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sin autorización escrita por los editores.

©2021 Editorial SIEV

Arte de tapa: Federico Fernández


Diseño interior: Jonathan E. Valdez

Fernández, Federico
Necesité desiertos / Federico Fernández. - 1a edición especial - Florencio Varela
Federico Ariel Fernández, 2021.
100 p. ; 15 x 21 cm.

ISBN 978-987-88-2391-1

1. Poesía Argentina. 2. Literatura Juvenil. I. Título.


CDD A861.9283

Impreso en Buenos Aires, Argentina, 2021

editorialsiev@gmail.com
Fede Ariel
Inicio

Un lugar
que es muchos lugares.
Un comienzo
que también es final.

Un lenguaje nuevo.
Una nueva forma de respirar.

Toda calma.
Todo incendio.

Toda alma.
Todo renuevo.

Extendí mis manos.


Quise ir un poco más.

Necesité desiertos.
Indice

Necesité desiertos 11
Nos vimos a los ojos 13
Cualquier tormenta 14
Yo me hubiera ido 15
Arruinaste mis planes 16
Muchas Herramientas 17
Así tenía que ser 18
Sigue ahí 20
Cuando Dios pide tiempo 22
Al final hace lo que quiere 24
Redención de todos nosotros 26
El hombre que habló 28
Otra vez Sonreír 30
Gracia es 32
Me encontraste primero 33
No dejemos de serlo 34
Un amor que sostiene todas las cosas 36
Un camino incómodo 37
Guardar el corazón 38
¿Qué es ser amigo de Dios? 40
No arruinaste nada 42
¿Por qué es tan difícil? 44
¿A dónde vas cuando te llamo? 46
Un round más 47
Gracias, Amor 49
Quizás así tenía que ser 50
No me quiero ir de vos 53
Amate débil 54
Ahora que podemos 55
Para cuando quieras volver 56
Llename 58
Yo conozco tus miedos 60
¿Cuándo fue la última vez? 62
No me dejes atrás 64
No quiero nada más 66
Si yo tuviera tu corazón 68
No te olvides de mí 69
Para alguien tan inseguro como yo 71
La gracia no necesita tiempo 72
Todavía estoy desesperado 73
Con el tiempo 75
Los ojos de un cambiamundos 76
El arte de retroceder 78
Siempre es oportunidad 79
Naufragio 80
Viento a su favor 81
Afortunadas páginas de mi corazón 82
¿Por qué sonreís? 83
Después construir 84
No puedo reemplazarte 85
Desde mis espaldas 87
Necesité necesidad 89
Carta a mi refugio 91
Fluir Eterno 92
Con el tiempo 93
¿Estás despierto? 95
Fede Ariel

decir gracias
no basta

pero quiero decirte


gracias

de forma constante
para siempre
Necesité Desiertos
Fede Ariel

Necesité desiertos

Para encontrarte
para encontrarme.

Para entenderte
para entenderme.

Para verte
para verme.

Para acercarme a vos.


Para alejarme de mí.

Para aprender a amarte.


Para aprender a amarme.

Para construirme.
Para destruirme.

Para abrazar.
Para saber por qué abrazar.

Para sonreír de verdad.

Para no parar de llorar


y que eso signifique mucho.

Desierto no es padecer.
Es una faceta del Padre.

11
Necesité Desiertos

Desierto no es escapar.
Es volver.

Es decir:
“solo vos y yo, nadie más”

Desierto es
estar en Él.

12
Fede Ariel

Nos vimos a los ojos

Todavía sigo acá.


¿Te habrás olvidado de mí?
Quizá se alegre mi alma al fin,
quizá no sea tan importante.

¿Será este anhelo simplemente un suspiro más?


¿Cuán alto es el límite de lo suficiente?
Nos vimos a los ojos antes
y de la misma forma será después.

Todavía sigo acá.


Sé que no te olvidaste de mí.
Quizá alegre mi alma al fin.
Quizá siempre fue importante para vos.

13
Necesité Desiertos

Cualquier tormenta

Si no es con vos,
entonces con nadie.

Si no es tu corazón.
Entonces ninguno.

Si no es tu voz,
entonces el silencio.

Si no es de tu mano,
entonces camino solo.

Si no te encuentro
me pierdo.
Sin tus ojos
estoy ciego.

Si no es en vos
no hay cielo.

Si no sos vos, amor


no arriesgo.
Ni siquiera lo intento.

Espero.
Te creo.
Resisto.

Si se trata de vos,
cualquier tormenta.

14
Fede Ariel

Yo me hubiera ido

Gracias por quedarte,


yo me hubiera ido.

Gracias por no juzgarme,


yo me eché la culpa de todo.

Gracias por amarme,


yo me odié muchísimo.

Gracias por mirar mi corazón,


porque yo siempre miré mis errores.

Gracias por acordarte de mí,


yo ya me había olvidado.

Gracias por acomodar las cosas,


siempre fui un completo desorden.

Gracias
por confiar en mí,
por enseñarme

a esperar en vos.

15
Necesité Desiertos

Arruinaste mis planes

En mi mente
suena bien,
se ve muy lindo.

A mi corazón
le hace bien soñar,
le sienta bien desear.

Pero no siempre
deseo bien.

No siempre
sueño lo correcto.

Arruinaste mis planes


porque tenías mejores.

No más fantasías,
ahora historias de verdad.

Confiar es provocar y dejar


que tus caminos sucedan.

Arruinaste mis planes


y eso fue lo mejor que me pasó.

16
Fede Ariel

Muchas Herramientas

Usa los problemas


para mostrarte salidas.

Toma de los dolores


para enseñarte sanidad.

A través de tus errores


te alcanza sabiduría.

Usa la tristeza
para mostrarte que está cerca.

Usa una crisis


para crear una oportunidad.

Usa cada vacío


para que veas cómo lo puede llenar.

Dios tiene muchas herramientas


solo tenemos que abrir los ojos
y prestar atención.

17
Necesité Desiertos

Así tenía que ser

Quizás esa era la forma


en la que tenía que terminar.

Quizás no era el tiempo,


no era lo que tenía que pasar.

Quizás lo que vos querías


no era lo que más convenía,
no era lo mejor al final de cuentas.

Nuestra perspectiva
suele ser tan limitada
que no nos deja ver
la película entera,
solo vemos una parte.

Quizás era solo una amistad


y solo tenías que aprender a valorar
o entender de qué se trata
ser un amigo de verdad.

Probablemente
no hubiera sido bueno
apresurarse
y arruinarlo todo.

Quizás así́ tenía que ser,


caminar y no correr.

18
Fede Ariel

Entonces solamente dejá


que las cosas sucedan
como tengan que suceder.

Provocá las cosas,


pero no las fuerces.
Dejá que lo verdadero fluya,
y lo que es propósito, suceda.

El tiempo habla.
Pero Dios susurra mas fuerte.

Quizás así́ tenía que ser


porque Él quiso que así́ sea.

19
Necesité Desiertos

Sigue ahí

Cuando no soy feliz.


Cuando me siento solo.
Cuando las cosas
no salen como quiero.

Cuando tengo tantas dudas


que ya no quiero pensar.

Porque de tanto pensar


se va cansando la mente.

Cuando tengo miedo.


Cuando necesito buscarlo
pero no tengo ganas de buscar.

Cuando no quiero
que nadie me hable.

Cuando me replanteo
tantas cosas
y termino frustrándome.

Cuando me equivoco.
Cuando me canso.

Cuando me enojo.
Cuando no doy más

20
Fede Ariel

Dios sigue ahí́,


esperándome.

Dios sigue ahí́,


confiando en mí.

Entonces vuelvo a empezar,


me vuelvo a levantar.

Porque nadie resiste


un amor tan fuerte.

Porque nadie soporta


una gracia tan sublime.

21
Necesité Desiertos

Cuando Dios pide tiempo

Cuando Dios te pide tiempo,


no quiere solo tiempo.

Quiere sanarte,
quiere prepararte.

Reconstruirte
para hacerte fuerte.

Quiere tu corazón,
porque no quiere perderte.

Quiere tu primera mirada del día


y también la última,
para entrar por las ventanas de tu alma
y llenar hasta el último vacío.

Quiere que aprendas a verte


como Él te ve,
a amarte y valorarte
como realmente debe ser.

Cuando Dios te pide tiempo


es porque quiere lo mejor para vos.

Se suele reservar un gran espacio


para las grandes cosas.

22
Fede Ariel

Todo lo bueno,
lo que está bien hecho,
lo que tiene mucho valor,
suele llevar tiempo.

No te apresures,
no tenés idea
de todo lo que Dios
puede hacer en vos
y a veces
solo necesita tiempo.

23
Necesité Desiertos

Al final hace lo que quiere

¿Puedo confiar
en sus deseos?

¿Puedo descansar
en sus planes?

Dios bendice
al que no me cae tan bien.

Y perdona
al que yo juzgo.

Me habla de dar
cuando necesito.

Me dice que suelte


cuando más aferrado estoy.

Me enseña lo complejo
con cosas simples.

Me dice que me vaya


cuando quiero quedarme.

Usa mis capacidades


cuando me siento incapaz.

Dios hace lo que quiere.


¿Yo quiero lo mismo que Él?

24
Fede Ariel

Quizá en sus deseos


encuentre mucho más.

Quizá encuentre
que sí puedo descansar en ellos.

Porque Él hace lo que quiere


y yo a veces no lo entiendo,
pero siempre me conviene.

25
Necesité Desiertos

Redención de todos nosotros

Esta es la forma
en la que llega un gran oasis
para darle final
a todos los desiertos.

¿Cuánta pasión se necesita


para resistir el peso
de todas las generaciones?

Porque ahí estaban nuestros nombres,


el mío, el tuyo,
el de nuestros hijos.

No importó el dolor de los azotes.


Ni los clavos en sus manos y pies.

Mucho antes de que lo sepamos


sus ojos ya estaban sobre los nuestros.

Y esta vez no fue la excepción.

La sangre besa la tierra


y el perdón nos asecha.

El silencio contestó todas las preguntas.

Las palabras estorban


cuando hay un amor
tan absurdamente inmenso.

26
Fede Ariel

El silencio
de un corazón enamorado
que resistió respirar el dolor,
para dar a luz la reconciliación,
y la redención
de todos nosotros.

27
Necesité Desiertos

El hombre que habló

Todas las palabras


que iban saliendo de su boca
respondían a un clamor distinto
dentro de mí.

Respondían
a mis miedos más profundos,
a mis deseos más egocéntricos.

A mi carne.
A mis huesos.

Respondían a todo silencio.

A millones de lágrimas.
A cientos de recuerdos.

Respondían misterios.

Cada respuesta
a la velocidad
del tiempo perfecto.

Respondían sin tanto cuento.

El hombre que habló


parecía conocerme más
de lo que me conozco yo.

28
Fede Ariel

No dijo muchas palabras,


en realidad
nunca escuché su voz.

El hombre que habló


sin decir palabras.

Fue la milésima de segundo


en la que miré su rostro.

El hombre que habló


sin decirme nada
respondió todo
hasta lo que no preguntaba.

Sus ojos fueron un lugar,


del que es difícil volver.

29
Necesité Desiertos

Otra vez Sonreír

Estuve cuando pensabas


que no me necesitabas.
También estoy cuando creés
que no respondo.

Voy a estar
siempre que me hagas un lugar.

Tuviste miedo,
pero yo respondí.
Amo responder,
y cuando escuchás.
Te enseño hoy,
y como un Padre
te preparo para mañana.
Ya leí la última hoja
de esta historia.

Ya suspiré
en todas las cartas
de tu corazón.
Hasta en aquellas
que te avergüenzan.
Ahora vamos a sonreír
bajo las tormentas.

No le tengas miedo
a lo que viene.

Ya estuve en tantos días de ayer,


ya estuve en tu futuro.
30
Fede Ariel

Una mejor versión de mí,


sucede cuando hay menos de mí.

31
Necesité Desiertos

Gracia es

Un abrazo de mamá
después de tantos errores.

La oportunidad de llegar a un lugar


y decirle “casa”.

Poder dormir en tranquilidad.


Poder descansar.

El beneficio de dudar.
El privilegio de retroceder.

Para después cuidar.


Para después crecer.

La posibilidad ver salir el sol


y comenzar de nuevo.

Gracia es
La fortuna de poder elegir
Con quién sonreír
Y con quién llorar.

Gracia es
la sustancia detrás de cada oportunidad.

Es el comienzo de la sanidad.

Resurrección.
Reconciliación.
Un solo nombre.
32
Fede Ariel

Me encontraste primero

Antes de que yo piense en vos,


vos ya me habías soñado.
Antes de que me fijara en tu nombre,
vos habías pensado en el mío.

Antes de que yo haga planes


vos los habías establecido en tu corazón.

Siempre estás un paso adelante.


Aún en el dolor.

Porque cuando a mí me estaba doliendo,


vos ya tenías sanidad en tus manos.

Y ahora que escribo,


mientras yo pienso las palabras,
vos ya estabas listo para susurrarlas.

Yo no te pensé,
vos me pensaste primero.

Yo no te encontré,
vos me encontraste primero.

33
Necesité Desiertos

No dejemos de serlo

Amigo, ¿estás ahí?

Solté la distancia.
Vine a buscarme en vos.

Todo eso
que un día perdí.

Seamos amigos
y no dejemos de serlo.

Tu amistad me despierta
y yo no quiero cerrar los ojos
en la noche más oscura.

Te necesito.
Mucho más de lo puedas leer acá.

Duele sentirse anestesiado.


Es horrible no escuchar tu voz

Seamos amigos
y no dejemos de serlo.

Para que no me cueste tanto vivir.


Para que no me duela tanto morir.

Despertame.
No quiero lamentar más.

34
Fede Ariel

Después de todo lo que duele.


Después de todo lo que cuesta.

Tu amistad
es lo único que me hace
un poco más fuerte.

Seamos amigos
y no dejemos de serlo.

35
Necesité Desiertos

Un amor que sostiene todas las cosas

Una mirada
distinta a todas las demás.
Palabras que suenan
y permanecen.

El tiempo se va
pero ellas se quedan.

No se caen.
No se rompen.
No duelen.
No se terminan.
No se desgastan.
No se corrompen.

Palabras
dentro de habitaciones
que se transforman en montañas,
que se suben de mañana
también y por las noches.

Que encienden luces


que nadie sabe cómo se apagan.

Y abren puertas
que nadie sabe cómo cerrar.

Que están dentro


de un amor
que sostiene
todas las cosas.
36
Fede Ariel

Un camino incómodo

¿Quién levantó
tus lágrimas
del piso?

¿Quién le dio un valor que no conocías?

¿Quién interrumpió
tus días
con eternidad?

¿Quién sanó tu mente


cuando tenías miedo?

No es fácil.
Pero lo es todo.

No es tan atractivo seguir sus pasos.


Pero lo necesitamos.

37
Necesité Desiertos

Guardar el corazón

Saber callar.
Esperar.

Querer desaprender.
Matar de hambre al ego.

Olvidar rencor.
Dar gracia.

Soltar.
Pensar en los demás.

No hacer tanto lugar


a lo desconocido.

Aprender del silencio.


Crecer sin presumir.

Humillación.
Prescindir de comodidad.

Quien nos llama


precisa lugar
para formarnos
con bellos preceptos
de incomodidad.

Guardar
no es debilidad,
es fortalecer,
es ganar.
38
Fede Ariel

Preservar lo valioso.
Cuidar lo que es único.

Por eso es difícil guardar.

Decir no.
Esperar un sí,
pero no cualquiera,
sino aquel
que no es igual
a ninguno más.

Nuestros hijos
lo van a observar.
Nuestro futuro
demanda sanidad.

Guardar el corazón,
porque tenemos uno solo,
y de él depende todo,
lo que somos,
lo que decimos,
lo que lloramos,
lo que sonreímos,
lo que anhelamos,
lo que honramos,
lo que escribimos,
lo que vamos dejando
mientras caminamos.

Entender no es para todos los días,


pero necesitamos guardar.

39
Necesité Desiertos

¿Qué es ser amigo de Dios?

Algunas personas huyen


de las imperfecciones de los demás,
por eso les cuesta tener amigos.

Porque no se dan cuenta


que amar requiere imperfección.

Le tienen miedo
a lo que esos errores
puedan traer con el tiempo.

Pero es que ni el tiempo sabe


cómo sucede,
toda restauración necesita amistad.

Fui encontrado por alguien


a quien le interesó saber
la parte más cruda
de todo mi ser.

Esas cosas
que dan vergüenza contar,
esos secretos
que si salieran a la luz
dejarían mucho que desear de mí.

Y me sanó.
Me reconstruyó.

Su amistad.

40
Fede Ariel

Yo pensaba
que sabía
lo que era esa palabra.

Pero solamente
me estaba engañando
a mi mismo.

Este gran amigo


no le teme a mi imperfección,
a lo más oscuro que hay en mí.

Quiere escucharme todos los días,


para sacar a la luz lo oculto
y disipar toda tiniebla.

Quiere prestarme sus oídos


para hacerme libre.

Nunca miró mis errores,


siempre me miró a los ojos.

Y la mayor muestra de su amistad


fue su corazón transformando el mío.

Es más que una fortuna,


es encontrar vida,
es una fuente de eternidad.

Es poder ser quien sos


y no tener miedo de nada.

Es una locura
ser amigo de Dios.

41
Necesité Desiertos

No arruinaste nada

Una vez te amé


fue para siempre.
Una vez te perdoné,
eternamente.

Tus errores
no tienen poder
para interrumpir
mi gracia.

Tus fallas
son temporales,
pero mi amor
no tiene fin.

Nunca lo temporal
podrá superar a lo eterno.

Conocí tus pasos


antes de que pidas perdón.

Escuché tus lamentos


antes de que tengas voz.

Yo Soy,
el que te pensó.

Todos tus días,


reposan en mis manos.

42
Fede Ariel

Y en cada uno de ellos


hay una oportunidad.

Donde misericordia llama


entre frescura y renuevo
de un amanecer,
a todos aquellos
que tengan oídos
a empezar de nuevo.

No me tomaste
por sorpresa.

Nada cambió en mi corazón.


Mi paciencia está intacta.

Soy el mismo Dios,


mismo amor,
misma gracia,
mismo perdón.

No arruinaste nada.

43
Necesité Desiertos

¿Por qué es tan difícil?

Esperé y no sucedió.
Confié y no fue como pensé.

A nadie le gusta tener miedo


y mucho menos confesarlo.

Ni la decepción,
ni la frustración.

Pero ahí está todo eso,


ahí está el camino,
y ahí estamos nosotros,
en medio de la carrera.

¿Se trata de llegar?

Quizá no sea lineal.


Quizá la victoria sea
volver a levantarse
y permanecer de pie.

Entonces
¿por qué es tan difícil?

Porque no es cualquier carrera,


es la tuya, es única.

Es tan importante
que el mismísimo Dios,
creador del universo,
está acompañándote.
44
Fede Ariel

Para calmar tu sed


y darte fuerzas cuando te cansas.

Para guiarte
cuando te sientas perdido.

Para sanar las heridas


que ocasionan las caídas.

Para hablar a tu corazón


y que otras voces no te distraigan.

La carrera es difícil
pero tenés al mejor con vos.

45
Necesité Desiertos

¿A dónde vas cuando te llamo?

Yo me acuerdo
de tus primeras sonrisas,
al escuchar mi voz.

De todos los gestos,


de los puntos y las comas
en la lista de oraciones.

Yo me acuerdo.

Llamaste,
y yo ya estaba ahí.

Ahora te espero
cada noche,
cada mañana.

Para que el pasado


sea solo pasado.

Y nosotros seamos
un eterno presente.

Mi voz anhela provocar


todas tus sonrisas.

Desde el principio
hasta el final.

¿A dónde vas cuando te llamo?

46
Fede Ariel

Un round más

¿Ahora te vas a rendir?

Cuando pienses que estás solo,


levantá tu mirada,
vas a darte cuenta
que siempre hay alguien con vos.

Siempre hay oídos


listos para escucharte.

Siempre hay manos


listas para extenderse.

Cuando pienses
que todo está por derrumbarse,
no es el final,
quizá sea un nuevo comienzo.

Cuando pienses
que es muy difícil,
es porque hay
una gran recompensa detrás.

Cuando nada sale como esperabas,


entonces esperá
porque esa es la forma en la que
buenas sorpresas vienen.

Estas no son palabras


para romantizar nuestras crisis.

47
Necesité Desiertos

Son verdades
que a veces no podemos ver,
pero en definitiva
necesitamos tenerlas presente.

Porque nos ayudan


a entender la vida,
y a no desperdiciar los días
que nos hacen crecer.

¿Ahora te vas a rendir?


Vamos, un round más.

48
Fede Ariel

Gracias, Amor

Gracias por quedarte,


yo me hubiera ido.

Gracias por no juzgarme,


yo me eché la culpa de todo.

Gracias por amarme,


yo me odié muchísimo.

Gracias por mirar mi corazón,


porque yo siempre miré mis errores.

Gracias por acordarte de mí,


yo ya me había olvidado.

Gracias por acomodar las cosas,


siempre fui un completo desorden.

Gracias por confiar en mí,


por enseñarme a esperar en vos.
Gracias, Amor.

49
Necesité Desiertos

Quizás así tenía que ser

Quizás esa era la forma


en la que tenía que terminar.

Quizás no era el tiempo,


no era lo que tenía que pasar.

Quizás lo que vos querías


no era lo que más convenía,
no era lo mejor al final de cuentas.

Nuestra perspectiva
suele ser tan limitada
que no nos deja ver
la película entera,
solo vemos una parte.

Quizás era solo una amistad


y solo tenías que aprender a valorar
o entender de qué se trata
ser un amigo de verdad.

Probablemente
no hubiera sido bueno
apresurarse
y arruinarlo todo.

Quizás así tenía que ser,


caminar y no correr.

50
Fede Ariel

Entonces solamente dejá


que las cosas sucedan
como tengan que suceder.

Provocá las cosas,


pero no las fuerces.
Dejá que lo verdadero fluya,
y lo que es propósito, suceda.

El tiempo habla.
Pero Dios susurra mas fuerte.

Quizás así tenía que ser


porque Él quizo que así sea.

51
Necesité Desiertos

Yo quiero ser
ese lugar
al que vas
cuando no sabés
a dónde ir.

52
Fede Ariel

No me quiero ir de vos

Les hablé a mis amigos de vos.


Les conté a mis viejos.

Les conté
a algunas personas
en la calle,
en el bondi,
en la facu,
en el laburo.

Les dije que tu sonrisa es un viaje.


Y que ni idea cuándo vuelvo.
Que me hacés volar tan alto.
Y que ahora no quiero bajar.

Nunca más.

Vamos lejos.
Si querés.

Yo sé que no te vas a ir de mí.


Y yo no me quiero ir de vos.

53
Necesité Desiertos

Amate débil

No huyas.
Esperá.

Escuchate latir.

Amate débil.
Amate fuerte.

Date abrazos.
Hablá bien de vos.

Que te encuentren
si te buscan.

Que te tenga
quien resista.

Las hojas secas se van


pero el oro se queda.

No huyas.
Esperá.

Amate débil.
Amate fuerte.

54
Fede Ariel

Ahora que podemos

Podemos estar tan cerca


y hacer que las distancias
sean solo un mito

Podemos estar tan cerca


y hacer que todo eso
que nos intenta separar
sea solo un cuento de ficción

No me extrañes.
Que no estoy lejos.

No te distraigas
Estemos cerca

Ahora.

Ahora que podemos

Me miró a los ojos


y no necesité nada más.

55
Necesité Desiertos

Para cuando quieras volver

Acá voy a estar.


Esperándote.

Para mí
el tiempo no pasa.

Yo me quedé
en esa última sonrisa,
en esa última vez
que me nombraste
genuinamente.

Me quedé en esa última vez


que me incluiste en tus planes.
En esa última vez
que hicimos cosas juntos.

Recuerdo
cuando hablamos
justo antes
de que empieces a ignorarme.

Justo antes
de que me hagas a un costado.

Me dejaste para después


y de repente
el después nunca llegó.

56
Fede Ariel

Para cuando quieras volver,


acá voy a estar.

Esperándote.

Para mí
el tiempo no pasa.

Todos los días.


Te extraño.

57
Necesité Desiertos

Llename

Oh. Amor, estoy tan desnudo.


Oh. Consuelo, me hacés tanta falta.

Todo fuera de vos me hace tan mal.

No quiero ser
como nadie más.

Y lo bueno es
que no tengo que explicarte
mis lágrimas.

Yo sé que me esperaste.
Yo sé que tus manos no están vacías.

Yo sé de tus planes.
Sé del fuego en las letras.
Sé de tu absurda gracia.

Y del cielo en las personas.

Sé de tu sonrisa en los viajes.


Sé de tus respuestas con el tiempo.
Sé de tu esperanza intrínseca.

Y de lo que tenés para mí.


aunque eso ya no me importa tanto.

58
Fede Ariel

Prefiero que lo sueltes


para abrazarme.
Prefiero que lo sueltes
para sanarme.

No me des nada
que me aleje de vos.

No me des nada.
Vení vos.

Si yo te doy todos mis sueños


¿podrías sanarme?
Si yo te doy todo lo que tengo
¿podrías salvarme?

Llename.
No quiero nada más.

Y tus brazos son el lugar


para ir a perecer tranquilo.
Y tus alas consumieron
todas mis preguntas.

No hay otro lugar.


Nunca hubo otro lugar.

Que no sean solo lágrimas.


Por favor.

59
Necesité Desiertos

Yo conozco tus miedos

Todos te ven sonreír, hijo.

Pero yo sé que por dentro


estás esperando una respuesta.

Y eso te mantiene inquieto.

Las palabras pueden esperar


pero mi corazón no.

Las respuestas pueden tardar


pero yo estoy acá.

Y me apresuro
porque te conozco.

Y aunque llores en la tierra


solo y sin nadie cerca
tus lágrimas se escuchan
tan fuerte en el cielo.

Todos te ven sonreír, hijo.


Pero yo conozco tus miedos.

Y no está mal.

Dame todo eso


que te amarga,
que te distrae.

60
Fede Ariel

Yo te quiero ver sonreír, hijo.

Y que sean tus risas


las que suenen en la tierra
y se escuchen
tan fuerte en el cielo.

61
Necesité Desiertos

¿Cuándo fue la última vez?

¿Cuándo fue la última vez


que cancelaste algo para vernos?

Porque a mí
me cancelaste varias veces
por algo más.

¿Cuándo fue la última vez


que tuviste tiempo para buscarme
sin mirar la hora a cada rato?

¿Cuándo fue la última vez


que hiciste planes
y me pusiste primero?

¿Cuándo fue la última vez


que te fuiste a dormir
pensando en mí
y te despertaste
queriendo escuchar mi voz?

Yo no quiero las sobras.


Yo quiero tiempo de calidad.

Y aunque respeto tus decisiones


no me conformo
con “una vez cada tanto”
eso se parece a una religión.

62
Fede Ariel

No te olvides
lo nuestro
es una relación.

Necesita tiempo.
Necesita espacio.

Necesita valor.
Necesita decisión.

Y está en tus manos,


todo eso está en tus manos.

63
Necesité Desiertos

No me dejes atrás

No me robes la oportunidad
de transformar tus días.

No me quites la chance
de estar cerca tuyo.

De hablarte.
De sorprenderte.

De abrazarte.
De acompañarte.

No me dejes
donde no puede hacer nada.

No quiero estar en tu pasado.


No quiero ser solo un recuerdo.

No quiero ser
una anécdota más.

Quiero estar en tu hoy.


Quiero sanar tu alma.
Quiero restaurar tu corazón.

Quiero ser parte


de tus planes.

64
Fede Ariel

Quiero estar en tu presente


y que soñemos juntos.

No me dejes atrás.
No me dejes de buscar.

65
Necesité Desiertos

No quiero nada más

Quizá el dolor
siempre intentó
decirnos algo.

Que no es la forma.
Que no es el tiempo.
Que no es como yo quiero.

Que no es
como dicen los demás.

Que tengo que volver.


Que tengo que volver.
Que tengo que volver.

Porque al final
gracias a él
me acerqué a vos.

Esta es la vez
en la que me quedé sin fuerzas.

Y todos tus jardines


para ir a descansar.

Y todos tus silencios


secando mis lágrimas.

No quiero nada más.

66
Fede Ariel

Quizá el dolor
siempre nos dijo lo mismo.

Pero no quisimos escucharlo.

Lo bueno es
que tu voz
siempre susurra
más fuerte.

Ser transformado
por una verdad.

Ser llevado
a unos brazos

que nunca se cansaron


de esperarme.

67
Necesité Desiertos

Si yo tuviera tu corazón

Si me dieras más tiempo.


Si me dieras más espacio.

Podría contarte tantos secretos.


Podríamos hacer tantas cosas juntos.

Si yo tuviera tus deseos.


Tus pensamientos.

Si tus oídos
quisieran escucharme.

Si yo tuviera tu corazón.
Podría hacer mucho más.

Podría ser tu sanidad.


Podría ser tu descanso.

Podría ser tu libertad.

Si yo tuviera tu corazón.
Podría ser todo eso
que tanto buscás.

68
Fede Ariel

No te olvides de mí

Vení a mi habitación.
Y llevate todo.

Llevate lo que me pesa


y lo que cargo con honra.

Lo que me incomoda
y lo que disfruto.

Lo que tanto necesito


y lo que está demás.

Llevate todo lo que encuentres,


y no te olvides de mí.

Pero vení.

Porque si venís,
aunque te lleves todo,
quizá yo
no necesite nada más.

Llevate mis lugares vacíos


y mis momentos preferidos.

Llevate mis quejas


y todos mis sueños.

Llevate mis risas,


mis lágrimas.

69
Necesité Desiertos

Llevate lo que soy


y lo que quiero ser.

Vení a mi habitación.
Llevate todo lo que encuentres.

Y no te olvides de mí.

70
Fede Ariel

Para alguien tan inseguro como yo

No le des lugar a la ofensa, ni al orgullo, ni a la condenación, ni un


poco. Porque un día puede ser demasiado tarde para darte cuenta que
no sos tan libre como pensabas. No confíes en los consejos de quienes
murmuran de otros hijos, de quienes se burlan de las debilidades de los
demás, de quienes miden la gracia conforme a su humano juicio.
No escuches a nadie que no te muestre a Jesús.
Fortalecete en tus hermanos, en los que son tan débiles como vos pero
tienen hambre de ser libres, de cantar una nueva canción.
Compartí tus pecados y no dejes que te avergüencen, nadie es más
homicida de sí mismo, todos los somos, solo que algunos se olvidan de lo
suyo para señalar al otro. Relación no es perfección, debilidad no quiere
decir inferior. El Reino funciona de otra manera, el fuerte es aquel que se
humilla y el sabio es el que considera una caída como una oportunidad
para volver a subir.
No mires a nadie que no te muestre a Jesús.
La soledad física, el frío en el alma, la angustia en el espíritu, todas
esas cosas tienen algo para contar, y no es un juego, son consecuencias,
pero todas terminan en un solo lugar, en la cruz. Yo sé lo que se siente
tocar fondo, y lo que Jesús puede hacer para sacarte de ahí, no te quedes
con nada, dáselo todo, como si fuera lo único que puedas hacer.
Hablate, hablá bien de vos. Declará palabras de bien sobre tu persona.
Contrarrestá toda maldición con la bendición de tus palabras.
Tan rápido como puedas tenés que volver a casa, a ese calor en sus
brazos que no se compara con nada. Jesús es el único lugar seguro, el único
que puede amar sin condiciones, el que te mira a los ojos y te recuerda
quién sos. No confíes en tu disciplina, ni en tu temporada, no reposes en la
calma, no te acomodes en los días buenos, peleá y mantenete fuerte aún
cuando pienses que no sea necesario, no hagas espacio para algo más.
Anhelá el constante renuevo de tu espíritu en los brazos de Jesús, no hay
nada que su presencia no pueda quebrar, nada que no pueda sanar.

71
Necesité Desiertos

La gracia no necesita tiempo

Si caíste, levantate. No te quedes lamentando el error, no le des lugar


a la condenación. Algunas personas aman señalar y echarnos la culpa por
nuestros pecados, quieren hacernos sentir lejos pero estamos cerca, quieren
condenarnos pero Jesús ya nos perdonó, quieren que estemos ofendidos
y avergonzados porque nos equivocamos, pero Dios nos quiere abrazar,
quiere librarnos de toda culpa y mantenernos con la frente en alto, ellos
quieren que vivamos en el molde a causa de nuestros errores, pero Dios nos
llamó a participar de la gracia, y la gracia no necesita tiempo, la gracia
es hoy, es ahora.
Dios no necesita tiempo para perdonarte, quiere restaurarte y salvarte
de lo que el enemigo puede causar en vos si seguís condenándote.
Las personas necesitan tiempo para perdonar, porque miden las cosas
conforme a sus juicios, ellos miran con sus ojos y juzgan con su mente,
pero Dios es distinto, a Él no le importa quién tiene la culpa, Él ama y nos
abraza con su gracia, y la gracia no espera, nos sale al encuentro y nos
llena de su amor.
A Dios no le asustan tus caídas, corré a Él aunque te sientas un hipócrita.
Alejarte y condenarte no soluciona nada, acercarte y aprender a recibir
gracia es lo único que te puede salvar.
Hay nuevas oportunidades esperando por vos, hay un mar de gracia y
amor esperando a que te sumerjas.

72
Fede Ariel

Todavía estoy desesperado

Espero que todas las lágrimas sirvan para algo, para alguien. Tengo
la mente tan cansada, y la verdad es que pensé que iba a ser distinto,
nunca imaginé que algunas batallas serían tan difíciles, que algunas
noches durarían tantos días, que algunos minutos pesarían toneladas
en el alma. Todo esto fue una realidad, hasta que me desarmé, entendiendo
que no era mi pelea, que estaba en el frente de una batalla equivocada,
peleando contra alguien, a quien yo no tenía nada que ganarle. Mi victoria
nunca estuvo en el resultado de una pelea, porque mientras yo decidía
qué pelear y qué esquivar, ella me esperaba sentada en mi conciencia,
preguntándole a mi alma ”¿Cuánto tiempo más?”.
Vencemos al mundo con la fe, mientras cerramos la puerta de una
habitación vacía, que espera ser llena de múltiples silencios para sobrevivir
a un agraciado e incómodo amor, mientras suena una de esas canciones
que nos muda de galaxia, que transforma cualquier desesperanza en sonrisas
inmerecidas. No tengo que explicártelo todo.

73
Necesité Desiertos

Todavía estoy desesperado por encontrarnos.

74
Fede Ariel

Con el tiempo

Con el tiempo vienen las preguntas y llegan algunas respuestas. Se


destapan verdades y salen a la luz mentiras. Con el tiempo, todo eso que
parecía inconcluso comienza a dar frutos, y lo que parecía bueno, se seca.
Con el tiempo, las lluvias tienen otro sabor, otro aroma; los días grises
ya no nos preocupan tanto, algunos problemas pasan a ser anécdotas y
varias anécdotas se transforman en llaves que abren puertas llamadas “no
cometer los mismos errores.”
Con el tiempo Dios va transformando todas las lágrimas en sonrisas.
Porque el tiempo te enseña que el camino más largo siempre es el mejor
atajo. Porque las mejores cosas son las que se hacen bien, lo que tiene más
valor es aquello que tarda un poco más, que cuesta un poco más.
Con el tiempo se nos cansan las piernas, porque ya no estamos para
ciertas jugadas y se nos fatiga el alma por el peso de todo eso que nunca
debimos cargar. Los días ya no vuelven, hay cosas que ya no podemos
negociar, y que por eso, las empezamos a valorar. Lo que no entendemos
hoy, el tiempo nos lo va explicando, como un viejo maestro con la paciencia
de un aprendiz.
“Es uno de mis instrumentos preferidos.” Me dice Él. Y sí, con el tiempo,
Dios hace lo que quiere, y lo que Él quiere, siempre nos hace bien, nos
conviene.
Se cierran bocas que murmuran, se ponen serias las sonrisas de burla
y se acomodan ciertas cosas. Triunfa la gracia sobre el ingenuo de buen
corazón, haya luz quien pregona paz y misericordia.
Confiemos en Dios, quien es el inventor y fundamento de los días, el
principio y el fin de todo tiempo.

75
Necesité Desiertos

Los ojos de un cambiamundos

Ahora puedo decir que mientras en mi mente sucedían cosas, de una


determinada forma, paralelamente, mis acciones no las reflejaban. A con-
secuencia de una exagerada cantidad de perfeccionismo vacío, van apa-
reciendo nubes preparadas para llover frustración sobre hombros de un
cuerpo acostumbrado a los aplausos virtuales. No es tan verdad que las
sonrisas son complicadas, no para mí. Pero en ese balcón estábamos los
dos sentados, mis ojos en el mar, los suyos con el viento; para recordar-
me la certeza de que no pude haber cruzado tantos desiertos solo, nunca
pude haber llegado hasta acá solo por mi esfuerzo, sin ayuda. Conozco
el camino que hice, pero sus ojos lo conocen mejor. Yo tenía mis planes,
mis formas, mis moldes, mis tiempos, mis actitudes, mis excusas; pero no
sé dónde las dejé, se habrán caído mientras recordaba cómo resiste una
casa de barro bajo la lluvia, y que los mundos no necesitan nuevas reglas,
nuevas leyes, nuevas costumbres, necesitan gracia y compasión, pacien-
cia, amor. Todo mundo necesita un hogar, un sentido de pertenencia que
no pueda comprender. Así fue que me encontré en algo muy parecido a
la calidez para hospedar pequeños millones de universos, un lugar donde
cada mundo es absurdamente comprendido y abrazado después de casi
ser destruido, donde la sanidad es el aire que se respira, un lugar al que
siempre quise volver para descansar, donde el pasado ya no son puntos
suspensivos, y el futuro es una enorme y placentera sonrisa, donde los días
suceden al mismo tiempo, donde se suspira de verdad y sin temor al que
dirán, donde los miedos hacen silencio para escucharte, en un solo lugar,
en los ojos de un cambiamundos.

76
Fede Ariel

Encontré mi alma
en sus brazos
y no importó

nada más.

77
Necesité Desiertos

El arte de retroceder

Quien retrocede gana metros, se impulsa y llega con más fuerza. Se


convierte en enemigo de la impaciencia y la improvisación, pero es retroceder
la forma más bella y compleja de crecer. El que retrocede aprende a esperar,
a confiar, a creer. Persuade al ayer y lo pone al servicio del hoy, hace silencio
y tiene muchas nueces. Aquel que retrocede le gana al tiempo, y esa voz
que dice “yo te dije que tenías que volver”. El que retrocede sana, por eso
avanza. Arregla lo que había que arreglar, y obvio, tiene miedo. Porque
retroceder es para valientes, y uno se encuentra con esa constante otra vez.
Pero no retrocedas para retroceder, porque es apenas una parte. Fijá tu
mirada en el próximo escalón, para no enamorarte del ayer; para ganarle
al tiempo y encontrarte avanzando desde el arte de retroceder.

78
Fede Ariel

Siempre es oportunidad

Perdí muchas horas pero gané experiencias. Perdí el tiempo pero aprendí
cómo no desperdiciarlo. Perdí dinero pero aprendí a administrarlo. El día
en el que más me humillé, perdí un poco de dignidad, pero gané un poco
más de respeto. Perdí horas de sueño pero gané valiosas ideas y creatividad.
Perdí en el amor, recuperé mi corazón. Me perdí al sol naciendo, pero
gané noches que nadie puede robarme. Me perdí de momentos que ya no
vuelven, pero me tocaron otros de los cuales agradezco que nunca se van
a ir de mí. Perdí sueños y deseos, pero gané historias para contar acerca
de lo apasionante que es aprender a decir que no. Perdí amigos y entonces
entendí la amistad. Perder, siempre es oportunidad.

79
Necesité Desiertos

Naufragio

El valor de tu alma que bracea contra la corriente es más grande que todos
los mares que naufragaste. Tu corazón es más fuerte que todas las tormentas
que soportaste. No dejes que te engañen, podemos redimensionar el valor
y la importancia de cada desierto cuando respiramos libertad, cuando
entendemos que no estamos solos, ni somos únicos pero no somos los únicos.
Podemos volver a encausar lo parecía que se había perdido. Nunca es tarde
para llegar a tierra, no te apresures a rendirte. Probablemente un día te des
cuenta de que no estabas perdido, que estabas siendo encontrado, y que
estabas tan cerca de llegar a una salida, porque esto siempre fue laberinto
pero nunca fue un naufragio. No estabas desperdiciando energías, no estabas
perdido y tan desolado como pensabas, un día vas a darte cuenta de que faltaba
poco y de que estabas siendo encontrado.

80
Fede Ariel

Viento a su favor

Vaya despacio, porque apresurarse nunca sale bien. Las flores necesitan
tiempo para mostrar su máxima hermosura, y las temporadas van llegando,
pero no hay apuro cuando se quieren hacer las cosas bien. El buen fuego se
enciende de a poco y este plato sobre la mesa se cocina a fuego lento. El valor
del tiempo está escondido justo detrás de una virtud llamada aprender a
esperar. Dejaste de ser esclavo del tiempo cuando aprendiste a esperar en lo
eterno.
Vaya despacio, que ir despacio siempre sale bien. Disfrute el paisaje y
el sonido de un buen viaje. Hay tiempo, y también viento a favor.

81
Necesité Desiertos

Afortunadas páginas de mi corazón

Olvidé cómo se escribía tu nombre, entre tantas cosas, esta era la


que mayor miedo tenía de olvidar. Y ojalá el asunto hubiera sido entre el
papel y yo, pero no, esto fue un poco más allá. No porque fuera difícil de
recordar, porque está en mi mente todo el tiempo, sino porque naturalicé
lo sobrenatural, se me volvió común lo sagrado. Tu nombre, tan hermoso
de oír y pronunciar, llegó el momento de volver a meditar en cada letra,
como antes. Entonces recordé la primera vez que lo escribí, así que me
tomé el tiempo y lo primero que me pregunté fue “¿por qué no hice esto
antes?”. Me di cuenta de que necesité un poco de olvido, un poco de lejanía
lograr comprender el verdadero valor, pero no hablo del papel, hablo de
mí corazón, hablo de las afortunadas páginas de mi corazón. Que hoy dejó
tanto vacío sin lugar, porque tu nombre lo volvió a llenar.

82
Fede Ariel

¿Por qué sonreís?

Porque no puedo fingir lo bien que me hacen tus sonrisas, porque son
como mil caricias en el alma al mismo tiempo, que sostienen entre melodías
de gracia a mi privilegiado corazón. Porque es hermoso lo que se siente
cuando tus miradas invaden mis ojos, porque no me sale hacer otra cosa
cuando te veo, porque mi cuerpo experimenta un extraño y agradable
temblor cuando escucho tu voz, entra descanso por mis oídos y mi espíritu
se recuesta en una incomprensible paz, en un explicable sosiego. Sonrío sin
palabras porque no las encuentro, no existe alguna que alcance a expresar
lo que sos.

83
Necesité Desiertos

Después construir

Luego de permanecer sentado mirándome a los pies, y la tierra, después


de tanto calor y de anhelar muchos vasos de agua; casi sin querer, mis labios
secos le dicen hogar a este desierto. Mi corazón lo supo desde el primer
instante, pero no lo entendí. Juzgué conforme a mi pasado, a mi poca
experiencia, y no fue una buena decisión, pero lamentarse no soluciona
las cosas. Además, no es lamento lo que tengo para decir, es gratitud. Lo
primero que imaginé fue cómo serían las paredes por dentro, y cuántas
habitaciones tendría, si habría suficiente espacio para quedarse tirado en
el piso, mientras cierro los ojos y susurro una canción. Imaginé también
el aroma a madera de los muebles, y pensé en lo bueno que sería tener
una pequeña hoguera para que nuestras charlas sean acompañadas por el
sonido del fuego. Lo vi todo con mis ojos, pero tuve que aprender a confiar
en lo que estaba viendo, esperar no es un evento, es una forma de vida, es
lo que nos mantiene vivos y completos si es que permanecemos. Tuve que
amigarme con la soledad y usarla a mi favor, tuve que extrañar las lluvias
y aprender a no subestimar al tiempo. Tuve que reinterpretar todos los
silencios, hacer pedazos mi ego y ver cómo a mi alma le dolían hasta los
huesos. Probablemente nunca llegue a expresarlo como realmente quiero,
pero después de todo, pude ver lo que antes me tenía ciego, pude apreciar
cada momento y todos eran perfectos, pero primero tuve que aprender a
llamar hogar a este desierto.

84
Fede Ariel

No puedo reemplazarte

Nuestras miradas se volvieron una sola, y tu voz la melodía que mantiene a


mi corazón como un hijo que vuelve a casa. Acariciando el pasto fresco
mientras sonríe el amanecer. Opacaste tantas estrellas y floreciste en
todos mis inviernos. Caminamos sobre las mareas más difíciles y cuando
te hice preguntas solo corriste a abrazarme. Me enseñaste lo que el amor
puede enseñarme. Te adueñaste de mi ser y te recuerdan hasta mis huesos.
Besaste mi alma con un eterno consuelo, transitaste mi espíritu despertando
misterios, para encender un fuego que arde como un sol del tamaño del
universo. Si no exagero, no encuentro palabras para describir cómo me
siento. Le sonreímos juntos a tantos desiertos, no alcanzan las palabras ni
los silencios, sos más de lo que pueda expresarte. Es por todo esto, y por
mucho más, que no puedo reemplazarte.

85
Necesité Desiertos

En vos recupero todo lo que pierdo.

86
Fede Ariel

Desde mis espaldas

Me esforcé, lo intenté, fui, volví, disfruté cuando volé alto y me dolió


cuando caí bajo. Lloré sin querer y me reí de mis intentos, también sonreí,
disfruté y agradecí, descansé muy bien y me despreocupé, desperté apre-
surado y me dormí lleno de preguntas, deseando y pensando “ojalá las
respondan mis sueños”. Gané muchas veces y perdí todas las que tenía que
perder, fui derrotado y me sentí victorioso, también me sentí un fracaso
después de ganar. Pasaron tantas oportunidades por mis ojos, me cerraron
tantas puertas en la cara, me estafaron y seguí, me abrieron y me escondí,
pero soy esto que leés, me equivoqué tantas veces como puedas imaginar
pero cada una de esas veces tiene algo para decir, así que solo voy a dejar
que los errores me miren desde mis espaldas, aunque griten no los escucho,
más que para recordar todo lo que no tengo que hacer. Quiero ser la antí-
tesis de quedarse lamentando por ellos, porque la estadía en mí sale muy
cara como para andar regalándole noches.

87
Necesité Desiertos

No estoy hecho por mis errores,


estoy desarmándolos para aprender de ellos
y reconstruirme de nuevo.

88
Fede Ariel

Necesité necesidad

Necesité saber esperar, para aprender de verdad. Soñé alto, necesité


despertar. Interrumpí suspiros para darme lugar, necesité fuego y viento, y
algo más. Sonreí con miedo, necesité llorar. Te escuché tan cerca, necesité
escapar. A tus brazos, un poco más. Se siente lindo volar. Otra tarde frente
a mis ojos, necesité silencio, no dije nada pero supiste todo lo que no pude
hablar. Estoy entero aunque perdí mucho tiempo cuando me quise apurar,
tener miedo nunca es debilidad. Lo necesité, para saber lo que significa
enfrentar. Los errores son parte, nunca quedan afuera. Necesité temer,
necesité de verdad. Después vi, entendí, sonreí. Necesité necesidad.

89
Necesité Desiertos

Tener miedo nunca es debilidad.

90
Fede Ariel

Carta a mi refugio

Durante años busqué resguardar mi alma, busqué un lugar a donde ir


cuando ya no tenga opciones, una habitación donde pueda perderme para
hallarme. Pero en todos los que encontré pasé frío, me sentí solo, vacío y
sin ganas de quedarme. Y aunque por momentos parezca lo contrario, las
personas no son un lugar seguro. Ni la riqueza, ni los amigos, ni el éxito,
ni los momentos de felicidad pueden ser un hogar. Porque los días son
distintos, y todos traen vientos diferentes, todos esos vientos pegan
distinto, cada uno se oye de forma única. Es por eso que las personas
necesitamos un hogar que no cambie, que ni los días más difíciles
modifiquen su calidez.
Desde que te encontré, eso se parece mucho a vos. Aunque todavía
no comprendo bien lo que sucede en mí, sé que mi corazón llevaba años
anhelándote de esta forma. Puedo sonreír y llorar al mismo tiempo.
Puedo experimentar la soledad y sentirme tan lleno. Porque ahora sos
mi hogar, mi refugio, sos mi sanidad y mi paz, pero lo mejor de encontrarte,
es que no me quiero ir de vos, nunca más.

91
Necesité Desiertos

Fluir Eterno

Sabré que vos encendiste este fuego en tu corazón, sabré que nació en
tus pensamientos. Porque estará dispuesto a resistir y a encenderme aún
más, tanto que los vientos de la distancia no lo puedan apagar, sino que
lo avivarán más y más, entonces sabré que vos encendiste este fuego en tu
corazón, sabré que nació en tus pensamientos. Porque contrariamente a
debilitarse, se fortalece, se detiene en el tiempo, se burla de los días y las
horas, pasan las noches y no se desgasta, este amor no se detiene, no se
rinde, no se cansa, no huye, no teme, este fuego seguirá en crecimiento
y será un fluir eterno, entonces sabré que vos encendiste este fuego en tu
corazón, sabré que nació en tus pensamientos.

92
Fede Ariel

Con el tiempo

Con el tiempo vienen las preguntas y llegan algunas respuestas. Se


destapan verdades y salen a la luz mentiras. Con el tiempo, todo eso que
parecía inconcluso comienza a dar frutos, y lo que parecía bueno, se seca.
Con el tiempo, las lluvias tienen otro sabor, otro aroma; los días grises
ya no nos preocupan tanto, algunos problemas pasan a ser anécdotas y
varias anécdotas se transforman en llaves que abren puertas llamadas “no
cometer los mismos errores.”
Con el tiempo Dios va transformando todas las lágrimas en sonrisas.
Porque el tiempo te enseña que el camino más largo siempre es el mejor
atajo. Las mejores cosas son las que se hacen bien, lo que tiene más valor
es aquello que tarda un poco más, que cuesta un poco más.
Con el tiempo se nos cansan las piernas, porque ya no estamos para
ciertas jugadas y se nos fatiga el alma por el peso de todo eso que nunca
debimos cargar. Los días ya no vuelven, hay cosas que ya no podemos
negociar, y que por eso, las empezamos a valorar. Lo que no entendemos
hoy, el tiempo nos lo va explicando, como un viejo maestro con la paciencia
de un aprendiz.
“Es uno de mis instrumentos preferidos.” Me dice Él. Y sí, con el tiempo,
Dios hace lo que quiere, y lo que Él quiere, siempre nos hace bien, nos
conviene.
Se cierran bocas que murmuran, se ponen serias las sonrisas de burla
y se acomodan ciertas cosas. Triunfa la gracia sobre el ingenuo de buen
corazón, halla luz quien pregona paz y misericordia.
Confiemos en Dios, quien es el inventor y fundamento de los días, el
principio y el fin de todo tiempo.

93
Necesité Desiertos

Una mejor versión de mí,


sucede cuando hay menos de mí.

94
Fede Ariel

¿Estás despierto?

Me encontré con un océano lleno respuestas, más me sumergí, menos


preguntas hice. Pero yo soy como un barco, por momentos enfrentando un
naufragio pero a su tiempo golpeado por olas de gracia, que me vuelven a
dar la dirección, el rumbo que pensé que había perdido. Siempre estuvo en
Él, todo siempre estuvo en Él. Dios es un océano y su profundidad nunca
deja de estar a nuestro alcance.
Pero no es un concepto, no es una metáfora, ni la retórica de algo más.
Si la libertad, la restauración, la sanidad, el amor exagerado e injustamente
bello tuviera alguna alegoría, entonces eso podría ser Dios. Pero no alcanza,
nunca alcanza. Si no tenemos a Dios, no es que nos falta algo, nos falta
todo. Y no es un chiste, es tan serio como nunca se nos ocurriría pensar. El
mundo se cae a pedazos y Dios nos necesita cerca de Él para que podamos
responder conforme a estos tiempos, no puedo perder el tiempo pensando
más en mí que en vos, que en Él. Está bien si hay angustia, tristeza, depresión,
ansiedad, esas cosas pasan, pero no podemos quedarnos a vivir ahí.
Fuimos llamados a darle vida a todo lo que está muerto, a reconstruir
todo lo que está en ruinas, a darle buenas noticias a lo abatidos, a vendar
a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los
presos apertura de cárcel, a consolar a todos los enlutados, a ordenar que
a los afligidos se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar
de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado, para luego ser
llamados árboles de justicia. Fuimos llamados a tomarnos en serio su voz, su
corazón, sus deseos, sus anhelos. ¿Estás despierto?

95

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