Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
“Dicen que Cuniraya Huiracocha fue muy antiguo. Antes que él existiera no había
nada en este mundo, dicen. Y fue él, creen, quien hizo las montañas, los árboles,
los ríos, los animales de todas las clases y las chacras para que el hombre
pudiera vivir. Por esta razón dicen de Cuniraya: “Fue el padre de Pariacaca”. “Si
no hubiera sido hijo de él, lo habría tratado como a un perro”, afirman todos. A los
otros pueblos, haciendo una u otra cosa, los subyugó.”
Después Paricaca convocó a todos los hombres del Tahuantinsuyo, mucho antes
de los incas, a que vivieran cerca de él, después de esto creo a los Huacasas a
quienes les enseño como adorarlo y estos trasmitieron ese conocimiento a las
demás pobladores. Después de esto Hullallo que no olvida su odio a Paricaca,
envió a su montaña un animal llamado Huqui, Paricaca ordeno a todos los
hombres del Tahuantinsuyo, cazar a este animal. Un hombre de la Región de
Checa, del ayllu de Cacasica cazó a este animal y hombre de de Quinti, le dijo que
le llevara la cola a Paricaca que este lo recompensaría, y que él se llevaría el resto
del animal. El cazador fue a ver Paricaca, pero el otro hombre tomo un camino
más corto y lo llevo ante este.
“En esa fecha, los Huacasas bailan y cantan cuando son diez o cuando son
veinte. Pero esos cantos los entonan sin convidarse bebidas. Si alguien muere
después de haber rechazado, de su propia voluntad, el canto, dicen que ha
muerto a causa de esta culpa. Por eso, a todos los hombres les hacen cantar y
bailar desde que son niños, los hacen competir entre ellos.”
Antes que iniciara el Auquisma, todas las familias se reunían a llorar a sus
muertos; presentaban comidas y bebidas a estos, para presentarlos ante
Paricaca. Depositaban ofrendas que podían ser bolsas de coca y sacrificios de
crías de llamas. Los encargados de estos sacrificios eran los yañcas, cuando
sacaban el corazón de la llama y veían que el corazón estaba bien, el muerto no
era pecador, pero cuando el corazón estaba enfermo, el muerto era pecador.
Como pago a la ceremonia los yañcas se llevaban las cabezas y los lomos de las
llamas
Ya en los tiempos del Inca, 30 sacerdotes sacrificaron una llama que cuyo nombre
era Yaurihuanaca; cuando vieron sus entrañas que no estaban bien y uno dijo que
el mundo tampoco lo estaba y que Paricaca se convertirá en silencio, en salvaje.
Se pelearon con el que dijo esto. Tiempo después oyeron de la llegada de los
españoles.
“En ese tiempo, aquí en Checa, vivía un anciano de Pariacaca, del ayllu de
Casicaya; se llamaba Tamalliuya Caxalliuya. De los treinta sacerdotes que tenía
Pariacaca, este Tamalliuya Caxalliuya era el más sabio, el que mejor guardaba la
memoria. Cuando llegaron los españoles preguntaron: “¿Dónde está la plata v los
trajes de este huacaT. Ninguno de los sacerdotes quiso confesar. Entonces los
españoles, enfurecidos, prendieron fuego, rápidamente, con unas yerbas secas.
Decidieron quemar a Caxalliuya. Sopló el viento cuando el fuego empezaba a
subir de un costado al cuerpo de Caxalliuya. El hombre sufría, padecía; los otros
le entregaron a los españoles todo lo que pidieron y había.
Ocurrido esto, exclamaron todos: “Gran verdad nos dijo ese Llacuas Quita
Pariasca. Hermanos: dispersémonos. El mundo ya no está bien”, y así, se
dispersaron por todos los pueblos. Y, entonces, el hombre de Checa a quien casi
quemaron vivo los españoles, consiguió guiar hasta su pueblo a un hijo de
Pariacaca. El hijo se llamaba Macahuisa y el pueblo del hombre de Checa, Limca,
de Quinti.”