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Epigramas de Calímaco

Epigrama XXI (Dísticos elegíacos)

῞Οστις ἐμὸν παρὰ σῆμα φέρεις πόδα,


Καλλιμάχου με ἴσθι Κυρηναίου παῖδά τε καὶ γενετήν.
εἰδείης δ᾽ ἄμφω κεν: ὃ μέν κοτε πατρίδος ὅπλων
ἦρξεν, ὃ δ᾽ ἤεισεν* κρέσσομα βασκανίης:

[οὐ νέμεσις: Μοῦσαι γὰρ ὅσους ἴδον ὄμματι παῖδας


μὴ λοξῶι, πολιοὺς οὐκ ἀπέθεντο φίλους].
Hymns and Epigrams. Callimachus. Ulrich von Wilamowits-Moellendorff. Berlin. Weidmann, 1897.
*ἀείδω

XXI (De Cuenca-Brioso)

Tú, quienquiera que seas, que diriges tus pasos junto a esta sepultura,
Sabe que de Calímaco el Cireneo yo soy hijo y padre.
Tienes que conocerlos: El uno presidió el ejército de su país otrora;
más fuerte que la envidia cantó el otro.

[Es justo, pues las Musas no abandonan jamás a los que miran desde niños
con ojo favorable, y ello, aunque tengan grises los cabellos].

AP XII. 150

¡Qué bueno, el remedio de amores que halló Polifemo!


No, no, por la Tierra, no era necio el cíclope.
Cicatrizan las Musas, Filipo, la llaga amorosa;
la poesía es droga que todo lo cura.
Esta ventaja también, creo yo, tiene el hambre,
que erradica el mal de la pederastia.
Y así me es posible, sanado, decir al maligno
Eros: <<Puedes, niño, cortarte las alitas.
Me importan un bledo tus tretas, pues tengo en mi casa
dos medicinas contra tus heridas crueles>>

Cf. Theocr. XI (Polifemo y Galatea). Filipo, ¿médico de Alejandría? (cf. P 240)

AP VII 415

Βαττιάδεω παρὰ σῆμα φέρεις πόδας εὖ μέν ἀοιδὴν


εἰδότος, εὖ δ᾽ οἴνῳ καίρια* συγγελάσαι.

*καίριος-α-ον oportuno, favorable, conveniente.


Llevas tus pies a la sepultura del Batíada, el que sabía
buenos cantos, y, con el vino, buenas burlas, en tiempo justo hacía.

Fernández-Galiano: Del Batíada a la tumba te acercas, que bien dominaba


el canto y la oportuna chanza de sobremesa

[XXXV Tus pasos te han llevado junto a la sepultura del Batíada, experto en el canto, y
también en la burla oportuna cuando lo pide el vino].

Callimachus. Works. A.W. Mair. London: William Heinemann; New York: G.P. Putnam's
Sons. 1921.
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Hymns and Epigrams. Callimachus. Ulrich von Wilamowitz-Moellendorff. Berlin. Weidmann.


1897.

ἐχθαίρω τὸ ποίημα τὸ κυκλικόν, οὐδὲ κελεύθωι


χαίρω τίς πολλοὺς ὧδε καὶ ὧδε φέρει,
μισέω καὶ περίφοιτον ἐρώμενον, οὐδ᾽ἀπὸ κρήνης
πίνω: σικχαίνω πάντα τὰ δημόσια.
Λυσανίη σὺ δὲ ναιχὶ καλὸς καλός — ἀλλὰ πρὶν εἰπεῖν
τοῦτο σαφῶς, Ἠχώ φησί τις᾽ἄλλος ἔχει᾽.

Epigr. XXVIII Pf. (G. Giangrande)

ἐχθαίρω τὸ ποίημα τὸ κυκλικόν, οὐδὲ κελεύθω


χαίρω, τίς πολλοὺς ὧδε καὶ ὧδε φέρει·
μισῶ καὶ περίφοιτον ἐρώμενον, οὔτ᾽ ἀπὸ κρήνης
πίνω· σικχαίνω πάντα τὰ δημόσια.
Λυσανίη, σὺ δὲ ναίχι καλὸς, καλός — ἀλλὰ πρὶν εἰπεῖν
τοῦτο σαφῶς, Ἠχώ φησί τί; κἄλλος ἔχει;
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Callimachus. Works. A.W. Mair. London: William Heinemann; New York: G.P. Putnam's
Sons. 1921.

Epigr. XIX Pf. AP VII 453.

Δωδεκέτη τὸν παῖδα πατὴρ ἀπέθηκε Φίλιππος


ἐνθάδε, τὴν πολλὴν ἐλπίδα, Νικοτέλην.
Epigr. IX Pf. AP VII 451

τῇδε Σάων ὁ Δίκωνος Ἀκάνθιος ἱερὸν ὕπνον


κοιμᾶται*. θνῄσκειν μὴ λέγε τοὺς ἀγαθούς.

*κοιμάω extender, tender en el lecho; hacer dormir, hacer morir. Pas. Dormir el sueño de la
muerte.

Epigr. XI Pf. AP VII 447.

σύντομος ἦν ὁ ξεῖνος: ὃ καὶ στίχος οὐ μακρὰ λέξων


‘Θῆρις Ἀρισταίου Κρής’ ἐπ᾽ἐμοὶ δολιχός.

AP V 146

Son cuatro las Gracias, pues otra a las tres conocidas


se ha unido, Berenice*, la ilustre y dichosa
por doquier, cuya efigie empapada en perfume reluce
y sin la cual las propias Gracias ya no son tales.

*de Macedonia, segunda esposa de Ptolemeo I Sóter.


O bien, hija de Ptolemeo II y Arsínoe, quien casó con Antíoco II, el rey seléucida.
O, Berenice II (269-221 a.C.). Hija del rey Magas de Cirene. Se casó con Tolemeo
Evérgetes y murió asesinada por orden de su hijo Tolemeo Filopátor.

XLI (De Cuenca-Brioso)

La mitad de mi alma todavía respire. La otra mitad


no sé si Eros la raptó, o si fue a Hades. Tan sólo sé
que ha desaparecido. ¿Habrá ido otra vez en busca de
muchachos? Tantas veces los he advertido: <Es una
fugitiva. No la recibáis, jóvenes>. Puedes buscarla
en…. Allí estará merodeando, loca de amor y digna
de ser lapidada.

XLIII (De Cuenca-Brioso)

Tenía oculta el huésped una herida. Subían dolorosos


suspiros de su pecho (¿te has fijado?) mientras
bebía su tercera copa, y las rosas se caían, pétalo a pétalo,
todas al suelo desde su guirnalda. La consumía algo
poderoso. Por los dioses que no imagino nada irrazonable:
soy ladrón y distingo las huellas de un ladrón.

Ἴαμβος Ι (frg. 191)


Ἀκούσαθ᾽ Ἱππώνακτος· οὐ γὰρ ἀλλ᾽ἥκω
ἐκ τῶν ὅκου βοῦν κολλύβου πιπρήσκουσιν,
φέρων ἴαμβον οὐ μάχην ἀείδοντα
τὴν Βουπάλιον…

Escuchad a Hiponacte: pues heme aquí de regreso de allá donde se compra un buey para
una perra, a traer un yambo, no el que canta mi batalla contra Búpalo… el hombre… Oh
señores, que ahora …<como?> petreles*… os dejáis llevar por la flauta… de Dioniso…, de
las Musas… de Apolo*… aquí juntos al templo…

* pájaros muy bobos (Hesiquio)


* “sino que les traigo un consejo. Ustedes que como petrenes, se dejan engañar por las flautas de
cualquier clase de poesía, vengan aquí…”

Hiponacte cuenta a los filólogos alejandrinos una parábola: el arcadio Baticles, el arcadio,
repartió su herencia a sus hijos y al mediano le dejó una copa de oro para que se la diera a
los 7 sabios para que uno dijera cuál es el major. Llegó a Tales, la remitió a Bías de Priene,
Periandro de Corinto, Solón de Atenas, el lacedemonio Quilón, Pítaco de Mitilene y
Cleobulo de Lindos, hasta que volvió a manos de Tales, quien lo donó a Apolo de Dídima.
Posiblemente es el prólogo de los Yambos de Calímaco y tal vez la fábula requiere deponer
las armas entre los filólogos.

VIII Dioniso, una pequeña palabra es suficiente para el poeta victorioso. <He vencido>
es su más largo discurso. Pero a quien tú no alientas favorable, si alquien te pregunta:
<¿Cuál es tu suerte?>, dice: <Las cosas van muy mal> Para quien urde y teje la injusticia
sea tal frase; para mí, soberano, una palabra corta y no más.

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