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Los cuerpos en estado vítreo se caracterizan por presentar un aspecto sólido con cierta
dureza y rigidez y que ante esfuerzos externos moderados se deforman de manera
generalmente elástica. Sin embargo, al igual que los líquidos, estos cuerpos son
ópticamente isótropos, transparentes a la mayor parte del espectro electromagnético de
radiación visible. Cuando se estudia su estructura interna a través de medios como la
difracción de rayos X, da lugar a bandas de difracción difusas similares a las de los
líquidos. Si se calientan, su viscosidad va disminuyendo paulatinamente –como la
mayor parte de los líquidos- hasta alcanzar valores que permiten su deformación bajo la
acción de la gravedad, y por ejemplo tomar la forma del recipiente que los contiene
como verdaderos líquidos. No obstante, no presentan un punto claramente marcado de
transición entre el estado sólido y el líquido o "punto de fusión".
Todas estas propiedades han llevado a algunos investigadores a definir el estado vítreo
no como un estado de la materia distinto, sino simplemente como el de un líquido
subenfriado o líquido con una viscosidad tan alta que le confiere aspecto de sólido sin
serlo. Esta hipótesis implica la consideración del estado vítreo como un estado
metastable al que una energía de activación suficiente de sus partículas debería conducir
a su estado de equilibrio, es decir, el de sólido cristalino.
Todo parece indicar que los cuerpos en estado vítreo no presentan una ordenación
interna determinada, como ocurre con los sólidos cristalinos. Sin embargo en muchos
casos se observa un desorden ordenado, es decir, la presencia de grupos ordenados que
se distribuyen en el espacio de manera total o parcialmente aleatoria.
Las sustancias susceptibles de presentar un estado vítreo pueden ser tanto de naturaleza
inorgánica como orgánica, entre otras:
Las sales más comunes de sodio tienen puntos de fusión por debajo de los 900 °C.
Cuando se calienta una mezcla íntima de cuarzo finamente dividido con una sal de estos
metales alcalinos, por ejemplo Na2CO3, a una temperatura superior a los 800 °C se
obtiene inicialmente una fusión de la sal alcalina, cuyo líquido rodea a los granos de
cuarzo, produciéndose una serie de reacciones que pueden englobarse en la resultante
siguiente:
SiO2 (s) + Na2CO3 (s) Na2SiO3 (s) + CO2 (g) ΔH = -5,12 kcal/mol
3,90 moles de SiO2 / 1 mol de Na2O y 1,69 moles de SiO2 / 1 mol de Na2O
Estos silicatos sódicos presentan un aspecto vítreo, transparente y muy quebradizo. Para
alcanzar una viscosidad del orden de los 1.000 poises (necesaria para su moldeado) se
precisan temperaturas que, en función de su composición, oscilan entre los 1.220 °C
para el silicato más rico en SiO2, y los 900 °C para el más pobre. Son muy solubles en
agua: entre un 35% y un 50% en peso de silicato, según el contenido en SiO2. Su falta
de rigidez mecánica y su solubilidad en agua les hacen inútiles como sustitutos del
vidrio de cuarzo en ninguna de sus aplicaciones.
Con el fin de obtener un producto con propiedades similares a las del vidrio de cuarzo a
temperaturas alcanzables por medios técnicamente rentables, se produce un vidrio de
silicato sódico al que se le añaden otros componentes que le hagan más resistente
mecánicamente, inerte a los agentes químicos a temperatura ambiente -muy
particularmente al agua- y que guarden su transparencia a la luz, al menos en el espectro
visible.
Para el cuarzo:
o Arenas feldespáticas, de pureza en SiO2 superior al 95% y con el menor
contenido en componentes férricos posible (entre un 0,15% y 0,01% en
términos de Fe2O3)
o Cuarcitas molidas
Para el sodio:
o Carbonatos sódicos naturales (yacimientos de EE.UU. y África).
o Carbonato sódico sintético, el más utilizado en Europa.
o Sulfato sódico sintético, subproducto de la industria química.
o Nitrato sódico natural (nitrato de Chile).
o Cloruro sódico o sal común.
Estos tres últimos, utilizados en pequeñas proporciones, debido al
desprendimiento de gases contaminantes durante la elaboración
del vidrio: SOX, NOX, Cl2.
Para el Calcio:
o Calizas naturales.
Para el Magnesio:
o Dolomitas naturales.
Para el Bario:
o Sulfato bárico natural (baritina).
Para el Aluminio:
o Feldespatos naturales (caolines).
La producción industrial de este tipo de vidrios se realiza, al igual que en el caso de los
silicatos sódicos, en hornos para vidrio, generalmente de balsa, calentados mediante la
combustión de derivados del petróleo con apoyo, en muchos casos, de energía eléctrica
a temperaturas que oscilan entre los 1.450 °C y los 1.600 °C. En estos hornos se
introduce una mezcla en polvo ligeramente humedecida ( 5% de agua) y previamente
dosificada de las materias primas ya citadas. Esta mezcla de materias minerales
reacciona (a velocidades apreciables y, evidentemente, cuanto mayores mejor) para
formar el conjunto de silicatos que, combinados y mezclados, darán lugar a esa
sustancia a la que se denomina vidrio común.
Muchos estudios –particularmente en la primera mitad del siglo XX– han intentado
establecer correlaciones entre lo que se denominó la estructura interna del vidrio –
generalmente basada en teorías atómicas– y las propiedades observadas en los vidrios.
Producto de estos estudios fueron un conjunto de relaciones, de naturaleza
absolutamente empírica, que representan de manera sorprendentemente precisa muchas
de esas propiedades mediante relaciones lineales entre el contenido de los elementos
químicos que forman un vidrio determinado (expresado bajo la forma del contenido
porcentual en peso de sus óxidos más estables) y la magnitud representando dicha
propiedad. Curiosamente, las correlaciones con las composiciones expresadas en forma
molar o atómica son mucho menos fiables.
silicato sódico
Composición "tipo" de vidrio de
Al2O3 Fe2O3 CaO MgO Na2O K2O SO3
SiO2
73,20 1,51 0,10 10,62 0,03 13,22 1,12 0,20
Los contenidos en MgO, Fe2O3 y SO3 son consecuencia de las impurezas de la caliza,
arena y el sulfato sódico, respectivamente.
Coeficientes para el cálculo de propiedades del vidrio
Depósito público para reciclaje de vidrio. En éste, existen tres divisiones para separar el
vidrio según su color: transparente, verde y ámbar.
Para su adecuado reciclaje el vidrio es separado y clasificado según su tipo el cual por lo
común está asociado a su color, una clasificación general es la que divide a los vidrios
en tres grupos: verde, ámbar o café y transparente. El proceso de reciclado luego de la
clasificación del vidrio requiere que todo material ajeno sea separado como son tapas
metálicas y etiquetas, luego el vidrio es triturado y fundido junto con arena, hidróxido
de sodio y caliza para fabricar nuevos productos que tendrán idénticas propiedades con
respecto al vidrio fabricado directamente de los recursos naturales. En algunas ciudades
del mundo se han implementado programas de reciclaje de vidrio, en ellas pueden
encontrarse contenedores especiales para vidrio en lugares públicos.
En ciertos casos el vidrio es reutilizado, antes que reciclado. No se funde, sino que se
vuelve a utilizar únicamente lavándolo (en el caso de los recipientes). En
acristalamientos, también se puede aprovechar el vidrio cortándolo nuevamente
(siempre que se necesite una unidad más pequeña).
2. Vidrios Potasicos.
(Silicato de potasio y calcio). – Se reemplaza, en el vidrio anterior,
el sodio por el potasio. Son más duros que los anteriores, muy
brillantes, resisten mejor las variaciones de temperatura y son muy
resistentes a la acción del agua y de los ácidos. Ejemplos; son los
vidrios de Bohemia, vidrios de óptica (crown), etc:
3. Vidrios Plúmbicos.
(Silicato de potasio y plomo). – En este vidrio se ha reemplazado
del anterior el calcio por el plomo. Tienen peso especifico elevado y
poseen notable esplendor, son muy transparentes, sonoros y refractan
muy bien la luz. Dentro de estos vidrios se encuentra el cristal, el
flint-glass empleado en óptica y el strass que sirve para elaborar
piedras preciosas artificiales. La composición de algunos de estos
vidrios es la siguiente:
Pirex .. 80, 62 11, 90 3, 83 2,00 0,66 0,61 0,20 0,22 0,12 ---
.
Jena .. 64,58 10,03 7,38 6,26 --- --- 0,12 0,08 0,10 11,7
.
Propiedades:
A. – Los óxidos ácidos utilizan, sea en primer lugar la sílice (SiO2), que
constituye el 40- 75 % de los vidrios: el anhídrido bórico (B2O3),
constituyente importante de los vidrios de bajo coeficiente de
dilatación (Pirex); la alúmina (Al2O3), etc.
a) Óxidos ácidos:
SÍLICE. –Es el mayor ingrediente de los vidrios comerciales. Se emplea
como cuarzo o arena, donde la pureza varía de acuerdo a su origen. La
arena debe ser de tamaño uniforme, ni muy pulverizada ni muy grueso el
grano: puesto que muy pulverizado forma espuma e hincha la masa durante
la fusión y si el tamaño es muy grande no puede reaccionar con los otros
metales y no se disuelve completamente, apareciendo el vidrio con piedras.
De aquí se requiere arena en su mayoría de grano medio. Se determina la
fineza pasándola por cedazos de diferentes mallas.
b) Óxidos Básicos:
ALCALINOS TERREOS:
OTROS METALES:
Plomo: El plomo se emplea en forma de minio (Pb3O4) y litargirio
(PbO) que hacen al vidrio brillante y le dan mayor poder refringente;
pero en cambio lo hacen blando y fusible. El minio actua como
oxidante por el oxigeno que desprende y por esta razon es más
empleado.
MATERIAS OPACIFICANTES:
Para obtener vidrios ópalos y color blanco opaco, muy empleados para
la iluminación electrica, etc., se agregan al vidrio productos que dan
lugar a precipitaciones coloidales por enfriamiento (cuerpos solubles en
el vidrio fundido, pero insolubles o poco solubles en el vidrio solido).
Se emplean oxidos y sales.
Una forma de determinar la viscosidad es midiendo el tiempo que tarda en pasar una
cantidad determinada de líquido a través de un tubo de diámetro pequeño a una presión
dada. La resistencia a fluir se debe a la atracción entre las moléculas, por lo que es una
medida de su fuerza. En general, a medida que aumenta la temperatura, las fuerzas de
cohesión están más incapacitadas para competir con el creciente movimiento molecular,
y por lo mismo la viscosidad disminuye.
Para tener un material con cierta resistencia es necesario que las moléculas estén unidas
con una firmeza relativamente constante, lo que se traduce en tener una viscosidad
invariable. Si medimos el tiempo requerido para que esto ocurra, observamos que la
temperatura de templado es importante. En la figura 28(a) la temperatura de templado es
menor que en la 28(b), y lo que vemos es que la primera tarda más en llegar a ser una
línea horizontal que la segunda, y por lo tanto necesita más tiempo para que su
viscosidad sea constante. Por otro lado, es evidente que también varía en función de la
composición. En la figura 29 cada raya de la gráfica representa un valor diferente de x
en la fórmula química que aparece en el pie de la figura. Es normal que al variar la
cantidad de sodio y calcio cambien las propiedades del vidrio. Por otro lado, mientras
mayor sea la proporción de óxido de aluminio, magnesio o calcio con respecto al óxido
de sodio, mayor será la viscosidad, como puede verse en la figura 30, donde también se
aprecia que la presencia de óxido de magnesio es la que aumenta más rápidamente esta
característica.
Figura 28. Curva de viscosidad de un vidrio tratado a 477° C (a) y a 486° (b).
Figura 29. Cambio de la viscosidad (en poises) de algunos vidrios con fórmula (2—
x)Na2O — xCaO — 6SiO2.
Figura 30. Variación de la viscosidad (en poises) a 1 000°C con respecto a la
composición del vidrio.
K O —PbO—SiO .
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Cuando una pieza de vidrio es estirada por la acción de una fuerza, puede regresar a su
tamaño y forma original en el momento que se elimina el esfuerzo que lo deforma,
siempre que nos movamos dentro de ciertos límites de temperatura. A esta propiedad se
le llama elasticidad y si después de eliminar la fuerza deformante el material no
recupera sus dimensiones originales, se dice que excedió el límite elástico. Mientras no
se alcance ese límite podemos decir que la tensión es directamente proporcional al
esfuerzo. Para calcular la deformación se usa una constante elástica, determinada
experimentalmente, llamada módulo de Young, que mide la relación del esfuerzo de
alargamiento con la tensión que se produce. Matemáticamente se expresa como:
Y = (F/A) / (e/L)
F = (AY/L)e
k = (AY/L)
La fuerza elástica en un vidrio se debe a las atracciones moleculares dentro del material
cuando éste se solidifica. Si las capas de vidrio se separan ligeramente por la aplicación
de una fuerza deformadora, las fuerzas moleculares se ponen en actividad para atraerlas
a sus posiciones originales. Pero en el límite elástico las fuerzas moleculares dejan de
ser tan efectivas a causa de las imperfecciones y de la falta de cristalinidad del material.
La resistencia que ofrece el vidrio al ponerlo en contacto con el agua o con agentes
atmosféricos, así como con soluciones acuosas de ácidos, bases y sales, es una
propiedad de gran importancia llamada durabilidad química, que lo hace tomar ventaja
sobre otro tipo de materiales, como los plásticos, por ejemplo. Los vidrios comunes
parecen ser químicamente inertes, pero en realidad reaccionan con muchas sustancias,
lo que sucede es que lo hacen lentamente y por eso se pueden utilizar. Cuando se habla
de altas resistencia a reactivos químicos se quiere decir que para que las reacciones
ocurran tiene que pasar un tiempo muy largo, por lo que prácticamente no reaccionan.
El vidrio tiene una resistencia excelente a los ácidos, excepto al fluorhídrico, y a las
soluciones alcalinas frías. Por eso es muy útil como envase de reactivos químicos.
También es particularmente adecuado para tuberías transparentes. Por supuesto que
tiene el gran inconveniente de su fragilidad y de la poca resistencia a los cambios
bruscos de temperatura, pero en ese caso se puede usar vidrio blindado con fibra de
vidrio de poliéster para evitar roturas, teniendo así la ventaja de la resistencia a la
corrosión del vidrio y la fuerza estructural del acero.
En la misma figura se puede observar que todos, menos el pyrex, reaccionan con el agua
caliente. En contacto con medio acuoso lo que ocurre es un intercambio de iones sodio
[Na+] por iones hidronio [H3O+]. Los iones hidronio están presentes en el agua en
equilibrio con los iones [OH—]. Este intercambio va disolviendo el material. Por el
contrario, cuando el vidrio se mezcla con una base, el intercambio iónico sucede entre
los aniones (los que tienen carga negativa) de la estructura [A1(OH)— 4] y los grupos
hidroxilo [OH—] de la base. Como resultado tendremos una mayor cantidad de [OH—]
dentro de la estructura del vidrio.
Tener un material químicamente inerte ha sido una preocupación por muchos años.
Desde que en 1868 Stas obtuvo por primera vez un vidrio resistente a los ácidos, a las
bases y a diferentes agentes corrosivos químicos, se han sucedido muchos adelantos
hasta llegar al vidrio pyrex, conocido por su alta durabilidad química a altas
temperaturas, con una composición de 81% de SIO2, 13% de B2O3, 3.6% de Na2O, 0.2%
de K2O y 2.2% de A12O3, que hasta la fecha no ha cambiado ni ha podido ser sustituido
por otro.
De esta forma quedan descritas las propiedades más importantes del protagonista de
nuestro libro. Conociéndolas es posible que tengas una idea más clara de por qué los
reactivos químicos se guardan en frascos de vidrio, y de por qué los focos también están
hechos con este material.
Vetas
Son causadas por la falta de homogeneidad, debida a diferencias de
composición o enfriamiento. Se clasifican según su forma en: ondas, hilos y
estrías.
Burbujas
Formaciones gaseosas en el interior del vidrio en forma ovoidal o lenticular y
esférica según el procedimiento de fabricación.
DEFECTOS SUPERFICIALES
Picaduras
Es causado cuando un grano del abrasivo grueso crea una erosión profunda que
no puede eliminarse en el pulido.
Rayado
Defecto producido por deficiencias en el pulido o por causas de rozamientos con
otros productos durante el almacenaje o transporte.
Aguas
Se encuentra en los vidrios planos no pulidos, a causa de las imperfecciones en
las superficies planas.
Mermas o creces
Defectos o excesos de dimensiones en los vidrios moldeados.
Rebabas
Imperfecciones producidas por el mal ensamblaje de las juntas en los moldes
durante el proceso de fabricación.
Grietas
Diversas fisuras de diferente longitud y profundidad, causadas por el
enfriamiento radical a partir de una temperatura inferior al punto de
reblandecimiento, o bien por la presión excesiva del émbolo en productos
moldeados.