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SEMANA 6 -(26 de abril al 2de mayo) -Tema : El

psicoanálisis y el concepto de salud


Bibliografía-- Hartmann (1939) "El psicoanálisis y el concepto de
salud" Archivo-- Bettelheim(1943) "Comportamiento del individuo y
de la masa en situaciones límites" ArchivoTEMA -El Psicoanálisis y el
concepto de salud

Clase Teórica 6: Prof.Lic. Mabel Rosenvald .Profesora Titular

http://www.campusvirtual.psi.uba.ar/moodle/pluginfile.php/14631
2/mod_label/intro/El%20Psicoanalisis%20y%20el%20concepto
%20de%20salud%20.potx

Clase Teórica 6 : Prof.Lic. Mabel Rosenvald .Profesora Titular


(bonus)
http://www.campusvirtual.psi.uba.ar/moodle/pluginfile.php/14631
2/mod_label/intro/Para%20ir%20pensando%20Bonus%20del
%20tema%20Salud%20s%20-%20Psico%20UBA.potx

Clase 6 Prácticos. Archivo A modo de repaso. Semana 6 Carpeta--


A partir del texto de Bettelheim y de la nota periodística “Por qué
me salve”, busque ejemplos donde se observe una disminución de
la autonomía del yo con respecto al ello y con respecto al medio.
Explíquelos.

Lic. Sandra Olstein. Ayudante de Trabajos Prácticos


Por qué me salvé: la historia del único sobreviviente del avión que
cayó al Río de la Plata en medio de una sudestada Están por
cumplirse 25 años de lo que se conoce como “la tragedia de Laer”,
el avión que despegó de Aeroparque y se desplomó, minutos
después, en el río. Murieron todos los tripulantes y los pasajeros,
salvo Ricardo Romanelli, que hoy cuenta su experiencia a Infobae.
El relato de un hombre que escuchó una voz mientras se hundía,
entró en “el proceso de la muerte” y tomó decisiones acertadas
que le permitieron salvar su vida Por Gisele Sousa Dias 16 de mayo
de 2020 gsousa@infobae.com Ricardo Romanelli, sobreviviente del
accidente de Laer #Informe
https://www.infobae.com/sociedad/2020/05/16/por-que-me-
salve-la-historia-delunico-

Cada vez que lo invitan a contar su experiencia Ricardo se para


frente al público y pide que apaguen la luz. En la sala oscura, donde
unos y otros se reducen a sus siluetas, les pide que imaginen que
van en un auto a 200 kilómetros por hora y chocan de lleno contra
una pared de hormigón. Unos segundos después, cuando el
impacto se les ve en las caras, les pide que visualicen que logran
recomponerse y que, en ese estado, tantean una ventana y logran
abrirla a los codazos. Lo que entra, sin embargo, no es aire para
respirar sino agua, miles de litros de agua marrón. Es una mañana
de calor agobiante en Buenos Aires; marzo acaba de comenzar.
Ricardo Romanelli -67 años, ingeniero- camina por la Costanera, un
dato sin demasiado valor el 2 de marzo pero que ahora es indicador
del mundo pre-pandemia. A sus espaldas, Aeroparque y otra señal
del viejo mundo: los aviones todavía aterrizan y despegan. Ricardo
Romanelli fue el único sobreviviente de la tragedia de Laer. En dos
semanas se cumplirán 25 años del accidente. Ya no le hace mal
estar acá aunque lo rodea el mismo escenario que aquel día, del
que están por cumplirse 25 años. Atrás, la pista de donde despegó
el avión privado en el que viajaba junto a otras seis personas, entre
ellos, un amigo de toda la vida. Al frente, la zona del río en la que el
avión se desplomó. Unos kilómetros más allá, Punta Carrasco: el
lugar en el que Ricardo apareció -semi desnudo y en el límite literal
de la hipotermia- frente a la mirada impávida de un grupo de
mozos que preparaba el salón para una fiesta. Un encuentro con la
muerte Hasta aquel 2 de junio de 1995 Ricardo era un joven
ejecutivo de 43 años que dirigía una compañía dedicada, entre
otras cosas, a asesorar empresas que necesitaban reestructurarse.
Estaba casado con Ana María y tenía tres hijos. La mayor, Josefina,
acababa de cumplir 13 años, en el medio estaba Julieta (11); el
menor, tenía 9. Josefina, a la derecha, es la nena que se puso a
llorar cuando lo vio irse. Su voz fue la que volvió cuando se estaba
hundiendo. “Como todo ejecutivo de esa edad el dinero era muy
importante para mí. Corría todo el día. No me consideraba un
enfermo del trabajo pero trabajar 12 o 14 horas por día era normal
en mi vida. Viajaba mucho por trabajo, nunca pensaba en la
muerte. Por eso el accidente provocó un cambio drástico en mi
vida, un antes y un después”, recuerda Romanelli frente a la
cámara de Infobae. La escenografía es el río al que vuelve cada año
para arrojar un ramo de flores frescas en homenaje a los que no
pudieron salir. El día anterior al accidente Ricardo había sido
contratado por el flamante directorio de Líneas Aéreas de Entre
Ríos (Laer). Eran los noventa, la compañía acababa de privatizarse y
su misión era reestructurar una empresa que tenía tres aviones
pequeños y perdía unos 5 millones de dólares por año. Salvo el
calor, inusual para un 2 de junio, esa mañana no tuvo nada de
particular. Ricardo organizó varias reuniones en su oficina y a la
tarde volvió a su casa a preparar el bolso para viajar a Paraná.
Cuando se estaba yendo, su hija Josefina se largó a llorar y le dijo
algo en lo que Ricardo reparó unas horas después, mientras se
estaba hundiendo en el río y entrando en lo que llama “el proceso
de la muerte”. Ricardo junto a Ana María, su mujer, y sus tres hijos:
Josefina, Ricardo y Julieta, tres años después del accidente. Al avión
subieron siete personas. El piloto, el copiloto, el presidente de la
compañía, Ricardo, su amigo y dos personas desconocidas que no
habían conseguido lugar en un vuelo de línea y les preguntaron si
podían llevarlos a Entre Ríos. Despegaron minutos antes de las 19,
cuando el calor ya era anécdota. Un frente frío había entrado desde
el sudeste, la temperatura había caído a pique y se había largado
una lluvia copiosa: era una sudestada. Ricardo se sentó atrás del
asiento del copiloto, se ajustó fuerte el cinturón y se puso a leer
unos papeles del trabajo. Despegaron, ya estaban sobrevolando el
río. “Pocos minutos después y sin ninguna señal previa, sentí el
impacto. Se apagaron las luces y empezó a entrar agua por todos
lados. El cerebro humano no tiene amortiguadores, con lo cual, si
estás volando a 200 kilómetros por hora cuando pegás contra el
agua es como si chocaras contra una pared de hormigón armado.
Yo no perdí el conocimiento, pero cuando reaccioné no entendía
dónde estaba, qué había pasado”. Fue en ese momento que
escuchó una voz: “Señor, por favor, abra la salida de emergencia”.
Ricardo creyó que le había hablado alguno de los tripulantes, una
idea que tuvo que descartar unos días después, cuando leyó los
informes de las autopsias: todos, tripulantes y pasajeros, se habían
desmayado en el impacto. Cuando la voz lo alertó, Ricardo vio que
estaba sentado al lado de un ojo de buey de emergencia. El fuselaje
estaba deformado y el río se estaba tragando al avión, pero logró
abrirlo a los codazos. “Se destrabó pero empezó a entrar agua con
mucha fuerza. Lo único que atiné a hacer fue desabrocharme el
cinturón de seguridad y empujarme con las piernas contra la
corriente para salir por el agujero”. Romanelli señala el lugar por
donde logró salir. Acá viene cada año a dejar flores frescas para
quienes no lo lograron. Pese al río ejerciendo presión en contra,
logró salir y mantenerse en pie sobre una de las alas. “Me paré
pero cuando di un paso me caí al río. Recién ahí entendí lo que nos
había pasado”, sigue. En la noche cerrada, con el cuerpo sumergido
a unos 14 grados y en medio de la sudestada, trató de calmarse
para poder flotar. “Cuando volví a mirar el avión la cabina ya se
había hundido, se veía solo el timón de atrás”. Mientras su familia
creía que estaba llegando a Paraná, Ricardo flotaba solo en el río
helado. La banda de sonido de la escena es su propia respiración
desesperada y la taquicardia, audible entre tanto silencio. “Era
difícil no tragar agua en medio de una sudestada, venía una ola
detrás de la otra. Como nadie salía me sumergí para ver si podía
encontrar el avión y ayudar a salir a los que estaban adentro. No sé
cuánto debo haber bajado, calculo que menos de tres metros por la
presión en los oídos. Obviamente no encontré el avión, bucear en
el Río de la Plata es bucear a ciegas”. Pero cuando ya casi no le
quedaba aire en los pulmones y quiso subir hacia la superficie se
dio cuenta de que no podía salir. “Tenía botas tejanas y se me
habían llenado de agua. Eran como dos baldes de hormigón en los
pies que me tiraban para abajo. Debo haber estado 45 minutos
tratando de sacármelas y no pude. Si sacarte botas sentado en el
borde de la cama es difícil, imaginate sacártelas en el agua, cuando
no hacés pie”. Ya no le hace mal volver al lugar. "Soy un agradecido
por haberme salvado porque pude perderle el miedo a la muerte",
dice. Juntó la fuerza que le quedaba, sacó la boca del agua y tomó
una bocanada de aire. Su reloj seguía funcionando y Ricardo, que
era muy buen nadador, miró la hora. Había cometido el error de
arrancarse la camisa y sabía que, en el agua a esa temperatura,
podía resistir dos horas antes de que la hipotermia le provocara un
paro cardíaco. El desborde de adrenalina y el esfuerzo por sacarse
las botas lo llevaron al agotamiento. “No había empezado a nadar y
ya estaba físicamente agotado. En ese momento pensé: ‘No puedo
más’. Me empecé a hundir, las botas me empujaron rápidamente
hacia el fondo. Ahí empecé a experimentar el proceso de la
muerte”. Fue en ese pasaje que volvieron las palabras de Josefina,
su hija de 13 años, que se había puesto a llorar unas horas antes. —
¿Por qué estás llorando?— le había preguntado Ricardo, con el
bolso de viaje al hombro. —Porque vos siempre te vas y tengo
miedo que algún día te pase algo y no vuelvas— contestó la nena.
Dos años antes del accidente, durante unas vacaciones de invierno
en San Carlos de Bariloche. El recuerdo lo hizo reaccionar cuando
ya había dejado de luchar para flotar. “Yo soy huérfano de padre de
muy chiquito, de repente me di cuenta de que si me moría mis hijos
iban a sufrir lo mismo que yo había sufrido. No sé bien cómo hice,
porque ya estaba hundido, pero volví a salir”. En ese entonces, el
menor de sus hijos tenía 9 años, exactamente la misma edad en la
que Ricardo había perdido a su padre. Una “ventana de esperanza”
Fue después de recordar las palabras y la cara de su hija que
Ricardo vio que si se frotaba los tobillos con los tacos podía hacer
ceder las botas hasta sacárselas. Lo logró, también se sacó el jean.
Recién cuando se quitó de encima el lastre entendió que si tomaba
buenas decisiones, se enfocaba en un objetivo y buscaba lo que
ahora llama “una ventana de esperanza” podía salvarse. Vio un
helicóptero a lo lejos y una lancha de Prefectura “pero no me podía
quedar en el agua esperando, lo más probable era que no me
vieran”. Y empezó a nadar. Estaba a unos tres kilómetros de la
costa, al borde de su capacidad física: veía lucecitas a lo lejos, un
rayo de luz violeta que, supo después, era la iluminación de Pachá.
Tenía el tiempo contado si pretendía llegar a la costa antes que la
hipotermia. El reloj de su muñeca seguía funcionando, por eso sabe
que nadó durante una hora y cuarto. En condiciones normales
debería haber hecho pie al menos 100 metros antes de llegar a la
costa pero el río había subido tanto por la sudestada que no hizo
pie nunca. Así lo contó la revista Gente el 8 de junio de 1995. No
fueron, sin embargo, 1.500 metros a nado sino casi tres kilómetros.
Salió en Punta Carrasco y, al borde del colapso, escaló una especie
de pared de piedra que ya no existe. “Crucé caminando el jardín en
calzoncillos y les golpeé la ventana”, recuerda. Parecía un espectro:
“Los mozos estaban preparando el salón para una fiesta y no
entendían nada. Yo ya no podía hablar así que les expliqué con
señas lo que pude. Me abrieron una ventana, me metieron en la
cocina, abrieron la tapa del horno y me taparon con manteles.
Cuando llegó el médico del SAME y me tomó la temperatura estaba
debajo de los 28 grados, ese es el límite en el que usualmente el
corazón deja de funcionar”. Instrucciones para sobrevivir Ricardo
sólo tenía moretones en el codo con el que había abierto la ventana
pero había tragado tanta agua contaminada que en el Hospital
Fernández quisieron asegurarse de que no tuviera infecciones.
Apenas le dieron el alta, esquivó el asedio periodístico y subió a una
lancha de Prefectura para intentar marcar un punto en el que
podría haberse hundido el avión. En la nota de la revista Gente se
puede ver cómo quedó el avión. No logró orientarse ese domingo
con luz de día, en el que también tuvo que ir a ver a la esposa de su
amigo para explicarle -a ella y a los chicos, compañeros de colegio
de sus hijos- lo que había pasado. Volvió al río de madrugada
-mientras los medios contaban que había un sobreviviente y seis
desaparecidos- y ahora sí logró delimitar una zona. Prefectura
encontró los restos del avión allí mismo, dos días después. Los seis
cuerpos estaban adentro. “El después” en la vida de Ricardo
Romanelli ya había comenzado. Era evidente para cualquiera que lo
conociera: ya no era el mismo. “Salía sin documentos y sin plata, no
me importaba nada que tuviera que ver con cosas materiales. En el
agua me había dado cuenta de que en ese momento tener plata o
no era exactamente lo mismo”. Se había salvado por otras cosas. A
diferencia de los sobrevivientes de la tragedia de los Andes, que
lograron la epopeya en grupo, Ricardo había estado en el río
completamente solo. Y todo lo que cuenta a partir de ahora
funciona para cualquier persona que esté atravesando una crisis
profunda, desorientada en la oscuridad: es lo que intenta transmitir
cada vez que lo invitan a contar su experiencia, se para frente al
público y pide que apaguen la luz de la sala. Así lo contó el diario
Clarín el 3 de junio de 1995. “¿Por qué me salvé? Primero, porque
tuve suerte de no haberme desmayado. La misma suerte que
tuvieron los que estaban sentados en la parte de adelante del avión
que cayó en los Andes, porque los que estaban de la fila 10 para
atrás murieron en la avalancha de nieve y piedras. La misma suerte
que tuvieron los mineros chilenos de que en la mina en la que
quedaron atrapados no hubiera monóxido de carbono”. Después,
por lo que se conoce como “personalidad resiliente". “Es la
capacidad de tener confianza en lo que sabemos hacer y poder
controlar las emociones negativas. Esto no quiere decir que no
tengas miedo, yo he tenido un miedo atroz en el río. Pero sos capaz
de sobreponerte al miedo para tomar decisiones cuando la
incertidumbre es absoluta. Yo no sabía para dónde nadar, pero
sabía que tenía salir del agua para no sufrir un paro cardíaco”. ¿Qué
hacer entonces frente a un problema que parece inabordable,
como el río? “Buscar una ventana de esperanza: un objetivo a corto
plazo que te permita volver a tu equilibrio emocional. Identificar un
objetivo posible y hacerlo, no dejar que la mente divague”. En su
caso, el objetivo era llegar a tierra firme por lo que, aún sin saber
hacia dónde, empezó a nadar. “A veces en la vida hay que tomar
decisiones para salir del lugar en el que te estás hundiendo”. Todos
juntos, en Brisbane, Australia, durante el casamiento por civil de
Josefina. Ricardo Felipe, el menor de sus hijos, también vive en
Australia. La menor de las mujeres se llama Julieta y vive en Buenos
Aires. En la foto está Ana María, con quien está casado hace 39
años. Fue una tragedia pero sacó algo en limpio: “Agradezco haber
tenido la suerte de haber sobrevivido porque me permitió perderle
el miedo a la muerte”, dice, ya sobre el final. Reconocer el miedo
como la emoción que suele interponerse entre las personas y sus
objetivos lo ayudó en 2008, cuando le detectaron un tumor en el
cerebro y estuvo, por segunda vez, al filo de la muerte. Esta vez, el
objetivo -la “tierra firme”- era vivir y el miedo volvió
insistentemente, como las olas en la sudestada. Ricardo estuvo un
año en tratamiento, yendo y viniendo, haciendo quimioterapia. Y
pidió que lo operaran un 2 de junio, el aniversario de su salvación.
Lo logró, otra vez. Después se despide y cruza la avenida para ir a
buscar el auto, que dejó en el estacionamiento de Aeroparque.
Para irse atraviesa un mundo distinto: los taxistas hacen fila, los
pasajeros se chocan los tobillos con sus carritos y, a los lejos, una
pareja despliega dos reposeras con vista a las pistas mientras sus
hijos corren a toda velocidad y se cuelgan de las rejas

SEMANA 8-(10 de mayo al 16 de mayo ) - Tema: Desarrollo


temprano - Mecanismos de defensa
Bibliografía-- Desarrollo Temprano. Algunas consideraciones.
Prof.Lic. Mabel Rosenvald Archivo

Una descripción del Desarrollo Temprano desde la perspectiva de la


Psicología del Yo - Prof. Lic. Mabel Rosenvald Archivo
¨Normalidad y patología en la niñez ¨ Anna Freud cap 1Archivo

¨Normalidad y patología en la niñez ¨Anna Freud cap 2Archivo

El yo y los mecanismos de defensa (Anna Freud, 1936) Archivo

A modo de repaso: Guía de lectura "El Yo y los mecanismos de


defensa" (Anna Freud, 1936) Archivo ---

GUÍA DE LECTURA 1 TEXTO:


El Yo y los mecanismos de Defensa. (1936). Paidós. México. 2000.
AUTORA: Anna Freud Reseña Biográfica: Anna fue la menor de los
hijos de Sigmund Freud y Martha Bernays y la continuadora de su
obra. Nace en diciembre de 1895 en Viena (Austria) y muere en
1982 en Londres (Inglaterra) Freud fue conservador en cuanto a la
instrucción formal de sus hijas mujeres y por este motivo Anna
asistió al Liceo y no al Gimnasio (que le hubiera permitido ingresar a
su término a la Universidad). Sin embargo ella asistía como oyente
desde muy temprano a las “reuniones de los miércoles” de la
Sociedad Psicoanalítica de Viena. En 1922, ingresa a la Sociedad
Psicoanalítica de Viena con el trabajo “Relación entre fantasías de
flagelación y sueño diurno”. Se incorpora como psicoanalista de
niños. siendo una de las pioneras en esta área. Entre sus primeros
pacientes se cuentan los hijos de Dorothy Burlingham, a quien la
ligaría una relación profunda y compleja por el resto de su vida. En
1938 la familia Freud emigra hacia Inglaterra. Entre 1940 y 1942
Anna Freud organiza varias residencias para niños evacuados y
refugiados, siendo la más destacada la guardería Hampstead de
Londres. Fue miembro del Consejo Ejecutivo de la IPA en la década
del ‘50, pero su mayor interés se manifestó en la década del 60 en
torno a la capacitación de profesionales para el psicoanálisis
infantil. En 1982 padeció un ataque cerebral que afectó su
motricidad y habla, no así su lucidez mental. Un año antes, había
asistido por última vez a un simposio de la clínica, presentando un
trabajo sobre patogénesis. A partir del ataque su estado físico
empeoró poco a poco y finalmente muere en ese mismo año. Entre
sus obras más destacadas se encuentran: El Yo y los Mecanismos de
Defensa (1936); La guerra y los niños; El psicoanálisis infantil y la
clínica (1977). Objetivos orientadores de la lectura: • Caracterizar
las relaciones Ello – Yo. • Analizar la naturaleza de los recursos
defensivos yoicos y su relación con otras funciones del Yo. •
Caracterizar los Mecanismos de Defensa. 1 Realización a cargo de
la Dra. Adela Leibovich de Duarte. Compilación: Lic. María Eugenia
Rubio. • Vincular la noción de Defensa con las nociones de
angustia, conflicto, resistencia, síntoma, adaptación. • Relacionar
los conceptos freudianos de angustia y defensa con los planteos de
A. Freud acerca de los Mecanismos de Defensa. Preguntas Guía: 1.
¿A qué alude Anna Freud cuando caracteriza al Yo como
observador? 2. ¿Qué diferencias señala la autora entre hipnosis y
psicoanálisis? 3. ¿Cómo caracteriza el tratamiento psicoanalítico? 4.
Cuáles son los diferentes tipos de transferencia de los que habla A.
Freud y cómo los caracteriza? 5. Cuál es el objetivo de la
interpretación psicoanalítica? 6. ¿A qué alude cuando habla del Yo
en una triple posición? 7. Explique la noción de defensa contra el
instinto. 8. ¿Qué relación se genera entre defensa y resistencia? 9.
Explique la noción de defensa contra los afectos. 10. ¿Qué relación
se establece entre defensa y síntoma? 11. ¿Qué son las
manifestaciones defensivas permanentes? 12. ¿Cuál es el concepto
de Mecanismo de Defensa que formula A. Freud? 13. ¿Cuáles son
las diferencias entre la represión y los demás mecanismos de
defensa? 14. ¿Cuáles son los motivos de defensa contra los
instintos? 15. ¿Cuáles son los motivos de defensa contra los
afectos? 16. ¿Cuál es la función de los métodos defensivos? 17.
¿Cuáles son los mecanismos de defensa que nombra A. Freud?
Caracterice cada uno de ellos. Lea detenidamente la ejemplificación
que ofrece. Plantee otros ejemplos.

TEMA : Desarrollo Temprano -Lineamientos generales .Teórico--


Anna Freud :
El yo y los mecanismos de defensa. Práctico Clase Teórico 8 : El
desarrollo psíquico Lineamientos generales Prof. Lic. Mabel
Rosenvald. Profesora Titular

http://www.campusvirtual.psi.uba.ar/moodle/pluginfile.php/17235
0/mod_label/intro/Desarrollo%20Temprano%20.potx

Clase Prácticos 8 ªrchivo

El Yo y los mecanismos de defensa: aportes de Anna Freud - Dr.


Santiago Juan.Ayudante de Trabajos Prácticos

Teórico: Psicoanálisis. Psicología del Yo. Profesora Titular Regular:


Lic. Mabel Rosenvald. Introducción al tema del desarrollo temprano.
En esta segunda parte del programa se trabajarán
fundamentalmente el tema del desarrollo temprano y los aportes
que los autores que se han dedicado al mismo han brindado tanto
para el desarrollo normal como a sus alteraciones. Podemos
comenzar preguntándonos sobre el porqué de la inclusión del
mismo en esta materia: Psicoanálisis Psicología del Yo. Como se
trabajó en clases anteriores, Hartmann, fundador de esta corriente
psicoanalítica al proponerse estudiar específicamente el Yo expone
cómo éste se origina y cómo se desarrolla y cuáles son las
vicisitudes a las que se enfrenta dicho desarrollo. Para explicar el
origen del Yo, Hartmann sostiene que es a partir de la acción
conjugada de elementos pulsionales(innatos) y de su impacto con
la realidad(lo accidental, lo adquirido) y añade también la
intervención de otros factores independientes innatos ,los aparatos
de autonomía primaria. Los autores que vamos a trabajar en
relación a la temática del desarrollo temprano , además de partir
de los aportes teóricos de Sigmund Freud y de Heinz Hartmann
ponen el acento en el papel de la observación directa de niños y
destacan la influencia y determinación que ejercen las relaciones de
objeto en la constitución y desarrollo de lo psíquico. Desde los
inicios del psicoanálisis, aunque no explícitamente, se encuentra
presente el tema del desarrollo. Así, Freud en “Tres ensayos de
teoría sexual” (1905) trabaja este tema desde el punto de vista del
desarrollo pulsional, estrictamente hablando sobre los diferentes
patrones de organización de la pulsión sexual, describe el desarrollo
libidinal que va complejizado las viscitudes de la relación entre el
cuerpo y los objetos del mundo y las diversas desviaciones que
sufre, señalando al complejo de Edipo como punto nodular de la
organización sexual.

En Tres ensayos de teoría sexual (1905) refiere Freud: “El neonato


trae consigo gérmenes de mociones sexuales que siguen
desarrollándose durante cierto lapso, pero después sufren una
progresiva sofocación; ésta a su vez, puede ser quebrada por
oleadas regulares de avance del desarrollo sexual o suspendida por
peculiaridades individuales”. (P.160)

¿Cómo y por qué arribó Freud al interés por el tema del


desarrollo? La atención terapéutica de pacientes histéricos, lo llevó
a conjeturar la existencia de traumas en la etiología de los síntomas
y de la enfermedad. Advirtió que dichos traumas fueron en la
mayoría de los casos, traumas de origen sexual, especialmente en
la infancia. La seducción aparecía como el motivo de la defensa
(represión, esfuerzo de desalojo), mecanismo que la persona debía
poner en funcionamiento a fin de olvidar situaciones dolorosas o
vergonzantes. Esta era la hipótesis que en ese entonces (1895)
permitió a Freud comprender la relación entre trauma sexual e
histeria. Tiempo mas tarde (1897) con el descubrimiento de que
estos hechos no necesariamente tenían que haber acontecido, lejos
de despojar a la teoría de la importancia de lo sexual, le da un giro
de mayor amplitud a esta noción. Aparece la fantasía o realidad
psíquica con un valor de eficacia equiparable a lo vivido
“realmente”.

La idea de lo sexual como algo que se desarrolla


independientemente de una estimulación externa, sino a partir de
una fuerza endógena, poco a poco, va cobrando mayor precisión.
Es así que Freud observa con sorpresa cómo hasta ahora no había
sido investigada científicamente la existencia de la sexualidad
infantil, ya que solo era tomada en cuenta en función de la
patología (aberraciones sexuales) o de la corrupción. Plantear la
noción de que la sexualidad se inicia con el comienzo de la vida,
desde el nacimiento mismo y no en la pubertad, aporta a dicha
noción varias derivaciones. En primer término, es a partir de
Freud, que se diferencia la noción de sexualidad a la de
genitalidad. En segundo lugar, plantea la idea de que la
sexualidad de la cual se ocupa el psicoanálisis va más allá de la
consideración hecha por la biología, adscribiendo y otorgando
prioridad al plano de lo psíquico. La noción de sexualidad entonces
se enlaza para Freud a lo pulsional (pulsión sexual), que junto a las
pulsiones de auto conservación (nutrición) están presentes en el ser
humano desde el nacimiento. Los dos tipos de pulsiones tienden al
desarrollo, al principio unas apuntaladas en las otras y luego
diferenciadas. Así como Freud otorgó prioridad a lo que sucede con
el aspecto pulsional del ser humano y le dedicó la mayor parte de
su obra a su estudio, no dejó de reconocer desde un principio el
valor del “auxilio ajeno” para que este desarrollo fuera posible.

En Inhibición, síntoma y angustia (1926) Freud explicita los


factores que intervienen en la causación de la neurosis y refiere:
“El biológico es el prolongado desvalimiento y dependencia de la
criatura humana. La existencia intrauterina del hombre se presenta
abreviada con relación a la mayoría de los animales; es dado a luz
más inacabado que éstos” (P.145) . Hace así una clara referencia al
desvalimiento humano y a la impotencia del recién nacido con
relación a los otros seres de la escala animal, planteando además
que la relación con el mundo exterior requiere de un máximo de
cuidados ya que su vulnerabilidad inicial acarrea peligros y conlleva
necesidades sin los cuales la vida biológica y psíquica no son
posibles. Este estado de vulnerabilidad describe al lactante como
totalmente dependiente de otra persona para encontrar alivio a sus
tensiones y necesidades. Subraya de esta manera el carácter
fundamental de las relaciones de objeto, pensando al bebé humano
como totalmente dependiente de las personas encargadas de su
cuidado. Desde esta perspectiva este vínculo posee un valor
protagónico dado que influye de manera definitiva en la
estructuración del psiquismo y gracias a él son viables las
experiencias libidinales y su satisfacción o frustración. Como
expresamos anteriormente Freud pasó de la teoría de la seducción
infantil a la teoría de la fantasía o realidad psíquica y con
posterioridad la perspectiva genética pasa a ser parte de sus
interrogantes. Así el caso Juanito fue un hito en el desafío de
entender la patología infantil. Numerosos autores posfreudianos
trabajaron estas ideas a los fines de confirmarlas, rebatirlas o
complementarlas, realizando distintos aportes y desarrollos y
priorizando diferentes puntos de partida en sus recorridos
conceptuales.

La psicología del Yo, que se desarrolla a partir del modelo


estructural del aparato psíquico, se asienta en el modelo libidinal
freudiano y establece su interés en las funciones del yo sobre todo
en la de adaptación. Cada uno de los autores de esta escuela
trabajan con la idea de construcción histórica, idea que aplican
tanto a la concepción del desarrollo humano saludable como a la
patología. Desde esta mirada psicoanalítica, el modelo de
desarrollo es transformacional. Esto quiere decir que las
continuidades y discontinuidades típicas de los sujetos en
desarrollo alternan entre momentos de logros y progresiones con
regresiones transitorias, todo esto puesto al servicio del
aprendizaje y dominio de la realidad. Hartmann plantea
complementar los hallazgos hechos a partir de las
reconstrucciones logradas en el trabajo clínico con pacientes
adultos, con la observación directa de la infancia. Propone no solo
indagar las experiencias de este periodo sino también contribuir al
conocimiento de secuencias madurativas típicas. Los demás autores
de la Psicología Psicoanalítica del Yo que vamos a trabajar en
relación con este tema coinciden en resaltar y priorizar la función
materna como indispensable en los primeros momentos de la vida,
cuando el bebé sólo puede sentir a la madre como una parte de su
propio ser. Así esta “fusíón” entre madre-bebé ha sido denominada
por los diferentes autores como “célula narcisista” (Anna Freud),
“unidad primordial” o “diada” (Rene Spitz) o “unidad dual”
(Margaret Mahler), teniendo la misma un valor estructurante para
el psiquismo humano. Es por esta razón que este primer vínculo
resulta ser posibiltador de un origen y desarrollo orientado hacia la
salud o en su defecto hacia la patología. Autores como Mahler,
Spitz, o Anna Freud, ponen el énfasis en el tema del desarrollo y
las relaciones con el ambiente desde los orígenes mismos de la
vida, otorgando a los primeros momentos de la misma fundamental
importancia. Podemos así decir que mientras Freud centra el tema
de la estructuración de lo psíquico en la conflictiva edípica, los
autores antes mencionados lo centran en lo que ocurre o no en los
primeros momentos de la vida y en la función que cumplen en los
mismos los cuidados ambientales. Esto daría pie para pensar la
existencia de dos puntos de partida teóricos diferentes: Uno de
ellos que considera que el niño se desarrolla por un proceso
predominantemente endógeno, siguiendo fases más o menos fijas
y universales y otro que piensa al niño como el resultado de un
complejo proceso de interacción, de relaciones mutuas y de
reacciones ante las conductas y fantasías del adulto significativo
Pero es importante mencionar que todos los autores de la
Psicología del Yo que trabajan el tema del desarrollo no dejan de
tener en consideración la evolución libidinal que da cuenta de la
organización pulsional en fases tal como fue teorizado por Sigmund
Freud. En la actualidad existe consenso en considerar que el
recién nacido, siendo el ser más desvalido de todas las especies,
debe desarrollarse y madurar hasta alcanzar un orden simbólico,
tanto cultural como social y que esto no se consigue de manera
automática, sino que por ser el ser más dependiente de la
naturaleza necesita para ello de sólidas figuras parentales que
ejerzan adecuadamente su función y que logren transmitir los
parámetros de la sociedad a la que el niño llega. Se abrió así un
campo muy interesante de estudios sobre el desarrollo psíquico
que incluye el desarrollo temprano como uno de los principales
tópicos de investigación y teorización. La modernidad además, con
la psicología científica y racional, valora y privilegia el primer año
de vida del niño, que adquiere relevancia por la consideración de
los cuidados psicológicos y físicos del bebé. Hasta los años
sesenta, el acento estuvo puesto en el ambiente y sus influencias,
mientras que el niño era considerado un ser pasivo producto de su
ambiente. En los setenta se produjo un importante cambio ya que
en el niño comienzan a respetarse sus disposiciones propias,
tratándoselo como un ser activo y capaz de establecer relaciones
con el adulto. Se considera así, que desde que el bebé nace ejerce
influencia sobre sus cuidadores y es capaz de comprender las
emociones y sentimientos del otro humano. Fue tal el cambio que
se produjo respecto a la infancia que también se lo consideró capaz
de actividad racional, intencionada y planeada, tanto en la vida
familiar como en los espacios de juego y de placer. A partir
entonces del estudio y consideración de la vida subjetiva del infante
se arriba a la formulación de hipótesis para entender lo clínico, lo
evolutivo y lo psicopatológico. Investigar la infancia requiere
siempre de una mirada flexible que se encontrará con obstáculos,
tanto en la observación de conductas como al formular hipótesis.
Esto es así porque los procesos que hacen a la constitución
subjetiva están en permanente cambio, se caracterizan por la
complejidad y la transitoriedad y además al faltar en la primera
infancia el lenguaje verbal y predominar las expresiones motrices
sobre los procesos del pensamiento, es necesario tener en cuenta
la intermediación de los adultos en la comprensión de dichos
procesos.

Para entender el desarrollo temprano es necesario tener en


cuenta nociones como: temporalidad, proceso, desarrollo,
perspectiva genética, etc. Cuando se hace referencia al método de
la observación se entiende que la misma es de corte
psicoanalítico, es decir no resulta ser sólo una observación
fenoménica sino que a partir de ésta se valora, se incluye y se
interpretan dichos fenómenos a la manera como se puede
interpretar un sueño: centrando la misma en relación a la
participación de lo psíquico inconciente. Anna Freud hace sus
aportes a partir del trabajo diagnóstico y terapéutico con niños y
adultos, a partir de los datos aportados por los padres y por la
observación directa de la infancia. Este trabajo tenía para ella un
doble sentido, comprobar la validez de las inferencias teóricas
hechas en la reconstrucción del análisis de adultos y aportar al
estudio del curso del desarrollo infantil. Varias décadas después de
El yo y los mecanismos de defensa(1936) Anna Freud (1972-1975)
plantea su modelo de las Líneas de desarrollo, con el fin de articular
logros o trastornos en un momento particular de la vida del niño
(teniendo en cuenta lo evolutivo, lo madurativo, el uso de las
defensas, regresiones y progresiones, aprendizajes y logros
adaptativos) en un esquema dinámico e histórico que vincula
normalidad y patología. El modelo epigenético de Erik Erikson
plantea que el desarrollo humano se organiza en estadios en donde
incluye distintas variables que se refieren: a la estructuración
intrapsíquica, a las redes de la sociabilidad, a las inserciones
sociales y productivas, a las crisis vitales que cada estadio atraviesa
y a los sentimientos básicos que se corresponden con cada uno de
ellos. Aunque se basa en el modelo psicosexual freudiano, agrega
las variables psicosociales que se despliegan en la relación con los
otros a través de ciertas ritualizaciones sociales y culturales. Son
importantes sus trabajos sobre identidad y la comprensión de todo
el ciclo vital. En sus trabajos sobre identidad importan su
contribución al psicoanálisis a la comprensión de lo psíquico y a las
redes sociales en las que se cruzan la vida personal y las situaciones
históricas.

Margaret Mahler propone una concepción del desarrollo infantil


que atraviesa etapas que van desde la simbiosis inicial a la
individuación. Es un proceso secuencial donde se van desplegando
distintos tipos de ansiedades, que son específicas para cada etapa
junto con logros madurativos y afectivos que la autora describe en
numerosas fases y subfases.

Reneé Spitz, medico psicoanalista, trabajó en diferentes ámbitos


institucionales y hospitalarios investigando la infancia también
desde esta línea evolutiva y menciona al hospitalismo como la
patología más severa derivada de la falta de constancia objetal en
los primeros cuidados. Concluye que las carencias afectivas y sus
consecuencias patologizantes alteran la progresión de logros
madurativos y adaptaciones. Centró su interés en la observación y
el método experimental de las primeras relaciones objetales y
aporta a la teoría de los estadios libidinales y a la teoría objetal la
noción de organizadores como hitos de los aprendizajes y
vicisitudes yoicas en dichas relaciones objetales. A la perspectiva
de la observación entonces, cabe agregar el enfoque experimental
de las investigaciones de Spitz quien trabajó en el seguimiento de
las progresiones y regresiones de las diferentes conductas de los
niños que por razones forzosas debieron ser separados de sus
madres y permanecer en instituciones hospitalarias y en hogares.
También en este mismo sentido cabe señalar las investigaciones
que se desprendieron de las experiencias durante la 2ª Guerra
Mundial, cuando Anna Freud y Dorothy Burlingham crearon las
guarderías londinenses para albergar a niños cuyas familias habían
sido desmanteladas por los bombardeos. (Los niños de la guerra y
Niños sin hogar). Los autores mencionados traen cada uno desde
diferentes perspectivas la temática del desarrollo y un modelo de
las secuencias del mismo. Además plantean un problema de gran
controversia dentro del psicoanálisis: el de los métodos para
acceder al conocimiento de la infancia. Así podemos mencionar: la
reconstrucción histórica de los conflictos a través del análisis de
adultos, las inferencias hechas en el campo del ejercicio clínico con
niños, la observación directa como fuente de inferencias e hipótesis
sobre este período de la vida. Esta última cobra gran importancia
en la observación de lactantes y en las teorías del apego.

Volviendo a la noción de desarrollo podemos decir que se agrega


la idea de secuencia y de progresión. Las teorías psicoanalíticas
del desarrollo plantean que la evolución progresa de una etapa
hacia otra de mayor grado de organización, que este pasaje está
determinado por una cantidad compleja de variables y que esa
complejidad le otorga el carácter de lo único, lo particular,
resultado de procesos intrapsíquicos y de su confrontación con la
realidad. Así el desarrollo es el resultado de la creciente capacidad
para afrontar y dominar experiencias penosas, tolerar la
postergación de la satisfacción y la separación de objetos
significativos y de lograr la autonomía afectiva. El desarrollo es un
proceso caracterizado por continuidades y discontinuidades,
produciéndose la paradoja de que esta continuidad incluye el
cambio permanente, ya que el bebé humano llega a un mundo
organizado al que enfrenta con sus propias disposiciones que se
activan en el encuentro y en el vínculo de cuidado que aporta el
otro. El desarrollo entonces se caracteriza por sucesivas
reorganizaciones que requieren un máximo de flexibilidad y de
aprendizajes al mismo tiempo que un máximo de estabilidad en los
cuidados. Es importante diferenciar la perspectiva evolutiva del
psicoanálisis de los modelos de las psicologías evolutivas de la 1ª
mitad del siglo XX, cuyas descripciones fenoménicas de la conducta
infantil no tenían en cuenta la magnitud y densidad de los procesos
inconscientes y no manifiestos, así como de sus consecuencias en
dicha conducta. Estos temas nos llevan a considerar las condiciones
del bebé humano en el momento de su nacimiento y las
necesidades y condiciones imprescindibles para su sobrevivencia.
Para la mayoría de los autores la relación madre- bebé es la célula
fundante de mecanismos estructuradores de la alteridad y del
psiquismo humano.

El bebé humano llega a un medio ambiente ya estructurado y lo


hace con un repertorio de conductas y disposiciones que se
activan en el vínculo de cuidado que lleva a cabo la persona
encargada de dar alimento, calor y sostén afectivo y que atienda
las necesidades del bebé. Es a partir de este vínculo fundante en
el cual se asientan la matriz de los mecanismos identificatorios y
las vicisitudes libidinales, que el niño podrá alcanzar o no
diferentes logros en su desarrollo. Entre los más importantes
podemos mencionar:--Emerger de un estado narcisístico inicial y
arribar a conductas de mutualidad y correspondencia con el objeto
maternante.---Transitar desde la simbiosis inicial a la progresiva
constitución de la autonomía psíquica y de la constancia objetal.---
Realizar el pasaje desde su sí mismo hacia los otros objetos de
amor y de satisfacción.--- Realizar el paulatino pasaje del principio
de placer al principio de realidad.

Para la teoría psicoanalítica la relación de objeto se ha convertido


en una referencia teórica fundamental. Ya mencionamos que en
Freud aparece ligada a la noción de pulsión y a las alternativas de
su satisfacción. Para los autores posfreudianos las alternativas de la
relación con el otro alcanzan diferentes proporciones. Así para
Erikson las relaciones primarias además de libidinales son
psicosociales, ya que transmiten patrones y mitos culturales que se
expresan en ritualizaciones de la relación madre –bebé. A esta
díada inicial se van agregando nuevas personas significativas que
van ampliando las redes sociales. Las ritualizaciones constituyen un
interjuego acordado, informal y a la vez organizado que se repite
con frecuencia y en un contexto determinado, que tiene un valor
adaptativo, y es individual y grupal. Profundizaremos en los
aportes de Anna Freud, Mahler y Spitz.

Una descripción del desarrollo temprano, desde la


perspectiva de la Pisoclogia del Yo Prof. Lic. Mabel
Rosenvald
El interés por el psiquismo temprano o estructuración del aparato
psíquico surge desde el inicio de las ideas freudianas que dieron
origen al psicoanálisis. Su afirmación acerca que las neurosis eran
una enfermedad psíquica producida por causas psíquicas fue el
paso inicial. A partir de allí fueron surgiendo interrogantes similares
a: Cómo se podría describir el “aparato psíquico”? Cuáles son sus
funciones? Cómo se enferma? Cómo se cura? Las respuestas a
estas preguntas siguen impulsando nuevas búsquedas, y a su vez,
nuevas respuestas. Tal vez el mas difícil y atractivo de los
interrogantes, dada su importancia, haya sido y será: Cómo
prevenir la enfermedad psíquica. La psicología, la psicopatología, la
crianza y la prevención enriquecen sus perspectivas con los aportes
que el psicoanálisis brinda. Donald Winnicott en su libro El niño y el
mundo externo (1945) en el capitulo denominado “Hacia el estudio
objetivo de la naturaleza humana”, comenta: “Freud creó y
desarrolló un método, un instrumento de investigación científica de
la naturaleza humana que resultó ser, al mismo tiempo, un método
terapéutico”. En la conferencia 34 , “Esclarecimientos, aplicaciones
y orientaciones” de la Nuevas conferencias de introducción al
psicoanálisis (1933(1932)), Freud sintetiza estos desarrollos del
psicoanálisis expresando: “Nuestro primer propósito fue, sin duda,
comprender las perturbaciones de la vida anímica de los seres
humanos, porque una asombrosa experiencia nos había mostrado
que en ella comprensión y curación andan muy cerca, que una vía
transitable lleva de la una a la otra. Y por mucho tiempo fue,
además, el único propósito. Pero luego discernimos los estrechos
nexos, y aun la íntima identidad, entre los procesos patológicos y
los llamados normales, el psicoanálisis se convirtió en psicología de
lo profundo, y puesto que nada de lo que los hombres crean o
cultivan puede comprenderse sin el auxilio de la psicología, casi
naturalmente surgieron, se impusieron y exigieron elaboración las
aplicaciones del psicoanálisis a numerosos campos del saber, en
particular a las ciencias del espíritu.” (Pag.134) Las nociones de
inconciente, represión y sexualidad infantil, constituyeron el
trípode donde se asentó la joven ciencia. De ellas fueron surgiendo
nuevos desarrollos teóricos: fantasías, pulsión, desarrollo libidinal,
narcisismo, relación objetal, identificación, y nos detenemos aquí
en la enumeración que sin duda puede ser mas extensa aún, pero
ya sabemos que no va a ser nunca exhaustiva. 2 En la Introducción
que realiza Strachey a Tres ensayos para una teoría sexual (1905),
expresa: “No hay duda de que los Tres ensayos de teoría sexual son
junto a La interpretación de los sueños, las mas trascendentes y
originales contribuciones de Freud al conocimiento de lo humano”.
(Pág. 112)1 Cabe destacar que en La interpretación de los sueños
adquiere por primera vez la noción de inconciente un lugar de
relevancia como sistema de la personalidad psíquica, tanto en su
funcionamiento “normal “como “patológico” Y es en Tres ensayos,
donde Freud explicita su tesis acerca de la sexualidad infantil como
etapa del desarrollo libidinal de todo ser humano. Si bien en 1896
ya había puesto énfasis en la importancia de los años infantiles en
la génesis de las neurosis, es a partir de Tres ensayos donde queda
explicitada la existencia de un desarrollo sexual a partir del
nacimiento y la importancia y relevancia que adquieren esos
primeros años en el desarrollo psíquico de todos los seres
humanos. Freud en Tres ensayos de teoría sexual (1905)
conceptualiza el tema del desarrollo desde el punto de vista
pulsional, estrictamente hablando sobre los diferentes patrones de
organización de la pulsión sexual, que van complejizando las
vicisitudes de la relación entre el cuerpo y los objetos del mundo y
las diversas desviaciones que ella sufre, señalando el complejo de
Edipo como punto nodular de la organización sexual. Refiere Freud
“el neonato trae consigo gérmenes de mociones sexuales que
siguen desarrollándose durante cierto lapso, pero después sufren
una progresiva sofocación; ésta a su vez, puede ser quebrada por
oleadas regulares de avance del desarrollo sexual o suspendida por
peculiaridades individuales”. (P.160) En 1912, en Sobre dinámica de
la transferencia Freud sostiene: “(…) todo ser humano, por efecto
conjugado de sus disposiciones innatas, y de los influjos que recibe
en su infancia, adquiere una especificidad determinada para el
ejercicio de su vida amorosa, o sea, para las condiciones de amor
que establecerá y las pulsiones que satisfará, así como para las
metas que habrá de fijarse. Esto dará por resultado, digamos así, un
clise (o también varios) que se repite- es reimpreso- de manera
regular en la trayectoria de la vida, en la medida en que lo
consientan las circunstancias exteriores y la naturaleza de los
objetos de amor asequibles, aunque no se mantiene del todo
inmutable frente a impresiones recientes.” (Pag.97) 2 1 Freud, S.
(1.905) Tres ensayos de una teoría sexual. Amorrortu Editores
Buenos Aires 2 Freud, S. (1912) Sobre dinámica de la transferencia.
Amorrortu Editores Buenos Aires 3 La cita precedente nos permite
subrayar: a) Freud destaca la acción conjugada de los factores
innatos y las experiencias infantiles en la conformación del modo
específico del ejercicio de la vida amorosa que cada ser humano
adquiere. b) Se establece un clise, un modo de reacción que se
repetirá a lo largo de la vida, siempre y cuando las circunstancias
exteriores lo consientan y los objetos de amor sean asequibles. c)
Ese molde o clise puede variar frente a experiencias recientes d)
Freud en esta formulación establece un supuesto universal cuando
afirma que “todo ser humano” está sujeto a ello. La relevancia,
actualidad y significatividad de estas afirmaciones, ya han
trascendido las fronteras del campo psicológico , tanto en lo que se
refiere al desarrollo normal como psicopatológico, y se puede
observar su importancia y vigencia tanto en cuestiones de crianza
como así también en políticas de estado. En el informe Desarrollo
de la primera infancia un potente ecualizador presentado por Irwin,
Siddiq y Hertzman a la Comisión sobre los determinantes sociales
de la Salud de la Organización Mundial de la Salud (junio de 2007)3
podemos leer: “Los primeros años de vida son cruciales en el influjo
de una serie de resultados sociales y de salud a lo largo del ciclo
vital. Hoy en día, los estudios revelan que muchos de los desafíos
afrontados por la población adulta (problemas de salud mental,
obesidad/ retardo en el desarrollo, enfermedades cardíacas,
criminalidad, habilidad numérica y de lecto-escritura) tienen sus
raíces en la primera infancia. Partiendo de la evidencia disponible,
los economistas ahora sostienen que invertir en la primera infancia
representa la inversión más poderosa que un país puede realizar,
con retribuciones en el transcurso de la vida mucho mayores al
importe de la inversión inicial. Los gobiernos pueden lograr mejoras
significativas y duraderas para la sociedad mediante la ejecución de
políticas que tomen en cuenta este poderoso cuerpo de
investigación, al tiempo que cumplen con sus obligaciones en virtud
de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del
Niño. En el presente, las investigaciones demuestran que el entorno
inicial de los niños causa un impacto trascendental sobre el modo
en que su cerebro se desarrolla. Un bebé nace con miles de
millones de células cerebrales que representan el potencial de toda
su vida; sin embargo, para desarrollarse, estas células necesitan
conectarse entre sí. Cuanto más estimulante sea el ambiente
primario, más conexiones positivas se forman en el cerebro y mejor
es el progreso del niño o niña en todos los aspectos de su vida, en
términos de desarrollo físico, emocional y 3 Irwin, Siddiq, &
Hertzman. (2007). Desarrollo de la Primera Infancia: Un Potente
Ecualizador. Comisión de los Determinantes Sociales de la Salud.
OMS. 4 social, así como su capacidad para expresarse y adquirir
conocimientos. Sabemos qué tipo de entornos promueven la salud
y el desarrollo en la primera infancia. Si bien la nutrición y el
crecimiento físico son fundamentales, los niños pequeños también
necesitan pasar el tiempo en un ambiente afectivo y receptivo que
los proteja de la desaprobación inadecuada y el castigo.” No caben
ya dudas que los aportes realizados por Freud en este sentido
(sexualidad infantil, importancia de los primeros vínculos afectivos
en el desarrollo del ser humano) han trascendido las iniciales
reacciones de rechazo y desestimación y se han constituido en
nociones irrebatibles del acerbo de conocimiento tanto científico
como popular. Para que esto suceda, muchos psicoanalistas han
profundizado en el estudio de los primeros años de vida y brindado
sus contribuciones. Norberto y Celia Bleichmar en El psicoanálisis
después de Freud plantean: “Una manera de ubicarnos respecto a
las distintas teorías psicoanalíticas es pensarlas en relación con los
grandes problemas que el psicoanálisis se planteo para comprender
el psiquismo humano”. (Pág.31) Destacan entre ellos: la relación
naturaleza versus cultura, el problema de la agresión, las relaciones
de objeto tempranas. Con respecto a la relación entre la naturaleza
versus la cultura, desde el inicio de sus teorizaciones, Freud
siempre tuvo presente este problema. A lo largo de su obra, osciló
en la primacía otorgada a cada uno de estos aspectos, pero siempre
hizo notar la acción conjugada de los mismos. Con su hipótesis de
las series complementarias, combina los elementos innatos
(pulsionales) con las experiencias infantiles. Al examinar los aportes
realizados por los postfreudianos, podemos observar como en
algunos casos el acento esta puesto en “la naturaleza”; en la
importancia para el desarrollo psíquico de los factores
constitucionales (podríamos incluir aquí a Melanie Klein ), y en el
extremo de acentuar la preponderancia de “la cultura” , están
quienes jerarquizan los factores ambientales para explicar la
formación de la personalidad y hasta el origen de los
síntomas(Winnicott , Mahler, Kohut, Balint, entre otros ). De todos
modos, ya sea que se jerarquice uno u otro extremo de esta
dualidad, no caben dudas de la acción conjugada y reciproca de
ambos aspectos: “lo que uno trae a la vida y lo que la vida le trae a
uno”4 . 4 Freud, S. (1913) La predisposición a la neurosis obsesiva.
Amorrortu Editores. Buenos Aires 1993. 5 Con respecto a las
relaciones de objeto tempranas, una buena parte de los desarrollos
teóricos del psicoanálisis postfreudiano enfatiza la importancia de
los primeros períodos de la vida (uno a dos años de edad) para la
estructuración del psiquismo. Nuevamente aquí lo pulsional y lo
ambiental, conjugados, relacionados, darán por resultado un
vínculo particular en donde los diferentes autores harán mas
hincapié en lo constitucional y otros lo harán en el factor
“compañía” o ambiental. Cómo es la relación entre el individuo y su
ambiente? ¿Cómo influye el bagaje hereditario? ¿Cómo actúa el
medio? ¿Cómo es la interacción entre lo biológico y lo psicológico?
¿Cómo se desarrolla el sujeto? En este capítulo, se trabajará
fundamentalmente el tema del desarrollo temprano a través de las
perspectivas que han realizado los autores que adhieren a la
corriente del psicoanálisis denominada psicología del yo.
HeinzHartmann, a partir del modelo estructural freudiano o
segunda topica, es junto a Anna Freud, quienes inauguran la
corriente denominada psicología del yo. Destacan la noción de
desarrollo del yo , ya que al igual que Sigmund Freud, no reconocen
una unidad funcional equivalente al mismo desde el nacimiento.
Hartmann denomina matriz indiferenciada al estadio inicial del ser
humano , donde no se puede direrenciar un ello del yo, como asi
tampoco puede diferenciarse uno mismo del medio que lo
circunda. Anna Freud,Rene Spitz, Margaret Mahler, entre otros,
realizaron observaciones sistematicas que les permitieron ir
formulando hipótesis que han brindado una importante
contribución al tema tanto para el desarrollo normal como lo que
atañe a sus alteraciones. Ponen el énfasis en el tema del desarrollo
y las relaciones con el ambiente, estudian la naturaleza humana
desde los orígenes mismos de la vida otorgando a los primeros
momentos de la misma fundamental importancia. No son los
únicos, si han sido pioneros y sus aportes siguen vigentes en la
actualidad. La relevancia de sus contribuciones se destaca por el
trabajo que han realizado tratando de probar, a través del método
de la observación directa de infantes, la tesis sostenida por Freud
en relación a la sexualidad infantil. Las observaciones realizadas de
las conductas de los bebés desde su nacimiento y el marco
conceptual psicoanalítico, permitieron establecer nociones como:
proceso de separaciónindividuacion (Mahler), organizador
(Spitz),regresión transitoria al servicio del yo (Anna Freud), lineas
de desarrollo (Anna Freud) que hasta hoy permiten explicar y
comprender tanto el desarrollo normal como patológico. 6 Si bien
Freud otorgó prioridad a lo que sucede con el aspecto pulsional del
desarrollo del ser humano y le dedicó la mayor parte de su obra a
su estudio, también es cierto que a lo largo de su trabajo fue
modificando y ampliando perspectivas. Por ejemplo, la noción de
disposición que en un principio se circunscribió a lo innato,
constitucional, heredado, mas tarde adquirió un contenido mas
amplio, abarcando en ella las vivencias infantiles. Esto se aclara en
la 23 de las Conferencias de introducción al psicoanálisis (1916-
1917), donde emplea Anlage, “disposición” para designar lo innato
y “disposition”, “predisposición” para lo adquirido. 5 Sus
seguidores, trataron de comprobar, ampliar, profundizar y
complementar, en distintos aspectos, sus afirmaciones, priorizando
diferentes puntos de partida en sus recorridos conceptuales. Los
autores de la Psicología Psicoanalítica del Yo,coinciden en resaltar
la función materna como indispensable en los primeros momentos
de la vida, cuando el bebé sólo puede sentir a la madre como una
parte de su propio ser. Así esta “fusión” entre madre-bebé ha sido
denominada de diferentes formas, tales como “célula narcisista”
(Anna Freud), “unidad primordial” (Rene Spitz) o “unidad dual”
(Margaret Mahler), teniendo la misma un valor estructurante para
el psiquismo humano. Es por esta razón que este primer vínculo
resulta ser posibiltador de un origen y desarrollo orientado hacia la
salud o en su defecto hacia la patología. En Inhibición, síntoma y
angustia (1926) Freud refiere : “El biológico es el prolongado
desvalimiento y dependencia de la criatura humana. La existencia
intrauterina del hombre se presenta abreviada con relación a la
mayoría de los animales; es dado a luz más inacabado que éstos”
(P.145)6 . Hace así explícita referencia al desvalimiento humano y a
la impotencia que tiene el recién nacido humano para sobrevivir sin
auxilio externo en comparación a los otros seres de la escala
animal, planteando además que la relación con el mundo exterior
requiere de un máximo de 5 Las nociones de maduración y
desarrollo refieren a esta distincion . La maduración implica un
proceso filogenéticamente establecido, el desarrollo conlleva la
emergencia de formas de funcionamiento y de conductas que
resultan de la interacción del organismo por una parte y del medio
interno y externo por otra. 6 Freud S. O.C. Tomo XX (1925-1926)
Inhibición, síntoma y angustia. Amorrortu Editores. Bs.As. 1998. 7
cuidados ya que la vulnerabilidad inicial acarrea peligros y conlleva
necesidades sin los cuales la vida biológica y psíquica no son
posibles. Este estado de vulnerabilidad inicial, describe al lactante
como totalmente dependiente de otra persona para encontrar
alivio a sus tensiones y necesidades. Se enfatiza de esta manera el
carácter fundamental de las relaciones de objeto, pensando al bebé
humano como totalmente dependiente de las personas encargadas
de su cuidado. Dependencia que no es sólo biológica sino tambien
emocional. Desde esta perspectiva este vínculo posee un valor
protagónico dado que influye de manera definitiva en la
estructuración del psiquismo y gracias a él son viables las
experiencias libidinales y su satisfacción o frustración. Por otra
parte, es de destacar la importancia que tiene para el desarrollo del
ser humano (mas allá de lo vincular), la “presión maduracional”.
Este concepto introducido por Margaret Mahler, describe a la
fuerza que impulsa al niño para poder realizar el recorrido que lo
llevará de la dependencia a la autonomía, de la inmadurez a la
madurez, de la indiferenciación a la diferenciación. En relación a
esto, es interesante resaltar lo que sostiene Freud, en La novela
familiar de los neuróticos (1909(1908)): “En el individuo que crece,
su desasimiento de la autoridad parental es una de las operaciones
mas necesarias, pero también mas dolorosas, del desarrollo. Es
absolutamente necesario que se cumpla, y es lícito suponer que
todo hombre devenido normal lo ha llevado a cabo en cierta
medida. Más todavía: el progreso de la sociedad descansa, todo él,
en esa oposición entre ambas generaciones.” (Pag.217)7 Se puede
destacar como a través de esta afirmación, Freud sostiene: a) la
idea de crecimiento b) la relación existente entre crecer y la
separación de la autoridad parental. c) La necesidad de este
proceso como condición de desarrollo individual. d) La necesidad
de este proceso como condición del progreso de la sociedad e)
Relaciona la normalidad con el cumplimiento de este proceso. A
partir de lo señalado hasta aquí podemos caracterizar los
principales ejes de descripción y análisis para entender los aportes
que la psicología del yo hace a la comprensión de la estructuración
psíquica, a saber: 1) Al igual que Freud, no se reconoce la existencia
de un “yo” desde el nacimiento. Esto significa que inicialmente no
hay una estructuración psíquica que permita diferenciar mundo
interno del externo y poder controlar, organizar y jerarquizar
funciones que le permitan al bebé su supervivencia sin auxilio
externo. Por lo tanto, se sostiene la idea de un desarrollo y
maduración para la conformación del aparato psíquico diferenciado
por sus funciones. 2) Se apoya en la importancia de la noción de
sexualidad infantil, como fundamento de la estructuración psíquica.
Pulsión, objeto, desarrollo de la libido, resultan nociones que
permiten explicar el desarrollo del yo. 3) Destaca la acción
conjugada de los factores disposicionales y las experiencias
infantiles en la conformación del psiquismo humano. 4) Reconoce
que el estado de desvalimiento biológico del ser humano al nacer, y
la necesidad de auxilio para subsistir determinan un estado de
dependencia emocional hacia sus cuidadores. 5) Sostiene que el
desarrollo normal del ser humano tiene una dirección que va desde
el estado de dependencia (biológica-emocional) hasta la relativa
autonomía (biológicaemocional). Es importante diferenciar la
perspectiva evolutiva del psicoanálisis de los modelos de las
psicologías evolutivas de la primera mitad del siglo XX, cuyas
descripciones fenoménicas de la conducta infantil no tenían en
cuenta la magnitud y densidad de los procesos inconscientes y no
manifiestos, así como de sus consecuencias en dicha conducta.
Estos temas nos llevan a considerar las condiciones del bebé
humano en el momento de su nacimiento y las necesidades y
condiciones imprescindibles para su sobrevivencia. Para la mayoría
de los autores la relación madre- bebé es la célula fundante de
mecanismos estructuradores de la alteridad y del psiquismo
humano. 9 Para entender el desarrollo temprano es necesario
tener en cuenta nociones como: temporalidad, proceso, desarrollo,
perspectiva genética, etc. Las teorías psicoanalíticas del desarrollo
plantean que la evolución progresa de una etapa hacia otra de
mayor grado de organización, que este pasaje está determinado
por una cantidad compleja de variables y que esa complejidad le
otorga el carácter de lo único, lo particular, resultado de procesos
intrapsíquicos y de su confrontación con la realidad. Así el
desarrollo es el resultado de la creciente capacidad para afrontar y
dominar experiencias penosas, tolerar la postergación de la
satisfacción y la separación de objetos significativos y de lograr la
autonomía afectiva. El desarrollo es un proceso caracterizado por
continuidades y discontinuidades, produciéndose la paradoja de
que esta continuidad incluye el cambio permanente, ya que el bebé
humano llega a un mundo organizado al que enfrenta con sus
propias disposiciones que se activan en el encuentro y en el vínculo
de cuidado que aporta el otro. El desarrollo entonces se caracteriza
por sucesivas reorganizaciones que requieren un máximo de
flexibilidad y de aprendizajes al mismo tiempo que un máximo de
estabilidad en los cuidados. Si bien el desarrollo es progresivo,
admite regresiones transitorias al servicio del mismo. Las nociones
de lineas de desarrollo creada por Anna Freud y de organizador
introducida por Rene Spitz , permiten destacar, la primera, la
complejidad de variables intervinientes en el desarrollo y la
segunda, aquellos puntos de confluencia de dichas lineas , en
donde se producen cambios significativos que marcan una nueva
reorganización estructural . El bebé humano llega a un medio
ambiente ya estructurado y lo hace con un repertorio de conductas
y disposiciones que se activan en el vínculo de cuidado que lleva a
cabo la persona encargada de dar alimento, calor y ser quien cuide
y atienda las necesidades del bebé. Es a partir de este vínculo
fundante en el cual se asientan la matriz de los mecanismos
identificatorios y las vicisitudes libidinales, que el niño podrá
alcanzar o no diferentes logros en su desarrollo. Entre los más
importantes podemos mencionar: - Emerger de un estado
narcisístico inicial y arribar a conductas de mutualidad y
correspondencia con el objeto maternante. 10 - Transitar desde la
simbiosis inicial a la progresiva constitución de la autonomía
psíquica y de la constancia objetal. - Realizar el pasaje desde su sí
mismo hacia los otros objetos de amor y de satisfacción. - Realizar
el paulatino pasaje del principio de placer al principio de realidad.
Lo dicho hasta aquí es una descripción somera, a modo de
invitación para ser profundizados de los principales temas que son
abarcados en relación a la estructuración psiquica, desde la
perspectiva de la psicologia del yo. Partiendo de las ideas
freudianas y ampliando el tratamiento psicoanalitico a la clinica con
niños, los psicoanalistas se interesaron especialmente en el niño y
su desarrollo, en especial, las primeras etapas del mismo . La niñez
no sólo pudo ser reconstruida, como lo fue a través del psicoanálisis
de adultos, sino que pudo ser observada directamente , aun en
estadios preverbales muy temparanos,con una
miradapsicoanalítica. El invalorable aporte de estas contribuciones
tal vez pueda definirse en estas consideraciones expresadas por
Anna Freud en Normalidad y patología en la niñez : “… el analista
de niños que considera el desarrollo progresivo como la función
mas esencial de un ser inmaduro, está profunda y centralmente
comprometido con la integridad o el trastorno, es decir, la
normalidad o anormalidad de este proceso vital” (pág. 50). Prof.
Lic.Mabel Rosenvald de Baril Profesora Titular Regular de la
Universidad Nacional de Buenos Aires Facultad de Psicología Socia
Plenaria de la Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para
Graduados Profesora Titular de los postgrados de las Carreras de
Maestria en Psicoanalisis y de Especialización en psicoanalisis de
adultos de la AEAPG en convenio con la Universidad Nacional de La
Matanza. mabelrosenvald@gmail.com Bibliografía Freud,
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