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IGLESIA CRISTIANA EN VICTORIA CON JESÚS.

Pastor Presidente: MARÍA RENÉ M. DE CLAVIJO.

BARRO EN LAS MANOS DEL ALFARERO

Texto: Jeremías 18: 1- 6 Abril -22- 2012

1Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: 2«Levántate y desciende a casa del alfarero, y
allí te haré oír mis palabras». 3Descendí a casa del alfarero, y hallé que él estaba trabajando en el
torno. 4Cuando la vasija que estaba haciendo le salía mal, volvía a hacer otro con el mismo barro,
hasta que quedaba como él quería 5Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 6« ¿No podré
yo hacer con vosotros como este alfarero, casa de Israel?, dice Jehová. Ustedes son en mis manos
como el barro en las manos del alfarero.

I. Introducción: Los hombres pasan por un proceso académico para convertirse en profesionales. 
Después de hacer una carrera se especializan en postgrados y maestrías, y doctorados, a fin de
complementar sus conocimientos y poder servir mejor en su área.
De igual manera.  Para ser un  hombre de Dios hay que pasar por el proceso de Dios.
Repita conmigo “Yo soy el Barro y Dios es el Alfarero”

II. Desarrollo
Durante el desarrollo de este sermón me propongo abarcar tres áreas relacionadas con el proceso
por el que pasa un hombre para convertirse en hombre de Dios.

2.1. La Toma de Decisiones.

Muchas veces tenemos buenas ideas, pero no son las ideas de Dios, por ende no debemos tomar
decisiones por nuestras buenas ideas.  Necesitamos tomar decisiones fundamentadas en la
perfecta voluntad de Dios.

Proverbios 3:5-6-7 Confía de todo corazón en el Señor y no en tu propia inteligencia. 6 Ten


presente al Señor en todo lo que hagas, y él te llevará por el camino recto.

El consejo es confiar o fiarse del Señor y no en nuestra inteligencia, ideas, capacidad o habilidades.

 Digan Señor hoy coloco en tus manos mi vida y todo lo que soy, toma tú mi ser entre tus
manos.

2.2. Dejar que Dios Escoja por / con Nosotros

En la trayectoria de la vida cristiana encontramos cristianos cansados, agobiados, fatigados y


rendidos. Todo esto ha pasado por no esperar paciente en Dios y dejar que el decida o escoja lo
mejor para nosotros

Salmo 37: 23  El Señor dirige los pasos del hombre y lo pone en el camino que a él le agrada;

Dejar que Dios escoja por o con  nosotros es  la mejor  decisión   pues   Él sabe más que nosotros lo
que nos conviene  Señor, yo sé que el hombre no es dueño de su  vida, que  no  tiene  dominio 
sobre  su  destino,  estas  las palabras de Jeremías. Aunque él también  lo expresa así...

CARRERA 87 Nº:62-52 SUR. Tel. 783 7464 Cel. 3114930084


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 Jeremías 10: 23     ¡Conozco, oh Jehová, que el hombre no es señor de su camino, ni  del hombre
que camina es el ordenar sus pasos!

 Digan: Señor solo tú sabes lo que mejor me conviene, muéstrame el camino y dirige mis
pasos.

2.3. El proceso del Trabajo del Alfarero

Nuestras vidas contienen un tesoro, pero necesitamos dejar que Dios moldee el barro, le de forma
y use el tesoro para su gloria.

Al observar la escritura introductoria nos damos cuenta de cinco cosas básicas que tiene que hacer
para poder terminar una vasija.  El  Alfarero realiza su obra de arte mediante el siguiente proceso:

1. Toma la Tierra: Muchas veces nos sentimos fracasados, derrotados  y llega la frustración a
nosotros. Pensamos casi siempre  que no nos dan la  oportunidad, pero el problema
somos nosotros mismo (Tu y Yo), pues somos barro y no les damos la oportunidad al
alfarero de que nos formes, en cambio somos: Impetuosos, altivos, arrogantes,
irrespetuosos, y desobedientes. No podremos ser usados por Dios en esta condición. 
Muchas veces culpamos a otros de lo que está pasando, pero es que Dios – el alfarero está
trabajando en el barro – nuestro carácter-  para darle forma.
 Diga: Señor, aquí yo pongo en tus manos mi vida, mi persona y todo lo que soy. Hazme
como tú quieres que yo sea.

2. Mezcla el Barro con el Agua: Nosotros somos el barro el Espíritu Santo es el agua. Como
barro al fin necesitamos dejar que el alfarero nos mezcle con el agua y nos ablande y dé
forma. Esto es parte del proceso de Dios.
 Dígale: Espíritu Santo, te necesito, cambia mi corazón y mi mente a tu manera.

3. Lleva el barro a la Rueda: Este es el instrumento que usa el alfarero para darle forma a la
vasija, ella gira pero él está ahí. Aunque todo esté dando vuelta a tu rededor, no te
preocupes el alfarero – Dios – está ahí.
Está trabajando en el barro - en tu carácter-  para darle forma, embellecerlo, hacerlo una
vasija útil que él pueda manejar... si quieres ser útil en la obra de Dios tienes que pasar por
el proceso de Dios.
Muchas veces pasamos por fuerte dolor y amargura para resolver algún problema, cuando
Dios pudo resolverlo en menos tiempo y con menos dolor – más rápido.   Las
circunstancias adversas son parte del proceso por el que nos Dios en la rueda.
 Señor recuérdame en las adversidades depender de ti.

4.  Lleva la Vasija al Horno: Esta parte es símbolo de muchas pruebas, dificultades,


problemas de toda índole. Es un tiempo de fuego vivo. Pero para poder terminar la vasija,
el alfarero la tiene que llevar al horno, es allí  donde se perfecciona,  y adquiere la
capacidad de no romperse. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

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1. A la vasija Dios la Usa o la Pone en el Exhibidor: Siendo que el alfarero es el creador,


formador y dueño de la vasija, tiene la opción de usarla o dejarla por un tiempo en el
estante, hasta que el crea prudente darle uso.  Puede ser que esa vasija permanezca por
largo tiempo en el estante, pero será usada cuando llegue el tiempo de Dios – el alfarero.
En Dios todo se hace acorde con el cumplimiento de los tiempos, su tiempo.

 Dígale a su compañero: Sacúdete Dios te está preparando para algo grande. Dios te va a
usar.

2. III.  Conclusión

Jeremías visita la casa del alfarero a petición de Dios. Allí aprende que el alfarero rechaza de vez
en cuando alguna vasija debido a su pobre calidad. Así actúa también Dios como soberano sobre el
pueblo de Judá. Lo que el alfarero hace, depende de la calidad del barro; lo que hace Dios con su
pueblo, depende de la forma como éste responde al llamado divino. El barro puede frustrar las
intenciones del alfarero y obligarlo a rehacer la vasija.

 Lo mismo que la calidad del barro limita lo que el alfarero puede crear, de la calidad de la gente
depende lo que Dios puede hacer con ella. Se echó a perder El barro no satisfacía las intenciones
del alfarero. Según le pareció mejor: Podía hacer algo distinto con el barro.

Conforme el alfarero moldeaba o daba forma a la vasija de barro en su rueda, a menudo iban
apareciendo los defectos. El alfarero tenía poder sobre el barro, para dejar los defectos o para
volver a moldear la vasija. Asimismo, Dios tenía poder para volver a dar forma a la nación y
conformarla según sus propósitos.

Nuestra estrategia no debería ser volvernos inconscientes ni pasivos (un aspecto del barro), sino
con voluntad y receptivos al impacto de Dios en nosotros. En la medida que se lo permitimos, Dios
vuelve a darnos forma para que seamos vasijas valiosas.

Todos: SEÑOR, ayúdame a servir a tus propósitos y capacítame.

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