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PRINCIPIO DE ARQUÍMEDES

Los cuerpos sólidos sumergidos en un líquido experimentan un empuje hacia arriba.


Este fenómeno, que es el fundamento de la flotación de los barcos, era conocido
desde la más remota antigüedad, pero fue el griego Arquímedes (287-212 a. de C.)
quien indicó cuál es la magnitud de dicho empuje. De acuerdo con el principio que
lleva su nombre, todo cuerpo sumergido total o parcialmente en un líquido
experimenta un empuje vertical y hacia arriba igual al peso del volumen de
líquido desalojado.

La explicación del principio de Arquímedes consta de dos partes, como se indica en


las figuras:

1. El estudio de las fuerzas sobre una porción de fluido en equilibrio con el resto
del fluido.
2. La sustitución de dicha porción de fluido por un cuerpo sólido de la misma
forma y dimensiones.

Aunque Arquímedes se valió de la experimentación para llegar a esta conclusión, este


principio puede ser obtenido como consecuencia de la ecuación fundamental de la
hidrostática. Si consideramos un cilindro sumergido en un depósito de agua, la fuerza
de empuje que sufrirá es la resultante de las dos fuerzas que ejerce el líquido sobre
las caras superior e inferior del cuerpo sumergido: E = F2 – F1.
F1 es la fuerza ejercida por el fluido sobre la cara superior del cuerpo y está dirigida
hacia abajo. La fuerza F2 es la ejercida por el fluido sobre la cara inferior del cuerpo y
está dirigida hacia arriba. Utilizando la definición de presión (p = F/S), obtenemos
E = p2·S – p1·S.
Utilizando el principio fundamental de la hidrostática (p = d·g·h) obtenemos
E = h2·dL·g·S – h1·dL·g·S = (h2-h1)·S·dL·g
Como (h2 – h1)·S es el volumen sumergido del cuerpo, que coincide con el volumen de
líquido desplazado, se obtiene la ecuación:
E = V·dL·g = mL·g

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Equilibrio de los cuerpos sumergidos
De acuerdo con el principio de Arquímedes, para que un cuerpo sumergido en un
líquido esté en equilibrio, la fuerza de empuje E y el peso P han de ser iguales. En tal
caso, la fuerza resultante R es cero y también lo es el momento M, con lo cual se dan
las dos condiciones de equilibrio.

Equilibrio de los cuerpos flotantes


Si un cuerpo sumergido sale a flote es porque el empuje predomina sobre el peso
(E>P). En este caso, existe un equilibrio entre peso y empuje, siendo en este caso el
empuje el peso del volumen de fluido desplazado por la parte sumergida del cuerpo.

A continuación, se ilustra el Principio de Arquímedes en el caso de un bloque de


aluminio y uno de madera.
(1) El peso aparente de un bloque de aluminio sumergido en agua se ve reducido en
una cantidad igual al peso del agua desplazada.
(2) Si un bloque de madera está completamente sumergido en agua, el empuje es
mayor que el peso de la madera (esto se debe a que la madera es menos densa que
el agua, por lo que el peso de la madera es menor que el peso del mismo volumen de
agua). Por tanto, el bloque asciende y emerge del agua parcialmente —desplazando
así menos agua— hasta que el empuje iguala exactamente el peso del bloque.

Uno de los primeros descubrimientos científicos de Arquímedes tenía relación


con la hidrostática. El rey Hierón II le había encomendado a Arquímedes la
tarea de determinar si una corona fabricada para él estaba hecha toda de oro o
si, por el contrario, contenía algún metal más barato (y menos denso) como la
plata. El problema consistía en determinar la densidad de un objeto irregular

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como es la corona sin destruirlo. Cuenta la historia que Arquímedes encontró la
solución mientras se bañaba e inmediatamente echó a correr por las calles de
Siracusa gritando “¡Eureka!” ( que significa “lo encontré”)

Arquímedes llegó a la conclusión de que si se sumerge en un recipiente lleno


de agua un objeto, desplazaría un volumen de agua igual a su propio volumen.
Dedujo también que si la corona fuese sólo de oro, su peso sería distinto que si
hubiese sido, por ejemplo, de oro y plata, porque la plata es menos densa que
el oro. Por el contrario, a igualdad de peso, una corona de oro tendría un
volumen menor que una corona de oro y plata. Introdujo un trozo de oro puro
en un recipiente de agua y midió el agua desplazada. Pesó el oro fuera del
agua y dividió el peso obtenido por el peso de agua desalojada, obteniendo así
el peso específico del oro puro. Repitió este procedimiento con la corona y
encontró que ésta tenía un peso específico inferior al del oro puro,
demostrando que la corona estaba hecha de una mezcla de metales.

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