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CAPITULO II.

TEORIA DE LA NORMA JURIDICA.

Concepto de norma.

En su aspecto doctrinal, la norma generalmente se define como una regla que regula
la conducta de las personas en una determinada sociedad, por lo que todas las
personas están vinculadas a diversas clases de normas, como las jurídicas, morales, y
sociales.

Tipos de normas: a) morales; b) sociales; c) jurídicas.

Jurídicas: Son reglas bilaterales que otorgan al mismo tiempo facultades y


deberes, es decir, derechos y obligaciones. Al ser impuestas por el Estado por
encima de los demás tipos de normas, se caracterizan por ser heterónomas,
bilaterales, externas y, por supuesto, coercibles, así como en su momento
pueden llegar a convertirse en coactivas.

Morales: Son aquéllas que el ser humano realiza de forma consciente, libre y
responsable, con el propósito de hacer el bien; son propias del ser humano y su
sanción –el castigo que recibe la persona–, en caso de incumplimiento, es el
remordimiento de conciencia. Se caracterizan por ser autónomas, unilaterales,
internas e incoercibles.

Sociales: Son las reglas creadas por la sociedad y provocan el rechazo por parte
del grupo social de quien las incumple. Se caracterizan por ser heterónomas,
unilaterales, externas e incoercibles.

Estructura de la norma jurídica.

La norma jurídica parte de un hecho, lo regula e impone un mandato, estableciendo su


eficacia cuando es cumplida y previendo una sanción cuando es incumplida. Por tanto,
la estructura de la norma tiene dos partes: el supuesto de hecho y la consecuencia
jurídica.

El supuesto de hecho es la situación fáctica que contempla la norma. Puede ser un


hecho natural, un acto jurídico o un negocio jurídico. La consecuencia o la eficacia
jurídica es la determinación del alcance y de los límites del mandato impuesto por la
norma y se distingue la eficacia ordinaria, en caso de cumplimiento y la eficacia
extraordinaria, en el incumplimiento.

Clases de normas jurídicas.

Las normas de Derecho cogente, necesarias o imperativas son las que se imponen
forzosamente; tienen una eficacia inderogable que excluye la voluntad privada, por lo
que los sujetos no pueden suprimir o alterar su mandato; su aplicación no depende del
arbitrio de los particulares.

Las normas dispositivas, de Derecho voluntario, supletorias o permisivas se aplican en


los casos en que las partes no hayan previsto su relación jurídica. Es decir, las partes
establecen su propia regulación y si no lo hacen o en aquellos puntos en que no lo han
hecho se aplica la norma dispositiva. Los sujetos, pues, pueden disponer que se
aplique la norma o no (regulando entonces su relación); es una norma que no se
impone, sino que se aplica voluntariamente por las partes; es Derecho voluntario. Se
aplica, en consecuencia, supletoriamente, si las partes no prevén otra cosa.

Las normas imperativas y prohibitivas. Las primeras imponen una conducta como
legal; las segundas prohíben la contraria como ilegítima. En todo caso, siendo normas
necesarias, no dispositivas, deben ser respetadas y están por encima de la voluntad
de los particulares.

La norma rígida o de Derecho estricto (ius strictum) es aquella en que el supuesto de


hecho y la consecuencia jurídica son taxativos, sin dejar margen alguno para apreciar
las circunstancias concretas del supuesto de hecho ni para graduar la consecuencia
jurídica. Es decir, determina una y otra con tal precisión y exactitud que no deja
posibilidad alguna para amoldar la consecuencia al supuesto.

La norma elástica, flexible o de Derecho equitativo (ius aequum) tiene una estructura
no determinada en forma invariable: el supuesto de hecho o la consecuencia jurídica
no están determinados absolutamente, sino que están indicados con conceptos
amplios o con fórmulas discrecionales

La norma general es la que contiene una regla general; es decir, un mandato que es
conforme con los principios generales del Derecho. La mayoría de las normas del
Derecho civil –especialmente las contenidas en el Código civil– son normas generales,
hasta el punto de que algunas de ellas proclaman directamente un principio general:

La norma especial es la que se aparta de la regla general, para mejor aplicar el


principio general del Derecho, a un caso concreto; los supuestos concretos quedan
sometidos a norma especial –ius proprium– por razón de la persona, del objeto o de la
relación jurídica.

La norma excepcional constituye una excepción a la norma general; deroga principios


generales que informan las normas generales y de manera distinta regula una
situación concreta que estima que es excepcional. La norma excepcional se opone a
la general; impone principios distintos. En consecuencia, no cabe que se aplique por
analogía, pues la analogía es un medio de aplicar un principio general a un caso no
previsto en la norma, y la norma excepcional precisamente va en contra de los
principios.

Se denomina norma común o general aquella que tiene aplicación a todo el territorio
de que se trata.

Es norma particular la que tiene aplicación sólo en una parte del territorio. (Compendio
de derecho civil, Tomo I).

Diferencia entre las normas prescriptivas y las directivas.

Las leyes descriptivas representan cómo es el orden de la realidad: las regularidades


presentes en la naturaleza o en el ámbito humano se expresan de forma abstracta
mediante proposiciones que establecen relaciones estables entre diferentes entidades
o procesos. Estas relaciones pueden ser cuantitativas (ecuaciones) o cualitativas,
igualdades o desigualdades, exactas o de tendencia. Las regularidades más simples,
fundamentales o profundas generan de forma emergente regularidades más complejas
a diversos niveles: de la física a la química, a la biología, y a la cognición, la economía,
la moral y el derecho.

Las leyes prescriptivas (o proscriptivas) son normas que regulan la conducta de los
agentes afectados por las mismas, indicando qué es obligatorio y qué está prohibido,
qué se debe hacer y qué no se puede hacer. Utilizan alguna descripción de la realidad
(estados, procesos, acciones) y le añaden un operador lógico deóntico: obligación o
prohibición. Estas leyes no pretenden describir el comportamiento de los individuos
sino influir sobre él, condicionarlo y ordenarlo mediante incentivos como premios
(recompensas) o castigos (sanciones, penas, daños); son advertencias acerca de qué
conductas no son aceptables y qué consecuencias pueden esperar quienes las
realicen. Las sanciones pueden imponerse mediante el uso de la fuerza o mediante
amenazas de exclusión (expulsión de un colectivo, boicoteo).

Las leyes prescriptivas cuyo cumplimiento es adecuadamente supervisado y


controlado (policías, jueces) permiten generar expectativas de conducta fiables: los
agentes regulados tenderán de forma previsible a hacer lo obligatorio y a no hacer lo
prohibido. Ciertas leyes prescriptivas y sus sistemas de vigilancia asociados pueden
generar órdenes explicitables mediante leyes descriptivas. Sin embargo algunos
sistemas jurídicos pueden ser destructivos o imposibles de cumplir.

Todas las leyes se expresan mediante algún lenguaje natural o formal. El lenguaje
puede utilizarse para describir la realidad, para transmitir información sobre el mundo:
datos (hechos concretos), o leyes que representan las regularidades que los conectan,
lo que tienen en común. El lenguaje también se utiliza para coordinar las acciones de
los individuos, dando órdenes imperativas o estableciendo las reglas para la
convivencia o para la realización de tareas colectivas.

La vinculación entre los fenómenos presentes en una ley descriptiva está basada en la
causalidad. El comportamiento ordenado de la naturaleza no depende de que sus
regularidades se describan mediante leyes, ni de la voluntad o la conciencia de un
agente cognitivo. El orden natural es espontáneo y no necesita a ningún legislador o
creador que lo origine o mantenga. El conocimiento de las regularidades puede alterar
la conducta de los agentes cognitivos (la información es relevante para la acción), pero
la acción es consecuencia de las leyes naturales más elementales, las cuales no
puede violar ni determinar (la voluntad y la conciencia son resultado de las
regularidades fundamentales y no su origen o fuente).

Las leyes prescriptivas requieren agentes cognitivos que las produzcan y apliquen
para regular la conducta, y pueden ser diferentes para distintos grupos humanos. La
determinación de qué actos son ilegales y cuál es su sanción depende de la voluntad
de quienes establecen las normas y pueden hacer que se cumplan: un individuo que
quiere regular su propia conducta o que pone condiciones para el uso de su
propiedad; las partes contratantes que pactan cláusulas y penas por incumplimiento;
los legisladores o gobernantes. Las leyes prescriptivas tienen alguna fuente o
autoridad que las promulga y supervisa, y unos sujetos afectados a quienes se
aplican. Un agente o un colectivo son autónomos si se dotan de sus propias leyes, y
heterónomos si las reciben de otros.

Las leyes descriptivas son propias del ámbito de la ciencia positiva; las leyes
prescriptivas pertenecen al ámbito de la moral y el derecho. Las leyes descriptivas
pueden ser verdaderas o falsas, dependiendo de si se corresponden o no
correctamente con la realidad que pretenden representar. Las leyes prescriptivas no
son verdaderas o falsas sino útiles o no (para los objetivos que se pretendan con su
implantación), justas o injustas, legítimas o ilegítimas, vigentes o no vigentes. Es
posible hacer una ciencia moral y jurídica con leyes descriptivas acerca de las
respectivas leyes prescriptivas en ambos ámbitos: la ciencia jurídica describe cómo el
derecho prescribe; la ética o filosofía moral estudia los sentimientos morales.

Las leyes descriptivas y prescriptivas son proposiciones generales que se refieren a


múltiples casos concretos (no son necesariamente universales sino que tienen algún
ámbito de validez o condiciones de aplicación). Las leyes descriptivas pueden fallar si
no describen correctamente la dinámica de la realidad que representan: un suceso
particular no cumple la ley que presuntamente lo determina. Las leyes prescriptivas
pueden ser incumplidas si los agentes desconocen su existencia (no están informados
sobre las leyes vigentes) o si la expectativa del castigo no es suficientemente
disuasoria: un sujeto asume el riesgo del castigo y realiza un acto ilícito.
(https://juandemariana.org/ijm-actualidad/analisis-diario/leyes-descriptivas-o-
prescriptivas/)

Diferencia entre reglas y principios.

La cuestión de la distinción entre reglas y principios puede ser abordada desde dos
perspectivas o enfoques diferentes: el estructural y el funcional. Este segundo,
conforme a Atienza y Ruiz Manero (1996, p. 11-15), se centra en el papel o la función
que las normas cumplen en el razonamiento práctico de sus destinatarios. Así, si
consideramos las normas jurídicas en su dimensión de pautas dirigidas a los órganos
jurisdiccionales para resolver las disputas jurídicamente, entonces la distinción entre
reglas, principios explícitos y principios implícitos aparece estrechamente asociada a la
distinción entre necesidad de obediencia a las autoridades normativas y capacidad de
deliberación propia por parte de aquellos. En este sentido se pueden considerar las
reglas como razones para la acción, perentorias e independientes del contenido.
«Razones perentorias» quiere decir que constituyen razones para realizar la acción
exigida y para excluir o suprimir cualquier deliberación independiente por parte de su
destinatario sobre los argumentos en pro y en contra de ejecutar la acción. Por tanto,
cuando se dan las condiciones de aplicación de las reglas, los órganos jurisdiccionales
tienen el deber de aplicarlas, excluyendo su propio juicio acerca de las razones de las
mismas. El carácter independiente del contenido afecta el porqué los órganos
jurisdiccionales deben obedecer las reglas, esto es, a las razones por las que deben
considerarlas como razones «perentorias». Y en este sentido, se supone que los
órganos jurisdiccionales deben considerarlas así por razón de su fuente (esto es, de la
autoridad normativa que las ha dictado): su origen en dicha fuente es condición
suficiente para que los órganos jurisdiccionales deban considerarlas como razones
perentorias Los principios explícitos, en cambio, son razones para la acción,
independientes del contenido pero no perentorias. Son independientes del contenido
porque la causa por la que deben entrar a formar parte del razonamiento justificativo
de las decisiones de los órganos jurisdiccionales es la misma que en el caso de las
reglas, esto es, su origen en una determinada fuente. No son, sin embargo, razones
perentorias porque excluyen la deliberación por parte del órgano jurisdiccional acerca
del contenido de la resolución a dictar, sino que constituyen meramente razones para
resolver en un determinado sentido, cuya fuerza respecto de otras razones (otros
principios) –que puedan constituir, a su vez, razones para resolver en otro sentido– ha
de ser ponderada por el propio órgano jurisdiccional. Los principios implícitos, por su
parte, son razones para la acción ni perentorias ni independientes del contenido; no
son perentorias por la misma razón por la que no lo son los principios explícitos, y no
son independientes del contenido porque si deben entrar a formar parte del
razonamiento de los órganos jurisdiccionales no es por virtud de su origen en fuente
alguna, sino por cierta cualidad de su contenido. El enfoque estructural, por su parte,
puede plantearse de la siguiente manera: «aceptado que las reglas pueden formularse
siempre recurriendo a un esquema condicional, esto es, de correlación caso/solución
(...) ¿puede decirse lo mismo de los principios?; esto es, se trata de ver si los
principios tienen la misma estructura condicional o si los operadores deónticos que
rigen para las reglas son los mismos que los de los principios» (Atienza & Ruiz, 1991,
p. 107). La distinción entre reglas y principios y sus implicaciones en la aplicación del
derecho Derecho y Realidad 152 Respecto a esta cuestión, Aarnio (2000, p. 539)
sostiene que las opiniones sobre la distinción estructural entre reglas y principios,
pueden ser divididas, a grandes rasgos, en dos tesis principales. La «tesis fuerte de la
separación», según la cual, la diferencia entre reglas y principios no se refiere, por
ejemplo, al grado de generalidad, sino que es más bien cualitativa, esto es, por su
estructura, reglas y principios pertenecen a categorías diferentes, pues son
estructuralmente distintos. Conforme a la «tesis débil de la separación», en cambio,
reglas y principios guardan entre sí una relación de parecido de familia y existe entre
ellas una diferencia de grado, no cualitativa y desempeñan un papel similar o análogo
en el discurso jurídico; generalmente, sostienen sus partidarios, los principios tienen
una mayor generalidad que las reglas, pero por lo demás no hay especiales
características para distinguirlos de ellas, si no tan solo distintos modos de
interpretarlos y aplicarlos. (Distinción entre regla y principio y sus implicaciones en la
aplicación del derecho, Ramón Ruiz Ruiz
Efectos esenciales de las normas jurídicas.

El efecto esencial de la norma es el sancionador, es decir, el incumplimiento de la


misma puede dar como resultado el constreñimiento para el cumplimiento de la
obligación y la imposición de un castigo al infractor.

Inexcusabilidad de su cumplimiento y error de derecho.

La norma jurídica va destinada a todos los ciudadanos, no sólo a aquellos a quienes


afecte, porque les puede afectar en un momento dado. Todos los ciudadanos, como
destinatarios de la norma, ¿deben conocerla? Es imposible el conocimiento de todas
las normas y no existe siquiera una presunción de tal conocimiento. Sin embargo, las
normas se aplican prescindiendo de que el sujeto las conozca o no; éste no podrá
alegar su ignorancia; la norma se debe aplicar, sea conocida o ignorada; la
convivencia social no puede depender del conocimiento o ignorancia de las personas.
De ello se deriva la inexcusabilidad de su cumplimiento y la irrelevancia de la
ignorancia de la norma. Su fundamento no es la obligación o la presunción de que
realmente se conozcan, sino que se aplican con independencia de ello, ya que no
puede quedar la obligatoriedad a merced del conocimiento efectivo por parte de cada
ciudadano. Así, pues, el fundamento objetivo de este precepto es la necesidad social y
jurídica, incluso constitucional, de que las normas jurídicas tengan general e
incondicional aplicación. Por otro lado, el error del derecho es tener una noción falsa
sobre él. (Compendio de derecho civil, Tomo I).

Exclusión voluntaria de la ley.

Es una acto jurídico en virtud del cual una determinada situación no se somete a la norma
jurídica inicialmente prevista, sino una normativa diversa convenida por las partes interesadas.
Para que pueda producirse la exclusión de la norma es necesario:

 Un acto jurídico de exclusión


 Solo es posible excluir normas que lo admitan
 Es preciso que las partes determinen las reglas que operan en sustitución de la norma
que se excluye
 Que el acto de exclusión no lesiones ni el interés ni el orden público, ni perjudique a
terceros, si se produce alguno de esos resultados, el acuerdo de exclusión será nulo y
deberá aplicarse a la norma cuya exclusión se pretendía

Actos contrarios a la norma imperativa y prohibitiva.

Las norma imperativas son aquellas que no pueden ser derogadas por las
convenciones entre particulares, esto así en razón de su fundamento en el orden
público, es decir en el interés colectivo. Las normas imperativas se encuentran sobre
todo en la constitución y en el derecho penal, y son obligatorias en virtud de su propia
naturaleza, por tanto toda ley, decreto, reglamento o acto contrario a la Constitución es
nulo.

El fraude a la ley: requisitos y efectos.

El fraude a la ley consiste en que una persona fraudulentamente, consigue colocarse


en una situación tal que puede invocar las ventajas de una ley extranjera a la que
normalmente no podrían recurrir. La doctrina del fraude de ley constituye una
excepción a la validez de actos verificados en el extranjero, si alguna de las partes
obró con la clara intención de sustraerse a los efectos de la ley local.

En el acto de fraude de ley hay siempre la utilización de dos normas:

 La norma de cobertura que es la que se quiere utilizar


 La norma defraudada, es la que se quiere evitar porque resulta perjudicial y la
que realmente se vulnera al no aplicarla.

El acto de fraude de ley en tanto no es descubierto, producirá los efectos perseguidos


por el autor, que es evitar la aplicación de la norma defraudada; una vez que es
judicialmente declarado el efecto que produce es la aplicación de la norma que se
hubiera tratado de eludir.

El fraude de ley persigue sancionar los casos en los cuales las partes han obtenido
indebidamente un elemento de comisión con un ordenamiento jurídico que no es el
que normalmente les corresponde con el fin de eludir el cumplimiento de determinadas
disposiciones o acogerse a disposiciones mas favorables de una legislación
extranjera.

El fraude de ley es más común en materia de divorcio aunque también se da en


materia contractual.
Elementos constitutivos del fraude de ley: Elemento subjetivo: es el acto mismo el cual
es intrínsecamente lícito pero esta viciado por su fin ilícito que es lo que marca su
eficacia.

Elemento objetivo: Un resultado absolutamente prohibido por el espíritu de la ley


eludida.

Requisitos para el fraude de ley:

 Que el acto se ilícito o infrinja una ley imperativa


 Que el acto suponga violación a la ley por contrariar la finalidad de la misma
 Que la ley en la que busca amparo el acto no lo proteja suficientemente
 Que exista una voluntad de burlar la ley

Efectos:

 Burlar la ley
 Obtención de un resultado ilícito
 Evadir una norma jurídica nacional para evitar sus prohibiciones
 Frustrar la ley.

Límites temporales a la eficacia de las normas: Comienzo y fin de la vigencia.

La ley es de aplicación general e impersonal, es aplicable en el tiempo después de su


entrada en vigencia hasta el momento de su derogación, abrogación o porque se ha
cumplido el tiempo de su vigencia. La ley entra en vigencia desde su publicación, es
un hecho material que ella sea obligatoria, la publicación es el medio para darla a
conocer a todos los ciudadanos y hacerlas obligatorias, serán obligatorias luego de
haber cumplido el tiempo legal para que se reputen conocidas.

Las normas jurídicas no son permanentes, la fuerza de la evolución social impone su


caducidad, pueden finalizar por abrogación o derogación.

La derogación tácita.

La derogación es la modificación parcial de una ley.

La derogación tácita resulta de la incompatibilidad entre la ley nueva y la ley antigua


por dispones ambas sobre la misma materia y en términos contrapuestos.
El principio de irretroactividad.

La irretroactividad de la ley tiene su razón de ser porque garantiza la seguridad


jurídica, entendida como el derecho que tiene toda persona de tener conocimiento de
las consecuencias que se derivan de sus actuaciones o de sus omisiones.

La aplicación o efecto general inmediato de la ley, es la proyección de sus


disposiciones a situaciones que están en curso al momento de su entrada en vigencia,
por tanto, como su aplicación es a situaciones jurídicas que aún no se han
consolidado, no tiene alcance para desconocer derechos adquiridos, ya que sus
efectos no pueden ser trasladados al pasado para ser aplicados a una situación
jurídica anterior a su vigencia alterando derechos que una persona goza con relación a
una norma vigente al momento del hecho

La irretroactividad prohíbe por otro lado la aplicación retroactiva de leyes gravosas


para los derechos fundamentales, al tiempo que autoriza su aplicación cuando la
misma favorece derechos. Esto es lo que se conoce como principio de favorabilidad.

Excepciones admitidas por este principio.

Una de las excepciones al principio de irretroactividad de la ley sucede cuando una


nueva ley, que no afecta ni lesiona al que está siendo procesado por una norma
posterior, específicamente a aquellos que se encuentren subjúdice, no importa el
tribunal o grado jurisdiccional en que se encuentre, puede solicitar en su favor la
dulcificación de la acción judicial en su contra cuando una nueva ley así lo establezca.

El objeto del principio de la irretroactividad de las leyes es no causar perjuicios pero no


el de no poder conceder beneficios a las situaciones creadas, cuando esto puede
obtenerse sin el sacrificio de derechos adquiridos que se tengan verdaderamente y no
una expectativa de derecho.

La ley.

Es la manifestación de la voluntad del poder legislativo, producida según el


procedimiento constitucionalmente establecido, expresada por escrito y revestida de
las demás formalidades necesarias y que puede emitir reglas o decisiones vinculantes
a los ciudadanos.
Las manifestaciones de la potestad legislativa.

El Poder Legislativo es que tiene la potestad para legislar, el cual se ejerce por el
congreso de la República compuesto por el senado y la cámara de diputados.

Tienen derecho a iniciativa en la formación de las leyes: los senadores y diputados, el


presidente de la República, la Suprema Corte de Justicia en asuntos concernientes a
la organización de los tribunales, su competencia y el procedimiento que debe
seguirse ante ellos, la Junta Central Electoral en asuntos electorales.

La ley y la ratificación de los convenios internacionales son manifestaciones de la


potestad legislativa.

Cabe destacar que todo ciudadano tiene derecho a iniciativa haciendo uso de su
derecho de petición ordinaria, lo que implica que la petición deba ser obligatoriamente
discutida, solo se le da al ciudadano acuse de recibo.

El principio de reserva de ley.

Establece que existen materias, las cuales solo al órgano legislativo esta facultado a
regular, creándose así el orden jurídico respectivo, por lo tanto, la reserva de la ley
aparece cuando la regulación de una determinada materia queda acotada de forma
exclusiva a la ley formal.

Este principio manifiesta exclusividad de competencia del poder legislativo para que
intervenga sobre determinadas materias, en virtud del mandato de la misma ley, no
pudiendo renunciar a ella, pues la potestad legislativa es irrenunciable en materia
reservada.

Según el principio de reserva de ley, solo pueden contenidos de las leyes los
siguientes: 1-Regulacion de la libertad; 2-la creación de delitos y sus penas; 3-el
establecimiento de impuestos y contribuciones y 4- la creación de una jurisdicción o de
órganos jurisdiccionales.

Clases y alcances de las mismas.

Leyes generales o especiales: tienen por finalidad regir situaciones corrientes,


aplicables a la generalidad de las personas y los casos

Leyes especiales: son creadas para regular situaciones particulares, van dirigidas a
resolver un hecho individual.
Leyes forzosas: abarcan casi roso el campo del derecho público, pueden ser
imperativas y prohibitivas, las primeras son las que imponen una conducta positiva y
las segundas son las que ordenan una conducta negativa, prohíbe una acción.

Leyes no forzosas: pueden ser permisivas, supletorias o de interpretación. Las


permisivas, son las que permiten a los individuos obra a su entera voluntad. Las
supletorias son las que suplen la voluntad no expresada por los contratantes, son
dictadas para casos en que los interesados no hayan regulado particularmente sus
derechos; las de interpretación, tienen por objeto aclarar la voluntad de las partes
cuando es oscura o deficiente.

Procedimiento para la aprobación de una ley.

La ley para ser obligatoria debe cumplir con ciertas etapas para su formación. Dentro
de este proceso esta: Discusión, aprobación, observación, promulgación y publicación.

Todo proyecto de ley que pretenda aprobarse, deberá iniciar en una de las cámaras
del congreso, donde será sometida a dos discusiones distintas con intervalo de un día
por lo menos entre una y otra discusión, en caso de que el proyecto de ley fuere
declarado de urgencia deberá ser discutido en dos sesiones consecutivas.

Una vez aprobado el proyecto de ley, ya sea por procedimiento normal o por haber
sido declarado de urgencia, que es aquel utilizado en los casos en que un interés
publico o circunstancias especiales demanden que un proyecto de ley sea conocido a
la mayor brevedad, deberá ser remitido a la otra cámara que será la revisora.

En la cámara revisora se procederá de igual manera que en la cámara de origen.

Si esta cámara le hiciera modificaciones, devolverá dicho proyecto con las


observaciones a la cámara en que se introdujo el proyecto de ley. En caso de ser
aceptadas tales modificaciones, la cámara enviará el proyecto al poder ejecutivo, pero
si por el contrario la cámara que conoció en primer término del proyecto, rechaza las
modificaciones, entonces remitirá nuevamente a la cámara que hiciera las
modificaciones, si allí es aprobada la observación respecto al rechazo de la
modificación, la ley queda aceptada y se enviara a la poder ejecutivo para fines de
lugar.

Si en caso contrario son rechazadas, el proyecto de ley se considerará rechazado y no


podrá someterse hasta una próxima legislatura.
La observación, la promulgación y la publicación.

La Constitución Dominicana en sus artículos 101 y siguientes establece el que el


presidente de la república esta facultado para observar las leyes que le son remetidas
por el congreso a los fines de promulgación y publicación, el derecho de observación
que posee el ejecutivo debe ejercerse en los 10 días de recibida la ley de la cámara
que la haya remitido, si el asunto es declarado de urgencia, hará sus observaciones en
el plazo de 5 días.

El Poder Ejecutivo remitirá sus observaciones indicando los artículos sobre los cuales
recaen y motivando las razones de la observación. La cámara que hubiere recibido las
observaciones las hará consignar en el orden del día de la próxima sesión y discutirá
de nuevo la ley en única lectura. Si después de esta discusión, las dos terceras partes
de los miembros presentes de dicha cámara la aprobaren de nuevo, será remitida a la
otra cámara; y si ésta la aprobare por igual mayoría, se considerará definitivamente ley
y se promulgará y publicará en los plazos de los diez días de recibida, si el asunto no
fue declarado de urgencia, en cuyo caso la promulgará dentro de los cinco días de
recibida, y la hará publicar dentro de los diez días a partir de la fecha de la
promulgación.

Toda ley observada por el Poder Ejecutivo al Congreso Nacional tiene un plazo de dos
legislaturas ordinarias para decidirla, de lo contrario se considerará aceptada la
observación.

Vencido el plazo constitucional para la promulgación, el cual es el acto por medio del


cual el presidente de la república da fe de la existencia de la nueva ley y prepara y
publicación de las leyes, las cuales se reputarán promulgadas y el Presidente de la
cámara que las haya remitido al Poder Ejecutivo las publicará.

Las leyes, después de promulgadas, se publicarán en la forma que la ley determine y


se les dará la más amplia difusión posible. Serán obligatorias una vez transcurridos los
plazos para que se reputen conocidas en todo el territorio nacional.

Vigencia de la Ley.

La vigencia de la ley en principio esta comprendido entre su publicación y su


abrogación, este principio se encuentra consagrado en el articulo 109 de la
Constitución, al establecer que entran en vigencia y son obligatorias para todo el que
se encuentre en territorio nacional, es decir, ciudadanos, extranjeros y transeúntes una
vez hayan pasado los plazos indicados para que se reputen conocidas en todo el país.
La vacatio leges o ley en vacación.

Se denomina así en derecho al tiempo que transcurre desde la publicación de una


norma hasta que esta entra en vigor. La vacatio leges es una suspensión temporal de
la entrada en vigencia de la ley luego de su promulgación, suspensión que esta
prevista en la misma ley.

Si bien lo habitual es que la propia norma establezca el momento de entrada en vigor,


puede no ser así, por lo que se establecen normas de aplicación subsidiarias.

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