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Lo que ahora le preocupa a la dirigencia de los Shuar Arutam es que la empresa que
busca explotar cobre en su territorio está aplicando como estrategia dividir la organización
indígena.
Denuncian que Lowell ha pasado por encima de la dirigencia indígena, que representa a
las 47 comunidades Shuar Arutam, y ha apuntado a convencer solo a dos de ellas que
están ubicadas en el área del proyecto minero.
Hace pocos días, representantes de los pueblos indígenas amazónicos llevaron a la justicia
una demanda de inconstitucionalidad en contra del decreto 95, que busca la expansión de la
actividad petrolera, por considerar, al igual que los Cofán de Sinangoe, que no fueron
consultados. Próximamente harán lo mismo en contra del decreto 151, que plantea el plan de
acción para el sector minero y que, según los líderes indígenas, busca relajar los controles
ambientales para acelerar la entrada de empresas mineras extranjeras en la Amazonía, pese
a la decisión de los pueblos de mantener sus territorios libres de esta actividad.
“¿A quién le consultó Guillermo Lasso, con quién socializó los impactos positivos y
negativos de la minería? Con nadie, porque a nosotros no nos consultaron. Asimismo,
todo el Pueblo Shuar Arutam ha sido concesionado sin respetar el derecho que
tenemos a decir no a estas actividades”, asegura Josefina Tunki, Presidenta de la PSHA,
organización que representa a todo el Pueblo Shuar Arutam y que reúne a 47 comunidades y
seis asociaciones de esta etnia.
Mapa de concesiones mineras en el pueblo Shuar Arutam. Elaborado por Carlos Mazabanda, Amazon Watch.
Cerca del 60 % del territorio Shuar Arutam se encuentra concesionado para actividades
mineras, principalmente de cobre, y en la mayoría de ocasiones las comunidades se han
dado cuenta de esto cuando las empresas aparecen para realizar las primeras actividades de
exploración. Actualmente hay varias compañías con presencia en su territorio, pero cinco de
ellas tienen las concesiones más grandes: Solgold, Ecuasolidus, Explorcobres, Proyectmin y
Solaris.
La mayor tensión se está dando con el proyecto Warintza de la empresa Lowell, filial de la
canadiense Solaris. Desde hace varias décadas Lowell ha tenido títulos de propiedad y
mineros dentro del territorio Shuar Arutam pero no había podido empezar con las actividades
de exploración debido a la oposición de las comunidades indígenas.
Sin embargo, según dice Josefina Tunki, presidenta de la PSHA, la minera decidió cambiar su
estrategia de entrar por la fuerza a tratar de dividir a las comunidades. Se han enfocado en
Warints y Yawi, precisamente las dos comunidades que se ubican en el área del proyecto
minero.
“La empresa cumplió el compromiso de devolvernos 2600 hectáreas. Por eso se firmó un
acuerdo de exploración durante tres años”, asegura Vicente Tsakimp, indígena Shuar de una
de las comunidades que hoy negocia con la empresa minera y coordinador de la Alianza
Estratégica.
Pero las demás comunidades integrantes del pueblo Shuar Arutam, que suman más de
cuarenta, se oponen rotundamente a la minería e insisten en que no se pueden iniciar los
trabajos de exploración minera en su territorio. Además, indican que, por decisión mayoritaria,
los shuar se han opuesto históricamente a las actividades extractivas en sus tierras.
“Queremos que la minera se retire de nuestro territorio porque según las leyes ecuatorianas,
el pueblo Shuar debe ser consultado, como también dice el Convenio 169 de la OIT. Y eso
nunca pasó”, comenta Ángel Nantip Wanit, presidente de la Asociación Nunkui del pueblo
Shuar Arutam.
Tanto Nantip como la presidenta Josefina Tunki y Carlos Mazabanda de Amazon Watch dicen
que no hubo consulta previa. “La empresa ha dicho que consultó a Warints y Yawi pero no se
hizo consulta previa sino una socialización del proyecto y un listado de beneficios”, dice
Mazabanda.
Todo este conflicto en torno a la consulta previa llevó a que la PSHA presentara una queja
ante la OIT por la violación del convenio 169. En dicho escrito se dice que el Ministerio de
Energía y Recursos Naturales No Renovables afirmó que se había cumplido con el derecho a
la consulta previa en el proyecto Warintza de la empresa Lowell, filial de Solaris, ya que
realizó la ‘Valoración de Mecanismos de Consulta’ del 25 de septiembre al 29 de noviembre
de 2019 en las comunidades de Warints y Yawi.
Fuente: Fundación Aldea. Concesiones mineras en el Territorio del Pueblo Shuar Arutam (PSHA)2005-2019.
http://www.fundacionaldea.org/proyectos
Sin embargo, en el documento la PSHA afirma que dentro de las concesiones de la empresa
también se encuentran los centros de Maikiuants y Tinkimints, “es decir, omitieron consultar a
otras dos comunidades que se ven directamente afectadas por el proyecto minero”.
Este medio también se comunicó con la Secretaría de Derechos Humanos para conocer cuál
ha sido el acompañamiento que han brindado en este conflicto pero dijeron que este asunto
era competencia de la Secretaría de Gestión y Desarrollo de Pueblos y Nacionalidades. Al
consultar a esta última secretaría nos informaron que la entidad fue creada hace apenas unos
meses y que debíamos remitirnos al Ministerio de Energía y Recursos Naturales No
Renovables. Finalmente, ninguna de las tres entidades ha respondido a nuestras preguntas.
Pueblo Shuar Arutam en Asamblea. Foto:
Cortesía pueblo Shuar Arutam.
Riesgos ambientales
Carlos Mazabanda de Amazon Watch asegura que en las socializaciones que ha hecho la
empresa no se ha hablado de los impactos que traerá una mina a cielo abierto como, por
ejemplo, la deforestación o los riesgos de contaminación de las fuentes hídricas. “No
hay nada que hable de cuáles van a ser los riesgos de la exploración y de las fases de la
explotación o cómo van a reubicar a las comunidades cuando empiece el proyecto porque es
a gran escala”, cuenta.
Josefina Tunki, presidenta de la PSHA, organización que representa a todas las comunidades
y asociaciones del pueblo Shuar Arutam, se pregunta: “¿Qué va a pasar cuando Solaris
perfore a cielo abierto encima de la cordillera? La comunidad de Warints no está ni a 200
metros de donde se hará explotación ¿Cómo quedará el río donde se bañan y toman agua
cuando empiece la minería? Porque su río nace en esa cordillera que se va a explotar. Esa
es la preocupación, además, ¿dónde los van a ubicar?”.
El conflicto entre el pueblo Shuar Arutam y la minera Solaris incluso aparece en el Atlas de
Justicia Ambiental, una herramienta que documenta y clasifica los conflictos sociales
relacionados con asuntos ambientales alrededor del mundo. El Atlas está dirigido por los
reconocidos académicos Leah Temper y Joan Martínez Alier del Instituto de Ciencia
Ambiental y Tecnología (ICTA) de la Universidad Autónoma de Barcelona. El Atlas menciona
que, entre los impactos visibles que traerá el proyecto, están “la pérdida de biodiversidad
(vida silvestre, agro-diversidad), deforestación y pérdida de cobertura vegetal” e impactos
potenciales como “contaminación y erosión del suelo, contaminación de aguas superficiales y
disminución de la calidad del agua (físico-química, biológica)”.
A los líderes de la PSHA también les preocupan los cambios culturales que han llegado a las
comunidades de Warints y Yawi luego de aceptar la minería. “Ya no hay costumbres, por más
que se vistan con trajes shuar, que utilicen nuestros adornos, eso no es identidad. El vivir
shuar allá es diferente”, comenta Josefina Tunki.
El abogado Tarquino Cajamarca, exdefensor del Pueblo de Morona Santiago y quien asesoró
al pueblo shuar arutam en la queja ante la OIT, cree que también es importante tener en
cuenta el derecho a la autodeterminación de los pueblos indígenas.
Cajamarca menciona que en el plan de vida de los shuar dice que no se van a explotar sus
territorios para petróleo y para minería. “Ellos dicen que no deben ser consultados porque ya
es algo que han decidido, con base en su derecho a la autodeterminación”, comenta.
La tensión que se vive actualmente en el territorio shuar preocupa a sus dirigentes. Por
ello, Josefina Tunki convocó a una reunión el 11 de octubre, a la que invitó al gobierno
nacional, provincial y cantonal para que les ayudaran a buscar vías para restaurar las
relaciones entre las comunidades. Sin embargo, nadie apareció.
Josefina Tunki recorre el territorio Shuar Arutam. Foto: Cortesía pueblo Shuar Arutam.
“Los invitamos para que conocieran la realidad en el sitio, por qué tenemos controles, por qué
no aceptamos la minería. Los invitamos para que opinen, nos entiendan”, dice Tunki y agrega
que “el pueblo Shuar Arutam confirmó la incapacidad de las autoridades. No tienen el coraje
de visitar a su pueblo”.
La presidenta de la PSHA dice que los indígenas Shuar Arutam quieren que las
transnacionales se retiren, “que nos dejen en paz, que nos dejen vivir nuestro propio
desarrollo […] el pueblo ya decidió y dijo no a la minería en su territorio”.
Por ahora, Tunki asegura que los diálogos con sus hermanos de las comunidades de Warints
y Yawi comenzarán de cero porque “no somos enemigos, no podemos pelear con nuestras
propias familias”. Sin embargo, ya decidieron que lo harán solos, pues por parte del Estado
solo han recibido silencio e indiferencia.
*Imagen principal: Desde que inició su periodo como presidenta del Pueblo Shuar Arutam,
Josefina Tunki se ha opuesto a la minería en el territorio. Foto: Cortesía pueblo Shuar
Arutam.