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COMENTARIO INICIAL

Introduce en nuestro ordenamiento una serie de novedades 


Transfiere de nuevo la competencia para ejecuciones de las sentencias y la
instrumentación de las actas de embargo o desalojo a los alguaciles, prohíbe que el
propietario de los muebles embargados conservatoriamente o un familiar de este
sea designado guardián, prohíbe que el Ministerio Público promueva la
conciliación, ordena la participación personal del ministerio público durante la
actuación,  impide realizar ejecuciones en plena vía pública, crea la figura del
“cargador” y genera varios tipos penales con su régimen de consecuencias.

ASPECTOS INCONSTITUCIONALES

la Ley 396-19 dio cumplimiento, aunque de manera tardía, a la sentencia


TC/0110/13. En esta el Tribunal Constitucional Dominicano exhortaba al
Congreso Nacional para que en un plazo no mayor de dos años, dictara una ley
mediante la cual se estableciera el modo en que el Poder Judicial ejercería la
facultad ejecutiva jurisdiccional que le confiere el párrafo I, del artículo 149 de la
Constitución.

La exhortación contenida en la sentencia citada era una consecuencia de la


declaratoria de inconstitucionalidad de la Resolución núm. 14379-5, dictada por la
Procuraduría General de la República,

El razonamiento que llevó al tribunal Constitucional a declarar no conforme con la


Constitución la citada resolución fue, entre otros aspectos, el hecho cierto de
que: “[…] a partir de la vigente Constitución lo relativo a la potestad de ejecución
de las decisiones dictadas por los tribunales del orden judicial, corresponde
exclusivamente a los propios órganos judiciales como una manifestación típica de
la potestad jurisdiccional que la Constitución les ha conferido en su artículo 149”. 

            Ciertamente, la Procuraduría General de la República carecía de facultades


jurisdiccionales y en consecuencia estaba imposibilitada de reglamentar una
atribución que la constitución le confiere de manera exclusiva al poder judicial,

El mandato al cual debió ceñirse el legislador era el de votar una pieza legislativa
que organizara la forma en que el Poder Judicial, y solo este, ejerciera la potestad
jurisdiccional que en materia de vías de ejecución le fue conferida
constitucionalmente. Al cederle dichas atribuciones al Ministerio Público el
legislador votó una ley natimuerta, puesto que al desconocer el precedente
contenido en la sentencia TC/0110/13, la Ley 396-19 quedó afectada de una
nulidad absoluta; así como de una manifiesta inconstitucionalidad por violar las
disposiciones de los artículos 68, 69 y 149, párrafo I, de la Constitución de la
República.
El problema de fondo, radica en el hecho de que el Poder Judicial, y más
específicamente los tribunales, no disponen del control de la Fuerza Pública
Un

QUIENES PARTICIPAN EN LOS EMBARGOS

El guardian
El cargador
El alguacil
Ministerio publico

PODRAN DESIGNARSE GUARDIANES EN LOS EMBARGOS

El guardián de los objetos embargados conservatoriamente.  es un depositario


judicial y en tal virtud, conforme a lo que dispone el artículo 1962 del Código
Civil, “debe emplear en la conservación de los efectos embargados, el cuidado de
un buen padre de familia. Debe presentarlos, ya sea en descargo del ejecutante para
la venta, o de la parte contra la cual se han realizado las ejecuciones, si se levanta
el embargo”. 

la Ley 396-19 el artículo 12 de dicha ley. El mismo dispone que: “El guardián de la


cosa embargada o con medidas conservatorias, será una persona con domicilio
conocido, sin antecedentes penales ni vinculación con ninguna de las partes hasta
el cuarto grado de consanguinidad inclusive”.

            Esta disposición deroga tácitamente la parte del artículo 51 del Código de


Procedimiento Civil[2] que hace aplicable el artículo 598 del mismo código a los
embargos conservatorios, ya que este último contradice lo dispuesto por el citado
artículo 12, cuando dispone en su parte in fine que: “la parte embargada, su
cónyuge, sus parientes, afines y sirvientes podrán ser depositarios, si prestaren su
consentimiento, y el ejecutante estuviere de acuerdo”.
TRASLADO DE LOS BIENES DEL LUGAR DEL EMBARGO

El artículo 11 de esta ley prohíbe al ministerial que practica el embargo


conservatorio, “disponer el traslado de los bienes del lugar de la medida a otro
lugar diferente.

ASISTENCIA EN LOS EMBARGOS

El “cargador.

            La Ley 396-19 crea la figura de los asistentes de ejecución o cargadores,


los cuales acompañaran a los alguaciles en el proceso de ejecución para las labores
de traslado y contabilización de los muebles embargados.

SANCIONES A LA DISTRACCIÓN DE LOS BIENES

Régimen de consecuencias. Uno de los aspectos que más llama la atención en la Le


396-19 es el régimen de consecuencias que en ella se establece para quienes violen
sus disposiciones, persiguiéndose con ello poner fin a las ejecuciones fuera del
marco de la ley. Son sancionados los siguientes comportamientos:

1. Ejecutar cualquier medida conservatoria o ejecutoria sin la previa autorización y


la presencia de la fuerza pública, conlleva una sanción disciplinaria de destitución
contra el ministerial y el Ministerio Público actuantes;

2. Ejecutar un embargo conservatorio o ejecutivo sin título, conlleva una pena de


prisión de tres a cinco años y multa de diez a cincuenta salarios mínimos del sector
público, a ser impuesta contra el ministerial actuante.

 3. Ejecutar medidas ejecutorias o conservatorias sin observar el procedimiento


establecido en la ley, conlleva una pena de prisión de tres a cinco años y multa de
diez a veinte salarios mínimos del sector público, a ser impuesta contra el
ministerial actuante.

4. Requerir o participar en la ejecución de un embargo conservatorio o ejecutivo


sin título, conlleva una pena de prisión de uno a tres años y multa de veinte a
cincuenta salarios mínimos del sector público, a ser impuesta contra el abogado o
la parte ejecutante.

ETC.

COMENTARIO FINAL

IMPEDIMENTO DE REALIZAR EJECUCIONES EN PLENA VÍA


PÚBLICA.
 La Ley 396-19 resuelve una de las quejas expresadas durante mucho tiempo por la
sociedad, relacionada con la realización de embargos y ejecuciones en plena vía
pública, poniendo en riesgo a mujeres y niños o incluso provocando violentas
reacciones de los ejecutados, por temor a que se tratara de un atraco.

             El auto de otorgamiento de fuerza pública contendrá “la indicación precisa


del domicilio donde se va a efectuar la ejecución”[7], quedando en consecuencia
impedida la realización de ejecuciones en plena vía pública, comercios o lugares de
trabajo.

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