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CARACAS, UNA CIUDAD DE ARQUITECTURA MODERNA

MVNDO LAS RELACIONES CULTURALES ENTRE EUROPA Y AMERICA


Por José M a ría Pemán

HISPANICO JEREZ:
B' ' 114
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De Santander: 27 de Octubre
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«MVNDO HISPANICO
HISPANICO»
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nario dedicado a

SUMARIO
CU LTU RA :
L as rela cio n es c u ltu ra les en tre E u­
ropa y A m érica, por J osé M aría
P em áñ ........................................................ 23
Este extraordinario, que
A m erican os y europeos, por E duardo
llevará la cifra 10 de los C aballero C alderón ............................. 47
números especiales, consti­
tuirá un verdadero docu­ PO LITIC A :
mento histórico, informativo H a b ita n tes del bloque h isp an oam eri­
v actual de lo que es la bio­ cano, por A rtu ro P érez C am are­
grafía de esta importantísi­ ro. (F o to s: B a sab e.) ........................... 4
ma provincia española. A RQ U ITECTU RA ,
URBANISM O:
• ESENCIA DE LEON. C aracas, una ciudad que se tr a n s ­
fo rm a , por J a v ie r M artín A rta-
• LEON CIUDAD jo. (F o to s: Pan do, L uis T. L a f-
ABIERTA. fer y C ifr a .) ........................................... 9
• LEON HISTORICO. B a rcelo n a y a está de cara a l m ar,
por M anuel V ig il y V ázquez ........ 19
• LEON ECONOMICO.
(Su industria, su co­ A RTES PLA STIC A S:
mercio, su demografía, M ates bu rilados del P erú, por C ar­
sus problemas de des­ m en N o n e ll. (F o to s c o l o r : B a ­
sa b e.) ........................................................... 28
arrollo dentro del ám­
El Sagrado C orazón de G uayaquil.
bito nacional, etc.) (F o to s : B asab e.) .................................. 30
• TEXTOS SOBRE LEON
debidos a los mejores L IT E R A T U R A :
escritores de todos los L a catedral su m ergid a de Z ipaqu ira,
tiempos y a los cro­ p oesía de O scar E ch everry M ejía. 27
nistas y especialistas G EO G RA FIA , COSTUM BRES:
actuales. J erez, F eria de sep tiem b re, por F er­
• LAS REGIONES NA­ nan do Q uiñones. (F o to s : M ena y
TURALES DE LA rep o rta jes S a n ta L u cía .) ................. 6
PROVINCIA. (El
Bierzo, La Maragate- IN D U ST R IA :
A v a n ce in d u stria l de E sp añ a ............. 51
ría y Las Vegas; La
Tierra de Campos, La BA LLET, M USICA:
Montaña. B a ile esp a ñ o l, por A rcad io de L a­
• EL ARTE, LA CULTU­ rrea. (F o to s: K in d el.) ...................... 32
RA, LAS TRADICIO­ El b allet de E lv ira L ucen a. (F otos
N E S . (Un completo color : L ara.) .......................................... 37
itinerario de gran va­ BIO G RA FIA S, SEM BLA N ZA S:
lor turístico, una guía Y m a Su m ac. (F o to s : B asab e.) .......... 42
del movimiento cultu­
ral de la región, un C IN E :
resumen de las cos­ El F estiv a l de San S eb astián : A u ­
tumbres populares.) sen cia de H isp an oam érica, por J o ­
sé M anuel D o rrell. (F otos : M on­
• LEON A TODO CO­ to y a .) ....... 40
LOR. (Doce páginas
a todo color que cons­ MODAS:
tituyen un portfolio O toño e in v iern o 1957, por P ila r de
documental de una be­ A bia. (F o to s : A u m en te y M artín
lleza sin precedentes.) C am in o.) ..................................................... 44

• LOS MEJORES POE­ V A RIA :


MAS Y LAS MEJO­ L os a m a n tes de T eru el, por J osé Gó-
RES PROSAS DEDI­ raer M ar ......... 38
CADAS A LEON. P O R T A D A : B a lle t E lvira L ucena.
• UN PANORAMA COM­
PLETISIMO DEL D IR E C C IO N , R ED A C C IO N
DES ARROLLO IN­ Y A D M IN IS T R A C IO N
DUSTRIAL POR ZO­ A lc a lá G a lia n o , 4 - M a d rid
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A d m in is tr a c ió n ................................. 87 03 12
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LA HISPANIDAD:
QUINTA PARTE DEL M U N D O

Por ARTURO PEREZ CAMARERO

LA HISPANIDAD ABARCA
LA QUINTA PARTE
DEL MUNDO HABITABLE
Del amplio espacio con que España agrandó el
ámbito de la civilización, los pueblos en los que
aun perdura el signo hispánico, es decir, España
y Portugal con sus posesiones actuales y las Re­
públicas americanas de su progenie y Filipinas,
suman más de 23 millones y medio de kilómetros
cuadrados y comprenden, aproximadamente, 246
millones de habitantes.
La Hispanidad abarca el 17,45 por 100 del pla­
neta y el 9,27 por 100 de la población, sin contar
los países, como California, en donde la coloni­
zación hispánica no pasó del período inicial.
Véase, pues, que la Hispanidad, lejos de ser
una concepción ideológica, como algunos aparen­
tan creer, es una realidad física que abarca cerca
de la quinta parte de la superficie habitable del
globo y casi la décima parte de la humanidad
actual.

LAS GRANDES RESERVAS


MUNDIALES
En estos tiempos en que comienzan a inquietar
los problemas demográficos que el crecimiento dé­
la población del mundo plantea, los datos expues­
tos nos brindan una importante deducción opti­
mista. Los 81 millones de kilómetros cuadrados
del Nuevo y del Novísimo Continente incorpo­
rados a la civilización merced al descubrimiento
de Colón, pueden albergar una población igual a
la que hoy constituye la humanidad entera—3.652
millones de habitantes—con sólo alcanzar una
densidad general de 72 habitantes por kilómetro
cuadrado, inferior a la media actual de Europa,
que es de 82, poco mayor que la de nuestra Pen­
ínsula, que es en total de 64.
En cuanto a los países que integran la Hispani­
dad, menos ambiciosamente considerado, sólo ne­
cesitarían tener una densidad igual a la que boy
tiene España, que es de 57,79, para contener la
mitad de la población actual de la tierra.
De la capacidad de producción del Nuevo Mun­
do, y concretamente de los países hispánicos, se
han hecho las mayores ponderaciones, hasta el
extremo de asegurar que sus en general fértiles
tierras son capaces de alimentar a los grandes
núcleos de población presupuestos y de propor­
cionar aún considerables excedentes para la ex­
portación a otros países.
Precisar estas posibilidades, basando nuestras
previsiones en datos ciertos, es el objeto de este
bosquejo de reseña estadística de la Hispanidad,
con el propósito de asentar la esperanza en la
realidad y refrenar la fantasía con el cálculo.
Tan sólo anticiparemos que, de igual modo que
Cristóbal Colón, aun soñando Cipangos y Eldo­
rados, no pudo imaginar el esplendor actual de

A v e n id a de Jo sé A n t o n io . M a d r id .
|us Indias Occidentales, ninguna visión profètica
imaginativa superará a las realidades que la es­
tadística permite predecir para el mundo colom­
bino y para la Hispanidad en el futuro.

t r a b a ja d o r e s y c o m b a t ie n t e s

La primordial riqueza de los pueblos es su pro­


pio raudal humano. Todos los tesoros encerrados
cll el subsuelo de un pais, la fertilidad de su
tierra, la propicia benignidad de su clima y la
favorable situación geográfica, se.rían bienes bal-
dios sin el potencial humano capaz de hacerlos
fecundos con su utilización merced al trabajo
inteligente.
Más aún: la población es el elemento princi­
pal en la guerra. La superioridad técnica o el
genio de un estratega puede contrarrestar ocasio­
nalmente la inferioridad numérica de un ejérci­
to; pero, al cabo, entre países en igual grado de
civilización, el potencial humano es decisivo, y lo
será tanto más cuanto más amplias sean las movi­
lizaciones no sólo para el empleo de los hombres
en la lucha, sino también para el encuadre de
hombres y de mujeres en las misiones de guerra
de la retaguardia.
El ilustre almirante que oculta su nombre con
el seudónimo de Hispanus ha señalado como pre­
ventivo alerta la progresión numérica de los efec­
tivos militares en las guerras modernas. Nuestros
capitanes apenas contaban por cientos sus hom­
bres en América, y en las campañas napoleónicas
va se contaron por cientos de miles los soldados.
En la guerra de Manchuria pareció exorbitante
la cifra de casi un millón de combatientes; mas
en la primera guerra mundial los efectivos suma­
ron unos 25 millones en los frentes y un incalcu­
lable número de movilizados en la retaguardia,
y en la segunda conflagración se llegó a la asom­
brosa cifra de 93 millones de combatientes y a la
movilización casi exhaustiva de la población res­
tante de los países beligerantes.
¿Cuánto y cómo pesará cuantitativamente en las
empeñadas competencias de la paz y en los posi­
bles conflictos bélicos el mundo colombino y,
concretamente, la Hispanidad?
PFÍ«I¿'MINOS
EL NUEVO PANORAMA
IK JH
DE LOS GRANDES IMPERIOS
Intereontinentalmente considerada la humani­
dad, es ostensible que el Nuevo Mundo se halla
aún poco poblado. Sus densidades generales son
de ocho habitantes por kilómetros cuadrado en
América y dos en Oceania, mientras la de Europa,
sin la U. R. S. S., es de 82; la de Asia, 54; la de
la U. R. S. S., con sus amplios territorios estepa­
rios y sus heladas regiones inhóspitas, II), y la de
Africa, con varias extensiones desérticas y en pe­
ríodo de colonización, siete.
Es, naturalmente, exacto el cálculo aludido, se­
gún el cual América y Australia pueden contener
una población igual a la que hoy suman los cinco
continentes, y todavía su densidad sería inferior
en siete habitantes por kilómetro cuadrado a la
actual de Europa. Pero sin esperar a largos pro­
cesos, puesto que las previsiones a lejano plazo
pierden utilidad, bastará, no ya con los 57 habi­
tantes por kilómetro que cuenta España, sino con
los 34 que tienen Castilla la Vieja y León, para
que América y Australia posean el mismo caudal
humano que hoy suman Asia y la U. R. S. S.
Contemplando el proceso demográfico desde
otro ájigulo, adviértase que el panorama de los
llamados grandes imperios varía notablemente
por las mudanzas en la distribución política de
la humanidad. Los grandes núcleos tradicionales
del Viejo Mundo eran, en números redondos: el
Imperio británico, de 35 millones de kilómetros
cuadrados; Rusia, con 22 millones; los dominios
franceses, con 12,5, y China, con 10.
Mas al paso que los Imperios inglés y francés
se desmembran, surgen en el Nuevo Hemisferio
los Estados Unidos de Norteamérica con 9,5 m i­
llones de kilómetros cuadrados; Australia, con
0('ho ; los Estados Unidos del Brasil, con otros
ocho, y el bloque de la América española, con
H ,6 millones de kilómetros cuadrados.
Resta añadir que las densidades de estas nue­
ras grandes agrupaciones oscilan entre 21 en los
Estados Unidos y uno en Australia, para que el
lector pueda deducir cuán fundadamente las nue-
vas tierras transatlánticas constituyen la máxima
esperanza para la continuidad en la defensa de
la civilización occidental.

LA PENINSULA HISPANICA,
NUCLEO DE PRIMER ORDEN

interesantes son aún para nosotros las po-


>l midades demográficas de la Hispanidad. De las
"aciones históricamente me- (Pasa a la pág. 61.)

C a lle F lo r id a . Buenos A ir e s .
SEPTIEMBRE, TIEMPO DE V E N D IM IA

LA FERIA MAS JOVEN DE ESPAÑA


{JEREZ Y EL RITO DEL V IN O NUEVO)
Por F E R N A N D O Q U I Ñ O N E S

Dentro de la tra ­ rito del vino nuevo. La mayor parte de ese


dición f e r ia l espa­ gran endomingamiento anual que para una
ñola, a la que uñó se ciudad comportan siempre su feria y fies­
imagina como una tas, encubre en el fondo, y en el ochenta
gran dama antigua por ciento de los casos, por detrás de todo
ro d ead a de campa­ el montaje deslumbrante y dispendiador,
nas so le a d a s y de una mera razón comercial ; las “ferias”
capotes de lujo, las consisten y consistieron casi siempre en
Fiestas de la Vendi­ un recurso brillante, cuyo objetivo es el de
mia de Jerez de la mejorar la situación ganadera, agrícola,
Frontera tienen pa­ industrial, de una región, en el tiempo y
pel e h is to r ia de modo más propicios, o el de restaurar un
benjaminas. Ningu­ poco las siempre ansiosas tesorerías muni­
na feria española es, cipales y privadas. La Vendimia Jerezana,
cronológicamente, tan joven como esta je­ en cambio, se fué haciendo en torno a la
rezana de septiembre, improvisada hace gratuita y mágica idea del nacimiento del
sólo una media docena de años por un gru­ vino, y uno es de los que saben bien que
po de poetas, en el breve curso de una cena todo lo demás llegó a posteriori; aquellos
alegre. Sin embargo, y como contrapeso de poetas de la cena aquella a Juan Valencia,
esta juventud oficial, pocas o ninguna feria con los grandes “catas” en alto como ro­
de España estará fundamentada sobre un mos cuernos de oro, no querían más que
motivo tan ático e ilustre como es el del homenajear al vino de un modo sonado y

B r a ’/ r H V w ?

general, y hacerlo, como a tan alto señor


conviene, del mejor modo posible. La idea
de celebrar unas grandes fiestas en Jerez
por su mes vendimiero, y justamente con
motivo de la alegría de la cosecha, estalló
igual que una bomba o que un alud de esos
que, cientos de kilómetros más arriba, en
el puro Pirineo español, pasan en media
hora la distancia que hay de un rumorcillo
sin trascendencia a una amenaza fabulosa.
En una sola y memorable sobremesa, la Ven­
dimia Jerezana fué expuesta, planeada y
decidida, y yo sé cómo fué. Se oían lejos,
por la calle de Rompechapines, o acaso por
San Miguel o por el barrio gitano de San­
tiago o por las almenas de la Alameda
-—todo Jerez es, muchas noches, como una
gran y equívoca caja de resonancias—, las
falsetas por soleares de una guitarra extra­
viada, llena de sombra y sueño antiguo. El
gorgoteo pausado del vino sonaba una vez había de dar luego, pese al escepticismo Vendimia de septiembre. De hermosa que
y otra en los cristales. Traía la conversa­ inicial de los inevitables, los frutos que es esta escena de la Colegiata, de puro me­
ción, de cuando en cuando, el sonido fami­ lleva dados. ridional y poética, estamos seguros de que,
liar de un verso vínico, hermoso y pagano, En la mañana del gran día, cuando al si la hubiese visto la pobre pierna inútil de
de Verlaine, de Federico García, de Keats, pie de la fábrica solemne de la Colegiata Lord Byron, puede que hubiera vuelto a sa­
Que otros rehacían acaloradamente, defen­ jerezana rayan el aire las campanas y las nar en aquel punto y hora. Pero vamos ya a
diendo su texto exacto : palomas, y San Ginesico de la Jara, entre lo más hondo, y es que el sacudimiento que
rostros morenos y labios quemadores, asis­ un espectáculo como éste es capaz de oca­
O for a beak&r fu ll o f the w arm South, sionar en cualquier espíritu obedece a ra­
full of the true, the blushful H ippocrene...
te a la pisa simbólica de las uvas; cuando
canta el mosto en las hondas cántaras fres­ zones más serias: en este mundo de hoy.
Y alguien llegaba a apuntarse, muy pol­ cas que, como en un friso griego, conducen cada vez más feo, más numérico, más ma­
lo bajo, algún cantar fondo, mínimo, oscu­ las mujeres, Jerez logra el instante más niatado, más triste, más falso, más nique­
rísimo, ateniendo su compás al de la gui­ pleno y significativo de su vida anual. Es lado y fuera de proporción, todo lo que sepa
tarra lejana: como si la ciudad expresara, en un solo vo­ a pura tradición popular—aunque, como
Tiró por la carretera. cablo fugitivo y enorme, toda la sustancia ésta, sea joven en cuanto a su proyección
Se echó el sombrero a la cara inmemorial de su ser. La feria abrileña de pública—, todo lo que suponga manifesta­
que la luna no le diera. Jerez, primera del año, generosa, arraiga­ ción de la tierra, del humus mismo, pone
Así nació la Vendimia de Jerez, en me­ da, célebre, no dispone, sin embargo, de una de un golpe las cosas del alma en su sitio.
dio de todo este legítimo barroquismo de escena tan vasta y completa, tan identifica­ Y es la tierra, en efecto, quien se hace os­
lo andaluz, en calor y olor de poesía. Y así da con la ciudad misma, como esta de su tensible en la Vendimia Jerezana, en los
rostros atezados de su gente, en el fresco
rumor de cañada que hace el chorro del mos­
to al caer, en gestos y palabras, caballos y
actitudes, piedras y ramas : es la tierra
serena y furiosa de la Andalucía campesi­
na quien pronuncia su palabra inextin­
guible.
Pero como el pueblo y la vida-no pueden
mantenerse sólo de palabras y exigen siem­
pre cosas inmediatas y concretas, hechas
como Dios manda, las Fiestas de la Vendi­
mia de Jerez cuentan también con todo el
enjaezado cortejo de fiestas que su exterior
celebración require. El viajero y el indíge­
na pueden encontrar en sus programas la
acumulada gama tradicional que Andalucía
promueve en sus fechas y en sus cosas,
desde la airosa cabalgada o el baile en la
feria hasta la libre voz buscada del cante
grande, pasando por el fútbol de campani­
llas—que el sur viene añadienflo últimamen­
te a sus grandes celebraciones—los escar­
ceos literario-sociales y, naturalmente, los
más pregonados carteles de espadas y de
toros. Por cierto que otra ocurrencia noble,
nueva confirmadora del hondo sentido -ar-
- caico de la Vendimia, es la que viene favo­
reciendo a los toros bravos en estos feste­
jos jerezanos de septiembre. El animal más
noble y más bravo de cada feria es perdo­
nado, ya con el estoque del matador apun­
tando hacia sus centros vitales, por el voto
del populus, que provoca en todo caso y sin
revueltas ni disensiones—-ya que en Jerez
se entiende de toreros, pero mucho más de
toros—la orden del indulto del senatus...
Y a este toro luego, como a los grandes
gladiadores del viejo Circo Máximo, se le
enjugan las heridas nobles y los desgarro­
nes de las varas con aceites y ungüentos,
a cuya virtud se ha añadido también, en
alguna ocasión, el recurso contemporáneo
y costoso de los antibióticos, mientras que
la prensa local da cuenta a diario del curso
de la gravedad del totem, de sus desfalle­
cimientos, sus vaivenes, sus mejorías...
Este es, en fin, el grande y bello marco
profano de las Fiestas Jerezanas de la Ven­
dimia, cuyo fundamental interés reside, sin
embargo, insisto, en el escondido contexto
de su celebración, en ese festejar de un
modo entre pagano y cristiano, entre po­
pular y aristocrático, el hondo, celoso y sa­
grado maridaje que la tierra del sur man­
tiene con su gente.
Por JAVIER MARTIN ARTAJO
robablemente no habrá en el mundo una ciudad que tenga la financiación de las obras públicas y causa y estímulo de las

P un coeficiente más elevado de obras que Caracas durante


estos años de transformación total que está viviendo.
Este progreso no puede explicarse tan sólo como el resultado
de la riqueza acumulada en un país que puede vender 2.000.000
edificaciones particulares. Sin embargo, el índice de construcción
caraqueña no se explicaría sin una política vigorosa encaminada
a invertir en obras perennes las fáciles ganancias de boy día, y
sin una dirección técnica que trace planes con amplitud fundacio­
de galones de. petróleo diarios. Esta riqueza es, sin duda, base de nal y ejecute, poniendo en juego los resortes modernos, instru-
0O

Esta fab u lo sa te o ría de ve n ta n a s c o - O tro de los m o dern os blo q u e s que


Estos aspectos de los sup erbloq ues de viv ie n d a s de C erro P ilo to son una m u e stra im p re s io n a n te de lo que es en la a c tu a lid a d la g ra n a rq u ite c tu ra venezolana bra una in d u d a b le e n tid a d a r tís tic a . c o n ju g a n lo fu n c io n a l y lo d e c o ra tiv o .

mentales y materiales. Sin estos factores no se podría explicar


que una ciudad que hace quince años tenía 150.000 habitantes
haya sobrepasado ya el millón.
Si a cualquier constructor español se le van los ojos tras de
los inmensos bloques de casas y estilizados edificios piíblicos, mu­
cho más gozaría viendo realizarse las grandes concepciones de
urbanismo que han dado por resultado la maravillosa autopista
que une Caracas con La Guaira, la avenida de Urdaneta, que es
I[•*í*
,*"»»•* su continuación dentro de la capital, y ese gran centro urbano
**«*|¡•*
>****«•"*
**<'
»m» ofrendado a la memoria de Simón Bolívar.
La autopista La Guaira-Caracas, inaugurada en diciembre del
53, es una de las victorias más grandes que el hombre ha obte­
nido sobre la naturaleza. Hasta hace un par de años, para llegar
del puerto a la capital había que recorrer 47 kilómetros de mala
iM IB H -f carretera, retorcida y jorobada, para adaptarse a las faldas del
macizo montañoso que domina la costa. Hoy, el único cuidado
que se ha de tener es el de no apretar el acelerador del coche
para no sobrepasar los 80 por hora—máximo permitido—en este
recorrido de 17 kilómetros, que nacen en el mar y mueren al pie
del Avila, a 1.000 metros de altura. Gracias a fantásticos viaduc­
tos tendidos, no sólo sobre los ríos y torrentes, sino sobre los
valles y cañadas, y a dos túneles—uno de 1.800 metros—, la au­
topista, con capacidad para tres coches en cada dirección, no tie­
ne una curva de radio menor de 300 metros y una pendiente
superior al 6 por 100. Total, que un trayecto que antes costaba
dos horas, con riesgos gravísimos, hoy se puede hacer en un
cuarto de hora con los ojos cerrados.
La estimación de la avenida de Urdaneta es de más fácil
comprensión a nuestros ojos madrileños porque, en definitiva,
es una Gran Vía más, de dos kilómetros de larga por 26 metros
de ancha, pero que bien merece nuestra admiración por el factor
tiempo : la obra de urbanización se realizó en ciento veinte días.
Y, por último, el Centro Simón Bolívar ha debido ser el punto
de unión (o de fricción) de arquitectos e ingenieros. Estos pu­
dieron resolver a sus anchas, con pasos a diferente nivel, las de­
presiones naturales del terreno, enlazando la circulación con pa­
sos subterráneos y hojas de trébol, y aquéllos se pudieron dar
el gusto de solucionar los problemas de aglomeración humana y
Esta es la Casa d e l P e rio d is ta , o tra de las más bellas y ú tile s e d ific a c io n e s . El h e lic o id e de la Roca T a rp e y a , sobre un ce rro de 1 0 0 .0 0 0 m e tro s cuadrados. R esidencia U n iv e rs ita ria «El B osqu e». A b a jo : C ía . de P e tró le o s « C re ó le » .

O estacionamiento automovilístico haciendo diáfanas las edificacio­


Q
posible por poder adquirir uno de esos espléndidos miradores 0
<
Z
nes por su base, gracias a las posibilidades infinitas de las nuevas que parecen un nadador tirándose al mar desde el trampolín. El 5
0.
estructuras de hormigón. paisaje, que hermana la costa movida y el mar en calma, se une
A tales obras hay que añadir la actividad desplegada en la a la flora tropical, para dar al arquitecto todo un programa de
construcción de viviendas dentro de la ciudad, y de hoteles y nitidez y simplicidad que empezará en el mirador y acabará en
villas en la costa. La verdad es que yo no me atrevo a dar por la piscina.
bien resuelto el problema de la construcción de viviendas con A la vista de tales obras, y en un país donde, hasta ahora,
la erección de grandes bloques escalonados en distintas urbani­ el dólar entra y sale libremente, es natural que los servicios de
zaciones, clavadas como peinetas de hormigón en la mantilla ver­ información de las grandes empresas constructoras del mundo
de de las lomas caraqueñas. Estos modernos superbloques, que entero hayan acuciado a sus órganos directivos para que dirijan
en alguna colonia tienen capacidad para alojar basta 12.000 per­ hacia Caracas su actividad técnica y económica. Una compañía
sonas, son colmenas movilistas en las que, indudablemente, po­ americana y otra francesa se dividieron los trabajos de la auto­
drán vivir mucho mejor las familias que hacinadas en tenderetes pista, y son los constructores italianos los que, según los infor­
de hojalata y cuevas socavadas en las laderas de los montes. mes que en mi corto viaje pude conseguir, más intervienen en la
Y, por otro lado, es evidente que los problemas de urbaniza­ construcción de edificios particulares. Al saberlo, lo mismo que
ción se reducen con la acumulación vertical de las viviendas; al presenciar la adjudicación de las obras del gran túnel bajo la
pero a mí no se me quita la idea de buscar una solución más tra­ entrada del gran puerto de La Habana a otra compañía de cons­
dicional, en casas más impregnadas de espíritu familiar, perfec­ trucciones francesa, un sentimiento de envidia—no sé si de la
tamente adaptables a las curvas de nivel formadas por las estri­ buena o de la mala—me escarabajeó en el alma. En lugar de
baciones del Avila y de las otras montañas que forman el cuenco tales empresas, o por lo menos a su lado, quisiéramos ver a las
caraqueño. grandes empresas constructoras españolas, que, en técnica y or­
De los hoteles costeros no hay nada que hablar, sino hacer lo ganización, pueden perfectamente codearse con (Pasa a la pág. 60.)
En la p a rte m o ntañ osa de B arcelona se p ro y e c ta

DOS CIUDADES HISPANICAS p o r e l A y u n ta m ie n to la c o n s tru c c ió n de la p rim e ­


ra de las tre s ciudades s a té lite s que ha d e c id id o
e m p re n d e r para re s o lv e r, con a rre g lo a nuevos
m ó d u lo s u rb a n is ta s , co m o pu ede a p reciarse , el
p ro b le m a de la v iv ie n d a . En B arce lo na está n en
c o n s tru c c ió n 6 .0 0 0 viv ie n d a s . El p ro y e c to de esta
c iu d a d s a té lite re cuerd a a l d e l h e lic o id e de la
Roca T a rp e y a , de C aracas, en pá ginas a n te rio re s .

■wv******
-

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... m»

Las nuevas grandezas de la gran Barcelona


Fachada de l e d ific io p ro p u e sto por el D ARCE LONA, la gran ciudad española del Medite-
a rq u ite c to Bosch A y m e ric h para la ^ rráneo, se encuentra en estos momentos entregada
p laza de C a ta lu ñ a . El p ro y e c to ganó
a la realización y planificación de grandes reformas
y obras públicas. Son de tal finalidad y magnitud,
uno de los grandes p re m io s de arqui­
que ratifican y amplían la característica monumental
te c tu ra en la I I I B ie n a l Hispanoame­ de la urbe, al tiempo que la proyectan hacia una ma­
rica n a de A r te , celebrada en Barce­ yor grandeza. En estas páginas encontrará el lector
lona. La e n o rm e masa que presenta a una síntesis fotográfica de estas realizaciones y de
é s te fre n te está lib e ra d a de pesadez
estos proyectos. Y a continuación, en la página 19,
un documentado trabajo, en el que nuestro colabora­
po r lo alab eado de su s u p e rfic ie Y las dor Manuel Vigil y Vázquez refiere y analiza el ím­
grande s e stría s de c ris ta l qu e la frag­ petu constructivo a que se halla entregada Barcelona.
m e n ta n de a rrib a a a b a jo . Se alzara
en la c o n flu e n c ia de las calles de Con ím p e tu s im ila r al de los grande s días de la E xposi­
V e rg a ra y P elayo, si el A yu n ta m ie n ­ ción In te rn a c io n a l de 1 9 2 9 , B arcelona se e n c u e n tra de
to aprueba el p ro y e c to , ya que va nuevo en tre g a d a a g rande s obras, com o esta de c u b rir
la zanja fe rro v ia ria de la ca lle de A ra g ó n , lo que ha sido
a a b rir co n cu rso sobre el particular.
Posible al cabo po r la ta n deseada e le c trific a c ió n de l tre n .
BARCELONA
DE LA EXPOSICION INTERNACIONAL DE 1929 AL ACTUAL
E STADI O, C A P A Z P A R A 1 5 0 . 0 0 0 P E R S O N A S

A rm a z ó n de la c u b ie rta volada de la trib u n a de l nuevo estadio M ien tras a llá , al fo n d o de la fo to , al o tro lado de
de l C lu b de F ú tb o l B arce lo n a , cuya g ra n d io s id a d — ré co rd m u n ­ las casas que se d ivisa n en ú ltim o té r m in o , se
d ia l— pu ede ap reciarse en re la c ió n con e l g ru p o de personas que construye el paseo M a r ítim o , he a q u í, a n te la
aparecen en el c e n tro d e l g ra d e río . De su lín ea de apoyo al estatua de C o ló n , e l nu evo e d ific io de la C o m a n ­
b o rd e , 4 5 m e tro s , y de un e x tre m o a o tr o , 1 2 0 . La capacidad dancia de M a rin a y el co m ie n z o de la ave nida de
d e l e sta d io será de 1 5 0 .0 0 0 personas. Su p rim e ra fase , para García M o ra to , q u e , atra ve sa n d o y saneando to d o
1 0 0 .0 0 0 esp ectad ore s, se in a u g u ra rá d u ra n te las fie s ta s de la el viejo « b a rrio c h in o » , e m p a lm a rá , sin so lu ció n
M e rc e d , a fin e s de este mes de s e p tie m b re . Para el fá c il acceso de c o n tin u id a d , con la la rg u ís im a calle de M u n ta ­
a las lo calidade s altas se c o n s tru y e n pista s aéreas, y en el in te ­ ner, paralela a la de B alm es, y establecerá así una
rio r 2 8 ascensores con 8 0 personas de capacidad cada uno. nueva via d ire c ta e n tre el p u e rto y la m o n ta ñ a .

Este lado de la m a q u e ta d e l g ra n e d ific io p ro ­


p u e sto p o r e l a r q u ite c to Bosch A y m e ric h para
La E xposición In te rn a c io n a l de 1 9 2 9 legó a B a rce lo n a , además de o tra s m uchas e xce le ncia s
la plaza de C a ta lu ñ a co rre s p o n d e ría a la c a lle
u rb a n ís tic a s , lo que h o y , re m o z a d o en los ú ltim o s años, sigue siendo uno de los más b r i ­
de P elayo, y el e x tre m o de la to r re que hace
lla n te s escenarios de que pueda u fa n a rs e una gran c iu d a d : el pa rq u e de M o n tju ic h . Su
c h a flá n da ría a las R am blas. Su a z o te a p o d ría
fu e n te lu m in o s a , el g ra n s u rtid o r d e l in g e n ie ro B u h ig a s, re sta u ra d a hace unos años, no
s e rv ir de a e ro p u e rto de h e lic ó p te ro s . En el e d i­
sólo es la fu e n te m a yor de l m u n d o , sino qu e con sus in n u m e ra b le s jueg os de agua y lu z
fic io , o fic in a s , re s ta u ra n te s , un te a tro , un g ra n
sigue c o n s titu y e n d o la m a yor sorpresa para el v is ita n te , sea c u a lq u ie ra su p ro ce d e n cia .
h o te l y ta n ta s o tra s d is tin ta s in s ta la c io n e s .
Los foco s que fo rm a n la diad em a d e l P alacio N a c io n a l son visib le s a m u chos k iló m e tro s .
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E con e xp e rie n cia y o rg a n iz a c ió n , que po ne a la disposición de CAPITAL AUTORIZADO:
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problemas, que quizá sean menos difíciles de lo que cree...
DOS CIUDADES HISPANICAS

BARCELONA
YA ESTA DE CARA AL MAR
Por MANUEL VIGIL Y VAZQUEZ

I—i n los presentes momentos se realizan en calle de Balmes, a nivel, sin zanja ni nada, tren procedente del Centro o de Levante, va
■*—' Barcelona varias construcciones y obras iba el tren, como si fuera un tranvía. Y la ca­ nada menos que nueve kilómetros, aunque
públicas—algunas de las cuales, muy próxi­ lle de Balmes es una vía céntrica, indispen­ en gran parte por zanja, pasando entre las
mas a inaugurarse—de tales finalidades y sable para el tránsito desde el casco antiguo casas de la población y por el centro de ésta.
magnitudes, que no sólo ratifican y amplían de la ciudad a la parte alta de la misma, al La calle de Aragón, cuyo prosaico pero dig­
las características monumentales que, sobre pie de la montaña del Tibidabo. Uno de los no caserío, al cabo de tantos años de humos
todo desde fin de siglo, han distinguido a esta frutos de la Exposición Internacional de 1929 ferroviarios salidos de la zanja, está culotado
ciudad, sino que además la disponen a una fué el de meter este ferrocarril bajo tierra, como pipa bien curada a fuerza de fumar
nueva y mayor grandeza, más funcional tam­ convertirlo en una especie de «Metro», lo en ella.
bién, de acuerdo con los tiempos. Hay que que fué posible gracias a su electrificación.
retroceder a los años precedentes a la Expo­ Aunque al abandonar la calle de Balmes si­
sición Internacional de 1929, cuando se pre­ guiera a zanja abierta por lo que hoy es la
paraba tan extraordinario certamen, que flamante y distinguidísima Vía Augusta, fla­
añadió nuevos y hermosos rasgos indelebles mante y distinguidísima desde que, al fin, HUMO DE
al perfil de Barcelona, para encontrar un mo­ tras la guerra de Liberación, se cubrió la
mento constructivo semejante. zanja y resultó así, con la conveniente urba­ TREN Y GRIPE
Viejos problemas urbanísticos que por dis­ nización, la gran avenida que hoy es.
tintas razones no pudieron resolverse ni aun A nuestros abuelos les salió el ensanche de
en aquella gran ocasión para empresa de tan­ Barcelona con tanto ímpetu, que ellos mis­ Por supuesto que esto no ha dejado de te­
to aliento como lo fué la Exposición dicha, mos empezaron a encontrarse las vías del ner sus ventajas, pues aparte de la distrac­
están tocando a su fin ante los ojos aun in­ tren por varios lados de los que la ciudad iba ción de ver pasar los trenes para los chicos
crédulos de los barceloneses. Así la cobertura extendiéndose. Lo tremendo fué lo de la ca­ del vecindario, se ha escrito ahora, con moti­
de la zanja ferroviaria de la calle de Aragón, lle de Aragón, que iba a resultar un eje, ya vo de la cobertura de esta larga zanja, que
que, a lo largo de varios kilómetros, ha par­ que iba a haber tanta ciudad como había durante la tremenda epidemia de gripe de
tido en dos la ciudad desde que el ferrocarril desde el mar hasta la calle de Aragón—que 1918—tan injustamente llamada «la españo­
existe. Así la construcción de la fachada ma­ más o menos corre paralela a unos tres kiló­ la»—, la calle de Barcelona donde hubo me­
rítima, de la que, incomprensiblemente, care­ metros de la orilla—desde la misma calle de nos enfermos, donde no hubo apenas enfer­
cía Barcelona, no obstante ser ciudad ma­ Aragón a las estribaciones del Tibidabo. Se mos, en comparación con otros lugares, fué
rítima. había creído, por lo visto, que esta calle no la calle de Aragón, y se atribuía esto a pode­
pasaría de ser una vía suburbial, pero pronto res inmunizadores del humo del tren. Vere­
se convencieron de que el impulso de la ciu­ mos qué ocurre ahora, cuando llegue por es­
dad pasaba ampliamente al otro lado de la tas latitudes la anunciada gripe asiática.
vía del tren, y como entonces no se conocía Así como el ferrocarril de la calle de Bal-
enredos aún lo de la electrificación de los ferrocarri­ mes—el tren de Sarrià, Sabadell y Tarrasa—
les, dieron en la solución, que entonces les pudo electrificarse hace treinta años, como
f e r r o v ia r io s pareció admirable—y, desde luego, la obra se electrificaron otros trenes de Barcelona
fué más que regular—de hundir el centro de —los del Pirineo, por ejemplo—, en cambio,
la calle, de hacer una trinchera para que el el más necesitado de electrificación, el tren
La verdad es que el amor de nuestros abue­ tren pasara por debajo sin perturbar los cru­ de Madrid y el de Valencia, o sea, los que
los o bisabuelos, que para el caso es lo mis­ ces de calles, con todos los peligros que en­ entran por la calle de Balmes, se quedaron
mo, por el progreso, y concretamente su gus­ cierran los pasos a nivel, y más cuando son sin electrificar entonces. Vino luego la Re­
to por el tren, dejó a Barcelona una espanta­ urbanos. pública, y ya se sabe el resto... Total, que
ble herencia de carriles por doquier. Por la Y así resulta que al llegar a Barcelona el hasta el 26 de junio de 1956, o sea, hace
quince meses, no circuló por la trinchera gio en el que participo decisivamente la pren­
ferroviaria de calle de tantos humos el pri- sa de la ciudad, apoyada por la de Madrid,
per tren eléctrico. como si el puerto fuera del Manzanares; al
BARCELONA EN CIFRAS otro lado, decíamos, unas playas con insta­
laciones decimonónicas, y luego, el caos.
2.277 factorías textiles con Una muy larga cuestión, de muchos años,
a la que no se ha podido poner fin práctica­
más de 160.000 obreros TAPANDO LA ZANJA mente hasta el 14 de marzo del corriente
Barcelona. la a n tig u a B arcino de los rom a­ año, en el que, a bordo de un poderoso trac­
nos, Ja Pía Faventía y Julia A u g u s ta de la época tor de excavación, el gobernador civil, don
del Im p e rio , cue nta hoy con una población de
hecho de 1.431.753 h a b ita n te s d e n tro del re c in to Ocasión tan esperada, tan anhelada, cogió, Felipe Acedo Colunga, inauguraba personal­
que com prende el casco v ie jo , en ensanche
m oderno y los industriosos barrios adyacentes;
sin embargo, desprevenido al Ayuntamiento, mente las obras que constituirán la gran fa­
1.134.537 personas más están establecidas en tal vez porque ya se habían perdido las espe­ chada marítima de Barcelona, de cuyo pro­
los pueblos de la p rovincia , elevando su po bla­
ción to ta l a 2.566.291 h a b ita n te s , según la ú l­ ranzas de ver algún día electrificado el tren, yecto se dió a su tiempo cuenta en estas
tim a re c tific a c ió n del padrón, efe ctuad a el 31 y así, resultó que en vez de estar preparado mismas páginas de Mvndo Hispánico. Una
de d ic.em bre de 1956. De ellos, 1.208.657 son
varones y 1.357.634 son m ujeres. Pero la esta­ para empezar la cobertura de la calle al día obra costosa y difícil por el terreno movedizo
d ís tic a d e m ográfica no se lim ita a los sim ples siguiente de pasar el primer tren eléctrico,
recuentos. Hace sus predicciones c ie n tífic a s y en que inevitablemente ha de cimentarse,
asigna 1.503.062 h a b ita n te s a la gran urbe ca ­ no empezó a realizarse ésta, y con cierta ti­ pero que proporcionará a la ciudad una her­
ta.ana para 1960, com o nos m uestra el A n u a ­
rio del I. N . E. midez, hasta el 8 de enero del presente año. mosa pista al borde del mar—un balcón de
Pero a partir de marzo, tras el nombramien­ casi seis kilómetros al Mediterráneo—, bajo
P R E D O M IN A N LAS MUJERES to del actual alcalde, don José María de Por- la cual se instalarán ante las playas las nue­
El año 1956 ha c o n trib u id o a alcanzar esa cioles, la obra ha adquirido un ritmo rápido vas dependencias balnearias, y en la que
c ifra calculada, con 24.841 na cim ien tos, 12.739
de varones y 12.102 de m ujeres. AJ llegar a este
en los dos kilómetros centrales, que es por habrá una línea de edificios residenciales,
p u n to se p re g u n ta rá el le c to r: «¿Cómo es posible donde se ha empezado la cobertura, a la vez de viviendas a precios asequibles para el tér­
que predom inen n u m é ric a m e n te las m ujeres en
la población si nacen más varones?» La razón es que, mucho antes de lo pensado, se saca a mino medio de la población, provistos de so­
m uy sencilla y obedece a una ley general de
la que no c o n s titu y e excepción la ciu d a d de B ar­
subasta la urbanización del primero de los portales a todo lo largo de sus fachadas. Con
celona. La m o rta lid a d es m ayor en los hom bres tramos cubiertos. La calle de Aragón, cerra­ esta obra y con la reforma del puerto se aca­
que en sus bellas com pañeras, hasta ta l punto-
que hacia los siete años hace nivelarse a los da la zanja, se va a convertir en una gran bará lo que hasta ahora se venía diciendo
sexos y a p a rtir de entonces va siendo cada vez
m ayor la d ife re n c ia e n tre los s up ervivie ntes. El
avenida de treinta metros de ánchura, de acusadoramente, y con razón, de que Bar­
pasado año fa lle c ie ro n en la c a p ita l 14.250 p e r­ ellos, veinte para calzada. Amplias aceras con celona era un puerto de mar que vivía de
sonas y en la pro vin cia 26 .502 , de las cuales
cerca del 51 por 100 fu e ro n varones. arbolado y estacionamiento para coches a espaldas... al mar.
todo lo largo de las mismas.
DOCE M IL BODAS AN U A LE S Esta es la obra que va a influir más en la
D u ra n te el c ita d o año 1956 se celebraron fisonomía del centro de Barcelona, tanto más
12.480 m a trim o n io s en la c a p ita l y 23 .275 en el
á m b ito de la pro v in c ia , lo que supone un p ro ­
cuanto que está llamada a conectarse en lí­
m edio de nueve co n tra y e n te s por cada m il ha­ nea recta con la carretera de Francia, para la EL ESTADIO
b ita n te s . A su vez, las c ifra s absolutas de n a c i­
m ien tos y de funciones que dim os a n te rio rm e n te que, tras salvar el río Besos, al norte de la
equivalen a las siguientes re la tiv a s : 17,3 nacidos
vivos y 9,0 9 fallecidos por cada m il barceloneses.
ciudad, se está construyendo un nuevo acce­ DE LOS 200 MILLONES
La población a c tiva supone en la p ro v in c ia un so de cuarenta metros de ancho, destinado
48 por 100 de la to ta l. El 9 ,4 por 100 de esos
tra bajad ores están em pleados en la a g ric u ltu ra , como decimos, a empalmar, sin solución de
el 11,1 po r 100 en el com ercio, el 16,4 en los
servicios oficiales, el 4 6 ,8 en las Ind ustrias fa ­
continuidad, con la nueva avenida—ya se la Ambas obras son, probablemente, las que
briles, con e v id e n te p re dom in io de éstas, que ha­ podrá llamar así—de Aragón, lo que, ade­ tienen más futuro de Barcelona, aquellas por
cen de Barcelona n u estro prim e r nú cle o in d u s tria l.
El foco p re e m in e n te de la c a p ita l y los no m e­ más de dar plena y fácil penetración hasta las que se conduce el porvenir próximo de
nos fam osos de Tarrasa, Sabadell, M anresa, M a ­
ta ró , Igualada, e tc., c o n tie n e n una gran v a rie ­
el centro de la misma ciudad a los coches la ciudad. Pero hay una que pertenece al
dad de fábricas, e n tre las que sobresalen las procedentes del norte, les facilitará el cruce presente— ¡ c ó m o !—, que se inaugurará
m e ta lú rg ica s, te x tile s y quím icas.
de la misma y su paso a otras grandes ave­ cuando estas líneas se publiquen, y que, po­
nidas, como la del Generalísimo Franco, o pular y sentimentalmente, constituye un sue­
TEJIDOS, ACERO, A U TO M O VILES
Diagonal, y la de José Antonio, multikilomé- ño de la mayoría de los barceloneses. De los
A p o rta C ataluña a la econom ía española a l­
rededor del 85 por 100 de la producción te x t il tricas y espaciosas y prolongadas en amplias barceloneses... barcelonistas, pues se trata
nacional, re p a rtid a en tre s sectores— algodonero,
lanero y sedero— , con 2.277 fa c to ría s , donde
vías de acceso de las carreteras de Madrid nada menos que' del nuevo estadio del Club
se em plea a más de 160.000 obreros. y de Valencia, respectivamente. Para todo de Fútbol Barcelona, empresa tanto más ex­
La producción de lin g o te de acero sobrepasa
las 4 3 .000 toneladas, la de acero lam inado las
ello, para el empalme de Aragón con la nue­ traordinaria cuanto que se ha hecho movida
2 2 .000 y la de m odelado y fo rja d o alcanza las va entrada de la carretera de Francia, hay, por el entusiasmo de los simpatizantes de su
7.5 00. De las 11.692 hectáreas que ocupan las
minas productiva s, 7.4 45 corresponden a los naturalmente, que vencer otros obstáculos fe­ club, entusiasmo que incluso puede cifrar­
criaderos de sales potásicas y 4.061 a los de
lig n ito . Después de la a p e rtu ra de la m ina Emé­ rroviarios que nos dejaron nuestros abuelos se : 200 millones de pesetas, que es el valor
rita , a fin a le s de 1954, tra b a ja n en la e x p lo ta ­ o bisabuelos, tan entusiastas del tren. Pero de la obra hecha, y cuya inauguración cons­
ción de las potasas 3.665 obreros y 3.5 40 en las
minas de lig n ito . Respecto a las ind u stria s q u í­ no insistimos en ello ni en otras obras simi­ tituye el número cumbre de las fiestas de
micas, m erece c ita rs e la fa c to ría de Badalona, lares ya realizadas en este orden por tal lado
con una producción anual de más de 120.000 t o ­
Nuestra Señora de la Merced, la Patrona de
neladas. El in c re m e n to e x p e rim e n ta d o por las In ­ de la ciudad, que han dado origen a la ave­ Barcelona, que se celebran en la última se­
d u stria s de veh ícu los de tra c c ió n m ecánica se
pone de m a n ifie s to al considerar que en 1956 nida Meridiana, otra hermosa vía, para po­ mana de septiembre.
se fa b ric a ro n 12.929 au to m ó vile s, 5 5 0 tra ctore á der seguir adelante en nuestra revista de al­ El nuevo estadio del Barcelona, no muy le­
y 26.763 m o to c ic le ta s en las 16 fa c to ría s esta­
blecidas. gunos de los grandes trabajos en curso en jos del de Las Corts, célebre en el fútbol
Para abastecer to d a esta in g e n te in d u s tria
y m a n te n e r las necesidades de sus ha b ita n te s, Barcelona. mundial, pero que se ha quedado pequeño,
la p ro v in c ia de Barcelona pro d u jo , en 1955, nació hace tres años y medio, bajo el vuelo
22 9.85 4.69 7 k v -h . en sus 20 c e n tra le s h id rá u ­
licas y ocho térm icas. cándido y multitudinario de seis mil palomas
que fueron lanzadas entonces al ponerse la
BARCELONA, PUERTO primera piedra—la misma que había cum­
Pero quizás todas las enorm es riquezas, de las
que acabamos de c ita r algunos ejem plos s ig n i­
LA CARA plido semejante honorífica función en Las
fic a tiv o s , no se hu biera con centrado en la in ­ Corts—en aquella soleada mañana dominical
dustriosa cuenca del L lo b re g a t si Barcelona no
hubiese te n id o una a rte ria com ercial a b ie rta al
QUE FALTABA de incipiente primavera en que se verifico
m ar. Por su a c tiv o p u e rto , el p rim e ro de España, acontecimiento tan trascendental.
e n tra ro n en 1954, 547 buques nacionales con
carga y 203 en lastre, con una capacidad global
de 1.231.724 toneladas. Los pabellones e x tra n ­ Otro legado poco grato fué el descuido de
jeros sum aron 938 unidades, con 3.8 5 8 .2 3 4 to ­
neladas m é tricas en trá fic o e x te rio r. Por su pa rte,
dotar a la ciudad de un gran paseo marítimo,
la aduana de Barcelona despachó d u ra n te el año de prepararle su cara marinera. Se llega a
cita d o 2 .2 10.0 00 toneladas de m ercancías de t o ­
das clases que e n tra ro n en ella y 88 0.00 0 to n e ­ Barcelona por mar. A la izquierda, Mont- HISTORIA DE
ladas que salieron.
De la p u ja n te a c tiv id a d fin a n c ie ra nos lim i­
juich, tan urbanizado, tan espléndido por la
tarem os a dar el ú ltim o d a to calculado. En 1956 vertiente que da a tierra, con su imponente UNA PRIMERA PIEDRA
se realizaron 839 em isiones de c a p ita l con un
nom inal de 2 .8 62,6 m illo nes de pesetas. conjunto de edificios de la Exposición cita­
P rendida en unas cua ntas c ifra s , pequeñas
m uestras de grandes realidades, dejam os en estas
da, ofrece, en cambio, del lado del puerto,
colum nas a la laboriosa pro vin cia cata la na. Sólo que se halla a sus pies, una cara fosca, de Esta primera piedra, que ya había sido ob­
ocupa el 1,5 por 100 del te r rito rio nacional, pero
c o n tie n e la riqueza económ ica más flo re c ie n te pocos amigos, de lo más inconveniente para jeto de aparatosa y tierna colocación cuan­
de nuestra p a tria . recibir a nadie. Y al otro lado del puerto, do se iniciaron las obras del estadio de Las
Iñ ig o SERRANO SANCHEZ
también metido en grandes trabajos de re­ Corts, volvió en la presente ocasión a ser ob­
forma y ampliación tras un no pequeño liti­ jeto de entrañables manifestaciones gigantes-
cas. La verdad es que la famosa piedra» una solamente se apoya en su p a rte trasera. de la ciudad, se elevará una formidable to­
vez colocada por vez primera, no sirvió para Aparte la ayuda dada con la suscripción rre, un rascacielos de 120 metros de altura,
nada, sino que quedó enterrada fuera de la de las operaciones de crédito necesarias, los construido con arreglo a los más modernos
estructura del estadio. Pero ahora iba a ser­ socios del Barcelona han anticipado a su conceptos arquitectónicos, lejos de los ras­
vir de principio al que con delectación, rela­ club 60 millones de pesetas en concepto de cacielos estilo los «felices veintes» que si­
miéndose, se anunciaba como el estadio ma­ abono de localidades al nuevo estadio. Se guen levantando en Madrid. Conjunto, y que
yor no sólo de España, sino de Europa en­ trata, en conjunto, indudablemente, de la nos perdone la «afición», que será más im­
tera, y con particularidades que le pondrían contribución más poderosa de la iniciativa portante e imponente que el mismo y no­
en aspectos varios por delante de cualquier privada, en los últimos tiempos, al engran­ vísimo gran estadio del Barcelona.
instalación deportiva de todo el mundo. De decimiento de Barcelona. Y tal vez, para terminar, no pase mucho
modo que se formó una comitiva de ardo­ — ¡Lo que puede el fútbol!—comentó el tiempo sin que se arregle algo de lo que
rosos y sensibles afiliados y simpatizantes, actual alcalde al visitar el terreno este por — ¡cómo no!—también es culpable el ferro­
de los que el Barceloná cuenta por millares vez primera. carril, y es la resolución de la manzana
y millares, para trasladar tan histórica piedra triangular que se forma entre la plaza de
a su nuevo y definitivo emplazamiento. La Cataluña y las calles de Vergara y Pelayo,
piedra, que pesaba 150 kilos, fué transporta­ frente a las mismísimas Ramblas, en el sitio
da en relevos, y hubieran sido necesarias más popular, más turístico, más comercial y
cientos de primeras piedras para haber satis­ más animado de Barcelona. Esta manzana,
fecho los entusiasmos de todo el nutrido
MAS SITIO que en sus fachadas a Cataluña y Vergara
cortejo, ya que todos sus componentes que­ presenta una serie de edificios de escasa ca­
rían tener el honor de haber contribuido con PARA CIRCULAR tegoría, por culpa del ahora subterráneo fe­
su propio y personal esfuerzo al traslado de rrocarril de la calle de Balmes, que precisa­
sillar a tan insigne soporte destinado. mente arranca al lado de esta manzana, no
Luego, con tanta emoción y tanta gente Necesitaríamos el número entero para re­ tiene fachada a la calle de Pelayo; no tiene
—y tanta paloma—, no es de extrañar que flejar, aun cuando no fuera más que suma­ otra fachada que las traseras de los edificios
ocurriera lo que ocurrió : que, al ir a colocar riamente, las nuevas grandezas de diversa de Cataluña y Vergara, porque en tiempos,
la piedra en su sitio, el encargado de la ca­ índole—no solamente en el terreno de la en el solar alargado y de escaso fondo que
bria que la aguantaba, se equivocó, y en vez edificación—que engendra la gran Barcelo­ da a Pelayo, estuvo la estación del tren de
de hacerla bajar al foso preparado, la em­ na. Eso sin referirnos a proyectos, de reali­ la calle de Balmes. Y hasta hace dos o tres
pezó a hacer subir. Y además—la famosa zación más o menos inminente, que unen años el Ayuntamiento no ha podido dispo­
piedra estaba predestinada—resultó que fué a su función una innegable espectacularidad ner de tal terreno.
colocada no en el sitio en que se iba a cons­ y que dejarían marcada en Barcelona la im­ Se abrió entonces una consulta popular
truir el nuevo estadio, sino en el terreno in­ pronta del vigor y el estilo de estos años para ver qué solución se daba a esta manza­
mediato, destinado a la apertura de una siguientes al Congreso Eucarístico Interna­ na triangular en el lugar más estratégico de
nueva calle. cional, inicio indudable de la presente era la ciudad. La consulta terminó sin que se
Y ahora, ¿quién se acuerda de la piedra barcelonesa. dedujera nada práctico. Pero al inaugurarse
esa ante la imponente estructura de hormi­ Hay una calle, una gran calle, una ave­ la III Bienal Hispanoamericana de Arte, ha­
gón y hierro que se levanta en aquellos lu­ nida, la Diagonal o avenida del Generalísimo ce dos años, en Barcelona mismo, un arqui­
gares, cercanos por cierto al nuevo núcleo Franco, que el comentarista catalán más agu­ tecto, don José María Bosch Aymerich, con­
universitario de Barcelona, otra de las gran­ do y leído de estos años, José Pía, dice que currió con un proyecto de solución total de
des realizaciones en curso? Aunque sólo se tiene aire suramericano. Tal vez será por las la manzana, que mereció un Gran Premio de
ha construido la primera fase, da la impre­ palmeras que la adornan en su trozo más Arquitectura de dicho certamen. Un edificio
sión de que aquello está completo, tanto por concurrido, el que va del cruce con el opu­ que rompe con todo lo construido hasta
su tamaño como por la habilidad de los ar­ lento paseo de Gracia a la incompleta regu­ ahora en Barcelona. Monumental y ligero a
quitectos, señores Soteras y García Barbón, laridad de la plaza de Calvo Sotelo. Este la vez. Esbelto—cien metros de esbeltez—,
para dejar sensación de cosa hecha, y que, trozo de la Diagonal está siendo objeto de ondulante y cristalino. Sobre una base trian­
sin embargo, en cuanto sea necesario, se le gular de un edificio de ocho plantas—altu­
estudio por los técnicos municipales, dado ra media de la muy desordenada plaza de
puede añadir un suplemento que aumentaría
el aforo del campo en un 50 por 100, pues, que la circulación, tanto rodada como de Cataluña—se eleva una torre de planta alar­
tal como está, caben en él 100.000 especta­ viandantes, ha crecido—y crecerá más—has­ gada y curva, estriada con grandes—natu­
dores, y con la ejecución de la segunda fase ta hacerlo uno de los lugares más concurri­ ralmente—paramentos de cristal, cuya má­
entrarían otros 50.000 más. dos de la ciudad. Se suprimirán, pues, pro­ xima y ondulante fachada da a la plaza de
bablemente, los dos paseos que hay entre Cataluña, proporcionándole a ésta una edi­
la calzada central y las laterales, con objeto ficación a tono con sus grandes dimensiones
de ampliar la calzada central, aumentar el e imprimiéndole el sentido monumental que
espacio reservado al estacionamiento de co­ le es debido y del que carece.
LA VISERA ches y ensanchar las aceras de acuerdo con La solución ha sido propuesta al Ayunta­
la proliferación de importantes estableci­ miento, y el Ayuntamiento va a convocar
MAYOR DEL MUNDO mientos que allí se está produciendo. un concurso por si otros arquitectos tienen
algo que proponer a su vez, al objeto de
tener donde elegir para resolverle a lo gran­
El estadio más cómodo del mundo. Có­ de a la gran Barcelona este problema, y los
modo por sus accesos, pues se entra a los ya en vías de arreglo de la calle de Aragón
grádenos superiores por pistas aéreas que RASCACIELOS y del paseo marítimo, que han constituido
forman parte del edificio. Cómodo por lo durante más de medio siglo las tres grandes
espacioso de sus localidades y por la dispo­ cuestiones urbanísticas más debatidas, más
sición de sus galerías y tránsitos. Y porque Por lo pronto, lo que está en marcha es inacabables : el tren por en medio de la ciu­
no menos de 30.000 personas de las 60.000 la construcción de un rascacielos en el cruce dad aunque fuera por una zanja; la ciudad
que allí pueden sentarse—el resto son loca­ de esta avenida con el paseo de Gracia, lo de espaldas al mar, siendo la mayor ciudad
lidades de pie—quedan bajo techado, tanto que transformará esta perspectiva urbana. Y del Mediterráneo, y la gran plaza de Cata­
por la superposición parcial de los tres grá­ se ultiman los proyectos con un conjunto de luña, vasta, extensa, que constituye el cen­
denos que rodean el terreno de juego como edificios, de un total de cinco manzanas, tro estratégico de la capital, sin determinar
por la fenomenal «visera» de la tribuna, que precisamente en la media plaza de Calvo resolver, de definir, y entregada últimamen­
es mayor todavía que la de Maracaná, y es, Sotelo sin construir, en razón de un largo te a no muy felices y bien avenidos experi­
por tanto, con sus 120 metros de anchura pleito, resuelto no ha mucho. De este con­ mentos de arquitectura bancaria.
por 45 de profundidad, el voladizo mayor junto, enlace entre la parte comercial de la La gran Barcelona no podía seguir ade­
del mundo, pues esta techumbre, que cubre avenida del Generalísimo y la estrictamente lante sin abordar estas grandes cuestiones,
hasta la primera fila de la tribuna—lo que residencial, universitaria y deportiva que se que, resueltas, contribuirán a nuevas grande­
no sucede en el inmenso estadio carioca—, extiende desde Calvo Sotelo hasta el límite zas de cara al año 2000.
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Por JOSE MARIA PEMAN

a encuesta hecha por la U. N. E. S. C. 0. sobre el tema de las temporánea rehabilitación de la cultura clásica grecorromana—Vi­

L relaciones culturales y morales entre el Viejo y el Nuevo


Continente, encomendada en Buenos Aires a la Fundación
Victoria y Suárez, dió lugar a una amplísima consulta de
profesionales y técnicos de las más variadas disciplinas, sobre el
das paralelas, de Plutarco; estoicismo, platonismo—definió muchí­
simo más la renovación del hombre de aquella hora que el descu­
brimiento copernicano. Que Epicteto había dicho tales cosas, que
Platón aseguró tales otras; que los héroes de Plutarco hicieron
patrón del documento-base que había redactado la Organización estos gestos o estas acciones, fué, para el hombre del XV al xvi, mu­
universal. Todo este rico material de opiniones, comentado luego cho más decisivo que el que hubiera resultado, de pronto, que vi­
con agudeza notable por el presidente de la institución, don Atilio víamos en un planeta-suburbio de un modesto sistema solar perdido
dell’Oro, y aportado a las reuniones o coloquios de Sao Paulo y entre infinitas galaxias.
Ginebra, ha producido ya tan ancha e ingente documentación frag­ Ahora parece ocurrir lo mismo. Ponemos el pie sobre una nueva
mentaria, que la redacción de un prólogo que preceda a la publica­ era, a la que se le ha encontrado un nombre físico : atómica. La
ción de la policroma y matizada variedad de sabias respuestas re­ relatividad y la mecánica ondulatoria han sacudido hasta los ci­
quiere, mucho más que una tarea de resumen y recuento estadístico, mientos el esquema físico del universo. Esto produce confusión,
una labor de escuetísima simplificación, que, sin citar nombres y angustia, temor. Aplastados por cifras de insospechadas magnitu­
opiniones concretas, intente centrar en pocas palabras el tema y des, lo universal o planetario nos parece ya un imperativo indecli­
recordar nociones generales y básicas que lo dejen listo para hacer nable que está al alcance de la mano; y que no es un programa y
eficaz su estudio. Procuraré que lo que se me pide como prólogo opción, sino un hecho. El grupo en que un ser se mueve en cada
no sea una opinión más que engrosé y complique más todavía la estadio de evolución no es aquel que él decide, sino aquel que se
encuesta. Pero, desde luego, me alejaré de que sea un mero escru­ basta a sí mismo : la colmena, el rebaño, la tribu. Este grupo no
tinio pasivo de la magna y difusa votación. es ya, para el hombre, la nación. El hombre que marcha tranqui­
Dentro de los dos términos que se conjugan en el enunciado de lamente en su automóvil ha necesitado para tan sencilla operación
la consulta, creo advertir que visiblemente se ha apoyado más el su ración de gasolina, de industria, de acero, de caucho, que no
acento y preocupación de los deponentes en el segundo, o sea, el son muchas veces nacionales. También necesita su ración de ideas,
sujeto de la consulta entre el Viejo y el Nuevo Continente, que en de cine, de libros de cultura, extra y supranacionales. Fatalmente
el primero; objeto de ella: las relaciones culturales. se anuda y teje sobre el planeta una membrana humana, que res­
ponderá, como todos los estadios de la evolución, a un esquema
circular cerrado y pleno y completará una antropoesfera, inserta
en los concéntricos esquemas de la igniesfera interior del planeta;
la litosfera o superficie; la atmósfera, la estratosfera...
Hasta aquí los impactos mentales de la ciencia : Física o Bio­
logía. Como en el Renacimiento, ese impacto se cifra en la concien­
cia de una gran revolución o mudanza, renovación o ensanchamien­
EL MUNDO EN QUE VIVIMOS to de todo. Pero en seguida, cuando queremos pensar, decidir y
hacer cosas al hilo de esta grande y turbadora conciencia, lo que
hacemos es ponernos a preguntarle a la Historia. Creo que el ochen­
ta por ciento de las respuestas a la consulta de la U. N. E. S. C. O.
se han movido en el área historicista. Han procurado—apoyándose
L ancho panorama de la encuesta es una prueba clamorosa del en el pasado para dispararse hacia el porvenir—descifrar cómo se
tantas veces alegado predominio de lo histórico—como rea­ formaron los pueblos de América, qué son históricamente, cómo se
lización de lo vital—en nuestra cultura contemporánea, en definen y comportan. De este modo parecía quedar listo ante la
nuestro modo de entender las realidades humanas. Cada vez comprensión humana el perfil del sujeto de la investigación—el Nue­
más se hace claro que el predominio de la Física, que en algún mo­ vo y Viejo Continente—, dedicando mucha menos atención al obje­
mento pareció apuntar como tirana de la mente moderna, no se to, sus relaciones culturales, como si éstas, al ser bien conocidos
consolidará. La Física no nos da una estructura viva y humana del
mundo en que vivimos. Acaso nunca hubo en las ciencias sesgo y y perfilados los seres históricos y sociales—continente—que van
revolución parecidos al descubrimiento de Copérnico, que jubila el a relacionarse, fueran ya simple derivación fatal y lógica de ese
orden clásico de Ptolomeo. Sin embargo, se ha visto que cuando antecedente.
Copérnico lanzó su afirmación y sistema, nada fundamental se con­ El resultado simplificado de esta gran zona de investigación
movió en la vida de los hombres y las sociedades, en la concepción historicista de la encuesta es bastante unánime. No cabía en él,
y estructura del mundo en que el ser humano vive. La casi con­ por fortuna, mucha brillantez de desorientadora originalidad.
mería y de los lagos; y de la cultura maya, inca, azteca, occidental,
MISION EN AMERICA cristiana, latina. No se varía el tono ni el acento para pronunciar el
sujeto—cultura—de tanta adjetivación. Y no se trata de un hecho
complaciente creado a la medida de este problema de la relación
uropa descubre y funda América en los siglos xv y xvi. Se con América; se trata de un hecho mental al hilo, con la dubitación

E engancha con ella por dos suturas o enganches. Por abajo,


España y Portugal llegan a América con una concepción ori-
ginalísima de lo- que tienen que hacer. La bula de Alejan­
dro VI no es un reparto de dominios, sino una división de tareas
y delegaciones misionales. Se produce una Misión, una Propagan­
moderna de todas las escalas y valores. Ya Eça de Queiroz dudaba
de si las chinas tienen el pie pequeño, o nosotros, los europeos, los
tenemos grandes. No hay ya, como veis, una medida de zapato para
la cultura. Al día siguiente de independizarse los pueblos marro­
quíes—espléndidos ejemplares de vida medieval—, se habla ya
da Fide, que, por ser tesis oficial y estatal, improvisa y crea sus ahora de relaciones culturales con ellos. Pero ¡ cuidado ! ; estamos
modos y formas, que en nada se parecen—con ganancia de genia­ a punto de pensar que el trueque—no diré ya de un Corán por
lidad temporal y déficit de espiritual pureza a la propagación una Biblia, pero sí de una babucha por una trilladora—es una
primera del cristianismo en Europa. Todo nace de ahí: una original relación cultural.
política cultural y lingüística, que adapta lo cristiano a los dialectos Escuetamente : no creo que el espléndido arsenal de las contes­
indígenas, como primera etapa, y como segunda, retraduce toda taciones a esta encuesta supere a lo caótico y logre perfil, morfolo­
esa concepción cristiana, adaptada y original al español ; unas gía y eficacia, si no logramos pensar el enunciado relaciones cultu­
formas radicalmente diferenciales de convivencia humana aparte rales como algo más que un pasivo diálogo de fatales hechos histó­
y aun en contra de las oficiales políticas y administrativas , que ricos, de seres continentales que históricamente crearon sus cul­
en las Misiones del Paraguay iban produciendo un hecho de origi­ turas, sino que lo pensamos como un relacionarse ambos en una
nalidad insospechada cuando fueron cortadas ; un estilo y arte co­ entidad superior—la cultura—y un comulgar en la gran tarea hu­
lonial, que es todo lo contrario del bugalow o el edificio económico mana que tiende a acercar la humanidad hacia unos fines, metas
y funcional, sino que es—en catedral o palacio nuestro barroco y niveles que la harán mejor.
o nuestro manuelino, hospitalariamente abierto a las libres apor­ A la luz de ese concepto más rígido y definido de la cultura
taciones imaginativas y tradicionales de incas, de mayas o de azte­ hemos de pensar el problema de las relaciones culturales de los dos
cas; un mestizaje humanístico y amplísimo... continentes.
Esto, en el Sur. En el Norte, el objetivo es totalmente distinto.
Los padres peregrinos no van a misionar ni crear nada en función
del continente a que arriban ; huyen de Inglaterra, y sólo van a
crear o fundar, para ellos, una Inglaterra nueva y mejor. Sin em­
bargo, el imperativo de lo aborigen también en el Norte se deja
sentir, y mucho más—lo mismo que en el Sur la creciente inmi­
gración, distribuida en varias corrientes : europea, africana, ama­ EVOLUCION HUMANA
rilla, sirio-libanesa.
royectada de este modo la atención, el problema viene a ci­

P frarse en el modo como ha de realizarse una etapa importante


del crecimiento social del hombre : un paso—en el que sean
sujetos actuantes e interlocutores del diálogo los continen­
tes—hacia la unificación moral de la especie.
LA NOVEDAD DE UN Pero ese paso, esa etapa, no está inserto en un proceso de evo­
lución ciega o determinada. En ese caso no preguntaríamos sobre
CONTINENTE él ni lo convertiríamos en sujeto de problema e investigación.
Acaecería y nada más. Nadie se pone a investigar si para ir de
Madrid a San Sebastián hay que pasar por Medina del Campo;
porque inevitablemente está en la vía, sobre ese trayecto.
~* l resultado final de todos estos factores históricos, tal como

1 i puede ser utilizable para una eficacia viva y actualmente, es


también bastante unánime y poco brillante, para su evidencia
de sentido común.
Estamos ante un continente inserto, sin duda alguna, en la cul­
Pero la evolución humana no se realiza de ese modo ciego. La
humanidad progresa, crece y se unifica hacia un punto omega que
provisionalmente definimos como la cultura, pero sin perder por el
camino sus facultades y potencias intelectuales y libres, para forzar
la marcha hacia él y facilitar nuestro acceso.
tura europea, occidental y cristiana. Importa mucho—y ahí de la conciencia histórica—comprender
Estamos ante un continente. fuertemente sellado de valores di­ cómo se han ido formando siempre los diferentes núcleos de socia­
ferenciales. de posibilidades de originalidad. Innecesaria la menuda bilidad humana, sobre los que el hombre ha ido amplificando y ex­
comprobación. Basta recordar que ese continente ha dado a Edgar tendiendo su convivencia. Casi siempre el nacimiento del núcleo, la
Poe y Ruben Darío, en poesía; la democracia del Norte o el im­ conciencia de la unidad o grupo mayor, nace de una voluntad polé­
pulso boliviano supranacionalista, en política; la matización del mica o de un egoísmo defensivo. Hasta que, luego, serenadas estas
Derecho público de Vitoria y Suárez (base ideológica de la inde­ pasiones originales, el mismo grupo es utilizado como elemento de
pendencia), en jurisprudencia; el trascendentalismo de Emerson federación y sujeto de cultura, con lo que rinde toda su eficacia
o el pragmatismo de James o Dewey, en filosofía. Nada de eso organizadora hacia la unificación social y humana.
hubiera podido producirse si ese continente no fuera tan Europa; Un ejemplo nos aclara esto mejor. Los “gremios” profesionales
nada de eso se hubiera producido si no fuera algo, además, de —semilla de sindicatos y corporaciones—son nombrados hoy día
Europa. con veneración, como excelentes instrumentos de la organización
Con esto, o poco más. queda agotado el perfil histórico—que hoy pacífica de la sociedad, como grupos listos para federarse en una
día vale tanto como decir el ser vivo—del Nuevo Continente, que sociedad más perfecta y culta. Sin embargo, los gremios nacieron
se quiere relacionar culturalmente con nuestra Europa. El sujeto plenamente de una urgencia defensiva y polémica. Al liberarse mu­
de la encuesta queda suficientemente claro. chos esclavos, y quedar así desencajados de su anterior ocupación
Pero ahora no sé si el objeto se ha esclarecido con igual fortuna servil, aparecieron en la vida económica como posibles competido­
o profundidad. Se ha preguntado por las relaciones culturales entre res de los zapateros, carpinteros o tejedores que estaban ya^ insta­
estos definidos continentes. Pero ¿qué es relacionarse cultural­ lados en sus artesanías, y entonces éstos^ se “agremiaron para
mente? defenderse y excluir tales competencias. Tiene que ser siempre la
fuerza superior de la cultura—entendida como formulación de unos
superiores fines humanos—la que convierta estos núcleos polémicos
y egoístas en elementos de federación y de progreso unitario. Pero
siempre en lucha con su pecado “original” de egoísmo y belicismo,
que reaparece en cuanto aflojan la vigilancia cultural. Por eso la
palabra “sindicalismo” tendrá siempre dos filos: uno, de progreso
SENTIDO DE LA CULTURA y organización social, y otro, siempre acechante, de lucha de clases.

a pérdida de una mente dogmática o una jerarquía intelectual

L en el hombre de Occidente, a partir del siglo xvill, ha venido


desvalorizando y aguando el sentido de muchas palabras, para
descomprometerlas con todo el contenido afirmativo y con­
creto. Así, revolución se quiere que sea cualquier sacudida de agi­ NACION Y CONTINENTE
tada mudanza, con exclusión de su determinado objetivo. Así hay,
por igual, revoluciones de derechas y de izquierdas, y nacionales y OMO la palabra “nacionalismo”. He ahí otro grupo creado poi
proletarias o internacionales; y hay agitadores revolucionarios y
escritores revolucionarios, monárquicos y demócratas, y católicos^ y
dictadores, que se pegan sin escrúpulo esa etiqueta: revolucionario.
O sea, que revolución viene a ser un modo o estilo de hacer, con
independencia de lo que se hace.
C impulsos polémicos. Las “naciones” nacen para defenderse o
pelearse. Luego han sido consideradas muchas veces como
órganos de cultura y se han proclamado dispuestas a feae-
rarse para los superiores fines humanos. Pero en su misma dificul­
Lo mismo pasa con la cultura. Viene a ser, para muchos, un tad para despojarse plenamente de la parte de soberanía que re­
modo y estilo de pensar, con independencia de lo que se piensa. Se quiere una verdadera federación internacional, en la facilidad con
habla de la cultura de la piedra y del bronce, y de Altamira y de Al­ que todo “nacionalismo” se convierte en ejercicio de barbarie, esta
revelado en ía nación su mal origen polémico y receloso. Tanto, que función de este drama permanente—y hoy acentuado—de la cultu­
casi todos los movimientos de superación de lo nacional han venido ra. Hoy acentuado, digo, porque el peligro del desistimiento cultu­
quebrando por la irritación de la etapa anterior—“nación”—ante ral, de la recaída de la barbarie disgregadora, se multiplica siempre
el despojo de su exclusividad. El racismo, tal como lo concibió el en las horas, de crisis. Se ha dicho que cuando la razón se cansa
conde de Gobianau, o el “socialismo”, tal como Marx lo perfiló, de los rigores clásicos, ¡qué gran recurso un poco de orientalismo !
eran ideas de amplificación humanas, círculos mayores, donde ha­ El Oriente—y, en general, lo exótico—está siempre ahí alargando
bían de congregarse las razas del planeta o los “proletarios del su oferta de tentaciones a la mente occidental cansada. Todo ro­
mundo”. Pero una y otra divisa de amplificación se anularon al manticismo disuelve los cánones clásicos en confusiones orientales.
entrar en convivencia y complicidad con “lo nacional” y ponerse Porque Oriente amenaza siempre al Occidente con la fuerza o con
al servicio de los nacionalismos irritados o los imperialismos de el misterio, con Tamerlán o con Las mil y unas noches. Ya la pri­
determinados países. mera postguerra europea se encandilló con los bailes rusos, el teo-
La idea de “continentes” como sujetos de un diálogo y rela­ sofismo de madame Blawastki, el pacifismo de Gandhi, la delicues­
ción cultural, no debe olvidarse nunca de estos antecedentes histó­ cencia de Rabindranath Tagore. Elementos todos prometedores y
ricos. Lo “continental” se pensó también originariamente como un rejuvenecedores cuando la cultura los acoge y aprovecha. Elementos
movimiento de superación de lo “nacional”, del régimen de potencia todos de desfondamiento cultural cuando la prehistoria aprovecha
que aquejaba y ensangrentaba a Europa. El “América para los sus perezosos consejos de desistimiento clásico.
americanos”, de Monroe, o las ideas federativas de Bolívar, nacen América, por sus fondos indigenistas—incluidos en su ancha
de un deseo de salvaguardarse de los conflictos europeos; de ais­ órbita absolutamente occidental y cristiana—, es una fuerza es­
larse y establecer un lazareto frente a la epidemia bélica del Viejo pléndida de juventud, un arsenal inagotable de renovación cultu­
Continente. Nacen, pues, también, de una raíz polémica y defensiva ral... Aprovechar estas minas es “relacionarse culturalmente” con
de continente a continente. Europa; pero no lo sería utilizarlas como explosivos disgregadores,
y menos .como pasadizos para dar entrada al turbio mensaje de Asia.

SITUACIONES Y RELACIONES EL HOMBRE OCCIDENTAL,


CULTURALES EN PELIGRO

AS “relaciones culturales” por que se nos pregunta no son más ha estado el hombre occidental europeo tan en peligro

L
unca
que los dinamismos espirituales y morales que han de supe­
rar este origen receloso y polémico; el aprovechamiento de
toda la común cultura cristiana y toda la aportación autóc­
tona de América, para hacer de los dos continentes etapas hacia la
N de aceptar cualquier oferta de exotismo que sacuda sus
nervios cansados y engañe sus nihilismos escépticos. La
“angustia” en que desemboca la filosofía actual de muchos
europeos debía ser la-refutación más radical de la misma filoso­
unificación humana, elementos federativos de la cultura. fía que la produce, porque es la negación misma de ese objetivo
Pero estas “relaciones cultux-ales” no pueden ser planteadas con de serenidad, de sphrosyne, al que conducía, para el hombre clásico,
eficacia, como ya indiqué, más que sobre la convicción de que las el pensar filosófico, o sea, lo que el hombre medio llamaba “tomar
situaciones culturales no son cosas que acaecen fatalmente, sino las cosas con filosofía”. Pero, por lo pronto, también es esa “an­
cosas que se buscan y se quieren. “La prehistoria—según la idea gustia” un estar a cero de creencias y principios; disponibles, en
de D’Ors—no es una etapa que precede y prologa a la Historia, y consecuencia, para dar el sitio de la cultura a mil barbaries su­
luego termina. La prehistoria, que más bien debiera llamarse sub­ plentes. Ni es esto novedad. Siempre que el hombre occidental se
historia, es algo que está siempre ahí, presente bajo la Historia, cansa, tiende a recibir inspiración de lo silvestre y primario.
como una amenaza de erupción volcánica, como la subconciencia El “villano del Danubio” fué su primer modelo de “hombre natu­
está siempre amenazando subterráneamente la coiiciencia. Y así ral”, al que luego proveyeron abundantemente los figurines ameri­
como cuando las fuerzas activas y vigilantes de la conciencia se canos de “salvajes inocentes”, suministradores de sentimientos para
adormecen la subconciencia reaparece—en el sueño, en el instinto, Pablo y Virginia o, lo que es peor, de ideas para Rousseau.
en el complejo neurótico—, del mismo modo, cuando las fuerzas No creo que el que me lea atentamente piense que estoy pro­
activas y creadoras de la cultura aflojan sus resortes y vigilancias, pugnando una cerrada dictadura de clasicismo europeo sobre todo
la prehistoria reaparece imponiendo sus modos y estilos, que lla­ lo nativo americano. Estoy propugnando la integración de todos
mamos primitivos y, en realidad, debiéramos llamar “permanen­ en la cultura, único moflo de “relación cultural” que existe. Apruebo
tes”, porque no son más que la expresión de los fondos más perma­ la luminosa idea de Ortega de que, como ocurre en todo fenómeno
nentes, turbios y opacos de la naturaleza humana. colonial, el hombre americano empezó a ser distinto desde el día
Por eso nadie entenderá el proceso de las “relaciones culturales” mismo de la conquista. Los mismos conquistadores fueron ya los
de América y Europa si no lo piensa en función del proceso y es­ primeros “americanos”. Y es precisamente en el hecho de su “in­
quema permanente de la amenaza o subsistencia de toda la cultura. dependencia” en el que alcanza el grado máximo de su diferencia­
Toda creación humana está disputada polémicamente por la prehis­ ción. Desde entonces, constituidos en seres independientes, cami­
toria o barbarie, de un lado, y por la cultura, de otro. Esto es nan cada vez más a la homogeneidad con sus antiguas metrópolis;
un esquema elemental, valedero para las “relaciones culturales” no porque vayan asemejándose a ellas, sino porque todos, incluso
que ahora se investigan como para cualesquiera otras. Nada muy las metrópolis mismas, avanzan hacia formas comunes de vida.
distinto puede ocurrir en el diálogo América-Europa que lo ocurrido Las “relaciones culturales” de los dos continentes no serán, así
tantas veces en todos los procesos humanos en que la cultura anda concebidas, nada que se parezca a una eventual aproximación po­
en juego. Pongamos un ejemplo. Un grupo determinado humano lítica o académica, sino la coincidencia progresiva, deliberada y
—digamos Cataluña—crea unos modos y estilos de expresión popu­ querida, en un determinado tipo de humanidad.
lar: canto, baile, lengua. He ahí una creación humana ofrecida a Así únicamente los dos continentes contribuirán a cruzar el río
la disputa de las dos fuerzas dichas. La cultura tenderá a hacer de turbulento de estas crisis humanas y a no agravarlas con los can­
la “sardana” una melodía para la estilización de Granados o Albé- sancios intelectualistas del uno y los primitivismos autóctonos del
niz; de la lengua, un instrumento para La Atlántida, de Jacinto otro. Aprovechar como fuerzas “culturales” lo indígena o lo mes­
Verdaguer; es decir, tenderá a incorporarlos al arte europeo y tizo no será nunca enfriar o envejecer la vida a fuerza de pen­
universal. La prehistoria, anhelo permanente de revolución y de samiento. El que no sea capaz de comprender la colocación armo­
recaída en la disgregación tribal, tenderá a hacer de lengua, baile niosa y jerárquica del ímpetu y la experiencia, del progreso y la
y cante manifiesto y grito secesionista y bélico. Intento al que tradición, del instinto y el pensamiento, de lo joven y lo viejo,
colaborará, por el lado “nacionalista”, el gobernador civil, que pro­ será porque el hiperculturalismo moderno le ha enturbiado la diá­
hibe, iracundo, el uso de todas esas expresiones populares, acen­ fana visión de ese orden sencillo y esa jerarquía clara que es la
tuando así la utilización polémica de valores que deben ser acogidos cultura. Ese no podrá entender nunca lo que han de ser las “rela­
y universalizados por la cultura. ciones culturales y morales entre el Viejo y el Nuevo Continente”.
No creo que se podrá entender del todo el problema de las “re­
laciones culturales” de los dos continentes si no se entiende en J osé M a r ía PEMAN

Prólogo al libro Las relaciones cul­


turales y morales entre el Viejo y
el Nuevo Continente, que acaba de
aparecer en Ediciones Cultura His­
pánica. Madrid, 1957.
Considerable aumento
de la potencia industrial española
* Ya está en marcha el primer horno alto de la Siderúrgica de Avilés.
Las industrias del automóvil, cemento, construcciones navales y textil, en plena expansión.

El constante incremento de la potencia Industrial española es un hecho de tal evidencia, registrado permanentemen­
te por técnicos y profanos, que ya, incluso, no es registrable ni registrado el «impacto» que una noticia de tal naturale­
za produce sin remedio en otros países y ocasionaría igualmente en España en otras épocas y en otras ocasiones. Pero
la verdad incuestionable ahí se encuentra, con los argumentos irrebatibles de las cifras probadas.
No hace mucho, el ministro español de Industria, señor Vlanell, con evidente modestia, se limitó a dar constancia de
¡os aumentos logrados en el primer semestre del año actual, incluyendo una alusión, llana y simple, en la referencia del
Consejo de ministros celebrado en Madrid el pasado 26 de julio. «El ministro de Justicia—se dijo entonces en la llamada
"Ampliación del Consejo”—informó ampliamente sobre el notable aumento de la producción industrial en este primer
semestre, en relación con el del año anterior.» Ahora nos llegan las cifras exactas. Hay en ellas razón suficiente para
lanzar las campanas a todo vuelo; pero, sin embargo, se deslizan sin jactancia alguna a lo largo de la nota adjunta.
La existencia de los cotos «Wagner » y «Vivaldi», en la provincia leonesa; la proximidad anunciada de la puesta en
marcha del primero de los altos hornos previstos en la Siderúrgica avilesina; los fabulosos aumentos en la produc­
ción de energía, con cifras que no hace muchos años constituían para los más optimistas un sueño lejano y casi como
irrealizable, son, entre otros, argumentos de gran peso para la consignación gozosa.

En el p rim e r semestre del año actual se han re ­ será el doble de la que existía a fines de 1956. Las demás industrias quím icas pesadas han
gistra do aum entos m uy considerables en las p rin ­ Entre dichos grupos se encuentra en período avan­ m antenido sin variaciones sensibles sus produc­
cipales producciones básicas y en la capacidad de zado de m on ta je el de 1 3 0 .0 0 0 kw. de la central ciones.
las instalaciones industriales. térm ica de Escombreras, prim e ro de esa potencia
Las cifras y datos que fig u ra n en la presente que se m onta en España. V E H IC U L O S A U T O M O V IL E S
nota representan en su c o n ju n to un progreso eco­ D urante el p rim er semestre del año que viene Prosigue la expansión de esta in dustria , con
nóm ico in d u stria l m uy im p o rta n te y tan evidente se pondrán en servicio otros seis grupos, con un im portantes progresos en todas las producciones.
que parecen superfluas mayores explicaciones. to ta l de 2 1 0 .0 0 0 kw. térm icos, y se alcanzará la La S. E. A . T . ha lanzado el coche u tilita rio
Referidos al p rim e r semestre de 1956, los relación entre potencia hidráulica y potencia té r­ « 6 0 0 » , y la Empresa, N acional de Autocamiones
aumentos conseguidos son los siguientes: m ica prevista en los planes del M in is te rio como («Pegaso») ha iniciado la fabricación del camión
necesaria para evita r restricciones eléctricas en diesel de cinco toneladas en su nueva fábrica de
C O M B U S T IB L E S S O L ID O S años relativam e nte secos. Barajas.
El progreso realizado ha sido extrao rdin ario ,
CEMENTO Producción Aumento
pues la extracción ha aum entado 9 3 3 .0 0 0 to n e ­ Tm . Por 100
ladas ( 13 % ) en el semestre. Las d ife ren te s v a rie ­ Se han producido en el semestre 2 .1 8 5 .0 0 0 ton e­
dades han co n trib u id o al aum ento en las ca n tid a ­ ladas, con un aum ento de 2 8 8 .0 0 0 (15 % ) sobre
M otocicletas .......................... 5 1 .5 0 0 11,0
des que se indican: las producidas en el m ism o período de 1956.
A u to m óvile s de turism o . . . 1 1 .8 0 0 21,5
M IN E R IA , S ID E R U R G IA Y M E T A L U R G IA Camiones y furgonetas . . . 2 .7 0 0 54,5
Producción Aumento
semestre La extracción de m ineral de hierro ha pro g re ­ La producción de bicicletas ha alcanzado en el
Tm. Toneladas sado no tablem ente con la activa explotación de semestre la c ifra de 8 8 .4 0 0 , con un aumento
Por 100
los nuevos e im portantes cotos «W agner» y « V i­
del 5 % .
A n tra c ita __ . 1 .0 9 3 .0 0 0 2 6 8 .0 0 0 2 4 ,5 va ld i» , en la provincia de León.
. 5 .1 6 0 0 0 0 3 8 7 .0 0 0 7,5 En fecha m uy próxim a se pondrá en marcha el
C O N S T R U C C IO N NAVAL
L ig n ito .......... 8 9 6 .0 0 0 2 7 8 .0 0 0 3 1 ,0 p rim e r horno a lto de la Siderúrgica de A vilés,
cuya capacidad es de 1.3 0 0 toneladas diarias. Los buques de más de 1.0 0 0 toneladas botados
T o ta l .. . 7 .1 4 9 .0 0 0 9 3 3 .0 0 0 13,0 Las fábricas de alu m in io han aum entado su en el p rim er semestre han sido ocho, con un total
producción en un 18,5 % , y en el pró xim o año de 4 2 .6 2 5 toneladas (aum ento, 2 1 ,5 % ), y se han
se pondrá en marcha la nueva fábrica de la Em­ puesto en servicio nueve buques, con 4 2 .0 8 0 to ­
E L E C T R IC ID A D
presa Nacional del A lu m in io en A vilés. neladas (aum ento, 7 %).
Debido a la sequía, la producción de energía He aquí las principales producciones m in e ro - Las previsiones para el segundo semestre com­
hidroe léctrica ha sido in fe rio r en un 1 0 % a1 la m etalúrgicas obtenidas en el p rim e r semestre prenden el la nzam iento de 17 nuevos buques (de
del mismo período de 19 56 ; pero, en cam bio, la del año: más de 1.000 toneladas), con un to ta l de 65 .419
producción to ta l aum entó un 8 % , gracias a que toneladas, y la puesta en servicio de 18 barcos,
los nuevos grupos term oeléctricos que se pusie­ P ro d u c c ió n A u m e n to con 8 4 .3 4 2 toneladas.
ron en servicio durante el semestre hicieron posi­ Tm. Por 100 D e realizarse estas previsiones, la construcción
ble un gran increm ento de la producción térm ica : naval alcanzará en el presente año las siguientes
153 % . Dichos grupos son los siguientes: M in e ra l de hie rro ......... 4 9 8 .0 0 0 18,5
cifras:
Acero ................................ 6 5 7 .0 0 0 8,2
Grupos Kilovatios P iritas ................................ . . . . 1 .2 0 7 .0 0 0 3,5 Unidades Toneladas
Potasa ............................... 1 2 5 .0 0 0 9,5
E s c o m b re ra s (H id roe léctrica A lu m in io .......................... 7 .3 5 0 18,5 Buques lanzados ............ 25 108.044
Española) .................................. 2 1 3 2 .0 0 0 Cobre ................................ 3 .4 5 0 10,5 Buques en servicio ....... 27 126.423
Sevillana (Sevillana de E le c tri­
cidad) ........................................ 1 3 7 .5 0 0
IN D U S T R IA Q U IM IC A PESADA (Los planes vigentes prevén la puesta en servi-
A vilés (Empresa N acional Si-
El principal a co ntecim ien to del semestre ha sido ció de 1 0 0 .0 0 0 toneladas anuales.)
derúrgica) ............................... 1 3 0 .0 0 0
la puesta en marcha de la gran am pliación de la En estos días entrará en servicio el trasatlántico
C om postilla (Empresa N a ció -
re fin e ría de petróleos de Escombreras, que, con su «Cabo San Roque», prim ero construido en España
nal Eléctrica) ........................ 1 6 0 .0 0 0
capacidad actual de 3 .5 0 0 .0 0 0 toneladas anuales, después de la guerra de Liberación.
Bilbao (Iberd ue ro) ................... 1 6 0 .0 0 0
es ya una de las mayores de Europa.
T o ta l ........................ 6 3 1 9 .0 0 0 IN D U S T R IA T E X T IL
P ro d u c c ió n A u m e n to
Tm. Por 100 Producción Aumento
M erece ser citada especialm ente la puesta en Por 100
Tm.
m archa d u ran te este período de los dos prim eros Productos p e tro lífe ro s ....... 2 .5 7 5 .0 0 0 4 3 ,5
grupos de la gran central térm ica de Escombreras Abonos nitrogenados (su l- Hilados:
(C artagena), cuya construcción se ha realizado 1 1 2 .300 5,5 De algodón ............... 3 0 .4 2 5 12
fa to y n itra to ) ..............
con gran celeridad. 8 .5 0 0 1 1 ,0 De lana ....................... 8 .8 6 8 9
Celulosa te x til .....................
D urante el actual semestre se pondrán en ser­ 1 0 8 .2 0 0 14,0 Tejidos:
Pasta para papel ...............
vicio nueve grupos term oeléctricos, cuyas p o te n ­ 1 7 .600 De algodón ............... 2 9 .3 6 0 12
Fibra a rtific ia l cortada __ 2 ,1
cias sumarán 3 6 3 .5 0 0 kilo va tio s, y con ellos la 7 .7 5 0 De lana ....................... 8 .3 3 6 8_
Rayón ....................................... 6 ,0
potencia to ta l térm ica disponible a fin de año
LA CATEDRAL SUMERGIDA DE ZIPAQUIRA
Milagro de armonía y equilibrio,
te soñaron la sal y la marmaja,
y el indio te acunó amorosamente
presintiendo tu forma ya cercana.

Manos fuertes de anónimos obreros


te fueron rescatando de la sombra
y labraron la entraña de la tierra
hasta encontrar tu verdadera forma.

Flor que en la ciega mina te levantas


con tu tallo labrado por los siglos,
tu sal —mar congelado— es com o incienso
y brillan tus paredes com o cirios.

El oleaje inmóvil de la roca


procura, inútilmente, tu naufragio:
las voces que florecen en tu ámbito
te sostienen a flote, com o brazos.

En vano olas de sal, eternamente,


asedian tu callada fortaleza:
tú opones a su ataque soterrado
la Cruz que en lo alto de tu proa llevas.

Sumergida en lo hondo de la tierra,


eres fuente de luz y eterna cima,
y el aroma salobre que te envuelve
al llegar a tu Altar, se dulcifica.
O sc a r ECHEVERRY MEJIA
Los mates burilad os,
típica artesanía peruana
Por CARMEN NONELL

n los descubrimientos arqueo­ fluencia mediterránea, como en el

E lógicos efectuados d u r a n t e
los últimos siglos en la in­
lo de lo que fuera Tahuantinsuyo
famoso «torito de Pucará», idén­
tico al toro ibérico de los alfare­
agotable cantera que es el subsue­ ros de Cuenca, la manifestación
artística es evidente.
y es hoy Perú, ha quedado am­ Las artes plásticas fueron en­
pliamente demostrado el intenso tre los incas artesanía familiar y
valor que -para la raza inca tuvie­ casera, en sus diversas manifes­
ron las artes plásticas. taciones de t r e n z a d o s , platería,
Desde las esbeltas canoas flu­ talla en madera, cuero repujado,
viales, de valiente curvatura y al­ así como en los exquisitos tejidos
tiva proa, logradas en un solo de jipijapa, en los cromáticos bor­
tronco, y que en el sagrado Ti­ dados de sus alforjas y en los com­
ticaca rivalizaban con las doradas plicados y bellos jaeces de sus
balsas de los aymaras y con las cabalgaduras, que bien pudieron
raudas canoas de los quechuas competir con nuestros jaeces gra­
imperiales, hasta los tejidos le­ nadinos alpujarreños.
gendarios y las filigranas alfare­ Entre ellas quizá la más curio­
ras, tocadas de incomprensible in­ sa es la de (Pasa a tu pág. 59.)
UN
GIGANTES
MONUMEN
EN EL ECUAD
TRES ESCULTORES
HISPANICOS PROYECTAN
ESTE HOMENAJE
AL SAGRADO
CORAZON DE JESUS

a una invitación formulada por


espo n d ien d o

R la comisión que fundó el arzobispo de Gua­


yaquil, monseñor César Antonio Mosquera
Corral, el Instituto de Cultura Hispánica, por en­
cargo especial del ministro de Asuntos Exterio­
res español y con el beneplácito de S. E. el Jefe
del Estado, encomendó a los escultores José Pla­
nes y Juan de Avalos, españoles, y Pablo Serra­
no, uruguayo, tres proyectos para el monumento
al Sagrado Corazón de Jesús que se erigirá en
Guayaquil (Ecuador).
La exposición de las maquetas, que se enviarán
como obsequio del Gobierno español a la ciudad
ecuatoriana, se ha celebrado en el Instituto de
Cultura Hispánica de Madrid. En dicho acto el
embajador del Ecuador en Madrid pronunció unas
palabras agradeciendo al (Pasa a la pág. 59.)

A la iz q u ie r d a y a b a jo : P ro y e c to d e Jo sé P la n e s.
Sc-bre e l p e c h o d e Jesú s se d ib u ja e l S a g ra d o C o ­
r a z ó n , q u e será e l e n o rm e v e n ta n a l d e la c a p illa
in t e r io r . La c r ip t a , b a se , tie n e fo r m a d e c ru z g r ie g a .
A rrib a y a la iz q u ie r d a : P ro y e c to d e J u a n d e A v a - A b a jo y a la d e re c h a : P ro y e c to de P a b lo S e rra n o .
los. Jesús se a lz a s o b re u n a c r ip ta e n c u y o i n t e r io r S im p le y p u ra g e o m e tr ía q u e a s c ie n d e h a s ta e l
habrá u n a S a g ra d a C e n a d e g ig a n te s c a s p r o p o r c io ­ ro s tr o d e Je s ú s . La im a g e n , d e h o r m ig ó n , irá re v e s ­
nes. El S a g ra d o C o ra z ó n d e la m a n o se ilu m in a r á . tid a d e a lu m in io . En la c r ip ta h a b rá s ie te c a p illa s .
afir8'**1"' ’ A -«■

A S T U R IA S
Por ARCADIO DE LARREA
VA LE N C IA
ogroño no es el lugar más a propósito para «Sección Fe me ni na de F. E. T. y de las

L que en él se encuentren dos amigos que no


se han visto hace dieciocho años y viven
en opuestos extremos de España; pero fué precisa­
J. 0. N. S. Programa. Coros y Danzas de España.
Segunda parte de la prueba final del XII Concurso
Nacional.»
mente en la capital riojana, que yo pisaba por vez En la prueba aparecían los grupos clasificados en
primera, donde Angel había de sorprenderme con Danzas Sección Femenina, Sindicadas, Coro de Ju­
unas canas y un bigote que yo desconocía, como ventudes, Danzas Juventudes, Mixtos de Sección
desconocida para él hubo de ser la blancura de mi Femenina y Danzas Antiguas Sección Femenina.
cabeza. Angel es discreto, y sólo me dijo : Este no era el programa de lo que veríamos nos­
—Te veo tan joven como siempre. otros, sino el del concurso; la cabeza de un hilo;
Le respondí a tono, y luego me hizo la inevitable seguirlo era acicate poderoso para quien es devoto
pregunta : de la cultura popular española.
—¿Dónde nos vemos después de la cena? Por el camino aprendí cosas como éstas:
—Voy a ver Coros y Danzas. La prueba final se celebra cada dos años, coro­
—Iré contigo. nando una serie de pruebas comarcales, provincia­
Las diversiones en una capital provinciana no les y regionales. Y aun esta final tiene dos fases :
suelen ofrecer demasiados atractivos para el hom­ la primera, que se celebra en Madrid, y la última,
bre que viaja continuamente—me explicó—, y lo que se lleva a una capital de provincia. A Logroño
mismo le daba pasar el rato así que de otro habían acudido 500 participantes; por Madrid ha­
modo; tanto mejor si el espectáculo nos permitía bían desfilado 1.500; el total de los que habían
charlar y desgranar nuestro rosario de recuerdos. participado a lo largo del concurso excedían de
Conseguir una localidad para él fué ya un triun­ los 37.000.
fo; casi, casi un milagro el que, tras muchas difíci­ Las cifras son sencillamente abrumadoras. Repre­
les combinaciones, alcanzásemos a sentarnos jun­ sentan una movilización constante y enorme de
tos, y su propósito de que habláramos quedó en la energías y de personas. Problemas de viaje, de alo­
intención. Todo ojos y oídos para lo que iba suce­ jamientos, mil y una pequeñas incidencias resueltas
diendo en el escenario del teatro Bretón de los de continuo. Todo ello sin ruido, sin propaganda;
Herreros, el descanso entre una y otra parte de la I callada y humildemente. Tuve curiosidad de ver la
exhibición lo empleaba en exclamar: prensa al día siguiente del concurso. Los periódicos
—¡Estupendo! ¡Maravilloso! Pero ¿has visto...? —no todos—se limitaban a dar la clasificación del
Y en comentar este baile, aquel traje, la otra Jurado.
canción. A ningún director debió de ocurrírsele que aqué­
Me dijo : lla era una Bienal única, donde se ofrecía lo mejor
—Yo había leído lo del viaje por América; pero del arte popular español. Ya es única la presencia
no sospechaba que fuera esto. Figúrate que he te­ de quinientas muchachas, venidas de toda la Pen­
nido la garganta en un nudo todo el rato. ínsula; pero son las canciones, las tocatas, los ins­
No; no llegamos a hablar de nuestros recuerdos. trumentos, los trajes. Un pueblecito de la provincia
de Toledo, Almendral de la Cañada, había enviado
un grupo vestido y tocado con prendas que se re­
LA BIENAL UNICA montaban a más de un siglo, todas ellas de una
autenticidad indiscutible. Yecla y Jijona ofrecían,
A todo esto no he dicho por qué veíamos los en la variedad y riqueza del traje levantino, la
Coros y Danzas en Logroño, maravilla del gusto en combinar colores y adornos.
j No soy discreto como mi amigo Angel, sino muy Con esto venían las danzas ; imborrable el recuerdo
S curioso. Así logré hacerme con un programa que del Corri-coni, que presentaba Oviedo, y del Txun-
5 decía : txun, de Pamplona. Las chiquillas—ocho a diez

SEGOVIA 33
Ki N D e l ASTORGA (LEON )
YECLA (MURCIA)
años—de Granada daban una lección del bien
bailar.

ILUSION EN LOS PUEBLOS


Esto ya es mucho. Es más la ilusión prendida en
ia gente de esos pueblos que han ido superando
todas las pruebas hasta esta final. Cierto que aquí
son ya pocas las capitales que han conseguido ven­
cer los obstáculos de la eliminación : Segovia, Pam­
plona, Logroño, Granada, Huelva, Castellón y Ma­
drid ; quedan ciudades y poblaciones importantes :
Yecla, Jijona, Avilés, Calatayud, Alcoy y Lorca.
Lo ejemplar es que puedan estar presentes tres
pueblos, tres auténticos y casi desconocidos pue­
blos de nuestra geografía : Almendral de la Cañada,
toledano; el madrileño Montejo y el pacense Oli-
venza. Tras el hecho se oculta una acción ejem­
plar; el que la obra de recuperación y manteni­
miento de la canción y la danza española alcance
efectivamente a todos los pueblos españoles, los
convenza de la riqueza de su propio acervo espi­
ritual y les pueda ofrecer el triunfo de presentarlos
como lección. A la vez, da así testimonio de auten­
ticidad, porque nada hay más irreductible a una
mixtificación que todo un pueblo. Y otro ejemplo:
el de unir a todos los vecinos en una piña; con
los mozos y las mozas venían el alcalde, el párroco
y los maestros. ¿Sabéis la importancia de la unidad
que esto refleja?

ALEGRE GEOGRAFIA ESPAÑOLA


Así, paso a paso y año tras año, la Sección Fe­
menina ha revivido, sobre las tierras españolas, la
alegría de nuestras canciones y nuestras danzas.
Sobre nuestro suelo oscuro, erizado de montañas
y tierras ásperas, ha hecho reverdecer y brotar las
flores del espíritu, que estallan y se abren en son­
risas y fragancia de fiestas, no sólo olorosas de
incienso, sino de verbenas, rosas y claveles.
Clisé del español seco y duro, tremendo y trági­
co. Clisé explotado por extranjeros y por logreros
S A N T A C R U Z DE T E N E R I F E MALAGA
(C A N A R I A S ) BARCELONA
españoles, contrabandistas que hacen matute con
el espíritu. Un alemán hubo de descubrir que nadie
era más alegre que los místicos españoles. Nada
más alegre que España; quizá porque sabe, como
el Kempis, que todo tiene su tiempo : el llanto y
la risa, la tristeza y la alegría, el dolor y el gozo.
Cierto que es difícil entendernos. Pero vale la pena
el intento, porque España es uno de los pocos pue­
blos donde, si se vive heroicamente, lo que no es
—y también lo que es—heroísmo puede ser y es
alegría, que no hay mayor heroísmo que el alegre.
El gesto trágico de los flamencos es lo más alejado
de lo español : por gitano, cuando auténtico ; por
matutero, cuando simulado. ¡Oh la bendita, clási­
ca, serena y sonriente—aun en el dolor—Anda­
lucía !
Es la danza—se ha escrito con verdad—social
Por finalidad y por esencia. Conocer las danzas de
un pueblo es penetrar el alma de su gente, y un
catálogo de bailes dice más acerca del carácter de
una nación que todas las interpretaciones literarias.
Ea espontaneidad del bailador y de los danzantes
acaba por romper toda coerción externa y arrojar
todo disimulo. Si la danza ha sido creación de la
sociedad, el individuo que la interpreta es, en el
momento del baile, un exponente sincero del es­
píritu del grupo a que pertenece. La danza espa-
uola, en su riqueza de modos y cambiantes, nos
ZARAGOZA
dice de un pueblo alegre, sano de alma y de cuer­
po, brioso y tierno, religioso y libre, sedimento de
razas y culturas diferentes, amalgamadas por una
admirable c a p a c i d a d de asimilación y discerni­
miento.

EL MAPA IMPOSIBLE
Hubo un tiempo, no muy lejano, en que hubiera
sido fácil trazar un mapa de la danza española.
La ignorancia de nuestras cosas limitaba el conoci­
miento a escaso número de bailes. Hoy sería ri­
dículo tal intento ; un simple folleto—el magnífi­
camente ilustrado de la Sección Femenina que lleva
el título Canciones y Danzas de España—describe
treinta y siete danzas, sin más pretensión que la de
presentar algunas entre las más notables. Pero el
catálogo de las que tiene en su archivo, enrique­
cido día a día, es incomparablemente más crecido.
El posible mapa de antaño habría de trocarse en
atlas, con una carta para la jota, otra para el fan­
dango y otras para las segui- (Pasa a la pág. 60.)

t- L « b a lle t » e s p a ñ o l d e E lv ira L u ce n a
— q u e a p a re c e e n la p á g in a s ig u ie n te
e n f o t o g r a fía s a to d o c o lo r o r ig in a le s de
L a ra — s irv e d e c ie r r e a e sta in fo r m a c ió n
s o b re lo s b a ile s r e g io n a le s d e E sp a ñ a . E l­
v ira L u c e n a es u n a d e las p r im e ra s f i g u ­
ras re c re a d o ra s d e l b a ile e s p a ñ o l, e n e l q u e
e je r c e d e s d e h a c e tie m p o su m a g is te rio ,
y la s e s tiliz a c io n e s q u e ha a p o rta d o a e s te
a r te c o n sus in te r p r e ta c io n e s h a n fo rm a d o
te d a u n a e s c u e la . L a p o rta d a d e e s te n ú ­
m e ro d e « M . H .» re c o g e a s im is m o una
e s ta m p a d e l « b a lle t» d e E lv ira Lucena.
E l r e ta b lo d e los a m a n te s e n T e r u e l. L la n t o y d o lo r e n p ie d ra p a ra u n a m o r e te r n o y t r i u n f a n t e , q u e p a só d e la le y e n d a a los v e rs o s s o n o ro s d e H a rtz e n b u s c h .

RUIDO POR LOS QUE CREEN EN EL AMOR

Todos los enamorados del mundo contribu­


yen a la erección de un mausoleo para los
A M A N T E S DE T E R U E L EXISTE U N A E X P L IC A C IO N
Is a b e l d e S e g u ra , d u lc e , s e re n a v a p a c ib le , p a re c e d o r m ir en la e s ta tu a fu n e r a r ia d e J u a n d e A v a lo s . HISTORICA POSIBLE
P ara d a r fe y te s t im o n io d e l a m o r, e l m a u s o le o se le v a n ta rá g r a c ia s a los e n a m o ra d o s d e to d o e l m u n d o .
PARA LA TRADICION

staes la historia que oirás en Teruel, bajo


E los arcos mudéjares, o en un rincón de las
calles morunas. Historia de amor y muerte,
cuyo resumen es éste, para los que la ignoran o
la olvidaron :
Siglo xin. En dos almas y dos cuerpos jovenes
surge el amor, que la desigualdad de fortunas im­
pide frutecer. El joven, Diego de Marcilla, mar­
cha, para enriquecerse, a luchar contra la more­
ría. Ella, Isabel de Segura, esperará durante cinco
años, según un pacto. En la ausencia, un señor
feudal ronda la flaca voluntad del padre, e Isa­
bel tiene que acceder a casarse cuando el plazo
y la esperanza están acabando.
Suenan las campanas de la boda cuando Diego
llega a las puertas de la ciudad, justamente para
oír el doblar de la alegría y de su pena. Al saber
que Isabel está recién casada, espera a la noche
para entrevistarse con ella. Y marchar, desamo­
rado, para siempre. , ,
En la alcoba, asiste escondido a la petición de
Isabel a su marido para que no ejerza sus dere­
chos de esposo por aquella noche, pues al día si­
guiente termina su voto de virginidad. Dormido
el esposo, aparece Diego y la conversación ner­
viosa termina en la petición fatal : «Bésame, que
me muero.» La negativa de la casta mujer y sU
desventura definitiva le causan la muerte.
Al día siguiente, una mujer enlutada se une al riera de aquellos héroes que se morían con pro­ Por si la coincidencia fuera poca, frente a estas
funeral. Y ya en la iglesia, se acerca a darle el sopopeya. dos figuras está el escudo de los Marcillas, con
beso que le negó en vida. Al ir los asistentes a Hoy la respuesta—¿definitiva?—parece haber­ el joven agazapado, reproducido de nuevo. Para
separarla, creyendo que sería una pariente, apare­ la encontrado un erudito sacerdote turolense en más insistir, aledaña está una figura de joven con
ce Isabel, ya sin la vida, que entregó con el beso. las policromías de un artesonado mudejar. El ar- corona que puede ser nupcial o de nobleza. Y al
Los cuerpos, enterrados juntos, fueron encon­ tesonado ha sido reencontrado bajo una falsa bó­ final de la pieza, una cabeza humana con orejas
trados en el siglo xvi, y hoy se conservan como veda que el mal gusto construyó y la guerra de lobo aprisiona en sus fauces una cordera con
testigos de la máxima historia del Amor y la derrumbó; ha aparecido tan bello como lo hi­ cabeza de niña.
Muerte. cieron, en la transición del romántico al gótico, Esto ya no es el cuadro de Muñoz Degraín del
^ÿÿ en el año 1335. Es un documento histórico de Museo de Arte Moderno : una magia académica
primer orden, pues, según el verismo de la época, en los blancos y un rebuscamiento de composi­
Desde las montañas de Gerona, dos bloques de se pintaban historias y personajes reales. En uno ción emparentada con Hartzenbusch. En el arte-
alabastro han venido a ser un nuevo miliario para de los frisos aparece un lecho con dos jóvenes, sonado, la gracia improvisada, la vida cercana y
atestiguar que en los caminos del siglo xx sigue él un poco incorporado y ella más levantada y la realidad van revolando de artesón en artesón.
viviendo el amor. Juan de Avalos está haciendo como conversando con él. En los cuadritos inter­ En el mausoleo revuelan las esquirlas de alabas­
de esos dos bloques dos figuras yacentes : la de medios hay un Cupido y en el extremo un joven tro y una emoción apresurada, que tiene su eco
Isabel de Segura y la de Diego de Marcilla, los agazapado tras un montón de ropa, como escu­ en todos los rincones del mundo.
dos amantes de Teruel. Para esculpirlas, el escul­ chando y con dos espadgs en la mano. J osé GOMEZ MAR
tor de los gigantes de Cuelgamuros ha tenido que
bajar de la épica a la lírica y afinar su buril para Les versos ro m á n tic o s de H a r tz e n b u s c h c a n ta ro n c o n to d a su v e rd a d y su tra g e d ia la h is to r ia d e los a m a n ­
sentir el latido más hondo de este amor que viene te s d e T e r u e l. La c iu d a d e sp era a h o ra , a l c a b o d e los a ñ o s , la in a u g u ra c ió n de e s te m o n u m e n to a l a m o r.
desde la lejanía del siglo xm.
Para el eterno mandato del Amor y de la Muer­
te lian actualizado la tradición de los amantes y
se ha encontrado una fórmula original para cu­
brir el cuarto de millón que representan los gas­
tos de construcción del mausoleo. Quedan elimi­
nados los presupuestos oficiales. Serán los dona­
tivos de todos los enamorados del mundo los que
tintinearán a la par del corazón y del buril de
Avalos; en reciprocidad, las parejas recibirán
una tarjeta, que les facilitará y abaratará la estan­
cia en Teruel, pues allá lian de confluir las rutas
del amor, esas rutas que nacen ahora para la ilu­
sión y el turismo : Teruel, cuyo slogan recién
estrenado es «Frío, amor y fantasía».

UNA r e s p u e s t a a l a s s o n r is a s
La autenticidad de la tradición de los amantes
na sido cuestión para historiadores; en definitiva,
insoluble, pues para las cuestiones del siglo xm
hay que usar más la fe y el instinto que los pocos
documentos existentes.
Esta tradición encontró su mayor peligro en el
parecido con el Girolamo y Salvestra, de Boccac­
cio. Pero al italiano, posterior al hecho, le debió
negar la historia, y, añadiéndole un par de dela­
tes sucios, pudo tranquilamente añadirla al De-
camerón. Eran aquéllos unos tiempos de gran co­
municación entre Italia y Aragón : Teruel tiene
como suyos a dos franciscanos llegados de Perusa
y Saxoferrato.
Hartzenbusch hizo de su capa una pieza del ro­
manticismo, pieza hinchada que le ha servido para
•lee, cuando la fiebre pasara, el público se son­
EL III FESTIVAL INTERNACIONAL
DEL CINE DE SAN SEBASTIAN
De los países iberoamericanos sólo
asistieron México, Portugal y España
La a u s e n c i a
de Hispanoamérica
P or JOSE MANUEL DORRELL

l Iil Festival Internacional del Cine en San Sebastián, que es el quinto

E que celebra la bella ciudad donostiarra, es, por otra parte, el primero
que ha recibido la consideración de ser declarado de categoría «A» por
el Comité de la Federación Internacional de Productores. Esto le ha dado este
año una importancia especial y, sobre todo, permite esperar que en años su­
cesivos se afiance y consiga de facto la misma importancia de Cannes o Ve-
necia. No hay nada que impida que en San Sebastián se celebre este festival
con la misma solemnidad y brillantez. La ciudad está situada en un lugar
bellísimo. Ella misma es una población de gran belleza ; tiene una playa ma­
ravillosa, que sólo espera la presencia de un público análogo al de Cannes o
Venecia, y permite organizar todos los espectáculos y diversiones que tradi­
cionalmente atraen al turismo internacional.
Se han presentado. 11 películas de largo metraje, correspondientes a ocho
países, y otras 11 de corto metraje, de nueve países. Fuera de concurso esta­
ban programados 17 cortometrajes más de Alemania, Checoslovaquia, Dina­
marca, España y Noruega. Italia llevó además, fuera de concurso y como un
verdadero obsequio a los participantes y asistentes al festival, Notti di Cabina.
México también presentó una película fuera de concurso, Tablo y Carolina,
pero luego volveremos sobre ello. Los Estados Unidos presentaban, a través del
distribuidor español, una película, A Kiss belore Dying, que fué rechazada
después de la proyección por estar ya estrenada en Europa y hacía más de
un año en los Estados Unidos.
De las películas presentadas oficialmente merece citarse en primer lugar la
checoslovaca El abuelo automóvil. Es la que tiene caracteres más acusados La A rg e n tin a lle g ó ta rd e con sus p e líc u la s . N o o b s ta n te , al F e s tiv a l a s is tie ro n
Dos fig u ra s hisp a n o a m e rica n a s en el F e stiva l de San S eba stiá n: la mexicana
para un festival en el que se pretende, como dice el artículo primero de su re­ R osita A re n a s , q u e está ro d a n d o en España, d irig id a p o r el a rg e n tin o K lim ow ski, diversas fig ú ra s pla te n se s. En la fo to , Z u lly M o re n o y el d ire c to r L u is César
glamento, «colaborar en la alta misión educativa y formativa del cine y trata A m a d o ri, n o ta b le s exce pciones de la m e ncionad a ausencia h is p a n o a m e ric a n a .
y la española « u n iv e rs a l» Lola F lores, d u ra n te una de las sesiones de l certamen.
de poner de manifiesto la labor desarrollada por productores, técnicos y ar­
tistas en el desenvolvimiento del arte cinematográfico y de la industria del
cine mundial».
El abuelo automóvil está basado en los recuerdos personales de Frantisek
Krutsky, mecánico de la fábrica de automóviles de Mladá Boleslav, recogidos
en una novela por Adolf Branald, autor asimismo del argumento de la pelícu­
la. El autor y el realizador, Alfred-Radok, han sabido enlazar muy hábilmente
los trozos documentales auténticos de la época, primera época del eme, con
lo reconstruido para la película, en que se ha llegado a obtenet una fotograba
idéntica a la antigua, un ambiente perfecto, un ritmo de rodaje igual, etc.
El idilio entre el joven mecánico checoslovaco y la hija del constructor fran­
cés es una de las secuencias que más me han impresionado artísticamente y
merece estar ya en la antología de los mejores trozos del cine mundiales. La
interpretación es francochecoslovaca. Raymond Bussières y Ginette I igeon
forman en la participación francesa, y Ludek Munzar, Radovan Lukavsky y
Josef Hlinomaz encabezan la checoslovaca. Obtuvo el Premio de la Crítica
y un segundo premio, «Concha de plata», del jurado oficial.
La alemana Ich Suche Dich es una gran película, de excelentes cualidades,
desde el guión hasta la realización.
Dirigida e interpretada por el gran
actor alemán O. W. Fischer, está ba­
sada en una novela de A. J. Cronin
y plantea el problema de un médico
entregado a sus investigaciones, con
abandono absoluto de toda creencia,
y de una joven doctora que tiene
el propósito de dedicarse a las mi­
siones en Indochina y que llega a
ejercer una gran influencia en el in­
vestigador. El reparto está constitui­
do, además de Fischer, por Anouk
Aimée, Nadja Tiller, Otto Brügge-
mann, Hilde Wagener y Paul Bildt.
Se le concedió a esta película el Pre­
mio de la Oficina Católica Interna­
cional del Cine (O. C. I. C.) y ade­
más una «Concha de plata» del ju­
rado oficial.
Italia presentó oficialmente un do­
cumental de largo metraje, L’oceano
ci chiama, sobre la vida de los pes­
cadores de bacalao en los mares del
Norte, Groenlandia y Terranova. Está
expertamente realizado por el vete­
rano Giorgio Ferroni, con Giovanni
Roccardi y Lino Haggiag, en Cos-
moscope y Ferraniacolor. Tiene un
profundo valor humano por la for­
ma en que está tratada la vida de
estos hombres, alejados de sus casas
durante largos meses de navegación.
Las escenas de la pesca son, como
A n o u k A im é e y O. W . F ische r en la siempre en este tipo de documenta­
g ra n p e líc u la alem ana « Ic h Suche les, de gran belleza.
D ic h » , p re m io de la 0 . C. I. de l C. Con carácter (Vasa a la pág. 58.)
rase una vez una princesa inca, nacida
E en Ichocán, un pueblecito aupado allá
en los majestuosos Andes, a varios
miles de metros, nubes arriba.
La princesa, de niña, acostumbraba sa­
ludar diariamente al sol del amanecer, ído­
lo de los indios keshawa, y gustaba aden­
trarse en los frondosos bosques cercanos,
subyugada por el canto de los pájaros, a los
que trataba de imitar.
Iba sola, atraída por una fuerza irresis­
tible, y en la paz y en el silencio sonoro del
bosque permanecía horas enteras, embele­
sada en el milagro bellísimo de la natura­
leza.
Y entonces cantaba. Cantaba como las
aves, como los arroyos, como el viento en
las altas copas de los árboles.
Ella cantaba al sol y a la vida. Cantaba
su alegría y cantaba la sorpresa de su voz,
inacabablemente melodiosa.
Y, en su soledad, cantaba y cantaba.

ÿ $
Pero sucedió que un buen día—contaba
la niña trece años—-, un buen día de 1942,
una expedición dirigida por el hombre de
ciencia mexicano Moisés Saens se adentró
por el bosque aquel donde la niña estaba.
Es fácil suponerse cómo quedarían sor­
prendidos aquellos hombres ante el insos­
pechado espectáculo que la presencia de la
muchachita cantora les ofrecía. Apenas po­
dían dar crédito a sus ojos, y mucho menos
a sus oídos...

YMA SUMAC Entre los miembros de la expedición fi­


guraba un joven, gran estudioso de la mú­
sica y de los instrumentos primitivos :
Moisés Yivanco, quien se enamoró perdida­
mente de la niña. Un joven compositor, que
desde aquel momento se dedicó a crear me­
LA MUJER QUE CONQUISTO EL MUNDO lodías, siempre inspiradas en el folklore
peruano, para ella: Yma Sumac, la princesa
inca, con quien se desposaría al año si­
CON SU GARGANTA PRIVILEGIADA guiente.
El creó un estilo personalismo para
Yma, en el cual los registros de voz roza­
ban lo sobrenatural. Podía ser así, ya que
los más famosos maestros del mundo han
Princesa auténtica, desciende directamente intentado después descubrir el límite de las
posibilidades de la garganta de Yma Su­
de Atahualpa, el último em perador inca mac, pero no lo consiguieron. Y es que,
como es sabido, mientras las cantantes no
pasan por lo general de las dos octavas, la
excepcional artista peruana ¡alcanza so­
bradamente cinco !
Moisés Vivanco, su enamorado, su espo­
so, fué, pues, su descubridor, su orienta­
dor, su compositor y empresario.
Se cuenta que Moisés Vivanco trató por
mil modos de convencer a los padres de
Yma pai-a que la dejasen seguir una carre­
ra artística que no podría ser sino brillan­
tísima, y que hasta tuvieron que interve­
nir figuras eminentes del Perú para que al
fin consintiesen que la chica ingresara en
el Conservatorio.
Bien pronto llegaron fabulosas ofertas
de distintos países para que Yma cantase
ópera e incluso ritmos modernos, pero ja­
más aceptó interpretar otras melodías que
las del folklore peruano.
Hoy ha recorrido en triunfo todos los
países y sus audiciones dejan memoria im­
borrable, porque el tiempo parece no pasar
por la belleza de su voz y de su rostro.
Yma habla correctamente el inglés, el
italiano, el francés, el alemán, el griego,
el portugués y, naturalmente, el español.
Y su hijo, Papuchka, de ocho años, tam­
bién un pequeño poliglota, toca el piano,
canta y baile muy aceptablemente.
Hay quienes han negado que Yma Su­
mac sea realmente una princesa inca. Pero
entre los numerosos documentos que lo
confirman existe uno, de fecha 23 de mayo
K de 1946, firmado por don José Varela y
Arias, cónsul general del Perú en Nueva
York, que contiene la siguiente declara­
ción :
“Certifico: Que de acuerdo con las in­
vestigaciones de las autoridades en la his­
toria de los incas y en la historia del Perú
en general, la señora Yma Sumac descien­
de del emperador inca Atahualpa, siendo
su madi'e doña Emilia Sumack, descendien­
te directa del último emperador inca del
Perú.”
Viendo a Yma Sumac en la intimidad
confortable de su hogar, charlando con ella,
se llega a la certeza de que nació princesa
y de que en sus venas corre la más pura
sangre real. Esbelta, aristocrática y de
una elegancia sobria, nunca pierde la dig­
nidad y la altivez de su raza.

F O T OGRAFIAS: BASABE
(O b te n id a s en M a d rid d u r a n te la r e c ie n te v is ita a E s ­
paña de la e x tr a o r d in a r ia c a n ta n te p e ru a n a Y m a S u m a c .)
( f)

LA PRIMERA
COLECCION
OTOÑO-INVIERNO
Pedro Rodríguez se
anticipó en unas
semanas a los demás
modistos europeos.

P or PILAR DE A B 1 A

pesar <le que el gran modisto


A español Pedro Rodríguez nos
tiene acostumbrados a este ir
contra el tiempo en su infatigable
labor de creador, cuando presenciá­
bamos el pasado 17 de julio esta pri­
mera colección que en Europa se
presenta de otoño-invierno 1957, nos
preguntábamos: «¿Será posible que,
sin darnos cuenta, se nos haya esca­
pado el veraneo?» Los abrigos con­
fortables que veíamos pasar más nos
hacían pensar en llameantes chime­
neas y acogedoras mesas camillas
que en ir a buscar días frescos a la
sombra de pinos centenarios o a dis­
frutar de la brisa del inar. Pero en
el fondo nos alegramos muchísimo
de este avance en la exhibición de
lo que se habrá de llevar, porque
así podremos veranear t r a n q u i l a s
pensando que a la vuelta nos espe­
ran deliciosos modelos con los que
renovar nuestro ropero de invierno.
Vimos los sastres clásicos modifi­
cados con detalles de fantasía que
los hacían femeninos y atractivos.
Mangas japonesas, y en la cintura,
a j u s t a d a , estrechos cinturones de
charol. Muy originales unos conjun­
tos de lanas gruesas y esponjosas a

A r r ib a : M o d e lo p a ra la p ró x im a te m p o r a d a . T r a je de A b a jo : T r a je de « c o c k - ta il» en te r c io p e lo n e g ro , y c h a q u e - A b r ig o de s p o rt en la n a p e lu d a . La
c h a q u e ta de lana b la n c a con c in tu r ó n a la e s p a ld a . t ó n , d e raso ta m b ié n n e g ro , q u e c o m p le ta e l c o n ju n to . te la es d e c u a d ro s ro jo s y ne gros.
En el d e s file de m o d e lo s de P e d ro R o d r ig u e z , y e n tr e las d is tin g u id a s p e rs o ­
n a lid a d e s q u e a s is tie ro n , se, h a lla b a n los fa m o s o s X a v ie r C u g a t y A b b e L a ñ e .

cuadros grandes de colores difumi- gran lazada de tul blanco con luna­
nados, compuestos de faldas de mu­ res y largas caídas, llamó mucho la
cho vuelo y bolero ajustado a la atención. Muy acertados también los
cintura. modelos de glasé recubiertos de en­
Los abrigos, de gran v a r i e d a d , caje del mismo tono, cuyo mayor
triunfaron por su tónica «llevables encanto residía en la igualdad de
y cómodos», en telas gruesas, pelu­ color de los dos tejidos y la sobrie­
das, predominando mucho los colo­ dad de su corte. Los lazos son tam­
res calientes y los escoceses. Algu­ bién una nota destacada en estos
nos rematados con bufandas y capu­ modelos de vestir.
chas, complemento indispensable pa­ Un traje de noche largo en raso
ra la finalidad que con ellos se per­ natural verde manzana, recogido por
sigue : abrigar. delante con un pequeño Incito, re­
Los trajes de tarde, de lanita fina, mató esta magnífica colección.
de corte ajustado y al bies, en una Los sombreros que acompañaron
línea que estiliza la figura femenina esta colección merecen un elogio
y consigue lo que todas deseamos : aparte : en topé los de sport, en gra­
esbeltez. En otros destacaba como ciosa línea trovador, favorecedores y
nota curiosa un largo escapulario, encajados en la cabeza, aptos para
que ocupaba toda la espalda.
En los trajes de cock-tail y de no­ todos los rostros femeninos ; algu­
che vimos un verdadero alarde de nos atrevidos, en forma de colador
aciertos en el corte y en la elección chino o de teja; los de cock-tail,
de colorido. Mandarinas intensos, pequeñitos, en topé de terciopelo de
verde manzana, verde esmeralda, etc. colores muy vivos. Todos ellos de­
Uno negro de glasé, adornado con notando un depurado gusto.

T ra je de n o c h e c c r fo en o rg a n z a p a lo d e ro s a , b o rd a d o en p a ille tte s « c la ro
de lu n a » , u n o d e los m ás b e llo s m o d e lo s e x h ib id o s p a ra la p ró x im a te m p o ra d a .

T r a je de « c o c k - ta il» e n e n c a je
n e g ro y gla sé d e l m is m o c o lo r.
Las antenas de RADIO ANDORRA en
el lago de Engolastes (altitud, 1.650 m.)
S¡§»
tfi
AMERICANOS
Y
E U R O P E O S
Por EDUARDO CAB AL L E R O CALDERON

f i N repetidas ocasiones Mvndo Hispánico se ha visto honrado con la


firm a de Eduardo Caballero Calderón, y nuestros lectores conocen
bien su domino del idioma y la profundidad en el análisis y trazo de sus
personajes, que le han colocado entre los mejores novelistas y ensayistas
de nuestros días. Ofrecemos ahora los dos últimos capítulos de su reciente
libro «Americanos y europeos», que nos parece trascendental. Pocas perso­
nas conocen América como Caballero Calderón y muy escasos han profun­
dizado en la cultura europea y la viven como él. Por eso a nadie le
preocupan tanto los brotes de incomprensión entre ambos continentes. A
veces vienen a su pluma frases airadas al plantearse estos problemas, por
ser puntos que rozan lo más puro de su sangre. Merced a ello nos ha dado
estas magníficas páginas: «El porvenir de Europa es el Nuevo Mundo,
pese a todos sus defectos, nacidos de la improvisación, la impreparación, la
ignorancia y el apresuramiento.»

EL C U A R T O REINO
I món. En principio es indispensable que los Fueron durante veinticuatro siglos lo que
objetos hayan habitado durante largo tiem­ habían sido desde los tiempos más remotos :
radicionalmente la naturaleza se divi­ po en los sueños de los hombres, para que una prolongación de la mano del hombre,
T de en tres reinos : mineral, vegetal y
animal, y dentro de este último, en
cuanto mamífero y vestebrado, se encuentra
participen íntegramente en su vida y para
que entre unos y otros exista un pacto de
alianza, dice Marcel Raymond.
un instrumento de su inteligencia, pero en
ningún caso un mundo ininteligible, como es
el laboratorio o una pila de desintegración
clasificado el hombre. Este es, según la cien­ Un salto adelante todavía tímido y de atómica para los hombres de hoy, incluyen­
cia oficial, el rey indiscutible de la creación. corto vuelo se produjo en la época del Re­ do a los que solemos llamar cultos.
Pero esta división ya no conviene a un mun­ nacimiento; pero lo que debemos tener en La máquina comenzó a apartarse del hom­
do que en los últimos cien años ha cambiado cuenta es que todos los hombres compren­ bre común para constituir un universo ce­
de faz por obra y arte de las máquinas. dían hasta ese momento la máquina, de rrado, a raíz del invento formidable de la
Y así como la psicología tradicional escolás­ cualquier clase que fuese, aunque muchos caldera de vapor y del descubrimiento de la
tica dividía el alma en tres compartimien­ de ellos no supieran manejarla por viejos o energía eléctrica. Todo eso pertenece a la
tos, la memoria, el entendimiento y la vo­ por torpes. Todos entendían el mecanismo historia contemporánea. Desde hace ochenta
luntad, que ya no sirven para explicar el de la polea y la palanca, la función de la años se multiplicaron no sólo por generación
complejo del espíritu humano, así nuestro vela y el remo, la utilidad de la rueda y la espontánea, sino deducidos los unos de los
mundo contemporáneo no puede hoy dividir­ catapulta, aunque en muchos casos no pudie­ otros, esos seres complicados y mágicos que
se en tres reinos, sino en cuatro. El cuarto, ran servirse de ellos. Como todos entendían participan de cierta rigidez propia de los
que los antiguos apenas intuyeron o soña­ el que ciertos signos sirvieran para mate­ minerales, de una sensibilidad que recuerda
ron, es el de la máquina. Ella ha transfor­ rializar las letras, aunque muy pocos supie­ la planta y de una especie de inteligencia
mado y sigue transformando vertiginosa­ sen leer y escribir. Las máquinas toscas que parece animal. La máquina calculadora,
mente al mineral, al vegetal y al animal, y torpes, abuelas de nuestras máquinas ac­ que realiza complicadas operaciones mate­
comenzando por el hombre mismo. Claro tuales, no eran un misterio que desafiara máticas; la linotipia y el telar mecánico,
está que la máquina estaba implícita en su las leyes naturales y la inteligencia común. la televisión, la radio, el avión a chorro, de
inteligencia desde el comienzo de los tiem­ velocidades supersónicas, y el submarino
pos, y en el pulgar de sus manos, que, al atómico, ya no son cosas comprensibles por
oponerse a los cuatro dedos restantes, le el hombre común. Sólo pueden entenderlas
permitió empuñar el garrote (su primera quienes las inventaron, las diseñaron y las
máquina de guerra) y blandir el hacha de pusieron en marcha.
sílex, que fué su primer instrumento. Pero En el taller medieval, que subsistió en
a lo largo de sesenta o cien mil años en que Europa hasta bien adelantado el siglo XIX
se calcula la vida de la especie sobre la tie­ y aun hoy mismo perdura en las ciudades
rra, el desarrollo de la máquina fué lentísi­ de provincia, lo importante era el hombre
mo y estacionario durante largas épocas. y no la máquina. Las relaciones entre uno y
Dentro de lapso tan extenso, dos mil qui­ otro eran naturales. Después de vivir varios
nientos años equivalen a seis en la vida de años a la sombra del maestro, entre tornos,
un hombre que hubiera de vivir sesenta y poleas, fuelles, forjas y demás instrumen­
cinco. Y hace dos mil quinientos años los tos, el aprendiz acababa por convertirse en
griegos no conocían otras máquinas que la jefe del taller. En éste todos los operarios
rueda, la palanca, el telar, el arco, la flecha, y artesanos sabían lo que se estaba hacien­
el timón, la vela, más los utensilios que les do, y cómo se le hacía, y para qué habría
servían para hacer más cómodo y efectivo de servir; y aun en los casos más evolucio­
el trabajo doméstico. Un psicólogo mostra­ nados de la división del trabajo, entendían
ría, que se necesita tiempo para que el hom­
bre trabe amistad con sus útiles, para que la función que iba a desempeñar, en la tota­
los humanice o haga de ellos símbolos; y lidad de una obra, la pequeña pieza cuya
fué así, a lo largo de los siglos, como se fa­ factura se les había encomendado. El taller
miliarizó con el martillo, el aradc o el ti­ era un mundo entrañable y humano, como
el hogar, el monasterio, el castillo, la cate­ mas y responsables, y autónomo significa teamericano contemporáneo, define a s í a
dral, la aldea, entre los cuales el hombre aquí que el individuo regula en cierto modo, Chicago :
ocupaba un lugar preciso y determinado de él mismo, las leyes de su actividad. Por el
contrario, la civilización técnica de nuestro Salchichería del mundo,
antemano. Todo, de murallas y de puertas forjadora, elevadora de trigo,
para adentro, estaba ligado y articulado por tiempo mecanizado y especializado presenta tú que juegas a los ferrocarriles y te has
relaciones necesarias, tan claras y compren­ otras tareas. Esta civilización presenta, en convertido en el sistema de transportes de
sibles p a ra el m a e s tro como para el todas sus ramas, funciones muy calificadas [la nación ;
aprendiz. de sobrevigilancia y dirección que pertene­ violenta vocinglera de voz ronca,
Una fábrica es otra cosa que en nada cen a la primera familia, y no las olvido... ciudad de las anchas espaldas...
recuerda el íntimo y cordial taller medieval, Sin entrar en detalles estadísticos, puedo
donde el platero labraba una custodia para decir qe nuestras encuestas, pasada la Libe­
el altar mayor de la catedral de Milán, el ración, tanto en Francia cómo en el extran­ Arrasada,
vidriero ensamblaba los cristales de colores jero, hechas mediante sondeos, nos han mos­ en escombros,
para los vitrales de la catedral de Chartres, trado que en la actualidad, alrededor del 80 en proyectos,
el tejedor fabricaba un tapiz para el Ayun­ por 100 de las tareas de la gran industria en construcciones, demoliciones, reconstruc-
tamiento de Brujas y el espadero templaba racionalizada— de las cuales el trabajo en \_ciones...
en el agua del Tajo el acero para las armas cadena no es sino una categoría— no impli­
de su señor. En el taller todo se hacía mo­ can sino una parte muy reducida, frecuente­ Pero estas imágenes son impropias e in­
rosa y amorosamente, pues cada objeto era mente nula, de iniciativa personal, de res­ convenientes para explicar la fábrica o la
en cierto modo único, y el “artesano” u “pe- ponsabilidad, y en todo caso ninguna moti­ ciudad fabril, y su habitante esclavizado,
rario” lo consideraba su “obra de arte”, la vación a largo término... En los equipos que es el obrero. Y lo son, porque en estos
obra de su inteligencia y de sus manos. que trabajan en cadena o en máquinas in­ tradicionales términos de comparación del
En la fábrica moderna, donde se constru­ dividuales, tareas que se prosiguen durante rebaño, la colmena y el hormiguero, sucede
yen motores de explosión, automóviles, tu r­ cuarenta y cincuenta horas por semana se que las ovejas, las abejas y las hormigas
binas, reactores, aviones, lo más importante repiten frecuentemente en ciclos de algunos son más importantes que el aprisco, el panal
no es el hombre, sino la máquina. El obrero minutos, a veces en ciclos de un minuto y y la ciudad subterránea donde habitan las
raras veces construye alguna cosa que ten­ con frecuencia en ciclos de una decena de últimas. En la ciudad fabril, en el cuarto
ga para él un sentido en sí misma o en re­ segundos; por ejemplo, en perforadoras y reino de las máquinas, éstas importan mu­
lación con otras que han de ensamblarse con en prensas de repujar. cho más que la materia humana esclavizada.
ella de acuerdo con proyectos y planos que Con sus torres de acero, sus grandes tam­ El hormiguero y el panal son la obra de
desconoce. Muchas veces una fábrica de bores de aluminio, sus cubos de cemento, la colmena y de las hormigas, mientras que
Chicago produce piezas que utiliza una fá­ sus chimeneas humeantes, sus galpones, que la fábrica existe con absoluta independencia
brica de Detroit. El trabajo del obrero con­ vibran en las armaduras metálicas; sus del obrero. El no la ha creado, no la ha
temporáneo carece de significación en cuan­ montañas de escoria y de ferralla, sus pa­ construido, no la entiende, no influye en ella
to tal, y es absolutamente extraño a sus para nada, es un mero esclavo sin voluntad
preocupaciones intelectuales ordinarias. El propia, sin iniciativa personal, sin ímpetu
no podría modificarlo, porque la variación de creador, sin libre albedrío, sin imaginación,
una operación manual, la equivocación más reducido a una memoria limitada y automá­
insignificante en la cadena de acciones ruti­ tica, que debe repetir, sin variaciones au­
narias, determinaría la quiebra del automa­ tónomas para evitar el desgaste y el esfuer­
tismo que regula todo el sistema. Sólo el zo inútil, las mismas operaciones manuales.
ingeniero y el técnico comprenden el funcio­ Y esto constituye la principal característica
namiento general de la fábrica y el fin de del cuarto reino, que lo diferencia profunda­
las operaciones que el obreo ejecuta mecá­ mente del de los animales y del humano,
nicamente, sin darse cuenta de su utilidad profundamente humano, del taller y de la
mediata y remota. Y los ingenieros y los ciudad medieval.
técnicos, que componen una minoría muy
especializada, una aristocracia del trabajo
frente a la masa homogénea de los obreros, II
tampoco saben muchas veces a qué conduce
lo que se les ha ordenado planear, y ejecutar, La ciudad antigua fué creando, por ne­
pues en un estadio superior se encuentran cesidad, sus distintos órganos. Estos hicie­
los cerebros directivos que a ellos los utili­ ron de ella un “organismo” sui generis: le
zan como inteligencias subordinadas, sin dieron un clero para el servicio divino, un
permitirles la menor autonomía de creación. ejército para la defensa común, una artesa­
En la ciudad atómica que el Gobierno de nía para la construcción de objetos de uso
los Estados Unidos ha construido en el Es­ personal y doméstico, una gleba para el cul­
tado de Texas, hay millares de científicos, tivo de las tierras, un gobierno para la
técnicos y laboratoristas, que desarrollan administración del conjunto social, una cor­
trabajos sin saber en qué habrán de utili­ tios sombríos, sus solares cubiertos de des­ te y un señor, etc. Es más : durante largos
zarse sus experimentos. perdicios y basuras, sus ascensores esquelé­ siglos el patriotismo no se extendía más
George Friedmann, al hablar sobre las ticos, su sirena, que lanza un alarido exac­ allá de las fronteras urbanas, y era un lu-
condiciones del trabajo y la vida del espíritu to a determinadas horas del día; con sus gareñismo. El florentino de hace cuatrocien­
en una conferencia pronunciada el 11 de camiones, que circulan cargados hasta los tos años no hubiera comprendido al italiano
septiembre de 1950 en las reuniones inter­ topes, y los largos convoyes de un ferroca­ contemporáneo, que se considera en su país
nacionales de Ginebra, decía : rril que cruza velozmente sobre un alto tanto en Roma como en Milán o en Nápoles.
Las investigaciones de la psicología in­ viaducto; con los canales de un agua negra Hoy mismo, si descontamos el atractivo que
dustrial, desde 1920, muestran que los ofi­ y podrida, en la que flotan manchas torna­ ejercen la s grandes capitales, el europeo
cios que permiten la ocupación de la perso­ soladas ; con el ruido ensordecedor y discor­ prefiere vivir y morir en su pueblo, o en su
nalidad no están sometidos a una intensa dante de los motores de explosión y de la ciudad de provincia, que lejos de ellos, en
división de las tareas, a una especialización casa de máquinas, que jadea rítmicamente; la terrible soledad de las urbes cosmopoli­
fraccionada; que implican no ciclos limita­ con el estruendo de una cascada de hierro tas. No comprende el desapego que por sus
dos de operaciones, sino un conjunto— e in­ que cae en una alberca de cemento, levan­ aldeas tie n e n los norteamericanos, sobre
sisto sobre esta noción, que es capital para tando una nube de hollín, que forma espesos todo su trashumancia, puesto que a ellos lo
las relaciones del trabajo con la vida del remolinos y mancha el cielo azul de nubes mismo les da vivir en Chicago que en Nueva
espíritus—- de “motivaciones a largo térmi­ negras y perezosas, la ciudad fabril tiene York, sin que se s ie n ta n especialmente
no”. Todos los oficios de los cuales hemos una v id a propia, inhumana, matemática, atraídos por el lugar donde nacieron y en
hablado implican motivaciones a largo tér­ exacta. No sorprendería que la interminable donde discurrió su juventud.
mino, todos esos oficios, que son tan diver­ fila de obreros que, vestidos de overol, en­ La ciudad fabril o la fábrica han creado
sos como los del albañil calificado, el ajus­ tran por las altas puertas metálicas de aquel al obrero para que las sirva. Su mentalidad
tador mecánico, el ¡agricultor polivalente, el infierno no fuesen hombres como nosotros, se deforma porque en presencia de la má­
institutor, el abogado, el zapatero (no el sino máquinas o robots. Charles Chaplin, en quina se disloca en dos sentimientos contra­
obrero especializado que fabrica en cadena una película que comprimió en unas cuantas dictorios que luchan dentro de él, lo exaspe­
partes del calzado en una industria de se­ imágenes la vida automática y mecanizada ran y lo deprimen alternativamente, lo an­
rie), el ingeniero, el periodista, el jefe de de un obrero de fábrica, presenta a ésta y gustian y lo predisponen a la influencia de
un servicoi administrativo y, naturalmente, a las ciudades industriales como un rebaño todas aquellas ideas que combaten el sistema
“a fortiori”, los oficios de escritor o de de ovejas. La película empezaba con la ima­ que ha producido las máquinas y el Estado
artista. En todos estos oficios hay variedad. gen pastoril de un rebaño, borroso y desin­ que con sus órganos de coacción las protege.
En todos ellos encontramos una serie de dividualizado, que pasaba torrencialmente Los dos sentimientos en que se disloca son
operaciones mentales o manuales que no se por una talanquera y entraba en el aprisco. el de que, por ahora, es un elemento necesa­
repiten idénticamente y a corto término; en Algunos escritores han comparado las ciu­ rio a la máquina, y el de que, más tarde o
esas tareas hay iniciativa y cierta plastici­ dades modernas con gigantescas colmenas. más temprano, en virtud de ella, llegará a
dad en la escogencia de los medios y en la Los barrios obreros que crecen en torno de ser un parásito inncesario. Lo primero, por­
conducción de las operaciones. Todas esas las fábricas parecen manchas de humedad, que en el Estado actual el obrero es una
profesiones son, en cierta medida, autóno­ verdes y viscosas. Cari Sandburg, poeta nor­ ficha clave de la sociedad, y lo segundo, por-
que la máquina prospera cada día más en cosa y podían fabricarse en una gran varie­ está causando una total transformación de
vista de la eliminación del obrero. Ya se dad de modelos a costo exiguo. Los que re­ la naturaleza y del hombre americanos, en
han presentado en Inglaterra y los Estados sultaban eran apreciados y conservados; los nada altera todavía sus fundamentos psico­
Unidos los primeros síntomas de este nuevo otros, rechazados u olvidados rápidamente. lógicos. No causa esa radical inversión de
tipo de angustia, cuando se anunció pública­ Por cada obra de arte ¡cuántos fracasos! los valores mediatos y finales que se observa
mente que en breve se pondrían en servicio Por cada objeto exquisito, firmado por Hep- en Norteamérica. Sin embargo, en las gran­
cerebros electrónicos capaces de controlar pel White, Revére o Cellini, ¡cuántas tenta­ des ciudades ese tipo de mentalidad norte­
(con la asesoría de un solo técnico) siste­ tivas desgraciadas, hoy desaparecidas! ¡Fe­ americana tiende a extenderse en ciertos
mas mecánicos que antes necesitaban el con­ liz época aquella en que el diseñador tenía sectores de la sociedad que, por su ignoran­
curso de varios centenares de obreros. De derecho a equivocarse como cualquier ser cia, unida a su riqueza recién adquirida, son
manera que la máquina ha creado una nue­ humano, a olvidar sus equivocaciones y a víctimas dóciles del snobismo y de la imi­
va clase de hombres de mentalidad altamen­ vivir en paz! tación. Es lo curioso que la máquina, en
te especializada, pero disociada por senti­ Pero los productos de la máquina, y ella aquel continente, degrada a las clases altas
mientos contradictorios. misma, caducan y envejecen vertiginosa­ y, en cambio, mejora sensiblemente a las
No sólo alteró ella la estructura social al mente. Reproducen un objeto millones de clases populares.
gestar una nueva clase y una nueva fuerza veces, pero se cansan pronto de él y no ta r­ Lo cierto es que si la idea que hizo posible
política, sino que la perturbó profundamen­ dan en darlo de baja para sustituirlo por la máquina nació en Europa, y en Norte­
te por medio de los objetos manufacturados otro más rápido, menos complicado, más américa se produjo el reino de las máqui­
que ella produce. Creó nuevas necesidades y bello o más útil. Unas máquinas matan a nas, a quienes ellas de veras benefician es
nuevas maneras de satisfacer las antiguas. las otras, como la radioelectrola a la electro- a los sudamericanos. Dicho en menos pala­
Aceleró la vida social en todos sus aspec­ la, y ésta a la ortofónica, y ésta al gramófo­ bras : la máquina nació en Europa, se crió
tos: el transporte, las comunicaciones, el no de corneta, y éste a la pianola. La tele­ en los Estados Unidos y se aprovecha en
trabajo campestre, el trabajo intelectual y visión está devorando a la radio, como el Sudamérica. Sirve allí para levantar el nivel
doméstico, etc. Para apreciar las transfor­ radioteléfono al teléfono alámbrico de larga económico de los habitantes y les procura
maciones que la máquina ha introducido en distancia, como el cinerama al “cinemasco­ el instrumento que necesitan para domesti­
el mundo moderno, bastaría comparar lo que pe”, y éste al cine en blanco y negro, y éste car su contorno, con lo cual psicológicamen­
es la vida en una ciudad de provincia euro­ al mudo y como el avión a chorro al avión te se levantan.
pea y la vida en una ciudad fabril de los Es­ de hélice, y éste al tren eléctrico, y éste al Uno de los efectos más visibles de la má­
tados Unidos. La máquina ha acelerado la venerable y romántico tren de vapor, y éste quina es la eliminación de brazos, como ya
historia en general y ha multiplicado por a la diligencia, y la diligencia al caballo. El lo dijimos. En Castilla o en Ucrania hay
millones de veces la capacidad comunicante autobús mató al tranvía, como la moto a la tres o cuatro millones de campesinos que
de la inteligencia y de la palabra humanas. bicicleta, como la bomba H al cañón Bertha, siembran trigo al voleo, lo siegan con hoces,
Piénsese en la radio, en el cine, en la televi­ como el ascensor eléctrico al hidráulico, y lo trillan con caballos, lo aventan con ceda­
sión, en la linotipia, en la rotativa, en la éste a la escalera. En una misma máquina, zos, lo cargan en carretas, lo muelen en
simple máquina de escribir y de calcular, producto de otras máquinas y síntesis me­ casa con dos piedras accionadas por un mo­
que aceleran y al mismo tiempo multiplican cánica de un motor de explosión y un mag­ lino de viento. Si en esos campos de sem­
una idea, una imagen, un número. No sólo neto eléctrico, es decir el automóvil, el úl­ bradura y de pan llevar entrasen de golpe
se produce esa aceleración histórica en las timo modelo mata al precedente, porque lo cinco mil combinadas mecánicas, y cinco mil
ciudades de alta concentración fabril, sino ha embellecido, lo ha mejorado, o simple­ tractores y otros tantos camiones, y se ins­
en los villorrios más retrasados siempre que mente ha modificado su diseño. Por lo ge­ talasen diez molinos eléctricos, quedarían
una radio, una pantalla de cine, un periódi­ neral, todo modelo de la máquina es un pen­ súbitamente sin trabajo cuatro millones de
co, un teléfono, un telégrafo, los pongan en último modelo, en lo cual este cuarto reino campesinos. La máquina los volvería harina.
contacto inmediato con la actividad de los difiere profundamente de los otros tres, que Lo mismo ocurre en otras actividades, ya
centros nerviosos del mundo. han logrado estabilizar los suyos a través no campestres, sino urbanas. En cambio, en
Y al mismo tiempo la máquina ha trans­ de los siglos: un trozo de cuarzo, un nogal, Sudamérica, la máquina abre perspectivas
formado la naturaleza, no sólo al crear ese un caballo, un hombre, no han variado gran de trabajo antes desconocidas y ofrece al
cuarto reino de cosas que participan de cier­ cosa en los últimos cuarenta mil años. Y hombre nuevos campos de explotación y de
tas características de los otros tres, sino al este cambio constante y rapidísimo crea en cultivo. Incorpora a la vida económica terri­
corregirla y explotarla hasta en sus más el hombre no sólo la ansiedad del artículo torios secularmente vírgenes, porque sin
profundas entrañas. La máquina está remo­ nuevo, sino la de cambiar el que tenía cuan­ transportes aéreo s, sin ferrocarriles, sin
delando la naturaleza. Hizo posible la explo­ do lo ve súbitamente envejecido porque ha tractores, jeeps, segadoras, oleoductos, ca­
tación de riquezas sumergidas en capas geo­ aparecido otro mejor. Y como uno de los bles aéreos, nadie podría intentar la aven­
lógicas antes inaccesibles, y pei'mitió el do­ ideales abstractos de la máquina es la velo­ tura de conquistarlos. En Europa la tierra
minio del aire mediante la aviación. Ha al­ cidad, ella produce una especie de inestabi­ está totalmente explotada y no queda un
terado la fisonomía y la superficie de la lidad psicológica, que también se manifiesta solo palmo ocioso y que no se utilice de
tierra, su clima, su paisaje y su régimen en el hombre en una constante apetencia la mejor manera posible. La máquina eli­
de aguas. Ha torcido el curso de los ríos, de velocidad : navegar, volar, trabajar, vi­ minaría a los hombres y les robaría el tra ­
ha irrigado los desiertos, ha construido la­ vir, en fin, más de prisa, volviéndose este bajo que hoy van a buscar en otras partes,
gos artificiales y ha establecido cultivos ex­ concepto abstracto de la velocidad un fin en ese mundo virgen que es América. El
tensivos e intensivos, cosas todas que, sin en sí y no un simple medio para alcanzar espacio vital en Europa es inflexible porque
ella, no hubieran sido posibles. un fin concreto y de reposo. En el hombre carece de elasticidad y expansión. Para am­
La máquina ha contrariado las propias le­ medio contemporáneo la máquina crea la ne­ pliar el suyo, Alemania en 1939 se desbor­
yes de la naturaleza, o las ha burlado, cuan­ cesidad, no de llegar—lo cual es secunda­ dó sobre Austria, Checoslovaquia y Polonia,
do permite al hombre volar, navegar bajo rio—-, sino la voluptuosidad de ir, de estar e Italia se derramó sobre Etiopía. En el
el agua y prolongar artificialmente el día yendo cada vez más de prisa. Todos los fines, siglo pasado, en los Estados Unidos se ha­
gracias a luz eléctrica. Mediante la pro­ fuera de este cuarto reino de la máquina, blaba de la “frontera móvil”, que los pione­
ducción de abonos químicos ha perfecciona­ que está rápidamente avasallando el mundo, ros empujaban hacia el Pacífico a través de
do el rendimiento de la tierra, y con ciertos eran de reposo. Ya no se trabaja para con­ las praderas del Middle West.
estímulos hormonales ha acelerado el proce­ seguir el dolce far niente que concede la ri­ En Hispanoamérica, más de una tercera
so del crecimiento de las plantas. Ha creado queza, o la gloria tranquila que da la obra parte de Centroamérica, las dos terceras de
nuevas razas de animales y ha utilizado, sin bien hecha, o la satisfacción moral de la Colombia, las tres cuartas de Venezuela, la
medida, la fecundación artificial. La más buena acción y del servicio al prójimo. No totalidad de las Guayanas, más de cinco
extraordinaria creación del hombre es este se vive para algo, sino simplemente por vi­
cuarto reino de las máquinas, en el cual está vir y por vivir más aprisa. Por esto la
hoy inmerso y sin el cual ya millones de máquina es un fin en sí, el único fin no sólo
hombres en el mundo no sabrían vivir. Y de la máquina misma, sino del hombre que
ellas, que obedecen a leyes de una lógica trabaja para ella, o con ella, o como ella. Y
matemática y se deducen las unas de las es lo más curioso que, al enajenar al hom­
otras, lanzan continuamente nuevos ejem­ bre o al desplazarlo, crea el ocio, pero ya no
plares en un proceso sin fin. como un fin que podría tener fecundas con­
Antes de la era de la máquina los objetos secuencias para el futuro de la cultura hu­
eran hechos -por los artesanos, dice Ray­ mana, sino como un rezago y un desperdi­
mond Loewy en U Air du Temps {La feal­ cio inservibles. En la fábrica y en la vida
dad se vende mal, 1953). Los artesanos con­ del obrero, el ocio es como esa mancha de
sagraban su vida entera a un solo tipo de aceite que dejan a lg u n o s vehículos, mal
objeto, a un solo medio de expresión. Tra­ ajustados y de viejo modelo, cuando se po­
bajaban libremente, sin coerción y sin pri­ nen en marcha pero sobre este problema
sa. Conocían su materia a fondo, fuese ella volveremos después.
vidrio, arcilla o estaño. La utilizaban con
destreza, según su propia inspiración. La
línea obtenida era feliz o desgraciada. No III
había término medio. La materia prima era
barata o fácil de conseguir. Y el fracaso no En América del Sur se utiliza la máquina,
tenía gravedad. Los moldes—-cuando había aunque apenas comience a producírsela en
ocasión de utilizarlos—no costaban gran algunos países. Si bien es cierto que ella
sextas del Brasil, dos terceras de Bolivia, ocurre al campesino europeo, sobre todo en das por el blanco; los negros era muy poco
media pampa argentina, dos te r c io s del los pueblos latinos, pues sigue viendo en ella lo que tenían que olvidar; la inestabilidad
Perú, etc., son territorios que esperan la un cuerpo extraño que tiene ribetes de dia­ psicológica de mulatos y mestizos es un tra ­
llegada de la máquina para incorporarse a bólico. Hace cien años, en Manchester, cuan­ sunto de su inestabilidad racial, lo cual
la estructura económica de las respectivas do funcionaron los primeros telares mecáni­ les permite adaptarse rápidamente a todo;
naciones. De manera que allí las fronteras cos, la máquina fué el enemigo, y los obreros y la mayor preocupación de los blancos em­
son móviles también y pueden dilatarse in- quisieron destruirla. Cuando en Francia ro­ pobrecidos y re c ié n llegados consiste en
définidamente, y la máquina, en vez de res­ daron los primeros ferrocarriles, los cam­ cambiar de vida para ser distintos de como
tringirlas, servirá para ensancharlas cuan­ pesinos clamaron contra aquel monstruo eran en su tierra de origen.
do las vías de comunicación permitan colo­ que corría lanzando chispas que podían in­ Para todos ellos lo nuevo no era una sus­
nizar llanos, selvas, maniguas y cordilleras cendiar los campos y destruir las cosechas. titución de cosas secularmente adquiridas e
que hoy pueden considerarse inútiles. His­ La capacidad de adaptación del sudameri­ incorporadas a su propia naturaleza, sino
panoamérica está cubierta de desiertos ver­ cano a la máquina es mayor que la tiene una adquisición que no tropezaba con resis­
des todavía. La incorporación de esas vastas el pueblo europeo, porque, en igualdad de tencias previas, con preconceptos, con ideas
soledades a la civilización contemporánea circunstancias económicas, las diferencias apriorísticas. Lo nuevo representaba un en­
sólo es posible mediante la máquina, y gra­ del sustrato psicológico entre uno y otro riquecimiento. Fuera de este terreno propi­
cias a ella han comenzado a abrirse para el son muy profundas. La ignorancia de un cio al cultivo y desarrollo de la máquina, el
hombre las llanuras del oriente de Colombia campesino checo, o castellano, o polaco, es sudamericano tiene el convencimiento de su
que se tienden entre la cordillera de los An­ de una “calidad” distinta de la virginidad necesidad, a tiempo que el europeo piensa
des y la hoya amazónica, y las de Venezuela intelectual de un minero boliviano o de un que ella es innecesaria. Todo lo que él hace
que ruedan hacia el Orinoco. En Bolivia el gaucho. argentino. La ignoi’ancia del euro­ y conoce le parece óptimo. Es casi seguro
avión ha hecho posible la explotación de peo no excluye el conocimiento automático, que los broncos soldados castellanos que si­
minas encaramadas en los picos de los An­ pudiéramos decir, de una compleja variedad tiaron las murallas de Granada, y aun los
des, en donde sin su ayuda no podrían esta­ de cosas que él hace, y considera que así mismos Reyes Católicos, que vivían sin mu­
blecerse ni abastecerse los campamentos de deben hacerse siempre, porque así se han darse la ropa y sin lavarse el cuerpo, pen­
los trabajadores. Y es cosa insólita para hecho desde tiempos inmemoriales. No se saban que los palacios que resplandecían
un europeo el que los analfabetos sudameri­ trata en realidad de conocimientos, puesto entre las frondas de la Alhambra y del Ge-
canos, los indios, los negros, los mestizos, que el europeo no ha tenido necesidad de neralife, y la vida que los moros allí lleva­
los campesinos, viajen con sus animales en aprender esas cosas y ciertas reglas de con­ ban entre jardines, surtidores y albercas,
avión y de un lugar a otro del país, cuando ducta que le imponen el medio y las costum­ era cosa supèrflua y vana, porque no era se­
en muchos casos ni siquiera han visto hu­ bres desde su más tierna infancia. Unas y mejante a sus ascéticas costumbres de hom­
mear la locomotora de un ferrocarril. otras son maneras de ser y de vivir que na­ bres de tierra adentro.
Pero estos son ejemplos que sirven para cieron antes que él y en las cuales él se su­ En cambio, el sudamericano, originalmen­
indicarnos las ilimitadas posibilidades que merge como en un medio natural fuera del te desprovisto de todo, puesto que de todo
la máquina tiene en Sudamérica. Sirven cual todo le resultaría extraño. Más que fué despojado, tiende a considerar mejor lo
también para mostrarnos que ella, en lugar ideas son maneras automáticas de reaccio­ que no es suyo, lo que no ha hecho, lo que
de desplazar a los hombres, los solicita, y nar ante los estímulos tradicionales. Dentro es nuevo. Adoptó el criterio del cambio y de
en vez de simplificar y empobrecer su vida, de ese complejo de cosas que él consideraría la novedad que la máquina impuso al habi­
la complica y la enriquece. En Europa les absurdo cambiar, porque nunca llegó a con­ tante de las grandes ciudades norteameri­
arrebata su tierra y su trabajo, cuando en cebir que se pudieran hacer de otra manera, canas, y recibe con los brazos abiertos las
Sudamérica les da lo que antes de ella no están los métodos y las técnicas—palabras nuevas máquinas que simplifican o compli­
podían tener : la capacidad de realizar obras un tanto exóticas dentro de este mundo de can la vida. Aunque no tenga un libro en
que superen la fuerza de sus brazos y sus cosas naturales—-para sembrar, cultivar una su casa, vive orgulloso de su radio o de su
pobres conocimientos, y la oportunidad de viña, trillar un campo, pescar, sacar agua arado de discos. Ve en las máquinas el sím­
vivir una vida mejor que les permita ser de un pozo con una noria, etc. Todas esas bolo y el objetivo de la riqueza. En muchas
ellos mismos. actividades constituyen su vida, son sus ma­ regiones de los Andes, para el indio que
Por esto, a tiempo que en Europa se pre­ neras de expresión y al mismo tiempo de anda descalzo por los caminos o para el
senta una distorsión evidente y una incom­ reacción frente a los estímulos naturales. mestizo que ha acumulado una pequeña for­
patibilidad entre el hombre y la máquina ; Así como para el artesano los útiles de tra ­ tuna vendiendo baratijas en la plaza del
mientras en los Estados Unidos ella lo es­ bajo son tan naturales como los dedos de pueblo, el ideal humano ya no se cifra en
claviza y lo modifica, en los países hispano­ sus manos, para el campesino el arte de cul­ el doctor que trajina con libros, sino en el
americanos, menos cultos y menos civiliza­ tivar la tierra con su arado de chuzo roma­ chófer que se mueve entre máquinas. Las
dos, se convierte en una palanca de civili­ no y con su hoz es tan natural como la manchas de grasa en el overol y en las ma­
zación y de cultura. Entre hombre y má­ misma naturaleza, porque así se viene ha­ nos le inspiran más envidia que las gafas
quina se opera una simbiosis, una adapta­ ciendo durante los últimos diez siglos. del intelectual y sus dedos embadurnados de
ción mutua que tiene extraordinarias conse­ En cambio, la ignorancia del campesino o tinta.
cuencias. La máquina produce en el hombre del trabajador manual sudamericano era
una impresión de seguridad, capacidad y total hasta hace muy pocos años. Aprender
eficacia que sin ella no tuvo jamás; lo mis­ el manejo de un tractor o las letras de una IV
mo que al-hombre medio de las ciudades, la cartilla representaba para él el mismo géne­
belleza y la fuerza de su automóvil se le ro de adquisición : el de conocer cosas que Si una de las mayores diferencias que se
confunden con su belleza y su fuerza perso­ nunca había sabido. No tenía sino muy po­ perciben en materia de dinero, entre euro­
nales. El hombre llega a sentirse su auto­ cas tradiciones, muy escasas maneras pecu­ peos y americanos, consiste en que los pri­
móvil. Con la máquina, el campesino que liares de reaccionar ante determinados es­ meros ahorran y los segundos despilfarran,
ara su tierra a varias leguas del pueblo y tímulos, por lo cual puede decirse que su en parte hay que achacar a la máquina
en la mitad de una montaña virgen se siente inteligencia estaba casi virgen y era una esta discrepancia psicológica. Pudiera decir­
menos solo. Aunque no pueda pensarla como página en blanco. La máquina no causa en se también que de esa discrepancia han na­
un científico europeo, ni producirla como un un trozo de selva el mismo efecto revolucio­ cido su desarrollo y su prestigio en el Nuevo
industrial norteamericano, la utiliza con na­ nario que en un barbecho de Europa : allí Mundo, y las resistencias que provoca en los
turalidad y sin esfuerzo como si él mismo va a instaurar lo nuevo, mientras que aquí países europeos. La economía de éstos se
la hubiera pensado y producido. Esto no le viene a desquiciar y a trastornar lo antiguo. funda en la mesura, la prudencia ancestral,
Esto explica la resistencia que el europeo el espíritu de conservación, mientras que la
opone a la máquina en ciertos países, a lo de los otros se apoya en el desperdicio, la
cual se agrega el hecho del minifundio que intrepidez y el desgaste. Tomemos el ejem­
económicamente la hace insoportable en mu­ plo de los automóviles. En Europa duran y
chas regiones, el latifundio que en otras la perduran indefinidamente, y se ve por esas
hace innecesaria, y su alto costo de amorti­ calles cada ejemplar que sería para mover
zación, incompatible con la rentabilidad de a risa si no fuera porque produce admira­
la tierra europea, muy castigada por el Es­ ción. En América acaso lo exhibirían en
tado. una sala retrospectiva del automóvil. No se
Si para el europeo la máquina representa trata de cicatería europea, pues por ahí
la negación de una manera de ser, para el andan príncipes millonarios en antiquísimos
sudamericano aparece como una manera de Rolls, en su Rolls, en unos Rolls que fueron
pensar. Al pueblo sudamericano se le dió to­ construidos y carrozados especialmente para
do hecho, prescindiendo en absoluto de lo ellos, pues deberán durar tanto como sus
que tradicionalmente hacía. El norteameri­ viejos criados de librea o sus bellos muebles
cano lo fué haciendo todo por su cuenta, con de familia. Hay cierta coquetería en transi­
prescindencia de lo que debiera hacer de tar por las calles atestadas de vehículos en
acuerdo con maneras de pensar y de reac­ una de esas reliquias mecánicas, altas como
cionar en Europa. El sudamericano está escaparates, nostálgicas del tronco de caba­
“acostumbrado” a no tener costumbres va­ llos, que se deslizan solemnemente haciendo
riables, a no ser siempre el mismo, a recibir sonar su bocina pasada de moda.
todo desde fuera con absoluto desdén de En Jos Estados Unidos y en la América
sus costumbres peculiares. Ideas y tradicio­ del Sur, los automóviles se compran para
nes indígenas fueron bárbaramente aplasta­ que no duren. Si no son del último modelo
producen en sus propietarios un mezquino un suplemento vital de esas aristocracias, mostrar que en América el problema del
sentimiento de inseguridad. América está que no tenían necesidad de comer su pan ocio creado por la máquina no se presenta
llena de cementerios de automóviles, que se con el sudor de la frente, y al otro extremo todavía. En los Estados Unidos, porque
extienden a lo largo de las carreteras como de la escala social, era el patrimonio de los existe una mentalidad del trabajo como fin
pavorosas reliquias de una horrenda guerra conventos y las abadías, entregados a la en sí, no en vista de un fin que lo trascienda,
económica. Hasta hace unos pocos años po­ contemplación. El ocio de los Médicis se y porque el bienestar material se considera
día verse, en el trayecto de Nápoles a Roma, llenaba con el mecenazgo, y el de los bene­ su justificación suficiente.
una interminable fila de jeeps, tractores, dictinos de Monte Casino, con la copia y Además hay algo que debe tenerse en
camiones, tanques, dejados por el ejército la interpretación de antiguos pergaminos. cuenta, pues no está ausente de la proble-
liberador cuando entró en 1945 en las tie­ Los excedentes de riqueza y de tiempo en maticidad que los Estados europeos le con­
rras de Italia. las aristocracias, y la austeridad y la nece­ ceden al ocio, y es la estratificación secular
Pero cabe pensar que el día en que los sidad de no perder el tiempo en las comuni­ de las clases sociales, individualmente per-
americanos se aburrieran de comprar el úl­ dades religiosas, eran un formidable es­ meabilizadas en Inglaterra y de una manera
timo modelo de todas las cosas, o se europei­ tímulo para la c re a c ió n intelectual. En más general en Francia y en los países nór­
zaran hasta el punto de preferir por sno­ pagar a Miguel Angel para que construyera dicos. Esto ha contribuido a crear, en el
bismo el modelo antiguo, se arruinarían de las figuras que habrían de adornar la tumba hombre del pueblo y de la pequeña clase
golpe millares de fábricas, quebrarían cen­ de la familia, los Médicis invertían su ocio media, un espíritu revolucionario, pero no
tenares de industrias, un ejército de obreros y su dinero; y Fra Angélico decoraba las una mentalidad de ascensión y de progreso
quedaría sin trabajo y sobrevendría una celdas del convento de San Marcos, en Flo­ social dentro de los cuadros establecidos.
catástrofe económica. En resumen : el eu­ rencia, para ocupar sus ocios, nacidos de su El hombre de la Comuna de París en 1793,
ropeo compra cosas para que le duren y el austeridad y de su total ausencia de pre­ el proletariado ruso en 1917, el comunista
americano para que se le acaben; y el día ocupaciones económicas. francés en 1955, concebían mejor la des­
en que estos criterios opuestos se trocasen, La cultura, en todo caso, es un lujo espi­ trucción total de una clase superior que su
y los americanos se dieran al ahorro y los ritual y material que se produce en el ocio ; - ascensión “personal” hasta ella. Primero se
europeos tiraran por la ventana sus tradi­ y éste sólo es posible en el palacio y en el eliminó, en el sentido material y físico del
ciones y se entregaran al despilfarro, co­ convento, con la aristocracia o con el fraile, término, la aristocracia francesa; luego, en
menzaríamos a considerar la bomba de hi­ o con ese tercer elemento que participa a la Rusia, se decapitó la aristocracia y la alta
drógeno como un mal menor : nuestro mun­ vez de la mentalidad del uno y del otro, burguesía. Hoy los partidos revolucionarios
do saltaría en pedazos. Pero la “psicología pues es mitad fraile y mitad aristócrata, europeos, destruidas las aristocracias, no
maquinista” se ha convertido ya en una se­ como es el artista, el pensador, el escritor, aspiran a ascender a la categoría de bur­
gunda naturaleza del hombre contemporá­ el poeta. Para todos éstos el ocio no es un gueses, sino a liquidar a la burguesía como
neo, por lo menos del hombre americano. problema, no es “algo que hay que evitar”, clase. Para el tendero, el empleado modesto,
Sucede que los europeos, durante dos mil sino, por el contrario, “la condición necesa­ el obrero, el campesino, el ideal revolucio­
años, se han preocupado por almacenar, por ria” para producir y para crear, para me­ nario consiste en la total destrucción de las
atesorar, por conservar y aprovechar hasta diferencias sociales y en el establecimiento
el máximo las posibilidades de su industria, de una sola clase o de una sociedad sin
de su arte, de sus ideas y de las que han re­ clases. El pueblo concibe de una manera ra­
cibido. Se dió el caso de que en la guerra sante la revolución, aunque Marx y Engels,
pasada, cuando la gente moría de frío en las sus teóricos, no llegaran a ese criterio tan
ciudades de Francia y Alemania, a nadie simplista, porque, en su carácter de inte­
se le ocurriese derribar un árbol de los par­ lectuales, es decir de hombres profundamen­
ques o de los bosques para procurarse leña. te diferenciados dentro de la sociedad, no
Por lo cual André Siegfried, en su libro concebían la igualdad como un hecho origi­
Tableau des États-Unis (Paris, 1954), ob­ nal o como un ideal de justicia.
serva que si en los Estados Unidos se pue­ En una fase superior de la sociedad co­
den destrozar impunemente los productos munista—dice Marx—, cuando haya desapa­
—y no se privan de hacerlo—, en cambio, recido... el antagonismo entre el trabajo
economizan el esfuerzo de los hombres cuyo intelectual y el trabajo manual; cuando el
concurso es demasiado costoso. Allí donde trabajo no sea solamente un medio de vivir,
Europa, que sabe cuidar las cosas, destroza sino que se convierta en la primera necesi­
a los hombres, América, que malgasta las dad vital; cuando, con el múltiple desenvol­
cosas, ha aprendido a cuidar de los hombres, vimiento de los individuos, las fuerzas pro­
y esa es la base de su filosofía del trabajo. ductoras crezcan y todas las fuentes de la
Pero la máquina trae algo más grave para riqueza colectiva broten en abundancia, sólo
los europeos que la costumbre del despilfa­ entonces el estrecho horizonte burgués será
rro, y es el problema del ocio. Gracias a ella, completamente rebasado, y la sociedad po­
el hombre necesitará trabajar cada vez me­ drá escribir en sus banderas: “De cada uno,
nos, y, por consiguiente, tendrá cada vez según sus capacidades, y a cada uno, según
más horas libres para vacar. Y precisamen­ ditar y para construir. El ocio de estos tres sus necesidades.”
te gracias a ella ya no concibe la vida sino tipos humanos produjo, pues, la cultura. Y Lenin (Estado y Revolución, 1918) co­
en función del trabajo, y no trabaja para En cambio, el ocio es un problema para menta : El derecho igual (de cada uno, al
vivir, sino que vive para trabajar. Cuando las masas obreras y para el pueblo en gene­ producto igual del trabajo) pertenece al de­
dispone de tiempo libre no sabe qué hacer ral, para aquellos vastos y amorfos sectores recho burgués, que, como todo derecho, pre­
de su descanso, y si no encuentra en el es­ sociales cuya razón de vivir no es ser ni supone la desigualdad. Todo derecho consis­
pectáculo, en el cine, en la televisión, en el crear, sino simplemente producir. Y es cu­ te en la aplicación de una regla única a
deporte, algo con qué llenar su ocio vacío, rioso que este asunto se haya planteado personas diferentes, las cuales, de hecho, no
se desespera y se aburre. Su soledad le es­ por primera vez no en los Estados Unidos son idénticas ni iguales. Por consiguiente,
panta, porque dentro de él mismo no en­ —en el cuarto reino de la máquina—, sino el derecho igual equivale a una violación de
cuentra nada con qué llenarla. en Europa. La mentalidad norteamericana, la igualdad, a una injusticia. En efecto,
El ocio no constituía problema de ningu­ que no entiende el ocio, lo llena con máqui­ cada uno recibe, por una parte igual del tra­
na clase para las aristocracias, ni para los nas, con cosas, con trabajos accesorios, co­ bajo social suministrado por él, una parte
artistas y los intelectuales, entre los cuales menzando por el que tienen que realizar igual del trabajo social... Pero los indivi­
el ocio es necesario ; es un tiempo destinado hombres y mujeres en su casa, en donde duos no son iguales: uno es más fuerte,
a la acumulación de fuerzas que cualquier no hay sirvientes que los ejecuten por ellos. otro más débil; uno casado, otro no; uno
día habrán de estallar en la creación artís­ La mentalidad del pueblo norteamericano se tiene hijos, otro tiene menos, etc. A igual­
tica o literaria. Pero crear, como el intelec­ acerca más a la de la clase media europea dad de trabajo—concluye Marx—, y, por
tual y el artista, no es trabajar, sino la que a la del pueblo bajo del Viejo Conti­ consiguiente, a igualdad de participación en
única manera como el uno y el otro conciben nente. el fondo social de consumo, el uno recibe
el milagro de vivir. Vivir es ser, no simple­ El pueblo europeo es más rudimentario, efectivamente más que el otro, el uno es
mente hacer, y tanto las aristocracias anti­ más reaccionario, m ás estacionario, más más rico que el otro, etc. Para evitar todas
guas como el intelectual y el artista eran, sei’vil que el norteamericano. Ya se ha dicho estas dificultades, el derecho no debe ser
y no tenían que trabajar para dar testimo­ que la historia europea no la hizo el pueblo, igual, sino desigual.
nio de ellos mismos y para vivir. De manera sino una minoría, de manera que el pro­ Una historia milenaria pesa sobre el eu­
que el ocio jamás se les planteaba como pro­ blema del ocio se plantea en el Viejo Con­ ropeo, quien sólo, a partir del siglo XVIII,
blema, pues su actividad libre y espontánea tinente a una masa cuyo nivel mental y con Rousseau, comenzó a mirar como ilegí­
se confundía con el ser y el hacer de una social—para no hablar del puramente mate­ timas las desigualdades sociales y, como es
nación. La república ateniense, montada so­ rial—está muy por debajo del que han al­ natural, la libertad. Estaba, y en muchos
bre el trabajo del esclavo, permitía el fe­ canzado, gracias a las máquinas, las gran­ países aun está, pues ni Rousseau ni Marx
cundo ocio de Sócrates, de Platón, de Fi- des masas de los Estados Unidos. En Sud- han llegado a los campos y a las aldeas;
dias, de los grandes trágicos griegos, entre­ américa, como lo vimos atrás, aunque el está acostumbrado a que, si es artesano,
gados al soberano placer de crear, que es vi­ pueblo sea menos culto que el europeo, tiene, aun cuando llegue a ser dueño del taller,
vir plenamente. en cambio, una inestabilidad psicológica que jamás podrá aspirar a ser noble o letrado.
Ya vimos que la cultura fué en Europa le permite progresar, en el sentido de que El dinero en Europa no constituía privilegio
una obra de las aristocracias, y, por tanto, desea mejorar de condición y de fortuna y hasta hace un tiempo. En cambio, un obrero
un producto del ocio. El ocio era un lujo, adquirir cosas nuevas. Lo que importa es de garaje en los Estados Unidos sabe que
con su trabajo y un poco de buena suerte mecánica y más tarde sea propietario de de constituir un problema, es un formida­
puede ascender y llegar a los cargos más una compañía de transportes, y al cabo de ble estímulo cultural, aun prescindiendo deí
altos del Estado. La historia de ese país, unos años se convierta en uno de los ricos hecho de que la máquina allí no lo produce,
sobre todo en los últimos veinticinco años de la ciudad. Es decir, en América el cam­ sino, por el contrario, abre nuevos frentes,
del siglo xix, continúa siendo para muchos bio de fortuna implica un cambio de clase de trabajo para el hombre. Habría que dis­
la del limpiabotas que se volvió magnate del social, y en Europa todavía el ascenso social tinguir entre el campesino y el obrero de
petróleo y de viejo regaló una fortuna a encuentra infranqueables barreras que no la ciudad, el cual en América está más
una universidad; pero, en escala más mo­ derriba la fortuna. cerca del obrero europeo que el primero de
desta, el caso sigue produciéndose en los Este caso lo conoce por experiencia pro- * su congénere del Viejo Mundo. En el obre­
países hispanoamericanos, aun en aquellos ro opera más el estímulo de la revolución
que no han recibido inmigración. El campe­ pia el emigrante que sale de Pontevedra o social entendida a la europea, mientras que
sino suda y trabaja para que su hijo vaya de Génova y llega a Buenos Aires o a Cara­ en el campesino el deseo de riqueza, de
a la universidad y se convierta en doctor, cas sin un cobre, y a los pocos años, con propiedad, de mejoramiento personal, conti­
es decir, en miembro de una clase social trabajo y con suerte, se convierte en el se­ núa siendo la mayor justificación de su tra ­
más alta que la suya; para que vaya al ñor que nunca pudo llegar a ser en su pa­ bajo. En Hispanoamérica el trabajo agobia-
Congreso y pueda ser ministro o presidente tria de origen. dor del campesino sólo tiene por meta eü
algún día; para que entre en un taller de De manera que el ocio, en América, lejos futuro ocio de los hijos.

AMERICA Y EUROPA
pesar del prodigioso resurgimiento los países hindúes contra Inglaterra, puede eternizarla. ¿Por qué podrían llamarse “fun­
À material de la República Federal Ale­
mana, de la creciente reconstrucción
generalizarse y desencadenar una hecatom­
be universal.
cionales” los palacios barrocos del siglo xviii,
de anchos y recargados portalones, de salo­
de Italia y España, de la imponente digni­ Pero el antiguo estilo desaparece en Eu­ nes abarrotados de yesos, y esculturas, de
dad con que Inglaterra afronta el melancó­ ropa aun en las manifestaciones más nimias altos techos pintados al fresco con escenas
lico ocaso de su imperio, del tranquilo “pa­ y triviales, como desapareció la artesanía de la mitología griega? Porque el lujo, la
sar” de los países nórdicos, nadie podría honrada y minuciosa triturada por la fabri­ acumulación de riquezas, su ostentación y
negar el hecho de que la influencia política cación en serie y los artículos al por mayor. su despliegue a los ojos del público, del
de Europa mengua rápidamente en todo el Desaparece ese estilo en la arquitectura, vulgo, se consideraban un fin y un móvil de
mundo. Se relaja y se resquebraja en Ma­ cuando se derriban las viejas casas de las la vida, y el lujo era una “función” humana,
rruecos, Argelia, Egipto, Palestina, y se ciudades medievales para levantar en su lu­ y en “función” del lujo se procuraba vivir.
eclipsa también en los países del Extremo gar, en su solar, rascacielos “funcionales” Dentro de los cambios o modalidades de
Oriente. Asistimos a una rebelión general de cemento armado. La piedad que hoy nos estilo que corresponden a las distintas épo­
de los países coloniales o subalternos, los inspira la bella fachada de un palacio del cas europeas, desde el románico hasta la
cuales, por propio impulso o instigados por vana y empalagosa arquitectura del fin del
los agentes del comunismo internacional, siglo xix, se percibe una “unidad funcio­
han tomado demasiado a pechos las consig­ nal”. Aunque un castillo tuviera la función
nas en virtud de las cuales los aliados occi­ de oponer un obstáculo al presunto asaltan­
dentales libraron la última guerra contra el te; aunque una catedral gótica tuviera la
imperio de Hitler : la libertad de los pue­ de “levantar a Dios el corazón de los hom­
blos oprimidos y su derecho a darse gobier­ bres” ; aunque un palacio barroco fuera ins­
nos representativos y autónomos. Y aunque pirado por la preocupación de satisfacer
las naciones europeas, coaligadas en alian­ una función de lujo y desperdicio como ideal
zas como en los tiempos ya remotos del de la vida, en todas esas construcciones, di­
Congreso de Viena, quisieran oponerse a ferentes por su objeto y por su época, se
esta general insurgencia de quienes fueron percibe una continuidad de estilo. El casti­
sus colonias en el Africa, en el Asia y en llo, la catedral y el palacio respondían, por
el Oriente Medio; aunque pretendieran re­ sus dimensiones, su planta y su ornamento,
solver sus conflictos particulares mediante a un estilo que pudiéramos llamar de osten­
actos aislados de fuerza, ocurre que una tación de fuerza, de piedad y de lujo. Los
tupida malla de tratados y compromisos in­ edificios más importantes en Europa se re­
ternacionales se lo impide, al menos moral­ parten en esas tres categorías, porque la
mente. La Organización de las Naciones vida social, fuertemente jerarquizada, se or­
Unidas, campo de batalla verbal de Rusia ganizaba en torno del rey, o del señor, o del
y los Estados Unidos, para el resto de los obispo. Los tres necesitaban, por un íntimo
países representa un obstáculo real al ge­ requerimiento de la función que desempeña­
neralizar sus conflictos y problemas parti­ ban en la sociedad, ostentarla de una ma­
culares, y al ventilarlos en público. Ya la nera evidente a los ojos del pueblo. Y Euro­
ropa sucia no se puede lavar en casa. Si siglo xvii, convertido en vulgar casa de ve­ pa está salpicada de catedrales que levantan
algo de bueno, o de malo, ha tenido la ONU, cindad, en mero conventillo, es la misma que sus agujas hasta las nubes, de palacios des­
junto con los organismos internacionales sentimos al ver el ademán arcaico de una lumbrantes y de castillos feroces, situados
que la complementan y de ella se derivan, dama que tiende graciosamente la mano a todos ellos en los lugares al parecer más
es el haber desamordazado a los países dé­ un patán, a un tough guy, que le vuelve con insignificantes. En pequeñas ciudades ale­
biles y envalentonado a las colonias impa­ insolencia las espaldas. manas se ven construcciones principescas
cientes, a tiempo que le ataba las manos a Pero detengámonos un momento en la ar­ desproporcionadas con la importancia eco­
Europa. El estilo tradicional de la diploma­ quitectura, pues ella, al fin y al cabo, es lo nómica o política que pudieron tener aun en
cia europea que durante los últimos siglos último que queda de una cultura o una su época más floreciente; pero respondían
estuvo montada sobre un sistema de alian­ civilización cuando todo, hasta la memoria al principio de ostentación que regía la vida
zas y coaliciones parciales pactadas para de los hombres que la ayudaron a crear, de sus señores o de sus cortesanos. En Es­
fines concretos y específicos, se volvió inope­ muere y desaparece. Comencemos por decir paña, los castillos más impresionantes se
rante en virtud de las nuevas modalidades que el predicado de “funcional” para una ven en pobres burgos de pastores o en ris­
de un derecho internacional de equipo, que arquitectura determinada, especialm ente cos desolados; y en Francia, las más her­
sirvió para recortar las soberanías naciona­ para la arquitectura de nuestro tiempo, ya mosas catedrales góticas dan sombra a pe­
les. Dentro del estilo tradicional europeo, sea norteamericana, francesa o brasilera, es queñas villas que nunca tuvieron la impor­
por medio del equilibrio de fuerzas, podían abusivo, puesto que toda arquitectura es tancia de Marsella o de El Havre, o de
neutralizarse los conflictos entre dos o más “funcional” para su época. Funcionales son Lyon, o de París.
naciones, localizándose y limitándose a ellas el Partenón, de Atenas; las termas de Ca- En las ciudades burguesas de Holanda,
solas. Dentro del sistema de organismos in­ racalla, en Roma; la Colegiata románica de Italia y Alemania, a partir del Renacimien­
ternacionales surgidos después de la prime­ Santillana del Mar, la catedral gótica de to, y en el resto de Europa cuando la Revo­
ra guerra mundial por iniciativa de los Es­ Chartres y el Rockefeller Centre, de Nueva lución francesa consolidó el triunfo de la
tados Unidos, y afirmados y generalizados York. Son “funcionales” las pirámides de burguesía sobre la nobleza, y el de la ciudad
después de la segunda, cualquier conflicto los Faraones, las cuales se construyeron, se sobre el castillo, los edificios más importan­
regional, como el provocado por Egipto en planearon, se dispusieron, con un esplendor tes y ostentosos fueron el palacio del Ayun­
el canal de Suez, o el del nuevo Estado de interior inaudito, en contraste con su geo­ tamiento, la lonja de los mercaderes, el par­
Israel contra Egipto, o el de los nacionalis­ métrica desnudez exterior, porque fueron lamento, que en esto de desplegar su pode­
tas de Marruecos contra Francia, o el de pensadas “en función de la muerte” y para río social y su riqueza, seguían dócilmente
îa línea del castro, el castillo y el palacio, crisis económicas, el prestigio político de secular, quebraban el molde de la Historia,
qué sucesivamente fueron habitados por el Rusia y los Estados Unidos, la máquina, en congelada en cánones y normas, y daban
general, el señor y el príncipe. fin, han producido un cambio radical en un salto hacia adelante que permitía el
La época contemporánea, sobre todo con el estilo de vida europeo, que se traducía en planteamiento de problemas que habrían de
la extraordinaria difusión de la máquina y ciertos sistemas diplomáticos a que ya nos resolver las nuevas generaciones. Citemos
la influencia creciente de la fábrica, del referimos, en ciertas concepciones arqui­ el ejemplo de España, por situarse ella his­
•obrero y de las masas urbanas, compuestas tectónicas, en la mentalidad de las distintas tóricamente detrás de las naciones hispano­
por “hombres comunes”, asistió a un cambio clases sociales y hasta en las maneras, los americanas, así como Inglaterra está antes
radical del estilo arquitectónico, que corres­ modales y las costumbres de los ciudadanos. que los Estados Unidos. Las personalidades
ponde a una radical transformación del es­ Se ha eliminado el lujo privado, se ha sim­ que en la Península Ibérica se consideran
tilo de vida. La ostentación cede el paso plificado la vida doméstica, se han vulgari­ más tradicionales y cargadas de sentido
a la comodidad, la cual persigue un máximo zado y se han nivelado por lo bajo las cos­ histórico son Ruy Díaz de Vivar, los Reyes
de eficacia con un mínimo de elementos, tumbres. Por razones de orden económico Católicos y Felipe II : un héroe medieval,
porque el factor económico se ha vuelto pre­ y social impuestas por la nueva era ma­ dos conductores del Renacimiento y un jefe
dominante. Los grandes espacios, los jardi­ quinista e industrial, los gobiernos están la­ de Estado del Siglo de Oro, a quien no va­
nes, las dimensiones horizontales, son un minando las clases sociales y destruyendo cilamos en calificar de precursor del Estado
lujo dentro de la creciente densidad y con­ los particularismos europeos. Junto con las contemporáneo.
centración urbanas, por lo cual resulta más exigencias obreras, la influencia comunista Aunque sumergido hasta el cuello en las
•económico y necesario levantar un edificio y el contagio del american way of life están circunstancias de su siglo, el Cid fué el
que extenderlo y concentrar una fábrica que destruyendo el estilo de vida que conside­ adalid de la unidad y la continuidad de las
expandirla. De la concentración y la densi­ rábamos típicamente europeo. Este se ca­ monarquías castellanas. Cuando en pleno
dad urbanas, que imponen el criterio de la racterizaba por la distinción, la calidad, la feudalismo, tres o cuatro monarcas se dis­
economía del espacio por su valorización ex­ complejidad y el buen gusto. De manera putaban en España y combatían a los moros
cesiva, con la comodidad suministrada por que la socialización progresiva impuesta por o se aliaban con ellos alternativamente,
la máquina (la luz eléctrica, el ascensor, el los nuevos tiempos está causando la prole- el Cid Ruy Díaz propugnó la idea revolu­
teléfono, el cuarto de baño, la lavadora me­ tarización de las clases medias europeas, la cionaria y postfeudal, que consistía en re­
cánica, la nevera, la cocina de gas, etc.), eliminación de las altas clases y la total ducir el capricho de los nobles facciosos
nace la arquitectura moderna, cuyo estilo a la autoridad de un solo rey para todos.
corresponde a un nuevo estilo de vida. Es­ Se trataba de torcerle el cuello al feudalis­
tilo de vida para el cual el arquitectónico mo. No quiso alzarse con el reino de Valen­
de Europa ya no se acomoda ni se adapta, cia, que arrebató a los moros, ni proclamar­
como sí lo pudo hacer cuando el palacio del se monarca, lo cual hubiera hecho cualquie­
burgués enriquecido modificó apenas el pa­ ra otro señor feudal en su lugar y de
lacio del aristócrata, y cuando el parlamen­ acuerdo con las tradiciones medievales. Le
to y el ayuntamiento ocuparon o copiaron entregó su conquista al rey castellano por
la residencia del príncipe. cuya grandeza combatía, abriendo así el ca­
En el fenómeno de la sustitución del es­ mino a las monarquías absolutas.
tilo tradicional europeo, que se identifica Siglos más tarde, los Reyes Católicos per­
con el de una “americanización” de las feccionaron la unidad española al anexar
costumbres, tienen tanta culpa los europeos los reinos de Castilla y Aragón, al expulsar
como los norteamericanos. Las clases obre­ a moros y judíos y al equipar las carabelas
ras del Viejo Continente, al tener cada vez del descubrimiento. En medio de los particu­
más clara conciencia de sus derechos y sus larismos y regionalismos de la época del Re­
necesidades, desean tener un nivel de vida nacimiento, fueron los campeones de un im­
más alto que el que conocieron sus abuelos perio ecuménico, el cual, entonces, no era
cuando eran siervos o meros operarios. No una idea reaccionaria, sino revolucionaria.
desean vivir como los burgueses ricos de Tres generaciones después vino Felipe II,
las ciudades comerciales, ni como los anti­ a quien se considera generalmente reaccio­
guos príncipes, que señoreaban una región nario y conservador, por su fanatismo re­
desde sus palacios, recargados de cosas lu­ ligioso y por su orgullo satánico. Sin em­
josas y desprovistos de toda clase de co­ bargo, fué él quien hizo la revolución admi­
modidades. Las masas proletarias europeas nistrativa del imperio militar de Carlos V,
extinción de un “estilo” que impregnaba transformándolo en un sólido y complicado
quieren vivir como los obreros de Ford: aún los estratos más humildes de la so­
en una casa alegre y clara, con agua co­ aparato burocrático. Fué, por esto, el pre­
ciedad. En la decadencia de ese estilo y en cursor del Estado concebido, siglos más
rriente, un aparato de televisión en la sala la americanización de Europa, los gobier­
y un automóvil en el garaje. tarde, a la manera de Hitler o a la manera
nos y la máquina tienen tanta culpa como de Stalin. Por paradójico que parezca, nada
Ocurre también que los gobiernos euro­ los Estados Unidos.
peos, ya sean de izquierda o de derecha, hay más parecido a la Rusia soviética que
por convicción ideológica o por satisfacer la España dogmática de Felipe II.
a las masas, cuyo apoyo político necesitan, Estos casos se pueden observar también
están en camino de nacionalizar o sociali­ en la historia de Francia y en la de Ingla­
zar todas las actividades particulares, des­ II terra, cuyas máximas figuras fueron aque­
truyendo hasta en sus raíces el principio de llas que a los contemporáneos parecieron
la diferenciación social y el estímulo de la Aunque los europeos todavía no suficien­ antitradicionales y revolucionarias. Pero és­
iniciativa privada. E je rc e n un creciente temente americanizados desearían vivir en tas son justamente las que engendran his­
control sobre las actividades del ciudadano, la época de sus abuelos, mientras que los toria; las que, en vez de estancarla al re­
elevan y generalizan los impuestos, nive­ americanos querrían vivir en las de sus petirla, la fecundan y la hacen seguir
lando así rápidamente las desigualdades eco­ biznietos, es lo cierto que los últimos están adelante. No reviven el pasado ni lo pro­
nómicas. La ostentación del ciudadano es más cerca de la Historia que los primeros. longan indefinida e innecesariamente, si­
insoportable para el Estado, el cual procura Los europeos, de un tiempo a esta parte, no que abren un nuevo cauce al acon­
acaparar todos los excedentes de riqueza. han dado en creer que la Historia se reduce tecer histórico rompiendo las vallas que
Los impuestos en Inglaterra han llegado a la nostalgia de los tiempos viejos, a la pretendían detenerlo. Son, en fin, las parte­
casi al tope de lo compatible con la ini­ conservación de costumbres arcaicas y rui­ ras del porvenir.
ciativa privada, al punto de que los dueños nas venerables. De esto escapan los obre­ Si hoy volviera a nacer el Cid Campeador,
de palacios y castillos se han convertido ros, con su mentalidad revolucionaria; pero o resucitaran los Reyes Católicos y Feli­
en guardianes y cicerones de los museos ellos son, como lo dijimos en algún capítulo pe II, a buen seguro que no tratarían de
que eran sus casas. En Francia las leyes anterior, una cuña antieuropea metida den­ repetir su hazaña personal, sino de empren­
sociales han elevado el costo de la vida tro del corazón de Europa. der otra sobre un planteamiento actual y
en forma insostenible para la clase media, Los americanos están más cerca de la en vista de una proyección fütura. Es como
y la congelación de arrendamientos por el tradición viva, única y aprovechable, que si naciera nuevamente Cervantes. No escri­
Estado ha convertido en irrisorio el derecho de una historia muerta, catalogada en los biría el Quijote, ni su estilo repetiría las
de propiedad. En España los precios de los museos y clavada en los escaparates como formas arcaicas que fueron actuales en el
artículos alimenticios están fijados por el un animal disecado. Por concederle más siglo xvn. Posiblemente crearía otra obra
Gobierno, y una de las avenidas señoriales valor a la actualidad que al pasado son genial, pero sobre otras bases, con otros
más hermosas de Europa, como es la Cas­ pueblos eminentemente históricos, es decir, personajes, en una prosa insuperable pero
tellana, se ha convertido en una calzada con­ capaces de hacer historia, sin quedarse al diferente de la que empleó cuando comenzó
gestionada de automóviles y flanqueada por margen de la que se está desarrollando día diciendo : En un lugar de la Mancha, de
grandes palacios cerrados, cuyos propieta­ por día. Pero esto merece una explicación, y cuyo nombre no quiero acordarme...
rios ya no pueden darse el lujo de sostener. vamos con ella. De manera que los pueblos y los perso­
En Alemania desapareció el servicio do­ Las figuras llamadas históricas, hacia las najes propiamente históricos son aquellos
méstico, absorbido por las fábricas y reem­ cuales vuelven los ojos los tradicionalistas, que hacen la historia porque superan y de­
plazado en parte por las máquinas, como en pues ellas son ejemplo y gloria de las na­ jan detrás de sí la que se les dió hecha y
los Estados Unidos. ciones, son precisamente aquellas cuyos con­ catalogada; los que obran no en vista del
Las dos últimas guerras, las revoluciones temporáneos consideraron revolucionarias y pasado, sino del porvenir, y resuelven los
sociales de los últimos cincuenta años, las antihistóricas. Ellas rompían la tradición problemas actuales no sobre la pauta de una
tradición, sino en consideración de un ideal. tenido, desde la segunda mitad del siglo xix, pero es el menos latino de los idiomas vivos
En el primer caso están los europeos, y en ciertas ideas alemanas. Nos referimos a las europeos. El país donde florecieron con más
el segundo—con las diferencias que van del de Fitchte en su famoso Discurso a la na­ esplendidez los particularismos urbanos; es
Norte al Sur—, los americanos. Por eso ción alemana, a la dialéctica historicista de el que conserva mejor en Europa su carác­
nos atrevimos a afirmar que, dentro de este Hegel, a El capital, de Marx, que de ella ter aldeano y rural, con el culto de la tierra
cuarto reino de la máquina, los americanos se deduce; a las obras de Nietzsche, para y el amor de los bosques, los ríos y las mon­
son pueblos históricos y activos frente a los no citar sino unos pocos ejemplos. Esas tañas. El que mayor sentido tiene hoy de
europeos, que han pasado a ser simplemen­ ideas pesaron sobre una Europa cuya histo­ la disciplina y de la jerarquía es, sin em­
te tradicionalistas y pretéritos. Tenemos ria venía corriendo confiadamente sobre los bargo, como rezago de su atavismo antila­
que excluir de este juicio, que adolece de rieles del racionalismo francés y del utili­ tino, el más rebelde del Viejo Mundo. Sien­
todas las limitaciones que la exageración tarismo británico, y a partir de 1914 y 1917 do el más intelectualizado y en cierto modo
impone a una afirmación general, el caso de revelaron una potencialidad creadora que el más culto de Europa, y el que más ha
Alemania, al que en seguida nos referi­ está muy lejos de agotarse. sentido la atracción de Grecia y de Roma,
remos. Volvamos un poco atrás. Hasta hace me­ es el que más aprecia y sobreestima la fuer­
nos de un siglo Alemania no se constituyó za bruta y el poderío militar. Siendo el más
como Estado de derecho, articulando en un humilde y sumiso cuando se encuentra en
vasto sistema político y económico aquel condiciones subalternas, es el más orgulloso
III abigarrado mosaico de reinos, principados, y tiránico cuando está colocado sobre los
ducados, ciudades libres, electorados palati­ otros. Siendo el más cruel y realista, es el
Por su historia, Alemania es un caso es­ nos, episcopados soberanos, etc., en que se­ más romántico y sentimental. El sturm und
pecial dentro del Viejo Continente, y por su cularmente se descomponía. Los hispano­ drung de sus grandes poetas se desata con­
actualidad, tan cargada de posibilidades fu­ americanos son más antiguos que el Estado tra la roca granítica y geométrica de sus
turas, en lugar de contradecir, confirma la alemán. Y aquellos pequeños señoríos, que grandes filósofos. Tiene la brutalidad y la
tesis de la decadencia de Europa. en la época de la Ilustración ardían en una torpeza del bárbaro, al lado de la inteligen­
Ante todo, repárese en que, desde comien­ espléndida efervescencia intelectual, tenían cia y la astucia del hombre supercivilizado.
zos del siglo xx—con el antecedente, muy su vida propia. Tenían Cortes, que en el si­ La parte romántica, diabólica, mesiánica,
importante por sus consecuencias, que fué glo xviii rivalizaban entre sí por cuál de pagana, de su naturaleza—Schiller, Heine,
la guerra francoprusiana de 1870—, Alema­ ellas, entre todas, se asemejaba más a Ver- Beethoven, Wagner, Nietzsche—representa
nia tiene la iniciativa histórica en Europa. salles. Cada una pretendía, por sus alianzas ese elemento bárbaro que se amalgama al
Ella planteó en 1914 el hecho nuevo de un dinásticas y su actividad comercial o inte­ espíritu latino y lúcido que resplandece en
gran imperio, en incontenible expansión, al lectual, imponerse sobre las otras. La Ale­ hombres como Goethe, Bach, Kant, Hum-
cual le quedaba estrecho el Viejo Continen­ mania del siglo xviil, tan cara a Voltaire y bolt y Hegel. Es como un doctor Fausto
te, que a la sazón había encontrado un equi­ al príncipe de Ligne, recordaba la Italia del dispuesto e t e r n a m e n t e a pactar con el
librio político y económico desde finales del Renacimiento. Las universidades de Heidel­ diablo.
siglo xix. Los productos de la industria berg, de Koenisberg, de Friburgo ; las casas El mestizaje entre las distintas ciudades
alemana, que, por su calidad superior, se comerciales de las ciudades libres de la Liga y regiones autónomas que componían el
abrieron paso en todos los mercados euro­ Hanseática ; el ímpetu desorbitado y román­ complacido tablero de ajedrez de los países
peos, desplazando la concurrencia de su in­ tico de los príncipes bávaros; la riqueza germanos sólo vino a operarse hace menos
dustria doméstica, presentaban un aspecto de la cuenca renana : todo eso componía un de un siglo, habíamos dicho, bajo el imperio.
de ese nuevo hecho alemán, que venía a al­ mundo denso, rico, activo, fuerte, joven, que Dentro de éste se comenzó a integrar la
terar los factores de la estabilidad europea. despertaba la codicia de los europeos. Estos, nueva alma alemana, que fundía lo román­
Otro aspecto, no menos interesante, era el al oeste del Rin, desde hacía rato estaban tico del sturm und drung con lo clásico
nacimiento al otro lado del Rin de un ejér­ organizados en reinos que aspiraban indivi­ de la dialéctica hegeliana, lo material de la
cito poderoso, dueño de armas y recursos dualmente al imperio universal. fuerza bruta prusiana con lo intelectual
insospechados por los gobiernos aliados de Ese intenso desarrollo regional y urbano de la universidad y lo bárbaro con lo latino.
la Entente Cordiale. Derrotada Alemania —que todavía hoy, después de la última gue­ En esa misma época, todavía muy reciente,
en 1918, su fracasada aventura no acarreó rra, puede admirarse en ciudades como Bre- para España ya se había puesto el sol en
el restablecimiento del equilibrio, roto en men, Hamburgo, Frankfurt, Munich, Dus­ el Perú y en Flandes; Inglaterra ya había
1914, como se esperaba, sino que produjo seldorf, Colonia, Hannover, Friburgo, Leip­ perdido sus colonias en el Nuevo Mundo;
de rebote el derrocamiento de la autocracia zig y Berlín, y en comarcas como la del Francia estaba de regreso de su aventura
rusa, el dislocamiento de lo monarquía aus­ Rin, la de Baden-Wurthemberg y las de imperial ; Portugal y Holanda habían deja­
tríaca, la alteración del complejd de fuerzas Baviera, Silesia, Pomerania—se prolongó do de ser potencias en Europa, y en Italia
e influencias políticas dentro y fuera de hasta finales del siglo xix, cuando el impe­ hacía cuatro siglos que se había eclipsado
Europa y, sobre todo, la insinuación, en el rio, que había sido una simple reminiscen­ el Renacimiento. Por esto Alemania es el
escenario universal, de dos potencias no eu­ cia medieval sin estructura verdaderamente Estado más joven de Europa, la última de
ropeas: la Rusia soviética y los Estados política, se instauró con Bismarck bajo el las grandes naciones continentales, y pese a
Unidos. cetro de los reyes de Prusia. Todo el es­ las teorías de Gobineau y de los sociólogos
Estas profundas alteraciones históricas fuerzo intelectual e industrial de aquel hor­ racistas del nazismo, es el pueblo más mes­
se acusaron en los años posteriores al ende­ miguero humano se disparó entonces hacia tizo espiritualmente, sin contar con que la
ble armisticio de 1918, y veinte años más este ideal nacional, al cual los filósofos, los harina racial más o menos aria de que se
tarde pusieron otra vez a Europa frente políticos, los diplomáticos, los generales, enorgullece, durante varios siglos fué pro­
al hecho alemán, remodelado esta vez por hasta los antropólogos, comenzaron a bus­ fundamente alterada por las mezclas con los
el nazismo, que acarreó las consecuencias carle motivaciones y argumentos apoyados pueblos del Oriente europeo y rebajada por
que conocemos, pues dentro de ellas vivimos en un hecho irrecusable : la solidez militar la levadura judía.
todavía : la guerra de 1939,45, la muerte de y la densidad demográfica del imperio de En el barroco, en la literatura romántica,
millones de hombres, la ruina y la división los Hohenzollern. en la música, en la filosofía idealista alema­
de Alemania, la destrucción de centenares En cambio, en el resto de Europa, la cen­ na, se advierte una pasión desorbitada de
de ciudades, el empobrecimiento general, el tralización política que se había operado, pueblo adolescente, de pueblo fáustico, y por
crecimiento monstruoso de Rusia, la presen­ uno o dos siglos antes, en torno de ciertas lo mismo una falta de esprit de finesse, de
cia abrumadora de los Estados Unidos en el casas reinantes que, por otra parte, estaban buen gusto, de mesura cartesiana, de clari­
continente, la rebelión de las colonias y, entroncadas con las alemanas, había dismi­ dad latina, todo lo cual se observa en las
finalmente, la desaparición en el mundo de nuido y empobrecido las provincias y las manifestaciones culturales de los pueblos
la hegemonía política del Viejo Continente. ciudades en beneficio de las capitales de los europeos que recibieron una impregnación
Alemania fué el motor de esas alteraciones, reinos. Madrid le dió el golpe de gracia a mediterránea más honda, como Francia, o
que se tradujeron en planteamientos y pro­ Toledo, Burgos y Valladolid. Barcelona se que políticamente maduraron más pronto,
blemas insospechados en los comienzos de chupó la costa mediterránea de España. Pa­ como Inglaterra. Aun hoy, después de la
este siglo, aun por los pensadores más saga­ rís anquilosó a Lyon, Tours y Angoulême. guerra, y prescindiendo de su actual dislo­
ces. Ante la acción y la iniciativa del pueblo Marsella succionó la savia humana y comer­ camiento político, Alemania aparece como
alemán, Europa se limitó a reaccionar den­ cial del Languedoc. Portugal se redujo a un pueblo que no ha acabado de plasmarse
tro del esquema anticuado de sus tradicio­ Lisboa; Inglaterra, a Londres y Liverpool, ni ha encontrado su forma definitiva, y está
nes políticas y militares, y por esto, una y la Italia anterior a Cavour ya no era haciendo su historia después de dos intentos
vez derrotada Alemania, esa iniciativa y políticamente sino tres ciudades : Milán, fallidos de unlversalizarla prematuramente.
esa acción se desplazaron hacia el Este y Roma y Nápoles. Esta inmaturez alemana—a pesar de la
hacia el Oeste : hacia Rusia y hacia los Es­ A lo anterior hay que agregar la circuns­ madurez de su ciencia y su filosofía—conce­
tados Unidos. tancia de que, por haber sido el pueblo de de a esa nación martirizada, dividida, deca­
Pero desde mucho antes de la irrupción Europa menos impregnado por la influencia pitada a consecuencia de su “segunda y qui­
política y militar de Alemania en el campo de las legiones de César, por haber sido la jotesca salida”, un carácter problemático
de batalla de Europa, ella ya se había hecho frontera exterior del Imperio Romano, Ale­ que ya no tienen las otras que pueblan el
sentir en todas partes por la acción podero­ mania conservó más que los otros del conti­ Viejo Continente. Es de la única de Europa
sa de su pensamiento. Limitándonos a los nente su condición de bárbaro, de no latino, que puede preguntarse lo que podrá ser y
tiempos más recientes, a estos tiempos críti­ para decirlo de una manera que no implique lo que podrá hacer, pues del resto ya se
cos, para no remontarnos a la época de la un juicio de valor sobre sus tradiciones y sabe qué fueron y qué hicieron.
Reforma desencadenada por Martín Lutero, sus costumbres góticas y sobre su raza, Esa inmaturez de que hablamos, acucia­
veremos la influencia decisiva que en la for­ principalmente nórdica. El idioma alemán da por la derrota militar y la ocupación
mación de la mentalidad contemporánea han es el que más recuerda la sintaxis latina, interior concede a Alemania una receptivi­
ternacionales y por el contagio estimulante innumerables fábricas y el empobrecimiento
dad para la nueva época maquinista de la general. Dentro de los mismos Estados Uni­
cual carecen los demás pueblos europeos. de su prosperidad industrial, lograda a fuer­
za de trabajo, de Europa quedaría la masa dos es posible suponer una saturación y un
Para éstos el pasado es más comprensible hastío del consumidor, para el cual llegará
que el porvenir, y éste ya no se puede pen­ internacional, la excelente materia prima,
pero sin su forma y su estilo secularmente el momento en que no necesite más cosas
sar dentro de las maneras peculiares que o no quiera comprarlas ya a crédito; y esto
ellos tenían de considerar sus problemas. europeos.
Por esto comenzamos diciendo que Ale­ sería fatal para una economía montada so­
Entre Alemania y los Estados Unidos, o bre el “penúltimo modelo” : la venta a largo
entre Rusia y Alemania, existen más afini­ mania es un caso especial dentro del Viejo
Continente, y por su actualidad, tan carga­ plazo, el desgaste rápido y el derroche. Y
dades y concomitancias que entre ella y los sería fatal porque al ser los Estados Unidos
países europeos. Está muy impregnada de da de posibilidades futuras, y por su adap­
tabilidad a nuevas formas sociales traídas una civilización de trabajo y de cosas que
socialismo, y al mismo tiempo de nacionalis­ aglutina a los hombres y los satisface por
mo y de mercantilismo. Nadie podrá decir por la máquina, en lugar de contradecir
confirma la tesis de la decadencia europea. “una manera de vivir”, por un alto standard
si después de esta segunda guerra se ha material, el día en que éste se derrumbe no
“americanizado” rápidamente, o si, por el habrá una razón que pueda mantenerlos sol­
contrario, son los Estados Unidos quienes dados en la desgracia o en la pobreza, que,
se han “germanizado”. P a r a esto último en cambio, han sido estímulos constantes
existirían muchas razones, entre otras el IV para pueblos de un alto potencial espiritual,
voluminoso aporte científico y técnico, sin como España.
contar el demográfico, que América recibió Si dentro de Europa la incógnita que pue­ El problema en la América del Sur no es
de Alemania cuando de ella fueron expulsa­ de despejar su porvenir—aun a trueque de futuro, sino actual. Consiste en acelerar,
dos los sabios y los industriales judíos, y deseuropeizarla más o menos—lleva el nom­ tecnificar e intensificar el trabajo humano,
posteriormente cuando emigraron miles de bre de Alemania, en el Nuevo Mundo el en fomentar la industrialización, en abando­
técnicos y obreros importados por la indus­ factor desconocido y problemático que po­ nar pronto la etapa económica colonial o
tria norteamericana. dría fecundar la rubicunda manzana del barrer a fondo los muchos rezagos que de
Lo mismo, aunque con ciertas reservas y mar Muerto que es la civilización norteame­ ella aun quedan. Sólo así podría forjarse
limitaciones, puede decirse respecto de Ru­ ricana, se llama Sudamérica. Esta, por su una economía sólida e independiente, que
sia y Alemania. Existe un factor muy im­ origen y composición étnica, en proceso de permitiera el mejoramiento de niveles de
portante, que algún día habrá que tener en mezcla y maduración—blancos de origen vida excepcionalmente bajos. Aunque adver­
cuenta cuando la Alemania oriental se anexe principalmente mediterráneo, indios y ne­ timos en otra parte que sería un error pen­
a la Alemania occidental, o viceversa, y es g ro s—, se diferencia profundamente de sar que todos los países hispanoamericanos
la impregnación ruso-soviética recibida por América del Norte, no sólo por tener una se encuentran en el mismo grado de postra­
la primera durante los últimos diez años. influencia más latina, sino por las_ posibili­ ción económica y de retraso industrial, y en
En todo caso se observa en Alemania una dades que encierra ese elemento indígena, el mismo grado de analfabetismo e ignoran­
actividad febril, centrada en los valores ma­ todavía inerte y estático en muchas partes. cia, pues bastaría recordar el desarrollo de
teriales de la reconstrucción y de la cons­ Su receptividad para la máquina también algunas ciudades, de las cuales hablamos en
trucción, con evidente desequilibrio respec­ es muy grande para la cultura, como lo de­ un capítulo anterior, puede decirse que no
to del interés, mucho menos vivo, por los muestra su labor artística no sólo en la sólo en relación a las norteamericas, sino en
valores espirituales propios de la cultura relación a ellas mismas, no hay ciudad his­
europea. Se observa, pues, una “americani­ panoamericana que no presente un déficit de
zación” no sólo por el creciente auge de la trabajo.
técnica, la máquina y la industria, sino por El problema de saturación por la máqui­
una actitud que pudiéramos calificar indis­ na, que no se plantea para la América del
tintamente de positivista, de materialista Sur, podría aplazarse indefinidamente para
o de pragmática. Una actitud en todo caso la del Norte si el incremento de las activi­
más realista que la de los norteamericanos dades económicas permitiera a los hispano­
ante la vida y ante el mundo, pues ya hemos americanos absorber cien veces más maqui­
dicho que ante la miseria de los extraños, naria y artículos manufacturados que los
su rudeza se atempera con ese sucedáneo que hoy le compran a sus vecinos del Norte.
de la caridad que es el altruismo, y ante la Pero lo que ahora nos interesa subrayar,
desgracia de otros pueblos—especialmente como deducción de planteamientos hechos
del pueblo alemán—, el Gobierno norteame­ antes, es que los hispanoamericanos están
ricano se comporta con una generosidad sin psicológicamente preparados para adoptar
límites. el american way of life, en cuanto éste
Sería imposible predecir el futuro de Ale­ quiere decir un alto nivel de vida material
mania, como podía preverse el de los Esta­ y una posibilidad de enriquecimiento perso­
dos Unidos hace cien años, cuando iniciaron nal y social ; en cuanto supone la liberación
su carrera industrial; pero sea que ella, del hombre por la máquina de ciertos tra ­
unida y reorganizada otra vez, adopte siste­ bajos abrumadores, nocivos, peligrosos o
mas de tipo socialista o formas sociales me­ humillantes. El american way of life es, en
nos rígidas que se asemejen al capitalismo cierto modo, un denominador común en las
norteamericano, lo cierto es que acabará si dos Américas: en la del Norte, como hecho
no dominando, por lo menos determinando indiscutible producido por su auge indus­
el rumbo del Viejo Continente; pero éste, trial, y en la del Sur, como un propósito
bajo la dirección de Alemania, como ya se prehistoria colombina, en Guatemala, Mé­ cada día más conscientemente perseguido
vió durante la pasada aventura del nazismo, xico y Perú, sino actualmente en México. por los hombres y por sus Gobiernos. Estos
dejaría de ser la Europa que amamos y que Si los norteamericanos han descubierto
una manera de vivir que conviene a grupos últimos, más que los europeos, tienen los
los seres más extraños reconocían en su ojos puestos en los Estados Unidos. Y el día
peculiar estilo de vivir. humanos tan diferentes y de procedencias
tan distintas, los sudamericanos—más re­ en que esas aspiraciones se cumpliesen—lo
Las ciudades libres, las pequeñas monar­ cual podría demorarse cincuenta años, o no
quías, los principados independientes, los ceptivos y más impregnados por una natu­ sucedería nunca si la humanidad se despe­
condados en que se dividía Alemania en el raleza que aun no han podido dominar—
podrían, andando el tiempo, descubrir una daza en una tercera y última guerra—, el
siglo xvill, eran clásicamente europeos—a día en que Sudamérica y Norteamérica tu­
los europeos ya podemos darles el nombre manera de pensar la vida, dotando de un
ideal y de un espíritu a esa máquina des­ vieran el mismo alto nivel material y goza­
de clásicos—, pero reunidos en una sola ran del mismo american way of life, la com­
Alemania irremisiblemente tienden a di­ lumbrante que es el cuarto reino y que, se­
gún vimos en el correspondiente capítulo, penetración de los países del Sur sería más
vorciarse de Europa. Ya recordábamos que estrecha y fecunda. Sobre la base de una
nunca ésta fué menos europea que cuando está en camino de no servir para nada. Si
América del Norte es un continente que tra ­ común manera de vivir, de producir y de
Hitler pasajeramente la volvió alemana. Lo trabajar, todos se identificarían en una mis­
trágico que ahora le sucede, la encrucijada baja, la del Sur es un continente que re­
posa. Para la primera el problema es el ma manera de sentir y de pensar su mayor
en que la ha colocado su destino, consiste problema : el de ser, el de dar, el de crear
en que sólo Alemania, por su formidable ocio, como lo decíamos en el capítulo consa­
grado al cuarto reino de la máquina, y para un hombre nuevo en un mundo mejor.
capacidad de trabajo y su adaptabilidad al Esto no es una quimera, sino una posibi­
nuevo mundo creado por la máquina, tam­ Sudamérica el problema es el trabajo. De­
jando, por el momento, de lado el tema de lidad. En la esfera material, ese hombre li­
bién por su sentido de la disciplina, podría bre y nuevo, desligado de su miseria y de
salvarla de una decadencia perceptible y po­ la posibilidad de una cultura en el Nuevo
Mundo, en América del Norte existe el pe­ un trabajo humillante, ya existe en los Es­
líticamente irremediable. Para esto tendría tados Unidos. Lo que constituye la “nacio­
que maquinizarla, organizaría por la fuerza, ligro, todavía remoto, de que la producción,
cada vez más acelerada por la máquina, lle­ nalidad americana”, tan ansiosamente bus­
imprimirle un ritmo acelerado a su estilo cada por millones de hombres a quienes Eu­
de vida, todo lo cual pugna con lo más gue a superar la demanda universal de sus
productos, restringida además por la com­ ropa les pesa de una manera insoportable,
tenazmente europeo, que aun perdura en no es el origen, ni la raza, ni la religión,
cada una de las naciones de que venimos petencia internacional. Vendría en ese caso,
hablando. Si esto lo intentara Alemania una que no es improbable, una crisis, creada ni la mentalidad, sino una manera de vivir
tercera vez, por medios menos inhumanos por exceso de trabajo: la desvalorización que adopta inmediatamente quien llega a
que los que empleó en 1939 ; si lo consi­ de los artículos, la depresión económica, el los Estados Unidos. Cuando esa manera de
guiera por obra de acuerdos políticos e in­ desempleo en grande escala por el cierre de vivir sea igual en los países sudamericanos,
la fusion de antiguos elementos que en ellos que Oribe plantea el problema de la falta establece en México, en Centroamérica, en
se han conservado más o menos puros y de una filosofía y una cultura. Los Estados Venezuela, Brasil, el Ecuador, Perú y Co­
aislados—según vimos al estudiar su com­ Unidos provienen de la fusión o el mestiza­ lombia, lo “nuevo” y “distinto” de Europa
posición racial y social—se logrará rápida­ je de viejos elementos europeos, por lo cual no es sólo el espacio, también abierto e in­
mente y será posible un nuevo espíritu y son una nación joven y nueva; pero repáre­ conmensurable, sino el clima, invariablemen­
una nueva cultura. se que, aunque esos elementos originarios te cálido, medio o frío. Y esta circunstancia
El uruguayo Oribe, filósofo y ensayista, procedieran de naciones tan ricas en pensa­ impone al hombre unas costumbres y un
autor de una Historia de la Filosofía en dores y filósofos como Alemania, Holanda, tipo de alimentación üiferentes de ios que
Hispanoamérica, planteó este problema en Inglaterra, etc., no son una nación que filo­ son propios de Europa y de los Estados
las reuniones de pensadores de todo el mun­ sofe y que tenga grandes filósofos. Unidos.
do que para tra ta r sobre las relaciones cul­ El caso sudamericano sería distinto del Todo indica, pues, la necesidad de una
turales del Viejo y del Nuevo se reunieron norteamericano por varias razones que con­ mutua fecundación entre el Norte y el Sur
en la ciudad de San Pablo en 1954. Decía viene tener en cuenta. La primera de todas, de América, porque si los Estados Unidos
él que nadie podría negar el hecho de que y la más importante, es la incógnita que re representan la novedad y la juventud física
en el Nuevo Mundo no existe todavía una presenta, como ingrediente del futuro mes* y material, los países hispanoamericanos
conciencia, ni siquiera una inquietud filosó­ tizaje hispanoamericano, de índice medite­ pueden representar algún día el espíritu.
fica. “Mal podríamos tenerla—agregaba— rráneo, tanto el negro como el indio. Otra Los datos sobre los cuales se apoya una cul­
cuando apenas contamos con ciento cincuen- razón sería la de que desde los primeros tura existen ya como planteamiento y no
'.a años de historia independiente.” Los eu­ tiempos de la colonización hasta ahora, no como mera hipótesis histórica, aunque en
ropeos olvidan con frecuencia que la Améri­ existe un sistema de vasos comunicantes y alguna parte dijimos que las hipótesis pue­
ca hispana sólo se constituyó en Estados li­ de intercambios fecundos entre las naciones den formularse en América porque en Amé­
bres a comienzos del siglo xix, cuando se hispanoamericanas, por lo cual éstas son rica a los hombres todavía les es posible
sacudió la condición subalterna de colonia departamentos estancos que han t e n i d o soñar. Esos datos son : el sustrato de la
y enderezó todos sus esfuerzos a la organi­ tiempo de formarse en cuatro siglos ciertos cultura europea, que les fué dado a todos
zación política y administrativa de un pu­ perfiles propios que distinguen a las unas los americanos dentro de las peculiaridades
ñado de patrias independientes. Esa labor de las otras. Y esas distinciones y peculiari­ que se estudiaron ya, y según las cuales en
política, que no ha terminado todavía y cu­ dades, el día en que un parejo nivel material el Norte arraigó principalmente el espíritu
yas vicisitudes se estudian en este libro, permita un más íntimo contacto, producirá protestante y sajón, y en el Sur, el católico
absorbían el potencial, muy lánguido y dis­ una serie de fricciones y de tensiones espi­ y mediterráneo; la civilización mecánica,
perso, de su energía espiritual. Además, ad­ rituales, las cuales—como se ve en el caso que los del Norte produjeron y los del Sur
vierte Oribe que los países hispanoamerica­ de la Italia del Renacimiento o el de la Ale­ recibieron y aceptaron ; y el ámbito natural,
nos, y también el Brasil, nacieron de una mania del siglo xviii—tanto favorecen, por que en el Nuevo Mundo sustituye la tradi­
nación sin filósofos, como la española, donde el mecanismo de la emulación y de la com­ ción y constituye una tercera dimensión
la mística—es decir, la intuición—reempla­ petencia, la eclosión del pensamiento y del para el hombre.
za la lógica y el raciocinio, propios de otras arte. Si “nada hay nuevo bajo el sol” y si
naciones europeas. De manera que la ausen­ Finalmente, existe el factor determinante “la Historia se repite”, eso querría decir
cia de un pensamiento propio en los países de una naturaleza compleja, varia, rica, que que algún día en el Nuevo Mundo se repe­
hispanoamericanos se debería, por una par­ no se ha entregado enteramente al colono, al tirá la gloriosa empresa que es la creación
te, a su herencia española, y, por otra, a su criollo ni al inmigrante, y continúa siendo de una cultura sobre el fundamento de una
juventud. virgen en sectores inmensos y despoblados. altísima civilización material. Pero si “todo
No es válido este juicio—al nuestro, se Una naturaleza que, como vimos en su hora, es nuevo bajo el sol”, y si “la Historia no
entiende—-, porque ya expusimos las razo­ difiere de la de los Estados Unidos, cuya se repite nunca”, la hipótesis que es el
nes por las cuales América del Sur es vieja porción más voluminosa corresponde a la Nuevo Mundo no habría representado para
todavía y no ha comenzado a ser joven. zona templada. Con exclusión de la Argenti­ la humanidad sino una civilización huera,
Mientras sea una simple adición de viejos na, el Uruguay y Chile, la gran masa conti­ una máquina que no sirve absolutamente
elementos, de blancos de mentalidad euro­ nental en Sudaméríca es tropical, y las ma­ para nada, la última utopía; y esto depen­
pea, indios de mentalidad antigua y negros yores concentraciones humanas se encuen­ de, en mucho, del papel que en un futuro
de mentalidad primitiva; mientras ellos no tran localizadas en las costas cálidas y en inmediato desempeñe Sudamérica frente o
se fusionen, para lo cual es fundamental las altas mesetas frías o en las vertientes al lado de los Estados Unidos. Sólo el espí­
la inmigración como catalítico, no hay posi­ de clima medio. Este hecho tiene muchísi­ ritu de Dios—que sólo en Europa las velas
bilidad étnica y psicológica de que sea un ma importarcia, porque si lo nuevo para el latinas de las carabelas de Colón y las em­
mundo nuevo con un hombre nuevo. europeo llegado a la América del Norte era pujó hacia Occidente—sabe si América ha
Y la herencia española, el día en que se la vastedad del espacio, pues el clima de de ser la realización de la Atlántida o la
realice esa fusión de los elementos origina­ zona templada era el mismo que había de­ última torre de Babel.
les, no querría decir nada en el sentido en jado en su tierra, en cambio para el que se E. C. C.

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G L A T E R R A , en A rch er’s D E Z . S a n a t o r i o V ia n a R iversid e P ostal S tation ,
ANDALUCIA EN LOS QUINTERO, por Anselmo González Climent. C ourt. H a stin g s. (T eléfo n o : (E m iso ra ). V alladolid (E s ­ B ox 4438, K itim a t, B. C.
H a stin g s 51577.) V is ite In ­ p añ a).— D esea ría corresp on ­ (C an ad á), de nacionalidad
Colección 21. Escelicer. Madrid, 1956. g la te r r a y p e rfeccio n e sus dencia con señ o rita s e sp a ­ p ortu gu esa, v e in tisie te años
con ocim ien tos del idiom a, ñolas, europeas y am erica ­ de edad, soltero, profesión
costum bres y habí t a n tes. nas, dieciocho a v e in tic in ­ ele ctric ista , que cu rsa se ­
Los lectores de M v n d o H i s p á n i c o conocen en todo caso al autor de R esid en cia en el cam po, a co años. gu n d o año de E scu ela In ­
este libro porque de él reproducimos en su día algunos capítulos de su v e in ticin co m in u tos de la d u strial.— D esea ría estab le­
obra Flamencología. Allí ya dimos cuenta somera de la personalidad de ciudad de H a stin g s y del V . B U L T O . S an atorio cer relacion es am isto sa s p a ­
m ar, y a dos horas de L on ­ V ia n a (E m iso r a ). V allado- ra in tercam b io de revistas,
este escritor argentino, que siente y conoce las dres. P en sión com pleta, 900 lid (E s p a ñ a ).— D esea ría co­ p ostales y fo to s, con señ o ­
cosas de España con un amor singular. La p esetas por sem a n a . S ala rresp on d en cia con señ o rita s r ita s de v e in te a tr e in ta
elección de sus temas podría parecer peligrosa de e sta r, lib rería, h ab ita­ cu ltas, esp añ olas, europeas añ os de edad, de E sp a ñ a y
ciones con agu a corriente y a m erican as, vein tioch o a M éxico, que fu er a n a fic io ­
en un principio y se podía temer un fracaso en calie n te y fr ía y ex ten so s tr e in ta y cin co añ os. nad as al c in e, tea tro , de­
la empresa. Salvar al costumbrismo español de jard in es. E scrib id in m ed ia­ portes y v ia je s, en portu­
sus leyendas y falsedades v tratar de revisar la tam en te. J O S E A U G U ST O B R A - g u é s, esp añ ol o in g lés.
Z A O . Calle R iversid e P . O.,
«españolada» como González Climent lo ba he­ M A R IA N IE V E S M E R I­ B ox 4100, K itim at, B. C. S A N T IA G O ROM ERO.
cho es algo que parecía poco menos que impo­ N O . A partado 21096. M a­ (C anad á), d e v e in ticin co A lm agro 14, l.° izq. Z ara­
sible, sobre todo para un escritor no espapol. drid (E s p a ñ a ).— D esea in ­ añ os.— D esea m a n ten er co­ g o za (E s p a ñ a ).— D esea co­
tercam bio de corresp onden­ rresp on d en cia con señ o rita s rresp on d en cia con señ ori­
Sin embargo, una vez más, González Climent, cia. de dieciocho a v e in ticin co tas de dieciocho a v ein te
este fervoroso de Andalucía, se da de cara con añ os de edad, en p o rtu gu és años de edad.
ella. Y en esta ocasión, a través del teatro de SE D E S E A corresp on ­ o esp añ ol.
JA IM E B A JO M A R T IN .
los Quintero, ese mundo de ficción tan poco es­ dencia con jóven es de todo
el m undo, de v e in ticin co a JU A N A L E J A N D R O E scu ela d e T ran sm isión .
tudiado. Con rigor absoluto, con lecturas dete­ cu aren ta añ os, p r e ferib le M A R T IN O Bdo. de Irigo- A, 20. C uatro V ien to s (M a­
nidísimas y con ese «sentido» que para captar in ten d en tes m e r ca n tile s o yen , 170. T renquen L au ­ drid).— D esea corresp onden­
D erecho, en esp añ ol. A p ar­ quen (R ep ú b lica A r g e n ti­ cia con señ o rita s de q u in ­
lo surista tiene el autor, ha conseguido en este tado 348. S an tan d er (E s­ na).— D esea corresp on d en ­ ce a v ein te añ os, esp añ olas
ensayo una aportación que servirá ya de fuente p añ a) . cia e in tercam b io de re­ o e x tr a n je r a s.
indispensable para todo el que quiera penetrar vista s.
CARM EN S A I Z N U -
en el escenario quinteriano. JERONIMO GÜILA-
B ER T R E Q U E N A . M olinos J U A N S A N U Y . B ou le­ Ñ E Z . E xp lan ad a Cam ellos,
González Climent no es ya un escritor ex­ de A baio. T alavera de la vard M itre, 140. B arrio San nú m ero 3. M elilla.— D esea
tranjero preocupado por los temas de España, es un verdadero «técnico» R eina (T o led o ).— D esea co­ M artín. Córdoba (R ep ú b li­ corresp on d en cia con jóve­
rrespond en cia con jóvenes ca A r g e n tin a ). — S o licita nes de d iecisiete años, en
de lo auténticamente español; concretamente, es un claro y elegido in­ de d ieciséis añ os de uno y corresp ondencia con le c to ­ esp añ ol, fr a n c é s e italian o.
vestigador de lo andaluz. Que recientemente fuera nombrado en Cór­ otro sexo. res de todo el m undo para
doba miembro del Jurado que resolvió el concurso de «cante jondo» el in tercam b io de ta r je ta s R U TH E. GONZALEZ.
F R A N C ISC O HTLGADO p o sta les, etc. Avenada G. R odríguez, nú­
es una prueba de lo que es ya González Climent en la órbita del folklore G A L A V IZ . Grupo de T ira ­ m ero 7324, B an field (B u e ­
español. dores I fn i, 13.* Cía. A aiun R U T H R A M IR E Z V A S - nos A ires, R epública A r­
(S á h a ra E sp a ñ o l) (A . O. E .) . Q U E Z R ibón. 54-21. M e­ g e n tin a ). — D e v e in ticin co
D esea corresp ondencia con dellín (C olom bia). — D esea añ os de edad, licenciada en
EQUINOCCIO DE OTOÑO (So­ daba el escultor Rodin para recor­ señ o rita s de cualqu ier n a ­ corresp ondencia con jó v e ­ F arm a cia , s o lic ita corres­
cionalid ad, de v e in te a v e in ­ nes de tr e in ta a tr e in ta y p on dencia con jóven es de
netos de la ausencia y la pre­ dar siempre la primaria cantera. tisé is años de edad. ocho añ os de edad. hab la h isp an a.
sencia), por Francisco Azurdia- En el libro lleno de aciertos ex­
Soto. Madrid, 1956. presivos y de conquistas verbales
de una aventurada novedad: «en NOTA IM PO RTAN TE.— A d vertim os a nuestros lectores interesados en la sección
A Guatemala dedica el poeta es­ el volumen de mi otoño interno», «Estafeta» que, com o hasta ahora, seguiremos dando en nuestras colum nas, g ra tu ita ­
tos veinticuatro sonetos, que cons­ «llamarada infrarroja del comien­ m ente y por riguroso orden de recepción, todas las notas que se nos re m itan para
tituyen un mensaje lírico de plu­ intercam b io de correspondencia, cuando éstas se lim ite n a fa c ilita r las relaciones epis­
zo» o «lío entre el calendario dise­ tolares cultu ra le s en tre los lectores de M V N D O H IS PA N IC O . A la nota deberán enviar
ralidad temática y mantenida emo­ cado», preferimos aquellos momen­ a d ju n to el «Cupón de Estafeta» que fig u ra en esta misma sección. Pero cuando las
ción. Que el autor, guatemalteco, tos en que el lenguaje discurre con notas aludan a deseos del com unicante para cam biar sellos o cualquier otra actividad
publique su libro en España hace que pueda ten er un be neficio com ercial, la inserción de su anuncio se hará contra el
una más decidida sencillez: abono de 1,50 pesetas por palabra. Esta misma tarifa será aplicada a las comun:cac:ones
patente, como símbolo, esta entre­ normales qíie deseen que su nota salga con urgencia y se les dará prelación a las
ga mutua, esta recíproca comuni­ Pregunto a mi silencio, y no res­ demás, siempre que nos lo adviertan así, acom pañando el im p o rte en sellos de correos
cación espiritual de los pueblos pon de; españo'es, o bien re m itié n d o lo por g iro postal a nuestra A d m in istra ció n , A lcalá Ga-
liano, 4. Los lectores del e xtra n je ro pueden enviarnos sus órdenes, ju n to con un cheque
hispánicos a través de la primera pregunto a tu recuerdo y no con­ sobre N ueva Y o rk, a fa vo r de Ediciones M V N D O H IS PA N IC O , reduciendo pesetas a
y originaria palabra de la poesía. te s ta . dólares al cam bio actual.
Azurdia-Soto escribe con un aca­ O aquellos versos del soneto ale­
bado dominio de formas y rimas, jandrino «Puntuación»; NOTA.— En las señas de todos los comunicantes de esta sección donde no se indica
que le permite basta cierta liber­ nacionalidad se entenderá que ésta es ESPAÑA.
tad para dejar a veces una gracio­ Mira siempre al mañana, que el
sa imperfección en esa cárcel de [ayer no te acude;
ALVARO D IO N ISIO . SUSANA CASTRO C A R M E N P A L L A S . P e-
rigor que es el soneto, aquel trozo zarpa todos los días y no inquieras R úa A d elin a V e ig a , 65. B E L M A R . D e fe n sa , 1480. layo, 56. B arcelona.— S o li­
de materia sin tallar que recomen­ [adonde... C oim bra ( P o r tu g a l ).— R U I B uenos A ires (R ep ú b lica cita corresp on d en cia con
DO S SA N T O S M E N D E S. A r g en tin a ).— D esea corres­ joven es de tr e in ta a cua­
54 R úa O ccidental de M on- pon dencia con jó v en es e s­ ren ta y cinco añ os.
TITULOS DEL REINO CONCEDIDOS POR LOS MONARCAS CAR­ tarroio. C oim bra (P o r tu ­ tu d ia n tes de dieciocho a
g a l) . S o licitan corresp on­ v ein tid ó s añ os de edad. RAFAEL REBOLLER
LISTAS, por Vicente de Cadenas y Vicent. Ediciones Hidalguía.. Ma­ dencia con jóven es esp a­ M OTA A lonso F . de M a­
drid, 1956. ñoles. F L O R E N C IO D E P R A ­ drid, 4. P a lèn cia .— S olicita
DA. E scu ela de A rm as corresp ondencia con señ o­
F R A N C IS C O M U E L L A - S u bm arinas. Sóller (P a lm a rita s esp añ olas de qu ince
Con la promulgación de la ley de 4 de mayo de 1948, S. E. el Jefe D E S N IE T O . A ven id a de de M allorca).— S o licita co­ a d iecisiete añ os de edad.
del Estado español equiparó los títulos nobiliarios concedidos por los Cuba 16. Z am ora.— S o lici­ rresp on d en cia con señ o ri­
diferentes reyes de la dinastía carlista a los títu­ ta corresp on d en cia con se ­ tas de d iecisiete a v e in ­ M À RIA L U IS A M A RT I­
ñ o r ita s fr a n c e sa s o h isp a ­ tiú n a ñ o s de edad. NEZ, D E S A M P A R A D O S
los del Reino. Y ahora el autor de este libro, des­ n oam erican as de dieciséis T E R O S y T E R E S IN P A ­
VidNIt Oí CADÍNA4 » VlCtNt
pués de una cuidada y minuciosa tarea, ha conse­ a dieciocho años. ROBERTO G R E G O R Y L L A . P la n a s de T ovar, 67.
T IT U L O S D E L R E IN O guido catalogar la casi totalidad de los títulos V A L S . T ercio Gran C api­ J á tiv a (V a le n c ia ).— D esean
C O N C E D ID O S P O R L 0 9 concedidos por los monarcas carlistas. ADOLFO GALINDO tán . P r im er a L eg ió n . Com­ corresp ondencia en esp añ ol
H E R N A N D E Z . B a.borraz, p a ñ ía de D estin os. T auim a con jóven es de vein ticin co
M O N A R C A S C A R L IS T A S
El libro contiene una detallada aportación grá­ nú m ero 33. Z am ora.— D e (M arruecos).— D esea corres­ a tr e in ta y cinco años de
fica de los escudos de cada título, así como otras v e in te añ os de edad, so li­ p on dencia con señ o rita s de edad.
fotografías y autógrafos referentes a.la dinastía cita corresp on d en cia con v e in ticin co a tr e ip ta años
señ o rita s fr a n c e sa s e h is­ de edad. A N T O N IO A R R I B A S .
carlista. p an oam erican as. A zara, 696. B ahía B lanca
El archivo de Don Carlos VII ha sido la prin­ L U C IA G A L LE G O Z A ­ (R epúb lica A r g e n t i n a ) . —
cipal fuente de infomación del autor. H IL D A PLAZA. Cov. P A T A . Calle 49. 37-47. Me­ D esea corresp ondencia e n
V ie ja 427. E L IA N A R O ­ d ellín (C olom bia).— S olicita in g lés, fran cés, ita lia n o y
El libro, de un gran interés documental e histó­ M E R O . G. L orca, 1278. corresp ondencia en esp añ ol esp añ ol sobre fila telia , tea ­
l«Uguu rico, está enriquecido con índices onomásticos, cro­ A n to fa g a sta ( C h i l e ) . D e con jó v en es de cualqu ier tro, etc.
nológicos, por dignidades, etc., que hacen comple­ v e in te añ os de edad.— S oli­ p aís.
c ita n corresp on d en cia con R O B ER T O S A N T A M A ­
tísimo el estudio en cuestión. jóven es de E sp añ a, Ita lia , V IC E N T E J I M E N E Z R IA . C alderería, 3. J á tiv a
E stad os U n id o s, F r a n c ia e S A N C H E Z . F errocarril, 5. (V a le n c ia ).— D esea corres­
In g la terra . T alavera de la R ein a (T o ­ p on dencia con señ o rita s va­
DEL ANAHUAC Y OTRAS PRO­ Fernando Medina Ruiz ha reco­ le d o ).— S o licita corresp on ­ len cia n a s, m enores de v e in ­
SAS DE LA MAÑANA, por gido en este libro una serie de cró­ IS A B E L G U A R C H V IZ - dencia con jóven es de cual­ tic in co añ o s, aficion adas a
CA R R O . C alle J a im e II, qu ier p arte del m undo. la poesía.
nicas sobre México que, además del
Fernando Medina Ruiz. México, valor informativo y literario que
nú m ero 35 P alm a de M a­
A L B A L U IS A K IM E N . L IB IA R E ST R E P O . N o r ­
llorca.— S o licita corresp on ­
1956. pueda cada una tener, con inde­ dencia con jóven es de v e in ­ L ib rería «E l C ruce». U n - m al A ntioqueña de S eñ o ri­
ticin co a tr e in ta añ os de quillo. S ierras de Córdoba ta s. M edellín (C olom b ia).—
pendencia de las demás se agrupan edad, en in g lé s y en fr a n ­ (R e p ú b lic a A r g e n t in a ) .— D esea corresp ondencia con
No siempre el escritor diario se en estas páginas con unidad y cés. S olicita corresp on d en cia en jóven es esp añ oles de uno
pierde en la fugaz tarea de servir cuerpo lógico de libro. La historia esp añ ol con jóvenes de uno y otro sexo.
y la actualidad se han unido para CARLOS M A R T I N E Z y otro sex o de d iecisiete
el interés inmediato, de cubrir ese T O M A S. P la n a s de T ovas, a v e in ticin co años de edad. E N R IQ U E H U E R G O CO-
tiempo que tantas veces se olvida conseguir unos capítulos llenos de nú m ero 67. J á tiv a (V a le n ­ L U N G A . C arracido, 5, l.°
para dejar solamente en la memo­ amenidad y buen estilo, que cons­ c ia ),— E stu d ia n te , de d ie c i­ MA R I A D E L A C O N ­ Sam a de L a n g reo (A stu ­
tituyen además una buena fuente nu eve añ os de edad, desea C E PC IO N B L A N C O . A r- r ia s ) .— D e dieciocho años
ria del lector una cita, una frase, corresp on d en cia con seño, g e n so la , 14. M adrid.— D e­ de edad, desea corresp on­
una anécdota que se diluyen des­ de conocimientos para el lector in­ r ita s de l e n g u a e sp añ ola, sea corresp on d en cia en e s­ dencia con jó v en es de to­
pués de mano en mano. teresado por los temas mexicanos. fr a n c e sa e in g le sa ; p r e fe ­ p añ ol con jóven es de todo do el m undo, e n fr a n c é s o
rib le resid an en g ran d es el m undo, de tr e in ta años e sp a ñ o l, p ara intercam bio
J. GARCIA NIETO ciudades. en ad elan te. de sello s, postales* etc.
HISPANOAMERICA ocurre tantas veces, «lo mejor del
EN EL FESTIVAL programa».
Bélgica presenta, única aportación
Y entramos en la participación his­ de este país, un corto en Eastman-
panoamericana, que es la que más color, realizado por Rubert Bastin,
nos debe interesar. Por parte de Es­ Le rocher de Freyr, que describe con
paña se presentaron : Pasos, oficial­ muy agudos toques de humor la es­
mente, y Héroes del aire, invitada, calada a esta roca. Este corto me­
y Costas del Sur y Capra hispánica, reció el Premio de la Crítica.
F E S T IV A L IN T E R N A C IO N A L DE SAN S E B A S T IA N . en cortometrajes, como oficial e in­ Checoslovaquia nos ofreció, fuera
vitada, respectivamente. La película de concurso, varios films de mario­
Se ha celebrado en San Sebastián el Festival Inter­ Pasos, de Clemente Pamplona, muy netas, que merecerían varios artícu­
nacional del Cine correspondiente a 1957, incluido a agradable de ver, tiene una magní­ los especiales. Nos referiremos al úni­
partir de este año en la categoría A, clasificación que fica fotografía de César Fraile, y la co presentado en una sesión noctur­
le ha sido oficialmente otorgada por la Federación Internacional de Asociacio­ música, también digna de elogio, es na, Inspiración, film de marionetas
nes de Productores Cinematográficos. del maestro Salvador Ruiz de Luna. de cristal. La fantasía de un creador
De las diversas aportaciones nacionales a este Festival, han destacado, en Los intérpretes principales, Lina Ro­ de vidrios artísticos sueña, y un día
películas de largo metraje, las de Italia, Alemania y Checoslovaquia, en tanto sales, Andrés Mejuto y Alfredo Mayo, de lluvia ve convertirse las gotas de
que en documentales los máximos honores han sido para la cinematografía con la participación de la actriz fran­ agua que resbalan por los cristales
hispánica, según se patentiza en la relación de premios otorgados por el Jurado. cesa Marion Mitchel en un corto pa­ en figuras maravillosas que danzan.
La «Concha de Oro»—máximo galardón del Festival—fué adjudicada, por pel. La película invitada, Héroes del Muy bien hecho, mereció prolonga­
mayoría de votos, a la película italiana La norma Sabella, cuyo realizador es aire, nos pareció floja. Los docu­ dos aplausos.
Dino Risi, aun cuando es de justicia hacer constar que este premio hubiera re­ mentales representaron mejor papel Berliner Ptlaster es el documental
caído sin duda alguna sobre Las noches de Cabiria, de Federico Fellini, de no en el festival, obteniendo Costas del alemán oficial. Es un reportaje hu­
haberse proyectado esta película fuera de concurso, debido a que anteriormen­ Sur la «Concha de oro» para el cor­ morístico del ambiente del Berlín ac­
te se había presentado con carácter oficial en el Festival de Cannes. No obs­ tometraje. Capra hispánica tiene be­ tual. Le faltó la traducción del co­
tante, su gran calidad quedó de manifiesto en los premios especiales instituidos lleza en los paisajes elegidos de la mentario—d ic h o en a l e m á n —para
para todas las películas proyectadas en el Festival, participaran o no oficial­ sierra de Gredos. que su éxito hubiera superado a
mente en él, de los que se le concedieron el establecido por el Cineclub de De América solamente México vi­ todos.
San Sebastián para la producción más meritoria y adecuada para ser exhibida no a este festival, con dos películas. Los otros dos documentales alema­
en cineclubs, y el que don Antonio de Zulueta, director del Festival, ha creado La oficial, La ciudad de los niños, nes, Montparnasse, visión rápida del
para premiar el mejor trabajo de actriz, ganado por Giulietta Massina, cuya muy bien intencionada, pero reali­ célebre barrio parisiense correcta­
labor en esta película en nada desmerece de su inolvidable interpretación en zada con cierta lentitud, con sentido mente hecha, y Staehlerne Adern
La Strada. excesivamente m e l o d r a m á t i c o . Se (Arterias de acero), largo documen­
El Jurado, en atención a los votos obtenidos por las dos películas que si­ trata de la construcción de una ciu­ tal realizado totalmente en una tre­
guieron en méritos a la galardonada con el primer premio, acordó conceder dad para la regeneración de niños filería, en color. Es curioso anotar
sendas «Conchas de Plata» a la alemana Ich suche Dich (Te busco) y a la abandonados o de familias pobres. que, así como estos dos son en color,
checoslovaca—en coproducción con Francia—Dedecek automobil (El abuelo Idea magnífica y digna de propagar­ el primero, que estuvo en lucha para
automóvil), realizadas, respectivamente, por O. W. Fischer y Alfred Radok. se a través del cine. Ya los Estados el Premio de la Crítica con el belga,
La película alemana obtuvo además el premio de la Oficina Católica Inter­ Unidos lo hicieron, por no citar otros es en blanco y negro, y el checo,
nacional del Cine, «por la exaltación del triunfo de la espiritualidad sobre países, con La ciudad de los mucha­ Insniración, que sin duda hubiera ob­
una concepción materialista de la ciencia y de la vida», según se afirma én chos, inolvidable interpretación de tenido todos los premios de haber
el acta del Jurado, y el premio que recompensa al mejor guión, escrito, sobre Spencer Tracy. El resultado obteni­ sido presentado oficialmente, también
una novela de Cronin, por el propio director, O. W. Fischer, y Gerhard Menzel, do en esta creación de Gilberto Mar­ es en blanco y negro.
Martin Molock y Claus Hardt. Por su parte, El abuelo automóvil sumó a la tínez Solares, con Arturo de Córdova Noruega Dresenta, fuera de concur­
«Concha de Plata» un nuevo galardón al recaer en ella el instituido por la en el protagonista, se aproxima al so, varios films de marionetas de Ivo
crítica cinematográfica. nivel de la gran cinta norteamerica­ Caorino. También merecen un co­
Con ser estimable la calidad de las tres películas anteriormente citadas—la na. La otra película mexicana, pre­ mentario especial, aue se escapa de
de Las noches de Cabiria era ya conocida e indiscutible—, los mejores logros sentada «fuera de concurso», es Pa­ los límites de esta breve crónica.
artísticos del Festival de San Sebastián se han obtenido en el apartado de blo y Carolina, comedia con cancio­ Italia e Inglaterra presentan con
cortometrajes, con varios documentales de gran categoría. De ahí la gran sa­ nes, interpretada por Pedro Infante sus películas oficiales un documental
tisfacción con que registramos el hecho de que la «Concha de Oro» haya sido e Irasema Lilian, de indudable éxito cada una : Esvloratori del passato y
para el documental español Costas del Sur, realizado por Manuel Hernández comercial. El documental presentado Fllpht to the Sun. ambos bien he­
Pascual, en tanto que la única mención honorífica otorgada se discernía a por México, Mundo ajeno, sí tiene chos. con buen color, con un inte­
favor del cortometraje mexicano Mundo ajeno, de Francisco del Villar. En ciertamente un valor importantísimo. rés algo particular y sin gran bri­
este apartado destacaron igualmente por su magnífica realización las películas Se trata de una película sobre la re­ llantez.
presentadas por Bélgica—Las rocas de.Freyr, para la que fué el Premio de la educación de niños sordomudos. Bien
Crítica destinado a documentales—-, Italia—El océano nos llama—, Alemania concebido por Felipe Morales y diri­
—Asfalto de Berlín—, Inglaterra—Vuelo hacía el sol—-, Portugal—Los primi­ gido por Francisco del Villar con INVITACION A HISPANOAMERICA
tivos portugueses—y Checoslovaquia—Inspiración y El canto de la pradera—, maestría. Este documental obtuvo en
así como los españoles La capra hispánica y Costa verde. México el máximo premio de la ci­ Resumiendo, podemos decir aue
Y ahora a esperar el próximo Festival Internacional de San Sebastián, en nematografía mexicana, el «Ariel» de este Festival Internacional de San
el que sería de desear una mayor representación hispanoamericana, limitada 1956. En este festival se le hizo ob­ Sebastián no está todavía debidamen­
a México este año. jeto de una mención de honor en el te maduro, pero no hay que dudar
acta del jurado. que en el próximo año puede estar­
J uan E milio ARAGONES Lamentablemente, incomprensible­ lo. Hav aue impulsar a todos para
mente, no hay nada del resto de los que colaboren en la meior forma a
países de habla española. La Repú­ su éxito enviando películas. Los pri­
blica Argentina llegó tarde, y otros meros los países hispánicos. El direc­
países parece que ni siquiera contes­ tor general de Cinematografía v Tea­
taron. El mensaje cinematográfico de tro, señor Muñoz Fontán. me repitió a
Hispanoamérica no puede faltar en continuación del reparto de premios :
El III Festival Internacional de San Sebastián los próximos festivales del cine es­
pañol.
«Diga usted que todos los países de
América deben concurrir a este fes­
(Viene de la pág. 40.) de invitada terpretación es muy buena y la rea­ Portugal envía un c o r t o m e t r a j e tival. aunaue sea solamente con un
oficial se proyectó La Nonna Sabella, lización sirve perfectamente a la in­ muy digno de elogio, aunque su rea­ documental, pero que conste su pre­
una película cómica de Tina Pica, triga. lización sea vulgar, Os primitivos sencia.» Por su parte, David Tato,
dirigida por Dino Rossi. Todavía no Francia no se luce con su repre­ portugueses, de Fernando García, con secretario de Uniespaña. me asegura­
hemos comprendido por qué fué in­ sentación. La película oficial, S. O. S. un magnífico comentario, conferen­ ba días más tarde: «Mientras no en­
vitada esta película, y mucho menos Noronha, es una minuciosa recons­ cia diríamos mejor, del profesor Rei­ foquemos el festival hacia el cine
todavía cómo es posible que un ju­ trucción de un hecho real. La des­ naldo dos Santos. Tiene verdadero hispanoamericano, no llegaremos a
rado compuesto por verdaderas y trucción de la estación de radio de interés artístico e informativo sobre nada.» David Tato fué. siendo iefe
auténticas personalidades del mundo Fernando de Noronha en 1930 por el arte portugués. del Sindicato, el realizador de los dos
artístico, literario y cinematográfico, los sublevados de la penitenciaría certámenes hispanoamericanos de ci­
le haya concedido el Gran Premio brasileña, y su reposición por los ne celebrados en Madrid, y que tan
del Festival : la «Concha de oro». cuatro hombres encerrados en ella, EN CORTOMETRAJES LO MEJOR eficaces fueron entonces para el in­
La proclamación de este premio fué para poder conectar con Mermoz, tercambio de películas y estímulos
vigorosamente protestada por el pú­ que hacía sus vuelos transoceánicos No hemos dicho nada sobre los entre España y los países de Amé­
blico que llenaba los salones del Cris­ en aquellos momentos. Tema intere­ cortometrajes de otros países, y, sin rica.
tina en la cena de gala que cerraba sante para el ensayo y el cine, pero embargo, en ellos se encierra, como José M anuel DORRELL
el festival. Por el contrario, el anun­ no tratándolo en cine como si fuera
cio del Premio de la Crítica a la un ensayo. Rouquier, su realizador,
película checoslovaca fué recibido es un documentalista y ha tratado
con grandes ovaciones. Todo el mun­ esta película como si fuera un docu­
do estaba convencido de que sería mental técnico, olvidando, premedita­
esta película la galardonada con la damente desde luego, la película que
«Concha de oro» o, en todo caso, la hay del otro lado de la barrera. En PABLO LOPEZ RODRIGUEZ.— Desea cam bio de sellos
alemana. cuanto a la invitada. Le feu aux de H ispanoam érica por otros de España y Europa.
Inglaterra o, mejor dicho, Arthur poudres, es una película policíaca de
Rank, monopolizador casi de la pro­ Decoin, sin gran interés. Calle M eléndez Valdés, 43, M a drid (España).
ducción inglesa, presentó una exce­ Holanda aporta una película muy
lente película policíaca, House oí digna, muy honestamente realizada,
Secrets, de tema real, extraído de los De Vliegende Hollander, sobre la M A R IA LU ISA SANTALAYA. Sanatorio Valdelatas,
archivos de la Interpol, pero que no vida de Antonio Fokker y sus prime­ Fuencarral (M a d rid ).— Para su distra cció n recibiría
llega a tener la categoría suficiente ros pasos como constructor de avio­ gustosam ente sellos de Correo de to d o el mundo
para un festival internacional. La in­ nes, pero lenta y falta de atractivo.
Las primeras materias de que rlsticas de la alfarería peruana.
Los mates burilados, típica artesanía peruana están hechas estas piezas ofrecen
diferencias, que o b ed ece n a las
Las piezas destinadas a usos
domésticos presentan formas muy
condiciones del terreno donde se sencillas, distinguiéndose las em­
(Viene de la pág. 29.) los mates Es bastante distinto el mate de pleadas en las prácticas funera­
burilados, que no es más que una Huanta del mate de Huanca. produjeron, hallándose mezclada
la arcilla—de tono gris o azulado rias y ceremonias religiosas por
reminiscencia de la costumbre in­ La pieza preferida de los buri- su caprichosa ornamentación. En­
dia de servirse de la naturaleza ladores huantinos es el ya citado casi siempre—con arena, cuarzo,
mica, carbonato cálcico y frag­ tre la variedad de formas ideadas
para las necesidades vitales. azucarero. Burilando toda su su­ por los artífices peruanos llaman
Así vemos que la dura corteza de perficie con cortes seguros, sepa­ mentos de conchas. Es creencia
aceptada por los arqueólogos que la atención aquellas que pueden
la palmera «chanta» proporcionó a rados por anchas fajas de fondo considerarse como fantásticas re­
sus guerreros el material para los cortado, que, cubiertas con carbón los alfareros americanos conocie­
vegetal, destacan fuertemente so­ ron el uso del torno de alfarería, presentaciones humanas, de exa­
arcos, jabalinas, lanzas y demás así como también que las piezas gerados rasgos, que contribuyen a
armas, y la base esbelta de esa bre la piel natural y tostada del acentuar el carácter ornamental
misma palmera dió materia prima «puru», la decoración principal elaboradas eran sometidas a la
suele ser de indiscutible abolengo acción de los rayos del sol, pri­ de las vasijas.
para los famosos «queros», que mera fase de la cocción y bastan­ Otro grupo no menos interesan­
habían de inspirar luego los vasos mudéjar, rematada con un a modo te lo constituyen los vasos llama­
sagrados de oro y plata para las de rosetón que enmarca la boca. te incomprensible para nosotros,
Rodeando éste, un friso de deco­ pese a la bien ganada fama del dos «silbadores», porque, compues­
fiestas rituales de Int (el sol). La sol español. Sólo después, en una tos de dos recipientes unidos, ofre­
«quena» misma, ese dulce y triste rado floral o una inscripción en cen la particularidad de producir
instrumento que la tradición atri­ caracteres latinos. El motivo más segunda operación, eran someti­
importante va siempre en la pan­ das a la acción directa del fuego. un sonido a modo de silbido, cuan­
buye a los huesos humanos, unien­ Las formas de los vasos del pri­ do, al inclinarlos, pasa el agua de
do a esto el origen de su lúgubre za del azucarero y suele tener por uno a otro recipiente.
gemido, ¿acaso es otra cosa que la tema escenas campesinas y popu­ mer período guardan mucha se­
mejanza con las producciones eu­ Curiosísimos son los vasos-re­
caña hueca del carrizo? lares, aunque algunos, con más tratos, que presentan en plástica
No es, pues, de extrañar la ex­ pretensiones, hayan llegado a re­ ropeas de la misma época, hasta
producir episodios de la historia que aparecen los vasos pintados reproducción los caracteres de tipo
tensa aplicación que los indios en­ de negro o gris oscuro y los deco­ étnico peruano, y los detalles de
contraron en el fruto de la cala­ nacional, trágicas escenas de gue­ indumentaria, peinados, etc., que
bacera, que por su tamaño y ca­ rra y revolución, con gritos y lé- rados en varios tonos, con moti­
vos consistentes en fajas, círculos, reproducen, son un documento con­
vidad se presta a infinitas trans­ yendas, subversivas para unos u siderable para el estudio de las
formaciones. otros, según las simpatías políti­ aspas y aun figuras humanas y
cas del artesano. de animales. Entre ellos destacan costumbres de sus aborígenes.
La vida doméstica de los indios en lugar preeminente indiscutible Modelados con destreza, sus au­
halló en la calabaza o mate («pu- Sin embargo, siempre resultan tores se inspiraron en los más cru­
mejor entonadas las ingenuas y los vasos o vasijas peruanos. De
ru» en el lenguaje de los que­ mayor tamaño que los fabricados dos modelos del naturalismo. To­
chuas) su más precioso auxiliar. deliciosas e s ta m p a s de siega o dos estos vasos se conocen con el
siembra, las recuas de borriqui- en otras regiones, se distinguen
Desde el sonajero para acallar al por la perfección de su manufac­ nombre de «huacos», por denomi­
«huahua» llorón, hecho con las llos cargados con haces de espi­ narse «huacas» las sepulturas in­
gas y las danzas lugareñas con tura y la originalidad de sus for­
calabacitas pequeñas, hasta la ti­ mas y decoración, y si bien es di­ cas donde se han encontrado. Es­
naja para guardar el agua y la fondo de poblados o de montañas. tos enterramientos, co n stru id o s
También los paisajes que pudié­ fícil catalogarlos cronológicamen­
dulce «chicha». Y aun ha servido te, bien clara se advierte la dife­ con piedras y cubiertos de tierra, a
de cuna para los pequeñuelos, de ramos llamar arquitectónicos tie­ modo de pequeños montículos, han
nen muchos cultivadores. La plaza rencia de épocas entre los ejem­
flotadores en los ríos selváticos y plares que se conservan. Además, guardado durante muchos siglos
en los mares de los yuncas, de cor­ mayor del pueblo en un día de los trabajos artesanos de los incas
fiesta o mercado, la iglesia con su en los trabajos primitivos, las ana­
neta guerrera, de cantimplora... logías con los de otras regiones en sus variedades de piezas de oro,
¿En qué circunstancia y para qué procesión y hasta la visita del se­ joyas de pedrería y vasos de co­
ñor obispo y, ¿cómo no?, las co­ americanas son manifiestas, apar­
uso no ha encontrado el indio ayu­ tándose cada vez más de ellas al bre y arcilla.
da en el mate? rridas de toros o el paso solemne
y lento de un rebaño de llamas. adelantar las épocas, hasta llegar
En su piel, tan semejante a la a las claras y genuinas caracte- Carmen NONELL
piel del indio—color de la tierra, Los b u r ila d o r e s huancas, en
de la que ambos viven tan cerca—-, cambio, prefieren el mate, la ca­
puede seguirse el proceso evoluti­ labaza grande y achaparrada, pa­
vo del arte decorativo peruano. A ra sus trabajos. En ellos predo­
los primitivos garabatos suceden minan los colores, que llegan a bo­
las incisiones, reminiscentes de los
ritos mágicos, hasta llegar a la
rrar absolutamente el color natu­
ral del fruto. Mucho más toscos Un gigantesco monumento en...
filigrana de los mosaicos, conse­ en su decorado, todo cabe en él,
sin orden ni concierto. En el tin­ (Viene de la pág. 30.) pueblo es­ tros de altura, que ha de alzarse
guidos con el embutido de plaqui- pañol su colaboración en esta empre­ sobre una cripta, para ser emplaza­
tas de conchaperla, coral, turque­ tado se emplea el carbón y nunca
se encuentran las inscripciones. sa de la catolicidad ecuatoriana. Asis­ do en lo alto del cerro del Carmen,
sas y láminas de oro y plata. tieron a la inauguración, por parte de 120 metros de altitud, al norte
La llegada de los españoles a El huanco es indio más puro que
el criollo huantino. del Ecuador, el presidente de la Co­ de Guayaquil. La base de financia­
América marca su influencia en la misión pro Monumento Nacional al ción del monumento al Sagrado Co­
piel del mate, y ya sobre ella, se El mate huanca es fuerte y va­
liente en la forma y en el original Sagrado Corazón de Jesús, don Al­ razón es un impuesto sobre espec­
entrelazan p a la b r a s castellanas fonso Tous; el embajador del Ecua­ táculos públicos en la provincia de
con arabescos y cenefas heredadas colorido. Sobre la piel, total o
parcialmente teñida, el buril y el dor en Madrid, don Guillermo Bus- Guayas, que, después de ocho años
de los árabes. Sin embargo, este tamante, y por España, el señor Ibá- de implantación, se le calcula un
cambio decreta también la deca­ cuchillo trazan fantásticas com­
posiciones, más o menos compues­ ñez Martín, presidente del Consejo rendimiento de 25 millones de pe­
dencia del mate aplicado a los usos de Estado, y don Blas Pifiar, direc­
domésticos, pues que los españo­ tas, de motivos y ritmos. Anchos setas. Aparte de esta suma, las apor­
espacios raspados, mostrando el tor del Instituto de Cultura Hispá­ taciones voluntarias alcanzan ya la
les introducen allá las vajillas de nica. También asistieron el pintor
loza, muy pronto reemplazadas blanco de la carne, combinan con cifra de 1.200.000 pesetas. El monu­
los grabados a «fierro» candente y Vázquez Díaz y numerosos miem­ mento tendrá carácter nacional, aun­
por las de plata, tan fáciles de bros de la colonia ecuatoriana, así
conseguir en la tierra argéntea los colores que ofrece la tintorería que se espera que lleve la denomi­
moderna. Los elementos decorati­ como destacadas personalidades es­
por excelencia. El mate queda re­ pañolas del arte y la cultura. nación de «bolivariano», porque en
legado a las clases humildes, aun­ vos glosan la vida campestre y los 1961 se celebrará en Ecuador el
inventos modernos, en una fan­ El monumento, que será posible­
que una pieza subsista como pro­ mente el mayor del mundo, consis­ III Congreso Bolivariano y por en­
testa de su retiro: es el azucare­ tástica c o n ju n c ió n , que sólo la
imaginación india es capaz de pro­ tirá en una estatua de 45 a 60 me- tonces será inaugurado.
ro, en que los artesanos ensayan
las más c o m p lic a d a s y bellas ducir. El caballo es, sin embargo,
muestras de ornamentación. Y so­ el tema predilecto de estos arte­
bre la piel dorada y tirante del sanos, que nos ofrecen bellas y tí­
fruto maduro, el buril de «fierro» - picas obras sin aplicación posible,
dibuja cortes finos, surcos anchos, ya que, siendo cerradas estas ca­
rayados y raspados, y los tintes labazas, no pueden servir más que
se extienden fácilmente tras la como objeto decorativo y, sobre
película finísima, del color del todo, como una muestra típica y
maíz tostado. popular de la infinita artesanía
Reminiscencias de las cerámicas india peruana.
españolas se encuentran aún hoy Es del todo imposible fijar los
día en las calabazas destinadas a antecedentes del arte americano.
contener la chicha y el claro pis­ Y las opiniones no concuerdan.
co, las cuales, entre el clásico de­ Diversas y autorizadas han sido
corado de florecillas, quemadas al las que hallan visibles analogías
ácido, ostentan el nombre del due­ con la cerámica egipcia, pero todo
ño o inscripciones alusivas al uso lo que sobre ello se diga no puede
para el que serán destinadas, y salir del terreno de las conjetu­
también leyendas y dedicatorias. ras. ¿Qué pensar, por ejemplo,
Las «chinas» de Ayacucho y las del ya citado toro de Pucará, la­
«cholas» andinas las usan como bor inca que bien pudiera confun­
cestas, y hay una gracia primiti­ dirse con el toro ibérico, caracte­
va y plástica en estas cariátides rístico de la alfarería de nuestra
indias, de lento paso ondulante provincia de Cuenca?
bajo el mate, asentado sobre la Los primeros vasos hallados en
erguida cabeza. las chulpas y huacas donde los
Dos r e g io n e s principalmente primitivos pobladores enterraban
formaron lo que podríamos llamar, sus muertos, se remontan a_ un
un tanto paradójicamente, dos es­ período análogo al prehistorismo
cuelas, en la decoración del mate. europeo.
sobre un vaso de vino. Chistu—la vincias peninsulares, m u c h a s veces
A s í e s el b a i l e e s p a ñ o l flauta de tres agujeros— y tambor. unida al teatro popular guerrero o
pastoril. Sabemos también que las es­
LA MONTAÑA padas pueden jugar en esgrima de
( Viene de la pág. 36.) dillas, el bo­ senta mayor arcaísmo : sa gonella y
lero, las danzas de espadas, los palo­ sa empremdada. en el atuendo: sa La voz humana es el mejor de los estocada y de tajo o en cadena. Y
teos, etc. Sabemos ya que apenas hay cuna, sa llarga, ses nou y ses dotze instrumentos musicales, y al son de que acaso lo que hoy son espadas o
comarca española que no cuente con rodades, para el baile, y como instru­ los romances que canta, antiguas dan­ palos en algunas figuras debieron de
un mínimo de dos o tres bailes, ni mento, la antiquísima flauta de pico, zas desarrollan sus figuras. Una vez ser venablos siglos ha. La enumera­
pueblo donde, cuando menos, no apa­ de tres agujeros, y el tamboril. Trajes más, la jota en el paisaje del baile ción de espatadantzas y de patoleos
rezcan variantes, notables muchas ve­ de a diario y de fiesta, de invierno y español, nuevo panorama, que se ex­ es inacabable. Por Levante hay otro
ces. Dieciocho años de búsqueda no de verano. Formentera corona el con­ tiende por tierras asturianas. Traje de tipo de danza de palos, que se jue­
han podido agotar la rica vena de junto con amplio y plano sombrero gran sobriedad, un tanto a la manera gan, no en esgrima ni cadena, sino
nuestras danzas tradicionales, y la la­ profusamente adornado. vasca. Picayos y el son impresionan­ trocando el palo en danzarín.
bor prosigue, tenaz y perseverante, te del bígaro en la danza de Ibio; Aun puede el palo tener otros ofi­
escudriñando en el recuerdo de las ANDALUCIA bailes a lo alto y a lo bajo—puerta y cios ; el de ser eje y asiento del tren­
gentes, penetrando cada vez más los puerto de Castilla—, pito y tamboril. zado de cintas, el de trocarse en ra­
Ocho provincias la forman. Tierra mo para las danzas de ramos o para
rincones desconocidos de nuestra na­ que conoció las más antiguas cultu­
ción. Así, cada dos años, en esos con­ ASTURIAS los ramos procesionales y el de, siem­
ras europeas: Tartesos, Gades; luego, pre florido y adornado, combarse en
cursos pueden aflorar danzas, no nue­ Roma, y más tarde, el Islam; todo Jota, fandango, «baile de la raposa»
vas, sino desconocidas u olvidadas; arco.
remansa aquí. Por último, América : y «pericote». Panderos y dulzainas. El El caballo, m u d a d o en máscara,
perlas, muchas veces, que brillan con La Rábida, Sevilla, Cádiz; y siempre, traje es ostentoso y arcaico; el baile, danza también en algunos lugares, ya
propio fulgor en el tesoro de nuestro el Africa, frontera y vecina. vivo en el hombre, pausado y grave como guerrero si el danzador esgri­
arte; y con las danzas, los trajes, los Bata para las «sevillanas», de cola en la mujer. Es la tierra de la Danza me espada, ya como simple danzante
adornos, las joyas, los bordados, los para las bailaoras flamencas, y traje prima y del Corri-corri. en evoluciones puramente coreográ­
mil productos de una artesanía hu­ de galana o de serrana para las folias
milde y escondida. GALICIA ficas.
y el fandango. Fandango casi doquier En muy escasos bailes se dan tam­
—de Alosno, de Tarifa, de Almuñé- Gaitas de fuelle y panderos ; la mu- bién estas evoluciones puramente li­
car, de Linares—, y la gracia sevilla­ ñeira, la jota, Trajes ricos, dentro del neales; son aquellos en los cuales el
EL BAILE ESPAÑOL na, que dió aquí nombre a las segui­ tipo más extendido en la Península. danzador juega sólo su figura. A veces
EN EL MUNDO dillas. Tradición de las escuelas de Melodías inconfundibles. se llaman bailes de cascabeles, siquie­
Todos recordamos las crónicas de baile, creadoras del bolero, la cachu­ ra sean tales instrumentos el comple­
la jira primera de Coros y Danzas cha, el ole, el jaleo y el vito; frente LAS DOS CASTILLAS Y LEON mento corriente del atuendo del dan­
por Hispanoamérica, y muchos hemos a ellas, la espontaneidad de las bule­ Bailes a lo alto y a lo bajo, a lo zador, como suelen serlo las castañue­
visto la película Ronda española, cu­ rías y los tanguillos. A veces dentro, agudo y lo ligero, giraldillas, brincadi- las, de tipo muy diverso cuando no
yo mérito más destacado, entre tan­ a las veces, fuera de toda savia popu­ llos, charradas; jota, fandango, segui­ lleva las manos ocupadas por otro
tos otros, fué revelar a infinidad de lar, los «flamencos». La jota asoma tí­ dillas y boleros. Dulzaina y tambor. utensilio.
españoles la belleza de nuestras dan­ midamente. Reina la guitarra; pero Trajes c h a r r o s de inigualable lujo, Queda, finalmente, otra especie de
zas. Todos sabemos que no pudo ha­ la flauta de pico, de tres agujeros, sombreros abulenses. danzas en cadena, donde el eslabón
ber mejor embajada nuestra que la con el tamboril, tañe antiguas tona­ no es la espada, sino los pañuelos. Y
de alegría cordial, de belleza y de das a la Virgen en la hora del alba. EXTREMADURA el grupo de danzas representativas:
bondad llevada por las muchachas Jota y fandango, quita y pon. Dan­ de «mayorales», «del Ayuntamiento
de la Sección Femenina. Pero ignora­ MURCIA viejo», «el rajao» y las de estamentos
zas de parentesco portugués. Dulzai­
mos que esas embajadas son constan­ Maravilla de color en las faldas y nas y flautas de pico; zona de transi­ y oficios por Levante; «torneros», «la­
tes. La fría estadística nos dirá que riqueza en el atavío. Guitarra y vio­ ción. Trajes de gran vistosidad, som­ b r a d o r e s » , «labradoras», «negros»,
los viajes al extranjero han sido cin­ lín para tañer parrandas y enreás. La breros de Montehermoso. «vírgenes» y de «gitanas» o «gitani-
cuenta y seis; más que viajes, jiras, jota está presente, con las seguidillas llas», por todo el ámbito peninsular.
en cada una de las cuales se han re­ y el fandango. MADRID
corrido diversas ciudades, cosechando
clamoroso fruto de triunfos y afectos VALENCIA Bailes dieciochescos de tablado en LOS BAILES DE PURO SOLAZ
para España, para toda España. Lo es­ la ciudad. Majos y majas en el vesti­
Señorea ya la jota con estilo pecu­ do. El campo es Castilla, y lo son los Sin trajes que los vistan, sin instru­
pañol no es sólo lo flamenco, sino lo liar y aparece, junto a la guitarra, la mentos que ejecuten sus tonadas y
andaluz, lo castellano, lo catalán, lo bailes y trajes suyos.
dulzaina, que cubre gran parte de las De esta suerte, la gran variedad de sin fechas fijas para su ejecución, son
vasco, lo levantino... tierras españolas. Traje rico y muy estos bailes la expresión más desenfa­
los bailes españoles se reduce a me­
adornado. Boleros, fandangos, jácara nor número de tipos generales : los dada de la alegría. No exigen sino
EL ALBUM VIVIENTE vieja y una singular danza de mari­ individuales, los de rueda, en baile gozo íntimo, estado de ánimo dispues­
neros en Castellón. conjunto o sucesivo ; los de parejas y to a divertirse y el concurso de la
Cada grupo de danzas—y son nada de tríada y las danzas, los graves y voz, las palmadas y el de sus cuer­
menos que mil doscientos cuarenta y CATALUÑA los saltarines. Pero España es nación pos, «que piden baile». De ellos, la
tres—cultiva las suyas propias para Señorío en los trajes y en las dan­ de muy antiguas culturas y diversas jerigonza, el «baile de don Gato» y,
conservar su autenticidad. El conjun­ zas, muchas de ellas con acusado es­ tierras y hombres; los estilos de baile con pocos más, los de bebedores, co­
to de todos ellos constituye una mues­ tilo dieciochesco. Frente a la gran y danza primitivos se han acomodado lofón entre humorístico y grotesco de
tra de riqueza y variedad incompara­ ronda de la sardana, la exhibición in­ a esta diversidad. las reuniones d o n d e se juntan los
bles : el álbum vivo del baile español. dividual de l’hereu Riera o las acro­ hombres a beber ; el de la «escoba»,
La muestra de sus calidades crea un bacias joteras de «la morisca». La el de la «mampullé», con algunos de
problema muy dificultoso : el de la LAS DANZAS RITUALES
dulzaina y el sac de gemecs o gaita semejante especie.
selección, por la diversidad de carac­ de fuelle. Y la forma orquestal de la Como en Turquía y Pakistán, los En este grupo, lo más auténtico del
teres, difíciles de comparar entre sí; cobla. El baile, si diversión, es en danzadores de palos y espadas toda­ baile de Andalucía la Baja : las bule­
es la conocida dificultad de toda se­ mucho espectáculo de calidad logra­ vía visten de blanco en muchos luga­ rías, los tientos y los tanguillos, voz
lección entre distintas manifestacio­ da, más folklore que fiesta popular res, se adornan de cintas y se tocan que no necesita ser canción, sino sólo
nes de arte y sobresaliente belleza. activa. con sombreros cubiertos de flores. La ritmo y contrapunto de palmas, don­
Bien quisiera yo traer las estampas danza de espadas fué un tiempo con­ de extrañas culturas—bereber o qui­
que pude contemplar, pero no hay ARAGON siderada privativa de Vasconia; hoy zá negra o gitana—han decantado su
espacio para ellas. Una vez más, el sabemos que se encuentra en todas espíritu.
embarazo de escoger, con el riesgo La jota, brío. Seguidillas y boleros,
pasatrés y pasavillas. El traje rico, las regiones y en casi todas las pro- A rcadio DE LARREA
certísimo de equivocarme. Obligada
separación entre bailes de diversión, variado y vistoso, guardado en las
de solaz, y danzas rituales. arcas, ¿por qué? Vestidos de labrado­
res, de maños, chesos, hijaranos. Dul­
zaina, gaita de fuelle y flauta de pico,
LOS BAILES DE DIVERSION

CANARIAS
cada una de ellas en zonas bien de­
limitadas. En todas partes, la ronda­
lla : guitarra, laúd, bandurria, guita­
Caracas: una ciudad que...
rro y requinto. El bailador «encorre» ( Viene de la pág. 13.) cualesquiera técnicos como los trabajadores espa­
Comenzará nuestro álbum por las a la pareja ; ésta intenta «sentar» al de otros países. Bien sé las dificul­ ñoles se adaptan al país mucho me­
islas. En el Atlántico y, geográfica­ bailaor. La jota se trueca en baile de tades que tiene todo trasplante, jor que los de extrañas estirpes.
mente, en Africa, las Canarias. Singu­ tablado; ¡qué pena! pero fácil sería llegar a la constitu­ Por este conducto de la construc­
laridad del traje por la gracia de un ción de empresas mixtas, con natu­ ción puede llegar a Venezuela una
sombrero minúsculo y el rayado de NAVARRA raleza venezolana y con aportaciones emigración especializada de técnicos
una falda emparentada con las serra­ de capital de españoles que residen y mano de obra, encuadrados en em­
nas onubenses. Primer encuentro con Partida en dos : mitad aragonesa, en el Nuevo Mundo. Todo esto ne­ presas que los tutelen en ese difícil
la universal hispanidad de la jota, en­ mitad, en su otra, vasca; tiene Nava­ cesita el techo financiero de los Ban­ momento de hacer pie en el Nuevo
treverada aquí de figuras recogidas en rra estilo propio. Jotas, txun-txun y cos españoles, que, de una manera Continente. Con esta universaliza­
loS b a i l e s hispanoaméricanos. Tam­ baile de las manzanas. Dulzaina y o de otra, han de proliferar, cada ción financiera mucho ganará Espa­
bién asoma el dieciochesco bolero. La chistu. Trajes roncaleses y ribereños. vez más, en América, para dar sen­ ña y los españoles, y en la misma
orquesta de pulso y púa; en ella, sin­ Ya el bailarín es acróbata, y se define tido económico a la gloriosa comu­ proporción se beneficiará Venezuela
gular, el timple, que en Aragón lla­ más un nuevo modo, que comenzó nidad hispánica. de la incorporación, individual y co­
man requinto. por Aragón. Encuadrados los técnicos españoles lectiva, de estos elementos vitales,
VASCONGADAS en grupos de empresas, con finan­ que vendrán a constituir parte del
BA L E A R E S ciación propia, podrían c o n c u r r i r factor humano de la nación, que, en
Mayor riqueza en estas islas medi­ La danza tiene mucho de ceremo­ con ventaja respecto a los de otros definitiva, es el primordial aun para
terráneas, cruce de rutas y de pue­ nia; tal el aurresku. Penetró la jota países, porque, al fin y al cabo, la la economía misma.
blos. Al gracioso atuendo mallorquín como diversión. Diversión carnavales­ comunidad de lengua y la similitud J a v i e r MARTIN ARTAJO
corresponden los boleros, el copeo, el ca y magnífico espectáculo, la «mas- de espíritu hacen mucho más fácil (Fotografías de Juan Pando y Luis T.
parado y una variante de la jota. En carada suletina», acrobacia en el aire la c o n v i v e n c i a social. Bien clara Laffer, cedidas por cortesía de la revista
Ibiza, todo—vestido y danzas—pre­ —todo baile vasco es acrobacia—y prueba de esto es el que tanto los «Obras», de Madrid, editada por Agromán.)
en Inglaterra y en Francia se vatici­ ción al proceso comprendido entre

LA HI SP A N I D A D na el descenso demográfico. los años 1937 y 1954, cuyo detalle


ofrecemos en el estadillo que ilus­
tra estas columnas.
(Viene de la pág. 5.) tropolitanas y un índice de natalidad también EL AUGE ACELERADO En él puede apreciarse que en die­
que se hermanan en el ámbito pen­ mayor, 22,7, aporta al conjunto pen­ DE HISPANOAMERICA ciocho años la población de la Amé­
insular, se halla ya divulgado su fa­ insular cerca de nueve millones de rica española ha crecido un 30,76
Comencemos por recordar que el por 100 y la de la América portugue­
vorable proceso de crecimiento. habitantes. tipo peculiar de nuestras coloniza­ sa el 47,54, lo que representa un 36,20
ciones, lejos de acarrear como otras para Hispanoamérica en general.
el aislamiento y la paulatina extin­ Son ocho las Repúblicas que han
ción de la etnografía indígena, ori­ aumentado más de un 50 por 100 en
ginó y fomentó el mestizaje, con au­ tan corto plazo, y entre ellas se en­
mento y mejora de los núcleos loca­ cuentra México, que es la de mayor
les, en cada territorio conquistado. población.
Así, los 15 millones en que se Este pronunciado ascenso tiene la
calculaba la población de Hispano­ ventaja de que cada año está menos
américa en la época de la indepen­ influido por la inmigración y en más
dencia de nuestras colonias no su­ proporción por el movimiento natu­
ponían merma de la existente en ral demográfico, es decir, por el ex­
tiempos del descubrimiento, como ceso de los nacimientos sobre las de­
han demostrado los estadísticos y funciones.
biólogos de aquellas Repúblicas. El descenso de la mortalidad si­
Estos 15 millones de 1825, en 1954 gue el mismo ritmo favorable que en
se habían elevado a los 106 en las Europa : igual proporción mínima de
antiguas colonias españolas y a 57 en siete defunciones por cada 1.000 ha­
el Brasil, es decir, a 163, lo que su­ bitantes se registra en los Países Ba­
pone una multiplicación por 11 en jos y en la Argentina.
siglo y cuarto, incremento que por En Hispanoamérica se registran los
sí solo fundamenta las más halagüe­ índices de natalidad más altos del
ñas esperanzas. mundo : en Guatemala llegan a 51
En cuanto a las posibilidades para los nacimientos anuales por cada
el futuro, pueden servir de base dos 1.000 habitantes, mientras que en
ejemplos : la Argentina ha crecido Europa oscilan entre 28 y 24 por
en el tiempo indicado hasta el 2.500 1.000 y en los Estados Unidos es
por 100, y, sin embargo, es un terri­ de 24.
torio como cinco veces y media la En igual período (1937-1954), las
Península Ibérica y aun tiene sola­ islas Filipinas han incrementado su
mente la mitad de población que población en un 31,25 por 100 y al­
ésta. El Uruguay tiene hoy nada me­ canzan la cifra de 21.440.000 habi­
nos que 3.000 habitantes por cada tantes.
100 en 1825, y, no obstante, con un Esta información podrá completar­
territorio que es tanto como la cuar­ se con la curva logística de la po­
ta parte de España, sólo tiene toda­ blación hispánica, como contaremos
vía menos habitantes que Galicia. con tantos otros estudios numéricos
necesarios para los problemas de m i­
¿PUEDE MEDIRSE gración y de intercambio comercial
España ha duplicado su población Antes de finalizar el siglo, España LA ESPERANZA? y cultural cuando en nuestras Em­
en un siglo y actualmente añade más será una potencia de 40 millones de bajadas y Legaciones exista al me­
de un millón de nuevos habitantes almas, y la Península Hispánica su­ Mas las previsiones para el futuro nos un agregado estadístico, cada día
cada cinco años a los 30 que, en ci­ mará 54 millones y ocupará un p ri­ basadas en un largo ciclo anterior más necesario.
fras redondas, tiene, con una densi­ que comienza en una época forma­ Lo esencial es que no se trata de
dad de 57,79, que nada tiene de alar­ mer puesto entre los grandes núcleos tiva no pueden tener la deseada pre­
europeos que hoy cuentan : 50 In ­ posibilidades en potencia, sino de un
mante, y una natalidad de 20,44 na­ cisión. Para obtener relativa seguri­ proceso en marcha por el que la to­
cimientos por cada 1.000 habitantes, glaterra, 49 Alemania, 48 Italia y 42 dad es conveniente considerar un talidad de las gentes hispánicas son
relativamente elevada en Europa. Francia, teniendo en cuenta que el período cercano y rigurosamente con­ boy un 36,84 por 100 más que al co­
Portugal, más poblada, con 94,74 descenso de la natalidad contiene el trolado por la estadística. Por ello menzar nuestra guerra de Liberación
habitantes por kilómetro cuadrado crecimiento en estas naciones y que hemos circunscrito nuestra informa­ y suman 246 millones.
Finalmente, un cálculo resumen de
los anteriores permite predecir que,
T e r r ito r io y p o b la c ió n de la p H is p a n id a d antes de finalizar la actual centuria,
la Hispanidad tendrá un caudal hu­
mano, a p r o x i ma d a me n t e , como el
Superficie Miles
Crecimiento el que hoy tiene Europa, con la di­
Miles
PUEBLOS de habitantes de habitantes Densidad ferencia de que la demografía del
Tanto
,Km 2 • en 1937 en 1954 por ciento Antiguo Continente envejece por la
creciente desproporción entre la po­
blación activa y la inactiva que el
España. . . . . . . . .................... 505.545 23.564 29.207 23,94 57,79 descenso de la natalidad origina, y,
Portugal.......................•................................ 92.161 7.416 8.693 11,82 94,34 en cambio, los pueblos hispánicos,
América española........................................ 11.558.885 80.933 105.829 30,76 9,15 principalmente los de América, brin­
América portuguesa..................... ..... . . 8.513.844 38.687 57.098 47,5 6,70 dan contingentes étnicos equilibra­
Filipinas......................................................... 299.404 15.445 21.440 38,81 71,60 dos, que, junto con los restantes pue­
Territorios portugueses de Asia. . . . 22.989 1.390 1.809 — 5,82 56,94 blos del mundo colombino, serán
Territorios portugueses de Africa. . . 2.058.947 8.954 10.972 22,5 5,54 la gran reserva, en la paz y en la
Territorios españoles de Africa. . . . 328.649 371 1.437 287,33 4,37 guerra, para la defensa de la civili­
zación occidental.
Total.............................. 23.580.194 179.760 235.985 36,84 10,00
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lenguaje castellano terso y vigoroso, las introducciones y las SUMA CONTRA LOS GENTILES, de Santo Tomás de Aquino.
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señor Gaetano Cicognani, Nuncio de Su Santidad en España,
su naturaleza. La creación y las criaturas. (BAC 94.) Tomo II.
avaloran esta edición, cuya fama traspasó inmediatamente las Libros III y IV : Dios, fin último y gobernador supremo. Miste­
fronteras. rios divinos y postrimerías. (BAC 102.) Traducción, introduccio­
nes y notas por los PP. Jesús M. Pla, Jesús Azagra, Mateo
VIDA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, por el P. A ndrés Febrer, José M. Garganta y José M. Martínez, O. P.
F ernández T ruyols, S. J. (BAC 32.) Esta obra de Santo Tomás, la más lograda literariamente,
La geografía, la historia, la lengua y la psicología israeli­ interesa tanto al intelectual actual como al del siglo XIII.
ta, que no guardan secretos para el P. Fernández Truyols, Fe y razón, existencia y naturaleza de Dios, relaciones de
después de veinte años de ininterrumpida estancia en Pales­ Dios con el mundo, etc., son estudiadas y expuestas en ella
tina, impregnan sus comentarios bíblicos de una seguridad y con la claridad y el método admirable de Santo Tomás.
una claridad magistrales. TEOLOGIA DE LA PERFECCION CRISTIANA, por el P. Royo
JESUCRISTO SALVADOR.—La persona, la doctrina y la obra del Marín, O. P. (BAC 114.)
Redentor, por el D r . T omás Castrillo A guado. (BAC 162.) TEOLOGIA DE LA SALVACION, por el P. Royo Marín, O. P.
Es una exposición de la ciencia del cristianismo. Estudia
el dogma central de la Redención en la persona de Jesucristo. (BAC 147.)
Y en la Redención y en Jesucristo, la luz y la salvación del En estas obras, que constituyen la mejor lectura espiritual,
hombre. encontrará: En la primera: orientaciones precisas para avan­
zar en el camino de la perfección, una amplia visión de todo
TEATRO TEOLOGICO ESPAÑOL.— Selección, introducciones y el vasto panorama de la vida sobrenatural, desde sus co­
notas de N icolás González R uiz . Tomo I: Autos Sacramentales. mienzos hasta las cumbres más altas de la unión con Dios. Y
(BAC 17.) Tomo II: Comedias teológicas, bíblicas y de vidas de en la segunda un estudio maestro de los mayores problemas
santos. (BAC 18.) del alma: la posibilidad de la salvación eterna; sus medios;
El teatro religioso qs un timbre de gloria de la literatura la cuestión del número de los que se salvan; los problemas
española y esta selección constituye, en poco espacio, un te­ de la muerte, del juicio, de la naturaleza de las penas del
soro inestimable. infierno y del purgatorio, y en la parte más esperanzadora,
la esencia de la fruición beatífica en la gloria, tanto del al­
EL SACRIFICIO DE LA MISA.—Tratado histérico-litúrgico, por ma como del cuerpo.
el P. Jungmann, S. J. (BAC 68.)
Durante muchos años habrá de considerarse esta obra co­ LOS EVANGELIOS APOCRIFOS.—Edición bilingüe. Colección de
mo definitiva y, en todo caso, será el punto inexcusable de textos, versión crítica, estudios introductorios, comentarios e ilus­
partida para las ulteriores investigaciones histérico-litúrgi­ traciones por Aurelio de Santos. (BAC 148.)
cas sobre el Santo Sacrificio de la Misa, acto central y esen­ Que los padres de la Virgen se llamaban Joaquín y Ana;
cial del culto cristiano. A pesar del rigor científico, la lectura que Jesús nació en una cueva, entre el buey y el asno; que
resulta no sólo interesante, sino curiosa y verdaderamente los Magos eran tres reyes llamados Melchor, Gaspar y Bal­
seductora. tasar, y tantas otras tradiciones del pueblo cristiano, no tie­
nen otro fundamento histórico que el de las narraciones apó­
EL CUERPO MISTICO DE CRISTO, por el P. E milio S au­ crifas. Todo este rico venero de tradiciones lo encontrará en
ras , O. P. (BAC 85.) Los Evangelios Apócrifos.
El tema de esta obra maestra no puede ser ni más funda­
mental ni de mayor actualidad: la solidaridad entre el hom­ ANTOLOGIA GENERAL DE MENENDEZ PELAYO.—Recopila­
bre y Dios. ción orgánica de su doctrina. Elaborada por José María Sánchez
de Muniáin. Tomo I: Biografía y autorretrato. Juicios doctrina­
OBRAS COMPLETAS DE SAN IGNACIO DE LOYOLA.—Edición les. Juicios de Historia de la Filosofía. Historia general y cul­
crítica. Transcripción, introducciones y notas de los PP. C. de tural de España. Historia religiosa de España. (BAC 155.) To­
D almases e I. I parraguirre, S. J. (BAC 86.) mo II: Historia de las ideas estéticas. Historia de la literatura
El santo de Loyola es para muchos católicos un gran des­ española. Notas de Historia de la literatura universal. Selección
conocido. Su figura, tallada a cincel, ha sido desdibujada, de poesías. Indices. (BAC 156.)
cuando no falseada abiertamente. Conozca la verdad de San No sólo todo lo esencial, sino casi todo lo importante de
Ignacio y de su obra. Menéndez Pelayo está contenido en estos dos volúmenes, que
LA EVOLUCION MISTICA, por el P. M tro. F r . J uan G. A r in - presentan ordenado y articulado por materias lo que en la
tero . (BAC 91.) inmensa obra del gran polígrafo está disperso y resulta prác­
ticamente inasequible aun a sus lectores más asiduos y fieles.
CUESTIONES MISTICAS, por el P. M tro. F r . J uan G. A rintero .
(BAC 154.) SEÑORA NUESTRA.—El misterio del hombre a la luz del misterio
Sería un problema y un atrevimiento el discernir cuál de de María, por José María Cabodevilla. (BAC 161.)
las dos obras es mejor; si una presenta ante los ojos asom­ A través de un lenguaje plenamente actual y con observa-
brados del alma grandes panoramas, horizontes sin límites, ciones que sólo son asequibles ai hombre de nuestros días,
etapas sombrías o luminosas en el camino a recorrer para la podemos ver nuestra propia vida, la interna y la social, trans-
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