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Paricaca

Paricaca es el dios de la del agua y de los truenos o las tormentas eléctricas.


También es una ubicación geográfica en el Perú; es un nevado con dos cimas en
los andes. Dicen que Cuniraya Huiracocha fue su padre:

“Dicen que Cuniraya Huiracocha fue muy antiguo. Antes que él existiera no había
nada en este mundo, dicen. Y fue él, creen, quien hizo las montañas, los árboles,
los ríos, los animales de todas las clases y las chacras para que el hombre
pudiera vivir. Por esta razón dicen de Cuniraya: “Fue el padre de Pariacaca”. “Si
no hubiera sido hijo de él, lo habría tratado como a un perro”, afirman todos. A los
otros pueblos, haciendo una u otra cosa, los subyugó.”

Paricaca es el mayor de 5 hermanos, que son: Curapa, Puncho, Sullcayllapa y


Pariacarco y estos nacieron de 5 huevos. Historia de ésta deidad, empieza cuando
uno de sus hermanos va a vigilar al lago de Mullacocha, que es un lago en los
andes en Perú, que es donde está Hullallo Carhuincho, es una deidad volcánica
que exigía sacrificios de perros. Una vez se cansó del sacrificio de los perros y
pidió a los hombres quienes ofrendaban pidió sacrificios humanos. Uno de estos
hombres, quien iba sacrificar uno de sus hijos, le pidió ayuda Paricaca para que
desterrara o luchara con este dios. La primera parte de ésta lucha concluyó
cuando Hullallo Carhuincho, fue encerrado en el lago de Mullacocha; otras
versiones dicen que Hullallo fue transformado en éste lago. A pesar de esto, uno
de los hermanos de Paricaca fue a vigilar este lago y vio como Hullallo se voló
transformado en pájaro.

Hullallo se refugió en una montaña llamada Caquivoca, Paricaca y sus hermanos


se dieron cuenta de esto y derrumbaron la montaña con rayos. Hullallo llamo una
serpiente de dos cabeza llamada Amaru (Amaru es una serpiente con alas, cola
de pescado y angulas representaciones tiene cabeza de llama), para ahuyentar a
Paricaca. Paricaca se enfrento a él y le clavó un bastón de oro en la mitad, esto
hizo que Amaru se enfriara y se convirtiera en piedra (Amaru también es un
pueblo en Perú) y los hombre que conocen esta historia raspan el cuerpo de
Amaru para sacar polvos medicinales.

Después de esta lucha Hullallo, fue arrojado al abismo de Caquivoca y se refugió


en una quebrada, desde ahí envió un pájaro llamado caqui y en una de sus alas
le planto una lanza, Paricaca también lo derroto. Hullallo ya sin fuerza huyó a la
región de Anti y mando a su hermano Pariacarco para que vigilara la entrada en
caso de que este volviera. Se dice que su hermano también se convirtió en
nevado.
“Habiendo ya vencido, consumada su victoria, regresó Pariacaca con sus
hermanos a la montaña que llamamos Pariacaca. En esa misma zona existe otra
montaña, muy nevada, que se llama Huamayaco a la cual no es posible subir.
Dicen algunos: “Ese es Pariacaca”. Mucho después, cuando llegaron los
españoles y vieron la gran nieve de esa montaña: “Ese es Pariacaca” dijeron
también ellos. Pero el mismo Pariacaca vive, según se cree, en un precipicio de
rocas que está un poco más abajo. A ese mismo sitio entraron sus otros
hermanos, y luego que entraron, al instante, dijeron: “Aquí he de habitar, que aquí
vengan a rendirnos culto”. Y en ese precipicio hicieron su pueblo, su residencia.”

Después Paricaca convocó a todos los hombres del Tahuantinsuyo, mucho antes
de los incas, a que vivieran cerca de él, después de esto creo a los Huacasas a
quienes les enseño como adorarlo y estos trasmitieron ese conocimiento a las
demás pobladores. Después de esto Hullallo que no olvida su odio a Paricaca,
envió a su montaña un animal llamado Huqui, Paricaca ordeno a todos los
hombres del Tahuantinsuyo, cazar a este animal. Un hombre de la Región de
Checa, del ayllu de Cacasica cazó a este animal y hombre de de Quinti, le dijo que
le llevara la cola a Paricaca que este lo recompensaría, y que él se llevaría el resto
del animal. El cazador fue a ver Paricaca, pero el otro hombre tomo un camino
más corto y lo llevo ante este.

“Pariacaca se regocijó mucho y halagó al hombre. Este individuo de Quinti se


llamaba Chucpaico. Poco después, llegó el otro hombre con el rabo del animal,
entonces Pariacaca le dijo al de Quinti: “Por haber mentido ante mí lucharás con
los Quintis; ‘pestilentes' les dirán ellos a tus hijos”, y siguió apostrofándolo
horriblemente. Luego refiriéndose al ayllu de Cacasica y Huarancha hasta
Llichicancha, el mismo Pariacaca dijo: “Tú, por haber atrapado a este animal,
serás elevado a la clase yañca. Daré oídos a todo lo que de tus pueblos me
hables y los otros pueblos deberán hablarme por intermedio de ustedes, a ustedes
deberán decirles primero lo que quieran que yo sepa”. Y le puso, él mismo, un
nombre al que atrapó ese huqui: “Te llamarás Ñamcaparya”, le dijo. Desde
entonces, los pueblos que hemos nombrado son yañcas. Los de Concha también
fueron yañcas, designados por el mismo Pariacaca, quien les puso el nombre de
Huatasi. Y así, todos los que son yañca fueron instituidos por el mismo
Pariacaca.”

Después de esto Paricaca tuvo 7 hijos: Chucpaico, Chancharuna, Huariruna,


Utcochuco, Tutayquiri, Huarquinri, Sasenmale. Todos estos vencieron a los
yuncas. Después, salió de la tierra un hijo de Pariacaca, y su nombre fue
Pachachayro. Estos lucharon de vencieron a los yunca y debido a esta batallas
olvidaron a su antiguo dios.
Paricaca fue conquistando pueblos y les fue enseñando como adorarlos, para esta
tarea creo a los Huacasas; que eran los encargados de trasmitir éste
conocimiento. También había otra celebración en el monte de Paricaca, la cual
era una carrera de llamas, la cual consistía en arriar las llamas hasta la cima del
monte de Paricaca. El hombre que llegara primero a la cima, tenía el favor de
Paricaca. Esta celebración era llamada la Auquisma, y se dice que se celebraba
en junio más o menos. Durante esta celebración los Huacasas, cantan, bailan y
rechazan la bebida. Quienes rechazan éste canto y mueren durante esta
festividad, se dice que perecieron por rechazar esta tradición. Por esta razón
bailan desde niños.

“En esa fecha, los Huacasas bailan y cantan cuando son diez o cuando son
veinte. Pero esos cantos los entonan sin convidarse bebidas. Si alguien muere
después de haber rechazado, de su propia voluntad, el canto, dicen que ha
muerto a causa de esta culpa. Por eso, a todos los hombres les hacen cantar y
bailar desde que son niños, los hacen competir entre ellos.”

Antes que iniciara el Auquisma, todas las familias se reunían a llorar a sus
muertos; presentaban comidas y bebidas a estos, para presentarlos ante
Paricaca. Depositaban ofrendas que podían ser bolsas de coca y sacrificios de
crías de llamas. Los encargados de estos sacrificios eran los yañcas, cuando
sacaban el corazón de la llama y veían que el corazón estaba bien, el muerto no
era pecador, pero cuando el corazón estaba enfermo, el muerto era pecador.
Como pago a la ceremonia los yañcas se llevaban las cabezas y los lomos de las
llamas

Ya en los tiempos del Inca, 30 sacerdotes sacrificaron una llama que cuyo nombre
era Yaurihuanaca; cuando vieron sus entrañas que no estaban bien y uno dijo que
el mundo tampoco lo estaba y que Paricaca se convertirá en silencio, en salvaje.
Se pelearon con el que dijo esto. Tiempo después oyeron de la llegada de los
españoles.

“En ese tiempo, aquí en Checa, vivía un anciano de Pariacaca, del ayllu de
Casicaya; se llamaba Tamalliuya Caxalliuya. De los treinta sacerdotes que tenía
Pariacaca, este Tamalliuya Caxalliuya era el más sabio, el que mejor guardaba la
memoria. Cuando llegaron los españoles preguntaron: “¿Dónde está la plata v los
trajes de este huacaT. Ninguno de los sacerdotes quiso confesar. Entonces los
españoles, enfurecidos, prendieron fuego, rápidamente, con unas yerbas secas.
Decidieron quemar a Caxalliuya. Sopló el viento cuando el fuego empezaba a
subir de un costado al cuerpo de Caxalliuya. El hombre sufría, padecía; los otros
le entregaron a los españoles todo lo que pidieron y había.
Ocurrido esto, exclamaron todos: “Gran verdad nos dijo ese Llacuas Quita
Pariasca. Hermanos: dispersémonos. El mundo ya no está bien”, y así, se
dispersaron por todos los pueblos. Y, entonces, el hombre de Checa a quien casi
quemaron vivo los españoles, consiguió guiar hasta su pueblo a un hijo de
Pariacaca. El hijo se llamaba Macahuisa y el pueblo del hombre de Checa, Limca,
de Quinti.”

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