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La noche de hoy vamos a tartar una porción de la Biblia que puede generar un poco de

controversia. Recuerdo que cuando era niño vivía atribulado por pensamientos intrusivos que
llegaban a mi mente. En una ocasión, en el colegio hablábamos de la blasfemia contra el
Espíritu, el pecado imperdonable, y empezaron a llegar pensamientos acerca de eso y lloraba
mucho porque pensaba que no tendría perdón, hasta que al final me hicieron entender que no es
así. Por eso me gustaría compartir algunos pensamientos acerca de ese pasaje de la Biblia que no
solo habla de eso. Vamos a Mateo 12:22-37.
Vv 22-24. El pasaje inicia con un milagro: la liberación de un endemoniado, y desde el inicio nos
presentan dos tipos de reacciones. El de los envidiosos, esto es, los fariseos, y el resto de las
personas. Aquí vemos que desde tiempos remotos ha existido el grupo de personas que se siente
dolida por los logros de los demás y por eso no debemos sentirnos mal cuando alguien trate de
denigrarnos. Otra cosa que podemos destacar aquí es la actitud de las personas cegadas por las
tinieblas: A lo bueno llaman malo y a lo malo bueno; y esto es algo que vemos también en
nuestros días. Estar de acuerdo con los homosexuales y todas las demás parafilias y disforias de
género está bien, estar en contra es ser malo, lleno de odio y retrógrado. Estar en contra del
asesinato de un bebé está bien, estar en contra es antinatural y una violación a los derechos
humanos. Las tinieblas, como bien dice la Biblia, ciega el entendimiento de las personas
impidiéndoles ver las cosas como de verdad son. No obstante, lo grave no es la envidia que
tuvieron los fariseos durante este milagro, sino la acusación en contra de Jesús. Esa fue una
acusación muy severa, sin embargo, la razón por la que este fuera un pecado imperdonable no es
dicha aseveración, y esto lo veremos más adelante.
Vv 25-30. Aquí el Señor, como siempre, expone de manera contundente a los fariseos las
razones por las cuales ellos están errados a través de varios ejemplos. Los ha colocado entre la
espada y la pared. Si ellos de verdad afirman que Jesús echa fuera demonios a través de Satanás,
entonces quedarían en ridículo porque no tiene sentido alguno eso que habían afirmado. Ahora
bien, si conociendo que Él hace los milagros a través del Espíritu Santo y aun así lo niegan, ahí
estaría la base del pecado imperdonable que es el que veremos a continuación.
Vv 31-33. Aunque estos versículos resulten confusos en una primera lectura, no debería serlo
para nosotros que ya tenemos ciertos conocimientos acerca de las Escrituras. A una persona que
no haya conocido a Cristo ni haya visto sus milagros y hable en contra de Él se le podría
perdonar por el simple hecho de la propia ignorancia. Sin embargo, aquellas personas que
afirman creer en todo lo que se habla de Cristo, de sus milagros, su muerte y su resurrección,
están blasfemando en contra del Espíritu Santo, porque Él es quien testifica de Cristo y nos da a
conocer su verdad. ¿Qué dice Juan 15:26? Por este motivo a la gran mayoría de los fariseos les
resultaba imposible el ser perdonados. Presenciaban día a día los milagros de Jesús, sus propios
pensamientos eran conocidos por Jesús, y ellos, conociendo las Escrituras y habiendo visto todo
esto, prefirieron rechazarlo, ya sea por envidia, dinero u orgullo. Ya habían rechazado cualquier
tipo de revelación y aún presenciando la mayor revelación de todas, la resurrección, prefirieron
hasta engañar al pueblo antes que reconocer que ellos estaban en lo incorrecto. Hebreos 6:4-6.
Pero, ¿cómo sabemos que ellos sí reconocían que Jesús provenía del cielo? Solo debemos
comparar la reacción del centurión al lado de la cruz y la de los fariseos. Si de verdad ellos no
hubiesen estado enterados acerca de Jesús como el Mesías, hubieran reaccionado como aquel
centurión. “Verdaderamente este era el Hijo de Dios”.

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