Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Tú, quienquiera que seas, que diriges tus pasos junto a esta sepultura,
Sabe que de Calímaco el Cireneo yo soy hijo y padre.
Tienes que conocerlos: El uno presidió el ejército de su país otrora;
más fuerte que la envidia cantó el otro.
[Es justo, pues las Musas no abandonan jamás a los que miran desde niños
con ojo favorable, y ello, aunque tengan grises los cabellos].
AP XII. 150
AP VII 415
[XXXV Tus pasos te han llevado junto a la sepultura del Batíada, experto en el canto, y
también en la burla oportuna cuando lo pide el vino].
Callimachus. Works. A.W. Mair. London: William Heinemann; New York: G.P. Putnam's
Sons. 1921.
________
Callimachus. Works. A.W. Mair. London: William Heinemann; New York: G.P. Putnam's
Sons. 1921.
*κοιμάω extender, tender en el lecho; hacer dormir, hacer morir. Pas. Dormir el sueño de la
muerte.
AP V 146
Escuchad a Hiponacte: pues heme aquí de regreso de allá donde se compra un buey para
una perra, a traer un yambo, no el que canta mi batalla contra Búpalo… el hombre… Oh
señores, que ahora …<como?> petreles*… os dejáis llevar por la flauta… de Dioniso…, de
las Musas… de Apolo*… aquí juntos al templo…
Hiponacte cuenta a los filólogos alejandrinos una parábola: el arcadio Baticles, el arcadio,
repartió su herencia a sus hijos y al mediano le dejó una copa de oro para que se la diera a
los 7 sabios para que uno dijera cuál es el major. Llegó a Tales, la remitió a Bías de Priene,
Periandro de Corinto, Solón de Atenas, el lacedemonio Quilón, Pítaco de Mitilene y
Cleobulo de Lindos, hasta que volvió a manos de Tales, quien lo donó a Apolo de Dídima.
Posiblemente es el prólogo de los Yambos de Calímaco y tal vez la fábula requiere deponer
las armas entre los filólogos.
VIII Dioniso, una pequeña palabra es suficiente para el poeta victorioso. <He vencido>
es su más largo discurso. Pero a quien tú no alientas favorable, si alquien te pregunta:
<¿Cuál es tu suerte?>, dice: <Las cosas van muy mal> Para quien urde y teje la injusticia
sea tal frase; para mí, soberano, una palabra corta y no más.