Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Rehabilitacion de Las Vegigas Neurogenicas Del Adulto
Rehabilitacion de Las Vegigas Neurogenicas Del Adulto
2
Kinesiterapia Rehabilitación de las vejigas neurógenas del adulto E – 26-496-A-10
miccional (continencia activa), las es- coesfinterianos resultantes de la afecta- glutamato, monoaminas, bradicinina,
tructuras supraespinales refuerzan la ción de las vías de control situadas por óxido nítrico, gaba, opioides), de una
inhibición refleja o voluntaria sobre el encima de la motoneurona del cuerno exageración del reflejo miccional seg-
centro parasimpático. En la continen- anterior de la médula, por lesión di- mentario o de una liberación de refle-
cia también participa un arco reflejo es- recta de los centros o de las vías centra- jos segmentarios aberrantes con hipe-
pinal, el guarding reflex: el llenado vesi- les que los conectan entre sí. En las le- ractividad de las vías aferentes y/o
cal estira los tensorreceptores que siones encefálicas, la vejiga es eferentes del reflejo miccional [14, 26].
estimulan las fibras A d poco mieliniza- hiperactiva por disminución de la inhi-
das. Esta señal toma los nervios erecto- bición central del reflejo miccional. En ¶ Hipoactividad o falta
res para activar los centros simpáticos una lesión medular suprasacra, la reor- de contractilidad del detrusor
dorsolumbares y somáticos sacros. De ganización de los circuitos medulares
En un cuadro clínico de vejiga neuró-
ello resulta una contracción refleja del es la causa del funcionamiento reflejo
gena periférica, la hipoactividad vesi-
cuello vesical y el esfínter estriado ure- del aparato vesicoesfinteriano, con su-
cal indica por lo general una lesión di-
tral. Cuando el deseo miccional es im- presión del control voluntario (vejiga
recta del arco reflejo sacro. La falta de
perioso, la contracción voluntaria del hiperrefleja) y perturbación de la coor-
contractilidad vesical se observa tam-
esfínter estriado uretral refuerza la in- dinación vesicoesfinteriana.
bién en las lesiones medulares, en la
hibición del centro parasimpático (re- El término vejiga neurógena periférica fase de choque espinal, antes de la re-
flejo inhibidor del periné y el detrusor). designa el conjunto de los trastornos aparición de la espasticidad y también
vesicoesfinterianos resultantes de la en situaciones de claudicación vesical
MECANISMOS FISIOLÓGICOS afectación de las vías situadas por de- por distensión excesiva. La hiperdis-
DE LA MICCIÓN bajo de la motoneurona del cuerno an- tensión vesical provoca isquemia parie-
Cuando la repleción vesical alcanza un terior de la médula (cono terminal, cola tal de la musculatura vesical, lo que a
umbral determinado, la estimulación de caballo, plexo hipogástrico, nervios su vez puede dañar los tensorrecepto-
de los tensorreceptores vesicales ge- erectores o pudendos internos, fibras res y/o las fibras musculares del detru-
nera una señal activadora del centro vegetativas). Cuando la lesión interesa sor en forma transitoria o definitiva.
miccional póntico. Éste emite una co- al centro sacro, la vejiga descentrali-
rriente excitadora que baja por el cen- zada por desconexión del centro para-
TRASTORNOS
tro parasimpático sacro, causante de la simpático sacro es por lo general arre- DE LA DISTENSIBILIDAD
contracción del detrusor. En forma pa- fleja y el detrusor hipotónico e VESICAL
ralela, el centro miccional póntico hipoactivo. Solamente la hipodistensibilidad está
emite una señal excitadora que baja bien definida y tiene un interés clínico
por las neuronas gabaérgicas de la co- TRASTORNOS comprobado.
misura gris de la médula sacra, que in- DE LA ACTIVIDAD VESICAL
La hipodistensibilidad vesical o hiper-
hiben las motoneuronas del núcleo so- tonía del detrusor consiste en un au-
mático sacro de Onuf. El esfínter ¶ Hiperactividad vesical
mento exagerado de la presión intra-
estriado uretral se relaja y la micción Se define por la sucesión de contraccio- vesical durante el llenado vesical.
es sinérgica (coordinación de la relaja- nes involuntarias del detrusor durante Indica una modificación de las propie-
ción uretral y la contracción vesical en el llenado vesical, que aparecen de ma- dades viscoelásticas de la vejiga y a
el momento de la micción). La activa- nera espontánea o provocada. menudo se la observa en el marco de
ción parasimpática provoca inhibición La hiperactividad vesical es el tras- la vejiga neurógena central por lesión
simpática y abertura del cuello vesical torno vesicoesfinteriano más frecuente medular, y mucho más raramente en el
(sinergia vesicoesfinteriana lisa). El en pacientes con lesión neurológica, curso de enfermedades encefálicas.
gradiente de presión vesicouretral se afectando a un promedio de dos ter- También se la puede ver en las lesio-
invierte y la micción se produce con fa- cios de los enfermos con esclerosis en nes de tipo periférico, donde parece ser
cilidad, de manera completa y a baja placas, más de la mitad de los que pa- más frecuente cuando la desnervación
presión, siempre que las condiciones decen daños medulares y numerosas es distal y completa. Sería consecutiva
urológicas sean satisfactorias (buena víctimas de accidente cerebrovascular, a modificaciones morfológicas del de-
permeabilidad uretral). traumatismo craneoencefálico, tumor trusor (aumento de la relación
En el varón, el conjunto de los reflejos cerebral o enfermedad de Parkinson [38]. colágeno/músculo del detrusor des-
permanece bajo control cortical volun- La fisiopatología de la hiperactividad centralizado, hipertrofia del detrusor
tario y puede aceptar o rechazar la vesical es compleja, multifactorial y hiperactivo) y a modificaciones funcio-
micción de manera global. mal conocida. Probablemente obedece nales (supresión de la influencia mio-
a una intrincación de factores neuróge- rrelajante del sistema nervioso ortosim-
nos, miógenos y neuroquímicos. Es un pático, hipersensibilidad de los
Fisiopatología indicio de la liberación del reflejo mic- receptores vesicales a los neuromedia-
de las vejigas cional, que a su vez puede ser la conse- dores endógenos circulantes) [17, 38].
cuencia de un defecto de inhibición de En las lesiones centrales puede ser difí-
neurogénicas [17, 27, 38]
los centros sacros por lesión directa de cil distinguir un trastorno de la disten-
los centros supraespinales o de las co- sibilidad de una hiperactividad vesi-
CARACTERÍSTICAS GENERALES nexiones entre los mismos, de una mo- cal, sobre todo porque ambas
El término vejiga neurógena central de- dificación de los neurotrasmisores cen- alteraciones pueden superponerse. La
signa el conjunto de los trastornos vesi- trales (en particular taquicininas, hiperpresión vesical durante el llenado
3
E – 26-496-A-10 Rehabilitación de las vejigas neurógenas del adulto Kinesiterapia
expone a la dilatación de los uréteres, la orina) suelen perturbarse en la dis- tico. Sin embargo, en ocasiones la
que ya no pueden evacuarse. En el función vesicoesfinteriana neurógena. enfermedad neurológica es descono-
peor de los casos se produce una urete- El deseo de orinar puede mitigarse o cida; se la sospecha durante el examen
rohidronefrosis, que al final acarrea un abolirse, acompañarse de dolor vesi- clínico y paraclínico simple, y después
deterioro de la función renal. El riesgo cal, perineal o uretral, sustituirse por se la confirma con exploraciones
de daño renal se atenúa cuando el tras- una sensación de peso suprapúbico o complementarias.
torno de distensibilidad se acompaña distensión cólica, o incluso manifes-
de insuficiencia esfinteriana. La incon- tarse en forma de hiperreflexia autó- ANAMNESIS
tinencia, favorecida por la hipotonía noma (escalofrío, sudoración, horripila- En todos los casos debe ser dirigida.
uretral, reduce la presión intravesical y ción y, en el peor de los casos, crisis de Ayuda a precisar el tipo de trastorno,
protege las vías urinarias superiores. hipertensión). las circunstancias de aparición, el
modo evolutivo, eventuales manifesta-
DISINERGIA CONSECUENCIAS ciones acompañantes y los antece-
VESICOESFINTERIANA DE LAS DISFUNCIONES dentes.
Definida como la falta de relajación o NEUROUROLÓGICAS Se busca:
el refuerzo involuntario de la actividad Dependen del tipo de trastorno – una incontinencia de orina y el modo
del esfínter estriado uretral y/o del urinario. de comienzo: diurno, nocturno, impe-
cuello vesical durante la fase de con- En las lesiones centrales (por lo gene- rioso (precisando el margen de seguri-
tracción miccional del detrusor, la disi- ral encefálicas) acompañadas por hipe- dad) o ante el esfuerzo. La repercusión
nergia vesicoesfinteriana indica una ractividad vesical sin alteración de la funcional se evalúa a partir de la canti-
alteración de los circuitos espinopon- distensibilidad, sin obstáculo miccio- dad y el tipo de manifestaciones
toespinales que coordinan la función nal y sin residuo, el problema es sobre adicionales;
vesicoesfinteriana [11]. En la fisiopatolo- todo funcional con respecto a la incon-
gía interviene en particular una co- – micciones imperiosas sin incontinen-
tinencia de orina. La función renal no cia, que a menudo causan polaquiuria
nexión fallida entre el centro póntico y está en peligro y el riesgo infeccioso es
los centros miccionales espinales y sa- diurna y/o nocturna. Estos trastornos
mínimo. a veces se disimulan por la restricción
cros, y probables perturbaciones de
Al contrario, las lesiones medulares, las voluntaria de la ingesta de líquidos. El
síntesis, liberación y/o modalidad de
del cono terminal o la espina bífida, catálogo de las micciones evalúa la ca-
acción de los neurotrasmisores medu-
que pueden provocar hiperactividad pacidad vesical funcional y una posi-
lares [98]. Causante de un obstáculo fun-
vesical y/o defectos de distensibilidad ble hiperdiuresis diurna y/o nocturna;
cional al vaciado vesical, provoca una
y/o disinergia vesicoesfinteriana, expo- – una disuria, a menudo menospre-
micción a presiones elevadas que re-
nen a la aparición de manifestaciones ciada por el paciente, que en ocasiones
presenta un alto riesgo de deterioro del
que perturban la función (disuria con se acompaña de vaciado vesical defec-
riñón y las vías urinarias superiores [42].
o sin retención, incontinencia urinaria, tuoso y pérdida o disminución de la
El aumento consiguiente del trabajo
infecciones con repetición) y sobre todo sensación de deseo de orinar o de paso
vesical altera la pared de la vejiga: en-
a deterioro de la función renal (por hi- de la orina. A veces el cuadro es evi-
grosamiento, trabeculación y forma-
dronefrosis, pielonefritis crónica o re- dente y se manifiesta por retención
ción de divertículos (vejiga de lucha).
flujo vesicoureteral que pueden evolu- aguda completa de orina;
La hiperpresión vesical y/o la constitu-
cionar en forma solapada).
ción diverticular en la unión vesicoure- – manifestaciones acompañantes: trastor-
teral favorecen el reflujo vesicoureteral Las lesiones periféricas, si bien sólo nos anorrectales y genitosexuales.
y la dilatación de las vías superiores, provocan vejiga atónica sin defecto de
Antecedentes:
pero esto puede ser también la conse- distensibilidad, generan sobre todo di-
suria con o sin retención de orina. El – urológicos (quirúrgicos, infecciones
cuencia del estrechamiento de los uré-
riesgo infeccioso está presente, pero es urinarias recurrentes, enuresis), gineco-
teres por el detrusor engrosado. El obs-
poco probable que repercuta en el ri- obstétricos (desarrollo de los partos,
táculo funcional uretral puede ser la
ñón porque el llenado vesical se hace a factores de riesgo de prolapso y de
causa del residuo posmiccional y, en el
baja presión. La fuerza abdominal que neuropatía por estiramiento), neurológi-
varón, del reflujo de orina hacia las
el paciente utiliza a menudo para va- cos (traumatismo raquídeo, lumbocia-
glándulas prostáticas. La estasis urina-
ciar la vejiga, sumada a la desnerva- talgia, accidente vascular transitorio) y
ria y el reflujo llevan a la infección (in-
ción del piso pélvico, al final favorece las circunstancias favorecedoras de una
fecciones urinarias bajas, pielonefritis,
(sobre todo en la mujer) la aparición de neuropatía periférica (etilismo, diabe-
prostatitis) y a la litiasis vesical, renal o
un prolapso que agrava la disuria y la tes), cirugía oncológica y radioterapia
prostática. Los focos infecciosos paren-
retención. pélvicas;
quimatosos y las litiasis se constituyen
en verdaderas cuevas microbianas que – medicamentos que pueden modificar el
cronifican la infección. Al final, la fun- comportamiento del aparato urinario (an-
ción renal se deteriora. Evaluación clínica tidepresivos tricíclicos, neurolépticos,
a-bloqueantes, inhibidores cálcicos,
TRASTORNOS DE LA Hay dos situaciones posibles: los tras- anticolinérgicos).
SENSIBILIDAD VESICAL tornos vesicoesfinterianos se presentan Al final de la anamnesis, algunas situa-
La intensidad y la naturaleza de la sen- en un paciente con patología neuroló- ciones deben llevar a pensar de inme-
sibilidad vesical (percepción visceral, gica conocida, en cuyo caso el pro- diato en una causa neurológica. Se las
deseo de orinar, percepción del paso de blema es más terapéutico que diagnós- ordena en el cuadro I.
4
Kinesiterapia Rehabilitación de las vejigas neurógenas del adulto E – 26-496-A-10
5
E – 26-496-A-10 Rehabilitación de las vejigas neurógenas del adulto Kinesiterapia
EXPLORACIONES tral por debajo del veru montanum, fínter estriado uretral con aguja. En el
MORFOLÓGICAS [78] acompañada de dilatación de la uretra paciente neurológico, el llenado con
La ecografía renal permite determinar el prostática y, en algunos casos, inyec- suero fisiológico a temperatura am-
tamaño y la morfología de los riñones ción de las glándulas prostáticas (signo biente debe ser más bien lento (de 20 a
y detectar posibles secuelas de pielone- de obstrucción subyacente y de prosta- 50 ml/min).
fritis, litiasis o hidronefrosis. titis crónica). La falta de abertura del Durante la fase de llenado se estudia:
La ecografía vesical sirve para detectar cuello durante la micción hace pensar
en una disinergia vesicoesfinteriana – la sensación de necesidad de orinar,
cálculos, engrosamiento de la pared y
lisa. De ser posible se toman placas con que debe ir en aumento. Los deseos de
divertículos sugerentes de una vejiga
esfuerzo miccional para certificar la orinar pueden ser precoces o más tar-
que lucha contra un obstáculo. Ade-
formación de un cistocele, una ptosis díos, faltar o ser sustituidos por equi-
más permite cuantificar el residuo pos-
cervicovaginal o una abertura del cue- valentes (sensación de peso, hiperre-
miccional. En el varón, con ecografía
llo durante el esfuerzo, que son altera- flexia autónoma);
suprapúbica y endorrectal se determi-
nan el volumen y la ecoestructura de ciones urológicas de asociación posible. – la capacitancia evalúa la distensibili-
la próstata, así como la presencia de dad vesical. La International Conti-
signos de prostatitis aguda o crónica. ¶ Tipo de exámenes y cuándo nence Society recomienda calcularla a
La ecografía testicular puede ser necesa- realizarlos partir de la capacidad cistométrica in-
ria para confirmar y cuantificar la ex- mediata anterior a la contracción vesi-
La urografía excretora es para muchos
tensión de una orquiepididimitis. cal miccional o inestable (valor nor-
autores el examen de referencia inicial.
mal: > de 20 a 50 ml/cm de agua). Es
La urografía excretora es el examen de Su práctica ulterior sólo se justifica si
un factor pronóstico principal;
referencia para el estudio de todo el las ecografías de control hacen temer
aparato urinario. complicaciones del riñón y las vías su- – la estabilidad vesical es la falta de
La radiografía simple de abdomen mues- periores, recordando empero que la contracción de la vejiga mientras el pa-
tra la acumulación de heces, una litia- ecografía renal puede detectar con bas- ciente retiene la orina. La aparición de
sis renal o un cálculo vesical radio- tante especificidad y sensibilidad la hi- contracciones involuntarias espontá-
paco. También puede poner de dronefrosis [87]. La evaluación inicial neas o provocadas del detrusor define
manifiesto un retraso o una asimetría mediante ecografía renal y cistografía la hiperactividad del mismo. Hay que
de secreción, una dilatación pielocali- retrógrada es otra opción. En ese caso tomar nota del volumen de llenado en
cial, signos de pielonefritis crónica, di- la urografía sólo se practica en caso de el momento en que aparecen las con-
latación ureteral unilateral por movili- anomalías del riñón y las vías urina- tracciones inestables, la amplitud
zación de un cálculo o por reflujo, rias superiores [78]. máxima de éstas y su duración, indica-
dilatación bilateral secundaria a reten- En la actualidad, con motivo de su ino- tivas del trabajo vesical. Una presión
ción de orina o a estenosis ureteral dis- cuidad y de la facilidad para llevarlo a premiccional de más de 40 cm de agua
tal por engrosamiento de la pared vesi- cabo, el examen ecográfico es la explora- tiene un pronóstico urológico desfavo-
cal. El tiempo de cistografía permite ción estándar para el seguimiento de rable. Es indicio de un trastorno de dis-
analizar la capacidad y la pared vesica- las vejigas neurogénicas. tensibilidad o de una hiperactividad
les (vejiga de lucha o, al contrario, gran vesical con disinergia, y favorece el de-
vejiga dilatada). terioro del riñón y las vías excretoras
EXPLORACIONES
La uretrocistografía retrógrada y/o mic- URODINÁMICAS superiores a causa de un obstáculo fun-
cional hace posible el estudio de la ure- cional que el uréter no puede ven-
tra durante la micción y el diagnóstico ¶ Flujometría cer [58]. La medición de la presión de
de un reflujo vesicoureteral pasivo o pérdida con maniobra de Valsalva
Simple y atraumática, sirve para eva- sirve para analizar las resistencias ure-
activo (prueba miccional). En el pa- luar la fuerza del chorro miccional re-
ciente neurológico, el medio de con- trales al paso de la orina (Valsalva leak
sultante de la potencia contráctil vesi- point pressure);
traste se debe inyectar de forma lenta cal (fuerza de expulsión) y de la
y a baja presión para evitar que au- resistencia uretral al paso de la orina – la contracción vesical permiccional
mente la espasticidad esfinteriana y (fuerza de retención). Se anota el flujo es el reflejo indirecto de las resistencias
vesical. En el varón, las radiografías máximo, el tiempo de micción y el as- uretrales. Una micción equilibrada y
obtenidas por vía retrógrada permiten pecto de la curva, por lo general en normal se desencadena con facilidad, a
analizar la uretra anterior (estenosis, «campana». Una micción en chorros baja presión, y se acompaña de un si-
uretrocele, trayecto fistuloso, secuelas sucesivos es sospechosa de emisión lencio electromiográfico del esfínter es-
de traumatismos uretrales o de falsa urinaria por propulsión abdominal o triado uretral que certifica la relajación
vía) y posterior (adenoma). Las placas de disinergia vesicoesfinteriana. Un del mismo. La persistencia o la apari-
en fase miccional se imprimen en el flujo bajo, en meseta, hace pensar en ción de contracciones del esfínter du-
momento equivalente al deseo miccio- una obstrucción. rante la micción define la disinergia
nal, desencadenado según el modo ha- vesicoesfinteriana. La disinergia puede
bitual del paciente. La disinergia vesi- obedecer al músculo estriado, pero
¶ Uretrocistomanometría [1]
coesfinteriana en el sexo femenino se también al esfínter liso. En tal caso se
sospecha por el aspecto de cuello en- Es el registro de las presiones vesical y registra durante la cistomanometría
sanchado, de uretra en «trompo» y de uretral durante el llenado de la vejiga. mediante el análisis de las presiones
estrechamiento distal armónico. En el Se la acopla al registro de la presión ab- con sensores múltiples (un sensor de
varón se manifiesta por estenosis ure- dominal y a la electromiografía del es- presión vesical, otro en el cuello y un
6
Kinesiterapia Rehabilitación de las vejigas neurógenas del adulto E – 26-496-A-10
7
E – 26-496-A-10 Rehabilitación de las vejigas neurógenas del adulto Kinesiterapia
vorecer la continencia urinaria. Los pri- las técnicas de vaciado por hiperpre- considerable [8] y la consiguiente reduc-
meros consejos al paciente se refieren a sión o percusión suelen abandonarse a ción del traumatismo uretral. El coste
una higiene de vida apropiada: favor del autosondeo que, en la actua- suplementario del material es significa-
lidad, se revela como la técnica de refe- tivo. Todavía no hay datos disponibles
– ingesta de líquidos suficiente para
rencia para el tratamiento de la reten- acerca de la economía inherente a la
garantizar de 1,5 a 2 litros de diuresis
ción urinaria de causa neurológica. inexistencia o la reducción de las com-
y con ello minimizar el riesgo de
plicaciones, ni del mejoramiento de la
infección; ¶ Autosondeo y heterosondeo calidad de vida como consecuencia del
– micciones regulares, en lo posible empleo de los nuevos materiales.
por deseo miccional, o cada 3 horas Técnicas y materiales
durante el día, y en algunos casos una Preconizada a partir de 1972 por Lapi- Indicaciones
vez por la noche; des [52], la técnica de sondeos intermi- El autosondeo puede ser un modo de
– tránsito intestinal estimulado con tentes constituye una modalidad de evacuación vesical definitivo, que re-
laxantes suaves y supositorios que faci- evacuación urinaria limpia, funcional duce el riesgo de infección y facilita el
litan la evacuación de las heces; (de 6 a 7 veces en 24 horas), con una uso de los procedimientos terapéuticos
diuresis diaria de 2 litros y que el pa- que apuntan a restaurar la continencia.
– detección de las «espinas irritativas»:
ciente puede efectuar por sí mismo (si El éxito de esta conducta a largo plazo
uñas encarnadas, escara, fecaloma, in-
su autonomía funcional lo permite). El depende de la aceptación psicológica
fección urinaria y cualquier factor
material consiste en sondas rectas Cha- del paciente, quien no debe considerar
nociceptivo.
rrière 12 o 14. El paciente se lava las este método como una minusvalía adi-
¶ Técnicas de micción manos con agua y jabón, ubica el cional ni como un acto degradante,
meato e introduce la sonda hasta la ve- sino como un procedimiento terapéu-
por hiperpresión abdominal
jiga (previa lubricación en el varón). La tico que tiende a mejorar su bienestar.
En teoría se las recomienda a pacientes evacuación se completa con una com- Esto habla de la función primordial del
que carecen de contracción vesical. La presión manual suave al final del pro- equipo de salud en el sentido de quitar
fuerza abdominal se ejerce en inspira- cedimiento. Durante la extracción lenta dramatismo, tranquilizar y guiar al pa-
ción profunda y con el tronco incli- de la sonda, se practican movimientos ciente en el aprendizaje de una técnica
nado hacia delante. La maniobra de de pinzamiento-despinzamiento de la de alta calidad. En otros casos, es una
Crédé se emplea cuando los músculos misma para hacer un lavado uretral. El etapa de la rehabilitación destinada al
abdominales son deficientes y consiste procedimiento no debe consumir más control y la evacuación del residuo
en ejercer, en posición sentado, una de 5 a 10 minutos y se puede efectuar después de la micción. La cantidad de
presión suave de arriba abajo que de- en la cama, un sillón, el inodoro o el sondeos diarios se reduce de manera
prime la pared abdominal. Estas técni- bidé. El periné se asea con agua y ja- progresiva, en forma paralela a la dis-
cas están contraindicadas cuando las bón, mañana y tarde. El autosondeo in- minución del residuo.
resistencias uretrales son muy eleva- termitente limpio transforma un reser-
das, o en mujeres que además tienen vorio estéril en un reservorio Complicaciones de los cateterismos
un prolapso que se agravaría con el contaminado. La falta de infección uri- intermitentes
empuje abdominal. naria sintomática depende de la regu-
Se los evaluó sobre todo en pacientes
laridad con que se evacua la orina y de
¶ Técnicas de micción que utilizan sondas secas lubricadas.
los gérmenes contenidos en ella (cada
por estimulación refleja 3 horas durante el día, cada 4 horas por – Infección urinaria: la colonización
La interrupción de las vías inhibidoras la noche), así como de la suficiente di- bacteriana se observa en el 41-90% de
de los reflejos miccionales es la causa lución de la orina. Como demostró los casos [10] y no justifica más que una
de la reaparición de los reflejos arcai- Hinman [45], esto produce una verda- cura por diuresis, a lo sumo a través
cos que permiten el desencadena- dera depuración bacteriana. de un incremento en la cantidad de
miento de la contracción vesical por es- En la actualidad, los nuevos materia- sondeos. En ausencia de manifestacio-
tímulos cutaneomucosos. «Lo principal les, los reembolsos de los seguros so- nes clínicas, la antibioticoterapia no se
es encontrar el estímulo y el lugar en ciales, los problemas de legislación justifica pues la misma no puede sino
que debe aplicarse para desencadenar (prohibición de volver a utilizar mate- favorecer el desarrollo de resistencias
una contracción del detrusor, sin pro- rial estéril de uso único) y las compli- bacterianas. La infección es sintomá-
vocar espasticidad perineal o abdomi- caciones a largo plazo en el varón mo- tica (orina maloliente, agravación de
nal [93]». La estimulación prosigue hasta dificaron las técnicas. En la mujer, una incontinencia) en el 30% de los ca-
conseguir un chorro franco, después se algunos equipos siguen empleando la sos [69]. El tratamiento antibiótico espe-
interrumpe (para dar paso a la relaja- técnica inicial de reutilización de las cífico se justifica después de la confir-
ción del esfínter) y luego se la reanuda sondas. Otros recomiendan el uso de mación bacteriológica. A menudo las
hasta el chorro siguiente. Este procedi- una sonda descartable, autolubricada o infecciones se producen por diuresis
miento es complicado. El vaciado no no, que se desecha después de cada insuficiente o sondeos demasiado
siempre es completo y en ocasiones se utilización [94]. En el varón, el riesgo de espaciados.
lleva a cabo en condiciones peligrosas estenosis uretral a largo plazo lleva a – Traumatismo uretral: las uretrorragias
para el riñón y las vías urinarias recomendar las sondas descartables, a se producirían en el 30-70% de los ca-
superiores. lo que se agrega tratamiento de super- sos durante la fase de aprendizaje, y en
Por eso es que, a raíz de la dudosa efi- ficie hidrófilo autolubricante para dis- alrededor del 25% de los casos des-
cacia o de las complicaciones posibles, minuir el coeficiente de roce en forma pués del tercer mes. En el varón, los
8
Kinesiterapia Rehabilitación de las vejigas neurógenas del adulto E – 26-496-A-10
9
E – 26-496-A-10 Rehabilitación de las vejigas neurógenas del adulto Kinesiterapia
• Moléculas de acción muscular tamsulosina, 0,4 mg en una sola toma). TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
exclusiva Los estudios abiertos comunican tasas UROLÓGICO
10
Kinesiterapia Rehabilitación de las vejigas neurógenas del adulto E – 26-496-A-10
¶ Técnicas de protección didas por el estoma o por dificultades en pacientes neurológicos). Se indican
del riñón y las vías urinarias de cateterismo, en particular en pacien- en mujeres con vejiga de elasticidad es-
superiores y de tratamiento tes tetrapléjicos. pontánea o después de tratamiento
de la incontinencia por médico o quirúrgico. El principio es
hiperpresión vesical • Ureterostomía cutánea transileal: ope- crear una obstrucción uretral suficiente
ración de Bricker [23, 62] para evitar la incontinencia de es-
Agrandamiento vesical [22, 37]
Es una derivación urinaria incontinente fuerzo. Por cierto, el autosondeo debe
El objetivo es aumentar la capacidad que se acompaña de un dispositivo ex- proseguir. Estas intervenciones sólo se
de la vejiga para que ésta se llene a terno permanente. Los uréteres se re- indican, al menos en servicios especia-
baja presión. En cierto número de ca- implantan en un manguito ileal que se lizados, después de hacer una evalua-
sos, así se resuelven también los pro- anastomosa a la piel, por lo general en ción precisa de los riesgos y los incon-
blemas de continencia. La técnica con- la fosa ilíaca. Más sencilla en el aspecto venientes urológicos.
siste en efectuar un corte en la cúpula quirúrgico, esta técnica también se
vesical y agregar un parche de intes- puede emplear en pacientes debilita- CIRUGÍA FUNCIONAL
tino delgado destubulizado (clam cysto- dos y es la operación de salvamento en
plasty). Si la pared vesical es dema- caso de riñones dilatados por ¶ Neuroestimulación de las
siado gruesa y está muy deteriorada, la hiperpresión. raíces sacras anteriores [15, 88]
opción es la cistectomía supratrigonal
y la creación de una neovejiga con Complicaciones de las derivaciones La técnica, descrita por Brindley, con-
íleon destubulizado. En las dos situa- urinarias y del agrandamiento vesical siste en provocar una contracción pro-
ciones la vejiga se evacúa por autoson- Las complicaciones agudas son iguales longada del detrusor por electroesti-
deo, y se recomienda no distender la a las de cualquier cirugía digestiva. mulación discontinua de las raíces
neovejiga con más de 500 ml (peligro Más tarde, se pueden producir altera- sacras anteriores. Cuando el esfínter se
de rotura). La regularidad de las eva- ciones del tránsito intestinal (diarrea, relaja, en cada pausa de la estimula-
cuaciones disminuye los trastornos me- sobre todo si el segmento intestinal re- ción se obtiene un chorro de orina.
tabólicos y las concreciones de moco. secado es largo), concreciones de moco, Cuando se utiliza una vía de acceso in-
Esta operación está contraindicada en acidosis hiperclorémica por reabsor- tradural, se practica una laminectomía
caso de insuficiencia renal avanzada. ción de iones a través de la pared di- de L3 a S2 para localizar las raíces sa-
gestiva, rotura; vesical si la vejiga está cras. Los electrodos se aplican en los
Derivaciones urinarias muy distendida y estenosis de las contingentes motores anteriores (S2, S3,
anastomosis, todo lo cual explica la ne- S4 y S5 inclusive), en tanto se seccio-
Se indican ante la conveniencia de
cesidad de efectuar controles ecográfi- nan las raíces posteriores sensitivas co-
agrandar la vejiga para proteger el ri-
cos anuales. rrespondientes. Los electrodos se co-
ñón y las vías urinarias superiores, en
nectan con cables a un radiorreceptor
un paciente incapaz de introducir una
¶ Tratamiento de la subcutáneo ubicado en la región latero-
sonda por la uretra (caso frecuente de
incontinencia por insuficiencia torácica. El estímulo lo proporciona un
la mujer tetrapléjica). También se pue-
esfinteriana emisor externo, que en el momento de
den indicar en mujeres con incontinen-
la micción se orienta frente al receptor.
cia acentuada. El esfínter artificial sigue siendo la refe- La sección de las raíces sensitivas
La elección del tipo de derivación, con- rencia del tratamiento de la incontinen- arroja como resultado una vejiga que
tinente o incontinente, le corresponde cia por incompetencia esfinteriana en se deja distender como una vejiga peri-
al paciente: hay que explicarle los in- pacientes con vejiga elástica y de va- férica y una disminución de la disiner-
convenientes de cada técnica y, en par- ciado fácil (algunas espinas bífidas o gia vesicoesfinteriana. En el varón, la
ticular, la necesidad de practicar son- vejigas neurógenas periféricas). Esta radectomía hace desaparecer las erec-
deos regulares en caso de urostomía prótesis mecánica consta de un man- ciones y las eyaculaciones reflejas, lo
continente y de usar un dispositivo ex- guito periuretral, un reservorio y una cual limita las indicaciones. Esta téc-
terno en caso de urostomía inconti- bomba. El manguito lleno de líquido nica está destinada a pacientes con le-
nente. ocluye la luz uretral durante la carga sión medular suprasacra, completa y
vesical. En el momento de la micción, no evolutiva, causante de una vejiga
• Derivaciones urinarias continentes [34, la presión que ejerce la bomba impulsa
43, 77, 85]
neurógena central desequilibrada. A
el líquido del manguito hacia el reser- largo plazo los resultados son buenos
La técnica consiste en crear un reservo- vorio y libera la uretra. La técnica se y seguros.
rio de baja presión (con la vejiga exis- desaconseja en pacientes que se colo-
tente, íleon o un segmento ileocólico can la sonda por sí mismos. Una he-
rida uretral expone a la infección del
¶ Neuromodulación [46, 86]
según los casos) y un conducto de eva-
cuación, anastomosado a la piel, que material y en ese caso es preciso Aquí se trata de estimular a baja inten-
debe ser continente y fácil de cateteri- retirarlo. sidad y en modo cíclico una raíz sacra
zar a raíz de su ubicación en la pared Los pacientes con autosondeo que pre- sensitivomotriz (por lo general S3) sin
abdominal (umbilical, fosa ilíaca). La sentan incontinencia por insuficiencia dañarla. Una prueba de estimulación
variedad de las técnicas habla de la di- esfinteriana o ptosis cervical, necesitan percutánea y con anestesia local per-
ficultad para efectuar esta urostomía otro tipo de intervención (técnicas de mite verificar la integridad y el estado
continente y de las reintervenciones cervicopexia, cintas suburetrales, TVT funcional de la raíz. El electrodo transi-
frecuentes, a menudo producto de pér- aún no evaluada de manera suficiente torio se deja algunos días para hacer
11
E – 26-496-A-10 Rehabilitación de las vejigas neurógenas del adulto Kinesiterapia
Cuadro III. – Presentación esquemática de las manifestaciones clínicas y la evolución natural del trastorno urinario según las
características urodinámicas.
Actividad vesical aumentada Actividad vesical disminuida
- # de la presión vesical de carga - carga a baja presión
- # de la presión vesical durante la micción - poca o ninguna contracción vesical
→ aumento del trabajo vesical
- disuria +/- retención de orina - disuria +/- retención de orina
- +/- incontinencia - ocasional incontinencia por rebosamiento
- micción por hiperpresión abdominal
Resistencias uretrales
aumentadas → vejiga de lucha → distensión vesical
→ riesgo de repercusión en el sistema urinario superior, riesgo → prolapso
de reflujo
→ riesgo moderado de hidronefrosis
→ riesgo moderado de hidronefrosis
- riesgo de reflujo
→ infecciones, litiasis → infecciones, litiasis
12
Kinesiterapia Rehabilitación de las vejigas neurógenas del adulto E – 26-496-A-10
condición y las dificultades que al prin- continente (con o sin procedimiento de aparición de un residuo secundario a
cipio resultaban intolerables. Esto ex- cirugía funcional en los miembros su- la hipocontractilidad vesical generada
plica la importancia de un manejo tera- periores), operación de Bricker o de por el tratamiento. En caso de reten-
péutico interdisplicinario coherente y Brindley. ción abundante, ésta a menudo enmas-
coordinado. El intercambio de informa- En el varón, la indicación de autoson- cara la mejoría de la inestabilidad por-
ción y de opinión con el médico de ca- deo se debe evaluar de acuerdo al ma- que disminuye la capacidad vesical
becera mejora el cumplimiento tera- yor riesgo de complicaciones y a la pre- realmente utilizable y así reaparecen la
péutico y la aceptación del seguimiento servación de la continencia. Si el polaquiuria o la incontinencia. Enton-
clínico prolongado. autosondeo no es posible y se tolera el ces se prefieren los autosondeos, ya
Como los cuadros clínicos son numero- estuche peneano, se pueden indicar in- que es más cómodo estar en retención
sos, sólo se pueden mencionar los prin- yecciones de toxina botulínica en el es- y vaciar la vejiga a horarios regulares,
cipios terapéuticos generales. fínter y hasta una esfinterotomía qui- que estar permanentemente precocu-
rúrgica o protésica. Como último pado por el deseo miccional imperioso
¶ Manejo terapéutico recurso quedan las técnicas de deriva- y la incontinencia. Cuando la hiperacti-
de la retención urinaria ción continente o incontinente, la ope- vidad vesical va acompañada de en-
y de la disuria ración de Brindley o el catéter trada por retención, el tratamiento se
suprapúbico. ajusta a los principios descritos antes.
La retención de orina no siempre es ad-
Se trata de una retención por hipocontrac- En caso de lesión incompleta con ines-
vertida por el paciente. Se debe detec-
tar y tratar en el momento en que aca- tilidad o acontractilidad vesical. En la tabilidad vesical moderada, la rehabili-
rrea complicaciones (infecciones mujer, en la fase aguda o crónica del tación perineal puede ser un trata-
urinarias, litiasis, repercusión en el ri- trastorno, el mejor tratamiento para la miento suplementario nada despre-
ñón y las vías urinarias superiores) o evacuación vesical y la protección de ciable.
cuando provoca incontinencia, pola- periné es el autosondeo. La fuerza ab- El tratamiento de la hiperactividad
quiuria o incontinencia por rebosa- dominal promueve una micción más o puede fracasar en dos situaciones:
miento en el peor de los casos. Lo pri- menos completa, pero se expone al de-
sarrollo progresivo de un prolapso que – la persistencia de una incontinencia
mero que se debe hacer es un examen
de manera secundaria agrava la disu- puede manejarse en el varón mediante
radiológico para detectar complicacio-
ria (obstrucción de la uretra y efecto de el uso de estuches peneanos, y en am-
nes y descartar una obstrucción. La di-
peloteo) y favorece la incontinencia por bos sexos puede responder a los anti-
ficultad reside entonces en distinguir
abertura del cuello vesical. Cuando el colinérgicos en sus diversas formas de
entre los trastornos por obstrucción or-
autosondeo es imposible, quedan las aplicación (instilaciones vesicales de
gánica y aquellos derivados de la en-
soluciones de derivación. No obstante, capsaicina o inyecciones intravesicales
fermedad neurológica. Hay dos situa-
es una indicación poco frecuente en es- de toxina botulínica) o a la cirugía
ciones posibles.
tas circunstancias a raíz de la preserva- (agrandamiento vesical, derivación
Se trata de una retención en el marco de
ción de una buena elasticidad vesical continente o incontinente). El objetivo
una vejiga de tipo central con hiperactivi-
que protege el sistema urinario es restaurar la continencia y evitar la
dad vesical e hipertonía uretral, o de una
superior. sonda permanente o el catéter supra-
disinergia vesicoesfinteriana (lesión me-
En el varón, el ejercer hiperpresión ab- púbico que, en algunas situaciones, en
dular). Las técnicas de percusión y des-
dominal se tolera mejor pero también la mujer son inevitables. En ese caso es
encadenamiento a horas regulares,
puede provocar prolapsos rectales, de importante proseguir el tratamiento
combinadas con a-bloqueantes, rara
modo tal que el autosondeo ocupa un parasimpaticolítico para evitar la re-
vez son suficientes. De persistir la re-
lugar de preferencia. El tratamiento de tracción de la vejiga debido a la presen-
tención, o cuando el tratamiento de la
un obstáculo urológico acompañante es cia de la sonda;
hiperactividad vesical la agrava, el en-
foque terapéutico depende del sexo. fundamental. – la persistencia de una hiperactividad
En la mujer la prioridad se concede al o una hipertonía vesical peligrosas
¶ Manejo terapéutico para el riñón y las vías urinarias supe-
autosondeo, pues el mismo asegura la
de la incontinencia urinaria riores exige, en ambos sexos y de
evacuación regular de la vejiga sin alte-
rar la continencia. También es posible Los mecanismos fisiopatológicos son forma mucho más enérgica, el mismo
aplicar inyecciones de toxina botulíni- dobles: hiperactividad vesical y/o tras- tipo de enfoque terapéutico, ya que en
ca [71], pero las mismas provocan un torno de distensibilidad e insuficiencia ese caso están en juego los pronósticos
riesgo de incontinencia, en particular esfinteriana. funcional y renal en particular.
frente a presiones uretrales bajas. Si el En el tratamiento de la hiperactividad La incontinencia urinaria por insuficien-
autosondeo no se acepta o su práctica vesical se consideran dos factores: las cia esfinteriana es una indicación para
es técnicamente imposible (tetraplejía), consecuencias funcionales (polaquiuria la rehabilitación perineal en caso de le-
se puede considerar el heterosondeo, a e incontinencia) y la repercusión en el siones incompletas. Los estimulantes a
pesar de acrecentar la dependencia y árbol urinario, con mayor razón si se suelen fracasar. La solución es enton-
generar más complicaciones infeccio- acompaña de retención de orina. De ces quirúrgica: cervicopexia o sosteni-
sas [8]. En ese caso se puede indicar la ser aislada, sin retención ni disuria, la miento vesical, o incluso esfínter artifi-
evacuación de orina por catéter supra- hiperactividad vesical es una indica- cial. Esta operación sólo se puede
púbico antes que por sonda perma- ción de los tratamientos parasimpatico- llevar a cabo bajo dos condiciones: un
nente, o considerar tratamientos qui- líticos. En el seguimiento clínico se eva- reservorio vesical elástico (que a veces
rúrgicos más complejos: derivación lúa la tolerancia y, sobre todo, la hay que agrandar) y posibilidad de
13
E – 26-496-A-10 Rehabilitación de las vejigas neurógenas del adulto Kinesiterapia
evacuación vesical (hiperpresión abdo- vesical permanente. De no haber una series consideradas, con un beneficio
minal en el varón, autosondeo en la enfermedad acompañante, tras una que se atenúa con el tiempo y que im-
mujer). fase de exclusión evoluciona hacia la plica la participación de mucho perso-
reaparición de la actividad vesical de nal (horarios regulares de micción,
manera más a menudo hiperactiva. El orientación y acompañamiento). La
Cuadros clínicos adenoma prostático obstructivo puede agravación de los trastornos cognosci-
justificar la indicación de un trata- tivos y el deterioro motor no siempre
Las neuropatías que provocan tras- miento de prueba con a-bloqueante; el posibilitan este tipo de rehabilitación.
torno urinario son demasiado numero- catéter suprapúbico permite la rehabili- Las formas avanzadas exigen más bien
sas para analizarlas a todas. Se insis- tación vesical con prueba de micción un tratamiento paliativo de la
tirá en las situaciones patológicas más por vía baja y evaluación de la relación incontinencia.
frecuentes: hemiplejía vascular, demen- volumen miccional/residuo. De persis-
cia, síndrome parkinsoniano, trauma- tir la retención, el tratamiento uroló- ¶ Traumatismo
tismo medular o de la cola de caballo, gico puede tener lugar recién a los 6 craneoencefálico [64, 76]
esclerosis en placas, cistopatía diabé- meses del accidente vascular cerebral a
tica y lesiones periféricas En la fase aguda del traumatismo cra-
raíz del riesgo de extensión y agrava-
posquirúrgicas. neoencefálico con coma, el cuadro uri-
ción de las lesiones neurológicas. Aquí
nario más frecuente es la incontinencia
tienen plena indicación las endopróte-
TRASTORNOS URINARIOS
por pérdida de la inhibición cortical,
sis transitorias. La hiperactividad vesi-
Y LESIONES ENCEFÁLICAS sin disinergia. Sin embargo, puede ha-
cal justifica la eliminación de todas las
ber retención temporaria de orina por
espinas irritativas y el inicio de la reha-
¶ Hemiplejía y accidentes un mecanismo mal dilucidado (¿«cho-
bilitación con reprogramación miccio-
vasculares [61, 65] que protuberancial» equivalente al cho-
nal. Pueden prescribirse anticolinérgi-
que espinal de los pacientes con daño
Los trastornos miccionales son muy cos pero en forma prudente, a raíz del
medular?). Al salir del coma, el signo
frecuentes en la fase aguda de un acci- riesgo de síndrome confusional y de la
clínico más frecuente es la incontinen-
dente cerebrovascular. La persistencia posibilidad de descompensación
cia, que en el 40% de los casos se acom-
de incontinencia urinaria después del prostática.
pañaría de micciones incompletas. Las
8.º día, y sobre todo del primer mes ul- La persistencia de la incontinencia más exploraciones urodinámicas muestran
terior al accidente vascular cerebral, se allá del primer mes se produce como hiperactividad del detrusor en el 70%
considera como un factor de pronós- consecuencia de lesiones extensas por de los casos, pero se puede encontrar
tico desfavorable más importante que accidentes cerebrovasculares masivos u todo tipo de manifestaciones: hipoacti-
la magnitud del déficit motor, las alte- otras lesiones (de multifocales a vidad vesical, disinergia vesicoesfinte-
raciones de las funciones superiores, la plurilacunares). riana, etc. La influencia de los medica-
edad o las anomalías iniciales de la vi-
mentos es alta (morfínicos, sedantes,
gilancia con respecto a las incapacida-
¶ Demencias [34] anticolinérgicos) y también lo es la fre-
des. En la mayoría de los casos, la in-
cuencia de las infecciones. Durante la
continencia corresponde a síntomas de En el curso evolutivo de una demencia
fase de recuperación, y más tarde en la
urgencia miccional: polaquiuria y de- la incontinencia es constante y, lo
de secuelas, la mayoría de las publica-
seo miccional imperioso por hiperacti- mismo que en las alteraciones del com-
ciones, muchas de ellas ya antiguas, re-
vidad del detrusor (del 70 al 85% de portamiento, a veces lleva a considerar
fieren problemas de continencia con
los casos). Las lesiones cerebrales son el ingreso en una institución para en-
polaquiuria y deseo miccional impe-
más bien de índole isquémica y afec- fermos mentales. En consecuencia, el
rioso con o sin incontinencia. Este cua-
tan las regiones frontales, frontoparie- enfoque terapéutico adecuado se re-
dro se relacionaría con una lesión de
tales o capsulares internas (en tres vela como una de las condiciones prin-
las regiones frontales y prefrontales,
cuartos de los casos). La sinergia vesi- cipales para la permanencia domicilia-
más a menudo después de daño bilate-
coesfinteriana suele estar conservada. ria. El comportamiento vesical adopta
ral. En la mayoría de las cistomanome-
En cierto número de casos, sobre todo un modo hiperactivo correlativo con la
trías se observa hiperactividad del de-
en fase aguda, se produce disuria con magnitud de las lesiones degenerati-
trusor. Las actitudes miccionales son
o sin retención, a veces causante de in- vas (atrofia) o vasculares (leucoaraio-
más infrecuentes y se integran al sín-
continencia por rebosamiento. Hay tres sis). En las demencias vasculares, la in-
drome frontal orbitobasal con desinhi-
mecanismos posibles: hipoactividad continencia por urgencia miccional
bición de impulsos. Las publicaciones
vesical (más frecuente en caso de acci- sería un síntoma más precoz de altera-
de casos aislados refieren retención de
dente vascular cerebral hemorrágico, ción de la sustancia blanca que las difi-
orina y/o disinergia vesicoesfinteriana
infarto cerebeloso, disautonomía diabé- cultades en la marcha o el deterioro
con alteraciones anatómicas del tronco
tica o accidente vascular cerebral isqué- cognoscitivo. Se pueden prescribir anti-
cerebral.
mico masivo), disinergia vesicoestriada colinérgicos, si bien no hay ningún es-
acompañada por hiperactividad vesi- tudio que evalúe la relación riesgo-
¶ Síndrome parkinsoniano [13, 72]
cal (más frecuente en caso de lesiones beneficio en esta indicación. Los
isquémicas difusas, multifocales, bilate- anticolinérgicos están contraindicados Los trastornos vesicoesfinterianos en la
rales) u obstáculo cervicoprostático. En en las demencias tipo Alzheimer. En las enfermedad de Parkinson son muy fre-
caso de retención completa, el catéter formas moderadas, el tratamiento con- cuentes, en particular en estadios avan-
suprapúbico o los heterosondeos inter- siste en reprogramación miccional, efi- zados, y se caracterizan por polaquiu-
mitentes se deben preferir a la sonda caz en el 30-40% de los casos según las ria nocturna y urgencias miccionales
14
Kinesiterapia Rehabilitación de las vejigas neurógenas del adulto E – 26-496-A-10
por hiperactividad del detrusor. Se co- tica que inducen el contexto neurode- miento clínico, ecográfico y urodiná-
municaron algunas disinergias vesico- generativo y/o los tratamientos dopa- mico debe ser estricto: dos veces por
esfinterianas, pero más bien se trataría minérgicos. La desmopresina puede año en los 2 primeros años y después
de una bradiquinesia del esfínter; la re- indicarse en caso de enuresis, aunque anualmente o cada 2 años conforme a
lajación haría posible la evacuación a menudo son útiles las medidas palia- los factores de riesgo, en particular en
vesical. Este componente disinérgico tivas simples (estuche peneano durante caso de micciones reflejas [51]. Es pre-
no provoca obstrucción funcional. La la noche), sobre todo si la acinesia es ciso detectar las posibles modificacio-
carencia de dopamina provoca un de- acentuada. nes del equilibrio vesicoesfinteriano:
fecto de inhibición del reflejo miccio- agotamiento progresivo del detrusor,
nal y una hiperactividad vesical que TRASTORNOS URINARIOS Y agravación de la disinergia, lesiones
responde a la administración de apo- LESIONES MEDULARES O por envejecimiento del aparato urina-
morfina o de L-dopa. Por tanto, no es MIXTAS rio, enfermedad intercurrente (prostá-
infrecuente observar cambios en las tica) y evolutividad neurológica (cavi-
manifestaciones urinarias y fluctuacio- ¶ Lesiones medulares o mixtas dad siringomiélica). Este terreno
nes on-off del tratamiento antiparkinso- Los trastornos vesicoesfinterianos son dificulta el diagnóstico de infección
niano con exacerbación nocturna. Las una consecuencia habitual de las lesio- urinaria sintomática. Los trastornos de
dificultades motoras en período de aci- nes medulares completas o incomple- la sensibilidad ocultan las manifesta-
nesia incrementan el riesgo de inconti- tas. A veces ponen de manifiesto una ciones locales, de modo tal que habrá
nencia. La disuria y hasta la retención enfermedad medular de índole clínica. que sospechar su presencia por el au-
crónica son más infrecuentes y obligan Primera causa de mortalidad durante mento de la temperatura (> 38 ºC), la
a buscar otras causas: adenoma de mucho tiempo, las complicaciones uri- orina maloliente, una incontinencia uri-
próstata o atrofia multisistémica narias son ahora una causa importante naria o la agravación de una espastici-
(AMS). La hipertrofia prostática a me- de morbilidad y de deterioro de la cali- dad. En el paciente tetrapléjico, por la
nudo plantea problemas de diagnós- dad de vida en pacientes parapléjicos alteración del estado general o el recru-
tico diferencial porque las manifesta- y tetrapléjicos [20, 49]. La mortalidad de decimiento de la hiperreflexia
ciones de hiperactividad vesical no son origen urinario pasó del 80 a menos autónoma.
específicas. Por tanto, es fundamental del 10%, y disminuye la mitad en cada La infección urinaria febril en la mujer
confrontar los exámenes complementa- nueva década [40]. En la actualidad par- es sintomática de pielonefritis, pero en
rios para certificar la naturaleza real- ticipa en el 2,3% de los decesos de pa- el varón se puede tratar también de
mente obstructiva del adenoma antes cientes con lesión medular de más de prostatitis. El aumento del prostatic spe-
de emprender una intervención quirúr- un año de evolución [32]. La hiperactivi- cific antigen (PSA) habla a favor de la
gica. La combinación entre hipoactivi- dad vesical, la disinergia vesicoesfinte- prostatitis, mientras que la elevación
dad vesical y síndrome parkinsoniano riana y hipoelasticidad vesical son sus de la a-1 microglobulina urinaria in-
debe hacer sospechar en primer tér- consecuencias más frecuentes. La disi- dica una infección alta [8].
mino una AMS, en la que los trastor- nergia falta solamente en el 12% de los En un paciente compensado, el desa-
nos esfinterianos son más acentuados pacientes controlados en fase crónica. rrollo de infecciones urinarias sintomá-
y precoces que en la enfermedad de Se acompaña de aumento de las presio- ticas y recurrentes obliga a practicar
Parkinson idiopática. Las alteraciones nes vesicales y sobre todo de complica- examen clínico, radiológico y urodiná-
electromiográficas del esfínter anal ex- ciones renales y de las vías urinarias mico en busca de aumento del residuo,
terno (señal de afectación del núcleo de superiores [92]. litiasis, reflujo, trastorno de la elastici-
Onuf) son precoces y de gran valor En la fase de choque espinal de pacien- dad y a veces para detectar un cumpli-
diagnóstico; una duración promedio de tes con traumatismo medular, que miento menos estricto del tratamiento
los potenciales de acción superior a 16 puede durar de algunos días a sema- (espaciamiento de las evacuaciones,
mseg sólo se observa en la AMS. La nas, es obligatorio evacuar la orina. La diuresis insuficiente). El tratamiento
cuantificación de los potenciales de sonda permanente incrementa el riesgo antibiótico profiláctico no reduce la in-
unidades motoras polifásicas muestra de complicaciones urológicas e infec- cidencia ni la recurrencia de las infec-
una sensibilidad del 80% y una especi- ciosas, que en el varón pueden com- ciones sintomáticas. Además facilita la
ficidad del 93% para diferenciar AMS prometer la fertilidad [100]. En ese caso selección de gérmenes multirresisten-
de enfermedad de Parkinson [75] . El se prefiere el sondeo intermitente o el tes, razón por la cual debe evitarse [8].
examen urodinámico revela vejiga hi- cateterismo suprapúbico. El manejo te- El manejo terapéutico de los pacientes
poactiva y presiones uretrales bajas. rapéutico a largo plazo se esquematiza tetrapléjicos es difícil. La hiperreflexia
El tratamiento de los trastornos esfinte- en las figuras 2 y 3. autónoma es una amenaza (pico hiper-
rianos depende de la evaluación urodi- El autosondeo es lo más adecuado; per- tensivo) tanto en fase inicial como en
námica. En caso de hiperactividad mite el control del residuo y la admi- período crónico. Ocurre con mayor fre-
vesical, el equilibrio del tratamiento nistración de parasimpaticolíticos que cuencia en caso de lesiones dorsales al-
antiparkinsoniano puede limitar las reducen las complicaciones a largo tas o cervicales. La desencadenan los
contracciones desinhibidas del detru- plazo en el riñón y las vías urinarias impulsos nerviosos nociceptivos visce-
sor y la acinesia, facilitando los despla- superiores [91]. Las técnicas de micción rales (retención vesical, infección urina-
zamientos al lavabo. La prescripción de espontánea se pueden utilizar siempre ria, litiasis, fecaloma, reflujo). En el va-
anticolinérgicos o de a-bloqueantes que la vejiga se llene a baja presión, rón se opta a menudo por las
debe ser prudente a raíz de los riesgos que la micción no sea disinérgica y que micciones reflejas con estuche peneano.
confusionales y de hipotensión ortostá- el residuo sea moderado. El segui- La incontinencia en la mujer, que no se
15
E – 26-496-A-10 Rehabilitación de las vejigas neurógenas del adulto Kinesiterapia
16
Kinesiterapia Rehabilitación de las vejigas neurógenas del adulto E – 26-496-A-10
17
E – 26-496-A-10 Rehabilitación de las vejigas neurógenas del adulto Kinesiterapia
abdominal no es contraproducente Para la hipertrofia benigna de la prós- y autosondeo apenas sea posible, pero
para el periné (¿prolapso?), ya que de tata se prescriben a-bloqueantes o ciru- se trata de pacientes oncológicos con
serlo hay que continuar con el uso de gía específica después de una prueba dificultades para aceptar este aprendi-
sondas. También sirve para detectar el diagnóstica con prótesis endouretral. El zaje. En el varón se debe buscar una
posible desarrollo de un trastorno de tratamiento del prolapso o de la incon- obstrucción de las vías urinarias, pero
elasticidad, aunque el mismo es infre- tinencia de esfuerzo en la mujer puede el tratamiento será prudente para evi-
cuente en estos casos. descompensar la cistopatía subyacente. tar la incontinencia. Un trastorno de
La disuria posquirúrgica debe ser lo distensibilidad tiene pronóstico desfa-
¶ Diabetes y trastornos más leve posible y en caso de necesi- vorable y puede repercutir en el riñón
de la micción [21] dad se indica aprendizaje previo del y las vías urinarias superiores si las re-
autosondeo. sistencias uretrales se mantienen. Si es-
La cistopatía diabética sería secundaria
tán bajas, hay que pensar en una per-
al proceso de desmielinización y dege-
¶ Neuropatías periféricas sistencia de la incontinencia. Las
neración axonal, así como a las modifi-
posquirúrgicas y lesiones del secuelas son más frecuentes después
caciones por hiperdiuresis glucosúrica,
plexo pélvico de cirugía rectal [44] que de histerecto-
las infecciones urinarias a repetición y
mía radical. La agravación secundaria
el residuo que provoca distensión Se observan sobre todo después de ci-
de los trastornos obliga a buscar una
vesical. rugía oncológica de la pelvis menor. El
recidiva local o regional, o un desor-
Desde el punto de vista clínico, no se plexo pélvico y sus fibras somáticas y
den tardío de la elasticidad.
advierte ninguna correlación entre el vegetativas pueden estirarse en el mo-
tipo de diabetes, la duración, la edad mento de la movilización del recto o el
del paciente y la magnitud de los da- útero, o incluso cortarse. Las técnicas
ños neurourológicos. Las manifesta- actuales de localización anatómica in- Factores pronósticos
ciones clínicas consisten en disminu- tentan preservar lo mejor posible los
ción del deseo miccional y de la ramos nerviosos, pues se demostró que Los factores pronósticos son urinarios
cantidad de micciones con un chorro las complicaciones urinarias son más y funcionales. Aunque la queja del pa-
más débil. A menudo los síntomas son graves después de operaciones amplia- ciente sea ante todo funcional, uno de
inadvertidos por el paciente, de modo das y secciones nerviosas extensas [44, los objetivos principales del terapeuta
tal que sólo la anamnesis bien condu-
63]
. es limitar las complicaciones urina-
cida permite detectarlos en el 40% de Otros factores agravan el pronóstico rias. Algunas enfermedades son más
los diabéticos que no refieren ningún urinario: alteraciones previas o acom- peligrosas que otras para la función
síntoma urinario. La cistomanometría pañantes (adenoma de próstata, hipo- del sistema urinario superior: lesiones
pone de manifiesto un retraso del de- tonía uretral en la mujer), complicacio- medulares, lesiones del cono termi-
seo miccional, aumento de la capaci- nes anatómicas secundarias a la nal, espina bífida, lesiones periféricas
dad vesical e hipocontractilidad vesi- operación (cistocele y movimiento de por cirugía pélvica o radioterapia.
cal, en algunos casos acompañada por báscula posterior de la vejiga después Una hiperactividad vesical, un tras-
retención de orina. Al contrario, en el de amputación abdominoperineal en la torno de elasticidad o una disinergia
55% de los casos se detecta inestabili- mujer), y sobre todo la radioterapia pre vesicoesfinteriana necesitan control
dad vesical. Probablemente está más o postoperatoria que aumenta el riesgo clínico y manejo terapéutico riguro-
relacionada con las enfermedades de hipoactividad vesical y puede pro- sos. En ese contexto de vejiga poten-
neurológicas intercurrentes que se ob- vocar trastornos de la elasticidad vesi- cialmente peligrosa, el cumplimiento
servan en personas de edad avanzada cal hasta varios años después de su del tratamiento y del seguimiento del
o con una obstrucción urológica. Las aplicación. En período postoperatorio paciente es un elemento importante
exploraciones electrofisiológicas pue- inmediato, la incidencia de los trastor- del pronóstico.
den revelar anomalías antes de que nos urinarios se estima entre el 20 y el Desde el punto de vista funcional,
aparezcan las manifestaciones clíni- 60% [53, 63]. Se los busca de manera siste- está claro que el pronóstico depende
cas: prolongación de la latencia del re- mática porque los pacientes a menudo de la minusvalía y de la naturaleza
flejo bulbocavernoso y, sobre todo, al- no los mencionan. Las exploraciones evolutiva o no de la enfermedad, de
teración de las pruebas de respuesta urodinámicas analizan los mecanis- un deterioro mental acompañante, del
cutánea simpática que confirman la mos: disuria y retención más o menos ámbito familiar, social y económico,
lesión vegetativa. completa con alteración del deseo mic- de las características psicológicas del
El tratamiento se basa en la compensa- cional, hipocontractilidad o acontracti- paciente (autoestima, cumplimiento
ción de la diabetes, la prevención de las lidad vesical y defecto de relajación del con el tratamiento y los controles) y
espinas irritativas y la práctica de mic- esfínter ante los intentos miccionales, a de la gravedad de la incontinencia
ciones programadas, en ocasiones faci- menudo incontinencia de orina por re- urinaria, la cual se revela como uno
litada con maniobra de Crédé para evi- bosamiento en fase aguda, pero tam- de los síntomas más degradantes para
tar la hiperdistensión vesical y sus bién por necesidad imperiosa debido a el paciente.
consecuencias. En caso de retención hiperactividad vesical y trastorno de
considerable, hay que considerar el au- elasticidad; por último, incontinencia
tosondeo. La hiperactividad vesical se de esfuerzo. Conclusión
trata con parasimpaticolíticos y control El manejo terapéutico es delicado. La
riguroso del residuo. También se de- retención abundante de orina justifica Los trastornos urinarios que acompañan
ben tratar las uropatías acompañantes. la evacuación por catéter suprapúbico a las enfermedades neurológicas son
18
Kinesiterapia Rehabilitación de las vejigas neurógenas del adulto E – 26-496-A-10
frecuentes y es preciso detectarlos. El urinario superior, restringir las y mejorar la calidad de vida de los
análisis semiológico clínico y paraclínico complicaciones urinarias e infecciosas y, pacientes. El mejor manejo terapéutico lo
orienta el enfoque terapéutico. Los en lo posible, reducir la repercusión proporciona un equipo medicoquirúrgico
objetivos son dobles: proteger el sistema funcional de las manifestaciones clínicas especializado e interdisciplinario.
Cualquier referencia a este artı́culo debe incluir la mención del artı́culo original: Marit-Ducamp C, de Sèze M, Joseph PA, Soyeur L, Vignes JR, Gaujard E e Petit H. Rééducation des neurovessies de l’adulte.
Encycl Méd Chir (Elsevier SAS, Paris, tous droits réservés), Kinésithérapie-Médecine physique-Réadaptation, 26-496-A-10, 2003, 20 p
Bibliografı́a
[1] Abrams P, Cardozo L, Fall M, Griffiths D, Rosier P, [20] Charlifue SW, Weitzenkamp DA, Whiteneck GG. [39] Fowler CJ, Jewkes D, McDonald WI, Lynn B, De
Ulmsten U et al. The standardisation of termino- Longitudinal outcomes in spinal cord injury: aging, Groat WC. Intravesical capsaicin for neurogenic
logy of lower urinary tract function: report from secondary condition, and well-being. Arch Phys bladder dysfunction. Lancet 1992 ; 339 : 1239
the standardisation sub-committee of the interna- Med Rehabil 1999 ; 80 : 1429-1434 [40] Frankel HL, Coll JR, Charlifue SW, Whiteneck GG,
tional continence society. Neurourol Urodyn 2002 ; [21] Chartier-Kastler EJ, Averous M, Barrou B, Lopez CH, Gardner BP, Jamous MA et al. Long-term survival in
21 : 167-178 Moscovici J, Roman F et al. Diabète et troubles spinal cord injury: a fifty-year investigation. Spinal
[2] Amarenco G. Explorations neurophysiologiques mictionnels. Prog Urol 2000 ; 10 : 14-23 Cord 1998 ; 6 : 266-274
périnéales. Encycl Méd Chir (Editions Scientifiques [22] Chartier-Kastler EJ, Mongiat-Artus P, Bitker MO, [41] Frohlich G, Bulitta M, Strosser W. Trospium chlo-
et Médicales Elsevier SAS, Paris), Neurologie, Chancellor MB, Richard F, Denys P. Long-term ride in patients with detrusor overactivity. Meta-
17-030-C-10, 1991 : 1-7 results of augmentation cystoplasty in spinal cord analysis of placebo-controlled, randomised,
[3] Amarenco G. Evaluation et traitement des dysfonc- injury patients. Spinal Cord 2000 ; 38 : 490-494 double-blind, multicenter clinical trials on the effi-
tionnements vésico-sphinctériens neurogènes. [23] Chartier-Kastler EJ, Mozer P, Denys P, Bitker MO, cacy and safety of 20 mg trospium chloride twice
Ann Urol 1993 ; 27 : 313-320 Haertig A, Richard F. Neurogenic bladder manage- daily. Int J Clin Pharm Ther 2002 ; 40 : 295-303
[4] Amarenco G, Bayle B, Wlodyca-Demaille S, Raibaut ment and cutaneous non-continent ileal conduit. [42] Galloway NT, Mekras JA, Helms M, Webster GD.
P, Sheikh Ismael S, Perrigot M. Qualité de vie Spinal Cord 2002 ; 40 : 443-448 An objective score to predict upper tract deterio-
induite par les troubles mictionnels au cours des [24] Chartier-Kastler EJ, Thomas L, Bussel B, Chancellor ration in myelodysplasia. J Urol 1991 ; 145 :
scléroses en plaques. Ann Réadapt Méd Phys 2002 ; MB, Richard F, Denys P. Feasibility of a temporary 535-537
45 : 88-92 urethral stent through the striated sphincter in [43] Gray GJ, Yang C. Surgical procedures of the
[5] Amarenco G, Bosc S, Vuala C. Evolution clinique et patients in the early phase (6 months) of spinal bladder after spinal cord injury. Phys Med Rehabil
urodynamique des troubles vésicosphinctériens cord injury. Eur Urol 2001 ; 39 : 326-331 Clin North Am 2000 ; 11 : 57-72
des syndromes de la queue de cheval. Ann Réadapt [25] Costa P, Perrouin-Verbe B, Colvez A, Didier JP, [44] Havenga K, Mass CP, Deruiter MC, Welvaart K,
Méd Phys 1996 ; 39 : 291-295 Marquis P, Marrel A et al. Quality of life in spinal Trimbos JB. Avoiding long-term disturbance to
[6] Amarenco G, Denys P, Lagauche D. Echographie cord injury patients with urinary difficulties: deve- bladder and sexual function in pelvic surgery, par-
vésicale post-mictionnelle ambulatoire (Bladder lopment and validation of Qualiveen. Eur Urol ticularly with rectal cancer. Semin Surg Oncol
Manager) : intérêt dans l’évaluation des neuroves- 2001 ; 39 : 107-113 2000 ; 18 : 235-243
sies. Ann Réadapt Méd Phys 1998 ; 41 : 345 [26] de Groat WC. A neurologic basis for the overactive [45] Hinman F. Intermittent catheterization and vesical
[7] Amarenco G, Kerdraon J. Les troubles vésico- bladder. Urology 1997 ; 50 (suppl 6A) : 36-52 defenses. J Urol 1977 ; 117 : 57-60
sphinctériens de la sclérose en plaques. Etude cli- [27] de Groat WC, Araki I, Vizzard MA, Yoshiyama M, [46] Hohenfellner M, Dahms SE, Matzel K, Thuroff JW.
nique, urodynamique et neurophysiologique de Yoshimura N, Sugaya K et al. Developmental and Sacral neuromodulation for treatment of lower
225 cas. Rev Neurol 1995 ; 151 : 722-730 injury induced plasticity in the micturion reflex urinary tract dysfunction. BJU Int 2000 ; 85 (suppl) :
[8] ANAES. Infections urinaires nosocomiales de pathway. Behav Brain Res 1998 ; 92 : 127-140 10-19
l’adulte. Méd Mal Infect 2003 [28] de Ridder D, Baert L. Vanilloids and the overactive [47] Joseph PA, de Sèze M. Les troubles génito-
[9] Andersson KE, Appel R, Cardozo L, Chapple C, bladder. BJU Int 2000 ; 86 : 172-180 sphinctériens. Conférence de consensus sclérose
Drutz HP, Finkbeiner AE et al. The pharmacological [29] de Sèze M, Petit H, Gallien P, de Sèze MP, Joseph en plaques. Texte des experts. Rev Neurol 2001 ;
treatment of urinary incontinence. BJU Int 1999 ; PA, Mazaux JM et al. Botulinum A toxin and detru- 157 : 1051-1059
84 : 923-947 sor sphincter dyssynergia. A double-blind [48] Kao C, Hieh J, Tsai S, Ho Y, Changai S, Sun S et al.
[10] Bakke A, Digranes A, Hoisaeter PA. Physical predic- lidocaine-controlled study in 13 patients with Using technetium-99m dimercaptosuccinic acid
tors of infection in patients treated with clean inter- spinal cord disease. Eur Urol 2002 ; 118 : 1-7 renal cortex scintigraphy to differentiate acute
mittent catheterization: a prospective 7-years [30] de Sèze M, Soyeur L, Wiart L, Joseph PA. Nouveaux pyelonephritis from other causes of fever in
study. Br J Urol 1997 ; 79 : 85-90 traitements médicamenteux de l’hyperactivité patients with spinal cord injury. Urology 2000 ; 55 :
[11] Blaivas JG. Detrusor external dyssynergia. J Urol vésicale neurogène. In : Prévinaire JG, Amarenco G 658-662
1981 ; 125 : 542-544 éd. Troubles vésico-sphinctériens actualités en [49] Klotz R, Joseph PA, Ravaud JF, Wiart L, Barat M and
[12] Blok BF. Central pathways controlling micturition 2002. Le patient neurologique. Paris : Springer- the Tetrafigap group. The Tetrafigap survey on the
and urinary incontinence. Urology 2002 ; 59 (suppl Verlag, 2002 : 75-95 long-term outcome of the tetraplegic spinal cord
5A) : 13-17 [31] de Sèze M, Wiart L, Joseph PA, de Sèze MP, Dosque injured persons: Part III. Medical complication and
JP, Mazaux JM et al. Capsaicin and neurogenic associated factors. Spinal Cord 2002 ; 40 : 457-467
[13] Bonnet AM, Pichon J, Vidailhet M, Gouider-Khouja
N, Robain G, Perrigot M et al. Urinary disturbances detrusor hyperreflexia. A double-blind placebo [50] Labat JJ. Sciatiques et EMG périnéal. In : Mellier G
in striatonigral degeneration and Parkinson’s controlled study in 20 patients with spinal cord éd. XXIVe congrès de la société internationale fran-
disease: clinical and urodynamic aspects. Mov Dis lesions. Neurourol Urodyn 1998 ; 17 : 513-523 cophone d’urodynamique, Lyon, 2001 : 49-56
1997 ; 12 : 509-513 [32] de Vivo MJ, Krause JS, Lammertse DP. Recent [51] Labat JJ, Perrouin Verbe B. Evolution et suivi des
[14] Brading AF. A myogenic basis for the overactive trends in mortality and causes of death among troubles vésico-sphinctériens du blessé médu-
bladder. Urology 1997 ; 36 (suppl 6A) : 57-67 persons with spinal cord injury. Arch Phys Med llaire. In : Prévinaire JG, Amarenco G éd. Troubles
Rehabil 1999 ; 80 : 1411-1419 vésico-sphinctériens actualités en 2002. Le patient
[15] Brindley GS, Polkey CE, Ruston DN, Cardozo L. neurologique. Paris : Springer-Verlag, 2002 :
Sacral anterior root stimulators for bladder control [33] Denys P, Chartier-Kastler E. Les autres traitements
de l’hyperactivité de la vessie. In : Amarenco G, 51-66
in paraplegia, the first 50 cases. J Neurol Neurosurg
Psychiatry 1986 ; 49 : 1104-1114 Serment G éd. L’hyperactivité vésicale. Paris : Else- [52] Lapides J, Diokno AC, Silber SJ, Lowe B. Clean,
vier, 1998 : 167-183 intermittent, self-catheterization in the treatment
[16] Bulsara KR, Zomorodi AR, Villavicencio AT, Fuchs of urinary tract disease. J Urol 1972 ; 107 : 458-461
H, George TM. Clinical outcome differences for [34] Dodat H, Denis E, Pelizzo G, Dubois R, Carlioz P,
lipomyelomeningoceles, intraspinal lipomas, and Chavrier Y. Dérivation urinaire continente par [53] Lin HH, Sheu BC, Lo MC, Huang SC. Abnormal
lipomas of the filum terminale. Neurosurg Rev segment sigmoïdien tubulisé. Une alternative à la urodynamic findings after radical hysterectomy or
2001 ; 24 : 192-194 dérivation trans-appendiculaire. Prog Urol 1998 ; pelvic irradiation for cervical cancer. Int J Gynaecol
8 : 58-61 Obstet 1998 ; 63 : 169-174
[17] Buzelin JM, Labat JJ, Rossier A, Perrigot M, Bor Y,
Bitker MO et al. Les dysfonctionnements vésico- [35] Dysktra DD, Sidi AA. Treatment of detrusor- [54] Litwiller SE, Frohman EM, Zimmern PE. Multiple
sphinctériens neurologiques. In : Khoury S éd. Uro- sphincter dyssynergia with Botulinum A toxin: a sclerosis and the urologist. J Urol 1999 ; 162 :
logie : physiologie et pathologie de la dynamique double-blind study. Arch Phys Med Rehabil 1990 ; 743-757
des voies urinaires. Mantes-la-Jolie : FIIS, 1987 : 71 : 24-26 [55] MacDiarmid SA, Arnold EP, Palmer NB, Anthony A.
402-470 [36] Escalarin De Ruz A, Leoni EG, Cabrera H. Epidemio- Management of spinal cord injured patients by
[18] Catz A, Luttwak ZP, Agranov E, Ronen J, Shpaser R, logy and risk factors for urinary tract infection in indwelling suprapubic catheterization. J Urol
Paz A et al. The role of external sphincterotomy for patients with spinal cord injury. J Urol 2000 ; 164 : 1995 ; 154 : 492-494
patients with a spinal cord lesion. Spinal Cord 1285-1289 [56] MacDiarmid SA, McIntyre WJ, Anthony A, Bailey
1997 ; 35 : 48-52 [37] Fontaine E, Mongiat-Artus P, Desert JF, Barthelemy RR, Truner JG, Arnold EP. Monitoring of renal func-
[19] Chancellor MB, Bennett C, Simoneau AR, Finoc- Y, Chartier E, Beurton D. L’iléocystoplastie tion in patients with spinal cord injury. BJU Int
chiaro MV, Kline C, Bennett JK et al. Sphincteric d’agrandissement dans les vessies neurologiques. 2000 ; 85 : 1014-1018
stent versus external sphincterotomy in spinal cord Prog Urol 1996 ; 6 : 901-906 [57] McGuire EJ, Cespedes RD, Cross CA, O’Connell HE.
injured men: prospective randomized multicenter [38] Fowler CJ. Neurological disorders of micturition Videourodynamic studies. Urol Clin North Am
trial. J Urol 1999 ; 161 : 1893-1998 and their treatment. Brain 1999 ; 122 : 1213-1231 1996; 23 : 309-321
19
E – 26-496-A-10 Rehabilitación de las vejigas neurógenas del adulto Kinesiterapia
[58] McGuire EJ, Cespedes RD, O’Connell HE. Leak- [71] Phelan MW, Franks M, Somogy GT, Yokoyama T, [84] Skelly J, Flint A. Urinary incontinence associated
point pressures. Urol Clin North Am 1996 ; 23 : Fraser MO, Lavelle JP et al. Botulinum toxin urethral dementia. J Am Geriatr Soc 1995 ; 43 : 310-311
253-262 sphincter injection to restore bladder emptying in [85] Soulié M, Vazzoler N, Liagre A, Seguin P, Ponton-
men and women with voiding dysfunction. J Urol nier F, Plante P. La poche de Kock : expérience et
[59] McGuire EJ, Woodside JR, Borden TA, Weiss RM. 2001 ; 165 : 1107-1110
Prognostic value of urodynamic testing in myelo- évolution chez 31 patients. Prog Urol 2000 ; 10 :
dysplasic patients. J Urol 1981 ; 126 : 205-209 [72] Pollack P, Tranchant C. Les autres symptômes de la 36-42
phase évoluée de la maladie de Parkinson. Rev [86] Tanagho EA, Schmidt RA. Electrical stimulation in
[60] Malone-Lee J, Shaffu B, Anand C, Powell C. Tolte- Neurol 2000 ; 156 (2bis) : 165-173 the clinical management of the neurogenic
rodine: superior tolerability than and comparable [73] Reitz A, Von Tobel J, Storher M, Kramer G, DelPo- bladder. J Urol 1988 ; 140 : 1331-1339
efficacy to oxybutynin in individuals 50 years old or polo G, Panneck J et al. European experience of [87] Tsai SJ, Ting H, Ho CC, Bih LI. Use of sonography
older with overactive bladder: a randomized 184 cases treated with botulinum A toxin injec- and radioisotope renography to diagnose hydro-
controlled trial. J Urol 2001 ; 165 : 1452-1456 tions into the detrusor muscle for neurogenic nephrosis in patients with spinal cord injury. Arch
[61] Marinkovic SP, Badlani G. Voiding and sexual dys- incontinence. Neurourol Urodyn 2002 ; 21 : Phys Med Rehabil 2001 ; 82 : 103-106
function after cerebrovascular accidents. J Urol 427-428 [88] Vignes JR, de Sèze M, Sesay M, Barat M, Guérin J.
2001 ; 165 : 359-370 [74] Robain G, Vassel P, Pichon J, Perrigot M. Epidémio- Neurostimulation des racines sacrées antérieures
logie et symptômes urinaires de la sclérose en avec rhizotomie postérieure (technique de Brin-
[62] Mejean A, Davopy P, Chrétien Y, Dufour B. Dériva- plaques. In : Amarenco G, Serment G eds. Les trou- dley). Neurochirurgie 2003
tions urinaires non continentes définitives. Encycl bles vésico-sphinctériens et génito-sexuels de la [89] Webb RJ, Griffiths CJ, Ramsden PD, Neal DE. Ambu-
Méd Chir (Editions Scientifiques et Médicales Else- sclérose en plaques. Paris : Elsevier, 1999 : 19-30 latory monitoring of bladder pressure in low com-
vier SAS, Paris), Techniques chirurgicales - pliance neurogenic bladder dysfunction. J Urol
Urologie-Gynécologie, 41-213, 1996 : 1-10 [75] Rodi Z, Denislic M, Vodusek DB. External anal
sphincter electromyography in the differential dia- 1992 ; 148 : 1477-1481
[63] Miyai K, Asakura T, Takahashi T. Urinary inconti- gnosis of parkinsonism. J Neurol Neurosurg Psychia- [90] Wein AJ. Pharmacological agents for treatment of
nence following radical surgery in rectal cancer. try 1996 ; 60 : 460-461 urinary incontinence due to overactive bladder.
Neurourol Urodyn 2002 ; 21 : 331 Expert Opin Investig Drugs 2001 ; 10 : 65-83
[76] Sakakibara R, Fowler CJ. Cerebral control of
bladder, bowel, and sexual function and effects of [91] Weld KJ. Effect of bladder management on urolo-
[64] Mochizuki H, Saito H. Mesial frontal lobe syndro- gical complications in spinal cord injured patients.
mes: correlations between neurological deficits brain disease. In : Fowler CJ ed. Neurology of
bladder, bowel, and sexual dysfunction. London : J Urol 2000 ; 163 : 768-772
and radiological localizations. J Exp Med 1990 ;
Butterworth-Heinenmann, 1999 : 229-244 [92] Weld KJ, Graney MJ, Dmochowski RR. Clinical
161 : 231-239
[77] Salomé F, Paulhac P, Hodonou R, Colombeau P, significance of detrusor sphincter dyssynergia type
[65] Nitti VW, Adler H, Combs AJ. The role of urodyna- Pfeifer P. La poche d’Indiana : une technique de in patients with post-traumatic spinal cord injury.
mics in the evaluation of voiding dysfunction in dérivation urinaire continente simple. Prog Urol Urology 2000 ; 56 : 565-568
men after cerebrovascular accident. J Urol 1996 ; 1997 ; 7 : 415-421 [93] Willot JP, Maury M. Le passage du drainage à
155 : 263-276 l’autonomie. In : Maury M éd. La paraplégie. Paris :
[78] Schmutz G, Fish-Ponsot C, Benko A, Billard JS. Eva- Flammarion Médecine-Sciences, 1981 : 253-259
[66] O’Riordan J, Doherty C, Javel M, Brophy D, Hut- luation radiologique. In : Corcos J, Schick E éd. Les
chinson M, Quinlan D. Do alpha blockers have a vessies neurogènes de l’adulte. Paris : Masson, [94] Wyndaele JJ. Intermittent catheterization: which is
role in lower urinary tract dysfunction in multiple 1996 : 105-116 the optimal technique? Spinal Cord 2002 ; 40 :
sclerosis. J Urol 1995 ; 153 : 1114-1116 432-437
[79] Schnider P, Birner P, Gendo A, Ratheiser K, Auff E. [95] Wyndaele JJ. Complications of intermittent cathe-
[67] Pannek J. Transitional cell carcinoma in patients Bladder volume determination: portable 3-D terization: their prevention and treatment. Spinal
with spinal cord injury : a high-risk malignan- versus stationary 2-D ultrasound device. Arch Phys Cord 2002 ; 40 : 536-541
cy?Urology 2002 ; 59 : 240-244 Med Rehabil 2000 ; 81 : 18-21
[96] Yamanishi T, Yasuda K, Homma Y, Kawabe K,
[80] Schurch B, Hauri D, Rodic B, Curt A, Meyer E, Morita T. A multicenter placebo-controlled,
[68] Perrigot M, Delauche-Cavallier MC, Amarenco G, Rossier AB. Botulinum A toxin as a treatment of
Geffriaud C, Stalla-Bourdillon A, Costa P and the double-blind trial of urapidil, an alpha-blocker, on
detrusor-sphincter-dyssynergia: a prospective neurogenic bladder dysfunction. Eur Urol 1999 ;
DORALI Study Group. Effect of intravenous alfuzo- study in 24 spinal cord injury patients. J Urol 1996 ;
sin on urethral pressure in patients with neuroge- 35 : 45-51
155 : 1023-1029
nic bladder dysfunction. Neurourol Urodyn 1996 ; [97] Yarker Y, Goa KL, Fitton A. Oxybutynin: a review of
15 : 119-131 [81] Schurch B, Stohrer M, Kramer G, Schmid M, Gaul its pharmacodynamic and pharmacokinetic pro-
G, Hauri D. Botulinum A toxin for treating detrusor perties, and its therapeutic use in detrusor instabi-
[69] Perrouin-Verbe B, Labat JJ, Richard I, Mauduyt de la hyperreflexia in spinal cord injured patients: a new lity. Drugs Aging 1995 ; 6 : 243-262
Grève I, Buzelin JM, Mathe JF. Clean intermittent alternative to treat anticholinergic drugs? Prelimi- [98] Yoshimura N, De Groat WC. Neural control of the
catheterization from the acute period in spinal nary results. J Urol 2000 ; 164 : 692-697 lower urinary tract. Int J Urol 1997 ; 4 : 111-125
cord injury patients. Long-term evaluation of [82] Schurch B, Yasuda K, Rossier AB. Detrusor bladder [99] Zandi-Nejad K, Brown PD. Diagnostic investiga-
uretral and genital tolerance. Paraplegia 1995 ; 33 : neck dyssynergia revisited. J Urol 1994 ; 152 : tion of pyelonephritis. Curr Infect Dis Rep 2001 ; 3 :
619-624 2066-2070 529-533
[70] Petit H, Wiart L, Gaujard E, LeBreton F, Ferrière JM, [83] Sheikh-Ismael S. Les scores de qualité de vie dans [100] Zermann D, Wenderlich H, Derry F, Schroder S,
Lagueny A et al. Botulinum A toxin treatment for les troubles vésico-sphinctériens du patient neuro- Shubert J. Audit of early bladder management
detrusor sphincter dyssynergia in spinal cord injury logique. Correspondances en pelvi-périnéologie complications after spinal cord injury in first trea-
deaseases. Spinal Cord 1998 ; 36 : 91-94 2001 ; 2 : 29-30 ting hospitals. Eur Urol 2000 ; 37 : 156-160
20