Está en la página 1de 3

CARTA DE MI YO SUPERIOR

Yo Soy quien eres, Yo Soy tu sabiduría interna siempre

dispuesta a ayudarte y a complacerte, Yo Soy el Amor

genuino del Creador hacia su creación.

Soy tu Ser Superior, Yo Soy quien has olvidado Ser, en mí

puedes encontrar todo lo que buscas, tus penurias han

terminado, tu soledad se ha acabado.

Hoy recuerdas mi Presencia, hoy comprendes que la Gloria

ya habita en ti y no tienes que hacer nada para recuperarla.

Ha llegado el momento en que tu viaje se transforme en

placer, regálame tus espinas que yo las transformaré en

flores, regálame tus temores que yo los transformaré en

confianza, regálame tu baja autoestima que yo la

transformaré en certeza sobre quién eres, regálame tu olvido

que yo lo transformaré en recuerdo.

Siempre he estado a tu lado y siempre lo estaré pues Soy

quien eres y en ti me manifiesto.

Toma mi mano y apóyate en mí, no hay necesidad de que

sigas luchando, entrégate a mí y descansa en mi regazo, una

a una lavaré tus heridas, iluminaré cada rincón de tu vida y

sonreiré a través de tu alma.

Yo Soy la Luz que habita en ti, Yo Soy quien has olvidado

Ser, Yo Soy el poder Creador que te ha sido regalado, Yo

Soy el manto que protege a quienes lo solicitan.

Reconoce mi presencia en tu interior, que yo te ayudaré a

reconocerla en quienes te rodean y de ese divino

reconocimiento, la magia de la creación te será develada.

La felicidad es para mí tan natural como para ti lo es respirar.

La felicidad consiste en recordar quién eres: manifestación

divina en constante creación.

Para ser feliz no necesitas nada, por el contrario la felicidad


te lo da todo, pues para quien vibra en consonancia con su

esencia todo es posible, nada le es negado al hijo de Dios

que se reconoce a sí mismo como tal.

Paradojalmente, cuando estás en estado de felicidad pareces

no necesitar nada, no hay algo en este mundo que luzca

brillante ante el resplandor de tu propia esencia.

¿Para qué te conformarías con piedras si puedes tener

diamantes?

Búscame en tu interior, siente mi viva presencia, palpita con

mi fulgor y entonces te preguntarás ¿qué es la infelicidad?

Has buscado la felicidad en cada rincón de tu vida,

inventándote metas. Has gastado dinero, tiempo, relaciones,

vida y sueños y ¿Qué has obtenido a cambio? Una lista de

insatisfacciones.

Cada vez que has conseguido alcanzar una meta ilusoria, ha

sido tan corto el placer como corta es la satisfacción del

drogadicto que recibe su dosis.

El placer es tan efímero, que no logra calmar tus intensas

ansias de ser feliz. Cumplida una meta, el placer se agota tan

rápido como rápido se despierta en ti la necesidad de otra

meta. Entonces partes otra vez con tu desquiciado afán, de

encontrar afuera lo que tienes adentro.

No hay nada que puedas hacer para ser feliz, pues la

felicidad no se gana, se recupera.

Para comunicarte conmigo no necesitas forma ni modo, sólo

necesitas hacerlo. Es tan simple como vivir, si quieres

complicarlo y retrasarlo hazlo, esperaré hasta el día en que

te decidas a hablarme y mientras, seguiré a tu lado

sosteniendo tu mano.

Pero, si ya has decidido oírme, entonces escúchame y recibe

mi abrazo, que es el abrazo que te das a ti mismo, reconociendo, por fin, que tú también eres Dios……
CARTA A MI YO SUPERIOR

Hoy por primera vez te vi y comprendí. Hoy quisiera extender mis brazos e inflar mi pecho, para
darte un enorme abrazo que cruce el espacio y derribe el tiempo. Hoy te miré y, quizás por
primera vez, te vi y comprendí. Hoy supe de tus temores, de tus penas y sinsabores, de tus alegrías
y tus risas, hoy humano te vi y me conmoví. Te pido perdón por todas las veces que pasé a tu lado
y no pude percibir lo que sentías, te pido mil perdones por mi ceguera involuntaria. No fue
egoísmo, fue ignorancia, juro que si hubiera sabido, mil palabras me hubiera tragado, mil
incomprensiones no hubiera formulado, pero no sabía, nadie me lo explicó o quizás sí lo hicieron,
pero antes no tuve la capacidad de entender lo que hoy me parece tan evidente. ¿Qué pasó hoy
en mí interior, qué fue realmente lo que cambió? No lo sé, quizás un velo marchito se corrió de mi
vista porfiada y aleluya te pude ver, te pude palpar y me llené de ti. No hay palabras para poder
trasmitir la emoción que hoy sentí. Hoy supe de ti. Hoy quisiera extender mis brazos y abrazar a
todas las versiones de mi que hay en ti, me gustaría darte mi calor y comprensión, que mi pecho te
cobijará, con mis labios besarte delicadamente y en tus oídos susurrar que todo está bien, que yo
por fin sé. Sé que tienes miedo, sé que en ocasiones lloras en silencio y sacudes tus lágrimas para
que se las lleve el viento. Sé que actúas como actúas, por mil y una circunstancias y que muchas de
ellas te dañan. Sé que a veces quisieras comportarte de manera diferente, pero algo en ti que no
comprendes te lo impide, sé que como yo, sólo pretendes que te amen, hoy sé de tus sueños y
afanes. Ven a mí y recibe el calor de mi abrazo, he perfumado mi pecho y ablandando mis huesos
para acogerte, descansa en mi regazo que con voz melodiosa te contaré una historia. La historia de
un ángel glorioso que de tanto recorrer olvidó quien era, escondió sus alas y creyó empequeñecer,
70 confundido pensó que tenía que hacer méritos para llegar a ser lo que ya era. Acariciando tu
cabeza te narraré esta historia y con cuidado y dulzura te ayudaré a liberar tus constreñidas y
adoloridas alas, no como un acto de generosidad hacia ti, sino como un acto de infinita compasión
hacia mí y mi ceguera, porque hoy por fin me puedo ver a mi misma reflejada en ti y sólo gracias a
tu dulce presencia, por fin tengo certeza que un día conseguiré extender mis propias adoloridas
alas.

También podría gustarte