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A finales del siglo XVIII comienza en Inglaterra la Revolución Industrial, que con
posterioridad se extenderá al resto de Europa. Dicha revolución se basó en la utilización
de nuevas máquinas y la creación de grandes fábricas, que poco a poco hicieron
desaparecer a los pequeños negocios artesanales, naciendo así un proceso de
industrialización sin precedentes en la historia.
En realidad, es a partir de la segunda mitad del siglo XIX cuando la regulación de las
relaciones laborales comienza a tener una verdadera consideración jurídica.
En España, es entre los años 1919 y 1931 cuando se promulga una importante
legislación obrera y se publican los primeros códigos de Derecho del Trabajo,
considerándose el Derecho Laboral, a partir de entonces, como una disciplina
independiente.
En 1980 se publica la Ley del Estatuto de los Trabajadores, que incluye la regulación
básica de las relaciones laborales en España. En 2015 se aprobó un nuevo texto
refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores (ET), que integra las
modificaciones realizadas en dicha ley, así como las efectuadas por otras disposiciones
legales.
El E.T. recoge en su artículo 1.1. que: “La presente Ley será de aplicación a los
trabajadores que voluntariamente presten sus servicios retribuidos por cuenta ajena y
dentro del ámbito de organización y dirección de otra persona, física o jurídica,
denominada empleador o empresario”.
Todo trabajo genera una relación entre la persona que lo realiza (trabajador) y aquella
para la que lo realiza (empresario). Pero no toda relación de trabajo puede considerarse
como relación laboral. En concreto, todo trabajo genera alguna de las siguientes
relaciones: relación laboral, relación laboral especial y relación no laboral o
excluida.
Las relaciones laborales se regulan por el Derecho Laboral. Para que una relación sea
laboral, debe cumplir una serie de requisitos. En concreto, el trabajado deberá realizarse
de manera:
En el artículo 2 del E.T. se establecen otra serie de relaciones contractuales que aunque
se consideran laborales se regulan de forma específica, en lo que no venga regulado en
su normativa se les aplicará el E.T.
Las relaciones laborales especiales reúnen todos los requisitos de las relaciones
laborales, aunque debido a determinadas características, se consideran como especiales.
Se consideran relaciones laborales especiales aquellas que por sus especiales
características necesitan una regulación específica, y se aplicará la normativa laboral
general solo en aquellos casos que no están regulados en su normativa específica.
1.2.2. Las relaciones NO laborales o excluidas
Existen trabajos que quedan excluidos de la aplicación del Derecho Laboral, bien
porque no cumplen alguno de los requisitos para considerarse como relación laboral o
bien porque, aun cumpliendo dichos requisitos, se regulan por su propia normativa (el
caso, por ejemplo, de los funcionarios). Según el artículo 1.3 del E.T., las relaciones no
laborales o excluidas son:
1.3. Las Fuentes del Derecho del Trabajo
Se denominan fuentes del Derecho Laboral tanto a las instituciones u organismos que
tienen poder o capacidad para crear normas (fuentes materiales) como a los tipos de
normas que crean dichos organismos (fuentes formales).
Para el estudio delas fuentes del Derecho Laboral clasificaremos estas según la
procedencia del organismo que las elabora, y distinguiremos así entre fuentes internas
(creadas por organismos o colectivos nacionales) y fuentes externas (creadas por un
organismo internacional), que desarrollaremos en los siguientes apartados.
Las fuentes internas son aquellas normas del Derecho Laboral que son creadas dentro
del territorio nacional por organismos o colectivos con capacidad para ello. Dentro de
las fuentes internas distinguiremos entre fuentes materiales (organismo que crea las
normas) y fuentes formales (tipo de norma que se crea).
FUENTES MATERIALES
Cuando hablamos de fuentes materiales nos estamos refieriendo a los poderes públicos
o colectivos que tienen la capacidad para desarrollar normas jurídicas. De entre las
fuentes materiales del Derecho del Trabajo podemos distinguir:
FUENTES FORMALES
Habitualmente se utiliza la palabra “ley” para hablar de toda norma jurídica; sin
embargo, existen diversos tipos de normas jurídicas que son creadas por las fuentes
materiales y forman lo que se denominan “fuentes formales”. Las distintas fuentes
formales o normas jurídicas laborales que podemos encontrarnos en nuestro
ordenamiento son las siguientes:
1.3.2. Fuentes de ámbito internacional
Son fuentes internacionales del Derecho Laboral los reglamentos y las directivas de la
Unión Europea, los tratados internacionales y los convenios de la OIT.
Son muchas las normas jurídicas que regulan las relaciones laborales. Para aplicarlas
correctamente se adopta como regla general el principio de jerarquía normativa, que
permite establecer el orden en el que se deben aplicar las normas jurídicas y el criterio
para solucionar las posibles contradicciones entre normas del mismo o distinto rango. El
principio de jerarquia normativa está expresamente garantizado en la Constitución
Española y establece que “las normas de rango inferior no pueden contradecir lo
regulado por otra de normas de rango superior” (artículo 9).
En nuestro Derecho del Trabajo se establece el siguiente orden jerárquico de las normas
laborales de mayor a menor rango:
Además del principio de jerarquía normativa, a la hora de aplicar e interpretar
correctamente las normas de carácter laboral, también se han de tener en cuenta los
siguientes principios específicos propios del Derecho del Trabajo: