Está en la página 1de 6

El Fracking en Colombia

Por: Ehider Guarin, Jesus García

Sin lugar a dudas, la globalización ha sido una tendencia que se ha mantenido

durante los últimos años, tendencia que se caracteriza por la creciente comunicación e

interdependencia entre los distintos países del mundo y que va directamente

relacionada con la economía, razón por la cual hay una permanente competencia

internacional por la supremacía económica. Siendo Colombia un país tercermundista,

puede considerarse como una nación cuya estabilidad económica depende, en gran

medida, del mercado mundial. En ese sentido, y teniendo en cuenta que Colombia

fundamenta gran parte de su economía en la extracción y exportación de petróleo,

podemos inferir que el fracturamiento hidráulico o “fracking” puede ser visto como una

solución a la escasez de dicho combustible y a los problemas socioeconómicos que esto

trae consigo.” El desarrollo de estos yacimientos le permitiría a Colombia aumentar sus

niveles de producción y reservas de hidrocarburos y le aseguraría una mayor

autosuficiencia energética” (ANH, 2014, p.13), sin embargo, no podemos desconocer

que el fracking genera un gran impacto ambiental que a la final puede traer más

problemas que soluciones. Es decir, la extracción de petróleo a través del fracking trae

consigo efectos negativos para el medio ambiente.


En primer lugar, las grietas generadas por el fracturamiento hidráulico (fracking)

recorren el subsuelo de manera impredecible, esto se debe a que el subsuelo, además de

ser una sección geológica cuyo acceso visual permanente o recurrente es impensable,

también es una sección de la corteza terrestre que se caracteriza por múltiples fallas o

discontinuidades que son producto de la fractura de grandes bloques de roca. Lo cual se

ve reflejado en “tuberías” subterráneas cuyo recorrido no puede ser intervenido o trazado

y que pueden llegar a conectarse con las reservas hídricas del planeta. Ecocitas (2016)

afirma que “durante el proceso de fractura hidráulica, una importante cantidad de gas

metano y otros productos químicos tóxicos se filtran desde el pozo y contaminan las

inmediaciones de las aguas subterráneas, que suelen ser la fuente hídrica para el

consumo” (párr. 3), de manera que podemos deducir que la contaminación de los

recursos hídricos a causa del fracking suele ser inminente debido a que siempre se logra

filtrar parte del agua utilizada durante la fracturación de la roca. Por otro lado, los sismos

posteriores al fracturamiento de la roca evidencian que la inyección de fluidos a altas

presiones suele ser causal de movimientos en las fallas geológicas (Bacchetta, 2013).

Dicha afirmación está respaldada por el simple hecho de que al añadirle presión a un

medio con propiedades físicas constantes estaríamos afectando su equilibrio

característico, lo cual, en este caso particular, desemboca generalmente en la deformación

del subsuelo y en movimientos masivos de roca que conducen el agua contaminada hacia

los pozos de aguas subterráneas o hacia fuentes hídricas más superficiales como ríos,

lagos, cuencas o Ciénegas. En definitiva, la impredictibilidad del recorrido de las fisuras

subterráneas generadas por el fracturamiento de la roca debe ser objeto de preocupación


por parte de las agencias encargadas de la extracción de petróleo a través de métodos no

convencionales como el fracking.

En segundo lugar, las medidas de seguridad ambiental asociadas a la contención del

agua contaminada inyectada para el fracturamiento de la roca, no son garantes infalibles

para la protección del medio ambiente. Es de conocimiento público que la mayoría de los

estudios asociados al fracking se basan en las condiciones del subsuelo estadounidense,

teniendo en cuenta que incluso allá los muros para la contención del agua contaminada

tienden a fallar o a deteriorarse, podemos deducir que, en el caso particular de Colombia,

cuya geología es poco estudiada, indudablemente el fracking siempre será el causante de

un desastre ambiental, ya sea a corto, mediano o largo plazo. Lemos, M. Pedraza, M

(2015) afirman que “los fluidos de retorno, además de contener sustancias químicas que

fueron inyectadas para estimular la fracturación, hacen contacto con elementos químicos

que se encuentran en la roca madre, de ahí los riesgos que de estos se derivan” (p.10), es

decir, los fluidos de retorno son los causantes de los problemas ambientales asociados a

la fracturación, puesto que son fáciles de filtrarse y además poseen altos índices de

contaminación. Además, los problemas de integridad sobre el casing (Capa que recubre

los bordes del pozo) se convierten en un gran escape de gas metano y fluidos inyectados

hacia los pozos de agua subterránea. Charry-Ocampo & Pérez (2018). La capa protectora

que recubre el pozo no es una garantía a la hora de proteger el medio ambiente de los

gases y fluidos generados por el fracking. Por ende, las medidas de seguridad empleadas

en la práctica del fracking al no ser contundentemente efectivas a la hora de proteger el

medio ambiente, se convierten en objeto de análisis en la implementación de este método.


En tercer lugar, la liberación de gases de efecto invernadero en grandes cantidades es

inminente durante el fracturamiento de la roca. Los gases de efecto invernadero son

necesarios para mantener el planeta en una temperatura estable, pero el exceso de estos

perjudica en gran medida al medio ambiente. Según las universidades de Wyoming,

Pensilvania y el instituto de Manhattan, las emisiones de gases de efecto invernadero,

afectan la calidad del aire. Aguirre, C.L.V. (2013). El fracking expulsa diferentes gases

de efecto invernadero, causando una gran contaminación que termina afectando la calidad

del aire, según Bravo, V. (2013). “El gas no convencional, por las condiciones en las que

se encuentra, suele estar formado casi en su totalidad por metano. Cualquier escape del

mismo durante la perforación, fracturación, y producción, es mucho más nocivo que los

gases que se generan posteriormente durante su combustión” (p. 12). El principal gas

encontrado en la práctica del fracking es el metano, gas que termina generando más

problemas ambientales que los gases que se generan durante su combustión. Por lo tanto,

el exceso de la extracción a través del fracking conlleva a un exceso de gas metano y por

ende un daño ambiental que podría ser irreversible. 

En conclusión, el fracturamiento hidráulico (Fracking) es una práctica negativa para el

medio ambiente y no debería considerarse como una buena alternativa debido al costo

ambiental que conlleva su práctica. Además, las normas sobre su implementación están

basadas en estudios hechos en Estados Unidos, haciendo que su implementación en un

país como Colombia el cual la geología es diferente y poco estudiada sea un completo

error.
Referencias bibliográficas

Agencia Nacional de Hidrocarburos (2014). “ABC de los yacimientos no convencionales”.

Recuperado de http://issuu.com/anhcolombia/docs/ abcnoconvencionalesbaja.

Aguirre, C. L. V. El Fracking: impactos ambientales y socioeconómicos. Instituto Universitario

de Ciencias Ambientales de la Universidad Complutense de Madrid Madrid.

Bacchetta, V. L. (2013). “Geopolítica del fracking: Impactos y riesgos ambientales”.

Recuperado de https://nuso.org/articulo/geopolitica-del-fracking-impactos-y-riesgos

ambientales/

Bravo, V. (2013). Una opinión sobre el Fracking. Documento de Trabajo.

Charry-Ocampo, S. A., & Pérez, A. J. (2017). “Efectos de la estimulación hidráulica(fracking)

en el recurso hídrico: Implicaciones en el contexto colombiano”. Recuperado de

https://doi.org/10.18359/rcin.2549

Ecoticias (2016). “Fracking: 8 gravísimos efectos secundarios”. Recuperado de

https://www.ecoticias.com/sostenibilidad/126180/Fracking-8-gravisimos-efectos-

secundarios
Lemos, M. Pedraza, M (2015). “La autorización del fracking en Colombia, ¿una decisión

apresurada?”. Recuperado de https://www.mendeley.com/catalogue/eed4a356-

624b-39ae-8860-16d2166363ae/

También podría gustarte