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• La biodiversidad se ha definido como uno de los nueve límites planetarios que ayudan a
regular el sistema operativo del planeta. La gran pregunta es: ¿Dónde está exactamente el
umbral del cambio ambiental que la biodiversidad puede resistir antes de que se
desestabilice y colapse en todo el planeta?
• En la actualidad, ese umbral global sigue sin determinarse, sin embargo, sí pueden ser
definidos claramente los umbrales a nivel local o regional cuando un ecosistema cambia
abruptamente de un estado estable a otro, trayendo consigo cambios drásticos en la
biodiversidad.
• Aunque todavía hay muchas preguntas sin responder, los científicos coinciden en que lo que
sí está claro es que seguimos desestabilizando peligrosamente la vida en la Tierra.
Si bien la biodiversidad abarca a todos los organismos vivos, el concepto se extiende más allá
de la mera diversidad o abundancia de las especies. También comprende la variedad infinita
de genes que permiten a los animales y a las plantas adaptarse y sobrevivir, así como la
diversidad de los ecosistemas planetarios y las diferentes funciones que desempeñan los
organismos y los ecosistemas en nuestro mundo estrechamente conectado.
Hongos Coprinopsis en un bosque templado de los EE. UU. La biodiversidad global incluye todas
las especies del mundo y las variedades infinitas de genes que permiten a los animales y las
plantas adaptarse y sobrevivir. La integridad de la biosfera también comprende la diversidad de los
ecosistemas planetarios, y las diferentes funciones que los organismos y los ecosistemas
desempeñan en nuestro mundo estrechamente conectado. Imagen de Rhett A. Butler/Mongabay.
Puesto que la biodiversidad abarca una amplitud tan extensa de organismos, ecosistemas y
genes, puede ser difícil de entender el alcance total del impacto de la humanidad en ella,
sobre todo cuando se tiene en cuenta el hecho de que solo conocemos un 20 % de las
especies de la Tierra. Sin embargo, hay muchos indicadores que sugieren que las actividades
humanas están ejerciendo una presión excepcional sobre la biodiversidad.
La pregunta que atormenta a los científicos es: ¿llegará un momento en el que la humanidad
habrá empujado la biodiversidad más allá del punto de recuperación, que ponga en peligro la
estabilidad del sistema operativo de la Tierra y ponga en peligro a la humanidad y
posiblemente la vida como la conocemos?
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Los investigadores han estado lidiando con esta pregunta desde el desarrollo del marco de
los límites planetarios, una teoría que sostiene que la Tierra tiene nueve subsistemas o
procesos biofísicos con límites claros más allá de los cuales no pueden soportar la presión
antropogénica. Si la humanidad permanece dentro del “espacio operativo seguro” de estos
límites, la teoría sostiene que la vida puede prosperar. Si se cruzan los umbrales, la
humanidad puede empujar a la Tierra a un nuevo y peligroso estado que no es tan adaptable
a la vida como la conocemos.
Aunque ha habido intentos por definir un umbral global para el límite planetario de la
biodiversidad, no se ha extraído ninguna conclusión. Sin embargo, una cosa en la que los
investigadores tienden a estar de acuerdo es que es muy difícil medir y definir la pérdida de
biodiversidad, especialmente a nivel mundial. Sin embargo, eso no quiere decir que la
biodiversidad no esté en apuros; hay muchas formas de ver que la humanidad está
poniendo una presión extrema sobre la biodiversidad, y en el proceso, pone en peligro la
integridad de nuestro mundo.
Se demostró que algunos de los límites tenían umbrales globales claros. Por ejemplo, el límite
planetario para el cambio climático se fija principalmente por la concentración atmosférica de
350 partes por millón por volumen de dióxido de carbono. Como este límite ya se superó a
finales de los 80, los investigadores dicen que hemos entrado en una zona de peligro.
La pérdida de biodiversidad dentro del marco de los límites planetarios se definió inicialmente
por los índices de extinción, que medían el número de especies por millón de especies que se
extinguían cada año. Si bien los registros fósiles muestras que las extinciones ocurren de
manera natural, se estima que los índices de extinción actuales son entre 100 y 1000 veces
más altos hoy en día de lo que se considera natural. Incluso se espera que este índice se
multiplique por diez a lo largo del siglo.
Los nueve límites planetarios, en sentido contrario a las agujas del reloj desde arriba: cambio
climático, integridad de la biosfera (funcional y genética), cambio del sistema de tierras, uso de
agua dulce, flujos biogeoquímicos (nitrógeno y fósforo), acidificación de los océanos,
contaminación por aerosoles atmosféricos,, agotamiento del ozono estratosférico, y liberación de
nuevos productos químicos (incluidos metales pesados, materiales radioactivos, plásticos y más).
Imagen cortesía de J. Lokrantz/Azote basada en Steffen et al. 2015 (vía el Centro de Resiliencia de
Estocolmo).
Los investigadores utilizaron esta medición para sugerir que la humanidad ha transgredido el
límite de la biodiversidad y entrado en una “zona de peligro”. Aun así, reconocen que utilizar
las extinciones como una medida es imperfecto ya que es “muy difícil” identificar un límite
para la pérdida de biodiversidad que empujaría a la Tierra hacia un nuevo estado tanto a nivel
regional como global.
“Nuestra razón principal para incluir la diversidad biológica como un límite planetario es su
papel en proporcionar funciones ecológicas que apoyan los subsistemas biofísicos de la
Tierra y, por lo tanto, provee la resiliencia subyacente de otros límites planetarios”, escriben
los autores. “Sin embargo, nuestra valoración es que la ciencia es, hasta el momento, incapaz
de proveer una medida límite que capture, a nivel agregado, el papel regulador de la
biodiversidad”.
Luego está el problema de que las extinciones tienen “muy poca influencia sobre los
ecosistemas que operan a escalas relevantes al espacio operativo seguro”, dijo Reyers
a Mongabay. Por ejemplo, la pérdida de una especie de salamandra puede que no tenga un
gran impacto en un ecosistema si la población y variedad de la especie eran pequeñas, y si
otras especies continúan cumpliendo funciones parecidas dentro de una comunidad natural.
“Las especies son un aspecto realmente importante de la biodiversidad, son cosas que
importan a las personas [y] los índices de extinción de las especies son muy altos y malos”,
dijo Reyers. “Sin embargo, no hay una fuerte relación entre los índices de extinción de las
especies y la función de la biosfera”.
“Componentes de la vida”
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“Cuánta más diversidad tengas, más opciones tienes”, dijo Reyers. “Así que, por ejemplo,
solíamos comer 75 especies de cultivos. Ahora, comemos en su mayor parte cinco especies
de cultivos, y esas otras 70 especies, con el tiempo van desapareciendo… y eso nos reduce
la base de recursos con lo que hacer frente al cambio climático, porque no sabemos si
algunos de esos otros 70 cultivos podrían haber sido mejores en un entorno más caliente o
con escasez de agua”.
La diversidad funcional se refiere a los papeles que juegan los organismos en un ecosistema.
Por ejemplo, algunas especies descomponen los residuos. Otros apoyan la regeneración
de las plantas a través de la diseminación de las semillas. Si se pierden las especies que
realizan ciertas funciones, puede haber consecuencias devastadoras para los ecosistemas,
dice Sarah Jones, experta en biodiversidad e investigadora en el Consorcio de Alimentos,
Agricultura, Biodiversidad, Uso de la Tierra y Energía (FABLE, por sus siglas en inglés) de la
Coalición para la Alimentación y Uso del Suelo (FOLU, por sus siglas en inglés).
“Si perdemos todos los microorganismos del suelo, por ejemplo, esto podría tener un impacto
catastrófico en la diversidad de las plantas”, dijo Jones a Mongabay. “Por lo que mirar la
diversidad funcional es una forma eficaz de captar cuando las cosas están yendo realmente
cuesta abajo”.
Los escarabajos peloteros son dispersores de semillas secundarios e importantes para la diversidad
funcional, que se refiere a las funciones que desempeñan los organismos en un ecosistema. Si se
pierden las especies que realizan ciertas funciones, puede haber consecuencias devastadoras para
los ecosistemas. Las poblaciones de escarabajos peloteros están disminuyendo en las selvas
tropicales brasileñas modificadas por el hombre, que reduce sus servicios ambientales y altera la
composición de los bosques. Imagen de Bayhaus vía Pixabay.
El estudio de los límites planetarios de 2015 sostiene que la diversidad funcional podría
medirse utilizando el Índice de Integridad de la Biodiversidad (BII, por sus siglas en inglés), un
indicador que mide la abundancia de las especies en función de las presiones humanas, a la
vez que tiene en cuenta la funcionabilidad de las especies. Sin embargo, los autores apuntan
que no hay una relación clara entre el BII y las respuestas del sistema terrestre, por lo que
solo lo utilizan como una variable de control provisional para la diversidad funcional.
En lo que se refiere a la diversidad genética, los autores siguen utilizando las tasas de
extinción. Reyers dice que, si bien los índices de extinción incorporan la diversidad genética y,
por lo tanto, pueden actuar como un “substituto aceptable”, aún no es la herramienta óptima
para medir. La razón se debe a que, por ejemplo, “se asume que perder un elefante tiene el
mismo impacto en la diversidad genética que si perder un tejón australiano, [pero] sus genes
son muy diferentes, y cada uno juega un papel muy distinto”, explica la experta.
“No podemos decir si ya hemos cruzado ese umbral o no”, dijo Reyers. “Sin embargo,
podemos decir, sin dudas, que sí estamos perdiendo demasiada biodiversidad. Si miramos a
la escala subglobal de los biomas [y] miramos el riesgo al que nos enfrentamos en la pérdida
de los arrecifes de coral, en la pérdida de biomas como la tundra ártica… probablemente sea
apropiado decir que estamos muy cerca de exceder algunos límites que van a ser bastante
perjudiciales para el sistema [de la Tierra] y nuestras vidas en él”.
La diversidad genética del sorgo (izquierda) y del mijo (derecha). Los investigadores dicen que la
diversidad genética son los “componentes de la vida”. La diversidad genética también ayuda a
proporcionar resiliencia a las especies en un mundo que cambia rápidamente. Imagen de ICRISAT
vía Flickr (CC BY-NC 2.0).
“No es un proceso gradual”, dijo a Mongabay, Ingo Fetzer, investigador del Centro de
Resiliencia de Estocolmo que estudia cómo interactúan los sistemas de la Tierra. “El sistema
permanece estable hasta que alcanza cierto punto de inflexión y entonces cambia
rápidamente a algo nuevo”.
Las presiones humanas sobre un arrecife de coral ofrecen un buen ejemplo de un cambio de
régimen. Un sistema de arrecifes puede mantenerse resiliente después de múltiples casos de
blanqueamiento producidos por el cambio climático, pero los corales también pueden alcanzar
un punto en el que ya no se recuperen. En ese caso el ecosistema se derrumba se convierte
rápidamente en un sistema enfermo que solo alberga un número limitado de organismos.
Otro ejemplo de un cambio de régimen puede tener lugar en un lago de agua dulce. Cuando
su ecosistema acuático se inunda con demasiado fósforo procedente de aguas residuales sin
tratar, el lago se vuelve eutrófico, la falta de oxígeno vital mata casi todo lo que vive en ese
lago.
“Puedes detectar un cambio de régimen un tiempo después de que haya ocurrido porque
ocurre algo importante y luego no hay vuelta atrás”, dijo Peterson a Mongabay. “Como cuando
colapsó [la pesquería] del bacalao canadiense. Dejaron de pescar, el bacalao no volvió y
todavía no vuelve… algo cambió».
Sin embargo, los umbrales de la biodiversidad que se cruzan a escala local o regional no nos
han acercado necesariamente a determinar un umbral global para la pérdida de biodiversidad,
dice Reyers.
“Si el límite de la biosfera empeora, los otros límites también empeoran”, dijo Reyers. “Si el
límite de la biosfera mejora, los otros también mejoran. De esa manera, [la biosfera] tiene un
poco de control”.
Un oso polar famélico en el Ártico. A pesar de todas las incertidumbres que rodean a la
biodiversidad, los investigadores argumentan que la integridad de la biosfera actúa como un límite
central en el marco de los límites planetarios, que aporta la capacidad para que el planeta se
adapte a los cambios que tienen lugar en otros límites. Imagen de Andreas Weith vía Wikimedia
Commons (CC BY-SA 4.0).
“No tiene sentido establecer un límite más allá del cual el sistema terrestre está condenado”,
dijo Montoya, quien fue el coautor de un artículo sobre este tema. “Hay una carencia de base
científica para definir un límite para la biodiversidad a escala global”.
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Otros, incluidos aquellos que han trabajado en el concepto de límite planetario, reconocen las
incertidumbres en el uso de esta teoría para definir la pérdida de biodiversidad. Sin embargo,
muchos ven la teoría general como un poderoso instrumento para que la humanidad visualice
la salud ecológica de nuestro planeta y nuestra capacidad para empujar la estabilidad de la
Tierra en una dirección positiva o negativa. Fetzer compara cada límite con un “reloj que nos
dice cuánto nos queda para el deterioro completo de la Tierra”.
Deforestación de la rica selva tropical en Borneo de Malasia para la palma de aceite. Las
dificultades en definir un umbral de la integridad de la biosfera han llevado a algunas críticas sobre
el uso del marco de los límites planetarios para medir la pérdida de biodiversidad. Imagen de
Rhett A. Butler/Mongabay.
Pereira añadió que, aunque las extinciones que ocurren a escala global no se pueden revertir,
tenemos la capacidad de responder proactivamente a cambios que se producen debido a
extinciones locales o regiones a través de las iniciativas para reintroducir la fauna silvestre.
Una tortuga de mar en Indonesia. Los investigadores señalan que, aunque las extinciones que
ocurren a escala global no se pueden revertir, tenemos la capacidad de responder proactivamente
a cambios que se producen debido a extinciones locales o regiones a través de las iniciativas para
reintroducir la fauna silvestre. Imagen de Robin Rodriguez vía Pexels.
A pesar de las muchas incertidumbres que rodean la integridad de la biosfera y los enfoques
para medirla, los expertos están de acuerdo en que la pérdida de la biodiversidad está
teniendo lugar ahora a unos índices inaceptables.
Sin embargo, Peterson, del Centro Resiliencia de Estocolmo, dijo que se sentía alentado por
las colaboraciones que se están llevando a cabo entre investigadores que intentan medir la
biodiversidad, y por el progreso realizado en este campo. “Hay mucha incertidumbre sobre
cómo definir el nivel correcto para [mantener] la biodiversidad”, dijo. “Sin embargo, la
investigación sobre esto está [avanzando] muchísimo y creo que vamos a estar en un sitio
muy distinto en cinco años y un sitio muy distinto en 10 años”.
¿Será incluso posible definir un umbral global para la integridad de la biosfera? Eso está aún
por verse, pero por ahora los indicadores proporcionan una evidencia convincente de que
necesitamos actuar rápidamente para proteger lo que queda en nuestra biosfera.
“Las economías globales están destruyendo el tejido de la vida, arrancan todas estas hebras”,
dijo Peterson. “¿Ha pasado algún límite o no? ¿Qué significa siquiera eso? No hay duda…
estamos en una trayectoria terrible con la biodiversidad y la única forma de lidiar con
esto es un cambio muy radical”.
Imagen de cabecera: Una rana de ojos rojos en Brasil. Imagen de Rhett A. Butler/Mongabay.
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