Está en la página 1de 3

Que es la vergüenza?

La vergüenza es una emoción que pretende ocultar algún defecto o


acción nuestra que creemos que, si se viera, podría provocar rechazo. Es
una emoción que nos lleva a esconder nuestros fallos, o a caer en exceso
de autocrítica para evitar o minimizar la crítica destructiva o el rechazo
de los demás. Las críticas que recibimos o tememos recibir y la
vergüenza que sentimos activan el sistema de amenaza/protección.

La vergüenza la dispara para evitar que se repita la posible causa de


rechazo en otras situaciones. La vergüenza puede ser de nuestros
propios sentimientos, por ejemplo, podemos sentirnos avergonzados de
nuestros sentimientos de agresividad o debilidad y la autocrítica se
genera para pretender controlar nuestra ira o nuestra impotencia.

¿Cuáles son los tipos de vergüenza?


Tras una primera parte dedicada a puntualizar en qué consiste este
sentimiento, ahora podemos dar paso a los diferentes tipos de
vergüenza, para así conocer las peculiaridades y las diferencias entre uno
y otro.

1. La vergüenza pura
La forma más pura de vergüenza es la que hemos venido desarrollando
desde el inicio del artículo. Es aquella que viene desencadenada por un
agravio hacia otra persona y que desencadena la percepción de
deshonor en la persona que lo ha causado, y por lo tanto, la vergüenza.
De todos los tipos de vergüenza, este es el más general, siendo una
sensación que todas las personas han experimentado en mayor o menor
medida en alguna ocasión.
2. La vergüenza falsa
El siguiente en los tipos de vergüenza puede resultar sorprendente. Se
trata de la expresión de falsa vergüenza, que viene dada por una
situación en la que la persona, en realidad, no ha cometido la afrenta de
la que le acusan, por lo que está siendo reprobado injustamente. Sin
embargo, experimenta el sentimiento de vergüenza, al ser igualmente
acusado.

Puede incluso dudar de su conducta y pensar que en realidad sí le


corresponde dicha condena a la que está siendo sometido.

3. Vergüenza de la vergüenza
Otro de los tipos de vergüenza es precisamente una forma de meta
vergüenza. ¿En qué consiste? Esta tipología aparece cuando la persona
ha experimentado dicha emoción, por ejemplo, al ser consciente del
agravio que ha cometido frente a otra persona y por lo tanto comienza a
sentir las sensaciones que la acompañan. Ese es el desencadenante de la
llamada vergüenza secreta, que es la vergüenza a estar pasando
vergüenza.
4. Vergüenza tóxica
En los tipos de vergüenza también nos encontramos con una modalidad
muy concreta que se da bajo condiciones realmente extremas. Se trata
de la vergüenza tóxica, y es una reacción que sufren algunos niños que,
desgraciadamente, han sido víctimas de abusos sexuales.

Estas personas suelen sufrir de una disociación a la hora de poder


gestionar dicha vergüenza, que hace que quede encapsulada hasta que
el sujeto cuente con los recursos necesarios para hacerle frente.

Nótese que en este tipo de vergüenza, la persona que la sufre no es ni


mucho menos la que ha cometido la afrenta, sino todo lo contrario. Es
doblemente víctima, en primer lugar por los abusos sufridos y en
segundo por la culpabilidad y la vergüenza experimentada por los
mismos, de los que no tenía ninguna responsabilidad.

5. Vergüenza ajena
El último de los tipos de vergüenza de vergüenza que podemos
enumerar no es otro que el de la vergüenza vicaria, popularmente
conocida como vergüenza ajena. Se trata de una forma indirecta de
experimentar la vergüenza, pues la persona que está sintiendo esta
tipología no es la que ha cometido la infracción ni tampoco la que se ha
visto afectada, sino que es espectadora de dicha escena.

De esta manera, el individuo que siente vergüenza vicaria está


empatizando con la persona que siente vergüenza genuina, y por lo
tanto comparte, hasta cierto punto, algunos de los síntomas de esta
emoción con el infractor. En ocasiones, incluso, puede darse el caso de
que la persona que siente la vergüenza ajena la esté experimentando de
una manera más intensa que el otro sujeto.

También podría gustarte