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LAS TENTACIONES DE JESÚS (Lc 4,1-13)

1. LECTURA DEL TEXTO

Lc 4,1 Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y en el desierto era conducido
por el Espíritu 2 durante cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en
aquellos días, pasados los cuales tuvo hambre.
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Díjole el diablo:
— Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan.
4
Jesús, respondiéndole, dijo:
— Escrito está: "No sólo de pan vivirá el hombre" (Deut 8,3).
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Y habiéndole llevado a una altura, le mostró en un instante todos los reinos del orbe,
y le dijo el diablo:
— Te daré todo ese poder y su gloria, porque a mí me ha sido entregado y a quien
quiero lo doy; 7 si, pues, te postrares ante mí, todo será tuyo.
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Respondiendo Jesús, le dijo:
— Escrito está: "Al Señor tu Dios adorarás y a Él solo servirás" (Deut 6,13).
9
Y lo llevó a Jerusalén, y lo puso sobre el pináculo del Templo y le dijo:
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— Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, pues escrito está: "A sus ángeles
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ordenará acerca de ti, que te guarden", y "en las manos te llevarán, no sea que
tropieces con tu pie en una piedra" (Sal 91,11-12).
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Respondiendo Jesús, le dijo:
— Dicho está: "No tentarás al Señor tu Dios" (Deut 6,16).
13
Cuando el diablo acabó toda tentación, se apartó de él hasta otro momento oportuno.
1
VIhsou/j de. plh,rhj pneu,matoj a`gi,ou u`pe,streyen avpo. tou/ VIorda,nou kai.
2
h;geto evn tw/| pneu,mati evn th/| evrh,mw| h`me,raj tessera,konta
peirazo,menoj u`po. tou/ diabo,louÅ kai. ouvk e;fagen ouvde.n evn tai/j
3
h`me,raij evkei,naij kai. suntelesqeisw/n auvtw/n evpei,nasenÅ Ei=pen de.
auvtw/| o` dia,boloj( Eiv ui`o.j ei= tou/ qeou/( eivpe. tw/| li,qw| tou,tw| i[na
4
ge,nhtai a;rtojÅ kai. avpekri,qh pro.j auvto.n o` VIhsou/j( Ge,graptai o[ti
Ouvk evpV a;rtw| mo,nw| zh,setai o` a;nqrwpojÅ 5 Kai. avnagagw.n auv& to.n
6
e;deixen auvtw/| pa,saj ta.j basilei,aj th/j oivkoume,nhj evn stigmh/| cro,nou
kai. ei=pen auvtw/| o` dia,boloj( Soi. dw,sw th.n evxousi,an tau,thn a[pasan kai.
th.n do,xan auvtw/n( o[ti evmoi. parade,dotai kai. w-| eva.n qe,lw di,dwmi
auvth,n\ 7 su. ou=n eva.n proskunh,sh|j evnw,pion evmou/( e;stai sou/ pa/saÅ 8

kai. avpokriqei.j o` VIhsou/j ei=pen auvtw/|( Ge,graptai( Ku,rion to.n qeo,n


sou proskunh,seij kai. auvtw/| mo,nw| latreu,seijÅ 9 :Hgagen de. auvto.n eivj
VIerousalh.m kai. e;sthsen evpi. to. pteru,gion tou/ i`erou/ kai. ei=pen auvtw/|(
10
Eiv ui`o.j ei= tou/ qeou/( ba,le seauto.n evnteu/qen ka,tw\ ge,graptai ga.r o[ti
11
Toi/j avgge,loij auvtou/ evntelei/tai peri. sou/ tou/ diafula,xai se kai. o[ti
VEpi. ceirw/n avrou/si,n se( mh,pote prosko,yh|j pro.j li,qon to.n po,da souÅ
12
kai. avpokriqei.j ei=pen auvtw/| o` VIhsou/j o[ti Ei;rhtai( Ouvk
13
evkpeira,seij ku,rion to.n qeo,n souÅ Kai. suntele,saj pa,nta peirasmo.n o`
dia,boloj avpe,sth avpV auvtou/ a;cri kairou/Å

2. ¿POR QUÉ ESTE TEXTO Y EN LA VERSIÓN DE LUCAS?

Porque, dado el fuerte carácter exhortativo del evangelio de Lucas, es donde mejor
podemos contemplar el "camino" de Jesús y que, en este evangelio, el evangelista propone
como modelo de "camino" a seguir por todo discípulo.

3. REFLEXIÓN

Intentemos reflexionar un poco juntos sobre el comienzo de la vida pública de Jesús


que, para Lucas, comienza más bien con la tentación: Jesús es tentado y sale victorioso de la
tentación. Nos detendremos sobre todo en el hecho mismo de la tentación de Jesús.
Es fundamental poner en el centro de nuestra meditación la figura de Jesús que
comienza a afrontar su lucha por nosotros.
Es también importante, bajo el punto de vista de Lucas, que nos sintamos invitados a
asociarnos a Cristo, como aparece implícitamente en el itinerario propuesto al discípulo
Teófilo en el prólogo del evangelio (Lc 1,1-4). Podemos, pues, situarnos en cada una de las
tentaciones, reflexionar y preguntarnos sobre nuestro modo de vivir nuestra cuaresma. A ello

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nos ayudará el centrarnos en el comienzo de la vida pública de Jesús, de su ministerio
mesiánico, bajo tres aspectos:
1.º) Las tentaciones son, en cierto sentido, un comienzo programático.

Normalmente, se considera como inicio de la vida pública de Jesús su bautismo, en


capítulo tercero (Lc 3,21-22). En ese caso, las tentaciones son un acontecimiento que sucedió
una vez comenzada su vida pública.
En realidad, el bautismo y la genealogía, así como lo que precede en este capítulo
tercero es una preparación al comienzo de la vida pública de Jesús. El relato de las tentaciones
es, pues, el primero tras esa preparación: Jesús comienza su actividad mesiánica luchando
contra Satanás. Esta lucha continuará a lo largo de toda su vida directamente o a través de sus
enemigos. Lucas es el único evangelista que lo dirá en 4,13: "Cuando el diablo acabó toda
tentación, se alejó de él hasta otro momento oportuno", es decir, hasta el momento de la
pasión (Lc 22,3.53). Las tentaciones marcan una victoria inicial de Jesús, pero todavía no
definitiva. No es más que el anuncio de la victoria final.
Juan Bautista que había comenzado su actividad en el desierto (Lc 3,2-3), una vez
finalizada (Lc 3,18-20), comienza la de Jesús, también en el desierto, conducido por el
Espíritu (Lc 4,1) que había descendido sobre él en el bautismo (Lc 3,22). Hasta ese momento
las vidas de Juan Bautista y de Jesús funcionan en paralelo.
Es justamente en el momento de las tentaciones cuando Jesús funciona de manera
autónoma. Lucas pone aquí el inicio de la vida pública de Jesús y no en Nazaret, aunque este
episodio tenga una gran importancia programática. La tentación forma parte de nuestra vida
cristiana desde el comienzo. Lo que importa es dejarnos conducir por el Espíritu Santo
recibido en nuestro bautismo.
Pero ¿por qué las tentaciones tienen ese carácter de inicio programático?
Se trata de un inicio típico que contiene todo el resto. En su confrontación con Satanás
se trata del enfrentamiento entre dos mentalidades diferentes en el que Jesús sale vencedor y,
desde el comienzo, puede decir: ¡He vencido!
Podemos, pues, contemplar a Jesús como el autor y perfeccionador de la fe, como el
primero que venció la tentación por nosotros (véase la relación con el Adán de la genealogía).
Estamos, pues, frente a una forma sintética de presentar toda la lucha de Jesús, ya sea que
consideremos las tentaciones como un acontecimiento real de su vida o como una
representación escénica de toda su vida.
2.º) Las tentaciones constituyen un comienzo salvífico.

3
Como acabamos ver, Jesús, tentado por el diablo, lo vence por nosotros escogiendo la
manera correcta, ignorando las adulaciones y renunciando al camino erróneo. Esto lo hace
exponiéndose personalmente, por amor a nosotros, para salvarnos. En este sentido las
tentaciones son un inicio salvífico. Lo que Jesús hace no es una representación, sino una
realidad vivida en su propia carne, renunciando a sus prerrogativas divinas y aceptando el
camino del servicio con las humillaciones consiguientes, hasta ser rechazado y fracasar: Jesús
se enfrenta al riesgo total, renunciando absolutamente y sin reservas a posibles seguridades a
las que tendría derecho en su calidad de "rey mesiánico", y a las ventajas que su "carrera" de
"taumaturgo" podrían procurarle. De esta manera, Jesús nos salva radicalmente del espíritu
del mundo (triunfar a cualquier precio…). Hay tres textos de la carta a los Hebreos que
ilustran muy bien el significado salvífico de las tentaciones de Jesús (Heb 2,15.17-18; 4,15-
16; 5,7-9):
15
"… Y librar a cuantos, por temor de la muerte estaban durante toda la vida
17
sujetos a servidumbre… Por eso debía ser en todo semejante a sus hermanos, para
llegar a ser un sumo sacerdote misericordioso y fiel en lo que toca a Dios, para expiar
18
los pecados del pueblo. Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es
poderoso para socorrer a los que son tentados". (Heb 2,15.17-18).
15
kai. avpalla,xh| tou,touj( o[soi fo,bw| qana,tou dia. panto.j tou/ zh/n
e;nocoi h=san doulei,ajÅ)) 17
o[qen w;feilen kata. pa,nta toi/j avdelfoi/j
o`moiwqh/nai( i[na evleh,mwn ge,nhtai kai. pisto.j avrciereu.j ta. pro.j to.n
qeo,n eivj to. i`la,skesqai ta.j a`marti,aj tou/ laou/Å 18
evn w-| ga.r
pe,ponqen auvto.j peirasqei,j( du,natai toi/j peirazome,noij bohqh/saiÅ (Heb
2,15.17-18).

"15 No tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras


16
debilidades, antes bien fue tentado en todo a semejanza nuestra, excluido el pecado.
Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y
hallar gracia para el oportuno socorro". (Heb 4,15-16).
15
ouv ga.r e;comen avrciere,a mh. duna,menon sumpaqh/sai tai/j
avsqenei,aij h`mw/n( pepeirasme,non de. kata. pa,nta kaqV o`moio,thta
cwri.j a`marti,ajÅ 16
prosercw,meqa ou=n meta. parrhsi,aj tw/| qro,nw| th/j
4
ca,ritoj( i[na la,bwmen e;leoj kai. ca,rin eu[rwmen eivj eu;kairon
boh,qeianÅ (Heb 4,15-16).

"…2 capaz de se indulgente con los ignorantes y extraviados, dado que también
7
él está rodeado de flaqueza;… el cual, en los días de su vida mortal, habiendo
ofrecido ruegos y súplicas con poderoso clamor y lágrimas al que podía salvarle de la
muerte, y habiendo sido escuchado por su reverencial temor. 8 Y, aun siendo Hijo, por
9
lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser
autor de eterna salvación para todos los que lo obedecen" (Heb 5,7-9).

…2 metriopaqei/n duna,menoj toi/j avgnoou/sin kai.


planwme,noij( evpei. kai. auvto.j peri,keitai avsqe,neian))) 7 o]j evn tai/j
h`me,raij th/j sarko.j auvtou/ deh,seij te kai. i`kethri,aj pro.j to.n
duna,menon sw,|zein auvto.n evk qana,tou meta. kraugh/j ivscura/j kai.
dakru,wn prosene,gkaj kai. eivsakousqei.j avpo. th/j euvlabei,aj( 8
kai,per
w'n ui`o.j( e;maqen avfV w-n e;paqen th.n u`pakoh,n( 9
kai. teleiwqei.j
evge,neto pa/sin toi/j u`pakou,ousin auvtw/| ai;tioj swthri,aj aivwni,ou (Heb
5,7-9).

Del mismo modo que Jesús se convierte para nosotros en sacerdote misericordioso,
nosotros también, si entramos en la prueba animosamente con Jesús podemos llegar a ser
misericordiosos y compasivos con los hermanos, realizando nuestra misión de participación
en el sacerdocio de Cristo, como ministros o como miembros del pueblo sacerdotal por
nuestro bautismo. Si esto es así, podemos, pues, entrar en la tentación, en la prueba, con Jesús.

3.º) Las tentaciones son un comienzo profético.

¿Qué quiere decir Lucas con la última frase del relato: "Cuando el diablo acabó toda
tentación, se alejó de él (Jesús) hasta otro momento oportuno" (Lc 4,13)? Esta frase significa
que las tentaciones de Jesús al comienzo de su vida pública son un anuncio profético de lo que
sucederá al final de la misma. Entonces será el momento culminante de la tentación, la
tentación definitiva. Por eso, toda su vida es una prueba. Lucas quiere decir que Jesús no sufre
sólo estas tentaciones, sino que fue tentado a lo largo de toda su vida, como lo confirma en el
momento de la Última Cena: "vosotros sois los que habéis perseverado conmigo en mis

5
pruebas" (Lc 22,28). Esto significa que toda su vida ha sido una prueba encuadrada por el
"comienzo" y el "final" de su vida pública.
Fijémonos un poco en la última tentación (Lc 23,35ss) para mejor comprender la
primera. También tenemos aquí el número tres: Jesús está en la cruz y, como en el desierto,
Satanás lo tienta tres veces por medio de sus adversarios que le prestan la voz, reproduciendo
el mismo tipo de frase:
1.º) Ante el pueblo, los jefes le dicen: "Y el pueblo estaba allí mirando; y se burlaban
de él también de él los jefes, diciendo: «A otros salvó; sálvese a sí mismo, si él es el
Mesías de Dios, el Elegido" (Lc 23,35). Podemos ver la semejanza con las primeras
tentaciones: "Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra…", "Si eres Hijo de Dios, tírate
de aquí abajo" (Lc 4,3.9).
2.º) Esta vez son los soldados: "Si tu eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo" (Lc
23,37).
3.º) Finalmente, es uno de sus propios compañeros de suplicio: "¿No eres tu el Mesías?
Sálvate a ti mismo y a nosotros" (Lc 23,39).
Contemplando esta escena, podemos comprender el dramatismo y la intensidad de la
tentación en el núcleo mismo de su misión: aprovéchate de tu poder para no morir; los reyes
de la tierra no se dejan matar, se salvan, haz tú también lo mismo, muestra tu poder
salvándote. Jesús es tentado precisamente en lo que más interés tiene para él: la credibilidad
de su misión. Ha venido para suscitar la fe y ahora le dicen: "si quieres que creamos en ti,
sálvate". Jesús es tentado en su propia misión: dar la fe. Si desciende la cruz, la gente
"creerá"; ahora bien, si no desciende, es optar por el camino difícil, el marcado por el Padre,
que es mejor que el del éxito que podría conseguir rechazándolo.
El dramatismo de las tentaciones en el desierto (mesianismo por medio del éxito
humano, del aprovechamiento en beneficio propio: pan para salvarse; obras espectaculares
para conseguir el aplauso, la popularidad; arrojarse desde el pináculo del Templo, aceptando
la oferta del diablo). Lo mismo puede verse al final, en la cruz, pero llevado ese dramatismo a
su máxima expresión. Pero, al mismo tiempo, podemos ver la fuerza y el coraje de Jesús que
pasó su vida en la más absoluta incomprensión de todos, incluida su familia y sus discípulos
que, al final, lo abandonaron.
Por nuestra parte, sólo en la oración y en el cariño que profesamos al Señor, podemos
comprender en qué consistió su prueba y su sufrimiento al escoger este camino. Puesto que,
en la dinámica de Lucas, Jesús aparece siempre como el modelo a imitar por los discípulos
(ver Lc 23,34.46 y Hch 7,59-60), también en este caso de las tentaciones, Jesús nos da el
6
ejemplo: en la tentación, que forma parte de nuestra condición humana y cristiana, Jesús nos
muestra que es en la escucha atenta y acogedora de la palabra de Dios, su Padre; en la oración
y sumisión a su voluntad soberana (las respuestas de Jesús están tomadas del libro del
Deuteronomio, es decir de la Ley); en una obediencia filial y confiada, que pudo salir
vencedor en la prueba, allí donde el hombre (Adán) y el pueblo de Israel (travesía del
desierto, en marcha hacia la libertad) habían sucumbido. Así pues, Jesús se convierte para
nosotros en modelo para vencer la tentación. Su victoria es también nuestra victoria, a
condición de seguirle por el mismo camino que él recorrió.

4. PREGUNTAS PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL

1.º) ¿Cuáles son las tentaciones que debo yo afrontar en estos tiempos presentes?
2.º) ¿De qué modo quiero asociarme o cómo me llama Jesús a asociarme a su prueba, a
sus luchas, a sus fatigas, a su trabajo?
3.º) ¿Qué ofrenda quiero o estoy dispuesto a hacer de mí al Señor, especialmente en este
tiempo de cuaresma?

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