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FECHA: 29/05/2020
Desde su decreto hace casi dos décadas, la inamovilidad laboral ha implicado un obstáculo para
el desarrollo empresarial. Aún en medio de una crisis por el Covid-19 urge una reactivación
definitiva de sector industrial
Como explica la especialista en derecho laboral Olivia Rizo, el encarecimiento del despido es una
de las consecuencias más alarmante de este decreto.
Sin una falta justificada en el artículo 79 de la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y la
Trabajadoras (LOTTT), el proceso resulta complejo. Según Rizo, además de extenderse hasta dos
años, requiere un gasto adicional en asesoría legal.
Consecuencias
Si bien la cuarentena fue decretada para evitar la propagación del Covid-19, solo consiguió la
parálisis del sistema económico del país. Tras seis meses de su decreto, 69% del sector industrial
reportó la caída de sus ventas, según el último informe de la Confederación Venezolana de
Industriales (Conindustrias).
Incluso, bajo el esquema laboral rotativo 7+7 implementado hace tres meses, el estudio revela que
la operación de los sectores priorizados superó “levemente” 20% de su capacidad.
Solo 21% de las empresas optaron por la reducción del personal para mantener el equilibro
económico durante la emergencia nacional. En este sentido, como afirma el economista Aarón
Olmos, la mayoría de las empresas se ven obligadas a ir en contra de sus ahorros para pagar los
sueldos a sus empleados y así evitar la clausura.
Otro elemento que destaca Olmos es el atraso digital de las empresas venezolanas. Asegura que la
mayoría de los empleados del país no poseen condiciones para integrar el trabajo a su vida
remota, visto que “no tienen equipos, luz, computadoras”.
En fecha 31 de diciembre de 2021, el Presidente de la República promulgó en Gaceta Oficial de la
República Bolivariana de Venezuela (“GORBV”) N° 6.611 Extraordinario, el Decreto N° 4.414 de la
misma fecha (“Decreto de Inamovilidad”), mediante el cual se establece una inamovilidad laboral
(“Inamovilidad Laboral”) la inamovilidad laboral de las trabajadoras y trabajadores del sector
público y privado regidos por el Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica del Trabajo, los
Trabajadores y las Trabajadoras, por un lapso de dos (2) años contados a partir de la entrada en
vigencia de dicho Decreto.
La Inamovilidad Laboral decretada implica que, por el término de dos (2) años contados a partir
del 31 de diciembre de 2020, el empleador no puede despedir, desmejorar o trasladar a un
trabajador sin justa causa calificada previamente por el Inspector del Trabajo de la jurisdicción.
Para poder despedir, desmejorar o trasladar justificadamente a los trabajadores, el empleador
deberá obtener previamente una autorización del Inspector del Trabajo, a través de un
procedimiento de autorización de despido que deberá iniciarse ante la Inspectoría del Trabajo
competente, en los términos previstos en el artículo 422 de la Ley Orgánica del Trabajo, los
Trabajadores y las Trabajadoras (“LOTTT”)[i].
El artículo 1° del Decreto de Inamovilidad establece que la inamovilidad ampara a los trabajadores
de los sectores público y privado. Sin embargo, de conformidad con el artículo 5° del Decreto de
Inamovilidad, quedan expresamente exceptuados de la Inamovilidad Laboral Especial, los
siguientes trabajadores:
El Decreto Inamovilidad establece que la estabilidad de los funcionarios del sector público se
regirá por las normas de protección contenidas en la Ley del Estatuto de la Función Pública [iv].
Sanciones