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¿Cómo se forma una atadura financiera?

El rico se enseñorea de los pobres, Y el que toma prestado es siervo del que presta. (Prov
22:7)

Aunque esto ya lo tratamos en artículos anteriores con otros sentidos las deudas son
ataduras espirituales que nos van hundiendo cada vez mas en un pozo cenagoso que no nos
dejara mirar las buenas oportunidades al encontrarnos cada mes con una gran parte de
nuestro ingreso comprometido teniendo que volver a endeudarnos para continuar con
nuestra calidad de vida.

Pero ¿es el culpable de nuestro padecer el usurero que se dedica a prestarnos dinero para
seguir consumiendo? No, el solo aprovecha un situación particular en si se trata de una
influencia demoníaca que lleva a la persona a actuar impulsivamente para adquirir un bien
sin pensar en las consecuencias y que entorpece el progreso en la vida de la persona y
puede llegar a ser espeluznantemente devastadora "(muchas veces cometemos locuras,
como gastar más dinero de lo que podemos conseguir en determinado tiempo), añadiendo
deudas y lo más grave es que nos acostumbramos a deber y a padecer las angustias que esto
genera, convirtiéndose en un círculo vicioso que se transforma en atadura".
Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que
respeto, respeto; al que honra, honra. No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros;
porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. (Romanos 13:8-9)

El apóstol Pablo le llama la atención a los cristianos pidiéndoles que "deben evitar los
gastos inútiles y tener cuidado de no contraer deudas que no puedan pagar. También deben
alejarse de toda especulación aventurera y de los compromisos precipitados, y de todo lo
que puedan exponerlos al peligro de no dar a cada uno lo que le es debido. No debáis nada
a nadie. Dad a cada uno lo que le corresponda. No gastéis en vosotros lo que debe al
prójimo. Sin embargo, muchos de los que son muy sensibles a los problemas, piensan poco
del pecado de endeudarse".

Principales síntomas de una maldición financiera.

1. Por más que trabajas siempre obtienes pocos resultados (Hageo 1:6): “Sembráis
mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís,
y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto.”

2. Siempre estás quebrado a causa de tus deudas (Proverbios 22:7): "El rico se


enseñorea de los pobres, Y el que toma prestado es siervo del que presta."

3. Lo que ganas nunca te rinde (Eclesiastés 5:10-11): “El que ama el dinero, no se saciará
de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad. Cuando
aumentan los bienes, también aumentan los que los consumen. ¿Qué bien, pues, tendrá su
dueño, sino verlos con sus ojos? ”
4. El dinero te produce

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