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Falabella
Falabella
CONSEJO DE ESTADO
SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
SECCIÓN CUARTA
ANTECEDENTES PROCESALES
Demanda
2. Que se declare la nulidad de la Resolución nro. 900.062 del 6 de marzo de 2014, proferida por la
Subdirección de Gestión de Recursos Jurídicos de la Dirección de Gestión Jurídica.
A los anteriores efectos, invocó como normas vulneradas los artículos 13, 29 y 363 de
la Constitución; 158-3, 647 y 711 del ET; y 1.º a 3.º del Decreto 1766 de 2004.
Alegó que le fue violado el debido proceso porque la demandada expuso hechos
nuevos al resolver el recurso de reconsideración.
Explicó que la porción de la deducción por inversión en activos fijos reales productivos
rechazada en los actos demandados estaba relacionada con dos operaciones
consistentes (i) en la adecuación remodelación y puesta en funcionamiento de ocho
locales comerciales arrendados y (ii) en la compra de activos destinados a dotar un
centro de distribución y dos puntos de venta, uno a distancia y otro convencional.
Aseveró que, todas esas inversiones cumplían con los requisitos previstos en el artículo
158-3 del ET (vigente en la época de los hechos) y en las disposiciones que
reglamentaban. En particular, señaló que los activos instalados en los locales
arrendados ingresaron a su patrimonio, porque, aunque pertenecieran a terceros, los
contratos de arrendamiento tenían duración de 20 años y le otorgaban el derecho de
retirar las adecuaciones en cualquier momento. Sostuvo que las adecuaciones
realizadas consistían en obras de infraestructura necesarias para poner en
funcionamiento los locales, que generaron mayores ingresos durante el año revisado, lo
cual estaría acreditado en el expediente; también que en la doctrina oficial y en otros
procedimientos de revisión, su contraparte avaló la deducción controvertida, aunque las
obras se llevaran a cabo en inmuebles ajenos, por lo cual adujo la vulneración del
principio de equidad tributaria. Sobre los activos adquiridos para dotar los demás
inmuebles, indicó que tenían relación directa y permanente con su actividad lucrativa,
dado que eran necesarios para recibir, almacenar y despachar las mercancías ofrecidas
a sus clientes y para realizar ventas a distancia. Por esas razones, sostuvo que los
actos enjuiciados vulneraron las normas superiores en que debieron fundarse.
Por último, arguyó que no incurrió en inexactitud sancionable, pero que, de haberlo
hecho, sería como consecuencia de un error de apreciación sobre el derecho aplicable;
y que, los fundamentos de la multa propuesta en el requerimiento especial cambiaron
en el acto definitivo, razón por la que no habría correspondencia entre ambos actos.
Contestación de la demanda
La demandada se opuso a las pretensiones de la actora (ff. 281 a 348 cp1), así:
Refutó que las obras realizadas fueran de «infraestructura», porque planteó que no
estaban relacionadas con estructuras de ingeniería o de cimentación, ni tenían soporte
en contratos de obra o de diseño. Añadió que, en todo caso, ninguna de las inversiones
en cuestión le dio derecho a su contraparte para registrar un activo en su patrimonio y
que los bienes sobre los que se realizaron las inversiones no participaron de manera
directa y permanente en su actividad generadora de renta.
Finalmente, sostuvo que la actora incurrió en la infracción sancionada, sin que ello
tuviera causa en un error respecto del derecho aplicable.
Sentencia apelada
Recurso de apelación
La actora apeló la sentencia (ff. 698 a 727 cp1), para lo cual señaló que el artículo 158-
3 del ET y el Decreto 1766 de 2004 no exigían que la inversión objeto del beneficio se
realizara en activos propios, por lo cual las mejoras efectuadas sobre bienes ajenos sí
daban lugar a la deducción especial. Agregó que, al amparo del artículo 3.º del Decreto
1766 de 2004, la comprobación de la productividad de los costos de construcción
cubiertos por el beneficio requería un análisis global de las obras de infraestructura y no
de los bienes y servicios adquiridos individualmente considerados; y que, en el caso, se
acreditó que las adecuaciones a los locales comerciales le permitieron comercializar
sus productos, con lo cual estaba probada la relación directa y permanente con su
actividad lucrativa. En cuanto a la compra de activos para los dos puntos de venta y el
centro de distribución, insistió en que las facturas aportadas demostraban que eran
bienes indispensables para el desarrollo de su objeto social.
De otra parte, sostuvo que el tribunal vulneró el artículo 187 del CPACA porque omitió
pronunciarse sobre los cargos de nulidad por violación del principio de equidad
tributaria, por vulneración del debido proceso y por improcedencia de la sanción por
inexactitud, respecto de la cual solicitó (subsidiariamente) la aplicación del principio de
favorabilidad.
Por último, anexó como prueba la Resolución nro. 010218, del 23 de diciembre de
2016, que puso fin al procedimiento de revisión del impuesto sobre la renta a su cargo
por el año 2012 y en la que, según ella, la demandada avaló la deducción en disputa
Alegatos de conclusión
La actora reiteró los argumentos de la apelación (ff. 15 a 34 cp2) y, sin indicar el motivo,
anexó el Diario Oficial nro. 49.209, del 11 de julio del 2014. Por su parte, la demandada
insistió en las alegaciones planteadas en la primera instancia (ff. 11 a 14 y 38 a 41 cp2).
CONSIDERACIONES DE LA SALA
1
Sentencias del 13 de diciembre de 2017 (exp. 20858, CP: Jorge Octavio Ramírez Ramírez), del 22 de febrero de
2018 (exp. 21453, CP: ibidem) y del 08 de marzo del 2019 (exp. 21295, CP: Julio Roberto Piza Rodríguez).
oficial recurrida2.
(i) La apelante se dedica a «(i) La compra, venta y distribución de productos al detal; (ii)
el establecimiento, administración y operación de almacenes, tiendas y supermercados
para la compra, venta y comercialización de productos; (iii) la prestación de servicios en
los almacenes y tiendas tales como, cafetería, centros de atención, entre otros» (f. 77
cp1).
(ii) Los días 21 de noviembre de 2005, 05 de abril del 2006, 30 de julio de 2008, 13 de
noviembre de 2008 y 23 de enero de 2010, suscribió ocho contratos de arrendamiento
respecto de sendos locales en los centros comerciales «Santafé», «Hayuelos», «Centro
Mayor», «Galerías», «Unicentro Bogotá» «Unicentro Cali», «Chipichape» y «Alameda»
(ff. 576 a 844 caa).
(iii) Tales contratos contienen las siguientes estipulaciones (ff. 576 a 844 caa):
(c) La arrendataria estaba habilitada para llevar a cabo, por su cuenta y riesgo, todas
las obras necesarias para adecuar los locales a sus necesidades comerciales.
(iv) Respecto a la titularidad de las obras que se ejecutaran con el propósito de adecuar
los locales comerciales a los requerimientos de la demandante, los contratos previeron
efectos jurídicos distintos:
(a) Los convenios que tuvieron por objeto locales ubicados en los centros
comerciales «Hayuelos», «Santafé», «Centro Mayor» y «Alameda» dispusieron que
la apelante «podrá retirar las obras y mejoras que hubiere realizado sobre el
inmueble siempre y cuando ellas puedan ser retiradas sin menoscabo de la
integridad estructural del inmueble» (ff. 614, 718 y 835 caa), o que «las mejoras
útiles que realice el arrendatario serán a cargo de este (…) y este podrá retirarlas del
local en caso de que esto sea posible» (f. 642 caa).
(b) Los negocios relativos a los locales ubicados en los centros comerciales
«Chipichape», «Galerías», «Unicentro Bogotá» y «Unicentro Cali» establecieron que
«las inversiones que realice el arrendatario no serán reembolsadas ni reconocidas a
ningún título por el arrendador y las mejoras realizadas por el arrendatario no serán
retiradas y pasarán a ser propiedad del arrendador, salvo que el contrato de arriendo
termine anticipadamente a su término de duración por causas diferentes al
incumplimiento del arrendatario» (ff. 668, 742, 767 y 792 caa). También dispusieron
que «el inmueble deberá ser restituido en el mismo estado en el que le fue entregado
al arrendatario, salvo el deterioro natural y razonable que se le haya causado al
inmueble como consecuencia del uso y destinación que se le ha dado, sin perjuicio
de las mejoras autorizadas en este contrato y que no podrán ser retiradas por el
arrendatario» (ff. 674, 750, 775 y 800 caa).
(v) Las partes concuerdan en que, en desarrollo de los referidos contratos, la apelante
única llevó a cabo obras de adecuación y remodelación en cada uno de los ocho
locales mencionados, por los siguientes valores totales: (a) $137.696.621, en el local
del centro comercial «Santafé»; (b) $60.624.876, en el local de «Hayuelos»; (c)
$7.706.938.941, en el local de «Centro Mayor»; (d) $7.512.068.142, en el local de
«Alameda»; (e) $99.278.948, en el local de «Unicentro Bogotá»; (f) $121.330.458, en el
local de «Unicentro Cali»; (g) $227.208.767, en el local de «Galerías»; y (h)
$627.284.765, en el local de «Chipichape» (ff. 9 vto., 15 a 21, 24 a 43, 46, 48, 49 y 50,
150 vto. a 152, 168 vto. y 169).
(vi) La declaración del impuesto sobre la renta del año gravable 2010 presentada el 15
de abril de 2011 (f. 36 caa), fue corregida en dos oportunidades, el 11 de mayo de 2011
(f. 35 caa) y el 16 de marzo de 2012 (f. 6 caa). En la última, la apelante denunció, a
título de deducción especial por inversión en activos fijos reales productivos
$23.774.193.000, de los que $4.947.734.358 correspondieron a las operaciones antes
descritas.
(a) 668 «luminarias», 568 «focos de acentuación», por valor de $49.544.727 (f. 6760
caa); 297 «luminarias», 274 «focos de acentuación», y 38 «proyectores» por valor de
129.336.574 (f. 6761 caa); «Corte 1. Liquidación oferta mercantil remodelación
Tienda Falabella del Centro Comercial Centro Mayor en la ciudad de Bogotá» por
valor de $419.571.720 (f. 6765 caa); «Suministro, embarque, de un ascensor
montacargas, un ascensor de pasajeros, dos escaleras eléctricas» por valor de
$329.764.800 (f. 6907 caa); «instalaciones hidráulicas, administración, imprevistos,
utilidad» por $61.734.824 (f. 6793 caa); bomba «EQ. C. INC. PATTERSON
5x4x12SSC 75 HP 460V» por $53.974.616 (f. 6784 caa). Todos adquiridos para el
local d el centro comercial «Centro Mayor».
3.3- Se extrae del anterior recuento que en el periodo revisado la apelante realizó obras
de remodelación en ocho locales de propiedad de terceros en los que establecería sus
tiendas una vez estuvieran aptos para el uso; y que está probado el valor de las obras
realizadas en cada uno de esos inmuebles, montos con fundamento en los cuales
declaró una deducción especial de $4.947.734.358 por concepto de adquisición de
activos fijos reales productivos, equivalente al 30% de lo invertido.
Valga destacar que los anteriores planteamientos no se ven desvirtuados por el hecho
de que la Administración haya reconocido, en los Oficio nros. 039363, del 28 de mayo
del 2007 y 027494, del 12 de mayo del 2005 y en el Concepto nro. 085073, del 03 de
septiembre del 2008 (invocados por la actora en la demanda como sustento del cargo
de violación de los principios de igualdad y equidad tributarias), que el beneficio
debatido procede en los eventos en los cuales la inversión objeto de la deducción tiene
lugar sobre inmuebles ajenos. Es así porque tales pronunciamientos oficiales precisan
que los activos correspondientes deben «incorporarse al patrimonio del contribuyente»
o «efectivamente hacer parte del patrimonio», de suerte que, a la luz de la doctrina
oficial invocada, la procedibilidad del beneficio estaba sujeta a que, a raíz de la
inversión, el interesado se hiciera propietario del activo fijo, condición que no se
satisfizo en el sub lite. Tampoco es de recibo para la Sala el argumento según el cual la
deducción procede porque así lo reconoció la demandada en otras fiscalizaciones,
porque las decisiones administrativas adoptadas en otros procedimientos no
constituyen un parámetro de control de los actos particulares demandados dado que
son circunstancias externas al contenido de la decisión administrativa juzgada y no
tienen la aptitud de liberar a la demandante del cumplimiento de las obligaciones que le
impone la ley (sentencia del 26 de noviembre de 2020, exp. 22937, CP: Julio Roberto
Piza).
3.4- De otra parte, los actos acusados negaron la calidad de «productivos» respecto de
los bienes especificados en las letras (a), (b) y (c) del punto (vii) del fundamento jurídico
relativo a los hechos probados, a lo cual se opone la apelante.
Para definir la juridicidad de decisión, la Sala tiene en cuenta que la actora se dedica a
la compra, venta y distribución de productos en sus tiendas y almacenes, de suerte que
la actividad productiva que lleva a cabo no se concreta en la elaboración de bienes,
sino en su comercialización, de modo que la generación de riqueza ocurre,
precisamente, en sus instalaciones comerciales. De ahí, que la construcción, puesta a
punto y apertura de una nueva tienda implica la incorporación de un nuevo activo a su
cadena de valor, que participa directamente en la generación de riqueza. Dada la
actividad comercial de la demandante, sus tiendas y almacenes son activos
indispensables para ejecutar su actividad lucrativa, por lo cual juzga la Sala que las
obras que llevó a cabo sí redundaron en la obtención de un activo productivo —los
almacenes aptos para uso— en los términos del artículo 158-3 del ET.
Por último, encuentra la Sala que las compras detalladas en la letra (c), que rechazó la
demandada de las obras desarrolladas en el local del centro comercial «Santafé» de la
ciudad de Bogotá, fueron controvertidas por la apelante mediante facturas que soportan
compras de bienes y servicios destinados a un local de la misma denominación (i. e.
«Santafé») pero localizado en la ciudad de Medellín. Cabe concluir entonces que las
compras a las que se refiere la acusación no hicieron parte del beneficio rechazado por
la autoridad tributaria, y no proceden las alegaciones de la demanda sobre el particular.
(a) Una «Memoria Ram» por $174.516 el 19 de febrero de 2010 (f. 2017 cp1), para
dotar su «punto de venta a distancia» (f. 550 caa).
(c) El 20 de marzo del 2010, un tiquete aéreo por valor de $224.351 (f. 2021 cp1),
que incluyó como inversión en su «punto de venta a distancia» (f. 550 caa).
(f) «Laminas MDF, Autoper, cuartos de colbón, Puntillas Manillas, Sellador, Thiner,
Laca, Lijas» a un costo de $1.529.100 (f. 2019 cp1) para dotar su «centro de
distribución» el 04 de junio de 2010 (f. 550 caa).
(g) Una licencia «Office Mac 2008 SNGL MVL» por $1.637.073, el 17 de junio del
2010 (f. 2015 cp1) para su «punto de venta a distancia» (f. 550 caa).
(h) El 15 de julio del 2010, un «Computador portátil lenovo» por $3.112.315 (f. 2016
cp1) para su «punto de venta a distancia» (f. 550 caa).
(ii) En la última corrección de la declaración del impuesto sobre la renta del año
gravable 2010 (f. 6 caa), la apelante registró una deducción especial por inversión en
activos fijos reales productivos de $23.774.193.000, de los que $5.634.642
correspondieron a las compras recién descritas.
(iv) Con la Resolución nro. 900.062, del 06 de marzo del 2014, la demandada confirmó
la liquidación oficial de revisión (ff. 7488 a 7504 caa), reiterando que «no está probado
el carácter de activo nuevo, u obra de infraestructura, o de productivo ya que lo pagado
no se incorporó directa y permanentemente en el objeto social del contribuyente … se
observa que por ser destinados a la parte administrativa no corresponden a los bienes
a los que se refirió el legislador para contemplar la deducción especial».
4.2- A partir de esos hechos, encuentra la Sala que la actora adquirió activos para dotar
tres inmuebles: un centro de distribución, un punto de venta a distancia y un local
ubicado en el centro comercial «Santafé» (en Medellín). Con destino al centro de
distribución, compró «Laminas MDF, Autoper, cuartos de colbón, Puntillas Manillas,
En cuanto a los activos para el punto de venta a distancia, se extrae que el sujeto
pasivo adquirió equipos de cómputo (señaladamente, una «Memoria Ram», un «Mouse
traveler retráctil», una «Guaya de seguridad Targus», un «Teclado Genius Slimstar» y
un «Computador portátil lenovo») cuya relación con la actividad generadora de renta
justificó con el argumento de que eran necesarios para llevar a cabo ventas en línea,
circunstancia que se aviene con la productividad de los activos exigida por el
ordenamiento dado que los equipos de cómputo se destinaron a la actividad
generadora de renta mediante canales electrónicos. En esa medida resulta procedente
la deducción debatida en lo que a ellos respecta.
Las compras restantes correspondían a servicios (un tiquete aéreo, «delegado rifas
juegos y espectáculos», «Comisiones por precompra paquete de transacciones
comercio electrónico» y una licencia «Office Mac 2008 SNGL MVL») sobre los cuales
no se brindó ninguna explicación, ni siquiera sumaria. En esa medida, la apelante no
demostró la relación directa y permanente entre la actividad económica y estas
erogaciones.
Finalmente, en lo que atañe al activo para dotar el local del centro comercial «Santafé»
(en Medellín), si bien la apelante alega que se trataba de la compra de un sistema de
iluminación, el expediente enseña que, en realidad, solicitó el beneficio por inversión en
activos fijos respecto del gasto en que incurrió para transportar «luminarias» de
Medellín a Pereira (ff. 2018 cp1 y 550 caa), servicio de transporte respecto del cual no
explicó la relación que tendría con la actividad productiva.
5- Restaría definir los cargos formulados por la apelante en contra de la sanción por
inexactitud. Pero dadas las determinaciones de la Sala sobre los cargos de apelación
precedentes, el saldo a favor autoliquidado y el determinado en esta sentencia son
idénticos, dado que persiste la determinación del impuesto tomando como renta líquida
a la renta presuntiva del periodo. En esos términos, las inexactitudes en que incurrió la
actora al autoliquidar el impuesto no constituyen una infracción sancionable de acuerdo
con el artículo 647 del ET, porque no arrojaron como resultado un menor saldo a pagar
ni un mayor saldo a favor. La improcedencia de la sanción releva a la Sala de estudiar
los cargos de nulidad de la sanción por error en la comprensión del derecho aplicable y
por la falta de correspondencia entre el requerimiento especial y la liquidación oficial de
revisión en la que insiste la apelación.
7- Finalmente, debido a que de conformidad con el ordinal 8.º del articulo 365 del
Código General del Proceso dispone que solo «habrá lugar a costas cuando en el
expediente aparezca que se causaron y en la medida de su comprobación», la Sala se
abstendrá de condenar en costas en esta instancia porque en el expediente no existe
prueba de su causación.
FALLA
Segundo. A título de restablecimiento del derecho, establecer como liquidación del impuesto sobre
la renta y complementarios del año gravable 2010 a cargo la demandante, la indicada en la parte
motiva de la sentencia de segunda instancia y levantar la sanción por inexactitud impuesta.