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por la paz y, si realmente son necesarios. hay que tener el valor de realizarlos. Bangladesh sobre e! d isfrute de las aguas del Ganges, que perduraban desde
Por último, es nuestro deber, ind ividual y colectivo. intentar a1canzar la paz y hada décadas. En el sur de Bangladesh existe una amplia región en proceso de
mantenC':rla. desenización debido a la grave escasez de agua. La sequfá perjudicaba seria
Cuando volví del exilio en 198 1, sds años después de la muerte de mi meme a la agricultura, al med ioambienre y a la calidad de vida de los habitan
padre, lo hice:: con el firme propósito de acabar co n el ciclo de violencia y tes en la zona. Ante este problema, decidí embarcarme en una iniciativa per
violación de los derechos h umanos en mí país. El primer imperativo era aca sonal y viajé a Nueva Delhi para reunirme con el primer mi nistro de la India.
bar con el gobierno militar y antidemocrático. Fui la primera en levantar la Gracias a esta estrategia, conseguimos alcanzar un acuerdo para los próximos
voz contra el sistema. Algunos partidos minoritarios se un ieron a la Liga Awami treinta años mediante el que pusimos fin a la prolongada disputa. La expe
en su afán de movilizar a la opinión pública. Finalmente, en 1990, el gobier riencia nos enseñó una nueva lección y ahora sabemos que si nuestros propó
no acabó renunciando al poder. H abfamos llevado a cabo una campafia para sitos son sinceros, no hay nada irremediable y nada puede interponerse en el
garantizar la democracia, el respeto por los derechos humanos y la paz tanto camino de la paz.
dentro del pals como fue ra de nuestras fronteras en los países v~cinos. Du ran Otro ejemplo es la resolución de! problema de C hittagong. La regió n
te ese tiem po, se me obligó a cumpli r arresto do miciliario en varias ocasiones montañosa de Chittagong. en el sudeste del país, donde habitan la mayoría
e incluso en una de ellas acabé en p risión. Sufrí varios intentos de asesinato. de los clanes tribales, sufría desde hada décadas la lacra de frecuentes distur
En 1986 y 1996, fui objetivo de dos atentados con bomba durante la celebra bios. actos de violencia y altercados. Según algunas fuentes, estas contiendas
ción de actos públ icos. En 1989, m i residencia fue atacada con granadas. En se habfan cobrado al menos 20.000 vfctimas mortales y habían producido el
1988, incendiaron mi furgón mientras d irigía una manifestación pacífica en desarraigo de miles de personas que tuvieron que huir como refugiados hasta
• la ciudad po rtuaria de Chinagong. En 1996, mi coche fue objetivo de dos el otro lado de la fromera con la Ind ia. Se trataba de un problema de gran
ataques, uno frente al Club de la Prensa y otro juntO al Secretariado en Dhaka. complejidad pero que, como ya indiqué en una ocasión, se redud a a .-una
En 1996, me libré de una bala dirigida a mí, que tuvo la mala fo n una de cuestión básica: el derecho de los indígenas y de las minadas étnicas, religio
acabar con la vida de un joven. Ya me había librado de ouo disparo en no sas, culturales y sociales, a preservar su identidad, su cultura, sus tradiciones,
viembre de 1987 y esta vez hizo blanco en un activista contra el gobierno sus valores y a d irigi r sus vidas libremente en la tierra que les ha visto crecer
am oritario. que también perd ió la vida. Soy plenamente consciente de que desde tiempo in memorial". Desp ués de form ar gobierno, constituimos un
mi vida sigue estando en peligro, incluso en la actualidad. Comité Nacional compuesto por parlamentarios de los partidos mayorita
La otra m isión q ue tenía pendiente era la de devolver al pueblo el derecho rios, incluida la oposición, para poder establecer conversaciones con los re
a votar en (¡bertad , ya que las elecciones se habían convertido en una autémi presentantes de los distintos c1ane! tribales. El 2 de diciembre de 1997, las
ca farsa. Los que ya ostentaban el poder se las arreglaban para ganar las elec negociaciones concluyeron con la firma de un acuerdo de paz. mediante el
ciones u na y oua veZ. bien porque amañaban e! proceso electoral o bien por que las dos partes quedaban comprometidas. Desde esa fecha no se ha vuelto
que se ma nipu: aban los res ultad·os d e la votación e n los medi os de ·a producir ningún signo de violencia en las montañas de Chirtagong. Los
comunicación. La Liga Awami hizo una p ropuesta de enmienda de la Consti aproximadamente 63.000 refugiados del otro lado de la frontera pudieron
rución con el fin de establecer un gobierno provisional con carácter neutral regresar a sus hogares. La paz en C hittagong se había hecho realidad y aún se
que dirigiera e! país durante los tres meses previos a la cita con las urnas. En mantiene sin necesidad de ningún tipo de ayuda, mediación o intervención
medio de una tremenda agitación, e! gobierno no tuvO más remed io que apro exterior. No conozco ningún a rra conflicto en el mundo que se caracterice
bar nuestra enmiend a. La Liga Awami fue la gran vencedo ra de las elecciones por estar tan plagado de enfrentamientos étnicos como en esta zona, q ue se
llevadas a cabo según e! nuevo sistema. Si la democracia se considera un re haya podido solucionar con un proceso de estas caracterlsticas.
quisito previo para garantizar la paz, nosotros estamos convencidos d e haber ¿Cómo fue posible que nosotros consiguiésemos resolver el problema cuan
realizado una peq ueña contribución a esta causa. do nunca antes se había logrado? Pues porque los gobiernos an terio res siem
Puesto que acruábamos en nombre de la paz, JUSto después de formar pre habían imentado acabar con los grupos de indrgenas med ianre el empleo
gobierno. adoptamos medidas para solucionar los conflictos entre la India y del poder mil itar. En algunos casos intentaron mermar la población indígena
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mediante el asentamiento de colonos procedentes de otras partes del pals. En mentas antes. Pero ahora me so nreían [Odas juncos y la huella de la incerti
a nos, hubo cien os intentos de negociación con los clanes, pero no fue posi dumbre se fue despejando de sus expresiones y sus ojos comenzaron a brillar
ble ak anzar un acuerdo. Es evidente q ue ninguno de estos métodos era el con ilusión.
apropiado para resolver este problema, de evidente naturaleza política. Cuan Fue un día inolvidable, el comienzo de una vida en paz para los clanes
do mi partido y yo aún ejerdamos.la oposición, fuimos los primeros en recla indígenas en su propia tierra y en sus propios hogares, que el gobierno ayuda
mar una solución política. Para resolver un problema primero hay que anali rá a reconstruir. Sus hijos tendrán ahora la posibilidad de ir a la escuela y los
zarlo desde la perspectiva correcta. Una vez que nuestro gobierno fue instituido, hombres y mujeres adultos pod rán trabajar. Fue también un día inolvidable
comenzamos una campaña para sembrar la confianza entre los representam es para todo Bangladesh. por el orgullo de haber participado en la resolución
de los clanes tribales. Les invitamos a que vinieran a Dhata para iniciar las padfi ca de un confli cto que ex.istía desde tiempo inmemoria1.
negociaciones y aceptaron . Las dos pan es realizamos una serie de concesiones
relativas a1 nuevo pacto por la paz. En todo momento se respetaron ambas
pOSturas. As!, por ejemplo, el gobierno reco noció fo rmalmente que C hittagong
es el lugar de origen de los clanes tribales y esta afirm ación fue expresamente
incluida en el primer párrafo del acuerdo. Somos de la opinión de que sem
brar confianza es el primer paso para resolver cualq uier problema. lo que
también es aplicable para este caso. Estamos convencidos de que al dar este
paso, conseguimos nuestra más imporrame victo ria.
Dos meses después del acuerdo de paz, visité Khagrachari, una remota
ciudad en Chittagong. AlU me esperaban los que hasta entonces hablan sido
los insurgentes, para celebrar el fin del conflicto. Se podía percibir un júbilo
sin precedené'es en el ambiente. Durante la celebración, un grupo de insur
gentes -hizo entrega de sus armas. Su líder me entregó sus armas y yo le tendí
un ramo de rosas blancas.
En el transcurso de la celebración, se me vino una idea a la mente. Pensé
que no tenia sentido seguir guardando las distancias con quienes acababan de
entregar sus armas respondiendo a mi llamamiento. de modo que me abrí
paso enue los miembros del cuerpo de seguridad y comencé a caminar hacia
ellos. Este gestO pilló a todo el mundo por sorpresa. Los rostros de aquellos
hombres, muchos de ellos con aspecto de adolescentes, reflejaban una vida
dura y difíc il fuera de sus hogares y marcada de incertidumbres sobre su furu
ro. Volvieron a dirigir sus miradas a las armas que acababan de entregar y de
nuevo a1 espacio que les separaba de ellas. Aquellas armas habían sido sus más •
cercanas compañeras y, en ocasiones, las únicas, durante las largas horas de
vigilia enue la maleza y la selva, en ·un terreno inhóspito. En aquellos instan
res pude leer claramente sus pensamientos. Lo que necesitaban era que a1
guien les ofreciera garantías y les inspi rara ánim os. Seguí avanzando hacia
d ios y pude percibir sus miradas de incredulidad. C uando ya estaba muy
cerca, comencé a hablarles y, por un instante. volví la vista a las armas que
acaban de depositar. Algunos de ellos habían llorado de emoción unos mo
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