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Fundación Universitaria Tecnológico Comfenalco

Ana Karina Carrascal Altamiranda

Jorge Hernández

Facultad de ciencias administrativas económicas y contables

Cartagena de indias, Bolívar

Octubre 2021
TABLA DE CONTENIDO

Introducción 3

Problema de investigación 4

Planteamiento del problema 4

Formulación del problema 5

Justificación 6

Objetivos de la investigación 7

Objetivos generales 7

Objetivos específicos 8

Marco teórico 9

Diseño metodológico 20

Tipo de investigación

Resultados de la investigación 24

Conclusiones 24

Biografía 25
1. INTRODUCCION

El propósito principal de este trabajo es exponer las consecuencias del atentado terrorista en
New York de las torres gemelas que sucedió el día 11 de septiembre de 2001; ese día pasó de
ser un momento bello y despejado a uno de los más lúgubres en la historia de estados unidos,
para comprender mejor el tema es necesario explicar los daños físicos y psicológicos que este
acontecimiento ocasionó.
2. PROBLEMA DE INVESTIGACION

2.1 Planteamiento del problema:


Las personas que experimentaron directamente los ataques terroristas a las torres gemelas
continúan desarrollando un conjunto de problemas psicológicos tales como la depresión, los
trastornos de ansiedad y las conductas autodestructivas, incluyendo el alcoholismo y la
drogadicción. La terrible tasa de mortalidad debida al desplome de estos edificios de más de
100 pisos ha provocado un proceso de duelo dominado complicado o traumático para
aquellas personas que experimentaron un duelo de este tipo, la muerte de sus seres queridos
fue como una sacudida que produjo una especie de reacción traumática.
3. FORMULACION DEL PROBLEMA

3.1 ¿Cuáles fueron las consecuencias del atentado terrorista en New York?

4. JUSTIFICACION
Las torres se derrumbaron porque fueron objeto de un ataque terrorista, dentro y cerca
de las torres, 2.753 personas murieron, incluyendo a 157 pasajeros y tripulación a
bordo de los aviones, lo cual las consecuencias negativas se sintieron a escala
mundial, y en diversos ámbitos, tales como social, cultural y económico, también
causó grandes daños en el resto de los complejos de los edificios cercanos.
Esto significa que el número de personas cuyas muertes parecen haber sido causadas
por enfermedades relacionadas con los ataques del 11 de septiembre, siguen llegando
solicitudes, con unos 900 nuevos casos presentados cada mes en 2021.
5. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACION

Objetivo general:
 Dar a conocer las consecuencias del atentado terrorista.
Objetivos específicos:
 Manifestar los daños físicos que ocasionó esta tragedia.
 Manifestar los daños psicológicos.
7. MARCO REFERENCIAL (TEORICO, CONCEPTUAL, Y LEGAL)

El objetivo de esta investigación es manifestar los daños provocados por la caída de las torres
gemelas, ya que muchas personas fueron afectadas tanto física, y psicológicamente, estos
individuos continúan desarrollando un conjunto de problemas como la ansiedad, el
alcoholismo y la drogadicción.
7.1 MARCO TEORICO:

Como estaban construidas las torres:

Las Torres Gemelas tenían un diseño que era estándar en la década de los 60, cuando
comenzaron a ser construidas, cada edificio tenía en el centro un núcleo vertical de acero y
hormigón, que albergaba los ascensores y las escaleras y cada piso se formaba con una serie
de vigas de acero (horizontales) que partían desde ese núcleo y se conectaban con columnas
de acero (verticales) para formar las paredes exteriores del edificio.
El entramado de vigas distribuía el peso de cada piso hacia las columnas, mientras que cada
piso, a su vez, servía como un soporte lateral que evitaba que las columnas se torcieran, lo
que en ingeniería civil se conoce como pandeo.

Las 2 causas científicas por las que se cayeron las Torres Gemelas tras el impacto de los
aviones el 11 de septiembre de 2001:

El 11 de septiembre de 2001 dos aviones Boeing 767 embistieron las Torres Gemelas, que
con sus 110 pisos eran los edificios más altos de Nueva York. El primer avión chocó contra la
torre norte a las 8:45 de la mañana. El edificio ardió durante 102 minutos y luego, a las 10:28
a.m. se derrumbó en solo 11 segundos.
Dieciocho minutos después del primer choque, a las 9:03 a.m., el segundo avión impactó la
torre sur. El rascacielos resistió en llamas durante 56 minutos, tras lo cual, a las 9:59 a.m.,
colapsó en 9 segundos.
"Luego del increíble sonido del edificio colapsando, en pocos segundos todo se volvió más
oscuro que la noche, sin sonido, y no podía respirar", recuerda Bruno Dellinger, un
sobreviviente que trabajaba en el piso 47 de la torre norte.
"Estaba convencido de que estaba muerto, porque el cerebro no alcanza a procesar algo como
esto, dice Dellinger en su testimonio compartido por el Museo y Monumento Conmemorativo
del 11 de septiembre en Nueva York.
MARCO CONCEPTUAL

Bombas voladoras:

Los datos oficiales estiman que cada avión cargaba cerca de 10.000 galones de combustible
(más de 37.850 litros).
"Eran bombas voladoras", dice Kausel.
Gran parte de ese combustible se quemó durante la bola de fuego que se formó en el
momento del impacto, pero también hubo mucho combustible que se derramó a los pisos
inferiores de las torres. Eso hizo que el fuego se expandiera, encontrando a su paso varios
objetos inflamables que le permitían seguir avanzando.
Ese incendio descontrolado tuvo dos efectos principales, explica el ingeniero del MIT.
Primero, el intenso calor hizo que se dilataran las vigas y las losas de cada piso. Esto causó
que las losas se separaran de sus vigas.
Además, la dilatación de las vigas también empujó las columnas hacia afuera.
Pero luego hubo un segundo efecto.
Las llamas comenzaron a ablandar el acero de las vigas, volviéndolas maleables.
Eso hizo que lo que antes eran estructuras rígidas, ahora parecieran cuerdas que al arquearse
comenzaron a impulsar hacia adentro las columnas a las que estaban unidas.
"Eso fue fatal para las torres", señala Kausel.

A 14 kilómetros de allí, en el Bronx, el bombero George Díaz se encontraba en la estación


justo en cambio de turno después de trabajar 24 horas seguidas. Él y sus compañeros bajaron
el tono de voz para escuchar la televisión que en ese momento transmitía el siniestro en la
primera torre. Entonces vieron el segundo impacto. “Cuando lo vimos en vivo, ahora
sabíamos que esto era a propósito”, sostiene en diálogo con este medio el hoy teniente
George Díaz, de 64 años y quien continúa trabajando como bombero.
Se trataba del vuelo 175 de United Airlines, que a las 9:03 a.m. golpeó la torre sur. Viajaba
con 51 pasajeros, nueve miembros de la tripulación y cinco terroristas. La aeronave también
había partido de Boston y se dirigía a Los Ángeles, pero fue secuestrada entre las 8:42 y 8:46
a.m. y redireccionada a Manhattan, de acuerdo con el Departamento de Justicia.

Díaz recuerda que todos los miembros de su estación de bomberos se apresuraron a llegar
hasta el lugar mientras llamaban al resto de sus compañeros que se encontraban en su día de
descanso. Sabían que la magnitud de lo que ocurría era mayor a cualquier catástrofe que
hubieran enfrentado antes.
“El rescate lo tuvimos que empezar con el humo, con toda la tierra que había, no se podía
identificar nada, era bien difícil mientras tratábamos de buscar (…) Había mucha gente
golpeada, se necesitaban ambulancias, nosotros no teníamos ni máscaras ni aire para respirar,
estábamos haciendo todo con las manos”, rememora el rescatista.
Para entonces, William Rodríguez vivía en carne propia el pánico y la desesperación en la
primera torre impactada. Ese día llegó tarde a su trabajo, por lo que en el momento en el que
chocó el primer avión se encontraba en el sótano del edificio y no en los últimos pisos donde
solía estar a esa hora. Una coincidencia que salvó innumerables vidas.
“Todos los marcos de las puertas se trabaron porque cambió de posición el marco y por eso
mucha gente se quedó atrapada. Lo mismo en las oficinas, por eso era tan importante esa
llave maestra que yo tenía; porque con esa llave maestra podíamos forzar las puertas”, dice en
referencia a una de las cinco llaves del edificio que podía abrir cualquier puerta, por lo que
alcanzó a sacar a varias personas de los primeros pisos. Su acción le ha valido
reconocimientos como el Premio al Héroe Nacional del Senado de Puerto Rico.
El impacto colapsó el sistema de los ascensores a donde muchos corrieron en un intento por
escapar, pero quedaron atrapados.
“Esta gente que estaba atrapada en los elevadores no se podía ayudar. Estaban sufriendo
porque muchas de ellas probablemente se estaban quemando. Los gritos eran aterradores. Al
explotar el avión y los miles de litros de combustible, la bola de fuego bajó por el ducto
central de los ascensores y se esparció por todas partes (...) Dejó secuelas, durante muchos
años no pude meterme a un ascensor porque oía los gritos”, señala Rodríguez, que luego se
convirtió en un conocido conferencista y activista tras fundar el Grupo Víctimas Hispanas del
11 de septiembre.
Mientras las Torres Gemelas ardían en llamas, decenas de personas se lanzaban por las
ventanas. Las grabaciones de llamadas a la línea de emergencias 911, hechas públicas por las
autoridades, dan muestra del horror en su interior cuando muchos suplicaban por ayuda. La
atención se centraba en Nueva York, pero los extremistas tenían más blancos en la mira.

El corazón del poder militar estadounidense es atacado


El reloj marcaba las 9:37 a.m. cuando el vuelo 77 de American Airlines chocó la sede del
Pentágono, en Washington. El corazón del poder militar de la primera potencia mundial se
vio estremecido por la aeronave que fue secuestrada por cinco yihadistas y que transportaba a
53 pasajeros y seis tripulantes.
Además de los ocupantes del avión, 125 personas en la sede del Departamento de Defensa
fallecieron, según datos del monumento del Pentágono sobre el 11-S.
Solo seis minutos después, a las 10:03 a.m., el vuelo 93 de United Airlines cayó contra un
campo abierto en Pensilvania. Había sido arrebatado por cuatro radicales de Al-Qaeda, con
33 viajeros y 7 tripulantes, detalla una ilustración del Departamento de Justicia.
Cuatro aviones comerciales se habían convertido en las armas de destrucción y muerte usadas
por los radicales, algo que cambio para siempre la forma de viajar e impuso controles más
estrictos en el transporte aéreo mundial.
Cae un símbolo del poder económico de EE. UU.
A las 9:59 a.m. el mundo observó la caída de un gigante. Es el momento en que cae la torre
sur del World Trade Center.
A las 10:28 a.m., la torre norte del WTC se derrumbó. El tiempo entre el primer ataque y el
colapso de ambas edificaciones fue de 102 minutos.
“Había muchos gritos por el radio de los bomberos (diciendo) que estaban enterrados,
pidiendo ayuda. Nosotros los podíamos escuchar, pero era difícil conseguirlos porque era:
‘Estoy aquí, estoy debajo de este edificio, estoy en el piso siete’, pero ya no había piso siete,
todo había caído ya. Los que estaban enterrados no sabían”, explica Díaz con una voz ronca,
una secuela en su salud tras las maratónicas operaciones de limpieza que vivió por los
siguientes meses.
“Es vivir el infierno en carne propia (…) mucha gente herida, recuerdo haber visto zapatos
por todas partes cuando subía, la gente dejaba todo tirado. El humo olía a cloro y a cartón
mojado, los rociadores contra incendios estaban todos activados y daban contra el piso y eso
levantaba ese polvo también. Lo que viví fue el infierno”, narra Rodríguez sobre lo que se
vivía al interior de la estructura minutos antes de que las torres se desplomaran.
La colisión provocó una explosión masiva que arrojó escombros en llamas sobre los
edificios y calles circundantes. Fue la mayor agresión contra Estados Unidos y en su propio
suelo: 2.977 personas murieron en los cuatro ataques, incluidos 343 bomberos de los
primeros que llegaron a ayudar, especifican el 9/11 Memorial and Museum.

Miles de rescatistas se unieron a las labores. Rubiela Arias es una de las personas detrás de
las cifras. “Me paré exactamente dónde estaban las torres derrumbadas y era como el fin del
mundo y pensé en el dolor que sentían las familias de las personas que murieron ahí, los
papás, los hermanos, los hijos”, señala la mujer que en estos 20 años ha enfrentado serios
problemas de salud en sus pulmones, hígado y piel, entre otros, que de acuerdo con sus
médicos están relacionados con las operaciones del 11-S en las que inhaló plomo y asbesto.
“No puedo oír las sirenas de los bomberos ni de los policías porque me da ataque de
ansiedad”, indica Arias. Afirma que recibió una indemnización por parte de las autoridades,
así como atención médica. Sin embargo, dice que ese día cambió su vida por completo.
“Perdí mi salud”, agrega.
Y es que producto de la tragedia muchos han seguido sufriendo secuelas. Incluso, en estas
dos décadas el número de víctimas mortales ha seguido creciendo a consecuencia de los
residuos tóxicos que inhalaron durante el desastre.
MARCCO LEGAL:

La Ley Patriótica (en inglés, USA PATRIOT Act, acrónimo de Uniting and Strengthening
America by Providing Appropriate Tools Required to Intercept and Obstruct Terrorism Act,
es decir «Ley para unir y fortalecer Estados Unidos proveyendo las herramientas apropiadas,
requeridas para impedir y obstaculizar el terrorismo») es una ley federal de Estados Unidos.
Fue aprobada por una abrumadora mayoría tanto por la Cámara de Representantes como por
el senado estadounidense para después ser promulgada por el presidente de los Estados
Unidos George W. Bush el 26 de octubre de 2001, después de los atentados del 11 de
septiembre de 2001.
El objetivo de esta ley es ampliar la capacidad de control del Estado en aras de combatir el
terrorismo, mejorando la capacidad de las distintas agencias de seguridad estadounidenses al
coordinarlas y dotarlas de mayores poderes de vigilancia contra los delitos de terrorismo. Así
mismo la ley también promulgó nuevos delitos y endureció las penas por delitos de
terrorismo.
La ley Patriótica o Patriota, como ha sido denominada en español, ha sido duramente
criticada por diversos organismos y organizaciones de derechos humanos, debido a la
restricción de libertades y garantías constitucionales que ha supuesto para los ciudadanos,
tanto estadounidenses como extranjeros.
METODOLOGIA:

Investigación exploratoria, explicativa y descriptiva.


RESULTADOS:

El resultado de esta investigación es manifestar las consecuencias por el derrumbe de las


torres gemelas, en Estados Unidos en la ciudad de new york el día 11 de septiembre del 2001,
muchas personas fallecieron, como otras quedaron con traumas y con enfermedades como la
drogadicción, alcoholismo y ansiedad. Sus familiares aun sufren la usencia de aquellas
personas que murieron en esa tragedia.
Luke Taylor es uno de esos casos de personas que jamás llegaron a conocer a sus padres. Su
papá biológico murió en el atentado al Pentágono del 11 de septiembre, mientras que su
madre falleció de cáncer dos años después. “De niño siempre supe que tenía dos papás en el
cielo, pero sabía bien lo que eso significaba”, dijo a The Washington Post. Luke terminó
siendo criado por su tío paterno y no fue hasta los aproximadamente 8 años que se preguntó
por las fotos, banderas dobladas e identificaciones que estaban en los estantes de la casa. Su
padre, Kip Taylor, era subjefe de personal del Ejército y tan solo unas horas antes del
atentado contaba a su familia, en un correo electrónico, como la experiencia de la paternidad
le estaba cambiando la vida.

Como estos casos hay muchos más, de personas que perdieron a sus padres siendo muy
pequeñas para tenerlos en su memoria, por lo que tuvieron que formar su vida teniendo como
base una ausencia irremplazable. A pesar de que hayan pasado dos décadas desde los ataques
del 11 de septiembre, la herida ha sido imposible de sanar para aquellos que perdieron a sus
seres más queridos.
CONCLUSION:

Podemos concluir que los atentados terroristas del 11 de septiembre demostraron que todos
los países, incluida una potencial como Norteamérica están expuestos a las células terroristas.
La política exterior norteamericana después de esta eventualidad no ha tenido una completa
definición dentro del contexto internacional.
Referencias citadas

Albrecht, Hans-Jörg. Country Report on Germany. Legislative Responses to German


Terrorism. Max-Planck-Institute for Foreign and International Criminal Law,2006

Allonby, Nathan. "ID cards, a world view". 2009.

Andreas, Peter. Border Games: Policing the U.S.-Mexico Divide. Ithaca: Cornell University
Press, 2000. https://www.redalyc.org/pdf/168/16801030.pdf

Augé, Marc. Diario de Guerra: El mundo después del 11 de septiembre, Barcelona: Gedisa,
2002.

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