Primer parcial. Alumna: Ana Berdejo. ……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
1. Relacionar los conceptos de supervivencia, magia y
naturalismo dados en el Paleolítico. El naturalismo es el estilo característico del paleolítico. Las imágenes propias del naturalismo son imágenes que ofrecen una impresión visual pura, directa, libre de añadidos y restricciones intelectuales, que Una de las características más peculiares es que los dibujos naturalistas del paleolítico ofrecen la impresión visual de una manera tan pura y directa, tan libre de añadidos o restricciones intelectuales. El artista del Paleolítico pinta lo que realmente ve, lo que recoge en un momento determinado y una ojeada única; por ende, la figura que es una figura imitativa, que representa la realidad y pretende ser fiel al objeto que se está representando. Este arte es un arte de cazadores primitivos, que vivían en un nivel económico parasitario e improductivo, que vivían de la caza y la recolección, dentro de moldes sociables inestables, casi totalmente desorganizados, en pequeñas hordas aisladas, en una fase de primitivo individualismo, y que probablemente no creían en ningún dios, en ningún mundo ni vida existentes más allá de la muerte. Por encontrarse en una fase de la vida puramente práctica, donde todo giraba en torno a la obtención del sustento, y contando nosotros con la certeza de que no creían en ningún dios, afirmamos que sus imágenes solo tenían un fin practico. Todos los indicios aluden a que este arte servía de medio a una práctica o técnica mágica y por ende tenía una función completamente pragmática, dirigida a objetivos económicos. Esta magia no era para nada similar a lo que hoy nosotros entendemos por religión, no había oraciones, ni rezos a fuerzas sagradas. Era una técnica sin misterio, el empleo de medios y procedimientos. Esta técnica mágica funcionaba de la siguiente manera: La representación se supone que era una trampa en la que la caza tenía que caer, más bien una trampa en la que la caza podría decirse que ya había caído. El pintor y cazador paleolítico pensaba que con la pintura poseía ya la cosa misma, que con el retrato del objeto había adquirido poder sobre el objeto; creía que el animal de la realidad sufría la misma muerte que se ejecutaba sobre el animal retratado. La representación pictórica era la anticipación del efecto deseado, el acontecimiento real tenía que seguir inevitablemente a la mágica simulación. Por lo tanto, este arte era una acción objetivamente real, una causación. La imagen concreta era la que realizaba el encantamiento y para este hombre no hay diferencia entre el mundo de ficción, o sea la pintura, y la realidad empírica; él veía en una la continuación directa e inmediata de la otra. La relación de la pintura paleolítica con la magia, nos ayuda a entender por qué el hombre desarrolla un estilo naturalista. Se trataba de una representación cuyo fin era crear un doble modelo, no simplemente indicar, imitar, simular, si no literalmente sustituir, ocupar el lugar del modelo, por lo cual no podía ser si no naturalista. El animal que estaba destinado a ser conjurado en la vida real tenía que aparecer como el doble animal representado y solo podía presentarse así si la reproducción era fiel y natural. Justamente el propósito mágico de este arte era el que le forzaba a ser naturalista.
Las representaciones de este período respondían a la necesidad de
subsistencia del hombre, más allá de que pudiera o no sentir placer al pintarlas, no era un modo de divertirse, ni de expresión, ni se pretendía utilizarla para decorar, tenía pura y exclusivamente un fin práctico, que implicaba que lo que se pintaba o representaba iba a pasar en la realidad, razón por lo cual las figuras que ellos pintan son imitativas, pretenden ser idénticas a los objetos de la realidad porque la cuestión no era solo pintar al animal y la situación deseada, sino invocarlo, entonces tenían que pintar exactamente lo que deseaban, siendo muy detallados y fieles al objeto original que ellos veían. Ellos no creían en una fuerza superior a la estuvieran invocando con la pintura y que fuera esta fuerza la que los ayudaba en la caza, para ellos el pintar una situación y que luego sucediera en la realidad, era un hecho, era simplemente así, como un aspecto más de su realidad, sin ningún tipo de explicación sobrenatural.
2. Explicar y fundamentar las variables que influyen en el
lenguaje visual cretense En el arte cretense, son características principales las líneas curvas, el dinamismo, la perdida del hieratismo y un acercamiento a la naturaleza Destacando el aspecto geográfico influyente: los cretenses vivían en una zona con mar, aspecto que se refleja claramente en sus obras, en las que podemos ver la utilización de la línea curva. Esa línea curva que representa a las olas, a su movimiento, se veía también en sus obras a sus obras, en los frisos, en el diseño de las cerámicas. El mar también influyo en cuestión de temática y color, permitió que en las obras aparezcan animales marinos, como delfines o pulpos, colores fuertes, azules y también objetos que provienen de el, como el constante uso de perlas usadas por una aristocracia muy rica, la única clase que se veía representada en el arte. La isla evidentemente no pudo abastecer por su cuenta a sus ciudadanos, se vieron obligados a negociar, adentrándose en el mar comenzaron a negociar. Esto les permitió el contacto con otras culturas, lo cual colaboro con aquel dinamismo característico del arte cretense al hacerlos tener contacto con una gran diversidad. La población cretense vivía en una talasocracia: una forma de vida, de gobierno, basada en la riqueza del más, en la posibilidad de comercio que ofrece. Entonces, estamos hablando del comercio como actividad que genero grandez riquezas, de una aristocracia muy rica, y esto es otro de los aspectos que se ven en sus obras. Se refleja en las obras claramente: una aristocracia rica, por los lujos que se puede ver que cargaban los personajes, que gozaba de la vida, de actividades divertidas y de entretenimiento, como el boxeo o la tauromaquia, y que tenía un fuerte contacto con la naturaleza. La línea curva que utilizaban sumada a esta constante presencia de la naturaleza generaba en sus obras un fuerte dinamismo, lo cual era además reflejo de una sociedad muy dinámica. Pero a pesar de esto seguían basándose en una técnica racionalista. Sigue presente la frontalidad, la técnica completiva, la esquematización de ciertas partes del dibujo y la estilización de aquellos personajes pertenecientes a las clases altas. En este caso este era un arte que ya había perdido el hieratismo, donde no figura ninguna clase de símbolo religioso, más allá de que si había cierta adoración a dioses y una religión importante, ya no existe esa presión en el armado de las narraciones. Ahora son narraciones que relatan la vida, única y exclusivamente, de la aristocracia, sus actividades, sus costumbres, sus lujos, que reflejan aquella vida gozosa de la que esta clase disfrutaba. Este es otro aspecto a destacar y aclarar, el hecho de que en el arte cretense solo se retrataba a la aristocracia, cualquier otra clase es invisible a la hora de hacer arte, y esta a la vez estaba presente en todas las decoraciones.
3. Fundamentar las variables que determinan el arte clásico
griego y sus características El inicio del periodo Clásico, es marcado por Mirón, con su Discóbolo. La característica clave del clasicismo es que ya hay en la escultura una fidelidad a la naturaleza, con un estudio anatómico correspondiente. Pero a pesar de que este cuerpo es fiel anatómicamente hablando a lo que sería un cuerpo real, sigue respondiendo a un ideal (al igual que en el periodo arcaico). Las esculturas siguen representando a atletas, cuerpos perfectos y con una, digamos, corrección de la naturaleza a partir de cálculos matemáticos, para seguir logrando esa idea de perfección, para seguir respondiendo a aquel ideal de belleza. Por ejemplo, el numero áureo. En Mirón vemos la representación del movimiento, del esfuerzo súbito, de la postura cargada de dinamismo. A pesar de ese esfuerzo físico que se ve claramente en el Discóbolo, algo presente tanto en esta obra como en todas las esculturas de este periodo, es que a pesar de que se hubiera representado un momento de mucho esfuerzo físico, el rostro siempre permanecía impasible, pretendiendo reflejar un equilibrio interno, como que aquel personaje que se representaba estuviera mucho más allá de ese esfuerzo humana. Eran representados como semidioses. Esto responde a un ideal de equilibrio interno que es parte de ese ideal primero de perfección, una perfección no solo física sino también espiritual. El estilo clásico se basa en un naturalismo idealizado; es un idealismo que representa un mundo perfecto y normativo. Donde conviven una tendencia dinámica y progresista con aquellas fuerzas conservadoras. De este periodo destaca también la figura de Policleto. En sus obras vemos la posición de contraposto, en la cual se ve este equilibrio tan característico del periodo en esta cuestión de un lado tensionado y otro distencionado en descanso, la expresión sigue siendo impasible y podemos ver la utilización del número áureo y la regla de las 7 cabezas. Estas esculturas, en comparación a las del periodo anterior, pierden la frontalidad e invitan a ser vistas desde varios puntos de vista. Esto podría estar relacionado con la forma de gobierno; en el periodo anterior la tiranía ve las cosas de una única manera, en cambio ahora en democracia (relativa) las cosas se ven desde varios puntos, y esto estaría reflejado en la escultura. La Grecia clásica es una Grecia democrática, con una fuerte tensión en sus formas sociales y políticas por ser una democracia individualista y antiindividualista a la vez; por gobernar en nombre de los ciudadanos, pero por el espíritu de la nobleza. A esta tensión corresponde el antagonismo que se observa en el arte de una tendencia al naturalismo y a la vez un afán de medida y orden, sumado además esta cuestión dinámica observable. Se designa al estilo clásico como un idealismo y al arte clásico como la representación de un mundo mejor y normativo, de una humanidad superior y perfecta, es una manifestación característica del modo de pensar aristocrático que prevalece en esta época. La aristocracia prefiere o elige temas del mundo mítico de los dioses y los héroes; los temas del presente y de la vida cotidiana le parecen vulgares e insignificantes. En este periodo también se desarrolla la arquitectura. Una arquitectura que responde a ordenes, a ideales. Los dos órdenes más importantes fueron el Dórico y el Jónico. El orden Dórico se basa en la idea de austeridad, una austeridad que representa a la masculinidad. En este orden observamos grandes columnas, de fuste acanalado que arriba termina en formas simples (cuadrado, circulo) y abajo se apoyan sobre una base simple o directamente sobre los escalones; que recorren todo el perímetro de la planta (Partenón) o se encuentran solo en la cara delantera y trasera. Por debajo del tímpano de los templos de este orden vemos varios frisos, divididos entre ellos por triglifos, que cuentan historias antiguas, relatos; el friso acompaña la coronación recordando a que se conmemora este templo. El orden Jónico, es el orden que representa lo femenino, caracterizado por lo pequeño, la ornamentación y las líneas curvas. En el templo de la diosa Nike, por ejemplo, vemos una mezcla de ambos ordenes, un equilibrio entre lo masculino y lo femenino, entre lo jónico y lo dórico.