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Actos de Hostilidad o Despido - Indirecto
Actos de Hostilidad o Despido - Indirecto
I. INTRODUCCIÓN
(*)
Abogado egresado de la Pontifica Universidad Católica del Perú. Coordinador Académico del
Post Título en Derecho del Trabajo en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Profesor de la
Escuela de Administración de Negocios para Graduados – ESAN. Miembro del Comité Directivo de
Contadores & Empresas. Socio principal del Estudio Galvez & Dolorier Abogados. Escrito con la
colaboración de Paola Vera Tudela Galli, alumna de la facultad de derecho de la pontificia
universidad católica del Perú.
1
Ante ello, la finalidad del presente artículo no sólo es analizar lo que en la
doctrina nacional se considera como despido indirecto sino también
exponer los problemas que genera la regulación laboral para este tipo de
despido y para cada una de sus causas tipificadas como actos de hostilidad
equivalentes al despido arbitrario.
1
ALONSO OLEA, Manuel, “Derecho del Trabajo”, 16ª edición, Editorial: Civitas. Madrid, 1998. Pag. 410.
2
hostilidad equiparables a un despido arbitrario no pueden calificar como
despidos (propiamente dichos o directos) debido a que quien extingue el
vínculo laboral, aunque sea por el motivo de una conducta del empleador,
es el trabajador debido al incumplimiento del contrato de trabajo por parte
de aquel, a las modificaciones realizadas de manera unilateral por el
empleador en las disposiciones pactadas en el mismo contrato de trabajo o
por afectar intereses o derechos protegidos legalmente.
2
CALDERA, Rafael, “Derecho del Trabajo”, Tomo II, 2ª edición, 7ª reimpresión, Librería el Ateneo
Editorial. Buenos Aires. 1981. Pág. 370.
3
ALONSO OLEA, Manuel, “Derecho del Trabajo”, 16ª edición, Editorial: Civitas. Madrid, 1998,
Pág. 360.
3
Aplicando estas definiciones a nuestro ordenamiento y debido a que el
contrato de trabajo es celebrado con la intención de su perduración en el
tiempo, se permite al empleador, de acuerdo a las necesidades
empresariales y a las circunstancias variables que se presenten, modificar
las condiciones iniciales de trabajo pactadas con sus trabajadores, a fin de
amoldar la fuerza de trabajo de aquellos a las necesidades de su empresa y
del mercado.
Es por ello que tanto la facultad del empleador en modificar las condiciones
iniciales del contrato de trabajo como la posibilidad del trabajador en
extinguir unilateralmente el contrato de trabajo, se encuentran limitadas por
las disposiciones que consideran a determinadas conductas como actos de
hostilidad equivalentes al despido arbitrario. Sin embargo, para dar lugar a
que opere el mecanismo del despido indirecto las condiciones de trabajo
deben variar en su carácter sustancial, modificando la esencia de las
condiciones de trabajo establecidas en el contrato de trabajo, causando al
trabajador un perjuicio material o moral.
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trabajador hostilizado, si es que logra probar tal acto en juicio, el pago de
una indemnización por despido intempestivo.
Sin embargo, antes de que el trabajador decida optar por cualquiera de las
dos posibles acciones, debe seguir un procedimiento interno de cese de
hostilidades. Según el mencionado procedimiento, el trabajador deberá
emplazar por escrito a su empleador formulándole la imputación del acto de
hostilidad, otorgándole un plazo no menos de seis (06) días naturales para
que efectúe su descargo o enmiende su conducta. Luego de trascurrido
dicho plazo, si el empleador no enmienda su conducta o refutado refutado
las acusaciones, entonces el trabajador podrá escoger de las dos opciones
planteadas anteriormente cuál es la que mejor responde a sus intereses.
Por otra parte, debemos señalar que el artículo 37º de la LPCL señala que
ni el despido ni el motivo alegado se deducen o presumen, por lo que quien
los acusa debe probarlos. En virtud de ello, el trabajador que se dé por
despedido por la comisión de algún acto de hostilidad por parte de su
empleador deberá probar la existencia de dicha conducta por parte de
aquel.
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lograse el trabajador accionar en dicho plazo, el derecho a accionar
judicialmente por este concepto habrá caducado.
6
es definido como aquel principio jurídico que “… se opone a lo arbitrario,
remite a una pauta de justicia (…) exigiendo que cualquier norma o decisión
(…) responda a un fin lícito (la decisión debe obedecer a causas objetivas
de justificación basadas en criterios de verdad y de justicia) y que los
medios utilizados para conseguirlo sean proporcionales (los medios
empleados para alcanzar el fin perseguido sean necesarios, adecuados y
proporcionados)”6
6
BUSTAMANTE ALARCÓN, Reynaldo, “Derechos Fundamentales y Proceso Justo”, ARA Editores, Lima
2001, Pág. 166.
7
empleador a efectuar el descuento mensual de sus remuneraciones
para cubrir el íntegro de los daños y perjuicios ocasionados.
2) La Reducción de la Categoría
Para analizar esta causal, conviene precisar qué es lo que se entiende
por “categoría” en la doctrina laboral. Sobre este punto, ALONSO OLEA
señala que “(...) cada trabajador posee una calificación o categoría
profesional que se tiene en cuenta al tiempo de contratar y a lo largo de
la ejecución del contrato de trabajo, en virtud de la cual se le clasifica
profesionalmente (...)”7 Por su parte BLANCAS BUSTAMANTE opina
que “(...) categoría profesional y puesto de trabajo devienen conceptos
distintos. El primero hace referencia a una posición o status determinado
por la profesión, oficio, especialización o experiencia laboral del
trabajador; el segundo indica las funciones concretas que desempeña el
trabajador con la empresa (...)”8
8
fundamente, de acuerdo al artículo 49º del Reglamento de la LPCL, será
considerado como acto de hostilidad.
4) La seguridad e higiene:
9
PALOMAQUE RUIZ, Manuel Carlos, “derecho del Trabajo”, 6ª edición, Editorial Centro de Estudios
Ramón Aceres S.A., Madrid. Pág. 923-924.
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La inobservancia de las medidas de higiene y seguridad que pueda
afectar o poner en peligro la vida y la salud del trabajador, regulado en
el inciso d) del artículo 30º de la LPCL, se configura como acto de
hostilidad equiparable al despido.
10
ALONSO OLEA, Manuel, “Derecho del Trabajo”, 16ª edición, Editorial: Civitas. Madrid, 1998. Pág. 223.
11
BLANCAS BUSTAMANTE, Carlos, “El Despido en el Derecho Laboral Peruano”, 1ª edición, ARA
Editores. Lima, 2002. Pág. 420.
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6) Los actos de discriminación
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entre ellos relación de poder, como ocurre sin embargo en el acoso
sexual por chantaje.
Sin embargo en este último supuesto, para que pueda ser enmarcado
en el supuesto de la norma, es necesario que el empleador haya
tomado conocimiento de la situación y no haya hecho lo posible por
impedirlo o no haya adoptado las medidas necesarias disciplinarias
necesarias para que se produjeran dichos actos en el centro de labores,
de acuerdo a las condiciones que como empleador le corresponden, con
el poder de dirección suficiente para evitar o sancionar alguna mala
conducta de sus trabajadores.
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SERNA CALVO, María DEL Mar, “Acoso Sexual en las relaciones laborales” en Relasur, Revista de
Relaciones Laborales, Número 2, Montevideo, 1994. Pág. 37
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