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Hierbas
Las conservas clásicas de hierbas son gelatinas
agridulces pensadas para ser servidas con platos
salados. Menta, tarragón, tomillo, salvia, romero y
ajedrea; todas ellas resultan excelentes en gelatinas
con base de manzana o de cítricos. Puede lograrse un
sabor típicamente mediterráneo con hierbas llenas de
fragancia, como el orégano en la gelatina de limón o una mezcla de tomillo y
tarragón en la gelatina de membrillo. Estas hierbas resultan excelentes cuando se
mezclan con cordero o carne de caza y también añaden vigor cuando se usan en
salsas para aderezar aves o verduras antes de asarlas en la barbacoa.
Especias
Los clavos y la canela son ingredientes esenciales en muchos tipos de gelatinas
con base de manzana y en mantequillas de frutas. El cardamomo, las estrellas o
la simiente de anís, el hinojo y la alcaravea pueden utilizarse también para añadir
sabor a gelatinas y mantequillas. Las especias de sabor más fuerte deben
combinarse con frutas de igual intensidad, como las naranjas, limas, naranjas de
la china y mangos, para elaborar gelatinas aderezadas con vinagre o
mantequillas suaves de frutas.
Frutos secos
Los copos de almendra rallada son tradicionales en
confituras de frutas con hueso; mientras que las
nueces (todas: de Brasil, macadamia, nogal y nogal
americano), los pistachos y las avellanas pueden
añadirse a confituras dulces. Es importante saber que
este tipo de confituras deben consumirse dentro de los
2 ó 3 meses siguientes a su elaboración; ya que
algunos frutos pueden volverse rancios si se almacenan durante mucho tiempo.
Flores
Los sabores de flores quedan perfectos en conservas suaves y en gelatinas, y
también realzan el sabor de la fruta suave, como la frambuesa. El agua de flor de
naranjo y el agua de rosas constituyen una elección acertada; mientras que los
pétalos de rosa fuertemente aromatizados son los principales ingredientes de las
conservas suaves tradicionales en el este de Europa.
Almíbares
Una conserva de este tipo es suave, con grandes trozos
de fruta en un jarabe espeso. Esta variedad no depende
del grado de estabilización para ser de alta calidad,
puesto que los contrastes de sabor, el buen color y los
trozos de fruta sueltos serán sus características
principales.
Confitura
Ya sea de consistencia suave o firme, una confitura debe tener una textura que
permita untarla con facilidad y un sabor bien definido. Aunque hay quien
prefiere un gusto ácido, no es mala una confitura bastante dulce; siempre que no
sea acaramelada ni empalagosa, sino más bien suave.
Gelatina
Suave o firme, una gelatina debe tener un sabor delicado; pero bien definido.
Además, las gelatinas dulces pueden realzarse con especias. Las firmes, por su
parte, presentan un contraste de sabores agridulces.
Mermelada
Una mermelada puede ser una gelatina firme con tiras de corteza o una confitura
con trozos de fruta. Una textura de contraste y un sabor agridulce son esenciales.
Mantequilla de fruta
Muy nutritivos, siempre suaves y ricos en sabor, estos purés de fruta deben realzarse
con un sabor ácido y enriquecerse con un sabor fuerte como el de especias o el licor.
Pesado y medida
Es importante seguir estrictamente la receta para lograr la proporción correcta de
azúcar en la fruta a fin de asegurar una textura correcta, un sabor adecuado y una buena
conservación. Utiliza balanzas fiables, cucharas de medir apropiadas y una jarra con los
volúmenes adecuadamente marcados. Para medir los líquidos con precisión, coloca una
jarra sobre una superficie adecuada y comprueba el volumen a la altura del ojo mejor
que desde arriba.
Preparación de la piña
Debes elegir una fruta madura comprobarlo color y firmeza. Corta la base y la parte superior
con hojas y luego la piel en franjas verticales, retirando las espinas afiladas. Asegúrate de
recortar las que puedan quedar aún en la fruta ya pelada. Corta la fruta por la mitad y luego
haz otro corte en forma de 'V' en el centro de cada parte para extraer el corazón. Con la cara
lisa de la fruta hacia abajo, corta rodajas, sujetándolas juntas. Sin separarlas, vuelve a cortar,
esta vez, en medidas iguales formando un ángulo hacia el centro para modelar los trozos.
Racimo de grosellas
Debes usar un tenedor para separar las grosellas de sus tallos. Sujétalos firmemente sobre un
cuenco y desliza el tenedor a lo largo del tallo.
Ruibarbo
Desecha las hojas venenosas. El ruibarbo joven es tierno, pero los tallos más viejos tienen una
capa exterior membranosa que debe arrancarse. Cuando esté preparado, corta todos los tallos
uniformemente.
Además, se añade agua a la fruta firme, como a los cítricos, manzanas, peras o
membrillos para ablandarla. Las frutas que desprenden gran cantidad de zumo, como los
ruibarbos, ciruelas y moras de Corinto, requieren menos agua que la fruta seca.
Comprobación de la pectina
Si tienes alguna duda sobre si la cantidad de pectina de la fruta que vas a conservar es
suficiente para obtener una estabilidad satisfactoria, compruébalo de la siguiente
manera:
Si se forma una masa firme de gelatina, significa que la mezcla contiene bastante
pectina. Por el contrario, si se forman dos o tres masas más pequeñas, sabremos que la
fruta contiene una cantidad moderada de pectina y como resultado obtendremos una
conserva medianamente estabilizada. Por último, si resultan varias masas pequeñas,
indicará que hay poca pectina y deberás añadirle más.
Capítulo 15:
Mermelada de tres frutas
Cecilio Regojo Constelações Organizacionais Organizational Constellations
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Tiempo de prerreacción: 1 h.
Tiempo de remojo: 24 h.
2 ¾ Kg. De azúcar.
Preparación:
No todas las frutas son igual de dulces, por lo que la cantidad de azúcar variará a la hora de hacer una
mermelada u otra.
El verano se convierte en un buen momento para preparar una rica mermelada casera:
disponemos de una mayor variedad de fruta de temporada (ciruelas, melocotones,
albaricoques...), de cuyo sabor podremos disfrutar todo el año gracias a este tipo de
preparaciones. Y es que, aunque el mercado nos ofrece hoy por hoy gran variedad de
mermeladas industriales (algunas de ellas muy conseguidas), como siempre decimos en
estas páginas, nada comparado a lo cocinado de forma artesanal y casera. Además en el
caso de las mermeladas ‘la operación’ no resulta especialmente complicada. Estos son
algunos consejos a tener en cuenta:
Una vez hecha, conviene dejar que entibie antes de pasarla a tarros de cristal
previamente hervidos.
Al verter la mermelada no tiene que quedar aire; para ello, dar unos pequeños
golpes al tarro para que se ajuste bien el contenido y dejarlos sin tapar y
cubiertos hasta que se forme una película.
ELABORACIÓN:
Todas las mermeladas tienen una elaboración similar. Lo que más varía es la
cantidad de azúcar. Nosotros te proponemos como ejemplo una mermelada de
albaricoque y, después, unas pistas sobre las cantidades de azúcar que deberás
añadir en el caso de otras frutas:
En primer lugar, pelar y partir los albaricoques. Pesar, y por cada kilo de fruta
añadir tres cuartos de azúcar.
OTRAS MERMELADAS
Para 1 kg de melocotón, añadir ½ kg de azúcar.
Para 1 kg de manzana, añadir ½ kg de azúcar.
Para 1 kg de fresas, añadir 600 g de azúcar.
Para 1 kg de moras, añadir 1 kg de azúcar.
JALEA DE FRUTAS
(1 kg)
Ingredientes:
2 tazas de agua
Utensilios:
Cuchara de madera
Etiqueta adhesiva
Procedimiento:
1. La fruta previamente limpia, pelada, deshuesada y partida en trozos, se pone a cocer en
el agua
hirviendo durante 30 ó 40 minutos.
2. El caldillo que se obtiene del cocimiento se utiliza como "jugo" una vez colado con la
manta y la
coladera.
Duración:
La jalea elaborada mediante esta tecnología tiene una duración aproximada de 3 meses.
Recomendaciones:
Se guarda en lugar fresco, seco y oscuro. Una vez abiertos los frascos, se deben conservar en
refrigeración y consumirse antes de dos semanas.
Mermeladas caseras
Jalea de manzana
• 12 manzanas • 1/ 4 de kg de azúcar de refinería
Jalea de uva
• 3 kg de uvas blancas • cantidad necesaria de azúcar
Desgranar las uvas, quitar los troncos y colocarlas en una cacerola. Llevar al
fuego y calentar. Aplanarlas con una cuchara de madera y colarlas. Por cada taza
de jugo de uva agregar 3/ 4 de taza de azúcar. Colocar las uvas y el azúcar en
una cacerola y cocinar a fuego fuerte mezclando de tanto en tanto hasta que
tome punto de jalea. Retirar, dejar enfriar y envasar.
Jalea de membrillo
Hervir los membrillos previamente lavados y cortados en cuartos, cubriéndolos
con agua hasta que estén bien tiernos. Escurrirlos sin presionar y colar el agua
de la cocción. Medirla y, por cada litro de agua, agregar 500 g de azúcar de
refinería. Cocinar hasta que tome punto de jalea.
Mermelada de invierno
• Jugo de 2 naranjas • jugo de 1 limón • 1
manzana verde rallada • pulpa de 1 mandarina •
1/ 2 kg de azúcar • 1/ 2 litro de agua
Mermelada de sandía
Pelar 1 sandía chica, quitar las semillas, cortar en trozos y cocinar en una
cacerola con agua hasta tiernizar. Escurrir y licuar o pasar por la máquina de
picar carne. Pesar la pulpa de la fruta y, por cada kilo, agregar 1 1/ 4 de kg de
azúcar de refinería. Dejar macerar entre 1 y 2 horas. Cocinar agregando 1
chaucha de vainilla revolviendo de tanto en tanto con cuchara de madera. Dejar
enfriar y envasar.
Mermelada de limón
• 1 kg de limones medianos • 1 kg de azúcar de refinería • 3 clavos de olor
Lavar los limones y rallar apenas un poco la cáscara para quitar lo más amargo.
Abrirlos, extraer el jugo, las semillas y cortarlos en tiras finas. Colocarlos en un
recipiente de vidrio enlozado cubiertos con agua y dejar macerar durante 48
horas cambiándoles el agua cada 4 o 5 horas. Escurrirlos, colocarlos en una
cacerola, cubrir con agua y hacer hervir hasta que estén algo tiernos.
Escurrirlos, colocar nuevamente en una cacerola con el azúcar y los clavos de
olor. Cocinar hasta que tome punto de mermelada, dejar enfriar y envasar.
Rallar la cáscara del limón y de la naranja. Retirar con cuidado los hollejos y
cortar en trozos. Colocar en el vaso de la licuadora junto con las zanahorias, el
agua y licuar. Colocar en una cacerola y cocinar durante 20 minutos. Agregar la
miel y terminar la cocción revolviendo con cuchara de madera hasta que tome
punto mermelada.
Mermelada de ciruela
• 1 kg de ciruelas • 1 kg de azúcar de refinería
Dulce de mandarina
• 1 kg de mandarinas • 900 g de azúcar • 1 litro de agua
Pelar las mandarinas, cortar las cáscaras en tiras finas y colocarlas en un bol con
agua fría. Cambiar cada hora el agua durante 3 horas. Luego hacerlas hervir en
una cacerola y reservar el agua para hacer el dulce. Quitar a la pulpa los hilos
blancos y las semillas cuidando de conservar el jugo. Colocarla junto con las
cáscaras en una cacerola grande, agregar el azúcar y 1 litro de agua. Llevar al
fuego y hacer hervir durante 1 1/ 2 hora. Debe tener buena consistencia y tener
color naranja claro. Dejar enfriar y guardar en frascos con tapa hermética.
Dulce de zanahoria
• 1 naranja • 1 limón • 1 manzana • 4 zanahorias ralladas • 1 kg de azúcar • 1
litro de agua
Pelar la naranja y el limón quitándoles el hollejo y las semillas. Cortar las frutas
en trozos, colocar en el vaso de la licuadora junto con la manzana cortada en
trozos con la cáscara y el corazón. Añadir las zanahorias y desintegrar.
Distribuir en una cacerola, agregar el azúcar, el agua, llevar al fuego y revolver
de tanto en tanto con cuchara de madera hasta que tome punto dulce.
Dulce de uva
• 2 kg de uvas desgranadas • 1 1/2 kg de azúcar • cáscara de 1 limón
Lavar los granos de uva y quitar las semillas sin extraer el hollejo. Colocarlas en
un una cacerola, cubrir con el azúcar y dejar macerar por lo menos durante 2
horas. Luego, llevar al fuego, incorporar la cáscara de limón y hacer hervir.
Cuando el dulce tome el punto (cuando al revolver con cuchara de madera
puede verse el fondo de la cacerola), retirar la cáscara de limón, dejar enfriar y
envasar.
Dulce de durazno
• 2 kg de duraznos bien maduros • 1,800 kg de azúcar • 1 limón
Dulce de batata
• 1 1/ 2 kg de batatas • 1 kg de azúcar • 1 litro de agua • 50 g de agar agar (se
adquiere en farmacias o en casa especializadas en repostería) • 2 cucharaditas
de esencia de vainilla
Lavar y hervir con las cáscaras las batatas en abundante agua hasta que la piel
de desprenda con facilidad. Escurrirlas, pelarlas y tamizarlas. Colocar en una
cacerola el agua, llevar al fuego y, cuando rompa el hervor, agregar el agar agar
revolviendo con batidor hasta que se disuelva. Añadir el azúcar, hervir durante
15 minutos espumando de tanto en tanto, agregar el puré de batata y continuar
la cocción sin dejar de revolver durante 10 minutos. Perfumar con la esencia,
mezclar, dejar enfriar y envasar.