuestro Cuerpo a tenor de su Reglamento, lo que supondría una división de
compañeros con dualidad de entidades que les representan. Ante el agravamiento de los
problemas, el 7 de junio dimite la Directiva y se nombra otra presidida por Gregorio
Matallana Revuelta, quien habría de permanecer en el cargo hasta 1931.

El opúsculo a través del que la Asociación difunde la “Moción” presentada por Luís
Suárez Inclán incluye una carta del nuevo Presidente, Gregorio Matallana. Está fechada el
15 de junio y en ella advierte que:

Se ha encontrado ya en prensa este folleto, al cual sólo tiene que agregar lo que es nuestro
propósito con respecto a su aplicación y a las gestiones que nos proponemos hacer con referencia a
este asunto (…). A todos los compañeros a quienes llegue este folleto, rogamos cumplan el deber
moral y el profesional de estudiarlo, difundirlo y apoyarlo.

Tres meses después, el 23 de septiembre de 1925, Gregorio Matallana Revuelta,


Presidente de la Asociación de Ayudantes del Servicio Agronómico, domiciliada en la
calle Fernanflor, número 663, presenta una “Segunda Moción” ante la Presidencia del
Directorio Militar. Esta segunda Moción es más breve que la anterior y centrada en solo
tres cuestiones fundamentales. En la instancia de presentación se dice:

Acude una vez más al Directorio Militar (…) en apoyo de la súplica que estos funcionarios tienen
hecha, y ahora reiteran, a fin de que se modifique la ley de fecha 3 de Abril64 sobre el Servicio del
Catastro (…)
En la adjunta Moción, tratamos solamente de la reforma del Servicio, porque esto es lo sustantivo
y lo que más importa al país; lo nuestro, lo que particularmente nos afecta, sólo incidentalmente se
cita, para no abrumar la atención del gobernante con asuntos de orden secundario.

La Gaceta de Madrid de fecha 7 de octubre de 1926, en su pág. 280, insertaba lo


siguiente:
DIRECCIÓN GENERAL DE AGRICULTURA Y MONTES

PERSONAL
Vista la instancia elevada al señor Ministro de la Gobernación por D. Gregorio Matallana
Revuelta, Presidente de la Asociación de Ayudantes del Servicio Agronómico Nacional, en súplica
de autorización ministerial para reformar el Reglamento por que viene rigiéndose:

Siguen una serie de “Resultandos” y “Considerandos”, para concluir:

S. M. el Rey (q. D. g.) ha tenido a bien aprobar la reforma solicitada del Reglamento por que se
rige la indicada Asociación, quedando definitivamente redactada y aprobada del modo que se
expresa a continuación de esta Soberana disposición.

Con esto se da cumplida información del hecho, sin entrar en el contenido de este
extenso Reglamento, compuesto de 68 artículos.

63
El cambio en la presidencia conllevó el de domicilio, saliendo la Asociación de la sede de la General, esto
puede ser sintomático sobre un distanciamiento o separación de ésta.
64
Con frecuencia se la nombra como de 2 de Abril, la fecha correcta es 3 de Abril.

60
En Asamblea celebrada en enero de 1926 se acuerda, con dos votos en contra y una
abstención, la separación de la Asociación de Ayudantes del Servicio Agronómico de la
General de Ayudantes y Auxiliares de los Cuerpos de Ingenieros Civiles del Estado
dejando, no obstante, libertad a los compañeros para seguir perteneciendo a ella mientras
no se detectaran actuaciones lesivas para la separada. Con este acuerdo la Asociación de
Ayudantes del Servicio Agronómico queda plenamente institucionalizada y emancipada
como Asociación propia del Cuerpo, contaba con 341 asociados.

El 31 de octubre de 1927, la Asamblea de la Asociación de Ayudantes del Servicio


Agronómico Nacional ratifica el acuerdo de separación de la Asociación General de
Ayudantes de la Ingeniería.

Con fecha 27 de mayo de 1931, la Asociación de Ayudantes del Servicio


Agronómico, conjuntamente con la Asociación Nacional de Peritos Agrícolas, suscriben un
interesante documento titulado PROYECTO PARA CATASTRAR EN CINCO AÑOS LA ESPAÑA
AMILLARADA, con solo sustituir la parte topográfica por fotografías a escala. Se volverá
sobre este trabajo al tratar de la fotografía aérea aplicada al Catastro.

En diciembre de 1931-enero de 1932 está fechado un importante documento, “Por


encargo de la Asociación de Ayudantes del Servicio Agronómico Nacional”, se titula
“Proyecto de Bases para la reforma radical del Servicio de Conservación” , que presenta el
Ayudante de dicho Catastro (Perito Agrícola) Manuel Calvín Redondo. Se tratará de este
trabajo al desarrollar un capítulo sobre la Conservación Catastral.

Antonio Huerta Marín, como Presidente de la Asociación de Ayudantes del


Servicio Agronómico, domiciliada en Avenida de Pí y Margall, número 9, de Madrid, con
fecha 17 de mayo de 1932, presenta un escrito en el Registro General de la Presidencia del
Consejo de Ministros, contra la Orden de la Presidencia del Gobierno de la República de 9
de diciembre anterior que dispone que los funcionarios que componen el Cuerpo de
Auxiliares de Planimetría catastral, se denominen en los sucesivo Geómetras AYUDANTES
DE CATASTRO.

En febrero de 1933, la Asociación de Ayudantes del Servicio Agronómico designa


al Ayudante Valentín Fernández Pacheco como su representante en la Comisión encargada
de resolver el problema de la delimitación de funciones entre los cuerpos facultativos y
administrativos. En relación con esta cuestión, en marzo del mismo año, Antonio Huerta
Marín, Presidente de la Asociación eleva un escrito al Ministro de Hacienda.

5.3. LA ASOCIACIÓN DE PERITOS AGRÍCOLAS DEL ESTADO

Decretado en marzo de 1934 el cambio de denominación del Cuerpo de Ayudantes


del Servicio Agronómico Nacional por Cuerpo Pericial Agrícola del Estado, el
correspondiente cambio de nombre de la Asociación era obligado y así se hizo.

La nueva Asociación de Peritos Agrícolas del Estado estaba presidida por León
García Bernardo, ocupaba la secretaría José Mª Soler Hernández y tenía su domicilio social
en Avda. Pí y Margall, 20, 3.º izquierda y no permanecería inactiva. Con fecha 18 de abril
elevan un escrito al Ministro de Hacienda exponiendo que:

61
Habiendo tenido lugar recientemente el traslado forzoso de varios Peritos Agrícolas del Estado
(…) del mismo modo que por ser frecuente entre los individuos pertenecientes a los Institutos de la
Guardia Civil y de Carabineros y a los de otros (…) como los de Correos y Telégrafos, se les
concede el derecho al transporte gratuito de mil kilogramos de mobiliario y al importe de los billetes
en ferrocarril de la familia (…)
SUPLICAN a V. E. se digne dar las órdenes oportunas para que se autorice (…) el abono de los
billetes de ferrocarril y el de la facturación del mobiliario65

El 7 de mayo siguiente, León García y José Mª Soler, en nombre de la Asociación


vuelven a dirigirse al Ministro:

Exponen: Que se ha hecho extensiva a las viudas, hijos y huérfanos de los funcionarios de los
Cuerpos de Arquitectos del Catastro e Ingenieros de Montes (…) que prestan sus servicios en este
Ministerio (…) la concesión otorgada a las viudas, hijos y huérfanos de los funcionarios del Cuerpo
general de la Administración de la Hacienda Pública que hayan solicitado tomar parte en las
actuales oposiciones de la Escala Auxiliar, para figurar entre los aprobados con sólo obtener la
puntuación mínima, sin consumir plaza (…)
SUPLICAN a V. E. que se digne disponer que a las viudas, hijos y huérfanos de los Peritos
Agrícolas del Estado que vengan prestando sus servicios en el Catastro de la Riqueza Rústica (…) se
les haga extensiva la concesión66.

En Asamblea General celebrada en los días 13 al 17 de mayo de 1934 67, acordó la


reforma de su Reglamento, que tampoco se iba a caracterizar por su brevedad, éste
constaba de 102 artículos. Sería aprobado por la superioridad con fecha 26 de enero de
1935.

El 16 de octubre de 1935 la Directiva de la Asociación de Peritos Agrícola del


Estado dirige una carta circular a sus Delegados informándoles que los Decretos de 28 de
Septiembre y 8 de octubre68 habían originado honda preocupación entre los técnicos de
Catastro y propone que se reúnan en cada provincia los de Catastro y, en un plazo de tres
días, remitan al Asesor técnico del servicio, o a la Directiva, los estudios u orientaciones
que crean conducentes a la mejora de los Servicios en todos sus aspectos.

Quince días más tarde, la Asociación remite nueva circular a sus Delegados,
firmada por el Secretario Ricardo Salas, en ésta informa que verificada la reunión de los
Asesores Técnicos con la Directiva, el día 26, los Asesores estiman convenientes se
formulen unas peticiones para entregar al Sr. Ministro de Hacienda el día que les conceda
la audiencia que le tienen solicitada. Según copia del escrito al Ministro, estas peticiones se
concretaban en trece puntos, el primero de los cuales era el más contundente: “Abandono
de las actuales disposiciones que regulan la formación de los llamados Registros Fiscales,
sustituyendo dicho sistema por el Avance sobre fotografías restituidas a escala.”

El siguiente 1 de noviembre la Directiva de la Asociación remite nueva carta


circular, la tercera, quince días después. No cabe duda de que la Asociación actuaba con
diligencia en estas fechas. En estas comunicaciones informaba del acuerdo de la Directiva
de gestionar cerca del Ministro de Hacienda las peticiones formuladas por los Asesores.

65
Son datos anecdóticos que pueden ayudar a formar una idea de cómo era la vida en aquellos tiempos
66
Bueno, como se decía en la nota anterior, son signos indicativos de cómo se vivía.
67
Enseguida se iba a soportar hoy una Asamblea de esta duración.
68
Estos Decretos fueron de aplicación de la llamada Ley de Restricciones.

62
El 20 de abril de 1936 la Asociación de Peritos Agrícolas del Estado redacta una
PONENCIA SOBRE REORGANIZACIÓN DE LOS SERVICIOS DEL CATASTRO DE RÚSTICA, de la que se
desconoce su destino. Es un documento extenso (18 folios). La primera de sus
“Conclusiones” vuelve a insistir en la “derogación de las disposiciones que regulan la
formación de los llamados Registros fiscales (Decreto de 31 de agosto de 1934 y cuantas
con él tengan relación) sustituyendo dicho sistema por el de Avance sobre fotografías
restituidas a escala”.

Tres meses después se iniciaría la Guerra, y con ella un obligado paréntesis de tres
años. No obstante se conservan documentos de actuaciones de la Asociación durante este
período. Los últimos documentos que se conservan en archivo después de iniciarse la
contienda civil son dos circulares ordinarias de fechas 21 de julio y 31 de agosto de 1936,
recogen disposiciones oficiales entre las que abundan prórrogas de plazos y disposiciones
transitorias propias de las circunstancias, requisas y algunos ceses.

El 28 de febrero de 1938 se envía una Circular, fechada en Valladolid y firmada por


el Presidente y Tesorero de la directiva nombrada en la Asamblea de 9 de enero de 1936,
Sres. Martínez Molina y Fontela García, tratando de establecer contacto con los
compañeros. El 10 de abril de 1938, el Presidente y Tesorero de la Asociación se dirigen
nuevamente a los compañeros desde Valladolid, entendiendo que están legitimados para
convocar una reunión para el 15 de mayo para elegir Junta Directiva. Proponen que se
reúnan por provincias, nombren Delegados y asistan a la reunión o envíen votos para la
elección. Practicado el escrutinio, el 15 de mayo de 1938, se constituye la nueva Junta
presidida por José Martínez Molina, elegido en la última Asamblea celebrada antes de la
contienda. La reanudación de la actividad de la Asociación fue autorizada por el Ministerio
del Interior en Burgos.

Finalizada la Guerra Civil, la primera actuación de la Asociación de que se tiene


noticia es la formalización del contrato de arrendamiento para domicilio social en Madrid,
Avda. José Antonio nº 7, Departamentos 11 y 12 (antes Pí y Margall, hoy Gran Vía, 29).
En Acta de la reunión de la Directiva, de 30 de octubre de 1939, consta el agradecimiento a
los empleados de la Asociación Sres. Rubio y López Martínez, que custodiaron
documentación, valores y enseres, incluso en sus domicilios, durante la contienda civil.

De julio de 1940 es el primer boletín impreso de la Asociación después de la


guerra, “venciendo las dificultades de la falta de papel”. Cifra los asociados en 456 y los
fallecidos desde el 18 de julio de 1936, en 4169.

Se conserva copia de un escrito, sin fecha, en el que, entre otras muchas cosas, se
dice:
Ilmo. Sr.:
Es deseo de esta Asociación Nacional de Peritos Agrícolas del Estado, colaborar con V. I. para la
perfección de los servicios técnicos y facultativos de esa Dirección (…)
Entendemos que sería conveniente una nueva disposición que recopilase cuanto de útil existe en la
actual legislación de Amillaramiento y Catastro (…)
Sería conveniente la extensión a Catastro del régimen de Inspección del Tributo que autoriza el
artículo 13 de la Ley de 20 de septiembre de 194170.

69
Cuaderno III, citado.
70
Estas aspiraciones inspectoras tardarían treinta años en dar sus primeros frutos.

63
Se aventura la hipótesis de que este escrito corresponda a octubre-diciembre de
1941, por la mención a la anterior Ley y porque el B.O.E. del 20 de diciembre publicaba la
Orden de 16 de diciembre de 1941 por la que se reorganizan los Servicios del Catastro de
la riqueza rústica, que correspondería a alguna de las peticiones que se formulaban en ese
escrito. En cuanto a su destinatario, de confirmarse esa hipótesis, sería el titular de la
Dirección general de Propiedades y Contribución Territorial, de la que dependía
orgánicamente el Catastro por aquellas fechas.

De fecha 12 de junio de 1942 es una “Nota al Ilustrísimo Sr. Director general de


Propiedades, presentada por la Asociación de Peritos Agrícolas del Estado a través de su
Presidente, en la que ruega que el Perito Agrícola, conservador de cada zona de Catastro,
sea el que expida las certificaciones sobre características parcelarias.

En la Memoria de la Asamblea de 9 de mayo de 1943, se destaca la gestión que se


realiza para la admisión de los compañeros de Catastro en la Mutualidad del Ministerio de
Hacienda71. Ya en el terreno de la anécdota, y a fin de tener conocimiento del grado de
relaciones personales entre los integrantes del Cuerpo en aquella época, resulta interesante
saber que, en la misma circular en que se da cuenta de la Asamblea, se anuncia el traslado
de la tertulia de los compañeros de Madrid, que venían celebrando los sábados en “Granja
El Henar” de Alcalá, 40, al “Café Gran Vía”; en marzo de 1948 se trasladaría la tertulia al
“Café León de Oro”72, en Alcalá 18.

La Asamblea del 7 de junio de 1947, en la que fue elegido Presidente Enrique


Fluiters Aguado y Secretario Luís Videgaín González, acuerda que el nuevo Reglamento
de la Asociación incorpore a la denominación su carácter de Nacional. Una referencia en el
Acta de una intervención del Presidente, da la cifra de 78 Peritos Agrícolas y alumnos de la
Escuela Profesional, como muertos a consecuencia de la contienda nacional, aparte de los
fallecidos en dicho período73.

A finales de 1952, con ocasión de las noticias de una inminente creación de un


Cuerpo de Peritos Agrícolas de Catastro, la Asociación se movilizó en contra de tal
proyecto, de cuya actuación se ha dado amplia información en el epígrafe 3, del Capítulo
II. A lo largo de la última quincena del año 1952, se producen una serie de comunicaciones
(se conservan alrededor de 20) de distintos Servicios Provinciales de Catastro, la mayoría
están dirigidas a José Juárez Capilla y otras “Para la Comisión de Catastro”, responden a
una circular de la Asociación, de fecha 12 de diciembre. No se dispone de copia de esta
circular pero, por el contenido de las respuestas, parece ser que se les instaba a reunirse y
aportar sugerencias sobre la situación del Catastro y propuestas para mejorarlo. José Juárez
Capilla podría haber actuado como portavoz de esa Comisión .

Con fecha 15 de enero de 1953, la Asociación Nacional de Peritos Agrícolas del


Estado, presidida por Enrique Fluiters Aguado, presenta una “Moción” al Director General
de Propiedades y Contribución Territorial, con sugerencias para mejorar e intensificar,

71
El ingreso se produciría diez años después: Orden de 24 de octubre de 1953 del Ministerio de Hacienda por
el que se concede el ingreso en la Mutualidad de Funcionarios a los Peritos Agrícolas afectos al Servicio de
Catastro.
72
Siguiendo con la anécdota, se recuerda que en el epígrafe 5.1., del Capítulo II , se reproducía una carta
circular de José Orad de la Torre, fechada el 23 de abril de 1923, en la que cita el Lyon (suponemos Lyon
d´Or) que puede ser el mismo café, que sería frecuentado por los Ayudantes.
73
Cuaderno III, citado.

64
dentro de los límites del campo profesional que representa, los trabajos en el Servicio de
Catastro de la Riqueza Rústica. Es de suponer que esta “Moción” se redactara atendiendo a
las propuestas de los Servicios Provinciales, junto a las de la propia Comisión.

Seguidamente se reproduce el siguiente escrito:

La Asociación Nacional de Peritos Agrícolas del Estado, conocedora de las gestiones


realizadas incansablemente por el preclaro y diligente compañero Ilmo. Sr. Don FERNANDO
BRAVO-VILLASANTE Y VÁZQUEZ, para conseguir el ingreso de los Peritos Agrícolas afectos al
Servicio de Catastro en la Mutualidad de Funcionarios del Ministerio de Hacienda, y visto que su
labor ha sido coronada por el más lisonjero éxito al ser aprobada tan importante mejora por Orden
del Ministerio de Hacienda de 24 de Diciembre de 1953, se complace en testimoniarle su gratitud
imperecedera y en particular de quienes alcanzan directamente tan excepcional beneficio.
Madrid, Julio de 1954
EL PRESIDENTE,

De enero de 1956, es una “Moción que la Asociación Nacional de Peritos Agrícolas


del Estado presenta al Ilmo. Sr. Director General de Propiedades y Contribución
Territorial, con sugerencias para mejorar e intensificar, dentro de los límites del campo
que representa, los trabajos en el Servicio de Catastro de la Riqueza Rústica, como
consecuencia de los estudios realizados por los componentes de la Ponencia nombrada al
efecto en la Asamblea celebrada en Madrid por esta Asociación en los días comprendidos
del 3 al 5 de Noviembre de 1955. Por aquella fecha, continuaban como Presidente y
Secretario de la Asociación Enrique Fluiters y Luís Videgaín.

Con fecha 1º de mayo de 1958, el Secretario de la Asociación Luís Videgaín


González envía un boletín informativo con el título CATASTRO, en el que da cuenta de las
peticiones de todos los Servicios Provinciales a la Junta Directiva para que actuase, ante
los problemas que se plantean por las noticias de la reorganización del Catastro. Termina
anunciando unas mejoras económicas en el Servicio de Catastro de Rústica en lo que se
refiere a los Peritos Agrícolas. Debieron surtir efecto estas gestiones y hacerse efectivas
estas mejoras a tenor del contenido del siguiente Saluda:

El Jefe Superior

de los Servicios Facultativos de la Contribución Territorial


de la
Dirección General de Impuestos sobre la Renta

Saluda
al Sr. Presidente de la Asociación Nacional de Peritos Agrícolas del Estado, y se complace en
remitirle adjunta una copia de la Orden ministerial por la que implantan las nuevas tarifas de
remuneración de los trabajos en el Servicio de Catastro de Rústica.

Gabriel García Badell y Abdía74

aprovecha gustoso esta oportunidad para expresarle el testimonio de su consideración más


distinguida.
Madrid, 2 de mayo de 1958

74
García Badell, Ingeniero Agrónomo, fue una personalidad destacada en temas catastrales, al que se hará
referencia más adelante.

65
Un nuevo Reglamento de la Asociación Nacional de Peritos Agrícolas del Estado se
edita con fecha quince de diciembre de mil novecientos sesenta y cinco, está firmado por
Enrique Fluiters Aguado y Luís Videgaín González, como Presidente y Secretario,
respectivamente. Este Reglamento constaba de 70 artículos.

Con el membrete de la Asociación y fechada el 27 de mayo de 1966, Antonio


Garrido dirige una carta a los Sres. Peritos Agrícolas y Ayudantes de Montes del Servicio
de Catastro de la Riqueza Rústica, que comienza:

Queridos amigos y compañeros:


Os confirmo el telegrama de esta fecha que decía: “Aprobadas remuneraciones Hacienda
efectos primero de junio, escribimos detalles. Abrazos Garrido”; y por encargo de nuestro
Presidente, como Vocal de Catastro en la Junta Directiva, tengo el gusto de ampliaros el mismo.

Esta noticia supuso un cambio trascendental en la situación retributiva de los


Peritos del Catastro y será ampliada en el capítulo XII.

5.4. LA ASOCIACIÓN NACIONAL DE INGENIEROS TÉCNICOS AGRÍCOLAS DEL


ESTADO

A partir del Decreto 2430, de 14 de agosto de 1965 los técnicos de grado medio se
denominaron Ingenieros Técnicos en la especialidad cursada. El 28 de abril de 1969 se
dicta una Orden sobre convalidación de títulos de Aparejadores y Peritos por los de
Arquitecto e Ingeniero Técnico.

Al publicarse el Decreto 1839/76 de 16 de julio sobre Asociación profesional de los


Funcionarios Públicos, la Asociación, ya con el nombre de “Nacional de Ingenieros
Técnicos Agrícolas del Estado”, solicitó la inscripción automática en el registro que se
creaba, siendo denegada por Presidencia del Gobierno por interpretar que no podía
producirse inscripción automática al no estar previsto en el Decreto, sino cumplimentando
Acta fundacional.

Ante el Notario de Madrid Victor Aguado, el 15 de diciembre de 1976, bajo el nº


7.129 de su protocolo, se levanta Acta de Fundación suscrita por la Junta Directiva de la
hasta entonces “Asociación Nacional de Peritos Agrícolas del Estado”.

La Asociación Nacional de Ingenieros Técnicos Agrícolas del Estado, presidida por


José del Noval Ayala, redacta sus Estatutos y con fecha 23 de febrero de 1977, el
Subsecretario de la Presidencia del Gobierno, por delegación del Ministro, dictó la
siguiente resolución:

“Visto el expediente instruido sobre la constitución de la “Asociación Nacional de


Ingenieros Técnicos Agrícolas del Estado” integrada por los funcionarios del Cuerpo de Ingenieros
Técnicos Agrícolas del Estado, en el que ha informado el Ministerio a que pertenece el expresado
Cuerpo, y habiéndose cumplido los trámites y demás prescripciones que se establecen en el Real
Decreto 1539/1976, de 16 de julio (Boletín Oficial del Estado número 183).
Esta Presidencia del Gobierno acuerda reconocer a la citada Organización como Asociación
profesional de funcionarios”

Se sabe que, por fallo de la Sala Cuarta del Tribunal Supremo, de fecha 27 de
diciembre de 1979, fue anulado el Decreto 1293 de 1975, por el que se estableció el

66
cambio de denominación de los Cuerpos de Peritos Agrícolas del Estado y de Ayudantes
de Montes por Ingenieros Técnicos Agrícolas del Estado y de Ingenieros Técnicos
Forestales del Estado, pero no se tiene conocimiento de ninguna disposición legal que
obligase al cambio de denominación de la Asociación Nacional de Ingenieros Técnicos
Agrícolas del Estado, que siguió funcionando con este nombre hasta su disolución.

En Asamblea extraordinaria celebrada el 25 de junio de 1990, se acordó la


disolución de la Asociación Nacional de Ingenieros Técnicos Agrícolas del Estado.

5.5. LA ASOCIACIÓN PROFESIONAL DE FUNCIONARIOS INGENIEROS


TÉCNICOS AL SERVICIO DEL MINISTERIO DE HACIENDA.

Desde los primeros años de la década de los setenta del siglo pasado, un sector de
Ingenieros Técnicos Agrícolas del Estado destinados en Catastro, insatisfechos por la
defensa que de sus particulares intereses y la gestión general que realizaba la Asociación
de Ingenieros Técnicos Agrícolas del Estado, iniciaron un movimiento que se plasmó en
contactos personales, telefónicos e intercambio de correspondencia sobre el particular, en
la búsqueda de una nueva fórmula asociativa sustitutoria de la tradicional. Por citar algunos
nombres habría que aludir a Antonio García Ruiz y Patrocinio Colilla Gómez, también del
autor de esta obra partieron iniciativas en este sentido, como fueron las reuniones
regionales que seguidamente se comentan.

En esa línea de acción, a partir de 1976, desde algunas provincias, se promovieron


reuniones regionales que constituyeron foros de debate sobre cuestiones profesionales del
Catastro. En 1977 se designaron unos representantes regionales que, constituidos en Junta,
funcionaron durante aproximadamente un año, hasta que finalmente este movimiento
fructificó, el 1 de marzo de 1978, en la configuración formal de la Asociación Sindical de
Funcionarios Ingenieros Técnicos Agrícolas al Servicio del Ministerio de Hacienda:

67
La notificación de la Dirección General de la Función Pública que se reproduce
está dirigida a Antonio García Ruiz, primer Presidente de la Asociación; el cargo de
Vicepresidente recaía en Juan García Moreno y el de Secretario en Patrocinio Colilla
Gómez. Para situar el contexto en que aparecía la nueva Asociación, se aludirá a mandatos
legales que habrían de producir cambios sustanciales en el órgano Catastral y que se
dictarían en los dos siguientes años y no son otras que:

1. Ley de 8 de septiembre de 1978. Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas.


En su Disposición Transitoria Primera dispone:

1. A partir del 1 de enero de 1979:


a) Se suprimen los siguientes impuestos:
La cuota proporcional de la Contribución Territorial Rústica y Pecuaria (…)
b) Se transforman en tributos locales de carácter real:
La cuota fija de la Contribución Territorial Rústica y Pecuaria.

Esta última disposición sería el desencadenante de los:

2. Reales Decretos 1373 y 1365, de 13 de junio de 1980, sobre Creación,


Composición y estructuras de los Consorcios para la Gestión e Inspección de las
Contribuciones Territoriales, que produciría cambios trascendentales en el Catastro.

En cuanto a la situación del Catastro en el Ministerio de Hacienda, es conveniente


recordar la preponderancia en aquellos años de las funciones de inspección tributaria y la
designación para el cargo de Subdirector General de Imposición Inmobiliaria del Ingeniero
de Montes Miguel Gimeno de la Peña, persona cordial, accesible y dialogante, abierto a
consultas y sugerencias por parte de los Ingenieros Técnicos, quien marcaría un estilo sin
precedentes. De este modo, en octubre de 1977, cuando redactaba un proyecto de Real
Decreto para la creación de una Inspección Facultativa (que, obviamente no prosperaría),
Gimeno tuvo a bien trasladarlo a las provincias, invitando a los Ingenieros Técnicos a que
le enviasen observaciones sobre el mismo; en la misma comunicación aludía a que el
proyecto definitivo sería elaborado por una “Comisión Superior”. Posiblemente ésta podría
ser una Comisión en la que se consiguió introducir como miembro a un Ingeniero Técnico
del Catastro, algo inédito en este tipo de órganos catastrales, que supuso “poner una pica
en Flandes”.

Una de las primeras gestiones de la recién creada Asociación tenía relación con este
proyecto, de este modo el 16 de marzo de 1978, la Junta Directiva de la misma,
encabezada por Antonio García Ruiz, dirigía un escrito al Inspector General del Ministerio
de Hacienda en el que, tras aludir a una entrevista anterior con este cargo, expresaban
algunas sugerencias y aspiraciones del Cuerpo en relación con:

1. Creación del Servicio Especial Facultativo de Catastro de Rústica y Fiscalidad Inmobiliaria (…) Al
frente de cada una de las necesarias Secciones o divisiones territoriales (…) estarán los funcionarios
de los Cuerpos de Ingenieros Agrónomos y de Montes, Ingenieros Técnicos Agrícolas y Forestales.
2. Integración de estos Cuerpos en la Inspección, con plenitud de funciones (…).
3. Reglamentación de las funciones de cada uno de los Cuerpos, Superiores o Técnicos (…)
4. Establecimiento de Baremos específicos para cada Cuerpo (…).
5. Igualación de incentivos para los titulados del mismo nivel 75 y proporcionalidad (10/8) entre niveles.

75
Por aquellas fechas existía un agravio comparativo en cuanto a retribuciones con los Arquitectos Técnicos
y los Ingenieros Técnicos Forestales.

68
Lo cierto es que no era unánime, como nunca lo ha sido, en el colectivo el deseo de
integración en la Inspección, algunos pensaban que la labor fundamental de los facultativos
debía centrarse en el Catastro propiamente dicho. También por esos tiempos (marzo de
1978) estaba en fase de creación el Cuerpo de Subinspectores, que aún no debían tener
consolidado el título pues en los escritos que circulaban se les denominaba Cuerpo
Auxiliar de la Inspección y como Inspección B. A éstos se observaba con desconfianza
desde la recién creada Asociación y, por si acaso, algunos recomendaban una
matriculación en masa a las oposiciones al nuevo cuerpo de Inspección.

A partir de mayo de 1980, la cuestión que ocupa la atención de los facultativos del
Catastro se centra en la inminente creación de los Consorcios. La Asociación, inicia una
hoja informativa fechada en ese mes diciendo “Ante los últimos acontecimientos, que han
sido motivo de general inquietud de los asociados” y seguidamente especula sobre los
“macutazos” que circulan con relación a su contenido.

En el momento de constitución de los Consorcios ocupaba la Subdirección General


de Catastros Inmobiliarios Antonio Fernández de Córdoba, Ingeniero de Montes como el
anterior, quien en carta personal y cordial dirigida a los Ingenieros Técnicos los encuestaba
sobre quiénes optarían por integrarse en los recién creados Consorcios.

En la IV Asamblea General Ordinaria, celebrada los días 27 y 28 de febrero de


1981, fue elegido Presidente Patrocinio Colilla Gómez. Inició su mandato con sendas
comunicaciones; al Subdirector de Catastros y Censos Inmobiliarios, con relación a tres
vacantes de Ingenieros Técnicos sin cubrir en los Servicios Centrales y sobre la forma de
provisión en los Consorcios de plazas de Ingenieros Técnicos; la otra comunicación estaba
dirigida a los Gerentes de todos los Consorcios y abogaba por conseguir Jefaturas de
Sección para todos los Ingenieros Técnicos y, en su defecto, de Negociado para los
restantes, también aludía a la igualación en incentivo de productividad con los Forestales y
al procedimiento de provisión de vacantes de Ingenieros Técnicos en los Consorcios.

Con fecha 28 de julio de 1981, el Subsecretario de Hacienda dictaba una Circular


por la que se requería a los funcionarios con título de Escuela Superior o de Grado Medio
“para que manifiesten por escrito, antes del día 10 de septiembre si tienen intención de
incorporarse a algún consorcio mediante el ejercicio de la correspondiente opción”. El
ejercicio de esta opción no era cuestión de trámite, pues contenía un matiz trascendental,
explicitado por la Inspección General del Ministerio, en comunicación a los Delegados de
Hacienda fechada en diciembre de 1980, cuando decía:

La incompatibilidad de los Facultativos Superiores y Medios fijada por el R. Decreto será exigida
en sus propios términos, cuya claridad no permite interpretaciones.

En diciembre de 1982, José Manuel Cerdá López se dirigía a los asociados en su


calidad de Presidente informando de acuerdos de la Comisión Ejecutiva sobre potenciación
de la Asociación en áreas no específicamente retributivas, como pueden ser la organización
de unas jornadas de fiscalidad agraria y la concertación con la Escuela de Inspección
Financiera de cursos de actualización para ITA. Por comunicación fechada el 18 de enero
de 1983 se da cuenta de que el Consejo ha aprobado la propuesta de constitución de una
Comisión Legislativa, formada, voluntariamente, por los compañeros que posean el título
de Licenciado en Derecho, con el fin de asesorar al Consejo sobre idoneidad de posibles
acciones legales.

69
A través de carta-circular fechada el 10 de marzo de 1983, José Manuel Cerdá
informaba del envío, el anterior día 2, de un escrito al Director General de Inspección
Financiera y Tributaria “justificando nuestra labor como inspección activa” y de la
audiencia concedida, el día 8, por el mismo Director General a las asociaciones de ITA e
ITF, en el curso de la cual se le hizo llegar la aspiración de incorporación a la Inspección
“B”. Siguen produciéndose acciones conjuntas con los Ingenieros Técnicos Forestales, de
este modo, el 4 de mayo de 1983, ambas asociaciones dictan una carta-circular común a
sus miembros dando cuenta de una entrevista de ambas con el Subsecretario, en la que se
planteó la inquietud que para los colectivos suponía la creación de un Cuerpo Nacional e
Interministerial de Ingenieros Técnicos y, apelando a la especificidad de la función
inspectora, se apunta a la creación de un cuerpo de Inspección “B”, con nuestra inclusión
o, en el peor de los casos, un cuerpo facultativo de Ingenieros Técnicos del Ministerio de
Hacienda. En la misma línea, el siguiente 10 de mayo, los presidentes de ambas
asociaciones presentan un escrito al Inspector General del Ministerio de Economía y
Hacienda, esta vez sobre cuestiones fundamentalmente retributivas.

Por medio de carta fechada el 14 de junio de 1983 se da cuenta a los asociados del
fallo de la Sala 2.ª de lo Contencioso Administrativo de la Audiencia Territorial de Madrid,
que desestima el recurso presentado por la Asociación contra la denegación de peticiones
formuladas ante la Junta Central de Retribuciones del Ministerio de Hacienda, en cuanto a
que las retribuciones complementarios por incentivos percibidas desde el año 1973 deban
determinarse en relación de proporcionalidad con la percibida por los Ingenieros
Agrónomos, según sus respectivos coeficientes y, después del Decreto de 30 de marzo de
1977, por los niveles de titulación. Posteriormente se volvería a presentar el recurso en
diversas Audiencias y a finales de 1985 seguía sin resolverse y se haría cargo de su
coordinación Miguel Ángel Calavia, Ingeniero Técnico Agrícola del Catastro y Licenciado
en Derecho.

Por estas fechas, dentro de la Dirección General de Inspección Financiera y


Tributaria, ocupaba el cargo de Subdirector General de Catastros Inmobiliarios el
Ingeniero Agrónomo José Juárez Mateos.

En los siguientes meses la comunicación de Cerdá con los asociados es permanente,


informándoles de los recursos interpuestos, retribuciones, vacantes en los Consorcios y
coordinación con las otras asociaciones de rústica. En octubre de 1985 comunicaba el
fallecimiento del compañero Juan García Moreno, que había ocupado la secretaría de la
Asociación. Dentro de esa línea de febril actividad y contacto con los asociados se
mantendría José Manuel Cerdá hasta su renuncia irrevocable al cargo, en la Asamblea
General del 22 de mayo de 1986, le sucedería en la Presidencia Marcial Rodríguez Gómez,
como Secretario sería elegido Eusebio de la Purificación Muñoz.

Un dato significativo sobre los efectos que habían producido, por un lado las
incompatibilidades impuestas por los Consorcios y de otro la descentralización
administrativa consecuente del nuevo Estado de las Autonomías y gestión por parte de
éstas de los impuestos cedidos (sucesiones y transmisiones), que conllevaba la valoración
de inmuebles, es que, al 31 de diciembre de 1986, 30 Ingenieros Técnicos Agrícolas (17%
del total) estaban destinados en las Comunidades Autónomas.

En octubre de ese año era motivo de preocupación el retraso en la publicación del


catálogo, Marcial Rodríguez en hoja informativa daba cuenta de las noticias existentes

70
sobre éste, cuestión que permanecería candente en las siguientes comunicaciones, hasta
que el 20 de enero de 1987 apareciese publicado en el B.O.E. el esperado catálogo. Éste
sería valorado positivamente en cuanto a la asignación de Jefatura de Sección de
Inspección de nivel 24, pero decepcionante en el aspecto económico. El 2 de febrero de
1987, Marcial informaba de una reunión conjunta de las Asociaciones de Agrícolas,
Forestales y Arquitectos Técnicos con el Subdirector General al que expresaron su
decepción, sorpresa y protesta por el catálogo publicado. En la Asamblea de marzo de
1987 se anuncia la interposición de forma conjunta por las tres asociaciones de un recurso
de reposición contra el Catálogo de puestos de trabajo y Calavia informa sobre los recursos
pendientes. Las conclusiones de la Asamblea fueron trasladadas al Director General, Javier
Russinés, en una entrevista celebrada días después.

Un logro importante de la Asociación fue la celebración durante los días 23 a 25 de


junio de 1987 de un Seminario de trabajo sobre fiscalidad agraria, dirigido a los
funcionarios de los cuerpos de Inspección Rústica, en el que participaron como ponentes
los compañeros Ampuero, Brañas, Cerdá, Colilla, Peromingo, Riaza y Suso.

Muy reveladora sobre una problemática que ocupaba de forma prioritaria a la


Asociación por aquellas fechas es una Información sobre recursos, fechada al 27 de
noviembre de 1987 y, de forma extractada, manifiesta:

1. ASUNTO REFERENTE A LA EQUIPARACIÓN DE LOS INCENTIVOS DE PRODUCTIVIDAD CON


LOS INGENIEROS TÉCNICOS FORESTALES.
Con relación a este asunto (…) se ganó en la Sala de Cáceres, se perdió en la de Zaragoza y
en la de Albacete lo elevaron al Consejo de Ministros para resolver.
Contra la desestimación por el Consejo de Ministros, se recurrió al Tribunal Supremo (…)
2. CONTENCIOSO SOBRE EL COMPLEMENTO DE DESTINO.
Faltan hasta ahora por dictar sentencia las Audiencias de Madrid, Coruña y Burgos (…)
3. CONTENCIOSO DE NO DEDUCCIÓN DEL COMPLEMENTO DE DESTINO RECONOCIDO EN
JULIO DE 1982 DEL INCENTIVO DE PRODUCTIVIDAD.
Como se programó, debió denunciarse la mora el 5 de octubre de 1987 (…)
4. INFORMACIÓN ADICIONAL SOBRE RECURSOS.
Se está en fase de recoger información y pre-estudio de un nuevo asunto que puede afectar a
aquellos compañeros que, tras estar contratados un tiempo, luego aprobaron la oposición.

No terminaba la cosa ahí, el 14 de enero de 1988 se interpuso un nuevo recurso de


reposición, esta vez contra la Orden de convocatoria de concurso de méritos, de 14 de
diciembre de 1987, para la provisión de diversos puestos de trabajo de Inspectores
adscritos a Unidad. Afortunadamente algunas de estas reclamaciones dieron fruto, el 6 de
mayo de 1988 el Presidente de la Asociación recibía la siguiente comunicación:

El Subsecretario de Economía y Hacienda, por Resolución de fecha 21 de marzo pasado, ha


acordado estimar las peticiones formuladas por las Asociaciones Sindicales de Arquitectos
Técnicos, Ingenieros Técnicos Forestales e Ingenieros Técnicos Agrícolas del Estado al Servicio de
la Hacienda Pública, reconociendo en vía administrativa, el derecho de los funcionarios
pertenecientes a los Cuerpos citados que hubieran formulado la correspondiente petición
reclamación, a percibir el complemento de destino, Nivel 19, con retroactividad e cinco años, desde
la fecha en que formularon las respectivas reclamaciones y hasta el 1 de julio de 1982.

En ese mismo mes, mayo de 1988, Juan Eduardo Peromingo Elegido,


Vicepresidente de la Asociación iniciaba contactos con las distintas centrales sindicales
con vistas a la integración de la Asociación en un sindicato mayoritario. El día 27 del
mismo mes de mayo se celebra la XI Asamblea General Ordinaria en la que es elegido
Presidente Eduardo Peromingo, quien designa Vicepresidente a Joaquín Riaza.

71
El 21 de marzo de 1989, Peromingo, actuando en nombre y representación de la
Asociación, ante la Comisión Ejecutiva de la Comisión Interministerial de Retribuciones,
interpone recurso de reposición previo al Contencioso-Administrativo contra la Resolución
de 28 de diciembre de 1988 por la que se aprueba la relación de puestos de trabajo
correspondientes al Organismo Autónomo “Centro de Gestión Catastral y Cooperación
Tributaria”. En éste se alega, en primer lugar, nulidad por falta de competencia de esa
Comisión ejecutiva para aprobar la citada relación; también se aduce ilegalidad por falta de
proporcionalidad en las retribuciones.

El nombramiento, el 24 de junio de 1989, de Valentín Rubio Domínguez como


Tesorero de la Asociación es destacable por la importante labor que, al servicio de la
misma, habría de desarrollar en los siguientes veinte años. La Asamblea General Ordinaria,
celebrada el 25 de noviembre de 1989, acepta la dimisión del Presidente y encomienda a
Riaza, Vicepresidente en funciones de Presidente, la apertura de período electoral. En
Asamblea General Extraordinaria, celebrada el mismo día, se acuerda la afiliación de esta
Asociación Sindical a la C. S. I. F., institucionalmente.

La Asamblea General Extraordinaria, celebrada el 13 de enero de 1990, elige


Presidente a José Manuel Cerdá y Secretario General a Valentín Rubio. Con esa misma
fecha, el nuevo Presidente interpone recurso de reposición contra la Resolución de la
Secretaría de Estado de Hacienda de 28 de noviembre de 1989 convocando concurso de
méritos para cubrir puestos de trabajo en el C. G. C. y C. T. El Secretario de Estado de
Hacienda, con fecha 23 de marzo, acordó desestimar el recurso.

-----

Por circunstancias varias, que no hace al caso explicar en este lugar, no se ha


conseguido información de las actuaciones de esta Asociación durante los siguiente años.
En cualquier caso, quede constancia de que ha proseguido su labor, con entusiasmo y
dedicación por parte de sus directivos, hasta la actualidad.

72
SEGUNDA PARTE

EL CATASTRO

73
74
III. PREDECENTES DEL CATASTRO ESPAÑOL

1. DE ESQUIVEL A PATIÑO

Cuando alguien aspira a establecer los precedentes del Catastro español, un lugar
común de la exposición lo constituye la cita de Pedro Esquivel (Alcalá de Henares ¿?-
1570), sacerdote, matemático y cartógrafo, que alcanzó la cátedra de Matemáticas de la
Universidad de Alcalá. Felipe II había impulsado la realización de un estudio geográfico de
España, basado en una serie de cuestionarios o Relaciones Topográficas, diseñadas para
ser cumplimentadas por todos los pueblos de España, que respondían a una tradición de
interrogatorios de la Corona de Castilla para conseguir información sobre el territorio;
para acompañar a éstas, en 1551 según unas fuentes y 1566 según otras, el rey encargó a
Pedro Esquivel la realización de un mapa de España, ordenándole “que recorriese y
marcase por vista de ojos todos los lugares, ríos, arroyos y montañas, por pequeñas que
fuesen su actual situación”. Para la realización del mapa Esquivel se basó en el método de
coordenadas de Ptolomeo y en los triángulos de Juan de Monte Regio; colaboraron en los
trabajos sus discípulos Felipe de Guevara y Diego, hijo del anterior, y Pedro Juan de
Lastanosa y se utilizaron instrumentos creados por el propio Esquivel. A su muerte, sus
papeles e instrumentos pasaron a Diego de Guevara y, fallecido éste, se cree que Felipe II
pensó en Juan de Herrera arquitecto de El Escorial. El trabajo de Esquivel se suele hacer
corresponder con el llamado Atlas de El Escorial, compuesto por veinte hojas a escala
1:430.000.

Tras este hecho no suficientemente documentado, habría que dar un salto de ciento
veinte años hasta los albores del siglo XVIII, cuando el catastro llega a ocupar el primer
plano de la política de un gran número de Estados europeos:

Éste [el catastro] se veía como el remedio casi milagroso que acabaría con las dificultades
financieras de los Estados y haría posible la introducción de una auténtica justicia tributaria, al
tiempo que constituiría un estímulo para el desarrollo económico (…)
España se muestra pionera y se incorpora al proceso muy tempranamente, llevando a cabo tres
catastros bajo los dos primeros Borbones: el de Patiño, en Cataluña, por real decreto de Felipe V
(…) el de Ensenada, en la Corona de Castilla, por real decreto de Fernando VI (…) y la Planimetría
General de Madrid76.

Las actuaciones catastrales de Felipe V, el primero de los Borbones, en la Corona


de Aragón son consecuentes de la Guerra de la Sucesión (1701-1714), donde se produce la
victoria del bando borbónico sobre los partidarios del archiduque Carlos de Austria,
apoyado por los territorios de la Corona de Aragón. Reducidos a la obediencia borbónica
los territorios de Aragón y Valencia (1707), Cataluña mantuvo su hostilidad aún después
del Tratado de Utrech. Estos hechos dieron origen a que los antiguos privilegios de estos
reinos fueran abolidos, quedando sus habitantes sujetos a igual tributación que el resto de
los españoles, lo que se traduciría en el establecimiento del Catastro de Patiño en Cataluña,
el Equivalente Valenciano, la Talla General de Mallorca y la Única Contribución de
Aragón. Seguidamente se hará una referencia expresa del Catastro de Patiño, el más
importante y conocido de todos ellos.

76
Camarero Bullón, Concepción y Faci Lacasta, Pilar, La estructura documental del Catastro de Patiño,
según las Reglas Anexas al Real Decreto de 9 de diciembre de 1715, Revista Catastro, abril, 2006, pág.89.

75
José Patiño y Rosales nació en Milán en 1670, en el seno de una familia originaria
de Galicia, recibió formación de los jesuitas, prestó servicios a Felipe V desde 1701 hasta
1736, año en que fallece. En 1713 es nombrado Superintendente de rentas de Cataluña, al
siguiente año Presidente de la Junta Superior de Gobierno y Justicia del Principado y en
1717 Intendente General de Marina; en 1731 reunía las carteras de Hacienda, Marina e
Indias y la de Guerra, culminando su carrera en 1734 al asumir el ministerio de Estado.

Desde su puesto de Presidente de la Junta Superior de Gobierno y Justicia del


Principado fue inspirador del Decreto de Nueva Planta y de la implantación del Catastro en
Cataluña. Tras su estancia en Cataluña, se encargó de dirigir la instalación de la Casa de
Contratación en Cádiz, durante su permanencia en esta ciudad incluyó en su equipo de
trabajo a Zenón de Somodevilla, futuro marqués de la Ensenada, hecho destacable por el
paralelismo existente en las trayectorias de estos personajes, considerados como dos de los
políticos más eminentes del siglo XVIII español y por ser cabezas rectoras de los catastros
de la época.

José Patiño, Superintendente de Cataluña.

El 21 de marzo de 1713, Felipe V nombra superintendente de Cataluña a José


Patiño. La creación de los intendentes fue una de las novedades que trajeron los consejeros
franceses de Felipe V, y una de sus misiones consistía en supervisar la recaudación de
rentas reales, que se pretendía nacionalizar y unificar en lo posible, para alivio de los
pueblos y aumento de la recaudación77. Patiño fue un brillante colaborador de Felipe V y
uno de los impulsores de sus políticas.

La decisión real de someter a los habitantes de los tres reinos rebeldes a igual
tributación que el resto de los españoles quedó patente en dos reales decretos de 4 de
marzo de 1715, que señalan una nueva imposición a catalanes, aragoneses y valencianos,
además de la que deberían tributar por rentas generales. Para Cataluña, esta imposición
correspondiente a los diez últimos meses de aquel año, se fija en tres millones cien mil
escudos.

77
Antonio Domínguez Ortiz, El Catastro de Ensenada en su circunstancia- El Catastro de Ensenada.- Centro
de Publicaciones y Documentación- Ministerio de Hacienda, Madrid, 2002.

76
Las objeciones que el superintendente de Cataluña, José Patiño, puso al
repartimiento que se le ordenaba realizar tuvieron por respuesta una real orden, según la
cual el nuevo impuesto era en equivalencia de alcabalas, cientos, millones y demás rentas
provinciales que se pagaban en Castilla, no pudiendo pretender vasallo alguno de S. M. se
practique con ellos más beneficios que con los castellanos por todas las circunstancias
que son tan notorias78.

Por Real Decreto de 9 de diciembre de 1715, se implanta el nuevo impuesto de


manera definitiva en Cataluña y se decreta la formación del Catastro, aunque todavía no se
menciona esta palabra. La elaboración del Catastro de Cataluña sería obra casi exclusiva
del superintendente, de ahí que se conozca como Catastro de Patiño. El nuevo impuesto allí
implantado se llamaría precisamente catastro, en relación con el documento que le servía
de base para el repartimiento. El Catastro de Cataluña, que gravaba tanto las rentas de la
propiedad inmobiliaria y de préstamos hipotecarios (catastro real) como la de las
actividades profesionales, mercantiles e industriales (catastro personal y catastro
ganancial) resultó ser un instrumento recaudatorio sencillo y eficaz; de este modo, el
catastro se convirtió pronto en el modelo al que hacían referencia los modelos de los
reformistas79. Es necesario señalar además que, frente al Catastro de Ensenada que nunca
llegó a implantarse, el de Patiño estuvo vigente desde su establecimiento en 1716 hasta la
reforma tributaria de Mon-Santillán de 1845.

Por el empeño que puso en su obra, puede considerarse a Patiño como instaurador
del Catastro en España. Que el superintendente de Cataluña era hombre activo y capacitado
lo probaría, si no fuera cosa harto manifiesta, el poco tiempo que precisó para poner en
marcha esta contribución. El Catastro de
Cataluña fue, con ciertas modificaciones, el modelo seguido por el marqués de la Ensenada
en su intento de establecer la única contribución en las provincias de León y Castilla80.

A diferencia de lo que tres décadas más tarde se hará en Castilla, en Cataluña primero se establece
y fija el catastro-gravamen total y conjunto para todo el Principado y seguidamente se ordena
proceder a realizar el catastro-averiguación de bienes, y el consiguiente inventario de los mismos,
para, tan pronto sea posible, el gravamen se cargue a los individuos de manera proporcional a su
riqueza (…)
Para llevar a cabo la averiguación de la riqueza, se ordena que en cada pueblo o unidad territorial
se constituya una comisión formada por el rector de cada ciudad, villa o lugar, y dos labradores
inteligentes, que serán los responsables de averiguar y cumplimentar unos formularios que se les
entregarán impresos.
El primer paso en la averiguación consiste en obtener una visión de conjunto del lugar (…)
El segundo paso consistía en elaborar una relación con todas las unidades familiares, incluyendo
los nombres, los oficios y las actividades industriales y comerciales de todos los vecinos del lugar
(…)
El tercer paso consistiría en (…) formar un catastro o inventari de todas las piezas de tierra de su
término, con individuación de su medida, y frutos que produce cada una al año además de las otras
circunstancias, para justificar seguramente sus productos, como asi mismo con igual exactitud los
de las casas, edificios, fábricas, molinos, censos, censales (…)
Para la valoración de las tierras con vistas al impuesto, se establecieron 32 clases de tierras
escalonadas (…) si la clase inferior se valoraba en 1, la superior resultaba con un valor de 1776
veces superior 81.

78
Matilla Gascón, A., La Única Contribución y el Catastro de La Ensenada, Servicio de Estudios de la
Inspección General del Ministerio de Hacienda, Madrid, 1947, pp. 29-30.
79
Juan Pro, Estado, geometría y propiedad.- CGCCT.- Subdirección General de Estudios y Estadística,
Madrid, 1992.
80
Matilla Gascón, A., ob. cit. pp. 33 y 41.

77
El catastro catalán tuvo una segunda etapa, que se corresponde con la presencia al
frente de la Intendencia del Principado de Antonio de Sartine, entre 1728 y 1735. Sartine
era francés, nacido en Lyon, participó en la última fase de la Guerra de Sucesión (1702-
1714) y más tarde se incorporó a la Administración española. Durante la etapa de Sartine
se lleva a efecto una reorganización del sistema de exacción, a este período corresponde la
Instrucción de 1735 y su documentación anexa: relación de las medidas agrarias utilizadas
en el Principado y de las clases de tierras y el valor fiscal de cada una de ellas82.

81
Camarero Bullón, Concepción y Faci Lacasta, Pilar, ob. cit., pp. 92-97.
82
Camarero Bullón, Concepción y Faci Lacasta, Pilar, La estructura documental del Catastro de Patiño,
según las reglas anexas al Real Decreto de 9 de diciembre de 1715 (II), Revista Catastro, abril 2007, pp. 95 y
126.

78
2. EL CATASTRO DE ENSENADA

El más conocido de todos los precedentes catastrales en España, el Catastro de


Ensenada, ha logrado un cierto nivel de popularidad poco frecuente en cuestiones
normalmente limitadas al ámbito de los especialistas. El Catastro de Ensenada o Proyecto
de Única Contribución en la Corona de Castilla se considera como el empeño estadístico
más importante de la España del Antiguo Régimen, también se le califica como “la primera
operación censal realizada por el Estado español con fines y métodos genuinos de técnica
estadística”83.

De la importancia de la obra de Ensenada puede dar idea el siguiente comentario


del prestigioso historiador francés Pierre Vilar84:

Largas horas en el laberinto de los Archivos Nacionales franceses, donde mi mujer y yo


acompañábamos a Georges Lefebvre, que buscaba documentos sobre el endeudamiento de la
nobleza francesa en los años en los años que precedieron a la Revolución; el viejo maestro daba
gran importancia a este fenómeno, pero tan sólo encontrábamos retazos de documentación privada.
¡Francia no había tenido un hombre como Ensenada!

Se ha dicho anteriormente, el Catastro de Ensenada o “Proyecto de Única


Contribución en la Corona de Castilla”, he aquí que se deba diferenciar una cuestión clave
a tener en cuenta para entender este proceso: “la unificación de las contribuciones” en los
reinos de Castilla y León, materia sobre la que se estaba debatiendo desde siglos atrás.
Matilla Gascón desvela los códigos fundamentales de esta polémica:

Tres cosas, por separado o juntas, pueden motivar el descontento del contribuyente: el excesivo
tributo, su repartimiento injusto y su tiránica recaudación (…)
Otro aspecto de esta cuestión es saber si lo que corresponda tributar a cada ciudadano conviene
más se le exija bajo un solo impuesto o repartido en diversos (…)
Consecuencia lógica de la multiplicidad de tributos es la gran cantidad de individuos empleados en
su administración, con el gasto cuantioso que ello representa (…)
Eran tantos los ramos, reparaciones y partículas de las Rentas Reales, que ni el Consejo de
Hacienda las entendía, ni a los vasallos les constaba lo que debían pagar (…)
Hallábanse clasificadas las rentas en generales y provinciales, aparte de las estancadas; constituían
las primeras las de Aduanas y las segundas las que se percibían por repartimiento entre las
provincias (…)
Nada tiene, pues, de extraño que desde muy pronto se pretendiera remediar estas injusticias (…)
derivándose de ello la idea, que llegó a ser obsesionante de subrogar las diversas rentas en una
contribución única (…)
Felipe II, en 1594, parece llegó a pensar en sustituir todas las rentas fijas por un impuesto sobre la
harina; pero los teólogos (¡!) a los que consultó la cuestión, fueron poco propicios a dicho cambio
(…)
En 1663, Antonio de Contreras presenta a la Junta de Alivios su plan para reducir a una sola
contribución todas las demás, repartiendo el importe global entre los vecinos (…)
Para remediar la situación, Antonio de Somoza y Quiroga, en 1680, propugna reducir todas las
imposiciones de millones y cientos de los mantenimientos comunes a una sola y moderada
contribución de un derecho millonario y legitima alcabala de lo que se vendiere en vino, carne,
aceite y pescado 85.

83
Ruiz Almansa, J.: Viaje a Simancas en busca del Catastro del Marqués de la Ensenada, Madrid, 1946.
84
Pierre Vilar, Unas líneas de introducción al Catastro de Ensenada- El Catastro de Ensenada, Centro de
Publicaciones y Documentación-Ministerio de Hacienda, Madrid, 2002.
85
Matilla Gascón, A., ob. cit. pp. 15, 19-23.

79
Sobre la complejidad de las rentas provinciales da idea la enumeración que de éstas
se hace en el decreto de supresión firmado por Carlos III el 4 de julio de 1770:
Alcabalas, Cientos, Millones y Fiel Medidor, tanto pertenecientes a mi Real Hacienda como
enajenadas; la renta de Azúcares y Seda de Granada…; la de Derechos de Pata-Hendida y demás
géneros sujetos a Millones que se extraen a las provincias exentas, incluso la de Burgos; el uso de
las gracias del subsidio y excusado…; la renta de yerbas; la de ferias y mercados de Torrejón; la
cuota de aguardientes; la alcabala de la nieve de Madrid; el millón de la nieve de Madrid; el millón
de pescados frescos y salpresados; la de cargado por el río de Sevilla; la de puertos entre Castilla y
Portugal; la renta del jabón; la Alcabala de la cerveza de Madrid; la renta de 4 mrs. en libra de velas
de sebo de Madrid; el quinto y millón de la nieve; la de extracción por el río de Sevilla; el importe
de utensilios y paja; las rentas y derechos enajenados a diferentes pueblos que no se reparten por
beneficio común de ellos.

La tendencia a la unificación de las rentas provinciales en León y Castilla, lejos de


desaparecer, se incrementa con el cambio dinástico. En 1732, Miguel de Zabala y Auñón
presenta su famosa Representación al Rey Nuestro Señor Phelipe V, dividida en tres partes
de las que adquiere especial interés la primera. Trata en ésta de los perjuicios que producen
las rentas provinciales de Castilla y cómo debe implantarse en su lugar una nueva
contribución, destacando que, con las rentas provinciales, los más pobres son los que más
contribuyen. Zabala explica los múltiples beneficios que suponen la implantación del
sistema de una sola contribución por el Catastro y opina que, caso de establecerse la
imposición debe confiarse su práctica a los funcionarios que sirven en Hacienda.

El memorial de Zabala hizo arraigar en la mente de Felipe V la idea de reducir las rentas
provinciales de Castilla a una sola contribución, repartida y recaudada por el sistema del Catastro de
Cataluña (…)
Quiso el monarca conocer la verdad de este sistema, y para ello mandó primero, en 20 de febrero
de 1736, traer de Aragón cuantos documentos se refieran a la implantación y práctica de la
contribución llamada Equivalente. Año y medio más tarde ordenaba le enviaran de Cataluña toda la
documentación relativa al Catastro, y estos papeles, unidos a los que sobre igual materia pudieran
hallarse en los archivos y oficinas de la Corte, fueron entregados a Pedro de Hontalba y Arce, a
quien el rey mandó escribir la “Historia del Catastro de Cataluña”(…)
Hontalba falleció sin llevar a cabo su tarea, y todos los papeles reunidos para la Historia del
Catastro de Cataluña vinieron a parar a manos de Zenón de Somodevilla, marqués de la Ensenada,
secretario del Despacho de Hacienda, quien casi desde su nombramiento llevaba en cartera el
proyecto de única contribución.86

La Representación a Felipe V de Zabala abogaba, pues, por el establecimiento


de una única contribución y proponía el Catastro de Patiño en Cataluña como instrumento
para llevarla a efecto.

La cronología de este largo proceso que aúna esas dos cuestiones, la única
contribución y el Catastro de Ensenada, y ocupa gran parte del siglo XVIII a lo largo de
tres reinados, Felipe V (1700-1746), Fernando VI (1746-1759) y Carlos III (1759-1788),
cubriendo la totalidad del de Fernando VI y gran parte del de Carlos III, se ha ordenado en
tres períodos, que no coinciden con los reinados y se expondrá seguidamente.

El primer período transcurre durante trece años, 1736-1749, en que se desarrollaron


una serie de actuaciones preparatorias y ensayos a la “averiguación general”. Podría
tomarse como inicio de este espacio el 20 de febrero de 1736, cuando el rey ordena traer de
Aragón los documentos del Equivalente, que se completa en agosto de 1737 con lo relativo

86
Matilla Gascón, A., ob. cit. pp. 51-53.

80
al Catastro de Cataluña. La muerte de Pedro de Hontalba y Arce, primer destinatario del
encargo real y su traslado a Zenón de Somodevilla, suscitan la entrada en escena del
protagonista principal del proyecto.

Sin entrar en mayores detalles biográficos, que no hacen al caso en una obra de
estas características, resultan necesarias unas notas acerca de uno de nuestros políticos más
brillantes del siglo XVIII. Zenón de Somodevilla y Bengoechea, era marino de profesión y
sirvió eficazmente a los tres primeros reyes borbones: Felipe V, Fernando VI y Carlos III.
El título de Marqués de la Ensenada le fue concedido en 1736 por el futuro Carlos III, a
cuyo servicio se encontraba cuando era rey de Nápoles. En abril de 1743 recibió el
nombramiento de Secretario de Hacienda, Marina, Guerra e Indias. Como Secretario de
Hacienda, sintió la necesidad de sanearla, lo que le llevó a la búsqueda de recursos para
atender reformas y financiar la política exterior. El ministro, había trabajado en Cataluña
bajo las órdenes de Patiño, por lo que conocía bien su modelo, confluyó con una corriente
de opinión que había venido alabando el catastro de Cataluña y pidiendo su implantación
en los territorios de la Corona de Castilla.

Zenón de Somodevilla, Marqués de la Ensenada

Por Real Orden de 1745 el intendente de Murcia tiene conocimiento de que “ha
resuelto S. M. que por ahora se comience y establezca esta importante obra en el Reino de
Murcia”. Fue el primer ensayo que se realizó sobre el futuro Catastro, “siguiendo el
método y las reglas del Catastro del Principado de Cataluña”.

De mayor alcance sería el ensayo de la provincia de Guadalajara, que precisó tres


años para llevarse a efecto. Fue informado por Bartolomé Felipe Sánchez de Valencia, uno
de los directores generales de Rentas Reales, que sería una figura fundamental en el
Catastro de Ensenada87, al que se ordena, en 17 de abril de 1746, llevar a cabo “un práctico
y exacto examen de los medios que sean más naturales y menos gravosos que los
discurridos hasta aquí para que los pueblos hagan fácil el repartimiento y exacción de las
rentas provinciales”. Bartolomé de Valencia88 experimentó en esta provincia el método del
Catastro de Cataluña, con algunas variantes en la valuación de las tierras.

87
Bartolomé de Valencia llevó las riendas del Catastro de Ensenada hasta su fallecimiento a principios de
1757, después de la caída del Marqués ocurrida en 1754. Le sucedería Francisco de Cuéllar.
88
Matilla Gascón, A. ob. cit., pág. 53, dice: El largo nombre de este personaje motivó la concesión del uso
de “media firma”, en los términos siguientes:

81
Corría 1749 cuando el marqués de la Ensenada, en nombre de S. M., sometió en
ensayo de Guadalajara a dictamen del regente de Barcelona y a cinco intendentes más, que
lo emitieron por parejas con diversidad de criterios. Finalmente, el 24 de septiembre de
1749 la certera actuación del marqués de la Ensenada consiguió que el regente y los cinco
intendentes llegasen a un completo acuerdo, redactándose por unanimidad el interrogatorio
y reglas definitivas del nuevo catastro. El momento histórico tendría lugar cuando, por
decreto de 10 de octubre de 1749, Fernando VI se manifestaba de esta forma:

Con el fin de reducir a una sola contribución las de Millones, Alcabalas, Cientos, Servicio
ordinario y sus agregados, contribuyendo cada vasallo a proporción de lo que tiene con equidad y
justicia (…) he resuelto que los Intendentes que separadamente nombraré, pongan en práctica la
instrucción que se insertará a continuación de este decreto, en inteligencia de que no ha de hacer
novedad alguna en las rentas hasta que, efectuadas las averiguaciones prevenidas en la misma
instrucción, se determine lo que se haya de establecer en lo sucesivo 89.

Las averiguaciones a que se refería el monarca tendían a conseguir una estadística


de la riqueza de toda índole y de la población de las veintidós provincias de León y
Castilla90. La responsabilidad de los trabajos en cada una de las provincias recaía en los
intendentes, que fueron restablecidos para el cumplimiento de los fines que la instrucción
señalaba, para ello Bartolomé de Valencia había propuesto recuperar la Ordenanza de
Intendentes de 1718.

Pero el conjunto de la operación exigía de una organización superior que velase por
su más perfecto desarrollo e informase al rey. A estos efectos, Fernando VI, en el mismo
decreto de 10 de octubre de 1749, nombra una Junta de Única Contribución, por encima
de la cual se situaba a Ensenada como Ministro de Hacienda. Los personajes más
influyentes de esta Junta fueron el propio Bartolomé de Valencia, que ocupaba la
Secretaría, y el Marqués de Puertonuevo; también formaba parte de ella Francisco de
Cuéllar, quien sucedería a Bartolomé de Valencia a su fallecimiento.

La reunión inaugural de la Junta, celebrada el 15 de marzo de 1750, puede


establecerse como inicio del segundo período, que discurre hasta 1756 y comprende la
averiguación propiamente dicha. En esta sesión se acordó comunicar a los intendentes:

1º. Que en un pueblo de cada provincia iniciasen el examen prevenido en la instrucción para el
establecimiento de la contribución única (…)
2º. Que, concluida la operación, remitieran las diligencias a la Junta para su reconocimiento
(…)
3º. Que los intendentes y sus subalternos no pudieran recibir bajo pretexto alguno, regalo ni
obvención de la más mínima cuantía.

“Atendiendo el Rey a la dilatada firma que motivan a V. S. los vastos encargos y comisiones, y que a lo
largo de la que usa lo embaraza el tiempo para lo más importante: Ha venido S. M. en que V. S. pueda
firmar con nombre y último apellido solamente (…)”
89
Matilla Gascón, A., ob. cit., pág. 63.
90
Las veintidós provincias de León y Castilla, que se corresponde con treinta y tres en la actual división
territorial, eran: Ávila, Burgos, Córdoba, Cuenca, Extremadura, Galicia, Granada, Guadalajara, Jaén, León,
Madrid, Mancha, Murcia, Palencia, Salamanca, Segovia, Sevilla, Soria, Toledo, Toro, Valladolid y Zamora.
Hay que tener en cuenta que Burgos comprendía también la actual provincia de Logroño y parte de la de
Santander, León la de Asturias, Galicia las cuatro que ahora tiene, Extremadura las de Cáceres y Badajoz,
Sevilla las de Huelva y Cádiz, Granada las de Málaga y Almería, Murcia la de Albacete; además existía
entonces la provincia de Toro.

82
En la exposición que la Junta hizo al rey el 20 de octubre de 1754, se le daba cuenta
de que se hallaban ya evacuadas las diligencias de doce provincias. La siguiente exposición
al monarca por parte de la Junta se produce el 30 de abril de 1756. En ella se hacía presente
que las veintidós provincias habían remitido ultimadas las diligencias y se exponía un
resumen de los resultados obtenidos del producto anual, expresados en reales de vellón,
que alcanzaba los 2.731.916.173. A estas alturas Ensenada llevaba dos años fuera del
Poder y a principios de 1757 se produciría el fallecimiento de Bartolomé de Valencia,
brazo derecho del marqués en el asunto de la Única, al que sucedió el 1.º de marzo del
mismo año Francisco de Cuéllar como secretario de la Junta de Única Contribución.

En cuanto al detalle con que se desarrollaron los trabajos, dando aplicación a lo


dispuesto en el Real Decreto, se inició la tarea de averiguar las riquezas y medios de
subsistencia de los súbditos de la Corona. La responsabilidad del trabajo, como se ha visto,
quedaba en primera instancia en manos de los intendentes provinciales, asesorados por
equipos de agrimensores y expertos dependientes de ellos.

Cuando los intendentes reales llegaban a un pueblo, debían elegir un asesor y un


escribano que, junto con los agrimensores, llevaban el peso técnico de las operaciones. A
la vez se convocaba al cura del lugar “por recado cortesano”. Éste, con el alcalde, dos
regidores y algún vecino experto, constituía la Junta Local que contestaba a los
“Interrogatorios generales”. Mientras tanto, los cabezas de familia comenzaban sus
declaraciones particulares. A partir de ellas, los peritos efectuaban los reconocimientos y
comprobaciones pertinentes.

En tanto que los funcionarios pasaban a otro pueblo, en el primero se ultimaban los
datos y se preparaba la elaboración de los “Mapas” o “Estados Generales” que luego eran
tratados en instancias superiores, sistematizándose fundamentalmente por provincias91.

Inventario de papeles de la provincia de Sevilla

El conjunto del proceso de recogida de información, se puede agrupar en:

a) Respuestas Generales.- Constituían un interrogatorio de 40 preguntas elaborado por


la Junta de Única Contribución. Aportaban una información general del pueblo que
contenía datos descriptivos, socio-demográficos, del ayuntamiento y su posición

91
Carlos Calvo Alonso, ob. cit., pp. 92.

83
económica, situación fiscal y valoración de todas las actividades económicas.
Recogía información sobre los cultivos, sus rendimientos en las distintas calidades
de la tierra y sus precios en mercado. A partir de esta documentación se calculaba
el producto bruto, que había de constituir la base imponible sobre la riqueza
agrícola. También constaban en estas respuestas los salarios que se prestaban y el
número de jornadas hábiles, datos necesarios para establecer el Impuesto Personal.

b) Respuestas Particulares.- Correspondían a las declaraciones de los cabezas de


familia y a las comprobaciones que sobre ellas se hacían. Junto con las Respuestas
Generales eran la base de los demás documentos. De ellas resultaban:

- Los Libros de Familias, tanto de clérigos como de seglares, recuento total de la


población de cada localidad. Se citaba al cabeza de familia y a todas las personas
dependientes de él.

- Los Libros de Haciendas, recopilan las declaraciones que cada sujeto fiscal hizo
de sus posesiones y fuentes de ingresos, comprendiendo: enumeración de todas las
parcelas, con su extensión, tipo de cultivo, secano o regadío; cita de cada una de las
casas poseídas; instalaciones comerciales, agrícolas o industriales dependientes del
declarante, con estimación de sus rendimientos; cabezas de ganado y sus
rendimientos; censos o juros, a favor o en contra; actividades profesionales y
evaluación de sus ingresos netos; situación social.

c) Mapas Generales.- Se obtenían por el intendente de la provincia a partir de la


sistematización de los anteriores estados de información. Distribuyen su contenido
por “letras”; dentro de cada una de ellas se establecieron diferentes apartados para
clérigos y para seglares.

d) Libro de Mayores Hacendados.- No estaba previsto inicialmente, pero fue impuesto


por Bartolomé de Valencia en 1753, sin indicar su finalidad y recomendando
solamente formarlo “sin pérdida de tiempo y con el mayor sigilo”. Se trataba de un
registro de los bienes de la mayor casa diezmera de cada pueblo, que no siempre
coincidía con el propietario más rico

Las operaciones catastrales comenzaron en marzo de 1750, con el levantamiento a


título de ensayo de un pueblo en cada provincia. Una vez terminadas aquellas pruebas (en
junio de 1751) la Junta examinó los resultados, reorientando y uniformando el trabajo de
los intendentes. En octubre de 1754 quedaron terminadas todas las provincias, excepción
hecha de Segovia (1755) y Murcia (1756)92.

Todo estaba dispuesto para la puesta en marcha de la reforma pero, como se ha


visto, en 1754 había caído el Marqués de la Ensenada y en 1757 murió Bartolomé
Sánchez de Valencia, “alma” de la Única Contribución desde sus orígenes.

El comienzo del tercer período de este proceso puede hacerse coincidir con el inicio
del reinado de Carlos III. De este modo, el 20 de junio de 1760, estando al frente de la
Hacienda Esquilache, se constituye una Segunda Junta de Única Contribución. De ésta
formaban parte, entre otros, el marqués de la Ensenada y, como secretario, Francisco de

92
Juan Pro, ob.cit. pp. 16 y 17.

84
Cuéllar. La Junta dictaminó que convenía se procediese a una confrontación y
comprobación de las diligencias practicadas en virtud del Real decreto de 10 de octubre de
1749. Por Decreto del 15 de diciembre se reanudaban los trabajos. En 1764, Francisco de
Cuéllar, Secretario de la Segunda Junta, informó que se habían concluido las
comprobaciones ordenadas en 1760. Estas comprobaciones constituyen una nueva
estadística diez años posterior a la de Ensenada y sus resultados se califican de
catastróficos:

Los pueblos pensaron que a menores fondos les correspondería menor contribución, y,
procediendo con absoluta libertad y arbitrio –son palabras del propio Cuéllar-, amañaron las
operaciones de tal suerte, que los productos y efectos de los tres ramos, Real, Industrial y Comercio,
quedaron reducidísimos: ¡en algunas provincias, a menos de la mitad que en las primeras
diligencias!93

A partir de esta fecha los papeles y documentos de la Única Contribución pasaron


de mano en mano como “patata caliente” o responsabilidad que nadie quisiera asumir. En
mayo de 1766 se impuso la participación en la Junta de Única Contribución del presidente
del Consejo de Castilla, conde de Aranda y el del Consejo de Indias, marqués de San Juan
de Torres Albas. En este contexto, Cuéllar recibió la orden de entregar al conde de Aranda
la documentación sobre la única contribución, a fin de que se instruyera sobre el estado del
proyecto. Una Real orden posterior dispuso el pase de los papeles al marqués de San Juan,
para que a su vez los estudiara.

El 4 de julio de 1770 Carlos III dio un paso decisivo con la firma de tres decretos.
El primero de ellos y fundamental extinguía las rentas provinciales, implantando en su
lugar la única contribución; el segundo disolvía la Junta de la Única Contribución y
transformaba la Sala de Millones del Consejo de Hacienda en Sala de Única Contribución,
y el tercero suprimía el impuesto del 14 por ciento sobre las ventas. Detalles de lo ocurrido
en los cinco años siguientes, últimos de este largo proceso, pueden encontrarse en Matilla
Gascón:

En el primer decreto el rey declara (…) que debía empezarse a cobrar la nueva contribución (…)
después que el Tribunal nombrado al efecto le informara hallarse arreglado todo lo prevenido en la
instrucción para la ejecución y establecimiento del nuevo sistema (…)
El Tribunal a que se refería el monarca no era otro que la (…) Sala de Única Contribución (…)
El repartimiento general por provincias estará a cargo de dicha Sala. Se ha de hacer con arreglo a
las utilidades averiguadas en virtud del decreto de 10 de octubre de 1749 (…)
Faltaba sólo efectuar los repartimientos en las provincias, conforme a la instrucción para que la
gran máquina se pusiera en marcha (…) En 26 de julio de 1772 se ve en la Sala de Única
Contribución el estado en que se hallaban las diligencias en las provincias (…)
La Sala de Única Contribución pasó al fiscal, en 15 de septiembre de 1775, noticia del tanto por
ciento ínfimo y mayor a que salía la contribución según los repartimientos. El fiscal hizo notar la
desigualdad que resultaba (…) Justificó la Sala estos defectos:
1º. Por haberse hecho el prorrateo según los fondos averiguados por la instrucción de 1749
(…)
2º. Porque muchos pueblos, en la averiguación de fondos hecha según la instrucción de 4 de
julio de 1770, los habrían disminuido para que en vez de un 6 por 100 les saliera un 12, o
más (…)
Vista esta explicación de la Sala, no se decide el fiscal a dar un dictamen concluyente hasta no
efectuarse la especulación y examen de los particulares recursos de las provincias o pueblos 94

93
Matilla Gascón, A., ob. cit., pág. 100.
94
Matilla Gascón, A. ob. cit., pp. 107-124.

85
Esta decisión del fiscal, firmada el 7 de diciembre de 1775, puso fin de hecho a
cualquier posibilidad de puesta en práctica de la Única Contribución y de aplicación de la
“magna averiguación fiscal” que significó el Catastro de Ensenada.

De este modo, como dice Concepción Camarero:

El Catastro de Ensenada, cuyas primeras averiguaciones tuvieron lugar entre 1749 y 1756, tras dos
decenios de comprobaciones y tanteos de implantación, quedó finalmente anclado, sin llegar nunca
a ser utilizado para lo que fue concebido: fundar sobre bases reales y equitativas la necesaria
contribución de todos los vasallos –cualquiera que fuese su condición estamental- a las arcas
públicas, simplificando a la vez el por entonces muy complejo sistema fiscal mediante la sustitución
de sus cientos de conceptos y ramos por una única contribución.95

Para Juan Pro:

A pesar de todos los problemas, las resistencias, las ocultaciones, etc., y a pesar del fracaso final
de la Única Contribución, hay que decir que el Catastro de Ensenada fue una de las operaciones de
información fiscal mejor diseñadas y ejecutadas de la historia de España. 96

En los años finales del siglo XVIII, la Revolución Francesa (1789) habría de
provocar un movimiento revolucionario liberal en toda Europa que destruiría el marco
institucional del Antiguo Régimen. El catastro se veía como el gran igualador y cobraría un
renovado interés en el modelo económico y social del capitalismo que intentaban construir
los revolucionarios. Simultáneamente, el desarrollo de la cartografía permitió definir de
forma precisa límites y superficies.

3. EL SIGLO XIX.

3.1. LOS CIMIENTOS DEL CATASTRO

A lo largo del siglo XIX se establecerían los pilares sobre los que habría de
asentarse el Catastro español. El primero de éstos sería el empeño de establecer un
Impuesto Territorial que sustituyese a los persistentes del Antiguo Régimen.

La justa distribución de este impuesto creaba la necesidad de disponer de un


mecanismo de información y éste no sería otro que un catastro, considerado el término en
el sentido más amplio según la clasificación establecida por Enrique Alcaraz97 que, de
forma ascendente, abarca desde un primer grupo que incluye los que denomina Catastros
Estadísticos, que realizan solamente la descripción de la riqueza y de los que existen dos
variantes, las Estadísticas Territoriales y los Catastros por masas de cultivo; el segundo
grupo, Catastros parcelarios, realizan la descripción del inmueble y de sus relaciones
jurídicas con las personas, en este caso las variantes ascienden desde Amillaramientos,
Avances Catastrales, Topográficos Fiscales y Topográficos Jurídicos.

95
Concepción Camarero Bullón, El Catastro de Ensenada, Introducción.- Centro de Publicaciones y
Documentación- Ministerio de Hacienda, Madrid, 2002.
96
Juan Pro, ob. cit. pág. 23.
97
Enrique Alcaraz, Ponencia para el IX Congreso Internacional de Agricultura.- Madrid, 1911, pág. 11.

86
En el discurrir del siglo XIX, se habrá de asistir a distintas iniciativas, en principio
de naturaleza netamente Estadística que, a partir de la segunda mitad de la centuria, darían
entrada a los Amillaramientos para llegar, al finalizar el siglo, a los Catastros por masas de
cultivo.

También en este siglo se crearían una serie de instituciones y se dictarían


disposiciones legales que habrían de jugar un papel decisivo en el futuro Catastro español.
Entre las primeras habría que citar la Comisión General de Estadística del Reino, después
Junta de Estadística, hasta la creación del Instituto Geográfico y del Cuerpo de Topógrafos
(1870). Las disposiciones comprenderían desde la orden del ministro Cortina de proceder a
la formación de los mapas de las provincias (1840) y culminaría con la Ley de 24 de
agosto de 1896, sobre Catastro por masas de cultivo.

La revolución liberal española, desencadenada a raíz de la invasión francesa de


1808 irá asentándose, entre avances y retrocesos, pactos y enfrentamientos, al menos hasta
1840; el nuevo Estado surgido de la revolución buscaría durante largos años un sistema
tributario para sustituir al del Antiguo Régimen, sin conseguir implantarlo hasta 184598.

La Constitución de Cádiz, de 18 de marzo de 1812, recogía el orden liberal que los


revolucionarios pretendían imponer al país tan pronto fueran expulsados los franceses. Su
artículo 339 fijaba que las contribuciones deberían ser proporcionales a la riqueza de los
individuos, el 344 disponía que las Cortes aprobarán el repartimiento de la contribución
directa entre las provincias “a cada una de las cuales se asignará el cupo correspondiente a
su riqueza”, por su parte el 335 había atribuido a las diputaciones la formación de la
estadística de las provincias. Según el planteamiento anteriormente expuesto, ya se tendría
el impuesto y el mecanismo para facilitar su aplicación, que podría ser la estadística de las
provincias.

La Diputación de Sevilla, en cumplimiento de esta disposición, encarga a Álvaro


Flórez Estrada99, intendente del ejército en Andalucía, la elaboración de un proyecto, que
su autor presentó en 1814 con el título de Plan para formar la Estadística de la Provincia
de Sevilla.

98
Juan Pro, ob. cit. pp. 36-42.
99
Álvaro Flórez Estrada: Pola de Somiedo (Asturias), 1765-1853. Economista, abogado y político. Graduado
en leyes por la Universidad de Oviedo, se estableció en Madrid. A los treinta años fue nombrado por Godoy
Tesorero Principal de Rentas. En1798 la Junta General del Principado le nombra su procurador general, hasta
que disuelta la Junta escapa a Sevilla. En 1813 fue designado intendente de Sevilla, donde, por encargo de su
Diputación, redacta su Plan para formar la Estadística de la provincia de Sevilla. Con la restauración del
absolutismo tuvo que exiliarse en Londres, allí escribió su Representación a S. M. Fernando VII en defensa
de las Cortes (1818). Durante el trienio liberal fue intendente del ejército en Valencia y de nuevo en Sevilla
(1821) y, finalmente, ministro de Estado. En 1823 volvió a exiliarse en Londres donde estudió a los
economistas Smith, Ricardo, Malthus y Mill, cuyas ideas divulgó en España a través de su obra Curso de
Economía Política, que sirvió de texto en las universidades españolas e hispanoamericanas durante muchos
años. Defendió las ideas desamortizadoras de Mendizabal pero no sus métodos; opuesto a la desamortización
eclesiástica mediante la subasta pública, abogaba porque las tierras desamortizadas fuesen entregadas
mediante arrendamientos enfitéuticos. En 1845 fue honrado con el cargo de senador vitalicio del reino.

87
Portada de la obra e imagen de Álvaro Flórez Estrada.

Por resultar de sumo interés, se reproduce un extracto del contenido de esta obra en
un intento de difundir sus aspectos más destacables.

DISCURSO PRELIMINAR

Su objeto [de la Estadística] es el que el gobierno y los ciudadanos, tengan un conocimiento


fácil, y pronto de todos los datos que son necesarios para formar con acierto y seguridad los planes
que pueden ser conducentes á mejorar la suerte de los pueblos (…) pues no conocidas las riquezas
de la provincia, del pueblo y del individuo no es posible imponerles con equidad las contribuciones
(…) Se deduce también que una estadística imperfecta causaría males mucho más perjudiciales, que
si se careciese absolutamente de tan necesaria obra: porque los efectos del error son siempre mucho
más funestos que los de la ignorancia (…)
Vea aquí V. E. motivos poderosísimos para no tratar de emprender provisionalmente la
importante obra de la estadística, que solo producirá ventajas y ventajas incalculables, quando sea
perfeccionada, ó se aproxime á serlo (…)
El que haya saludado nuestra historia antigua y moderna sabrá, que desde tiempos muy
remotos se pensó y aun trabajó en lo mismo que á nosotros se nos encarga hoy emprender. Sin
hablar de los trabajos del rey D. Alonso el Sabio, para el aforamiento de todas las cosas permutables
por dinero, que tienen la mayor analogía con la estadística, ni de aquellos de los Reyes Católicos
relativos al censo, y medidas de terrenos, se sabe que durante el reynado de Felipe II, se trabajó sin
interrupción en esta misma empresa, y entre otras muchas cosas en su mismo tiempo se logró
concluir por mano del célebre matemático Esquivel el mapa geométrico de toda la península: de
este, a pesar de ser una obra tan clásica, y apreciable, ningún vestigio nos resta, tal fue nuestra
decadencia y descuido100 (…)
La nación entonces no era compuesta mas que dos solas clases, opresores, y oprimidos (…)
Por decirlo en una palabra, entonces el pueblo español no tenía una Constitución para cimentar sobre
ella con plan, con solidez, y con firmeza su inalterable prosperidad (…) solo por una desidia
criminal, ó por una criminal conducta de las diputaciones provinciales se podría dexar de dar
principio a esta grandiosa obra que les está mandado executar 101 (…)
Convencido íntimamente de quanto acabo de exponer (…) paso á manifestar lo que he
meditado acerca del plan de tan importante obra, igualmente que los ramos, y materias a que deberá
extenderse.

100
Sorprende que no haga la menor mención al Catastro de Ensenada.
101
Clara alusión al artículo 335 de la Constitución de Cádiz antes mencionado.

88
PLAN PARA FORMAR UNA ESTADISTICA GENERAL

En mi concepto debe darse principio a la estadística de una provincia formando la del


terreno correspondiente al partido de la capital. Mucho mas fácil será precaver, y enmendar
qualquier defecto en un pueblo numeroso, tanto por los auxiliares físicos con que podría contar el
encargado de formarla, como por las mayores luces (!) de sus habitantes (…) De este modo la
estadística de la capital servirá después de norma para formar mas acabadamente la de los partidos
restantes (…)
Se dará principio a esta importante obra levantando el plano topográfico del término de
Sevilla en el cual se tendrá gran cuidado de marcar con la mayor exactitud los términos o partidos de
los pueblos limítrofes, y de señalar en su escala con igual escrupulosidad todos caminos, sendas,
veredas y trochas. También se deberán señalar con especificación muy circunstanciada, y verídica
los olivares, viñedos, tierras valdías, o de pasto, las que se siembran, los terrenos de monte alto y
baxo, los bosques, y finalmente las tierras que ocupan los caminos, ríos, arroyos, charcos y lagunas.
También se deberá marcar la calidad de los terrenos clasificándolos por ahora a lo menos en tres
especies, a saber: arcillosos, quarzosos, y calizos (…)
Por tierras cultivadas entiendo todas las que se labran periódicamente en diversos años, y
con qualquiera genero de labor. Por incultas cultivables, comprendo todas aquellas, que por su
calidad son apropósito para producir trabajadas al arado (…) En el número de las incultivables
cuento las montañas peladas, las sierras elevadas o asperas, los barrancos escarpados; en fin todos
los terrenos de ínfima calidad cuyo producto no sufragaría al trabajo (…)
En el plano se expresará también la calidad del terreno reducida a tres suertes: primera,
segunda y tercera (…) En el plano también se especificará a que especie de simientes, o labores se
aplican las tierras cultivadas (…) Del mismo modo se especificará lo que producen las incultas (…)
Es indispensable que el plano señale los grados de latitud y longitud que encierra el territorio,
adoptando un meridiano fixo y determinado (…)
La diputación deberá elegir tres sujetos instruidos en la historia natural, química y botánica
para que formen la descripción científica de las producciones de la provincia (…)

ESTADISTICA DE LOS PRODUCTOS DE LA AGRICULTURA Y DE LA TIERRA

Para averiguar con la mayor exactitud posible esta riqueza, además de las declaraciones de
los individuos propietarios, y cosecheros, siempre inexactas, y nada verídicas, deberá formarse un
plan (…) la diputación provincial nombrará otro de sus individuos con facultades amplias para elegir
labradores peritos en cada partido,, por cuyo medio adquiera quantos datos, y noticias sean
necesarias para los estados que se han de formar, del mismo modo que el cabildo eclesiástico
nombra sus tazmiadores (…)
La tierra es la madre común de todas las producciones del labrador, y como solo concede
sus dones en razón del trabajo, e inteligencia con que preparada, mal podría formarse una idea
exacta de su individual de los trabajos, y auxilios que el hombre les presta. Así que en la estadística
rural debe anunciarse con mucha especificación que labores lleva cada cosecha, de que instrumentos
se hace comúnmente uso para ellas (…) Que aranzadas de tierra labra una yunta de bueyes, y
quantas una de mulas o caballos. También se expresará si se hace uso de abonos, o estiércoles, si son
de animales, vegetales, o minerales (…)

ESTADISTICA DE GANADOS

El ramo de ganados después del de cosechas es sin duda el capital más interesante de todo
propietario, y sin una razón exacta de su número, de la facilidad de su reproducción, de la utilidad de
sus aplicaciones, y usos, de los medios de conservación, y de las mejoras de las razas (…)
Sevilla, y su término tienen tantas cabezas de ganado caballar, tantas de ganado mular,
tantas de ganado asnal, tantas de reses vacunas, de las quales tantas son de labor, y tantas
trashumantes o indómitas, tantas de ganado lanar, de las quales tantas son merinas, y tantas churras,
tantas de ganado cabrío y tantas de ganado de cerda (…)
Hay otra especie de ganado de segundo orden (…) Tales son las abejas, gusanos de seda, y
aves caseras (…) También se podrá presentar enseguida el estado del importe de la pesca de rio y el
de la caza (…)
En la estadística rural no deben omitirse las noticias relativas a los combustibles. Como
estos son una primera materia, no solo para los principales usos domésticos, sino también para el

89
oportuno establecimiento de la mayor parte de las fábricas, conviene mucho saber su cantidad, y
calidad (…)
Como los pesos y medidas son de un uso tan frecuente en los negocios y operaciones de los
labradores, es muy conveniente, que en la estadística rural se anuncien de un modo claro, y que no
den motivo a ideas confusas, o equivocadas los pesos, y medidas que se usan en cada pueblo. ¡Quan
conveniente sería que las diputaciones provinciales tratasen de uniformar los de cada provincia! ¡Y
quantos fraudes, y disensiones se evitarían, si el supremo Gobierno estableciese unos mismos en
toda la nación, buscando su tipo en la naturaleza 102, a fin de que jamás pudiese sufrir alteración por
la avaricia y corrupción de los hombres (…)

ESTADISTICA DE LAS CASAS, Y DEMAS EDIFICIOS

Como una buena estadística debe servir de barómetro para la justa imposición de las
contribuciones, no puede dexar de presentar con veracidad la descripción de las casas, que ya sean
edificios urbanos, ya rústicos, o son un fondo productivo de la riqueza actual, o quando menos un
recurso indispensable para adquirirla (…) Así que convendría formar estados en los quales resulte:
1.º Que número de casas, y de otros edificios tiene el pueblo. 2.º Qual es el objeto de estos. 3.º A
quanto asciende el valor de aquellas en venta, y a quanto su producto anual en renta. 4.º Quanto se
calcula de quiebras anuales en cada casa durante los treinta primeros años de su construcción,
quanto en los treinta años siguientes, y quanto en los años posteriores a estos (…)

ESTADISTICA DE LA POBLACION

Reducida la estadística a ser una fiel pintura de los recursos existentes, y posibles de la
prosperidad de un pueblo, provincia, o imperio, mal pudiera omitirse en esta obra una noticia
completa, distinta, y exacta de la población, siendo los brazos laboriosos de las sociedades el
verdadero, principal, y casi único fondo de todas sus riquezas, y fuerza, y los improductivos, y
ociosos los que disminuyen aquellas, y destruyen esta (…)

ESTADISTICA DE LA INDUSTRIA

Después de la agricultura nada puede contribuir tanto a la prosperidad, y riqueza de un


pueblo como la industria. Si aquella produce todas las primeras materias, esta dándoles una nueva
forma duplica, triplica o centuplica su valor, y haciéndolas servir para diferentes usos fomenta su
producción. Al paso que la industria interesa a las sociedades, en esta misma razón les conviene
formar la estadística de sus fábricas, manufacturas, artes y oficios (…)
La diputación para abreviar este trabajo elegirá uno de sus individuos con el encargo de
formar los estados, o noticias estadísticas pertenecientes a la industria de su provincia (…)

ESTADISTICA DEL COMERCIO

Si la agricultura aumenta la riqueza de un pueblo produciendo las primeras materias, y si la


industria contribuye también a aumentar esta misma riqueza, elaborando, y manufacturando aquellas
materias toscas y rudas, qual salen de las manos del labrador, el comerciante transportándolas del
lugar en donde no se consumirían al lugar en donde escasean, les hace adquirir más valor, y que se
aumente su producción (…)
Para formar las noticias estadísticas relativas al comercio, la diputación deberá nombrar un
individuo que ante todas cosas forme un estado en el qual resulte el número de comerciantes de cada
comercio exterior, especificando si hacen el de consumo o el de transporte; en el segundo a los
dedicados al comercio interior, y en el tercero a los que a un mismo tiempo hacen uno, y otro (…)
Como los buques forman una parte esencial del comercio (…) deberá formarse un estado
por el qual resulte el número de buques de cada pueblo, el de los marineros de su tripulación, el de
las toneladas que cargan, quienes son sus dueños, quienes sus cargadores, y el precio de los fletes
que hubiesen conducido en el año (…) Igualmente se expresará el número de carros, y el recuas o
cabañas , de bestias de transporte que hay en el pueblo (…) el número de quintales que suelen
conducir al año (…)

102
Cuando Alvaro Florez redacta su Plan hace más de un decenio que el metro ha sido establecido, cuestión
que no menciona pero de la que es muy posible que tuviera cierta información como parece deducirse de esa
propuesta de buscar la medida de la naturaleza.

90
ESTADISTICA DE LAS FESTIVIDADES

Si se omitiese la noticia de los días en que no es permitido ocuparse en los trabajos de que
se acaba de hablar, mal se podría calcular la cantidad de riqueza que puede producir la sociedad y
por consiguiente la estadística sería muy defectuosa (…) Quanto mayor pues sea el número de los
días de trabajo, mayor será la cantidad e nuestras verdaderas riquezas (…) El espíritu de devoción
que anima a los fieles a multiplicar las festividades es más bien contrario que conforme a la
verdadera religión que profesamos (…)

ESTADISTICA DE LA EDUCACION

Querer que un pueblo que no cuida de la educación de los jóvenes, logre, quando sean
adultos, tener ciudadanos capaces de proporcionar su prosperidad, es pretender recoger una cosecha
abundante en un terreno que ni se siembra ni se cultiva. La educación es para el hombre una segunda
madre (…) El conocimiento del estado en que se halla la enseñanza de las artes y ciencias, merece
por lo mismo en la estadística un lugar aun muy preferente a todos los demás ramos (…)
La diputación nombrará uno de sus individuos para formar esta parte de estadística, el qual
hará un estado de todos los establecimientos dedicados directamente a la pública educación de los
jóvenes de ambos sexos (…) Se formará otro en que se exprese lo que se enseña en cada uno, ya sea
relativo a ciencias, ya a artes, ya a oficios, y en él resultará el número de escuelas de primeras letras,
el de cátedras de ciencias abstractas, el de cátedras de ciencias exactas &.
Después de esta clasificación, se formará otro estado para presentar el método de enseñanza
que se observa (…) También se expresará con la mayor individualidad que penas o castigos se les
imponen a los niños y que horas de exercicios gimnásticos o de recreo tienen en compañía de sus
maestros (…)
En todas las sociedades civilizadas, además de los establecimientos, que llamamos de
educación pública, y que son dirigidos a la instrucción de la juventud, hay otros, que aunque tienen
un objeto primario muy diferente, influyen tanto, o mas que aquellos en las costumbres (…) Tales
son los destinados a las públicas diversiones, y para la pública corrección, o prisión de los
ciudadanos que faltan a sus deberes.
Se formará pues un estado exacto de todos los establecimientos que hay en el pueblo
destinados para el regocijo, recreo, o diversión de los ciudadanos, como son los teatros, plazas de
toros, casas de juegos de villar, de trucos, de bochas, de pelota, de valon, luchas de gallos & &.

DE LAS CONTRIBUCIONES DEL ESTADO, Y DE LAS CONTRIBUCIONES MUNICIPALES

Se formará pues un estado de todos los impuestos con que cada pueblo contribuye al erario
de la nación: otro del sueldo de todos los que disfrutan en el mismo pueblo sueldo del erario público
(…)
CONCLUSION

He anunciado aquí los datos, o noticias, que en mi concepto pueden ser suficientes para
tener una idea exacta de las riquezas de esta provincia, y para formar con ellas planes fundados de
mejoras y adelantamientos (…) La diputación pues para concluir quanto antes esta importantísima
obra (…) deberá nombrar otros tantos individuos, encargando a cada individuo, uno, dos, o tres
ramos, según les quepan (…) En seguida deberá establecer una mesa con quatro o seis oficiales
encargados exclusivamente de arreglar, coordinar, y poner en limpio con cierto método, sistema, y
separación los trabajos estadísticos que les remitan los diputados. Después de todo esto, para que la
obra tenga aquella unidad de ideas y de cálculos (…) que tan necesarias son cuando todos los
trabajos deben ir a parar a un solo punto, lo que sería imposible sin un gefe (…)
Las funciones de este director serían pedir, y recibir de la mesa los trabajos estadísticos,
coordinados ya en dicha oficina, examinarlos, compararlos, y rectificarlos de nuevo,
inspeccionándolos personalmente en toda la extensión de la provincia, auxiliado de dos
matemáticos, un químico, un naturalista, un mineralogista, un botánico, una persona inteligente en la
economía, un arquitecto, dos carpinteros [!], y de dos escribientes (…) Este director y subalternos
deberán formar una compañía ambulante para rectificar todos los datos, que han de resultar de la
estadística (…) Si el gobierno no adopta igual sistema con respecto a la estadística general de toda la
península, nombrando un solo director de toda ella, y la compañía ambulante de sabios auxiliares,
como la que propongo para esta provincia, ¿Cómo podemos prometernos tener jamás una exacta
estadística del imperio español?

91
El Plan de Flórez Estrada es un trabajo de Estadística global sobre una provincia
(Sevilla), extensible a todo el país, con el propósito de proyectar su progreso, que
trasciende a los que cuarenta años después serían trabajos de Estadística catastral del
Ministerio de Hacienda.

Muerto Fernando VII en 1833, durante la Regencia de María Cristina, en 1837,


Juan Álvarez Mendizábal introdujo la primera contribución territorial de la historia de
España, que no llegó a recaudarse.

Las primeras medidas para la formación de la estadística vinieron de la mano de


Manuel Cortina, líder del ala derecha del progresismo, que ocupó la cartera de
Gobernación en el gabinete de Espartero. En 1840 Cortina mandó proceder a la formación
de mapas de las provincias, señalando como motivo expreso que los mapas serían “el
fundamento del catastro”. El 7 de febrero de 1841, Cortina decretó la formación de una
Estadística de la Riqueza, cuyo objetivo declarado era servir para un reparto más
equitativo de las contribuciones directas que habría de implantar 103

3.2. LA REFORMA TRIBUTARIA DE MON: EL IMPUESTO SOBRE INMUEBLES,


CULTIVO Y GANADERÍA

Durante el período histórico conocido como Década Moderada, se produciría un


paso trascendental en el proceso que se está siguiendo a través de la Ley de Presupuestos
de 23 de mayo de 1845, conocida como Reforma Tributaria de Mon y, dentro de ésta, la
implantación de la Contribución de inmuebles, cultivo y ganadería, que refundió a nivel
nacional toda una serie dispersa de tributos existentes hasta esa fecha y extendió la
contribución territorial directa a todo el Estado, hasta entonces limitada a los territorios de
la Corona de Aragón.

La Reforma Tributaria, que contenía las disposiciones que dieron origen a la


Reforma Liberal de la Hacienda, fue la acción más destacada de Alejandro Mon, ministro
de Hacienda en varias ocasiones (1837-38, 1844-46 y 1849) y Presidente de un gobierno
de la Unión Liberal (febrero-septiembre de 1864)104. La Contribución de inmuebles,
cultivo y ganadería, cuyos principios básicos fueron establecidos por una Comisión
Especial de Hacienda, presidida por Javier de Burgos, consistía en una contribución que
combinaba una distribución de cupo con una recaudación de cuota.

103
Juan Pro, ob. cit. pp. 60-61.
104
Antoni Segura i Mas, La Reforma Tributaria de Mon (1845) y los Amillaramientos de la segunda mitad
del siglo XIX-El Catastro en España (1714-1916).- CGCCT, Madrid, 1988, pp. 113-115.

92
Alejando Mon. Ministro de Hacienda. Reinado de Isabel II

La Ley 23 Mayo 1845, dispone:

Artículo 2.º Se establece sobre las bases señaladas en la letra A una contribución de repartimiento
sobre el producto líquido de los bienes inmuebles y del cultivo y ganadería.
Se fija la cantidad total de esta contribución para el Tesoro público en el presente año en
trescientos millones de reales.

De este modo, el Ministerio de Hacienda fijaba anualmente por ley el rendimiento


total del impuesto y el cupo correspondiente a cada provincia.

Del Real Decreto 23 Mayo 1845, Disposiciones para el establecimiento de la


contribución territorial, se destaca:

CAP. III.- Repartimiento entre los pueblos de cada provincia.


Art. 11. En cada provincia corresponde a la Diputación provincial el repartimiento del cupo
principal y cantidades adicionales expresamente determinadas por la ley entre los pueblos de la
misma provincia.
CAP. IV.- Repartimiento entre los contribuyentes de cada pueblo o distrito municipal.
Art. 12. En el mes de Febrero de cada año se nombrará entre los contribuyentes de cada pueblo o
distrito municipal un número de peritos repartidores igual al de individuos del Ayuntamiento (…)
Los peritos repartidores se renovarán todos los años (…)
Art. 14. En las grandes poblaciones y en las poblaciones que posean un territorio de grande
extensión, los Ayuntamientos, con la aprobación del intendente, podrán asociar a los peritos
repartidores uno o dos arquitectos o agrimensores para hacer las tasaciones o mediciones
facultativas que sean necesarias (…)
Art. 20. Al repartimiento de cada contribución precederá en cada pueblo una evaluación general
de todos los bienes inmuebles y de la ganadería; exigiendo de los propietarios, y en su defecto de
sus administradores o apoderados, relaciones juradas de los predios rústicos y urbanos que posean o
administren (…) En estas relaciones se expresará: (…) el valor (…) y la estimación de la renta (…)
Art. 25. El Ayuntamiento pasará todas las relaciones a los peritos repartidores y éstos (…)
procederán a su examen y comprobación (…)
Art. 26. Los peritos repartidores harán la evaluación de los productos de las fincas (…) fijando a
cada una el producto líquido que corresponda (…)
Art. 27. La evaluación se hará tomando un periodo de ocho a diez años (…)
Art. 36. Hechas que sean las evaluaciones, los peritos repartidores formarán el padrón general de
la riqueza inmueble del pueblo.

En los cinco años siguientes a la reforma tributaria de 1845, los moderados idearon
dos sistemas sucesivos de recogida de información sobre la propiedad territorial: los
Padrones de la Riqueza (1845) y la Estadística de la Riqueza (1846). El primero de estos

93
sistemas, definido por el R. D. de 23 de mayo de 1845, ha sido tratado anteriormente Las
declaraciones de los propietarios, ordenadas alfabéticamente, constituían el Padrón
General de la Riqueza de cada pueblo.

Cuando después de una ausencia de dos meses, Alejandro Mon volvió al Ministerio
de Hacienda en abril de 1846 quiso implantar un nuevo sistema de Estadística de la
Riqueza. Comenzó por crear en el Ministerio de Hacienda una Dirección General de
Estadística de la Riqueza. Al fin, el 18 de diciembre de 1846 aparece el Reglamento de la
Estadística Territorial, cuyo objetivo era la formación simultánea de dos documentos
complementarios: el registro de fincas rústicas y urbanas, relación literal de parcelas y
propietarios, elaborado a partir de las declaraciones de éstos; el otro, llamado catastro, se
encaminaría a evaluar el producto líquido imponible de cada pueblo en función de sus
cultivos.

3.3. LOS AMILLARAMIENTOS

Para Alcaraz, amillaramientos son “la regulación de los caudales y granjerías de los
vecinos de un pueblo y también el repartimiento entre ellos de la contribución por los
millares en que se regulan dichos caudales o granjerías”105. Por su parte el artículo 47 del
Reglamento de 30 de junio de 1855 lo define de este modo: “Se entiende por
amillaramiento la relación numerada y por orden alfabético de primeros apellidos de todos
los dueños o usufructuarios de bienes inmuebles y ganadería (…) que haya en cada distrito
municipal, en cuya relación se ha de expresar en todo caso, separadamente y en conjunto,
individuo por individuo, cada uno y todos los objetos de imposición que el dueño o
usufructuario posea”.

En 1850 los moderados introdujeron este sistema estadístico, llamado a tener larga
vida: los amillaramientos. Suponían la renuncia definitiva a tener informes fiables
obtenidos por la Administración del Estado o levantamientos planimétricos que
permitieran controlar la veracidad de los datos. En su lugar, se mantendría el mecanismo
básico de que fueran los propios contribuyentes quienes suministraran los datos de su
riqueza, dejando todo el control de la operación en manos de los ayuntamientos. El autor
del nuevo sistema estadístico era Juan Bravo Murillo, del Partido Moderado y entonces
ministro de Hacienda. Su Director General de Contribuciones Directas, Diego López
Ballesteros, dictó una circular el 7 de mayo de 1850 en la cual se pusieron las bases de
nuevo sistema que habría de durar hasta bastantes años después de la Guerra Civil.

La circular creaba un nuevo documento, las Cartillas Evaluatorias, también


llamado a tener una prolongada vigencia. La cartilla del pueblo era un cuadro elaborado
por su junta pericial en el cual se daba cuenta de los productos que se obtenían de media en
una hectárea de cada clase de cultivo, dentro de cada cultivo se distinguían tres calidades.
Para cada cultivo y calidad se fijaba un producto, unas bajas (gastos de explotación) y el
correspondiente líquido imponible.106 Alcaraz la define de este modo: “Cartilla
evaluatoria es el documento en que para cada tipo de inmuebles o semovientes objeto de
imposición, se hayan consignado el producto íntegro, las bajas por gastos naturales y el

105
Alcaraz Martínez, Enrique, El Catastro Español, Salvat Editores S. A. , Barcelona, 1933, pág. 81.
106
Pro, Juan, ob. cit. pp. 74-84.

94
producto líquido, o sea las diferencias entre aquél y éstas”. Del mismo autor procede la
siguiente apreciación:

En definitiva, la cartilla evaluatoria, cuyo diminutivo como tal tiene difícil explicación, ya que es
la carta o estatuto de la contribución territorial de individuos o municipios, según esté calculada por
fincas o por unidades de extensión superficial; ni más ni menos que el balance o ecuación
evaluatoria por vía analítica de los productos y gastos de la tierra o del ganado (…)
¿Quiénes formaban el amillaramiento y la cartilla evaluatoria en cada término municipal?
Entidades locales en forma de Juntas municipales y Comisiones provinciales de evaluación, con
asesoramientos periciales o sin ellos (…)
La suma de beneficios líquidos imponibles de cada uno de los inmuebles sujetos a imposición
pertenecientes a un propietario, constituían su riqueza imponible; la de los propietarios de cada
término, la riqueza de éste; formándose del mismo modo la riqueza imponible de cada provincia y la
de la nación, consideradas todas inalterables. El gobierno acordaba anualmente la cuantía de la
contribución territorial, distribuible por provincias primero y términos municipales después,
proporcionalmente a las respectivas riquezas (…) Se llama a la contribución así concebida de cupo
fijo, porque el Tesoro gira anualmente un cupo contributivo fijo sobre cada provincia y ésta sobre
cada municipio, imponiéndose a éste la condición de que las cuotas que por absolutamente
incobrables resulten fallidas, sean a más repartir entre los contribuyentes del término en el ejercicio
económico siguiente, proporcionalmente a la riqueza imponible de cada uno 107.

Se ha visto como los amillaramientos, en cuanto sistema de estadística fiscal, se


implanta oficialmente en España a partir de 1850, pero no se trataba de una idea original:

Cuando don Martín de Loynaz, administrador de la Renta del Tabaco, supo que el marqués de la
Ensenada trataba “seriamente de subrogar las rentas provinciales en una sola contribución” se
apresuró a enviarle una instrucción108 en la que le proponía el sistema a su juicio más conveniente
(…) antes de exponer su propio proyecto habla de una “nueva idea de catastro por repartimiento”.
La nueva idea no era otra que el hoy clásico amillaramiento. Surge éste, pues, en el siglo XVIII para
“atajar la prolixidad de las justificaciones que manifiestan las reglas del Catastro, ahorrar sus costas
y gastos y no esperar al largo tiempo que se necesita para su perfecto establecimiento”, y consiste en
hacer efectiva la contribución mediante “Catastro por vía de repartimiento, haciéndolo en virtud de
una declaración jurada, con convenio y aprobación de las Justicias, de todos los bienes raíces (…)”
En realidad el sistema de amillaramiento no era completamente nuevo, ya que tiene mucho
parecido con el observado desde principios del siglo XVIII en Valencia, y sobre todo en Aragón,
para la exacción del Equivalente.
Pero podemos volver la vista mucho más atrás del siglo XVIII ¿Acaso no se trata del mismo
procedimiento que en el siglo XIII Pedro III de Aragón mandó guardar a las Aljamas de los judíos
en el repartimiento de los impuestos? (…) El mismo monarca promulgó un Estatuto fijando lo que
debía pagar cada cosa “de todos vostros bienes”, en virtud del cual los judíos hubieron de hacer una
declaración escrita de cuanto poseían; lo que no les eximió de que más tarde tuvieran que jurar ante
tres de ellos, nombrados fieles de la Aljama, si lo declarado se ajustaba a la realidad (…) 109

Tanto las cartillas como los amillaramientos tenían validez indefinida y


permanecerían intactos hasta que la Administración de Hacienda solicitara su rectificación.
Este carácter no periódico de los amillaramientos iba unido a la carencia de mecanismos
válidos de conservación de sus datos110.

Sobre la rectificación de los amillaramientos dice Pro:

107
Alcaraz Martínez, Enrique, ob. cit., pp. 129-131.
108
“Instrucción que para la subrogación de las Rentas Provinciales en una sola Contribución dio Don
Martín de Loynaz al Excmo. Sr. Marqués de la Ensenada”, en 5 de mayo de 1749.
109
Matilla Gascón, A., La Única Contribución y el Catastro de La Ensenada, Madrid, Imprenta Sucs. de
Sánchez Ocaña, 1947, pp.55-57.
110
Pro, Juan, ob. cit. pág.89.

95
Desde 1853 habían empezado a repartirse los cupos de la Contribución de Inmuebles según los
amillaramientos creados tres años antes (…)
El volumen de las riquezas que se ocultaban al fisco era tal que mantenía prácticamente congelada
la recaudación por este impuesto fundamental (…)
Todo ello llevó a ordenar en 1858 una rectificación de los amillaramientos (…) y las cartillas
evaluatorias de los pueblos (…) el ministro de Hacienda de los unionistas, Pedro Salaverría, dictó
una real orden el 27 de julio en la que mandaba hacer nuevas cartillas de evaluación (…) y elaborar
nuevos amillaramientos (…)
La primera rectificación de los amillaramientos fue ésta de 1858-1860. Y en realidad fue también
la única que se llevó a término, pues todas las posteriores se quedaron a medio camino. La ordenada
en 1873 no llegó a ponerse en práctica. La de 1876-1878 no se terminó nunca, y enlazó con la de
1885. Tanto esta última como la de 1886 quedaron sin aplicación práctica. En la de 1887 sólo se
rectificaron las cartillas evaluatorias. La de 1893 sólo afectó a siete provincias. Y la de 1895, que
sólo pretendía renovar las cartillas, fue en realidad el punto de partida del catastro de España 111.

De este modo, 1895 es reconocido mayoritariamente como fecha de arranque del


Catastro de España, que quedará consolidado con la aprobación de la Ley de 23 de marzo
de 1906, del Catastro Parcelario de España y el comienzo, en los años siguientes, de los
Avances catastrales (ver artículos 4º y 5º de esa Ley). Con los altibajos consecuentes en
su desarrollo, como se tendrá ocasión de comprobar más adelante, la decisión de elaborar
un catastro parcelario para España se adoptaría con la Ley de 1906, que ponía en marcha el
largo y penoso camino hacía su consecución, que habría de ocupar gran parte del siglo
veinte, en el que progresivamente el catastro, en forma de avance o parcelario, iría ganando
espacio al amillaramiento.

Otro hito en la formación del Catastro de España: durante el Directorio Militar, la


Comisión creada por el Real Decreto de 16 de febrero de 1924 redactó el proyecto que dio
lugar a la Ley de 3 de abril de 1925. En ésta, el Avance de la Ley fundamental (la de 1906)
se sustituyó por otra labor que en dictamen de la Comisión se llamó Preavance. El
contenido del llamado Preavance no era otro que la rectificación de los antiguos
amillaramientos, aprovechando los trabajos del Instituto Geográfico relativos a superficies
y masas de cultivos (ver epígrafe 3.5 de este capítulo). El Directorio Militar no aceptó la
expresión Preavance, y llamó a esta labor “Rectificación de los amillaramientos”. El
Decreto de 31 de agosto de 1934, ya en la República, establecía un nuevo Registro fiscal,
en el fondo se trataba del desechado Preavance de la ley de 3 de abril de 1925112 .

A través de diversos documentos, especialmente Memorias de distintas


dependencias del Ministerio de Hacienda, es posible una aproximación al conocimiento del
progreso del Catastro en España y consiguiente repliegue de los trabajos en municipios en
régimen de Amillaramientos o Registros Fiscales, como se denominó en algunos
momentos.

De este modo, la Memoria resumen del estado de los trabajos de Avance en 31 de


diciembre de 1925, de la Sección de Catastro de la Riqueza Rústica, Dirección General de
Propiedades y Contribución Territorial del Ministerio de Hacienda, en su Estado núm. IV-a
(pág. 42) da cuenta de que los Avances catastrales de rústica, ejecutados y aprobados a
partir del año 1903, afectaban a 27 provincias, principalmente del centro y sur de la

111
Ibidem. pp. 139-141.
112
Martínez Cajén, Paulino, El Catastro en España, Conferencia pronunciada en el Salón del Consejo de
Investigaciones Científicas el 16 de junio de 1955, pp. 16, 23-24.

96
península113, comprendiendo un total de 2422 municipios y 19.301.052 hectáreas, a los que
correspondía una riqueza amillarada de 266.689.497 pesetas, que se elevaron hasta
527.286.584 pesetas en la comprobación llevada a efecto por el Avance, que representaba
un incremento del 97,72 %.

Los Servicios de Catastro de la Riqueza Rústica y de Valoración Forestal, de la


Dirección General de Propiedades y Contribución Territorial, del Ministerio de Hacienda,
en su Memoria sobre los Trabajos Realizados por estos Servicios durante los años de 1944
a 1948, publica el siguiente Resumen sobre Estado de los trabajos a 31 de diciembre de
1945 (pág. 25):
Superficie % de
Hectáreas España
A. 18 provincias terminadas y en conservación catastral ……. 20.978.000 41,51
B. 8 provincias con los trabajos de Catastro en ejecución
y con más del 70 por 100 de su extensión en conservación . 9.523.800 18,89
C. 3 provincias con los trabajos de Catastro en ejecución
y con menos del 70 por 100 de su extensión en
conservación …………………………………………… 4.147.500 8,34
D. 6 provincias en las que se dispone de planos topográficos
Parcelarios y fotografías del terreno y aún no se ha
Establecido el Servicio de Catastro de Rústica 114 …..… 6.428.800 12,74
E. 2 provincias concertadas115 ……………………………. 1.355.100 2,68
F. 13 provincias sin empezar116 …………………………... 7.999.400 15,84
50 provincias TOTALES 50.432.600 100,00

La utilidad de este resumen se limita al primer apartado, provincias terminadas,


dado que los siguientes nos aportan la superficie total de las provincias afectadas pero no la
que comprende el trabajo catastral realizado. De mayor utilidad, a estos efectos, resulta el
cuadro que, en la misma Memoria, aparece en la pág. 440, referido a Cifras relativas a los
Catastros de la Riqueza Rústica vigentes en 1.º de enero de 1946, que permite conocer que
los trabajos afectaban a 29 provincias; con relación a la Memoria de 1925 únicamente se
incorporaban Burgos y Zaragoza, si bien el número de municipios afectados casi se
duplicaba, pasando de 2422 a 4632. La superficie total llegaba a 29.400.740 hectáreas, que
representaba el 60% del total nacional117. La riqueza había pasado de 563.811.984 pesetas
en amillaramiento a 1.064.765.621 pesetas en catastro, que representaba un incremento del
88,67%. Esto significa que, al 31 de diciembre de 1945, en el 40% de la superficie nacional
seguía en régimen de amillaramientos.

No se ha dispuesto de datos numéricos del progreso en la ejecución de los trabajos


catastrales en los siguientes años, pero a fin de dar una idea de la pervivencia del sistema
de amillaramientos, se reproduce la información contenida en una publicación del Centro
de Gestión Catastral y Cooperación Tributaria, fechada en 1990, de acuerdo con la cual ese
año, ciento cuarenta años después de la implantación del procedimiento, aún existía en

113
Albacete, Alicante, Almería, Ávila, Badajoz, Cáceres, Cádiz, Castellón, Ciudad Real, Córdoba, Cuenca,
Granada, Guadalajara, Huelva, Jaén, Madrid, Málaga, Murcia, Palencia, Salamanca, Segovia, Sevilla, Soria,
Toledo, Valencia, Valladolid y Zamora.
114
Barcelona, León, Logroño, Tarragona, Teruel y Huesca.
115
Álava y Navarra.
116
Baleares, Coruña (La), Gerona, Guipúzcoa, Lérida, Lugo, Orense, Oviedo, Palmas (Las), Pontevedra,
Santa Cruz de Tenerife, Santander y Vizcaya.
117
Para el cálculo se ha descontado la superficie de las provincias concertadas.

97
España un “reducto” del sistema de amillaramientos compuesto de siete municipios
gallegos, de las provincias de Orense y Pontevedra, que totalizaban 38.387 has.118

Queda claro que al día de hoy nadie pondría en duda la importancia para un país de
disponer de un Catastro gráfico y las utilidades que ello le aporta, pero esto no siempre ha
sido admitido de forma unánime, ni siquiera por los técnicos dedicados a estas labores en
el mismísimo Ministerio de Hacienda. A título de ejemplo y en apoyo de esta afirmación,
se alude a un artículo publicado en el número 13, correspondiente al mes de enero de 1945,
de la Revista Hacienda Pública y editada en una separata que, como tantos otros
documentos, se conserva en los archivos de la Asociación. Su autor, Ramón de Pando y
Armand, a la sazón Ingeniero Jefe del Servicio Central de Amillaramiento del Ministerio
de Hacienda, y su título ¿Amillaramiento o Catastro?

Ramón de Pando era Ingeniero de Montes del Ministerio de Hacienda que, al


menos desde 1924, encabezó representaciones destacadas de los miembros de su Cuerpo.
Nombrado miembro de la Comisión del Catastro, creada por Real Decreto de 16 de febrero
de 1924, se alineó en la posición contraria a la defendida por José Andrés de Oteyza
portavoz de los Ingenieros Agrónomos y apoyó la legislación catastral del Directorio
Militar119. En 1925 publicó un folleto en contra del Avance, que resumía en ocho
sentencias demoledoras. En esta época se le consideraba apoyado por los grandes
terratenientes y, de alguna manera, portavoz de éstos120.

Antes de entrar en el comentario del escrito de Pando se hacen necesarias algunas


puntualizaciones sobre las circunstancias temporales en que éste aparece. Por un lado, los
datos de 1.º de enero de 1946, antes reproducidos de la Memoria de 1944-1948, pueden
facilitar una valoración de las opiniones de Pando. Otro hecho a tener en cuenta es la
incidencia que sobre los amillaramientos y aquéllos que los gestionaban significó la Ley de
16 de septiembre de 1941, que dispone:

Artículo 1.º Los trabajos que realiza el Ministerio de Hacienda para la determinación de las
riquezas rústica y pecuaria se agruparán en dos servicios generales de Amillaramiento y Catastro,
dependientes de la Dirección General de Propiedades y Contribución Territorial.
El primero tendrá por fin la investigación, comprobación y señalamiento de las bases de riqueza
dentro de los sistemas de Amillaramiento y Registro Fiscal (…)
Art. 13 El Ministerio de Hacienda organizará la investigación de las riquezas rústica y pecuaria
ocultas en todo el territorio nacional (…)
Los trabajos de investigación se iniciarán por las localidades, explotaciones o fincas en que se
presuma mayor ocultación, y atendiendo siempre a la máxima ejemplaridad de los trabajos.
Las investigaciones de carácter general se orientarán preferentemente hacia la zona en régimen de

Amillaramiento o Registro fiscal.

De los artículos reproducidos se pueden destacar dos hechos: primero, la


importancia que obtiene el Amillaramiento al adquirir en el Ministerio de Hacienda la
categoría de Servicio general, independiente del Catastro; segundo, la relevancia que a su
labor atribuye el último párrafo del artículo 13, que se haría extensiva a los funcionarios

118
Catastro Inmobiliario Rústico, Estadísticas básicas por municipios, Año 1990, Subdirección General de
Estudios y Estadística del Centro de Gestión Catastral y Cooperación Tributaria, Madrid, 1991, pág. 20.
119
Podrá verse con mayor detalle en el Capítulo VII, Reformas Catastrales durante el Directorio Militar.
120
Pro, Juan, ob. cit., pág. 287.

98
facultativos destinados a este Servicio investidos de la categoría de inspectores de
amillaramientos121.

Estas puntualizaciones pueden coadyuvar a entender el artículo en cuestión, cuyo


autor ocupaba el cargo más destacado del Servicio en el momento en que éste alcanzaba su
mayor preponderancia.

En primer lugar debe señalarse la habilidad de Pando, por el tono un tanto


desenfadado que usa en parte de su artículo, que favorece la defensa de una tesis difícil de
sostener, ejemplo de ello es que el trabajo se encabeza con una irónica frase, con
pretensión de autocrítica:

A los técnicos los hizo el Diablo para tormento de la Humanidad.

La parte introductoria del artículo contiene una puntualización, a raya con el


sofisma, sobre lo que en esencia son el Amillaramiento y el Catastro, porque ambas
palabras encierran el mismo concepto y ni siquiera constituyen dos procedimientos, sino
tan sólo son dos normas de conducta. Se expresa de forma inexacta cuando escribe: En la
actualidad las palabras “Catastro” y “Parcela” se han asociado bajo la denominación de
“Catastro parcelario”, y todo lo relativo a inventario de la agricultura, los montes o la
ganadería, sus evaluaciones y liquidaciones parcelarias, aparece repudiado, a pesar de
que esto es precisamente la esencia del Catastro y aquello no es más que un medio
episódico para llegar al fin perseguido. El autor parece referirse al trabajo que, sobre el
Catastro parcelario, correspondía realizar al Instituto Geográfico, silenciando la parte
evaluatoria efectuada por los técnicos del Ministerio de Hacienda, que él, destinado en ese
Ministerio, no podía ignorar. En la línea de opinión del autor no resulta sorprendente que
cínicamente escriba, ese Catastro por excelencia que es el Amillaramiento.

El apartado I tiene este encabezamiento:


La Agricultura, los Montes y la Ganadería constituyen la riqueza radicante,
característica de los Municipios rurales. Las haciendas de estos Municipios que no se
basen en aquellas fuentes de riqueza resultarán inadecuadas y artificiosas.

A continuación desarrolla y justifica numéricamente el contenido de estas frases,


cuyos datos tienen poca incidencia sobre el dilema que plantea el título del artículo, objeto
de este comentario. Sí la tiene su manifestación de que en 1941 el Ministerio de Hacienda
reconoció a los Ayuntamientos su derecho a participar en las cuotas recaudadas por
Contribución Territorial Rústica y Pecuaria, pero se exige a éstos una contrapartida: la
formación de Amillaramientos apropiados al fin que deben cumplir.

Comienza el apartado II diciendo: Es axiomático que una obra colocada fuera del
alcance de quienes hayan de utilizarla resultará paradójica. Es también axiomático que el
Amillaramiento (…) ha de formarse en la localidad y tenerse y conservarse en el pueblo
cuyos vecinos hayan de sentir las consecuencias o recibir sus posibles beneficios. En los
párrafos siguientes adopta un tono populista y utiliza expresiones como “modestos
palurdos”, “la cazurrería local, más aguda de lo que muchas gentes suponen” o “quienes,
por viejos en el pueblo, saben muchísimo más que la técnica de quienes al fin son novicios
en la localidad”, todo ello en una línea argumental que trata de demostrar la ineficacia del
121
Podrá verse con detalle en el Capítulo X. La Posguerra. El Catastro durante la época de la autarquía.

99
Catastro realizado por elementos foráneos y la dificultad de su conservación desde fuera de
la localidad.

En el apartado III cambia de estrategia, parece convencido de que, a la altura


histórica en que se encuentra situado, el avance del Catastro es inevitable y opta por
intentar sacarlo de su Ministerio con argumentos de este tipo:

Nuestro Catastro reconoce tardíamente que es demasiada obra para vincularla exclusivamente a la
Contribución Territorial, y que su coste y volumen sólo la justifican en el supuesto de la Ley de
1906, es decir, si ha de surtir algunas de sus aplicaciones “económicas, sociales y jurídicas”, incluso,
“en cuanto fuese posible, para la movilización del valor de la propiedad” (…)
Que radicando las funciones de Estadística y mejoras agrarias en la Dirección General de
Agricultura (hoy Ministerio de Agricultura), en dicho Centro es donde únicamente puede
establecerse la correlación entre tales informes estadísticos y de tasación rústica catastral, por lo que
deben pasar a depender del Ministerio de Fomento (hoy Agricultura)122 (…)
De dicho modo, con la correlación o flujo y reflujo entre el Catastro y el Amillaramiento, aquél
proporcionará la sustancia técnica y materia corporal, mientras que el Amillaramiento puede darle al
Catastro espíritu de permanencia con el sinfín de pequeñas alteraciones o transmisiones que no
pueden verse desde la capital. Por ello coadyuvaremos con los Ingenieros Agrónomos hasta
conseguir ver al Catastro situado donde únicamente debe situarse, que es en el Ministerio de
Agricultura, al lado del mapa agronómico y forestal y de los Servicios peculiares de Agricultura y
Montes.

En el desarrollo del apartado IV, retoma sus ataques al Catastro y su exaltación del
Amillaramiento:

A mediados del siglo XIX (…) nuestro Ministerio de Hacienda (…) se confirmó en su modesto
Amillaramiento. Éste ha sido vilipendiado y anatematizado por aquellos sectores que sueñan con el
Catastro como remedio universal para todos nuestros males. Más ese Catastro, concebido en 1856, y
reemprendido en 1869, 1896, 1900, 1917, 1925, 1932…123, con tenacidad digna de mejor causa, no
consigue arribar a puerto (…)
Pero volviendo al Amillaramiento, la verdad es que, a pesar del deliberado abandono en que vivió
en los ochenta y dos años transcurridos desde 1860 hasta 1942, sigue en vigor como base de la
recaudación por territorial en la mitad de nuestro territorio124 (…)
Además, nuestro Amillaramiento (…) tiene un gran sentido y marcada originalidad. Se trata de
una obra netamente española, muy bien concebida y adaptada a la psicología de nuestros
Ayuntamientos rurales (…)
En cambio, nuestro Catastro persiste erróneamente en sus costumbres inveteradas. Su principal
dogma es que nadie que no pertenezca a la técnica administrativa del Estado debe intervenir ni en la
confección ni en la conservación de la obra.

Finaliza el artículo, apartado V, con algunas conclusiones:

Sólo los Amillaramientos serán el arma poderosa que descubrirá la riqueza rústica española, tan
cuidadosamente agazapada (…) En consecuencia, sólo cabe esperar que por el Ministerio de
Hacienda se prepare la reversión del régimen de Catastro al de Amillaramiento, a cuyo efecto deberá
transferirse la organización catastral al Ministerio de Agricultura (…)
Pudiera ser que algún grupo de timoratos a teorizantes se alarmase ante nuestra propuesta,
estimándola como un salto atrás o ganas de caminar de espalda al progreso; pero fácil será
devolverles a la realidad ante el sencillo razonamiento de que sólo se trata de una cuestión de
nombre, porque si al Amillaramiento le denomináramos “Registro o Catastro fiscal” todo estaría
resuelto.

122
Atribuye este juicio a la Asociación de Ingenieros Agrónomos.
123
En este desfile de fechas, omite la más importante, 1906.
124
Los datos de la Memoria de 1944 a 1948, antes expuestos, la sitúan alrededor del 40%.

100
Se cierra, con esto, el apartado de los Amillaramientos dentro del Catastro de
Rústica que, al constituir un mundo poco conocido por el autor de esta obra, que tampoco
ha tenido acceso a mayor información sobre el mismo, se ha optado por tratarlo de forma
global, rompiendo la ordenación cronológica seguida en el resto del trabajo.

3.4. PRIMERAS MEDICIONES CATASTRALES

En la actualidad y a partir del Real Decreto 585/1989, de 26 de mayo, que


desarrolla la Ley 7/1986 en materia de cartografía catastral, las competencias catastrales se
encuentran unificadas en un solo departamento ministerial, al disponer en su artículo 5.1.
que la cartografía catastral es competencia del Ministerio de Economía y Hacienda. Se
trata de una fecha histórica para el Catastro, cuyas atribuciones, desde mediados del siglo
XIX en que se inician las primeras actuaciones tendentes a la consecución de un catastro
en España, habían sido compartidas por dos centros de decisión.

De un lado, el Ministerio de Hacienda, cuyo objetivo era conseguir a través del


Catastro la información más fiable sobre la riqueza inmobiliaria del país a fin de llevar a
efecto de forma equitativa la distribución del impuesto territorial. En los dos epígrafes
anteriores se han descrito actuaciones destacadas de este Ministerio en el sentido indicado,
como fueron la reforma tributaria de Mon en 1845 y la implantación del sistema de
amillaramientos.

Por otra parte, y a partir de 1853, se producen una serie de iniciativas en materia de
cartografía, en principio de manera oficiosa, que acabarían dando origen a distintos
Centros con denominaciones varias, Comisiones o Juntas de Estadística, que culminarían
en 1870 con la creación del Instituto Geográfico, organismo que, con diversas
adscripciones ministeriales a lo largo de su historia, gestionaría a partir de ese momento las
actuaciones en materia de cartografía topográfico-parcelaria.

En este trabajo, dando cumplimiento al objetivo que define su título, se exponen de


forma más extensa los trabajos catastrales del Ministerio de Hacienda, departamento de
destino de los Peritos. Ello no es óbice para que se informe en este lugar de los primeros
trabajos conducentes a la formación de planos topográfico-parcelarios, información que
será ampliada en el capítulo dedicado a las actuaciones catastrales del Instituto Geográfico.

Entre los proyectos de reforma de la estadística de la riqueza que circularon durante


el Bienio Progresista, se destaca el presentado el 15 de enero de 1853 por Mariano de
Marcoartú y Antonio López del Rincón titulado Sistema práctico de estadística general de
España. Al no estar fijados los vértices geodésico en España, Marcoartú, que dirigía la
estadística de la riqueza territorial en el proyecto, proponía referir las mediciones
catastrales a dos ejes norte-sur y este-oeste, cuadriculando el término municipal en cuadros
de 1 km2. Los autores, que celebraron una serie de reuniones con representantes del
Ministerio de la Gobernación, comenzaron a autodenominarse Comisión especial
facultativa de la Estadística general de España. El asunto de la Comisión pasó al
Ministerio de Fomento donde en enero de 1855 recibió un impulso con la incorporación
como vocales de personalidades ilustres bajo la presidencia de Pascual Madoz, que la
abandonaría al ser nombrado ministro de Hacienda.

101
El proyecto de Marcoartú y López del Rincón fue muy debatido, a lo largo de 1855
1856. Obtuvo el dictamen favorable de la Comisión de Estadística, pero no le fue tan bien
en el que emitió la Academia de Ciencias, para quedar finalmente abandonado.

La oficialidad de la Comisión de Estadística se produjo de la mano del general


Narváez quien, por Real Decreto de 3 de noviembre de 1856, creó la Comisión de
Estadística General del Reino, cuya presidencia se correspondía con la del Consejo de
Ministros. La Comisión, estaba estructurada en cuatro secciones y el catastro ocupaba un
lugar destacado entre sus atribuciones; así la Sección 1.ª Territorio, entre otras actuaciones,
desarrollaría los planos topográficos para su aplicación catastral y la Sección 3.ª
Producción, tendría competencias en materia de catastro de la riqueza territorial, rústica y
urbana.

Pero paralelamente a esta Comisión de Estadística, funcionó a otra llamada


Comisión Topográfico-catastral. La idea de Narváez al crear la Comisión de Estadística
había sido que ésta se limitase a coordinar las labores estadísticas de los demás organismos
de la Administración. Pero había un importante ramo estadístico que no estaba
encomendado a ningún ministerio ni institución pública, éste era el de la estadística
territorial. Para cubrir este vacío, Narváez, militar y militarista, pensó que lo más adecuado
era encargar los trabajos catastrales al ejército.

Pues bien, por sugerencia de la Comisión de Estadística, en 1857 Narváez confió a


la Comisión del Mapa de España la realización de trabajos catastrales. Dicha Comisión
estaba formada por militares de Artillería, Ingenieros y Estado Mayor, había sido fundada
en 1853 y desde 1854 se venía ocupando de trabajos de geodesia. En 1857 se creó en su
seno una Comisión Topográfico-catastral, encargándose su presidencia al brigadier
Celestino del Piélago.

En la primavera de 1857 los militares empezaron a realizar trabajos catastrales en la


provincia de Madrid, era el primer catastro gráfico de la historia de España. El resultado
era un catastro de los llamados por masas de cultivo. Cada masa de cultivo se dividía en
áreas de calidad uniforme, con lo que los terrenos quedaban clasificados en función de su
aprovechamiento y capacidad productiva. Apoyándose en una supuesta resolución de la
Comisión de Estadística que nunca existió, Piélago ordenó que los planos por cultivos se
transformaran en planos parcelarios. El malestar de los contribuyentes no tardó en llegar a
oídos del gobierno, que descubrió entonces con estupor que se estaba haciendo un catastro
parcelario sin que ellos lo supieran. Su consecuencia fue la disolución tanto de la Comisión
Topográfico-catastral como de la del Mapa de España. Una ley de 5 de junio de 1859 y un
decreto posterior de 20 de agosto trasladaron a la Comisión de Estadística las
competencias de elaboración del mapa geográfico125

El gobierno centrista de la Unión Liberal, que presidía Leopoldo O‟Donnell


procedió a reorganizar la estadística. En 1861 el nombre de la Comisión fue cambiado por
el de Junta General de Estadística, organizada en dos secciones, una de geografía (que
incluía el catastro) y otra de estadística (que incorporaba el censo de población). A la
Sección Geográfica se asignaron tres vocales; uno de éstos, con el cargo de director de las
Operaciones Topográfico-Catastrales, sería Francisco Coello de Portugal y Quesada (1822-

125
Juan Pro, ob. cit., pp. 104-118.

102
1898), personaje que habría de dar un fuerte impulso a los trabajos cartográficos de la
Junta.

Plano de Sevilla levantado por Coello.

Como complemento de las actividades de la Comisión de Estadística, ya en 1859


O‟Donnell había dispuesto en su decreto sobre medición del territorio la creación de una
Escuela Práctica de Ayudantes para los Trabajos de Medición del Territorio. Al
convertirse la Comisión en Junta de Estadística, O‟Donnell abordó también la reforma de
la escuela, a la que ahora daría el nombre de Escuela Especial de Ayudantes para las
Operaciones Topográfico-catastrales.

Los trabajos catastrales de la Comisión de Estadística, a la que ya se llamaba


informalmente Junta de Estadística, comenzaron en realidad a partir de 1859, debido al
impulso de O‟Donnell. La Ley para la Medición del Territorio de 5 de junio de 1859
establecía que la mayor parte de los trabajos catastrales se contratarían con particulares
competentes, aunque el Estado levantaría el catastro por si en las poblaciones que se
estimara conveniente. Un Decreto del 20 de agosto de 1859 empezó a concretar el trabajo
previsto por la Ley, bajo las nuevas normas se contrató con empresarios particulares el
levantamiento catastral de 18 pueblos cercanos a Madrid, al tiempo que la Comisión se
reservaba para si el levantamiento directo del resto.

Para definir los métodos aplicados a los levantamientos catastrales “por


administración” Coello elaboró unas instrucciones homogéneas, que constituyen el
precedente inmediato del importante reglamento de 1865.

Entre los contratistas de ensayos catastrales de la Junta de Estadística se encontraba


el italiano Ignacio Porro (considerado el mayor renovador de la topografía del siglo XIX),
quien se encargó de los planos parcelarios de Carabanchel Bajo y Villaverde.

La promulgación del Reglamento General de Operaciones Topográfico-catastrales,


por Decreto dictado por Isabel II el 5 de agosto de 1865, pareció anunciar una nueva era en
la historia del Catastro. Texto singular, de prosa exquisita, probablemente debido a la mano
de Francisco Coello de Portugal. Es considerado por muchos como el primer jalón en el
largo proceso de aparición del Catastro español. La exposición de O‟Donnell a la reina
trazaba un programa de actuación muy prometedor, con la idea de superar el catastro
exclusivamente fiscal y construir uno que sirviera a tres fines igualmente importantes: el
mapa topográfico del país, el reparto equitativo del impuesto y el asiento legal de la

103
propiedad. Esta última mención apuntaba a lograr un catastro jurídico, pero la práctica
posterior defraudó las expectativas creadas en ese sentido.

El articulado del reglamento acreditaba la parcela como unidad básica del catastro y
definía este concepto por primera vez:

Art. Sexto. La parcela será la unidad territorial; entendiéndose bajo esta denominación una sola
finca, o el terreno cerrado por un solo perímetro y perteneciente a un solo poseedor, o a varios pro
indiviso126

Después de promulgarse el Reglamento de 1865, el catastro seguía siendo un


experimento localizado, sin posible utilidad fiscal mientras no se abordase la empresa de
extenderlo a todo el país y completarlo con trabajos de evaluación de tierras. Una Real
Orden de 12 de mayo de 1866 vino a reforzar ese carácter incompleto del catastro que lo
hacía inservible para la derrama del impuesto. Se mandó que la Junta de Estadística se
dedicara a hacer un avance catastral, término con el que se denominaba una operación
consistente en levantar sólo el plano de los términos municipales, de su perímetro exterior,
sin rellenarlo con parcelas ni con masas de cultivo. Las operaciones se extendieron a tres
provincias limítrofes de la de Madrid: Guadalajara, Toledo y Cuenca. Los trabajos serían
suspendidos tras la revolución de 1868.

Con la revolución de 1868 se inicia el período conocido como Sexenio


Revolucionario (1868-1874). Los políticos liberares que retoman el poder se proponen la
modernización del país y una de las metas que se plantean es conseguir mejorar la
información sobre la que se recaudaba la Contribución Territorial.

Inmediatamente después de la revolución se produjo una reforma provisional,


consistente en reunir las dos Direcciones que tenía la Junta de Estadística (de estadística y
de operaciones geográficas) en una única Dirección General de Estadística, que
dependería del Ministerio de Fomento.

126
Ibídem, pp. 119-129

104
3.5. SE CREA EL INSTITUTO GEOGRÁFICO

La pieza fundamental de la reforma fue un breve Decreto del 12 de septiembre de


1870, desarrollado por Reglamento de 27 de septiembre. Ambos textos fueron firmados
por Echegaray como ministro de Fomento, pero en su impulso político y preparación
técnica parece que intervinieron también de manera decisiva Figuerola y dos militares
progresistas: el general Prim y el coronel Ibáñez.

El ramo quedaría sustentado sobre tres instituciones: la Dirección General de


Estadística, el Instituto Geográfico y la Junta Consultiva de Estadística. El Instituto
Geográfico sería un organismo plenamente civil, aunque utilizaría para sus trabajos al
personal experimentado en topografía y geodesia que existía entre los militares. El
cometido del Instituto Geográfico abarcaba, además del catastro, trabajos de cartografía,
metrología y demografía. El Instituto se organizaba en torno a la figura de su director:
Carlos Ibáñez e Ibáñez de Ibero (1825-1891), coronel del Cuerpo de Ingenieros y geodesta
de prestigio reconocido, tanto dentro como fuera de España.

La creación del Instituto fue acompañada de la conversión de la antigua Junta


General de Estadística en un organismo consultivo: la Junta Consultiva de Estadística.
Antes de que hubiera llegado a constituirse, fue transformada en Junta Consultiva de
Estadística y del Instituto Geográfico, por decreto de 1 de abril de 1873. Desde 1873 el
Instituto Geográfico pasaría a denominarse Instituto Geográfico y Estadístico. Años más
tarde, el 20 de abril de 1877, y debido al cambio de denominación del Instituto, la Junta
Consultiva cambió su nombre por el de Junta Consultiva del Instituto Geográfico y
Estadístico.

En el mismo decreto de fundación del Instituto Geográfico, Echegaray creó el


Cuerpo de Topógrafos, refundiendo en él el personal técnico de estadística, es decir, los
antiguos oficiales facultativos del catastro y los ayudantes prácticos. Los trabajos más
específicos de topografía catastral se les encomendaban en exclusiva; no obstante, y dado
que la formación del catastro parcelario quedaba aplazada indefinidamente, se trataba en
este caso de competencias ilusorias. El Cuerpo de Topógrafos y la causa del catastro
constituyeron en seguida una simbiosis basada en la identidad de intereses. Como técnicos
comprometidos en los trabajos de topografía catastral, los topógrafos harían a partir de
entonces una importante labor de propaganda a favor de la obtención de un catastro en
España.

Un año después de la creación del Instituto, éste reemprendió los trabajos del
avance catastral. Las labores a realizar consistían en levantar un plano sencillo de cada
pueblo, que incluyera sus límites, los más relevantes accidentes geográficos y vías de
comunicación y las principales masas de cultivos.

Para llevar adelante la rectificación de los amillaramientos, por Real Decreto de 5


de agosto de 1878 se creó una Sección Central de Estadística de la Riqueza Territorial y
sus Agregados, de la que dependerían comisiones especiales de estadística en las
provincias. Las piezas fundamentales para la evaluación y clasificación de las tierras
siguieron siendo las juntas periciales de los pueblos (ahora llamadas juntas municipales) y
las comisiones de evaluación y reparto a nivel provincial. Con esto se mantenía el control
de las corporaciones municipales sobre los amillaramientos.

105
En los años noventa del siglo XIX el consenso sobre la poca efectividad de los
amillaramientos era ya muy amplio. Todas las fuerzas políticas admitían la existencia de
un gran fraude fiscal y que los trabajos del avance catastral habrían de ser el principio para
resolver esa situación. El periodo de Gamazo al frente del Ministerio de Hacienda
(diciembre de 1892 a noviembre de 1894) dio el impulso político necesario para sacar las
consecuencias lógicas de esa doble certeza. El Real Decreto de 4 de febrero de 1893 dejó
entrever ya que el gobierno estaba estudiando los trabajos del avance para su posible
utilización fiscal.127

127
Ibídem, pp. 134-207.

106
IV. EL CATASTRO POR MASAS DE CULTIVO Y LOS REGISTROS FISCALES

La mayoría de los autores que se han ocupado de la historia del Catastro, desde el
ámbito de las actuaciones del Ministerio de Hacienda, toman la fecha de 1895-1896 como
de inicio del Catastro. Sobre esta cuestión escribe Enrique Alcaraz: “desde estas fechas
parecen marchar ya con cierta coordinación las actividades fiscales y las cartográficas”.
Este hecho justifica un cierto cambio en el planteamiento de esta obra para lo sucesivo,
incidiendo de forma más extensa en los hechos, que serán explicados con cierto detalle,
entrando, en algunos casos, en relatos anecdóticos que pueden coadyuvar a una mejor
compresión de lo ocurrido. En esa misma línea de planteamiento, a partir de este capítulo
se precede la narración de los hechos puramente catastrales con una breve presentación del
panorama histórico en que éstos tuvieron lugar, cuestión que ha sido explicada en la
introducción de este trabajo.

1. PANORAMA HISTÓRICO EN LA ÚLTIMA DÉCADA DEL SIGLO XIX

Tras el golpe del general Pavía, del 2 de enero de 1874, que acabó con el sistema
republicano, y tras un año en que el poder es ejercido por el general Serrano, el 29 de
diciembre de 1874 se produce la proclamación en Sagunto de Alfonso XII como rey de
España por el general Martínez Campos. Se inicia con ello el período comprendido entre
1875 y 1902, conocido como etapa de la Restauración.

Dentro de este período, que suele dividirse en tres etapas coincidentes con las
respectivas décadas finales del siglo, algunos historiadores consideran la década 1890-
1900 como la más decisiva de nuestra historia contemporánea. La guerra asumirá pronto en
protagonismo de la vida política, en primer lugar, 1893, la de Melilla; enseguida, 1895,
estallará la de Cuba, que no tardará en extenderse a Filipinas; en 1898 se producirá el
enfrentamiento con los Estados Unidos.

En España se asiste a la aparición de nuevos políticos con un aire más europeo, el


“problema social” accede a un primer plano. El campesinado meridional, los obreros del
norte, de Cataluña o de Madrid testimonian con su actitud que el “orden social” puede
dejar de ser la realidad inmutable y sacralizada que pretendiera confirmar el Estado de la
Restauración. En el movimiento anarquista va a registrarse una desintegración a nivel
organizativo y una entrega, por parte de grupos aislados, al atentado terrorista. En cuanto al
socialismo, tiende a consolidar su implantación con un despegue ascendente.

En el plano político sigue funcionando el sistema de “turno”, alternándose los


gobiernos de forma bienal, con precisión casi matemática: gobierno Cánovas, 5 de julio de
1890; gobierno Sagasta, 9 de diciembre de 1892; gobierno Cánovas, 23 marzo 1895. El 8
de agosto de 1897, el asesinato de Cánovas da lugar a una breve situación-puente presidida
por el general Azcárraga, pero el turno continúa: 4 de octubre de 1897, gobierno Sagasta; 3
de marzo de 1899, gobierno Silvela; 7 de marzo de 1901, gobierno Sagasta, al que
corresponderá presenciar el advenimiento del nuevo reinado (17 de mayo de 1902), al
llegar Alfonso XIII a su mayoría de edad.

Dice José Luis Comellas:

107
Los conservadores (…) fueron una fuerza de resistencia, no de empuje (…) Los liberales, en
cambio, fueron eminentemente innovadores, y más audaces, más exigentes que sus contrarios. Todo
lo que querían lo acabaron consiguiendo: el sufragio universal, la libertad religiosa, de asociación y
de cátedra.128

Cánovas del Castillo y Alfonso XIII

El Partido Conservador cuenta, bajo la jefatura indiscutible de Cánovas (hasta su


asesinato en 1897) con dos figuras secundarias de muy distinto talante, Francisco Romero
Robledo, modelo de versatilidad política y Francisco Silvela, intelectual de valía;
finalmente se acabará reconociendo a Francisco Silvela como sucesor de Cánovas.

El Partido Liberal se encontraba en buena forma al recobrar el poder en diciembre


de 1892. Pero esta satisfactoria situación comenzará a deteriorarse muy pronto,
señalándose como causas de este deterioro: sus bloqueos a las reformas y a la “apertura a la
izquierda”; la crisis de cohesión subsiguiente a la aparición de los júniores, la derecha con
un auténtico estadista en sus filas, Antonio Maura y la izquierda con otro gran estadista,
José Canalejas; como última causa, la desgracia que tuvieron los liberales de que Sagasta
presidiera el gobierno en 1898, que le transformaría en chivo expiatorio del Desastre129.

La palabra “desastre” apareció por primera vez en la prensa del 3 de mayo de 1898
con ocasión de la derrota naval de Cavite, pasará más adelante a designar, la fulminante
pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, ocurridas en el mismo año. Un desastre fueron en
efecto los acumulados errores en la política colonial española, que tantos sufrimientos y
pérdidas humanas habrían de acarrear.

Para José Mª Jover no procede en absoluto hablar, en la transición del siglo XIX al
XX, de “crisis económica”:

La interpretación del “Desastre” como una especie de finis Hispaniae, como una especie de
catástrofe nacional que afectaba y significaba al conjunto de la nación española, del pueblo español
fue para José Luis Abellán, una simplificación de la oligarquía, que identificó con el
derrumbamiento o dificultades de algunos de sus sectores y con el derrumbamiento de toda una
ideología justificativa, el fracaso histórico de todo un pueblo. 130

128
Comellas, José Luis, Historia de España Moderna y Contemporánea, Ediciones Rialp, S.A., Madrid 1972.
129
Jover Zamora, José Mª , Historia de España, dirigida por Manuel Tuñón de Lara, Tomo VIII.- Barcelona
,1993, págs. 271, 373.
130
Ibidem., pág. 386.

108
2. EL CATASTRO POR MASAS DE CULTIVO Y CLASES DE TERRENO

Durante la crisis sufrida por la agricultura española entre los años 1892 y 1897 se
habló mucho de la carga excesivamente pesada que la Contribución Territorial suponía
para los pequeños y medianos campesinos. Las llamadas “gentes de orden” sentían la
necesidad apremiante de proteger y mantener al campesinado como clase social anclada en
sus tradiciones, conservadora y católica, frente a la creciente amenaza del movimiento
obrero. Para evitar que los impuestos esquilmaran al campesinado había que arrebatar su
reparto de las manos de los poderes locales, haciendo que los grandes terratenientes
cargaran con su parte, y para ello se necesitaba un catastro y éste debería ser un catastro
gráfico.

Esta era la situación, cuando durante el gobierno conservador de Cánovas, el 17 de


julio de 1895, el ministro de Hacienda Juan Navarro Reverter refrendó una ley para la
rectificación de las cartillas evaluatorias, en respuesta a las presiones de los agricultores.
Esta fecha se toma como de iniciación de los trabajos catastrales por parte del Ministerio
de Hacienda. El Reglamento para la aplicación de esta ley, dictado por Real Decreto de 14
de agosto siguiente, diseñaba en realidad un catastro por masas de cultivo y clase de
terreno. Se trataba de un procedimiento muy parecido al que el Instituto Geográfico venía
aplicando para su avance catastral desde 1870, con la novedad de la separación de las
clases de terreno dentro del mismo tipo de cultivo131.

Juan Navarro Reverter, Ministro de Hacienda del gobierno de Cánovas

En su conocida Clasificación y división de los catastros, Enrique Alcaraz,


diferencia entre los catastros que sirven de base para el repartimiento del impuesto
territorial, de todos los que se reducen a registrar la totalidad de esa riqueza. El Catastro
por masas de cultivo132 lo incluye en el segundo de estos grupos y añade: “debemos
entender por masa de cultivo toda porción continua de terreno cultivada y
cuantitativamente homogénea en su producción económica”

131
Juan Pro, ob. cit. pp. 209-210.
132
Enrique Alcaraz, aunque claramente está haciendo referencia a los catastros por masas de cultivo y clases
de terreno, los simplifica en masas de cultivo.

109
El Real Decreto 14 Agosto 1895, que dicta el Reglamento para la aplicación de la
ley anterior, como se ha dicho anteriormente, en realidad establece un catastro por masas
de cultivo y clases de terreno:

Art. 1.º (…) se verificará levantando por los métodos topográficos de mayor celeridad, un croquis
perimetral del término de cada municipio, en el cual se representarán por grupos los diferentes
cultivos (…)
Art. 6.º Los croquis se levantarán y construirán por el Cuerpo de Topógrafos del Instituto
Geográfico a escala 1:25.000
Art. 7.º (…) Los diversos cultivos comprendidos en un grupo se detallarán por el personal
agronómico para formar la masa de cada cultivo en los términos municipales, y se dividirán también
los terrenos de dichos cultivos en primera, segunda y tercera calidad.
Art. 10 El personal agronómico que se destine a la rectificación de las cartillas (…) estudiará
detalladamente todos los cultivos que comprendan, formando las cuentas de gastos y productos para
deducir (…) el beneficio líquido por hectárea de cada cultivo (…)
Art. 12 El jefe de los trabajos agronómicos de la provincia reunirá las cuentas (…) y las enviará a
la Comisión Central de evaluación.
Art. 13 La Comisión Central (…) propondrá al Ministro los nuevos tipos de renta imponible por
hectárea, de cada cultivo o calidad, o por cabeza de ganado, en todos los términos municipales.
Art. 14 (…) se procederá inmediatamente a su ensayo en la provincia de Granada.

El nuevo sistema implantado a título experimental en la provincia de Granada,


considerada la más idónea para la prueba por su diversidad agrícola; para realizar el ensayo
se empleó el personal de ingenieros agrónomos y peritos agrícolas afectos a la Inspección
de Hacienda. El resultado de esta prueba, realizada bajo la dirección del Ingeniero
Agrónomo Antonio Botija, fue considerado como un gran éxito. El nuevo catastro vino a
demostrar de una manera indudable, no solamente la enorme ocultación de superficie y
riqueza que se suponía, sino la desigualdad de esta ocultación entre los pueblos de la
provincia133. Los favorables resultados de la experiencia granadina provocaron que, al año
siguiente, se promulgara la Ley de 24 de agosto de 1896, considerada por muchos autores
como el punto de arranque del Catastro en España, que preveía la terminación del catastro
en toda España en sólo tres años. La dirección superior de los trabajos se encomendaba a
una Comisión Central de Evaluación y Catastro presidida por el Ministro de Hacienda.

Quedaba por determinar el reparto individual de la riqueza que, según la ley de


1896, una vez terminado el catastro en un municipio, las autoridades locales procederían a
repartir los cupos tributarios entre los vecinos con intervención de los ingenieros
agrónomos. Pero como no se especificaba el procedimiento, dicha intervención no tuvo
lugar y no se hicieron nuevos repartos del impuesto.

La aplicación de aquella disposición comenzó por las provincias de Cádiz,


Córdoba, Málaga y Sevilla, cubriendo la zona de mayor implantación del latifundio.
También se empezó el catastro por masas en las provincias de Albacete, Ciudad Real,
Madrid, Jaén y Toledo, sin llegar a terminarse en ninguna de ellas134.

133
Asociación Nacional de Ingenieros Agrónomos, El problema del Catastro, Madrid, 1935, pág. 5
134
Juan Pro, ob. cit., pp. 211-212.

110
OCULTACIONES DESCUBIERTAS POR LOS TRABAJOS AGRONÓMICO CATASTRALES DEL CATASTRO
POR MASAS DE CULTIVO Y CLASES DE TERRENO (1895-1899135

SUPERFICIE ( hectáreas)

Catastro %
Provincia por masas Amillarada Ocultación ocultación
CÁDIZ 701.462 660.678 40.784 5,8
CÓRDOBA 1.372.662 901.223 471.439 34,3
GRANADA 1.214.114 484.380 729.734 60,1
MÁLAGA 698.241 482.051 216.190 36,8
SEVILLA 1.406.250 945.794 460.456 32,7
Total 5.392.729 3.474.216 1.918.513 35,5

RIQUEZA (pesetas)

Catastro
Provincia por masas Amillarada Ocultación %
CÁDIZ 19.712.234 15.409.458 4.302.776 21,8
CÓRDOBA 41.061.947 20.673.134 20.388.813 49,6
GRANADA 24.524.752 15.146.663 9.398.089 38,3
MÁLAGA 21.357.736 13.491.272 7.866.464 23,9
SEVILLA 39.548.930 24.289.206 15.259.724 38,5
Total 146.205.599 88.989.733 57.215.866 39,1

2.1 EL CATASTRO POR MASAS DE CULTIVO Y CLASES DE TERRENO EN LA


PROVINCIA DE SEVILLA.

Se hace un apartado particular sobre el catastro por Masas de cultivo y clases de


terreno en la provincia de Sevilla, por el interés que suscita el hecho de haberse conservado
en esta Gerencia del Catastro abundante documentación al respecto, que comprende
croquis de las distintas zonas y masas, con sus correspondientes valuaciones de superficies
y, especialmente, cartillas evaluatorias, que fueron muy contestadas por parte de los
municipios, perdurando un buen número de estas reclamaciones.

De esta documentación merece ser destacada:

1 Estado comparativo de la extensión cultural y aprovechamientos de los pueblos de


la provincia, según los datos suministrados por los trabajos catastrales efectuados
en los años 1896-99

2 Valores en renta y venta de los terrenos dedicados a cultivo y aprovechamiento


consignados en los trabajos catastrales de la provincia de Sevilla, años 1896-99.

3 Estados referentes a la producción por hectárea. Obtenidos en los distintos


cultivos y precios de los productos agrícolas en los trabajos agronómico
catastrales de la provincia de Sevilla

135
Fuente: Dirección General de Contribuciones, Impuestos y Rentas. Servicio Agronómico catastral (1906).

111
4 Líquidos imponibles de las cartillas catastrales en los años 1896-99 y de los
consignados por las Juntas Periciales en las protestas que elevaron a la Dirección
General de Contribuciones, Impuestos y Rentas.

5 Distribución de los terrenos destinados al cultivo y aprovechamientos forestales y


pastos.

Ayuntamiento de Constantina (Sevilla), oficio de remisión al Ministro de Hacienda de las reclamaciones


contra las cartillas evaluatorias. Noviembre de 1899.

Ayuntamiento de Dos Hermanas (Sevilla), oficio de remisión de las reclamaciones contra los trabajos
agronómico-catastrales. Mayo de 1900.
´
Además de esta información de carácter general, se conservan un importante fondo
documental que comprende 73 municipios de los 100 de que constaba la provincia de

112
Sevilla en aquella época. Estos expedientes locales contienen, entre otros, numerosas
cuentas de productos y gastos, líquidos imponibles de los diferentes cultivos y
aprovechamientos, así como de la ganadería; croquis de las masas de cultivos y su
valuación superficial; reclamaciones de los municipios… etc.

Término de Carmona. Resumen de cultivos y clases.

Término de Sanlúcar la Mayor. Cuenta de productos y gastos presentada por la Junta Pericial.

También se guarda: Relación de los Sres. Directores, Jefes Regionales, e


Ingenieros de Brigada que realizaron los trabajos del Catastro en esta provincia durante
los años 1896-99 con expresión de los pueblos en que operaron.

Algunos de los ingenieros que participaron en los trabajos catastrales de la


provincia de Sevilla alcanzaron gran prestigio profesional. Debe destacarse a Enrique
Alcaraz, que fue presidente de la Asociación de Ingenieros Agrónomos, llegó a ocupar
significativos cargos en el Catastro del Ministerio de Hacienda y es autor del más conocido
cuadro de clasificación de los catastros y de un interesante libro titulado El Catastro
Español. También sobresale la figura de José del Prado, quien junto con otro ingeniero
agrónomo, Cremades, presentaron en 1902 en el Congreso una Proposición de Ley de
Bases de Reforma del Servicio Agronómico Catastral, fue diputado por Jaén y ocupó
diversos y destacados cargos políticos.

113
Todos los nombrados pertenecían al cuerpo de ingenieros agrónomos, por lo que
resulta oportuno recordar a Juan Pro136:

Los ingenieros agrónomos y peritos agrícolas del Ministerio de Hacienda lo convertían en lo que
se llamaba un bosquejo agronómico. Los mismos ingenieros agrónomos y peritos procedían
después a la revisión de las cartillas evaluatorias del pueblo.

Se puede afirmar, por simple extrapolación de hechos posteriores, que debió ser
destacada la participación de los peritos agrícolas en la ejecución de estos trabajos 137, que
podrían fácilmente duplicar en número a los ingenieros agrónomos. Es de lamentar que, en
un período del que tanta documentación se ha conservado, estos profesionales, que
seguramente debieron realizar la parte más dura del trabajo, hayan quedado en el
anonimato.

La información contenida en este catastro de Sevilla permite un conocimiento de la


agricultura de esta provincia a finales del siglo XIX, como prueba de ello se transcriben
literalmente algunos de estos documentos:

Provincia de Sevilla Servicio Agronómico Catastral


Distribución de los terrenos destinados al cultivo
Y aprovechamientos forestales y pastos

Superficie que ocupan en Tanto por ciento en relación


Naturaleza de los Hectáreas con la extensión de la
cultivos provincia
Regadío Secano Total Regadío Secano Total
Huerta 450 450 0,03 0,03
H y Frutales 1.899 1.899 0,14 0,14
Naranjos 1.887 1.887 0,13 0,13
Frutales 705 705 0,05 0,05
Cereal anual 310 121.343 121.653 0,02 8,63 8,65
Cereal año y vez 119.893 119.893 8,53 8,53
Cereal tercio 246.091 246.091 17,49 17.49
Cereal Sierra 24.489 24.489 1,74 1,74
Cereal con Olivar 14.927 14.927 1,06 1,06
Cereal con Encinar 30.775 30.775 2,19 2,19
Olivar Gordal 1.430 1.430 0,10 0,10
Olivar 226.239 226.239 16,09 16.09
Viña 10.307 10.307 0,73 0,73
Monte Alto Alcornocal 22.625 22.625 1,59 1,59
Monte Alto Encinar 97.659 97.659 6,94 6,94
Monte Alto Pinar 10.340 10.340 0.74 0.74
Monte Alto Acebuchal 6.932 6.932 0,49 0,49
Monte bajo 180.055 180.055 12.80 12.80

136
Juan Pro, ob. cit., pág. 211.
137
Sobre el hecho de la participación de los Peritos Agrícolas en estos trabajos ver: Ensayo de estadísticas
catastrales. Memoria resumen del estado de los trabajos de Avance en 31 de diciembre de 1924, Ministerio
de Hacienda, Dirección general de Propiedades y Contribución Territorial, Sección de Catastro de la Riqueza
Rústica, Imprenta del Catastro de Rústica, Madrid, 1926, pág. 51.

114
M. A. Encinar y Alcor 3.764 3.764 0.27 0.27
M.A. Encinar y M. baj 3.919 3.919 0,28 0,28
M.A. Encinar y Pinar 814 814 0,06 0,06
Monte bajo y pastos 50.461 50.461 3,59 3,59
Castañar 568 568 0,04 0,04
Prados naturales 8.240 8.240 0.59 0,59
Dehesa a pastos 174.816 174.816 12,42 12,42
Alamedas 89 89 0,01 0,01
Totales 5.251 1.355.774 1.361.025 0,37 96,38 96,75

Distribución de los cultivos y aprovechamientos en la provincia de Sevilla


Cultivos
Tanto p %
Huerta y frutales 0,14
Huerta 0,03
Naranjos 0,13
Frutales 0,05
Cereal anual 8,65
Cereal año y vez 8,53
Cereal al tercio 17,49
Cereal Sierra 1,74
Cereal con Olivar 1,06
Cereal con Encinar 2,19
Olivar Gordal 0,10
Olivar 16,09
Viña 0,73
-------------------
Total 56,93
Aprovechamientos
Tanto p %
Monte Alto Alcornocal 1,59
Monte Alto Encinar 6,94
Monte Alto Pinar 0,74
M. Alto Acebuchal 0,49
Monte bajo 12,80
Monte Alto Encinar y Alcornocal 0,27
Monte Alto Encinar y Monte bajo 0,28
Monte Alto Encinar y Pinar 0,06
Monte bajo y pastos 3,59
Castañar 0,04
Prados naturales 0,59
Dehesa a pastos 12,42
Alamedas 0,01
-------------------
Total 39,82

El total de los cereales cultivados, que comprende


512.126 hectáreas se distribuye en la forma siguiente:

Cultivo anual 23,76 p %


Id año y vez 23,41 id
Id al tercio 48,05 id
Id Sierra 4,78 id
--------------
100,00 id

115
3. LOS REGISTROS FISCALES DE RÚSTICA

El moderado éxito del Catastro por Masas de Cultivo y Clases de Terreno llevó al
ministro de Hacienda Raimundo Fernández de Villaverde a implantar el nuevo sistema en
todo el país en 1900-1901, en el contexto de una reforma fiscal de más amplio alcance,
plasmado en la Ley 27 Marzo 1900.

La Ley 27 Marzo 1900. Registro fiscal; catastro, respetó en lo esencial el sistema


de obtención de información del catastro creado en 1895-1896. La mayor novedad
consistía en añadir unos Registros fiscales de la riqueza rústica y pecuaria para resolver el
reparto personal de la riqueza. De esta Ley se considera destacable:

Artículo 1.º En todas las capitales de provincia, excepto en las Vascongadas y Navarra, se
establecerá Registro fiscal de la propiedad (…)
El Registro se fundará en los trabajos topográficos y agronómicos, dispuestos por los artículos 2º y
3º de esta Ley y en las declaraciones juradas, que presentarán los propietarios (…)
Art. 2º Se procederá a la evaluación general de la riqueza urbana, rústica y pecuaria, a cuyo efecto
se formarán:
Primero. El catastro por masas de cultivo y clases de terreno.
Segundo. Las cartillas evaluatorias de la riqueza rústica y pecuaria.
Tercero. El Registro fiscal de fincas urbanas y rústicas y la ganadería.
.Art. 3º Se procederá en cada provincia al amojonamientos de las líneas límites de sus términos
municipales (…)
Art. 4º Constituirá el catastro por masas de terreno y clases de cultivo de cada término municipal
un plano geométrico del mismo (…)
El personal del Instituto Geográfico y Estadístico formará el plano geométrico (…) Los trabajos
agronómicos continuarán a cargo del personal de ingenieros agrónomos y peritos agrícolas 138
dependientes del Ministerio de Hacienda.
La cartilla evaluatoria expresará en pesetas la riqueza imponible por hectárea en cada clase de
cultivo y calidad de terreno y (…) unidad que se adopte en ganadería (…)
Constituirá el Registro fiscal:
Primero. La inscripción de todos (…) los edificios y solares (…)
Segundo. La inscripción de las fincas rústicas, haciendo constar (…) situación (…) la clase de
terreno, cultivos o uso a que se aplica (…) valor en renta y venta, así como el producto íntegro y el
líquido imponible.
Tercero. La inscripción de las diferentes especies de ganadería (…)
Art. 5º … Las declaraciones correspondientes a la propiedad rústica y pecuaria se presentarán a
medida que se terminen y aprueben los trabajos topográficos y agronómicos del respectivo término
municipal (…)
Art. 6º Terminado y aprobado el Registro de un término municipal (…) cesará el Ayuntamiento o
la Comisión de evaluación en su caso, de formar el reparto de la contribución, quedando encargado
de este servicio el Registro fiscal de la provincia (…)
Art. 7º A medida que se termine y apruebe el Registro fiscal de un término municipal (…) se
declarará de cuota la contribución que deba satisfacer (…)
Art. 9º La dirección de los trabajos para la formación y conservación del catastro de cultivos y
calidades de terrenos, y del Registro fiscal de la propiedad, estará a cargo de la Dirección general de
Contribuciones, y la de los topográficos del Instituto Geográfico y Estadístico.
En los Registros fiscales habrá una Sección técnica destinada a la conservación del catastro139

El artículo 9 de la Ley 27 marzo de 1900, introduce una novedad importante al


trasladar el centro directivo del catastro desde la Comisión Central de Evaluación y
Catastro a la Dirección General de Contribuciones, al tiempo que crea una Sección
138
Esta expresión “continuarán”, confirma la opinión, antes expresada, de la participación de los peritos
agrícolas en los trabajos del Catastro por masas de cultivo y clases de terreno, ordenados por la Ley 24
Agosto 1896 e iniciados en las provincias de Cádiz, Córdoba, Málaga y Sevilla.
139
Se toma nota de esta mención a la conservación del catastro a la que se hará referencia después.

116
destinada a la conservación del catastro. Con esto se inicia la Conservación Catastral como
actuación diferenciada dentro de la actividad del organismo catastral.

Registro Fiscal de la Riqueza Rústica. Madrid, 1905.

Los registros no eran otra cosa que una ampliación a la riqueza rústica y pecuaria
del Registro de Edificios y Solares, creado por los liberales en 1893. El procedimiento
establecido fue modificado en la práctica, hasta convertirlo casi en un catastro parcelario:
el personal agronómico del Ministerio de Hacienda reconocería las parcelas una por una,
haciendo un bosquejo en el que quedaría fijada su situación, clasificación y calificación,
superficie y posesión aparente. Desde el punto de vista del contribuyente, el documento
fundamental del catastro por masas era la hoja declaratoria140.

Por R. O. del Ministerio de Hacienda se estableció proceder, como vía de ensayo, a


la implantación del Registro fiscal en el pueblo de Bazalote en la provincia de Albacete,
donde a la sazón se realizaban los trabajos de Catastro por masas de cultivo. Aprobado el
Registro fiscal de Bazalote, se dictaron los Reales Decretos 19 febrero y 6 agosto 1901 141.
Del Real Decreto 19 febrero 1901, que aprueba el Reglamento provisional para la
ejecución de la Ley 27 marzo 1900, en lo relativo a la formación del Catastro de la riqueza
rústica, se destaca:

Art. 2º Entenderá en estos trabajos una Sección de la Dirección general de Contribuciones con la
denominación de Sección especial de Catastro y de Registros fiscales, compuesta de dos Negociados
técnicos (…) de los cuales el primero estará encargado del despacho de los asuntos relacionados con
el catastro de la riqueza rústica y pecuaria (…)
El primero de dichos Negociados se compondrá de los Ingenieros del Cuerpo Nacional
Agronómico y de los Peritos agrícolas que al efecto destine el Ministerio de Agricultura (…)
Art. 6º El personal encargado de los trabajos agronómico-catastrales será el que en la actualidad
los desempeñe. Las vacantes que ocurran en el mismo se proveerán únicamente por el Ministerio de
Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas (…)
Art. 8º A cada una de las provincias en que se emprendan los trabajos a que se refiere este
Reglamento se destinará un Ingeniero agrónomo, Director en ella del servicio agronómico-catastral
y el número de Ingenieros agrónomos y Peritos agrícolas que se juzgue necesario (…)
Art. 98. Aprobados que sean los trabajos de cada término por el Director general, se considerarán
firmes, notificándoselo a los Municipios.

140
Juan Pro, ob. cit. pp. 216-217.
141
José Mª Viscor y Elizondo (Perito Agrícola del Estado), Apuntes de Catastro, Zaragoza, 1939, pág. 8.

117
El Real Decreto 6 agosto 1901 establece los Registros fiscales y, entre otras
cuestiones, dispone:

Art. 3º Los Registros fiscales de las propiedades rústica y pecuaria, formados con sujeción a las
instrucciones aprobadas por este decreto, surtirán todos los efectos previstos en los artículos 6º, 7º y
8º de la Ley 27 de marzo de 1900.
Art. 4º. El personal encargado de la ejecución de este servicio, a las órdenes de la Dirección
general de Contribuciones, será el del Cuerpo Nacional de Ingenieros agrónomos y el de Auxiliares
del mismo.

Casi cinco años tardaría en desarrollarse el artículo 9º de la Ley 27 marzo de 1900,


lo haría a través del Real Decreto 20 febrero 1906. Conservación del Catastro de los
Registros fiscales de rústica y pecuaria. En éste se establece:
Artículo 1.º En cumplimiento de lo prevenido en el artículo 9 de la Ley de 27 de marzo de 1900,
se establece el servicio de conservación del catastro por masas de cultivo y calidades de terrenos y
de los Registros fiscales de la propiedad rústica y pecuaria en las provincias y distritos que expresa
la adjunta planta (…)
Art. 2.º El expresado servicio estará a cargo de la Dirección general de Contribuciones,
impuestos y Rentas, será dirigido en las provincias por los Directores del Servicio Agronómico
Catastral y desempeñado por el personal de Peritos agrícolas que se designe entre los que se hallan
afectos al Ministerio de Hacienda.

118
V. LEY 23 MARZO DE 1906, LA REFORMA DE 1910 Y EL REGLAMENTO DE
1913.

1. SITUACIÓN SOCIO-ECONÓMICA Y POLÍTICA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO


SIGLO

El alto grado de inestabilidad política y el fraccionamiento de los partidos turnantes


se presentan como dos de las manifestaciones más visibles de la crisis del sistema
canovista en la primera década del siglo.

Para José Luis Comellas:

El sistema establecido por Cánovas del Castillo, y que configura políticamente la época de la
Restauración, fue el más estable y funcional que logró nunca el liberalismo español; pero no dejaba
de tener defectos (…) Uno de ellos era su falta de sinceridad. Las elecciones eran una farsa, y el
apoyo del régimen en la “opinión” una especie de mito. En realidad no se apoyaba más que en sí
mismo, hasta merece esta definición formulada por Pío Baroja: una oligarquía de políticos que
miraban al Estado como si fuera una finca.142

La inestabilidad del sistema político es verificable mediante la observación de la


frecuencia de los cambios de gobierno. Si bajo la regencia de María Cristina la duración
promedio de cada gobierno alcanzó los veintidós meses, bajo la monarquía de Alfonso
XIII, entre su coronación y la Semana Trágica (1902-1909), y no incluyendo en el cómputo
el gobierno “largo” de Maura, se contabiliza un gobierno cada cinco meses.

La presencia de corrientes en el seno de los partidos conducirán al fraccionamiento


de los mismos. Tras la desaparición de los líderes históricos –Cánovas asesinado en 1897 y
Sagasta fallecido en 1903- se asiste a la aparición de una copiosa serie de aspirantes al
liderazgo, tales como Francisco Silvela, Raimundo Fernández de Villaverde, Antonio
Maura y Eduardo Dato entre los conservadores, y a Segismundo Moret, Montero Ríos,
Canalejas y Romanones, entre los liberales.

Ni el rechazo de las fuerzas opuestas al sistema, ni la timidez de los intentos


reformadores “desde dentro” lograrán resultados efectivos, dando lugar a que la
experiencia anterior, la del “turno pacífico” se prolongara mal que bien diez años más,
desde el momento en que el monarca –a finales de 1902- relegaba de sus funciones a
Sagasta y encargaba a Silvela la formación de un nuevo gobierno.

Silvela subió al poder como un regenerador de España, era un hombre de rectas


intenciones pero mucho más intelectual que político y carecía de sentido práctico. En su
gobierno se hicieron patentes dos tendencias: una, la de Polavieja, ministro de la Guerra,
enérgico y muy popular, que propugnaba grandes reformas salvadoras, costasen lo que
costasen; y otra, la de Fernández de Villaverde, ministro de Hacienda, hombre prudente y
enemigo de aventuras, para quien la primera reforma tenía que ser la nivelación del
presupuesto. A la vista de que su programa se hacía irrealizable, Polavieja dimitió y el
propio Silvela no tardó en retirarse de la política.

142
Comellas, José Luis, ob. cit., pág. 541.

119
Dentro del partido conservador se encumbró entonces la figura de Antonio Maura
que ocupó la jefatura del Gobierno en dos ocasiones: 1903-1904 y 1907-1909. Maura
reorganizó la escuadra, casi inexistente desde el desastre de Cuba, hizo un nuevo plan de
ferrocarriles y estableció el Instituto Nacional de Previsión.

Al despuntar el siglo XX la población española es todavía mayoritariamente rural,


llegando al 66% de la población activa. En la producción agraria, aunque se sigue
sufriendo la crisis cerealista de finales de siglo, se aprecia un relativo progreso de técnicas
agrícolas con la introducción del arado de vertedera y la utilización de abono, lo que
producirá un aumento en la producción de trigo.

En la estructura de la propiedad agraria, se asiste a la consolidación de una gran


propiedad latifundista, coexistiendo con millones de explotaciones minifundistas en las que
la sobreexplotación de la mano de obra familiar sirve de elemento compensador de la falta
de rentabilidad. La condición del obrero del campo es durísima y el escaso poder de
compra de esta población limitará el crecimiento del mercado interior.

La minería del cobre y del hierro experimenta un notable incremento y se produce


un proceso de concentración de las empresas siderúrgicas. Por su parte, la industria textil
había sufrido un duro golpe con la perdida de Cuba y Puerto Rico. En la banca privada
destacan el Banco de Bilbao, el Hispano Colonial, el Hispano Americano y el Vizcaya y el
Español de Crédito143. Éste cuenta entre sus consejeros a Raimundo Fernández de
Villaverde quien, al desempeñar la cartera de Hacienda entre 1900 y 1901, decidió
generalizar el Catastro por masas de cultivo, de la forma antes comentada.

2. LA CUESTIÓN DEL CATASTRO EN EL ARRANQUE DEL SIGLO XX

En el terreno que se está tratando, el siglo XX se inicia en España con la aplicación


de la Ley de 27 de marzo de 1900, de la que ni su propio autor, Fernández Villaverde, se
mostraba entusiasta. Cada vez cobra más fuerza la idea de realizar un verdadero catastro,
un catastro parcelario que utilizando métodos topográficos llegase a la identificación
exacta de la parcela. Félix Suárez-Inclán, junto con otras personalidades destacadas,
opinaban que el catastro por masas de cultivo era una pérdida de tiempo y un
anacronismo.

El mismo Suárez-Inclán, tras su nombramiento como ministro de Agricultura por


Sagasta en marzo de 1902 en sustitución de José Canalejas, junto con los titulares de
Hacienda e Instrucción acordaron en el Consejo de Ministros de 23 de julio las líneas
maestras de la futura ley de catastro. Antes de haber transcurrido tres meses, el 9 de
octubre, se publica un Real decreto creando la Junta de Catastro para “estudiar y proponer
los medios más eficaces y los procedimientos más rápidos y económicos de formar, con la
precisión y condiciones suficientes para toda clase de aplicaciones fiscales, económicas y
jurídicas, el Catastro parcelario de España”.

143
Manuel Tuñón de Lara, Historia de España VIII, Revolución burguesa oligarquía y constitucionalismo-
José Luís García Delgado, La Economía Española entre 1900 y 1923.- Ed. Labor,
Barcelona, 1993., págs. 409-419

120
La Junta de Catastro estaba compuesta por personalidades muy notables, bajo la
presidencia de José Echegaray144, figura ineludible en la historia del Catastro de España y,
como Vocales, los Directores generales del Instituto Geográfico y de Contribuciones, los
ex Directores generales de dicho Instituto, el Director del Depósito de la Guerra, el
Director de la Comisión del Mapa geológico, el Inspector del Servicio de Ordenación de
Montes, el Jefe de la Sección Agronómica Catastral del Ministerio de Hacienda, el
segundo Jefe de la Dirección general de los Registros civil y de la Propiedad y, además, los
señores siguientes: Eduardo Saavedra, Inspector general del Cuerpo de Ingenieros de
Caminos, Canales y Puertos; Cesáreo Fernández Duro, Presidente de la Real Sociedad
Geográfica; Isidro Torres Muñoz, Abogado del Estado, especialista en estudios del Mapa y
Catastro; Manuel del Busto, Ingeniero Agrónomo, Jefe del Negociado técnico de la
Sección Agronómica Catastral; Eduardo Mier y Miura, Ingeniero Geógrafo, Jefe del
Negociado de Geodesia del Instituto Geográfico y, como Vocal-Secretario, Antonio
Blanco y Rogina, Ingeniero Geógrafo.

José Echegaray

También disponía el Real decreto la apertura de información pública, durante el


plazo de un mes, para que las corporaciones y particulares pudiesen presentar en el
Instituto Geográfico proyectos sobre el Catastro.

144
José Echegaray y Eizaguirre (Madrid, 1832-1916). Personaje polifacético: Ingeniero de Caminos, Canales
y Puertos, matemático, político y autor dramático. Ingeniero a los 20 años, con el número uno de su
promoción. Catedrático de física matemática de la Universidad Central; considerado el matemático español
más importante del siglo XIX. Para Rey Pastor la matemática española de ese siglo se inicia en 1865 con
Echegaray, primer presidente de la Sociedad Matemática Española. Político liberal, en 1868 es nombrado
Director General de Obras Públicas; ministro de Fomento en 1869-70 y en 1872; ministro de Hacienda en
1872-73 y en 1905. En 1905 compartió con Frédéric Mistral un discutido Premio Nobel de Literatura, siendo
el primer español a quien se concedió este galardón; miembro de la Real Academia Española.

121
2.1. EL CONCURSO PÚBLICO DE IDEAS. PARTICIPACIÓN DE LOS PERITOS
AGRÍCOLAS.

Concurrieron quince proyectos a la convocatoria, de los que tres planteaban como


objetivo final el logro de un catastro parcelario al que se llegaría gradualmente, tal y como
habría de establecer la futura ley. Éstos eran los proyectos firmados por Luís Ballester,
Manuel Mínguez y la Asociación de Peritos Agrícolas. Otro de los proyectos, con el título
de Catastro parcelario de España, se presentó por un perito agrícola, Felipe de la Higuera;
se desconoce el detalle de su contenido al que Juan Pro145, tras calificarlo de “confuso y
desordenado”, dice que la comisión ponente estimó que “se trataba de un intento de
proporcionar trabajo abundante a los peritos agrícolas”, poco más añade a su comentario
sobre este proyecto.

Por el contrario, este prestigioso autor (Pro) dedica a la propuesta de la Asociación


de Peritos Agrícolas mayor espacio en su comentario que a cualquiera de los demás,
atestiguando, por los detalles que aporta, haber leído con detenimiento el trabajo. Por parte
del autor de la presente obra se ha hecho lo propio, gracias a disponer de un original que
pertenecía a Asociación y, dado que se centra este trabajo en la participación de los peritos
agrícolas en el Catastro de España, a cuyo colectivo se dedica especialmente, por
considerar que la lectura de esta obra puede resultarles de interés, se ha considerado
oportuno reproducir un amplio extracto del mismo y analizarlo con cierta amplitud.

Portada del proyecto presentado por la Asociación de Peritos Agrícolas.

El proyecto, titulado Ideas Generales que para la formación del Catastro


Agronómico Parcelario, está fechado en Madrid, octubre de 1902 y lo firma, por la
Asociación de Peritos Agrícolas, Joaquín Armengot146. Se carece de mayor información
relativa a esta Asociación, que en la presentación del trabajo se nombra como Asociación

145
Pro Ruiz, Juan.- Estado, geometría y propiedad.- Subdirección General de Estudios y Estadística.
CGCCT.- Madrid, 1992.
146
Muy joven sería por aquel tiempo Armengot y dilatada debió ser su dedicación a la Asociación, pues,
como se ha visto anteriormente, el 25 de marzo de 1941 presidía la Asociación Nacional de Peritos
Agrícolas, reconstruida tras la Guerra Civil y en 1944 había fallecido y era homenajeado por la Asociación.

122
General de Peritos Agrícolas de España. Es de suponer que sería precursora del actual
colegio profesional, anterior a su establecimiento, y que agruparía a los peritos agrícolas en
ejercicio libre.

Entrando en el detalle de la obra:

I
En estilo propio de la época y con las alusiones patrióticas al uso, se hace una
amplia exposición del tema, donde queda patente la profesionalidad del autor y su
conocimiento de la problemática catastral. Muestra su convencimiento de la bondad del
catastro parcelario y de los beneficios que reportaría a España, pero “no hay que olvidar el
estado del Tesoro nacional”. Sobre la forma de ejecutarlo dice: “y aunque el ideal sea la
realización de tan importante obra directamente por el Estado, esta solución (...) es, por la
fuerza hoy (…) completamente impracticable (…) Suponiendo que los trabajos se llevaran
a cabo en diez años (…) el gasto anual sería, próximamente, de 28 millones de pesetas”.
Basándose en las estimaciones realizadas por cinco autores (Modet, Conde Nils de Bark,
Lora, Ruiz Amado y Torres Muñoz), que calculan el coste total de los trabajos,
respectivamente, en 500, 200, 150, 400 y 158 millones de pesetas, cantidades bien dispares
como puede apreciarse y, a pesar de ello, realiza la media aritmética y obtiene un coste
total de 281.600.000 pesetas y 28.160.000 por cada año de trabajo y finaliza con este
interrogante “¿Puede el Estado gravar su presupuesto anual de gastos con esa cantidad?”

Tras la anterior alternativa, ejecución directa por el Estado, plantea otras:

La contrata.- Que puede presentarse de dos formas: “por partes, más o menos
extensas, del territorio, adjudicando a distintos contratistas (…) o se adjudica la obra total a
una entidad que pacte directamente con el Estado la formación del catastro parcelario de
España”. Continúa con el análisis de las consecuencias, fundamentalmente económicas,
que reportarían una u otra alternativa, para concluir admitiendo la desventaja de ambas
para el Tesoro pues, al precio del contrato “habrá de aumentarse la ganancia de la
Compañía contratista”.

La concesión.- Sería, “la ejecución del trabajo parcelario por una Compañía que
realizase todos los trabajos y sufragase los gastos que se originasen mediante la cesión de
los productos que pudieran obtenerse del catastro durante un cierto número de años (…)
como un ferrocarril, por ejemplo” A continuación expresa su opinión:

No creemos que la digna Junta (…) se inclinara a esta solución (…) Baste recordar la antipatía
con que el país tolera los monopolios, los abusos a diario cometidos por las Compañías arrendatarias
(…) Hasta las piedras se alzarían en son de protesta contra tal acuerdo. Además que ¡bien caro
pagaría la Nación el préstamo! ¡Y a qué interés! Antes que esta solución es preferible un
empréstito147, que después de todo resultaría más moral y más barato .

Registros catastrales.- Es la alternativa del autor y la plantea, más que como tal,
como propuesta de solución al problema: “Creemos sinceramente que con la creación de
los registros catastrales podría llegarse, si no al ideal, por lo menos al sistema más
ventajoso y práctico”. Las funciones de los registros catastrales serían:

147
Que no plantea formalmente como alternativa.

123
1. Determinar la situación, linderos, figura, superficie, valores en venta y renta 148 (…) que nos
permitiremos llamar la individualidad del predio rústico.
2. La formación del plano geométrico parcelario de cada término municipal.
3. La rectificación constante en dicho plano de todas las transformaciones de la propiedad rústica.
4. La estadística en la zona de jurisdicción (…) como base para la estadística agrícola nacional.
5. La conservación de estos trabajos149.

El registrador catastral, por su permanencia constante en la zona de su cargo, en la cual habría de


avecindarse, sería el lazo de unión de los intereses individuales y colectivos con el más general del
Estado, tratando de armonizar unos y otros dentro de la justicia 150(…) La acción directa del registro
sobre la propiedad, habría de ejercerse:

1. Por modo obligatorio en toda transmisión de dominio, en cuyo caso sería requisito
indispensable para la inscripción de la finca ante el Registro de la Propiedad la hoja catastral de
la misma (…) cuya inscripción habría de acomodarse en todo a lo dicho en dicha hoja
catastral151 (…) Una copia autorizada de esta hoja se remitirá a la Delegación de Hacienda para
los efectos contributivos.
2. Para comprobar y visar todo trabajo que a los fines expuestos quieran hacer particularmente los
interesados (…) Para conseguir esto se dictarán reglas a que deberán sujetarse los facultativos152
en la ejecución de sus trabajos profesionales, si a éstos se quería dar validez a los efectos del
catastro.
3. A petición de los propietarios que en cualquier momento quieran acogerse a los beneficios que
la ley señalaría.
4. Con carácter fiscal, siempre que por sospechas, indicios o denuncias haya motivo para
intervenir (…) y de ahí la necesidad de revestir al registrador153 de toda autoridad precisa (…)
Convendría estudiar (…) tratándose de la pequeña propiedad, si a la hoja catastral habría de
dársele toda la fuerza y efectos legales de un título de propiedad, una vez inscrita en el
correspondiente registro 154

II

Comienza este apartado con todo un reto, vamos a demostrar:


1. Que es factible la realización inmediata del catastro agronómico parcelario en España sin
aumento en los gastos del actual presupuesto.
2. Que el establecimiento de los registros catastrales puede llevarse a cabo sin nuevo gravamen
para la propiedad, antes, por el contrario, beneficiándola. Y
3. Que como corolario de estos trabajos, aumentarían desde su comienzo y sin interrupción los
ingresos en el Tesoro público.

Añade:

148
Lo que después habría de denominarse características catastrales.
149
Lo escrito en letra pequeña, reproduce literalmente el original.
150
Idealismo puro.
151
Esto está en la línea de la tan cacareada coordinación Registro-Catastro, aún por conseguirse y alguna
relación tiene con parte de la redacción que habría de darse al artículo 38 de la Ley de 23 de marzo de 1906,
que estableció el Catastro parcelario de España, donde se dice: “ni practicarán inscripciones o asientos en los
Registros de la Propiedad que se refieran a un inmueble perteneciente al solicitante sin que acompañe al
título de propiedad el plano correspondiente, si está formado el Catastro, o una hoja del Registro del Catastro,
debidamente autorizada, en el período del avance”. Otra cuestión es que en alguna ocasión se diese
cumplimiento a esta disposición.
152
Ahora da “cancha” a sus asociados, cuestión en la que se muestra muy discreto el proyecto.
153
¿Por qué “registro catastral” y “registrador” los escribe siempre con minúscula, cuando al referirse a los
de la propiedad los expresa en mayúsculas? Nunca se han superado los complejos.
154
Otra sugerencia de interés, sobre todo para regiones o comarcas donde era, o sigue siendo, frecuente que
este tipo de propiedades carezcan de título e inscripción en el Registro de la Propiedad.

124
Siendo los Registros Catastrales155 organismos de carácter técnico y fiscal, cuya intervención en
la propiedad ha de realizarse siempre en los momentos de la transmisión (…) y aun en las hipotecas
(…) tendremos forzosamente que admitir como expresión del tiempo mínimo de duración de los
trabajos agronómico catastrales el período que se calcula necesario para una rotación completa de la
propiedad (…) fijamos este período en veinticinco años, tiempo necesario para la formación
completa del catastro en España por el método que exponemos (…) los defensores del sistema
rápido (…)

Si la dificultad, dicen, consiste en la cantidad de personal, aumentemos éste hasta el número


preciso, llegando a calcular de 2.000 a 3.000 el de peritos necesarios, a lo que nosotros
preguntamos: ¿y dónde están? (...) ¿Acaso entre la oficialidad de nuestro ejército? (...) Ni esto es
razonable, ni la misión, bien definida, del ejército (…) no permite suponerlo siquiera.

¿Se piensa en el personal del Instituto Geográfico y Estadístico? ¡Pues precisamente habría que
pensar en su aumento para realizar las operaciones geodésicas de determinación de vértices aún no
completada en España!156 (…)

Sólo nos resta examinar una última solución, la de crear una carrera especial de geómetras 157 o
topógrafos catastrales. Aparte de que, como dice muy bien Modet, el “plazo de diez años apenas ha
de ser suficiente para crear el personal necesario para los trabajos” (…) terminados los trabajos de
campo, ¿qué iba a hacer el Estado con ese personal?

Principios que deben tenerse en cuenta al formular un proyecto de catastro en España:

1. Que su realización no grave en lo más mínimo el presupuesto anual de gastos del Estado
2. Que los trabajos se ejecuten sin aumentar los tributos, y excesivos, que pesan sobre la
propiedad territorial
3. Que sea una obra de justicia, beneficiando en el acto al contribuyente de buena fe, y haga entrar
en la legalidad al defraudador que oculta su riqueza en perjuicio de los demás.

Trabajo de los registros catastrales: zona de su jurisdicción.- De un modo general,


el trabajo de los registros catastrales se especificó anteriormente al señalar la forma de
ejercer su acción directa, ahora el autor añade una cuestión de gran interés:
De los planos así levantados enviará una copia a la Dirección central (…) cuidando también de
pasar todas las fincas peritadas al plano de conjunto formado por términos municipales, para ir
formando el parcelario general de toda España. Le sería, por último, obligatorio determinar los tipos
evaluatorios de la ganadería, haciendo recuentos periódicos (…).La conservación de estos trabajos
(…) sería otra misión de registrador (…)

Dada la multiplicidad de los trabajos que están llamados a realizar, no puede calcularse en más de
4.000 hectáreas al año el trabajo topográfico medio que haya de ejecutar un operador (…) teniendo
en cuenta que la superficie total de la Península e islas adyacentes es de 48.691.542 hectáreas, según
publicó el Instituto Geográfico en 1881 (…) y en 100.000 hectáreas la extensión media de la zona de
cada registro (4.000 H x 25), resultaría que el número de éstos que será preciso establecer se
elevaría a 487 para toda España, que inmediatamente podrían cubrirse con el personal hoy en activo
en los trabajos de rectificación de cartillas evaluatorias y los excedentes o en expectación de destino
de los cuerpos de ingenieros agrónomos y peritos agrícolas 158 (…) únicos facultados por la ley para
ejercer estos trabajos.

Coste por unidad de superficie y anual de estos trabajos.- De un modo similar al


que utilizó anteriormente para determinar el coste total del catastro y basándose en las

155
Esta vez sí, con mayúsculas, posiblemente por primera y única vez.
156
¿Cuántas veces se nombra “España” en este trabajo?, nada de “este país” o eufemismo similares.
157
Toda una premonición, los geómetras habrían de venir más adelante, pero no como carrera. Tendrán un
epígrafe propio.
158
Al fin desvela quiénes podrían ocupar esas plazas de registradores.

125
mismas fuentes, a las que añade en esta ocasión el Instituto Geográfico y Estadístico,
trabajos contratados por la Administración y datos del catastro italiano, obtiene un medio
por hectárea de 5,05 pesetas. Sigue:

La superficie de la Península, Baleares y Canarias, exceptuando las Vascongadas y Navarra,


hemos dicho que es 48.691.542 hectáreas restando, un 10%, que calcula de terreno inútil (caminos,
veredas, población, etc.), más las 6.450.680 hectáreas de terrenos exceptuados en junto 11.320.014
hectáreas, quedando una diferencia de 37.371.528 hectáreas, que es la parte de particulares sujeta al
pago de contribución territorial.
Si proporcionalmente al sustraendo expresado fijamos el que corresponde a las 4.000 hectáreas
calculadas como trabajo medio topográfico agronómico parcelario por año y registro, vemos
reducidas estas hectáreas a 3.070 de terreno a tributar; y como para la determinación del coste no
debemos de tener en cuenta más que la parte tributaria (…) El coste medio por hectárea será, por
consiguiente, 6,30 pesetas, valor muy próximo al obtenido en el catastro italiano (6,45 pesetas).

Determinación de los líquidos imponibles.- Fijarlos con la exactitud factible (…) requiere conocer a
priori cuantos elementos integran la producción local: el factor tierra, el clima, la vida económica y
social (…). Pero recopilar estos datos (…) sólo posible contando con el factor tiempo; es decir,
permaneciendo durante larga época en la zona objeto de observación y experiencia.
Por eso no somos partidarios de la determinación previa de los líquidos imponibles (…)
Sería, pues, el coronamiento de la obra de los registros catastrales, en todo término municipal, esa
determinación de los líquidos imponibles (…)

Cálculo de gastos probables159

a) Recordando que debían ser 487 el número de registros que tenían que establecerse en España, y
que son 3.070 las hectáreas de particulares que cada uno ha de parcelar en un año, resultarán
1.495.090 hectáreas, trabajo realizado en ese tiempo, que costarán 5.980.360 pesetas 160.
b) Como trabajo preliminar (…) hácese precisa la fijación de puntos de referencia (…) que
estarían referidos a los vértices geodésicos más próximos, habrán de distar entre sí dos kilómetros
como máximo, situados, a ser posible, en líneas rectas, que se cortaran perpendicularmente, de
manera que formarán cuadrados de 400 hectáreas de superficie (…)
Pero como en la fijación de vértices geodésicos y topográficos habrían de emplearse de ocho a diez
años y el establecimiento de los registros deber ser inmediato, proponemos el siguiente
procedimiento:
Siempre que se proceda a levantar el plano de una finca, se procurará referir su perímetro a un
vértice geodésico si la distancia que lo separa del predio es menor de dos kilómetros. En caso
contrario se referirá a un punto elegido arbitrariamente 161 que se fijará en el terreno de manera
permanente y visible (…)
Hecho esto, podrá en su día el Instituto Geográfico dejar en el referido término municipal la red de
vértices indicada, señalando además los puntos al arbitrio fijados por el registrador.

Hace un cálculo del incremento que estos trabajos supondrían en el presupuesto del
Instituto Geográfico, estimándolo en 850.805 pesetas anuales, si fuesen ejecutados en diez
años.

Reclamaciones y protestas.- Admite el derecho del propietario a reclamar por


disconformidad en la superficie asignada o en el valor atribuido o en la clasificación
aplicada a su finca. La resolución de estas reclamaciones produciría un gasto en las
provincias (ingenieros asesores del Delegado de Hacienda) y en la Comisión central del
catastro.

159
A partir de esto, la estructura del documento, que hasta aquí, resultaba aceptable se complica y el
contenido que sigue a un epígrafe no responde exactamente al título de éste.
160
Resulta una media de 4 pesetas por hectárea (antes decía 6,30) que no sabemos de dónde sale.
161
Según Pro, éste fue uno de los aspectos técnicos criticados por la comisión ponente.

126
Rehace sus cálculos anteriores y establece lo que denomina:

Presupuesto definitivo de gastos de los registros catastrales en España, expresado por el siguiente
cuadro:

Pesetas
a) Trabajos de los registros catastrales 5.980.360
b) Aumento en el presupuesto del Instituto Geográfico 850.850
c) Ingenieros provinciales; gastos y dietas 270.000
d) Comisión central 105.500
Total gastos anuales 7.206.710

INGRESOS PROBABLES PARA EL TESORO:

a) Ocultación de riqueza162.- Estudios comparativos, estadísticas concienzudamente formuladas


(…) demuestran que la riqueza imponible en España difiere muy poco de mil millones de pesetas 163.
Los trabajos catastrales realizados en las provincias de Granada, Sevilla, Córdoba, Cádiz y
Málaga164 ofrecen un aumento de 55,1 millones, es decir, 11 millones en números redondos por
provincia (…) si admitiéramos la repetición de este hecho en las restantes de España (…) nos
conduciría a reconocer una ocultación de 495 millones, o sea una riqueza imponible de 1.047
millones que resultaría de sumar a los 495 los 552 que aparecen según los datos del ejercicio de
1893-94 (…)
Nosotros (…) aceptamos como expresión de la riqueza imponible rústica en nuestro país la
cantidad de 934.288.200 pesetas que resultaría de multiplicar 37.371.528 hectáreas (superficie de
particulares a tributar) por 25 pesetas, líquido imponible medio por hectárea, número bajo si se tiene
en cuenta que el cultivo cereal, el más importante y extenso, supera casi siempre esa cifra (…)
Comparada nuestra cifra con la asignada en los datos oficiales de 552 millones, resulta una
diferencia de 382.088.200 pesetas, que es la ocultación existente en España por concepto de riqueza
rústica (…) cada año de los veinticinco que hemos señalado de duración para el catastro,
correspondería descubrir la 25.ª parte; es decir 15.283.528 pesetas de riqueza imponible, o sea
3.209.540 pesetas de ingresos para el Tesoro, calculando al 21% el tipo de tributación de esta
riqueza.

b) Defraudación por pago de derechos reales.- (…) Tan escandalosa es esta defraudación, sobre
todo en las testamentarías (…) que ya no es descubrir ningún secreto afirmar que el Estado pierde
por este concepto tanto como por el mismo recauda (…)
Calculase en 45 millones la recaudación por pago de derechos reales; si suponemos que de esta
cifra sólo 15 corresponden a la riqueza rústica y pecuaria (…) y no admitir más que un 33 por 100
de defraudación (…) tendríamos al año un exceso en los ingresos (…) de 4.950.000 pesetas.

c) Ocultación de riqueza pecuaria.- Comienza su exposición admitiendo que dicha


riqueza figura amillarada en 60 millones. Analizando el caso del ganado de labor, estima
la superficie cultivada en 20 millones de hectáreas, fijando la necesidad de una yunta (de
ganado vacuno, mular o caballar) por cada 20 hectáreas y concluyendo que son necesarias
para este fin dos millones de cabezas. A éstas les corresponde un líquido imponible medio
de 25 a 30 pesetas, resultando una riqueza imponible para el ganado de labor de 55
millones de pesetas. Basándose en esto, realiza después una extrapolación al resto del
ganado y acaba afirmando que en la riqueza general pesaba tanto una como otra, llegando
así a la cifra de 110 millones como valor total de la riqueza pecuaria de nuestro país que,
más adelante fija en 90 millones, limitando a 30 la ocultación que, repartido en los

162
Este epígrafe debería titularse Ocultación de riqueza rústica.
163
Asombra pensar que hoy día hay explotaciones rústicas en España que no estarían muy distantes de esa
cantidad si se utilizara un sistema valorativo real.
164
Leyes de 17 de julio de 1798, refrendada por el ministro de Hacienda Juan Navarro Reverter, y de 24 de
agosto de 1896.

127
veinticinco años de duración del catastro, correspondería por cada anualidad 1.200.000
pesetas, o sean 252.000 pesetas de exceso en la tributación.

d) Detentación de fincas del Estado, otras que le pertenecen y no están inventariadas y


descubrimiento de las sin dueño conocido, de que aquél debe incautarse.- (…) la investigación seria
y eficaz de los registros catastrales tendría como una de sus más útiles consecuencias la formación
de un inventario completo de los bienes pertenecientes al Estado, exento de los errores y
deficiencias de los actuales (…)
Difícil es (…) aventurar la cifra de lo que el Estado podría percibir o el aumento de sus bienes que
obtendría (…)
Aceptando, sin embargo, por este concepto la misma cantidad que señala el Sr. Torres Muñoz, en
su tan repetida obra165, de doce millones de pesetas, resultaría por año un ingreso para el Tesoro de
480.000 pesetas166.

Ingresos probables para el Tesoro por los trabajos que realizarían los registros catastrales:

Pesetas

a. Por ocultación de riqueza rústica 3.209.540


b. Por pago de derechos reales 4.950.000
c. Por riqueza pecuaria 252.000
d. Por detentación de bienes del Estado 480.000
Por baja en el presupuesto de los gastos de material y
demás del servicio agronómico-catastral 940.000
TOTAL 9.831.540
Importan los gastos anuales del catastro 7.206.710

Diferencia o beneficio a favor del Tesoro 2.624.830

III

En esta tercera parte el autor, partiendo de la premisa de que el catastro “tiene que
ser una obra de justicia unida a un acto de generosidad del Estado” y que “a ocultación
descubierta, aplicación inmediata de la ley”, establece un complicado sistema de
bonificaciones y sanciones (éstas tampoco son tales, por lo benévolas) “obligando al
defraudador, en el acto de probarse la defraudación y para lo sucesivo, a contribuir con
arreglo a la riqueza que le sea comprobada”.

Los municipios y particulares que deseen acogerse a los beneficios que se


establecen (rebaja de 5 puntos porcentuales en la tributación) podrán obtenerlos ejecutando
por su cuenta los trabajos topográficos, agronómicos y catastrales con sujeción a las
disposiciones reglamentarias que se establezcan.

Plantea una serie de supuestos y realiza los correspondientes cálculos probatorios


de su tesis, para concluir “que las facilidades que éstas (las bases que establece para regular
este sistema) dan al propietario determinarían la declaración voluntaria del 20 por ciento de
la riqueza imponible total, y por tanto, un ahorro de la quinta parte del tiempo que
señalamos para realizar el catastro, que éste se ultimaría en veinte años en vez de los
veinticinco que anteriormente apuntábamos167.

165
Catastro general parcelario y Mapa topográfico.
166
El autor aporta poco en este apartado.
167
Esto si que es un alarde de optimismo.

128
Aceptando este período de veinte años e introduciendo en las cifras antes consignadas las
alteraciones consiguientes a la aplicación de las bases expuestas vamos a formular el presupuesto
definitivo del catastro topográfico-agronómico parcelario con el establecimiento de los registros
catastrales.

PRESUPUESTO DEFINITIVO DEL CATASTRO

PRIMER AÑO

Gastos
Incrementa los anteriormente calculados (7.206.710 pesetas) en 448.527 ptas, correspondientes a
la comprobación de 224.363,5 H. (60% de 373.772,5 H., que es el 20% de la riqueza imponible
total168 a 2 pesetas hectárea). Total gastos 7.655.237 pesetas

Ingresos
Computa los correspondientes a pago de derechos reales (4.959.000), defraudación de bienes del
Estado (600.000) y baja del presupuesto del servicio agronómico catastral (940.000).
Total ingresos 6.490.000 pesetas

Déficit del primer año 1.165.237 pesetas


SEGUNDO AÑO

Gastos
Incrementa los gastos del primer año con el déficit producido en éste (1.165.237 pesetas).
Resultando: Total gastos 8.820.474 pesetas

Ingresos
Incrementa los del primer año con 2.018.377 ptas., por recaudación de la ocultación de rústica y
315.000 pesetas por el mismo concepto en pecuaria. Añade más tarde 316.952 pesetas. Resultando:
Total ingresos 9.140.329 pesetas

Concluyendo: Beneficio a favor del tesoro en los dos años 319.855 pesetas

Los gastos subsisten sin alteración durante los diez primeros años (…) y los ingresos
experimentan anualmente un aumento de 2.650.329 pesetas. Esto significa (sin entrar en más
detalles):
Beneficio total en los diez primeros años 107.612.435 pesetas

En el 11.º, no existiendo gastos por aumento del presupuesto del Instituto Geográfico, que al
finalizar el año anterior debió finalizar sus trabajos (…), la cantidad constante, 2.650.329, vendrá
aumentada en las 850.850 del Instituto Geográfico, luego el beneficio en el año 11.º será 26.188.903
pesetas

A partir del año 12.º, y según se ha indicado en el anterior, habrá que agregar a los 2.650.329 en
que aumentan los beneficios, las 850.850 del Instituto Geográfico, (añade otras cuestiones un tanto
enrevesadas, que no reproducimos). En resumen:

Beneficio total de los años 12.º al 20.º 270.408.257 pesetas


Resumen general de los beneficios para el Tesoro
Pesetas
En los 10 primeros años 107.612.435
Idem en el 11.º 26.188.903
Idem del 12.º al 20.º 270.408.257
Beneficio total en los 20 años 404.208.595

Idem medio por cada año 20.210.429

168
Expresa en hectáreas el 20% de la riqueza imponible. No se entiende lo que quiere decir, pero así consta
literalmente.

129
Apéndice

Para terminar estos apuntes, y como vía de apéndice, determinaremos el superávit fijo que se
obtendría continuando los trabajos del catastro.

Supongamos que, hecho el parcelario, el Estado, magnánimo con los ocultadores, perdona las
cuotas a que tiene derecho y establece el tipo fijo de contribución al 15 por 100 sobre la riqueza
comprobada; los ingresos serían:

Rústica:
Recaudado al 15% de la riqueza comprobada (934.288.200), Pesetas
menos recaudado al 21% de la amillarada (522.200.000). 30.481.230

Pecuaria:
Recaudado al 15% comprobado (90.000.000), menos recaudado
al 21 % amillarado (60.000.000) . 900.000

Por pago de derechos reales 4.950.000


Baja en el presupuesto 940.000
TOTAL INGRESOS 37.271.230
Gastos

Ingenieros provinciales 270.000


Comisión central 105.000
Indemnización a los registros a 1.500 730.500
TOTAL 1.106.000

Diferencia o superávit anual 36.165.230

400 millones en números redondos al Tesoro público el catastro, y 36 millones anuales después de
realizarlo.

Finaliza el trabajo con estas enfáticas palabras:

La obra del catastro llevada a cabo por los registros catastrales produce lo necesario para
transformar la condición agraria de nuestro país.
Si a la par que el catastro hubiera quien acometiera la regeneración de nuestra agricultura en el
sentido indicado, la patria habría encontrado un hombre que el porvenir bendeciría como uno de sus
más preclaros bienhechores169.
Madrid Octubre 1902

Por la Asociación de Peritos Agrícolas

El Presidente

JOAQUÍN ARMENGOT.

A modo de conclusión a la lectura de estas Ideas Generales, se debe añadir algo:

Vistas desde el contexto actual, con la perspectiva histórica del Catastro, sus logros
y la disponibilidad actual de medios técnicos (especialmente cartográficos e informáticos),

169
De algún modo recuerda una frase atribuida a Napoleón: El que haga una buena ley catastral merecerá
que se le eleve una estatua.

130
el trabajo de Joaquín Armengot170 puede resultar un tanto utópico e ingenuo. Ahora bien,
habría que tener en cuenta que en aquellos momentos en España todo estaba por hacer en
catastro y se planificaba sin actuaciones anteriores que sirvieran de referencia sobre logros
y fracasos, sólo así se podrá valorar el esfuerzo y la imaginación que se precisa para
realizar un proyecto de esta naturaleza, en cuya exposición puede haber resultado
demasiado extensa, pero el interés de la obra lo merecía y, en cualquier caso, no ocurre
nada si se prescinde de su lectura.

No todos los autores coinciden con Pro en su valoración del trabajo presentado por
la Asociación de Peritos Agrícolas, otros, como Martínez Cajén, al referirse al concurso
público de ideas, ni siquiera lo mencionan:

Se presentaron quince trabajos, entre los que destacaban el proyecto de D. Amador Villar, que es
el único que podía considerarse como tal, y la Memoria de D. Anastasio M.ª Quintano, Abogado del
Estado. De los restantes trabajos, algunos no tenían, en realidad, conexión clara con el objeto que se
perseguía en el Real decreto, y así puede decirse que sólo 10 trabajos tenían ideas aprovechables.

Del mismo autor, Ingeniero Geógrafo de prestigio, que ocupó destacados cargos en
el Instituto Geográfico y que, por su proximidad a los hechos, pudo conocer a algunos de
sus protagonistas, hecho que le confiere cierta credibilidad, se han seleccionado algunos
párrafos de interés sobre los pasajes preparatorios de la Ley de 1906.

De estos 10 trabajos, la mitad llegaban al Catastro parcelario, pasando antes por el polígono
topográfico, es decir, realizando dos etapas, la otra mitad pretendía ir al Catastro parcelario
directamente (…)
Unos y otros (…) se subdividían en dos grupos: el uno opinaba que había que levantar el
parcelario lenta y sucesivamente, a medida que los propietarios quisieran hacerlo o lo exigiesen las
disposiciones que para el caso se dictasen (…) El otro grupo opinaba que el levantamiento
parcelario debía hacerse desde luego y sin demora alguna (…)
Disponía también el Real decreto que hasta cuatro meses después de publicado no se constituyese
la Junta y, durante ese tiempo, se “constituiría una Comisión presidida por el Director General del
Instituto Geográfico y compuesta por el Jefe del Depósito de la Guerra, del de la Sección
Agronómica Catastral, del Ingeniero Agrónomo, D. Manuel del Busto y de los Geógrafos D.
Eduardo Mier y D. Antonio Blanco (…)
Tenía esta Comisión que formular su dictamen [sobre los proyectos presentados] en el plazo de
cuatro meses. No encontró aceptable ninguno de los proyectos presentados, aunque en algunos de
ellos hubiese ideas aprovechables (…)
Bien pronto se dibujaron dos tendencias en el seno de la Comisión (…) pretendía la una llegar al
parcelario sin demora (…) opinaba la otra que esto presentaba muy serias dificultades y, para
evitarlas, era necesario llegar a la formación del Catastro parcelario de modo paulatino (…)
Opinaban los Vocales de la Comisión que defendían este sistema, que era necesario efectuar, antes,
trabajos rápidos (…) De aquí que dividiesen los trabajos del Catastro en dos períodos: “En el primer
período, llamado Avance catastral, se obtendría la planimetría general de todo el territorio (…)
En armonía con lo expuesto, elevó la Comisión a la Junta el día 8 de Febrero de 1903 dos
ponencias o proyectos de bases para la formación del Catastro parcelario (…)
Presentados ambos proyectos a la Junta en pleno, nombró ésta en su primera sesión celebrada el 11
de Febrero de 1903, una nueva ponencia para que los estudiase y le diese dictamen sobre cuál de los
dos proyectos procedía someter al Gobierno (…)
Presentado este dictamen, que, como los formulados por la primera Comisión ponente son un
modelo en su clase, lo aprueba la Junta con muy ligeras modificaciones, y en 8 de abril de 1903 es
elevado a la aprobación del Gobierno171.

170
Se le atribuye a él como firmante, aunque posiblemente fuera la labor de un grupo de profesionales de la
Asociación de Peritos Agrícolas vinculados a la problemática catastral o relacionados con ésta.
171
Martínez Cajén, Paulino, Historia y estudio crítico del Catastro en España y de las distintas fases por las
que ha ido atravesando. 2.ª conferencia, pronunciada el 3 de mayo de 1928, pp. 41-53.

131
3. LA LEY 23 DE MARZO 1906.

La Junta de Catastro, creada en 1902 y presidida por Echegaray, puso un verdadero


empeño en que la Administración del Estado llegase en su investigación directamente a la
parcela, haciendo su identificación y valoración individual, para conseguir de esta manera
una verdadera justicia relativa tributaria, suprimiendo la acción directa de los
Ayuntamientos en el reparto172

La Comisión ponente de la Junta desechó todos los proyectos presentados al


concurso público de ideas y trabajó sobre las Bases para la redacción de un catastro
parcelario de España que habían elaborado los vocales de la Junta, Manuel del Busto173 y
Eduardo Mier y Miura174, modificadas por la ponencia.

Las 76 Bases para la obtención del Catastro parcelario de España, aprobadas por
la Junta el 24 de marzo de 1903 con las modificaciones mencionadas, fueron presentadas
por Echegaray como anteproyecto de ley al presidente del Consejo de Ministros, que en
aquel momento era Francisco Silvela.

Tras la llegada de Antonio Maura a la presidencia, el empeño de este político


conservador por poner fin al sistema caciquil le llevó a impulsar el Proyecto de Ley de
Catastro Parcelario de España, pero no llegó a recaer dictamen sobre él, debido a la caída
del gobierno Maura, el 16 de diciembre de 1904.

Segismundo Moret, Presidente del Consejo de Ministros en 1906, fecha de


aprobación de la Ley del Catastro Parcelario de España.

El 22 de noviembre de 1905, el diputado Francisco Martín Sánchez presentó el


texto del proyecto en el Congreso como proposición de ley suya. Ahora el catastro tendría
mejor suerte, quizá porque gobernaban los liberales, bajo la presidencia de Montero Ríos.
Echegaray, el padre del Catastro, era ministro de Hacienda, y prometió a Martín Sánchez
que adoptaría el proyecto y lo presentaría cuanto antes a las Cortes, pero el gobierno cayó

172
Gabriel García Badell, ob. cit. pp. 54.
173
Ingeniero Agrónomo, Jefe del Negociado técnico de la Sección Agronómica Central.
174
Ingeniero Geógrafo, Jefe del Negociado de Geodesia del Instituto Geográfico y Estadístico y Académico
de la de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.

132
el 1 de diciembre de 1905. Finalmente, fue Segismundo Moret quien, desde la Presidencia
del Consejo de Ministros, apoyó una segunda proposición presentada por Martín Sánchez
el 5 de febrero de 1906, haciéndola salir adelante tras algunas modificaciones introducidas
por las Comisiones del Congreso y del Senado.

Para evitar que el proyecto quedara detenido, Moret tuvo que forzar su aprobación
rápida por el Congreso. A pesar de todas las resistencias, el proyecto sería por fin aprobado
como Ley del Catastro Parcelario de España y sería sancionado por Alfonso XIII el 23 de
marzo de 1906175

En la Gaceta del 24 de marzo de 1906 apareció publicada la Ley del Catastro


Parcelario de España, refrendada por Amós Salvador, ministro de Hacienda del gobierno
liberal presidido por Segismundo Moret. A pesar de haber superado el siglo de existencia
sigue siendo la Ley del Catastro por antonomasia, como así lo han reconocido a lo largo
del tiempo, con testimonios a los que se aludirá, los profesionales del Catastro. En su
exposición de motivos, la Ley 48/2002, de 23 de diciembre, del Catastro Inmobiliario
reconoce que, parcialmente, sigue aún vigente:
Hasta llegar, el 23 de marzo de 1906, a la promulgación de la Ley del Catastro Topográfico
Parcelario176, último texto autónomo de este rango que reguló, y aún lo hace parcialmente, esta
institución.

A pesar de lo declarado en esta exposición, el Real Decreto Legislativo 1/2004, de


5 de marzo, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley del catastro Inmobiliario,
en su disposición derogatoria dispone la derogación de:

a) La Ley de 23 de marzo de 1906, que establece el Catastro Topográfico Parcelario 177.


h) La Ley 48/2002, de 23 de diciembre, del Catastro Inmobiliario.

La Ley 23 marzo de 1906 está estructurada en siete capítulos y cincuenta artículos,


se reproducen aquellos más significativos a los efectos de este trabajo y en este sentido, el
capítulo I adquiere especial relevancia:

CAPÍTULO I.- Objeto del catastro parcelario y sus principios fundamentales.


Artículo 1.º El Catastro parcelario de España tendrá por objeto la determinación y representación
de la propiedad territorial en todos sus diversos aspectos, con el fin de lograr que sirva eficazmente
para todas las aplicaciones económicas, sociales y jurídicas, con especialidad para el equitativo
reparto del impuesto territorial y, en cuanto sea posible para la movilización del valor de la
propiedad.
Art. 2.º El Catastro comprenderá en su conjunto la enumeración y descripción literal y gráfica de
los predios rústicos y forestales, pertenencias mineras, solares, edificios, salinas, etc., etc., con
expresión de superficies, situación, linderos, cultivos o aprovechamientos, calidades, valores,
beneficios y demás circunstancias que den a conocer la propiedad territorial y la definan en sus
diferentes aspectos y aplicaciones.
Art. 3.º El Catastro se fundará:
1.º En los trabajos geodésicos y topográficos.
2.º En la estadística agrícola, en los trabajos de evaluación y en las declaraciones de los
propietarios.
Art. 4.º La formación del Catastro se efectuará en dos períodos de tiempo consecutivos.
Comprenderá el primero los trabajos necesarios para realizar el avance catastral que servirá de base

175
Juan Pro, ob. cit., pp. 243-244.
176
La Ley de 23 de marzo de 1906, no tenía ese título, era del Catastro parcelario de España,
177
Se insiste, no era ése su título.

133
al reparto equitativo de la contribución territorial. En el segundo período se atenderá a la
conservación y rectificación progresiva del avance catastral hasta la obtención del Catastro
Parcelario, objeto de esta ley178

Tras la lectura de este artículo, se hace necesaria una pausa para comentarlo. En su
parte inicial se viene a plasmar el resultado del extenso debate sobre las dos tendencias que
se establecieron en el seno de la Comisión designada para dictaminar sobre los proyectos
presentados a la información pública abierta por el Real decreto de 9 de octubre de 1902,
cuestión antes comentada. El planteamiento final del artículo que, con ligeras variantes,
aparecerá reproducido en múltiples disposiciones posteriores, empezando por el
Reglamento de 1913 (ver artículo 39) es todo un enigma, al menos así lo entiende el autor
de la presente obra que, con cerca de cuarenta años de experiencia catastral y siendo
afanoso lector de esta materia, nunca ha logrado descifrar de qué forma operativa podría
desarrollarse ese proceso de “conservación y rectificación progresiva del avance catastral
hasta la obtención del Catastro Parcelario” y, sorprendentemente, jamás había oído o leído
ningún comentario en este sentido, por lo que sintió un cierto alivio al ver compartida su
incertidumbre, además de forma explícita:

En el dictamen de la Comisión del Senado aparece, por ejemplo, por primera vez la frase
“rectificación progresiva del Avance catastral hasta la obtención del Catastro parcelario” (…) la
rectificación de las descripciones literales del Avance conduciría a otras descripciones más
perfectas, y la de los croquis que después se hicieron, a otros croquis más acabados; pero las
primeras seguirían siendo siempre descripciones literales y los segundos croquis, y no podrán nunca
convertirse en planos, si no es levantando éstos 179

Los siguientes artículos de este capítulo se extienden en el desarrollo de los trabajos


del Avance y definiciones básicas del Catastro:

Art. 5.º El avance catastral se dividirá en dos partes la planimétrica y la agronómica.


Constituirá la primera el plano de cada término municipal (…). Dentro de esta línea perimetral se
situarán los polígonos topográficos, determinados por líneas permanentes del terreno (…)
Comprenderá la parte agronómica el reconocimiento y descripción literal de las parcelas
catastrales, la determinación de las masas de cultivo y la averiguación de los productos líquidos
imponibles correspondientes a las distintas clases de terreno.
Art. 6.º Para los efectos de esta ley se entenderá por reconocimiento y descripción literal de las
parcelas catastrales la apreciación pericial sobre el terreno y la transcripción a los documentos
catastrales, de sus condiciones topográficas y agrícolas.
Por masa de cultivo, la parte de un término municipal cuyo sistema de explotación sea uniforme,
ya se aplique a la misma especie vegetal o a especies asociadas de un mismo aprovechamiento.
Por clase de terreno, la parte de la masa de cultivo en que la calidad del suelo sea uniforme o rinda
igual producto líquido.
Por parcela catastral, la porción de terreno cerrada por una línea poligonal, que pertenezca a un
solo propietario o a varios pro indiviso, dentro de un término municipal.
En la parcela catastral se hará constar, de un modo literal en el primer período, y gráficamente en
el segundo, las porciones de sus distintos cultivos o aprovechamientos…
CAPÍTULO IV.- Trabajos evaluatorios.
Art. 12. Los trabajos evaluatorios se dividirán en dos clases: los referentes a la riqueza rústica y
los relativos a la riqueza urbana.

Sección 1.ª Riqueza rústica


Art. 13. Entregado por el Instituto Geográfico y Estadístico al Ministerio de Hacienda el plano
perimetral de cada término municipal con los polígonos topográficos, procederá dicho Ministerio,
por medio de los funcionarios agronómicos, a reconocer, describir y clasificar las parcelas

179
Martínez Cajén, Paulino, ob. cit., pp.53-54.

134
catastrales, a determinar las clases de cultivo y a investigar los productos líquidos imponibles
correspondientes a la diversa calidad de los terrenos…
Art. 14. El Ministerio de Hacienda distribuirá, por medio del Servicio Agronómico, entre los
propietarios de cada término municipal, hojas declaratorias, en las cuales, bajo relación jurada,
harán constar los dueños de los predios la extensión, sus límites, clases de cultivo, calidad,
rendimientos (…) Estas hojas serán confrontadas sobre el terreno (…) por el Servicio Agronómico
(…)
Art. 16. La evaluación de la riqueza rústica, que verificarán los funcionarios del Cuerpo de
Ingenieros agrónomos y sus auxiliares, encargados del Servicio Agronómico Catastral, comprenderá
los cuatro períodos siguientes:
a) Enumeración de los cultivos y aprovechamientos explotados en cada término municipal.
b) Determinación de las masas de cultivo y calificación de las calidades de terreno.
c) Cálculo de los beneficios líquidos imponibles correspondientes a los diversos tipos de
cultivo y de terreno.
d) Aplicación a cada parcela catastral de los anteriores datos, para determinar los beneficios
líquidos que le correspondan (…)
Art. 19 El cálculo de los beneficios líquidos imponibles se deducirá de las cuentas de gastos y
productos correspondientes a los cultivos agrícolas y a las clases de terreno que existan en cada
término… Para cada uno de los cultivos del término municipal se elegirán tres masas de diversa
fuerza productiva, y se calcularán los tipos máximos y mínimos de rendimiento de un quinquenio
para cada tipo (…) La Junta pericial (…) facilitará los datos y antecedentes (…) para la formación
de las referidas cuentas (…) determinado para cada cultivo el líquido imponible (…)
CAPÍTULO V.- Conservación del avance catastral y formación progresiva del Catastro
parcelario180
Art. 27. Terminado y legalmente aprobado el avance catastral en todos los términos municipales
correspondientes a un mismo Registro de la Propiedad, se establecerán en la localidad en que éste se
halle, y a ser posible en una misma oficina, el servicio de conservación del catastro, que entrará a
funcionar inmediatamente (…)
Art. 30. Se autoriza a las provincias o Municipios que quieran convertir por su cuenta el avance
catastral en catastro parcelario para que lo ejecuten (…)

CAPÍTULO VI.- Aplicaciones del Catastro


Art.º 40. La misma contribución de Inmuebles, cultivo y ganadería, que comprende en la
actualidad las riquezas rústica, urbana y pecuaria, se denominará en lo sucesivo “Contribución
territorial”, dividiéndose en riqueza rústica y riqueza urbana. La contribución de la riqueza pecuaria
destinada a la labor y granjería se sustituirá por un recargo impuesto a la rústica, distribuida en la
proporción que se determine en el reglamento entre las tierras cultivadas y las destinadas a pastos
(…)

CAPÍTULO VII.- Organización del Servicio catastral


Art. 41. En tanto que no se juzgue indispensable la creación de un Centro que tenga a su cargo
todos los trabajos catastrales, los necesarios para la formación del avance catastral, conservación del
mismo y formación progresiva del Catastro parcelario, serán ejecutados por los organismos actuales.
No podrán crearse con este motivo, bajo ningún pretexto, otros organismos ni Cuerpos que
impliquen reconocimiento de nuevos derechos por parte del Estado que los ya existentes en los
Ministerios de Hacienda e Instrucción Pública (…)
Los trabajos geodésicos y topográficos estarán a cargo del Instituto Geográfico y Estadístico.
Realizarán los agronómicos el Cuerpo Nacional de Ingenieros agrónomos y sus auxiliares, y los
referentes a minas, obras y montes públicos se verificarán por los Cuerpos de Ingenieros de la
especialidad a que correspondan.
Pasarán a depender directamente del Ministerio de Hacienda los funcionarios del Estado civiles o
militares que se considere indispensables, con sus mismos sueldos y haberes, y cuando el desarrollo
de los trabajos lo exija se podrá emplear en ellos el personal facultativo, jurídico o administrativo
que se considere indispensable, y sólo por el tiempo necesario.

180
Sería ilusorio pensar que en este Capítulo se encontraría la fórmula mágica para conseguir la
“metamorfosis” de avance a Catastro parcelario, por lo que sólo se reproduce su primer artículo y éste por lo
que aporta al destacar la importancia de la Conservación en el Catastro.

135
Se ha reproducido casi en su totalidad este largo artículo 41 de la Ley de 1906 por
la importancia que habría de adquirir en diversos litigios que mantendría el Cuerpo de
Ayudantes del Servicio Agronómico, especialmente el ocurrido con los Geómetras, que
será relatado con detalle en el correspondiente capítulo.

Según expresa el artículo 19, la evaluación de los beneficios líquidos imponibles se


deduce mediante cuentas de gastos y productos para cada clase de cultivo y calidad de
terreno, se utilizaba por tanto el método analítico de valoración.

El artículo 40 establece una novedad tributaria cambiando la denominación de la


Contribución de inmuebles, cultivo y ganadería, vigente desde la Reforma tributaria de
Mon en 1845, por Contribución territorial, en sus dos aspectos de rústica y urbana, e
incluyendo en la primera un recargo por pecuaria. Las contribuciones territoriales tendrían
un período de vigencia más largo, hasta el 1 de enero de 1990 en que empezaría a exigirse
el Impuesto sobre bienes inmuebles establecido por la Ley 39/1988.

La aprobación de la Ley de 23 de marzo de 1906, del Catastro parcelario de


España, significó la toma de decisión política sobre el modelo de catastro a realizar en
nuestro país, que en los cincuenta años anteriores se había movido entre la utopía y el
conformismo y cuyos hitos más destacados deben ser recordados:

La reforma tributaria de Alejandro Mon, aprobada con la Ley de Presupuestos de


1845, que crea el Impuesto de Inmuebles, Cultivo y Ganadería, motivó que en los años
siguientes el Ministerio de Hacienda se impusiera la necesidad de establecer un sistema de
recogida de información sobre la propiedad territorial. De este modo, en 1850, se establece
el sistema de los amillaramientos, en el cual serían los propios contribuyentes los que
suministrarían los datos. Esto se encuadra como un catastro de los llamados literales y se
sitúa en el nivel técnico más bajo de éstos, pese a lo cual el sistema, con sucesivas
reformas y perfeccionamientos estaría vigente durante más de una centuria.

Fuera del ámbito de Hacienda, en 1856 se crea la Comisión de Estadística General


del Reino, que en 1861 pasaría a ser Junta General de Estadística, éstas situarían muy alto
el listón del Catastro, al aspirar a obtener planos parcelarios con altimetría. Es posible que,
sin realizar un estudio serio de las posibilidades económicas del país, se pretendía lograr de
una vez el Catastro jurídico y el Mapa general. En 1870 se crea el Instituto Geográfico y se
produce un cambio estratégico, al triunfar el criterio de los que entendieron que debían
preceder los trabajos en menor escala para el Mapa a los de mayor escala topográfico-
parcelario, con la consecuencia de una situación de suspensión indefinida del Catastro
parcelario.

El 17 de julio de 1895 se promulga una ley por la que Hacienda se decide por
primera vez a acometer la realización de un catastro gráfico de forma experimental en la
provincia de Granada, ampliando su ámbito al año siguiente, por la Ley de 24 de agosto y
que, por la Ley de 27 de marzo de 1900, Raimundo Fernández de Villaverde quiso
extender a todo el país. Se trataba de un Catastro por Masas del Cultivo y Clases de
Terreno, en cuya realización colaboraba el Instituto Geográfico y el Ministerio de
Hacienda.

No obstante los hechos anteriores, en el país se había formado una fuerte corriente
de opinión a favor del Catastro parcelario. El convencimiento de que sólo éste podía

136
conducir al fin deseado consta en la proposición de ley presentada el 29 de mayo de 1878
al Congreso de los Diputados, suscrita, entre otros, por Francisco Silvela y Emilio Castelar
y defendida por Sagasta. Entre los opositores al Catastro por masas destaca la figura de
Isidro Torres Muñoz, cuyo proyecto catastral expuso en su obra Reorganización de
servicios. Catastro parcelario y mapa topográfico (1902).

La Ley de 23 de marzo de 1906, constituye una especie de talismán para el


Catastro, especialmente para sus cuerpos facultativos que, de forma coloquial, se referían a
ella como “la Ley del Seis”. En caso de controversias, la alusión al texto de su articulado
solía sentar “jurisprudencia” y es que esta ley, aún hoy, pasa por ser la más prestigiosa de
las referidas al Catastro y esto no es por casualidad, si pensamos en lo que significaba para
el país en aquellos momentos de su historia, las personalidades que participaron en su
elaboración y el empeño político que pusieron los partidos por lograrla.

En abril de 1924, la Asociación de Ayudantes del Servicio Agronómico elaboró una


extensa y bien fundamentada propuesta titulada Ideas acerca de los medios de hacer el
Catastro Parcelario de España, dirigida a la Comisión encargada de proponer normas
para ultimar rápidamente el Catastro nacional llegando al parcelario, en la que abundan
las alusiones a la Ley de 1906. Uno de sus epígrafes, titulado de forma elocuente La Ley de
1906 llena las aspiraciones actuales, se inicia así:

Y nos encontramos en tan interesante como ya lejano momento porque aquella Ley, sabia en casi
todos sus preceptos y que está totalmente incumplida, llena de forma muy completa los deseos del
Gobierno, los de la Hacienda y los del País contribuyente.

De hecho, la propuesta que formula la Asociación, en gran medida, sigue como


pauta el articulado de la Ley de 1906, con las modificaciones impuestas por los cambios
ocurridos en los años transcurridos y los aspectos novedosos que estimaron oportuno
proponer.

Los frutos de la Ley de 1906, en cuanto al logro del Catastro parcelario, tardarían
aún más de medio siglo en generalizarse en el país; la consecución del Catastro jurídico
quedaría como un sueño irrealizable, los principales escollos para lograrlo fueron la
dificultad de llevar a efecto el deslinde de fincas y la falta de coordinación con el Registro
de la Propiedad.

En la mente de los arbitristas del Catastro jurídico para España eran una constante
sus referencias al modelo germánico, en mayor medida, y también al sistema conocido
como Torrens Act.

El llamado modelo germánico, en rigor modelo prusiano, se basaba en la existencia


de dos registros; el libro catastral (Flurbruch) donde se describían las características físicas
y económicas de las parcelas (forma, extensión, valor…) y el registro de la propiedad
(Grundbuch) en el que se anotaban sus características jurídicas. Se basaba en mediciones
precisas y partía del amojonamiento de las fincas y un deslinde contradictorio. A partir de
la unificación de Alemania, ocurrida en 1871, el modelo prusiano fue extendiéndose por
toda la nación, pasando al Código Civil alemán en 1888.

En cuanto al sistema Torrens Act:

137
El proyecto de registro de la propiedad presentado en 1890 por el Conde de San Bernardo
pretendía introducir en España el sistema del Torrens Act, considerado en todo el mundo como el
modelo más perfecto de catastro. Dicho sistema, instaurado en Australia del Sur en 1852 por el
tesorero y registrador general Torrens, consistía en esencia en la creación de nuevos títulos de
propiedad de las fincas, en los cuales constaban todos los datos resultantes de un catastro parcelario
(…) Las sucesivas transmisiones de dominio, cargas e hipotecas, se iban anotando en el reverso del
título, de manera que los nuevos adquirientes tuvieran plenas garantías jurídicas (…) Una comisión
de la que formaba parte el autor de la proposición, emitió dictamen favorable a la misma, pero el
proyecto no llegó a discutirse en el pleno. En aquel mismo año de 1890 publicó Joaquín Costa un
proyecto sobre el registro de la propiedad, en el cual se inclinaba también por el sistema de
Torrens181.

Sobre las excelencias del Catastro jurídico, resulta oportuno reproducir unas
ilustrativas afirmaciones de Joaquín Costa, en su libro Reorganización del Notariado, del
Registro de la Propiedad y de la Administración de Justicia:

En España, como tampoco en Francia ni en Italia, no existen títulos reales de la propiedad; los que
impropiamente designamos con ese nombre no son más sino testimonios de actos y de contratos en
cuya virtud el dueño actual adquirió tal inmueble, que se supone existente, de otra persona que
aparecía ser dueño de él por otro documento análogo, que también presuponía, aunque no
justificaba, la existencia del predio.

En relación a esta cuestión, resulta oportuno recordar la forma en que se llevó a


efecto la creación del Registro de la Propiedad en España, a través de la Ley Hipotecaria
de 1861. Se creaba un Registro voluntario, cuyos datos no procedían de ningún documento
fehaciente, sino de declaraciones vagas y parciales de quien afirmaba ser el dueño del
inmueble, adoleciendo, además, de una falta casi absoluta de sustancia física, pues en la
mayoría de los casos sólo se consignan declaraciones literales, vagas e inciertas. A través
del Catastro el Registro, institución potente en sustancia jurídica, lograría por medio de sus
planos parcelarios la ordenación jurídica de la propiedad. Sobre este particular, escribe
Martínez Cajén:

Diremos que la propiedad territorial está ordenada cuando conozcamos e inventariemos las partes
o parcelas en que el territorio se divide, es decir, la distribución de la misma, el valor de cada una de
estas partes, el nombre de su propietario o poseedor y la relación que a éste la liga con la parcela
sobre la que ejerce dominio o posesión, para que estos conceptos puedan claramente exhibirse y
probarse.
Para conocer con seguridad y firmeza las partes o parcelas en que el territorio se divide, es
evidente que lo primero que hay que hacer es deslindarlas. Por esto, la operación del deslinde es tan
fundamental en el Catastro182.

Estos párrafos permiten enlazar los dos principales escollos para la existencia de un
Catastro jurídico en España y se pasa a considerar el segundo de éstos, el deslinde de
fincas y los problemas para lograrlo.

Como inicio de la cuestión, no es banal utilizar una cita del eminente cartógrafo
Francisco Coello, quien el 21 de agosto de 1861, en una sesión de la Junta General de
Estadística expuso:
Es necesario examinar con interés la parte administrativa de los Reglamentos en lo referente a
deslindes y señalamientos, que debe agitarse y ponerse en práctica antes de comenzar los trabajos

181
Pro, Juan, ob. cit., pp. 201-202.
182
Martínez Cajén, Paulino, Historia y estudio crítico del Catastro en España y de las distintas fases por las
que ha ido atravesando, Conferencia pronunciada el 25 de abril de 1928, pp. 32-33.

138
topográficos, teniendo en cuenta también los deberes que hayan de imponerse a los propietarios para
el amojonamiento de sus fincas.

Siguiendo con la temática de los deslindes, de nuevo resulta útil recurrir a Martínez
Cajén, en sus didácticas exposiciones:

Los deslindes pueden ser generales o parciales y aislados.


Nuestro Código civil dice que “todo propietario tiene derecho a deslindar sus propiedades, con
citación de los dueños de los predios colindantes”.
Si en virtud de este derecho se hiciesen deslindes parciales y aislados (…) cada propietario tendría
que ir muchas veces al terreno (…)
Este deslinde parcial entre dos propietarios colindantes, es letra muerta con respecto de otros
propietarios más o menos cercanos y puede, por tanto, convertirse en un daño para los que los han
ejecutado (…)
Por tanto, estos deslindes parciales y aislados carecen de la publicidad indispensable para que,
admitidos por todos expresa o tácitamente, proporcionen al mismo tiempo que la parcela, la
presunción del derecho que se busca. No son por tanto lo bastante eficaces.
Tales inconvenientes no los tienen los deslindes generales (…) ya que cada propietario ha de ir
una sola vez al terreno (…) y la operación tiene, además, toda la publicidad necesaria.
Pero los deslindes generales, para serlo, tienen que ser al mismo tiempo obligatorios (…) se
pusieron no pocos inconvenientes a los deslindes generales como atentatorios al derecho de
propiedad (…)
Otro procedimiento en que podría pensarse es hacer el deslinde según los títulos, pero sobre que la
mayoría de las fincas carecen de ellos, existe, en general, falta de coordinación entre la parcela que
se describe en el título y la que realmente existe en el terreno 183.

La cuestión del deslinde reapareció en la legislación catastral durante el Directorio


militar cuando se dictó el Decreto Ley de 3 de abril de 1925, de reorganización del
Catastro parcelario jurídico. En su Capítulo IV, titulado Deslinde de fincas, se dice:

Art. 10. (…) Seis meses antes del comienzo de los trabajos topográfico-catastrales en un término
municipal se avisará al público respectivo para que puedan entablarse conversaciones y avenencias
entre los propietarios de fincas colindantes para su deslinde y amojonamiento.
Durante el período de los primeros meses, los propietarios de fincas colindantes que llegaren a un
acuerdo en la fijación de los límites de sus parcelas, lo harán constar así en un acta que, autorizada
también por un individuo de la Junta pericial, se extenderá en el papel impreso correspondiente (…)
Seguidamente se procederá a señalar con cercas, mojones de piedra o tierra, estacas u otros
medios, lo más permanentes posibles, la línea de separación de las parcelas.
Durante el período de los dos segundos meses, los propietarios que no hubiesen llegado a un
acuerdo en la fijación de los límites de las parcelas, serán conminados por el Alcalde para que en
dicho plazo acudan a deslindarlas con la asistencia de un individuo de la Junta pericial, que tratará
de buscar un arreglo entre los interesados, y si persistiera el desacuerdo entre todos o con alguno, se
levantará un acta del resultado con las mismas circunstancias que en el caso anterior, procediendo a
fijarse las líneas de separación de hecho (…)
Cuando ninguno de los propietarios colindantes concurran, pasados los cuatro primeros meses, los
Ayuntamientos designarán una Comisión de tres individuos por lo menos de la Junta pericial, los
cuales practicarán el deslinde y levantamiento del acta correspondiente, con arreglo a las líneas de
hecho, siendo los gastos a costa de los que no hayan concurrido (…)
Art. 11 La brigada topográfica encargada de las operaciones topográfico-catastrales levantará el
plano de las líneas de separación parcelaria cuando hubiere existido avenencia y, en otro caso, el
correspondiente a las que consten en las actas de deslinde con anuencia de las Juntas periciales.
El primero causará plenos efectos jurídicos, e igualmente el segundo si el propietario que se
considere agraviado no reclama contra él en el término de tres meses, a contar desde la fecha en que
fuese aprobado el plano por el Instituto Geográfico y Catastral (…)

183
Martínez Cajén, Paulino, o. c., pp. 33-34.

139
Con relación a este texto, Alcaraz comenta que no estará de más recordar los
preceptos sobre deslindes de fincas, tal como los regula la ley de Enjuiciamiento:
Reconocida por el artículo 2011 (…) la facultad de pedir el deslinde y amojonamiento, se hará la
petición ante el juez, el que (artículo 2062) fecha y hora de practicarlo con publicidad (…) la
diligencia del deslinde, presenciada por el juez, que puede delegar en el juez municipal (…). El
artículo 2066 dice así textualmente: “Realizado sin oposición el deslinde, y el amojonamiento en su
caso, se extenderá (…) un acta expresiva de todas las circunstancias que den a conocer la línea
divisoria de las fincas, los mojones colocados o mandados colocar, su dirección y distancia de uno a
otro (…). Firmarán los concurrentes (…) y se protocolizará en la Notaría (…).
Como se ve, hay todavía muchísima distancia entre los deslindes del Decreto Ley y los de
Enjuiciamiento. En ésta los interesados y demás circunstantes, con los peritos, si los hay, y el
actuario, adveran184 los elementos topográficos o, si se quiere geométricos de la línea divisoria; en
aquélla actúan separados en espacio y tiempo (…).
Dada la ineficacia de estos preceptos (los del Decreto Ley), lo innecesario de los deslindes, la
resistencia pasiva de agricultores y Juntas, se ha desistido de hecho a deslindar las fincas. El nuevo
Catastro queda, en cuanto a ese aspecto, al nivel del Avance. Es, pues, un Catastro cartográfico
fiscal sin ningún valor probatorio, y nada más185.

En consecuencia, el procedimiento ofrecía pocas garantías, a pesar de que se decía


causaría “plenos efectos jurídicos”, no se hicieron correctamente los pertinentes deslindes
contradictorios y las pretensiones de conseguir un Catastro jurídico para España quedaban
de nuevo en una mera declaración de intenciones, pues el carácter jurídico que consta en el
título de la ley era más aparente que real. Decía Alcaraz en 1933: “de las actas de deslinde
que hasta ahora se hayan levantado en diversos términos de la Península, nada ha hecho
público el Instituto Geográfico”.

Otro punto de vista, desde la posición del Instituto Geográfico, es el mantenido por
Martínez Cajén, para quien la práctica imposibilidad de realizar el deslinde contradictorio
generalizado no cierra las puertas al Catastro jurídico:

Descartados los procedimientos anteriores, ¿cuál otros nos queda para efectuar los deslindes?
Si nos fijamos en lo que realmente sucede, veremos que cada propietario o poseedor, con título o sin
él, ha interpretado con sus actos, ha aplicado sobre el terreno lo que él cree su derecho, vive su
derecho y lo vive pacíficamente y de conformidad con los colindantes, salvo caso de litigio. Se ha
formado así una realidad que el Estado debe conocer e intervenir (…) De esa realidad, que hasta
ahora se ha formado casi siempre a espaldas del Estado (…) hay que partir. Conocer esa realidad es
el primer paso obligado para ordenar la propiedad (…)
Pues bien, la presunción del derecho que se obtiene por la interpretación pacífica, por el modo
como cada cual vive su derecho, de conformidad con los colindantes, nos dará más tarde, por la
formación del Catastro parcelario y su coordinación con el Registro, la prueba del derecho de
propiedad, tras la que tantos años se viene luchando sin éxito (…)
El Catastro dará desde el primer momento asiento firme y seguro al objeto sobre el que ha de
versar el derecho, y ya es mucho. Después, por su coordinación con el Registro, lograremos también
dar asiento firme y seguro al derecho, y ya es todo186.

El mismo autor manifestaba en 1955:


Este modo de ordenar jurídicamente la propiedad mediante el enlace del Catastro con el Registro
es un sistema muy español, que arranca desde la Junta General de Estadística en el año 1861. A esta
coordinación se viene aspirando inútilmente desde hace más de ochenta años 187.

184
Certifican, garantizan.
185
Alcaraz Martínez, Enrique, El Catastro Español, Salvat Editores, 1933, edición facsímil del Mº de
Economía y Hacienda, 2007, pp. 244-245.
186
Martínez Cajén, Paulino, Historia y estudio crítico del Catastro en España y de las distintas fases por que
ha ido atravesando, Conferencia pronunciada el 25 de abril de 1928, pp. 37-40.

140
Al día de hoy, pasados otros más de cincuenta años desde esa fecha, se sigue
aspirando a lo mismo. Las disposiciones legales más destacadas dictadas en este sentido en
los últimos años son la Ley 13/1996, de 30 de diciembre, de Medidas Fiscales,
Administrativas y del Orden Social y la Ley 50/1998, de Medidas Fiscales,
Administrativas y del Orden Social.

4. LA LEY DE 29 DE DICIEMBRE DE 1910

Con esta ley, aprobada bajo un gobierno presidido por Canalejas y siendo ministro
de Hacienda Eduardo Cobián se introduce la primera reforma de la de 23 de marzo de
1906. Modifica las bases del tributo, las exenciones y los gastos del Catastro. De ella, se
destaca:

Art. 2.º Los pueblos que en 31 de julio de cada años tuviesen aprobado el Avance catastral de la
riqueza rústica (…) serán eliminados del repartimiento (…) del cupo de la Contribución Territorial
sobre la riqueza rústica (…) exigiéndose en los referidos pueblos dicha contribución con carácter de
cuota , a razón del 14 por ciento del líquido imponible (…)
Art. 3.º Se autoriza al Ministerio de Hacienda para simplificar los métodos actualmente en vigor
para la estimación del líquido imponible de las fincas rústicas, pero se conservará el producto neto
como base de la contribución (…)
Art. 5.º La autorización para formar el Catastro parcelario, que se concede a las provincias y
Municipios por el artículo 30 de la citada Ley de 23 de marzo de 1906, se limitará al período
geométrico, quedando el evaluatorio a cargo del Estado (…)
Art. 7.º La remuneración que han de percibir los ayudantes de brigada del servicio catastral de la
riqueza rústica, por los trabajos de campo que ejecuten, se dividirá en dos partes: una fija, como
indemnización de gastos, y otra eventual, proporcionada al trabajo útil que realicen (…)
Art. 8.º El Servicio de Conservación Catastral podrá ser reorganizado sobre la base de su
concentración en las capitales de provincia hasta que esté terminado todo el Avance catastral en toda
la provincia respectiva.

Las modificaciones más importantes que introduce esta ley en el aspecto catastral
son las referentes a la simplificación del procedimiento evaluatorio y el establecimiento de
las oficinas provinciales de conservación catastral, que se ha entendido como la renuncia al
establecimiento de una conexión estrecha de éstas con el Registro de la Propiedad.

Otra de las novedades de la ley de 1910 fue la consolidación de la Contribución Territorial como
instrumento de la política agraria y no ya sólo como un expediente recaudatorio. Las exenciones y
rebajas del impuesto habían existido desde su origen, pero ahora adoptaban un carácter más
sistemático y racional (…). La ley contemplaba una serie de exenciones perpetuas (…). Mayor
importancia desde el punto de vista de la política agraria tenían las exenciones temporales tendentes
a fomentar determinadas inversiones consideradas de interés por el gobierno188.

Esta Ley también introduce cambios que afectan a las retribuciones de los
Ayudantes (art. 7.º).

Se atribuye la autoría de esta ley al profesor Antonio Flores de Lemus, destacado


economista, formado en Alemania, donde había sido discípulo de Schmoller y Wagner,
quien desde 1906 prestaba servicios en el Ministerio de Hacienda y cuyas orientaciones
influyeron durante varias décadas en el rumbo de la política económica del Estado.
187
Martínez Cajén, Paulino, El Catastro en España, Conferencia pronunciada el día 16 de junio de 1955,
pág. 8.
188
Juan Pro, ob.cit. pág. 270

141
5. EL REGLAMENTO DE 23 DE OCTUBRE DE 1913

Los antiguos Peritos del Catastro siempre han sentido una especial predilección por
este Reglamento tan utilizado en su carrera catastral, por lo que, a modo de homenaje, se
inicia el epígrafe con la transcripción literal de la cabecera de este Reglamento, que no
suele aparecer cuando se reproduce, en la que aparecen detalles muy interesantes:

A propuesta del Ministro del Ministro de Hacienda, de acuerdo con el Consejo de Ministros y oída
la Junta de Catastro,
Vengo en aprobar el adjunto Reglamento provisional para la ejecución y conservación del avance
catastral de la riqueza rústica y pecuaria en la parte que las leyes de 23 de marzo de 1906 y 29 de
diciembre de 1910 confían al Ministerio de Hacienda.
Dado en Palacio, a 23 de octubre de 1913.- ALFONSO.- El Ministro de Hacienda, Félix Suárez
Inclán.

Con frecuencia se cae en el error de considerar a éste como el Reglamento de la


Ley de 1906 y como se ha visto no es así, es algo mucho más limitado, “para (…) el
avance catastral de la riqueza rústica y pecuaria (…) en la parte confiada al Ministerio de
Hacienda”. Además es un Reglamento “provisional”. Esas eran sus modestas y verdaderas
pretensiones y ahí reside su grandeza, haber perdurado a lo largo de tanto tiempo y servido
de soporte legal a tantos profesionales:

En el articulado de este Reglamento se recogen todas las enseñanzas acumuladas durante casi
quince años de labor. Puede considerarse que es la obra más perfecta hecha en España en materia de
Catastro, sin que haya sufrido variación alguna en su parte fundamental a pesar del gran número de
disposiciones dictadas posteriormente hasta nuestros días189

Consta el Reglamento de 95 artículos agrupados en cuatro capítulos, de los que se


transcriben sus aspectos más destacables:

CAPÍTULO I.- Avance catastral de la riqueza rústica y pecuaria


Conceptos generales

Art. 3.º Parcela catastral es, según la Ley 23 de marzo de 1906 (…)
La finca o predio rústico está formada, o bien por una sola parcela catastral, o bien por varias
contiguas de un mismo propietario separadas solamente por vías terrestres o fluviales de dominio
público.
Por subparcelas se entenderán, a los efectos de este Reglamento, las subdivisiones de las parcelas
que ofrezcan uniformidad en su cultivo o aprovechamiento y en su intensidad productiva.
Polígonos topográficos son, según el artículo 5.º los formados dentro de las jurisdicción municipal
por líneas permanentes del terreno y accidentes notables (…)
Tipo evaluatorio es el producto líquido que se calcula a una hectárea de cada uno de los cultivos y
aprovechamientos en cada una de las intensidades productivas que se reconozcan en un término
municipal o en un grupo de términos.
Art. 4.º Por producto líquido de la tierra se entenderá a los efectos del Catastro y del impuesto
territorial, e integrando en dicho producto el rendimiento de la ganadería, según el artículo 40 de la
mencionada Ley, la suma de las cantidades siguientes:
a) La que en concepto de renta corresponde al propietario de la tierra, acrecida en el interés de los
capitales invertidos anualmente en el cultivo.
b) La que en concepto de beneficio corresponde al que cultiva la tierra.

189
Francisco Pou Peláez, Ingeniero Agrónomo, El Catastro desde el punto de vista fiscal y como defensa de
los intereses agrícolas.- Conferencia pronunciada en el Salón de Actos de la Asociación de Ingenieros
Agrónomos el día 2 de abril de 1943, pág. 6.

142
c) La que en concepto de beneficio y de interés de los capitales invertidos anualmente en la
explotación pecuaria corresponde a quien explota el ganado de labor o de renta.
Art. 5.º Las características de orden físico de las parcela y subparcelas serán:
a) La situación en el término municipal y en la Nación, definida por la del polígono o polígonos
topográficos en que esté comprendida, por el pago o paraje en que se encuentre y por el número o
números ordinales que se le asignen a los efectos del Catastro.
b) Los linderos respecto a las parcelas colindantes, definidas éstas por sus números ordinales.
c) La extensión superficial.
d) La calificación, o sea la designación de los cultivos o aprovechamientos, y la enumeración y
descripción de las edificaciones que pueda contener.
Las características de orden económico serán:
e) La clasificación, o sea la determinación de la intensidad o intensidades productivas…
f) La valoración, o sea la aplicación de los tipos evaluatorios a la parcela o subparcela… para
obtener la riqueza imponible.
Las características de orden jurídico y fiscal serán:
g) El dominio o estado posesorio
h) El derecho, desde el punto de vista tributario, a disfrutar o no de exenciones.

Estos tres artículos del Capítulo I del Reglamento contienen unos conceptos que
han sido fundamentales para el Catastro.

Caracterización de parcelas
Art. 11. La situación y linderos de las parcelas y subparcelas se determinarán por el personal de
Peritos agrícolas, en colaboración con la Junta pericial o su representación si existiese, dibujando
los croquis dentro de calcos o ampliaciones de los polígonos topográficos…

Se trata de una novedad importante que incorpora el Reglamento: el dibujo de los


croquis de las parcelas en los trabajos del Avance. De forma bastante generalizada se daba
por sentada la idea errónea de que, desde la Ley de 23 de marzo de 1906, Avance y croquis
eran conceptos inseparables en Catastro, cuando eso era cierto sólo desde el Reglamento de
1913, puesto que en el avance que estableció la Ley de 1906 la descripción de la parcela
era únicamente literal. Para los que hayan vivido en este error puede resultar interesante
conocer cómo ocurrieron los hechos, relatados por alguien que parecía conocerlos bien:

En este período la anotación de las parcelas es solo literal, teniendo únicamente representación
gráfica la masa de cultivo, pero como el objeto especial de esta Ley era el equitativo reparto del
impuesto territorial, esto no se podía realizar sin una representación gráfica de los predios, que
facilitara tanto la declaración de los propietarios como su comprobación. Así lo confirmó el
desarrollo de los trabajos en el campo, que puso de manifiesto la necesidad de una croquización a
mano alzada de cada una de las parcelas, principalmente para poder fijar la posición relativa de unas
respecto a otras.
En los comienzos de la formación de los Avances catastrales, estos croquis eran únicamente
documentos auxiliares y de carácter privado, que se destruían una vez habían prestado su ayuda
inicial (…) al dictar este Reglamento lo toma en consideración y eleva a la categoría de documento
oficial los croquis 190.

Con relación al origen de los croquis también resulta interesante la lectura de unas
cuartillas, anónimas y sin fecha, halladas entre los fondos de la Asociación; aparecen
mezcladas con otros papeles de 1938-39, están escritas a mano, con elegante caligrafía y
contienen interesantes comentarios:

No es iniciativa de ningún legislador, sino que espontáneamente el Perito recurre a él para obviar
los inconvenientes y vencer las dificultades que en la práctica de los trabajos se presentaban (…)
Ocurría que en las masas de gran número de fincas surgían dudas para la identificación de las

190
Ibidem, pp., 4 y 6.

143
parcelas cuando el propietario hacía la declaración (…) se les ocurrió a los Peritos hacer un
bosquejo o croquis de las zonas de fincas dudosas (…)
Entonces los Jefes de las brigadas, reconociendo la utilidad de los croquis, comprendieron que si
en las zonas dudosas se aclaraban con facilidad los errores y omisiones en el trabajo de campo, sería
muy conveniente el hacerlo para todas ellas, y se ordenó se empezara a hacer los croquis completos
de cada polígono de una manera obligatoria.

Estos dos documentos parecen dejar fuera de dudas que la iniciativa de dibujar los
croquis de las parcelas, que habrían de constituir la clave del éxito del Avance catastral de
rústica, correspondió a los Peritos en sus actuaciones de campo. En este último se dice
expresamente y en el anterior se sobreentiende: “el desarrollo de los trabajos de campo,
que pone de manifiesto la necesidad de una croquización a mano alzada”.

Continuando el recorrido por el Reglamento, se reproducen sus matices más


destacables a los efectos de este trabajo:

Evaluación de la riqueza imponible



Art. 23. Para cada uno de los términos de la escala de clasificación se calculará un tipo
evaluatorio, representativo de la utilidad media que se obtiene de los terrenos representados en su
conjunto por dicho término.
El procedimiento de cálculo será distinto, según se trate de los términos extremos de la escala de
clasificación (…) o de los intermedios.
Art. 24. La renta de la tierra como componente del tipo evaluatorio, se determinará (…) en sus
grados máximo y mínimo (…) acudiendo sucesivamente a los procedimientos siguientes:
1.º Información directa local, pericialmente dirigida, de los valores en renta y venta.
2.º Examen de contratos de arrendamiento o compraventa.
3.º Estudio analítico de la producción (…)
El interés de los capitales anticipados al cultivo (…) será el que fije la Junta técnica provincial.
Art. 25. El beneficio del colono se estimará en un tanto por ciento de los gastos anuales…
Art. 26. El importe de los gastos anuales se calculará para cada tipo extremo según el cuadro
siguiente de distribución:
Desembolsos anuales efectivos.- Mano de obra. Trabajo de los animales. Abonos y semillas.
Riegos. Seguros.
Amortizaciones.- Del mobiliario y aperos de labor. De los edificios y mejoras (…)
Art. 27. En cumplimiento del artículo 40 de la Ley, se calculará para cada tipo evaluatorio… otro
adicional que represente los beneficios de la pecuaria (…)
Art. 32. La aprobación del conjunto del Avance catastral de cada término municipal corresponde
al Jefe provincial (…)
CAPÍTULO II.- Conservación del avance catastral.
Art. 39. El servicio de conservación catastral, concentrado por ahora en las capitales de provincia
(…) consistirá.
a) En la adaptación continua del avance a las variaciones de todas las características generales de
la propiedad territorial y de las particulares de los predios en que se divide.
b) En el perfeccionamiento paulatino del avance, por eliminación progresiva y metódica de los
errores que se pueden reconocer y por la renovación periódica del cuadro de tipos evaluatorios.
c) En la transformación, también metódica y progresiva del avance en Catastro parcelario191 (...)
Art. 40. Comenzará el servicio de conservación en un término municipal, desde le momento en
que se aprueben las características de todas sus parcelas (…)

Servicio ordinario de conservación
Art. 43. Las variaciones de las características (…) se incorporarán conforme se vayan
produciendo, al Avance catastral, bien por declaración de los propietarios o de las Juntas periciales
(…)
Art. 44. Se considera invariable la característica situación (…)

191
Se sigue sin comprender esta “transformación”.

144
Art. 45. También es invariable la característica posición, definida por los linderos de la parcela
(…)
Art. 46. La característica extensión (…) sólo se considera variable por anexión o disgregación de
parcelas.
Art. 47. La característica calificación se considera variable (…)
Art. 48. La característica clasificación se considera invariable en el servicio ordinario de
conservación, en tanto que la calificación no varíe.

Al llegar a este artículo, que tanta utilidad prestaba en el trabajo ordinario de


Catastro, es necesario hacer un alto y dedicar un recuerdo al entrañable compañero del
autor de esta obra, que fue José María Victoria. En su mesa de despacho, debajo del cristal
que la protegía, tenía una reproducción de este artículo que, con frecuencia, se veía
obligado a mostrar a los contribuyentes:

“Servicio extraordinario de conservación


Art. 51. Durante el primer año de tributación por el Catastro, tienen derecho a reclamar contra
éste las Juntas periciales y los Ayuntamientos si no lo hubieren ejercitado en tiempo hábil. También
los contribuyentes podrán reclamar en ese plazo de un modo colectivo o individual…
Art. 53. Todas las características de las parcelas, a excepción del cuadro de tipos evaluatorios,
pueden ser objeto de impugnación individual mientras duren los trabajos extraordinarios de la
conservación catastral, pero las comprobaciones deberán siempre alcanzar a todos los predios que el
reclamante posea en el término municipal.”

Obligado debe ser dedicar un comentario a este Servicio extraordinario de


conservación. Resultaba de estricta justicia su establecimiento, puesto que la realidad de
los cambios en las características catastrales es que, en general, solo llegaban a
conocimiento del agricultor cuando se enfrentaba a ese primer pago de contribución. El
final del artículo 53 es una prueba de inteligencia, para compensar la actitud generalizada y
comprensible en los contribuyentes de reclamar los matices en que se sentían perjudicados
y silenciar los errores que les beneficiaban.

Por Real Orden de 25 de junio de 1914 se dictaron Instrucciones de servicio en


cumplimiento del Reglamento de 23 de octubre de 1913. En consonancia con la categoría
del Reglamento, estas Instrucciones también constituyen un hito en la historia del Catastro.
Constan de 108 puntos y, con las oportunas referencias al Reglamento, se describen con
todo detalle la forma de ejecución de los trabajos. Constituyen un auténtico “manual” para
la práctica de los trabajos del Avance, aunque su utilidad ha sido mucho más amplia.

6. EL AVANCE CATASTRAL. PRIMEROS TRABAJOS.

El diseño del Avance catastral, dictado inicialmente por la Ley de 23 de marzo de


1906 y retocado ligeramente por la Ley de diciembre de 1910, quedó definitivamente
ultimado por el Reglamento de 23 de octubre de 1913. Los trabajos planimétricos estaban
encomendados al Instituto Geográfico y Estadístico y los agronómicos al Ministerio de
Hacienda.

145
Trabajos realizados por el Instituto Geográfico y Estadístico

Los ingenieros geógrafos y los topógrafos del Instituto iniciaban sus operaciones
delimitando la línea perimetral del término, obra aún sin finalizar a pesar de que, desde
1833, el Estado había racionalizado la organización administrativa del territorio con una
nueva división provincial. Seguidamente se rellenaba el mapa provincial, con itinerarios
que fijaban las líneas permanentes, tales como cursos fluviales o vías de comunicación y el
perímetro del casco urbano. Se levantaba este plano a escala 1:25.000 y se dividía en
polígonos topográficos. En 1908 el personal que el Instituto Geográfico dedicaba a trabajos
de campo del catastro era de 161 técnicos, organizados en 33 brigadas.

El artículo 45 de la Ley de 23 de marzo de 1906 establece que la ejecución de los


trabajos agronómicos correspondía “al personal facultativo del Cuerpo Nacional de
Ingenieros agrónomos y sus auxiliares, afectos al Ministerio de Hacienda”. Estos trabajos
agronómicos se realizaban agrupados en los siguientes períodos: caracterización de las
parcelas, período declarativo y trabajos evaluatorios. La caracterización de las parcelas, a
realizar por el personal de Peritos agrícolas, se describe en los artículos 11 al 13 del
Reglamento. Dentro de los trabajos de este primer período, a tenor de lo que disponía el
artículo 5.º de la Ley de 1906, se efectuaba “la descripción literal de las parcelas
catastrales”. Se ha visto anteriormente cómo por el afán de mejorar la calidad de su trabajo
por parte de los funcionarios agronómicos encargados de realizarlo, léase Peritos
Agrícolas, de un modo espontáneo empezaron a acompañar las descripciones literales de
croquis, en los que aparecían representadas todas las parcelas de forma aproximada en su
extensión, posición y forma. Estos croquis adquirieron naturaleza de legalidad en el
artículo 11 del Reglamento de 23 de octubre de 1913:

La situación y linderos de las parcelas y subparcelas se determinarán por el Personal de Peritos


Agrícolas (…) dibujando los croquis dentro de calcos o ampliaciones de los polígonos topográficos.

146
Estado final del polígono topográfico, una vez realizado su trabajo por los Peritos Agrícolas del
Servicio Agronómico Catastral del Ministerio de Hacienda.

En el período declarativo los propietarios presentaban relación jurada de sus


parcelas, con aportación de superficies, cultivo, calidad y rendimientos. Recogidas todas
las declaraciones por los Peritos agrícolas, éstos procedían a su confrontación, hasta su
aprobación por el Jefe provincial (artículos 14 al 19 del Reglamento).

La evaluación general de la riqueza imponible se detalla en los artículos 20 al 30


del Reglamento y, según dispone el artículo, 20:
Serán practicados de un modo inmediato y directo por los ingenieros de brigada de cada provincia,
y uno de cada una de las limítrofes (…) constituidos en Junta técnica provincial.

En 1913, año de la aprobación del Reglamento, el Servicio de Catastro del


Ministerio de Hacienda dedicaba 324 técnicos a los trabajos del Avance, 63 ingenieros
agrónomos y 261 peritos agrícolas.

Con relación al volumen de trabajos realizados, en este período se van a considerar


los avances catastrales practicados con anterioridad a la llamada Ley de Autorizaciones de
2 marzo de 1917 que marca un punto de inflexión en el desarrollo de los mismos. Resulta
complicado establecer el desarrollo anual de estos trabajos, como puede verse en la
Memoria resumen del estado de los trabajos de Avance en 31 de Diciembre de 1925,
cuando señala:

Utilizando las valoraciones de masas de cultivo y clases de terreno practicadas en el Catastro de


masas, cuando esto fue posible, se desarrolló el trabajo de Registros fiscales desde el año 1903, en
que pudo darse ya efectividad a la ley de 1900, hasta fines de 1910.

147
Considera, pues, la Memoria un primer período, de Registros fiscales, que abarca
desde 1903 a 1910, partiendo de 1903, año en que pudo darse efectividad a la ley de 1900,
e incluyendo varios años de vigencia de la Ley de 1906. Estimando que:

Constituye este primer período de ocho años en el desenvolvimiento del Catastro fiscal, una fase
del mismo caracterizada en el orden técnico, por ser momento inicial la declaración del propietario,
que con las extensiones de conjunto figuradas en el Mapa, forman la base estimatoria de la
extensión. Las riquezas imponibles atribuidas a cada uno de los cultivos y clases que ya se habían
valorado en el Catastro correspondiente, establecen a la vez la base estimatoria de la que en
conjunto debe resultar para aquellas clases y cultivos en el término municipal, una vez aceptadas las
declaraciones.

Marca la Memoria un segundo período, que esta vez denomina ya de Avances


catastrales, desde 1911 a 1918, estimando que las leyes de 23 de marzo de 1906 y de 29 de
diciembre de 1910 abren un nuevo período catastral, con escasa diferencia en el aspecto
técnico (opinión que no es aceptable por lo que se verá seguidamente), pero de muy
diferente modo en el fiscal y en el administrativo (esto puede dar una orientación sobre la
adscripción del autor de la Memoria), argumenta que:

Sigue siendo como antes, la declaración del propietario, confrontada en extensión con los
polígonos del plano, la base estimatoria de la extensión del predio; pero va ahora precedido este
acto, de reconocimiento técnico sobre las fincas, de los cuales, a más de algunos datos evaluatorios,
surgen reseñas gráficas que dan idea bastante precisa de la situación de las parcelas en el polígono y
de las posiciones relativas de éstas; y suficientemente aproximada aunque esquemática, de la forma
y disposición de las mismas.

De los Estados núm. IV-a y VI, de esta Memoria, se han extraído los datos del
siguiente cuadro:

Avances catastrales de rústica, ejecutados y aprobados a partir de 1903

Número Extensiones
de registradas en Riquezas Riquezas Aumento Cantidades
AÑOS Avances el Avance Amillaradas Comprobadas % Invertidas
aprobados Hectáreas Pesetas Pesetas Riqueza Pesetas
1903 12 55.661 888.176 1.245.637 40,25 1.273.000
1904 53 322.760 3.648.174 5.398.182 47,97 1.380.967
1905 53 437.853 5.202.832 8.209.856 57,80 1.303.309
1906 52 670.575 4.965.213 8.235.596 65,87 1.028.675
1907 75 973.962 13.564.178 23.600.159 73,99 1.112.941
1908 118 1.609.360 17.594.096 26.209.576 48,97 1.146.965
1909 71 843.993 13.816.054 19.780.861 43,17 1.192.784
1910 108 1.772.351 19.574.930 28.278.960 44,47 1.172.962
1911 66 712.205 13.384.542 17.420.938 30,16 1.691.142
1912 49 366.973 5.457.117 6.910.176 26,63 1.896.496
1913 82 619.798 12.537.067 19.344.060 54,29 1.605.410
1914 47 165.989 3.473.321 4.860.894 39,95 1.576.555
1915 31 230.367 3.591.049 5.206.672 44,99 1.560.803
1916 30 199.647 3.609.442 5.351.828 48,28 1.534.728
1917 50 451.052 6.811.430 12.829.259 88,35 1.595.397
1918 53 490.106 6.926.294 13.851.277 99,98 2.686.632

148
Al analizar los trabajos de este período, Pou192 considera que hasta el año 1903 no
se pusieron en vigor los primeros Avances Catastrales, ya que los trabajos realizados con
anterioridad a esta fecha, tuvieron el carácter exclusivo de ensayos. Desde esa fecha, hasta
la entrada en vigor de la Ley de Autorizaciones, establece dos períodos:

Primer período: Comprende desde su iniciación hasta el año 1906, durante el cual se realizan
trabajos en las provincias de Cádiz, Córdoba, Granada, Málaga, Sevilla, Albacete, Alicante, Ciudad
Real, Madrid, Jaén y Toledo y, a pesar del poco personal de que disponía, se hicieron los catastros
en 170 pueblos, que comprendía una superficie de 1.486.800 hectáreas.

Segundo período: Desde el año 1906 al de 1917, que podemos denominar de iniciación del
Avance Catastral; se continuaron los trabajos en las provincias antes citadas, con arreglo a las
nuevas formas que estableció la Ley de 23 de marzo de 1906, y se empezaron las de Almería,
Murcia, Segovia, Cáceres, Badajoz y Huelva, quedando terminadas en este segundo período 727
términos municipales, con una superficie de 1.925.700 hectáreas, labor que se realizó con
presupuestos muy escasos y personal también poco numeroso.

192
Francisco Pou Peláez, ob. cit., pp. 16-17.

149
150
VI. LA LEY DE 21 DE MARZO DE 1917, DE AUTORIZACIONES

1. 1917-1923. SECUELAS DE LA GRAN GUERRA. ESPAÑA ENTRE LA HUELGA


GENERAL Y LA DICTADURA MILITAR.

A pesar de su neutralidad, en España se pueden delimitar claramente las tres fases


del ciclo económico –estudiado con detalle por Akerman- que caracterizan la evolución de
las economías de los países beligerantes durante la primera guerra mundial.

Fase inicial de desconcierto y desorganización económica, desde el comienzo de la


guerra hasta bien entrado el primer semestre de 1915, que en España se acorta
sensiblemente. La segunda fase, de auge y expansión, que en los países beligerantes se
corta entre 1917 y 1918, se prologa aquí durante 1919. Por este cambio cronológico, la
tercera fase, conocida como la “crisis del armisticio”, solo se deja sentir en España a partir
de 1920. De ahí el error en que se incurre cuando se pretende interpretar la crisis española
de 1917 en función de un supuesto cambio a la baja del ciclo económico, pues hay que
explicarla más bien con el propio proceso expansivo del capitalismo español.

En España, al igual que en otros países, la sacudida de agosto de 1914 y las


consecuencias inmediatas de la guerra se sintieron principalmente en la Bolsa, el crédito y
la circulación internacional. Pronto, sin embargo, se verían surgir los efectos de una
coyuntura bien diferente, el aumento de la demanda exterior dará lugar a un proceso de
auge de las exportaciones. La fase de auge del ciclo se delimita con toda claridad a partir
de 1915, dando lugar a una situación en la que la elevación de precios actúa como principal
fuerza motriz.

Ahora bien, cuando desaparecen las circunstancias excepcionales derivadas de la


guerra, cambia de nuevo el decorado. La inflación de costes en que acaba derivando a
partir de 1918 el proceso, gravita intensamente sobre los márgenes de beneficios.

Por lo que respecta a la agricultura, por una parte se registra un apreciable aumento
de la producción agrícola, consecuencia de la rápida expansión de la superficie cultivada y,
por otra, se acusa un encarecimiento fuerte de esos productos. Todo esto deriva en un
proceso de acumulación de capital, especialmente importante en las grandes explotaciones,
al tiempo que la elevación de los precios al menor redujo los salarios reales de las regiones
agrícolas de más extenso proletariado en términos que, en el invierno de 1917-1918,
hicieron la situación insostenible193.

En lo político, la sustitución, a finales de 1913 del Conde de Romanones por


Eduardo Dato, del partido conservador y miembro del consejo de administración de la
sociedad ferroviaria MZA, según Fernández Almagro testimonian probablemente la
primera situación en que la oligarquía accedía directamente al ejercicio del poder político.

193
Historia de España dirigida por Manuel Tuñón de Lara, Vol. VIII, José Luís García Delgado, La
Economía Española entre 1900 y 1923, Editorial Labor, Barcelona, 1993, pp. 425-435.

151
El Conde de Romanones

En 1915 el Gobierno conservador de Dato es sustituido por un Gabinete liberal de


Romanones. Éste, que duró hasta 1917, tuvo que enfrentarse con una grave crisis social
derivada de la favorable coyuntura económica provocada por la I Guerra Mundial. Frente a
las exigencias de la burguesía catalana, el gobierno asumirá la reacción de los propietarios
castellanos, que el nuevo ministro de Hacienda Santiago Alba transformará en un proyecto
de ley sobre “beneficios extraordinarios de la guerra”, en el que no figuraban gravámenes
sobre los obtenidos por campesinos ni ganaderos.

El gobierno Romanones, presidido por Alfonso XIII, decide la no intervención en la Primera Guerra
Mundial.

La presión multiforme y acumulada a que estuvo sometida la sociedad española


desde 1914, desembocará en el verano de 1917 en una situación en la que los
contemporáneos más lúcidos ya pudieron distinguir tres vertientes: crisis militar, crisis
política y huelga general.

La crisis militar personalizada en el malestar de un sector de jefes y oficiales, que a


factores económicos de orden general (la inflación que devoraba los sueldos), se añadían

152
agravios comparativos entre las diferentes armas y cuerpos. La protesta realizada por las
primeras Juntas en el invierno de 1916 a 1917, culminará a finales de mayo de 1917 con la
detención y arresto en el castillo de Montjuich de varios oficiales del Arma de Infantería de
Barcelona.

La crisis política se hará patente a través de la Asamblea parlamentaria, reunida a


instancias de la Lliga en los primeros días de julio en el Ayuntamiento de Barcelona.
Constituida por todos los diputados y senadores de Cataluña, a excepción de los dinásticos,
acordaron solicitar al gobierno central la inmediata apertura de unas Cortes Constituyentes
que decidieran el establecimiento de una nueva organización del Estado sobre bases
autonómicas. El gobierno presidido por Dato declarará sediciosa a la Asamblea. Quince
días más tarde, 68 parlamentarios de toda España se reunían de nuevo, ahora en el Salón de
Juntas del Palacio de la Ciudadela y aprobaban una moción formada por catalanistas
(Cambó), reformistas (M. Álvarez), republicanos (Lerroux) y socialistas (P. Iglesias), en la
que expresaban de nuevo la urgencia de resolver los problemas que aquejaban al Estado
mediante la reunión de Cortes Constituyentes. La reacción del gobierno de Madrid fue
ordenar la entrada de la fuerza pública y la disolución de los asambleístas.

En el plano sindical, las conversaciones mantenidas entre ugetistas y cenetistas


concluyeron con el acuerdo firmado en Madrid a finales de marzo de 1917, en las que
participaron Largo Caballero y Besteiro por la UGT y Salvador Seguí y Ángel Pestaña por
la CNT y en la publicación de un extenso manifiesto en el que declaraban:

En vista del examen detenido y desapasionado que los firmantes han hecho de la situación actual
y de la actuación de los gobernantes en el Parlamento (…) se impone que el proletariado español
emplee la huelga general, sin plazo definitivo de terminación como el arma más poderosa que posee
para reivindicar sus derechos.

A pesar de su incidencia desigual, la huelga general de agosto de 1917 tendría una


resonancia indiscutible como lo prueba la práctica paralización de la vida nacional durante
una semana. Fue la declaración de la “ley marcial” y la resuelta actitud del ejército la
fuerza que truncó las aspiraciones populares. Al balance de las víctimas ocasionadas por
los enfrentamientos -71 muertos, 156 heridos, en torno a dos millares de detenidos- y la
condena a cadena perpetua de los miembros del Comité de Huelga (Largo Caballero,
Daniel Anguiano, Julián Besteiro y Andrés Saborit) es preciso añadir los despidos, torturas
y persecuciones.

La huelga de 1917 puso fin a las vacilaciones de la burguesía no oligárquica y


provocó su integración en el bloque del poder. Por su parte, el poderoso movimiento
obrero y popular del “trienio bolchevique” (1918-1920) no fue capaz de ofrecer una
alternativa revolucionaria. Se creaban, pues, las condiciones para que el golpe de Estado de
Primo de Rivera en 1923 se llevara a cabo sin riesgo ni sobresalto alguno para la clase
dominante.

A la caída de Romanones, la formación del último gobierno Dato, hasta su


asesinato en 1921, coincidió con la renovación de los métodos de represión. Al empleo
sistemático de la Guardia Civil y, circunstancialmente, del Ejército, sucedió el terrorismo
de Estado, la puesta en práctica de la “ley de fugas” en Valencia y Barcelona en enero de
1921. El respaldo del presidente del gobierno en el Congreso al celo represor del

153
gobernador de Barcelona Martínez Anido, no será una conducta ajena al asesinato de
aquél.

La intervención en África volverá a deparar una nueva catástrofe que superó


ampliamente la tragedia de 1909. Si en la zona occidental la campaña emprendida por
Berenguer desde Tetuán contra El Raisuni logró alcanzar la ciudad de Xauen en 1920, la
campaña iniciada en el este por el general Fernández Silvestre desde Melilla acabó en la
catástrofe de Annual y el suicidio del general en 1922. En la Península estos hechos se
traducirían a corto plazo en la caída de Allende Salazar, la formación de un nuevo gobierno
por Maura y el nombramiento de una comisión de responsabilidades presidida por el
general Picasso.

Coincidiendo con la “diada” catalana en 1923 (11 de septiembre) se inauguraba en


Barcelona una conferencia contra la guerra de Marruecos promovida por Acció Catalana, a
la que se sumaron delegaciones de las otras dos nacionalidades (Partido Nacionalista
Vasco, Partido Nazonalista Galego e Irmandades da Fala), se oyeron mueras a Castilla, a
España y al rey. Dos días después se pronunciaba Primo de Rivera194.

2. LA LEY DE AUTORIZACIONES.

La Ley de 2 de marzo de 1917, llamada de Autorizaciones, obra de Santiago Alba,


es la última ley decisiva en la historia del avance catastral español, al que dotaba por
primera vez un relevante volumen de recursos necesarios para impulsar estos trabajos. La
figura de Santiago Alba ha sido mencionada en el epígrafe histórico anterior como titular
de la cartera de Hacienda en un gobierno presidido por Romanones, se situaba en el ala
izquierda del Partido Liberal.

La ley de Autorizaciones se enmarca en una serie de propuestas formuladas en


1916 por Alba que incluían dos proyectos de ley. El primero de ellos, el Proyecto de Ley
de Variación del Régimen Fiscal, no lograría su aprobación; el segundo, Proyecto de Ley
de Reorganización de los Servicios del Catastro, culminaría con éxito. De este modo y,
como complemento de la ley de 2 de marzo, se dictó el Real Decreto 3 de marzo de 1917,
que Reorganiza el servicio de catastro y cuyos preceptos tienen valor de Ley, según el que
les otorgó la expresada de 2 de marzo.

En la línea de este trabajo, destacando los aspectos de mayor interés, se reproduce


el siguiente articulado:

Art. 3.º Igualmente se declaran con fuerza legal (…) los siguientes artículos del proyecto de ley
(…) presentado a las Cortes en virtud del R. D. de 24 de septiembre de 1916 (…):
“Artículo 1.º Las operaciones de avance Catastral de la riqueza rústica, se organizarán y
activarán de manera que sean terminadas en un plazo que no deberá exceder de diez años (…) “
Art. 4.º Los trabajos catastrales referentes a montes públicos y particulares, se realizarán por los
ingenieros de Montes de la Sección facultativa del Ministerio de Hacienda (…)
Art. 7.º Adscritas a la Subsecretaría del Ministerio de Hacienda, se crean dos Inspecciones
generales de Catastro, una de la riqueza rústica y otra de la riqueza urbana, que serán desempeñadas
por un Ingeniero agrónomo y por un Arquitecto de reconocida competencia en asuntos catastrales.

194
Historia de España dirigida por Manuel Tuñón de Lara, Tomo VIII.- España 1902-1923, por David Ruiz,
pp. 492-521.- Ed. Labor, Barcelona, 1993.

154
Art.º 8 Los Inspectores generales a que se refiere el artículo anterior (…) teniendo los mismos
deberes facultades y atribuciones hoy conferidas al Subsecretario de Hacienda en el servicio de
Catastro.
Art.º 15 El Ministro de Hacienda (…) por Real Decreto (…) podrá establecer, dentro de los
treinta días siguientes al que empiece a regir esta Ley, la plantilla del personal técnico de Ingenieros,
Arquitectos y Ayudantes y del personal administrativo auxiliar, determinando las reglas para su
ingreso.
En el mismo Real Decreto se consignará la distinción entre personal técnico que se adscriba a los
trabajos de avance y comprobación en las Secciones de rústica y urbana, y el de conservación por
ambos conceptos.
No obstante, se mantendrán los Escalafones únicos de Ingenieros y Ayudantes destinados a los
servicios de los Ministerios de Hacienda y de Fomento.

Descuellan cuatro cuestiones: impulso al avance; competencias catastrales a los


Ingenieros de Montes, que habrían de generar conflictos con sus compañeros agrónomos;
creación de las Inspecciones generales de Catastro, que otorgaban a un Agrónomo y un
Arquitecto las máximas atribuciones catastrales y la consolidación de los Escalafones
únicos de Ingenieros y de Ayudantes, el de estos últimos relacionado con la denominada
“segunda fusión”.

Las atribuciones conferidas al Inspector general de rústica, cuyo cargo recaía sobre
un Ingeniero Agrónomo, se otorgaban por primera vez en la historia del Catastro a un
funcionario de este Cuerpo y, como pronto se verá, tendrían un corto período de vigencia.

Retornado al gobierno, el Partido Conservador dictó un nuevo Real Decreto, de


fecha 10 de septiembre de 1917, cuyos aspectos más importantes se transcriben:

Artículo 1.º Se suprime la plaza de Inspector general de Catastro de la riqueza rústica…


confiriendo todas las atribuciones que la Ley le concede al Subsecretario del Ministerio de Hacienda
que será el Jefe del servicio (…)
Art. 2.º (…) a las órdenes del Subsecretario se crean tres secciones:
Sección 1.ª de Catastro
Sección 2.ª Inspección y Estadística
Sección 3.ª de Administración y Contabilidad
El Jefe de una de las dos primeras secciones, designado por el Subsecretario, sustituirá a éste, a
título de Subjefe del servicio en ausencias y enfermedades y podrá firmar por delegación expresa de
éste el despacho del servicio ordinario.
Art. 4.º Se organizan para el servicio dos tipos de brigada: la de servicio general de Avance, y la
del servicio especial de revisión.
La brigada de servicio general se compondrá: de un Ingeniero agrónomo, como Jefe de la misma,
y de dos Ayudantes peritos agrícolas, Auxiliares geómetras (…)
Art. 5.º A las brigadas de servicio general corresponde… A los Ayudantes peritos agrícolas, la
calificación de las fincas (…); su clasificación (…), y la dirección, vigilancia, responsabilidad y
aprobación provisional del trabajo de los auxiliares geómetras.
A éstos, la representación gráfica de las parcelas (…); la propuesta del estado posesorio de dichas
parcelas (…), y la de la extensión superficial de las mismas (…)
Art. 6.º A las brigadas de servicio especial corresponde (…). A los Ayudantes, la formación de
inventarios, la investigación de los datos (…), y la rectificación general de la parte del trabajo,
referentes a los períodos geométrico y declarativo, ayudados, en caso necesario, por los auxiliares
geómetras.

En estos artículos se disponen las novedades más importantes que aporta este Real
Decreto, la recuperación por el Subsecretario de Hacienda de la Jefatura del Catastro, y la
creación y competencias de los Auxiliares-geómetras.

155
El máximo rango para el Cuerpo de Agrónomos en el Catastro de rústica sería
ostentado a partir de ese momento por el Subjefe. Cargo que ocuparía durante un amplio
período el discutido José Andrés de Oteyza, comentado en la primera parte de esta obra y
al que se hará referencia más adelante.

Mayor impacto sobre el Cuerpo de Ayudantes habría de suponer la creación de los


Auxiliares-geómetras. Los Geómetras, como siempre fueron conocidos, generaron una
fuerte contestación por parte de los Ayudantes y de ello se dará amplia información en un
epígrafe específico. En los artículos 9 a 11 de este Real Decreto se organiza el Servicio
provincial para la conservación del Avance catastral. En éste no se asignan competencias a
los Auxiliares geómetras.

3. EL AVANCE CATASTRAL EN ESTE PERÍODO

El Avance Catastral, que había vivido una primera fase de gran actividad entre
1908 y 1910, estuvo aletargado durante los siguientes años hasta recibir un impulso
decisivo en 1917 como consecuencia de la Ley de Autorizaciones y disposiciones que
siguieron a ésta. Esta edad de oro del Avance duraría hasta el golpe de Estado del general
Primo de Rivera, especialmente desde que:

La ley de 3 de abril de 1925, relativa al Catastro parcelario, dispone que no se comiencen ya


trabajos llamados de Avance en ninguna jurisdicción municipal y que se adopten las medidas
necesarias para que terminen y se pongan en vigencia tributaria los ya comenzados 195.

Con relación al volumen de trabajos de Avance realizados con anterioridad al inicio


de este período resulta elocuente el siguiente mapa y los datos estadísticos en él
consignados:

195
Ministerio de Hacienda, Dirección General de Propiedades y Contribución Territorial, Sección de Catastro
de la Riqueza Rústica, Memoria resumen del estado de los trabajos de Avance en 31 de diciembre de 1925,
pág. 37.

156
Los efectos de la Ley de Autorizaciones sobre los trabajos de Avance no debieron
surtir efecto de forma inmediata como puede deducirse de la Memoria resumen a que se ha
hecho referencia anteriormente y cuyos datos anuales son muy significativos a este
respecto.

La Memoria resumen del estado de los trabajos de Avance en 31 de diciembre de


1925, distingue el período 1918 a 1923, destacando que en éste:
Pasaron las cifras del Presupuesto desde un promedio anual de unas 1.750.000 pesetas al de
6.500.000 (números redondos); y aparecieron en el servicio de Catastro cinco Cuerpos más: el de
Ingenieros de montes, el de sus Auxiliares, el de Auxiliares geómetras, el de Auxiliares
administrativos y el de Delineantes (…).
En 1924 se redujeron los créditos considerablemente, y se encomienda a una Junta superior
llamada de Catastro, la propuesta de una nueva Ley. Comienza, pues, el cuarto y último período a
fines de 1923.

Avance catastral desde 1924 a 1925.

La única diferencia entre este período (…) y el que lo precedió, está en la aminoración de créditos
y en la ausencia de parte del personal196.

Avances catastrales de rústica, ejecutados y aprobados a partir de 1919

Número Extensiones
de registradas Riquezas Riquezas Aumento Cantidades
AÑOS Avances en Avance Amillaradas Comprobadas % Invertidas
Aprobados Hectáreas Pesetas Pesetas Riqueza Pesetas
1919 113 1.031.725 16.222.993 39.464.484 143,26 5.034.136
1920 175 939.161 15.105.784 36.535.448 141,86 6.531.507
1921 294 2.493.883 29.393.210 84.736.650 188,29 6.874.351
1922 205 1.363.437 18.057.624 46.348.659 156,67 7.037.844
1923 385 1.853.360 27.370.201 57.075.518 108,53 7.012.904
1924 167 1.152.446 15.833.325 36.400.451 129,90 5.743.302
1925 133 544.388 9.662.445 19.991.342 106,90 5.828.607

196
Ibidem, ob.cit., pág. 54.

157
Los datos del anterior cuadro y del que sigue están tomados de Estados IV-a y VI
de la referida Memoria resumen.

Cuadro comparativo de los trabajos de Avance durante los períodos que se expresan:

Número Extensiones Aumento


de registradas Riquezas Riquezas % Cantidades
AÑOS Avances en Avance Amillaradas Comprobadas Riqueza Invertidas
aprobados Hectáreas Pesetas Pesetas Media Pesetas
1911-1918 408 3.236.137 55.790.262 85.775.104 43,26 14.147.163
1919-1925 1.472 9.378.400 131.645.582 320.552.552 139,34 44.062.651

Puede apreciarse como durante el período 1919-1925 (siete años) se triplica el


volumen de trabajo y la inversión del Estado del período 1911-1918 (ocho años). Más
espectacular resulta el aumento porcentual medio que experimenta la riqueza imponible. A
pesar de todo, quedaba lejos de conseguirse el objetivo marcado en el artículo 1.º del Real
Decreto de 24 de septiembre de 1916, al que el artículo 3.º del Real Decreto 3 de marzo de
1917 declaraba con fuerza legal:
Las operaciones de avance Catastral de la riqueza rústica, se organizarán y activarán de manera
que sean terminadas en un plazo que no deberá exceder de diez años.

En cualquier caso se realizó una obra importante: catastrar durante siete años más
de nueve millones de hectáreas. Un trabajo de estas dimensiones pudo lograrse gracias a la
importante inversión pública efectuada, que conllevó, no sólo la creación de los Auxiliares-
geómetras, sino también un incremento importante en la plantilla de Ayudantes.

Estas imágenes se refieren a un mismo polígono del término municipal de Osuna, corresponde la primera a
los trabajos del Avance y la segunda a la cartografía actualmente en vigor, las separan ochenta años. La
parcelación ha sufrido cambios por alteraciones de la propiedad, pero a través de estas imágenes es posible
valorar la calidad con que se realizaron algunos trabajos del Avance, tan denostado por algunos.

158
Para la redacción de este trabajo no se ha dispuesto de una información precisa
sobre los integrantes del colectivo de los geómetras, si bien en algún documento consta
que llegaron a ser alrededor de quinientos y fue precisamente en este período de tiempo
cuando prestaron sus servicio en Catastro, puesto que en virtud de la Ley de 3 de abril de
1925 pasaron al Instituto Geográfico.

Con relación al incremento de la plantilla de Ayudantes algunas cifras pueden


resultar engañosas. De este modo, observando el movimiento del Escalafón de Ayudantes
del Servicio Agronómico puede verse que entre 1906 y 1916 se habían producido 91 altas,
cuando sólo en el año 1917 ingresaron 153 nuevos Ayudantes. A este respecto es necesario
tener en cuenta la llamada “segunda fusión” que se llevó a efecto ese año y que incorporó
al Cuerpo a 107 “peritos temporeros” que prestaban sus servicios en el Catastro.

Los anteriores párrafos resultan obligados con el propósito de ser objetivos y dejar
las cosas en sus justos términos, algo que no siempre ha ocurrido como puede verse:

Desde el año 1917 hasta 1924 se hace obra catastral poniendo en tributación, por Avance, una
superficie de 10 millones de hectáreas, con 1400 términos municipales y en cuyo trabajo intervino
exclusivamente el personal de Ingenieros Agrónomos y Peritos Agrícolas 197.

El siguiente mapa muestra el estado de los trabajos al 31 de diciembre de 1925.

Estado de los trabajos catastrales de Rústica al 31 de diciembre de 1925.

En cuanto a los territorios afectados:

197
Asociación Nacional de Ingenieros Agrónomos, El Problema del Catastro, Madrid, 1935, pág. 8.

159
Cifras relativas al estado de los trabajos del Avance en 31 de diciembre de 1925, tomadas del Estado VI-b de
la Memoria resumen.
PROVINCIAS TÉRMINOS MUNICIPALES
En vigor Concluidos En ejecución No iniciados Total provincia
Albacete 84 - - - 84
Alicante 129 2 6 1 138
Almería 60 6 22 15 203
Ávila 129 33 80 28 270
Badajoz 100 - 60 - 160
Cáceres 80 2 82 58 222
Cádiz 41 - - - 41
Castellón 90 7 43 - 140
Ciudad Real 96 - - - 96
Córdoba 75 - - - 75
Cuenca 69 4 72 143 288
Granada 186 1 12 6 205
Guadalajara 74 7 112 205 398
Huelva 21 5 51 - 77
Jaén 98 - - - 98
Madrid 195 - - - 195
Málaga 84 4 14 - 102
Murcia 34 1 7 - 42
Palencia 43 2 74 131 250
Salamanca 128 3 49 207 387
Segovia 115 4 80 76 275
Sevilla 75 1 26 - 102
Soria 15 1 40 289 345
Toledo 206 - - - 206
Valencia 57 1 134 71 263
Valladolid 98 7 119 12 236
Zamora 39 3 89 169 300
Totales 2.421 94 1.172 1.411 5.098

La relevancia que alcanzó la participación de los Peritos Agrícolas queda de


manifiesto, analizando la provincia de Sevilla, de la que existe constancia documental de
que entre 1911 y 1925 está acreditada la actuación de 32 Ayudantes. El máximo volumen
de trabajo debió producirse en esta provincia entre 1913 y 1916 en que figuraban
simultáneamente en plantilla una media de 16. La aprobación oficial de los Avances se
producía con cierto retraso, a consecuencia de los complicados trámites administrativos;
entre 1919 y 1924 se aprobaron en esta provincia los Avances de 75 municipios, que

160
totalizaban 1.124.456 has., que suponen el 80% del total provincial. Aquéllos que
dispongan de información sobre las últimas renovaciones catastrales de Rústica, estarán
capacitados para valorar la importancia de los trabajos que se realizaron en estos años.

El alto ritmo a que se desarrollaban los trabajos y los descubrimientos de riqueza


que producían, muy reveladores en los datos antes reseñados del período 1919-1925,
explican el endurecimiento de la oposición al Avance, especialmente por parte de la gran
propiedad, cuyas verdaderas intenciones se presentaban ocultas en razonamientos de índole
perfeccionista:

Se requería la necesidad de un Catastro más riguroso. Se hablaba de la


imperfección cartográfica de los croquis del Avance, en cuyo procedimiento de ajuste
superficial se recurría al prorrateo, cuando se producían diferencias de hasta el 5 por
ciento, lo que suponía penalizar a los que declaraban de buena fe, por todo lo cual se
abogaba por la necesidad de un verdadero catastro parcelario. También se esgrimía el
argumento de las excelencias de un catastro de valor jurídico, llegando a plantearse la
oportunidad de que el Catastro otorgara títulos reales de la propiedad.

En la posición contraria:

Los defensores del avance eran en general progresistas pragmáticos, moderadamente satisfechos
de los resultados que estaba ofreciendo la aplicación de la ley de 1906 en la reducción del fraude y
en la marcha hacia un reparto justo del impuesto. El avance era barato y sencillo, y por lo tanto
rápido: era precisamente su carácter expeditivo lo que le daba un gran valor desde el punto de vista
fiscal. Quizá el principal representante de esta línea de pensamiento fuera Enrique Alcaraz,
ingeniero agrónomo dedicado a trabajos catastrales desde antes de la aprobación de la ley 198.

En general, los profesionales del Catastro siempre se mostraron realistas y apoyaron


las ventajas prácticas que suponía para el país el Avance y en tal sentido se manifestaron a
título individual y asociativo en numerosos escritos.

Dentro del Catastro, en el punto de vista opuesto destacaba el Ingeniero de Montes


Ramón del Pando, autor de un folleto publicado en 1925 que resumía en ocho sentencias
las posiciones de la campaña en torno al avance:

1. Es lento.
2. Intenta liquidar el derecho de propiedad.
3. Dificulta la titulación y las inscripciones en el Registro de la Propiedad.
4. No fomenta la creación de títulos reales ni el crédito territorial.
5. Es amoral.
6. Ni siguiera es fiscal.
7. Tampoco es legal.
8. En cambio resulta enormemente caro.

Pando (…) no dudó en decir en su escrito que contaba con la aprobación de la Cámara Agrícola
de Sevilla, lo que le convierte en cierto modo en portavoz de la corporación prototípica de los
grandes terratenientes españoles (…) Los ingenieros de montes aprovecharon la oportunidad para
expresar su malestar, pues el sistema de 1906 les había marginado en gran parte de los trabajos
catastrales frente a los ingenieros agrónomos199.

198
Juan Pro, ob. cit., pág. 280.
199
Ibidem., pp. 287-288.

161
4. LOS GEÓMETRAS DEL CATASTRO.

Como se ha señalado anteriormente, una de las novedades importantes de la Ley de


Autorizaciones de 1917 y disposiciones que la siguieron fue la creación del Cuerpo de
Auxiliares geómetras, conocidos como Geómetras. Transferidos al Instituto Geográfico
por la Ley de 3 de abril de 1925, su participación en el Catastro, que debió ser muy activa,
a juzgar por el número de sus integrantes, y contestada, especialmente por los Ayudantes,
tras un cierto tiempo, cayó en el olvido y, posteriormente, muchos facultativos del Catastro
han desarrollado toda una carrera funcionarial en éste en la más absoluta ignorancia de la
existencia de estos compañeros y las actuaciones que llevaron a efecto.

Se ha hecho referencia anteriormente a su creación, por el Real Decreto 10 de


septiembre de 1917 y asignación de competencias en los artículos 5.º y 6.º del mismo. El
Reglamento de Rústica, aprobado por Real Decreto 10-12 septiembre 1917, en sus
artículos 14 y 15 y la Real Orden 3 febrero 1919, parte III, puntos 4.º c), d) y e), describen
con mayor detalle estas competencias.

Por considerarlo del mayor interés con relación a esta problemática, se reproduce la
primera página y se transcribe la totalidad de un documento cuyo original se conserva en la
documentación de la extinta Asociación de Ingenieros Técnicos Agrícolas del Estado. Está
firmado por el controvertido José A. de Oteyza, por autorización del Subsecretario:

162
MINISTERIO DE HACIENDA
SUBSECRETARÍA
SERVICIO DE CATASTRO
RÚSTICA

Vista la instancia suscripta por D. Antonio Monje Vaqué, como presidente de la Asociación
General de Ayudantes y Auxiliares de los Cuerpos de Ingenieros Civiles del Estado, solicitando sean
admitidos para formar parte del personal de Auxiliares Geómetras de Catastro, en primer término
los Ayudantes de Obras Públicas, Auxiliares facultativos de Montes y Topógrafos que, hallándose
en petición de destino o supernumerarios en sus respectivos cuerpos, lo soliciten previamente,
haciéndose extensivo este derecho en lo sucesivo cuando se produzcan vacantes de Auxiliares
Geómetras a cuantos Ayudantes de los Cuerpos mencionados y de los demás Auxiliares de los
Ingenieros Civiles, tales Auxiliares facultativos de Minas y Ayudantes de Agrónomos se encuentren
en dichas situaciones de expectación de destino y supernumerario.
Resultando que por el R. D. de 10 de septiembre último se autorizó al Ministro de Hacienda para
invertir a cargo del artº 1º Cap º de la Sección 10ª , 810.000 pesetas para pago de los haberes de 54º
Auxiliares Geómetras, fijándose las atribuciones y deberes de estos funcionarios en otro R. D. de la
misma fecha, dictados ambos en cumplimiento de lo dispuesto en el Decreto Ley de 3 de marzo de
1917.
Resultando que en cumplimiento de lo dispuesto en los anteriores Reales Decretos, por R. O. de
19 de septiembre próximo pasado se han anunciado oposiciones para proveer 540 plazas de
Auxiliares Geómetras, fijando las condiciones que en los solicitantes deben concurrir y los ejercicios
y programas de dichas oposiciones.
Resultando que después de publicada la anterior convocatoria, el Presidente de la Asociación
General de Ayudantes de Auxiliares de los Cuerpos de Ingenieros Civiles, solicita del Excmo. Sr.
Ministro de Hacienda se dé preferencia para ocupar éstas plazas á los funcionarios de los Cuerpos
que componen dicha Asociación.
Considerando que con posterioridad á la publicación de la convocatoria para proveer por
oposición las 540 plazas de Auxiliares Geómetras de nueva creación, no es posible sustraer ninguna
de ellas sin perjudicar los intereses de aquellos individuos que se hallen en condiciones de
presentarse á oposiciones, los que, seguramente, elevarían fundadas protestas.
Considerando que al poseer los solicitantes conocimientos superiores a los exigidos a los
Auxiliares Geómetras, si se presentan a oposiciones conseguirían sin gran esfuerzo las plazas que
piden como gracia y que obtendrían de derecho.
Considerando que para desempeñar las plazas de geómetras precisan un aprendizaje
relativamente largo; y el personal de Auxiliares facultativos que solicita las plazas, se iría
marchando á su Cuerpo á medida que en el mismo tuviera colocación, con evidente perjuicio para la
marcha regular de los servicios del Catastro.
Considerando que uno de los principales conocimientos que se precisa en los auxiliares
Geómetras es un perfecto conocimiento de la Legislación Catastral, cuyos conocimientos no poseen
los Auxiliares facultativos de alguno de los distintos Cuerpos de Ingenieros Civiles.
Esta Subsecretaría, por acuerdo de 10 de Octubre último, ha resuelto desestimar la solicitud
presentada por D. Antonio Monje Vaqué, como Presidente de la Asociación General de Ayudantes y
Auxiliares de los Cuerpos Civiles del Estado.
Lo que comunico a V. para su conocimiento y efectos, haciéndole presente a la vez que, de no
estar conforme, puede recurrir ante el Tribunal Gubernativo en el plazo de 15 días, a contar de la
fecha de recibo de esta comunicación.
Dios guarde á V. muchos años.
Madrid 15 de Octubre de 1917.
El Subsecretario.
P. A.
José A. de Oteyza

Sr. D. Antonio Monje Vaqué, Presidente de la Asociación Gral. de Ayudantes y Auxiliares de los
Cuerpos de Ingenieros Civiles del Estado.

Está fechado el 15 de octubre de 1917, sólo un mes después de la creación del


cuerpo de Geómetras. Por éste podemos saber que, por Real Orden del 19 de septiembre
anterior, se habían convocado oposiciones para proveer 540 plazas de Auxiliares
Geómetras, lo que da idea de la fuerza numérica con que nacía este Cuerpo. También

163
aporta una interesante información sobre una primera reacción entre los integrantes de la
Asociación general de Ayudantes y Auxiliares de los Cuerpos de Ingenieros Civiles del
Estado, cuyas pretensiones de un trato preferente para acceder a estas plazas fueron
desestimadas por los considerandos que se expresan.

Antonio Monje Vaqué, Presidente de la Asociación General que había formulado la


petición a que se refiere el documento anterior, con fecha 8 de agosto de 1918, elevó un
escrito al Subsecretario del Ministerio de Hacienda en el que expone:

Que al ser conocido por el Cuerpo de Ayudantes del Servicio Agronómico que alguno de sus
individuos tomaron parte, como Secretarios de los Tribunales de Oposición a plazas de Geómetras
del Catastro, sin voz ni voto, sufrió la amargura de la desconsideración que encierra la negación de
un derecho hoy reconocido a todos los secretarios de tribunales de oposición a carreras del Estado…
En consecuencia, esta Asociación (…) se decide a suplicar a V.I.
Que se digne ordenar sea modificado el acuerdo que figura en el expediente a plazas de Geómetras
del Catastro que priva a los Ayudantes-Secretarios de Tribunal la facultad de juzgar a fin de que
sean considerados como Vocales-Secretarios con voz y voto y, si obstáculos insuperables
impidieran a V.I. acceder a los deseos expuestos, esta Asociación General le ruega encarecidamente
se digne disponer sean relevados los Ayudantes del Servicio Agronómico del cargo de Secretarios
de los tribunales tantas veces citados.

Esta petición, planteada de forma digna y contundente, debió ser desestimada según
consta en una circular, con el membrete de la SECCIÓN DE AYUDANTES DEL SERVICIO
AGRONÓMICO NACIONAL y fechada el 15 agosto de 1918. Está firmada por 32 Ayudantes
residentes en Madrid, que proponen agotar los trámites en Hacienda y proseguirlos en
Fomento, Dirección general de Agricultura, Junta Consultiva, la Prensa y, en la próxima
legislatura, en las Cortes. Adjuntan un Boletín de adhesión destinado al resto de los
integrantes del Cuerpo. Se ignora el final de este conflicto.

Las referencias a los Geómetras fueron una constante en los documentos


elaborados por la Asociación de Ayudantes del Servicio Agronómico, especialmente desde
la creación de los Auxiliares Geómetras hasta 1932. También se alude a ellos en
documentos de otras asociaciones e individuales.

En noviembre de 1920, la Asociación de Ayudantes del Servicio Agronómico, con


destino a sus compañeros, publica una MOCIÓN, “que sobre asuntos de orden interior del
Servicio Agronómico Catastral han sometido, en 15 del pasado octubre, a la consideración
del Subjefe del mismo don José A. de Oteyza, los Ayudantes del Catastro”. Va precedida
de una carta en la que, con relación a los Geómetras, se dice:

Nuestro anhelo es de paz y trabajo, es de unión con nuestros más afines, los Ingenieros; con
nuestros inferiores en el campo oficial, los Geómetras, pues constituyen factor importante en la
ejecución de las operaciones (…) Las varias entidades de funcionarios que integran el Catastro,
laboran en una obra que es común a todos.

Ya en el texto de la Moción, aparecen abundantes alusiones, en general,


comprensivas y elogiosas, hacia los Geómetras:

Esta resolución (…) consiste en acudir a ustedes, nuestros Jefes, antes que a nadie, para que
informados de nuestro sentir, que es unánime entre los Ayudantes que aquí representamos, pero que
la comparten también los Geómetras que callan, y los Ingenieros, que aguantan en silencio (…).
Señalar que en Catastro lleva libro de contabilidad hasta el Geómetra que apenas puede comer con
lo que percibe (…). Indudable es, que las operaciones de campo confiadas al Geómetra imponen a

164
éste su presencia en el término al que se le destina. La representación gráfica de las parcelas, no
pueden reflejarse en el papel más que pisando dentro del polígono a que se refieren. Las
declaraciones que ha de recoger a los propietarios no las prestan éstos más que en el pueblo de que
son vecinos. Indudable es que tal funcionario lleva sus trabajos, día por día, al libro de operaciones.
Comprobando sobre el terreno la tarea hecha durante un bimestre, se aprecia su cantidad, su calidad,
el tiempo invertido, su adaptación a las disposiciones reglamentarias. Se aprecia su celo como
funcionario; su moral, como hombre; su corrección como ciudadano.

A partir de estas fechas las referencias a los Geómetras cambian de tono en los
escritos. ¿Qué había ocurrido?

Del 21 al 25 de noviembre de 1921 se celebra en Valladolid una Asamblea


Nacional de Peritos Agrícolas, en su conclusión sexta puede encontrarse una primera
explicación al cambio de actitud con relación a los Geómetras, en ella se pide la “supresión
del Cuerpo de Geómetras y, una vez lograda tal medida, creación de trescientas plazas de
Ayudantes o un cuerpo especial de Peritos Agrónomos Catastrales”, añadiendo:

Un Ministro prescindió de ellos (los Peritos Agrícolas) (…) y entregó, lo que en justicia les
correspondía, a individuos improvisados por Academias que podían fácilmente y con ulterioridad
manifestar su elocuente incompetencia. Y mientras quinientos o seiscientos Geómetras encontraron
colocación en el Estado, doscientos o más Peritos Agrícolas se encuentran en la actualidad (…) en
una difícil situación.

El traspaso de los Geómetras al Instituto Geográfico y Estadístico, que cambia su


denominación a Instituto Geográfico y Catastral en virtud de la Ley de 3 de abril de 1925,
en lugar de cerrar la polémica, la agudiza de forma notable, como podrá verse.

Recién promulgada esta ley, en una “Nota”, que no está fechada pero debe ser
inmediata a su publicación en la Gaceta, los Ayudantes del Servicio Agronómico afectos al
Catastro, lamentando que en la misma no aparezcan especificadas sus funciones…

En cambio, ven con asombro, que al personal de Geómetras se le encomiende (artículo 3.º
adicional, apartado 1.º) la ejecución de los trabajos de parcelación del Avance catastral topográfico,
sin saber topografía, puesto que no se les exigió, como puede comprobarse examinando la Gaceta
del 21 de septiembre de 1917, y además por quedar incorporados al servicio topográfico (art.º 4.º
adicional) harán la separación de cultivos en cada parcela (art.º 15, apartado 3.º) y la subparcela
(art.º 16, apartado 4.º), funciones propias del Perito Agrícola Ayudante, y para las que se necesitan
conocimientos agronómicos que tampoco tienen ni se les exigió (…) de los 509 Geómetras que hoy
prestan servicio, sólo son Peritos Agrícolas sesenta y dos.

Este escrito, además de confirmar la importancia numérica que llegó a adquirir este
Cuerpo, pone de manifiesto las discrepancias con los Geómetras, que al parecer, se
produjeron como consecuencia de las atribuciones que la Ley de 3 de abril de 1925
confiere a éstos. Podría plantearse la hipótesis de que los Ayudantes aceptaron la existencia
de los Geómetras mientras éstos estuvieron regulados por el Real Decreto 10 de
septiembre de 1917, que les atribuía la “dirección, vigilancia, responsabilidad y aprobación
provisional del trabajo de los auxiliares geómetras” (art.º 5.º). Esta “Nota” puede marcar el
inicio de una larga controversia sobre esta cuestión.

Es un hecho incontrovertible que el Decreto ley de 3 de abril, había cambiado


radicalmente el destino de los Geómetras, al cesar en las funciones auxiliares para las que
fueron creados y que desempeñaban en el Catastro, y quedar incorporados al servicio
topográfico en el Instituto Geográfico. Esta disposición sería desarrollada en el Decreto de

165
19 de noviembre del mismo año, adscribiendo el personal de Geómetras al Instituto
Geográfico, Sección de Topografía, para completar en ella la preparación topográfica
indispensable al levantamiento de planos parcelarios mediante prácticas que durarían tres
meses.

El 25 de mayo de 1925, Luis Suárez Inclán, como Presidente de la Asociación de


Ayudantes del Servicio Agronómico presenta una MOCIÓN,
que unida a respetuosa instancia, es elevada a la Presidencia del Directorio Militar, justificando
que el Real decreto Ley de 2 de abril último reorganizando los servicios de Catastro, lesiona los
intereses profesionales de los Peritos Agrícolas, Ayudantes del Servicio Agronómico.

El último párrafo de la presentación del documento no deja duda sobre las


intenciones últimas que animan la petición:

Bases que se estiman adecuadas a la solución del problema de acoplamiento de personal


facultativo auxiliar a los trabajos Catastrales, extinguiendo a los Auxiliares Geómetras, cuya
existencia oficial es contraria a las leyes fundamentales del Catastro.

Del contenido de la instancia al Presidente del Directorio Militar se han


seleccionado los párrafos más significativos:

Que si la lectura del Real Decreto ley de 2 de abril último ha dejado en el ánimo de todos los
elementos que integran esta entidad penosa impresión (…) recurren por conducto del que suscribe
elevando a su superioridad estudio y acuerdo la Moción que acompañan, en la que justifican
documentalmente los siguientes extremos:
Que la nueva ley de Catastro, de 2 de abril último, lesiona los intereses profesionales de los Peritos
Agrícolas al servicio del Estado como Ayudantes del Servicio Agronómico afectos a Catastro.
Que el Directorio Militar recomendó en su Decreto 200, dando a la Comisión encargada de estudiar
nuevas bases de Catastro, que tuvieran en cuenta el artículo 41 de la ley de 23 de marzo de 1906,
que fija los elementos que han de intervenir en este servicio, prohibiendo terminantemente la
creación de ningún otro organismo a tales fines destinado (…) contra sus preceptos y sin derogarlo,
se han creado nuevos organismos, entre ellos el de Auxiliares Geómetras del Catastro, a pesar de su
expresa prohibición.
Que la ley de Autorizaciones de 2 de marzo de 1917 dio fuerza de ley al proyecto presentado en
las Cortes por Real Decreto de 24 de septiembre de 1916, entre cuyos preceptos se especifica a qué
organismos está confiado el Catastro, quedando evidentemente vulnerado, ya que a su amparo no se
hizo lo que mandó bajo ningún aspecto, pero sí se creó a los Auxiliares Geómetras.
Que de lo anterior se deduce que el organismo “Auxiliares Geómetras del Catastro” fue creado a
espaldas de la ley y en contra de sus preceptos.
Que el precepto que le dio vida ilegal especifica también el cometido sencillo que le encomienda
dentro del avance como personal modesto no titulado, por diez años, sin otra competencia práctica
que la que se desprende de saber leer, escribir y contar (…)
Que a pesar de todo esto, la nueva ley les faculta para hacer el parcelario topográfico, sin tener ni
idea de la ciencia en que se basan estos trabajos, y les faculta para determinar masas de cultivo,
subparcelando, sin tener ni noción de agricultura.
Que esta determinación posterga, sin causa que lo justifique, al Perito Agrícola, Ayudante del
Servicio Agronómico afecto a Catastro (…)
En consecuencia con todo lo expuesto, a V. E. suplico en nombre de los Peritos Agrícolas,
Ayudantes del Servicio Agronómico, que tenga por presentado este escrito y sea aceptado como
recurso de alzada contra el Real decreto-ley de 2 de Abril último (…) para en su vista ordenar, si así
lo juzga oportuno, a la Junta Superior de Catastro, que haga uso de la facultad que le concede (…) la
disposición antes citada y proponga las modificaciones que vayan encaminadas a respetar los
derechos adquiridos (…) por los Peritos Agrícolas, Ayudantes del Servicio Agronómico (…)

200
Exposición del Real Decreto 16 de febrero de 1924, Gaceta del 17, pág. 875.

166
Suplica tan concreta como la formulada (…) no desvirtúa en nada la propuesta de solución (…)
que consta en la última parte de la Moción.

La Moción es extensa, ocupando veinte páginas, y la principal base legal que


esgrime es la Ley de 23 de marzo de 1906, especialmente su artículo 41. Afirma que la
creación de los Auxiliares Geómetras se llevó a efecto de espaldas a la ley de
Autorizaciones y finaliza con una “Propuesta de solución” en la que, con relación a los
Geómetras, dice:

Sexto. Que para los Geómetras y Geómetras que son además Peritos Agrícolas, se convoquen
oposiciones restringidas entre estos elementos a plazas del Cuerpo de Topógrafos y de Ayudantes
del Servicio Agronómico (…)
Séptimo. Que los Geómetras que no puedan ingresar en estos Cuerpos por cualquier circunstancia,
se les dé entrada en los diversos Cuerpos auxiliares administrativos del Catastro, así como en el
Instituto Geográfico.

Se dispone de la copia de un documento que, aunque carece de membrete o de


cualquier símbolo oficial, parece corresponder al informe emitido por la Junta Superior de
Catastro (en el escrito se autodenominan “esta Junta”) atendiendo a la petición de la
Asociación de Ayudantes.

La lectura de este extenso informe de 20 folios, que responde a la instancia y


Moción de 25 de mayo antes expuestas, pone de manifiesto la rotunda oposición de la
“Junta” a las pretensiones de los Ayudantes que, según ella, mezclan consideraciones de
orden técnico con otras de orden legal y con frecuencia confunden el plano parcelario con
el Catastro parcelario. Según el informe, en su parte legal, en el momento de aprobarse la
Ley de 1906, no había en el Catastro ni Peritos Agrícolas ni Auxiliares Geómetras, lo que
resulta ser rigurosamente falso, dado que la intervención de los Peritos Agrícolas en
trabajos catastrales se remonta, al menos, al último decenio del siglo XIX y los Geómetras
fueron creados en 1917; no analiza el párrafo segundo del art.º 41 de la Ley de 1906, ni la
legalidad de los Reales Decretos de creación de los Geómetras, que dicen “no es
incumbencia de esta Junta analizar”.

En su parte técnica, el informe afirma que la Comisión de reforma del Catastro en


su propuesta al Directorio Militar que ha servido de base a la ley de 3 de abril se limitó a
aceptar el procedimiento más económico y rápido para sustituir el inservible croquis a ojo
por el más modesto plano parcelario. Expone que en el extranjero los trabajos se hacen de
un modo análogo y aporta dos desafortunados ejemplos: Suiza, donde “existen unos
técnicos llamados Geómetras que aunque llevan este nombre son similares a los Ingenieros
Geógrafos de España”; los Geómetras franceses, dice, “han de sufrir también exámenes
teóricos y prácticos. En los primeros se les exige del mismo modo Geodesia superior y
Topografía”. En sus “conclusiones” se ratifican en lo que se refiere a las funciones de los
Auxiliares Geómetras.

Resultaba riguroso el informe al expresar que los Geómetras suizos y franceses son
unos técnicos similares a los Ingenieros Geógrafos de España. Para darnos una idea de la
forma totalmente caótica con que se utilizaba esta terminología en España, se expone un
ejemplo real: En el Sumario de Gaceta de Madrid, de 23 de octubre de 1926, donde puede
leerse estas dos notas consecutivas:

167
Otra concediendo el reingreso al servicio activo a los Geómetras excedentes y cesantes que se
mencionan.- Página 452.
Otra designando al Ingeniero Geógrafo D. Manuel Cifuentes y Rodríguez para que asista al
Congreso Internacional de Geómetras que se celebrará en París en el presente mes de octubre.-
Páginas 452 y 453.

Dando lectura a esas páginas 452 y 453 se clarifica que, en el primer caso, se hace
referencia a movimientos de escalafón de los Auxiliares Geómetras y en el segundo se trata
de una comunicación del “excelentísimo señor Embajador de Francia en Madrid, dando
cuenta de una carta del señor Presidente del Consejo de la Federación Internacional de los
Geómetras, el cual ha decidido organizar un Congreso Internacional de Geómetras (…)”.
Hasta en el Sumario del “Diario Oficial” del país se caía en el recurso generalizado de
simplificar de forma tan equívoca esta designación.

Y es que, de alguna forma, se trataba también de una “guerra de nombres”. El 17 de


mayo de 1932, Antonio Huerta Marín, Presidente de la Asociación de Ayudantes del
Servicio Agronómico, presenta en Registro General de la Presidencia del Consejo de
Ministros una instancia en la que expone:

Que por orden de la Presidencia del Gobierno de la República de 9 de diciembre próxima pasado
(Gaceta del 18) se ha dispuesto que los funcionarios que componen el Cuerpo de Auxiliares de
Planimetría catastral, se denominen en lo sucesivo Geómetras AYUDANTES DE CATASTRO.

Tras otras consideraciones, se hace historia de la creación de los Auxiliares


Geómetras por el R. D. de 6 de septiembre de 1917, su dependencia de los Ayudantes, lo
elemental del examen de aptitud exigido a los Auxiliares Geómetras y la sustitución de
dicha denominación por la de Auxiliares de Planimetría Catastral y “ahora, por fin, el de
Geómetras Ayudantes de Catastro sin causa que lo justifique”.

Por todo lo expuesto, ruego a _______que estimando nos pertenece en estricto principio de
derecho la denominación de Ayudantes del Catastro, por ostentar la de Ayudantes del Servicio
Agronómico Nacional –que en lo referente al Catastro se designa por el de Servicio Agronómico
Catastral- se modifique la denominación concedida a los Auxiliares de Planimetría Catastral –antes
Auxiliares Geómetras- en el sentido necesario para suprimir lo de Ayudantes de Catastro.

En este caso se trataba de una doble usurpación: resultaba inapropiado llamarles


Geómetras, por lo visto en el ejemplo de la Gaceta, y también Ayudantes de Catastro, por
las razones que se expresaban en esta instancia.

La Ley 6 agosto de 1932. Catastro de Rústica, Funciones del Instituto Geográfico,


Catastral y de Estadística, en su artículo 1.º deroga el Real decreto de 3 de abril de 1925,
referente a la formación y conservación del Catastro. A juzgar por el texto de su art. 4.º,
debió prosperar la reclamación antes expuesta:

A los efectos de los artículos anteriores, continuarán adscritos a la Dirección General del Instituto
Geográfico, Catastral y de Estadística el personal que actualmente lo está de Geómetras,
Delineantes y del Cuerpo Administrativo y Calculador.

Entre los fondos de la Asociación pueden leerse unas cuartillas, anónimas y sin
fecha, aparecen mezcladas con otros papeles de 1938-39, están escritas a mano, con
elegante caligrafía y contienen interesantes comentarios sobre los orígenes de los croquis
del Avance y la participación de los Geómetras en su elaboración:

168
No es iniciativa de ningún legislador, sino que espontáneamente el Perito recurre a él para obviar
los inconvenientes y vencer las dificultades que en la práctica de los trabajos se presentaban (…)
Ocurría que en las masas de gran número de fincas surgían dudas para la identificación de las
parcelas cuando el propietario hacía la declaración (…) se les ocurrió a los Peritos hacer un
bosquejo o croquis de las zonas de fincas dudosas (…)
Entonces los Jefes de las brigadas, reconociendo la utilidad de los croquis, comprendieron que si
en las zonas dudosas se aclaraban con facilidad los errores y omisiones en el trabajo de campo, sería
muy conveniente el hacerlo para todas ellas, y se ordenó se empezara a hacer los croquis completos
de cada polígono de una manera obligatoria (…)
Hasta 1918 se hicieron infinidad de Avances en términos municipales, en que los croquis son una
verdadera maravilla de limpieza y perfección pues parecían verdaderos planos (…) hechos por un
solo funcionario el Perito Agrícola, que a la vez que levantaba los croquis de la parcela tomaba los
datos para su valoración.
En el año 1918 (…) se ideó la funesta división del trabajo (…) Para efectuar la croquización se
improvisó un personal que se les denominó Auxiliares geómetras, nombre en desacuerdo con las
materias exigidas en un sencillo examen, pues no figuraban ni las más elementales nociones de
geometría (…)
Hay que tener en cuenta que para efectuar bien el croquizado es preciso alguna preparación
topográfica, aptitud especial, amor al trabajo y buena resistencia física (…) Salvo algunos casos
excepcionales, los auxiliares geómetras mostraron siempre su apatía y despego al servicio y fueron
materia dispuesta a secundar la campaña que se inició para desacreditar el Avance catastral..

Otro documento, sin firma y de la misma procedencia que el anterior, titulado


“Leyes, decretos y órdenes ministeriales más importantes, sobre el Servicio del Catastro de
Rústica”, fechado el 26 de febrero de 1944, con relación a los Geómetras, se dice:

Se creó, para efectuar el período geométrico, el Cuerpo de Auxiliares geómetras, personal


improvisado sin afición al campo y contratado solo por diez años, que desde el primer momento no
sentían cariño por el servicio que llegaron a desprestigiar.

Durante todo este tiempo la voz de los Geómetras también se hizo sentir. De ello se
conservan algunos testimonios. Entre éstos un documento, bajo el escudo y membrete de la
Asociación General de Ayudantes y Auxiliares de los Cuerpos de Ingenieros Civiles del
Estado, de la que eran miembros, titulado ASPIRACIONES DEL CUERPO DE GEÓMETRAS DEL
CATASTRO, fechado en noviembre de 1922. Está estructurado en cinco “notas”, con el
siguiente contenido:

La Nota Primera hace historia de la creación de la plantilla y cómo por una R.O.
dictada setenta días después se les considera con vida temporal, señalando seguidamente
que la Ley de Funcionarios y su reglamento estima nulo todo nombramiento de carácter
temporero. Los Geómetras del Catastro esperan de la superioridad que al estudiar su caso,
con el detenimiento que merece por afectar a 387 individuos, acuerde se les considere
estables al servicio del Estado.

En las “Consideraciones” a esta Nota Primera se dice que los exámenes de las
primeras oposiciones terminaron en mayo de 1918, habían concurrido más de 3.000
opositores y quedaron sin cubrir 44 de las 540 plazas convocadas. “No serían tan fáciles
por tanto los ejercicios de oposición” y aunque no se exigió título académico más del 50%
de los Geómetras actuales lo poseen. Prosiguen las consideraciones:

En 15 de julio de 1918 se expidieron los títulos a los aspirantes aprobados y en 2 de septiembre se


les ordena que se posesionen de sus destinos. En 22 de julio del mismo año se promulga la Ley de
Bases que suprime los temporeros anulando cuantos títulos se expidan a partir del 24 del mismo mes
y colocando de modo definitivo a los existentes (…) para aludir la nulidad de los títulos se expiden
con nueve fechas de antelación a la señalada por la Ley y para evitar su aplicación se toma como

169
base la fecha de la toma de posesión, considerando que los Geómetras no eran hasta entonces
funcionarios

En la Nota Segunda se suplica a la Superioridad acuerde declarar de carácter


técnico el Cuerpo de Geómetras del Catastro. En las “Consideraciones” al respecto
destacan, entre otras, las siguientes razones:

3.ª Por los conocimientos especiales que poseen y por la misión difícil y compleja que desempeñan,
y
4.ª Porque la característica que sirve para distinguir al Cuerpo Auxiliar según la Ley de Bases, es la
posibilidad de sustituir en la función a un individuo por otro sin necesidad de preparación previa que
le capacite, y esto es tan imposible en la labor ejecutada por los Geómetras que, aún después de
poseer los conocimientos especiales que se requieren para la oposición (…) se precisa efectuar
prácticas durante varios meses.

En las Notas Tercera y Cuarta suplican aumentos en el sueldo y dietas.

Con fecha 25 de marzo de 1924 elaboran dos documentos importantes:

1. DEFICIENCIAS DEL AVANCE CATASTRAL que presenta el Cuerpo de GEÓMETRAS


201
DEL CATASTRO a la COMISIÓN REORGANIZADORA DE DICHO SERVICIO, en virtud
del art. 4.º del Real decreto de 17 de febrero de 1924.

Su comienzo no puede ser más demoledor:

El Avance Catastral (…) a pesar de un presupuesto anual de diez millones de pesetas (…) de tener
120 Ingenieros Agrónomos con 300 Peritos Agrícolas; en la pésima dirección dada por la Central
(…) se ha hecho del Avance de Catastro una institución cuyo fin y cuyo resultado práctico es una
injusta repartición del impuesto sobre la tierra. Ahí están las justas protestas de las Cámaras
Agrícolas y…los Diarios de sesiones de las Cortes con la crítica (…) de esta funesta obra.

Más adelante afirma que “el Avance que se hace no es el ordenado por la Ley de
1906 y enumera, seguidamente, una serie de artículos de la Ley que están siendo
incumplidos” y que:

El Avance hecho en España no es el ordenado por la ley de 23 de marzo de 1906 (…); él es, pues,
un nuevo amillaramiento que ha costado a la Hacienda más de cien millones de pesetas y que al
hacer el Catastro parcelario para nada servirá 202.

2. El segundo documento fechado el 25 de marzo de 1924 consiste en unas BASES


para un proyecto de CATASTRO PARCELARIO que presenta el Cuerpo de
GEÓMETRAS DEL CATASTRO a la COMISIÓN REORGANIZADORA DE DICHO
SERVICIO, en virtud del artículo 4.º del Real decreto de 17 de marzo de 1924.

Se trata en este caso de un extenso trabajo de 25 folios. Consta de una “Exposición”


según la cual en el proyecto de Bases que se presenta, “se parte de los siguientes principios
científicos admitidos como axiomas en las concepciones modernas”:

I.- El Registro Territorial debe basarse sobre una mensuración matemática oficial de las
propiedades.

201
Por lo que se lleva visto los Auxiliares Geómetras se autodenominaban Geómetras aún en comunicaciones
oficiales.
202
Pág. 3 del documento comentado.

170
II.- La mensuración matemática de las propiedades y el Registro Territorial son los elementos
indispensables para establecer el Registro Jurídico de la Propiedad, asegurar su protección legal y
reglar las transacciones inmobiliarias.
III.- Conseguido el anterior fin, la movilización de la propiedad territorial es un postulado; el crédito
territorial y el agrícola una sencilla consecuencia; el desarrollo de los demás fines sociales un fin
conseguido inmediatamente.

Se han seleccionado otros párrafos de esta “Exposición”, que dan idea del alcance
de este ambicioso proyecto, que aborda cuestiones jurídicas, técnicas y políticas:

En el proyecto que se presenta se somete a un nuevo régimen jurídico la propiedad territorial; en


él se establece la inscripción obligatoria en el Registro Jurídico como único título legal de la
propiedad (…)
En la parte técnica estamos absolutamente identificados con los procedimientos del Instituto
Geográfico, si bien hemos modificado algunos detalles de esos procedimientos adaptándolos a las
experiencias y ordenanzas que sobre este particular tienen adoptadas otras naciones que ya poseen
buenos Catastro parcelarios (…)
Creemos que los bienes que reparte el Catastro parcelario deben aplicarse por igual a todos los
ciudadanos terratenientes y consideramos un error y hasta una injusticia conceder estos a los más
afortunados por la calidad de su patrimonio territorial (…) parece ser que el Directorio, al implantar
un Catastro parcelario en las zonas ricas y fértiles, lo hace con vistas a una política fiscal, o por lo
menos esta preferencia puede suscitar recelos que es preciso evitar.

Este último párrafo no puede ser más revelador: los Geómetras se atreven a hacer
propuestas políticas, criticar y hasta dar consejos al Directorio (militar aún en aquellas
fechas).

La descripción detallada del procedimiento que proponen se expone en 105 BASES,


estructuradas en varios Capítulos titulados:

- Objeto del Catastro parcelario y Principios fundamentales en que ha de fundarse su organización.


- Deslindes jurisdiccionales.
- Deslindes parcelarios.
- Identificación jurídica.
- Operaciones de evaluación.
- Conservación del Catastro parcelario.
- Aplicaciones del Catastro Parcelario.

La entidad de este trabajo produce, cuanto menos, un sentimiento de admiración.


En primer lugar por la capacidad de reacción que tuvieron los Geómetras, Cuerpo que
ocupaba el nivel retributivo más bajo del Ministerio de Hacienda, para elaborar un
documento de esta envergadura en poco más de un mes (del 17 de febrero203 al 25 de
marzo de 1924). Este sentimiento se incrementa cuando leemos el texto del Real decreto
del 16 de febrero, cuyo artículo primero comienza diciendo:

Se crea una Comisión para que en el plazo de tres meses, a partir de su constitución proceda a
estudiar y recopilar lo legislado acerca del particular y redacte un proyecto para acometer la
ultimación, en corto plazo de tiempo, del Catastro de rústica y urbana en las zonas ricas y fértiles de
la Península.

203
Fecha de publicación en la Gaceta.

171
172
VII. REFORMAS CATASTRALES DURANTE EL DIRECTORIO MILITAR

1. DE LA DICTADURA A LA REPÚBLICA

En el ámbito europeo, superada en 1923 la crisis económica de posguerra, a los


años siguientes hasta 1929 se les denominó “época de prosperidad”, aunque debe tenerse
en cuenta que hasta 1925 Europa no alcanzó el nivel de producción de 1913. Por otra parte,
en este período denominado “prospero”, el paro se mantuvo a niveles elevados. En el plano
político, a partir de 1925, la reconciliación franco alemana y la admisión de Alemania en la
Sociedad de Naciones, fundada en 1919, parecen abrir una nueva era de paz.

La democracia parlamentaria es atacada en dos direcciones. Para unos es el


instrumento de dominación de la burguesía. Para otros, al revés, es un sistema débil,
incapaz de resistir victoriosamente los embates del bolchevismo. Además de su
significación contrarrevolucionaria, la dictadura pretende a veces ser el instrumento
necesario de una modernización rápida del país.

La sociedad española sigue una evolución comparable aunque original. A pesar del
conocido párrafo del Preámbulo del primer decreto creando un Directorio militar (15
septiembre de1923): “era y sigue siendo nuestro propósito constituir un breve paréntesis en
la marcha constitucional de España.”, la Dictadura no representa ningún “paréntesis” en la
historia de España, en 1930 España sigue siendo la misma de antes, sin que se hubiese
producido ningún cambio de naturaleza en las relaciones sociales, ni en el contenido social
del poder estatal.

Eso sí, la fecha de 1923 coincide con un cambio coyuntural importante: el principio
de la reactivación después de la crisis de 1920-21. La prosperidad del periodo dictatorial es
innegable, pero la agricultura –salvo algunos productos, como la patata, que duplican su
producción- queda estancada, no lográndose aumentos de rendimientos ni de la superficie
cultivada. El éxodo rural viene a ser el principal elemento de reestructuración del sector,
del 57% de la población activa total en 1920, llegaría en 1930 al 45%.

La dictadura, a pesar de su vocabulario, no fue ni revolucionaria ni, al revés,


restauradora de un sistema social a punto de derrumbarse. La sublevación de Primo de
Rivera a finales del verano de 1923, tuvo lugar como reacción contra un gobierno y una
política determinados. El deterioro de las relaciones entre el gobierno y los militares se
acentúa en 1923 con la depuración de responsabilidades por el desastre de Annual.

Documentalmente no hay pruebas de una confabulación expresa del monarca con


los generales sublevados. Sin embargo, su actitud en los últimos años, y más aún su
actuación en las horas del golpe de Estado, le responsabilizan directamente con el éxito del
golpe.

En una primera fase, cuatro generales: Cavalcanti, Berenguer, Saro y Dabán


acuerdan imponer una rectificación de la política marroquí y, para lograrlo, sustituir por
un gobierno dictatorial de militares los débiles gobiernos apoyados en políticos. La
participación en el golpe del capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, iba a
alterar el proyecto inicial y, lo que se apuntaba como una rectificación de la política
marroquí, llegó a ser un proyecto más ambicioso de cambio político. En la noche del 12 al

173
13 de septiembre, Primo de Rivera se apoderó de la ciudad de Barcelona proclamando el
estado de Guerra, el día 13 publica su Manifiesto en los periódicos barceloneses. Dimitido
el gobierno, Alfonso XIII llama a Primo de Rivera, todavía en Barcelona, para que se
encargue del Poder.

Miguel Primo de Rivera

En la clase obrera de inmediato brotaron reacciones de defensa contra la violación


de la legalidad. En Bilbao, el día 13, fueron a la huelga general obreros comunistas y
algunos socialistas. En Madrid, el Partido Comunista de España y la Federación local de la
CNT llamaron a la huelga general el día 13, el manifiesto de la UGT y PSOE, que pretende
“aislar la sedición”, es seguido el día 15 de una nota que pone en guardia “contra
movimientos estériles que puedan dar motivo a represión”.

Los republicanos se niegan a colaborar, pero no pueden organizar resistencia u


oposición. Dentro de los grupos de la “vieja política”, sólo se levantan las voces de
Antonio Maura, Romanones y pocos más. El Debate de Herrera Oria declara al régimen
“ilegal pero necesario”.

174
El Real Decreto de 15 de septiembre de 1923, en su artículo 3, concentra todo el
poder en Primo de Rivera con la única restricción del refrendo regio; el Real Decreto de 21
de diciembre “prohíbe el despacho directo del monarca con ninguno de los miembros del
Directorio a excepción del presidente”. En una sucesión de Reales Decretos “con fuerza de
ley” desaparecieron el Consejo de Ministros y las correspondientes carteras, se
suspendieron las garantías constitucionales, se destituyeron los gobernadores civiles,
sustituidos por gobernadores militares. El día 15 de septiembre eran disueltos el Congreso
y la parte electiva del Senado, el 30 los concejales son sustituidos por Juntas de Asociados,
el 21 de octubre se instalaban en las cabezas de partidos judiciales un militar como
delegado gubernativo. En la Subsecretaría de Gobernación y en la Dirección general de
Seguridad habían sido nombrados dos expertos en represión, los generales Martínez Anido
y Arlegui.

En la Dictadura de Primo de Rivera se distinguen dos períodos: el Directorio militar


(1923-1925) y el Directorio civil (1925-1929).

Concentrado todo el Poder en las manos del Dictador, la cuestión de la


representación nacional siempre resultó espinosa para la Dictadura. La solución adoptada
en los primeros meses fue el sistema de las “audiencias” que concedía el dictador a
cualquiera que se la pedía, al mismo tiempo el nuevo régimen intenta crear una
organización destinada a suscitar y encauzar un movimiento de opinión favorable a la
Dictadura, de este modo, a instancias de Ángel Herrera, director de El Debate, a partir de
octubre de 1923 fue elaborándose una “organización ciudadana” que desembocó en la
creación en Valladolid de una Unión Patriótica Castellana. Mientras se organizan las
correspondientes Uniones, en abril, Primo de Rivera invita a los gobernadores y delegados
gubernativos a coadyuvar a su desarrollo.

A finales de septiembre de 1923, Calvo Sotelo, ex secretario político de Antonio


Maura, especialista en administración local, se entrevista con Primo de Rivera que, en
diciembre, le ofrece la Dirección general de Administración Local. El 4 de marzo de 1924
se promulga el ESTATUTO MUNICIPAL, que refleja el ideario de Calvo Sotelo y no el de
Primo de Rivera o de los jefes militares. Como su aplicación suponía elecciones y la Unión
Patriótica no llegó a tener fuerza suficiente, el Estatuto no tuvo vigencia. Un año más tarde,
el 12 de marzo de 1925, se promulgaba un ESTATUTO PROVINCIAL que obedecía a las
mismas directrices.

En el otoño de 1925, a Primo de Rivera se le presenta la oportunidad de aprovechar


el impacto del éxito en Marruecos para conservar el Poder, pero ni puede seguir
apoyándose en militares, ni se atreve a la prueba de las elecciones. No le quedaba otra
salida que mantener el estado de “excepción” retirando a los militares sus
responsabilidades políticas. Es lo que dicta el Real Decreto de 3 de diciembre de 1925, que
establece un Consejo de Ministros bajo la presidencia de Primo de Rivera. Éste declaró que
se trataba de una dictadura “civil y económica”.

En lo político, en el gobierno civil del 3 de diciembre de 1925 se marcaba una


influencia creciente de los colaboradores civiles, principalmente de Calvo Sotelo y
Eduardo Aunós, ascendidos a los ministerios de Hacienda y Trabajo. En lo económico, las
medidas favorables a la industrialización prolongaban las orientaciones protectoras y
desarrollistas de los políticos constitucionales. En el recuerdo de los contemporáneos y la
historiografía se presentó el período dictatorial como una época de desarrollo y bienestar,

175
cuando en la realidad la política económica del Directorio marchaba al compás de la
coyuntura. Se multiplicaron los organismos asesores o de control en todos los sectores
productivos, lo que no hace más que acentuar las orientaciones nacionalistas y autárquicas
de los gobiernos constitucionales.

El 30 de abril de 1924, a los siete meses de su llegada al poder el Directorio


promulgaba el Real Decreto de Protección de la Industria Nacional, que no hacía más que
ampliar la LEY DE PROTECCIÓN INDUSTRIAL DE 1917, sus primeros beneficiados fueron las
compañías de ferrocarriles y las navieras. Lo que si era nuevo y muy discutido fue la
concesión de monopolios: el de tabacos en Ceuta y Melilla a Juan March (1927); de mayor
alcance, el de teléfonos a la ITT; el monopolio de importación, refinado, distribución y
venta del petróleo, obra de Calvo Sotelo, a CAMPSA en 1927.

Los proyectos hidráulicos se llevaron a efecto por el Conde de Guadalhorce,


ministro de Fomento. Al Patronato del Circuito Nacional de Firmes Especiales, se encargó
la mejora de una red radial de 7.000 kilómetros de carreteras. Además se prosiguió la
construcción de nuevas carreteras del Estado y caminos vecinales. En instrucción pública,
a las 27.000 escuelas de 1922 se añadieron 5.000 más.

Volviendo al campo político, la oposición resultaba desposeída del poder que le


conferían el sistema electoral y la acción parlamentaria. Potencialmente, sólo los partidos
obreros y la Iglesia tenían capacidad movilizadora Sin embargo, los primeros se
desentendieron de la problemática “burguesa” de la democracia parlamentaria y los
católicos, al aportar su adhesión al régimen, perdieron su capacidad de acción.

Si dejamos de lado al Ejército y la Corona, el apoyo político a la Dictadura se


redujo al maurismo y la derecha católica. El maurismo estaba dividido, en la línea legalista
de Maura, se seguirá defendiendo la vuelta al régimen constitucional, destacando la figura
de José Sánchez Guerra. En la franja más autoritaria, apoyando al régimen e incluso
aportando su colaboración activa, encontramos a Calvo Sotelo y Severino Aznar.

A pesar de sus éxitos inmediatos, la Dictadura decepcionó a muchos. La no


aplicación del nuevo sistema electoral, previsto en los estatutos Municipal y Provincial
aleja a algunos elementos de la Asociación Católica de Propagandistas (ACNP) como Gil
Robles. La clase empresarial recibe con desagrado la fiscalización que supone la política
de Hacienda de Calvo Sotelo.

Los numerosos desterrados en Francia alimentan polémicas y alientan la esperanza


de derrocar al régimen. Allí habían llegado Alba y Unamuno, Domingo y Maciá. A partir
de 1927, Miguel de Unamuno comenzará a publicar, en colaboración con Eduardo Ortega
y Gasset sus Hojas Libres, que tanto irritarán al Dictador. En febrero de 1926 se estructura
una Alianza Republicana que reúne a Azaña, M. Domingo, Lerroux, Ortega y Gasset,
Marañón y Blasco Ibáñez, que se adhieren al proyecto de pronunciamiento militar
preparado por el coronel Segundo García y encabezado por los generales Weyler y
Aguilera. El 24 de junio de 1926 se aborta el intento de asalto a la capitanía general de
Valencia, produciéndose el estrepitoso fracaso de la “Sanjuanada” que pone de relieve la
escasa y dispar oposición al régimen.

A partir de 1927 la conflictividad social y el paro aumentan. El PSOE y UGT salen


de su neutralidad y apelan a un cambio a favor de la república y la democracia. La nueva

176
generación estudiantil acogió con entusiasmo las ideas radicales-socialistas, Federación
Universitaria Escolar (FUE), aglutina estas fuerzas juveniles. Mientras, el gobierno resistía
a base de detenciones, suspensiones y medidas de carácter más policiaco que político.

En esta situación, el rey intentó deshacerse del general con el apoyo de la oligarquía
financiera y la aristocracia, proponiendo a Primo de Rivera retirarse para que se
constituyera un gobierno de transición dirigido por el duque de Alba, que el general
rechazó. Al mismo tiempo, un nuevo pronunciamiento se prepara para el 28 de enero de
1930, al que Primo de Rivera se anticipa, pero esta vez, a diferencia de 1923, la respuesta
es negativa y el 30 de enero presenta su dimisión. El rey encarga al general Dámaso
Berenguer, jefe de su Casa Militar, la constitución de un nuevo gobierno.

La identificación de la Dictadura con el rey hace dudar de su voluntad de promover


la vuelta a la Constitución y más aún las reformas pendientes desde, al menos, 1917.
Varios políticos, antes favorables a la monarquía, se apartan abiertamente de ella: Miguel
Maura, Niceto Alcalá Zamora, Sánchez Guerra… Esta derecha liberal, representativa de la
burguesía moderada, no arrastraba con ella ninguna base social organizada. El PSOE y la
UGT iniciarán un viraje a favor de la República. A la movilización política se unía la
tensión social causada por una grave crisis de trabajo, al tiempo que el comercio exterior,
tanto de exportación como de importación, marca un notable retroceso.

Entonces, Romanones y Cambó, ambos representantes de la oligarquía financiera


proponen una solución: la elección de Cortes constituyentes, pero precedidas de elecciones
municipales y provinciales. La elección tuvo lugar el 12 de abril, los republicanos triunfan
en 41 de las 50 capitales, el 14 de abril de 1931 se proclama la República204.

En la tarde del mismo 14 de abril, Alfonso XIII redacta su renuncia:

Las elecciones celebradas el domingo, me revelan claramente que no tengo hoy el amor de mi
pueblo. Mi conciencia me dice que ese desvío no será definitivo, porque procuré siempre servir a
España (…)
Soy el rey de todos los españoles y, también, un español. Hallaría medios sobrados para mantener
mis regias prerrogativas, en eficaz forcejeo con quienes las combaten. Pero, resueltamente, quiero
apartarme de cuanto sea lanzar a un compatriota contra otro, en fratricida guerra civil. No renuncio a
ninguno de mis derechos, porque más que míos son depósito acumulado por la Historia, de cuya
custodia ha de pedirme, un día, cuenta rigurosa 205.

204
Historia de España, dirigida por Manuel Tuñón de Lara, Tomo IX, La Dictadura, por Pierre Malerbe,
pp.11-100.- Ed. Labor S.A., Barcelona1992.
205
ABC, 17 de abril de 1931, pág. 1.

177
2. LA DICTADURA Y EL CATASTRO

2.1. ANTECEDENTES

Algunos de los antecedentes que determinaron la política catastral de la Dictadura


aparecen analizados con rigor por el eminente Ingeniero Agrónomo Enrique Alcaraz
Martínez206 en su obra El Catastro Español. El autor, conocedor profundo del Catastro,
donde desarrolló la mayor parte de su carrera y ocupó cargos relevantes, inicia su
exposición mostrando como los trabajos del Avance catastral habían llegado “a desarrollos
indicadores de plena madurez”, alcanzando, desde que pudieron utilizarse los créditos
concedidos por la ley de Autorizaciones de 1917, un promedio anual de millón y medio de
hectáreas y 235 términos municipales.

El Centro directivo del Catastro, la Subsecretaría del Ministerio de Hacienda,


centro regido “por personal político de avenida, y sin solvencia técnica responsable; y bajo
la obsesión de los aumentos tributarios”, adoptó como regla de conducta el no resolver
reclamación alguna que, suponiendo baja contributiva, no estuviera compensada
ampliamente por aumentos correlativos; criterio que se extendió también hasta la
aprobación de los Avances. Trascendió pronto a los contribuyentes, y sobre todo a los
perjudicados por el Avance, esta norma de conducta, con la alarma consiguiente, que fue
generando un estado de opinión desfavorable, sobre todo entre los agricultores influyentes
y dueños de la llamada gran propiedad. No es menos cierto que la colaboración de los
contribuyentes, solícitamente requerida en el Reglamento para los trabajos fue nula o de
escasísima eficacia.

En su relato, Alcaraz explica como esa inquietud trascendió hasta el Parlamento,


dando lugar a debates acalorados, como el ocurrido en la sesión del 26 de junio de 1923, a
menos de dos meses y medio del “pronunciamiento”, entre el ministro de Hacienda y un
significado diputado, que llevaba la voz cantante de la gran propiedad andaluza, quien, en
el planteamiento de una pregunta, afirmó:

Que habían originado una protesta amplia (…) de todos los extremos de España en donde el
Avance catastral va marchando (…) y no está el defecto principal en la manera de realizar los
trabajos (el personal técnico), es que principalmente esos yerros proceden del departamento que
dirige S. S. con las disposiciones y orientaciones que la Dirección de Catastro viene prodigando.

La pregunta se convirtió en interpelación en sesión de 11 de julio siguiente. De ella


son los siguientes párrafos:

La propiedad rústica en España está indefensa contra las demasías del Catastro (…) y cuando llega
al Centro directivo la reclamación del labrador perjudicado, o no se le contesta o se le asfixia con
una serie de Reglamentos, Reales decretos, Reales órdenes, circulares e instrucciones (…) esa
gigantesca araña del Catastro va tejiendo sus redes y sus mallas donde queda prisionero el labrador
español y va produciendo la ruina en regiones enteras.

Más adelante dice que el Catastro ha creado en España tres castas de


contribuyentes: los del amillaramiento (todavía en el goce de sus benévolas valoraciones,
pudo añadir), los que vieron catastradas sus fincas antes de la gran guerra europea y los
que las vieron después. Sobre la ausencia de las Juntas periciales en los trabajos catastrales,
cita el interpelante hechos pintorescos, dando lectura además a una mal aconsejada carta
206
Enrique Alcaraz Martínez, ob. cit., pp.220-230.

178
del Subsecretario de Hacienda, publicada en un periódico agrario, según la cual no tiene
obligación el personal técnico de buscar a la Junta pericial. Juzga el interpelante que debe
suponerse que el personal ha procedido según ese criterio, que como es totalmente opuesto
a la ley, imprime a todo el trabajo vicio de nulidad.

En su respuesta, calificada de gallarda por Alcaraz, el ministro decía que entre otros
tópicos del ideario económico de buen número de españoles, ha figurado en lugar
preeminente el de las grandes ocultaciones de la riqueza territorial; y ahora que el Avance
de Catastro va descubriéndolas, se requiere llenar de oprobio al servicio que lo ejecuta:

Os llamo la atención señores diputados, sobre lo que se dice de los enormísimos errores, de las
iniquidades, hasta de los crímenes, porque se habla de falsificaciones en las operaciones catastrales
(…) Ya quisiéramos que en otras esferas de la Administración y de la vida nacional, dada la magnitud
del trabajo, no hubiera más que esos errores o faltas.

Cierto es también que estaba inédito el proceso para convertir el Avance en


Catastro definitivo y oscura como queda en la Ley de 1906 la atribución de la iniciativa
para ejecutar esa parte complementaria de la gran obra, el ministro de Hacienda debió creer
seguramente que a su departamento sólo correspondía la del Avance, que además llenaba
plenamente las aspiraciones tributarias, únicas que a él le correspondían en el Catastro; que
todo lo que fuera distraer créditos del Avance, cuyos frutos eran prontos y seguros, para
invertirlos en el Catastro definitivo, era restar refuerzos importantes del presupuesto de
ingresos.

¿A qué departamento ministerial podía interesar, pues, la conversión del Avance


catastral en Catastro definitivo? Al llamado entonces de Gracia y Justicia, muy poco o
nada. La Ley de 1906 descuidó lo de los deslindes parcelarios, y sin ese precedente
ineludible no ha de tener gran fuerza probatoria legal un plano de polígono topográfico
cubierto con la red parcelaria. La única entidad interesada en el Catastro definitivo, y sólo
con interés profesional, era el Instituto Geográfico, que siguió considerándose titular y
titular único de los trabajos topográficos del Catastro. Natural esta aspiración, y legítimos
sus deseos de mayor intervención en el Catastro, encontraron acogida, quizás demasiado
cordial, en la mentalidad castrense del todopoderoso dictador, que además complacía con
ello a buen número de adeptos políticos y aun de camaradas profesionales. Lo cierto es que
no consta tampoco que por parte del Instituto Geográfico se intentara en serio y a la luz del
día la ejecución de dicho Catastro mediante sus propios créditos legislativos, ni la demanda
de que éstos se ampliaran con dicho fin.

Y no fue sólo el personal del Instituto Geográfico el descontento por la orientación que se había
dado al Avance; también el personal facultativo de otra especialización, con evidente derecho a
intervenir en las valoraciones catastrales, injusta e impolíticamente preterido, hubo de sentirse, por
consiguiente, lastimado por la conducta de la Subsecretaría y realizó campañas de prensa contra el
sistema y sus ejecutores, todo lo cual debió influir en las determinaciones dictatoriales.
Y en plan de reseñar, aunque a la ligera, las diversas causas que condujeron al Decreto de 16 de
febrero de 1924, creador de la Comisión de Catastro (…) debe reseñarse también algunos Cuerpos
auxiliares de los creados en el Ministerio de Hacienda para colaborar en el Catastro, cuya
terminación en sólo diez años, contribuyeron en la medida de sus posibilidades al descrédito del
sistema207.

207
Ibidem. pp. 229-230.

179
Aunque Alcaraz, por su proverbial discreción y proximidad a los hechos, cuando
escribe su obra no lo diga expresamente, está aludiendo a los Ingenieros de Montes y
Geómetras208.

En los anteriores párrafos se ha asistido a la descripción, por parte de Alcaraz, de


una serie de circunstancias que habrían de motivar las decisiones de Primo de Rivera sobre
la cuestión catastral, al tiempo que nos ha presentado a los arquetipos de personajes que
protagonizarían los debates de la Comisión creada por el Real decreto de 16 de marzo de
1924, a una de cuyas sesiones se tendrá acceso en el epígrafe que sigue.

2.2. DISPOSICIONES SOBRE CATASTRO DURANTE LA DICTADURA

Tras su triunfo el 13 de septiembre de 1923, las primeras actuaciones del Directorio


militar con relación al Catastro no tardarían en producirse. Las críticas de la gran
propiedad contra el Avance catastral fueron asumidas por la Dictadura. En este sentido se
reproducen algunos párrafos de la obra de Pro:

La campaña de oposición al avance catastral llevada a cabo por los grandes terratenientes en 1922-
1923 enlaza directamente con la política que en este terreno iba a emprender la dictadura en los
meses siguientes (…) las Cámaras agrícolas de Sevilla y Córdoba tuvieron un protagonismo
destacado, pero también participaron cámaras y asociaciones de agricultores de otras provincias de
España (…)
Las críticas anteriormente vertidas contra los trabajos del avance catastral no tardaron en
convertirse en la postura oficial del nuevo régimen (…) los adversarios del catastro en España, al
tiempo que fijaban un programa de resistencia que conservaría su validez hasta nuestros días. Lo
esencial de dicho programa era la acumulación de protestas individuales, denuncia de errores
cometidos por las oficinas catastrales en las evaluaciones de tal o cual parcelas (…) la repetición de
una serie de lemas de fuerte impacto, que se resumían en la tesis del fracaso del avance catastral. En
este sentido la campaña anticatastral de los años veinte tiene todo el aspecto de una campaña de
propaganda política moderna.

Dos semanas después de la instauración del Directorio, el 29 de septiembre de


1923, el general Primo de Rivera estampa su firma en el primer decreto sobre cuestiones
cartográficas, en que se trataba la cuestión del Catastro. En éste se nombraba una comisión
encargada de unificar los trabajos geográficos, topográficos, catastrales y estadísticos.

La unificación era una forma de poner todos los trabajos de cartografía bajo la dirección del
ejército (…) En particular el catastro era considerado en el preámbulo del decreto como uno más de
los mapas especiales, que debía incluirse en un plan cartográfico global administrado por los
militares (…)
Aquella comisión (…) no pudo dejar de reproducir las discrepancias existentes en el seno de la
Administración y el conflicto de intereses que enfrentaba a los partidarios del avance catastral y a
sus adversarios. Incapaces de ponerse de acuerdo, los vocales elevaron al directorio dos proyectos
con igual número de firmantes (…) un proyecto de ley de bases (…) que defendía la postura
mantenida por Paulino Martínez Cajén y el Instituto Geográfico, es decir concentrar todos los
trabajos catastrales, tanto evaluatorios como geográficos, en un nuevo centro administrativo (que no
podía ser otro sino una versión más o menos modificada del propio Instituto Geográfico); el otro
proyecto de ley de bases (…) recogía el punto de vista de José Andrés de Oteyza y de los servicios

208
Para conocer la posición de los Geómetras, véase en el epígrafe Los Geómetras del Catastro, del capítulo
anterior, Deficiencias del Avance catastral que presenta el Cuerpo de Geómetras del Catastro a la Comisión
reorganizadora de dicho servicio, en virtud del art. 4.º del Real decreto de 17 de febrero de 1924.

180
catastrales del Ministerio de Hacienda, es decir, mantener separados los trabajos evaluatorios
catastrales, que seguirían siendo responsabilidad de las autoridades fiscales 209.

Con carácter exclusivo, el Directorio Militar aborda la cuestión Catastral a través de


un nuevo Real Decreto, fechado el 16 de febrero de 1924 y publicado en Gaceta de Madrid
del día siguiente, en el que se recurre de nuevo al nombramiento de una comisión. Se
destacan sus materias sustanciales y aspectos de utilidad para los objetivos de este trabajo.

En la Exposición del decreto se insta a la Comisión a no olvidar “lo dispuesto en el


artículo 41 de la ley de 23 de marzo de 1906 y procurando dar cabida en los trabajos a los
funcionarios civiles y militares que por las reformas de la Administración que puedan
llevarse a cabo resulten excedentes o disponibles (…) y procurando aprovechar los trabajos
hechos hasta el día”. Se ha visto anteriormente, en la Moción de la Asociación de
Ayudantes de 25 de mayo de 1925, y se volverá a ver más adelante, como este párrafo
sería utilizado de forma decisiva contra las disposiciones del Real Decreto ley de 3 de abril
de 1925. En cuanto al articulado del decreto:

Artículo 1.º Se crea una Comisión para que en el plazo de tres meses, a partir de su constitución,
proceda a estudiar y recopilar lo legislado acerca del particular y redacte un proyecto para acometer
la ultimación, en corto plazo de tiempo, del Catastro de rústica y urbana en las zonas ricas y fértiles
de la Península, llegándose en ellas al parcelario (…)
Artículo 2.º Formarán la Comisión: Presidente, el Subsecretario de Fomento, con la facultad de
delegar en el Vicepresidente; Vicepresidente, el Inspector General de Cartografía; Vocales,
representantes de los siguientes organismos: Dirección general de Agricultura y Montes, del
Instituto Geográfico, del Depósito de la Guerra, de los Servicios Técnicos del Catastro de urbana y
rústica del Ministerio de Hacienda, de la Dirección general de Administración local, de todas las
Cámaras Agrícolas de la Península y de las Cámaras de la Propiedad Urbana, designados por
votación entre éstas. Un Ingeniero Agrónomo, otro de Montes y un Arquitecto de los que prestan
servicios en el Catastro, designados por votación de todos los demás; un Ingeniero Geógrafo,
elegido en igual forma; un Jefe del Servicio de Aviación, especializado en levantamientos
topográficos desde el aire; un Registrador de la Propiedad, designado por el Ministerio de Gracia y
Justicia…
Artículo 4.º A partir de la fecha de constitución de la Comisión, y durante el plazo de un mes, se
abre ante ella una información pública, por escrito, a la cual podrán acudir cuantas Corporaciones y
particulares lo deseen, exponiendo sus ideas o las deficiencias observadas hasta el día en los trabajos
actuales (…)
Artículo 8.º La Comisión se reunirá, lo más tarde, a los ocho días de la publicación de este
Decreto.

Con relación a este Real decreto, se recoge la opinión que merece a Enrique
Alcaraz:

El texto de la exposición, así como el del Decreto, anodino e insustancial, parece a veces, aun así,
inspirado en la interpelación parlamentaria antes reseñada; pero sobre todo denota el cuidadoso
empeño puesto por su autor en no considerar como trabajo hecho y trabajo importante el realizado
ya a la sazón en régimen de Avance, trámite catastral que no se nombra ni en la exposición ni en el
texto del Decreto.

Analizando la composición de la Comisión escribe Alcaraz:

En total, diecinueve vocales, incluido el presidente; de ellos:


Cinco eran de especialización cartográfica.
Tres de la técnica agraria especializada en Catastro.

209
Juan Pro, ob. cit. pp. 286, 289-290.

181
Uno de la técnica forestal.
Dos de la técnica urbana.
Tres en representación de entidades agrarias.
Uno de las entidades de la propiedad urbana.
Tres de especialización jurídica.
El perjuicio cartográfico revelado por la mayoría de vocales, con la vicepresidencia, presidencia
efectiva y una secretaría, era evidente (…) También (…) el voto de las Cámaras de la Propiedad
urbana favoreció a un distinguido auxiliar de cartografía210.

Se ignora la fecha de la primera reunión y de constitución de la Comisión, pero se


dispone de un valioso documento titulado ACTA DE LA SESIÓN CELEBRADA EL DÍA 20 DE
MARZO DE 1924 BAJO LA PRESIDENCIA DE DON JULIO ARDANAZ, y que debe ser una copia
de ésta, que se inicia: “Abierta la sesión a las 5 y 30 minutos de la tarde se leyó el acta de
la anterior celebrada el día 13 del actual (…)”, con esto se puede presumir una periodicidad
semanal en las reuniones de la Comisión. Este extenso documento, de 42 folios
mecanografiados de forma densa, permite la asistencia “virtual” a una sesión de esta
Comisión, cuyo desarrollo se resume:

Tras una cuestión de procedimiento, que ocupa los dos primeros folios y se refiere a
la forma de redacción de las actas: reproducción íntegra, posible gracias a la asistencia de
taquígrafos a las sesiones, o extractada, prevaleciendo esto último, se concede la palabra a
Oteyza. En la copia que se dispone del Acta no constan los nombres y cargos de los
asistentes, por lo que éstos se presumen por el contenido del documento y en algunos casos
no es posible identificarlos.

José Andrés de Oteyza, a la sazón Subjefe del Catastro, debe suponerse que
ocupaba el cargo de Vocal en representación de los Servicios Técnicos del Catastro de
Rústica del Ministerio de Hacienda, comienza su intervención diciendo que, “aunque era
un hablador sempiterno, no era orador, porque no sabía dominar la palabra, sino que ésta le
dominaba a él”. No cabe duda de esto porque su actuación ocupa los siguientes once folios
del Acta.

Entra en materia con una detallada descripción de los trabajos de ejecución del
Avance catastral, reconociendo que hay casos de pueblos que colaboran y otros que se
retraen. Acepta que se cometan inevitables errores, pero que éstos se perpetúan cuando los
encargados de subsanarlos, en su descuido y apatía, no ejercen la misión que se les está
encomendada.

Creo que el agricultor está capacitado para comprender todos los documentos catastrales; le creo
insustituible para la realización de un buen Registro (…) que en la actualidad rige el catastro en
2.122 pueblos y afecta a más de un millón de propietarios. Las reclamaciones de pueblos completos
(…) no llegan con mucho ni a los 122 (…). Afirma el Sr. Robles que todos están descontentos, pero
se callaban por no tener fe en la eficacia de su queja. ¡Qué equivocado está el Sr. Robles! (…) los
aquí presentes que se dicen representantes del verdadero agricultor y que lo son más bien del
agricultor influyente y adinerado. Cuando las Cámaras Agrícolas se reunieron en Madrid para
protestar de que no podían pagar los tributos, el Palace rebosaba de representantes y en Madrid se
encarecían los hospedajes de alto precio. (…) afirmo que el Real decreto que aquí nos reúne, ni de
cerca ni de lejos habla de que el Catastro sea una obra que es preciso destruir, antes al contrario, se
indica que hay que terminarla, y a este propósito debo advertir, para los que sienten el ansia de
parcelario, que así como la ley del 6 nos decía a los funcionarios que habíamos de llegar al
parcelario sin distinción de zonas ni regiones, este R. D. nos condiciona por el grado de riqueza
adonde ha de ir el parcelario y donde no (…)

210
Enrique Alcaraz Martínez, ob.cit., pp. 231-233.

182
Ahora voy a hacer un poco de historia (…) Cuanto aquí ocurre es el tercer acto de una obra, y
claro está que los que perdieron los dos primeros no se dan cuenta del porqué de mucho de lo que
ven y oyen. Voy a explicarme.
La aplicación de la ley de 1910 empezó inmediatamente el año 1911, y hasta 1920 nada ocurrió
digno de mención (…) En ese año entraron en tributación (…) términos en que la riqueza era grande
y el amillaramiento insignificante, y por primera vez se presentaron en línea de batalla pueblos y
personajes (…) Se reunieron Asambleas y se elevaron al Gobierno conclusiones, todos contra la
obra catastral, idénticas a las que habéis oído al Sr. Robles (…) Llega al Poder el Directorio y a los
pocos días se desgajan los armarios ante el peso de los alegatos, de las protestas y de las denuncias
(…)
Segundo acto.- Haciéndose eco el Directorio de la opinión de altas personalidades, reúne una
Comisión con el objetivo de simplificar los trabajos topográficos, evitando duplicidades y buscando
la terminación del Mapa de España (…) En aquella Comisión (…) no hubo acuerdo, y se
presentaron al Directorio varios dictámenes que dieron lugar a otro Real decreto aclaratorio, en el
que se decía que se había interpretado mal el primero, que coordinar no es sumar ni absorber y que
cada servicio debía conservar su independencia.
Reunidos de nuevo, ya con la misión bien definida, redactamos una ponencia y con arreglo a ella
se fundó la Dirección de Cartografía que preside nuestro Presidente. Siguieron en Hacienda los
trabajos de valoración e identificación de fincas; en el Instituto Geográfico los de Topografía; en el
Depósito de Guerra los que ejecuta esa respetabilísima institución.
Tercer acto.- En él estamos, volvemos a encontrarnos parte de los Vocales de entonces y otros no
seleccionados precisamente entre los admiradores del catastro. El Directorio (…) nos reúne de
nuevo para que completemos la obra del catastro llegando al parcelario en algunas regiones, no en
toda España como ordenaba la ley de 1906 (…)
Y esto es todo, ya sabéis lo que hay y podréis vislumbrar lo que habrá. Yo, firme en mi puesto, y
creyéndome en posesión de la razón y del derecho (!) sostendré aquí lo que sostuve en la otra
Comisión: que no debemos salir de Hacienda, pero que si, por estimarlo conveniente los demás
compañeros, salimos, hemos de depender del Ministerio de la Guerra, porque estimo que estos
trabajos requieren una gran autoridad para que no resulten una estadística mas 211

Estos párrafos muestran las ideas básicas del Subjefe del Catastro y, de alguna
manera, nos aproximan a su personalidad. Según el texto del Acta, finaliza la intervención
de Oteyza añadiendo que iba a leer unas cuartillas de contestación a las afirmaciones del
Sr. Pando, cosa que no le permitió el Presidente diciendo: “Si seguimos contestando unos a
otros, será el cuento de nunca acabar” Acto seguido concede la palabra al Sr. Robles.

Robles, que debía actuar en representación de la Asociación de agricultores, sin


alcanzar los niveles de Oteyza, tampoco fue breve, su intervención ocupa seis folios del
Acta. Comienza su participación afirmando que “las palabras del Sr. Pando212han
levantado el velo que cubre los grandes daños que el catastro ha causado en la agricultura”.
A continuación protesta de la alusión que le ha dirigido el Sr. Oteyza y más tarde
manifiesta: “Tengo muchos datos, muchos documentos que demuestran que lo que decía el
Sr. Oteyza tal vez se haya mandado desde el Ministerio de Hacienda, pero no es lo que se
ha ejecutado”. Se producen algunas interrupciones de Oteyza, de las cuales protesta
Robles, que prosigue: “voy a procurar demostrar a la Junta que el catastro es una
enormidad y que cuanto mejor sea quien lo haga mayor enormidad ha de resultar”.

La emprende, seguidamente, con los líquidos imponibles y sus componentes, y la


sesión se transforma en un duelo dialéctico Robles-Oteyza, en el que Robles afirma: “Aquí
ha habido una Asamblea de Cámaras agrícolas y ha estado representada toda la agricultura
de España y ha reclamado todo el mundo”. Oteyza responde: “Chillar sí, yo digo reclamar

211
Acta de la sesión celebrada el día 20 de marzo de 1924, folios 5 al 12.
212
Debe referirse a las ideas contenidas en el folleto de éste, cuyas ocho “sentencias” se han reproducido en
el capítulo anterior.

183
ante Hacienda, ejercitar el derecho”. Sigue Robles: “De bastante servía tener derecho en el
antiguo régimen si no se hacía justicia. Si se hubiera hecho justicia, no habría sido
necesario el cambio de régimen (!)”. Volviendo sobre los líquidos imponibles, Robles dice:
“ha habido quien ha hecho líquidos imponibles en la mesa de un café y que si el Sr. Oteyza
se exculpa diciendo „que lo fusilen‟ y va a fusilar a todos se va a quedar sólo”. Para resaltar
las injusticias Robles llega a usar ejemplos tan peregrinos como éste: “en el término de
Alcalá de Henares, donde la revisión de una finca de la Marquesa de Luque sube la
contribución de manera enorme (!)”.

Le sigue en el uso de la palabra el Sr. García Plaza diciendo que confiesa le ha producido
tremenda amargura el discurso leído por el Sr. Oteyza, pues, que es tan grande en extensión, como
pequeño en enjundia. Además el afán del Sr. Oteyza de querer personalizar en él todo lo que
representa Catastro, conduce a que las discusiones sean vivas y tomen caracteres de violencia, para
lo cual no se ha reunido la Comisión.
Después de haber dado la lectura de esa memoria no cabe pensar que si no que en el porvenir, el
primer párrafo de la Historia Sagrada dirá que Dios es un señor infinitamente bueno, sabio,
poderoso, y además ingeniero agrónomo (…)
Y luego, con el alfanje de su elocuencia, no ha dejado títere con cabeza; nadie ha salido libre de su
discurso (…); que los Ingenieros de Montes sólo tienen unas magníficas casas para que veraneen los
políticos; que las Cámaras agrícolas son una especie de bandas de agitadores213. .

Poco más dijo García Plaza en su pobre intervención, de la que no se deduce a


quién representaba y que la ocupó, casi exclusivamente, en atacar a Oteyza. Seguidamente
el Presidente otorga la palabra al Sr. Aragón, que actuaba como suplente de algún
representante de los agricultores, y que también la emprende con Oteyza a quien dice
irónicamente:

Me felicito de la buena opinión que tiene el Sr. Oteyza de los agricultores. Casi tengo la seguridad
de haberle oído quejas del ambiente que rodea al Catastro rústico, del estorbo que representa la
ineducación de los agricultores y su resistencia a cuanto signifique tributación (… ). No soy un
seleccionado de los enemigos del Catastro; no soy un representante de los ricos agricultores, si no
simplemente de los agricultores; no soy un comediante 214.

A continuación interviene Prat, que dice lo hace por haber sido aludido también por
Oteyza:

El Depósito de la Guerra, a quien representa, tiene muchísimo gusto en colaborar en la parte


cartográfica, pero se cree desligado de la parte catastral. Dice que es un Vocal completamente
imparcial (…). No ha pensado jamás en que el Catastro pudiera depender del Depósito de la Guerra,
y ya que se le ha dado pie para ello cree que el Catastro, en su parte valoratoria debe seguir en
Hacienda215.

Le sigue en el uso de la palabra Messeguer, que actúa como Vocal en


representación del Instituto Geográfico:
Dice que le ha parecido algo improcedente lo manifestado por el Sr. Oteyza respecto a la
Dirección general de Cartografía, en primer lugar porque no es Dirección, sino Inspección y
Registro general, que implica un concepto distinto, y en segundo término, porque ha creído ver
cierta amenaza, aunque suave y correcta, que él como representante del Instituto Geográfico no
puede admitir. El organismo que representa depende de Instrucción Pública (…) si se le envía a otro
sitio irá también obedeciendo a los Poderes Públicos, ejemplo que deben imitar todos los

213
Acta de la Sesión, folio 20.
214
Ibidem, folios 22-23.
215
Ibidem, folios 23-24.

184
organismos. Le parece, pues, prematuro hablar de si el Catastro debe pasar del Ministerio de
Hacienda al de la Guerra (…) Quede pues, bien sentado que el Instituto Geográfico y todos los
organismos, él el primero, están a las órdenes del Gobierno, dispuestos a ir donde las conveniencias
de la patria lo exija216.

El Presidente concede la palabra a Zurita, suplente de Huesca y que actúa como


representante de los agricultores, manifestando que interviene para

Exponer el movimiento surgido en Córdoba y Sevilla contra el Catastro (…) En Córdoba, dice, no
teníamos conocimiento ninguno (yo ruego a la Comisión que me crea, que jamás he mentido) de lo
que sucedía (!). En Sevilla llevaban dos años de lucha y protestas cuando se decretó la revisión del
Catastro de Córdoba (…) como se veía que aquello iba a ser la ruina de Córdoba, sin connivencia
alguna con Sevilla, vino la explosión, reuniendo más de 4.000 agricultores (…) y vino la
reclamación colectiva (…) se han rebajado cerca de tres millones y medio del líquido imponible,
que son 560.000 pesetas al año de contribución, y se han rebajado sin presión de ninguna clase, y
está orgulloso el Sr. Oteyza de que sus subordinados lo hayan hecho (…) no quiere hablar contra el
personal del Catastro, porque desde el Sr. Oteyza hasta el último funcionario todos le merecen
respeto, sino que habla contra el sistema (…) Vino este golpe ¡bendito sea! (!). Y nos encontramos
con la desorientación general; pero afortunadamente el Directorio ha tenido la feliz idea de creer que
se debe hacer algo en el Catastro (…) Hay quien me dice ¿cómo con tus ideas avanzadas cooperas
con el Directorio?, ¡Pues no he de cooperar, si el Directorio ha venido a cambiar aquella política
infame que todos estábamos diciendo que tenía que desaparecer!217

Termina su actuación pidiendo una tributación más equitativa, para que no se dé el


caso de que haya algunos pueblos sacrificados y otros beneficiados, porque si no hay
igualdad en las leyes tributarias son inmorales.

El siguiente en intervenir es Ramón Pando diciendo que lo “único que por el


momento le interesa es recoger ciertas manifestaciones del Sr. Oteyza”, que no le entendió
bien cuando habló de las casas forestales. El Presidente le advierte que se había acordado
no tratar de cuestiones personales, por lo que Pando pregunta que si puede contestar a las
imputaciones hechas por Oteyza acerca de asuntos de servicio, para lo que recibe
autorización.

Recogiendo lo expuesto por el Sr. Oteyza de que una de las cuatro Secciones que integran el
Catastro es la de Montes, declara que está autorizado por el Jefe de esta Sección, don Fermín Sanz
Crespo, para decir que no tiene la debida intervención en los asuntos de Catastro; que la mayoría de
los expedientes forestales no se le envían y que en realidad vive aislado 218.

Se produce la réplica de Oteyza y, seguidamente, Pando aborda las cuestiones de


las cuentas de los Ingenieros de Montes; el caso concreto de Huelva; la aprobación de unas
ponencias forestales por un Ingeniero Agrónomo, en contra del Reglamento; los obstáculos
que tienen para clasificar y la extinción de los Ayudantes de Montes, que dice la decretó el
propio Oteyza, entre otros asuntos de carácter interno. La intervención de Pando se
desarrolla entre continuas interrupciones de Oteyza, hasta que el Presidente le ruega a éste
que no lo haga por detalles insignificantes.

216
Ibidem, folio 24.
217
Ibidem, folios 24 a 27.
218
Ibidem, folio 29.

185
Toca el turno de Andrés Massanet219, que actuaba como Vocal en representación de
los Ingenieros Agrónomos, que se manifestó de forma moderada y resultó oportuno en su
argumentación:
Estima que se están ocupando de asuntos que no son realmente el cometido de la Comisión. Ésta
tiene por objeto, en su opinión, preparar un proyecto de transformación del Avance catastral en
parcelario, acompañando el correspondiente presupuesto; coordinar los trabajos de los diferentes
organismos y armonizar las disposiciones vigentes, haciendo una refundición de ellas e introducir
las modificaciones conducentes al fin deseado (…) Manifiesta que lleva desde el año 1896 en el
Servicio catastral al que tiene verdadero cariño (…) Dice que no quiere hablar de los asuntos de
Sevilla por estar ausente el Sr. Huesca, porque no sería correcto tratarlos no estando presente dicho
señor que tuvo el buen gusto y la gentileza de declarar que se dejaba las quejas en la puerta y venía a
laborar con altura de miras (…) Respecto a la cuenta sintética de que hablaba el Sr. Robles, he de
decir que muchos no tienen conciencia de por qué reclaman. Reclamo, dicen porque se ha subido un
200 por 100. Ha habido pueblo en la provincia de Sevilla que ha aumentado un 1.300 por 100, ¿pero
saben ustedes cuánto tenía de líquido imponible por rústica y pecuaria? Una peseta sesenta
céntimos220.

Aborda la cuestión de los líquidos imponibles, indicando que algunos de los que
reclaman se fijan únicamente en la renta y explica sus componentes con un ejemplo
bastante afortunado, afirmando seguidamente: “Lo que sería justo es que hubiera, como
sucede en las cédulas personales, un impuesto progresivo”.

Toma la palabra Paulino Martínez Cajén, del Instituto Geográfico, “para recoger
una alusión del Sr. Oteyza referente a la Comisión de unificación de los trabajos
topográficos, geográficos, catastrales y estadísticos”. De esta Comisión, constituida en
virtud del Real decreto de 29 de septiembre de 1923, ambos formaban parte y capitaneaban
posiciones encontradas. En su intervención, Martínez Cajén, expresa:
Ha dicho el Sr. Oteyza que esa Comisión se había equivocado en su primer informe por emitirlo
en el sentido de que todos esos trabajos debían realizarse bajo un solo mando, con una única
dirección (…) Por su parte está convencido de que debe procederse conforme al R. D. y no se
explica como puede decir el Sr. Oteyza, que por hacerlo así, se han equivocado. Agrega que lo dicho
por el Sr. Oteyza respecto de dicha Comisión es parecido a la verdad, pero que nada hay que se
acerque menos a la verdad que una cosa parecida. La verdad a medias –exclama- es la mayor
mentira (…) Califica de incorregible en ciertos asuntos al Sr. Oteyza, pues en aquella Comisión,
siempre decía: “Aquí no se permiten absorciones, continuamente hablaba de la absorción, y no había
tal, porque lo que proponía el Instituto Geográfico, y yo en su nombre, era la creación de un Centro
único, al cual iríamos todos, sin absorciones por parte de nadie, cada cual haría su cometido (…) Y
ahora va a resultar igual, va a parecer que estamos aquí en contra del Sr. Oteyza y es al revés, pues
quien está en contra nuestra es él. Estima que si no se llega a un Centro único, bajo una sola
dirección, con una Junta asesora, nunca habrá Catastro, y que él dice como el Sr. Oteyza: “La
verdad y yo contra todos”221

Ante estas manifestaciones Oteyza exclama: “Ya veremos a quien de los dos da el
tiempo la razón” y aprovechando estar en poder de la palabra:
Refiriéndose a las pocas palabras del Sr. Zurita, dice que, con espontaneidad y franqueza dignas
de encomio, le ha dado la razón en cuanto a la intervención de las Cámaras agrícolas respecto al
Catastro222…

219
Andrés Massanet y Verd, al menos entre 1913 y 1921, ocupó cargos en el Servicio Agronómico Catastral
de Sevilla, desde 1918 fue Ingeniero Jefe.
220
Acta de la Sesión, folios 36 a 38.
221
Ibidem, folios 40-41.
222
Ibidem, folio 41.

186
Se produce una réplica de Zurita y termina la Sesión con un cruce de palabras entre
García Plaza y Oteyza. Eran las ocho y cincuenta minutos.

Refiriéndose al desarrollo de las reuniones de la Comisión, dice Alcaraz:

No es necesario ni acaso prudente dar una reseña, siquiera ligera, de las sesiones. En ellas se
reprodujeron, y aun quizás se ampliaron, los durísimos conceptos del debate parlamentario contra el
Avance y sus directores; y en ellas la minoría técnico-agraria se debatió brillantemente, quizá con
demasiada acometividad hacia los agricultores; pero el bloque de las demás minorías hizo estériles
las actuaciones, y aun quizá atrajo la cólera dictatorial, logrando de ella lo que no alcanzó, a pesar
del evidente propósito, del debate parlamentario: la destitución fulminante del subjefe del Catastro
de la riqueza rústica, cargo que (…) venía ejerciendo el funcionario destituido desde que se puso en
vigor la ley de Autorizaciones de 1917223.

Queda claro que Alcaraz se está refiriendo a la destitución de José Andrés de


Oteyza.

De esta forma apareció en prensa la destitución de Oteyza. La noticia debió producir


fuerte impacto entre sus afines del Servicio Agronómico Catastral. Este recorte
se encontró en el interior de un libro utilizado por uno de éstos, la nota
escrita a mano es elocuente.

A este respecto escribe Pro:

El hombre que sustituyó a Oteyza sería, andando el tiempo, un crítico implacable de la política
catastral de la dictadura y un defensor de los proyectos del Gobierno Provisional de la Segunda
República: Enrique Alcaraz224

En el relato de la obra de Alcaraz que se está utilizando, no aparece referencia


alguna a su designación para ese cargo, que tampoco consta en las notas autobiográficas de
su “A manera de prólogo”, que precede la edición original, ni en la breve biografía que
presenta la edición facsímil. Por todo ello, se puede poner en duda que ocupara alguna vez
el cargo de subjefe del Catastro.

Dando cumplimiento al artículo 4.º del Real decreto, la Comisión abrió un período
de información pública a la manera del que en 1902 había servido de base en 1902 a la
junta Echegaray para redactar la ley de 1906. Se presentaron más de 60 proyectos.

En el epígrafe Los Geómetras del Catastro, del capítulo anterior se ha informado


sobre unas “BASES para un proyecto de CATASTRO PARCELARIO que presenta el Cuerpo de
GEÓMETRAS DEL CATASTRO a la COMISIÓN REORGANIZADORA DE DICHO SERVICIO, en

223
Enrique Alcaraz Martínez, ob. cit. pág.234.
224
Juan Pro, ob. cit., pp. 292-293.

187
virtud del artículo 4.º del Real decreto de 17 de febrero de 1924”. El contenido de la
“Exposición” de estas “Bases” ha quedado suficientemente recogido en ese epígrafe, sobre
las novedades más destacadas de éstas puede aludirse a su inicio, Base 1.ª:.

Partiendo del principio fundamental de llegar al conocimiento exacto de la parcela, el Catastro que
proponemos ha de tener el desenvolvimiento que aconsejan las enseñanzas de la propia experiencia
y de los adelantos de esta Institución en otros países, si bien adaptados a nuestras leyes civiles.

Los títulos de los diversos capítulos en que se estructuran estas Bases se recogen
dentro del referido epígrafe y, entre las novedades destacables que se aportan, puede
distinguirse el cambio de denominación del Instituto Geográfico por Centro de Geografía,
Catastro y Estadística. Dentro de los documentos principales que han de existir en la
oficina de Conservación instaura un libro denominado Gran libro del Registro Territorial
del Catastro, que constituirá un registro topográfico y material de todas las propiedades en
que esté dividido el término municipal; también implanta el Gran Libro Jurídico de la
Propiedad, en el que figurará la descripción física del inmueble y a continuación,
minuciosamente detallada, la situación legal del mismo.

En la Base 99 plantean el futuro de su Cuerpo:


La formación del Catastro parcelario de España, como así mismo del mapa nacional, estarán a
cargo del Centro de Geografía, Catastro y Estadística, pasando a depender de este Centro los
actuales Geómetras del Catastro, los cuales se organizarán con el personal del actual Instituto
Geográfico en forma que, obteniéndose la máxima eficiencia en los trabajos, exista verdadera
especialización técnica, coexistiendo en los trabajos los dos Cuerpos facultativos: el de Topógrafos
y el de Geómetras, a las órdenes inmediatas de los Ingenieros Geógrafos.
La altimetría correrá generalmente a cargo de los Topógrafos, pudiendo éstos, no obstante,
efectuar también las planimetrías.
Los Geómetras efectuarán generalmente trabajos planimétricos.
El Cuerpo de Topógrafos se formará en lo sucesivo con el de Geómetras, mediante los requisitos
que establezca el Reglamento.

Señala Pro en su obra que la mayor parte de los proyectos presentados durante el
período de información pública no guardaban relación directa con el objeto propuesto.

Cabría señalar, como excepción, el proyecto presentado por la Asociación de Ayudantes del
Servicio Agronómico, escrito por su presidente –José López Grau- en abril de 1924; su proyecto
tiene interés porque, aun aceptando la lógica introducida por la dictadura (tesis del fracaso del
avance), trataba de salvar lo esencial del viejo sistema introduciendo en él una serie de reformas 225

El proyecto presentado por la Asociación de Ayudantes, fechado en abril de 1924,


tenía por título “IDEAS acerca de los medios de hacer el Catastro en España que esta
entidad haciendo uso de la facultad que concede a las Corporaciones el R. D. de 16 de
febrero último en su artículo 4.º somete a la consideración de la Comisión encargada de
proponer normas para ultimar rápidamente el Catastro nacional llegando al parcelario”

Se trata de una extensa obra, que ocupa noventa folios, donde se dice casi todo lo
que se puede decir, y quizá más, en un trabajo cuyo título al iniciarse diciendo “Ideas”,
parece dar a entender que va a desarrollar una descripción de lo esencial sobre lo que
sigue, “acerca de los medios de hacer el Catastro en España” que, obviamente, habría de
discurrir por derroteros bien distintos.
225
Juan Pro, ob. cit., pág. 291.

188
Su autor, o autores pues cabría pensar en un trabajo de equipo por la extensión del
proyecto, y el breve plazo, dos meses, de que se dispuso para su elaboración, en sus
primeros folios ya manifiesta su fervor por la “Ley del seis”, “La Ley de 1906 llena las
aspiraciones actuales”, seguidamente explica por qué y añade “hay que estudiar y
reglamentar la Ley de 1906”.

Bajo el enunciado “Nuestros puntos de vista”, formula su primera propuesta de


transformar a la Comisión creada por el Decreto de 16 de febrero en una Junta especial de
Catastro con carácter permanente, para evitar un estado de cosas como el actual, “debido a
que tan magna obra no puede estar vinculada en un Jefe de servicio, sea cualquiera su
categoría y capacidad”. Era imprevisible en aquel momento que en poco más de un año sus
asociados recibirían un gran varapalo de la Junta superior de Catastro, que habría de
constituirse por el Decreto ley de 2 de abril de 1925, visto en el epígrafe dedicado a los
Geómetras del Catastro.

Propone la Asociación que los Ayudantes del Servicio Agronómico debían de


formar parte de esa Junta permanente de Catastro:

Un elemento que por ser facultativo cual los Ingenieros y el ejecutor principal de la obra catastral,
el que lucha en el campo, el que estudia los predios, el que los califica, el que determina los estados
de relación productiva puesto que los clasifica; el que adquiere los datos indispensables en que basar
el problema evaluatorio, debería figurar en esa Comisión y debe figurar en lo sucesivo (…) Nuestro
deseo tiene por base el contribuir al bien nacional con nuestros conocimientos, dentro de una Junta
que ha de informar y proponer226.

Otro punto de vista que expresa la Asociación es que “el Catastro no debe ser de
Hacienda”, dice que debe estar afecto “al Gran Centro de Cartografía Catastral y
Estadística de que tantas veces se habló en estos últimos tiempos, dependiente, claro es, de
la Presidencia del Gobierno”

Más adelante manifiesta:

Aunque el Decreto de 16 de febrero pasado pide tan solo normas y bases para tener en España un
Catastro que llegue a ser parcelario, nosotros nos veremos obligados a tratar cada punto que marque
la ley con la amplitud que complete su estudio en la parte que nos afecte a los Ayudantes del
Servicio Agronómico dentro de su acción profesional 227.

Y no cabe duda de que lo hace con amplitud. Lo que sigue se presenta bajo el título
de BASES PARA OBTENER EL CATASTRO PARCELARIO DE ESPAÑA y toma como hilo
conductor, inicialmente, la Ley de 1906, cuyos artículos copia literalmente en unos casos,
retoca en algunos o cambia sustancialmente en otros. Entra en algún momento en la
descripción de trabajos con la meticulosidad propia de unas “intrucciones” de este tipo.
Algunas de sus Bases se desarrollan sobre artículos del Reglamento de 1913, que, como en
el caso de la Ley de 1906, copia literalmente en algún caso, aunque suele modificar o
ampliar de forma notable. Estas Bases, en resumen, son una mezcla de los contenidos
propios de una ley, su reglamento e instrucciones de servicio.

226
Asociación de Ayudantes del Servicio Agronómico, IDEAS acerca de los medios de hacer el Catastro de
España…, pp. 8-9.
227
Ibidem, pág. 12.

189
No se dejan de replantear viejas utopías como aquello de: “entre el Catastro en
Conservación y los Registros de la Propiedad debe existir tal conexión que llegaran a ser
en recta justicia una misma cosa” y otros que, a veces, reconociendo su desconocimiento
de la materia jurídica, presenta de forma tímida e imprecisa: “Se estudiarán los medios de
crear los títulos reales definitivos de los predios rústicos y urbanos, o sea de las parcelas
catastrales en las condiciones que sea posible”. Algunos de éstos copian literalmente la Ley
de 1906, como es el caso de su artículo 37:

Transcurridos diez años después de la aprobación del Catastro parcelario de un término municipal
sin que por los Tribunales de Justicia se haya dictado sentencia firme contraria al estado físico o
jurídico de una finca inscrita en el libro catastral, la cédula de inscripción en el mismo tendrá todo el
valor real y jurídico de un título real.

Con relación a su propuesta de una Junta permanente de Catastro, recuerda que la


Ley de 1906 fue estudiada y propuesta por una:

Junta especial de Catastro creada por Real Decreto de 9 de octubre de 1902, que presidió el
Excmo. Sr. D. José Echegaray (…). Si esa Junta hubiera actuado después, estudiando la aplicación
de su ley, es muy seguro que tal obra no estaría a estas fechas virgen de aplicación (…) La
Comisión creada por Real Decreto de 16 de febrero último (…) después de ultimar el cometido para
que fue creada y formular su dictamen, continuará funcionando, con las modificaciones que se crean
pertinentes, para confeccionar la Reglamentación de la ley fundamental del Catastro y resolver las
consultas o dudas que puedan presentarse al discutir, plantear o desarrollar el plan aprobado 228.

El propuesto Centro de Cartografía, Catastro y Estadística estaría dividido en tres


grandes sectores:

Uno que abarca el Consejo Superior de Cartografía, a que pertenecen todos los servicios del
Instituto Geográfico y que tiene a su cargo la confección del Mapa Nacional; otro, llamado de
Catastro, que abarcará todos los aspectos de estos trabajos y el de Estadística general que hoy
constituye parte del Ministerio de Trabajo229.

A la hora de delimitar las funciones agronómicas, tras señalar que éstas


corresponderán al personal facultativo del Cuerpo Nacional de Ingenieros Agrónomos y
sus Auxiliares los Ayudantes del Servicio Agronómico, lo hace con el mayor detalle,
cuidando de recoger entre ésas: la determinación topográfica de las masas de cultivo y
calidad y la rectificación del Avance hasta convertirlo en parcelario definitivo.

Las Juntas periciales, cuya composición es idéntica a la establecida por el artículo


46 de la Ley de 1906, resultan extraordinariamente potenciadas en sus competencias,
posiblemente para dar satisfacción a las asociaciones agrarias.

Con este y otros proyectos, de los que se hizo caso omiso, la comisión inició sus debates (…). Las
cámaras agrícolas (…) contaban con un vocal en la comisión, elegido por ellas; había también un
representante de la Asociación de Agricultores de España. Estos (…) encabezaron la opción de
acabar con el avance y regular la obtención directa del parcelario, opción en la que contaron como
aliados más firmes con los cartógrafos que el dictador había nombrado a tal fin.
El representante de los ingenieros de montes se alineó con ellos contra el avance (…). El
representante de las cámaras de la propiedad urbana, geógrafo de profesión, también se alineó con la
mayoría. Frente a ellos quedó, pues, aislada, una minoría de tres ingenieros agrónomos (…),
llegaron a firmar un voto particular que discrepaba del dictamen de la mayoría (…). Enterado Primo

228
Ibidem., pp. 7 y 76.
229
Ibidem, pág. 77.

190
de Rivera de la situación (…) resolvió el enfrentamiento con (…) el cese del subjefe del catastro del
Ministerio de Hacienda, José Andrés de Oteyza (…)
El 15 de octubre de 1924, el presidente de la comisión elevó a Primo de Rivera un informe
justificando el proyecto de decreto que habían dictaminado los vocales (…). Según su visión, el
proyecto se enmarcaba dentro de la tradición creada por la ley de 1906 y la práctica subsiguiente,
introduciendo apenas unas pocas novedades: la unificación de los trabajos catastrales en un único
centro directivo, el Instituto Geográfico y Catastral (…) pasaban al instituto todos los trabajos
técnicos del catastro, dejando para Hacienda sólo los aspectos estrictamente tributarios. Además, se
creaba la Junta Superior de Catastro para dar continuidad a la normativa catastral, siguiendo en esto
la propuesta de la Asociación de Ayudantes del Servicio Agronómico 230

Según Alcaraz, “cumplió la Comisión su cometido en plazo menor del que se le


señalara, entregando completo dictamen, que fue a la Gaceta mediante un Decreto Ley en
3 de abril de 1925, luego de haber sufrido podas importantes en las secretarías del
Directorio militar”.

El Decreto-Ley de 3 de abril de 1925 consta de 67 artículos, agrupados en 15


capítulos, tiene 10 artículos adicionales.

Por el prestigio del personaje, que, además vivió de cerca los acontecimientos, se ha
utilizado la obra de Alcaraz, que hace un despliegue bastante extenso, aunque el autor lo
califica de extractado, y comentado del contenido del decreto-ley, iniciándolo por la
exposición de motivos que comienza afirmando que el derecho de propiedad territorial
debe mantenerse.

Sobre dos bases inconmovibles: una gráfica o de descripción figurada del suelo nacional en sus
características referentes a especies de aprovechamiento o cultivo y división del terreno entre sus
propietarios, lo que constituye esquemáticamente el Catastro; otra jurídica o de atribución indeleble
del dominio y demás derechos reales (…), lo que viene a ser el Registro de la Propiedad”, sobre esta
misma cuestión, más adelante se dice que “la labor de alta trascendencia política y social es poner de
acuerdo y en relación constante de avenencia el Catastro y el Registro de la Propiedad.

Nada dice del aspecto económico, de la posibilidad cuantitativa de producir riqueza


los diversos terrenos y parcelas que el Catastro y el Registro anotan. Domina en el Decreto
Ley, como dominó en la Comisión, el criterio cartográfico.

Prosigue la exposición declarando la necesidad de realizar el Catastro (…) “pero


hasta la fecha, a pesar de los 19 años transcurridos (desde la Ley de 1906), sólo se han
realizado los trabajos fiscales del Avance con una superficie que no llega a la tercera parte
del territorio nacional (Alcaraz rectifica, con datos, que alcanza el 41%) y no se iniciaron
siquiera los del segundo período destinado a la obtención del catastro parcelario”.

Se adentra, seguidamente, en el articulado del Decreto Ley. El capítulo I tiene un


artículo único, Objeto del Decreto Ley, inspirado en la de 1906. El capítulo II, Principios
fundamentales y organización general, que tampoco difiere gran cosa del modelo de 1906,
aunque modifica la división en períodos: 1.º, trabajos topográficos; 2.º, valoración; 3.º,
conservación. Dispone el artículo 5.º “que los trabajos enumerados se llevarán a cabo bajo
una dirección única, y a este fin se formará un Centro denominado Instituto Geográfico y
Catastral; en él se reunirán el Instituto Geográfico y los servicios técnicos catastrales de la
riqueza rústica”. Comenta Alcaraz: “aparece con evidencia el propósito absorbente del
Instituto Geográfico, con peligro manifiesto de quedar en segundo o tercer término los
230
Juan Pro, ob.cit., pp.292-293.

191
efectos fiscales”, añade que no era el ánimo del Dictador integrar en Hacienda al nuevo
Instituto, por lo que en el mismo artículo 5.º dice: “Los servicios, en todo aquello que se
relacione con los líquidos imponibles obtenidos o con sus alteraciones, tanto en la riqueza
rústica como en la urbana, seguirán a cargo del Ministerio de Hacienda”. La Comisión no
quería morir después de su trabajo, y aspirando a la perpetuidad y aun a la soberanía
catastral, crea una Junta Superior de Catastro.

Todo el capítulo III se destina a los Deslindes de jurisdicciones municipales y no


difiere en esencia de las disposiciones análogas de la Ley de 1906.

El capítulo IV, Deslinde de fincas, merece la máxima atención de Alcaraz y resulta


oportuno recogerlo con cierto detalle, porque se tendrán pocas ocasiones de asistir a una
crítica tan coherente y motivada de estos deslindes. Comienza diciendo que sí ofrece
novedad sobre la legislación catastral precedente y describe el procedimiento que plantea
el Decreto Ley:

Se organiza en cada municipio una Junta pericial de Catastro (…). Estas Juntas invitarán a los
propietarios, antes de los deslindes, a que establezcan convenios sobre linderos, y en caso de
alcanzarlos lo hagan constar así en acta (…) colocando enseguida los mojones. Si no se practicase el
deslinde voluntario, el alcalde lo decretará forzoso (…), cuando llegue el momento de levantar el
plano parcelario, momento que no será ni con mucho inmediato al deslinde, la brigada topográfica,
con el acta en la mano y los mojones a la vista, no tiene ya que hacer otra cosa sino relacionar éstos
geométricamente (…)
El Decreto Ley declara que los planos parcelarios en cuyas precedentes actas de deslinde hubiera
habido avenencia, causarán plenos efectos jurídicos, y las restantes, pasados los plazos
correspondientes y resueltas que hayan sido las reclamaciones.

Comenta que, aunque nula esta legislación, por incumplida y por derogada en la
Ley de 6 de agosto de 1932, no estará de más recordar con este motivo los preceptos sobre
deslindes de fincas, tal como los regula la ley de Enjuiciamiento. En lo que sigue está
contenida la aportación más sustanciosa de la crítica de Alcaraz:
Reconocida por el artículo 2011 (…) la facultad de pedir el deslinde y amojonamiento, se hará la
petición ante el juez, el que (artículo 2062) señalará fecha y hora de practicarlo con publicidad (…)
la diligencia del deslinde, presenciada por el juez, que puede delegar en el juez municipal (…). El
artículo 2066 dice así textualmente: “Realizado sin oposición el deslinde, y el amojonamiento en su
caso, se extenderá (…) un acta expresiva de todas las circunstancias que den a conocer la línea
divisoria de las fincas, los mojones colocados o mandados colocar, su dirección y distancia de uno a
otro (…). Firmarán los concurrentes (…) y se protocolizará en la Notaría (…).
Como se ve, hay todavía muchísima distancia entre los deslindes del Decreto Ley y los de
Enjuiciamiento. En ésta los interesados y demás circunstantes, con los peritos, si los hay, y el
actuario, adveran231 los elementos topográficos o, si se quiere geométricos de la línea divisoria; en
aquélla actúan separados en espacio y tiempo (…).
Dada la ineficacia de estos preceptos (los del Decreto Ley), lo innecesario de los deslindes, la
resistencia pasiva de agricultores y Juntas, se ha desistido de hecho a deslindar las fincas. El nuevo
Catastro queda, en cuanto a ese aspecto, al nivel del Avance. Es, pues, un Catastro cartográfico
fiscal sin ningún valor probatorio, y nada más.

El capítulo V está dedicado a la Rectificación del amillaramiento. Los señores


vocales de la Comisión, alejados de las cuestiones tributarias, suprimido el Avance, que
satisfacía las justas aspiraciones de Hacienda, quisieron sustituirlo por algo que se pensó en
denominar preavance y que ha quedado en “Rectificación del amillaramiento”,
encomendándola a las Juntas periciales, que “redactarán las cuentas de gastos y productos
231
Certifican, garantizan.

192
de los diversos cultivos y aprovechamientos”. Prescinde en absoluto del personal técnico
de Hacienda.

El capítulo VI está dedicado todo él a los Trabajos topográficos, que son tratados
con más amplitud que en la Ley de 1906, pero en forma análoga. No se hace la más leve
referencia a intervenciones, que parecen obligadas, de las Juntas periciales. Los técnicos de
la topografía son, al parecer, infalibles a juicio de la Comisión.

En donde si intervienen las Juntas periciales, si no sórdida, sí premiosamente,


según frase célebre de afamado político, es en los trabajos evaluatorios del capítulo VII,
denominado de Trabajos evaluatorios de dicha riqueza, donde queda mediatizado el
personal agronómico en términos inverosímiles. Conviene distinguir entre la estructura de
las ecuaciones evaluatorias y el proceso de su formación; en cuanto a lo primero, es
curioso consignar que a pesar de la repulsa contra la forma llamada sintética, es
precisamente esta forma la que se adopta en el trámite valoratorio.

En cuanto al proceso valoratorio, casi todo él queda entregado a la iniciativa


preferente de la Junta pericial. La enumeración de cultivos y clases de terrenos se hará por
el personal técnico procurando el acuerdo con la Junta. Será luego la propia Junta quien
proponga la clasificación de dichos terrenos. La Junta propondrá asimismo para cada clase
los valores en venta normal y en renta.

Ocupan todo el capítulo VIII Los trabajos evaluatorios de la riqueza forestal, por
primera vez tratados aparte en la legislación del Catastro. Los Trabajos evaluatorios de la
riqueza urbana son objeto de los siete artículos, del 34 al 40, del capítulo IX del Decreto
Ley. La valoración de esta riqueza, al contrario que la de la rústica, se atribuye desde
luego, y como primera disposición, al personal técnico de la especialidad.

Dedica dos capítulos a exenciones tributarias, el X a las absolutas y permanentes y


el XI a las temporales. El XII corresponde a “trabajos catastrales ejecutados por
corporaciones y por particulares.

El capítulo XIII se ocupa de la Conservación, sin innovación alguna respecto a la


legislación anterior. Y allá van los decantados efectos jurídicos: “Artículo 63. Desde el
momento en que el nuevo Catastro se someta al régimen de conservación, todos los actos y
contratos (…) deberán contener la designación catastral (…). Esto, aunque en otra forma,
ya lo había ordenado la Ley de 1906 y ya venía cumpliéndose, aunque de mala gana, por
notarios y registradores; pero en rigor no son efectos jurídicos del Catastro, sino
precedentes catastrales de actos jurídico. Que no es lo mismo.

Trata el capítulo XIV de la constitución y atribuciones de la “Junta superior del


Catastro”. Las facultades de la Junta no son otras que informar al Gobierno, en todos los
asuntos que se relacionan con la legislación del Catastro; y resolver en primera instancia
las reclamaciones de los contribuyentes.

En el último capítulo, el XIV, se desarrolla la Organización de los servicios. No es


más que una hipertrofia del Instituto Geográfico que, con el adicional adjetivo de catastral
debía “ser en el orden administrativo una Dirección general, y en el científico un centro
nacional dedicado a Geografía, Meteorología, Metrología, Astronomía, Geofísica y
Catastro.

193
Tiene también el Decreto Ley de 1925 unas cuantas disposiciones adicionales,
requiriendo la primera de ellas colaboración y ayuda en el Catastro a los registros de la
Propiedad. No quiere la ley perturbaciones en los actuales servicios, ni detener trabajos en
ejecución. Se limita, eso sí, a suspender el diseño de croquis por los geómetras, que logran
su aspiración de pasar al Instituto Geográfico, y a prohibir terminantemente que se
comience ningún otro Avance232.

Los Ayudantes del Servicio Agronómico se sintieron profundamente defraudados


ante la publicación del Decreto Ley y de su reacción, a través de Moción presentada el 25
de mayo por Luis Suárez-Inclán en nombre de la Asociación, se ha dado amplia
información el epígrafe dedicado a los Geómetras.

En la instancia, dirigida al Excmo. Sr. Presidente del Directorio Militar, que


acompaña a la Moción, se expone que los “Auxiliares Geómetras” fueron creados de
espaldas a la ley y en contra de sus preceptos, que la nueva ley les faculta para hacer el
catastro topográfico y para determinar masas de cultivo y que esta determinación posterga,
sin causa que lo justifique, al Perito Agrícola, Ayudante del Servicio Agronómico afecto a
Catastro, concluyendo:

En consecuencia con todo lo expuesto, a V.E. suplico (…) que tenga por presentado este escrito y
sea aceptado como recurso de alzada contra el Real decreto-ley. de 2 de abril último (…) para en su
vista ordenar, si así lo juzga oportuno, a la Junta Superior de Catastro, que haga uso de la facultad
que le concede el apartado segundo del artículo 65 de la disposición antes citada.

En el referido epígrafe dedicado a los Geómetras aparece reflejado el durísimo


informe que emitió la Junta en contra de los intereses de los Ayudantes. Según comenta
Pro en su obra, “el voto particular de Enrique Alcaraz admitiendo las aspiraciones de la
Asociación no tuvo más que un valor testimonial”.

En estos meses debió producirse un cambio en la presidencia de la Asociación,


dado que, con fecha 23 de septiembre de 1925, apareciendo como titular Gregorio
Matallana Revuelta, se presenta una “SEGUNDA MOCIÓN sobre la reforma del Servicio del
Catastro, que elevan al Directorio Militar, los Ayudantes del Servicio Agronómico”. El
nuevo Presidente, cambiando sustancialmente de estilo, en la instancia al Presidente del
Directorio Militar que precede a la Moción, dice que:

Acude una vez más al Directorio Militar, para exponer a su elevada consideración nuevas razones
y algunos datos, en apoyo de la súplica que estos funcionarios tienen hecha, y ahora reiteran, a fin
de que se modifique la ley de fecha 3 de Abril sobre el Servicio del Catastro.
Nos induce a ello (…) servir al país; no pedimos aumento de sueldos, gratificaciones, dietas, ni
gaje alguno; pedimos (…) lo primero que no se nos despoje (…) de las atribuciones más
características de nuestro Título profesional; y lo segundo (…) los distintos Cuerpos que sirven al
Estado, ocupe cada uno su natural y merecido sitio, evitando intromisiones lesivas para nuestra
dignidad y lo que es más importante, perjudiciales para el interés nacional.
En la adjunta Moción, tratamos solamente de la reforma del Servicio, porque esto es lo sustantivo
y lo que más importa al país.

Entrando en el contenido de la Moción, ésta se inicia expresando:

232
Enrique Alcaraz Martínez, ob. cit., pp. 234-265.

194
Las normas señaladas por el Gobierno para la reforma de los servicios del Catastro 233, eran,
indudablemente muy acertadas; pero según nuestro modo de ver, no han sido desarrolladas con igual
acierto.
El Gobierno deseaba:
1.º Hacer el Catastro con la mayor rapidez para que toda la riqueza oculta entrase lo más pronto
posible en tributación.
2.º Hacer el Catastro con la mayor exactitud y perfección (…); y
3.º Hacer el Catastro con la mayor economía.
Los Ayudantes del Servicio Agronómico, entienden que el plan propuesto no satisface ninguna de
aquellas finalidades esenciales, y para ello se funda en las consideraciones siguientes.

El resto de la Moción se estructura en tres apartados inspirados en esas tres


cuestiones claves. Bajo el título Sobre la rapidez del trabajo, desarrolla la primera cuestión
realizando una serie de cálculos del personal necesario para mantener el ritmo de trabajo
que se estaba desarrollando, aplicando detallados módulos de rendimiento, para concluir
diciendo:

En resumen: es materialmente imposible imprimir mayor rapidez a las operaciones catastrales con
el personal actual y la organización que la Comisión del Catastro propone.
Si se hace el parcelario se necesitarían, sólo para el trabajo topográfico, mil operadores para poner
en tributación igual superficie que la que ahora se pone en el Avance.

La segunda cuestión se nomina Sobre la exactitud y perfección del trabajo catastral


y se manifiesta:

No cabe duda que el Catastro parcelario es más perfecto y puede ser más exacto en el aspecto
topográfico que el Avance que se viene realizando, pero con ello no se remedia el mal que el
Catastro padecía, porque el mal no está, ni estará nunca en la parte topográfica de la obra, sino en la
evaluatoria (…)
La mayor parte de las reclamaciones, recursos y protestas han sido motivadas por la
disconformidad en la valoración (…)
Ahora se cae en el extremo opuesto: ahora son las Juntas periciales las que en realidad van a
apreciar el valor de la tierra, y si el técnico discrepa de la opinión de ellas, si entiende honradamente
que la Junta se equivoca, entonces la ley le coacciona recomendándole que procure ponerse de
acuerdo con ellas (…); si antes se equivocaban los técnicos, ahora se equivocarán, probablemente,
las Juntas (…)
Así, pues, lejos de progresar hacia formas de exacción inspiradas en la equidad y mayor justicia
distributiva, función peculiarísima del Estado, se ha regresado hasta llegar al absurdo de que la
contribución la señale el contribuyente mismo.

La tercera cuestión se plantea bajo el título Sobre la economía en el trabajo


catastral y contiene las reivindicaciones fundamentales de los Ayudantes:

El Directorio militar (…) dispuso que la reforma catastral se realizase con un criterio de estricta
economía (…)
Ya no es un secreto para nadie que el plan propuesto conduce precisamente a todo lo contrario
(…). Hay un error inicial (…). Es la confusión entre Mapa y Catastro, cuando son servicios
completamente distintos que atienden necesidades distintas también (…). Donde termina el Mapa
empieza el Catastro y el Mapa termina en la poligonación (…), al funcionario encargado del hacer el
Mapa le basta con conocer la ciencia topográfica y geodésica para cumplir su misión, en tanto que el
funcionario del Catastro precisa, además del conocimiento de la topografía, otros de carácter
esencialmente agronómico (…).
Por esa confusión entre Mapa y Catastro, por ese afán erróneo de llevar el Mapa hasta la parcela,
el gasto se decuplica (…). Pudiera evitarse, sin embargo, esto, procurando que al topógrafo siguiera

233
Se está haciendo referencia a la Exposición del Real decreto de 16 de febrero de 1924.

195
el Agrónomo, pero desde el momento que éste está plenamente capacitado para realizar el trabajo
topográfico, sobra aquél en la parcelación (…)
El Arquitecto y el Aparejador realizarían todas las operaciones técnicas necesarias para la
apreciación de edificios y solares sin necesidad de que otro funcionario mida (…).
Los encargados de dar forma legal a los deseos del Gobierno (…) sin duda olvidaron que el Estado
tiene un personal hecho a la medida para ese servicio –los Ayudantes del Servicio Agronómico y
Peritos Agrícolas- que, merced a sus estudios, a su Título profesional, están suficientemente
capacitados por aquéllos y por la Ley para hacer el Catastro y dispuestos están a hacerlo con toda
perfección y la mayor economía.

¡Ahí queda eso!, no cabe mayor coherencia, entusiasmo y valentía a la hora de


plantear unas reivindicaciones profesionales ante el mismísimo Excmo. Sr. Presidente del
Directorio Militar. Todo un ejemplo a seguir, si al día de hoy fuera posible un
planteamiento de esta naturaleza, en la defensa de los intereses de un Cuerpo. Esto, lo que
le ha precedido y lo que sigue, puede servir de justificación a la extensión que se está
dedicando al presente epígrafe.

Se desconocen los frutos que pudo producir esta segunda Moción, seguramente
nulos, pero no por ello la Asociación de Ayudantes desistió de reclamar lo que consideraba
sus legítimos derechos profesionales, más aún cuando por Decreto de 19 de noviembre de
1925 se adscribe el personal de Geómetras al Instituto Geográfico, Sección de Topografía,
para completar en ella la preparación topográfica indispensable al levantamiento de planos
parcelarios mediante prácticas que durarán tres meses.

Entre los papeles de la Asociación se conserva un cruce de correspondencia entre el


Presidente de la Asociación y un abogado de Madrid, Alfonso Cabello, con ocasión de un
encargo de dictamen encargado a éste sobre los derechos de los Ayudantes para recurrir
contra el Decreto ley de 3 de abril y el Decreto del 19 de noviembre, el procedimiento a
seguir en su caso y fundamentos legales que pudiesen favorecerles. En su extenso
dictamen, el letrado Cabello afirma que los preceptos de la Ley de 1906, aceptados por los
poderes públicos hasta septiembre de 1917 como intangibles, fueron en tal momento
desconocidos y violados por una disposición administrativa carente de toda virtualidad
jurídica para modificar o anular esa ley, añadiendo:

Resulta en consecuencia, que ni el Real Decreto de 6 de Septiembre de 1917, creando los


funcionarios geómetras del catastro, ni la Real Orden de 28 de Noviembre siguiente, han modificado
en lo más mínimo los derechos reconocidos a los peritos agrónomos en la ley de 1906 (…)
De suerte que al promulgarse el Real Decreto de 3 de Abril de 1925 el personal de geómetras no
tenía vida jurídica autónoma ni independiente dentro del avance catastral (…).
Por primera vez en ese Decreto se les atribuyen aptitudes en la ejecución de trabajos parcelarios
para los que se precisan estudios especiales y por tanto invaden atribuciones reservadas a los que
poseen título adecuado (…).
El Real Decreto de 3 de Abril infringe por ello el art.º 41 de la Ley de 1906 arrebatando derechos
a los actuales peritos (…)
En sentir del letrado que dictamina (…) los auxiliares agrónomos (peritos) tienen indiscutible
derecho a protestar y recurrir contra los Decretos de 3 de Abril y 19 de Noviembre porque infringen
la ley de 1906.

En contestación a la segunda cuestión planteada, Procedimiento a seguir caso que


haya lugar, Cabello se extiende en disquisiciones legales que no hace al caso reproducir.
Sobre la tercera cuestión, Fundamentos legales, se remite a los referidos en el texto del
dictamen.

196
La respuesta de Alfonso Cabello se producía el 24 de diciembre de 1925, cuando
las circunstancias políticas habían experimentado un cambio, según quedó visto en el
epígrafe inicial de este capítulo: el Real Decreto de 3 de diciembre de 1925 restablece un
Consejo de Ministros bajo la presidencia de Primo de Rivera y éste declaró que se trataba
de una dictadura “civil y económica”; se había entrado, pues, en el período conocido como
“Directorio civil”, marcado por la influencia creciente de los colaboradores civiles de
Primo de Rivera. Entre éstos destacaba la figura de José Calvo Sotelo, perteneciente a las
filas del “maurismo”, quien desde la Dirección General de Administración Local fue
ascendido al Ministerio de Hacienda.

Calvo Sotelo había heredado de Maura la voluntad de desmontar el sistema


caciquil en los campos españoles, para lo que buscó el apoyo de las clases medias,
demasiado débiles por entonces para respaldar tal proyecto. Defendería la función social de
la propiedad de la tierra y perseguiría por diversos medios la ocultación de la riqueza
rústica. Impulsó medidas de tinte reformista, como la creación de un registro de
arrendamientos, que había sido propuesta por los ingenieros agrónomos en la Comisión de
Catastro, o como la obligación de los propietarios de declarar sus fincas hasta entonces
ocultas, bajo amenaza de expropiación234. Esto se dictaminó a través del Real Decreto Ley
1 enero 1926, que fija el plazo para la declaración por los propietarios del valor en venta y
renta de las fincas rústicas y urbanas.

La primera disposición legal de carácter catastral del nuevo gobierno fue el Decreto
de 6 de marzo de 1926, del comentario que hace Alcaraz sobre el mismo se recoge lo
siguiente:

En cuanto se constituyó el llamado Gobierno civil de la Dictadura y hubo en el Ministerio de


Hacienda un titular que sentía lo que pudiéramos llamar el genio de la Hacienda pública, volvió por
los fueros de la misma, haciendo saber a sus compañeros de Gobierno que un servicio como el de
Catastro (…) no podían depender de otro ministerio que el de Hacienda (…). Reclamó, pues, para su
Ministerio las Secciones Agrícola, Forestal y Urbana, más la de Topografía parcelaria sin los
trabajos del Mapa (…)
No prosperó este criterio ni hubo crisis ministerial (…)
Consecuencia de estas discrepancias fue el quedar las atribuciones de servicios entre ambos
departamentos ministeriales, como estaban antes del Decreto Ley: el personal de topografía,
acrecido ahora con el de geómetras, en el Instituto Geográfico, que pudo seguir llamándose catastral
además; y el resto, en el Ministerio de Hacienda, Dirección general de Propiedades y Contribución
Territorial (…).
El ministro de Hacienda (…) consiguió reorganizar la Junta superior, con una copiosa
representación administrativa de su departamento (…). Funciones las mismas consignadas en el
Decreto Ley, pero sin atribuirle la subordinación del Instituto Geográfico ni de la Dirección General
de Propiedades.

La siguiente, y última, disposición sobre Catastro del Directorio civil sería el


Reglamento de 30 de mayo de 1928. Alcaraz que, como vocal de la Junta de Catastro,
había participado en su redacción, lo califica de extensísimo, completo y estrictamente
ajustado al Decreto Ley que desarrolla y recoge “algunas de sus prevenciones, sobre todo
en lo que son complemento o aclaración de preceptos sustantivos”.

De este modo, en cuanto a deslindes de la propiedad privada, consigna que puede


prescindirse de dichos deslindes y aun del acta “cuando las fincas tengan ya mojones desde
antiguo o sean sus linderos líneas de realidad física en el terreno. En cuanto a los trabajos

234
Juan Pro, ob. cit., pág.305.

197
topográficos, se dan instrucciones suficientemente precisas para ejecutarlos y se establecen
cuatro categorías de terrenos relacionadas con el grado de precisión que deberán alcanzar
las operaciones.

El Reglamento llena un vacío existente en el Decreto Ley, que nada dice de


intervenciones de Ayuntamientos y Juntas periciales en los trabajos topográficos,
ordenando que conforme se vayan obteniendo polígonos topográficos parcelarios, se
remitan copias a los ayuntamientos para que éstos las expongan al público durante tres
meses; pudiendo los propietarios recurrir ante la Junta provincial.

En el desarrollo de los trabajos evaluatorios de las riquezas rústica y pecuaria se


desiste, para las ecuaciones evaluatorias, de la forma sintética y se plantea la forma
analítica en toda su amplitud. Se formarán para cada cultivo dos ecuaciones evaluatorias,
una para las mejores y otra para las peores tierras de la zona, interpolándose después tantos
tipos evaluatorios intermedios como matices clasificativos se hayan reconocido en la
zona.235

En cuanto a otras decisiones del Directorio civil, relacionadas con la cuestión


catastral:
Por aquellas mismas fechas se iniciaron los pasos para desarrollar el aspecto jurídico que se había
querido dar al catastro (…), el directorio civil nombró una comisión de notarios y registradores que
estudiaran las medidas a tomar. La cuestión dividió enseguida a los vocales de la comisión y a la
opinión especializada (…)
En los últimos meses de la dictadura, la comisión de juristas elevó su dictamen a las tres
direcciones generales afectadas: Propiedades, Instituto Geográfico y Dirección General de los
Registros y del Notariado (…). Según el presidente de la comisión, Paulino Martínez Cajén, la
propuesta no fue más allá de exigir que para inscribir fincas en el Registro se identificaran éstas de
acuerdo con sus datos catastrales.236

2.3. TRABAJOS CATASTRALES DURANTE LA DICTADURA.

En general, la opinión de los técnicos agronómicos profesionales del Catastro no


puede ser más desfavorable a las actuaciones que se realizaron durante este período. A este
respecto dice Alcaraz:

Los frutos de toda esta labor catastral de la Dictadura comenzando por el Decreto que creara la
Junta, fueron por lo pronto notoria depresión en la marcha del Avance, el personal de Hacienda
afecto a este respecto hubo de limitarse a terminar los trabajos comenzados (…); pero la producción
anual después de llevarse el Instituto Geográfico el Cuerpo de geómetras y bien nutrida plantilla de
auxiliares administrativos y delineantes, con sus correspondientes créditos, hubo de bajar desde un
promedio anual alrededor de millón y medio de hectáreas a poco más de medio millón.
El Instituto Geográfico se hizo cargo de todos esos medios en el último trimestre de 1925, pero
(…) no pudo remitir planos parcelarios al Ministerio de Hacienda hasta el año 1928.
Dichos parcelarios contienen (…) las características geométricas de las parcelas y la atribución de
propiedad; sobre ellos han de situar los funcionarios técnicos de Hacienda todas las demás
características, con más de la división de parcelas en subparcelas (…) operación topográfica más o
menos sumaria (…)
En estas condiciones la producción del Instituto Geográfico, desde que comenzó a operar en
funciones catastrales, es la siguiente:

235
Enrique Alcaraz Martínez, ob. cit., pp. 265-270.
236
Juan Pro, ob. cit., pp.307-308.

198
Años Términos municipales Parcelas Extensiones en hectáreas

1925 - - -
1926 - - -
1927 - - -
1928 28 26.048 31.119
1929 55 92.446 115.547
1930 107 259.888 266.097
1931 174 620.321 481.570
1932 (9 meses) 114 432.092 373.910
----- ---------- ----------
Totales 478 1.430.815 1.268.243

En todos los años, aún en el más favorable, dista mucho la producción anual de la que se había
calculado: 750.000 hectáreas 237 .

Por su parte, la Asociación Nacional de Ingenieros Agrónomos en un opúsculo


publicado en los últimos años de la República se manifiesta de esta manera:

Si se hubiesen seguido los trabajos de Avance, paralizados por la ley de 1925, y suponiendo, por
lo menos, el mismo ritmo de los ejecutados desde el año 1917 hasta 1924, se habrían obtenido los
siguientes resultados:

PERJUICIOS CAUSADOS A LA HACIENDA POR LA LEY DE CATASTRO DE LA DICTADURA,


SEGÚN LOS PROMEDIOS DE TRABAJO DE LOS AÑOS 1917 A 1925

Superficie que hubiera podido ponerse en tributación en


los años 1925 a 1934 ……………………………………… 13.325.000 hectáreas

Aumento de riqueza imponible …………………………… 260.000.000 pesetas

Cantidad perdida por Hacienda, por ingresos tributarios,


A razón de 3.500.000 pesetas anuales ………………………. 192.000.000 pesetas

El resumen final de la publicación contiene una crítica demoledora del Decreto-Ley


de 3 de abril de 1925:

La ley del año 1925 –causa única de que en la actualidad no se encuentren en tributación
13.250.000 hectáreas, de las que aún quedan por catastrar- fue obra apoyada y defendida:
1.º Por los propietarios, en su interés retardativo de la obra catastral.
2.º Por el Instituto Geográfico, en su deseo de perfeccionar los métodos seguidos, sin tener en
cuenta la finalidad fiscal del avance.
3.º Por la representación de la Sección facultativa de Montes, ostentada por el ingeniero Sr.
Pando238.

237
Enrique Alcaraz Martínez, ob. cit. pp. 273-274.
238
Asociación Nacional de Ingenieros Agrónomos, El Problema del Catastro, Madrid, 1935. pp. 10 y 17.

199
200
VIII. EL CATASTRO DURANTE LA REPÚBLICA

1. LA SEGUNDA REPÚBLICA

En la mañana del 13 de abril de 1931, la inmensa mayoría, el 66,9 % del censo


electoral que había acudido a las urnas, se había pronunciado por la República. Poco
después de mediodía, en Barcelona, Lluis Companys ha proclamado la República en el
balcón del Ayuntamiento y media hora más tarde Frances Macià proclamaba, desde el
balcón de la Diputación, la República catalana “como estado integrante de la Federación
Ibérica. A las cinco de la tarde la República se había proclamado en Valencia, Sevilla,
Zaragoza, San Sebastián, La Coruña, Salamanca, Huesca… A las ocho y cuarto de la
noche Alfonso XIII salía de Palacio por la puerta del Campo del Moro rumbo a Cartagena.

Es posible imaginar la emoción de aquellas históricas jornadas, recordando cuando


en la noche del 14 de abril, y a través de los micrófonos de Unión Radio, el presidente del
Gobierno Provisional, Niceto Alcalá-Zamora se dirige a todos los españoles:

En nombre de todo el Gobierno de la República Española saluda al pueblo una voz, la de su


presidente, rendida por la emoción e impulsada por el entusiasmo ante el espectáculo sin igual de
una reacción casi imposible de imitar, que esta Nación ha dado al mundo resolviendo el problema de
su revolución latente y cambio indispensable de su estructuración en medio de un orden maravilloso
y por voluntad y vía perfectamente legal (…) 239

Desde otro punto de vista, Andrés Nin, comunista-trostkista del POUM (Partido
Obrero de Unificación Marxista), enjuicia los mismos acontecimientos:

En realidad el 14 de abril no ha sido más que una etapa –ciertamente importantísima- del proceso
revolucionario que ya desde el siglo pasado se está desarrollando en nuestro país (…) las etapas más
importantes de este proceso han sido las guerras civiles, los alzamientos revolucionarios del siglo
XIX, la aparición del movimiento nacionalista en Cataluña, la “semana trágica” de 1909, la tentativa
de huelga general revolucionaria en 1911, la constitución de las Juntas de Defensa, la revolución
frustrada de 1917.
Las causas de ese largo malestar, de esas agitaciones y esos movimientos crónicos tienen su origen
en el hecho de que España no ha realizado todavía su revolución democrático-burguesa240.

El viejo bloque dominante había sido desposeído de los centros decisorios de


ejercicio del poder político, no obstante seguía existiendo la oligarquía económica. El
poder decisorio en grupos financieros de primer orden solía estar muy entrelazado con la
propiedad de grandes fundos rústicos; un dato fundamental es que a 17.349 propietarios,
que representaban el 0,97% de la totalidad, les correspondía el 42,05% del líquido
imponible. Según el Censo de 1930, la población agraria era de 3,7 millones de individuos,
de los cuales pueden estimarse en 1.900.000 los obreros agrícolas, unos 750.000 era
arrendatarios y aparceros y el resto, algo más de un millón, propietarios medios y
pequeños.
Los terratenientes, rutinarios o absentistas, descuidaron instar, cuando aún era tiempo, la
implantación de una reforma agraria razonable y justa, y hubieron de soportar después,
amedrantados o quizá arrepentidos, atropellos expropiatorios. 241

239
Alcalá-Zamora, Niceto, Discursos (1931-1936), Tecnos, Madrid, 1979.
240
Nin, Andrés, El proletariado español ante la revolución, Biblioteca Proletariado, 1931.
241
Duque de Maura y Melchor Fernández Almagro, Por qué cayó Alfonso XIII, Ediciones Ambos Mundos,
Madrid, 1948.

201
La República era un nuevo sistema constitucional y político, que quería ser
estrictamente democrático, pero sin plantearse un cambio social, se trataba de paliar
injusticias y ponerse a tono con el mundo capitalista contemporáneo. El nuevo régimen
contaba con tres partidos republicanos de cierta importancia, el Partido Radical, los
Radical-socialistas y Acción Republicana. El único partido sólido y estructurado en la
izquierda era el socialismo; su central sindical, la UGT, contaba 277.011 afiliados en
diciembre de 1930. La CNT crecía en proporciones gigantescas desde 1930. El Partido
Comunista, minúsculo y con efectivos centrados en Andalucía, Vizcaya y Asturias. En
Cataluña crecía vertiginosamente el nuevo partido de Ezquerra Republicana. En Euskadi,
el Partido Nacionalista Vasco se presentaba bien implantado en el campo y en las clases
medias.

Los primeros decretos del gobierno provisional fueron los relativos a la legislación
social agraria (Largo Caballero), reformas militares (Azaña) y educación (M. Domingo) y
el reconocimiento de la Generalitat de Cataluña. Entre los primeros: el de Términos
municipales (obligación de emplear preferentemente braceros del municipio), los de
jornada de ocho horas, salarios mínimos y Decreto de Laboreo Forzoso.

España se disponía a elegir un Parlamento constituyente, las votaciones se


celebraron el 28 de junio, con un 70,14% de participación y una indiscutible victoria de la
coalición republicano-socialista. Las Cortes, abiertas el 14 de julio, contaban por primera
vez con un importante número de diputados obreros y eligieron como presidente a
Besteiro. La Constitución de la Segunda República española era votada el 9 de diciembre
de 1931. Al día siguiente, Alcalá Zamora era elegido presidente de la República, el 15 de
diciembre Azaña formaba su gobierno. Con esto se iniciaba el

Niceto Alcalá Zamora y Manuel Azaña

202
Bienio reformista

Aunque la crisis económica mundial azotaba ya a numerosos países europeos, sus


efectos no se notaron en España hasta bien entrado 1931. Las buenas cosechas de 1932
elevaron la renta per cápita, también aumentó el número de sociedades anónimas y de
capitales invertidos. Los años 1931 y 1932 no fueron, pues, tan nefastos para la economía
española como siempre quisieron presentarlos.

La reforma agraria en sentido estricto empezó a estudiarse en 1931 por una


Comisión Técnica ad hoc:

De dicha comisión, presidida por Felipe Sánchez Román, catedrático de la Universidad de Madrid,
formamos parte 6 ingenieros agrónomos, 2 ingenieros de montes, 4 economistas, 8 juristas, 4
profesores especializados en geografía, 5 agricultores, 2 obreros y 2 oficiales administrativos (…)
Dada la urgencia de remediar la situación de los campesinos, se le dio prioridad al problema de los
latifundios, formando parte de esta subcomisión el presidente señor Flores de Lemus y Viñuelas y
los ingenieros agrónomos Rodriguez y yo. 242
El dictamen sobre la Reforma Agraria que preparó la “Comisión Técnica” de Flores de Lemus,
Carrión y Sánchez Román, no satisfizo al Gobierno, que preparó un nuevo proyecto (terminado el
25 de agosto de 1931), en el que se planteaba la reforma en términos menos progresistas y
racionales.243

Otro aspecto polémico fue la campaña contra la política triguera de Marcelino


Domingo. La Unión Económica (que reunía a todas las patronales) convocó en abril de
1932 la primera asamblea económico-agraria para oponerse a la reforma. Asturias figuró
en 1932 a la cabeza en número de huelgas; en segundo lugar Barcelona y Valencia y en
tercero Sevilla.

En cuanto a los partidos políticos y organizaciones sociales hay que decir que los
partidos republicanos gubernamentales no avanzan mucho; por el contrario, el Partido
Radical de Lerroux afianzó su sistema de comités locales. En la derecha, la evolución más
importante es la de Acción Nacional, cuya presidencia ostenta Gil Robles, pasando en abril
de 1932 a llamarse, por imperativo legal, Acción Popular. El Partido Socialista celebró su
Congreso en octubre de 1932, confirmando la táctica “colaboracionista” de Prieto y eligió
presidente a Largo Caballero, que venció a Besteiro. Por su parte, la CNT desde el verano
de 1931 siguió una táctica de lucha frontal.

En la primavera de 1932 era notorio que se conspiraba: Sanjurjo con Godet y


ambos con Melquíades Álvarez. Conspiraban también en el sur de Francia y en el norte de
España, José Félix de Lequerica y el duque de Medinaceli y también el pretendiente a la
Corona Alfonso Carlos. Con unos y con otros colaboraban generales de extrema derecha
como Cavalcanti y Fernández Pérez. En el verano los conspiradores pasaron a la acción, en
la madrugada del 10 de agosto fuerzas del Depósito de la Remonta asaltaron Correos y el
Ministerio de la Guerra, pero habían fallado la Guardia Civil y el regimiento del Cuartel de
la Montaña. Pero el complot tenía otro dispositivo en Sevilla, donde Sanjurjo proclamó el
estado de guerra; mientras Triana y otros barrios populares eran ocupados por los obreros,
las manifestaciones contra Sanjurjo llegaban a las calles céntricas: todo había terminado.

242
Carrión, Pascual, La reforma agraria de la Segunda República y la situación actual de la agricultura
española, Ariel, Barcelona, 1973.
243
Tamames, Ramón, España 1931-1975, una antología histórica, Planeta, Barcelona, 1980.

203
En estas circunstancias el gobierno quiso aprovechar la coyuntura emotiva para
jugar una baza: se trataba de una base adicional a la LEY DE REFORMA AGRARIA,
expropiando todas las propiedades rústicas de la Grandeza de España, sin otra
indemnización que la de las mejoras útiles realizadas. El gobierno Azaña aprovechó para
hacer votar en un solo día la LEY DE BASES DE LA REFORMA AGRARIA y el Estatuto de
Autonomía de Cataluña. El primero de noviembre el gobierno promulgó el DECRETO DE
INTENSIFICACIÓN DE CULTIVOS. También en otoño de 1932, Albornoz presentó en nombre
del gobierno el PROYECTO DE LEY DE CONGREGACIONES RELIGIOSAS, por éste los templos
y monasterios pasaban a ser de propiedad pública, pero cedidos a la Iglesia para su uso y
las Congregaciones privadas del ejercicio de la enseñanza.

Pero fue en 1933 cuando la situación pareció súbitamente complicarse. Bajó la


producción, el paro forzoso, considerablemente aumentado, agravó la condición obrera y
tuvo lugar la tragedia de Casas Viejas. Todo empezó por el deseo del Pleno de Regionales
de la CNT, celebrado en Madrid a finales de 1932, de suscitar un alzamiento
revolucionario. Algunos creyeron que la orden procedía del Comité Nacional de la CNT y
se lanzaron al movimiento. En el pueblecito de Casas Viejas, de la provincia de Cádiz se
sublevaron el 10 de enero y, en un tiroteo con los guardias civiles, dieron muerte a dos de
ellos; un viejo anarquista, “Seisdedos”, se hizo fuerte en su casa, acompañado por sus
hijos, sus nietos y dos vecinos. Pasada medianoche, una compañía de Asalto con
ametralladoras, mandada por el capitán Rojas, optaron por incendiar la casa. Al intentar
huir de las llamas todos, excepto dos, fueron acribillados a quemarropa. Rojas ordenó
después una verdadera “razzia” por el pueblo de todos los que tuvieran armas, se llevaron a
doce hombres, que fueron ejecutados.

Al reanudarse las sesiones del Parlamento, Eduardo Ortega y Gasset explanó una
interpelación sobre Casas Viejas. Cometió entonces Azaña una de esas ligerezas verbales
suyas que tan caras pagó: “En Casas Viejas no ha ocurrido, que sepamos, más que lo que
tenía que ocurrir”.

Todas las ventajas que el gobierno tenía en el segundo semestre de 1932 habían
desaparecido en la primavera de 1933. La crisis se agudizaba, el paro y las huelgas
aumentaban. Para los patronos agrícolas el gobierno era el principal causante de sus males.
Para las entidades religiosas lo más duro parecía ser la prohibición total de ejercer la
enseñanza y no cabe olvidar que las élites de las clases dominantes se habían formado en
los colegios religiosos selectos y en las universidades de Deusto y El Escorial. En
Extremadura, a pesar de la Ley de Intensificación de Cultivos, hubo nuevas ocupaciones de
tierras. Por su parte, los propietarios agrarios estaban dispuestos a dar la batalla a la
reforma agraria y en el mes de marzo nacía la Confederación Patronal Agraria que, desde
su creación, concentró sus fuegos contra los ministros Largo Caballero y Marcelino
Domingo.

Este es un período en que la patronal agraria utiliza ampliamente los partidos


políticos y cuyo acto de mayor alcance histórico fue la constitución definitiva de la
Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) en asamblea celebrada en Madrid
del 28 de febrero al 5 de marzo de 1933.

En el verano de 1933 se planteó una crisis total y Alcalá Zamora encargó a Besteiro
la formación de un nuevo gobierno, que no pudo llevar a cabo. Al final fue de nuevo

204
Azaña quien formó gobierno con escasas variaciones. En septiembre, Alcalá Zamora, forzó
la situación, abrió consultas y ofreció el poder a Lerroux, cuyo primer gobierno duró veinte
días. Pero fue Martínez Barrio, todavía lugarteniente de Lerroux, el encargado de formar
un gobierno de “concentración” republicana, con el decreto de disolución en el bolsillo y la
subsiguiente convocatoria de elecciones.

En las elecciones, celebradas 19 de noviembre, votó el 67,46% del censo electoral:


Cádiz, la provincia de Sevilla y la de Málaga marcaron las más altas cotas de
abstencionismo. En la campaña electoral las izquierdas fueron divididas y las derechas
unidas. Cuando quedó constituido definitivamente el Congreso su composición era la
siguiente: derecha 227 puestos (a la cabeza CEDA con 115), centro 144 (en primer lugar
Radicales con112), izquierda 101 (PSOE 61). Los socialistas no habían sufrido pérdida de
sus bases electorales; en cambio, los partidos republicanos de izquierda se desplomaron,
con excepción de Ezquerra de Cataluña.

Bienio restaurador

Ahora podía formar gobierno Lerroux sin miedo de que le derrotaran en el


Parlamento; le bastaba negociar con la derecha cedista y agraria. Gil Robles, que por
primera vez había sido llamado a consultas, manifestó su apoyo a Lerroux. El gobierno del
18 de diciembre obtuvo un confortable voto de confianza, solo votaron en contra los
socialistas, la Ezquerra, los raros republicanos de izquierda y el grupo monárquico y
tradicionalista.

Lerroux concebía su misión como una rectificación y pacificación (…) Y propuso ganarse a las
masas de católicos y monárquicos mostrando que la República podía proteger a la Iglesia y el
derecho de propiedad (…) Pero lo mismo que Azaña había dependido de los votos de los socialistas,
Lerroux dependía de las derechas.244

Se iba rápidamente a una Ley de Amnistía pedida por la derecha. El 11 de febrero


se derogaron las disposiciones de intensificación de cultivos. Un decreto de 4 de mayo
anuló las expropiaciones de fundos de la nobleza hechas después del 10 de agosto. Había
empezado el gran desquite de los patronos.

En el panorama de los partidos políticos al comenzar el segundo bienio, la extrema


derecha seguía sin aceptar la legitimidad del régimen. La Falange, creada en octubre de
1933, se fusiona con las JONS el 13 de febrero de 1934. La CEDA representaba la vía de
acceso legal al poder, para barrer lo que ellos llamaban revolución. En el Partido Radical, a
primeros de mayo la separación de Martínez Barrio y 19 parlamentarios condujo a la
formación del partido Radical-Demócrata, que daría nacimiento a Unión Republicana.
Acción Republicana, el Partido Radical-Socialista Independiente (M. Domingo) y la ORGA,
constituían en abril de 1934, el nuevo partido de Izquierda Republicana. El año 1934 fue
decisivo para el Partido Socialista, la izquierda de Largo Caballero y el centro de Prieto
llegaron a un entendimiento pragmático y coyuntural: la preparación de un movimiento
revolucionario si la CEDA llegaba al poder.

244
Jackson, Gabriel, La República y la guerra civil, Grijalbo, México, 1967.

205
Las Cortes se abren el 1.º de octubre. En la tarde del día 4 la entrada de la CEDA en
un nuevo gobierno Lerroux es un hecho, participa con tres ministros. Largo Caballero se
reúne en el local de la Ejecutiva de la UGT, se iba a pasar a la acción. El 5 de octubre el
paro era general en todas las ciudades del país, en cambio en el campo nada pasaba.

En Asturias en 24 horas los obreros que habían atacado todos los cuartelillos de la
Guardia Civil de la zona minera se apoderaron de cuarenta de ellos. De hecho, el 6 de
octubre, un poder obrero, que orgánicamente se expresaba por comités comunes se
instalaba ya a nivel local en la zona minera. Las columnas obreras comienzan la
penetración hacia Oviedo, al tiempo que en Gijón se construyen barricadas.

En Madrid las milicias socialistas mandadas por el capitán Condés fracasaron en su


intento de asalto al Ministerio de la Gobernación y al Parque Móvil. En la madrugada del 8
eran detenidos en el estudio del pintor Quintanilla, De Francisco, Hernández Zancajo,
Santiago Carrillo y otros. Largo Caballero y Prieto estaban en otros lugares. El día 5 toda
Cataluña estaba en huelga. Companys vaciló durante día y medio, fue el día 6 cuando
decidió pasar a la acción proclamando el “Estado Catalán de la República Federal
Española”, el Ayuntamiento se adhirió a esa declaración, pero no el jefe de la división
orgánica, general Badet, quien, a las órdenes del gobierno Lerroux proclamó el estado de
guerra; desde las once de la noche la artillería tiró sobre la Generalitat, a las seis de la
mañana se rendía Companys con todo su gobierno. En Euskadi la huelga duró hasta que el
día 12 la UGT dio orden de volver al trabajo; en Guipúzcoa los revolucionarios tomaron el
poder local en Eibar y Mondragón; Eibar tuvo que ser tomado por columnas militares.

Del mando en Asturias fue encargado el general López Ochoa, en principio tuvo
que retroceder, volvió a avanzar y el 11 por la tarde llegó a Oviedo. A mediodía del 12, los
legionarios y regulares mandados por Yagüe iniciaban el asalto de Oviedo. El balance de
sangre de octubre fue muy duro: 1051 muertos y 2051 heridos “paisanos”; 284 muertos y
900 heridos de fuerza pública y ejército. Los pelotones de ejecución funcionaron el mes de
febrero de 1935. En el mes de marzo se formó el Comité de Ayuda, que prefiguraba lo que
luego sería el Frente Popular, entraron en él la UGT, la CGTU, el PSOE, el PCE, la FUE. Al
mismo tiempo, la unidad socialista-comunista se había reforzado desde octubre. El 6 de
mayo se formaba otro gobierno con cinco ministros cedistas, encabezados por Gil Robles
como ministro de la Guerra.

El verano de 1935 también sería dramático para las gentes sencillas del país: las
Cortes votaron una Ley de Contrarreforma Agraria, no se renovó la Ley de Yunteros, los
salarios agrarios siguieron bajando y el paro aumentaba. Mientras tanto, la derecha se
debatía entre la ruta legalista de Gil Robles y la de la violencia de Calvo Sotelo.

El Frente Popular

La crisis de gobierno se presentó el 19 de septiembre, Alcalá Zamora planteó a


Lerroux que no podía seguir siendo jefe de gobierno. Lo fue Joaquín Chapaprieta,
acumulando Presidencia y Hacienda, Lerroux pasaba a Estado y seguía Gil Robles. El 28
de octubre se hundía el Partido Radical. El segundo gobierno Chapaprieta nació con apenas
vida. Tras un encargo a Miguel Maura de formar gobierno, frustrado por la oposición de
CEDA, Portela Valladares consiguió formarlo el 2 de diciembre, sin la CEDA y los radicales.
El 31 de diciembre el gobierno se deshacía , Porterla formaba otro gabinete, pero esta vez

206
con el Decreto de disolución de las Cortes en el bolsillo, las elecciones se convocaron para
el 16 de febrero. El pacto constitutivo del Frente Popular se firmaba el 15 de enero. En el
frente contrarrevolucionario, la CEDA, los monárquicos y los tradicionalistas pudieron
llegar a un acuerdo, pero fracasaron todas las negociaciones entre Gil Robles y J. A. Primo
de Rivera.

El 16 de febrero España votó en calma. El Frente Popular había triunfado en 37


circunscripciones y en todas las ciudades de más de 150.000 habitantes; contaba
definitivamente con 257 diputados, la derecha con 139 y el centro con 57. En la mañana
del miércoles 19, Portela se negó a seguir en la presidencia y fue necesario convencer a
Azaña, que hubiera preferido esperar. Aquella tarde Azaña formaba un gobierno de
republicanos de izquierdas solamente, pero sostenido por los partidos obreros (socialistas y
comunistas).

Los generales Mola, Orgaz, Varela, Saliquet y Franco se reunieron en la primera


semana de marzo, “para acordar un alzamiento que restableciera el orden interior y el
prestigio internacional de España”. La Junta Suprema Militar Carlista, instalada en San
Juan de Luz, preparaba un alzamiento. Falange, que buscaba un camino de “revolución
preventiva”, fue declarada ilegal el 15 de marzo y J. A. Primo de Rivera encarcelado.

El gobierno se apresurará para promulgar el 21 de febrero una amplia amnistía; se


reanudó la aplicación de la LEY DE REFORMA AGRARIA, desde febrero al 17 de julio fueron
expropiadas 537.475 hectáreas, distribuidas entre 108.000 familias campesinas.

El Congreso se constituyó el 3 de abril. Indalecio Prieto obtuvo de su grupo


parlamentario el acuerdo para destituir a Alcalá Zamora. Azaña era elegido presidente de la
República, pero los socialistas, en plena crisis interna, donde Largo Caballero tenía la
mayoría, bloqueó la designación de Prieto para formar gobierno, entonces Azaña designó a
Casares Quiroga, que formó un gobierno de intelectuales republicanos, de pequeña
burguesía, vinculada con cierta burguesía media.

Ya empieza a correr el viento de la guerra próxima. En su discurso electoral de


Cuenca en mayo de 1936, Indalecio Prieto prevé cómo Franco se convertirá el verdadero
Caudillo del levantamiento contra la República245:

El general Franco, por su juventud, por sus dotes, por la red de sus amistades en el ejército, es
hombre que, en momento dado, puede acaudillar con el máximo de probabilidades un movimiento
de este género.246

El 12 de julio, pese a las tensiones y a la gravedad de la situación, la mayoría de la


izquierda –y, desde luego, el gobierno- no esperaba un estallido inminente. Y aquel día, a
primera horas de la noche el teniente de Asalto José del Castillo era asesinado por unos
pistoleros (al parecer, de Falange). La réplica fue inminente, un grupo de guardias de
Asalto, acompañados por el capitán de la Guardia Civil, Fernando Condés y por el
socialista Victoriano Cuenca sacan de su casa a Calvo Sotelo, quien es abatido de un
pistoletazo. En la reunión de la Diputación permanente de las Cortes del día 15, la
intervención más dura fue la de Gil Robles, aunque “no creía que el gobierno esté
directamente mezclado en un hecho criminal de esta naturaleza”, amenazador agregó
245
Tamames, Ramón, ob. cit. pág. 107.
246
Prieto, Indalecio, Discurso en Cuenca, La conquista interior de España, 1 de mayo de 1936.

207
“vosotros que estáis propagando la violencia, seréis las primeras víctimas de ella”. Cuando
cerca de las tres de la tarde, Martínez Barrio levantó la sesión, la tragedia española era ya
irreversible. La noche del mismo día 15, en Pamplona los hombres de garantía en aquella
ciudad de la legalidad republicana. La mañana del 18 de julio, Casares Quiroga reunía por
última vez a sus ministros. Un periodo de la historia de España había terminado.247

2. ACTUACIONES CATASTRALES DE LA REPÚBLICA

La proclamación de la República el 14 de abril de 1931 con el triunfo de las


candidaturas de la conjunción republicano-socialista, supuso un cambio de régimen en
sentido democrático y, en la cuestión catastral, un giro en dirección contraria al definido
por la dictadura de Primo de Rivera.

Por decretos de 21 y 23 de abril de 1931, al Instituto Geográfico y Catastral se le


unieron los servicios de Estadística, cambiando su denominación por Instituto Geográfico,
Catastral y de Estadística. Las actividades cartográficas del Instituto, favorecidas en la
época de la dictadura, sufrieron un severo recorte, eso sí, se potenciaron las labores
estadísticas que facilitarían la información necesaria para desarrollar el programa de
reformas sociales incluidas en el proyecto político del gobierno republicano.

La política agraria de la República tenía como objetivo fundamental llevar a efecto


sus proyectos de reforma agraria. Para desarrollarlos, el Catastro debería constituir un
instrumento imprescindible para la obtención de los datos básicos de esta reforma. Pero al
no disponerse de un Catastro adecuado a estos fines, la reforma agraria tuvo que agenciarse
otra fuente de información donde conseguir los datos necesarios para determinar las
propiedades susceptibles de ser expropiadas y ésta no podía ser otra que el Registro de la
Propiedad, a partir del cual se elaboró un Registro de la Propiedad Expropiable en 1933;
pero para las valoraciones se tomaron como referencia las evaluaciones catastrales,
circunstancia que –paradójicamente- llevó a algunos propietarios a protestar por la
subestimación de unos valores que en 1922-1923 habían rechazado por excesivos. Otras
medidas más o menos radicales del bienio reformista tuvieron el mismo efecto, así ocurrió
con un decreto de 1931 que graduó la renta a pagar por los arrendatarios de fincas rústicas
tomando como referencia la renta catastral, además se establecía una prórroga forzosa de
los contratos de arrendamiento.

Los cambios legales que afectaron específicamente al catastro comenzaron al día siguiente de la
proclamación de la República, con el proceso general de revisión de la legislación de la dictadura
que puso en marcha el gobierno provisional. Si, por el momento, Prieto mantuvo en vigor el catastro
topográfico parcelario para no detener bruscamente los trabajos, en seguida el Ministerio de
Hacienda propuso a las Cortes la derogación del decreto-ley de 1925 y toda la normativa catastral
dictada desde entonces; Carner revalorizó el sistema bifásico de 1906, defendió las virtudes fiscales
del avance catastral y apuntó las líneas generales de la reforma (…): democratización de las juntas
periciales y sustitución de los croquis por fotografías aéreas 248.

247
Historia de España dirigida por Manuel Tuñón de Lara, tomo 9, Segunda Parte: La Segunda República,
por Manuel Tuñón de Lara, pp. 107-226. – Ed. Labor, Barcelona, 1982.
248
Juan Pro, ob. cit., pág. 314.

208
Y es que durante el primer bienio de gobierno republicano, bienio reformista, se
vuelve a la idea de un catastro fiscal, potenciado ahora por la incorporación de una
novedad tecnológica: la utilización de fotogramas aéreos para las croquizaciones, que
venía a terciar en el debate entre partidarios de levantamientos topográficos parcelarios y
los que defendían las croquizaciones del avance. Una novedad de tamaña envergadura
merece que se le dedique un epígrafe introductorio.

2. 1. LA FOTOGRAFÍA AÉREA Y SUS APLICACIONES AL CATASTRO.

La fotografía fue inventada en 1828 por Nicéphore Niepce. Las primeras


fotografías aéreas fueron tomadas desde un globo, en 1855, en los alrededores de París por
Félix Tournachon, muy célebre en su época bajo el seudónimo de “Nadar”. El mismo
Nadar intuyó que la fotografía aérea podría emplearse para “efectuar levantamientos
topográficos, hidrográficos, catastrales y para operaciones estratégicas”. Pero el desarrollo
real de la fotografía aérea no tuvo lugar hasta la aparición del avión. En 1911 el ejército
italiano empleó la fotografía desde avión en Libia, y poco después el español hizo lo
mismo en Marruecos. La fotografía aérea experimentó un notable incremento durante la
Primera Guerra Mundial, en que fue utilizada ampliamente con fines de reconocimiento.
Comenzaron entonces a fabricarse máquinas fotográficas especialmente dedicadas a su
empleo desde aviones.

La utilización de las fotografías aéreas puede hacerse en diversas formas, que se


suelen agrupar en dos grandes apartados: fotointerpretación y fotogrametría. La
fotointerpretación pretende obtener, del estudio de las fotografías de una determinada
región, el desarrollo que en ella tiene cualquiera de los fenómenos naturales o artificiales
que pueden presentarse: los geológicos o los de la vegetación, las comunicaciones o la
arqueología. A estos efectos, debe tenerse en cuenta que en la fotografía aérea aparecen no
sólo los detalles que pueden encontrarse en un buen mapa, sino muchos otros imposibles
de representar a ninguna escala; y no aparecen dibujados mediante signos convencionales,
sino mediante sus propias imágenes. La fotogrametría es una técnica cuyo fin es la
realización de mapas, mediante el empleo de fotografías y la realización de algunos
trabajos fundamentales en el campo; es decir, que la fotogrametría es una modalidad
moderna de la topografía249.

249
Vázquez Maure, Francisco y Martín López, José, Fotointerpretación, Instituto Geográfico Nacional,
1988, pp. 9 a 11 y 131.

209
Avión efectuando un vuelo de obtención de fotogramas aéreos.

En los albores de la República, la utilización de fotografías aéreas con fines


catastrales no era una novedad, hacia 1923 se realizaban ensayos de aplicación de estos
fotogramas con fines catastrales en Alemania, Suiza y Francia. En nuestro país no se iba a
la zaga, pues un Real Decreto de fecha 10 de septiembre de 1923 autorizaba a la
Subsecretaría de Hacienda para hacer ensayos y buscar una solución económica y rápida
con las fotografías aéreas para aplicarlas a los trabajos del Avance catastral.250

Por iniciativa del ministro de Hacienda Manuel Villanueva se envió a Francia una comisión de tres
ingenieros agrónomos (Oteyza, García Badell y Carreras) para estudiar el sistema fotográfico.
Aquella comisión informó favorablemente al ministro, por lo que en septiembre de 1923, y de
común acuerdo con el Instituto Geográfico, éste autorizó la realización en España de ensayos de
fotografía aérea con aplicación al catastro (…)
Mientras tanto, en el interior, (…) la iniciativa privada. Hubo un primer proyecto, bastante
descabellado, que consistía en tomar fotografías desde globos cautivos (…)
Una iniciativa de más alcance fue la fundación de la Compañía Española de Trabajos
Fotogramétricos Aéreos (CEFTA) en 1927. Su promotor era Julio Ruiz de Alda, que había trabajado
en fotografía aérea con fines de topografía militar en Marruecos en 1922 (…). Su primer trabajo fue
el levantamiento fotogramétrico del plano de Azuqueca (Guadalajara) (…). A la vista de los
resultados la CEFTA ofreció sus servicios al Instituto en 1928, pero no consiguió la concesión.
La CEFTA se dirigió entonces a la Dirección General de Propiedades y, a base de ofrecer ensayos
gratuitos, consiguió que el Ministerio de Hacienda le encargara oficialmente levantamientos
experimentales (…). Estos trabajos, que abarcaban unas 3.000 ha., fueron realizados gratuitamente
con la participación de Pando (ingeniero de montes) y García-Badell (agrónomo) (…). El Instituto
Geográfico (…) se interesó entonces por los trabajos de la CEFTA, con la cual emprendió una serie
de ensayos conjuntos en 1930 en Prat de Llobregat y Fontrubí (Barcelona) (…) los partidarios de la
fotografía aérea irían ganando terreno en la opinión pública en 1930 y 1931 (…).
La diputación de aquella provincia (Navarra), dada la autonomía fiscal que le concedían sus
fueros, había emprendido desde 1930 el levantamiento de su propio catastro, apoyándolo en trabajos
de fotogrametría aérea realizados por la CEFTA (…)
Una comisión mixta del Ministerio de Hacienda y del Instituto Geográfico (formada por Martínez
Cajén, García Badell, Suárez-Inclán, Pando y Aznar) se trasladó a Navarra para examinar la
fiabilidad del trabajo realizado, que abarcaba más de 200.000 hectáreas de terreno. En su dictamen
concluyó que los errores surgidos en la práctica entraban dentro de los márgenes tolerables por el
sistema de avance catastral.251

250
García-Badell, Gabriel, El Catastro de la Riqueza rústica en España, Ministerio de Agricultura, pág. 67.
251
Pro, Juan, ob. cit., pp. 310-312.

210
El personal de Peritos Agrícolas no habría de permanecer impasible ante estos
cambios y con fecha 27 de mayo de 1931, la Asociación de Ayudantes del Servicio
Agronómico y la Asociación Nacional de Peritos Agrícolas, conjuntamente, firman un
documento de 22 folios titulado: PROYECTO PARA CATASTRAR EN CINCO AÑOS LA ESPAÑA
AMILLARADA. Consta de varios apartados, con el siguiente extracto:

1. Ligera reseña de los trabajos catastrales realizados en España hasta la fecha.- Comenzando
por los ensayos de 1895 en la provincia de Granada y su extensión a otras provincias de Andalucía.
Menciona los efectos de la Ley de 1906, Reglamento de 1913 y Reglamento de 1917. Al ocuparse
de la Dictadura, dice que “en su ignorancia dio satisfacción a los intereses bastardos de los grandes
propietarios dictando el Decreto-Ley de 2 de abril de 1925.

2. Lo que procede hacer.- Dice que la situación no puede prolongarse puesto que existen
provincias que contribuyen en régimen de cupo basado en amillaramientos realizados a satisfacción
de los caciques, árbitros de la vida rural y que tanto importa al gobierno de la República desarraigar.
Y eliminando el parcelario, solamente dos caminos pueden seguirse: continuar el avance, volviendo
a la croquización, o sustituir ésta por las fotografías a escala que proporciona la moderna fotografía
aérea.

3. Crítica del Avance a base de croquización.- Comienza censurando el procedimiento en


cuanto al cuadre de superficies por prorrateo y los fraudes que favorecía. Para ultimar en cinco años
el avance de los 22 millones de hectáreas en régimen de cupo, estima son necesarios 18 jefes
provinciales, 1.660 peritos, 600 auxiliares administrativos y 155 delineantes, o sea 2.433
funcionarios. Y esto a base de que el perito croquizaba y valoraba al mismo tiempo y se suprimiesen
las jefaturas de brigada. Al terminar el avance, la Administración se vería ante el problema de
encontrar ocupación a más de 1.500 funcionarios cuya misión catastral habría terminado.

4. Crítica del procedimiento aerofotográfico.- Técnicamente los resultados relativos a


exactitud planimétrica son más que suficientes a las necesidades del servicio, muy superiores a los
obtenidos en el Avance y ligeramente inferiores a los que pueden alcanzarse en el parcelario.
Además los grandes detalles que la fotografía contiene facilitan el replanteo de lindes dudosas y
reduce o elimina al mínimo las equivocaciones, pues la imagen fotográfica no las admite; también
suministra datos del mayor interés como coloración del terreno, número de árboles, densidad de
arbustos, terrenos pantanosos. Facilidad con que los propietarios de las fincas las reconocen sobre
las fotografías. En resumen: el sistema fotográfico aéreo es el único capaz de conseguir ultimar el
catastro de España en cinco años.

5. El trabajo fotogramétrico debe hacerse por la industria privada.- El Estado no dispone hoy
de organización adecuada para esta clase de trabajos, por lo que procede realizarlos por contrata con
la industria privada.

6. Transición del actual al nuevo sistema.- Partiendo de la base de que se pueden obtener
fotografías a escala de los predios con un error en la superficie menor del 1,5% en terrenos
ligeramente accidentados y del 3,5% (excepcionalmente del 4 o 4,5%) en los de gran pendiente y la
posibilidad además de un rendimiento anual de 5 millones de hectáreas, disponemos del medio de
llegar a catastrar en cinco años la España amillarada. Para que en las fotografías aparezcan bien
definidas las líneas límite de los términos municipales, se hace preciso el deslinde y amojonamiento
previo de los mismos.

7. Estructuración del nuevo plan.- Se trata del apartado más amplio del trabajo, que ocupa la
mitad de su extensión. En él se describe de forma detallada el método de ejecución de las distintas
operaciones, que permitirían catastrar en cinco años la superficie (22 millones de hectáreas) que
tributan por cupo. La clave se establece en una premisa básica: “Realización de toda la labor pericial
del catastro por un funcionario único, suficientemente capacitado. Personal de esta clase de que
dispone el Estado (…). Para esta labor técnica dispone el Estado español de un personal hecho a la
medida, cual es el de Peritos agrícolas, entre cuyas misiones básicas destacan las de medir y tasar
(esto trae a la memoria una propuesta similar contenida en la Segunda Moción de 1925) (…) Claro

211
es que los ingenieros agrónomos están también legalmente capacitados para realizar esta función,
pero (…) emplear en ella a un ingeniero es privar a la Nación de la labor de un técnico preparado
para empresas de más altura”. En cuanto al rendimiento, dice que un perito puede indentificar y
clasificar diariamente 70 parcelas con 56 hectáreas, y suponiéndole dedicado exclusivamente a ello
durante 150 días, su rendimiento anual sería de 8.400 hectáreas y 10.500 parcelas. “En el resto del
año superficiará las parcelas, confeccionará las cuentas de gastos y productos que no haya ultimado
en los pueblos y estará en estos en los plazos hábiles para las reclamaciones”. Termina con un
Presupuesto de gastos, que comprende: sueldos, gratificaciones, gastos de campo , alquileres de
oficinas e importe del servicio aerofotogramétrico (4.502.400 hectáreas a 1,75 pesetas la hectárea),
con un total de 24.600.000 pesetas anuales.

Otro documento de interés procedente de los archivos de la Asociación es el


titulado Proyecto de formación del Catastro rápido nacional, elaborado por la Compañía
Española de Trabajos Fotogramétricos Aéreos (CEFTA).

Este proyecto no está fechado, pero puede presumirse que se elaboró entre julio de
1931 y agosto de 1932. La primera fecha se estima por alusiones que se hacen en el
documento a una conferencia de Paulino Martínez Cajén, pronunciada el 25 de junio de
1931 y la segunda porque no contiene mención alguna a la ley de 6 de agosto de 1932. Este
proyecto es un intento más de CEFTA por conseguir hacerse con la contrata del trabajo
fotogramétrico del Catastro.

En la primera parte, titulada Exposición y propuesta, se comienza analizando el


estado actual del Catastro en España, donde faltan por catastrar 5.019 términos municipales
con una extensión total de 22.350.550 hectáreas. Hasta el 1.º de enero de 1929 se han
puesto en vigencia 21.046.941 hectáreas, con un precio medio del trabajo (según las
estadísticas de los últimos cinco años) de 6,10 pesetas la hectárea. Para catastrar las más de
22 millones de hectáreas que faltan son precisos:

- Por Catastro Parcelario ……………………………….. 382.068.207 ptas. y 57 años.


- Por Avance Catastral …………………………………. 136.338.355 ptas. y 22 años.
- Por Catastro Rápido Nacional con empleo de
fotogrametría aérea……………………………………. 122.928.025 ptas. y 5 años.

212
La rápida realización del Catastro es una urgente necesidad nacional por las
siguientes razones:

a) Justicia tributaria.- La lentitud de los procedimientos empleados han dividido a los


contribuyentes en dos grupos en que la desigualdad es manifiesta: los que tributan por cupo
y los que lo hacen por cuota.
b) Aumento de la Tributación Territorial.- La estima en 40.705.845 pesetas al año, por la
superficie que falta por catastrar.
c) Problema agrario.- Base imprescindible para resolverlo es el conocimiento exacto de la
riqueza rústica.

El propio proyecto contiene una propuesta:

Por todo lo anterior nos permitimos presentar la siguiente proposición concreta al Excelentísimo
Sr. Ministro de Hacienda.
“Debe procederse lo antes posible a la formación del CATASTRO RÁPIDO NACIONAL, obteniendo la
parte planimétrica por medio de la fotografía aérea y la Agronómica por el personal del Servicio de
Catastro de Rústica dependiente del Ministerio de Hacienda”.
Consideremos fundamental que se contrate con la industria privada el trabajo fotogramétrico aéreo
porque no es una cuestión de recursos, sino de preparación y especialización y es lógico que el
Estado aproveche la experiencia adquirida, porque así se asegura el cumplimiento de los plazos que
estipule y finalmente porque sabrá exactamente lo que va a costarle.
Creemos en cambio que es imprescindible tanto por su carácter fiscal y público, como por su bien
cimentada especialización en la materia, que la parte agronómica sea realizada en su totalidad por el
personal técnico del citado ministerio.

Sorprende la coincidencia de los anteriores trabajos en algunas cuestiones básicas.


Ambos opinan que el trabajo fotogramétrico debe encomendarse a la iniciativa privada y,
en cuanto al presupuesto total del trabajo, para los peritos serían 123.000.000 pesetas
(24.600.000 ptas. anuales x 5 años) y CEFTA lo estima en 122.928.025 pesetas. Parece
lógico pensar que entre ambos debió existir un intercambio de información y opinión. En
cualquier caso, el trabajo de los peritos, fechado el 27 de mayo de 1931, es anterior al de
CEFTA.

2. 2. LEY DE 6 DE AGOSTO DE 1932: LA FOTOGRAFÍA AÉREA EN CATASTRO.

Dictada siendo presidente de la República Niceto Alcalá-Zamora y Torres y


ministro de Hacienda Jaime Carner Romeo.

La Ley de 6 de agosto de 1932 deroga el Decreto-Ley de 3 de abril de 1925, declarando en vigor


las leyes de 23 de marzo de 1906, 29 de diciembre de 1910 y los Reales Decretos de 3 de marzo y
10 de septiembre de 1917. Asimismo deroga el Real Decreto de 6 de marzo de 1926.

Esta Ley fija las atribuciones de la Dirección General del Instituto Geográfico con relación a los
trabajos de Catastro, y los de la Dirección General de Propiedades. Dispone que los Geómetras
continúen adscritos al Instituto citado. Autoriza que se sustituyan los croquis a mano alzada del
Avance catastral por las fotografías aéreas del terreno 252.

Con estas palabras inicia la exposición del capítulo que dedica al período 1932-
1934 el eminente ingeniero agrónomo Gabriel García-Badell cuya opinión es doblemente
valiosa: por su prestigio personal y por ocuparse de una temática de la que era un

252
García-Badell, Gabriel, ob. cit., pág. 80.

213
destacado especialista que formó parte de todas las comisiones que debatieron la aplicación
al catastro de la fotografía aérea.

Comentando la exposición de motivos de la ley, Alcaraz dice que ésta vuelve por
los fueros de la de 1906, proclamando con aquélla la conveniencia de dividir en dos
trámites la labor catastral. Y aunque reconoce los esfuerzos del Instituto Geográfico para
llevar a feliz término el Catastro parcelario, declara que su irremediable lentitud es
incompatible con las necesidades urgentes de la Hacienda. Tales razones –añade- hacen
pensar en la conveniencia de reanudar el Avance catastral, y con mucha más justificación
ahora, que se cuenta con la fotografía aérea253.

Del artículado de la ley se reproducen los aspectos más destacables:

Artículo 1.º Se deroga el Real decreto de 3 de abril de 1925 (…). En consecuencia, se declaran en
vigor los preceptos contenidos en las leyes de 23 de marzo de 1906 y 29 de diciembre de 1910 y en
los Reales decretos de 3 de marzo y 10 de septiembre de 1917 (…)
Art. 2.º La Dirección general del Instituto Geográfico, Catastral y de Estadística deberá:
d) Organizar la labor topográfica necesaria para formar y conservar los planos parcelarios de
la propiedad rústica en los partidos judiciales donde se hubiese terminado o se termine el
Avance catastral (…).
e) Atender también a la conservación de los planos parcelarios (…).
f) Facilitar a la Dirección general de Propiedades y Contribución territorial (…) los planos
planimétricos de los términos municipales y de los polígonos topográficos situados dentro
de cada uno de tales planos, con el complemento de fotografías, caso de utilizarse este
procedimiento (…).
g) Realizar, de acuerdo con la Dirección de Propiedades y Contribución territorial, la labor
topográfica necesaria para la formación de planos parcelarios en los partidos judiciales o
términos que tributen en régimen de amillaramiento (…).
Art. 4.º A los efectos de los artículos anteriores, continuará adscrito a la Dirección general del
Instituto Geográfico, Catastral y de Estadística el personal que actualmente lo está de Geómetras,
Delineantes y del Cuerpo Administrativo y Calculador.
Art. 5.º La identificación de las parcelas y subparcelas rústicas o forestales en el período de
avance catastral, que seguirá encomendada al personal de Ingenieros y sus Ayudantes al servicio del
Ministerio de Hacienda, se realizará, en su caso, sobre las copias de fotografías del terreno obtenidas
desde el aire, a la par que se ejecuten los trabajos de valoración.
Art. 6.º (…) quedando autorizado el Ministerio de Hacienda para abrir un concurso entre
Empresas nacionales que faciliten fotografías en las condiciones que se requiere (…)
Art. 7.º Las hojas declaratorias que deben presentar los propietarios (…) se sustituirán, cuando se
disponga de copias fotográficas del terreno, por relaciones que se someterán a conocimiento de los
interesados en la forma que determine el Ministerio de Hacienda. 254 (…)
Art. 9.º En cada municipio funcionará una Junta pericial, presidida por el Alcalde, y se
compondrá: de dos de los mayores contribuyentes, (…) dos vecinos propietarios agricultores, (…)
un vecino propietario de urbana y otro propietario de montes particulares, (…) un representante de
los propietarios forasteros, (…) un representante de los arrendatarios; otro de los obreros asentados
en el campo y otro de los obreros agrícolas asalariados.

Esta ley a pesar de su brevedad, consta de diez artículos y dos adicionales, es de


gran importancia teórica y podría haber alcanzado un prestigio similar a la de 1906.
Aportaba una democratización de las juntas periciales y, sobre todo, una novedad técnica
importante: la utilización de la fotografía aérea.

253
Alcaraz Martínez, Enrique, ob. cit., pág. 277.
254
La supresión de las hojas declaratorias, que tanto complicaban el proceso, fue una medida muy elogiada
por los ejecutores del Catastro.

214
García-Badell, en la crítica que hace de esta ley, afirma que ésta reconoce
implícitamente que el método de un trabajo topográfico parcelario para toda España, sin la
previa determinación estadística de un Avance catastral, fue un paso en falso, de tantos
como se han dado en esta materia en nuestra legislación:

Con la aplicación que introduce de las fotografías aéreas (…) se evitarán en lo sucesivo los
riesgos en las equivocaciones de los aforos (…).
Hay que hacer resaltar que esta Ley no merma las atribuciones del Instituto Geográfico, puesto
que autoriza a realizar trabajos de verdadera precisión en los pueblos que por su riqueza convenga
hacerlos y en los que proponga el Ministerio de Hacienda.
Publicada esta Ley, se presentó el problema de decidir si los trabajos fotográficos aéreos serían
motivo de un concurso entre las empresas nacionales, o si se habían de realizar con los propios
organismos oficiales del Estado. Predominó el último criterio en el Gobierno, que se reflejó en el
Decreto de 16 de febrero de 1933, por el que se encargaba de los trabajos de vuelos fotogramétricos
a la Dirección General de Aeronáutica; los de gabinete (…) a la Dirección General del Instituto
Geográfico (…) y a la Dirección General de Propiedades de marcar las normas y condiciones de
estos trabajos para su utilización práctica y eficaz (…).
El Decreto de 6 de mayo de 1933 dio las normas a que habían de ajustarse todas las operaciones
fotográficas aéreas, señalando la participación que en ellas había de tener el personal de las
diferentes Direcciones generales.

Finaliza García-Badell su crítica a la Ley de 6 de agosto y decretos


complementarios en tono de pesimismo con relación a las disposiciones que siguieron:

Cuando puede decirse que comenzaba la aplicación de la Ley de 6 de agosto de 1932, que empezó
a ponerse en práctica en agosto de 1933, un decreto de 31 de agosto de 1934 y las Ordenes
ministeriales de de 5 y 19 de septiembre del mismo año, en desacuerdo con su espíritu, daban una
nueva orientación al Catastro. Llamamos nueva orientación a lo que, en realidad, es volver al
método desechado por antiguo e ineficaz del Catastro de masas de cultivo. 255

Por su parte los Peritos Agrícolas del Catastro, Ayudantes aún aunque por poco
tiempo, se expresaron también de forma elogiosa al comentar la Ley de 6 de agosto de
1932. De esta forma lo hace desde Zaragoza José M.ª Viscor:

Esta nueva ley de Catastro viene a confirmar las consideraciones por nosotros expuestas, ya que
ante la lentitud de los trabajos del parcelario (…) en comparación con los del Avance se decide
volver a este procedimiento (…) la fotografía aérea bien hecha (…) es indudablemente un buen
auxiliar, que puede sobre todo a la croquización abreviarla notablemente y obviar algunos de sus
errores o defectos, sobre todo en la fijación de la situación de la parcela y en su forma (…) Es
verdaderamente práctica también la sustitución de la laboriosa y lentísima declaración por hojas
declaratorias, por el procedimiento de exposición de relaciones 256

El 13 de marzo de 1934, durante el gobierno de Lerroux y siendo ministro de


Agricultura Cirilo del Río, en el Consejo de Ministros fue leída y aprobada una petición,
que se plasmó en forma de Decreto, cuyo artículo único dice:

Los Ayudantes del Servicio Agronómico Nacional se denominarán en lo sucesivo Peritos


Agrícolas del Estado; y Cuerpo Pericial Agrícola del Estado al actual Cuerpo de Ayudantes del
Servicio Agronómico Nacional, conservando los Peritos Agrícolas del Estado los derechos, deberes
y funciones inherentes a los Ayudantes del Servicio Agronómico Nacional

En desarrollo del Decreto se publicó la Orden de 29 de marzo de 1934.

255
García-Badell, Gabriel, ob. cit. pp. 81-83.
256
Viscar, José M.ª, Apuntes de Catastro, Zaragoza, 1937, hoja 25 vuelta.

215
Demasiados años habían tardado los Peritos Agrícolas que prestaban servicio en
Catastro, cuyo título expedido oficialmente siempre fue ése, en conseguir que el Estado lo
admitiese del mismo modo en el Cuerpo en que estaban integrados.

2.3. DECRETO 31 AGOSTO 1934: REGISTROS FISCALES POR MASAS DE


CULTIVO.

Los nuevos cambios que iban a producirse en la orientación del Catastro tendrían su
razón de ser en el resultado de las elecciones de 19 de noviembre de 1933, con la victoria
de una coalición de derechas, que inauguraba un nuevo período de la República que se
conoce como bienio restaurador.

El Decreto de 31 de agosto de 1934, junto con la ley de 3 de abril de 1925,


constituyen las disposiciones legales más contestadas por los técnicos del Catastro. La
Asociación Nacional de Ingenieros Agrónomos se manifiesta de este modo en 1935:

El decreto de 31 de agosto vulnera preceptos sustantivos de orden legal superior, puestos en vigor
por la ley de 6 de agosto de 1932 (…) el decreto obligará a retrasar muchos años, por segunda vez y
con grave quebranto para los intereses del Estado, la transformación total del repartimiento de cupo
en cuota. La singular coincidencia en algunos extremos esenciales (como las atribuciones que se
conceden a las Juntas periciales y a los propios contribuyentes) induce a creer que la misma persona
ha llevado sus iniciativas a este decreto y al promulgado por la Dictadura, que tantos trastornos y
retrasos ocasionó al Servicio.257

Con relación al mismo decreto, García-Badell subtitula el capítulo en que lo trata


como UN DECRETO EN DESACUERDO CON LA LEY POR EL QUE SE VUELVE AL RÉGIMEN DE
CATASTRO POR MASAS DE CULTIVO DEL AÑO 1900. Este autor continúa diciendo:

En el preámbulo de este Decreto se afirma que “los trabajos topográficos por masas de cultivo
dieron resultados altamente satisfactorios, con gastos de coste moderados, en diferentes provincias
de España” (?).
Se afirma también que “el Reglamento de 23 de octubre de 1913 introdujo la complicación del
croquis, lo cual encareció la labor y disminuyó el rendimiento, transformando aquella rápida obra
fiscal en algo tan lento, tan costoso como un Catastro parcelario (…) hasta que por Ley de 6 de
agosto de 1932 se introdujo el sistema fotográfico (…)”
“Los hechos expuestos obligan a dictar reglas completas para que los trabajos de Avance catastral
se atengan a lo dispuesto por la Ley de 23 de marzo de 1906, sin encarecer ni complicar la obra con
detalles parcelarios inútiles”258.

El decreto dispone que los trabajos que se realicen por el Ministerio de Hacienda se
efectuarán a base de fotografías obtenidas desde avión. Las fotografías reunirán las
condiciones precisas para realizar el Registro fiscal de la Propiedad rústica.

Los trabajos fiscales confiados al Ministerio de Hacienda se realizarán en dos


períodos sucesivos. En el primero se formará el Registro fiscal. En el segundo período se
llegará hasta la determinación gráfica y evaluación superficial de las parcelas.

La evaluación de la base imponible se hará aisladamente para cada una de las masas
de cultivo, estas masas constituirán secciones fiscales. La evaluación se hará a base de los

257
Asociación Nacional de Ingenieros Agrónomos, ob. cit., pp. 12 y 14.
258
García-Badell, Gabriel, ob. cit., pág. 85.

216
valores reales que se conozcan en la localidad para sus fincas en venta y renta. La
distribución superficial de cada Sección fiscal se confiará en principio a los propios
poseedores, y supletoriamente a la Junta pericial. Cuando estén terminados los Registros
fiscales de una zona que comprenda términos municipales en cuantía suficiente, se iniciará
su transformación en Avance catastral gráfico y literal. Para el régimen del Catastro
topográfico parcelario se seguirán las normas preceptuadas en la ley de 6 de agosto de
1932.

En su crítica a la legislación en este período, García-Badell dice:

Al estudiar técnicamente este Decreto, hemos de confesar que nos sorprendió su publicación, y
aún más su preámbulo (…). En realidad, se vuelve al antiguo sistema por masa de cultivo, que había
fracasado en España.
La principal objeción de este Decreto es que modifica la Ley de marzo de 1906, el Reglamento de
23 de octubre de 1913 y los Reales Decretos de 3 de marzo y 10 de septiembre de 1917, puestos en
vigor por la Ley de 6 de agosto de 1932, y que por absurda paradoja dice que viene a ratificarlos
(…)
En lugar de los dos períodos que establece la Ley de 1906, el del Avance y el del parcelario
topográfico, el Decreto ordena tres, que son estos dos citados, más uno previo de Registro fiscal por
masas de cultivo259.

Entre los papeles de la Asociación se encuentra un “Informe sobre el proyecto de


Decreto para la simplificación del Catastro de Rústica, sustituyéndolo por un rápido
Registro Fiscal”, debió redactarse unos días antes de la publicación del decreto, pues está
fechado en agosto de 1934. No consta el nombre de su autor, pero por dos ocasiones se
expresa “el Director que suscribe”, por lo que es posible aventurar que se trate de una
copia de un informe dirigido al Ministro de Hacienda suscrito por el Director General de
Propiedades y Contribución territorial. Se dice en el mismo:

Pero si el objetivo del M. merece sincero elogio y ayuda leal, debe en cambio, el Director que
suscribe manifestar respetuosamente que el camino emprendido en el proyecto de decreto no solo no
mejorará los procedimientos y rendimientos actuales, sino que conduciría a una paralización y
desorganización completa de los trabajos (…) Éste vulnera totalmente preceptos sustantivos que la
Ley de 6 de agosto puso en vigor (…)
La determinación de las llamadas Secciones fiscales lleva anejo un procedimiento tan prolijo y
lento cual pudiera ser la representación gráfica de las parcela sobre fotografía, con la enorme
diferencia de que esto último nos conduce a resultados eficaces y de utilidad (…)
El Art. º 4.º y los restantes del Decreto señalan normas totalmente impracticables (…) algo que
revela un profundo desconocimiento de lo que es el campo, y lo que son los propietarios rurales (…)
Y no se hable de las comprobaciones (…) y de exigir su coste a los reclamantes (…) un complicado
laberinto burocrático de protestas, reclamaciones, presupuestos de comprobaciones, conminaciones,
multas, prorrateos, etc. (…)
Por todo lo expuesto el Director que suscribe estima que para servir lealmente y con eficacia el
plausible objetivo perseguido por el Ministro de Hacienda debería reunirse con carácter particular y
sin necesidad de nombramientos en la Gaceta una Junta de técnicos de Hacienda, del Instituto
Geográfico y de la Dirección de Aeronaútica designados por el Presidente del Consejo y por el
Ministro de Hacienda, la cual procedería en plazo prudencial a redactar una propuesta que tendría
las garantías de acierto y viabilidad de que el actual proyecto de Decreto carece.

Asimismo entre los papeles de la Asociación aparece un documento con el título


genérico Catastro español, que se ocupa de este decreto antes de su publicación, pues se
refiere a él como “proyecto de Decreto”. Parece ser la reseña de una reunión sobre esta
cuestión, que refleja criterios y opiniones de diversas personas asistentes, cuyos nombres

259
García-Badell, Gabriel, ob. cit., pp. 86-87.

217
aparecen al margen. Entre estos figuran algunos Ayudantes, como Fernández Pacheco o
Calvín. Se reproduce lo más interesante:

El nuevo proyecto de Decreto destroza en forma sangrienta la obra a realizar, sustituyendo un


trabajo catastral sereno y perfecto por una algarabía de discusiones del Estado con propietarios,
Juntas Periciales y Ayuntamientos, haciendo renacer el caciquismo (…)
Con la legislación que se somete a la deliberación del Poder público, se desarticula, hasta la
destrucción, aquélla tan orgánica y vertebrada, “con más gravedad que la Dictadura” (…) la
propuesta es una amarga regresión de cincuenta años en la historia de la ordenación tributaria del
agro español.
Vulnera en sus fundamentos la Ley de 1906, ya que esta dispone taxativamente (artículos 13 y 16,
apartado d) el reconocimiento, descripción y clasificación de las parcelas (…)
Si bien dicha Ley de 1906 habla solo de descripción literal de la parcela, el Reglamento de 1913,
con fuerza de Ley por lo dispuesto en la del 6 de agosto de 1932 perfecciona esta descripción
complementándola con la representación gráfica (…)
Es pues imprescindible con arreglo a las disposiciones vigentes llegar (…) hasta la parcela
catastral, no pudiéndose modificar por Decreto lo dispuesto en la Ley (…)
La importancia de la misión que se concede a los contribuyentes y Juntas Periciales, que por
instinto natural y defensivo propenden a entorpecer la marcha de los trabajos (…) llevará como
señuelo un máximo estancamiento en el desarrollo de los mismos.

Puesto que no hubo posibilidad de detener la promulgación del decreto, al menos se


intentó atenuarlo. Así desde Soria, en marzo de 1936, el Perito Agrícola del Estado260
Francisco Medina Chuan redacta unas Modificaciones que podrían introducirse en los
Servicios de Registros Fiscales. Dice en su propuesta:

Lleva ya más de un año el Decreto que dio a luz el nuevo servicio de Catastro por Registros
Fiscales, y es ahora cuando podemos ya sentar las ventajas e inconvenientes del citado sistema (…)
En la partida del “Haber” del Registro Fiscal en Soria no hay más que un solo pueblo que haya
llegado a distribuirse la superficie y riqueza. Por el contrario en el “Debe” (…): Descrédito del
funcionario que realiza el Catastro; pasividad de los pueblos hacia los trabajos catastrales (…) se
une últimamente la exigencia al funcionario de un trabajo abrumador por campaña (…) supone un
300% de aumento (…)
Propongo a la Junta Directiva de la Asociación para que las eleve a la Superioridad las siguientes
modificaciones en el plan de trabajo del Servicio de Avance Catastral Fotogramétrico:
1.º Los trabajos se realizarán sobre fotografía claras restituidas a escala (…)
3.º El trabajo de identificación, croquización en aquellas zonas en que sea necesario, clasificación
y valoración agrícola será ejecutado por los Peritos Agrícolas del Estado quienes (…) fijarán los
líquidos imponibles de las mismas.
4.º La inspección (…) será encomendada a los Ingenieros Agrónomos (…)
5.º Las oficinas facultativas del Catastro tendrán plena autonomía para (…) el trabajo de campo
(…)
Comentario final
Ante el procedimiento esbozado quizás opinéis que no haya en él concepciones nuevas (…) he
pretendido aprovechar lo poco utilizable del Registro Fiscal y convertir éste en un método de
Catastro.

260
Por decreto de 3 de marzo de 1934, los Ayudantes del Servicio Agronómico habían adquirido esa nueva
denominación.

218
2.4. LEY DE 1.º DE AGOSTO DE 1935, DE RESTRICCIONES: DECRETOS DE
EJECUCIÓN.

La ley de 1.º de agosto de 1935, llamada de Restricciones, fue dictada estando


Alejandro Lerroux a cargo de la presidencia del Consejo de Ministros, el mismo día que
las Cortes votaron una LEY DE CONTRARREFORMA AGRARIA. El 19 de septiembre se
produce una crisis y el Presidente de la República, Alcalá Zamora, encarga la formación de
un nuevo gobierno a Joaquín Chapaprieta, que acumula la Presidencia del Consejo de
Ministros y Hacienda.

En estas circunstancias políticas, La Gaceta de Madrid del 29 de septiembre publica


una serie de decretos (hasta 16) fechados el día anterior y dictados en ejecución de la Ley
de 1.º de agosto del mismo años, llamada de Restricciones. Este título no puede resultar
más elocuente a juzgar por el contenido de los decretos citados, a través de ellos, entre
otras cuestiones, se dispone:

- Los Servicios Centrales de la Administración serán reorganizados.


- En todos los Cuerpos generales que integran la Administración civil del Estado se
reduce en un 10 por 100 , como mínimo, el número de funcionarios.
- Los funcionarios temporeros habrán de someterse, en el plazo de cincuenta días, a
un examen de aptitud, declarándose cesantes a aquéllos que no lo superen.
- Por la Dirección general de Deuda y Clases pasivas se revisarán los expedientes de
concesión de derechos pasivos.

Con relación al Catastro, a través de estos decretos se dispone:

Se refunden en un solo centro que se denominará Dirección general de Propiedades y


Contribución territorial, las actuales Direcciones generales de Propiedades y Derechos del Estado y
de Contribución territorial, adscribiéndose a aquel Centro todos los servicios que hoy tienen
encomendados los dos que se refunden y los que en relación con el Catastro Topográfico Parcelario
viene desempeñando el Instituto Geográfico Catastral y de Estadística (…)
La nueva Dirección comprenderá los servicio de Valoración urbana, Valoración agrícola,
Valoración forestal, Vuelos y Fotografías, Catastro Topográfico Parcelario (…)
El servicio de Valoración agrícola comprenderá los trabajos necesarios para la valoración de los
terrenos dedicados al cultivo agrícola, en cuanto se refiere a registro fiscal, avance, catastro
parcelario, conservación y estadística (…)
El servicio de Catastro Topográfico Parcelario tendrá a su cargo en el Ministerio de Hacienda
todos los que actualmente se realizan para la ejecución de dicho catastro en el Instituto Geográfico
Catastral (…)
En las Delegaciones de Hacienda que acuerde el Ministro a propuesta de la Dirección general se
establecerá el servicio facultativo del Catastro, compuesto por Arquitectos, Ingenieros agrónomos,
Ingenieros de Montes, Ingenieros geógrafos, Aparejadores, Peritos agrícolas, Topógrafos,
Ayudantes de Montes y Delineantes (…)
Los Delegados de Hacienda serán los Jefes provinciales de todos estos servicios. Por su conducto
se cursarán por la Dirección general las órdenes a los mismos (…)
En todos los servicio facultativos centrales del Catastro, a excepción del de Vuelos y Fotografía,
se destinará como mínimo el 50 por 100 de su personal actual de Arquitectos, Ingenieros
Agrónomos, Ingenieros de Montes y personal auxiliar de todos ellos a prestar servicios en
provincias, no incluyendo entre éstas la de Madrid.

Los facultativos del Catastro no tardaron en reaccionar ante las medidas restrictivas
de estos decretos y de la Orden de 4 de octubre, que les afectaban. Con fecha 18 de
octubre, la Asociación Nacional de Ingenieros Agrónomos eleva un extenso escrito al
Ministro de Hacienda, del que se han seleccionado sus párrafos más significativos:

219
La Ley de 1925, desarticulando el Servicio, complicando su mecanismo y suspendiendo los
trabajos de Avance, ha ocasionado (…) en retraso en la obra de 13 millones de hectáreas (…)
El Decreto de Registros fiscales de 31 de agosto de 1934, ha iniciado otra gravísima paralización
en el resultado de los Servicios (…)
No fueron oídas las prudentes y leales advertencias que los Agrónomos formularon en ambas
ocasiones, prevaleciendo los votos y decisiva influencia de otros sectores (…) hayan podido influir
en determinaciones que establece el Decreto de 28 de septiembre y Orden de 4 de octubre (…)
Las citadas disposiciones señalan que los únicos Jefes de los Servicios Catastrales (…) serán los
Delegados de Hacienda (…) es absurdo que un estudio agronómico-catastral, como es la
determinación de la riqueza agrícola de un término municipal, pueda ser aprobada y refrendada en
ningún aspecto por un Delegado de Hacienda (…) totalmente ajeno a la capacidad facultativa que
supone tal aprobación (…)
El personal agronómico que colabora en la función catastral, siente el desvío que para su obra se
percibe (…) con motivo del título de Valoración Agrícola que se da al Servicio a que queda adscrito,
cuando a otro sector se le denomina Catastro Topográfico Parcelario (…)
El personal agronómico de Catastro, Excmo. Sr., ha estado siempre mal retribuido y hoy siente el
agobio de una reducción que, en muchos casos, representa un 33% de sus totales ingresos (…)
La reducción de plantillas (…) la creemos lesiva para los intereses del Estado (…) De 120
Ingenieros que había en Hacienda en el año 1924, se redujo su número a 82, que figuraban a fines de
1934, descendiendo en el día de hoy a 69 procedentes de Agricultura y 6 interinos.

En una circular dirigida a sus miembros, fechada el 16 de octubre, la Asociación de


Peritos Agrícolas del Estado informa de la una reciente reunión celebrada en Valladolid “el
domingo último” por representaciones de todos o la mayoría de los técnicos que
intervienen en el Servicio de Catastro, a la que fueron invitados, aisladamente, algunos de
nuestros compañeros de aquella región. Lo que acordaron fue: “Avisar a las provincias del
resto de España no presentes (…) a los Presidentes de sus Asociaciones o Colegios, para
que (…) redacten un escrito dirigido al Sr. Ministro de Hacienda en el que se haga constar
la desorganización actual del servicio (…)”. Pues bien, la Directiva tiene que manifestar
urgentemente a los de Catastro, que no la gana nadie en desear una mayor personalidad
para los compañeros, no es hora de que irreflexivamente vayamos a hacer el juego a nadie
y que lo que procede es que se reúnan en cada provincia los de Catastro y, en un plazo de
tres días, remitan a la Directiva los estudios u orientaciones que crean conducentes a la
mejora de los Servicios en todos sus aspectos.

Por otra circular, fechada el 31 de octubre, la Asociación informa haber redactado


unas peticiones dirigidas al Ministro de Hacienda, que le serían entregadas el día que les
conceda audiencia, entre otras cuestiones, en éstas manifiestan:

Abrigaban los Peritos Agrícolas del Estado la fundada esperanza de que llegaría un momento en
que se reconociera por lo menos la ardua, abnegada, constante y silenciosa labor desarrollada hasta
el maximun por ellos (…) ya que no puede alcanzarles gloria ni responsabilidad en el éxito o el
fracaso de las diversas reorganizaciones del Servicio por no haber tenido ocasión de ser oídos (…)
induciéndonos a exponer a V. E., llevados de nuestro cariño al servicio, el ferviente deseo de que
se acepten las normas que consideramos básicas par el mejor desarrollo del Catastro de rústica y que
se concretan en las peticiones que a continuación se exponen:
1.º Abandono de las actuales disposiciones que regulan la formación de los llamados Registros
Fiscales, sustituyendo dicho sistema por el Avance sobre fotografías restituidas a escala (…)
2.º Que las Conservaciones del Catastro vuelvan a ser lo que eran antes de la promulgación de
estos últimos Decretos , y que el Perito Agrícola del Estado sea el Jefe de Zona (…)
6.º Que se conceda al Servicio independencia suficiente para que los trabajos de campo puedan
ejecutarse en las épocas que lo permitan las condiciones climatológicas y las faenas agrícolas (…)
9.º Para mayor eficacia del Servicio deben restablecerse las antiguas Secretarías Técnicas, que se
cubrirán por concurso (…) entre los Peritos Agrícolas del Estado afectos a la provincia.

220
En los meses que siguieron los hechos políticos se precipitaron: se convocaron
elecciones para el 16 de febrero, en éstas se produjo un cambio rotundo en la política con
el triunfo del Frente Popular y la cuestión del Catastro quedó un tanto en el olvido ante
cuestiones de mayor trascendencia para el gobierno, como podía ser reanudar la aplicación
de la Ley de Reforma Agraria.

221
222
IX. LA GUERRA CIVIL. ACTUACIONES CATASTRALES.

En este capítulo se ha renunciado al epígrafe de introducción histórica por razones


obvias. La primera, es que resultaría osado tratar de resumir en unas páginas unos hechos
tan dramáticos, que han generado una bibliografía incontable y, se supone, sobradamente
conocidos. La segunda, es que en los capítulos anteriores se justificaba esa panorámica
histórica para servir de fondo a unos acontecimientos relacionados con el Catastro y
ocurridos en el período correspondiente y éste no es el caso porque, ante la práctica
ausencia de hechos catastrales, carece de fundamento desplegar el fondo.

El archivo de la Asociación es bastante pobre en este período. La causa principal es


que no se dictaron disposiciones legales que afectaran al Catastro, que hubiera sido causa
generadora de literatura al respecto. En cuanto a relaciones con los asociados, puede
suponerse que en su momento llegaran comunicaciones de algunos de éstos que se
manifestaran de forma que pudiera resultar comprometida en los años de la posguerra y,
ante el temor a represalias, se hicieran desaparecer. Por esta razón, los pocos documentos
conservados se refieren a cuestiones de funcionamiento del Catastro, en los que
generalmente se evita cualquier alusión a los hechos tan cruentos que estaban ocurriendo y,
caso de contener alguna manifestación política, es de adhesión al bando franquista. En
algunos escritos, ya posteriores a la finalización de la contienda, se mencionan las bajas
producidas entre los miembros del Cuerpo.

Como en este trabajo se ha dedicado una especial atención a la anécdota, con esa
justificación se alude seguidamente a los escasos papeles conservados de los años de la
Guerra Civil y posteriores en que se hace referencia a ésta. Lo primero que llamaría la
atención de un observador actual y que, en la época, era algo común y de obligado
cumplimiento, sobre todo en la correspondencia oficial, son las conocidas fórmulas finales
de los escritos: nombre de la ciudad, fecha y “año triunfal”.

Salamanca, Enero 1937. II Año Triunfal


Palencia, Noviembre de 1.938.- III Año Triunfal.
Zaragoza a 20 de Septiembre de 1939. Año de la Victoria

En algunos casos las despedidas se acompañaban además de afirmaciones


patrióticas al uso:
Satisfechos de la labor efectuada y en nombre de todos los compañeros de esta Provincia os saluda
con un fuerte ¡ARRIBA ESPAÑA!, vuestro compañero…

Los primeros documentos que se conservan en archivo después de iniciarse la


contienda civil son dos circulares ordinarias de fechas 21 de julio y 31 de agosto de 1936,
recogen disposiciones oficiales entre las que abundan prórrogas de plazos y disposiciones
transitorias propias de las circunstancias, requisas y algunos ceses.

En los archivos de la Asociación se guardaba un cuadernillo con una nota a lápiz en


su portada que dice: “Cuartillas que se hicieron llegar al General Jordana261 el 1 de julio de
1937”. Tienen un título impactante, El Catastro y la Revolución, su inicio no lo es menos:

261
El teniente general Francisco Gómez-Jordana, conocido como general Jordana, formó parte del primer
gobierno de Franco como vicepresidente y ministro de Asuntos Exteriores. En 1923 había sido integrado por
Primo de Rivera en el Directorio militar.

223
Según noticias que se tienen de la zona roja, los marxistas han quemado en muchos pueblos los
Registros de la Propiedad y los libros y documentos del Catastro.
Por lo tanto, una vez que sean liberados estos pueblos para poder organizar la propiedad, se
precisa la formación de un Catastro rápido.

Lo que sigue son consideraciones técnicas sobre lo realizado hasta el momento en


materia catastral, en aplicación de las disposiciones legales más relevantes, sin entrar en
cuestiones políticas y termina estableciendo unas BASES PARA LA REORGANIZACIÓN DEL
CATASTRO DE RÚSTICA.

En plena contienda, marzo de 1937, desde su destino en Zaragoza, José M.ª


262
Viscor elabora unos Apuntes de Catastro, trabajo muy valioso mencionado en varias
ocasiones en esta obra. Viscor se ciñe a las cuestiones puramente catastrales, con alusiones
muy discretas y circunstanciales a los momentos que se estaban viviendo:

Para la resolución del problema así planteado, se ha de calcular previamente el coste de los
trabajos, operación hoy muy difícil por no poder recurrir a las fuentes de información como sería el
Negociado de contabilidad, presupuestos o las memorias que en varios años se publicaron, ambas
por las circunstancias actuales inutilizadas, pues a la primera no se puede recurrir y a las segundas
carecemos de ellas (…)
Las circunstancias actuales hacen presumible la desaparición o inutilización de multitud de
registros catastrales (…) hasta que restablecida la normalidad en España se pueda conjeturar sobre
bases reales y efectivas.
Zaragoza- Marzo de 1937= II Año Triunfal

Otras veces, en escritos puramente técnicos se intercalaban frases de política


panfletaria, como es el caso del inicio del Preámbulo a un Proyecto de Reorganización del
Servicio de Catastro, fechado en enero de 1938, que dice:

La necesidad imperiosa y creciente de disponer de un Catastro eficaz, que, aparte de su función


más inmediata, sirva de base para el estudio y resolución de los ingentes problemas que con la
agricultura española se relacionan, constituye en el Estado Nacional Sindicalista un argumento feliz,
para llegar rápidamente y por los caminos de la fe (!) a conquistar la suprema realidad de España.

En otro trabajo de la misma índole que el anterior, fechado en octubre del mismo
año, su autor que, por otro lado y desde el punto de vista técnico presenta un estudio muy
elaborado y encomiable, en un momento de su descripción parece que “pierde un poco los
papeles” y comienza a desvariar, cuando se manifiesta de esta guisa:
Los conceptos y proyectos que esboza este escrito, hace ya bastantes años fueron concebidos, pero
jamás han sido exteriorizados. Teníamos el convencimiento pleno de que en la antigua España, no
hubiesen podido ser viables. Si hoy nos decidimos a exponerlos es por la fe y el convencimiento que
tenemos de que en la Nueva España, que se está forjando, ha de imperar la moral político-
administrativa, que se legislará con miras a las verdaderas necesidades de la Nación, que el grito de
¡Arriba el campo! (!) que ya se oye, ha de resolver todas las necesidades sociales agrarias con la
máxima justicia.
Nuestro proyecto es atrevido, revolucionario, necesita que la revolución Nacional Sindicalista,
abarque hasta las mas fundamentales Leyes de la Nación, relacionadas con la especial de Catastro,
modificándolas en el sentido de su coordinación, por esta razón si este escrito cayese en manos de
quien siguiera pensando a la antigua, del que no sintiera de todo corazón el nuevo credo de justicia y

262
Según el Escalafón de 1922, José M.ª Viscor y Elizondo había nacido en Pamplona, el 7 de septiembre de
1896 e ingresado en el Cuerpo el 6 de octubre de 1918 y estaba destinado en Catastro de Valladolid. Los
Escalafones de 1935 y 1943 lo sitúan en Catastro de Zaragoza.

224
moral de Falange que ha de regir en la Nueva España, que no se moleste en leerlo, ni lo sentirá, ni lo
comprenderá, ni lo encontrará practicable.

Contadas cartas contienen noticias que pueden vincularse directamente con el


conflicto bélico, como ésta que dirige Nicolás Ramos. desde Salamanca, en ella puede
leerse:
Salamanca, 16 de Octubre de 1939 (Año de la Victoria)
Sr. D. Vicente Clemente Fernández
Madrid
Me escribe la mujer de Pérez Molina, desde Málaga, exponiéndome su deseo de que intervenga
cerca de vosotros, para que veáis el medio de abonarle lo que pueda corresponderla del auxilio
económico, ya que da por descontada la muerte de su esposo y la triste situación en que se
encuentran (…)
Hemos sentido la muerte del pobre Esquinas (q.e.p.d.) por haber residido aquí largos años,
gozando del afecto de todos (…)
Ni en la capital ni en la provincia existe ningún compañero Perito Agrícola, que haya fallecido en
las condiciones que fijáis en la circular.

Es posible imaginar el dramatismo e incertidumbre de aquellos momentos con la


alusión a la situación de la mujer de Pérez Molina “ya que da por descontada la muerte de
su esposo” y resulta trágico que, seis meses después de finalizada la guerra, esta señora
mantenga aún esa tremenda duda. De esa “circular”, que hubiera resultado del mayor
interés, no se dispone de otra información. Debió emitirla la Asociación al terminar la
guerra solicitando, posiblemente, información sobre la suerte corrida por los compañeros
de ambas zonas.

Desde Palencia, al final de la contienda, se presentaba un Estado sobre Registros


fiscales, cuyos datos reflejan claramente el importante impacto de la guerra sobre el
desarrollo de los trabajos, pero que en ningún momento llegó a paralizarlos. Los cuadros
estadísticos que contiene están encabezados por el título:

ESTADO DEMOSTRATIVO DE LA LABOR EXTRAORDINARIA ADMINISTRATIVA REALIZADA EN


EL CATASTRO DE RÚSTICA DE ESTA PROVINCIA DE PALENCIA POR LOS PERITOS AGRÍCOLAS
DEL ESTADO AFECTOS A LA MISMA.

Al final del trabajo se recogen las actuaciones realizadas en cada año:

RESUMEN GENERAL

Año 1936 30.765 has. 50.657 Parcs. 592.517 ptas. A.º Riqu. 60.783 ptas. A.º Cont.
“ 1937 45.597 has. 71.786 “ 892.529 “ “ 136.338 “ “
“ 1938 12.837 has. 16.045 “ 1.074.691 “ “ 89.035 “ “
“ 1939 90.537 has. 156.812 “ 1.013.975 “ “ 139.758 “ “
“ 1940 142.756 has. 177.585 “ 1.077.371 “ “ 254.921 “ “

Al parecer, durante la contienda la Asociación de Peritos Agrícolas del Estado se


estableció, se supone que con carácter transitorio, en Valladolid. Desde esta ciudad, el 28
de febrero de 1938 se envía una Circular, firmada por el Presidente y Tesorero de la
directiva nombrada en la Asamblea de 9 de enero de 1936, Sres. Martínez Molina y
Fontela García, tratando de establecer contacto con los compañeros.

El 10 de abril de 1938, el Presidente y Tesorero de la Asociación se dirigen


nuevamente a los compañeros desde Valladolid, entendiendo que están legitimados para
convocar una reunión para el 15 de mayo para elegir Junta Directiva. Proponen que se
reúnan por provincias, nombren Delegados y asistan a la reunión o envíen votos para la

225
elección. Practicado el escrutinio, el 15 de mayo de 1938, se constituye la nueva Junta
presidida por José Martínez Molina, elegido en la última Asamblea celebrada antes de
iniciarse el conflicto bélico. La reanudación de la actividad de la Asociación fue autorizada
por el Ministerio del Interior en Burgos.

Finalizada la guerra civil, la primera actuación de la Asociación de que se tiene


noticia es de 1 de septiembre de 1939 y da cuenta de la formalización del contrato de
arrendamiento para domicilio social en Avda. José Antonio nº 7, Departamentos 11 y 12
(antes Pí y Margall, hoy Gran Vía, 29).

En Acta de la reunión de la Directiva, de 30 de octubre de 1939, consta el


agradecimiento a los empleados de la Asociación Sres. Rubio y López Martínez, que
custodiaron documentación, valores y enseres, incluso en sus domicilios, durante la
contienda civil.

Mediante carta-circular, de fecha 30 de noviembre de 1939 se da cuenta de que la


Junta se ha hecho cargo de la totalidad de valores de la Asociación, proponiéndose entregar
antes de fin de año todos los auxilios a las familias de los fallecidos, sin ninguna distinción
derivada de las circunstancias pasadas. Se abonan 5.000 ptas. a cada una de las familias
de los 40 fallecidos desde el 19 de julio de 1936.

De julio de 1940 es el primer boletín impreso de la Asociación después de la


guerra, que contiene esta expresiva frase: “venciendo las dificultades de la falta de papel”.
Cifra los asociados en 456 y los fallecidos desde el 18 de julio de 1936, en 41 263. En la
Asamblea de la Asociación, celebrada el 7 de junio de 1947, el nuevo Presidente, Enrique
Fluiters Aguado, durante su intervención da la cifra de 78 Peritos Agrícolas y alumnos de
la Escuela Profesional, como muertos a consecuencia de la contienda nacional, aparte de
los fallecidos (por muerte natural, se entiende) en dicho período.

Por los hechos antes descritos, ha quedado claro que, desde principios de 1938
funcionaba en Valladolid la Asociación de la llamada Zona Nacional, pero ¿qué ocurrió en
la Zona Republicana? La única y vaga noticia de que se dispone procede de la Asamblea
celebrada en mayo de 1940, donde por unanimidad se aprueba y agradece la gestión de la
Directiva que se nombró el Valladolid y el Presidente expone el lamentable estado en que
se encontró el domicilio social por la explosión de un obús y la perdida de documentos de
archivo a causa de los traslados de la Asociación a Valencia y Barcelona. De las
vicisitudes de la Asociación en estas ciudades, que debió ser la versión de la misma en
Zona Republicana, y de los que la gestionaron nada se sabe.

Otra incógnita a resolver sería el conocimiento de la actividad que durante estos


años se desarrollaba en las oficinas de Catastro. Es de suponer que, por las diferencias
ideológicas, serían de distinta naturaleza en las dos zonas en que se encontraba dividido el
país. En los archivos de la Asociación, los documentos conservados proceden de la
llamada Zona Nacional y predominan los que se refieren a algo tan prosaico y aburrido
como son los estudios de módulos de trabajo. Los estudios previos, discusión,
establecimiento, quejas y sucesivas propuestas de modificación de esos módulos fue algo
obsesivo, tanto para los que gestionaban el Catastro como para los que lo ejecutaban, en
este caso Peritos; estas situaciones se producían de forma cíclica y, se ignora por qué, en

263
Cuaderno III, citado.

226
estos años coincidió uno de estos ciclos, por lo que se conservan ingentes cantidades de
papel que se refiere a esta materia, al que no se prestará la menor atención.

Siguiendo con la actividad de los integrantes del Catastro durante los años de la
guerra, de mayor interés son tres propuestas globales sobre el Catastro que se van a
comentar. Resulta conocido que desde las Ideas generales para la formación del Catastro
Agronómico Parcelario, presentada, en nombre de la Asociación de Peritos Agrícolas por
Joaquín Armengot en 1902, a la que, por su indudable interés, se dedicó un amplio espacio
en el capítulo V, y hasta estas fechas (después de la guerra prácticamente desapareció esa
“fiebre”) los Peritos del Catastro, a título individual o colectivo, han sido muy dados a
intentar arreglar el Catastro y por estos años, en que la actividad catastral sería, cuando
menos, lánguida, habría tiempo para planear sobre aquéllas cuestiones, que dieron como
resultado los tres trabajos que van a reseñarse.

El primero de ellos, cronológicamente hablando, es el elaborado por José M.ª


Viscor desde Zaragoza. Está fechado en marzo de 1937, contiene opiniones muy
fundamentadas y ha sido citado repetidas veces en esta obra. Es muy extenso, cuarenta y
nueve cuartillas mecanografiadas a doble cara y sin apenas márgenes (el papel escaseaba y
era caro). Comienza por unas GENERALIDADES, UTILIDAD E IMPORTANCIA DEL
CATASTRO, sigue el habitual BOSQUEJO HISTÓRICO y llega a la parte sustancial del trabajo
que titula SISTEMAS DE CATASTRO EMPLEADOS Y CRÍTICA DE LOS MISMOS. Este apartado
es muy extenso, estableciendo cinco sistemas:

- Primer sistema.- Catastro por masas de cultivo. Ley de 24 de agosto de 1896


- Segundo sistema.- Avance Catastral con croquización. Toma como punto de partida
la Ley 23 de marzo de 1906.
- Tercer sistema.- Catastro parcelario. Decreto-ley de 3 de abril de 1925.
- Cuarto sistema.- Catastro fotogramétrico. Ley de 6 de agosto de 1932.
- Quinto sistema.- Registro fiscal, mezcla de fotogrametría y masas de cultivo.
Decreto de 31 de agosto de 1934.

Realiza una minuciosa descripción de la ejecución de los trabajos en cada uno de


estos sistemas, seguida de la correspondiente crítica. Se muestra especialmente elogioso
con el cuarto sistema, cantando las excelencias de la fotografía aérea y los beneficios de la
supresión de las hojas declaratorias, a pesar de que esa ley no llegó a ponerse en vigor y
únicamente se hizo un ensayo que dio magníficos resultados. Con el último de los sistemas
se manifiesta con dureza, para finalizar:

En resumen, consideramos que este procedimiento ha destrozado la organización catastral y que si


algo se ha hecho de mediano provecho, justo o injusto, ha sido por que la práctica del personal lo ha
logrado por iniciativa propia.

Sigue un nuevo apartado que titula CONSECUENCIAS DEDUCIDAS Y PLAN QUE SE


PROPONE. En éste manifiesta que en toda la evolución sufrida por el Catastro español han
influido como factores decisivos el aspecto económico, el aspecto tributario y el aspecto de
los intereses afectados, tanto en el de los Cuerpos que laboran en este Servicio, como en
los contribuyentes. Analiza cada uno de estos aspectos para concluir que en la legislación
de 1932 encontramos un procedimiento digno de estudio, siendo la Ley de 1906 la base de
la organización y gran parte de su legislación para aprovecharla y así vemos que podemos

227
dividir el catastro en dos períodos: 1.º Avance y 2.º Conservación del Avance y formación
del Catastro parcelario jurídico.

En el primer período se puede dar mayor actividad y precisión sustituyendo la


croquización en la forma siguiente: El Ministerio de Hacienda se procurará de fotografías
aéreas, por acción directa del Estado o por contrata. Sigue una descripción detallada del
proceso a seguir con este material, dentro del cual considera el deslinde de las parcelas
como operación primordial. Los trabajos topográficos del parcelario se comenzarán
después de este período y se ejecutarán sobre los del Avance. Para el coste económico del
plan que propone, se basa en cálculos de García-Badell y termina estableciendo los
procedimientos que podrían utilizarse para la financiación de su propuesta.

El trabajo cuenta con un apéndice titulado ENSAYO PRÁCTICO DEL PLAN


PROPUESTO, que inicia con estas palabras “Se procedió al ensayo de este sistema en el
término municipal de Tarazona”, que en realidad afectó a la parte esencialmente agrícola
de este término, toda ella de regadío, con una extensión de 3.199, 4150 has., con 14.152
parcelas. Se realizó un riguroso control de las fechas de inicio y finalización de cada una
de las operaciones y coste horario de cada trabajo, tanto en campo como en gabinete, para
terminar afirmando “creemos que con lo expuesto se puede dar una idea del resultado de
estos trabajos y de la posibilidad de llevarlos a la práctica con éxito”. Este ensayo está
fechado en febrero de 1939, dos años después de la fecha del proyecto.

Desde Salamanca, en enero de 1938 se presentó un Proyecto de Reorganización del


Servicio de Catastro, está suscrito por Nicolás Ramos González y Fernando Márquez
Conde, Peritos Agrícolas del Estado y Topógrafos, afectos al Servicio de Valoración
Agrícola del Catastro. Es un trabajo de menores pretensiones y extensión que el anterior,
cuyo preámbulo finaliza con estas palabras:

Pudiera estructurarse un sistema, que, recogiendo lo que bueno, rápido y económico, se haya
advertido en los procedimientos empleados hasta la fecha, responda en plazo no lejano, a ser una
viva realidad, puesta al Servicio de la Patria. Y a conseguir este propósito, hondamente sentido ,
tiende el siguiente PROYECTO DE REORGANIZACIÓN DEL SERVICIO DE CATASTRO.

Lo limitado de su propuesta queda de manifiesto cuando se inicia diciendo:


Sería conveniente agrupar todos los organismos hoy dispares en un solo Centro Rector de todos los
Servicio de Catastro, pero, estimando que de momento, pudiera constituir un problema de grandes
complicaciones, queremos ceñirnos única y exclusivamente a los estrechos límites, de las
posibilidades hoy encuadradas en los Servicios Facultativos dependientes del Ministerio de Hacienda

Advierte que la reforma que se proyecta tiene por base el empleo de fotografías y
establece tres apartados: Trabajos de campo, Trabajos de gabinete y Trabajos de
Conservación. Organiza la composición de las brigadas ejecutoras, fija las condiciones que
deben reunir las fotografías y describe el desarrollo de los trabajos, sin olvidar las fórmulas
(los consabidos módulos) a que deben ajustarse los rendimientos del trabajo, tanto de los
Peritos como de los Ingenieros-Jefes de Brigada y la cuantía de las percepciones por dietas,
jornales de prácticos, caballerías y gastos de locomoción. Es lo más destacable del trabajo,
su formulario; contiene fórmulas para todo.

228
Finalmente debe hacerse referencia a un trabajo que lleva por título Estudio sobre
Catastro por el Perito Agrícola del Estado Don Gustavo Vallejo Lara264, y por subtítulo
Exposición de la forma y manera de poder realizar un Catastro Jurídico de la Riqueza
Rústica en España, fechado en Granada en octubre de 1938. Este es un trabajo ambicioso,
por lo de “jurídico”, y difícil de analizar, no tanto por su extensión, que ya la tiene
(cincuenta y nueve folios), sino por su naturaleza. En este caso no se trata de hacer unas
propuestas de modificación del Catastro existente, esto es una nueva “cosmogonía” del
Catastro, en este caso se plantean ideas nunca oídas anteriormente, sobre las que, además,
se desciende al puro detalle. Cuesta imaginar el tiempo que debió dedicar Gustavo para
concebir un proyecto de esta naturaleza y, antes de seguir, es el momento de rendir en su
persona el homenaje que merecen tantos que como él, o el antes comentado, José M.ª
Viscor, se sintieron, por pura vocación y amor al Catastro, tentados a hacer,
desinteresadamente, trabajos de esta naturaleza en los que debieron consumir cientos de
horas. Se reproduce un extracto de este proyecto, que precisa de cierta extensión para dar
una idea del mismo. Su primer apartado, El Catastro Español, se inicia de este modo:

Es indudable que el Avance catastral que se viene realizando en España es un catastro incompleto
que no llena las funciones sociales, ni tiene valor jurídico alguno (…)
Es opinión de muchos, que un Catastro completo, con valor jurídico, es completamente imposible
de realizar en España por lo costoso y la dificultad que hay para darle valor jurídico (…) Es opinión
nuestra que el Catastro que se viene realizando es deficiente porque nadie ha querido ni a nadie ha
convenido que se efectuase un registro serio de la riqueza agrícola.

En el siguiente apartado, Método de exposición, dice:


Expondremos los puntos fundamentales que ha de abarcar la legislación necesaria a la ejecución
de nuestro proyecto y éste lo iremos exponiendo como si lo fuéramos realizando.

Con el título Ligera crítica de la Ley de 1906 en su realización, elabora un epígrafe


que ocupa doce folios, de los que se extraen:

Lo hasta hoy ejecutado no ha logrado nada absolutamente de los fines sociales ni jurídicos, ni de
movilización del valor de la propiedad, porque no se le ha dado titulación ni valor jurídico alguno,
ni sus valoraciones han logrado confianza en el mercado (…)
La evaluación de la riqueza imponible está estudiada con gran detalle en el Reglamento (…)
Pero este procedimiento de valoración, tan científico, tan matemático (…) ha sido en la práctica lo
que ha producido los más grandes errores (…)
Conservación (…) diremos que ha sido poco comprendida en su importancia por la Superioridad
y que no ha sido ni ha podido ser atendida en la forma que requiere por el Conservador, por lo
extensas de las zonas que se les han asignado y por las trabas que la legislación pone para subsanar
hasta lo más insignificante de las reclamaciones.
El minifundio (…) hace que la movilidad de ella (la propiedad) sea enorme y difícilísima de seguir
y sentar en títulos y registros fiscales, pues estos propietarios no se preocupan de declararlas (…)
Las Juntas periciales (…) han resultado de una ayuda y cooperación nula.

Del apartado Legislación fundamental se recoge:


Un buen catastro (…) no tiene que ser exclusivamente fiscal (…) debe preocuparnos más que el
tecnicismo de sus métodos, el fondo moral de su ejecución (…) necesita ir precedido e incluidas en
su legislación, Leyes sociales encaminadas a frenar los egoísmos de los propietarios y forjar su
nueva moral (!) (…)

264
En el Escalafón de 1909 consta que Gustavo Vallejo Lara había nacido en Espejo (Córdoba) el 27 de
mayo de 1884, ingresó en el Cuerpo el 16 de mayo de 1906 y estaba destinado en Catastro. En el de 1922
figura en el Catastro de Jaén y en los de 1935 y 1943 en Catastro de Granada.

229
Las Leyes que vamos a exponer como fundamentales y necesarias al Catastro, van a parecer más
bien propias de una Reforma Agraria (…)
Se debe legislar que ningún propietario que tenga sus tierras arrendadas pueda percibir por ellas
renta superior a la renta catastrada (…)
La dificultad mayor (…) estriba en el exceso de parcelación a que ha llegado la propiedad en
España (…) Para corregir este problema del minifundio debe empezarse a estudiar y fijar los tipos
mínimos de extensión más convenientes a cada cultivo (…) Que se conceptuarán nulas las
divisiones en que las parcelas no alcancen los límites fijados (…) Para la disminución voluntaria y
suave (!) del minifundio, debe legislarse que todo propietario de parcela inferior al tipo mínimo, está
obligado a cederla (!) a la demanda de cualquiera de sus colindantes (…) Derecho de adquisición y
obligatoriedad de cesión de toda finca enclavada en propiedad de extensión muy superior, cuando el
enclavado sea de tamaño inferior al tipo mínimo y solo por el precio con que figure catastrada (!)

El siguiente epígrafe titulado Esbozo de Proyecto de Catastro Parcelario Jurídico,


es el más extenso de la obra (ocupa 21 folios) y constituye el núcleo fundamental de la
misma, se reproducen las cuestiones básicas que contiene:
Se ha de suspender la realización de una obra, que costando tanto tiempo y millones, resulta a
todas luces incompleta, injusta e ineficaz, y dificilísima de contener, en su total desprestigio y
derrumbamiento, y que se ha acometerá de lleno lo que la propiedad reclama: un Catastro completo,
un Catastro parcelario de pleno valor jurídico (…)
Lo primero que hay que ordenar es la formación de una Junta Municipal, nada de junta técnica,
una junta gubernativa o de policía de los trabajos. Su finalidad ha de ser la preparación de todos los
elementos necesarios a la Brigada de ejecución de los trabajos (…) comprobar la realización de los
deslindes y amojonamientos, proponer sanciones a los propietarios que no los realicen (…) La
composición de esta Junta no puede sujetarse a un marco riguroso (…) pudiera ser del Secretario del
Ayuntamiento o el Secretario del Juzgado Municipal (…) un Oficial, uno o dos alguaciles y guardias
urbanos y dos o tres guardas rurales.
Los deslindes y amojonamientos (…) nunca han sido efectivos (…) Deben disponerse de forma
que su realización sea un hecho (…)
Debiera decidirse el que toda posesión o usufructo que llevase más de diez años y en cultivo
ininterrumpido sea inscrita y titulada en pleno dominio al labrador que viniese cultivándola (…)
Tenemos una magnífica base (…) las planimetrías hechas por el Instituto Geográfico. En éstas se
ha de apoyar toda obra catastral que se realice (…) Si este relleno se hace por medidas topográficas,
de todas las parcelas, tendremos el catastro parcelario, su ejecución descartada por lenta y costosa.
Creemos que la fotogrametría puede ser el procedimiento más expedito y tal vez el más económico
para las grandes extensiones de terrenos calmos o sin vuelo, y aun con preparación adecuada de
señales y amojonamientos, para la mayoría del terreno (…)
El valor de una finca es el precio por el que ésta puede ser adquirida, hay tres maneras de conceder
este valor, por el conocimiento del precio en que haya sido adquirida, por la capitalización normal
de la renta y por el conocimiento de los rendimientos de su explotación (…) Un registro de la
riqueza a agrícola hecho por las declaraciones sinceras de los propietarios, sería lo más real y
completo (!) que pudiera hacerse (…) El sistema de valoración que vamos a emplear es el de
tasación del precio, basándonos para su expresión en la renta que produce la tierra (…) y para evitar
que la superficie, lo más difícil de consignar con exactitud entre como factor, (…) la valoración se
hará por la renta, pero no a tanto por hectárea, sino de forma global (!) de la parcela o subparcela
(…)
El perito agrícola encargado de efectuar las tasaciones y valoraciones empezará por hacer un
estudio agronómico, lo más completo posible del término, recorriendo éste y anotando las zonas de
diversos cultivos y de distintas intensidades productivas; tomará datos de rentas, producciones,
sistemas de cultivo (…) procurará en la población comprobar el mayor número posible de contratos
de arrendamiento y precios de ventas recientes (…) A medida que se vayan terminando los
polígonos con la representación gráfica de todas las parcelas (…) se hará la apreciación y
operaciones necesarias para fijar a cada subparcela de cultivos y clases su valoración, expresada por
la renta que pueda producir y la renta global del predio (…)
Cuando se tengan terminadas las relaciones o tasaciones de un polígono, se hará una relación de
los propietarios que abarque y se entregará a la Junta Municipal para que proceda a citarlos (…)
Además se citará a la Asamblea al Alcalde del Ayuntamiento, al Juez municipal y al Secretario de
uno de estos Organismos, al Registrador de la Propiedad del partido y a un Notario del Distrito.

230
Asistirá como es lógico el perito tasador (…) Se invitará a los propietarios a que procedan a elegir
por votación nominal, de entre ellos los dos más competentes y conocedores de los pagos, los dos
que pudiéramos llamar peritos prácticos (…) Estos dos propietarios con el Perito Agrícola que haya
efectuado los trabajos, constituirán la Junta de Valoración (!). Igualmente elegirán de entre ellos el
más competente, o letrado si lo hubiere, para que, con el Registrador de la Propiedad y el Juez
Municipal, formen la Junta Jurídica (!)
La Asamblea rellenará unas fichas, que irán impresas en los espacios correspondientes, en esta
forma: En el ángulo superior derecho: Inscripción n.º … MINISTERIO DE HACIENDA.- Registro
Catastral de la Riqueza Agrícola.- Provincia … Partido judicial …Término municipal…
Polígono … Parcela … Hoja … Propiedad de D … vecino de … Provincia … situación en le
paraje… y denominada … Tiene entrada y servidumbre por los caminos … Delimitada por las
parcelas que figuran en el plano con los siguientes números … Los cultivos y clases (por
subparcela) son … Rentas … Riegos … Edificios y mejoras permanentes … Ante la Asamblea de
todos los propietarios del paraje donde radica la finca descrita, se ha efectuado la inscripción de ésta
de conformidad en todas sus partes, así como el valor, que la Junta de valoración le ha asignado en
pesetas … que el propietario reconoce como real y justa (!), y acepta para todos los efectos legales
de las disposiciones vigentes. La fecha y firmas del Perito Agrícola del Estado, el propietario y un
vocal de la Junta de Valoración (…) Esta es la primera plana de una hoja de registro, la segunda se
reserva a la parte jurídica (cuyo detalle se deja a los juristas) (…) Por la Asamblea de colindantes y
convecinos del propietario de la parcela descrita, es reconocida la propiedad y posesión a su favor, y
la Junta Jurídica acuerda inscribirla a nombre de … como legítimo poseedor y pleno valor jurídico a
todos los efectos legales. Fecha y firmas del Registrador, Juez Municipal y Vocal de la Junta
Jurídica. Doy fe de todo lo expresado en esta inscripción, ha sido acordada por la Asamblea de
propietarios, y las Juntas de Valoración y Jurídicas, ante mi presencia y de conformidad su
inscripción con todo lo acordado. Fe y firma del Notario (…)
Reunida la Asamblea (…) para la valoración, si el propietario presenta contrato de arrendamiento,
se comprobará si concuerda (?) con la apreciación pericial hecha por el Perito Agrícola del Estado
(…) Si hubiera discrepancias, se analizará (…) este hecho por la Junta de Valoración, que acordará
la renta a consignar, que se invitará al propietario a que la acepte (…) de no aceptarla, se someterá a
criterio de la Asamblea, y lo que ésta acuerde será válido (!) (…) Si algún propietario no
compareciera, la valoración de la parcela se hará por lo que acuerde la Junta de Valoración, y la
conformidad de la Asamblea (…)
Las hojas llenadas (…) se encuadernarán y se foliarán por hojas (…) Estos libros llenan la triple
misión de sustituir al libro Registro de la Propiedad (!), de servir de lo que pudiéramos llamar
protocolo de los nuevos títulos que se van a otorgar y del libro catastral matriz, para poder
reproducir cualquier ficha que pudiera extraviarse (…) Los nuevos títulos de las fincas que
queremos sustituyan a las anticuadas y deficientes escrituras, se harán por fincas y serán una copia
de las fichas hechas y autorizadas por la Asamblea (…) Igualmente llevará una hoja con los planos
de la parcela.

Aparte de los signos de exclamación consignados, no se realizarán otros


comentarios sobre este proyecto, que conteniendo propuestas revolucionarias y utópicas,
debemos reconocer supone un colosal trabajo y esfuerzo de imaginación.

Sigue un apartado que, titulado Conservación, se presenta como habitual en este


tipo de proyectos. Se han seleccionado los siguientes párrafos:

El conservar un Registro de la propiedad agrícola, estriba en registrar al día todos los cambios de
modalidades que ésta pueda experimentar y la posibilidad, facilidad y seguridad de poderla efectuar
(…) si esta posibilidad se hace depender de otros organismos o de la voluntad del propietario (…) el
Registro Catastral, lejos de conservarse se destruye (…)
El sistema de conservación que vamos a exponer, requiere que en él exista además del personal
actual de Ingenieros y Peritos (…), Delineantes y oficiales administrativos y un Notario (!) afecto a
la conservación para que liquide y legalice los títulos (…)
A la terminación de cada Asamblea (…) los propietarios pueden y deben ir retirando de la Oficina
catastral los nuevos títulos de propiedades, porque pasados tres meses de la terminación y
aprobación del Registro Catastral de la propiedad (…) quedan nulas y sin ningún valor todas las
escrituras y títulos existentes (!) de propiedades agrícolas del término.

231
Los epígrafes que siguen tienen los siguientes títulos:

- Venta de una finca, forma de efectuarla, titularla, registrarla y liquidarla.


- Transmisiones por herencia.
- Segregaciones y particiones.
- Refundiciones.
- Hipotecas con título registrado.
- Registro de Transmisiones y participaciones.

En éstos se describen con detalle las operaciones que deben realizar los Notarios y
las Oficinas de Conservación en cada uno de los casos nombrados.

En el siguiente título, Altas y bajas de valores, se dice:

Todo aumento de valor que el propietario haga tener a su finca, debe registrarlo, pues de no estar
registrado, corre el riesgo de perderlo, si solicitan la compra de ésta por la tasación y el tanto por
ciento de afección, con arreglo a lo legislado (!).
Para que le sea inscrito tiene que solicitarlo del Jefe de la conservación (…) y hará en la oficina el
ingreso del importe del presupuesto de los gastos de comprobación, que se hará por el Perito de
Valoración.

Bajo el título, Movilización del valor de la propiedad, se expresa lo siguiente:

El valor que represente el nuevo título o Cédula de propiedad de la finca, ha de tener aceptación y
crédito en el mercado por estar fijado por una Junta Técnica, avalado y reconocido, por una
Asamblea de propietarios y aceptado como real por el propietario (…) No puede haber mejor
documento de crédito, es llevar el valor de la finca en el bolsillo (!)

El siguiente, Garantía de préstamo, contiene estas aseveraciones:

Como garantía prendaria y préstamos a corto plazo basta con entregar el título y recibo como
autorización a la tenencia de éste como garantía de préstamo (…) Si se paga se recoge el título y se
rompe el recibo y liquidado. Si no se paga, el acreedor puede presentarse con el título y el recibo
ante el Juzgado y éste lo diligencia de embargo por débitos y lo remite al Registro para que éste
tome nota.

En el último, que se titula Banco Agrícola, se dice:

Depositadas las cédulas de propiedad o títulos como garantía pueden constituir la base más sólida
que pudiera imaginarse para la creación de un Banco Agrícola, que con el crédito del valor de estos
depósitos y el aval del Estado, podría empezar a funcionar y llegar a ser el Banco más importante de
la Nación.

Un comentario breve sobre lo leído últimamente: ¡Esto es el bálsamo de Fierabrás!

232
X. LA POSGUERRA. EL CATASTRO DURANTE LA ÉPOCA DE LA
AUTARQUÍA.

1. LA POSGUERRA Y EL MODELO AUTÁRQUICO.

El primer tercio del siglo XX, en el que se forjó el Catastro de España, se


caracterizó por una actividad política agitada, en permanente cambio y, con frecuencia, no
suficientemente conocida en los tiempos actuales. Ésta fue una de las razones que
justificaron la inserción de una introducción histórica a los capítulos referidos a este
período. Durante el régimen franquista, que abarca un período de tiempo de tiempo algo
superior, al mantenerse la misma jefatura del Estado, no se producen alteraciones políticas
comparables a las anteriores. Ello no es óbice para que tengan lugar cambios de gobierno y
giros en la orientación política del régimen, que implicaran modificaciones en la dinámica
del Catastro, derivadas de las medidas marcadas por los responsables de la Economía y la
Hacienda en cada uno de los períodos del dilatado mandato de Franco.

Se ha establecido un primer período que abarca desde 1939 hasta febrero 1957,
fecha en que se inicia un importante cambio en la orientación económica del gobierno con
la aprobación del llamado Plan de Estabilización. Este primer período, llamado de la
Autarquía, de hecho se prolongaría hasta 1959 y supone un repliegue económico en el que
el comercio exterior está dificultado a través de distintos mecanismos.

Aunque la cuestión catastral durante el franquismo había dejado de conformar un


tema político de primer orden, en palabras de Pro “en aquel momento histórico la
propiedad rústica había dejado de ser la base patrimonial de la clase dominante, por lo que
el catastro ya no era una amenaza para su posición”265; a pesar de ello, resulta útil un
recordatorio del desarrollo político, con señalamiento de los sucesivos gobiernos de Franco
durante este período, y paralelamente los hitos que marcarían los cambios económicos
durante el mismo.

Políticamente, el proceso de formación del régimen nacido de la sublevación del 18


de julio, se inicia con la constitución en Burgos, el 24 de julio, de la Junta de Defensa
Nacional, “que asumió todos los poderes del Estado y representó legítimamente el país
ante las potencias extranjeras”. Estuvo presidida por el general Cabanellas e integrada
únicamente por militares, de ella no formaba parte Franco que se incorporaría, junto
Queipo de Llano, Gil Yuste y Orgaz, durante el mes de agosto. A finales de septiembre la
Junta de Defensa afrontó la necesidad de un mando único, cuestión que quedó resuelta en
reuniones celebradas los días 21 y 28. En la primera de ellas se abordó el problema del
mando militar, que recayó en Franco, quien en la reunión del 28 consiguió el poder
político. El Decreto se promulgó el 29 de septiembre, y la proclamación de Franco y
traspaso de poderes tuvieron efecto el 1.º de octubre. El primer acto de gobierno de Franco
fue la creación de una Junta Técnica del Estado por Ley de 1.º de octubre de 1936, como
“anuncio de una estructuración del nuevo Estado español”

El 30 de enero de 1938 se promulgó la Ley de Administración central del Estado,


que vinculaba expresamente la jefatura del gobierno a la Jefatura del Estado en la persona
de Franco, que desde abril de 1937 era jefe del Movimiento. En esa misma fecha quedó

265
Juan Pro, ob. cit., pág. 325.

233
constituido su primer gobierno que asignaba la Vicepresidencia y Asuntos Exteriores al
teniente general Gómez Jordana, el general Dávila se encargaba de Defensa y, el también
general, Martínez Anido de Orden Público, a Serrano Súñer se asignaba Interior y a Andrés
Amado (que había sido Director General del Timbre con Calvo Sotelo durante la dictadura
de Primo de Rivera) Hacienda. No eran tiempos para dictar normas sobre el Catastro, que
no se produjeron durante este primer gobierno.

La posguerra, lejos de significar una cesión de poderes, acrecienta el mando de


Franco, hasta agosto de 1939, las disposiciones en forma de Ley adoptadas por el Jefe del
Estado necesitaban una previa deliberación del gobierno. Ese requisito es suprimido por la
Ley de 8 de agosto de 1939, cuyo artículo 7 disponía:

Correspondiendo al Jefe del Estado la suprema potestad de dictar normas jurídicas y de carácter
general, conforme al artículo 17 de la Ley de 30 de enero de 1938, y radicando en él de modo
permanente las funciones de gobierno, sus disposiciones y resoluciones, adopten la forma de Leyes
o de Decretos, podrán dictarse, aunque no vayan precedidas de la deliberación del Consejo de
Ministros, cuando razones de urgencia así lo aconsejen.

También la Falange alimenta la concentración del poder de Franco, sus Estatutos


publicados por Decreto de 31 de julio de 1939, le otorgan la categoría de “Jefe Nacional”
que “responde ante Dios y ante la Historia”. Franco Caudillo de España:
La teoría del caudillaje basado en el mando y en el carisma constituye la base de la autolegitimación
y de la mitificación de la figura de Franco.266
El criterio específico del caudillaje es el principio de la legitimidad inmanente que está en su base.
Este principio esencial es el carisma. Acaudillar es mandar carismáticamente (…) El carisma en
sentido inmanente, es una cualidad considerada como excepcional, en virtud de la cual se cree que el
que la posee es capaz de desplegar potencias extraordinarias y es portador de valores ejemplares.267

Coincidiendo con esta concentración del mando, el 10 de agosto se reorganiza


enteramente el gobierno; en este caso no existe el cargo de vicepresidente que había sido
suprimido por la Ley del día 8. Citando algunos de los designados: para Asuntos Exteriores
se nombra a Juan Beigbeder; en Gobernación a Serrano Súñer; para Agricultura (y
encargado de la cartera de Trabajo) se designa a Joaquín Benjumea; de Hacienda se
encargaría José Larraz. Además de Franco, había seis ministros militares que
representaban el 42,8%. Entre los civiles, Benjumea era un auténtico representante de la
oligarquía terrateniente y financiera, mientras que Larraz era más bien un hombre de su
personal técnico y político.

El 5 de mayo de 1940 se produce la entrada en la alta política de Luis Carrero


Blanco, nombrado subsecretario de la Presidencia del Consejo, el instrumento fundamental
de Franco en su tarea como jefe de gobierno, de dirección cotidiana de éste. Carrero
permanecerá desempeñando cargos de responsabilidad, de importancia creciente, durante
los siguientes treinta y tres años y medio, cuando falleció en atentado siendo Presidente del
Gobierno.

El 19 de mayo de 1941, Franco formaba nuevo, entre cuyos ministros figuraban: en


Asuntos Exteriores, Serrano Súñer; Agricultura, M. Primo de Rivera; Hacienda, Joaquín

266
Tamames, Ramón, ob. cit., pág. 291
267
Conde, Francisco Javier, Espejo del Caudillaje, (1941)

234
Benjumea; Trabajo, José Antonio Girón; Secretario General del Movimiento, José Luis
Arrese. Gobierno que, en apariencia, ha sido más “falangista” que ninguno; pero la
realidad era muy otra, pues los falangistas, con excepción de Serrano Súñer, no empuñaban
palancas decisivas del Poder. El 2 de septiembre de 1942, Franco destituye en Asuntos
Exteriores a su cuñado Serrano Súñer, al día siguiente se anuncia un “relevo ministerial”
que da entrada en este ministerio al conde de Jordana y a Blas Pérez en Gobernación.

El 23 de mayo de 1945 se produce el desplome definitivo de la Alemania nazi.


Reunida en San Francisco de California la Conferencia de la que saldría la Organización de
las Naciones Unidas, decidió la “no admisión de España porque su gobierno ha obtenido el
poder con ayuda de los países del Eje y ha colaborado con él”. Mientras tanto Franco, el 20
de julio anunciaba la formación de un nuevo gobierno del que formaban parte: en Asuntos
Exteriores, Alberto Martín Artajo; Gobernación, Blas Pérez; Hacienda, Joaquín Benjumea;
Agricultura, Carlos Rein. La figura central del gobierno era Martín Artajo, procedente de
Acción Católica, que representaba el verdadero espaldarazo de la jerarquía católica y de la
dirección del apostolado seglar al régimen de la dictadura.

El 2 de diciembre de 1946 la Asamblea de la ONU empezó a deliberar sobre el caso


español. El día 13 se votó la resolución definitiva, en cuya parte dispositiva se
recomendaba la prohibición al gobierno de Franco de participar en organismos y reuniones
de las Naciones Unidas y recomendaba que los miembros de la ONU retirasen de Madrid
sus embajadas.

La dinámica del entorno internacional favorecerá al régimen durante 1947 al


instalarse la guerra fría, creando una situación en la que el problema de España y su
régimen franquista ya no se veía en la óptica de la dicotomía de fascismo-democracia, sino
en la nueva de defensa de Occidente frente al comunismo del Este. El 8 de agosto, el
embajador de la Argentina de Perón regresaba a Madrid, haciendo caso omiso de los
acuerdos de la ONU.

En esta situación de repliegue internacional en España, resulta de interés tener


conocimiento de la publicación, el 1 de abril de 1948, en el prestigioso New York Herald
Tribune de un artículo de Juan Negrín, ex ministro de la República y jefe del Gobierno
durante la guerra civil, en el que propone que el Plan Marshall se extienda a España268:
Creo que mi país, España, debería poder participar en el Programa de Reconstrucción Europea. Es
necesaria esta incorporación para el éxito del Plan. Su exclusión significaría tan sólo sufrimientos
para el pueblo español (…) La afirmación de que la ayuda económica a España refuerza al régimen
es un cepo para inocentes hipersensibles.269

La situación mundial se agrava en 1949. En 1950, año en que estalla la guerra de


Corea, el 4 de noviembre la Asamblea de las Naciones Unidas derogaba el acuerdo de
diciembre de 1946. A partir de ese momento, el gobierno de Franco podía ser admitido en
los organismos internacionales. Un nuevo período comenzaba.

Franco cambia la mayoría de su gobierno en 1951, para lo que aprovecha la fecha


simbólica del 18 de julio. Forma un gobierno en el que solo continúan cuatro hombres del
anterior; entre éstos Martín Artajo, orfebre del plan diplomático; Blas Pérez, que ha

268
Tamames, Ramón, ob. cit., pág. 284.
269
Ansó, Mariano, Yo fui ministro de Negrín, Planeta, Barcelona, 1976.

235
conseguido montar una policía tan dura como eficaz y José Antonio Girón, del que se cree
tiene influencia en los medios obreros. Luis Carrero Blanco es nombrado Ministro-
Subsecretario de la Presidencia; Cavestany de Agricultura y Francisco Gómez de Llano
pasa como titular del Ministerio de Hacienda; Joaquín Ruiz-Giménez accede al Ministerio
de Educación Nacional como consecuencia de su buena gestión diplomática en el
Vaticano, cuando se acerca la firma del Concordato.

Gobierno de Franco, nombrado el 18 de julio de 1951.

La entrada de Carrero Blanco en el gobierno de 1951 venía a confirmar la gran


influencia que ejercía sobre Franco desde 1941:

La importancia de Luis Carrero Blanco en la vida española de los últimos treinta años sólo es
superada por la de Francisco Franco (…) no es posible comprender totalmente la figura del jefe del
Estado sin la presencia callada, lealísima y en muchos momentos casi desdibujada de Carrero
Blanco.270

Otra personalidad destacable del gobierno de 1951 es la de Joaquín Ruiz-Giménez,


nuevo ministro de Educación que habría de significarse por sus planteamientos
aperturistas.

El Concordato, firmado el 27 de agosto de 1953, era, para decirlo con palabras del
P. Bigordá, “un reconocimiento firme y expreso de la Santa Sede de la legitimidad y
estabilidad del Régimen español”. El Concordato, no solo confirma la confesionalidad del
Estado, sino que consagra un “status” privilegiado para los clérigos, unas competencias de
la Iglesia en materia de regulación de la vida civil, de presencia de la alta jerarquía en los
órganos decisorios del Estado, de sostenimiento financiero casi sin límites. En cambio, el
Estado se confirma el derecho de investidura que, prácticamente, pone en sus manos el
nombramiento de obispos.

En septiembre de 1953, Dunn y Artajo firmaban en Madrid los Acuerdos hispano-


norteamericanos, hecho considerado como el mayor logro diplomático de Franco. Así,
como subraya el historiador francés Max Gallo, el primero de octubre de 1953 marcó el
cenit del poder de Franco271. El 15 de diciembre de 1955 la Asamblea General de la ONU
admitía a España en su seno.

270
Bardavío, Joaquín, La crisis, Sedmay, Madrid, 1974.
271
Gallo, Max, Historia de la España franquista, Ruedo Ibérico, París, 1971.

236
A finales de 1956 el joven catedrático de Derecho administrativo y miembro
numerario del Opus Dei, Laureano López Rodó, era nombrado Secretario general técnico
de la Presidencia del Consejo, es decir, primer y directo colaborador de Luis Carrero
Blanco. Este hecho marca el comienzo de una progresión de poder que durará diecisiete
años y dará en gran parte el tono del Estado franquista en la segunda mitad de su
existencia.

Entrando en el campo socioeconómico, es necesario puntualizar que las tesis


proteccionistas no fueron una novedad del franquismo, de hecho se llevaban practicando
desde principios de siglo con hechos tan relevantes como la aprobación en 1906 de la Ley
de Bases Arancelarias, o la promulgación del Arancel Cambó de 1922, que puso a España
a la cabeza de los países europeos por su grado de protección. La Segunda República, al
enfrentarse a la crisis de 1929, tuvo que utilizar también medidas proteccionistas
adicionales como la política de contingentes y de convenios bilaterales de pago.

Pero el modelo económico que se intenta consolidad tras la guerra civil supone un
cambio cualitativo importante, ya no se trata solo de proteger la producción nacional sino
que se pretende lograr la autosuficiencia económica frente al exterior, en lo que se advierte
una marcada influencia del nacionalsocialismo alemán y, sobre todo, del fascismo de
Mussolini. Hasta que terminó la segunda guerra mundial la adopción de una política con
pretensiones autárquicas era algo necesario; en cambio, en los años siguientes, el modelo
autárquico se mantuvo voluntariamente.

Esta larga etapa histórica, de 1939 a 1959, se diferencia en dos subperíodos que
coinciden con las dos décadas. Hasta 1950 se está siempre por debajo de los niveles
económicos de la preguerra y no hay intentos serios de abandonar las pretensiones
autárquicas. Es necesario señalar que la caída de renta media de los españoles en la
posguerra en comparación con la preguerra fue muy importante, pero no tanto como en
algunas ocasiones se dio a entender. El profesor Juan Velarde subraya una importante
confusión en los trabajos de Colin Clark, que en la preguerra fijó para España un nivel de
renta muy superior al real272.

El cambio de gobierno de 1951 introducirá nuevos elementos en la política


económica y dos años después se firmarán los acuerdos hispano-norteamericanos que
definirían el nuevo rumbo de la política exterior; en el terreno económico se inicia una fase
de fuerte crecimiento, la renta aumenta el 6,8% por persona de 1950 a 1958.

Con relación a la agricultura, a las preferencias del régimen franquista en sus


primeros años por la agricultura no sería ajeno el mayor apoyo que encontró la sublevación
en las zonas rurales que en las urbanas. Esta apreciación llevaba a plantear como objetivo
“transformar España en un país de pequeños agricultores”. Ya incluso antes del 1 de abril
de 1939, se había dictado un decreto por el que surgía el Servicio Nacional de Reforma
Social de la Tierra, verdadera contrarreforma agraria por la que se devolvían las tierras que
habían sido afectadas por la reforma de la Segunda República, política de la que se
beneficiaron en algunos casos de la reversión de bienes que habían sido vendidos
voluntariamente a arrendatarios y aparceros. Esta política de apoyo a los grandes
propietarios va a reforzarse con la creación del Servicio Nacional del Trigo. Sobre éste

272
Tamames, Ramón, ob. cit. pág. 273.

237
señala Tamames: “dentro del panorama general de intervencionismo económico del
posguerra, una de las instituciones más positivas fue el Servicio Nacional del Trigo”273

A pesar de que tras la guerra civil aumentó el porcentaje de población activa


agraria, pasándose del 45,5% del censo de 1930 al 50,5% en 1940, la producción del sector
había descendido. Es necesario esperar a 1948 para que, según los datos del Ministerio de
Agricultura, se recuperaran las áreas cultivadas en 1935.

En cuanto al sector industrial, de acuerdo con los intereses del capitalismo español
que había emprendido un repliegue nacionalista que le permitía disponer de la reserva del
mercado interior, el estudio de la política industrial permite apreciar la intensidad el
intervencionismo del Estado en la vida económica en el curso de este período, y que va
desde la formulación del decreto de septiembre de 1939, por el cual la inversión industrial
está sometida al régimen de autorización previa, a la intervención directa del Estado que se
materializa en la creación del Instituto Nacional de Industria en septiembre de 1941.

En política monetaria hay que señalar que después de abril de 1939 se hacía
necesario el establecimiento de un mecanismo de conversión entre las dos unidades
monetarias que habían existido hasta entonces, regulado en la Ley de 7 de diciembre de
1939, por la cual se reconocía solo el valor de los billetes emitidos por el gobierno de la
República antes del 18 de julio. En 1950 se flexibiliza el mecanismo de puesta en
circulación de billetes, política de dinero barato que permitió que la circulación fiduciaria
pasara de 6000 millones de pesetas en 1939 a 31.600 en 1950, período durante el cual el
índice general de precios pasó de 100 a 570.

En este proceso inflacionista, influía de manera decisiva el déficit sistemático con


que se saldaba el presupuesto nacional, ante la insuficiencia de la única reforma fiscal
emprendida –la de Larraz de 1940- y la ausencia de medidas posteriores hasta llega a 1957.
José Larraz pretendió aumentar la presión fiscal a través de la elevación de las bases
impositivas y de los tipos a aplicar, pero manteniendo en la mayor parte de los casos los
impuestos anteriormente existentes.

1951 es un año importante en la evolución económica y política del franquismo. A


partir de 1950 van a producirse significativos cambios dentro de un nuevo marco político
internacional, guerra fría, estallido de la guerra de Corea, que pone al régimen del general
Franco en disposición de poder negociar en el exterior una de las pocas mercancías
vendibles de que disponía: su anticomunismo. En noviembre de este año tiene lugar la
incorporación de nuestro país a la FAO. Se ha visto como el 18 de julio de 1951 se llevó a
cabo una sustancial renovación del gobierno; ese año se produce una cosecha excepcional,
gracias a la cual se rozan por primera vez los niveles de la renta de la preguerra, lo que
permite disminuir el grado de intervencionismo en la distribución de alimentos básicos,
proceso que culminaría en marzo de 1952 con la supresión del racionamiento del pan.

Entre 1951 y 1957 se produce un rápido descenso de la participación del sector


primario en la Renta Nacional, que pasa del 40,7% al 25,25%. Al mismo tiempo acontece
un proceso de reequipamiento industrial, que se pone de manifiesto en que sobre un
volumen creciente de compras al exterior –que pasa de 1307,5 millones de pesetas oro en
1951 a 2639,3 en 1957-, el porcentaje de maquinaria y vehículos se eleva desde el 15,7%

273
Tamames, Ramón, ob. cit. pág. 276.

238
al 23,4%. Entre 1950 y 1957 se produce un importante crecimiento en el nivel de renta per
cápita (se pasa, en valores constantes, de 6900 pesetas a 9862). A medida que se avanza en
la década comienza a ser cada vez más notoria la insuficiencia del modelo autárquico
tímidamente reformado en 1951, y que entra en su fase final en 1957, al producirse otro
importante cambio de gobierno274.

2. EL CATASTRO DURANTE LA ÉPOCA DE LA AUTARQUÍA.

2.1. LA LEY DE 16 DE DICIEMBRE DE 1940

Las primeras medidas legales del nuevo régimen relacionadas con el Catastro se
refieren fundamentalmente a reformas del sistema tributario, aunque contienen actuaciones
que afectan a aquél, comienzan a dictarse a partir de 1940, siendo ministro de Hacienda
José Larraz, y se inician con la Ley de 16 de diciembre de 1940. Publicada en el Boletín
Oficial del 22 de diciembre, se destacan sus aspectos más relevantes en lo relativo al
presente trabajo:

Artículo 1.º Durante el ejercicio de 1941 se elevarán los líquidos imponibles de la riqueza rústica
en la siguiente proporción:
a) Amillaramientos de la primera Sección, 67 por 100.
b) Amillaramientos de la segunda Sección, 110 por 100.
c) Avances Catastrales y Registros ficales, 26 por 100.
(…)
Art. 3.º A partir de 1.º de enero de 1941 el tipo impositivo estatal de toda la riqueza rústica se
unifica en el 17,50 por 100 (…)
Art. 5.º La riqueza imponible amillarada se rectificará en su valoración, con efecto desde 1.º de
enero de 1942, conforme a lo dispuesto en el presente artículo.
El Ministro de Hacienda, teniendo en cuenta el desarrollo e intensificación de la producción y el
movimiento de los precios, determinará las cifras imputables a cada provincia de modo global (…)
someterá en tiempo oportuno a la aprobación del Consejo de Ministros, previa audiencia del
Ministro de Agricultura y de la Delegación Nacional de Sindicatos (…) se distribuirán entre los
pueblos por la Delegación de Hacienda con aprobación de la Diputación provincial (…)
Art. 6.º Por el Ministerio de Hacienda se aprobarán los coeficientes de corrección de las
valoraciones catastrales y del Registro fiscal en vigor (…)
Art. 7.º Mientras no se disponga lo contrario (…) quedan en suspenso los trabajos de confección y
conservación de los Avances Catastrales y los de aplicación del Decreto de 31 de agosto de 1934. El
personal y Servicios de Valoración Agrícola y Forestal consagrarán su actividad principalmente a
los estudios y labores que requiera la aplicación de lo dispuesto en los precedentes artículos de esta
Ley (…)
Art. 8.º El arrendador de fincas rústicas tendrá derecho a repercutir sobre el arrendatario aquella
parte de la contribución rústica

Lo dispuesto en esta Ley, que hace referencia a los diversos tributos que
constituyen el presupuesto de la nación, pone de manifiesto la imperiosa necesidad del
gobierno de recaudar fondos para hacer frente a la difícil situación económica del país tras
la guerra civil, para lo cual, según lo ordenado en su artículo 2.º, se producen elevaciones
de tipos imponibles que van del 26 al 110 por 100. Al cumplimiento de ese objetivo se
destinó el personal del Catastro como atestigua este artículo 7.º

274
Tuñón de Lara, Manuel y Bisecas, José Antonio, Historia de España, tomo X, España bajo la dictadura
franquista (1939-1975), pp., 1-49 y 167-293.

239
Al hilo de lo preceptuado en el artículo 5.º y haciendo valer su predicamento
político ante el régimen, la Delegación Sindical de Valladolid manifiesta su opinión sobre
estas materias en un escrito fechado el 25 de junio de 1941. Lleva por título
Consideraciones generales sobre el Catastro de la Riqueza Rústica, especialmente
relacionados con la Ley de Reforma tributaria y la Orden ministerial publicada en el
Boletín de 1.º de Mayo de 1941 y de ella se seleccionan los siguientes párrafos:

La Ley de Reforma tributaria y las órdenes complementarias para su aplicación han venido a
perturbar una vez más el desarrollo de los trabajos catastrales (…)
Dicha Ley pretende que en un espacio de tiempo inferior a dos meses, los técnicos propongan al
Ministro de Hacienda las cifras globales de la riqueza rústica en las provincias que tributan en
régimen de amillaramiento, rectificando las que actualmente figuran en las cartillas evaluatorias (…)
Es evidente que el objetivo perseguido por el Catastro, además de permitir conocer el régimen de la
propiedad rústica del País (…) persigue también la transformación de la tributación por cupo en
tributación por cuota (…)
Pues bien, con la aplicación de la Ley de Reforma tributaria, se agravarán estos defectos de las
provincias amillaradas (…)
Para la aprobación en Consejo de Ministros de las cifras globales y los coeficientes de corrección
de los tipos, misión que se le ha confiado al personal técnico del Catastro, se requiere previamente
oír a la Delegación Nacional de Sindicatos y al Ministerio de Agricultura y el fin de ilustrar a la
Delegación Nacional de Sindicatos, es lo que motiva esta exposición.
No ha podido elegirse peor procedimiento por las razones siguientes:
1.º Absoluta imposibilidad de efectuar lo que se propone en plazo tan corto.
2.º La inoportunidad manifiesta de intentar una puesta al día del Catastro. En estos momentos de
inestabilidad económica, en que el precio de los productos varía de día en día (…) cuando la única
Ley económica que rige en la nación es la del “straperlo”, contra la cual la fuerza coactiva del
Estado ha resultado impotente, obligar a técnicos capaces y conscientes de su función y de su
responsabilidad, a “fabricar” rápidamente desde sus despachos de trabajo, cifras globales, de riqueza
y cuentas de gastos y productos, para la determinación de tipos medios, es tan absurdo como
improcedente.
3.º Si este procedimiento prosperase, se cometería una gran injusticia fiscal (…) las tierras malas y
medianas quedarían excesivamente gravadas y es probable que las regulares y buenas quedasen
beneficiadas (…)
4.º En las zonas devastadas, como consecuencia de nuestra guerra, donde arbolado y arbustos
hayan sido destruidos, al no funcionar la Conservación catastral, no consiguen la baja de
contribución (…)
Por todo ello considero que la Delegación Nacional de Sindicatos, debe oponerse enérgicamente a
la aplicación de la Ley de Reforma Tributaria (…)
Y como ya se dijo en infinidad de ocasiones en el Consejo Sindical, (…) es imperiosa y urgente la
necesidad de reorganizar el catastro, entendemos que debemos sugerir al Delegado Nacional, que
sean los Sindicatos, como órgano de la Falange, (…) los que hagan ver al Gobierno que actualmente
está a punto de perderse totalmente la labor ya realizada de Catastro (…)
Y que debido a los cambios políticos, a los insistentes y constantes cambios de rumbo y de
orientación, este Servicio está arrumbado y a punto de perderse (…)
Y que por último, por la Delegación Nacional y con el concurso desinteresado que este personal
especializado, seguramente ofrecería, debería confeccionarse un anteproyecto que la Falange podría
ofrecer al Gobierno como solución a este problema.

Por Dios, España y su Revolución Nacional-Sindicalista


Madrid, 25 de Junio de 1941
DELEGACIÓN SINDICAL DE VALLADOLID

CAMARADA DELEGADO NACIONAL DE SINDICATOS

El escrito resulta del mayor interés por varios motivos. En primer lugar, el tono en
que está redactado, de abierta crítica a una disposición de rango legal dictada por el
Gobierno, denota el poder político de la Organización Sindical, “como órgano de la

240
Falange”, reproduciendo la terminología usada en el documento, y este poder resulta aún
mayor si se piensa que no procede del órgano central, la Delegación Nacional de
Sindicatos, sino de una delegación provincial, la de Valladolid.

En segundo lugar, por la información que contiene del Catastro y por la alta
valoración que se hace de los técnicos de éste, “capaces y conscientes de su función y de su
responsabilidad”, se advierte un claro asesoramiento por parte de los mismos,
posiblemente desde la provincia origen del escrito. El contenido del último párrafo
disiparía cualquier duda a este respecto. Además la existencia de una copia de éste en los
archivos de la Asociación también hace presumible esta opinión.

2.2. LA LEY DE 26 DE SEPTIEMBRE DE 1941

Siendo ministro de Hacienda Joaquín Benjumea Burín, se promulgó la Ley de 26 de


septiembre de 1941, sobre ordenación de la Contribución Territorial Rústica y Pecuaria, de
la que se reproducen sus aspectos más destacables:

Artículo 1.º Los trabajos que realiza el Ministerio de Hacienda para la determinación de las
riquezas rústica y pecuaria se agruparán en dos servicios generales: de Amillaramiento y de
Catastro, dependientes de la Dirección General de Propiedades y Contribución Territorial.
El primero tendrá como fin la investigación, comprobación y señalamiento de las bases de la
riqueza dentro de los sistemas de Amillaramiento y de Registro fiscal.
El Servicio de Catastro atenderá a la conservación y mejora progresiva de los Avances Catastrales
parcelarios en vigor, extendiendo su actuación a aquellas localidades en que, a juicio del Ministerio
de hacienda, lo aconsejen razones fiscales, económicas o sociales.
Art. 2.º Los trabajos realizados por el Ministerio de hacienda para determinar los coeficientes de
corrección de las valoraciones catastrales y de Registro fiscal en vigor a, a los efectos de los
dispuesto en el artículo 6.º de la Ley de 16 de diciembre de 1940, serán continuados hasta
determinar los nuevos tipos evaluatorios por cada cultivo o aprovechamiento en los distintos
Municipios en régimen de Catastro (…)
Art. 11. Los propietarios y contribuyentes de los Municipios em rçegimen de amillaramiento y
Registro fiscal continuarán obligados a declarar, por escrito (…) los verdaderos valores, en venta o
renta, de los bienes sujetos a la Contribución Rústica y Pecuaria, cuando paguen menos tributo que
el que corresponda a la verdadera base tributaria (…)
Art. 13. El Ministerio de Hacienda organizará la investigación de las riquezas rústica y pecuaria
ocultas en todo el territorio nacional (…)
Las investigaciones de carácter general se orientarán preferentemente hacia la zona en régimen de
amillaramiento o Registro fiscal y las particulares sobre fincas o contribuyentes afectarán por igual a
dichos sistemas y al Catastro en régimen de conservación (…)
Art. 15. En todos los Municipios, excepto en las capitales de provincia, la Junta Pericial se
constituirá, bajo la presidencia del Alcalde, con los siguientes Vocales:
Dos contribuyentes agricultores y uno ganadero designados por el Ayuntamiento.
Un propietario de explotaciones forestales o su representante local, designado aquél por el
Ayuntamiento.
Un representante de la Organización Sindical de F. E. T. y de las J. O. N. S. y otro de la
Diputación provincial.
Un médico y un veterinario designado por el Ayuntamiento.
En los municipios que tengan a sus servicio técnicos de agricultura o montes formará parte de la
Junta uno de cada especialidad, designado por el Ayuntamiento.
Actuará como Secretario el que lo sea del Ayuntamiento.

García-Badell, al referirse a esta Ley, inicia su comentario de la forma que sigue:

Vista la imposibilidad de dar por ultimadas las propuestas de coeficientes de corrección de las
valoraciones catastrales que disponía la Orden ministerial de 28 de abril de 1941, se tiende a
perfeccionar su aplicación en cuanto a la riqueza catastrada, llegando a la rectificación de

241
valoraciones cultivos y calidades, para evitar que con un coeficiente único por municipio la carga
tributaria presione igual a capacidades proporcionalmente diferentes.
Y en amillaramientos se dictan nuevas normas que permitan movilizar esta riqueza, que desde
hace tantos años parecía inmovilizada. 275

De una forma similar se manifiesta Alcázar Molina, cuando refiriéndose a la


rectificación de la riqueza imponible consignada en los catastros y en los registros fiscales
mediante la aplicación de coeficientes correctores de las valoraciones catastrales y del
Registro fiscal, según ordenaba el artículo 6.º de la Ley de 16 de diciembre de 1940, dice:
Era del todo inviable y así se reconoció en la Ley de 26 de septiembre de 1941, sobre la
ordenación de la Contribución rústica y pecuaria. La correlación de los valores entre los distintos
cultivos y calidades, así como su rentabilidad, no se había mantenido constante desde el momento
de su confección y por tanto, no era correcta su actualización apoyándose en un único coeficiente
corrector para todos ellos. Había que elaborar nuevos tipos evaluatorios para cada aprovechamiento
que permitiese una valoración equitativa y por ende una distribución justa de la carga tributaria. 276

De acuerdo con esto, el artículo 2.º modifica lo dispuesto en el artículo 6.º de la Ley
de 16 de diciembre de 1940 estableciendo que se determinarán nuevos tipos evaluatorios
para cada cultivo o aprovechamiento.

El cambio de denominación de los Servicios de Valoración agrícola y forestal por


Servicios de Amillaramiento y Catastro significó, de alguna manera, la consecución de una
aspiración de los técnicos del Catastro por recuperar esa denominación (la de Catastro)
propia de su actividad. Anteriormente se ha hecho referencia a un escrito, fechado el 18 de
octubre de 1934, en el que la Asociación Nacional de Ingenieros Agrónomos, entre otras
cuestiones, expresaba su desagrado “por el título de Valoración Agrícola que da al Servicio
a que queda adscrito, cuando a otro sector se le denomina Catastro Topográfico
Parcelario”.

De cambio radical habría que calificar el que se produce en la composición de las


Juntas Periciales, modificándose la establecida por la Ley de 6 de agosto de 1932, de
carácter democrático, por la que establece el artículo 15 de esta Ley. Lo asombroso es que
esta composición se mantuvo vigente hasta el 28 de diciembre de 1988, Ley de
Presupuestos del Estado, cuya Disposición Derogatoria Segunda dice:

Queda derogada la Ley de 26 de septiembre de 1941, sobre Ordenación de la Contribución Rústica


y Pecuaria, facultándose al Gobierno para que regule la composición, funcionamiento y
competencias de las Juntas Periciales de Catastros Inmobiliarios Rústicos 277.

Con posterioridad a la publicación de la Ley de 26 de septiembre de 1941 y antes


de que se dictase la Orden de 16 de diciembre, la Asociación de Peritos Agrícolas del
Estado, elabora un escrito (se ignora si llegó a presentarse) dirigido al Director General de
Propiedades y Contribución Territorial, en el que se le formulan una serie de sugerencias.
Unas, de carácter tributario y muy innovadoras, proponen discriminar entre una tributación
constante sobre la tierra, en el aspecto de renta, y otra variable sobre los beneficios;

275
Garcia-Badell, Gabriel, ob. cit., pág. 91.
276
Alcázar Molina, Manuel, El Catastro en España, Servicio de Publicaciones de la Universidad Politécnica
de Valencia, 1999, pág. 131.
277
Aún habría que esperar otros cuatro años, Real Decreto 1344/1992, de 6 de noviembre, para que se
regulase una nueva composición, funcionamiento y competencias de las Juntas Periciales de Catastros
Inmobiliarios Rústicos.

242
también proponen distinguir entre la base tributaria de las pequeñas fincas y de las grandes
explotaciones, concluyendo que “para todo esto sería conveniente la extensión a Catastro
del régimen de Inspección del Tributo que autoriza el artículo 13 de la Ley de 26 de
septiembre de 1941”, aspiración ésta que no sería una realidad hasta 33 años después.
También proponen regular las relaciones que deben existir entre los Servicios del
Ministerio de Hacienda y los Registros de la Propiedad, a fin de que las características
parcelarias adquieran carácter jurídico.

En otro sentido habría de discurrir la reorganización de los Servicios de Catastro de


la riqueza rústica según dispone la Orden de 16 de diciembre de 1941. Dicen su
introducción y disposiciones más relevantes:

Ilmo. Sr.: Adelantados los trabajos de rectificación general de las valoraciones catastrales de la
riqueza rústica, es llegado el momento de reanudar la actividad normal del Servicio de Catastro (…)
y en su virtud,
Este Ministerio se ha servido disponer:
1.º Los trabajos encomendados al Servicio de Catastro de la riqueza rústica en el artículo 1.º de la
Ley de 26 de septiembre de 1941 se dividen en dos grupos:
a) Conservación de Avances y Catastros parcelarios.
b) Formación de nuevos Catastros.
En el primero se atenderá a la conservación, rectificación y mejora progresiva de los Avances
catastrales y Catastros parcelarios en vigencia y de los que se formen en lo sucesivo.
En el segundo se atenderá a la formación de nuevos Catastros parcelarios ejecutados sobre
trabajos topográficos o sobre fotográficos aéreos.
2.º Los trabajos de conservación catastral se dividen en:
Ordinarios de conservación.
Especiales de revisión.
3.º Los trabajos ordinarios de Conservación atenderán a seguir con un servicio regular y constante
las alteraciones de las características parcelarias (…) por declaración del interesado (…) por informe
de la Junta pericial (…) por denuncia de particulares o por investigación del propio Servicio de
Conservación (…)
6.º La realización de los trabajos especiales a que se refiere le número 2.º (…) comprenderán la
revisión total de aquellos términos municipales en que, como consecuencia de los estudios
realizados, se considere conveniente la rectificación completa de los antiguos Catastros o la revisión
parcial de zonas o cultivos determinados de algún municipio (…)
11. Los nuevos Catastros (…) se fundarán en los trabajos topográficos parcelarios realizados por
el Instituto Geográfico y Catastral (…) o sobre los fotográficos aéreos debidamente ampliados o
restituidos, realizados por el Servicio de Fotografía aérea del Ministerio de Hacienda (…)
Los trabajos a realizar por el personal facultativo del Servicio de Catastro comprenderán los de
campo, relativos a la completa caracterización parcelaria y evaluación de la riqueza imponible y los
correspondientes de gabinete par la formación de la documentación facultativa de cada término
municipal (…)
15. Los términos municipales catastrados (…) se agruparán en zonas de conservación, al frente de
las cuales estará un Perito Agrícola conservador (…) para la ejecución de los trabajos (…) y la
custodia de la documentación de la zona que se le encomienda, actuando como Secretario del
Servicio el Perito Conservador de la zona de la Capital.

Es necesario destacar la importancia de esta Orden, fundamental en la organización


de los trabajos del Servicio de Catastro de rústica y que introdujo un nuevo concepto en
éstos, los trabajos especiales de revisión incluidos dentro de la Conservación catastral. Este
es un término que, a lo largo del tiempo, ha dada lugar a confusión, incluso para algunos
profesionales del Catastro, que, a la hora de entender la naturaleza de los trabajos
catastrales, los han confundido con los de revisión de tipos imponibles o los de renovación
catastral, éstos habrían de ser definidos en la Orden de 7 de marzo de 1956.

243
La forma de ejecución de nuevos Catastros, a través de planos del Instituto
Geográfico o de fotografías aéreas, a las que habría de incorporarse después la utilización
de planos de Concentración Parcelaria, de forma básica sería aplicada hasta la década de
los ochenta del anterior siglo.

Debe destacarse también el contenido del punto 15 que encomienda al Perito


Agrícola conservador la jefatura de las respectivas zonas y custodia de su documentación,
así como la asignación del cargo de Secretario del Servicio al Perito Conservador de la
zona de la capital, cuestiones que serán desarrolladas en un capítulo específico sobre la
Conservación catastral.

En el Boletín Oficial del 6 de mayo de 1942 se publicó el Decreto 11 abril de 1942,


sobre derechos de expedición de certificaciones catastrales. El artículo 1.º del mismo
establece las tarifas a aplicar a la expedición de certificaciones a instancia de parte de los
documentos catastrales de la Riqueza Rústica; el artículo 2.º se refiere a las certificaciones
de la Riqueza Urbana y los siguientes artículos dan detalles sobre las solicitudes, pago de
los derechos en papel del Estado, libro registro de peticiones y reintegro de las instancias
con arreglo a lo dispuesto en la Ley de Timbre. Finalmente, el artículo 8.º dispone:

Por el Ministerio de Hacienda se dictarán las instrucciones necesarias para el cumplimiento de este
Decreto, quedando derogadas cuantas disposiciones se opongan al cumplimiento del mismo.

Un Decreto de tan poca enjundia como éste no parecía destinado a generar ningún
tipo de polémica, la realidad fue bien distinta. Entre los documentos de la Asociación
aparece uno con el siguiente título:

CIRCULAR DANDO INSTRUCCIONES PARA LA EXPEDICIÓN DE CERTIFICACIONES Y


COPIAS DE DOCUMENTOS CATASTRALES DE LAS RIQUEZAS RÚSTICA Y URBANA
CON ARREGLO AL DECRETO DE 11 DE ABRIL DE 1942 (B. O. del 6 de mayo).

La copia contiene las instrucciones cuarta a la novena, de las que se reproducen los
aspectos que pudieron ser causa del conflicto:

CUARTA.- Las certificaciones de documentos catastrales obrantes en las Administraciones de


Propiedades y Contribución territorial serán expedidas por el Jefe de Negociado, con el Visto Bueno
del Administrador.
Las de los documentos en poder de las Jefaturas provinciales del Catastro de Rústica lo serán por
el funcionario administrativo que tenga a su cargo la documentación del término municipal
correspondiente; firmará con su conformidad el Perito agrícola conservador de la zona y consignará
el visto bueno el Ingeniero Jefe provincial.

La Asociación de Peritos Agrícolas del Estado reaccionó redactando una NOTA AL


ILUSTRTÍSIMO SR. DIRECTOR GENERAL DE PROPIEDADES. Está fechada el 12 de junio de
1942 y, de forma extractada, dice:

Cuando se organizó el servicio de Conservación del Catastro en virtud de la Ley de 23 de Marzo


de 1906 y con arreglo al Reglamento de 23 de octubre de 1913, el Perito Agrícola Conservador,
encargado de cada Zona, expedía las certificaciones catastrales que solicitaban los particulares y
autoridades.
Al reorganizarse por orden de 16 de Diciembre de 1941 los servicios de Catastro, se establece en
el artículo 15 de dicha disposición:
(copia literalmente el artículo)
Por la mencionada disposición, vuelve el Perito Agrícola a recobrar la totalidad de las funciones
que desempeñaba como Conservador de una Zona de Catastro; los Administrativos a su misión

244
auxiliar; y toda la documentación facultativa de cada Zona ha de quedar, como anteriormente, bajo
la custodia del Perito Conservador.
Posteriormente, por la Dirección general de su digno cargo se han dado instrucciones para “que las
certificaciones (…) sean expedidas por el funcionario administrativo (…)
Comoquiera que estas instrucciones parecen estar en desacuerdo con lo que prescribe la orden de
16 de Diciembre de 1941, pues según el Artículo 15, al Perito Agrícola corresponde, entre otros (…)
apartado f) (despacho de certificaciones sobre características parcelarias), y como según la citada
disposición los auxiliares administrativos no han de tener a su cargo documentación facultativa de
ninguna clase, la Asociación de Peritos Agrícolas del Estado, ruega respetuosamente a V. I. que el
Perito Agrícola, conservador de cada zona de Catastro, sea el que expida las certificaciones sobre
características parcelarias.

Una vez más en esta obra se ha entrado en el terreno anecdótico, tratando de


cuestiones que pueden parecer triviales, pero que tienen su importancia en el contexto de
este trabajo que, al reproducir estos detalles, pretende que el lector se forme una idea lo
más fiel posible de cómo funcionaba el Catastro en cada momento de su historia. En este
caso, se ha asistido a un incidente, que posiblemente en épocas recientes hubiera sido poco
valorado, ante el que el colectivo de peritos reaccionó en defensa de algo inmaterial, se
trataba de una cuestión de fuero.

La Orden 25 junio 1943, da Instrucciones para la inspección del tributo en los


municipios sometidos al régimen de Amillaramiento o Registro fiscal. Entre otras
cuestiones dispone:

1. La investigación de las bases tributarias de la contribución territorial rústica y pecuaria en


régimen de Amillaramiento o Registro fiscal ordenada por el artículo 13 de la Ley de 26 de
septiembre de 1941 podrá hacerse por comarcas, localidades, cultivos, aprovechamientos,
contribuyentes o bienes concretos (…)
2. La Dirección General de Propiedades y Contribución territorial (…) propondrá el
nombramiento de los Ingenieros Agrónomos y de Montes del Servicio de Amillaramiento que deban
tener el carácter de inspectores de la Contribución territorial rústica y pecuaria.
Dichos ingenieros tendrán los deberes y atribuciones que a los restantes inspectores del tributo les
reconoce el citado Reglamento sobre la Inspección de Hacienda.

Esta orden tiene interés en cuanto representa un acontecimiento en el antes


comentado largo proceso que llevó a la integración de los facultativos del Catastro en la
Inspección de los Tributos. El segundo paso se daría tres meses después con la Orden 30
noviembre 1943, que da instrucciones para inspección en amillaramientos o registros
fiscales. En ésta se concretan los aspectos retributivos que conlleva la Inspección y, en ese
sentido, resulta destacable de esta orden:

Para el cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de 26 de septiembre de 1941


sobre investigación de la Riqueza Rústica y Pecuaria (…) Este Ministerio se ha servido aprobar las
adjuntas
INSTRUCCIONES
de régimen interior para la inspección del Tributo en los amillaramientos o Registros Fiscales

1.- Los Ingenieros Agrónomos y de Montes adscritos al Servicio de amillaramiento tendrán a su


cargo los estudios generales sobre la Riqueza Rústica y Pecuaria de los Municipios amillarados o en
Registro fiscal (…)
Aparte de dichos trabajos generales (…) los citados Ingenieros Agrónomos y de Montes podrán
efectuar servicios de investigación general, parcial o particular cuando por sus estudios o trabajos
previos en determinada zona o provincia, hayan acreditado la suficiente preparación para ejercer en
las mismas como Inspectores del tributo (…)

245
2.- Los nombramientos de Inspectores del tributo se propondrán por la Dirección General de
Propiedades y Contribución Territorial (…) deberán renovarse cada tres años, para continuar en el
cargo, mediante examen de la cuantía y calidad del trabajo efectuado (…)
3.- Dichos funcionarios dependerán de los Delegados de Hacienda y de los Inspectores-Jefes en la
forma dispuesta en el artículo 19 del Reglamento de la Inspección. (…)
4.- Los Inspectores del amillaramiento estarán auxiliados en sus trabajos por Ayudantes de Montes
y Peritos Agrícolas, los cuales realizarán las funciones que se les encomienden dentro de sus
respectivas especialidades (…)
10.- (…) en los fondos del Comité Central de la Inspección se ingresará la participación
correspondiente al aumento de cuotas percibidas por el Tesoro en concepto de Contribución
Territorial y en virtud de actos de investigación general, parcial o particular, directamente realizados
por los Inspectores de Amillaramiento.
11.- Los inspectores del amillaramiento tendrán iguales consideraciones que los restantes
inspectores (…) Estos derechos se reconocerán con arreglo a las siguientes modalidades:
a) Para los casos de investigación individual en que las bases imponibles reflejadas en el acta de
invitación o de presencia (…) se liquidarán a cada Inspector las participaciones que les atribuye el
apartado d) del citado artículo 84 del Reglamento de la Inspección.
b) Para las restantes investigaciones individuales y para todas las generales o parciales percibirán
remuneraciones indirectas (…)
22.- Para los efectos de la presente Instrucción, bajo el concepto de “Inspector” o “Inspección”
siempre se entenderá comprendido al Ingeniero con los Ayudantes de Montes o Peritos Agrícolas
que pueda tener a sus órdenes.

La clave del interés de los funcionarios de Hacienda por integrarse en la Inspección


de los Tributos, no era otra que recibir retribuciones de ese “Comité Central de la
Inspección”, que marcaba una clara posición de privilegio. Los efectos de esta nueva
situación no tardarían en dejarse sentir, a juzgar por el contenido de la siguiente
comunicación del Director General de Propiedades y Contribución Territorial:

La Orden 4 octubre 1945 estructura las Inspecciones provinciales del Servicio de


Amillaramiento en doce agrupaciones:
1.ª Barcelona Norte; 2.ª Barcelona Sur; 3.ª Huesca-Lérida; 4.ª Zaragoza-Teruel; 5.ª Soria-Logroño;
6.ª Guipúzcoa-Burgos; 7.ª Santander-Vizcaya; 8.ª León-Oviedo; 9.ª Coruña-Lugo; 10. Pontevedra-
Orense; 11. Las Palmas-Santa Cruz de Tenerife; 12. Baleares.

246
Las once primeras contarán con un Ingeniero (Agrónomo o de Montes) y dos Auxiliares
facultativos (Ayudantes de Montes o Peritos Agrícolas) (…) La provincia de Baleares contará con
un Ingeniero como único funcionario facultativo.

La consideración inspectora reconocida a los facultativos adscritos al Servicio de


Amillaramiento, con los consiguientes beneficios retributivos que conllevaba esta
situación, significaba un “status” de privilegio para los afectados. Esto debió producir un
agravio comparativo considerable con los restantes ingenieros, peritos y ayudantes que
desarrollaban su labor en provincias en régimen de Catastro. En los archivos de la
Asociación no se ha encontrado ningún escrito que refleje queja o malestar por parte de los
desfavorecido; únicamente apareció un sobre, con la indicación manuscrita “Notas
Reservadas”; contiene documentos, la mayoría copias sin membrete ni firma, pero que, de
algún modo, ilustran sobre el desarrollo de los trabajos por parte de los “Inspectores de
Amillaramientos”.

El primer documento analizado parece ser el borrador de una reclamación dirigida,


posiblemente, al Director General de Propiedades. Se inicia planteando una cuestión de
competencias por especialidades de titulación académica, señalando que la organización
establecida por la Orden de 4 de octubre de 1945 permite que un Ingeniero Agrónomo
pueda valora regiones forestales tan destacadas como Soria o uno de Montes regiones
agrícolas tan importantes como Lérida o Logroño. El resto del escrito se ocupa de
cuestiones retributivas y resulta muy revelador en cuanto nos introduce en la complicada
maraña de expresiones que se manejaban: Caja Central de la Inspección, Fondo especial,
remuneraciones indirectas, puntuaciones, gratificación fija, gratificación eventual y
directa… Formula una queja por las puntuaciones que se otorgan a los Ingenieros del
Servicio Central y particularmente las de su Ingeniero Jefe. Este borrador carece de firma,
pero debió ser suscrito por un sector de la plantilla de Inspectores de Amillaramientos, a
juzgar por el que sigue.

A continuación aparece un escrito, iniciado por el tratamiento “Ilmo. Sr.”,


posiblemente dirigido al mismo Director General, pero en esta ocasión, tras un extenso
panegírico sobre la personalidad del Jefe del Servicio Central de Amillaramiento,
solicitan:

El público reconocimiento de los méritos contraídos por el citado Jefe del Servicio Central de
Amillaramiento D. Ramón de Pando y Armand 278, proponiéndole al efecto para una distinción
honorífica como recompensa de la extraordinaria labor que viene realizando el beneficio del Tesoro
y siempre a favor del mejoramiento del Servicio.

Con esto se pone de manifiesto la existencia de discrepancias internas entre los


Inspectores, cuyas relaciones con la Superioridad tampoco iban por “camino de rosas”, a
juzgar por los dos siguientes documentos.

El siguiente documento analizado es también un borrador, sin firma ni fecha, que,


por la forma en que se manifiesta, parece proceder de un órgano superior de la Inspección
que da respuesta a distintas reclamaciones de los Inspectores de Amillaramientos. Se

278
Ingeniero de Montes. Tuvo un papel destacado en contra del Avance catastral. Durante la dictadura de
Primo de Rivera, como miembro de la Comisión nombrada en virtud del Decreto de 16 de febrero de 1924,
protagonizó un enfrentamiento con José A. de Oteyza. En un epígrafe anterior, específico de
Amillaramientos, ha sido ampliamente comentado un artículo de este autor.

247
refiere en primer lugar a la cuestión de competencias por especialidades, antes señalada y
pone en claro, para evitar equívocos, que la “Inspección” no es Agricultura ni Catastro:

Los Servicios del Ministerio de Hacienda confiados a los Ingenieros Agrónomos y de Montes no
constituyen prolongación de los agrícolas y forestales del Ministerio de Agricultura sino que se
rigen por la legislación privativa del Ministerio de Hacienda (…)
Si la ley de Catastro confía los trabajos por rigurosa especialidad esto no es extensivo a la
Inspección del tributo que ha de regirse por su propia legislación.

En lo que sigue alude, como base legal, al Reglamento de la Inspección y pone


varios ejemplos para justificar su posición. Se ocupa después de reclamaciones
retributivas, donde se manifiesta con mayor dureza, aludiendo a falsedades detectadas por
un Inspector de Servicios y sospechas de duplicar un cobro. Justifica que la puntuación del
Ingeniero Jefe del Servicio Central tiene que ser superior al promedio de las provinciales,
porque sobre él recae la contrainspección permanente del Servicio. También muestra su
conformidad con:

Que algunos Auxiliares del Servicio provincial obtienen mayor remuneración que los Ingenieros
del Centro y que la mayor parte de los Ingenieros de provincias. Ejemplo: El Ayudante Sr. Auseré
(Huesca) lleva percibidas por el ejercicio de 1945 80.434,93 ptas.279, cifra muy superior al
promedio de las obtenidas por los Ingenieros Centrales y provinciales, y casi igual a la alcanzada
por el Ingeniero Jefe del Servicio Central.

El último de los escritos contenidos en el “sobre” sí está identificado y fechado.


Tiene antefirma del Director General (de Propiedades y Contribución Territorial), está
fechado en marzo de 1946 y da un nuevo “varapalo” a los susodichos:

El hecho de que la Inspección haya sido confiada a técnicos especializados en la materia a través
de largos años de experiencia catastral, hace suponer que no han de encontrar grandes dificultades
en el desempeño de su cometido, dada la extensión y calidad de las atribuciones que se les han
conferido. Pero viene observándose una tendencia que (…) desdibuja las características del Servicio
en contra de los fines perseguidos por el legislador (…)
Las Instrucciones de 25 de junio de 1943, disponen los trabajos que han de efectuar los
Inspectores por su propia iniciativa (…)
Hasta la fecha la mayoría de los Inspectores ha dado preferencia a los trabajos de tipo general y no
pocos han abandonado las investigaciones individuales en contra de las conveniencias del Servicio y
del prestigio de que deben rodearle. Con ocasión de los trabajos de 1944 hubo de apercibirse sobre
este extremo a varios Inspectores a quienes se decía textualmente:
“Esta Dirección general se ve precisada a apercibir al citado Ingeniero … por el incumplimiento
de la norma 20 (…) ya que necesariamente dentro de la zona a su cargo sin duda existirá algún
municipio donde hayan debido practicarse investigaciones individuales”.

También es de interés la Orden 1 de febrero de 1944 por la que se dan normas para
la formación de nuevos Catastros de la riqueza rústica sobre planos topográficos
parcelarios y sobre fotografías del terreno. Se reproducen los aspectos más destacables de
esta orden:

Consignado en la vigente Ley de Presupuestos crédito suficiente para intensificar la formación de


nuevos Catastros (…) es necesario determinar las reglas a que habrá de ajustarse el encargo y
realización de estos trabajos y las tarifas de retribución de los mismos (…)

279
Hay que valorar esta información en cuanto permite determinar la posición económica de estos
funcionarios en aquellos momentos de penuria económica.

248
Segundo. El volumen de trabajo a realizar será de 470.000 hectáreas anuales de nuevos Catastros
sobre fotografía del terreno, y 1.190.000 sobre planos parcelarios de los términos municipales
levantados por el Instituto Geográfico (…)
Cuarto. Sin perjuicio de las facultades que se conceden a la Diputaciones Provinciales y
Ayuntamientos (…) la formación de nuevos Catastros, ya se trate de valoraciones sobre planos
parcelarios o de características físicas y económicas sobre fotografías del terreno, se efectuará por
contrata, mediante adjudicaciones (…) las cuales habrán de recaer necesariamente en Ingenieros
Agrónomos y de Montes, auxiliados por Peritos Agrícolas o Ayudante de Montes.
Queda reservada en todo caso al personal facultativo agronómico del Catastro de Rústica la
dirección, inspección, comprobación, recepción y liquidación de los referidos trabajos, así como
también la formación de los cuadros provinciales de tipos evaluatorios (…)
En las provincias total o parcialmente en régimen de conservación, los nuevos Catastros podrán
ser realizados por el personal de Ingenieros, Peritos Agrícolas y Ayudantes de Montes adscritos a las
Oficinas catastrales del Ministerio de Hacienda.

Hasta aquí queda de manifiesto la importante dotación presupuestaria que se dedica


a trabajos catastrales de rústica en momentos de gran dificultad económica y la novedad en
su realización a través de contratas, un tanto peculiares al disponerse que “las cuales
deberán recaer necesariamente en Ingenieros Agrónomos y de Montes”. Esta limitación
resulta sorprendente y así lo pone de manifiesto un escrito, posiblemente dirigido al
Ministro de Hacienda, de Manuel Pena Echevert, Presidente de la Asociación Nacional de
Peritos Agrícolas, en el que, refiriéndose al punto 4.º, párrafo 1.º, dice:

Todas las operaciones que pueden ser objeto de contrata (…) son de la facultad y competencia de
los Peritos Agrícolas, pues absolutamente todas ellas las vienen realizando desde la iniciación de los
trabajos de Catastro los Peritos Agrícolas de dicho Servicio y las funciones que pudieran
corresponder al Ingeniero contratista en tales trabajos, quedan reservadas en la disposición de que se
trata a los Ingenieros de la plantilla del Catastro, por lo que no precisa este Ingeniero intermediario
que carece de función.
En consideración a todo lo expuesto el que suscribe SUPLICA a V. E. se sirva modificar (…) en
el sentido de que los Peritos Agrícolas puedan contratar directamente con el Estado la ejecución de
los trabajos catastrales a que se hace referencia en la presente instancia.

En los siguientes puntos de la Orden se describen los trabajos a realizar en cada


caso, planos parcelarios o fotografías del terreno, rendimientos, tarifas, etc. Así hasta llegar
al punto 20, segundo párrafo, que establece:

Los Ayudantes de Montes podrán realizar las calificaciones y clasificaciones locales de los
diversos cultivos y aprovechamientos en la misma forma que lo realicen los Peritos Agrícolas.

Este párrafo generaría otra polémica en la que también participó el antes citado
Presidente de la Asociación Nacional de Peritos Agrícolas quien, con fecha 23 de febrero,
elevó un escrito al Ministro de Hacienda, manifestándose en estos términos:

Que en la orden del Ministerio de su digno cargo de fecha 1.º de febrero de 1944, en la que se dan
normas para la formación de nuevos Catastros de la Riqueza Rústica, se autoriza (artículo 20,
párrafo 2.º) a los Ayudantes de Montes, “para realizar las calificaciones y clasificaciones (…)
Los Ayudantes de Montes no han tenido hasta ahora más misión en el Catastro que la que
corresponde a su especialidad, de auxiliar a los Ingenieros de Montes en la clasificación de fincas de
aprovechamiento exclusivamente forestal, por no estar capacitados por sus estudios para la
valoración de fincas rústicas que tengan cultivos herbáceos o arbóreos o que sus aprovechamientos
sean agrícola-pecuario, pues en los programas de sus estudios (cuya copia se acompaña) no figuran
la Agronomía, ni los Cultivos, ni la Ganadería, ni la Valoración Agrícola y Catastro, materias
indispensables para poder calificar y clasificar con acierto toda clase de terrenos y de cultivos
agrícolas, las cuales son estudiadas por los Peritos, como se demuestra con la copia del plan de
estudios de su carrera que también se adjunta.

249
Comoquiera que esta autorización, lesiona los derechos e intereses de los Peritos Agrícolas en el
ejercicio de su profesión, asi como el de los alumnos que hoy cursan esta carrera, el que suscribe
SUPLICA respetuosamente a V.E. deje sin efecto la referida autorización.

En el Capítulo VII, se ha resumido el Acta de la Sesión celebrada el 20 de marzo de


1924 por la Comisión nombrada en cumplimiento de lo dispuesto en el Real Decreto de 16
de febrero de 1924. En ésta, a través de las intervenciones de José A. de Oteyza y Ramón
Pando, se puso de manifiesto la existencia de discrepancias entre los Ingenieros
Agrónomos y de Montes del Catastro. Hasta este momento no había constancia de algo
paralelo entre Peritos Agrícolas y Ayudantes de Montes y en el caso visto la reclamación
no la suscribe la Asociación de Peritos Agrícolas del Estado sino la de Peritos en libre
ejercicio, que tendrían aspiraciones de optar a los trabajos contratados.

Unos días después, son los estudiantes los que se dirigen al Ministro de Hacienda a
través de un escrito dirigido al Ministro de Hacienda, fechado el 29 de febrero de 1944,
suscrito por la Delegación del Sindicato Español Universitario de la Escuela Profesional de
Peritos Agrícolas de Madrid. En principio se manifiestan en parecidos términos que la
Asociación de Peritos Agrícolas, si bien finalizan planteando la posibilidad de interpretar
el susodicho párrafo del artículo 20 en el sentido de que los Ayudantes de Montes
calificarían y clasificarían los cultivos forestales, por lo que solicitan del Ministro una
aclaración en este sentido.

El 20 de enero de 1950 el Ministerio de Hacienda dicta una extensa Orden sobre


Conservación del Catastro de Rústica. En ella se detallan los trabajos ordinarios de
Conservación, se delimitan los que se consideran trabajos de campo, se establecen cuatro
zonas de Conservación por provincia y se definen las competencias de los Peritos
Conservadores.

2.3. LA LEY DE 20 DE DICIEMBRE DE 1952

El 18 de julio de 1951 Franco había formado un nuevo gobierno que supondría la


finalización del largo período de Benjumea Burín como Ministro de Hacienda. Para dirigir
este ministerio sería designado Francisco Gómez de Llano que había sido director general
de lo Contencioso desde 1942 y, de joven, colaborador con Primo de Rivera. Bajo su
mandato se dicta la Ley de 20 de diciembre de 1952.

Entraría esta Ley en un campo legislativo de carácter mixto, pues contiene


disposiciones de naturaleza tributaria, reduce recargos y fija exenciones, y otras que se
refieren a la organización del Catastro, dando normas para la formación de éste y el
nombramiento de su personal facultativo. A los efectos de la presente obra interesa de
forma especial este último aspecto, por lo que se reproduce lo más destacable:

Art. 4.º La formación del Catastro de la riqueza rústica se efectuará por el Ministerio de
Hacienda, con personal propio o contratado (…) a cuyo efecto se le autoriza para incrementar en
cuarenta y cinco millones de pesetas los presupuestos de gastos del Estado para 1953 (…) quedando
autorizado asimismo para la adquisición de fotografías aéreas del terreno o fotogrametrías hasta un
límite de tres millones de hectáreas anuales. En los presupuestos de los ejercicios siguientes se
incluirán las mismas consignaciones para mantener el nuevo ritmo de actuación hasta ultimar el
Catastro en todas las provincias.

250
Hay que destacar la importancia de esta disposición, en cuanto al esfuerzo
presupuestario que supone para la realización de trabajos catastrales de rústica. Para
encontrar un precedente comparable habría que remontarse a 1917, Real Decreto del 3 de
marzo, artículo 1.º, con rango de Ley según declaraba la de Autorizaciones del 2 de marzo.
De los restantes artículos, revisten interés los dos siguientes:

Art. 9.º El nombramiento de Ingenieros Agrónomos y Peritos Agrícolas del Estado para prestar
sus servicios en la Dirección General de Propiedades y Contribución Territorial, se efectuará por
concurso convocado y resuelto por el Ministerio de Hacienda entre los que pertenezcan a los
respectivos escalafones del Ministerio de Agricultura.
Art. 10. Se autoriza al Gobierno para que, a propuesta de los Ministerios de Hacienda y de
Agricultura amplíe el número de plazas en los Cuerpos de Ingenieros Agrónomos, Peritos Agrícolas,
Ingenieros de Montes y Ayudantes de Montes en la medida que se considere necesaria para llevar a
efecto la intensificación del Catastro dispuesto por esta Ley.

La redacción de estos dos artículos de la Ley de 20 de diciembre de 1952 no tiene


ninguna relación con la que figuraba en el proyecto de ley de la misma:

Art. 9.º Se crea el Cuerpo de Peritos Agrícolas al Servicio de la Hacienda, integrados por los
actuales Peritos pertenecientes al escalafón del Ministerio de Agricultura.

En el Capítulo II, apartado 3. Sobre la creación de un Cuerpo de Peritos Agrícolas


de Catastro, se ha dado cumplida información, que puede ser conveniente releer en este
momento, de la movilización que para los Peritos Agrícolas del Estado supuso el
conocimiento, a partir del mes de noviembre, de este proyecto de ley. En ese lugar se ha
informado de los resortes utilizados para evitar que prosperara el proyecto, pudiendo ser
decisivo el escrito, fechado el 19 de noviembre de 1952, del Presidente de la Asociación de
Peritos Agrícolas del Estado, dirigido al Ministro de Hacienda, quien le formula la
propuesta de supresión de dos artículos del proyecto, que prosperó, y la modificación del
artículo 11, para el que propone una redacción que coincide con la definitiva del artículo 9.

La expectativa que despertó esta Ley de Catastro fue grande, al menos entre los
Peritos Agrícolas, por lo que, como se ha visto, el texto del proyecto-ley fue muy
divulgado y contestado. Además de las propuestas de enmiendas antes vistas, existía
inquietud sobre el desarrollo normativo de la misma, hecho que coincidía con el
nombramiento de Acerete como nuevo Jefe de Servicio, todo ello se tradujo en el
establecimiento de una comisión en el seno de la Asociación de Peritos Agrícolas del
Estado, encargada de formular una ponencia que canalizase las aspiraciones de todos sus
integrantes pertenecientes al Catastro.

Como miembro y portavoz de esta comisión, José Juárez Capilla, escribió una
carta-circular, posiblemente alrededor del 15 de diciembre, en vísperas de la publicación de
la Ley, a los delegados de todas las provincias para que los Peritos del Catastro, debatiesen
sobre el particular y formulasen las correspondientes sugerencias. La petición no podía ser
más ambigua, se limitaba a señalar como tema “revisar las condiciones en que actualmente
se desenvuelve el Servicio, contempladas bajo el prisma de nuestra función específica
catastral y sintetizar nuestros comunes deseos”.

Entre el día 17 y finales de diciembre llegaron las respuestas de las provincias, que
debieron ser bastante profusas pues se conservan más de veinte, que, con el planteamiento
antes expuesto, fueron de lo más heterogéneo y difíciles de sintetizar. La coincidencia más
común, casi unánime, se refería lógicamente a cuestiones de remuneración, planteada

251
directamente o solicitando la modificación del precio de la hectárea-parcela o de los
módulos de trabajo. Casi al mismo nivel se sitúan las referentes a Conservación, en las que
se pedía potenciación de las jefaturas a cargo de los peritos, flexibilización del número de
zonas por provincia y forma de acceso a Perito Conservador. Varias provincias plantean la
consideración de los trabajos de investigación como Inspección del tributo. En otras se
pide participación de los peritos de plantilla en trabajos contratados de nuevos catastros.

En el Boletín oficial del 24 aparecía publicada la Ley del 20 de diciembre antes


vista, pero eran tiempos de participación entusiasta en que las cosas no se dejaban enfriar
y, a pesar de las fechas del año tan significadas, la comisión se sacrificó y el 15 de enero de
1953 Enrique Fluiters, en su calidad de Presidente de la Asociación Nacional de Peritos
Agrícolas del Estado, hacía entrega de la Moción que la Asociación Nacional de Peritos
Agrícolas del Estado presenta la Ilmo. Señor Director General de Propiedades y
Contribución Territorial, con sugerencias para mejora e intensificar, dentro de los límites
del campo profesional que representa, los trabajos en el Servicio de Catastro de la
Riqueza Rústica. Además del Director General citado, recibieron originales de esta Moción
el Subdirector y los Jefes de los Servicios Centrales de Catastro (Acerete) y de
Amillaramiento. Se ha seleccionado lo más significativo del escrito:

La Asociación (…) ante la amplitud, intensidad e importancia que refleja la Ley de Catastro
aprobada recientemente por las Cortes, ha recogido entre sus asociados unas breves sugerencias (…)
para elevarlas a conocimiento y examen de V. I. y aprobación si procede, con el ruego que durante
su estudio, tenga presente la Superioridad esta gran verdad (…): sobre los hombros de los Peritos
Agrícolas descansa fundamentalmente el Edificio Catastral.
Los Peritos (…) no encuentran a menudo clara manifestación de que su esfuerzo se estima y se
valora (…)
El Servicio de Catastro necesita de un profundo reajuste y honda reforma (…) Se viene trabajando
sobre moldes concebidos a principios de siglo (…) Aprovéchese la Ley de 1906 (…) y póngase al
día, no en forma esporádica y fragmentaria, sino de manera homogénea regular y total.
El Perito Agrícola se siente insatisfecho (…) Estos pasados años hemos visto cómo han ido
aumentando las consignaciones presupuestarias para este Servicio de Catastro (…) pero para nuestra
desventura, prácticamente nada nos ha llegado.
No pretendemos en este escrito sentar bases fundamentales que pudieran servir para revolucionar
orgánicamente al Catastro (…) Muchas y de diversa índole han sido las facetas contempladas
durante nuestras deliberaciones (…) sólo mencionamos aquellas a las que damos carácter de
preferencia.
A.- CONSIDERACIONES ESPECÍFICAS
8. Opción al Perito para aumentar el trabajo normal de campaña.- (…) al Perito de plantilla que
voluntariamente lo solicitase (…) debería autorizársele para acrecer su módulo ordinario de
rendimiento de trabajo (…)
9. Zonas de Conservación.- Desde la aplicación de la O. M. de 20 de enero de 1950, por la que
cada provincia quedaba dividida en cuatro zonas de conservación, se viene exponiendo (…) por los
Peritos Conservadores (…) lo irreal y arbitraria que resultaba en la práctica dicha división (…)
pedimos a V. I. se derogue este sistema y (…) se dividirá cada provincia en tantas zonas como
sean precisas (…)
11. Contrata.- Existe el precedente de 1944 (…) ensayo desafortunado (…) si lo que se pretende
ahora es repetir dicha funesta fórmula, francamente, los Peritos tenemos el deber de declarar y
declaramos (…) que se va derecho a un nuevo fracaso (…) si el sistema de contrata vuelve a
implantarse, como es presumible se haga, opinamos sea seguido durante su desarrollo de una
vigilancia extrema y real (…) La comprobación debería hacerse por el personal de plantilla (…)
B.- CONSIDERACIONES ECONÓMICAS
1. Percepciones. Precio por hectárea-parcela.- (…) se aumenten las percepciones en cuantía de
consideración si, en verdad, quiere tenerse al Perito satisfecho en su puesto e identificado con su
cometido (…) el precio de la hectárea-parcela (…)se aumente en la cantidad necesaria para que (…)
corresponda a cada Perito (…) tres veces y media más, aproximadamente, a la cifra que actualmente
percibe (…) en una Brigada normal, la remuneración (…) de los Peritos que la formen, no deberá

252
ser inferior al 70 por ciento de la total que devengue el Ingeniero Jefe de la misma (…) tanto por
ciento impuesto (…) impuesto por la tradición (…) en todos los Ministerios y Servicios que tienen
adscritos dicho personal Facultativo (…)
5. Gratificaciones.- La cuantía que los Peritos tienen asignada por especialización es tan exigua y
deprimente que da sonrojo hablar de ella (…) procede se aumente hasta un cien por cien del sueldo
que cada Perito tuviere (…)
C.- CONSIDERACIONE ESPECIALES
4. Inspectores del Tributo.- Constituiría un claro y eficaz estímulo para el personal Facultativo del
Catastro (…) se nombrase a estos Funcionarios, Inspectores del Tributo (…) nombramiento que los
Peritos Agrícolas, en su mayor parte, creemos aceptarían con satisfacción (…)
D.- CONDICIONES GENERALES
1. Perito Secretario.- Procede se le preste cuantas atenciones económicas, morales y materiales
sean necesarias, a fin de que desempeñe su puesto con plena diligencia y decoro y adquiera además
el rango que debe y puede tener (…) debería aumentársele el coeficiente de percepción (…)
3. Autoridad del Perito.- Que de manera fehaciente, se robustezca la autoridad del Perito,
paralelamente a su responsabilidad, en particular la de aquellos que ostenten Jefatura de Zona de
Conservación (…)
5. Especial aspiración del Perito.- (…) se le oiga tantas veces se implanten reformas.

Teniendo a la vista las respuestas provinciales, cuyo resumen sintético ha sido


expuesto anteriormente, resulta admirable la fidelidad con que esta Moción refleja el sentir
del colectivo.

En una carta a los asociados, el Presidente hace constar que la Moción fue
estudiada y redactada por la Comisión presidida por José Juárez Capilla. Con éste
colaboraron doce compañeros de Madrid y provincias, cuyos nombres cita, añadiendo:

Los que han sacrificado su comodidad y algunas festividades de las últimas Pascuas, alejados
totalmente de sus familiares y de sus afectos en aquellos días, para ultimar estos trabajos, cuya
presentación urgía ante la Superioridad.
En nombre de la Directiva y en el propio, tuve la satisfacción de expresarles personalmente y por
escrito nuestro agradecimiento (…) por su meditado y competente estudio, sobre el cual me consta
que han hecho los mayores elogios por parte de la Superioridad (…)
Rogándoos la mayor reserva, puedo confiaros algunos criterios o informaciones semi-oficiales,
pero que en su casi totalidad plasmarán en realidades, sin perjuicio de otras mejoras que se irán
derivando de la repetida Moción presentada (…)
Parece que se aspira a que el Catastro no sea cosa fiscal, sino de trascendencia y de fines
nacionales. Por ello creo no se tendrá en cuenta el que el personal de catastro sea considerado como
Inspectores del tributo, pues efectivamente esa doble personalidad tiene ventajas e inconvenientes .

La Ley de 20 de diciembre de 1952 supuso un impulso decisivo para la formación


de nuevos Catastros, especialmente a partir de la utilización de fotografía aérea, de ahí la
gran cantidad de circulares, firmadas por Justo González-Tarrío, Director General de
Propiedades y Contribución Territorial, referidas a estos trabajos que se dictan en los
meses siguientes:

- Circular de 29 de enero de 1953, Instrucciones para la confección de nuevos Catastros.


- Circular de 26 de febrero de 1953, Instrucciones sobre el empleo de fotografías en la confección de
nuevos Catastros.
- Circular de 9 de marzo de 1953, Instrucciones para la comprobación de los trabajos realizados por
la Sección de Catastro de las Diputaciones Provinciales.
- Circular de 31 de marzo de 1953, Instrucciones sobre obtención de fotografías aéreas para su
aplicación a los trabajos catastrales. Instrucciones para el empleo de las fotografías aéreas en los
trabajos catastrales. Instrucciones para los trabajos de campo.
- Circular de 17 de abril de 1953, Sobre las condiciones que deben cumplir las fotografías empleadas
en los nuevos catastros.

253
Queda de manifiesto la importancia que adquiere la fotogrametría aérea para la
realización de nuevos Catastros a partir de 1953. Según datos de Alcázar Molina, hasta
1946 estaban aprobados en España los catastros de 4632 municipios que totalizaban
29.380.740 ha, en 1959 se había llegado a las 44.901.922 ha. En ese momento convivían
simultáneamente términos municipales en avance, otros sobre planos topográficos del I. G.
y, los más recientes, sobre fotografías aéreas280.

Por Orden 24 de octubre de 1953 se convocó un concurso para la provisión de


nueve plazas de Ingenieros Agrónomos y treinta y cinco de Peritos Agrícolas del Estado en
el Servicio de Catastro de Rústica. Ésta sería una cuestión de mero trámite en el
funcionamiento del Servicio, pero como curiosidad, representativa del modo en que se
planteaban y decidían estas cuestiones, se reproducen algunas de las normas que debían
regular el concurso:

Primera: Podrán tomar parte en este Concurso, los Ingenieros Agrónomos y Peritos Agrícolas del
Estado, varones (…) dotados de aptitud física suficiente par desempeñar los trabajos de campo que
constituyen la labor fundamental del Catastro. (…)
Sexta: El concurso será resuelto discrecionalmente por este Ministerio, a propuesta de esa
Dirección General.
Séptima: Las vacantes que no fuesen cubiertas al resolverse el Concurso, serán provistas con los
funcionarios varones más modernos, de los respectivos escalafones.

Con fecha 21 de julio de 1955 el Ministro de Hacienda, dictó una Orden en la que
se dice lo siguiente:

Los trabajos fundamentales que realizan los Peritos Agrícolas y Ayudantes de Montes en la
confección del Catastro de Rústica sobre fotografías aéreas, son los siguientes:
1.- Identificación y croquización de las parcelas en las fotografías aéreas.
2.- Investigación del nombre y domicilio de los propietarios.
3.- Calificación y clasificación de los cultivos o aprovechamientos de cada parcela.
4.- Determinación de su superficie.
5.- Redacción de libretas de campo y relaciones de características de la propiedad rústica.
6.- Vigilancia y comprobación del trabajo de confección de documentos, ejecutado por los
funcionarios administrativos.
7.- La intervención que reglamentariamente les corresponda en la tramitación de reclamaciones y
otros expedientes derivados del Catastro.
Son privativos de su función técnica, los reseñados en los números tres y siete (…) pero el que
figura con el número cuatro no hay inconveniente en que sean auxiliados por personal sin título,
pudiendo realizar éste los que corresponden a los números uno y dos.(…)
Con el fin de acelerar la confección del Catastro, cumpliendo así los fines de la Ley de 20 de
diciembre de 1952, descargando en parte al personal que ahora lo realiza del trabajo de croquización
de parcelas, identificación de propietarios y aforo de superficies, este Ministerio se ha servido
disponer lo siguiente:
-I-
Cada Perito Agrícola o Ayudante de Montes encargado de la confección del Catastro de Rústica
sobre fotografía aérea, como personal de plantilla o como “personal contratado” , en las provincias
de La Coruña, Lugo, Orense, Pontevedra y Oviedo, podrá ser auxiliado en los trabajos de
croquización de parcelas, investigación de propietarios, determinación de superficies y redacción de
libretas de campo y relaciones de características de la propiedad rústica, por un número que no
exceda de cinco “Croquizadores de Catastro”.
Excepcionalmente, esa Dirección General podrá elevar hasta diez, el número de “Croquizadores
de Catastro” asignados a cada Perito Agrícola o Ayudante de Montes (…)
- II –

280
Alcázar Molina, Manuel, ob.cit., pp. 142 y 145.

254
Se considerarán como “Croquizadore de Catastro” quienes hayan demostrado, ante un Tribunal
compuesto por el Ingeniero Jefe provincial del Servicio de Catastro de Rústica, el Perito-Secretario
y el facultativo del Catastro que, con excepción de éstos, tenga mayor antigüedad en la provincia de
que se trate, su suficiencia en las siguiente materias:
a) Identificación de los accidentes topográficos sobre las fotografías aéreas;
b) Dibujo aplicado a la croquización y rotulación;
c) Determinación de escalas sobre fotografías aéreas;
d) Procedimientos de aforo y empleo del planímetro;
e) Disposiciones vigentes sobre Catastro de Rústica, especialmente las Circulares de 29 de Enero
y 26 de Febrero de 1953 de ese Centro Directivo;
y acreditado con certificado médico su aptitud física para los trabajos de campo.
- III -
Los croquizadores de Catastro desarrollarán su labor bajo la responsabilidad personal del Perito o
Ayudante a quien auxilien, sin personalidad para con la Hacienda, pero el Servicio del Catastro de
Rústica les proveerá de un carnet de identidad cuando empiecen su actuación (…)
- IV –
Los “Croquizadores de Catastro” serán remunerados por los Peritos Agrícolas o Ayudantes de
Montes a cuyas órdenes actúen, con cargo a las retribuciones que éstos perciban por la formación
del Catastro. La cuantía de la remuneración, así como la forma de percibirla, serán fijadas por
escrito, de mutuo acuerdo entre ellos, con el Visto Bueno del Ingeniero Jefe provincial del Servicio.

Como se ha señalado anteriormente, no cabe duda de que se estaba en una situación


de intensificación de los trabajos de nuevos Catastros solo comparable a la ocurrida en
1917, con ocasión de la Ley de Autorizaciones. Pero si en aquella ocasión se resolvió el
problema de acumulación de trabajo mediante la creación de los “Auxiliares geómetras”,
conocidos por “geómetras”, que darían origen a numerosos y prolongados conflictos con
los Peritos, de lo que se ha dado cumplida información en un epígrafe específico; puede
verse que este caso se optó por una solución simple y pragmática que, especialmente el
último párrafo reproducido, resulta totalmente arbitraria y, al día de hoy, absolutamente
ilegal. Posiblemente en esta solución simplista, que debió resultar eficaz a sus fines, esté el
motivo de la poca documentación conservada sobre los “croquizadores” que se limita a
este documento. Para comprender la coincidencia de funciones entre “geómetras” y
“croquizadores”, compárese lo visto en esta Orden con el Real Decreto de 10 de
septiembre de 1917, artículo 5.º, cuarto párrafo, que establece las de los “auxiliares
geómetras”.

El Decreto de 10 de agosto de 1955, por el que se aprueba el texto refundido de las


Leyes de Concentración Parcelaria, hay que destacar su artículo 59, que dispone:

La nueva ordenación de la propiedad será, inexcusablemente, reflejada en el Catastro de Rústica, a


cuyo efecto los planos de la concentración autorizados por el Servicio de Concentración Parcelaria y
los datos complementarios precisos serán remitidos a las oficinas catastrales correspondientes,
quedando oficialmente incorporados al Catastro y surtiendo en el mismo plenitud de efectos legales
en el orden fiscal.

Supuso esto la incorporación de los planos de Concentración Parcelaria como


nueva cartografía a utilizar por el Catastro. Esta base gráfica adquirió importancia
numérica en las provincias en que este Servicio desarrolló mayor actividad.
.
A estos efectos, la Orden de 7 de marzo de 1956 en su punto III. dispone:

Para el cumplimiento de lo prevenido en el artículo 59 del texto refundido de las Leyes de


Concentración Parcelaria, aprobado por el Decreto de 10 de agosto de 1955, se realizarán trabajos
catastrales partiendo de los elementos gráficos que suministrará el Servicio de Concentración

255
Parcelaria, los cuales serán considerados para todos los efectos como trabajos de confección de
nuevos Catastros sobre fotografía aérea en las zonas concentradas.

Se advierte un aspecto cualitativo importante, lo que el texto refundido llama


“planos de la concentración”, aquí son “elementos gráficos” y los resultados “nuevos
Catastros sobre fotografía”.

De esta misma Orden también interesa conocer el punto II.:

En aquellos términos municipales en régimen de Catastro con deficiente documentación gráfica,


procedentes de los antiguos avances, que no permita trabajos normales de conservación y se
necesiten, por tanto, nuevos planos o fotografías del terreno para la perfecta identificación
parcelaria, una vez que se disponga de nueva documentación gráfica, se realizará una rectificación
general de características, cuyos trabajos se denominarán de “Renovación Catastral”, y serán
considerados para todos los efectos como de confección de nuevos Catastros.

Se ha considerado importante puntualizar este concepto, “Renovación Catastral”,


exclusivo de la Rústica y nacido de esta Orden ministerial, trascendental en los trabajos de
nuevos Catastros realizados a partir de este momento, con frecuencia mal definidos,
dándoseles la denominación de “Revisión”, que es un concepto común en Urbana, pero
que en Rústica se utilizaba para las revisiones periódicas de tipos evaluatorios y, en
trabajos de Conservación, para los trabajos Especiales de Revisión281.

En enero de 1956 se hizo entrega de una Moción que la Asociación Nacional de


Peritos Agrícolas del Estado presenta al Ilmo. Sr. Director General de Propiedades y
Contribución Territorial, con sugerencias para mejorar e intensificar, dentro de los límites
del campo que representa, los trabajos en el Servicio de Catastro de la Riqueza Rústica,
como consecuencia de los estudios realizados por los componentes de la Ponencia
nombrada al efecto en la Asamblea celebrada en Madrid por esta Asociación en los días
comprendidos del 3 al 5 de Noviembre de 1958. Puede verse que su título es una copia de
la Moción de enero de 1953, que en este caso se prolonga de forma demasiado explicita.

Su contenido reproduce en gran parte la Moción de 1953, lo que demuestra que el


Presidente de la Asociación se pasó de optimista cuando pronosticaba que gran parte de las
peticiones que se formulaban en aquélla iban a ser atendidas. En cuestiones remunerativas,
que siguen siendo las predominantes, la moción actual es mucho más explicita y propone
cifras concretas para la hectárea-parcela en los distintos supuestos; también plantea un
agravio comparativo entre los Peritos y los Ingenieros, en particular con Jefe y termina
expresando que las aspiraciones del Perito es estar en relación con los ingresos del
Ingeniero que menos cobre en la provincia en la proporción de 2 a 3, o sea, el 66,66%.
Entre otras cosas se dice: “teniendo en cuenta que el volumen de trabajos ha aumentado en
grandes proporciones, como consecuencia del la implantación de la Ley de 20 de
diciembre de 1952”, lo que confirma una situación que se ha expuesto en este trabajo. En
cualquier caso, en estas dos últimas mociones de la Asociación se advierte una “caída de
tono” con relación a otros documentos presentados por ésta, especialmente los de la época
de la dictadura de Primo de Rivera, en que, además, se “picaba más alto” dirigiendo
aquellos escritos al Presidente del Directorio Militar.

281
Ver Orden de 16 de diciembre de 1941, 2.º y 6.º.

256
XI. LOS TECNÓCRATAS Y EL PLAN DE ESTABILIZACIÓN. EL CATASTRO
DURANTE ESTA ÉPOCA

1. LOS TECNÓCRATAS EN EL GOBIERNO

Así inicia Tuñón de Lara inicia el capítulo dedicado a esta época, en el tomo X de
su Historia de España:

Los conflictos de 1956 marcaron el final de una época en que el bloque dominante se había
mantenido de legitimaciones y “slogans” procedentes de la guerra y del instrumental ideológico de
aquel tiempo (…) Por razones de supervivencia económica se imponían algunos cambios formales
y, sobre todo, una racionalización en el manejo de los aparatos del Estado que hasta entonces, en el
delirio falangista y militar, en la “ocupación” del Estado y de sus aparatos como botín de guerra,
había brillado por su ausencia282.

El 25 de febrero de 1957 se anunciaba un nuevo gobierno. El cambio era


importante, había doce nuevos ministros. Si el cambio de Artajo por Castiella en Asuntos
Exterires no parecía fundamental, ni el de Cavestany por Cirilo Cánovas (ingeniero
agrónomo), los cambios clave se presentaban en los Ministerios de la Gobernación,
Comercio y Hacienda. La entrada en Gobernación de Camilo Alonso Vega, del que el
mismo Franco había dicho que “era demasiado duro”, denota el propósito de hacer frente
de manera represiva a la creciente oposición. La llegada de Alberto Ullastres (catedrático,
numerario del Opus Dei) a Comercio y de Navarro Rubio (Consejero-delegado del Banco
Popular hasta 1955, supernumerario del Opus Dei) a Hacienda adquiría la máxima
significación, así como la de López Rodó en un puesto clave de la Presidencia del
Gobierno.

En febrero de 1957, la formación del nuevo gobierno para llevar a cabo el plan de estabilización
deja en claro la abrumadora influencia del Opus Dei, instrumentado por el tandem Carrero-López
Rodó.283

Decisiva para el futuro económico del país sería la creación de la Oficina de


Planificación y Coordinación Económica y la entrada en escena del cuerpo de
Economistas del Estado. También se produce la entrada en escena de un personaje de la
importancia de Gregorio López Bravo, nombrado en 1959, por Ullastres, director general
de Comercio exterior y, al año siguiente, del Instituto Español de Moneda Extranjera. La
invasión tecnocrática no conocerá ya límites. Para López Rodó los principios de la
organización empresarial privada deben pasar a inspirar las normas de funcionamiento de
la Administración Pública.

Como instrumento político del sistema, de la Falange se pasaba al Movimiento: “La


Falange es una fuerza del Movimiento, pero no es la única ni exclusiva, como quieren
establecer”, diría Franco. Sindicalmente, de la imposición por el Estado de las normas que
regulan las relaciones de producción, se va a pasar a la negociación, pero intentando el
Poder jugar con “las cartas marcadas”, ya que el monopolio de la representación obrera lo
detenta la Organización Sindical que el propio Poder controla y vigila.

282
Tuñón de Lara, Manuel y Bisecas, José Antonio, Historia de España, vol. X, España bajo la dictadura
franquista (1939-1975), pág. 297.
283
Tamames, Ramón ob. cit., pág. 323.

257
En el seno de la misma Iglesia van a presentarse tensiones y contradicciones muy
importantes, cuya fuerza será mayor por la influencia del pontificado de Juan XXIII. Si la
jerarquía, por boca del primado Plá y Deniel, sigue apoyando la tesis de que la guerra civil
fue una “cruzada”, no era ese el criterio de Juan XXIII, que en una carta autógrafa a
monseñor Modrego se refería a la guerra como “deplorable guerra civil”, “lamentable
contienda” y “cruenta guerra civil”. Sin embargo, a partir de 1959 el mismo Plá y Deniel,
sin renunciar a su franquismo, se encariña con las organizaciones del apostolado obrero, a
las que defiende frente al gobierno, que le llevó a un enfrentamiento epistolar con el
ministro Solís. Las crecientes contradicciones en el seno de la Iglesia implicaban, como
dice Martínez Lozano, “la posibilidad de una deslegitimación religiosa del sistema
político”. Pero Franco cuenta con el apoyo de otra parte de la Iglesia, empezando por el
nuncio, su viejo amigo monseñor Antoniutti y, sobre todo, cuenta con el aparato del Opus
Dei, siempre dispuesto a declarar que no interviene en política , pero constituye un apoyo
tácito al Poder

Al llegar 1960 los oponentes del régimen tenían orígenes sociales e ideológicos más
diversos que un decenio antes. Dentro de la oposición monárquica, el grupo de Unión
Española representa una tendencia de las clases dominantes; sus personalidades más
visibles eran Joaquín Satrústegui y el abogado Jaime Miralles. El grupo de Acción
Democrática (que en 1958 adoptó el título de Partido Social de Acción Democrática),
siguió la tradición española de grupo de notables, si bien se vio realzado por la actuación
de Dionisio Ridruejo. En octubre de 1956 se constituyó la Unión Demócrata Cristiana en
Madrid y poco después el catedrático de Sevilla Manuel Jiménez Fernández tomaba la
presidencia, hacia 1960 cambia su nombre por el de Izquierda Demócrata Cristiana. El
Partido Socialista sufre durante este tiempo la desarticulación o divergencia entre su
dirección del exterior y la del interior, puesta de manifiesto durante su VII Congreso,
celebrado en Toulouse en agosto de 1958, donde las proposiciones del interior son
enteramente rechazadas; de nuevo en Toulouse, del 10 al 12 de abril de 1961 se reúne el
Comité Director, organismo situado por encima de la Comisión Ejecutiva, que eligió como
presidente a Indalecio Prieto. El PCE se encontró ante el problema de aplicar su nueva
política de reconciliación y de luchar contra la tendencia a aislarlo de la mayoría de las
otras organizaciones de oposición; en diciembre de 1959 celebra su VI Congreso en Praga,
que consagra la ascensión de Santiago Carrillo, nombrado secretario general.

En el ámbito laboral, una vez más el choque se protagonizó en las minas asturianas.
El 12 de marzo de 1958 toda la cuenca del Nalón, con sus 15.000 mineros estaba en huelga
y pronto se llega a 25.000 trabajadores en paro. La dirección de la huelga la llevó una
Comisión, que siguió funcionando durante bastantes meses y es considerada como el
precedente de Comisiones Obreras.

En 1959 el tema de la reconciliación enarbolado por los comunistas seguía en el


centro de la atención política. En una reunión celebrada en febrero, el PCE, el FLP, la
Izquierda Demócrata Cristiana, Acción Social Democrática y el Comité de Coordinación
Universitaria decidieron hacer un llamamiento común para una huelga nacional pacífica. El
7 de junio, el comité de huelga instalado en Madrid fijaba el día 18 para su realización. La
proyectada huelga nacional pacífica fue un fracaso, el paro de unos miles de obreros entre
una población de millones testimoniaba un importante error de apreciación.

258
Franco recibe al presidente Eisenhower a su llegada a España, diciembre de 1959.

El año 1960 marca el comienzo de una recuperación económica, aunque bajo la


apariencia de calma hay puntos conflictivos de importancia, tal vez el más destacado es el
de Cataluña. El gobierno, a quien esta región le preocupaba, preparó una importante
“operación Cataluña. En el mes de mayo Franco y su gobierno se trasladaron allí; hubo
entrega del castillo de Montjuich y de una Carta Municipal a la ciudad de Barcelona. Al
final estalló la tensión en un concierto en el Palacio de la Música, el 19 de mayo, al que
asistían cuatro ministros; se prohibió el himno de la “La Senyera” y al terminar, la casi
totalidad del público se puso de pie a cantarlo; hubo unas veinte detenciones, entre ellas la
del joven doctor Jordi Pujol. Poco después de un mes se veía el sumarísimo contra Jordi
Pujol, el Tribunal le condenó a siete años de prisión.

Durante 1961 parece más estable la situación; comienzo de despegue económico,


aumento multitudinario de emigración y de turismo. El nuevo estilo “desarrollista”
empieza en la política económica, pero Franco no cambia en nada al inaugurar la VII
legislatura de “sus” Cortes: “defensa de Occidente”, ataques al liberalismo, “infiltración
del comunismo” en sus órganos de información.

Realizando un breve análisis de la coyuntura económica del período que se inicia


con el cambio de gobierno de febrero de 1957, hay que destacar la presencia de Alberto
Ullastres en la cartera de Comercio y Mariano Navarro Rubio en la de Hacienda –ambos
miembros de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz y del Opus Dei- que van a ser los
principales exponentes de los nuevos planteamientos liberalizadores, respaldados desde la
Secretaría General Técnica de la Vicepresidencia por el también miembro de este Instituto
secular Laureano López Rodó.

El deterioro de la situación económica era creciente en 1957 y se manifestaba a


través de alzas de precios y salarios muy fuertes, en un clima de aumento de la
conflictividad laboral. Ya en ese año de 1957 se adoptarían algunas medidas preparatorias
de lo que sería el futuro Plan de Estabilización. Tras la puesta en práctica del Plan de
Estabilización de 1959, comenzará un nuevo período que va a permitir al capitalismo
español poner en práctica un importante proceso de acumulación, que vendrá acompañado
de la cesión paulatina de su presencia en diversos sectores económicos, ante el avance del
capital extranjero. Según Javier Paniagua, “a partir de 1957 se abre un proceso ordenador-
planificador con intencionalidad global, aunque difusa e incompleta”, que culminaría en
1963 y que tendría su continuación en los Planes de Desarrollo.

259
Para atacar de raíz una de las causas más importantes de las tensiones inflacionistas
–el persistente déficit presupuestario-, en diciembre de 1957 se puso en marcha una nueva
reforma fiscal cuya pretensión iba a ser fundamentalmente sanear la Hacienda Pública,
renunciándose, una vez más, a repartir mejor las cargas impositivas. El objetivo de
incrementar a corto plazo las cifras recaudadas se logró en buena medida, ya que la
emisión de Deuda Pública bajó de casi 15.000 millones de pesetas en 1957 a 4.700 en el
año siguiente.

En el terreno de la política del sector exterior, se producirían cambios que


prepararán el camino hacia la liberalización de los intercambios que acompañarán al plan
de 1959, afectando a dos instrumentos de gran importancia: el cambio de la peseta y el
arancel. La primera de estas medidas va a permitir pasan de un tipo de cambio múltiple a
un cambio único. La otra medida fue la creación de la Junta para la reforma total del
arancel de aduanas, que procedía aún de la Ley de bases de 1906.

El 21 de julio de 1959 se promulgaba un Decreto-Ley de nueva Ordenación


Económica, -más conocido como Plan de Estabilización-. Aunque a posteriori el
capitalismo español se mostraría de acuerdo con la conveniencia del Plan de Estabilización
y de la entrada de capital extranjero, la unanimidad no era total antes de ponerse en
práctica. El primer grupo de medidas del Plan, que pretende fundamentalmente estabilizar
los precios, plantea la necesidad de limitar tanto el gasto público como el privado; se lleva
a cabo también una elevación de los tipos de interés. La liberalización progresiva de las
importaciones de materias primas, maquinaria y productos alimenticios, es la principal de
las medidas de comercio exterior.

Las medidas contenidas en el Decreto de Ordenación Económica, favorecidas por


una excepcional situación económica de los países con los que España tenía un mayor
volumen de intercambios, permitieron cubrir a corto plazo los principales objetivos
pretendidos, y así, el alza de los precios fue prácticamente imperceptible en el curso de
1960 y, lo que es más importante, los agobios del sector exterior habían cedido, aunque su
logro más notable fue que con él se sentaron las bases para iniciar el fuerte crecimiento de
los años sesenta La otra cara de la monea fueron los elevados costes sociales que comportó
el Plan ante la recesión que siguió a las medidas estabilizadores, y que trajo como
consecuencia una fuerte aceleración de la emigración hacia el exterior en busca de trabajo,
también hubo un fuerte descenso en las retribuciones salariales reales al desaparecer
prácticamente las horas extraordinarias284.

284
Tuñón de Lara, Manuel y Bisecas, José Antonio, Historia de España, tomo X, España Bajo la dictadura
franquista (1939-1975), pp. 55-68 y 297-335.

260
2. LA LEY DE 26 DE DICIEMBRE DE 1957

Siendo titular de la cartera de Hacienda Mariano Navarro Rubio que, junto con
Alberto Ullastres en Comercio, serían los principales exponentes de los nuevos
planteamientos liberalizadores, se promulgó esta Ley que vino a significar una innovación
muy importante en el planteamiento de la Contribución Territorial Rústica. De ella, a los
efectos del presente trabajo, interesa especialmente

TÍTULO II.- MODIFICACIONES EN EL SISTEMA FISCAL


CAPÍTULO II.- Normas tributarias de carácter general.

Contribución Territorial Rústica


Art. 40. Se autoriza al Ministerio de Hacienda para disponer anualmente la revisión de las
riquezas imponibles por Rústica y Pecuaria que siendo superiores a ciento setenta mil pesetas
correspondan a un solo contribuyente, persona natural o ente jurídico, y estén situadas en un mismo
término municipal o en varios, siempre que integren una sola finca o limiten unas con otras.
La revisión se efectuará en cada una de las anualidades para obtener la riqueza imponible
correspondiente a la anterior, mediante la aplicación al líquido imponible de los coeficientes de
corrección que dicho Ministerio establezca, teniendo en cuenta los diversos factores que influyan en
la producción de los cultivos y aprovechamientos de cada explotación, las alteraciones de precios y
de costes y el resultado de la última cosecha.
Art. 41. El importe de las dos terceras partes de la riqueza imponible determinada mediante la
aplicación de los coeficientes a que se refiere el artículo anterior será gravado al diecisiete y medio
por ciento.
De la cuota resultante se deducirán los dos tercios de la cuota pagada en el año anterior conforme
a la riqueza amillarada o catastrada, y sobre la diferencia no podrá aplicarse ningún recargo ni
exacción.

Con esto, de alguna manera, se daba cumplimiento, aunque fuera de una forma
limitada, a algo que se venía reclamando por distintos sectores de la sociedad desde hacía
tiempo. En este sentido habría que citar el escrito presentado por la Asociación Nacional
de Peritos Agrícolas del Estado al Director General de Propiedades y Contribución
Territorial, en el otoño de 1941, en el que se le formulan una serie de sugerencias; unas, de
carácter tributario y muy innovadoras, proponen discriminar entre una tributación
constante sobre la tierra, en el aspecto de renta, y otra variable sobre los beneficios;
también proponen distinguir entre la base tributaria de las pequeñas fincas y de las grandes
explotaciones, para todo esto sería conveniente la extensión a Catastro del régimen de
Inspección del Tributo que autoriza el artículo 13 de la Ley de 26 de septiembre de 1941.

Para la aplicación efectiva de lo dispuesto en esta Ley, se dictó la Orden de 11 de


febrero de 1958 que contenía la

INSTRUCCIÓN PARA PRÁCTICA DE LAS REVISIONES DE RIQUEZAS IMPONIBLES POR


RÚSTICA Y PECUARIA DISPUESTAS POR LA LEY DE 26 DE DICIEMBRE DE 1957

Se reproducen los aspectos más destacables de esta larga Instrucción que se


compone de 30 reglas:

Regla 3.ª Personal revisor. Zonas.- La revisión se efectuará por los Ingenieros del Servicio del
Catastro de la Riqueza Rústica y de Amillaramiento, que tendrán para estos trabajos el carácter de
Inspectores de los Tributos (…)
La Dirección General de Impuestos sobre la Renta, para los fines de la revisión dispuesta, agrupará
las provincias en Zonas, actuando como Jefe de cada una el del Servicio provincial que designe.

261
Regla 4.ª Notificación a los titulares.- Con ocho días de antelación, como mínimo, el Ingeniero
(…) comunicará al titular (…) el día y la hora en que se personará en la finca o fincas (…)
Regla 5.ª Reconocimiento sobre el terreno. Actas.- En cada una de las explotaciones sujetas a
revisión, el Ingeniero realizará en el día fijado, un reconocimiento sobre el terreno y recogerá los
datos que le suministre el propietario (…) sobre volumen de la última cosecha, gastos, productos y
beneficios de cada uno de los cultivos o aprovechamientos.
Durante sus visitas, el personal facultativo tomará nota de las alteraciones que en las características
de todo orden que en la propiedad hubiesen ocurrido y de los errores que de respecto a las mismas
existiesen en los datos Catastrales o de Amillaramiento.
Al finalizar el reconocimiento, el Ingeniero levantará acta (…)
Regla 7.ª Cálculo de los coeficientes de corrección.- Con los datos recogidos en la explotación, las
informaciones locales y los que obtengan en los Organismos de la provincia, el Ingeniero redactará
una cuenta resumida de la explotación que comprenda todos los productos y gastos de cultivos,
aprovechamientos y ganadería, para deducir el cálculo de los coeficientes que corresponda aplicar.

Pocos días después, el 20 de febrero, la Dirección General de Impuestos sobre la


Renta dicta una Circular sobre Revisión anual de riquezas imponibles superiores a 170.000
pesetas. En ésta se amplían algunas cuestiones de las anteriores disposiciones, se reproduce
las más importantes:

2.ª Funcionarios que la efectuarán.- La dirección de los trabajos de revisión y la propuesta de


coeficientes de corrección de las riquezas imponibles estarán a cargo de los Ingenieros Agrónomos y
de Montes afectos a esta Dirección General (…)
El Jefe Superior de los Servicios Facultativos de la Contribución Territorial propondrá la orden de
comisiones correspondientes a los Ingenieros, Peritos y Ayudantes que han de encargarse de los
trabajos (…)
7.ª (…) Durante las visitas el personal facultativo investigará, con su carácter de Inspector de los
Tributos, las alteraciones que en las características jurídicas, físicas o económicas de la propiedad
hubiesen ocurrido y los errores que respecto a la caracterización de la misma existiesen en los datos
catastrales o en los de amillaramiento (…)
En toda esta labor podrán actuar, acompañando a los Ingenieros los Peritos y Ayudantes de
Montes, con la función que les corresponde.

Es en esta extensa Circular, compuesta de diecinueve puntos, donde por primera y


única vez se menciona, y de forma tan breve, la participación de los Peritos (Agrícolas) y
Ayudantes (de Montes) en los trabajos de Revisión anual de riquezas imponibles
superiores a 170.000 pesetas. En cualquier caso, a tenor de lo que expresa el punto 7.º, el
carácter de Inspector de los Tributos durante las visitas les incluye por su condición de
personal facultativo. Esta mención, muy similar a la que de estos profesionales se hacía en
la Orden de 30 de noviembre de 1943, sobre Inspección de Amillaramientos, sin atender
cumplidamente a la petición de la Asociación en su escrito del otoño de 1941: “sería
conveniente la extensión a Catastro del régimen de Inspección del Tributo que autoriza el
artículo 13 de la Ley de 26 de septiembre de 1941”, de alguna manera creaba una
expectativa de integración en ese ámbito tan exclusivo de la Hacienda.

En los archivos de la Asociación se conservaba una copia de la Orden ministerial de


31 de marzo de 1958 por la que se implantaban nuevas tarifas de remuneración de los
trabajos en el Servicio de Catastro de Rústica, hecho que resulta destacable por varios
motivos. El primero de ellos es el primer párrafo de la Orden dice lo siguiente:

Reorganizados los servicios de la Administración Central de la Hacienda Pública por Decreto de


10 de mayo de 1957, los del Catastro de la Riqueza Rústica se incorporaron a la Dirección General
de Impuestos sobre la Renta, y al organizarse ésta por Orden de 10 de julio de 1957.

262
En este cambio de adscripción de los Servicios del Catastro de la Riqueza Rústica,
que pasaban a depender de la Dirección General de Impuestos sobre la Renta, podía estar
la clave que justificara la implantación de la Revisión anual de las riquezas imponibles
superiores a 170.000 pesetas y el carácter de Inspección atribuido a esas actuaciones.

El Saluda que acompaña a la Orden, y que se reproduce, aparte del detalle para con
la Asociación que significa su envío, tiene interés informativo, pues a través de éste se sabe
que Gabriel García-Badell y Abadía285 ocupaba en esa fecha el cargo de Jefe Superior de
los Servicios Facultativos de la Contribución Territorial, de la Dirección General de
Impuestos sobre la Renta. Es posible que la ascensión a la máxima jerarquía de los
facultativos de Catastro de García-Badell se produjese como consecuencia de la
reorganización de la Hacienda Pública ocurrida un año antes.

El contenido de la Orden resulta interesante por la información que aporta sobre la


nueva situación del Catastro de Rústica afectada por tres causas:

a) Por entrar en vigor el régimen Catastral en una mayor parte del territorio nacional que
anteriormente tributaba en régimen de Amillaramiento (…)
b) Por terminación de las revisiones de la característica valoración dispuesta por la Orden
ministerial de 6 de julio de 1950; y

285
En el capítulo correspondiente al Catastro durante la Dictadura de Primo de Rivera, se mencionaron los
trabajos sobre fotogrametría aérea aplicada al Catastro realizados por el Ingeniero Agrónomo Gabriel García-
Badell desde el año 1923, es decir, treinta y cinco años antes. También es autor de la obra El Catastro de la
Riqueza Rústica en España, varias veces mencionada en este trabajo.

263
c) Por sumarse a sus trabajos la investigación de las riquezas imponibles por Rústica y Pecuaria
prevista en el artículo 40 de la Ley de 26 de Diciembre del pasado año.

Estas modificaciones obligan a cambiar, en parte, la forma en que vienen remunerándose los
trabajos catastrales, para adaptarla al actual desenvolvimiento del servicio. En su consecuencia,
este Ministerio se ha servido disponer:
Primero.- Corresponde a la Comisión Coordinadora para los Servicios de Inspección, a
propuesta de esa Dirección General, aprobar los Planes de trabajos para el Catastro de la Riqueza
Rústica.

El contenido de estos últimos párrafos reproducidos denota los cambios cualitativos


producidos en el Catastro de Rústica. El resto de la Orden detalla los tipos de trabajos a
realizar, la nueva retribución que se establece para la hectárea-parcela en los distintos
supuestos, su distribución individual y plazos de cobro. Siendo destacable la revisión de
fincas mayores de 170.000 pesetas de líquido imponible, sobre lo que se dice:

Los trabajos de revisión anual de las riquezas imponibles, preceptuados en el artículo 40 de la Ley
de 26 de Diciembre de 1957, se remunerarán con un importe equivalente al uno y medio por ciento
de la riqueza imponible revisada, calculado sobre el valor que tenga antes de su revisión.

Debieron ser significativos los incrementos en las percepciones, porque al final de


una hoja informativa de la Asociación Nacional de Peritos Agrícolas del Estado, fechada
en mayo de 1958, se presentan como Mejoras económicas conseguidas en el Servicio de
Catastro de Rústica en que se refiere a los Peritos Agrícolas (…), uno de cuyos apartados
dice:

REVISIÓN DE FINCAS MAYORES de 170.000 pesetas de líquido imponible, el 1,50 por ciento
de la riqueza (imponible revisada, calculado sobre el valor) que tenían anteriormente, de cuyo
importe corresponde el 27 por 100 al Perito y el 1 por 100 al Secretario.

264
XII. DE LOS PLANES DE DESARROLLO AL FIN DEL FRANQUISMO. EL
CATASTRO DURANTE ESTA ÉPOCA

1. DEL CRECIMIENTO SIN PRECEDENTES AL FIN DE UNA ÉPOCA

En enero y febrero de 1962 las huelgas se extienden por la metalurgia vasca. En


abril los conflictos se inican en la minería asturiana y en mayo se unen los mineros
andaluces de Linares, Peñarroya y Rio Tinto, junto con los de León y Teruel.

Cuando el equipo del Poder está muy preocupado con el volumen de las huelgas,
una noticia inesperada le abruma. Del 5 al 8 de junio se habían reunido en Munich 118
españoles convocados por el Movimiento Europeo. Representaban o simbolizaban a las
distintas tendencias de la oposición, menos los comunistas y los anarquistas. Allí estaban
Gil Robles y Rodolfo Llopis, que se dieron la mano, lo cual pareció al gobierno español y a
su prensa como prueba de “contubernio” y “conspiración”. El Congreso del Movimiento
Europeo votó una resolución basada en los trabajos de dos comisiones de españoles, una
presidida por Gil Robles y otra por Madariaga. Se trataba simplemente de las condiciones
que se estimaban necesarias para que España o cualquier otro país pudiese adherirse o
asociarse a la Comunidad Económica Europea. No es extraño que el discurso ante las
Cortes del ministro de la Gobernación, Camilo Alonso Vega, fuese particularmente
agresivo e insistiese en la ingenuidad de presentar la reunión (que era más bien
anticomunista) de Munich como una maniobra de Moscú.

La respuesta del gobierno de Franco al Congreso de Munich produjo efectos


inmediatos. El 8 de junio de 1962 se suspenden determinados artículos del Fuero de los
Españoles por dos años286:

Las campañas que desde el exterior viene realizándose para dañar el crédito y el prestigio de
España han encontrado eco y complicidad en algunas personas que, abusando de las libertades (?)
que el Fuero de los Españoles les reconoce, se han sumado a tan indignas maniobras (…) En su
virtud (…)
DISPONGO
Artículo primero. Se suspende en todo el territorio nacional y por el plazo de dos años, el artículo
14 del Fuero de los Españoles 287.

La consecuencia de la huelga de la minería y del “Contubernio de Munich” es una


crisis de gobierno y consiguiente formación de un nuevo gabinete por Franco. En el nuevo
gobierno del 10 de julio de 1962, la novedad fundamental es la de instituir una especie de
lugarteniente en la persona de Agustín Muñoz Grandes, con el título de Vicepresidente;
Ministro-Subsecretario de la Presidencia, Carrero Blanco; Gobernación, Alonso Vega;
Asuntos Exteriores, Castiella; Industria, Gregorio López Bravo; Comercio, Alberto
Ullastres; destaca la incorporación de Manuel Fraga Iribarne, nuevo ministro de
Información y Turismo; en Hacienda sigue Mariano Navarro Rubio. El ascenso a ministro
de López Bravo refuerza el equipo de tecnócratas con vinculaciones con el Opus Dei.

El 7 de julio de 1965, de nuevo Franco procede a una remodelación del gobierno.


Siguen: Muñoz Grandes, Vicepresidente; Carrero Blanco, Ministro Subsecretario de la

286
Tamames, Ramón ob.cit., pág. 325.
287
Boletín Oficial del Estado, 9 de junio de 1962, pág. 7909.

265
Presidencia; Castiella, Asuntos Exteriores y Fraga en Información y Turismo. Entran:
Laureano López Rodó, ministro Comisario del Plan de Desarrollo; J.J. Espinosa
Sanmartín, Hacienda y A. Diaz Ambrona en Agricultura.

Con la entrada en el gobierno en 1965, termina la carrera de López Rodó como eminencia gris de
la eminencia gris Carrero (…) Era notorio que el señor Carrero Blanco –titular de la Subsecretaría
de la Presidencia y promotor del señor López Rodó se guiaba en cuestiones fundamentales por los
consejos de este último. Y no era menos notorio que el propio Jefe del Estado depositaba en el señor
Carrero Blanco la máxima confianza. Así pues el señor López Rodó venía a ser una especie de
eminencia gris de segundo grado con audiencia importante, aunque mediata, en el centro de las
decisiones finales288.

Laureano López Rodó

En la Administración del Estado cobrará singular importancia la Comisaría del


Plan, dirigida por López Rodó, pero el hecho fundamental en cuanto a la organización del
Poder durante este período es la Ley Orgánica del Estado. Fue presentada a un referendum,
de dudosa pulcritud, el 14 de diciembre de 1966 y promulgada el 10 de enero de 1967. Se
trata de una Constitución limitada a su parte orgánica, que define como Reino al Estado; la
ideología queda condicionada por una referencia a la “estricta fidelidad a los Principios del
Movimiento Nacional. Perfila una figura de Rey, condicionado en buena parte por un
Consejo del Reino de poderes reforzados. Otro factor importante es la nueva ordenación de
la prensa por la Ley de 18 de marzo de 1966. Su artículo 1.º declaraba la libertad de
expresión por medios impresos y su artículo 3.º suprimía la censura de prensa. La Ley de
Prensa significaba, pese a todo, un retroceso del régimen; la posibilidad de ampliar la
información era cierta, aun a costa de riesgos evidentes cuya realidad se hizo patente en las
sanciones de que fueron objeto numerosas publicaciones semanales.

En la Iglesia, el pontificado de Juan XXIII, muy particularmente la Encíclica


Pacem in Terris y la celebración del Concilio Vaticano II significaron un gran estímulo
para el sector “aperturista” o “profético” de la Iglesia española e incluso quebrantaron la
unidad ideológica de la jerarquía dentro del sistema.

En cuanto a la oposición, el primer hecho de fácil comprobación es que en el


período 1962-1967 ha pasado íntegramente al interior, aunque algunos estados mayores de
la política se ven obligados a permanecer fuera del país. El segundo hecho es que política

288
Ynfante, Jesús, La prodigiosa aventura del Opus Dei, Ruedo Ibérico, París, 1970.

266
y sociológicamente se va extendido mucho. Sin embargo, la oposición comunista, que
sigue siendo la más activa, continúa sometida a un régimen de aislamiento por parte de la
mayoría de las otras organizaciones (aunque este aislamiento quede roto en las bases tanto
obreras como estudiantiles e intelectuales).

El Partido Socialista sufrirá durante todo este período de la falta de conexión entre
su dirección instalada geográficamente en Toulouse y políticamente en los viejos
esquemas, y los grupos del interior con frecuencia discrepante de ella y, en todo caso, poco
organizados.

El Partido Comunista desempeñará un papel fundamental al recoger e impulsar un


movimiento como el de Comisiones Obreras, dando lugar a que por primera vez en la
historia de España los comunistas se implantarán sólidamente en el movimiento sindical.
El período estudiado será el de total despliegue de Comisiones Obreras; las huelgas de
1962 no solo “recrearon” comisiones de obreros allí donde habían existido en anteriores
conflictos, sino que gran número de esas Comisiones no desaparecen tras las huelgas sino
que quedan de manera permanente. 1964 será el año en que se creen niveles más superiores
de Comisiones; la primera Comisión del Metal de Madrid fue elegida el 2 de septiembre de
1964. En 1965 se constituyó la Coordinadora Local de Barcelona y también la Junta del
metal de Sevilla. Al empezar 1967 parecía que Comisiones Obreras llegaba al cenit,
cuando tenía estructurado su movimiento en 25 provincias.

En la segunda mitad de 1967 se abrió una nueva legislatura de Cortes y un nuevo


Consejo Nacional del Movimiento. Para éste, Franco nombraba 40 miembros (“los
cuarenta de Ayete”) que automáticamente eran también procuradores en Cortes y que, si
sobrevivían al Jefe del Estado, debían convertirse en vitalicos. La elección de 102
procuradores de “representación familiar”, que era una novedad:

Los procuradores familiares padecían un complejo de superioridad apoyados en dos importantes


factores: a) ser los únicos elegidos por sufragio popular y directo; b) haber conseguido llegar a las
Cortes, en un abundante número de casos, en contra de los candidatos gubernamentales y la presión
de las asociaciones familiares controladas por la Secretaría General 289

Desde el 20 de octubre empezaron las huelgas de brazos caidos en las doce fábricas
más importantes de Madrid, y también empezaron las detenciones. En la Universidad,
crecieron los conflictos durante el curso 1967-1968. Desde comienzos de 1968, la
agitación se extendió a todas las universidades.

En cuanto a la oposición política, el PCE, junto a la orientación de un movimiento


surgido de abajo a arriba –Comisiones Obreras-, elabora la estrategia de “alizanza de las
fuerzas del trabajo y de la cultura”. Otras organizaciones (PSOE, Izquierda Democrática
Cristiana, PNV, Democracia Social Cristiana, acción Social Democrática) habían firmado
en París un pacto, el 9 de diciembre de 1967, cuya significación quedó momentaneamente
limitada a nivel de equipos de dirección. Dos años más tarde, en diciembre de 1969, una
articulación más amplia de la oposición parece manifestarse al redactar una carta abierta
dirigida la Jefe del Estado, en la que se pedían: a) régimen de libertades públicas; b)
libertad, independencia y democracia sindicales; c) revisión del plan de desarrollo con
intervención auténtica de patronos y obreros; d) amnistía.

289
Meliá, Josep, El largo camino de la apertura. Del referndum a las asociaciones, Dopesa, Barcelona,
1975.

267
El 30 de octubre de 1969 juraban sus cargos los nuevos ministros del gobierno
designado por Franco el día anterior. Bajo la ya evidente dirección de Carrero Blanco, hay
que destacar: Asuntos Exteriores, López Bravo; Hacienda, Alberto Monreal; Agricultura,
Allende García-Baxter. La homogeneidad era evidente entre siete ministros: López Rodó,
López Bravo, López de Letona, Villar Palasí, Monreal, Mortes y Fontana y, naturalmente,
Carrero, que, al parecer elaboró la lista del nuevo gobierno en colaboración con López
Rodó.

Desde su nombramiento como Subsecretario de la Presidencia en 1941, Carrero tuvo un


importante papel en todos los cambios de gobierno ocurridos a partir de aquella fecha (…) Carrero
sugirió por escrito al Generalísimo cambios de gobierno en 1946, 1950, 1951, 1968 y 1969 (…)
informes en los que además de proponer un cambio, ofrece nombres para las distintas carteras. 290

En noviembre de 1971 se abrió la legislatura de Cortes que estaba llamada a ser la


última. De sus 565 miembros, sólo 102 era elegido por sufragio directo (los “familiares”)
de cabezas de familia y mujeres casadas.

El PSOE parece ya ir hacia una transformación interna en su Congreso de agosto


de 1970, donde un joven abogado del interior, Felipe González, se enfrenta con la
dirección del exterior; ésta, sin embargo, consigue dominar la situación. En 1971 el
Congreso de la UGT decide que, frente a la creciente influencia de CC.OO. y otras
organizaciones como USO, hay que activar la tarea organizativa en el interior del país. En
1972 un nuevo Congreso del PSOE será decisivo; los militantes del interior serán cada vez
más importantes. En 1974 Felipe González accederá a la secretaría general y, un año antes,
Nicolás Redondo había sido elegido secretario general de la UGT.

En el terreno de la economía, según escribe José Antonio Biescas:

De 1960 a 1973 se abre un período fundamental en la evolución del capitalismo español; el primer
año coincide con los efectos recesivos que a corto plazo produjo el Plan de Estabilización, pero a
medida que pasan los meses, se hacen más intensos los síntomas del cambio que se está produciendo
y cuyo resultado más espectacular va a ser la elevada tasa de crecimiento, que no tiene precedentes y
que permite hablar a un economista de la talla de Luis Ángel Rojo que en la década de los sesenta se
produce el primer ciclo industrial moderno de España (…) de los 22 países de la OCDE, solo Japón
supera la tasa de crecimiento español durante la década de los sesenta (…)
Sería la crisis que en las economías capitalistas desendadenó el alza de los precios de los
productos petrolíferos –y que en España no se notaría hasta el segundo semestre del 74- el punto
final de un período en que la renta per cápita se multiplicó por 3,15 en términos constantes (…) la
población activa agraria baja del 41,6 al 23,9% (…)
La oferta de abundante fuerza de trabajo subempleada hasta entonces en la agricultura, y que
pasará a ser ocupada en la industria o en los servicios, es uno de los factores que explican el fuerte
grado de crecimiento alcanzado, siendo el otro pilar básico la disponibilidad de capital que habrá
durante este período procedente tanto de la acumulación interior como de las aportaciones que
llegan a través de las inversiones extranjeras (…)
Pero el crecimiento a lo largo de este período que se extiende de 1960 a 1973 no vino acompañado
de cambios profundos en la estructura económica española. Así, el análisis de la distribución de la
renta, o la siempre demorada reforma fiscal, son buenas muestras de que las estructuras económicas
del país simplemente se adaptaban a un distinto grado de desarrollo capitalista, pero eludiendo
aquellas trasformaciones que podían suponer pérdidas de privilegios para las clases dominantes 291.

290
López Rodó, Laurenano, La larga marcha hacia la Monarquía, Noguer, Barcelona, 1978.
291
Biescas, José Antonio y Tuñón de Lara, Manuel, ob. cit., pp. 71-73.

268
En el sector agrario, un factor fundamental a la hora de desencadenar la crisis de la
agricultura tradicional fue la mayor movilidad de la fuerza del trabajo como consecuencia
de las posibilidades de encontrar empleo alternativo en otros sectores, hecho que presiona
al alta los salarios. A partir de 1959, los movimientos migratorios interiores se intensifican
en España, afectando a lo largo de la década de los sesenta a 3.339.000 personas –es decir,
al 10% de la población total- y reflejando las consecuencias del profundo cambio
económico que se produce en el país. Esta reserva de mano de obra, que alimentará tanto
los movimientos migratorios exteriores como los interiores, protagoniza una disminución
drástica de en el número de activos del sector, que pasa de 4,9 millones de personas en
1960 a sólo 3,2 en 1973, produciéndose al mismo tiempo un mayor grado de
envejecimiento de la población, ya que normalmente son los más jovenes los que
abandonan el medio rural.

En cuanto al sector exterior, su importancia en el período 1960-1973 es tal, tanto a


la hora de explicar la evolución del conjunto de la economía española como el origen de
una gran parte de las medidas de política económica adoptadas en estos años. Partiendo
de la cifra de 1961 –importaciones por valor de 1038 millones de dólares- que habían
pasado en 1973 a ser de 8564 millones, que comprenden fundamentalmente la compra de
bienes de equipo necesarios para modernizar el sector industrial, seguidos por las
importaciones de combustibles. Una expansión similar en intensidad tuvieron las
exportaciones, que pasaron desde 750 millones de dólares en 1961 a 5225 en 1973. La
razón del creciente éxito de las exportaciones españolas hay que buscarla, como se ha
reflejado en los informes de la OCDE, en: la notable diferencia existente entre los costes
laborales en España y otros países europeos, en la protección dispensada a los exportadores
españoles y en las medidas fiscales de apoyo a la exportación.

El factor más importante a la hora de financiar el elevado déficit de la balanza


comercial ha sido el creciente volumen de divisas aportadas por el turismo. Así, en el curso
del período que va desde 1960 a 1973, los ingresos netos por turismo ascendieron a
16.680,3 millones de dólares, que representa casi el 80% del total del saldo negativo de la
balanza comercial. Otro de los factores básicos capaces de financiar la balanza comercial
ha sido el flujo de recursos transferidos por los trabajadores españoles que enviaban sus
ahorros desde el exterior, cuyas remesas fueron de 163 millones de dólares en 1961 y
llegaron a 1260 en 1973. Es necesario referirse, por último, al papel que jugaron las
inversiones de capital extranjero, dirigidas a España con tal intensidad que, como ha
afirmado la OCDE, en la década de los sesenta “es de lejos de todos los paises de
economía semejante el país con más importaciones de capital privado”; desde 1960 hasta
1973, el total de ingresos netos que recogía la balanza de pagos por saldos de capital
privado a largo plazo eran de 5980 millones de dólares.

Entre los meses de marzo y junio de 1961 visitó España un misión del Banco
Mundial que, tras hacer acopio sobre el terreno de una abundante información, en agosto
del año siguiente publicaron el informe titulado “El Desarrollo Económico de España”.
Entre otros muchas cuestiones, el informe advierte del riesgo que entraña pretender
remediar la pobreza rural, el subempleo del campo, o los desequilibrios regionales a través
de inversiones preferentes en las zonas con menores niveles de renta y se insiste en que el
capital debe invertirse allí donde es más productivo –desde el punto de vista de la
rentabilidad privada- por supuesto-, porque de esta forma se elevará más la renta global del
país. En cuanto a la agricultura, se insiste en que el incremento de la productividad no ha
de intentar conseguirse únicamente mediante los nuevos regadíos, sino introduciendo

269
mejoras técnicas como la intensificación de la mecanización; se aconseja limitar al máximo
las obras de colonización que se consideran antieconómicas.

Tras la publicación, en el mes de septiembre de 1962, del informe del Banco


Mundial sobre la economía española, se inician los preparativos que culminan con la
aprobación por las Cortes de la LEY DE PUBLICACIÓN DEL PLAN DE DESARROLLO en
diciembre de 1963, Plan que tendría vigencia a lo largo del período 1964-1967. El Plan de
Desarrollo, que pretendía la menos sobre el papel “la constante elevación del nivel de vida,
una mejor distribución personal, funcional, sectorial y regional de la renta”, fue, sin
embargo, objeto de duras críticas por el tipo de ideología sobre la que se sustentaba y su
falta de elaboración y control democráticos:

Cuando el sistema político in genere no es democrático es dificil que pueda serlo la elaboración del
Plan. Sin verdaderos Sindicatos obreros es imposible hablar de verdaderos representantes de los
trabajadores.292

El Segundo Plan de Desarrollo, aprobado en febrero de 1969, por lo que hubo que
prorrogarse la vigencia del Primer Plan, apenas introdujo ningún tipo de novedades,
mientras que el Tercero, publicado en noviembre de 1971, amplió el horizonte planificador
hasta 1980, aunque para entonces la planificación indicativa había entrado definitivamente
en crisis.

Pero el modelo de crecimiento impuesto –e instrumentado sin ningún tipo de


legitimación democrática- va a ser un buen ejemplo a la hora de ilustrar la diferencia
existente entre crecimiento y desarrollo. El crecimiento no va a ser armónico y no trae
consigo los cambios en profundidad que permitirían calificarlo de desarrollo. El modelo de
crecimiento de los años sesenta en España mantuvo -o acrecentó- las graves desigualdades
que existían en los años cincuenta en la distribución de la renta; un modelo económico, en
fin, que favorecía la inversión en subsectores industriales intensivos de capital,
contribuyendo a menudo a la destrucción de puestos de trabajo.

Finalmente, unas notas referentes a las postrimerias del régimen, a partir de finales
de 1972, cuando el agotamiento físico y psíquico de Franco era notorio:

Comenté con López Bravo la decadencia física de Franco, que ya no habría la boca en los Consejos
de Ministros y a veces se quedaba adormilado293.

Gobierno constituido el 11 de junio de 1973, presidido por Carrero Blanco

292
Tamames, Ramón, Cuatro problemas de la economía española, Península, Barcelona, 1965.
293
López Rodó, Laureano, La larga marcha hacia la Monarquía.

270
Luis Carrero Blanco

En 1972 se plantea un cambio cualitativo en el régimen. El 11 de junio de 1973


Franco constituye un nuevo gobierno en el que por primera vez se separa la Jefatura del
Estado y la del gobierno, que ahora corresponde a Carrero Blanco. Arias Navarro es
nombrado ministro de la Gobernación. Finaliza la hegemonía “tecnocrática”. Los
acontecimientos se precipitan en los siguientes treinta meses:

- Diciembre de 1973: Un comando de ETA acaba con la vida de Carrero Blanco.


Proceso 1001 contra Camacho, Sartorius y otros dirigentes de CC. OO. Arias
Navarro es encargado de formar gobierno.
- 1974: 24 de abril, Revolución de “los claveles” en Portugal. Julio, grave flebitis de
Franco, conmoción en los medios políticos; formación de la Junta Democrática
integrada por PCE, PSP, PTE, propone la “ruptura democrática” para terminar con
la dictadura. Octubre, XIII Congreso del PSOE, Felipe González es elegido
secretario general.
- 1975: Junio, formación de la Plataforma democrática con PSOE, Izquierda
democrática cristiana, PNV, ORT, UDC de Cataluña y de Valencia, MCE y
Reagrupación Socialista de Cataluña; se declara partidaria de la “ruptura
democrática” Septiembre, ejecución de dos militantes de ETA y tres del FRAP.
Octubre, protesta internacional, manifestación pro franquista en la plaza de Oriente;
unificación de la Junta Democrática y de la Plataforma Democrática en un solo
organismo, llamado popularmente “Platajunta” que opta también por la “ruptura
democrática;13 de octubre, Franco cae gravemente enfermo, fallece el 20 de
noviembre.

271
2. EL CATASTRO HASTA EL FIN DEL FRANQUISMO

2.1. LEY DE 11 DE JUNIO DE 1964, DE REFORMA TRIBUTARIA

La Ley 11 de junio de 1964, de Reforma del Sistema Tributario fue dictada siendo
titular del Ministerio de Hacienda Mariano Navarro Rubio. Como se hace saber en su
Exposición de motivos, esta Ley recupera y amplía la filosofía de la Ley de 26 de
diciembre de 1957, sobre revisión de riquezas imponibles, promulgada bajo la misma
titularidad en el Ministerio de Hacienda. Como ha ocurrido en otros muchos casos, aunque
se trata de una ley puramente tributaria, enmarcada en una reforma de este sistema, su
publicación supuso un importante cambio en el funcionamiento del Catastro, razón que
justifica la extensión con que se ha tratado.

Seguidamente se transcriben los aspectos más significativos de esta importante ley,


que comportó el cambio cualitativo más importante en toda la trayectoria de la
Contribución Territorial Rústica:
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Continuando en la línea marcada en la reforma de 1957 (…) Sin embargo, frente al carácter
limitado con que figura actualmente Contribución Territorial Rústica a una tributación acomodada a
la explotación agrícola como unidad de explotación (…)
Esta tributación (…) permite llevar al sector agrario dos conceptos trascendentales (…) el de la
compesación de las perdidas (…) reduciendo o excluyendo el impuesto en los ejercicios futuros o,
en otro caso, reduciendo el propio Impuesto General sobre la Renta, de la que la Rústica pasa a ser
un impuesto a cuenta (…) tiene a su vez otro aspecto que es necesario resaltar: La posibilidad que la
Ley ofrece de reducir hasta en un cincuenta por ciento la contribución en la medida en que se
destinen fondos a la dotación de inversiones o mejoras (…)
Adopta para la determinación de las bases el criterio de la fijación de módulos por zonas o
comarcas de un territorio a través de un procedimiento en el que se busca el acuerdo de los
representantes de los contribuyentes o, en su defecto, la decisión de los Jurados tributarios (…) se
abre la posibilidad, que la Ley acoge, de servirse de tales módulos para revisar las estimaciones
catastrales de la riqueza imponible con notoria ventaja de agilidad sobre los procedimientos
actualmente establecidos.
La revisión294 de los catastros, de acuerdo con tales criterios, permitirá esperar la evolución de las
riquezas imponibles y su acercamiento a la realidad sin recurrir al arbitrio de su corrección alzada
(…)
TÍTULO I.- DE LOS IMPUESTOS DIRECTOS SOBRE LA RENTA Y EL CAPITAL
Art. 2.º 1. La Contribución territorial sobre la riqueza rústica y pecuaria, la Contribución
territorial sobre la riqueza urbana (…) tendrán en la forma prevista en esta Ley la consideración de
impuestos a cuenta de los generales sobe la renta total de las personas físicas o de las sociedades
(…)
Art. 3.º 1. La Contribución territorial sobre la riqueza rústica y pecuaria se compondrá de:
a) Una cuota fija por las rentas reales o potenciales que correspondan a la propiedad o posesión
de bienes inmuebles sujetos a dicha Contribución (…)
b) Una cuota proporcional sobre los rendimientos de las explotaciones agrícolas, forestales,
ganaderas o mixtas, dentro del límite establecido en el artículo séptimo.
2. Queda sin efecto lo dispuesto en el artículo cuarenta de la Ley de 26 de diciembre de 1957 (…)
sobre revisión de las riquezas imponibles superiores a 170.000 pesetas (…)
Art. 6.º 1. A partir de 1 de enero de 1966 se exigirá asimismo una cuota fija en la Contribución
Territorial Rústica y Pecuaria por el ejercicio de la actividad ganadera indempendiente (…)
Art. 7.º 1. A partir de 1 de enero de 1966 se exigirá la cuota proporcional de la Contribución
territorial rústica y pecuaria, a la que estarán sujetas:

294
El autor está utilizando revisión en su acepción más habitual en Rústica, como revisión de tipos
evaluatorios.

272
a) Las explotaciones agrícolas o forestales, cuando su base imponible, una vez revisada en la
forma prevista en el artículo 23, sea superior a 110.000 pesetas.
b) Las explotaciones ganaderas y mixtas, cuando igualmente la base imponible sea superior a
110.000 pesetas (…)
2. A los efectos de lo dispuesto en este artículo, se considerará como una sola explotación el
conjunto de cabezas de ganado o cualquier extensión de terreno, aunque esté compuesto por varias
parcelas, linden o no entre sí, siempre que uno u otras constituyan una unidad orgánica que en forma
técnicamente autónoma tenga por objeto la producción ganadera, agrícola o forestal, cuyos riesgos
se asuman por la persona o entidad que las realiza.
3. A los efectos de los apartados anteriores serán de aplicación las siguientes reglas:
1º. Se considerarán realizadas por el cabeza de familia todas aquellas explotaciones de las que
por cualquier concepto sean titulares sus hijos menores o su cónyuge (…)
2º. Si las fincas agrícolas o forestales, o el ganado de renta estuvieran arrendados a persona
ligada por relación de parentesco en primero o segundo grado de consanguinidad o afinidad
con los propietarios o usufructuarios de aquéllas, podrá considerarse que a pesar de ello son
explotadas por estos últimos cuando tales contratos tengan por finalidad eludir total o
parcialmente el impuesto.
3º. En los casos de aparcería (…) se considerará titular de la explotación al propietario (…).
4º. Podrá presumirse que varias explotaciones agrícolas, forestales o ganaderas constituyen una
sola cuando todas ellas se sirvan indistintamente y con habitualidad de unos mismos
edificios, instalaciones, maquinaria o pastos (…)
Art. 10. La estimación de la base imponible en la cuota proporcional del Contribución Territorial
Rústica y Pecuaria que grava las explotaciones podrá realizarse en régimen de:
a) Estimación objetiva, según módulos de rendimientos, establecidos para cada comarca o
zonas de ella por Juntas mixtas constituidas por número igual de funcionarios y de
contribuyentes sometidos a cuota proporcional.
b) Estimación directa, deducida única y exclusivamente de contabilidad elemental llevada en
forma reglamentaria y, en su defecto, mediante estimación por el Jurado (…)
Art. 21. La cuota proporcional (…) se desgravará hasta en un cincuenta por ciento cuando las
personas (…) obligadas al pago, realicen en el ejercicio correspondiente inversiones, mejoras o
gastos de investigación directamente aplicados a las explotaciones para mejora de su productividad
(…)
Art. 23. Cada cinco años se revisarán las bases imponibles de la cuota fija de la Contribución
Territorial Rústica y Pecuaria.
A tal efecto, la base liquidable en el año en que tenga efecto la rectificación y en los cuatro
siguientes se fijará como máximo en un cincuenta por ciento de la que resulte de aplicar los módulos
de estimación que como media se obtengan de los que hayan prevalecido en los cinco años
anteriores en la cuota proporcional.

Novedades destacables de la Ley, con relación a las Contribuciones territoriales,


son su “consideración de impuestos a cuenta de los generales sobre la renta total de las
personas físicas o de las sociedades” (artículo 2.º) y la implantación (artículo 6.º) de una
cuota fija en la Contribución por el ejercicio de la actividad ganadera independiente.

Otra novedad importante de la Ley está contenida en su artículo 23, al reglamentar


un procedimiento para la revisión quinquenal de las bases imponibles, utilizando para ello
los valores medios de los módulos de estimación de los cinco años anteriores, sistema que,
teóricamente, resultaba racional y debía evitar, o disminuir sensiblemente, los conflictos
puntuales producidos si los valores se establecían unilateralmente.

273
2.2. LA CUOTA PROPORCIONAL

En cuanto a la revisión de riquezas imponibles, con relación a la ley de 1957, la


reforma de 1965 supone, en primer lugar, una notable ampliación en su ámbito de
aplicación. Además, en esta ocasión se arbitra un procedimiento mucho más elaborado y
práctico, cualidades necesarias para una utilización más generalizada; las notas distintivas
de esa meticulosidad se advierten claramente en su artículo 7.º, puntos 2 y 3. La estimación
objetiva por módulos o la directa, deducida de contabilidad, resultan incomparablemente
más prácticos que el procedimiento que establecía la ley del 57, basada en reconocimiento
sobre el terreno y recogida de datos de producción; la experiencia de la aplicación de esa
ley debió influir poderosamente a la hora de redactar la de 1964.

La normativa de desarrollo de esta ley no se dictó con demasiad celeridad, de este


modo, año y medio después de la Ley, por Orden de 29 de diciembre de 1965, cuando,
desde el mes de julio, Navarro Rubio habia pasado a ser Gobernador del Banco de España
y era nuevo titular de Hacienda J. J. Espinosa Sanmartín, se dictaron las normas
provisionales para la aplicación de la cuota proporcional. En la introducción de la Orden se
justifica el retraso y el carácter provisional de las normas con el siguiente párrafo:

La novedad que en nuestro ordenamiento tributario implica la referida Cuota proporcional,


aconseja dictar unas normas de aplicación con carácter provisional para cumplir el mandato legal de
su entrada en vigor, dejando a un futuro próximo, una vez concida la experiencia del primer
ejercicio de su aplicación y publicado el texto refundido del Impuesto, el establecer normas
definitivas en el Reglamento general del tributo que deberá dictarse.

Se reproducen las normas, o partes de éstas, que contienen los aspectos más
reveladores de esta orden:
II.- Censo de explotaciones
Norma 5.ª 1. Con el fin de formar el Censo de explotaciones, estarán obligados a presentar una
declaración comprensiva de las características de sus bienes y actividades.
a) Los contribuyentes por cuota fija cuya suma de bases imponibles (…) exceda de cien mil
pesetas.
b) Los arrendatarios (…) si la suma de bases imponibles de todas las fincas o parcelas que
tengan arrendadas y de su ganado escedan de cien mil pesetas.
c) Las Sociedades y de más Entidades (…) que posean bienes o tengan arrendados (…)
d) Aquellas perosnas a quienes la Administración tributaria requiera para ello.

Norma 8.ª 1. Las declaraciones a que se refieren las normas precedentes serán remitidas a la
Inspección del Tributo, que vigilará el cumplimiento de estas obligaciones, incoando las actas de
inclusión pertinentes en el caso de falta de presentación de las mismas (…)
V.- Regimen de estimación objetiva y Juntas mixtas
Norma 11. Las Juntas mixtas de funcionarios y contribuyentes (…) estarán constituidas por:
A. Un Presidente, cuyo nombramiento recaerá en el Subdelegado de Hacienda, el
Administrador de Tributos o un Vocal permanente de la Junta de Jefes.
B. Los Vocales representantes de la Administración que serán: Un Inspector diplomado de los
tributos en servicio de Inspección, que actuará como Ponente, y un Ingeniero Agrónomo o
de Montes al servicio de la Hacienda Pública, como colaborador técnico permanente, en
todo caso. Cuando así se estime convenienrte, se ampliará su número con los funcionarios
Inspectores o Técnicos facultativos que se consideren precisos(…)
C. Los Vocales contribuyentes, en número igual al de representantes de la Administración.
D. Un Secretario funcionario de la Delegación de Hacienda (…)
Norma 23. 4. El Ponente será el encargado de realizar los estudios económicos e investigaciones
necesarias para proponer los módulos de estimación e índices correctores, atendiendo debidamente a
la colaboración técnica del Ingeniero miembro de la Junta (…)

274
5. Los Ingenieros Agrónomos y de Montes al Servicio del Ministerio de Hacienda colaborarán
permanentemente en los trabajos a realizar, asesorando a la Junta en todas aquellas materias en las
que se requiera los conocimientos facultativos de su carrera.
En cumplimiento de los acuerdos de las Juntas, realizarán o darán instrucciones precisas a los
facultativos de Grado Medio a sus órdenes para que realicen aquellas visitas de campo que permitan
conocer en su momento adecuado las auténticas características de cada campaña agraria o ganadera
(…)
Norma 24. 3. Normalmente, y para poder conocer debidamente la situación de los cultivos
podrán ordenar (las Juntas) las visitas a las fincas por el personal técnico facultativo, en las épocas y
momentos que se estime conveniente, de acuerdo con lo prevenido en el apartado 5 de la norma
anterior (…)
VIII.- Determinación de la base imponible
Norma 41. 1. Para obtener la base imponible en el régimen de estimación objetiva las
Administraciones de tributos aplicarán a las carácterísticas y unidades de producción de cada
explotación los módulos e índices de corrección fijados en las Juntas mixtas o por los Jurados
Tributarios (…)
Norma 43. 1. La base imponible de las explotaciones cuyos sujetos pasivos hubiesen optado por el
régimen de estimación directa, se deducirá de sus apuntes contables (…)
Norma 44. En todo caso, la determinación de las bases imponibles corresponde a la
Administración de Tributos, la que podrá solicitar cuantos datos e informes precise, tanto del
Servicio de Inspección como del de Asistencia Técnica Tributaria (…)
XI.- Desgravación por inversiones
Norma 50. 1. Los beneficios tributarios correspondientes a la desgravación por inversiones se
concederán a solicitud del interesado, que presentará (…) una Memoria y proyecto valorado de las
inversiones a efectuar (…)
Norma 51. 1. Las Administraciones de Tributos recibirán las solicitudes, Memorias y proyectos y
las pasarán al Servicio de Inspección para que conjuntamente con el de Asistencia Técnica
Tributaria, emitan informe y propongan la concesión total o parcial de los beneficios solicitados o la
denegación de los mismos.

No fue bien recibida esta Orden por parte de los facultativos del Catastro,
especialmente por los Ingenieros que perdían el protagonismo que habían ostentado en la
revisión de las riquezas imponibles superiores a 170.000 pesetas, establecida por la Ley de
26 de diciembre de 1957, desarrollada por la Orden de 11 de febrero de 1958 (Regla 3.ª) y
la Circulara de 20 de febrero de 1958 (2.ª y 7.ª), que les otorgaba el carácter de inspectores
de los tributos y les asignaba la dirección de los trabajos y la propuesta de coeficientes de
corrección de las riquezas imponibles. Según dispone la Orden de 29 de diciembre de 1965
el protagonismo en esta ocasión se atribuye a la Administración de Tributos y a la
Inspección de los Tributos. Especialmente sensibilizados se sintieron los ingenieros al
conocer la composición de las Juntas mixtas, de las que sería Vocal un Ingeniero, que
actuaría como colaborador técnico permanente, al tiempo que el otro Vocal, un Inspecto
diplomado de los Tributos, sería el Ponente de la Junta. El cargo de Presidente se reservaba
para los “pura sangre de Hacienda”, el Subdelegado, el Administrador de Tributos o un
Vocal permanente de la Junta de Jefes.

En cuanto a los Peritos, la situación en teoría difería poco del caso anterior
(revisiones de 170.000 ptas.) fueron, de forma fundamental, comprobaciones de campo en
las que, generalmente, los ingenieros se sentían menos seguros o les resultaban incomodas
de realizar. En la práctica, al ser muy superior en este caso el volumen de trabajo, las
actuaciones de los facultativos de Grado Medio se incrementaron, sobre todo en la
comprobación de inversiones desgravables. En cualquier caso la variedad y cantidad de
trabajos realizados por estos técnicos, al no estar reglamentada de forma precisa, resultó
muy heterogénea de unas provincias a otras, dependiendo del número de explotaciones
afectadas y criterio del correspondiente Ingeniero-Jefe.

275
El 27 de mayo de 1966, Antonio Garrido, Vocal de Catastro en la Junta Directiva
de la Asociación Nacional de Peritos Agrícolas del Estado, dirige una comunicación a los
Peritos Agrícolas y Ayudantes de Montes del Catastro para comunicarles una buena
noticia: el día anterior el Comité de la Inspección había aprobado las remuneraciones de
estos facultativos. Seguidamente cuantifica el importe medio de estas remuneraciones para
Peritos (266.000 pesetas anuales) e Ingenieros (365.000) y valora de esta manera la noticia:

Esto de momento es satisfactorio:


1º. Por haber entrado en el Comité de la Inspección que es un coto cerrado y sobre todo
teniendo en cuenta que no pertenecemos al Ministerio de Hacienda y por lo tanto al estar
dentro del Comité podemos disfrutar de todo lo que éste acuerde para los Cuerpos del
Ministerio.
2º. Por haber roto la injusticia de la proporción entre el Ingeniero y Perito.

Sin tener un conocimiento previo de la forma en que funcionaban las retribuciones


de los funcionarios en aquellos tiempos resulta imposible de entender la importancia de
esta comunicación, pero no cabe duda de que fue doblemente significativa para los
afectados. Primero por la mejora económica que les supuso y en segundo lugar por el
hecho de haber entrado en el Comité de la Inspección que es un coto cerrado, como decía
Garrido en su comunicación, y que significó un primer paso para la integración de estos
facultativos en el seno de la Inspección de los Tributos.

Por Decreto de julio de 1966 se aprueba el tanto tiempo esperado Texto Refundido
de la Contribución Territorial Rústica y Pecuaria, en cuya introducción se hace constar.

El artículo 241 de la Ley 41/1964, de 11 de junio, de Reforma del Sistema Tributario, en su


apartado 1, establece que el Gobierno, previo dictamen del Consejo de Estado, aprobará por Decreto
el texto refundido de los distintos tributos regulados en dicha Ley.
En análogo sentidose pronuncia la Disposición transitoria primera de la Ley 230/1963 de la Ley
230/1963, de 28 de diciembre, denominada Ley General Tributaria (…)
La orientación citada constituye una necesidad imperiosa en tributos que, como la Contribución
Territorial Rústica, se han desarrollado a lo largo de un siglo sin que se haya efectuado una
refundición de los preceptos que la regulan (…)
La circunstancia, además, de hallarse involucrados en gran parte en el ordenamiento jurídico de
esta Contribución, preceptos específicamente tributarios y técnicos relativos a la formación y
conservación del Catastro de la Riqueza Rústica constituía una dificultad más a resolver para llegar
a una precisa diferenciación y delimitación de las respectivas normas.

El Título II del Texto Refundido está dedicado a la Cuota Proporcional y ésa es su


denominación, comprende cinco capítulos y veinticinco artículos pero pocas novedades
aporta con relación a lo establecido sobre esta cuota tributaria. Entre éstas cabría destacar:

Art. 42. 2. El Ministerio de Hacienda podrá disponer de acuerdo con normas objetivas y con la
antelación debida, la exclusión del régimen de estimación objetiva de aquellas explotaciones
agrícolas, forestales, ganaderas o mixtas cuya base imponible por cuota fija supere el límite de
400.000 pesetas

La Orden de 20 de octubre de 1969, sobre Constitución de Juntas mixtas, de alguna


manera vino a dar satisfacción al “contencioso” de los Ingenieros de Catastro a
consecuencia del tratamiento recibido en la Orden de 29 de diciembre de 1965:

1.º Las Juntas mixtas de funcionarios y contribuyentes que reglamentariamente deban constituirse
a partir de la publicación de esta Orden (…) tendrán la siguiente composición:

276
A. Un Presidente, cuyo nombramiento recaerá, sobre el Jefe del Servicio Provincial del
Catastro, o sobre el Ingeniero de dicho Servicio en quien aquél delegue.
B. Los Vocales representantes de la Administración, que serán:
Un Inspector diplomado de los Tributos, que actuará como Ponente, y los funcionarios
inspectores o técnicos facultativos que se consideren precisos (…)
3.º Queda derogada la norma 11 de la Orden ministerial de 29 de diciembre de 1965.

Un paso más en el logro de competencias con relación a la Cuota Proporcional por


parte de los facultativos del Catastro, especialmente los Ingenieros, se obtendría a través de
la Orden de 28 de octubre de 1974 del Ministerio de Hacienda, que dispone:

5.º (…) Respecto de las explotaciones sometidas a la Cuota Proporcional de la Contribución


Territorial Rústica en régimen de estimación directa, las funciones de inspección, comprobación e
investigación se realizarán también por los Ingenieros de Montes al Servicio de la Hacienda Pública
e Ingenieros Agrónomos adscritos a este Ministerio, por sí solos o con la asistencia de los Ayudantes
de Montes y Peritos Agrícolas.

Aunque queda fuera del contexto temporal de este capítulo, para completar el ciclo
de la Cuota Proporcional se hace necesaria la referencia a una Ley tan importante como la
de 8 de septiembre de 1978, núm. 44/78, Reguladora del Impuesto sobre la Renta de las
Personas Físicas:
Disposiciones transitorias
1.ª 1. A partir del 1 de enero de 1979:
a) Se suprimen los siguientes impuestos: (…) La cuota proporcional de la Contribución
Territorial Rústica y Pecuaria (…)
b) Se transforman en tributos locales de carácter real:
La cuota fija de la Contribución Territorial Rústica y Pecuaria.
La Contribución Territorial Urbana.

Esta Disposición transitoria resultaría trascendental para el Catastro pues, de una


parte significó el “responso” de la Cuota Proporcional y, de otra, la transformación de la
Cuota fija de la Contribución en un tributo local de carácter real sería la causa última que
determinaría los profundos cambios que habían de producirse en la institución catastral en
los siguientes años.

2.3. REORGANIZACIÓN DEL MINISTERIO DE HACIENDA. LA INSPECCIÓN


CATASTRAL.

Por Decreto de 11 de marzo de 1971 se aprueba la reorganización del Ministerio de


Hacienda, que produciría importantes cambios en el Catastro. Se copian los aspectos de
esta reforma que tuvieron repercusión en éste:

Artículo 1.º Se crean en el Ministerio de Hacienda dos Direcciones Generales que se denominarán
de Impuestos y de Inspección e Investigación Tributarias suprimiéndose las actuales de Impuestos
Directos y de Impuestos Indirectos.
Art. 2.º 1. La Dirección General de Impuestos (…) estará integrada por los siguientes órganos:
a) Subdirección General de Imposición Inmobiliaria (…)
3. La Subdirección General de Imposición Inmobiliaria tendrá a su cargo la gestión de los
tributos que recaigan sobre los rendimientos de la propiedad inmobiliaria, y de las explotaciones
agrícolas, ganaderas y forestales, la formación y conservación de los catastros y censos urbanos y
agrarios y los trabajos de planimetría y fotografía con ellos relacionados (…)

277
Art. 5.º 1. La Dirección General de Inspección e Investigación Tributarias quedará integrada por
los siguientes órganos:
a) Subdirección General de Inspección Inmobiliaria (…)
2. La Subdirección General de Inspección Inmobiliaria tendrá a su cargo las funciones de
estimación o valoración en capital y en renta de la propiedad inmobiliaria y de las explotaciones
agropecuarias y forestales.
Art. 8.º (…) Las Abogacías del Estado y las Oficinas Liquidadoras de Distrito Hipotecario darán
cuenta a las respectivas Administraciones de Impuestos Inmobiliarios (…) de todas las
transmisiones de dominio, arrendamientos y declaraciones de obra nueva relativos a bienes
inmuebles, contenidos en los documentos presentados a liquidación de los Impuestos Generales
sobre las Sucesiones y sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados (…) y
valor que hubiera servido de base imponible por aquellos tributos.
Por su parte las Administraciones de Impuestos Inmobiliarios facilitarán a las referidas Oficinas
Liquidadoras (…) los valores en venta y renta de los bienes inmuebles, y que puedan ser utilizados
como medios de comprobación de valores (…)
Art. 10. (…) 3. Las Inspecciones de los tributos actuarán mediante Unidades funcionales
especializadas por materias imponibles (…)
4. Las Unidades funcionales especializadas se constituirán con arreglo a las siguientes materias
imponibles: a) Propiedad inmobiliaria de explotaciones agropecuarias y forestales (…)
Art. 11 (…) 2. Las Unidades funcionales especializadas estarán integradas por funcionarios de
los Cuerpos especiales de la Inspección de los Tributos y demás facultativos al servicio o adscritos
al Ministerio de Hacienda (…)
3. Sin perjuicio de la adscripción de Cuerpos especiales al servicio de la Hacienda Pública y de los
Ingenieros Agrónomos y Peritos Agrícolas destinados al Ministerio de Hacienda (…)

El Decreto de 11 de marzo de 1971, de reorganización del Ministerio de Hacienda,


supuso un paso adelante en el proceso de integración de los facultativos del Catastro en la
estructura de la Inspección de los Tributos, al tiempo que significó una importante mejora
en sus retribuciones. Quedó establecida una doble dependencia para estos funcionarios:

a) De la Dirección General de Impuestos, a través de la Subdirección General de


Imposición Inmobiliaria, en cuanto a los trabajos puramente catastrales: formación y
conservación de los catastros y censos agrarios y los trabajos de planimetría y
fotografía con ellos relacionados.

b) De la Dirección General de Inspección e Investigación Tributarias, a través de la


Subdirección General de Inspección Inmobiliaria, en las funciones de estimación o
valoración en capital y en renta de la propiedad inmobiliaria y de las explotaciones
agropecuarias y forestales.

En cuanto a las Unidades funcionales especializadas, coloquialmente Ufes, al


menos las relacionadas con la propiedad inmobiliaria, no pasaron de ser algo testimonial
y, en algunos casos, sus actuaciones no superaron el acto formal de su constitución.

Por el contrario, resultó trascendental para los facultativos del Catastro su


participación en la valoración de bienes inmuebles para la liquidación de los Impuestos de
Sucesiones y Transmisiones Patrimoniales, que a partir de su establecimiento efectivo
ocupó una parte importante de la actividad de estos funcionarios y de sus emolumentos y
duró hasta el momento en que estos impuestos fueron cedidos a las Comunidades
Autónomas.

Dos disposiciones dictadas el año 1974 habrían de reforzar notablemente la


integración de los facultativos del Catastro en la Inspección de los Tributos:

278
La Orden de 28 de octubre de 1974 del Ministerio de Hacienda, que desarrolla el
Decreto de 30 de mayo, de reorganización de la Inspección Tributaria y creación de la
Financiera, dispone:

5.º (…) Las funciones de Inspección, comprobación e investigación de la Contribución Territorial


Urbana corresponderán al Cuerpo de Arquitectos al Servicio de la Hacienda Pública por sí solos o
asistidos por los funcionarios del Cuerpo de Aparejadores al Servicio de la Hacienda Pública.
Las mismas funciones respecto de la Cuota Fija de la Contribución Territorial Rústica y Pecuaria
se realizarán por los funcionarios de los Cuerpos de Ingenieros de Montes al Servicio de la Hacienda
Pública y los Ingenieros Agrónomos adscritos a este Ministerio por sí solos o asistidos por los
Ayudantes de Montes y Peritos Agrícolas.
Respecto de las explotaciones sometidas a la Cuota Proporcional de la Contribución Territorial
Rústica en régimen de estimación directa, las funciones de inspección, comprobación e
investigación se realizarán también por los Ingenieros de Montes al Servicio de la Hacienda Pública
e Ingenieros Agrónomos adscritos a este Ministerio, por sí solos o con la asistencia de los Ayudantes
de Montes y Peritos Agrícolas (…)
9.º Los servicios y actuaciones de comprobación de valores y tasaciones periciales a efectos
fiscales, se efectuarán (…)
E) Con referencia a los bienes o propiedades inmobiliarios de naturaleza rústica, por funcionarios
de los Cuerpos de Ingenieros de Montes al Servicio de la Hacienda Pública, Ayudanes de Montes al
Servicio del Ministerio de Hacienda e Ingenieros Agrónomos y Peritos Agrícolas adscritos a este
Ministerio.

Por Decreto de 21 de diciembre de 1974 el Ministerio de Hacienda modifica su


organización y regula funciones inspectoras:

Art. 2.º La Inspección de los tributos, con las funciones que tiene atribuidas, será desempeñada por
los Cuerpos de Arquitectos, Aparejadores, Ayudantes de Montes, Ingenieros Industriales, Ingenieros
de Minas, Ingenieros de Montes e Intendentes al servicio de la Hacienda Pública, y de Inspectores
Técnicos Fiscales del Estado, Inspectores de los Tributos y de Técnicos de Aduanas, así como por
los Ingenieros Agrónomos y Peritos Agrícolas adscritos al Ministerio de Hacienda, correspondiendo
a todos ellos las demás funciones de gestión y asistencia técnico-económica de carácter tributario
que les competen.

De modo similar a como se hizo en el caso de la Cuota proporcional, se completará


este apartado relativo a la Inspección catastral durante la vigencia de las Contribuciones
Territoriales, con normas que quedan fuera del ámbito temporal de este Capítulo.

El Real Decreto 939/1986, de 25 de abril, aprueba el Reglamento General de la


Inspección de los Tributos que, tras más de veintidós años, daba cumplimiento a lo
previsto en la Ley General Tributaria.

La Orden de 7 de noviembre de 1986, desarrolla el Reglamento General de la


Inspección de los Tributos, en el ámbito de la competencia del Centro de Gestión y
Cooperación Tributaria.

Dispone:
Artículo 1º. Órganos con atribuciones propias de la Inspección de los Tributos.
(…) en el ámbito de la competencia del Centro de Gestión y Cooperación Tributaria, son ejercidas
por los siguientes órganos:
a) En la esfera central (…) por la Subdirección General de Catastros, Gestión e Inspección de
Tributos Inmobiliarios (…)
b) En la esfera de la Administración Periférica de la Hacienda Pública (…) por las Áreas de
Inspección de las Gerencias Territoriales (…)
Artículo 3º. Las Áreas de Inspección de las Gerencias Territoriales (…).

279
Corresponde a estas unidades desarrollar cuantas funciones recoge el artículo 2.º del Regalmento
General de la Inspección de los Tributos, con relación a las Contribuciones Territoriales Rústica y
Pecuaria y Urbana, para cuyo cumplimiento ostentan cuantas atribuciones reconoce a la Inspección
el ordenamiento jurídico vigente.
Artículo 4º. Criterios de actuaciones inspectoras:
(…) 4. Las actuaciones de la Inspección de los Tributos deben ser ordenadas y dirigidas por los Jefes
de Unidad Inspectora y serán practicadas bien directamente por aquéllos o bien por los Jefes de
Sección Inspectora de tales unidades (…)
Artículo 5º. Puestos de trabajo que suponen el desempeño de funciones inspectoras.
(…) sólo los funcionarios públicos que desempeñen los puestos de trabajo, a que se refiere el
artículo 4 de esta Orden tienen las atribuciones y facultades propias de la Inspección de los Tributos
a los efectos de realizar las actuaciones inspectoras, documentar sus resultados y dictar las
liquidaciones u otros actos administrativos que procedan, según las tareas propias de cada puesto de
trabajo (…)
Artículo 11. Firma de las diligencias y actas.
(…) serán suscritas por los Jefes de Unidad o Sección Inspectora que practiquen las actuaciones.

Finalmente, por Resolución de 8 de septiembre de 1987 de la Dirección General del


Centro de Gestión Catastral y Cooperación Tributaria se aprueba la tarjeta de identidad del
personal inspector en el ámbito del Centro.

280
XIII. DE LOS CONSORCIOS A LA DIRECCIÓN GENERAL DEL CATASTRO.
EL IBI

1. LEY 44/1978, DE 8 DE SEPTIEMBRE, DE I.R.P.F.

Ley de 8 de septiembre de 1978, núm. 44/78, de Normas reguladoras del Impuesto


sobre la Renta de las Personas Físicas:

Disposiciones transitorias
1.ª 1. A partir del de enero de 1979:
a) Se suprimen los siguientes impuestos:
La cuota proporcional de la Contribución Territorial Rústica y Pecuaria (…)
b) Se transforman en tributos locales de carácter real:
La cuota fija de la Contribución Territorial Rústica y Pecuaria.
La Contribución Territorial Urbana.

La historia del Catastro, como se ha tenido ocasión de comprobar en el presente


trabajo, siempre estuvo condicionada por el impuesto territorial, cuyos hitos más
destacados fueron marcados por los siguientes textos legales:

- Ley de 24 de mayo de 1845. Reforma tributaria de Mon:

Art. 2.º Se establece (…) una contribución de repartimiento sobre el producto líquido de los bienes
inmuebles y del cutivo y la ganadería.

- Ley de 23 de marzo de 1906. Del Catastro Parcelario.

Art. 39. La Contribución de inmuebles, cultivo y ganadería, que actualmente es de cupo fijo para
el Estado, se declarará de cuota a medida que se apliquen los avances catastrales.
Art. 40. La misma Contribución de inmuebles cultivo y ganadería que comprende en la actualidad
las riquezas rústica, urbana y pecuaria, se denominará en lo sucesivo “Contribución Territorial”,
dividiéndose en riqueza rústica y riqueza urbana (…)

- Decreto 23 de julio de 1966. Aprueba el Texto Refundido de la Contribución


Territorial Rústica y Pecuaria.

Art. 1.º 1. La Contribución Territorial Rústica y Pecuaria (…) constituye un impuesto a cuenta de
los generales sobre la renta total de las personas físicas o de las sociedades.

A partir de 1979 el Estado pierde la titularidad de las Contribuciones Territorial al


transformarse en un tributo local. Este cambio, sustancial en el tributo, no tardaría en
provocar el nacimiento de los Consorcios, dado que las Corporaciones Locales tenían todo
el derecho a participar en la gestión de un tributo del que eran titulares y, en contrapartida,
debían asumir la obligación de contribuir a los gastos de funcionamiento del órgano gestor.
Como podrá verse en el siguiente capítulo, este cambio habría de ser decisivo para el
Catastro.

281
2. REALES DECRETOS DE 13 DE JUNIO DE 1980. LOS CONSORCIOS

La creación y organización de los Consorcios se llevó a efecto a través de dos


decretos:

Real Decreto 13 junio 1980, núm. 1365/80. Competencias y estructura de los


Consorcios para la gestión e inspección de las Contribuciones Territoriales:

Artículo 1.º La colaboración de las Corporaciones locales con el Estado en la gestión de las
Contribuciones Territoriales Rústica y Pecuaria y Urbana se realizará a través de los Consorcios para
la gestión e inspección de las Contribuciones Territoriales.
Art. 2.º (…) 2. El Consorcio como Organismo autónomo de la Administración del Estado (…)
Art. 3.º El Consorcio tendrá competencia para:
a) La realización de los trabajos técnicos de formación, conservación de los catastros rústicos
y urbanos.
b) La gestión e inspección de las Contribuciones Territoriales Rústica y Pecuaria y Urbana.
c) La colaboración en la realización de las valoraciones inmobiliarias a efectos de tributos
locales (…)
Art. 5.º El Consorcio se estructura en los siguientes órganos:
a) Consejo de Dirección.
b) Gerente.
II. El Consejo de Dirección
Art. 6.º El Consejo de Dirección estará formado paritariamente por representantes de la Hacienda
Estatal y de los Ayuntamientos y será presidido por el Delegado de Hacienda (…)
Art. 7.º 1. En general, representarán a la Hacienda estatal en el Consejo de Dirección:
A. El Subdelegado de Hacienda (…) funciones de gestión o, en su defecto, el Jefe de la
dependencia de relaciones con los contribuyentes (…)
B. El Subdelegado de Hacienda (…) funciones de inspección o, en su defecto, el Jefe de la
dependencia de la Inspección de Hacienda.
C. Un funcionario del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo (…)
D. Un funcionario del Ministerio de Agricultura (…)
Art. 8.º 1. En general, las Corporaciones municipales estarán representadas en el Consejo de
Dirección por los siguientes miembros:
a) Un representante de la Diputación Provincial o de las Mancomunidades Interinsulares o de
los Cabildos (…)
b) Un representante del Ayuntamiento de la capital de la provincia (…)
c) Tres representantes más designados según el procedimiento que se señala (…)
Art. 10. 1. También formarán parte del Consejo de Dirección del Consorcio, con voz pero sin voto,
el Gerente y los Jefes de los servicios facultativos a que se refiere el art.º 16. 1 B) y C) (…)
4. Actuará de Secretario de actas el Jefe de la Sección de Asuntos Generales (…)
Art.º 12. Corresponde al Consejo de Dirección del Consorcio:
A. Estudiar y aprobar los planes y programas de actuación (…)
B. Controlar la ejecución de los citados planes y programas.
C. Aprobar los cuadros de tipos evaluatorios (…)
D. Aprobar los valores tipo de la construcción y básicos del suelo y sus índices correctores.
E. Dictar el acuerdo de delimitación del suelo sujero a Contribución Territorial Urbana.
F. Aprobar la previsión de los gastos de inversión y funcionamiento del Consorcio.
G. Nombramiento y remoción del Gerente y las jefaturas de unidades administrativas.
H. Ser el órgano de comunicación con la Delegación de Hacienda y Corp. Locales.
I. Dirigir, impulsar y controlar la actuación del Gerente.
J. Proponer la fijación de las plantillas de personal.
K. Proponer la contratación de terceras personas de trabajos concretos o (…)
L. Vigilar el cumplimiento de las normas reguladoras de las Contribuciones Territoriales.
M. Autorizar a los Ayuntamientos interesados para la realización de los trabajos a que se
refiere el artículo veinte siguiente.

III. La Gerencia

282
Art. 13. 1. El Gerente tendrá el mismo nivel orgánico de los Subdelegados de Hacienda, será
designado libremente por el Consejo de Dirección y recaerá su nombramiento en un funcionario de
los Cuerpos superiores de la Administración Pública que preste sus servicios en el Ministerio de
Hacienda (…)
Art. 15. Corresponde al Gerente del Consorcio:
A. Proponer al Consejo de Dirección los planes y programas de actuación (…)
B. Ejecutar los citados planes y programas de actuación (…)
C. Elevar al Consejo de Dirección (…) las propuestas de cuadros de tipos evaluatorios.
D. Elevar al Consejo de Dirección las propuestas de resolución de recursos de reposición.
E. Confeccionar la previsión de los gastos de inversión y funcionamiento del Consorcio.
F. Dirigir los servicios administrativos del Consorcio.
G. Dirigir, impulsar y coordinar la gestión de las Contribuciones Territoriales (…)
H. Elevar al Consejo de Dirección la propuesta de plantilla de funcionarios (…)
I. Autorizar los gastos de inversión y funcionamiento del Consorcio y rendir cuentas (…)
J. Tramitar los acuerdos del Consejo de Dirección.
K. Custodiar los catastros rústicos y urbanos y la documentación que los integra (…)
L. Vigilar y fiscalizar todas las dependencias a su cargo.
M. Desempeñar la jefatura órganica superior de todo el personal del Consorcio (…)
N. Elevar anualmente al Consejo de Dirección una Memoria (…)
O. Realizar las demás funciones que el Consejo de Dirección del Consorcio le atribuya.
Art. 16. 1. La Gerencia estará constituida por los siguientes servicios:
a) Servicio de Gestión Tributaria.
b) Servicio de Catastro y Valoración de Rústica.
c) Servicio de Catastro y Valoración de Urbana.
2. Directamente dependiente del Gerente existirá una Sección de Asuntos Generales.
Art. 18. El Servicio de los Catastros y Valoración de Rústica tendrá a su cargo las siguientes
funciones, referidas a la correspondiente Contribución Territorial:
A. Las previstas en el artículo ciento cuarenta de la Ley General Tributaria295
B. Las facultativas y de valoración de bienes, derechos y actividades, así como las de
confección, conservación de los catastros rústicos (…)
C. Informar los recursos que se interpongan contra la aplicación individualizada de los tipos
evaluatorios.
D. Elaborar las propuestas de resolución por el Consejo de Dirección de los recursos de
reposición contra la aprobación de los cuadros de tipos evaluatorios(…)
IV. Normas relativas al personal
Art. 24. 1. La plantilla orgánica del personal del Consorcio será cubierta por funcionarios del
Ministerio de Hacienda y de las Corporaciones locales, que permanecerán en servicio activo, sin que
esta adscripción pueda representar ninguna alteración o perjuicio en su situación funcionarial, y en
su defecto, por personal contratado temporalmente.
2. Los puestos de trabajo que integran la plantilla de los Consorcios son puestos de plantilla de la
respectiva Delegación de Hacienda y de los Ayuntamientos, según se trate de funcionarios de una u
otra procedencia (…)
V. Régimen económico
Art. 26. 1. Los gastos de gestión y funcionamiento del Consorcio se satisfarán a partes iguales por
el Estado y los Ayuntamientos (…)
VI. Coordinación
Art. 28. La coordinación de los valores de los bienes (…) se realizará por el Ministerio de
Hacienda a través de la Inspección Central y de las Delegaciones de Hacienda Especiales con la
colaboración de los Ayuntamientos que se determine reglamentariamente.
VII. Disposición adicional
1. Los puestos de trabajo integrantes de la plantilla orgánica de los Consorcios adscritos a
funcionarios con título de Escuela Técnica Superior o de Grado Medio, serán incompatibles con el
ejercicio de cualquier actividad pública o privada retribuida.
2. Los funcionarios afectados podrán optar voluntariamente por desempeñar estos puestos de
trabajo u otros distintos de la Delegación de Hacienda correspondiente.

295
Funciones que corresponden a la inspección de los tributos, como investigación de los hechos imponibles
para el descubrimiento de los que sean ignorados por la Administración y practicar las liquidaciones
tributarias resultantes de las actuaciones de comprobación e investigación.

283
Real Decreto de junio 1980, núm. 1373/80. Creación de los Consorcios para la
gestión e inspección de las Contribuciones Territoriales:

Artículo 1.º Con el ámbito espacial que se indican se crean los siguientes “Consorcios para la
gestión e inspección de las Contribuciones Territoriales”:
a) En Madrid, capital; Sevilla, capital y Valencia, capital; cuyo ámbito territorial se
circunscribe al de sus municipios respectivos.
b) En las provincias de Madrid, Sevilla y Valencia, cuyo ámbito territorial será el de la
respectiva provincia, excluido el municipio de la capital.
c) En las demás provincias, excepto en las de Cataluña, a las que se refiere el artículo
siguiente, y en las del País Vasco, cuyo ámbito territorial se circunscribe al de sus
respectivas Delegaciones de Hacienda.
d) En Cartagena, Gijón, Jerez de la Frontera, Vigo, Ceuta y Melilla, cuyo ámbito territorial se
circunscribe al de sus Delegaciones Provinciales de Hacienda.
Art. 2.º En Cataluña, de acuerdo con lo prevenido en la disposición transitoria segunda del
Estatuto de Cataluña (…) se crean con carácter provisional los siguientes “Consorcios para la
gestión e inspección de las Contribuciones Territoriales” con el ámbito espacial que se indica:
a) En Barcelona, capital, cuyo ámbito espacial se circunscribe al de la Entidad municipal
metropolitana de Barcelona.
b) En la Provincia de Barcelona, cuyo ámbito territorial será el de su provincia (…)
c) En las provincias de Gerona, Lerida y Tarragona, cuyo ámbito territorial se circunscribe al
de las correspondientes Delegaciones Provinciales de Hacienda.

Para los facultativos del Catastro la creación de los Consorcios supuso un


contratiempo. El Decreto 1365/80 era suficientemente revelador sobre el cambio que se
iniciaba, si en su artículo 1.º se establecía como fin de los Consorcios “la colaboración de
las Corporaciones locales con el Estado en la gestión de las Contribuciones”, el artículo 3.º,
al relacionar las competencias de los nuevos organismos, incluía las puramente catastrales
(formación, conservación y revisión de los catastros), las de Inspección (que tan caras
habían resultado de adquirir) y las de valoración (que abrieron nuevos campos de actuación
su supusieron mejoras retributivas). En principio la nueva situación podía interpretarse
como que nada cambiaba para los facultativos afectados, pero la realidad iba a suponer
mucho más que un cambio de nombre en el Órgano. La Disposición adicional del Decreto
1365/80 les asestaría un golpe bajo al establecer la incompatibilidad absoluta para el
ejercicio de cualquier actividad retribuida, que les privaba del ejercicio de su título
profesional.

En particular, para los Cuerpos de Ingenieros y Arquitectos la asignación de la


Gerencia a “un funcionario de los Cuerpos superiores de la Administración Pública que
preste sus servicios en el Ministerio de Hacienda”, que además tendría “el mismo nivel
orgánico de los Subdelegados de Hacienda” abrió una nueva expectativa de promoción que
no dudaron en aprovechar, utilizando todos los resortes a su alcance para copar el máximo
de cargos de esta naturaleza.

La incorporación de funcionarios facultativos del Catastro a los Consorcios se


reguló a través de la Orden de 16 de septiembre de 1981:

Artículo 1.º La incorporación de funcionarios del Ministerio de Hacienda con título de Escuela
Técnica Superior o de Grado Medio a los Consorcios (…) mediante el ejercicio de la opción a que se
refiere la Disposición adicional del Real Decreto 1365/1980, se realizará con sujeción a los
requisitos establecidos en la presente Orden.
Art. 2 (…) se formalizará mediante escrito dirigido al Delegado de Hacienda de que dependa el
Funcionario interesado.

284
Por tanto, para continuar en el Catastro, “su casa de toda la vida” que ahora se
llamaba Consorcio, debían suscribir una declaración en la que lo hacían constar y
aceptaban la incompatibilidad. Como consecuencia de lo dispuesto en la Disposición
adicional del Decreto 1365/80, hecho efectivo a través de esta Orden, un número
considerable de facultativos (especialmente peritos) solicitaron su transferencia a las
Consejerías de Hacienda de sus respectivas comunidades autónomas, para realizar las
funciones de valoración de inmuebles a los efectos de los impuestos de sucesiones y
transmisiones patrimoniales cedidos a las mismas.

3. LEY 50/1984, DE 30 DE DICIEMBRE, DE PRESUPUESTOS DEL ESTADO. EL


CENTRO DE GESTIÓN Y COOPERACIÓN TRIBUTARIA.

Cuatro años y medio de vida tendrían los Consorcios, organismos artónomos de la


Administración del Estado. Sesenta y cinco organismos de esa naturaleza pudieron ser
demasiados en número y variados los criterios que se aplicaron en su funcionamiento.

La Ley de 30 de diciembre de 1984, de aprobación de los Presupuestos Generales


del Estado para 1985, dispone:

TÍTULO VII
Supresión y refundición de Organismos Autónomos
CAPÍTULO I
Supresión de Organismos
Artículo ochenta y cinco.- Enumeración de los Organismos afectados.
(…), el Gobierno procederá a lo largo del ejercicio de 1985 a la supresión de los siguientes
Organismos Autónomos que para cada Departamento se señalan:
(…) c) Los siguientes Consorcios para la Gestión e Inspección de las Contribuciones Territoriales:
( se enumeran, uno por uno, los sesenta y cinco Consorcios)
CAPÍTULO II
Refundición y asunción de funciones de Organismos Autónomos suprimidos
Artículo ochenta y siete.- Enumeración de los Organismos creados por refundición. (…)
1. El Centro de Gestión y Cooperación Tributaria asumirá la totalidad de las funciones de los 65
Consorcios para la Gestión e Inspección de las Contribuciones Territoriales, cuya supresión se
dispone en el artículo 85 de esta Ley (…). Este Organismo Autónomo tendrá carácter administrativo
y estará adscrito al Ministerio de Economía y Hacienda, disponiendo de los servicios periféricos que
fueren precisos para el desempeño de sus funciones (…)

La regulación del Centro de Gestión y Cooperación Tributaria, nuevo Organismo


Autónomo de la Administración del Estado, se llevó a efecto a través del Real Decreto de
24 de julio de 1985, núm. 1279/85, que dispone:
Artículo 1. Naturaleza, clasificación y régimen jurídico.
El Centro de Gestión y Cooperación Tributaria es un Organismo autónomo del Estado, de carácter
administrativo, con personalidad jurídica y patrimonio propios, adscrito al Ministerio de Economía y
Hacienda (…)
Art. 2. Funciones.
Las funciones del Centro son:
1. La gestión e inspección de las Contribuciones Territoriales Rústica y Urbana.
2. La realización de los trabajos técnicos de formación, conservación y revisión de los
Catastros inmobiliarios, rústicos y urbanos.
3. La coordinación de valores y la determinación de los rendimientos de los bienes inmuebles.
4. La dirección, planificación, coordinación, impulso y control de la gestión de los tributos.
5. La elaboración y análisis de informaciones estadísticas relativas a la gestión tributaria.

285
6. La coordinación general de los distintos órganos que constituyen la Administración
Territorial de la Hacienda Pública (…)
Art. 3. Estructura.
1. (…) se estructura en Servicios Centrales y Periféricos.
2. Los Servicios Centrales estarán integrados por:
- La Presidencia.
- El Consejo Superior para la Coordinación de la Administración Territorial.
- La Dirección General.
3. Los Servicios Periféricos del Centro de Gestión y Cooperación Tributaria están integrados
por:
- Los Consejos Territoriales de la Propiedad Inmobiliaria.
- Las Gerencias Territoriales.
Art. 4. Presidencia.
1. La Presidencia del Centro (…) corresponde al Secretario general de Hacienda (…)
Art. 6. Dirección General (…)
3. La Dirección General se estructura en las siguientes unidades con el nivel orgánico de
Subdirección General:
1. La Subdirección General de Administración.
2. La Subdirección General de Catastros, Gestión e Inspección de Tributos Inmobiliarios.
3. La Subdirección General de Gestión Tributaria.
4. La Subdirección General de Coordinación de Medios Personales de la Administración
Territorial.
5. La Subdirección General de Implantación del Impuesto sobre el Valor Añadido (…)
Art. 8. Subdirección General de Catastros, Gestión e Inspección de Tributos Inmobiliarios.
Esta Subdirección General tiene a su cargo la coordinación general de las Gerencias Territoriales
del Organismo, y en particular las siguientes funciones:
1) La dirección, coordinación y seguimiento de la gestión e inspección de las Contribuciones
Territoriales Rústica y Pecuaria y Urbana.
2) La dirección, coordinación y seguimiento de los trabajos técnicos de formación,
conservación y revisión de los Catastros Inmobiliarios, Rústicos y Urbanos, así como el
estudio y propuesta de las normas que habrán de regularlos.
3) La coordinación de valores y rendimientos de los bienes calificados tributariamente de
naturaleza rústica y urbana, con la colaboración de los Ayuntamientos.
4) La relación directa con otros Organismos o Dependencias de las Administraciones Públicas
que tengan atribuidas funciones en materia de tributos inmobiliarios y de catastros.
5) La presidencia, por delegación del Director general del Centro, de las Comisiones
Superiores de Coordinación Inmobiliaria Rústica y Urbana (…)
Art. 12. Consejos Territoriales de la Propiedad Inmobiliaria.
(Se les asignan unas funciones similares a los asignados anteriormente a los Consejos de Dirección
de los Consorcios) (…)
Art. 13. Gerencias
1. Las Gerencias Territoriales son los órganos periféricos ejecutivos del Centro de Gestión y
Cooperación Tributaria, dependientes de las respectivas Delegaciones de Hacienda.
2. A las Gerencias Territoriales les compete la gestión e inspección de las Contribuciones
Territoriales en el ámbito espacial de su competencia, así como también la formación,
conservación y revisión de los Catastros Rústico y Urbano (…)
Art. 14. Normas relativas al personal.
Los puestos de trabajo de los Servicios Centrales del Centro serán cubiertos por funcionarios de la
Administración del Estado. Los puestos de trabajo de los Servicios Periféricos del Centro serán
cubiertos por funcionarios de la Administración del Estado y de las Corporaciones Locales, que
permanecerán en activo.

286
4. REAL DECRETO 222/1987, DE 20 DE FEBRERO. EL CENTRO DE GESTIÓN
CATASTRAL Y COOPERACIÓN TRIBUTARIA

El Centro de Gestión y Cooperación Tributaria no puede decirse que gozara de un


diseño afortunado, así lo prueba su corta vida que en poco superó los dos años. Con su
creación, los anteriores 65 Organismos autónomos llamados Consorcios se habían
integrado en un nuevo Organismo autónomo un tanto heterogéneo, que asumía otras
funciones ajenas a los antiguos Consorcios, aunque de hecho eran las de éstos las
destinatarias fundamentales de sus actuaciones.

La situación volvería a experimentar un nuevo cambio a través del Real Decreto de


20 de febrero de 1987, que establece la estructura orgánica del Ministerio de Economía y
Hacienda:

DISPOSICIONES ADICIONALES
Primera.- Uno. El Centro de Gestión Catastral y Cooperación Tributaria, denominación que
adoptará en el futuro el actual Centro de Gestión y Cooperación Tributaria, es un Organismo
Autónomo del Estado, de carácter administrativo, con personalidad jurídica y patrimonio propio,
adscrito al Ministerio de Economía y Hacienda (…)
Dos.- 1. El Centro de Gestión Catastral y Cooperación Tributaria desarrollará las funciones
encomendadas por el Real Decreto 1279/1985 al Organismo Autónomo Centro de Gestión y
Cooperación Tributaria, en lo referente a:
a) La realización de los trabajos técnicos de formación, conservación y revisión de los
catastros inmobiliarios, rusticos y urbanos.
b) El estudio y coordinación de los sistemas de valoración de los bienes inmuebles.
c) La gestión e inspección de las Contribuciones Territoriales (…)
d) La elaboración y análisis de la información estadística relativa a la tributación de los bienes
inmuebles (…)
Tres.- El Centro de Gestión Catastral y Cooperación Tributaria se estructura en los siguientes
Servicios Centrales y Periféricos:
1. Servicios Centrales:
- La Presidencia.
- El Consejo Superior de la Propiedad Inmobiliaria.
- La Dirección General
2. Servicios Periféricos:
- Los Consejos Territoriales de la Propiedad Inmobiliaria.
- Las Gerencias Territoriales.
Cuatro.- La Presidencia del Centro de Gestión Catastral y Cooperación Tributaria corresponde al
Secretario de Estado de Hacienda (…)
Ocho.- La Dirección General se estructura en las siguientes unidades con el nivel orgánico de
Subdirección General:
- Subdirección General de Administración.
- Subdirección General de Catastros Inmobiliarios Urbanos.
- Subdirección General de Catastros Inmobiliarios Rústicos.
- Subdirección General de Gestión e Inspección de Tributos Inmobiliarios.
- Subdirección General de Informática.
- Subdirección General de Estudios y Estadística.

287
5. REAL DECRETO 689/2000, DE 12 DE MAYO. LA DIRECCIÓN GENERAL DEL
CATASTRO

La situación actual del Catastro quedó definida en el Real Decreto 689/2000, de 12


de mayo, que establece la estructura orgánica básica de los Ministerios de Economía y
Hacienda:
Artículo 2. Estructura básica del Ministerio de Hacienda
El Ministerio de Hacienda se estructura en los siguientes órganos superiores y directivos:
1. La Secretaría de Estado de Hacienda, de la que dependen los siguientes órganos directivos:
(…)
c) La Dirección General del Catastro.

El anterior Real Decreto, que daba fin a un largo período de veinte años durante los
cuales el Catastro se gestionó a través de organismos autónomos, fue desarrollado por el
Real Decreto 1330/2000, de 7 de julio, que dispone:

Artículo 5. Dirección General del Catastro


1. La Dirección General del Catastro tendrá a su cargo las siguientes competencias, que ejercerá
directamente o, en su caso, a través de las Gerencias Regionales o Territoriales:
a) La realización o, en su caso, la dirección, control y coordinación de los trabajos técnicos de
formación, conservación y revisión de los catastros inmobiliarios.
b) El estudio y coordinación de los sistemas de valoración de los bienes inmuebles, la
coordinación de los valores catastrales resultantes y la aprobación de las ponencias de
valores.
c) La elaboración de estudios y propuesta de normas y sistemas relativos a los trabajos de
formación, conservación y revisión de los catastros inmobiliarios.
d) La inspección catastral del Impuesto sobre Bienes Inmuebles en los términos establecidos
en la Ley 39/1988, de 28 de diciembre, Reguladora de las Haciendas Locales.
e) La dirección y coordinación de los servicios de información y asistencia a los ciudadanos,
la gestión y disponibilidad de las bases de datos catastrales como servicio público, la
implantación de los sistemas de mejora continua de la calidad del servicio y la custodia y
mantenimiento de los archivos catastrales.
f) La realización de estudios inmobiliarios y la elaboración y el análisis de la información
estadística contenida en los catastros inmobiliarios y la relativa a la tributación de los
bienes inmuebles.
g) La colaboración e intercambio de información con otras Administraciones e instituciones
públicas.
h) El diseño, explotación y mantenimiento de los sistemas y medios informáticos precisos para
el desarrollo de las funciones del órgano directivo.
i) El impulso, dirección y coordinación de las actuaciones a desarrollar en el ámbito
territorial, por las Gerencias Regionales y Territoriales.
j) La gestión de los servicios generales de régimen interior y medios del órgano directivo.

2. La Dirección General del Catastro estará integrada por los siguientes órganos con rango de
Subdirección General:
a) Subdirección General de Catastros Inmobiliarios, que ejercerá las funciones relacionadas en
los párrafos a), b), c) y d) del apartado 1 de este artículo.
b) Subdirección General de Estudios y Sistemas de Información, que ejercerá las funciones
relacionadas en los párrafos f) y h) del apartado 1 de este artículo.
c) Secretaría General, que ejercerá las funciones relacionadas en los párrafos e), g) y j) del
apartado 1 de este artículo.

3. Estarán adscritos a la Dirección General del Catastro:


a) Las Comisiones Superiores de Coordinación Inmobiliaria de Rústica y Urbana.
b) El Consejo Superior de la Propiedad Inmobiliaria.

288
6. LEY 38/1988, DE 28 DE DICIEMBRE. EL IMPUESTO SOBRE BIENES
INMUEBLES

De esta Ley, reguladora de las Haciendas Locales y de importancia capital para el


Catastro, se han seleccionado los párrafos de su Exposición de Motivos más significativos
a los efectos de esta obra, que resultarán de mayor elocuencia que cualquier otra
presentación que pudiera elaborarse:

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
I
La evolución histórica de la Hacienda Local española, desde que ésta pierde definitivamente su
carácter patrimonialista durante la primera mitad del siglo XIX y se convierte en una Hacienda
eminentemente fiscal, es la crónica de una institución afectada por una insuficiencia financiera
endémica (…)
Consolidado el proceso autonómico (…) se pone en marcha la gran reforma que supone la Ley
7/1985, reguladora de las Bases del Régimen Local. Sin embargo esta Ley no culminó íntegramente
la ordenación del sector local, por cuanto que (…) la actividad financiera sólo pudo ser regulada en
algunos de sus aspectos generales (…)
En estos momentos (…) sí resulta posible llevar a cabo tal regulación, actuación ésta que
constituye el objeto de la presente Ley.
III
En el campo de los recursos tributarios (…) se han llevado a cabo las siguientes acciones: la
primera, delimitar la materia imponible reservada a la tributación local; en segundo lugar, y en
función de tal delimitación, se han creado las figuras impositivas más adecuada (…) y por último se
ha procedido a la supresión de muchos de aquellos tributos que (…) incidían en la materia imponible
sujeta a las nuevas figuras impositivas.
Esta triple acción se ha traducido en la creación de tres grandes impuestos, a saber, el Impuesto
sobre Bienes Inmuebles, el Impuesto sobre Actividades Económicas y el Impuesto sobre Vehículos
de Tracción Mecánica.
La implantación del Impuesto sobre los Bienes Inmuebles ha supuesto la supresión de la
Contribución Territorial Rústica y Pecuaria, la Contribución Territorial Urbana y el Impuesto
Municipal sobre Solares (…)

Esta Ley pone fin (con efectos de 1 de enero de 1990) al impuesto territorial
titulado “Contribución Territorial”, que había tenido una vigencia de 84 años, al ser
denominado así a partir de la Ley de 23 de marzo de 1906. Del artículado de la Ley
39/1988, siempre a los efectos de este trabajo, cabe destacar:

TÍTULO PRIMERO
Recursos de las Haciendas Locales
Artículo 2.
1. La Hacienda de las Entidades locales estará constituida por los siguientes recursos:
a) Los ingresos procedentes de su patrimonio y demás de Derecho privado.
b) Los tributos propios clasificados en tasas, contribuciones especiales e impuestos (…)
TÍTULO II
Recursos de los municipios
Artículo 60
1. Los Ayuntamientos exigirán, de acuerdo con la presente Ley y las disposiciones que la
desarrollan, los siguientes impuestos:
a) Impuesto sobre Bienes Inmuebles.
b) Impuesto sobre Actividades Económicas.
c) Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (…)
Impuesto sobre Bienes Inmuebles
Naturaleza y hecho imponible
Artículo 61
El Impuesto sobre Bienes Inmuebles es un tributo directo de carácter real, cuyo hecho imponible
está constituido por la propiedad de los bienes inmuebles de naturaleza rústica y urbana sitos en el

289
respectivo término municipal, o por la titularidad de un derecho real de ususfructo o de superficie, o
de una concesión administrativa sobre dichos bienes o sobre los servicios públicos a que estén
afectados, y grava el valor de los referidos inmuebles(…)
Base imponible
Artículo 66
1. La base imponible de este impuesto estará constituida por el valor de los bienes
inmuebles
2. Para la determinación de la base imponible se tomará como valor de los bienes
inmuebles el valor catastral de los mismos, que se fijará tomando como referencia el
valor de mercado de aquéllos, sin que, en ningún caso, pueda exceder de éste (…)
Artículo 68
1. El valor catastral de los bienes de naturaleza rústica estará integrado por el valor del terreno
y el de las construcciones.
2. El valor catastral de los bienes de naturaleza rústica se calculará capitalizando al interés que
reglamentariamente se establezca, las rentas reales o potenciales de los mismos, según la
aptitud de la tierra para la producción, los distintos cultivos y aprovechamientos y de
acuerdo con sus características catastrales. Para calcular dichas rentas se podrá atender a los
datos obtenidos por investigación de arrendamientos o aparcerías existentes en cada zona o
comarca de características agrarias homogéneas (…)
3. El valor de las construcciones rústicas se calculará aplicando las normas contenidas en el
apartado 3 del artículo anterior (valoración de construcciones urbanas), en la medida que lo
permita la naturaleza de aquélla (…)
Gestión
Artículo 78
1. La elaboración de Ponencias de valores, así como la fijación, revisión y modificación de los
valores catastrales y la formación del Padrón del impuesto, se llevara a cabo por el Centro
de Gestión Catastral y Cooperación Tributaria, directamente o a través de los convenios de
colaboración con las Entidades locales (…)
No obstante lo dispuesto en el párrafo anterior, la superior función de coordinación de
valores se ejercerá, en todo caso, por el Centro de Gestión Catastral y Cooperación
Tributaria (…)
2. La liquidación y recaudación, así como la revisión de los actos dictados en vía de gestión
tributaria de este impuesto se llevará a cabo por los Ayuntamientos (…)
3. La inspección catastral de este impuesto se llevará a cabo por los órganos competentes de la
Administración del Estado sin perjuicio de las fórmulas de colaboración que se establezcan
(…)

DISPOSICIONES ADICIONALES
Cuarta
1. Los Catastros Inmmobiliarios Rústicos y Urbanos están constituidos por un conjunto de
datos y descripciones de los bienes inmuebles rústicos y urbanos, con expresión de
superficies, situación, linderos, cultivos o aprovechamientos, calidades, valores y demás
circunstancias físicas, económicas y jurídicas que den a conocer la propiedad territorial y la
definan en sus diferentes aspectos y aplicaciones.
2. La formación, conservación, renovación, revisión y demás funciones inherentes a los
Catastros Inmobiliarios, serán de competencia exclusiva del Estado y se ejercerán por el
Centro de Gestión Catastral y Cooperación Tributaria, directamente o a través de los
convenios de colaboración que se celebren con los Ayuntamientos (…). Todo ello sin
perjuicio de la configuración de dichos Catastros Inmobiliarios como base de datos
utilizable tanto por la Administración del Estado como por la autonómica y la local (…)

DISPOSICIONES TRANSITORIAS
Segunda
1. El Impuesto sobre Bienes Inmuebles comenzará a exigirse en todo el territorio nacional, a
partir del día 1 de enero de 1990. Respecto de los bienes inmuebles de naturaleza urbana el
impuesto se exigirá aplicando los valores catastrales vigentes en la fecha indicada a efectos
de la Contribución Territorial Urbana, hasta tanto no se proceda a la fijación de los mismos
con arreglo a las normas contenidas en la presente Ley. Respecto a los bienes inmuebles de
naturaleza rústica, y hasta tanto no se produzca esta última circunstancia, el impuesto se
exigirá aplicando como valor catastral de dichos bienes el resultado de capitaliar al 3 por

290
100 el importe de las bases liquidables vigentes en la misma fecha a efectos de la
Contribución Territorial Rústica y Pecuaria.

La Ley 39/1988 completaba, de momento, el ciclo de cambios tributarios y de


funcionamiento del Catastro puestos en marcha como consecuencia de lo dispuesto en la
Disposición transitoria primera de la Ley 44/1978, en virtud de la cual se transformaban en
tributos locales de carácter real las Contribuciones Territoriales Rústica y Pecuaria y
Urbana.

Con relación al tributo, además del cambio de denominación anteriormente


comentado, experimenta una transformación sustancial al gravar el valor de los bienes
inmuebles cuando anteriormente, desde que en 1845 se implantó la contribución de
inmuebles cultivo y ganadería, lo hacía sobre el rendimiento de éstos:

- Ley de 24 de mayo de 1845:

Art. 2.º (…) se establece una contribución de repartimiento sobre el producto líquido de los bienes
inmuebles y del cultivo y la ganadería (…)

- Real Decreto de 23 de octubre de 1913:

Art. 71. Se entiende por Contribución territorial, a los efectos de este Reglamento, la parte
correspondiente al Estado de los beneficios que producen o pueden producir los bienes y utilidades
sujetos al inventario catastral (…)

- Decreto de 23 de julio de 1966. Aprueba el Texto Refundido de la Contribución


Territorial Rústica y Pecuaria:

Artículo 1.º 1. La Contribución Territorial Rústica y Pecuaria constituye un impuesto a cuenta de


los generales sobre la renta (…) y recae sobre el importe el importe de las que anualmente producen
real o potencialmente los bienes y actividades calificados tributariamente como rústicos y pecuarios
(…)

- Real Decreto Legislativo781/1986, de 18 de abril. Aprueba el Texto Refundido de


las disposiciones legales vigentes en materia de Régimen Local:

Artículo 232. 1. La Contribución Territorial Rústica y Pecuaria constituye un tributo local de


carácter real que recae sobre el importe de las rentas que anualmente producen, real o
potencialmente, los bienes y actividades calificados tributariamente como rústicos y pecuarios.

La Ley 39/1988, Reguladora de las Haciendas Locales, en cuanto a la gestión,


produce una novedad importante al establecer la dicotomía gestión tributaria/gestión
catastral según dispone su artículo 78. Siguiendo una ancestral costumbre en este ámbito
legal de introducir cuestiones catastrales en disposiciones tributarias o a la inversa, en la
Disposición adicional cuarta de esta ley aparece una definición de los Catastros, que
prácticamente copia la contenida en el artículo 2.º de la Ley de 23 de marzo de 1906, salvo
que esta vez no se incluyen las pertenecias mineras y las salinas. En la misma disposición
adicional se puntualiza que las funciones catastrales serán de competencia exclusiva del
Estado.

291
292
XIV. LA CONSERVACIÓN CATASTRAL. LOS PERITOS CONSERVADORES

1. LA CONSERVACIÓN CATASTRAL

La Conservación Catastral podría definirse como:

Conjunto de actuaciones cuyo objetivo será conseguir la permanente validez y actualidad del
Catastro, mediante un continuo seguimiento de los cambios que afecten a las circunstancias físicas,
económicas y jurídicas que definen la propiedad territorial, así como la corrección de los errores
que pueda contener la caracterización de los bienes inmuebles y su incorporación a la base de
datos296

Desde los primeros catastros de la era contemporánea una verdad se puso de


manifiesto: sin conservación el Catastro no perdura. Al catastro de Francia, iniciado por
Napoleón en 1807, el defecto más importante que se le imputó según Pro “fue el de
representar el estado de la propiedad en un momento dado –el de su realización-, pero
mostrarse incapaz de mantener sus datos al día mediante algún mecanismo de
conservación”297

Insistiendo en el seguimiento del caso de Francia, cuyo modelo de catastro inspiró


al de España, y permaneciendo en la misma fuente de información:

Francia se encontraba en la segunda mitad del siglo XIX ante un catastro que presentaba dos
defectos: carecía de valor jurídico y no era capaz de actualizar sus datos para mantenerlos al día. En
consecuencia, el catastro quedaba desfasado en cuanto se terminaba (…)
El catastro fue revisado y puesto al día en 1914, 1923 y 1928, pero manteniendo su estructura
original. Efectivamente el catastro francés aplicado en el primer tercio del siglo XX era aún muy
parecido al que creara la revolución: tenía estructura local, y –aunque estaba muy bien ejecutado-
mantenía el problema de una mala conservación.

Al contrario del francés, parte del éxito de otros catastros se fundamentaba


precisamente en su acertada conservación:

El servicio de conservación catastral de Prusia era muy eficaz, y en ello se encontraba una de las
bases de la superioridad que generalmente se le reconocía frente al catastro francés. Cada regencia
contaba con un inspector y varios geómetras para conservar su catastro; estos geómetras visitaban
anualmente todos los municipios 298.

Leyendo este último párrafo es inevitable una comparación al caso español,


recordando la eficacia con que actuaron durante tantos años los peritos conservadores al
frente de las zonas establecidas en cada provincia para tal fin.

Desde los primeros ensayos catastrales realizados en España se puso de manifiesto


la necesidad de contar con un eficaz procedimiento para su conservación. Así, con relación
al Reglamento de Operaciones Topográfico-catastrales de 1865, atribuido a Francisco
Coello, una de las deficiencias que se le imputaban era el no tener previsto un buen sistema
de conservación.

296
Escalona Molina, Manuel, Guía para trabajos del Catastro de Rústica, enero de 1998, pág. 43.
297
Pro Ruiz, Juan, ob. cit., pág. 40.
298
Ibidem., pp. 222 y 224.

293
En el mismo sentido se expresaba el prestigioso autor Isidro Torres Muñoz,
abogado del Estado y especialista en temas catastrales299 al criticar el sistema de catastro
por masas de cultivo al que, entre otros males, achacaba no haber previsto un servicio de
conservación que impidiera el desfase inmediato de los datos catastrales.

Una figura tan destacada en la historia del Catastro español como José Echegaray,
quien, siendo Ministro de Fomento, llevó a efecto la creación del Instituto Geográfico por
Real decreto de 12 de septiembre de 1870, “entendía que había que variar en un todo la
marcha seguida para la formación del Catastro (…) organizando la simultaneidad de la
ejecución con la conservación (…) porque consideraba verdad indiscutible, demostrada
por la experiencia en todos los países, que el Catastro se inutiliza sin un Centro encargado
de su conservación y que ambos trabajos, el de hacer y el de conservar, han de organizarse
al mismo tiempo”. Coherente con esta opinión los trabajos catastrales que se asignan al
Instituto, según del Real decreto citado comprenden los Planos topográfico-parcelarios
para el Catastro y la Conservación catastral300.

El proceso político que había de finalizar con la promulgación de la Ley de 23 de


marzo de 1906, del Catastro parcelario de España, se inicia el 26 de septiembre de 1902
cuando el Consejo de Ministros aprobó el decreto por el cual se convocaba la Junta de
Catastro, presidida por el antes citado José Echegaray. La Junta comenzó por convocar un
concurso público de ideas al que respondieron quince proyectos, cuestión que ha sido
anteriormente comentada en el capítulo V de esta obra. La comisión ponente de la Junta,
tras estudiar todas las propuestas, las rechazó y decidió trabajar sobre las Bases para la
redacción de un proyecto de catastro parcelario de España que habían elaborado los
vocales Manuel del Busto y Eduardo Mier. Tras el estudio, discusión y modificación de las
anteriores, la ponencia redactó sus 76 Bases para la obtención del Catastro parcelario de
España, presentadas por Echegaray como anteproyecto de ley. En éstas, las instituciones
que trabajaban en el catastro se mantenían en lo esencial, creando además unas nuevas
oficinas locales de conservación del catastro.

2. LA CONSERVACIÓN EN LA NORMATIVA CATASTRAL

- Real Decreto 20 febrero 1906. Conservación del Catastro de los Registros fiscales de
rústica y pecuaria.

Artículo 1.º En cumplimiento de lo prevenido en el artículo 9 de la Ley de 27 de marzo de 1900


se establece el servicio de conservación del catastro por masas de cultivo y calidades de terreno y de
los Registros fiscales de la propiedad rústica y pecuaria (…)
Art. 2.º El expresado servicio estará a cargo de la Dirección General de Contribuciones,
Impuestos y Rentas, será dirigido en las provincias por los Directores del Servicio Agronómico
Catastral y desempeñado por el personal de Peritos agrícolas que se designe entre los que se hallan
afectos al Ministerio de Hacienda.
Art. 3.º A medida que se vayan aprobando Registros fiscales en número bastante, se establecerán
las oficinas de conservación catastral correspondientes, que se harán cargo de este servicio en uno o

299
Torres Muñoz, Isidro, Reorganización de los Servicios, Catastro general parcelario y mapa topográfico,
Madrid, 1902.
300
Martínez Cajén, Paulino, Conferencia pronunciada en el Salón de actos del Ministerio de Fomento el 25
de abril de 1925, pp. 21-22.

294
más partidos judiciales. Cuando se hallen terminados todos los Registros de un en partido judicial,
se establecerá la oficina de conservación en la cabeza del partido (…)

Esta idea de establecer oficinas de conservación en las cabezas de partido se


mantuvo en la Ley de 1906 (art.º 27) y fue muy apreciada por los Peritos Agrícolas como
se verá más adelante.

- Ley de 23 de marzo de 1906, sobre Catastro parcelario:


Art. 4.º La formación del Catastro se efectuará en dos períodos de tiempo consecutivos (…) En el
segundo período se atenderá a la conservación y rectificación progresiva del avance catastral, hasta
la obtención del Catastro parcelario objeto de esta ley (…)
CAPÍTULO V
CONSERVACIÓN DEL AVANCE CATASTRAL Y FORMACIÓN PROGRESIVA DEL CATASTRO PARCELARIO

Art. 27. Terminado y legalmente aprobado el avance catastral en todos los términos municipales
correspondientes a un mismo Registro de la propiedad, se establecerá en la localidad en que éste se
halle, y a ser posible en una misma oficina, el servicio de conservación del Catastro, que entrará a
funcionar inmediatamente.

- Ley de 29 de diciembre de 1910:


Art. 8. El servicio de conservación catastral podrá ser reorganizado sobre la base de su
concentración en las capitales de provincia, hasta que esté terminado el avance catastral en toda la
provincia respectiva (…)

- Real Decreto y Reglamento de 23 de octubre de 1913:


CAPÍTULO II
CONSERVACIÓN DEL AVANCE CATASTRAL

Art. 39. El servicio de conservación catastral, concentrado por ahora en las capitales de provincia
(…) consistirá:
a) En la adaptación continua del avance a las variaciones de todas las características generales
de la propiedad territorial y de las particulares de los predios en que se divide.
b) En el perfeccionamiento paulatino del avance, por eliminación progresiva y metódica de los
errores que se pueden reconocer, y por la renovación periódica del cuadro de tipos
evaluatorios.
c) En la transformación, también metódica y progresiva del avance catastral en Catastro
parcelario (…)
d) En el funcionamiento de correlación que establece la Ley, entre el avance catastral, el
Registro de la propiedad, los servicios del Notariado, los administrativos, los judiciales y el
público en general.
e) En el repartimiento de la contribución territorial, según las disposiciones del capítulo III de
este Reglamento.
f) En la formación de estadísticas catastrales, según las disposiciones del capítulo IV.
Art. 40. Comenzará el servicio de conservación en un término municipal desde el momento en
que se aprueben las características (…)

Servicio ordinario de conservación


Art. 43. La variaciones de las características (…) se incorporarán (…) al Avance catastral, bien
por iniciativa de la Administración, bien por declaración de los propietarios o de las Juntas periciales
(…)
Art. 44. Se considera invariable la característica situación; pero si por construcción de nuevas
vías (…)
Art. 45. También es invariable la carácterística posición, definida por los linderos de las parcelas,
en tanto no se altere la extensión (…)
Art. 46. La característica extensión en los trabajos ordinarios de conservación, sólo se considerará
variable por anexión o disgregación de parcelas (…)

295
Art. 47. La característica calificación se considerará variable (…) cuando hay cambio de cultivo
o aprovechamiento en la parcela (…) la variación de esta característica puede llevar consigo la de
clasificación, y lleva necesariamente la de valoración (…)
Art. 48. La característica clasificación se considera invariable en el servicio ordinario de
conservación en tanto que la calificación no varíe (…)

Servicio extraordinario de conservación


Art. 51. Durante el primer año de tributación por el Catastro, tienen derecho a reclamar contra
éste las Juntas periciales y los Ayuntamientos si no lo hubiesen ejercitado en tiempo hábil (…)
Art. 56. El cuadro de tipos evaluatorios puede ser también objeto de relamación durante los
trabajos extraordinarios de la conservación; pero habrá de ser colectiva esta reclamación y firmada
por la mitad cuando menos, de los propietarios interesados en los tipos que se impugnen.

Si el establecimiento del Servicio de Conservación Catastral quedó dispuesto en la


Ley de 23 de marzo de 1906 y su concentración provisional en las capitales de provincia se
decidió en la de 29 de diciembre de 1910, fue este Reglamento de 1913 el que sentó las
bases de la Conservación del Catastro de Rústica. Del mismo modo que en otras muchas
cuestiones relacionadas con el Catastro, este Reglamento es modélico en sus disposiciones
sobre la conservación. Especial mención debe hacerse de los artículos 43 al 56,
parcialmente reproducidos, que plantean con una validez casi intemporal la variabilidad o
invariabilidad de las características catastrales y, puestos a destacar, entre todos ellos el 48
y el 53 por razones anteriormente comentadas.

El apartado c) del artículo 39 dice que la conservación consistirá en la


transformación también metódica y progresiva, del avance catastral en Catastro
parcelario, de un modo similar a lo que disponía el artículo 4.º de la Ley de 1906: En el
similares este propósito volverá a aparecer en otras muchas disposiciones, aunque no
dejaba de ser una declaración de intenciones, porque no se conocen ejemplos claros que
demuestren que esta transformación metódica, o bien, conservación y rectificación
progresiva de un Avance haya fructificado en un Catastro parcelario.

- Real Decreto de 3 de marzo de 1917. Reorganiza servicios de Catastro.

Enmarcado en la normativa derivada de la llamada Ley de Autorizaciones de 2 de


marzo de 1917, con relación a la Conservación catastral, dispone:
Art. 3. La ejecución de los trabajos agronómicos de conservación del Catastro de la riqueza
rústica, la transformación progresiva del Avance en Catastro parcelario y las aplicaciones fiscales
(…) continuarán siendo de la competencia del Ministerio de Hacienda, y serán encomendados a la
inspección general de la riqueza rústica que se crea en virtud de esta Ley (…)
Art. 15. El Ministro de Hacienda (…) por Real Decreto (…) podrá establecer (…) la plantilla del
personal técnico de Ingenieros, Arquitectos y Ayudantes (…)
En el mismo Real Decreto se consignará la consignará la distinción entre el personal técnico que se
adscribe a los trabajos de Avance y comprobación en las Secciones de rústica y urbana, y el de
conservación por ambos conceptos.

Además de que vuelve a aparecer la frase antes comentada, la novedad importante


de este decreto es que, por primera vez, se establece una distinción entre los facultativos
destinados a formación del Avance y los de conservación.

- Real Decreto de 10 de septiembre de 1917. Reorganiza los servicios catastrales de


rústica:

296
Art. 9. El Servicio provincial para la conservación del Avance catastral, y su conversión
paulatina en Catastro parcelario, se organiza también en Jefaturas provinciales de las que
dependerán directamente los Ingenieros agrónomos y Peritos agrícolas conservadores (…)
Art. 10. Para el Servicio permanente de conservación del Catastro en cada provincia se destinará
el número de Peritos agrícolas conservadores que se juzgue necesario (…)

- Real Decreto 10-12 de septiembre de 1917. Reglamento de Rústica:


Servicio de conservación
Art. 18. A los Ingenieros o Peritos agrícolas conservadores del Catastro corresponden funciones
análogas a las de los Ayudantes del Servicio de Avance y además las siguientes:
a) La custodia de los documentos catastrales (…)
b) La expedición de certificaciones relativas al contenido de los documentos catastrales.
c) La comprobación de los expedientes de alteración de características catastrales (…)
d) La formación de los padrones de la Contribución territorial (…)
(…)
Estos funcionarios se entenderán directamente con los Jefes provinciales, con el Registrador y
Notarios de su partido, con las Juntas periciales y con las Autoridades, y llevarán como todos el
libro Diario.

No cabe duda de que este Reglamento otorgaba a los Peritos Conservadores su cota
más alta de funciones.

- Decreto-Ley de 3 de abril de 1925. Reorganizando el Catastro parcelario jurídico.

Pocas novedades en cuanto a la Conservación aporta este Decreto-Ley, únicamente


lo que se relaciona con el impulso del aspecto topográfico en el Avance:

CAPÍTULO XIII
Conservación
La conservación catastral tiene por objeto llevar al Catastro ya formado todas las variaciones que
la propiedad experimente en el transcurso del tiempo.
Riqueza rústica
Art. 55. Las zonas ultimadas de Avance catastral antiguo se conservarán como actualmente, y a
medida que sea posible se organizarán trabajos de rectificaciones sucesivas que permitan
transformarlo en Avance catastral topográfico (…)
Art. 56. A medida que se aprueben los trabajos del nuevo Avance o se rectifique el antiguo,
transformándolo en topográfico, se organizarán las correspondientes oficinas de conservación
catastral en estrecha relación con el Registro de la propiedad.

- Real Orden 1 mayo 1930. Instrucciones para la conservación del Catastro.

Se trata de unas Instrucciones para el Servicio de Conservación del Catastro


Topográfico Parcelario, competencia del Instituto Geográfico, que serán comentadas en el
capítulo referido a este organismo.

- Ley de 6 de agosto de 1932. Esta ley implantaba el sistema fotogramétrico para la


formación del Avance Catastral parcelario de España, poniendo en pleno vigor la Ley 23
de marzo de 1906, suplantada por el Decreto-ley de 3 de abril de 1925, que se derogaba
por ésta. No llegó a publicarse el Reglamento de esta ley, pero la Asociación disponía del
borrador de un proyecto de éste, cuyos artículos 74 a 87 se ocupan de la Conservación
Catastral. Sustancialmente dispone:

Art. 74. A medida que vayan ultimándose los trabajos de Avance Catastral parcelario de los
municipios que componen una provincia, entrará en funciones el Servicio de Conservación
Catastral, dependiente de la Dirección General de Propiedades y Contribución Territorial.

297
Art. 75. El Servicio de Conservación tendrá a su cargo las siguientes funciones:
a) Formar anualmente los padrones (…)
b) Conservar bajo la custodia y responsabilidad personal de los funcionarios, las fichas
catastrales (…), las Cédulas de propiedad (…), los planos y croquis parcelarios; las
fotografías de los mismos (…)
c) Llevar a cabo la rectificación anual y permanente de los documentos catastrales (…)
d) Comprobar y resolver cuantas reclamaciones puedan interponer los propietarios (…) y
efectuar las variaciones en las características de las parcelas.

- Orden 16 diciembre 1941. Reorganiza el Catastro de Rústica.

1.º Los trabajos encomendados al Servicio de Catastro de la riqueza rústica en el artículo 1.º de la
Ley de 26 de septiembre de 1941, se dividen en dos grupos:
a) Conservación de Avances y Catastros parcelarios.
a) Formación de nuevos Catastros.
En el primero se atenderá a la conservación, rectificación y mejora progresiva 301 de los Avances
catastrales y Catastros parcelarios en vigencia y de los que se formen en lo sucesivo. (…)
2.º Los trabajos de Conservación catastral se dividen en:
Ordinarios de Conservación.
Especiales de Revisión.
3.º Los trabajos ordinarios de Conservación atenderán a seguir con un servicio regular y constante
las alteraciones de las características parcelarias (…) Estas alteraciones de características se
manifestarán por declaración del interesado y bajo su responsabilidad, por información de la Junta
pericial obligada a dar cuenta de ella, por denuncia de particulares o por investigación del propio
Servicio de Conservación. (…)
6.º La realización de los trabajos especiales a que se refiere el número 2 (…) comprenderá la
revisión total de aquellos términos municipales en que , como consecuencia de los estudios
realizados, se considere conveniente la rectificación completa de los antiguos Catastros o la revisión
parcial de zonas o cultivos determinados de algún municipio (…)
7.º Las revisiones totales o parciales de un término municipal darán lugar a la redacción de nuevas
relaciones de características o de tipos imponibles, que una vez aprobados reglamentariamente,
servirán de base a la formación de nuevas documentaciones (…)
15, Los servicios provinciales de Catastro cuyas Jefaturas serán desempeñadas por Ingenieros
Agrónomos, atenderán a la conservación y ejecución de los trabajos catastrales de la provincia con
el personal facultativo necesario.
Los términos mujnicipales catastrados de cada una de ellas se agruparán en zonas de conservación
al frente de las cuales estará un Perito Agrícola conservador.

Novedad importante de esta Orden es el establecimiento de los trabajos especiales


de Revisión dentro de la Conservación del Catastro, también confirma las zonas de
conservación, bajo la dirección de Peritos Agrícolas conservadores.

- Orden 20 enero 1950. Conservación del Catastro de rústica.


I.- Los trabajos ordinarios de Conservación de Catastro de la Riqueza Rústica (…) comprenden los
conceptos siguientes:
a) Variaciones en la característica “situación” (…)
b) Anexión o disgregación de parcelas, que modifica la característica extensión (…)
c) Alteraciones de la característica “calificación” (…) que lleva consigo la variación de la
característica “clasificación” y necesariamente la de “valoración”.
d) Alteraciones de características de orden “jurídico-físico” (…)
e) Anotaciones y vigilancia de las exenciones temporales.
f) Asesoramiento a las Juntas Periciales y reuniones períodicas con las mismas (…)

301
Es presumible que por primera vez desde que así se estableció en la Ley de 1906 se renunciaba a esa
utopía de conseguir a través de la Conservación “la transformación metódica y progresiva del Avance en
Catastro parcelario”. Ahora se diferenciaban claramente los trabajos de Conservación de los de Formación de
nuevos Catastros.

298
g) Comprobaciones e informes de reclamaciones de agravios.
h) Estudios evaluatorios de cultivos, aprovechamientos y ganadería.
i) Información anual de valores de la tierra y sus productos y de las rentas locales.
j) Investigaciones parciales de predios de propiedad desconocida.
k) Investigaciones individuales sobre cambios de caracterización parcelaria que se produzcan
y que no hayan sido comunicadas por los interesados.
l) Expedición de certificaciones a instancias de particulares o entidades de la Administración
o por orden de Autoridades.
m) Formación de las estadísticas reglamentarias (…)
II.- A los efectos de redacción de los planes para el servicio ordinario de Conservación, se
considerarán como trabajos de campo que requieren comprobación sobre el terreno los siguientes:
(…)
III.- Para la organización de los trabajos de Conservación catastral cada provincia quedará dividida
en cuatro Zonas (…)
Al frente de cada Zona estará un Perito Agrícola, auxiliado por dos funcionarios administrativos.
En las provincias de destacada importancia forestal se podrá establecer una Zona de Conservación, a
cargo de un Ayudante de Montes (…)
V.- Los Peritos Agrícolas o Ayudantes de Montes Conservadores harán las alteraciones de
características (…) efectuando los cálculos correspondientes, que llevarán personalmente a las hojas
catastrales y cédulas de propiedad, haciendo el resumen de variación, que fechadas y suscritas con
su firma, pasarán al personal administrativo para que hagan las alteraciones en los nuevos padrones
de la contribución.

El establecimiento de cuatro Zonas de Conservación de forma indiscriminada para


todas las provincias, generaría un sinfín de quejas por parte de los peritos que finalmente
provocarían la modificación de esta norma.

- Circular 29 abril 1960. Trabajos de Conservación del Catastro. Normas.

Aporta como novedad la inclusión como trabajos de Conservación la revisión anual


de riquezas imponibles superiores a 170.000 pesetas que había establecido la Ley de 26 de
diciembre de 1957.

- Orden 26 enero 1966. Normas para la Conservación del Catastro.

I. Las anotaciones de las variaciones físicas, económicas o jurídicas de las fincas en los documentos
catastrales se efectuarán por el Servicio de Asistencia Técnica Tributaria, en las Oficinas del Catastro,
previo acuerdo de la Administración de Tributos (…)
III. De todas las actuaciones realizadas por el Servicio Facultativo en que pudieran resultar
diferencias a favor del Tesoro se dará cuenta a la Inspección del Tributo para que en el plazo más
breve posible instruyan las actas oportunas.

El apartado I de esta Orden significa un cambio sustancial con relación a lo


dispuesto en el V de la Orden de 20 de enero de 1950. Lo dispuesto en el apartado III
significa en principio una intervención de la Inspección en el ámbito Catastral, que habría
de evolucionar con el tiempo hasta el reconocimiento de competencias inspectoras a los
facultativos del Catastro a partir de 1971. Es posible que estos cambios fueran
consecuencia de la aplicación de la Ley 230/1963, de 28 de diciembre, General Tributaria.

- Orden 30 abril 1971. Ministerio de Hacienda. Organiza la Administración Central de la


Hacienda Pública:

4.º La Subdirección General de Imposición Inmobiliaria tendrá a su cargo (…) la formación y


conservación de los catastros y censos urbanos y agrarios.

299
Se trata en este caso de un cambio de adscripción, como consecuencia de la
reorganización del Ministerio de Hacienda dispuesto por el Decreto de 11 de marzo de
1971:

- Instrucción 1 diciembre 1971. Dirección Gral. de Impuestos. Delegaciones de Hacienda.


Naturaleza y funciones de Administraciones de Tributos y de Impuestos Inmobiliarios:

Regla 11. La Sección de Formación y Conservación de los Catastros y Censos Agrarios tendrá a su
cargo la formación de los Catastros Parcelarios de Rústica elaborados sobre trabajos topográficos y
fotográficos; la conservación de los mismos mediante la constante actualización de las
características físicas, jurídicas y económicas de las parcelas.

Del mismo modo que la Orden anterior, esta Instrucción deriva de la reorganización
del Ministerio de Hacienda dispuesta por el Decreto de 11 de marzo de 1971.

A partir de 1980, con la creación de los Consorcios, las competencias catastrales,


incluidas las de Conservación, serían asumidas por estos organismos autónomos, que más
tarde irían recibiendo los sucesivos organismos que sustituirían a aquéllos: Centro de
Gestión y Cooperación Tributaria (1984), Centro de Gestión Catastral y Cooperación
Tributaria (1987) y, finalmente, Dirección General del Catastro (2000). Estas competencias
se expresan en las siguientes disposiciones:

- Real Decreto núm. 1365/1980, de 13 de junio. Competencias y estructura de los


Consorcios para la gestión e inspección de las Contribuciones Territoriales:

Art. 3.º El Consorcio tendrá competencia para:


a) La realización de los trabajos técnicos de formación, conservación y revisión de los
catastros rústicos y urbanos.

- Real Decreto núm. 1279/1985, de 24 de julio. Regulación del Centro de Gestión y


Cooperación Tributaria:

Art. 8. Subdirección General de Catastros, Gestión e Inspección de Tributos Inmobiliarios.


Esta Subdirección General tiene a su cargo la coordinación general de las Gerencias Territoriales
del Organismo y en particular las siguientes funciones:
(…)
2. La dirección, coordinación y seguimiento de la ejecución de los trabajos técnicos de
formación, conservación y revisión de los Catastros Inmobiliarios, Rústicos y Urbanos.

- Real Decreto núm. 222/1987, de 20 de febrero. Estructura orgánica del Ministerio de


Economía y Hacienda:

Disposiciones Adicionales
Primera (…) Dos.- 1. El Centro de Gestión Catastral y Cooperación Tributaria desarrollará las
funciones encomendadas por el Real Decreto 1279/1985, de 24 de julio, al Organismo Autónomo
Centro de Gestión y Cooperación Tributaria, en los referente a:
a) La realización de los trabajos técnicos de formación, conservación y revisión de los
catastros inmobiliarios, rústicos y urbanos.

- Ley núm. 39/1988, de 28 de diciembre. Regulación de las Haciendas Locales:

Disposiciones Adicionales
(…)

300
Cuarta. (…) 2. La formación, conservación, renovación, revisión y demás funciones inherentes a
los Catastros Inmobiliarios, serán de competencia exclusiva del Estado y se ejercerán por el Centro
de Gestión Catastral y Cooperación Tributaria, directamente o a través de los convenios de
colaboración que se celebren con los Ayuntamientos o, en su caso, Diputaciones Provinciales,
Cabildos o Consejos Insulares.

Esta Ley aporta la novedad de la realización de trabajos técnicos del Catastro a


través de convenios de colaboración con entidades locales.

- Real Decreto núm. 1330/2000, de 7 de julio. Desarrolla la estructura orgánica básica del
Ministerio de Hacienda:

Artículo 5. Dirección General del Catastro


1. La Dirección General del Catastro tendrá a su cargo las siguientes competencias, que
ejercerá directamente o, en su caso, a través de las Gerencias Regionales o Territoriales:
a) La realización o, en su caso, la dirección, control y coordinación de los trabajos técnicos de
formación, conservación y revisión de los catastros inmobiliarios.

3. LOS PERITOS CONSERVADORES

Durante un dilatado espacio temporal, para los Peritos del Catastro prestar servicio
en Conservación tuvo un significado relevante y esto queda de manifiesto en numerosos
testimonios por escrito suscritos por los interesados y conservados en los archivos de la
Asociación.

La Liga Agraria, en su número del 30 de junio de 1914, publicó un artículo titulado


Asunto Catastral, firmado por Eduardo302 Durán, Conservador del Catastro. El autor de
este artículo es un Ayudante del Servicio Agronómico destinado en Catastro, el hecho de
que firme este artículo como Conservador del Catastro, atestigua el apego y estima que se
otorgaba a este destino.

El Real Decreto de 3 de marzo de 1917, artículo 15, prevé la distinción entre el


personal técnico que se adscriba a los trabajos de avance y comprobación en las
Secciones de rústica y urbana, y el de conservación por ambos conceptos.

En un borrador de escrito, no fechado pero estimado hacia finales de 1917, dirigido


al Ministro de Fomento, titular del Departamento al que pertenecían los Ayudantes del
Servicio Agronómico Nacional, puede leerse:

Excmo, Sr.:
Los abajo firmantes, Ayudantes del Servicio Agronómico Nacional afectos al Catastro, a V.
E. con el respeto y consideración debida exponen:
1.º Que el Real decreto de 6 de agosto de 1917, en su artículo 4.º, regla 3.ª dispone, que los
funcionarios técnicos del Catastro que al cumplir los cincuenta años de edad no hayan alcanzado la
categoría de Jefes provinciales o de sus asimilados en los Ingenieros, o de Ayudantes del Servicio
central de conservación del Catastro o de Secretarios de Avance en los Peritos, deberán ser
sustituidos por otros de la categoría inferior de los respectivos Cuerpos del servicio de Fomento (…)

302
El nombre correcto es Emiliano Durán Bornaz. Había nacido en Almería el 5 de abril de 1873, e ingresado
en el Cuerpo el 25 de abril de 1906. En 1922 estaba destinado en Catastro de Almería.

301
2.º Que no obstante lo claro y terminante de dicha disposición, se le ha dado efecto
retroactivo, eliminando del concurso últimamente celebrado para cubrir plazas de Conservadores303
a los que antes de su publicación habían cumplido los cincuenta años.
3.º Que habiendo tenido éstos adquirido el derecho a concursar plazas de Conservación
sin limitación de edad, con arreglo a la legislación que regía y rige, cual es la Real orden de 20 de
febrero de 1914 (…)
4.º Que habiendo venido el referido Real decreto a limitar un derecho, cual es de
permanecer sirviendo en Avance todo el tiempo que a cada uno le permitía su robustez física (!).
A V. E. encarecidamente ruegan y suplican, que (…) los que antes de su publicación 304
hayan cumplido cincuenta años de edad, puedan concursar a plazas de Conservación o ser
nombrados Secretarios de Avance.

Este escrito es ilustrativo de lo valoradas que estaban las plazas de Conservación, al


tiempo que da idea de la dureza del trabajo en Avance para el que no se estimaban
capacitados aquéllos que superaban los cincuenta años.

El asunto no debió quedar zanjado con la presentación de este escrito, en el


supuesto de que ésa se hubiese llevado a efecto, pues un año después se presenta uno
nuevo, fechado el 31 de diciembre de 1918 y suscrito por Antonio Monje Vaqué,
Presidente de la Asociación General de Ayudantes y Auxiliares de los Cuerpos de
Ingenieros Civiles del Estado, dirigido al Subsecretario de Hacienda, de forma extractada
decía:

Que con fecha 10 de junio último elevó a esa Subsecretaría de su cargo una instancia 305 cuya copia
literal se acompaña, en súplica de que se dignase ordenar la anulación del último concurso celebrado
entre los Ayudantes del Catastro para proveer plazas de Conservadores (…) toda vez que se ha dado
carácter retroactivo a esta última disposición ampliándola a aquellos Ayudantes que cumplieron los
cincuenta años de edad antes de su publicación (…) en la actualidad influirá solamente la falta de
vacantes para dar cabida a los que se aproximan a esa EDAD FATAL en que la ley, en pugna con la
realidad los releva de prestar servicios en el Catastro donde quedan compañeros suyos laborando a
satistacción de todos hasta los 67 años en que se les jubila (…) funcionarios probos que a través de
muchos años de trabajos habían visto en la R.O. de 20 de febrero de 1914 garantizado su
indiscutible derecho a disfrutar aquellas plazas de carácter más sedentario apropiadas a su edad pero
no a su falta de aptitudes (…)
SUPLICANDO a V. I. (…) se digne resolver el caso que nos ocupa en el sentido solicitado en la
instgancia cuya copia se adjunta o que no se abra nuevo concurso para resolver plazas de Ayudantes
Conservadores del Catastro hasta que no sean colocados en las de nueva creación los Ayudantes que
cumplieron cincuenta años antes del seis de agosto del año anterior.

En este caso se incide en los argumentos del escrito anterior y se aportan otros
nuevos, que vienen a plantear la lógica aspiración a “disfrutar de plazas de carácter más
sedentario apropiadas a su edad”, tras los duros años de trabajos de formación de los
Avances y hasta cumplir los 67 años, edad de jubilación.

En 1920, en una publicación relacionada con la agronomía que, aunque no aparece


identificada en las hojas conservadas por la Asociación, por su contexto puede presumirse
que se trata de un Boletín de la Asociación General de Ayudantes y Auxiliares de la
Ingeniería Civil, aparece un artículo, titulado A propósito de una instancia, firmado con un
extraño pseudónimo, Menos Uno, y que se refiere a la provisión de vacantes de los
Ayudantes en general y de forma particular y extensa a la de Ayudante Conservador. Se
inicia con unas lamentaciones sobre la situación existente en este ámbito:

303
Lo subrayado en éste y siguientes escritos han sido incorporaciones de este trabajo.
304
Del Real decreto de 6 de agosto de 1917.
305
No se dispone de copia de este documento.

302
Desterrar las influencias de nuestro lado, estimándolas como desdoro del propio valer (…) el
derecho que sustituyendo al favor, nos ha de poner en posesión de aquellos cargos a que podamos
aspirar.
En Catastro, tal medida es exageradamente indispensable. El número de traslados que necesidades
del Servicio impone, hace pensar a muchos en la urgencia de poner freno a esa “zaranda” que con el
nombre de Negociado de personal, no da paz a la mano lanzando continuamente nuevos destinos,
sin llegar a la tranquilidad de los funcionarios y sus familias, que continuamente se ven precisados a
implorar de los políticos influyentes o amigos de los que mandan, que mitiguen en parte el perjuicio
que les origina los cambios de resiencia.
Me voy a permitir ofrecer a la Directiva de los Ayudantes de Agrónomos, unas bases para regular
los traslados en Catastro de forma automática. Estarán inspiradas en las disposiciones que rigen para
los militares (…)
La Real orden de 20 de febrero de 1914, que dicta reglas para la provisión de vacantes en los
diversos cargos del servicio de Catastro, dice que siempre se ha procurado tener en cuenta los
meritos de los funcionarios (…) Queremos efectivamente que las plazas vacantes se cubran teniendo
en cuenta los mèritos de antigüedad de carrera o de servicios y que esos méritos SE HAGAN
PÚBLICOS (…)
Las plazas de Conservadores que vaquen o se creen, serán provistas, en primer lugar, por concurso
especial de traslado entre funcionarios afectos a tal servicio; en segundo término, por concurso
general entre Ayudantes de Catastro (…)
Para el Concurso general entre Ayudantes no Conservadores, se tendrán en cuenta los requisitos
que siguen:
1º. Llevar diez años de Servicios en Catastro sin nota desfavorable en su expediente.
2º. Haberlos prestado durante cinco en la provincia que se solicite.
3º. Acreditar méritos extraordinarios reconocidos por buenos servicios dentro del Catastro y en
otros trabajos relacionados con las distintas ramas de la Ingeniería (…)
4º. Haber cumplido cincuenta años de edad.
5º. Ser el más antiguo en el Servicio de Catastro entre los solicitantes.

Estos requisitos, con ligeras modificaciones, se mantendrían en las sucesivas


propuestas de los Ayudantes-Peritos con relación a cuáles debían ser las condiciones para
optar a las plazas de Conservador. Al artículo sigue una nota, firmada por la Directiva de
Agrónomos306, en la que se dice:

Juzgamos de capital importancia el trabajo que precede, pues concreta una aspiración del Cuerpo
reflejada en cartas y proposiciones discutidas en Asambleas. Es de interés, pues, que los Delegados
provinciales envíen urgentemente actas de aceptación de estas bases con las modificaciones que las
mejoren a fin de solicitar la más rápida implantación.

En enero de 1924, reaparece un nuevo conflicto provocado por un concurso de


Conservadores sobre el que se proyecta con fuerza la sombra de un personaje tan polémico
como el Subjefe Oteyza, quien por entonces se encontraba en la fase final de su mandato
antes de que el Dictador Primo de Rivera lo destituyera.

En una copia de una carta de Oteyza, fechada el 18 de enero (de 1924), que debió
ser circular a todas las provincias, dirigida al Sr. Ayudante Secretario del Señor Ingeniero
Jefe307 del Servicio de Cuenca, dice así:

306
Título que correspondía a la sección de titulados de agricultura dentro de la Asociación General citada.
307
Aquí aparece un ejemplo de una costumbre común a muchos Ingenieros del Catastro, denominar como
“Secretario del Señor Ingeniero Jefe” al que era Ayudante Secretario del Servicio Agronómico Catastral,
como aparece en el membrete de la carta de contestación de Cuenca a la Asociación General citada.
.

303
Debiendo en la actualidad proveer 19 plazas de Ayudante Conservador y estimando que las bases
de los concursos hasta el presente celebrados no son quizás suficiente garantía para asegurar a los
Ayudantes de Catastro el logro de sus aspiraciones, coordinando sus intereses y convenciencias con
los del Estado, me ocupo en la redacción de otras nuevas en que la antigüedad, el mérito y la edad
determinen el pase del Servicio de Avance al de Conservación; y deseando como siempre atender,
dentro de lo posible, las aspiraciones de los Ayudantes para intentar satisfacerlas, agradecería a V.
reúna a los de esa provincia para que en el preciso plazo de tres días, particular o colectivamente,
manifiesten el mayor número de Ayudantes posible su opinión; si las plazas de nueva creación o
vacantes han de proveerse primero entre los que son Conservadores o sacarse a concurso sólo entre
los que lo son; si por el contrario pueden concursarlas unos y otros; si la antigüedad ha de ser la del
escalafón o la de servicios en Catrastro; si llegados los 50 años ha de pasarse forzosamente a
Conservación; y en fin, cuanto les sugiera el tema propuesto.
Con este motivo queda de V. afectísimo s.s.q.e.s.m.
OTEYZA

A pesar del tono paternalista y sugerente empleado por el Subjefe, los de Cuenca
“no entran al trapo” y en su inmediata respuesta, fechada el 19, se manifiestan, de forma
lacónica, solidarios con su Asociación:
Nuestro respetable Jefe: En contestación a su atenta carta fecha de ayer, tenemos el honor de
manifestarle que reunidos los Ayudantes que abajo firman, se manifiesta unánimes en hacerle
presente que su opinión sobre el particular es la sustentada por la Asociación con la que estamos
identificados.

La carta de los Ayudantes de Cuenca debió herir el orgullo de Oteyza, no obstante,


magnánimo él, aunque en un tono bastante seco, les otorgó una segunda oportunidad, en
nota fechada el 22:

Muy señor mío: Como desconozco las opiniones de su Asosiación y no he pedírselas, considero
incontestadas las preguntas que en su día les hice.
Aún pueden VV. Si lo desean manifestarme sus deseos, a cuyo efecto ampliaré tres días más el
plazo que había fijado para resolver.

Dentro de la misma región, los Ayudantes de Guadalajara se expresaron de forma


más complaciente para las intenciones del Subjefe, quienes después de advertir que lo
hacen “con la brevedad que las premuras de tiempo y circunstancias de esta carta hacen
precisa”, se explayan en una larga respuesta en la que, tras manifestar que,

Es anhelo de todos los Ayudantes, y así lo han hecho saber por conducto de la Directiva de su
Asociación a sus Jefes superiores que la provisión de destinos sea reglada en términos que hagan
imposible el favor, ni aún a título de méritos supuestos (…)

Ponderan la Real Orden de 20 de febrero de 1914, en cuanto fijó acertadamente el


límite mínimo de servicios en Catastro que “tolere un buen conocimiento del mismo
necesario a este cargo y dé capacidad para concursar a estas plazas”. Seguidamente se
enredan en una larga serie de consideraciones sobre los méritos a tener en cuenta para la
selección, que terminan concretando en unas detalladas bases, de tal modo que si todas las
provincias hubiesen procedido de esta manera no habría forma de sintetizarlas y darían pie
para adoptar cualquier decisión, justificándola argumentando con que, de alguna manera,
respondían a la opinión expresada por los afectados.

Pero esto ya había sido advertido por la Asociación de Ayudantes del Servicio
Agronómico Nacional, que en una circular, fechada el 19 de enero de 1924, día siguiente a
la de Oteyza, decía:

304
Acabamos de recibir unos telegramas suscritos por determinados compañeros que dicen así:
“Pide el Subjefe Oteyza parecer Ayudantes sobre nuevas normas provisión conservaciones.
Digannos qué contestamos”
Apreciamos la enorme importancia que tal consulta tiene, pues fácilmente se deduce el propósito
de recibir un conjunto de contestaciones totalmente opuestas unas a otras y que den pretexto a
demostrar la más completa desorientación entre los Ayudantes y de paso anular por ahora y para
siempre la labor de la Junta que por ser la de todos es la que le preocupa (…)
Todos los consultados deben responder dentro del plazo, pero de forma unánime, que sus deseos
están en armonía con las instancias y notas que la Directiva tiene sometidas a la consideración de la
Superioridad sobre este asunto.

Se ve que los Ayudantes de Cuenca se mostraron bastante beligerantes en este


conflicto pues, con fecha 25 del mismo mes de enero, dirigen una instancia al Director
General de lo Contencioso del Estado, en la que exponen:

Los Ayudante del Servicio Agronómico Catastral, como todos los funcionarios del Estado, aspiran
a obtener disposiciones encaminadas a regular y condicionar la designación de vacantes en los
servicios a que están afectos, inspirados en el deseo de que desaparezca toda desigualdad de criterio
en asunto tan relacionado con la tranquilidad de los servidores de la Nación.
A este efecto los que suscriben, Ayudantes (…) suplican fije su atención en la instancia que la
Asociación de Ayudantes del Servicio Agronómico Nacional, en representación nuestra, ha elevado
a V. I.

Pocos días después, ya en el mes de febrero, la Asociación de Ayudantes redactó un


modelo de instancia, dirigida al Subsecretario del Ministerio de Hacienda y que debía ser
presentado por los asociados de cada una de las provincias, en el que se decía:

Que los Ayudantes del Servicio Agronómico, como todos los funcionarios del Estado, aspiraron
siempre a obtener disposiciones encaminadas a regular y condicionar la adjudicación
de vacantes en los servicios a que están afectos (…)
Esta aspiración ha sido totalmente satisfecha por el Directorio Militar en el R. D. de su
Presidencia, fecha 1.º del actual en cuanto a los Ingenieros de todas las especialidades y por una R.
O. de 2 del corriente, Gaceta del 5, se declara la necesidad de adoptar medidas análogas a las
reseñadas para los Ingenieros, a fin de que en los Cuerpos Auxiliares del Ingeniería, dependientes
del Ministerio de Fomento, se hagan también de manera automática (…)
Tales disposiciones resuelven para los Ayudantes del Servicio Agronómico afectos a Catastro, la
forma de proveer sus destinos con carácter general, dentro de este Servicio, pero en él existen otros
puestos, cuales son los de Ayudantes Conservadores que se estiman cargos especiales y
Que se proveen desde hacer muchos años de forma especial.
En atención a estas circunstancias (…) teniendo presente la proximidad de un nuevo concurso para
proveer plazas de Ayudantes Conservadores de Catastro y los propósitos que existen de dictar
previamente nuevas normas para llevarlo a cabo, nos permitimos, dentro del mayor respeto,
SUPLICAR A V. E. el estudio de las que modestamente sometemos a su superior consideración (…)
LAS NORMAS ALUDIDAS SON LAS SIGUIENTES:
Las plazas de Ayudante de Conservación que vaquen o se creen, serán provistas en primer término
por concurso especial de traslado entre los funcionarios afectos a tal Servicio en propiedad y en
segundo término por concurso general entre los Ayudantes no Conservadores.
(…) Para el concurso general entre los Ayudantes no Conservadores, se tendrán presentes los
requisitos siguientes:
1º. Haber desempeñado plaza de Ayudante Conservador en propiedad.
2º. Llevar diez años de servicio en Catastro.
3º. Ser el más antiguo en el Servicio Catastral entre aquellos que soliciten igual plaza
concursada (…)

305
Desde Badajoz, fechada en junio de 1931, Leandro Campini Fernández308 redacta
una Ponencia sobre modificación de las disposiciones que regulan la provisión de destinos
en Catastro de Rústica. Con relación a los Conservadores dice:

Desconocemos el procedimiento que se siguiera para nombrar los primeros Ayudantes


Conservadores de Catastro, aunque tenemos la casi absoluta seguridad de que fue el de antigüedad
absoluta de servicios, puesto que en las Provincias que primero tuvieron tal servicio de
Conservación, conocimos como conservadores Ayudantes de los más antiguos del Escalafón
primitivo, anteriores a los primeros temporeros de Catastro (en Jaén, D. Inocencio Vena Vicente; en
Granada D. Enrique Ayllón Camacho, año de 1909) (…)
De este modo se siguió la provisión de tales cargos, pero apareciendo ya en 1917 la norma de tener
que llevar diez años de servicios en Catastro para poder optar a plazas de Conservación y ser el más
antiguo (servicios totales) que lo solicitara.

Entre los meses de diciembre de 1931 y enero de 1932 y por encargo de la


Asociación de Ayudantes del Servicio Agronómico, el Ayudante Manuel Calvín
Redondo309 elaboró un Proyecto de Bases para la Reforma Radical del Servicio de
Conservación. Se trata de un trabajo extenso que ocupa sesenta folios, mecanografiados de
forma densa, que se inicia con lo que denomina Tema, diciendo:

Conservación del Avance Catastral. Modificaciones que deben introducirse, tanto con vistas a que
el Servicio sea perfecto, como a que el Personal deje de estar sometido al trabajo agotador a que en
algunos sitios se halla.

Sigue una parte introductoria con el título de Breves Consideraciones, que no lo son
tanto porque ocupan doce folios, de la que no puede decirse que se caracterice por disponer
de una estructura demasiado ordenada, pero cuya lectura resulta muy interesante por las
opiniones que expresa, que en el encendido y emocionado cántico que entona al Cuerpo a
que pertenece, a veces roza el melodrama y podrían mercer el titulo de ¡Pobre de mí!
Sorprende la cualidad profética del autor cuando preconiza (pág. 7 de su obra) la creación
de una Dirección General de Catastros. Véase un extracto de estas Breves
Consideraciones:

La enorme importancia y trascendencia que la Conservación tiene (…) Nadie (…) dudará un
momento que sin una Conservación perfecta es trabajo completamente inutil el realizado por las
Brigadas en la primera parte de aquél, en el Avance propiamente dicho y, lo que es peor, una
Conservación defectuosa supone destrozo seguro de los millones que el país aporta y concede al
deseo de tener un buen Catastro (…)
Hemos vivido tan cerca e intensamente esta labor de Conservación y lo hemos hecho con tal
ilusión, entusiasmo, fe y cariño que, sin que ninguna de esas causas de espejismo dañe la
imparcialidad y serenidad de nuestras palabras, afirmamos que la esencia, la virtud, la piedra de
toque del Catastro de la riqueza rústica se encuentra en la Conservación del mismo (…)
Y en la Conservación es donde aquel elemento que en el pueblo desconfió de nosotros ante la
acción fiscal, debe apreciarar lo que representamos (…)
Más, no obstante esos albures de la opinión pública, una pléyade de hombres consumen a diario
sus energías juveniles, unos, otros languidecen agotados, casi viejos. Todos ponen a prueba su

308
En los escalafones del Cuerpo consta que Leandro Campini Fernández nació en Badajoz el 28 de mayo
de 1887 e ingresado en el Cuerpo de Ayudantes del Servicio Agronómico el 19 de febrero de 1909. Tuvo un
primer destino en la Escuela Práctica de Agricultura de Jaén. En los escalafones de 1922 y 1931 figura
destinado en el Catastro de Badajoz, en el de 1935 consta en la Sección Agronómica de la misma ciudad.
309
Según datos tomados de los escalafones del Cuerpo, Manuel Calvín Redondo había nacido en Madrid el
11 de noviembre de 1876 e ingresado en el Cuerpo el 30 de noviembre de 1917. El 1 de agostode 1919 fue
destinado al Catastro de Ciudad Real (escalafón de 1922). El escalafón de 1931 dice que seguía destinado en
Catastro, pero no especifica la provincia. En enero de 1943 prestaba servicio en la Central del Catastro en
Madrid. Es presumible, pues, que toda su carrera profesional la desarrolló en Catastro.

306
honradez intachable y sufren en silencio, desde hace muchos años, los embates de otros Cuerpos,
como si no fuera bastante la lucha tenaz contra la ignoranciar rural, ferozmente manejada por el
caciquismo batiéndose en retirada, impotente a la resistencia de la razón y de la justicia social que
nuestra labor impone (¡!) en la vida económica del agro, sustrayendo al señorito el famoso reparto,
arma secular de un feudalismo trasnochado (…)
En los años 1906 a 1914 (…) en nuestro Servicio el Ingeniero Agrónomo y su Ayudante el Perito
Agrícola eranlo todo, cuando un Ayudante Perito Agrícola croquizaba, parcelaba, redactaba estados,
hojas declaratorias, estadísticas, libretas de campo, delineaba cuando era necesario y, todo lo más,
recibía el auxilio de unos escribientes temporeros y locales (…)
¡Pobres Ayudantes de Catastro! Vuestra historia está por escribir, ¡Cuánto trabajo inapreciado!
¡Cuánta fatiga moral y física sufrida en la vida rural! ¡Qué resistencia orgánica contra las
inclemencias del ambiente en las diferentes épocas del año! (…) Qué decir de ese mismo Ayudante,
cuando rendido, cansino, entristecido por la vida de Brigada, logra alcanzar una Conservación,
pensando que así se aleja de la discusión, con el práctico en el campo; con el Secretario, el Alcalde y
la Junta Pericial en el Ayuntamiento; con los principales contribuyentes en el ahumado casinillo y,
con el pueblo en general, en la calle, en la Plaza, en el Paseo. Cuando al llegar a la Conservación,
algo viejo, cree que, amparado en la disposición que regulaba esta rama del Servicio, en ella podrá
hacer una vida más sedentaria, su desencanto es enorme, su ilusión se pierde, pues su trabajo lo ve
aumentado con el vértigo de una interminable serie de operaciones (…) ¡El delirio! ¡La locura! (…)
¡Pobre Ayudante-Conservador! ¡Así envejece aún más rapidamente q ue en Brigada! ¡Así hace
presa en él la neurastenia! (…)
Sin embargo no es sola cuestión de personal lo que hoy agobia y hace desmerecer su crédito ante
la opinión pública (…) al Servicio de Catastro, es también su defectuosa organización en general y
singularmente la de su fase de Conservación.
Los servicios generales de Catastro: Urbano, Rústico y Forestal, representan un conjunto de
funciones para todos, con unos catorce Cuerpos. Admitiendo la necesidad de todos ellos ¿será locura
pensar en que la unidad de acción y planes estaría mejor asumida (…) formando un organismo
central que pudiera ser la Dirección General de Catastros.

Finaliza esta primera parte formulando unas Propuestas de Carácter General,


agrupadas en 20 puntos, se seleccionan como más significativas:

Las Conservaciones quedarán siempre al sólo esfuerzo del personal facultatrivo de Ingenieros y
Ayudantes Agrónomos (…)
Las Juntas Periciales sólo informarán en la Conservación en aquellos asuntos o expedientes
iniciados a su nombre o el de los Ayuntamientos (…)
Se suprimirán las Juntas Provinciales de Catastro de Rústica.
Se suprimirá igualmente la intervención de la Junta Superior de Catastro en nuestro Servicio.
Estas tres Juntas son, no por nuestra culpa, elementos retardatrices de la misión Catastral y acaso
boscaje de caciquismo del que siempre huimos victoriosamente (…)
Formación del Fichero general de propietarios y riqueza en la Sección Central (…)
Conceder en todas las disposiciones que se dictan la importancia esencialísima que en la labor
catastral tiene la valoración (…)
Debe hacerse caso omiso de la resistencia de las Corporaciones municipales o de los grandes
propietarios a las operaciones de la Revisión que se pueda acordar de los líquidos imponibles, pues
esas resistencias son la causa de la deficiente valoración actual.

Entra seguidamente en el proyecto propiamente dicho que agrupa en tres Bases:

PERSONAL
BASE I

Personal que debe integrar una Provincia de Conservación.


0. UN INGENIERO JEFE PROVINCIAL (…)
1. UN AYUDANTE CONSERVADOR SECRETARIO. Este Ayudante no tendrá Zona a su cargo (…)
2. AYUDANTES CONSERVADORES, JEFES DE ZONA. Serán nombrados tantos como cabezas de
partido judicial tenga la provincia (…) residirán en la capital de éstas y en la misma se montarán las
oficinas de Zona a fin de guardar el paralelismo, siempre reconocido, con las del Registro de la
Propiedad respectivo (…)

307
3. AYUDANTES SEGUNDOS DE CONSERVACIÓN. Pueden y deber ser nombrados tantos cuantos
las necesidades del Servicio lo requieran (…)
4. DELINEANTES (…)
5. TÉCNICOS ADMINISTRATIVOS (…)
6. AUXILIARES DE ZONA. Cuantos se estimen necesarios por el Ayudante Conservador (…)
7. SUBALTERNOS Y PORTEROS (…)
8. CHOFFER. Limpiador y conservador del carruaje oficial de la Jefatura.

El autor se extiende en detalles sobre selección para ocupar cada uno de estos puestos.

Con relación a los ingresos económicos del personal, detalla de forma minuciosa los
componentes de las retribuciones de cada cargo o puesto.

CONDICIONES QUE DEBE REUNIR EL PERSONAL


DERECHOS Y DEBERES
BASE II

El Ingeniero Jefe de la Conservación puede ostentar cualquier categoría en el escalafón de su


Cuerpo.
Será nombrado por concurso (…) Existirá incompatibilidad (…) No podrá dedicarse a ningún
negocio de carácter agrícola. No podrá efectuar trabajos particulares dentro de la provincia (…) No
habitará en la Casa-Oficina (…)

Describe de forma pormenorizada las competencias de éste y los restantes cargos,


que no hace al caso reproducir. Resultan especialmente significativas las que atribuye a los

Ayudantes-Conservadores. Jefes de Zona. He aquí el personal médula del Servicio de Catastro en su


importante aspecto de la Conservación (…)
Meritísima es la labor efectuada por el Ingeniero Agrónomo hasta el momento de entregar y ser
aprobadas las cuentas del líquido y clasificaciones de un término municipal, pero su personalidad se
esfuma y aparece en toda su intensidad y valor la del Ayudante a quien se entrega un Registro fiscal
para la dura faena de su Conservación y mejoramiento. Es el centinela (¡!) que el Estado coloca
como guardián atento del Tesoro descubierto que ha de vigilar constantemente y, a ser posible,
aumentar (…)
Lógico, pues, sería pensar que el funcionario que tenga a su cargo y represente y defienda todos
aquellos factores tan variables, debe tener, debe reunir condiciones especiales para el desempeño de
tan ardua misión (…) Si aquí intentáramos hablar de nuestra fe y creencia en la necesidad de crear
un Cuerpo especial de Conservadores del Catastro de Rústica, haría sonreir aún a nuestros amigos y
compañeros, poniendo tal vez en tela de juicio el estado normal de nuestro cerebro (…)

DESARROLLO DEL SERVICIO


LINEAS GENERALES
BASE III

Establece varios apartados: Expedientes, Exenciones, Certificaciones, que


desarrolla con detalle.

Finaliza el trabajo con unas Conclusiones que se exponen como resolución al


verdadero Servicio de Conservación del Catastro de la Riqueza Rústica. De éstas,
destacamos:

Suspensión inmediata de todos los trabajos catastrales que el Instituto Geográfico realiza
actualmente, encargándose de los mismos, de modo exclusivo, el personal de Ingenieros Agrónomos
y Peritos Agrícolas (…)
Desconcentración del personal, desplazándolo de las capitales a la cabezas de partido judicial,
creando así las Zonas de Conservación (…)

308
Supresión de toda intervención de la Junta Superior de Catastro (…)
Que, cualquiera que sean las derivaciones de nuestro Servicio, no se tolere la vuelta al mismo de
los Geómetras, hoy enmascarados con nombre o denominación similar a la que ostentamos en
Catastro los Peritos Agrícolas.

¡Al enemigo ni agua! Está visto que la polémica con los Geómetras, a la que se ha
dedicado un amplio epígrafe en el capítulo VI, era una herida no cicatrizada. La
adscripción de los Geómetras al Instituto Geográfico en virtud del Real Decreto de 19 de
noviembre de 1925 no resolvió el problema como queda visto en estas Conclusiones.

Similar al anterior, aunque de mucha menor extensión, es un trabajo fechado en


mayo de 1935 y firmado por los Ayudantes de Málaga. Entre los firmantes aparece
Enrique Ayllón Camacho310 que pudo ser el impulsor del escrito. Se reproduce lo más
destacable de éste:

Poca importancia se ha dado en realidad al trabajo de Conservación por algunos maliciosos al


por considerarlo como un retiro honroso y los más por no conocer la importancia que en la vida
social tiene (…) Deseando salir de una vez de este letargo, tan suicida y perjudicial para los intereses
del Estado (…) exponemos unas ideas acerca de su funcionamiento (…)
La Conservación debe expresar periódicamente la modalidad de la propiedad. Para este fin se
hace necesario efectuar con regularidad las modificaciones que ella experimenta (…) subsanando los
errores a que dio origen la rápida ejecución del Avance (…)
Para ello es necesario que los funcionarios encargados de estos trabajos reúnan determinadas
condiciones: amar al Servicio, conocimiento de la provincia o la parte de ella en que ejerza sus
funciones y que apliquen estos conocimientos (…) con la debida equidad (…)
Esta función, una de las más penosas y difíciles, por la complejidad de factores que en ella
intervienen, necesita más que ninguna otra de la confianza del Estado hacia sus ejecutores (…)
Además (…) tiene que gozar el funcionario de la del contribuyente, con quien debe, no sólo convivir
constantemente granjeándose su estimación por la justicia de sus actos hasta arraigar en él la
necesidad del tributo (!), sino que adquiera también el convencimiento de su imparcialidad (…)
¿Qué debe hacer para conseguir este bello ideal? Nada mejor para ello que el técnico viva en la
cabeza del partido judicial (…) conociendo al detalle cuanto se relaciona con la producción, los
conflictos sociales del campo, valores de venta y renta (…) conocimientos muy necesarios para los
tres fines que se persiguen en la Conservación del Catastro: el social, el tributario y la regulación de
la propiedad (…)
PRIMERO, EL SOCIAL.- Si el funcionario (…) ha conseguido la confianza de sus convecinos, nada
más fácil que intervenir en sus conflictos (…) ¡Qué grande, que hermoso es para un funcionario
estar colocado en el fiel de la balanza (¡!) y evitar o resolver los conflictos que se puedan plantear!
(…)
SEGUNDO, EL TRIBUTARIO.- Si es grande la labor (…) en el campo social, no lo es menos y,
sobre todo, más fundamental la conservación del Catastro (…) ordenando a este fin los trabajos de
campo y de gabinete que sean necesarios efectuar (…)
Fundamento y base de ello son las divisiones y cambios de cultivo (…) pues cada propietario
figuraría con su verdadera riqueza (…) cambios de cultivo, bien a instancia de parte o por iniciativa
del técnico encargado de la Conservación (…)
TERCERO, REGULARIZACIÓN DE LA PROPIEDAD.- La Oficina de Conservación Catastral estará
en íntimo contacto con la Notaría o Notarías del Partido y con el Registro de la Propiedad (…) a fin
de que estas sean el reflejo fiel de las fincas en todas sus características en el momento actual (…)
aunque para ello sea preciso en algunos casos el reconocimiento del predio sobre el terreno.

310
Enrique Ayllón Camacho había nacido en Jaén el 24 de diciembre de 1874 y aparece en el escalafón de
1906 entre los primeros integrantes del Cuerpo con fecha de ingreso el 20 de septiembre de 1903. Todos sus
destinos fueron en Catastro. En el escalafón totalizado el 7 de enero de 1943, cuando contaba ya 68 años, era
el número uno del mismo y estaba destinado en el Catastro de Málaga. Al redactar este trabajo contaba
sesenta años.

309
Tanto este trabajo, como el anterior de Calvín, destilan un idealismo utópico que
debía ser bastante común entre los Ayudantes, ya oficialmente Peritos Agrícolas,
Conservadores del Catastro, a juzgar por las adhesiones que recibían de sus compañeros.

Fechada en agosto de 1935, desde Córdoba se remite la siguiente carta:

Reunidos en el día de la fecha, los Peritos Agrícolas Conservadores de la provincia de Córdoba,


con el fin de dar algunas orientaciones al compañero de la de Málaga, don Enrique Ayllón Camacho,
nombrado Asesor Técnico del Servicio de Conservación Catastral, acuerdan por unanimidad lo
siguiente:
1º. Opinan que el régimen interior de las Conservaciones debe retrotraerse a la fecha anterior al
31 de agosto de 1934, en la que se publicó el Decreto reorganizando el Servicio 311 (…) y en
su consecuencia debe redactarse el Reglamento de la Ley de 6 de agosto de 1932 312 los
Registros fiscales que se han intentado llevar a efecto (…) son un verdadero fracaso (…)
Ahora pretenden achacar el fracaso al personal que lo venía ejecutando (…)
2º. Se pretende ahora crear unas inspecciones ajenas a los Cuerpos facultativos, con la única
misión de perseguir al personal (…)
3º. Creemos, en cuanto al Servicio de Conservación, que el fracaso es tan rotundo como el del
Registro fiscal, puesto que en la actualidad las Conservaciones están completamente
anuladas (…)
Por todo lo expuesto, creemos que, según noticias que circulan, se piensa por los poderes públicos
en la reorganización a fondo del Servicio, que en efecto bien se lo merece, siendo esta la ocasión en
que por un compañero de los méritos y competencia del Sr. Ayllón Camacho, avalados por el sentir
de otros con iguales méritos, será la hora de conseguir la reivindicación de los derechos perdidos.

Con fecha 1.º de agosto de 1935 se dicta la llamada Ley de Restricciones, sus
Decretos de aplicación están fechados el 28 de septiembre y firmados por Joaquín
Chapaprieta, que acumulaba los cargos de Presidente del Consejo de Ministros y Ministro
de Hacienda. En el ámbito catastral, los Decretos de 28 de septiembre y el de 4 de octubre
producen una fuerte reacción, la Asociación de Peritos Agrícolas del Estado redacta unas
notas para su presentación al Ministro de Hacienda, en cuanto a Conservación se pide:

Que las Conservaciones de Catastro vuelvan a ser lo que eran antes de la promulgación de los
últimos Decretos y que el Perito Agrícola del Estado sea el Jefe de Zona, las cuales estarán
constituidas por Partidos Judiciales completos y colindantes.

En vísperas ya de la guerra civil, con fecha 30 de abril de 1936, la Asociación de


Peritos Agrícolas del Estado elabora una Ponencia sobre Reorganización de los Servicios
del Catastro de Rústica. En sus Conclusiones, y con relación a la Conservación, además de
reproducir el párrafo antes copiado, se dice:

En el caso de que las Conservaciones no vuelvan a ser lo que fueron hasta el 31 de agosto de 1934,
que se delimiten con claridad y precisión las atribuciones de los funcionarios facultativos y las de los
administrativos, debiendo corresponder a los Peritos Agrícolas la expedición de las certificaciones.

En plena contienda, no sólo se siguen redactando escritos sobre Catastro y su


Conservación por parte de los Peritos Agrícolas, sino que éstos proliferan. Así en los
comentados Apuntes de Catastro, de José M.ª Viscor, redactados en Zaragoza en 1937,
cuando comenta el procedimiento de Registro fiscal implantado por Decreto de 31 de
agosto de 1934 dice:

311
Volvía a poner en vigor el Catastro por masas de cultivo.
312
Anteriormente se ha expuesto el extracto de un borrador de ese Reglamento en lo referente a
Conservación Catastral.

310
Se comete el gravísimo error de destruir los Servicios de Conservación catastral, con lo que se
destruye la labor de muchos años de incesantes trabajos.

Concluye el trabajo proponiendo un Plan que, con relación a la Conservación, entre


otras cuestiones, manifiesta:

En los servicios provinciales se crearán las Conservaciones, a cargo de un Perito Agrícola del
Estado por cada partido judicial, ayudado por los partidos judiciales que aconseje la extensión e
importancia del partido (…) El conjunto de las Conservaciones de una provincia estarán bajo la
jefatura de un Ingeniero Agrónomo (…)
Las plazas de Perito Conservador serán de propiedad y se cubrirán siguiendo las normas de
antigüedad en los Servicios de Catastro, siendo condición indispensable llevar por lo menos diez
años de servicio en Catastro.

En enero de 1938, desde Salamanca Nicolás Ramos González y Fernando Márquez


Conde elaboran un Proyecto de Reorganización del Servicio de Catastro, con relación a la
Conservación escribe:

Tan pronto como surjan efectos tributarios todos los términos municipales que constituyen un
partido judicial, se organizará el Servicio de Conservación con un Perito Agrícola del Estado, un
Delineante y dos Auxiliares Administrativos-Mecanógrafos (…) el Perito Agrícola del Estado, Jefe
de la Zona respectiva.

En octubre de 1938, desde Granada, Gustavo Vallejo Lara redacta su Estudio sobre
Catastro, extenso trabajo comentado anteriormente. En el tono novedoso y hasta
pintoresco que caracteriza a este autor, refiriéndose a la Conservación escribe:

Diremos que ha sido poco comprendida por la Superioridad y que no ha sido ni ha podido ser
atendida de la forma que requiere por el Conservador, por la extensión de las zonas que se le han
asignado (…)
Es inconcebible que (…) se tenga que efectuar [la Conservación] por el lento y desprestigiado (¿?)
procedimiento del expediente administrativo por el que jamás podrá depurarse el Catastro.

Más adelante, cuando se adentra en la exposición de su original procedimiento,


propone con relación a la Conservación:

El sistema de Conservación que vamos a exponer requiere que en él exista, además del personal
actual de Ingenieros y Peritos, Delineantes y Oficiales administrativos y un Notario (¡!) afecto a la
Conservación para que liquide y legalice los títulos (…)
VENTA DE UNA FINCA. FORMA DE EFECTUARLA, TITULARLA, REGISTRARLA Y LIQUIDARLA.-
El comprador y el vendedor pueden presentarse ante cualquier Notario de la Nación (…)
El Notario cobra los honorarios que se estipulen al vendedor y se queda con el título que tiene el
deber de entregar, o hacer llegar bajo su responsabilidad, a la Oficina de Conservación (¡!) en el
plazo de cinco días.

El autor llega hasta estos límites en su idealización de la Conservación, de cuyo


procedimiento minucioso sólo se han reproducido unas breves notas. De modo similar a la
venta se manifiesta con relación a transmisiones por herencia, segregaciones y particiones,
refundiciones, hipotecas y altas y bajas de valores. En esta cuestión adopta posiciones tan
extremas como ésta:

Todo aumento de valor que el propietario haga tener a su finca debe registrarlo [en Catastro], pues
de no estar registrado corre el riesgo de perderlo.

311
Después de la guerra civil, los problemas de la Conservación seguían sin resolverse
en opinión de los Peritos, así en una Notas sobre Catastro fechadas el 16 de febrero de
1944, puede leerse:

Uno de los errores más graves que se vienen cometiendo respecto al Catastro es el que una vez
terminados los Avances Catastrales y descubierta la riqueza oculta, se ha descuidado completamente
la Conservación.
La sabia Ley de 1906 ordenaba en su artículo 27, que una vez aprobados los trabajos del Avance
Catastral en todos los términos correspondientes a un mismo Registro de la propiedad, se
estableciera una oficina de conservación en la cabeza del partido, y a ser posible en la misma oficina
del Registro (…) Por el año 1908 empezaron estas oficinas a funcionar en algunos partidos
judiciales (Ciudad Real, Albacete, Toledo y Madrid) en que se terminaron los trabajos; pero al
publicarse la Ley de 29 de diciembre de 1910 se ordenó se concentraran estas oficinas en la capital
(…)
Una vez concentradas las conservaciones en la capital y ante el deseo de llevar el personal
facultativo de Peritos a otras provincias con el afán de ir descubriendo la riqueza, iban quedando las
Conservaciones completamente descuidadas y en manos de los Administrativos (…)
Pero para acabar con todo lo hecho en el Catastro, en el Decreto de 31 de agosto de 1934 se
separan los trabajos facultativos de los administrativos y se llevaron la mayor parte de la
documentación de los Avances Catastrales a las Delegaciones de Hacienda, quedando de hecho la
Conservación dividida en dos oficinas distintas y completamente desarticulado el Servicio, puesto
que unos documentos son complementarios de los otros (…)
La Orden de 16 de diciembre de 1941, con buena lógica suspende los trabajos de Masas de cultivo
y Registro fiscal y vuelve a reunir los documentos del Avance en las Conservaciones (…) pero
siguen las oficinas de Conservación con escasez de personal.

De fecha enero de 1953 es una Moción que la Asociación Nacional de Peritos


Agrícolas del Estado presenta al Ilmo. Señor Director General de Propiedades y
Contribución Territorial, con sugerencias para mejorar e intensifica, dentro de los la
Riqueza Rústica. Dice con relación a la Conservación:

Zonas de Conservación.- Desde la aplicación de la O. M. de 20 de enero de 1950, por la que cada


provincia quedaba dividida en cuatro zonas de conservación, se viene exponiendo reiteradamente a
esta Asociación por los Peritos Conservadores, la conveniencia de llegar a V. I. lo irreal y arbitraria
que resulta en la práctica dicha división. Por tanto, atendiendo a este ruego, pedimos a V. I. se
derogue este sistema y sea aplicado el establecido en las OO. MM. De 16 de diciembre de 1941 y 1
de febrero de 1944 que taxativamente disponen que para los trabajos ordinarios de conservación se
dividirá cada provincia en tantas zonas como sean precisas, atendiendo a los grados de parcelación,
distribución de la propiedad, cultivos y riquezas de los términos municipales que integren cada una
(…)
Autoridad del Perito.- Que, de manera fehaciente se robustezca la autoridad del Perito,
paralelamente a su responsabilidad, en particular la de aquéllos que ostenten Jefatura de Zona de
Conservación.

A lo largo de estos cincuenta primeros años de Conservación Catastral, se ha


podido comprobar cómo fue una constante que la opinión de los Ayudantes del Servicio
Agronómico (después Peritos Agrícolas del Estado) y sus respectivas Asociaciones se
dejara oír en todo momento, a veces de forma apasionada, como prueba de la importancia
que, como se decía al principio de este epígrafe, atribuían al cargo de Perito Conservador.

Dejando al margen opiniones que pueden resultar utópicas antes reproducidas, que no
dejan de ser una prueba más de la profunda vocación y entusiasmo con que estos
profesionales desarrollaban su trabajo y el convencimiento en que vivían de la
trascendencia de su labor y que, situándonos en el contexto histórico en que se formulaban,

312
no estaban demasiado apartadas de la realidad. Al margen de éstas, las constantes que
aparecen de forma recurrente en estos escritos serían:

1º. División de las provincias en Zonas de Conservación, coincidentes con los


Partidos Judiciales o agrupaciones de éstos.
2º. Aspiración a que se hiciera realidad el establecimiento de Oficinas de
Conservación en las cabeceras de esos Partidos y, a ser posible, en los mismos
locales de los Registros de la Propiedad.
3º. Refrendar por disposiciones legales la Jefatura de esas Zonas a favor de los
Peritos Agrícolas del Estado (o Ayudantes de Montes), que aunque solía serlo
de forma tácita en pocas ocasiones apareció de forma expresa.
4º. Un cierto sentimiento de clase por parte de los que ocupaban plaza de
Conservadores, a las que se accedía por Concurso y cuyas reglas fueron objeto
de enconados conflictos.

4. ¿CONSERVACIÓN O MANTENIMIENTO?

Según el Diccionario de la Lengua Española, de la Real Academia 313, conservar es


“mantener una cosa o cuidar de su permanencia”, conservador es “el que conserva”;
mantener es “conservar una cosa en su ser, darle vigor y permanencia”, la expresión
mantenedor no está contemplada en esta edición del Diccionario aunque es posible su
admisión posterior.

En el Diccionario de Uso del Español, de María Moliner314 la acepción primera de


conservar es “guardar, mantener: hacer que dure una cosa, que dure en un sitio o que dure
en buen estado”, aporta otras dos significados de esta palabra; sobre conservador dice: 1.
“se aplica a la persona que guarda o hace durar las cosas que tiene”, 2. “se aplica a la
persona que, con carácter de empleado subalterno o con el de técnico, tiene a su cargo
conservar un museo o algo semejante; contiene otras dos acepciones de esta palabra.
Refiriéndose a mantener, dice: 1. “sujetar o sustentar una cosa para que no se caiga (…) 3.
“hacer lo necesario para que una cosa no decaiga, se extinga o perezca”, 4. “conservar una
cosa en cierta forma que se expresa (…), siguen hasta doce acepciones de esta palabra sin
relación al caso que se debate; sobre mantenedor dice “persona que dirige o preside la
celebración de las justas, torneos, juegos florales, etc.

Consultado, finalmente, el Diccionario Ideológico de la Lengua Española, de Julio


Casares315, en su Parte Analógica se encuentra una entrada para conservación y entre las
palabras afines aparece mantenimiento. Para la expresión mantenimiento no contempla
entrada independiente.

El resultado de las consultas no puede ser más rotundo a favor de conservación y


conservador. Además, si se recurre al mundo de las imágenes mentales, la expresión
conservador nos sugiere tareas destacadas, como decía María Moliner “conservar un
museo o algo semejante”; con relación a mantenedor, dejando a un lado lo de “justas,
torneos o juegos florales”, que más bien son ocupaciones extemporáneas, nos hace pensar

313
Edición de 1970.
314
Segunda Edición, 1998.
315
Segunda Edición, puesta al día, 1971.

313
en el señor, muy digno, que la tiene a su cargo en una determinada dependencia y que
suele aparecer vestido de mono azul y ceñido por un cinturón del que cuelgan
herramientas.

Tras esta introducción semántica, habría que añadir que el autor de este trabajo, con
treinta y nueve años de destino en Catastro, se ha sentido muy sensibilizado por este
dilema desde que por primera vez vio por escrito el término mantenimiento, con relación a
lo que siempre se había entendido como conservación, y se ha manifestado en varias
ocasiones, oralmente y por escrito, sobre el mismo.

Se quiere resaltar, en primer lugar y con relación a esta materia que, en lo que se
lleva desarrollado de este capítulo sobre Conservación, en ningún momento en
disposiciones legales ni en opiniones de los profesionales del Catastro o sus Asociaciones,
jamás se ha visto utilizada otra expresión distinta a conservación, como pueda ser
mantenimiento.

También se ha podido comprobar la categoría atribuida, tanto en la normativa como


por los profesionales, a la Conservación que, superando lo que puede ser una tarea o
actividad del Catastro, adquiere en algunos momentos un rango que se aproxima a lo
institucional. Todo ello en el contexto de un organismo más que centenario de nuestra
Administración, en la que debe ocupar un lugar destacado por su trayectoria desde el siglo
XIX y en el que la terminología utilizada, como revisión o renovación, no es algo aleatorio
o circunstancial sino formas de expresión muy arraigadas.

Entonces ¿cuándo, cómo y por qué surge el mantenimiento? Sobre las dos primeras
preguntas, se conocen bastantes datos pero no se dispone en este momento de una
respuesta exacta, aunque se trata de circunstancias de tiempo y modo que tampoco es
imprescindible conocer de forma precisa a los efectos que de esta polémica. El porqué será
difícil determinar.

Es un hecho conocido y constatable que, al menos a partir de 1990, en


publicaciones del Centro de Gestión Catastral y Cooperación Tributaria comienza a
utilizarse la expresión mantenimiento para describir actividades que siempre habían sido
nombradas como de conservación. Ejemplo de ello las Normas reguladoras del Catastro,
importante y extensa publicación aparecida en 1990, en cuya Presentación el Director
General del Catastro escribía:

Sin duda aportará un instrumento no desdeñable para todos aquellos que estén interesados en el
conocimiento del marco jurídico que sustenta el Catastro, y aún más, para quienes en razón de su
dedicación profesional estén obligados a manejarlo habitualmente.

El capítulo I se ocupa de La gestión del Catastro y su punto 1.2. lleva por título
Mantenimiento del Catastro. ¿Empezó aquí todo? No se sabe ciertamente, pero sí que esto
molestó a algunos que no le encontraron justificación, viendo que las actuaciones que se
describían siempre se habían entendido como Conservación. Además, el punto anterior,
1.1. Normas generales, que es el primero del libro, se inicia reproduciendo algo tan
importante para el Catastro del momento como fue la Disposición Adicional Cuarta de la
Ley 39/1988, cuyo punto 2. dice:

La formación, conservación, renovación, revisión y demás funciones inherentes a los Catastros


Inmobiliarios.

314
Dos cuestiones a destacar sobre este texto: primera, a la función que realiza el
Catastro se nombra como conservación; segunda, con esta enumeración la Ley hace un
recordatorio de lo que se ha escrito anteriormente, esta institución centenaria que es el
Catastro ha consolidado a lo largo del tiempo una terminología que, salvo razones que los
justifiquen, no debería ser alterada.

El siguiente epígrafe del libro, 1.3., se titula Revisiones y renovaciones catastrales.


En este caso no sólo se ha mantenido la terminología tradicional a la hora de describir las
funciones sino que, en una nota a pie de página, se hacen oportunas aclaraciones sobre
ellas.

¿Qué pasa entonces con la Conservación?, ¿Dónde se tomó la decisión del cambio
terminológico? Aunque el Director General, en su Presentación del libro que se comenta,
destaca “la labor realizada por la Subdirección General de Estudios y Estadística, gracias a
cuyos esfuerzos y dedicación ha visto la luz el presente trabajo”, no parece creíble que esta
dependencia tomase la decisión del cambio, para lo que debió dejarse asesorar por fuentes
especializadas. El titular de esta Subdirección en el Prólogo de la obra señala que “los
propios enunciados de los capítulos son ya una aproximación a las distintas cuestiones que
debería abordar en nuestro país una futura Ley de Catastro”. Ciertamente que la
conservación no es el enunciado de un capítulo pero, a los efectos de lo que expresa el
Subdirector de Estudios, como si lo fuera porque le sobran méritos para merecerlo.

A partir de esa fecha, 1990, en diversas disposiciones de rango menor, en


publicaciones o en comunicados internos del Centro directivo proliferó el uso de
mantenimiento. De este modo, la Memoria 1991-1992 del Centro de Gestión y
Cooperación Tributaria titula su punto 4. Mantenimiento del Catastro, al que define:

Por mantenimiento de los catastros inmobiliarios debe entenderse todos aquellos trabajos
consistentes en actuaciones individualizadas mediante las cuales se reflejan en los mismos las
alteraciones producidas en los bienes inmuebles, tanto de orden físico como jurídico o económico.

Es posible que el hecho de producirse esta definición de mantenimiento signifique


una novedad, porque su antecesora la conservación nunca lo había sido de manera
rigurosa, pero resulta exigua porque no alude a la corrección de errores del Catastro,
realizados a instancia del interesado o de oficio, que constituyen una actuación destacada
de la conservación. De su antecesora la conservación la definición más conocida, que por
su extensión y minuciosidad mejor sería llamar descripción de los trabajos, contenida en el
artículo 39 del Reglamento de 1913. En enero de 1998, el autor de esta obra propuso para
conservación:

Conjunto de actuaciones cuyo objetivo será conseguir la permanente validez y actualidad del
Catastro, mediante un continuo seguimiento de los cambios que afecten a las circunstancias físicas,
económicas y jurídicas que definen la propiedad territorial, así como la corrección de los errores que
contiene la caracterización de los bienes inmuebles y su incorporación a la base de datos316.

No obstante el cambio iniciado, durante algún tiempo en la normativa legal de


mayor rango se mantuvo la expresión conservación. Ejemplo de ello:

316
Escalona Molina, Manuel, ob. cit., pág. 43.

315
Real Decreto 1330/2000, por el que se desarrolla la estructura orgánica básica del
Ministerio de Hacienda, artículo 5:

Dirección General del Catastro


1. La Dirección General del Catastro tendrá a su cargo las siguientes competencias, que ejercerá
directamente o, en su caso, a través de las Gerencias Regionales o Territoriales:
a) La realización o, en su caso, la dirección, control y coordinación de los trabajos técnicos de
formación, conservación y revisión de los catastros inmobiliarios.

Puede decirse que éste habría de ser el epílogo de la Conservación, ésta había
durado exactamente el tiempo que la Ley del Seis estuvo en pleno vigor. Estaba a punto de
desaparecer una forma de hacer y entender el Catastro.

El B.O.E. del 24 de diciembre de 2002 publica la Ley 48/2002, de 23 de diciembre,


del Catastro Inmobiliario, el punto 4 de su artículo 1 dice:

La formación y el mantenimiento del Catastro Inmobiliario y la difusión de la información


catastral es de competencia exclusiva del Estado. Estas funciones, que comprenden, entre otras, la
valoración, la inspección y la elaboración y gestión de la cartografía catastral, se ejercerán por la
Dirección General del Catastro.

La función ejercida por el Catastro había cambiado definitivamente de nombre: ¡La


Conservación ha muerto!, ¡Viva el Mantenimiento! La consolidación del término se
produciría con las disposiciones legales que siguieron a ésa:

El Real Decreto Legislativo 1/2004, de 5 de marzo, por el que se aprueba el texto


refundido de la Ley del Catastro Inmobiliario, en su parte introductoria III, dice:

Se ha procurado, a pesar de la antigüedad de la Ley [de 23 de marzo de 1906], respetar en lo


posible su terminología para dar virtualidad a la labor refundidora, introduciendo las adaptaciones
mínimas necesarias para evitar discordancias con la terminología actual.

Está claro que en el caso de la conservación eso no fue posible, viendo su:

Título II. De la formación y mantenimiento del catastro inmobiliario.

Situación que se repite en el Real Decreto 41/2006, de 7 de abril, por el que se


desarrolla el Texto Refundido de la Ley del Catastro Inmobiliario, aprobado por Real
Decreto Legislativo 1/2004 de 5 de marzo (B.O.E. de 24 de abril):

Título III. De la formación y mantenimiento del Catastro Inmobiliario.

Han quedado virtualmente contestadas dos de las tres preguntas planteadas unos
párrafos más arriba, el cuándo y el cómo; queda por conocer una explicación al porqué.
Ésa es una cuestión más problemática y lo que se diga sobre ella, al nivel en que se
desarrolla esta obra, nunca podría pasar del ámbito especulativo, puesto que no se ha
encontrado ningún testimonio escrito que justifique la decisión de este cambio. Y ¿por qué
no se habría de especular si este trabajo no es doctrinal?

Recordando el contenido de los anteriores epígrafes de este capítulo puede verse


que eso de la Conservación siempre, especialmente en la primera mitad del siglo XX, fue
algo que interesó de manera especial a los Peritos, como quedó acreditado en los
numerosas ocasiones en que se manifestaron sobre esta cuestión. Y es que en estos

316
trabajos, en su contexto tradicional, los Peritos Conservadores acaparaban prácticamente
toda la actividad.

No ha sido posible determinar la fecha, pero debió ocurrir a principios de la década


de 1960, cuando desapareció o cayó en desuso esa, que se podría llamar, categoría
profesional de Perito Conservador y a todos estos titulados se les pasó a reconocer
genéricamente como Peritos Agrícolas del Estado o, más comúnmente, Peritos del
Catastro. Aparte de esa formalidad, ocurrió un cambio en el terreno de la actividad, donde
dejaron de existir distinciones y todos hicieron de todo, renovaciones y conservación.

En este planteamiento, si el cambio de denominación de conservación por


mantenimiento se hubiese producido cuarenta o cincuenta años antes, alguien, que podría
ser todo este colectivo o su Asociación, podría haberse dado por aludido o, mejor, por
afectado, al entender que se pretendía dejarles sin oficio, puesto que, como quedó visto en
el análisis semántico de ambos términos al mantenimiento como actividad resulta
complicado asignarle un responsable. Pero el cambio se ha llevado a efecto en un momento
en que los que fueron de hecho Peritos Conservadores ya habían desaparecido de la
plantilla activa del Catastro y sólo unos pocos de los actuales Ingenieros Técnicos
Agrícolas del Catastro conocerán estos acontecimientos, de ahí que casi317 nadie, que se
sepa, ha reaccionado. ¿Quiere decir esto que “los tiros no van por ahí”? Tampoco se puede
hacer esa afirmación de forma absoluta, puesto que podrían existir otras posibles causas
menos directas como, por ejemplo, el recelo de que si seguía usándose la expresión
Conservación, los actuales herederos de los Conservadores, que en esa actividad
actualmente carecen de la preeminencia de antaño, pudieran utilizarla como plataforma
reivindicativa. Pero bueno, como se decía antes, esto son puras especulaciones y es el
momento de cerrar este capítulo.

A modo de postdata de este capítulo, en el que tanto se ha escrito sobre los Peritos
Conservadores, parece justo dedicar también un recuerdo a los Peritos Secretarios.

Sobre el origen, o testimonio antiguo, del cargo de Perito Secretario puede


examinarse el Real Decreto de 19 de febrero de 1901, que aprueba el Reglamento
provisional para la aplicación de la Ley de 27 de marzo de 1900, en lo relativo a la
formación del Catastro de la riqueza rústica y pecuaria establece:

Art. 8. A cada una de las provincias en que se emprendan los trabajos a que se refiere este
Reglamento, se destinará un ingeniero agrónomo Director en ella del servicio agronómico-catastral
y el número de Ingenieros agrónomos y Peritos agrícolas que se juzgue necesario (…)
Este personal se organizará en brigadas, compuestas cada una por lo menos de un Ingeniero
agrónomo, Jefe de ella, y de dos Peritos agrícolas, Ayudantes de la misma.
A cada Dirección se destinará un Perito agrícola, un Escribiente y un Ordenanza (…)
Art. 25. El Ayudante de la Dirección de los trabajos, en cada provincia, servirá a la inmediatas
órdenes del Director de los mismos, ejerciendo funciones de Secretario, y acompañándole en las
visitas cuando sea conveniente.
Llevará los libros siguientes:
a) Registro de entrada y salida de documentos.
b) Libro de contabilidad.
c) Registro del estado y curso de los trabajos.

317
Se antepone esta partícula porque, al menos, el autor de este trabajo sí que reaccionó en su momento.

317
318
XV. EL INSTITUTO GEOGRÁFICO Y EL CATASTRO

Antes de finalizar este trabajo sobre el Catastro se hace ineludible dedicar un


espacio al Instituto Geográfico, en cuanto organismo productor de gran parte de la
cartografía utilizada por el Catastro de Rústica durante el siglo XX y que la progresiva
sustitución de los planos parcelarios por ortofotos hacen presagiar una injusta caída en el
olvido de la importantísima labor desarrollada por el Instituto en el ámbito del catastro
desde su fundación en 1870 hasta 1989, en que el Real Decreto 585/1989, de 26 de mayo
desarrolla la Ley 7/1986, en materia de cartografía catastral y en su artículo 5.1., dispone
que ésta es competencia del Ministerio de Economía y Hacienda.

Con el nacimiento del Instituto Geográfico culmina un largo proceso hacia la


conformación de la cartografía catastral en España, que puede decirse tiene su inicio con
una etapa previa que arranca de 1841 cuando Manuel Cortina, ministro de la Gobernación
del gobierno de Espartero, ordena proceder a la formación de los mapas de las provincias
con el motivo expreso de servir de fundamento al catastro y casi simultáneamente, el 7 de
febrero de 1841, decretó una Estadística de la Riqueza, que habría de servir para un reparto
más equitativo de las contribuciones directas a implantar.

Un siguiente paso se daría en enero de 1853 cuando Mariano de Marcoartú y


Antonio López del Rincón presentaron un proyecto de estadística al Ministerio de
Fomento. Se titulaba Sistema práctico de estadística general activa de España e incluía la
utilización de la topografía para la medición del territorio. Pronto comenzarían a celebrar
reuniones con un representante del ministerio de la Gobernación a fin de exponer las
excelencias de su proyecto. Los asistentes a las reuniones procedieron a autodenominarse
Comisión especial facultativa de Estadística general de España, nombre que acabaría por
ser aceptado por el gobierno. De Gobernación el asunto pasó a Fomento, donde en enero
de 1855 el jefe del Negociado de Agricultura refundó la Comisión y nombró vocales
expertos en Estadística, bajo la presidencia del prestigioso Pascual Madoz, que cesaría al
ser nombrado ministro de Hacienda.

Algunos estudiosos que siguen el Catastro desde su faceta puramente cartográfica,


adoptan la fecha de 1856 como punto de partida de su historia, es el caso de Paulino
Martínez Cajén318 que divide la historia del Catastro (hasta 1928) en cinco épocas, la

318
Paulino Martínez Cajén, Ingeniero Geógrafo ocupó destacados cargos en el Instituto Geográfico y otros de
carácter político. Fue miembro de la Comisión nombrada en cumplimiento de lo dispuesto en el Real Decreto
de 16 de febrero de 1924, allí mantuvo una posición en defensa de la concentración en el Instituto Geográfico
de todos los trabajos catastrales, enfrentada a la que, en nombre de los agrónomos del Catastro de Hacienda,
personificaba José Andrés de Oteyza. En 1928 ocupaba los cargos de Ingeniero Jefe del Cuerpo de Geógrafos
y Secretario de la Junta Superior del Catastro. Los días 25 de abril y 3 de mayo de 1928 pronunció dos
conferencias en el salón de actos del Ministerio de Fomento con el título de Historia y estudio crítico del
Catastro en España y de las distintas fases por que ha ido atravesando. Ley de 3 de Abril de 1925, que será
utilizada en este capítulo como referencia para la descripción de los trabajos catastrales del Instituto desde su
fundación hasta la Dictadura de Primo de Rivera. Presidió la Comisión para establecer la coordinación entre
el Registro de la Propiedad y el Catastro parcelario, creada por Real Orden de 14 de mayo de 1928 y de la
que formaron parte prestigiosos Notarios y Registradores de la Propiedad. En 1931 está fechada su obra El
Avance Catastral y la fotografía aérea. Rectificación de conceptos y cifras; por estas fechas fue miembro de
una comisión mixta del Ministerio de Hacienda y del Instituto Geográfico, de la que también formaron parte
otras figuras destacadas del Catastro, García-Badell, Suárez-Inclán, Pando y Aznar, para estudiar las
aplicaciones de la fotogrametría aérea al Catastro. El 16 de junio de 1955, en el Salón del Consejo de
Investigaciones Científicas, pronunció otra renombrada conferencia con el título de El Catastro en España,
que también será citada en este capítulo.

319
primera de las cuales arranca en 1856 y termina en 1870 con la fundación del Instituto
Geográfico.

El 3 de noviembre de 1856, Narváez consolidó esa informal Comisión de


Estadística, al crear por real decreto la Comisión de Estadística General del Reino. Puede
imaginarse la importancia que el general dio a ésta, por el hecho de que la presidencia de la
Comisión se vinculó a la del Consejo de Ministros, quien nombraría un vicepresidente de
su confianza para las tareas ejecutivas. Entre los vocales se encontraban personajes de la
categoría de Pascual Madoz y Francisco Coello de Portugal. La Comisión estaba
organizada en cuatro Secciones. La primera se ocupaba de cuestiones de Territorio y entre
sus cometidos figuraban los relacionados con planos topográficos para su aplicación
catastral. La Sección 2.ª se refería a cuestiones de Población; la 3.ª, encargada de
Producción, abarcaba lo relacionado con el Catastro de la riqueza territorial, rústica y
urbana; la Sección 4.ª se ocupaba de Impuestos.

Como complemento del anterior decreto, por otro de mayo de 1857 se organizaron
Comisiones permanentes en las capitales y cabezas de partidos judiciales que, juntamente
con la Comisión central, formaban el Servicio de Estadística general del Reino.

Por sugerencia de la Comisión de Estadística, Narváez encargó en 1857 a la Comisión del Mapa
de España la realización de trabajos catastrales. Dicha comisión estaba formada por militares de
Artillería, Ingenieros y Estado Mayor y dependía del Ministerio de la Guerra. Había sido fundada en
1853 y desde 1854 se venía ocupando de trabajos de geodesia. En 1857 se creo en su seno una
Comisión Topográfico-catastral para realizar las labores que indica su nombre. El brigadier
Celestino del Piélago, que era vocal de la Comisión de Estadística, presidiría la de Topografía-
Catastral (…)
En la primavera de 1857 los militares empezaron a realizar trabajos catastrales en la provincia de
Madrid: era el primer catastro gráfico de la historia de España (…)
La primera operación consistía en la demarcación de los términos municipales (…)
El otro pilar del catastro era la triangulación (…) A esto se añadía el plano de detalle (…) de
escala 1:5000 (…) En este plano quedaban reflejados los ríos, los caminos y los puntos notables del
territorio del pueblo (…)
El resultado era un catastro de los llamados por masas de cultivo (…)
Apoyándose en una supuesta resolución de la Comisión de Estadística que nunca existió, Piélago
ordenó que los planos por cultivos se transformaran en planos parcelarios (…)
La oposición de los contribuyentes no tardó en llegar a oídos del gobierno, que descubrió entonces
con estupor que se estaba haciendo un catastro parcelario sin que ellos lo supieran. Piélago había
actuado sin recibir órdenes (…) El gobierno no le perdonó lo que había hecho (…) un mes y medio
más tarde fueron disueltas tanto la Comisión Topográfico-catastral como la del Mapa de España.
Una ley de 5 de junio de 1859 y decreto posterior de 20 de agosto trasladaron a la Comisión de
Estadística las competencias de elaboración del mapa geográfico 319.

La llegada al poder de los centristas de la Unión Liberal, que presidía Leopoldo


O`Donnell, supuso novedades para la cartografía. La Ley para la Medición del Territorio
de 5 de junio de 1859, que vino a satisfacer una necesidad apremiante como era la
medición del territorio en todos sus aspectos. En cumplimiento de esta ley se reunían en la
Presidencia del Consejo de Ministros, y dependiendo directamente de la Comisión de
Estadística general del Reino, los trabajos geográficos que se hallaban diseminados a cargo
de distintos Ministerios. La especial preparación en cuestiones geodésicas y cartográficas
de los militares justificaría la asignación de competencias que se establecía,
encomendándose a los Cuerpos facultativos de Artillería, de Ingenieros y de Estado Mayor
las triangulaciones geodésicas de 1.º y 2.º orden; las cartas hidrográficas y los planos de los

319
Pro Ruiz, Juan, ob. cit., pp. 116-118.

320
puertos serían misión de los Oficiales de la Armada. Precisaba la ley que el mapa
topográfico nacional se apoyaría en las triangulaciones geodésicas, sobre él se levantaría
un catastro parcelario y que la mayor parte de los trabajos catastrales se contratarían con
particulares competentes, reservándose el Estado el levantamiento de las poblaciones que
estimara convenientes. Por decreto de 20 de agosto se concretó el trabajo y estableció un
orden de prioridades; bajo las nuevas normas se contrató con empresarios particulares el
levantamiento catastral de 18 pueblos de la provincia de Madrid. Entre los contratistas se
encontraba el italiano Ignacio Porro (1801-1875) que realizó el levantamiento parcelario de
Carabanchel Bajo y Villaverde.

Para atender las necesidades de personal civil especializado, por Real Decreto de 13
de noviembre de 1859 se creó una Escuela especial de Catastro. En 1860 se publicaron las
primeras instrucciones de carácter oficial, que no pasaron de ser algunas reglas técnicas
generales, tampoco los concesionarios recibieron instrucciones técnicas para sus trabajos,
pero se especificaba que como resultado de sus trabajos debían entregar:

1º. Un croquis en que expresasen por números las medidas lineales y angulares
obtenidas en el terreno.
2º. Un plano topográfico de todo el término, a escala 1:20.000, con curvas de nivel a
equidistancia de cinco metros.
3º. Los planos parcelarios del término, a la escala de 1:5.000, marcándose también las
diferencias notables de cultivos.
4º. Planos, a la de 1:1.000, de los pueblos o de sus barrios, con designación de
manzanas y casas.
5º. Un registro parcelario de las fincas rústicas, con designación de sus dueños y cabida
de las parcelas respectivas.
6º. Un registro de fincas urbanas, con expresión de sus dueños, extensión y pisos.

El fin de la Comisión de Estadística era llegar al Catastro de la riqueza territorial


completo y definitivo, de tal modo que se determinase fijamente la división, la legitimidad,
la producción y el valor de la propiedad rústica y urbana. Comenzó para ello la Comisión
por obtener unos planos parcelarios con altimetría, tan completos y exactos que
difícilmente podrían superarse, lo cual se abandonó en 1870. El proyecto de la Comisión
era llegar de una vez al Catastro jurídico y al Mapa general del país, pero olvidaba dos
carencias fundamentales, la primera de éstas era la falta de disposiciones o leyes que
regulasen el deslinde de fincas, la segunda no haberse estudiado el modo de coordinar el
Catastro con el Registro de la Propiedad320.

El año1861, por Real Decreto de 21 de abril, O`Donnell cambió el nombre de la


Comisión por el de Junta General de Estadística. Se organizaba la Junta en dos Secciones,
una de geografía (que incluía el Catastro) y otra de estadística (que incluía el censo de
población), presididas por los Vocales decanos. Uno de los vocales de la Junta, Francisco
Coello de Portugal y Quesada321, estaría al frente de la Dirección de operaciones

320
Martínez Cajén, Paulino, Conferencia pronunciada el 25 de abril de 1928, pp. 6-9.
321
Francisco Coello de Portugal y Quesada. Nació en Jaén en 1822. En 1836 ingresó en la Academia
Especial de Ingenieros Militares de Guadalajara, de donde salió como teniente en 1839. En 1844 marchó a
Argelia como agregado militar. En 1846 fue destinado a la Dirección General de Ingenieros y comenzó a
colaborar con Madoz en la publicación de su Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus
Posesiones de Ultramar, encargándose de la confección de los mapas complementarios, que formaron el
Atlas de España y sus Posesiones de Ultramar, del que se publicaron 46 hojas a escala 1/200.000 y que,

321
topográfico-catastrales, dando un fuerte impulso a los trabajos catastrales. Coello diseñó el
método a aplicar en los levantamientos reservados al Estado a través de unas Instrucciones,
promulgadas por decreto de 2 de julio de 1861, que serían el precedente del reglamento de
1865. En su intervención ante la Junta el 21 de agosto de 1861 expuso Coello:

Es necesario examinar con interés la parte administrativa de los Reglamentos en lo referente a


deslindes y señalamientos, que debe agitarse y ponerse en práctica antes de comenzar los trabajos
topográficos, teniendo en cuenta también los deberes que hayan de imponerse a los propietarios para
el amojonamiento de sus fincas.

Con estas palabras pone el dedo en la llaga de lo que habría de constituir el


principal escollo para el logro en España de un verdadero catastro jurídico: el deslinde de
las fincas. Sobre esta cuestión se pronuncia de forma elocuente Martínez Cajén en la
conferencia que pronunció el 25 de abril de 1928.

El Reglamento de Operaciones Topográfico-catastrales, dictado por Isabel II por


decreto de 5 de agosto de 1865, es considerado por muchos como el primer jalón en el
largo proceso de aparición del catastro español. Las actuaciones que programaba
pretendían superar la idea de un catastro exclusivamente fiscal y realizar uno que sirviera a
tres fines: el mapa topográfico, el reparto equitativo del impuesto y el asunto legal de la
propiedad (catastro jurídico). Entre sus deficiencias, se echaba en falta una evaluación de
la capacidad productiva del terreno y el deslinde contradictorio, imprescindible para un
catastro jurídico. Como aportación singular de este reglamento puede señalarse que fijaba
la parcela como unidad básica del catastro y la definía por primera vez.

Una real orden de 12 de mayo de 1866 mandó que la Junta de Estadística se


dedicara a hacer un avance catastral, término que de forma bien distinta volvería a
plantearse en la Ley de 1906. En 1866 la operación consistiría en el levantamiento del
plano de los términos municipales, sin rellenarlo con parcelas ni con masas de cultivo,
trabajos que se extendieron a tres provincias limítrofes a la de Madrid: Guadalajara (299
municipios), Toledo (130) y Cuenca (82).

Siendo titular del ministerio de Fomento un personaje de la categoría de Echegaray,


que también habría de resultar decisiva para la ley del Catastro de 1906, y con la
intervención de otro político de la talla de Figuerola y dos militares progresistas, el general
Prim y el coronel Ibáñez, el 12 de septiembre de 1870 se dicta el decreto por el que se
funda el Instituto Geográfico. Esta acción se completa con la creación, por el mismo
decreto, de la Dirección General de Estadística y la Junta Consultiva de Estadística.

A pesar de establecerse como organismo plenamente civil, el Instituto utilizaría


para sus trabajos al personal militar, pues no cabe duda de que en aquellos momentos la

hasta la aparición del Mapa Topográfico Nacional fueron la mejor cartografía española. Fue autor del
proyecto, que aprobado por las Cortes se convirtió en Ley de Medición del Territorio, de 5 de junio de 1859.
Impulsó la creación de la Escuela Práctica de Ayudantes para los Trabajos de Medición del Territorio, que
dirigió él mismo. En 1876 fundó la Sociedad Geográfica de Madrid, más tarde Real Sociedad Geográfica de
España, de la que fue presidente. Representó a España en numerosos congresos internacionales, entre ellos el
de Ciencias Geográficas de Berna de 1891, donde se decidió la realización del Mapa Internacional del
Mundo a escala 1/1.000.000, para la formación de cuyas normas se constituyó una comisión, presidida por él.
Murió en Madrid en 1898. (Internet. Fuente: Cartógrafos Españoles. Editor: Centro Nacional de Información
Geográfica. Autor: José M. Martín López.- F. Coello, Una vida dedicada a la Cartografía, por Lourdes
Roldán Gómez, UAM.)

322
mayoría de los profesionales cualificados en topografía y geodesia procedían del Ejército,
especialmente del Cuerpo de Ingenieros322.

El Instituto Geográfico tendría a su cargo:

1. Las operaciones geodésicas relativas a la determinación de la forma de la Tierra.


2. Las triangulaciones geodésicas de primero, segundo y tercer orden para la
formación del Mapa.
3. Nivelaciones de precisión y observaciones para obtener el nivel medio de los
mares.
4. Triangulaciones topográficas.
5. Planos topográficos para la formación del Mapa.
6. Planos topográficos parcelarios para el Catastro.
7. Conservación catastral.
8. Publicación del Mapa general del territorio.
9. Determinación y conservación de los tipos internacionales del metro y del
kilogramo.
10. Determinación de los coeficientes de dilatación323.

El Instituto nació ya con una vinculación estrecha respecto al ejército (…) El reglamento de 27 de
septiembre de 1870 trataba de mantener un equilibrio entre las competencias de los ingenieros
militares y los topógrafos civiles dentro del nuevo proyecto geográfico-catastral del instituto; en la
Sección de Trabajos Geodésicos habría dos jefes de negociado procedentes del ejército, mientras
que en la Sección de Trabajos Topográficos habría otros dos procedentes del Cuerpo de Topógrafos.
Las brigadas de campo que realizaran observaciones para la triangulación geodésica de primer orden
estarían bajo el mando de militares; en tanto que las que trabajaran en las redes de segundo y tercer
orden las mandarían topógrafos324.

Como primer director del Instituto Geográfico fue designado Carlos Ibáñez e
Ibáñez de Ibero325, coronel del Cuerpo de Ingenieros y prestigioso geodesta, reconocido
dentro y fuera de España. En 1858 dirigió la medición de la base de Madridejos donde se
empleó la regla ideada por él y Frutos Saavedra, que más tarde mejoró y sirvió de modelo
en países de tecnología muy avanzada. Con la regla y el aparato, que también diseñó

322
Pro Ruiz, Juan, o. c., pp. 119-157.
323
Alcaraz Martínez, Enrique, El Catastro Español, Salvat Editores, S. A., Barcelona, 1933, pág. 123.
324
Pro Ruiz, Juan, o. c., pág. 158.
325
Francisco Carlos Ibáñez e Ibáñez de Ibero (1825-1891). Nació en Barcelona, en 1838. Ingresó en la
Academia de Ingenieros de Guadalajara, obteniendo el empleo de subteniente en 1841. En abril de 1848
alcanzaba ya el cargo de segundo comandante y ese mismo año fue ascendido a teniente coronel. En 1854 fue
elegido miembro de la Comisión del Mapa de España y ascendido a coronel. En 1858, como miembro de la
Junta Directiva de la Carta Cartográfica, dirigió la medición de la base de Madridejos. En 1861 se le nombró
secretario de la Sección Geográfica de la Junta General de Estadística, ingresando en la Real Academia de
Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. En 1866 fue elegido presidente de la recién creada Asociación
Geodésica Internacional, ocupando el puesto hasta su muerte; se le nombró además representante de España
en la Comisión Internacional de Medidas, Pesas y Monedas. El 12 de septiembre de 1870 un decreto, firmado
por el ministro José Echegaray, le otorgó la dirección del Instituto Geográfico, cuya fundación se le atribuye
y en cuya dirección permaneció hasta 1889. En 1871, Amadeo I le ascendió a Brigadier, año en que publicó
su “Descripción Geodésica de las Baleares”. En 1877, Alfonso XII le ascendió a mariscal de campo. La
Reina Regente María Cristina, en 1879, le otorgó el título de Marqués de Mulhacén, en recompensa por sus
trabajos para el enlace geodésico con Argelia. Murió en Niza en 1891. Representó al gobierno español en los
Congresos Internacionales de Geografía de 1873, 1881, 1883, 1885 y 1887. (Internet. Fuente: Cartógrafos
Españoles. Editor: Centro Nacional de Información Geográfica. Autor: José M. Martín López).

323
Ibáñez, se midieron diversas bases periféricas de la Red Geodésica de España, incluyendo
la red local de las Islas Baleares.

El coronel Carlos Ibáñez e Ibáñez de


Ibero, primer director del Instituto Geográfico.

El 23 de septiembre de 1870, Nicolás María Rivero refrendaba un decreto desde el


Ministerio de la Gobernación por el que se ordenaba a los ayuntamientos deslindar y
amojonar sus términos municipales en el “improrrogable plazo” de dos meses. Con esta
misión se intentaba facilitar la labor de las brigadas en el levantamiento del perímetro de
los pueblos.

En el mismo decreto, de 12 de septiembre de 1870, de fundación del Instituto


Geográfico, Echegaray creó el Cuerpo de Topógrafos, refundiendo en él el personal
técnico de estadística. Los trabajos más específicos de topografía catastral se les
encomendaban en exclusiva, tanto los de levantamiento de planos parcelarios como los
ulteriores de conservación de la cartografía catastral. El Cuerpo de Topógrafos y la causa
del catastro constituyeron enseguida una simbiosis basada en la identidad de intereses.
Como técnicos comprometidos en los trabajos de topografía catastral, los topógrafos harían
a partir de entonces una importante labor de propaganda a favor de la obtención de un
catastro en España.

La composición del personal facultativo del Catastro en el Ministerio de Hacienda


fue siempre transparente e inteligible y estuvo constituido por los Cuerpos de Ingenieros
Agrónomos, a los que se incorporaron más tarde los de Montes, auxiliados por los
Ayudantes del Servicio Agronómico, que se ocupaban por Peritos Agrícolas y más tarde
también Ayudantes de Montes. Muy distinta fue la situación del personal facultativo del
recién creado Instituto Geográfico, como puede deducirse de la siguiente lectura:

Al crearse el Instituto Geográfico, el personal técnico que bajo la dependencia de la Junta general
de Estadística efectuaba las operaciones del Catastro, pasó a aquel Centro, constituyéndose el
Cuerpo de Topógrafos, compuesto de Jefes, Oficiales y Topógrafos. Se denominaron Jefes y
Oficiales de Topógrafos a los funcionarios que en la Dirección general de Estadística del año 1869
se llamaban Oficiales facultativos de Estadística y antes Ayudantes del Catastro, Ayudantes de
Operaciones geográficas, Ayudantes de Topografía catastral y Ayudantes de Estadística. El número
de estos funcionarios era el de 104 y todos ellos estudiaron y se formaron en la Escuela especial de
Catastro. Se designaron con el nombre de Topógrafos a los funcionarios que bajo la expresada

324
Dirección se llamaban Ayudantes prácticos y antes Ayudantes Geómetras, parceladores y portamiras
aventajados. El número de estos funcionarios que pasaron al Instituto fue de 189 (…)
Más tarde, por la fusión de los Jefes y Oficiales de Topógrafos con los Geodestas se formó el
Cuerpo de Ingenieros Geógrafos, y por la fusión de los Topógrafos con los Auxiliares de Geodesia,
se originó el Cuerpo de Auxiliares de Geografía, que después se denominó de Topógrafos auxiliares
de Geografía326.

Este galimatías de titulaciones, cargos y procedencias, con el detalle en que está


expuesto, sólo podía proceder de alguien con la formación y prestigio de Martínez Cajén,
que desarrolló una larga carrera en el Instituto Geográfico, donde ocupó cargos de
responsabilidad y conoció a sus dirigentes más destacados.

Un mes y medio después de la creación del Instituto éste reemprendió los trabajos
del avance catastral, al parecer por idea del ministro de Hacienda Laureano Figuerola. Los
trabajos a realizar consistían en levantar un plano sencillo de cada pueblo, que incluyera
sus límites, los más relevantes accidentes geográficos y las principales masas de cultivos.
Una vez que se contara con la superficie exacta del municipio, ésta podría compararse con
la declarada en los amillaramientos y se concluía sobre el tamaño del fraude fiscal. En
noviembre de 1870 se iniciaron los trabajos en la provincia de Córdoba (58 topógrafos), en
marzo de 1871 se ampliaron a la provincia de Sevilla (44 topógrafos).

La Junta Consultiva de Estadística, conversión de la antigua Junta General de


Estadística, establecida por el mismo decreto de 12 de septiembre de 1870, de fundación
del Instituto Geográfico, por decreto de 1 de abril de 1873 fue transformada en Junta
Consultiva de Estadística y del Instituto Geográfico.

Durante la Primera República, por decreto de 12 de marzo de 1873, el Instituto


Geográfico sufrió una primera remodelación: se refunden la Dirección General del
Instituto Geográfico con la Dirección General de Estadística, creándose la Dirección de
Estadística y del Instituto Geográfico. No quedaría ahí la reforma, por decreto de 19 de
julio del mismo año pasaría a denominarse Dirección General del Instituto Geográfico y
Estadístico, dependiente del Ministerio de Fomento.

A reforzar la conciencia general de fraude en los amillaramientos contribuyeron


especialmente los trabajos de avance catastral emprendidos en 1870 por el Instituto
Geográfico. Entre 1870 y se levantaron planos de 1.002 municipios que sumaban un total
de 11.346.755 has. Correspondían a las provincias de Madrid, Toledo, Ciudad Real,
Albacete, Jaén, Córdoba, Sevilla, Cádiz y Málaga. De los resultados de la ocultación
superficial, puestos de manifiesto al publicarlos el Instituto Geográfico, pronto se hizo eco
la prensa, que provocó la formación de una corriente de opinión a favor de la formación de
un catastro, para que el reparto de la carga tributaria fuera más equitativa. Un real decreto
de 4 de febrero de 1893 dejó entrever que el gobierno estaba estudiando utilizar los
trabajos del avance para su posible utilización fiscal327.

La Ley de 17 de julio de 1895, de rectificación de las cartillas evaluatorias,


refrendada por el ministro de Hacienda Juan Navarro Reverter, en que se señalan como
norma el levantamiento topográfico de los perímetros de los términos, representándose por

326
Martínez Cajén, Paulino, Historia y estudio crítico del Catastro en España y de las distintas fases por las
que ha ido atravesando, Conferencia pronunciada el día 25 de abril de1928, pp. 22-23.
327
Pro Ruiz, Juan, ob. cit., pp. 206-207.

325
grupos los diferentes cultivos y ordenando se realice un primer ensayo en la provincia de
Granada. En virtud de esta disposición, el Instituto Geográfico con su personal realizaría
las planimetrías, a escala 1/25.000 de los términos municipales, apoyadas en
triangulaciones topográficas independientes de la red geodésica. La novedad más
importante, con relación al procedimiento de avance que el Instituto venía realizando desde
1870 era que se introducía la separación de las clases de terreno dentro de cada cultivo,
trabajo que se encomendaba al personal agronómico del Ministerio de Hacienda.

Como los resultados fueron satisfactorios en orden a celeridad y aumento de la base tributaria,
decidieron las Cortes continuarlos, y de ahí la Ley de 24 del siguiente año de 1896; la cual es
confirmación de los métodos empleados en Granada, pero con más diferenciación profesional aún.
Siguiendo las planimetrías a cargo del Instituto Geográfico, se encomienda a los técnicos de la
agronomía (…) los trabajos conducentes al levantamiento planimétrico de las líneas de separación
de cultivos y aprovechamientos y las de clases de terrenos 328.

Las provincias de Cádiz, Córdoba, Málaga y Sevilla, correspondientes a la zona de


mayor implantación del latifundio, fueron las primeras en que se aplicó esta disposición.
Durante el período 1900-1901, aprovechando el relativo éxito del catastro por masas de
cultivo, el ministro de Hacienda Raimundo Fernández de Villaverde decidió extender el
sistema en todo el país a través de la Ley de 27 de marzo de 1900 y su Reglamento de 19
de febrero de 1901. Pero cada vez se hacía más fuerte la corriente de opinión a favor de un
catastro parcelario.

Siendo Presidente del Consejo de Ministros Segismundo Moret y Ministro de


Hacienda Amós Salvador, el 23 de marzo de 1906, Alfonso XIII sancionaría la Ley del
Catastro Parcelario de España. Esta Ley incorporaba la experiencia y actividad del
Instituto Geográfico:

Art. 11. Los trabajos geodésicos continuarán realizándose por el Instituto Geográfico y
Estadístico.
Dichos trabajos se activarán en la medida necesaria para que la observación y cálculo de las
triangulaciones de segundo y tercer orden queden terminadas en tiempo oportuno para ser utilizadas
en los trabajos topográficos a los que precederán siempre que sea posible.
Los trabajos topográfico-catastrales consistirán:
Los del primer período o avance catastral:
a) En las triangulaciones topográficas para cada término municipal, enlazadas con las
geodésicas (…)
b) En el levantamiento del plano perimetral de cada término municipal y de los polígonos
topográficos (…)
c) En el levantamiento del plano de poblaciones (…)
d) En las triangulaciones topográfico-parcelarias o subdivisiones poligonales allí donde sean
necesarias.
e) En la formación de planos parcelarios de los términos municipales, en los que se irán
inscribiendo las líneas límites de las fincas y los signos convencionales que representen los
cultivos.
f) En los trabajos topográficos de comprobación de los documentos catastrales presentados por
los Ayuntamientos y propietarios.

El avance catastral se emprendió como ensayo ya desde 1906 en la provincia de


Albacete. En 1908 el personal que el Instituto Geográfico dedicaba a trabajos de campo del
catastro era de sólo 161 personas (33 brigadas)329.

328
Alcáraz Martínez, Enrique, ob. cit., pág.141.
329
Pro Ruiz, Juan ob. cit., pág.262.

326
El 23 de octubre de 1913, ocupando el cargo de Ministro de Hacienda Félix Suárez
Inclán, se aprueba el Reglamento provisional para la ejecución y conservación del avance
catastral de la riqueza rústica:

Art. 7.º El orden de ejecución de los trabajos propios del avance catastral de la riqueza rústica y
pecuaria será:
1º. Los topográfico-catastrales o planimétricos que define el art. 11 de la ley y que consisten en
triangulaciones topográficas y en planos de perímetros de términos municipales y de
polígonos topográficos.
2º. Los agronómico-catastrales, conducentes a la evaluación general e individual de la riqueza
agraria, y caracterización de parcelas; trabajos que se desarrollarán según los siguientes
aspectos: (…)
Art. 8.º Corresponden, según la ley, los trabajos del primer trámite del artículo anterior a la
Dirección General del Instituto Geográfico y Estadístico (…)

Entre los factores que limitaron inicialmente el desarrollo de los trabajos


catastrales, hay que señalar la lenta terminación de las redes de triangulación geodésica. Si
bien la triangulación de primer orden estaba terminada desde hacía tiempo, al aprobarse la
ley de 1906 las de segundo y tercer orden no abarcaban más que una parte de Castilla la
Nueva y Andalucía. En los años siguientes se tendió a cubrir nuevas zonas, como Castilla
la Vieja, Levante y el Valle del Ebro. En 1925 el Instituto Geográfico tenía hecha la
planimetría de unos 40 millones de hectáreas330.

El avance catastral que había vivido una primera fase de gran actividad entre 1908
y 1910, antes de la aprobación de su Reglamento, estuvo aletargado durante los siguientes
años hasta recibir un impulso decisivo como consecuencia de la Ley de 2 de marzo de
1915, llamada de Autorizaciones, y disposiciones que la siguieron, especialmente el Real
Decreto de 3 de marzo de 1917, que dispone:

Las operaciones del Avance Catastral de la riqueza rústica se organizarán y activarán de manera
que sean terminadas en un plazo que no debe exceder diez años.

Indicativos de esta situación son los siguientes datos sobre ejecución de los trabajos
durante dos períodos:

Años 1911-1918 408 avances 3.236.137 has.


Años 1919-1925 1.472 avances 9.378.400 has.

Durante esta época de auge de los avances se incrementó la campaña de oposición a


los mismos que se había iniciado en 1915 y que culminó en 1923 con la reunión en Madrid
de una Asamblea de las Cámaras Agrícolas, coincidiendo con un duro ataque contra el
catastro en las Cortes. Los críticos del avance encontraron eco en el Instituto Geográfico,
con relación a lo cual escribe Enrique Alcaraz:

La única entidad interesada en el Catastro definitivo, y sólo con interés profesional, era el Instituto
Geográfico, que siguió considerándose titular y titular único de los trabajos topográficos del
Catastro.

330
Ibidem., pág.264.

327
Natural esta aspiración, y legítimos sus deseos de mayor intervención en el Catastro, encontraron
acogida, quizás demasiado cordial, en la mentalidad castrense del todopoderoso dictador, que
además complacía con ello a buen número de adeptos políticos y aún de camaradas profesionales331.

De este modo fue como un hecho decisivo cambió el rumbo de los acontecimientos:
el 13 de septiembre de 1923 se producía el golpe militar del general Primo de Rivera. Por
Real Decreto de 16 de febrero de 1924, el dictador nombra una comisión de notables para
regular el tema del Catastro, al tiempo que descalifica la trayectoria anterior del catastro
español y prejuzga la necesidad de realizar un catastro parcelario en las zonas ricas y
fértiles.

Cumplió la comisión su cometido, entregando completo dictamen, que fue a la


Gaceta mediante un Decreto Ley en 3 de abril de 1925. El artículo 1.º señala que el objeto
de este Decreto-Ley es “llegar a la formación del Catastro parcelario jurídico de España, de
modo que quede determinada y representada la propiedad territorial en sus diversos
aspectos”. Por su parte, el artículo 5 dispone:

Los trabajos enumerados se llevarán a cabo bajo una dirección única, y a este fin se formará un
Centro denominado Instituto Geográfico y Catastral; en él se reunirá el Instituto Geográfico y los
servicios técnicos catastrales de la riqueza rústica.
Los servicios fiscales (…) seguirán a cargo del Ministerio de Hacienda.

El capítulo XV establece la organización de servicios y se compone de dos


artículos:

Art. 66. El Instituto Geográfico y Catastral creado en este Decreto ley, será en el orden
administrativo una Dirección general, y en el científico un Centro nacional dedicado a Geografía,
Meteorología, Metrología, Astronomía, Geofísica y Catastro. Este trabajo dependerá, en cuanto se
refiera a los trabajos de carácter cartográfico, de la Inspección general de Cartografía, y en los de
Catastro de la Junta Superior de Catastro332.
Art. 67. Para cumplir esta misión quedará constituido por las siguientes Secciones:
Primera. Mapa y trabajos topográficos del Catastro (…)
Segunda. Astronomía, Meteorología, Metrología y Geofísica.
Tercera. Catastro de la riqueza agrícola.
Cuarta. Catastro de la riqueza de montes.
Quinta. Catastro de la riqueza urbana (…)
ARTÍCULOS ADICIONALES
Art. 4.º El Cuerpo de Geómetras quedará incorporado al Servicio Topográfico (…)
Art. 7.º Presididos por el General Ardanaz, Inspector general de Cartografía, o persona en quien
delegue, representantes del Instituto Geográfico y de los Servicios técnicos del Catastro de rústica
(Agrónomos y de Montes) y de urbana del Ministerio de Hacienda, más tres funcionarios
administrativos del mismo Departamento ministerial, procederán, en el plazo de un mes, a redactar
el proyecto de organización del nuevo Centro en la forma que se dispone en los arts. 66 y 67 y
acoplamiento en él de todos los organismos y Cuerpos que lo han de integrar.

En lo que afecta al Instituto Geográfico y Estadístico, se produce un cambio de


denominación pasando a ser Instituto Geográfico y Catastral, al tiempo que asume los
servicios catastrales de la riqueza rústica del Ministerio de Hacienda. Alcaraz califica la
nueva organización de los servicios como “hipertrofia del Instituto Geográfico” y comenta
más adelante que los geómetras logran su aspiración de pasar al Instituto Geográfico 333. No

331
Alcaraz Martínez, Enrique, ob. cit., pág.229.
332
Ambas dirigidas por el Teniente general Julio Ardanaz, Inspector General de Cartografía.
333
Alcaraz Martínez, Enrique, ob. cit., pág. 263.

328
cabe duda de que el Instituto alcanza durante la Dictadura la mayor relevancia de su
historia en el ámbito del Catastro.

El Decreto de 6 de marzo de 1926, produciría algunos cambios. De este modo los


comenta Alcaraz:

En cuanto se constituyó el llamado Gobierno civil de la Dictadura y hubo en el Ministerio de


Hacienda un titular334 que sentía lo que pudiéramos llamar el genio de la Hacienda pública, volvió
por los fueros de la misma, haciendo saber a sus compañeros de Gobierno que un servicio como el
de Catastro, cuyos fines en el horizonte visible de la administración pública son exclusivamente
fiscales y estadísticos, no podía depender de otro Ministerio que el de Hacienda (…) Reclamó, pues,
para su Ministerio las Secciones Agrícola, Forestal y Urbana, más la de Topografía parcelaria(…)
Ni prosperó este criterio ni hubo crisis ministerial (…)
Consecuencia de estas discrepancias fue el quedar las atribuciones de servicios entre ambos
departamentos ministeriales, como estaban antes del Decreto-Ley: el personal de topografía,
acrecido ahora con el de geómetras, en el Instituto Geográfico, que pudo seguir llamándose catastral
además, y el resto, en el Ministerio de Hacienda335.

El último trimestre de 1925 el Instituto Geográfico se hacía cargo del Cuerpo de


geómetras y la plantilla de auxiliares administrativos y delineantes, con sus
correspondientes créditos, pero dedicado el resto de ese año y parte del siguiente a los
ejercicios prácticos que creyó necesario imponer a los geómetras, no pudo remitir planos
parcelarios al Ministerio de Hacienda hasta el años 1928. La producción de cartografía
catastral del Instituto Geográfico durante este período fue la siguiente:

Año Producción del servicio Entregadas a Hacienda


Hectáreas Parcelas Hectáreas Parcelas
1926 152.344 160.504 - -
1927 661.967 740.403 - -
1928 573.026 677.840 32.084 26.848
1929 545.752 718.577 120.122 92.127
1930 436.947 595.857 270.341 270.920
1931 331.318 415.303 524.686 644.128
1932 325.994 412.601 547.123 600.478
------------------------------------------------------------------------------------- ------------
Total 3.027.348 3.721.085 1.494.356 1.634.501

La media anual catastrada durante el período en que rigió el Decreto-ley de 1925


fue de 213.479 hectáreas, menos de un 14 por 100 de las 1.556.568 catastradas en el
Avance en el quinquenio 1920-1924, hecho que puede entenderse si se tiene en cuenta que
la Dictadura recortó los presupuestos destinados a la financiación del Catastro al mismo
tiempo que exigía aplicar un procedimiento técnicamente más complejo. El presupuesto
anual medio dedicado por el Instituto a trabajos catastrales en el período 1927-1931 fue de
2.696.000 pesetas, esta cifra habría que compararla con los 11.012.952 pesetas invertidas
cada año en trabajos catastrales durante el quinquenio álgido de 1918-1922336

Por Real Orden de la Presidencia del Gobierno de 1 de mayo de 1930 se dictaron


unas importantes:

334
Está haciendo referencia a José Calvo Sotelo.
335
Alcaraz Martínez, Enrique, ob.cit., pp. 265 y 266.
336
Pro Ruiz, Juan, ob. cit., pág. 303.

329
INSTRUCCIONES PARA EL SERVICIO DE
CONSERVACIÓN DEL CATASTRO TOPOGRÁFICO
PARCELARIO

La implantación y organización del servicio de Conservación de los trabajos del Catastro


parcelario reviste carácter de urgencia extraordinaria (…) porque un período de abandono de la
conservación de los planos-minutas de los polígonos topográficos y de las relaciones de
características de sus parcelas obligaría muy en breve a una revisión intensa y voluminosa de los
trabajos (…)
Por tanto, la conservación propiamente dicha empieza en el citado momento [cuando son
recogidas y satisfechas las observaciones que las Juntas Periciales hacen a los trabajos catastrales
después de su exposición en los Ayuntamientos], que es cuando la ejecución del Catastro parcelario
se da por terminado.

Después de la introducción siguen las instrucciones propiamente dichas, que están


agrupadas en 45 puntos en los que se detalla la forma en que se debe llevar a efecto la
conservación del Catastro Topográfico parcelario.

El advenimiento de la República en 1931 supuso un nuevo giro para la cuestión del


Catastro. El carácter democrático del régimen y el acceso al poder de un gobierno
progresista lo impusieron. La ley catastral de 6 de agosto de 1932, del Ministro de
Hacienda Josep Carner, en su exposición de motivos reconocía los esfuerzos del Instituto
Geográfico para llevar a feliz término el Catastro parcelario, pero declaraba que su
irremediable lentitud era incompatible con las necesidades urgentes de la Hacienda: “Tales
razones hacen pensar en la conveniencia de reanudar el Avance catastral, y con mucha más
justificación ahora, que se cuenta con la fotografía aérea”. En su desarrollo disponía:

Artículo 1.º Se deroga el real decreto de 3 de abril de 1925, referente a la formación y


conservación del Catastro, y las disposiciones dictadas para su ejecución (…) En consecuencia, se
declaran en vigor los preceptos contenidos en las leyes de 23 de marzo de 1906 y 29 de diciembre de
1910, y en los Reales decretos de 3 de marzo y 10 de septiembre de 1917 (…)
Asimismo se deroga el Real decreto de 6 de marzo de 1926. Las funciones de las Direcciones
generales del Instituto Geográfico, Catastral y de Estadística y de Propiedades y Contribución
territorial en los servicios de que se trata, serán, con las modificaciones que se establecen en esta ley,
las que tenía el Instituto Geográfico y Estadístico y la Subsecretaría del Ministerio de Hacienda
antes de ponerse en vigor los preceptos que se derogan.
Art. 2.º La Dirección general del Instituto Geográfico Catastral y de Estadística deberá:
a) Organizar la labor topográfica necesaria para formar y conservar los planos parcelarios de
la propiedad rústica en los partidos judiciales donde se hubiera terminado o se termine el
Avance catastral (…)
b) Atender también a la conservación de los planos parcelarios sobre los cuales haya hecho o
haga los trabajos de valoración el personal dependiente de la Dirección general de
Propiedades y Contribución Territorial.
c) Facilitar a la Dirección general de Propiedades y Contribución Territorial, a medida que
ésta lo solicite para los trabajos del período de Avance catastral, los planos perimetrales de
los términos municipales y de los polígonos topográficos situados dentro de tales planos,
con el complemento de fotografías, caso de utilizarse este procedimiento (…)
d) Realizar, de acuerdo con la Dirección de Propiedades y Contribución Territorial, la labor
topográfica necesaria para la formación de los planos parcelarios (…)
Art. 4.º A los efectos de los artículos anteriores, continuará adscrito a la Dirección general del
Instituto Geográfico Catastral y de Estadística el personal que actualmente lo está de Geómetras,
Delineantes y del Cuerpo Administrativo y Calculador.

Según Juan Pro:


La Ley de 1932 podría haber significado un nuevo hito en la historia del catastro español, como lo
había significado la de 1906. De nuevo se trataba de una ley aprobada por las Cortes con todas las

330
formalidades del sistema representativo y el acuerdo de diversos grupos políticos. En este caso se
añadía el consenso entre dos cuerpos de la Administración tradicionalmente enfrentados, como eran
los que trabajaban en el Instituto Geográfico y en los servicios catastrales del Ministerio de
Hacienda.337

En cuanto a la participación del Instituto Geográfico en la nueva modalidad de


trabajos catastrales mediante la utilización de fotografías aéreas su regulación quedó
establecida a través de las disposiciones que siguieron a la ley de 1932:

- Decreto de 15 de febrero de 1933, de la Presidencia del Consejo, sobre obtención


de fotografías aéreas:

Art. 5.º La Dirección del Instituto Geográfico, Catastral y de Estadística proporcionará a la


Dirección de Aeronáutica las cámaras fotográficas que ésta necesite.

- Decreto de 6 de mayo de 1933, del Ministerio de Hacienda, Reglamento provisional


del Servicio de Fotografía:

Art. 2.º Corresponde al Instituto Geográfico, Catastral y de Estadística:


a) Todas las operaciones necesarias para situar en las fotografías las líneas límites
jurisdiccionales, las que determinen la parte utilizable de cada cliché (…)
b) Los trabajos topográficos de apoyo y minutas de transformación.
c) Obtención de positivas directas y transformación y ampliación de las fotografías a escala
definitiva.
d) Archivo de los clichés (…)

Los siguientes cambios para el Instituto Geográfico, en cuanto a sus actuaciones


catastrales, habrían de producirse como consecuencia de la Ley de 1.º de agosto de 1935,
llamada de Restricciones, y se plasmarían en uno de los Decretos de 28 de septiembre del
mismo año que dispone:

Se refunden en un solo Centro que se denominará Dirección general de Propiedades y


Contribución territorial, las actuales Direcciones generales de Propiedades y Derechos del Estado y
de Contribución territorial, adscribiéndose a aquel Centro todos los servicios que hoy tienen
encomendados los que se refunden y los que en relación con el Catastro Topográfico Parcelario
viene desempeñando el Instituto Geográfico, Catastral y de Estadística.
La nueva Dirección comprenderá los servicios de Valoración urbana, Valoración agrícola,
Valoración forestal, Vuelos y Fotogrametría, Catastro Topográfico Parcelario.

El desarrollo de lo dispuesto en este decreto se llevaría a efecto a través de órdenes


ministeriales, entre éstas:

- Orden de 4 de octubre de 1935, del Ministerio de Hacienda, Instrucciones para el


Servicio de Catastro:
Servicio central.- (…)
Jefaturas de los Servicios.- (…)
En el servicio de Catastro Topográfico Parcelario ejercerá la Jefatura Superior del mismo el
Ingeniero Geógrafo de mayor categoría administrativa de los que actualmente prestan servicio en el
mencionado Catastro Topográfico Parcelario, que se incorpora al Ministerio de Hacienda por lo
dispuesto en el Decreto-ley de 28 de septiembre de 1935 (…)
Servicio provincial.- (…)

337
Ibidem., pág. 318.

331
Servicio de Catastro Topográfico Parcelario. Formado por Ingenieros Geógrafos, Topógrafos,
Delineantes y Administrativos calculadores.
Se suprimen las actuales Jefaturas provinciales. Los Delegados de Hacienda serán los Jefes
provinciales de todos estos servicios.

- Orden 31 de marzo de 1936, del Ministerio de Hacienda, Servicio Central de


Catastro:

Art. 3.º El servicio provincial estará constituido por un determinado número de brigadas, brigadas
en saldo de trabajo y oficinas topográficas de Catastro (…)
Art. 4.º La constitución normal de una Brigada topográfica de Catastro será la siguiente:
Un Ingeniero Jefe de Brigada.
Dieciséis Topógrafos Operadores de campo.
Un Topógrafo-Comprobador Revisor.
Dos Topógrafos Desarrolladores-Revisores.
Un Topógrafo conservador.

Después de la guerra, el Instituto Geográfico sale de la estructura del Ministerio de


Hacienda, por Ley de 8 de agosto de 1939 se crea la Dirección General del Instituto
Geográfico y Catastral dentro de la Presidencia del Gobierno.

La Orden de 16 de diciembre de 1941, del Ministerio de Hacienda, que reorganiza


el Catastro de Rústica, con relación a la formación de nuevos Catastros dispone:
10. La formación de nuevos Catastros parcelarios será acordada por la Dirección General de
Propiedades y Contribución Territorial (…)
11. Los nuevos Catastros a que se refiere el número anterior se fundarán en los trabajos
topográficos parcelarios realizados por el Instituto Geográfico y Catastral, de conformidad con lo
dispuesto en el artículo segundo de la Ley de 6 de agosto de 1932 o sobre los fotográficos aéreos
debidamente ampliados o restituidos, realizados por el Servicio de Fotografía aérea del Ministerio de
Hacienda, o los que éste considere conveniente utilizar entre los efectuados por entidades o
empresas (…) de los resultados obtenidos (…) y aprobación de los trabajos.

Con fecha 24 de febrero de 1942, el Director general del Instituto Geográfico Félix
Campos-Guereta aprueba las Instrucciones para la ejecución del Catastro Topográfico
Parcelario, aplicadas para la importante producción de cartografía catastral del Instituto
durante los siguientes años. Están distribuidas en dos partes:

PRIMERA PARTE (INSTRUCCIONES BÁSICAS)


Capítulo
I. Definiciones y principios fundamentales.
II. Levantamiento de planos parcelarios por polígonos topográficos.
III. Exposición de los resultados obtenidos, reclamaciones y aprobación de los trabajos.

SEGUNDA PARTE (INSTRUCCIONES COMPLEMENTARIAS)


I. Brigadas provinciales.
II. Notificaciones a Ayuntamientos.
III. Asesoramientos a Juntas periciales.
IV. Trabajos de nuevos levantamientos.
V. Trabajos de desarrollo.
VI. Trabajos de comprobación en campo.
VII. Trabajos de revisión y otros.
VIII. Exposición al público de los trabajos.
IX. Atender reclamaciones después del período de exposición.
X. Trabajos de delineación.
XI. Trabajos administrativos.

332
XII. Documentación después del período de exposición y para la aprobación de los trabajos por
la Dirección general.

Estas Instrucciones, que constan de 112 páginas, detallan todas las operaciones
técnicas de campo y de gabinete, así como los tramites administrativas que comprende la
ejecución del Catastro Topográfico Parcelario.

La Orden de 1 de febrero de 1944, del Ministerio de Hacienda, sobre formación del


Catastro de Rústica, vuelve a expresar la distribución de competencias en cartografía del
Catastro:
1.º Los trabajos de Catastro de la Riqueza Rústica a cargo del Ministerio de Hacienda se
realizarán basándose en los planos parcelarios levantados por el Instituto Geográfico y Catastral, o
sobre fotografías del terreno, debidamente ampliadas.

La Ley de 20 de diciembre de 1952, que da normas para formación del Catastro, sin
excluir el uso de planos parcelarios del Instituto Geográfico, potencia la utilización de la
fotografía aérea. A tal efecto, dispone:
Art. 4.º La formación del Catastro de la riqueza rústica se efectuará por el Ministerio de
Hacienda, con personal propio o contratado, intensificando los trabajos (…) a cuyo efecto se le
autoriza para incrementar en cuarenta y cinco millones de pesetas los presupuestos de gastos del
Estado para 1953 (…) quedando autorizado asimismo par la adquisición de fotografías aéreas del
terreno o fotogrametrías hasta un límite de tres millones de hectáreas anuales (…)
Art. 11. Para la obtención de los elementos gráficos previstos en el artículo cuarto se utilizarán,
preferentemente (…) los servicios correspondientes a la Presidencia del Gobierno (Instituto
Geográfico y Catastral) y del Ministerio del Aire.

Por Orden de 22 de abril de 1970, de la Presidencia del Gobierno, se crea el Comité


Especializado Interministerial para el estudio del Catastro Parcelario Nacional:

Artículo 1.º Se crea un Comité Especializado Interministerial para llevar a cabo los trabajos
preparatorios de la creación de un Catastro Parcelario Nacional de las siguientes características:
a) Explotación centralizada de la información que, con relación a las parcelas integrantes del
suelo nacional, rústico o urbano, edificado o sin edificar, precisen los distintos
departamentos de la Administración (…)
b) Explotación de la información mediante (…) ayuda de equipos de proceso de datos (…)
Art. 3.º El Comité Especializado estará integrado por un Grupo de Trabajo (…) y una Comisión
de Dirección (…)
Art. 4.º Integrarán la Comisión de Dirección los siguientes miembros:
Presidente: El Secretario general técnico de la Presidencia del Gobierno.
Vocales: El Director general del Instituto Geográfico y Catastral, el Director general de los
Registros y del Notariado, el Director general de Impuestos Directos, el Director general de
Agricultura, el Director general de Urbanismo, el Director general del Patrimonio del Estado, el
Director general de lo Contencioso del Estado y el Director del Grupo de Trabajo.
Secretario: El Secretario del Grupo de Trabajo.

No se dispone de ninguna información sobre el desarrollo de los trabajos del grupo


constituido y posibles resultados del Comité.

Una importante innovación técnica en la cartografía del Mapa Topográfico


Nacional, que indirectamente afectaría al Catastro Topográfico Parcelario, se produce
cuando el B.O.E. del 24 de agosto de 1970, publicó el Decreto 2203/1970, de dieciséis de
julio, por el que se adopta la proyección Universal Transversa Mercator (U.T.M.). En su
introducción se justifica la decisión diciendo:

333
Al haber emprendido el Instituto Geográfico y Catastral la modernización y reedición del Mapa
Nacional a escala uno: cincuenta mil, base de toda la cartografía civil y militar del país (…) razones
de homogeneidad hacen aconsejable la adopción del sistema de proyección denominado Universal
Transversa Mercator (U.T.M.) con el que se obtienen grandes ventajas en el orden internacional al
poder conseguirse más fácilmente entre naciones vecinas el ajuste y enlace de sus redes
fundamentales geodésicas.

El Real Decreto 2949/1979, de 29 de diciembre, sobre competencias del Instituto


Geográfico Nacional en lo concerniente al Mapa Nacional Topográfico Parcelario, dice en
su introducción que:

Las actuales exigencias cartográficas aconsejan dar al Catastro Parcelario el carácter de Mapa
Nacional Topográfico Parcelario, que deberá apoyarse en un sistema de referencia homogéneo, que
sólo puede ser el constituido por la Red Geodésica Nacional. Este Mapa tendrá la función de
Catastro polivalente y servirá asimismo como base geográfica para la formación del Banco Nacional
de Datos Catastrales y para la realización de estudios de ordenación del territorio.

Entrando en su parte dispositiva:

Artículo primero.
Uno. El Mapa Nacional Topográfico Parcelario levantado por el Instituto Geográfico Nacional 338 es
el único válido como base geométrica del Catastro.
Dos. Este Mapa constituirá asimismo la base geográfica del Banco Nacional de Datos Catastrales
(…)
Artículo segundo
Con objeto de lograr la necesaria homogeneidad y cumplimiento de las precisiones técnicas
exigibles (…) dicho Mapa se apoyará en la Red Geodésica Nacional.

El Real Decreto de 3 de mayo de 1980, núm. 1030/80, de la Presidencia del


Gobierno, sobre coordinación del Catastro Topográfico Parcelario con el Registro de la
Propiedad Inmobiliaria, fija las normas para iniciar la vieja aspiración, ya planteada en la
Ley de 23 de marzo 1906, aún no lograda, de poner en sintonía los datos de ambas
instituciones. En sus aspectos fundamentales este Real Decreto dispone:

Art. 2.º Se crea con carácter permanente una Comisión Coordinadora del Catastro Topográfico
Parcelario con el Registro de la Propiedad, formada por representantes de los Ministerios de Justicia,
Presidencia del Gobierno y Hacienda, para el estudio de la acción gestora en la aplicación del
presente Real Decreto (…)
Art. 5.º A los fines previstos en este Real Decreto, el Instituto Geográfico Nacional deberá:
a) Suministrar a los Registros de la Propiedad los mapas topográficos parcelarios
correspondientes a los términos o zonas de su jurisdicción, en los que se haya acordado
iniciar la coordinación mediante la oportuna orden ministerial.
b) Expedir y autorizar las cédulas parcelarias correspondientes a las fincas de tales términos
municipales o zonas.
c) Facilitar al Ministerio de Hacienda los datos relativos a la identificación de fincas en
régimen de coordinación, cualquiera que sea la naturaleza de las mismas (…)

NORMAS
Norma 1.ª Objeto de la coordinación
Es objeto de la coordinación entre el Catastro Topográfico Parcelario y el Registro de la Propiedad
establecer la concordancia entre ambas instituciones a través de su respectiva técnica operatoria (…)
Norma 2.ª Naturaleza de la coordinación
La coordinación entre el Catastro Topográfico Parcelario y el Registro de la Propiedad es de interés
público (…)

338
En 1977 el Instituto Geográfico y Catastral había cambiado su denominación por la de Instituto
Geográfico Nacional, dependiente de la Presidencia del Gobierno.

334
En los términos municipales donde no exista Catastro Topográfico Parcelario aprobado por el
Instituto Geográfico no cabe la coordinación (…)
Norma 3.ª Medios instrumentales de la coordinación (…)
a) Los planos parcelarios dispuestos para el Catastro Topográfico Parcelario (…)
b) Las cédulas parcelarias extendidas por el Instituto Geográfico Nacional (…)
c) Los títulos públicos notariales, judiciales o administrativos (…)
Norma 4.ª Forma de coordinación (…)

Son nueve normas en las que se detallan todas las actuaciones que comprende la
coordinación así como los efectos que produce.

Por Resolución de 26 de marzo de 1981, de la Subsecretaría del Ministerio de


Hacienda se hacen públicos los Pliegos generales de condiciones-económico
administrativas y técnico-facultativas para la contratación de los trabajos de formación,
conservación y revisión de los catastros de rústica y urbana. El artículo 43 del Pliego
general de Rústica y Pecuaria dice:

Descripción de los trabajos para la obtención del Catastro Topográfico Parcelario


La realización de los trabajos, cuando su finalidad sea la formación del Catastro Topográfico
Parcelario mediante el empleo de métodos fotogramétricos, se atendrá a las normas vigentes en el
Instituto Geográfico Nacional que se detallan en el anexo y al Real Decreto 2949/1979, de 29 de
diciembre.
La inspección, vigilancia y control de los trabajos serán ejercidos, en este caso, por personal
técnico del Instituto Geográfico Nacional.

La Orden de 12 de junio de 1981, de la Presidencia del Gobierno, establece la


composición de la Comisión Coordinadora del Catastro Parcelario con el Registro de la
Propiedad Inmobiliaria, que será la siguiente:

Presidente: El Subsecretario de la Presidencia.


Vicepresidentes: El Director General de los Registros y del Notariado y el Director General del
Instituto Geográfico Nacional.
Vocales:
Por el Ministerio de la Presidencia, el Subdirector General del Catastro Topográfico Parcelario, el
Jefe del Servicio de Ejecución y Conservación Catastral y un Delegado regional del Instituto
Geográfico Nacional designado a propuesta del Director general de dicho Centro Directivo.
Por el Ministerio de Justicia (…)
Por el Ministerio de Hacienda (…)

Por Orden de 30 de enero de 1982, de la Presidencia del Gobierno, se designan los


términos municipales en que se inicia la coordinación entre el Catastro Topográfico
Parcelario y el Registro de la Propiedad Inmobiliaria. Afecta la Orden a 6 provincias, con
25 municipios en total. Una nueva Orden de la Presidencia, de fecha 8 de febrero de 1984,
emprende la coordinación en 32 provincias, con 260 municipios afectados.

La Ley 7/1986, de 24 de enero, de Ordenación de Cartografía, dice en su


exposición de motivos:

La multiplicidad de organismos públicos que den la actualidad desarrollan, de manera concurrente


y en ocasiones inconexa, trabajos de cartografía, ha abocado a una situación en la que se hace
posible la dispersión, y aun la duplicidad, de los recursos públicos destinados a este tipo de
actuaciones.
En consecuencia se hace necesario abordar por medio de una Ley de ordenación de la producción
cartográfica oficial que asegure (…) una correcta rentabilidad de los recursos públicos.

335
Del articulado de la Ley se destacan los aspectos que pueden afectar al Instituto
Geográfico y sus competencias en cartografía catastral:

Artículo sexto
Uno. Es competencia de la Administración del Estado:
a) A través del Instituto Geográfico Nacional:
1. El establecimiento y mantenimiento de las redes nacionales geodésica y de nivelación.
2. La formación y conservación de las series cartográficas a escala 1/25.000 y 1:50.000 que
constituyen el mapa topográfico nacional.
3. La formulación de series cartográficas a otras escalas, de ámbito nacional, que en su
momento fueren aprobadas reglamentariamente (…)

DISPOSICIONES ADICIONALES
Primera.- Las reglas de la presente Ley serán de aplicación a los aspectos cartográficos del
Catastro. A tal efecto, se autoriza al Gobierno para dictar, por Real Decreto, las normas
correspondientes.

Real Decreto 585/1989, de 26 de mayo, por el que se desarrolla la Ley 7/1986, de


24 de enero, en materia de Cartografía Catastral. En su parte introductoria se manifiesta:

La cartografía catastral, base geométrica del Catastro, fue producida y conservada por el Instituto
Geográfico Nacional desde 1906 y hasta 1980, en que por el Real Decreto 1365/1980, de 13 de
junio, atribuyó tales funciones a los antiguos Consorcios.

Se reproduce lo más relevante de su parte dispositiva:

Artículo 1.º La cartografía catastral se regulará de acuerdo con lo dispuesto en la Ley 7/1986, de
Ordenación de la Cartografía, y en las normas del presente Real Decreto (…)
Art. 5.º 1. Es competencia del Ministerio de Economía y Hacienda, a través del Centro de Gestión
Catastral y Cooperación Tributaria, la producción y mantenimiento de la cartografía catastral
necesaria para la formación, conservación y revisión del Catastro (…)
Art. 9.º 1. El Instituto Geográfico Nacional asesorará y colaborará con el Centro de Gestión
Catastral y Cooperación Tributaria en el desarrollo de sistemas y técnicas avanzadas para el
tratamiento de la información cartográfica catastral.
Asimismo, y mediante la suscripción del oportuno Convenio de asistencia técnica, podrá
desarrollar controles de calidad y verificación de los trabajos cartográficos y vuelos fotogramétricos,
inspección de apoyos, restitución y otros, previos a la recepción de los trabajos.
2. El Centro de Gestión Catastral y Cooperación Tributaria facilitará al Instituto Geográfico
Nacional copia en soporte informático de la información catastral que éste solicite, acorde con sus
fines (…)
El Instituto Geográfico Nacional facilitará al Centro de Gestión Catastral y Cooperación Tributaria
la información relativa a la Red Geodésica Nacional, a la Red de Nivelación, esquinas y
nomenclatura de hojas y cuanto se considere necesario como soporte cartográfico de los trabajos.
DISPOSICIONES ADICIONALES
Tercera.- Las competencias que el Real Decreto 2479/1979, de 29 de diciembre, en lo
concerniente al Mapa Topográfico Parcelario, atribuye al Instituto Geográfico Nacional, serán
asumidas por el Centro de Gestión Catastral y Cooperación Tributaria, para lo cual toda la
documentación catastral que hasta el momento actual se encuentra depositada en aquel Organismo
será transferida a éste para su mantenimiento y actualización correspondiente, de acuerdo con sus
competencias.

A pesar de lo que expresa la parte introductoria del Real Decreto, fue esta fecha,
mayo de 1989, y no la de junio de 1980, la que marcó de forma efectiva el fin de las
competencias en materia de cartografía catastral por parte del Instituto Geográfico, que se
habían iniciado desde el momento mismo de su fundación en 1870 y que desde 1895
compartió con el Ministerio de Hacienda, a través del organismo catastral correspondiente.

336
Como colofón de este capítulo y para establecer una referencia cuantitativa de la
importantísima labor desarrollada por el Instituto Geográfico en materia de cartografía
catastral a lo largo de su dilatada historia, se han elaborado dos cuadros que resumen sus
actuaciones, en la elaboración del catastro topográfico parcelario, en las cuarenta
provincias en que se llevaron a efecto. Para facilitar un entendimiento del desarrollo
temporal de esta labor a través de la mayor parte del pasado siglo en que se ejecutaron se
han establecido tres períodos, de los que únicamente el primero tiene una justificación
precisa, pues al comprender los que entraron en conservación hasta 1940, se entiende los
realizados antes de la guerra civil, fundamentalmente durante la dictadura de Primo de
Rivera y la República.

Actuaciones catastrales del Instituto Geográfico, por provincias y períodos temporales

Hasta 1940 1941-1960 1961-1980 Total


Provincia Mun. Has. Mun. Has Mun. Has. Mun. Has.
Albacete 2 15.973 53 1.010.671 17 189.968 72 1.216..612
Alicante 10 36,839 39 143524 49 180.363
Almería 19 171.216 20 214.902 4 81.788 43 468.406
Ávila 23 79.881 4 12.049 51 101.744 78 193.674
Badajoz 40 509.642 34 415.167 74 924.809
Barcelona 88 161.139 80 174.149 2 7.646 170 342.934
Burgos 19 47.704 15 54.967 6 41.683 40 144.353
Cáceres 38 212.064 40 418.143 18 148.984 96 785.191
Cádiz 30 645.794 12 93.671 42 739.465
Castellón 23 115.728 9 54.268 32 169.996
Ciudad R. 42 1.061.910 22 250.911 64 1.312.881
Córdoba 4 67.066 48 769.051 16 229.503 68 1.065.620
Cuenca 38 303.407 33 310.450 10 52.303 81 666.160
Gerona 70 128.506 15 41.363 85 169.869
Granada 5 14.469 36 101.911 12 101.843 53 218.223
Guadalajara 73 284.216 18 92.679 2 4.516 93 381.411
Guipúzcoa 5 8.973 5 8.973
Huelva 12 163.550 23 263.902 35 427.452
Huesca 4 15.108 20 107.521 24 122.629
Jaén 1 5.721 34 521.732 10 84.930 45 612.383
Lérida 20 36.926 17 50.233 37 87.159
Logroño 32 57.945 59 156.723 5 25.010 96 239.678
Madrid 118 588.323 48 170.426 166 758.749
Málaga 48 503.061 21 64.764 69 567.825
Murcia 1 553 11 99.803 12 100.356
Oviedo 2 20.230 4 42.279 6 62.509
Palencia 59 243.271 79 307.861 25 96.270 163 647.202
Pontevedra 2 16.071 2 16.071
Salamanca 106 273.304 28 79.502 78 288.784 212 641.590
Santander 4 17.856 3 5.854 7 23.710
Segovia 43 139.972 39 126.719 14 42.040 96 308.731
Sevilla 53 612.363 20 327.329 73 939.692
Soria 15 134.590 4 24.705 22 119.511 41 278.806
Tarragona 66 225.476 62 214.486 128 439.962
Teruel 7 40.358 74 591.064 6 27.090 87 658.512
Toledo 2 4.581 117 725.673 26 240.202 145 970.456
Valencia 88 159.462 74 202.452 20 85.813 182 447.727
Valladolid 22 82.240 67 289.116 76 254.943 165 626.299
Zamora 38 183.778 51 198.766 6 15.794 95 398.338
Zaragoza 89 407.905 91 648.330 8 73.221 188 1.129.456
Total 889 3.485.788 1591 11.538.940 739 4.469.705 3.219 19.494.433

337
Valoración cuantitativa por provincias de las actuaciones catastrales del Instituto Geográfico

Provincia Superf. Total Superf. con C.T. P % C. T. P. N.º Muni. Con C. T. P. %


Albacete 1.486.210 1.216.612 81,86 86 72 83,72
Alicante 586.308 180.363 30,76 138 49 35,50
Almería 877.407 468.406 53,39 103 43 41,75
Ávila 804.794 193.674 24.07 255 78 30,59
Badajoz 2.165.684 924.809 42.70 161 74 45,96
Barcelona 773.267 342.934 44,35 307 170 55,37
Burgos 1.432.201 144.354 10,08 406 40 9,85
Cáceres 1.994.481 785.191 39,37 218 96 44,04
Cádiz 739.469 739.465 100,00 42 42 100,00
Castellón 667.865 169.996 25,45 140 32 22,86
Ciud. Real 1.974.883 1.312.881 66,48 98 64 65,31
Córdoba 1.371.760 1.065.620 77,68 75 68 90,67
Cuenca 1.706.140 666.160 39,04 234 81 34,62
Gerona 588.629 169.869 28,86 218 85 38,99
Granada 1.253.136 218.223 17,41 168 53 31,55
Guadalajara 1.219.038 381.411 31.29 308 93 30,19
Guipúzcoa 199.667 8.973 4,49 88 5 5,68
Huelva 1.008.472 427.452 42,39 79 35 44,30
Huesca 1.568.331 122.629 7,82 234 24 10,26
Jaén 1.349.757 612.383 45,37 96 45 46,87
Lérida 1.202.799 87.159 7,25 231 37 16,02
Logroño 503.387 239.678 47,61 175 96 54,86
Madrid 799.498 758.749 94,90 176 166 94,32
Málaga 727.624 567.825 78,04 99 69 69,70
Murcia 1.131.738 100.356 8,87 44 12 27,27
Oviedo 1.056.332 62.509 5,92 78 6 7,69
Palencia 803.505 647.402 80,57 195 163 83,59
Pontevedra 447.743 16.071 3,59 62 2 3,22
Salamanca 1.233.639 641.590 52,00 358 212 59,22
Santander 528.961 23.710 4,48 102 7 6,86
Segovia 687.784 308.731 44,89 218 96 44,04
Sevilla 1.400.079 939.692 67,12 102 73 71,57
Soria 1.028.732 278.806 27,10 219 41 18,72
Tarragona 628.273 439.962 70,03 178 128 71,91
Teruel 1.478.513 658.512 44,54 235 87 37,02
Toledo 1.536.789 970.456 63,15 204 145 71,08
Valencia 1.076.302 447.727 41,60 262 182 69,47
Valladolid 814.952 626.299 76,85 228 165 72.37
Zamora 1.055.898 398.338 37,73 258 95 36,82
Zaragoza 1.719.403 1.129.456 65,69 294 188 63,95
Total 43.629.650 19.494.433 44,68 7.172 3.219 44,88

Resumiendo, por comunidades autónomas:

Comunidad Superficie total Superficie con C.T. P. %


Madrid 799.498 has. 758.749 has. 94,90
Andalucía 8.727.704 has. 5.039.066 has. 57,74
Castilla la Mancha 7.923.060 has. 4.547.520 has. 57,39
La Rioja 503.387 has. 239.678 has. 47,61
Extremadura 4.160.165 has. 1.710.000 has. 41,10
Aragón 4.766.447 has. 1.910.597 has. 40,08
Castilla y León 9.321.541 has. 3.239.194 has. 34,75
Valencia 2.330.475 has. 798.086 has. 34,25.
Cataluña 3.192.968 has. 1.039.924 has. 32,57
Murcia 1.131.738 has. 100.356 has. 8,87
Cantabria 528.961 has. 23.710 has. 4,48

338
En Galicia y el País Vasco las actuaciones fueron sólo testimoniales.

Finalmente, para una mejor valoración de la labor del Instituto Geográfico, se hacen
necesarias dos advertencias: primera, las fechas que se expresan corresponden al año de
entrada en conservación, una vez superados los correspondientes trámites previos de
exposición pública, atención de reclamaciones y aprobación por el órgano correspondiente;
segunda, también debe tenerse en cuenta que cuando tuvo efecto la transferencia de
competencias y el Instituto hizo entrega de la cartografía al Centro de Gestión Catastral,
incluyó la correspondiente a municipios, no comprendidos en los anteriores cuadros, que
tenían prácticamente concluidos los trabajos, pendientes del período expositivo y atención
de reclamaciones. Por citar un caso del que se tiene información, en la provincia de Sevilla
se encontraban en esta situación varios términos municipales que totalizaban unas 90.000
has.

339
340
BIBLIOGRAFÍA
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Real Decreto de 16 de febrero de 1924), bajo la presidencia de don Julio Ardanaz.
- ASOCIACIÓN DE AYUDANTES DEL SERVICIO AGRONÓMICO:
(1914) Ponencia de Antonio Salvador Gómez.
(1920) Moción que sobre asuntos de orden interior del Servicio Agronómico Catastral han
sometido a la consideración del Subjefe del mismo don José A. de Oteyza, los Ayudantes
del Catastro.
(1924) Idea acerca de los medios de hacer el Catastro Parcelario de España, que esta
entidad (…) somete a la consideración de la Comisión (…)
(1925, mayo) Moción, que unida a respetuosa instancia, es elevada a la Presidencia del
Directorio Militar, justificando que el R. D. Ley de 2 (3) de abril último reorganizando los
Servicios de Catastro, lesiona los intereses profesionales de los Peritos Agrícolas,
Ayudantes del Servicio Agronómico. Presidente de la Asociación: Luis Suárez Inclán.
(1925, septiembre) Segunda Moción sobre la reforma del Servicio de Catastro, que elevan
al Directorio Militar los Ayudantes del Servicio Agronómico. Presidente de la Asociación:
Gregorio Matallana Revuelta.
(1931) Leandro Campini Fernández: Ponencia sobre modificación de las disposiciones que
regulan la provisión de destinos en Catastro de Rústica.
(1931-1932) Manuel Calvín Redondo: Proyecto de Bases para la reforma radical del
Servicio de Conservación.
- ASOCIACIÓN DE AYUDANTES DEL SERVICIO AGRONÓMICO y ASOCIACIÓN
NACIONAL DE PERITOS AGRÍCOLAS:
(1931) Proyecto para catastrar en cinco años la España amillarada, con solo sustituir la
parte topográfica por fotografías a escala.
- ASOCIACIÓN NACIONAL DE INGENIEROS AGRÓNOMOS:
El problema del Catastro, Madrid, 1935.
- ASOCIACIÓN NACIONAL DE PERITOS AGRÍCOLAS DEL ESTADO:
(1936) Ponencia sobre reorganización de los Servicios del Catastro de Rústica.
(1937) José María Viscor: Apuntes de Catastro.
(1938, enero) Nicolás Ramos González y Fernando Márquez Conde: Proyecto de
Reorganización del Servicio del Catastro.
(1938, octubre) Gustavo Vallejo Lara: Exposición de la forma y manera de poder realizar
un Catastro Jurídico de la Riqueza Rústica en España.
(1953) Moción que la Asociación Nacional de Peritos Agrícolas del Estado presenta al
Ilustrísimo Sr. Director General de Propiedades y Contribución Territorial, con
sugerencias para mejorar e intensificar, dentro de los límites del campo profesional que
representa, los trabajos en el Servicio de Catastro de la Riqueza Rústica. Presidente de la
Asociación: Enrique Fluiters Aguado.
(1956) Moción que la Asociación Nacional de Peritos Agrícolas del Estado presenta al
Ilmo. Sr. Director General de Propiedades y Contribución Territorial, con sugerencias
para mejorar e intensificar, dentro del campo que representa, los trabajos en el Servicio
del Catastro de la Riqueza Rústica, como consecuencia de los estudios realizados por los
componentes de la Ponencia nombrada al efecto.
- ASOCIACIÓN DE PERITOS AGRÍCOLAS:
Ideas Generales que para la formación del Catastro Agronómico Parcelario presenta la
Asociación de Peritos Agrícolas a la consideración de la Junta encargada de redactar un
proyecto para la ejecución del Catastro en España. Firmado por Joaquín Armengot.
Imprenta de los Hijos de M. G. Hernández, Madrid, 1902.
- COMPAÑÍA ESPAÑOLA DE TRABAJOS FOTOGRAMÉTRICOS AÉREOS (CETFA), Proyecto
de formación del Catastro rápido nacional (1931-1932).

341
- CUERPO DE GEÓMETRAS:

Aspiraciones del Cuerpo de Geómetras del Catastro, noviembre 1922.


Deficiencias del Avance Catastral, que presenta el Cuerpo de Geómetras del Catastro a la
Comisión reorganizadora de dicho Servicio, marzo 1924.
Bases para un proyecto de Catastro Parcelario, que presenta el Cuerpo de Geómetras del
Catastro a la Comisión reorganizadora de dicho Servicio, marzo 1925.
- ESCALAFONES:
(1906) Escalafón del Cuerpo de Ayudantes del Servicio Agronómico (rectificado en 28 de
febrero de 1906), Ministerio de Fomento, Dirección General de Agricultura, Industria y
Comercio.
(1909) Escalafón del Cuerpo de Ayudantes del Servicio Agronómico (rectificado en 10 de
marzo de 1909), Ministerio de Fomento, Dirección General de Agricultura, Industria y
Comercio.
(1923) Escalafón de los Cuerpos de Ingenieros Agrónomos y de Ayudantes del Servicio
Agronómico Nacional (rectificado en 31 de diciembre de 1922), Ministerio de Fomento,
Dirección General de Agricultura y Montes.
(1931) Escalafones de los Cuerpos Facultativos dependientes de la Dirección General de
Agricultura (rectificado en 31 de enero de 1931), Ministerio de Economía Nacional.
(1935) Escalafón del Cuerpo Pericial Agrícola, Asociación de Peritos Agrícolas del
Estado.
(1943) Escalafón del Cuerpo Pericial Agrícola (totalizado en 7 de enero de 1943),
Asociación de Peritos Agrícolas del Estado.
(1975) Cuerpo de Ingenieros Técnicos Agrícolas del Estado (diciembre,1975), Asociación
Nacional de Peritos Agrícolas del Estado.
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343
344
ÍNDICE ONOMÁSTICO

Abellán, José Luis 108


Alba, Santiago 153, 155
Alberti del Castillo, Luis 36
Alcalá Zamora, Niceto 177, 202,204, 205, 206
Alcaraz Martínez, Enrique 86, 94, 95, 107, 109, 113, 139, 140, 162, 178-182,
187, 191, 192, 194, 197-199, 214, 323, 327-329,
341
Alcázar Molina, Manuel 242, 254
Alfonso XII 107
Alfonso XIII 107, 108, 119, 133, 153, 174, 177, 201, 202, 326
Allende García-Baxter 268
Allende Salazar, Manuel 35, 154
Alonso Mallor, Julio 45
Alonso Martínez, Manuel 21
Alonso Martínez, Marqués de 35
Alonso Vega, Camilo 257, 265
Alonso, Pascual 21
Álvarez, Melquiades 153, 203
Amadeo I 323
Amado, Andrés 234
Amor, Eduardo 58
Ampuero Fernández, Juan Felipe 71
Ansó, Mariano 235
Antón, Braulio 21
Aranda, Conde de 85
Ardanaz, Julio 182, 328, 341
Arias Navarro, Carlos 271
Arias y Acosta, Antonio Sandalio 21
Armengot, julio 26, 27, 122, 130, 131, 227, 341
Arrese 235
Asensio, Pascual 22
Aspiazu, Salvador 54, 55
Aunós, Eduardo 175
Ayllón Camacho, Enrique 306, 307, 310
Azaña, Manuel 176, 202, 204, 205, 207
Azcárraga.General 107
Aznar y Aznar, Antonio 187, 210, 319
Badet, General 206
Ballester, Luis 122
Ballester, Octavio 31
Beigbeder, Juan 234
Beneito, Francisco 38, 53
Benjumea Burín, Joaquín 234, 235, 241, 250
Bereguer, General 154, 177
Besteiro, Julián 154, 202-204
Biescas, José Antonio 268
Blanco y Rogina, Antonio 121
Blasco Ibáñez 176
Borbón Moreno, Fernando 50
Botija, Antonio 110
Boutelou, Esteban 21
Brañas Rodríguez, Carlos 71
Bravo Murillo, Juan 94
Bravo-Villasante Vázquez, Fernando 65
Bugallal, Gabino 36
Burgos, Javier de 15, 92
Busto, Manuel del 121, 132, 294

345
Cabello, Alfonso 196, 197
Calavia, Miguel Ángel 70, 71
Calvín Redondo, Manuel 40, 217, 306, 310, 341
Calvo Alonso, Carlos 83
Calvo Sotelo, José 175, 176, 197, 206, 207, 234
Camacho, Marcelino 271
Cámara, Marcial de la 18, 20, 342
Camarero Bullón, Concepción 75, 78, 86, 342
Cambó 43, 153, 177, 237
Campini Fernández, Leandro 39, 306, 341
Campos-Guerra, Félix 334
Canalejas, José 108, 119, 120, 141
Cánovas del Castillo 107-109, 119
Cánovas, Cirilo 257
Carlos de Austria, Archiduque 75
Carlos III 21, 60, 81, 84, 85
Carner Romero, Jaime 208, 213
Carrero Blanco, Luis 234, 236, 237, 265, 266, 268, 270, 271
Carrillo, Santiago 206, 258
Carrión, Pascual 203
Casares Quiroga 207
Casares, Julio 313
Castelar, Emilio 137
Castiella, Fernando María 257, 265, 266
Castillo, José del 207
Cavalcanti, General 173, 203
Cavestany 236, 257
Cerdá López, José Manuel 69-72
Chapaprieta, Joaquín 206, 219, 310
Cía González, Carlos 21
Cid Sánchez, Alberto 52
Cifuentes Rodríguez, Manuel 168
Clark, Colín 237
Clemente Fernández, Vicente 225
Cobíán, Eduardo 141
Coello de Portugal y Quesada, Francisco 102, 103, 138, 293, 320, 321, 322, 324
Colilla Gómez, Patrocinio 67-69, 71
Comellas, José Luis 107, 108, 119
Companys, Lluis 201, 206
Conde, Francisco Javier 234
Condés, Fernando 206
Contreras, Antonio 79
Cortina, Manuel 87, 92, 319
Cortina, Marqués de 58
Costa, Joaquín 138
Cremades 113
Cuéllar, Francisco de 82, 83, 85
Cuello Pérez, Victor 50
Dabán, General 173
Dato, Eduardo 119, 153, 154
Diaz Ambrona, Adolfo 266
Domingo, Marcelino 176, 204, 205
Domínguez Ortiz, Antonio 76, 342
Duplá Martín, Manuel 50
Durán Borraz, Emiliano 36, 37, 52, 301
Echegaray, José A 105, 121, 132, 187, 190, 294, 322, 324
Eisenhower, Diwight 259
Ensenada, Marqués de la 75-77, 79-86, 95
Escalona Molina, Manuel 293, 315
Espartero, General 92, 319

346
Espinosa Sanmartín, J. J. 266, 274
Esquilache 84
Esquivel, Pedro 75, 88
Faci Lacasta, Pilar 75, 78, 342
Felipe II 75, 79, 88
Felipe V 75, 76, 80, 81
Fernández Almagro, Melchor 153, 201
Fernández de Córdoba, Antonio 69
Fernández de Villaverde, Raimundo 116, 119, 136, 326
Fernández Duro, Cesáreo 121
Fernández de España, José 54
Fernández Pacheco, Valentín 61, 217
Fernández Silvestre, General 154
Fernando VI 75, 80, 82
Fernando VII 21, 55, 92
Figuerola 103, 322, 325
Flores de Lemus, Antonio 141, 203
Flórez Estrada, Álvaro 87, 88, 92
Fluiters Aguado, Enrique 46-49, 64-66, 252
Fontela García, José 63, 225
Fraga Iribarne, Manuel 265, 266
Franco Bahamonde, Francisco 207, 233, 236, 238, 25, 258, 267, 268, 270, 271
Frontino, Sexto Julio 17
Fuster Capuz, Rafael 58
Gallo, Max 236
Gamazo 106
García Bernardo, León 61
García Cuadrado, Antonio 58
García Delgado, José Luis 120, 152
García Moreno, Juan 68, 70
García Ruiz, Antonio 67, 68
García-Badell y Abadía, Gabriel 65, 213-217, 228, 241, 263
Garrido Donderis, Antonio 58, 66, 276
Gil Robles, José María 176, 203, 205-207, 265
Gimeno de la Peña, Miguel 68
Girón de Velasco, José Antonio 234
Godet, General 203
Gómez de Llano, Francisco 236, 250
Gómez Infante, Román 45
Gómez-Jordana, Francisco 234, 235
González Márquez, Felipe 268, 271
González Tarrió, Justo 253
González y Bravo, Fernando 52
Guevara, Diego de 75
Guevara, Felipe 75
Herrera Oria, Ángel 174
Herrera, Juan de 75
Higuera, Felipe de la 122
Hontalva y Arce, Pedro 80, 81
Huerta Marín, Antonio 61, 168
Ibáñez e Ibáñez de Ibero, Carlos 105, 324
Iglesias, Pablo 153
Irún, Constantino 44, 45
Isabel II 20, 21, 93, 103, 322
Jover Zamora, José María 342
Juan XXIII 258, 266
Juárez Capilla, José 64, 251, 253
Juárez Mateos, José 70
Lainez y Ortiz de Paz, Marcelo 30, 31
Largo Caballero 154, 202-207

347
Larraz, José 234, 238, 239
Lastanosa, Juan Pedro 75
Lequerica, José Félix 203
Lerroux, Alejandro 36, 41, 153, 176, 203, 205, 206, 215, 219
Llopis, Rodolfo 265
López Ballesteros, Diego 94
López Bravo, Gregorio 257, 265, 268, 270
López de Letona, José María 268
López del Rincón, Antonio 102, 319
López Grau, José 53, 54, 56, 58, 188
López Rodó, Laureano 237, 257, 259, 266, 268
Loynaz, Martín de 95
Maciá, Frances 176, 201
Madoz, Pascual 101, 319, 320
Malerbe, Pierre 177
Marañón, Gregorio 176
March, Juan 176
Marcoartú, Mariano de 102, 319
Marcos Garrido, Carlos 58
María Cristina, Reina Regente 92, 119
Márquez Conde, Fernando 228, 311
Martín Artajo, Alberto 235
Martín López, Francisco 209
Martín Sánchez, Francisco 36, 132, 133
Martínez Anido, Severiano 154, 175, 234
Martínez Barrio, Diego 205, 208
Martínez Cajén, Paulino 96, 131, 134, 138-140, 180, 186, 198, 210, 212,
294, 319, 321, 322, 325
Martínez Campos, General 107
Martínez Herbás, Esteban 26
Martínez Molina, José 63, 225, 226
Martínez Pardo, Aniceto 50
Massanet, Andrés 186
Matallana Revuelta, Gregorio 26, 60, 194
Matilla Gascón, A. 77, 79-82, 85, 95
Maura, Antonio 108, 119, 132, 174
Maura, Miguel 177, 206
Medina Chuan, Fernando 218
Medinaceli, Duque de 203
Meliá, Josep 267
Messeguer 184
Mier y Miura, Eduardo 121, 132
Minguez, Manuel 122
Miralles, Jaime 258
Miravete, Luis Tomás 50
Mola, General 257
Moliner, María 313
Mon, Alejandro 92, 94, 101, 136, 283
Monje Vaqué, Antonio 164, 302
Monreal, Alberto 268
Monte Regio, Juan de 75
Montero Ríos 119, 132
Moret, Segismundo 119, 132, 133, 326
Muñoz Grandes, Agustín 265
Nadar 209
Narváez, General 102, 320
Navarro Reverter, Juan 109, 325
Navarro Rubio, Mariano 257, 259, 261, 274
Negrín, Juan 235
Niepce, Nicéphore 209

348
Nin, Andrés 201
Noval Ayala, José del 66
O`Donnell, Leopoldo 102, 103, 320
Oliver Portolés, Félix Luis 50
Oraá, Heliodoro 50
Orad de la Torre, José 38, 54, 56
Orgaz, General 207, 233
Ortega y Gasset, Eduardo 176, 204
Ortún Cacopardo, Luis 43
Oteyza, José Andrés de 54-56, 58, 98, 156, 163-165, 180, 182-187, 191,
210, 250, 303-305, 341
Pando y Arnand, Ramón 98, 99, 162, 183, 185, 199, 210, 247, 250
Paniagua, Javier 259
Pascual, Agustín 21
Patiño y Rosales, José 75-77, 80, 81
Pena Echevert, Manuel 27, 249
Pérez Molina, Juan Bta. 225
Pérez, Blas 235
Peromingo Elegido, Juan E. 71, 72
Perón, General 235
Pestaña, Ángel 154
Picasso, General 154
Piélago, Celestino del 102, 320
Pla y Deniel 258
Polavieja, General 119
Porro, Ignacio 103, 321
Portela Valladares 206, 207
Pou Peláez, Francisco 149
Pradel Rozalén, Nicolás 55
Prado y Palacio, José del 35, 113
Prieto, Indalecio 203, 205, 206-208, 258
Primo de Rivera, José Antonio 207
Primo de Rivera, Miguel 154, 179, 177, 180, 208, 234, 247, 250, 256, 303,
328, 337
Pro Ruiz, Juan 16, 29, 77, 84, 86, 87, 92, 94, 95, 98, 102, 109, 110,
114, 117, 122, 126, 131, 133, 138, 141, 162, 180,
187, 188, 191, 194, 197, 198, 208, 210, 233, 320,
323, 325, 326, 329, 330
Puerto Nuevo, Marqués de 82
Pujol, Jordi 259
Purificación Muñoz, Eusebio de la 70
Queipo de Llano, Gonzalo 233
Quintano, Anastasio 131
Quintas, José 50
Ramos González, Nicolás 228, 311, 341
Rein, Carlos 235
Reneses Pascuareli, J. Antonio 50
Resina Sola, Pedro 16, 17
Riaza Pérez, Joaquin 71, 72
Ridruejo, Dionisio 258
Río, Cirilo del 41, 215
Rivero, Nicolás María 329
Rodríguez Gómez, Marcial 70
Romanones, Conde de 119, 152-155, 174, 177
Romero Robledo, Francisco 108
Rubio Domínguez, Valentín 9, 72
Rudorff, A. 16
Ruiz Almansa, J. 79
Ruiz de Alda, Julio 210
Ruiz, David 154

349
Ruiz-Jiménez, Joaquín 236
Rusinés, Javier 71
Saavedra, Eduardo 121
Sagasta 107, 120, 137
Sagasta y Echevarría, Bernardo Mateo 37
Salas, Ricardo 62
Salinas y Dieguez, Francisco de Paula 27
Saliquet, General 207
Salvador Gómez, Antonio 33-36, 38, 42, 52, 58, 341
Salvador, Amós 133, 326
San Bernardo, Conde de 137
San Juan de Torres Albas, Marqués de 36, 85
Sánchez Valencia, Bartolomé Felipe 81, 84
Sánchez Guerra, José 176, 177
Sánchez Román, Felipe 203
Sánchez Villajos, Matheo 17, 20, 343
Sanjurjo, General 203
Santaella Godoy 49
Saro, General 173
Sartine, Antonio 78
Sartorius, Nicolás 271
Satrústegui, Joaquín 258
Seguí, Salvador 154
Serrano Súñer, Ramón 233-235
Silvela, Francisco 107, 108, 119, 132, 137
Soler Hernández, José María 61
Solís Ruiz, José 258
Somodevilla, Zenón de 76, 80, 81
Somoza y Quiroga, Antonio 79
Suárez Inclán, Félix 120, 327
Suárez Inclán, Luis 31, 53, 58-60, 341
Suso Ibáñez, Francisco 71
Sustado, Saturnino 52
Tamames, Ramón 203, 207, 234, 235, 237, 238, 257, 265, 270
Terciado, Jesús 50
Torres Múñoz, Isidro 121, 128, 137294
Torres, Vicente R. 30, 52
Tournachon 209
Tuñón de Lara, Manuel 120, 152, 154, 177, 208, 239, 257, 260
Ullastres, Alberto 257, 259, 261, 265
Unamuno, Miguel de 176
Valderrama Martínez, Antonio 45
Vallejo Lara, Gustavo 239, 341
Varela, General 207
Vázquez Maure, Francisco 209, 343
Velarde, Juan 237
Vena Vicente, Inocencio 306
Victoria Franco, José María 145
Videgaín González, Luis 46, 64, 65-66
Vilar, Pierre 79
Villar, Amador 131
Villasante, Fernando B. 36
Viscor y Elizondo, Jesús María 50, 117, 224, 227, 229, 310, 341
Weber, Max 16
Weyler, General 176
Ynfante, Jesús 266
Zabala y Auñ´´on, Miguel 80
Zapata Ruipérez, Alfonso 52
Zubía Bengoa, Eugenio 52

350
351
352

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