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SINTESIS

LA EMERGENCIA DEL INDIVIDUO - GEORGE DUBY


EL INDIVIDUO EN LA CIUDAD - JEAN PIERRE - VERNANT

Vernant (1990) parte de la distinción que realiza Dumont sobre dos formas opuestas de individuo: el individuo
fuera del mundo, que se refleja en el modelo hindú en el que un hombre se constituye así mismo excluyéndose
de los vínculos sociales; y el individuo en el mundo, que constituye al hombre moderno, el individuo afirma su
individualidad haciendo parte del mundo. Para acercarse a lo que Dumont llama la teoría general del
nacimiento del individuo y el desarrollo del individualismo, Vernant (1990) manifiesta que se debe considerar,
en primer lugar, a la religión y la sociedad griega antigua; y en segundo lugar, la noción de individuo. En la
sociedad griega, la ciudad es el espacio que define el grupo al cual pertenece el individuo, por ello se habla de
ciudadano al dirigirse a todo individuo que es apto para ejercer todas las funciones sociales y las implicaciones
religiosas; es dentro de este marco social cuando el individuo aparece como sujeto de derecho, como persona
privada frente a su familia y amigos. Ahora, Vernant 81990) recurre a Foucault para acercarse a la noción de
individuo, distinguiendo tres aspectos diferentes: la importancia del individuo y su dependencia con el grupo al
que pertenece y con las instituciones que lo gobiernan; la preponderancia de la vida privada sobre lo público, y
la reflexión del individuo sobre sí mismo. Sin embargo, Vernant (1990) propone su propio argumento sobre el
individuo, definiéndolo en tres aspectos según la antropología histórica: como individuo, su papel dentro del
grupo está regido por las directrices institucionales; como sujeto, se expresa a sí mismo para reflejar algunos
rasgos que lo hacen singular; el Yo, que reúne aquellas actitudes sicológicas que dimensionan la autenticidad
de la persona, y que hacen parte de su intimidad y conciencia de sí mismo.

Para hablar del individuo en la sociedad griega, se pueden explorar tres vías de acceso: 1. el individuo visto
desde su singularidad, en donde se toma el ejemplo de los héroes y los magos para manifestar que aquello que
los hace particulares surge del aislamiento al grupo, confiriéndole otro tipo de valoración al grupo, que en
últimas, le atribuye el reconocimiento. 2. El individuo y su esfera personal (lo privado), incluyendo todo aquello
que no ha de ser compartido porque concierne a cada individuo. 3. La emergencia del individuo en las
instituciones sociales, con la participación en ceremonias y cultos que determina su elección de religión, y el
inicio de nuevas formas de asociación. El autor señala que es en el ejercicio del derecho donde se ve realmente
el surgimiento del individuo en las instituciones públicas, dándole paso a otras nociones como la
responsabilidad, la culpabilidad, el mérito que terminan por gobernar las decisiones de los sujetos y los motivos
de sus acciones.

Vernant (1990), hace también referencia al sujeto y al discurso del yo sobre el cual se expresa, y que refleja el
aspecto confidencial de su ser, constituye el espejo que refleja su imagen que le permite proyectarse hacia los
demás, como un mundo abierto, dado que a pesar de existir la conciencia, el individuo no se mira a través de
ella, sino a través de su propio reflejo en el exterior. Vernant (1990) señala que con el surgimiento del Dios, el
individuo inicia su búsqueda del yo al unísono con la búsqueda de Dios, sin embargo reconoce que la existencia
de una conciencia de sí mismo, define al individuo conforme a sus pensamientos, pulsiones, sueños; y por lo
tanto, este es el punto de partida del individuo moderno, que rompe con el pasado pagano de la búsqueda de
Dios para la búsqueda de sí mismo, y lo sustituye por la conciencia humana, sin significar esto que se huya de la
presencia de Dios, sino que dicha relación es diferente y está influenciada por la posición del hombre como
parte del mundo exterior.

Sobre la emergencia del individuo, nos centramos en la lectura de Duby (1991) quien describe al hombre visto
a sí mismo desde diferentes épocas, como parte de un colectivo social y de unas instituciones. Durante la
época feudal, no se tenía previsto en el interior del mundo, un lugar para la intimidad individual que no fuese el
del fallecimiento. En la sociedad feudal, el espacio privado aparecía constituido por dos áreas distintas, el
hogar, como espacio cerrado; y el espacio público donde el individuo se desplaza libremente, y donde la paz y
el orden se mantienen en virtud de un poder que buscaba la defensa contra las agresiones del poder público, y
que por lo tanto, retenía y encerraba en su interior a los individuos bajo el sometimiento de una disciplina
común. En esta época, la vida privada era como un secreto, que solo era compartido con la familia, pero que no
está desligada a lo colectivo; por ello, todo aquel que se tratara de alejar da la convivencia en grupo se
consideraba un extraño, cuyo aislamiento lo dejaba expuesto a los ataques del enemigo, a tal punto que
particularmente, alejarse del colectivo era considerado síntoma de la locura.

A lo largo del siglo XII se identifica el encuentro con una autonomía personal, la idea de la salvación no surge
como la transformación de sí mismo; la salvación se logra si se entra a explorar la conciencia donde se supone
que se aloja el pecado, que no se basa tanto en el acto sino en la intención, intención que finalmente hace
parte de la intimidad del alma. En este siglo surge la autobiografía como forma de asentar dicha autonomía
personal, donde el Yo manifiesta la identidad del individuo dentro del grupo, identidad que se representa en el
derecho de poseer un secreto individual. La escritura sobre lo privado genera una alteración en la actitud de los
individuos frente a sus familiares y demás grupos sociales a los que pertenecen. Por otra parte, no se ponía en
duda la concepción dualista del individuo, conformado por cuerpo y alma, donde el cuerpo es considerado el
espacio que protege el alma. Este cuerpo era como un principio que debía ser respetado por ser "el templo del
espíritu" por lo tanto era preciso quererlo y protegerlo, y renunciar a los encantos del cuerpo para aumentar el
poder personal, y dado la exposición del cuerpo a otro individuo implicaba mostrar todo aquello que hace
parte de lo intimo, y de lo privado del hombre. Para el siglo XIII, el cuerpo era entonces un objeto de la moral, y
al ser el lugar de las tentaciones, se llegaba a temerle, de allí que se buscaba no exhibir el cuerpo, pero si
embellecerlo, embellecimiento que dentro del moralismo estaba guiado por la diferenciación de los sexos. El
cuidado del alma se convirtió en una necesidad más de tipo individual que colectiva. A finales del siglo XII, las
novelas y canciones épicas escenificaban la privacidad de la libertad del hombre que ha sido restringida por la
religión. Finalmente, en los siglos XIV y XV, la prevalencia de los escritos de origen privado, hace más fácil el
acercamiento a la vida privada del hombre, y una mayor revelación de los secretos de los seres humanos.

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Considerando las dos lecturas de Vernant (1990) y Duby (1991), se evidencia que en la sociedad griega más que
la existencia de una ciudad como congregación de la vida social de los hombres, se convirtió en el lugar en que
el hombre logró hacerse libre, alcanzó una libertad de pensamiento y determinación del ser. La ciudad es aquel
lugar o escenario donde se tejen las relaciones humanas y las formas de convivir en sociedad, por lo tanto, no
es posible separar al hombre de la sociedad dado que en ella se construye su identidad, y en su interior se
desarrolla históricamente. Al observar esa identificación del ser dentro de la sociedad, se cuestiona si el orden
social determina al hombre, y si por el contrario, el hombre determina el orden social, y lo cierto es que la
individualidad del hombre termina construyendo la sociedad. La emergencia del individuo entonces surge ante
una nueva forma de pensar, producto de la moral, la religión, la filosofía, y la misma ciencia, que ponen al
hombre en el centro de la sociedad, se exalta el individualismo, y la "emergencia" de un individuo libre de las
imposiciones y la tradición de una comunidad. Sin embargo, puede observarse que esta libertad que busca el
orden, ha sido la satisfacción de sus propios intereses, las acciones del egoísmo, que se puede notar en el
capitalismo, donde podríamos cuestionar si realmente se habla de libertad, cuando lo que se ha generado es
mayor desigualdad, y autosatisfacción de los deseos personales.

Podría considerarse según las lecturas abordadas con anterioridad, que la transición del hombre primitivo al
individuo moderno implica que aunque ciertas conductas y comportamientos del hombre son de origen
biológico, existen otras conductas que surgen a partir de la evolución histórica del hombre como parte del
mundo, de una sociedad, donde existen otras motivaciones en el hombre que lo conducen a la búsqueda de su
identidad, que no son propiamente producto de deseos o impulsos, y que buscan principalmente, lograr una
libertad de pensamiento independiente de las fuerzas externas de la sociedad, es decir, de todas aquellas
instituciones, costumbres y manifestaciones de la cultura antigua, basada principalmente en la religión, que
determinan al hombre como ser social. Considero que dicha emergencia es la búsqueda del hombre de
encontrarse dentro de una sociedad que lo restringe, y por ello, el hombre recurre a la búsqueda de su propio
yo, que le brinda la razón de su existencia; al parecer el individuo no se conforma con saber que nace con el
surgimiento de Dios, sino que busca su autenticidad, aquello que lo hace único y diferente a los demás. Es así
como la libertad del individuo va unida a la presencia del yo, que lo vuelve egoísta dentro de su propia
búsqueda.

Considero entonces que estas dos lecturas en particular, muestran una ruptura sobre la consideración de la
diferenciación entre hombre y animal, donde el hombre busca desligarse de las ideas que se han tejido sobre
su existencia, y de las instituciones tradicionales que le han impuesto esa razón de existir, para adentrarse a
una autobúsqueda de su identidad, para definir por si mismo su rol en el mundo, algo que logra a través de la
exploración de sus propios deseos basado en la libertad.

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