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La Biblia, el manual de las finanzas

Muchos se sorprenderían al saber que Jesús habló de dinero más veces de las que habló sobre el
cielo y el infierno. De hecho, habló más del dinero que de cualquier otro tema, 16 de las 38 parábolas
se refieren a cómo manejar las finanzas y los bienes. La Biblia contiene 500 versículos sobre la
oración, menos de 500 versículos acerca de la fe, pero más de 2.350 relacionados con el tema del
dinero y las posesiones.

¿Quiere decir entonces que las claves del éxito y los secretos para salir finalmente de las deudas
siempre los hemos tenido allí, en algún rincón de la casa, empolvándose y deteriorándose de la
humedad mientras diariamente nos rascamos la cabeza y pasamos noches en vela pensando cómo
pagar las deudas que parecen no acabar? Pues, al parecer, y para muchos multimillonarios alrededor
del mundo, así es. La Biblia, desde siempre, ha influido en la ética moral y espiritual del mundo
occidental, pero ahora también está siendo incluida en el mundo de los negocios.

El experto en finanzas Howard Dayton, en su libro Su dinero cuenta, mediante un análisis detallado,
revela cómo La Biblia tiene las respuestas a los problemas financieros del siglo XXI. Según Dayton,
“la Biblia ofrece verdaderas soluciones a los problemas financieros de hoy, conforme apliquemos los
principios de la economía de Dios comenzaremos a dejar de tener deudas, a gastar más sabiamente
el dinero, empezaremos a ahorrar para metas futuras y a ceder una parte para quienes más lo
necesitan”.

Y si nos basamos en los resultados de algunos millonarios que atribuyen su éxito a seguir “al pie de
la letra” la Biblia como su “manual de negocios”, empezaríamos a conocer otra clase de adinerados
que pasan inadvertidos debido a que los medios no los registran con una marcada de excesos y
escándalos sexuales.

Entre mitos y verdades, y verdades a medias, la sociedad ha adoptado una percepción del dinero
muy distinta a la que se puede extraer de las Escrituras. En la Biblia encontramos una correlación
íntima entre el desarrollo del carácter de una persona y la manera como maneja el dinero. Es decir,
el dinero es el índice exacto de nuestro verdadero carácter y, dependiendo de cómo se maneje, se
puede convertir en una bendición o en una maldición para su dueño.

Erróneamente se cree que la Biblia dice que el dinero es “la raíz de todos los males”, lo que subraya

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en realidad es que el “amor” al dinero es la raíz de todos los males. Mateo 6:24 dice “Ninguno puede
servir a dos señores porque, o aborrecerá al uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y
despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al dinero”, si leemos 1 Timoteo 6:10 dice “Porque el
amor al dinero es raíz de toda clase de males, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y
fueron traspasados de muchos dolores”.

El primer gran principio respecto al dinero y a los bienes materiales que se lee en la Biblia es que
Dios es el dueño de todo, del mundo y de todo lo que hay en él, “Mía es la plata, y mío es el oro”
(Hageo 2:8). “De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan” (Salmo 24:1).

El segundo gran principio respecto al dinero y a las posesiones es que todas las cosas provienen de
Dios. Dice que no sólo Dios es el dueño de todo, sino que todo lo que recibimos proviene de Él.
Advierte La Biblia del peligro de olvidar a Dios en los bienes que adquirimos: “Si no, acuérdate de
Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas...” (Deuteronomio 8:18)

Con respecto al diezmo y las ofrendas, las Escrituras prometen aumentar las bendiciones de quienes
deciden hacerlo. “Dar nos hace realmente libres, mientras que acaparar nos hace prisioneros”
(Santiago5:2). “El dar cambia la vida de otros” (Juan 3:16). “Dar nos regresa las bendiciones” (Lucas
6:38). “Dar nos permite acumular tesoros en los cielos y no en la tierra” (Mateo 19:21).

Y advierte sobre algunos mandamientos respecto al dinero y cómo debemos administrarlo para que
nos vaya bien: Uno de ellos es el de no incurrir en deudas. Como se lee en (Romanos 13:8): “No
debáis a nadie nada…”. Cuando nos endeudamos, perdemos libertad. Dice la Biblia: “El que toma
prestado es siervo del que presta” (Proverbios 22:7).

Otro principio advertido en las Escrituras es no esforzarse por ser ricos advierte contra los planes
rápidos y fáciles de conseguir dinero, “Se apresura a ser rico el avaro, Y no sabe que le ha de venir
pobreza” (Proverbios 28:22).
 
En resumen, según los principios de la economía de Dios, recopilados en los Libros de la Biblia, hay
que ser sabios, ahorrar pero no atesorar, gastar con discreción y control, usar los recursos propios
para ayudar a otros, pero con discernimiento.

Dice la Biblia que no es malo ser rico, pero sí es malo amar el dinero; que no es malo ser pobre, pero
sí gastar el dinero en cosas triviales.

Es prácticamente imposible pero intentaré recopilar en este artículo los versículos que mejor traten el
manejo de las finanzas y más enseñanza proporcionen.
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Fondo de emergencia. Génesis 41: 34, 35, 36: "Haga esto faraón, y ponga gobernadores sobre el
país, y quinte la tierra de Egipto en los siete años de la abundancia. Y junten toda la provisión de
estos buenos años que vienen, y recojan el trigo bajo la mano de faraón para mantenimiento de las
ciudades; y guárdenlo. Y esté aquella provisión en depósito para el país, para los siete años de
hambre que habrá en la tierra de Egipto; y el país no perecerá de hambre". Pocos comentarios
necesita este pasaje donde José, hijo de Jacob, interpreta el sueño del faraón y está considerado
como el primer pronóstico macroeconómico de la historia. El propio Keynes lo ratificó en los años 30
del siglo pasado: "En los años buenos, haz superávit; en los malos, ten déficits". Observen que la
primera parte de la frase la cumplimos a medias y la segunda a rajatabla: la deuda aumentó con la
crisis pero no el superávit con la misma proporción. Los Mercados Financieros generan etapas de
bonanza y etapas de apretarse el cinturón. En las buenas, tiene todo el sentido del mundo ahorrar
recursos para cubrir los momentos más difíciles.

Diversificación. Eclesiastés 11: 2: "Reparte a siete, y aun a ocho, porque no sabes el mal que vendrá
sobre la tierra". No se puede ser más claro. Se puede decir de otra forma: "No poner todos los
huevos en la misma cesta" pero en definitiva estamos hablando de lo mismo: de la importancia que
tiene la diversificación en las inversiones. Las plagas de langostas siempre están al acecho, por lo
tanto, invertir el ahorro en diferentes valores tiene todo el sentido para evitar que el desastre en uno
no se generalice y se contagie a los demás. Sin lugar a dudas, diversificar reduce el riesgo de forma
considerable.

Deuda. Aunque la Biblia no prohíbe explícitamente la deuda, ni la considera pecaminosa, sí habla de


los efectos que tienen los préstamos y sus prestamistas. Sin meterse en detalles de cómo endeudarse
o cómo gestionar los créditos, lo que pretende es aclarar cómo dar un buen uso a un préstamo o a
una línea de crédito. Proverbios 22: 7: "El rico se enseñorea de los pobres, y el que toma prestado es
siervo del que presta". Tiene su lógica: pagar la deuda implica trabajar para ese fin y así evitar el
efecto dependiente que tiene el dinero.

Herencia. Proverbios 13:22 El bueno dejará herederos a los hijos de sus hijos;
Pero la riqueza del pecador está guardada para el justo. Dios siempre ha planificado
generacionalmente. La herencia era el regalo de honor y el apoyo dado por un patriarca a sus hijos
(y a veces a las hijas). Estaba destinada a la provisión y al estatus de la familia. Pero es necesario
primero dejar una herencia de principios bíblicos en nuestros hijos que forme un carácter para
multiplicar lo que hayan recibido

Presupuesto. Lucas 14: 28, 29, 30: "Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se
sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después
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que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de
él, diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar". Planificar el ahorro conlleva no
sucumbir ante los imprevistos y una gestión para los años venideros que se disfrutarán con la
jubilación. Tan importante como la planificación del ahorro es la planificación de los gastos. El gasto,
sobre todo en las primeras necesidades, es irremediable y se debe de cubrir de inmediato, para el
resto ya habrá tiempo porque para ello hemos creado una "torre" que nos dará cobijo.

Trabajo remunerado. Proverbios 24: 27: "Prepara tus labores fuera, y disponlas en tus campos, y
después edificarás tu casa". El trabajo nos proporciona el dinero necesario para satisfacer la mayoría
de nuestras necesidades de supervivencia. Por lo tanto, antes de tener una casa para vivir son
necesarios los ingresos pertinentes para abastecernos, para pagar los gastos, el arriendo o la
hipoteca. El gasto debe ser priorizado con el fin de también obtener algún ahorro.

Finalizo ya recordando que el libro de los Proverbios ensalza a la hormiga por trabajar duro en el
verano para llenar su despensa para el invierno. El verano es nuestra vida laboral, por hacer un símil,
y el invierno nuestra edad dorada. El éxito viene de la mano de la sabiduría: "El hombre será alabado
por su sabiduría, no por su trabajo". Se trabaja por dinero, insisto, pero hay que lograr que el dinero
trabaje por nosotros.

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