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Versos y fiestas en el Caribe colombiano

Author(s): Consuelo POSADA


Source: Caravelle (1988-) , Décembre 1999, No. 73, LA FÊTE EN AMÉRIQUE LATINE
(Décembre 1999), pp. 187-200
Published by: Presses Universitaires du Midi

Stable URL: https://www.jstor.org/stable/40854713

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CM.H.LB. Caravelle
n° 73, pp. 187-200, Toulouse, 1999

Versos y fiestas en el Caribe colombiano


PAR

Consuelo POSADA

Universidad de Antioquia, Medellín

1. LAS FIESTAS POPULARES Y LA CONSERVACIÓN DE LOS VERSOS

En la vida de los pueblos costeros, las fiestas populares se h


desarrollado como rituales de apoyo a las formas de cohesión social. P
Fais Borda (1986: 122A), el jolgorio de muchas zonas de la Co
Atlántica, en las fiestas colectivas, se consolidó desde mediados del si
pasado y al calor de fandangos y bandas de viento, impulsadas por l
tabacaleros, se estimuló el asentamiento en el Sinú de composito
cantadoras, decimeros, copleros y bailadoras que ayudaron a alterna
música con el trabajo campesino 1.
Las fiestas populares han estado unidas a representaciones adobad
con versos, que sirven para realzar su colorido y se nutren de la tradi
hispánica, de uso colectivo en la región. En general, las zonas con alg
influencia negra conservaron mejor los textos de la tradición española
contraposición a la población indígena que se mantuvo alejada de las f
mas hispánicas, la población negra ha mantenido vigente, y ha enriqu
cido con su uso, el conjunto de formas orales españolas. Los esclavos
gros penetraron, aprendieron y adecuaron las tradiciones hispánicas
fundidas en las colonias. En Colombia, los esclavos importados como t
bajadores para las haciendas y las minas de oro se mantuvieron en es
cho contacto con las casas señoriales. Sus dotes musicales les permitie

1 Este ensayo se apoyará en los materiales de la zona de la Depresión Mompo


recogidos durante la investigación sobre la «Oralidad en los animales de Mompo
desarrollada como parte del trabajo conjunto sobre el «Bestiario Momposino» diri
por Sandra Turbay y cofinanciado por la Universidad de Antioquia y Colciencias.
análisis se hacen extensivos a otras regiones de la Costa Atlántica y se nutren de
documentos y reflexiones producidos en la investigación «Procesos políticos de la copl
Colombia», que la autora de este ensayo adelanta en este momento en la mis
Universidad de Antioquia.

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aprender y apropiarse el patrimonio


mujeres negras siguieron cantando como
de la liberación de los esclavos (Beutler,
Entre las celebraciones regionales sobresa
cadas a santos patronales, como la de San
la de San Sebastián, el 20 de enero y la d
de febrero. Pero, entre noviembre y ma
sión Momposina, las diferentes festivid
ciones religiosas se unen las fiestas paga
Las fiestas señaladas por Oscar Arqu
coinciden con las mencionadas por Cres
gangué, un puerto sobre el río Magdale
fiesta de navidad, el año nuevo, el prime
carnavales y la fiesta de la Virgen del Carm
Salcedo recuenta, con afecto, la parte d
la presencia de los versos: las piquerías,
tamboras, las maracas, que con versos im
otro, hasta encontrarse en la plaza. Su d
los versos:

¡Yo saborié tanto en mi juventud esos festivales en tiempo de navidad!


¡Eso sí es muy bonito, pero muy bonito! ¡Daba gusto! Las contestaciones
de las voces, tanto de una parte como de otra; los encuentros de un barrio
con otro barrio con tambores y tamboras versificadas, piqueriando en
cuartetos los que cantaban. Sale uno de pelao al pueblo y, entonces, hay
procesiones. ¡Y a divertirse usted durante días! Demasiado. (Salcedo,
1976:100)

Y trae estos ejemplos de los versos escuchados en las fiestas:

Tres golpes, tres golpes


tres golpes no más
el baile de la villanueva
fueron tres golpes no más.

Aquella que va bailando


lleva el pollerín afuera,
y el que la va galantiando
dice que es forastera. (Salcedo, 1976: 100)

También las fiestas del carnaval, en la Costa Atlántica, están acompa-


ñadas por textos en verso, en los que se les canta, fundamentalmente, a
los animales. El carnaval de Mompox, como el carnaval de Barranquilla,
le cantó versos a la fauna local: para Arquez, los animales de Africa fueron
reemplazados por la variedad de la fauna del trópico caribe, y en vez de
leopardos, leones, elefantes o búfalos, aparecieron coyongos, garzas, patos
cucharos, peces, burros, goteros, caimanes, perros, tigres o ponches
(Arquez, 1998:219).

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Los versos son una constante en la


Además de la coreografía y de los ba
los versos agregan un elemento parti
danzas de goleros, coyongos, chan
espectadores que asisten a las repres
siempre a sentir los versos, en todos
incorporan versos que acompañan las
En la danza de los pájaros, éstos se m
a la música y a las banderas colocad
versos de los personajes: el toche, el t
el sangretoro, el colibrí y la rosita:

De los pájaros del monte


a mí me llaman el toche
y quiero pasar contigo
estas horas de la noche.

Mientras el toche vuelve a su puesto

Cuando sopla el vendaval


me hallo siempre en gran apuro
porque el plátano maduro
es comida de turpial. {Diario del Car

En la danza de coyongos, la gar


coyongos, el rey de los coyongos, el
cazador y el pez, entonan cada uno su

Yo soy el pato cucharo. . .


Yo soy la garza morena. . .
Yo soy el gallito de ciénaga. . .

Las aves y el cazador entonan copla


un ejemplo del texto del cazador:

Vengo en busca de cucharo


y de pájaro gurrión
que van para el playón
a buscar su dormidero.

Soy el cazador constante


que cazo noche y día
Haciéndole cacería
a estos patos ambulantes.
Ahora hablan las aves:

Este bendito cazador


contra mí lanzó su tiro
yo caí al suelo tendido
para calmar mi dolor

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me calentó el sol
en una playa de arena
llegó la garza morena
y me ayudó a levantar

ya aquí no me quedo
llego y remonto mi vuelo
voy sí directo hacia Mompox
que se quede ese bendito golero 2.

También en la danza de los goleros, la histo


el golero se interpreta con parlamentos contado
Los estudiosos han encontrado en las fiestas del carnaval de Barran-
quilla permanencia de elementos similares a los del carnaval de Mompox,
que permitirían demostrar la ligazón entre estas dos tradiciones. Hoy, el
carnaval de Barranquilla conserva diversos elementos recogidos de la
tradición momposina: esquemas similares en las danzas e identidad en la
historia de base, en los personajes y en los mismos versos.
El carnaval de Mompox aparece como centro embrionario de los car-
navales de la Costa Caribe, que se desplazaron a través del río Magdalena,
y su auge coincide con la época de florecimiento momposino en el siglo
XIX. Recordemos que mientras el río Magdalena fue la vía obligada para
unir la Costa Atlántica con la capital, Mompox era también paso obliga-
do entre Santafé y Cartagena. La llegada a Barranquilla se ubica a prin-
cipios del siglo pasado: Arquez (1998:216) sitúa entre los años 1804 y
1815, en Barranquilla, las celebraciones de carnaval que, en fiestas sepa-
radas, eran organizadas por colonias provenientes de Santa Marta y
Mompox.
En el movimiento de estas fiestas tradicionales es importante conside-
rar el papel del río. Por el río llegó el carnaval a Barranquilla y también
por el río llegaron los versos y muchos de los cantos populares. Por el río
viajaban los alimentos, el ganado y también las canciones que iban
llegando a todas las poblaciones ribereñas.
Crescencio Salcedo le dedica un gran espacio al papel del río como
lugar de encuentro y regocijo para la fiesta. Para señalar el movimiento
del puerto de Magangué, cuenta que en las primeras décadas de este siglo
salían de allí hasta cien barquetas en un día y, durante los carnavales, allí
se embarcaban todos los disfrazados en barquetas grandes (Salcedo, 1976:
29-33 y 101). Además, los barqueteros dormían en los pueblos estable-
ciendo así una relación estrecha con los pobladores y esta circunstancia
intervino, para Salcedo, en la difusión de las canciones, que se fueron
extendiendo por las poblaciones de la ribera del río.
Aunque en la zona de Mompox, las celebraciones colectivas están casi
desaparecidas, los informantes relatan con detalles las fiestas del tiempo
pasado. Allí se cuenta el papel de las mujeres cantadoras que llegaban

2 Informante, Tomás Ernesto Palmera. Zona de Mompox.

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para animar la fiesta con gritos aleg


sabían o reelaboraban en el momento.
Para el bullerengue, en Evitar, Geo
coro que canta los estribillos y palm
Sólo los tamboreros permanecen sen
están de pie, con los músicos y bail
asistentes (List, 1994: 136)3.
Muchas de las fiestas colectivas pr
esquema de forma dialogada, con est

Dame la mano prima


yo no puedo prima,
la mano la tengo enferma
y después me la lastimas 4.

List hace extensivas sus notas sobr


en toda esta zona, combinan letanías
coplas «dentro del flujo del verso le
Esta forma responsorial, con un d
coro, que puede alternarse con elem
el golpe de tambores y la participaci
batir de las manos de los presentes
rasgos negros presentes en la músi
telli, 1980:49)5.
Fais Borda coincide en la condición negra de estos bailes cantados,
como la tambora y el bullerengue, y trae diversas menciones de mujeres
cantadoras, que como Juana Conde, Candelaria Bacunares y Claudina
Causado acompañaban el «fandango cantão» que se tocaba y bailaba en la
calle en época de Pascuas. Estas fiestas giran en torno a una cantadora
que entona los versos al pie del tamborero, el público que acompaña, lle-
vando el compás con las manos o a veces coreando los versos y una pareja
que baila suelta dentro del círculo de la gente (Fais Borda, 1986: 124 A).
También Tomás Carrasquilla se detiene, en La Marquesa de Yolombó,
en algunas celebraciones, identificadas en la tradición local, como la fiesta

3 La obra de List se basa en las observaciones etnográficas realizadas en Evitar, un pueblo


pequeño y aislado que pertenece al municipio de Mahates, en el departamento de Bolívar.
En las inmediaciones de Evitar se encuentran la ciénaga de Quintanilla al norte (que se
comunica con el Canal del Dique) y al sur las poblaciones de Mahates y San Basilio de
Palenque, lugar en el que se formó el palenque de San Basilio en el siglo XVII. Esto
último sitúa a Evitar dentro de una zona con una fuerte influencia de la cultura negra.
Para nuestra investigación, las observaciones de List sobre los cantos relacionados con
animales en Evitar pueden extenderse a la zona de Mompox: los dos sitios están ubicados
en el mismo departamento y unidos por la vía del río Magdalena a la vida ribereña.
4 Informante, Etilvia Murillo. Saragoza, Antioquia.
-> Se debe recordar que las manifestaciones de esta influencia negra están hoy mezcladas
en la heterogeneidad de las formas finales, que son el producto de la fusión cultural.
Además, el contenido de las coplas es fundamentalmente hispánico.

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del «Fandanguillo con verso cantado», y


grupo», al son del musiqueo6:

Venga el fandanguillo,
De los chapetones,
Que siembran pepinos
Y arrancan melones.

Las descripciones siguen con un ambiente


a la música, son la parte fundamental y cad
una estrofa. Hay una manera de coqueteo d
y una forma dialogada, en la que se intercalan
primera estrofa masculina:
Toma niña este clavel
Qu'es mi regalo mejor;
No nació cosa má rica
En lo jardine de amor

Le siguen los versos de la dama:


No te recibo el clavel
Y lo rechazo sin pena,
Que de un negro tan candongo
Nunca vino cosa buena. (Carrasquilla, 1974:315-316)
En las diferentes fiestas cantadas de la Costa Atlántica colombiana, las
mujeres son las encargadas de abrir la celebración: ellas dan los gritos
iniciales, escogen los parejos y toman la iniciativa del baile y también ellas
inician el canto de los versos, que declara abierta la fiesta. En los testimo-
nios recogidos y en los documentos encontrados se reitera la importancia
protagónica de las mujeres. Mientras una mujer canta, las demás «tocan
palmas» con las manos y responden con el coro. La cantadora comienza
con un grito bullanguero, el grito pas cuero: «Pascueeeeeee» y todo mundo
contesta: «Pascué, pascué».

Aquí empezaba el calor de la fiesta. Sólo cuando la cantadora alzaba


los brazos, abría la pollerona y empezaba con sus gritos, el tambolero
se animaba porque ya tenía la compañía de los cantantes. Entonces,
empezaban los versos de la mujer:

Por aquí me voy metiendo


como raíz de cañabrava
la mujer es la que pierde
y el hombre no pierde nada

Entonces las otras cantaban: Ay, Juanita llora, Juanita llora, Juanita
llora, pero tocándole las palmas y ella seguía su canto:

6 Aunque se trate de la zona antioqueña, Carrasquilla recuenta tradiciones esclavas, de la


población negra vinculada al trabajo en las minas.

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Por encima corre el agua


por debajo piedrecitas
desde lejos se conoce
a mujer que es señorita!.

Aunque las fiestas con textos cant


olvidada, durante la investigación e
fiesta, alrededor de La Chula, un
pudo comprobarse que todavía h
colectiva donde están integrados los ve
Con la ayuda del ron, para los m
bailar y tocar puya, cumbia, fandango
enlace entre el pasado y el presen
vuelven a ser y a través de los rela
alcanzamos a recomponer la imagen

2. ENTRE LA IMPROVISACIÓN Y LOS VERSOS TRADICIONALES

En los rituales, unos versos se repiten y otros se improvisan. Según los


informantes, los cantadores conocían previamente los textos, aunque en
algunos casos improvisaban nuevas variantes. En general, los versos de
celebraciones colectivas aparecen, en su mayoría, tomados del conjunt
de la tradición oral popular.
Los diferentes cantos están hechos de coplas populares y construidos
en la medida octosílaba, de tradición española. Es común encontrar qu
versos idénticos se utilizan en diversos contextos. Así, una misma estrof
puede escucharse en las fiestas populares, los velorios, los cantos de trab
jo, o acompañar tradiciones religiosas o celebraciones de carnaval. Un
ejemplo importante de este uso múltiple de los versos tradicionales pued
mostrarse en los cantos de vaquería 9. Aquí aparecen muchas estrofas qu
hacen parte de los cancioneros de coplas tradicionales colombianas. Los
siguientes ejemplos, recogidos en Mompox como cantos de vaquerí
repiten versos populares de otras regiones de Colombia:

' Relato de Hermes Rodríguez. Esta entrevista fue realizada en San Fernando, Mompox,
por el estudiante Jonathan Echeverri, auxiliar de esta investigación, y se encuentra en s
Diario de Trabajo de Campo, preparado en el transcurso de este trabajo.
8 Diario de Campo. Sandra Turbay.
Cl T t » *■"% 11* • • ««■«« ■■

J Los cantos de
ganado, por gr
Bolívar. Para
muestra la adap
de la región. L
propios temas,
temas de los can

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Yo no me caso con viuda


ni porque vista de seda
porque mula que otro amansa
algún resabio le queda

Cuando yo tengo tabaco


fumo y le doy al diablo
y ahora que no lo tengo
ando recogiendo cabos

El pato para volar


las alas las encartucha
la mujer para bailar
se adorna con caracuchas

Arriba de aquel cerrito


me invitaron a comer

costillas de puerco flaco


y rabadillas de mujer
Eeeeeeeeeeeehh

La guayabita madura
le dijo a la verde verde
el hombre cuando es casado
se acuesta pero no duerme
Aaaaaayyyyy ooooo tooo

Sobre el tema de las fiestas de negros, que se acompañan con versos,


en las minas de Antioquia, Tomás Carrasquilla (1974) cita algunos frag-
mentos, tomados de romances de tradición española, que califica de un
«verde bien intenso», en consonancia con la «indecencia» del lenguaje de
«la negrería, educada entre tanta palabrota». Entre estas tonadillas escoge
una que reacomoda los versos del romance de «Doña Leonor la asesina»:
...Le dio a beber el veneno,
En sus labios de candela,
y Juan se fue consumiendo,
cual se consume una vela.

Y le robó el corazón
A Don Gil, con toda calma,
Y al pobre, sin confesarse,
al punto se le fue el alma (Carrasquilla, 1974: 316).

Además de los versos tradicionales, los cantadores elaboran nuevas


composiciones que también se interpretan en los diferentes rituales. Pero
es necesario relativizar la improvisación y reconocer que la poesía popular
de tradición oral es siempre repetición reelaborada. Por esto, los improvi-
sadores hacen versos aparentemente nuevos, combinando variantes de
estrofas ya conocidas y se apoyan en la memoria para reelaborar las coplas
anteriores, con nuevos versos que introducen algunas variantes a las

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formas anteriores y se acomodan a la


ley de los materiales folklóricos, que
grado mínimo de improvisación y
compositor se da en la reelaboración
la base de las estructuras, los temas
juego de combinaciones y variaciones
Los versos cantados por el grupo de
recogidos en San Valentín (cerca de M
tre tradición e improvisación. La Ch
nos de la zona, vinculado al canto, y du
losa frente a la autoría de sus textos
por otros cantautores en grabacione
ella defendió como propias estas com
hacen parte de la tradición oral de la
versos de uso colectivo en la región.

Vola, vola, vola, pajarito


vola, vola, vola pajarito
Mi papa y mi mama
mi hermanito y yo
comimos de un huevo
y la yema sobró.

Cuatro garigaris
y un garrapatero
bajaron de un palo
a comer del huevo

Esta fue la garrapata


la que a Felix le picó
y una roncha le dejó
y este es un rasca que rasca
y es la garrapata 10.

Este proceso de reelaboración sobr


sido estudiado para la décima impro
aprenden de memoria, recitan y la m
de versos, cuyo metro tienen vivo en
las reglas, pero sin embargo reconoce
nimas, de estas reglas porque poseen
melódicas y métricas. List acepta, p
que los decimeros experimentados t
décimas, con temas comunes, que ut
una piqueria (List, 1994:395). Esta

10 Los versos pueden verse en el Diario de C


visita a campo del equipo de investigación de

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entonces, que los decimeros necesitan el c


para componer y adobar sus décimas.
Pero para la interpretación de la tradic
miento de los versos tradicionales. Más allá de la memorización de co-
plas, cantos de cuna, retahilas, adivinanzas y otras expresiones tradicio-
nales en verso, dentro de toda comunidad, la presentación ante un pú-
blico exige que los intérpretes posean otras habilidades, unidas al canto,
como la capacidad de narración y la seducción de los espectadores.
De otro lado, aunque se trate de cantos tradicionales, conocidos y
manejados colectivamente, el uso espontáneo de los versos requiere la
presencia de circunstancias especiales, con un lugar adecuado y con un
público que estimule el espectáculo. Sólo la unión de estos elementos
puede crear la atmósfera requerida para el recuerdo de los versos. Estas
mismas condiciones son necesarias, de manera más estricta para los versos
improvisados: además de un contexto definido, con un momento y un
lugar determinado, debe garantizarse un ambiente creado por la música,
la danza, el canto, las gesticulaciones y el ron.
Como ingrediente festivo, el alcohol apareció siempre unido a las
celebraciones colectivas y en uno de los relatos recogidos se cuenta que en
las celebraciones populares de la región, aquel que no sabía bailar o tocar
el tambor estaba obligado a comprar el ron.
En las historias recogidas, las mujeres viejas traían un pañolón grande,
similar a una pañoleta. Después formaban un ruedo y se iban aproximan-
do los varones hasta que se formaba una rueda grandísima. «Entonces la
bailadora cogía el pañuelón ese y se lo echaba al hombro y ella se iba así por
dentro de la rueda. Se iba, se iba, se iba viendo a ver cuál era el hombre que
le servía pa ella echarlo al centro» y cuando una de ellas quería escoger un
parejo para el baile, le tiraba un pañuelo especial, sólo medio tocándolo,
y así «ya él sabía que él estaba amarrado», esto es, que estaba obligado a
bailar.
Cuenta el relato que si el escogido sabía bailar, salía con la pareja pero
de lo contrario debía someterse a la «multa». La mujer lo llevaba primero
donde el tambolero y le decía: «- Levántese y démele el tambor a él, que
él va a tocar ahora». Pero si tampoco el hombre tocaba el tambor debía
encargarse de traer el ron para la fiesta. «Así que lo multaban, a eso le lla-
maban multa. Entonces le decían que, como no sabía tocar tambor, entonces
tenía que mandar una botella de ron. Entonces, bueno, el cliente iba,
compraba la botellita y se la ponía ahí para la cantante y el tambolero y el
cajero» (Hermes Rodríguez. Diario de campo Jonathan Echeverri)11.
Cuando no se cumplen estas condiciones, y ante todo cuando falta el
ron, la recolección de materiales orales se convierte en una tarea difícil

11 Fais Borda reafirma este canje de deudas de baile, que se pagan con ron, con un
testimonio de su experiencia personal en un baile con la exalcaldesa, en una calle de San
Martín de Loba (1986: 125 A).

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pues los «versiadores» no se sienten


dicionales conocidos en la zona,
como los mejores depositarios, utiliza
mación y alegan el olvido de los ve
logró animar a los hombres, crear
los informantes la memoria de la o

3. PASADO DE VERSOS Y TAMBORES

La fiesta tradicional, unida a los rituales, es hoy, en muchos lugares de


la Costa Atlántica colombiana, una celebración casi desaparecida. En la
indagación realizada en la zona de Mompox, resultó que los versos
integrados a las danzas y a las fiestas populares eran cosas del pasado.
Los relatos recogidos hablan de épocas anteriores, de fiestas que ya no
se celebran y, ante todo, de maneras especiales de realizar las celebracio-
nes, unidas a rituales de otros días, como el de los tambores. Cuentan los
habitantes, que cuando llegaba el 25 de noviembre, que era la noche de
Santa Catalina, sonaban los tambores por todas partes. «Se rompieron los
tambores esta noche», se oía decir a la gente. El sonido del tambor se oía
de una población a otra y como su eco resonaba a gran distancia, cada
toque era respondido por otros tambores, de otras poblaciones al otro
lado del río: «A uno le respondían por allá para las Margaritas, los Galvis,
la Pacha, se oía, purità apenas, el tambor, porque el sonido del tambor se
oye lejos, retumba, cuando está en silencio la noche, mucho más»
(Hermes Rodríguez. Diario de campo Jonathan Echeverri).
Por la noche, los días de baile, el tamborilero sacaba su tambor y se
ponía en un asiento a llamar al público, a golpes de tambor. Pero los
tamborileros se fueron entre las muchas familias que se marcharon de los
pueblos y con ellos se fue la tradición del tambor. «Ellos fabricaban sus
tambores, porque no podían estar sin tener un tambor porque ése era el
espíritu de ellos» (Hermes Rodríguez. Diario de campo Jonathan
Echeverri).
Los testimonios oponen la época de los bailes con tambores y caja, al
tiempo presente, con los pic6^> y se lamentan porque ahora los mucha-

12 El compositor Andrés Landero, en una entrevista sobre cantos de vaquería se resistía a


cantar versos conocidos por fuera de un contexto apropiado porque «van a salir así sin
gracia, porque no me siento inspirado». En Mompox fue necesario, en casi todas las
entrevistas, ofrecer licor a los informantes, en el intento por reconstruir unas condiciones
rituales que propiciaran la llegada de los materiales orales.
VD George List aclara que la palabra pico es la pronunciación local del ingles «pickup»,
que se refiere a un fonógrafo portátil con motor de gasolina. El aparato consta de tres
partes: el motor con el generador, la tornamesa y el parlante. Al dividir el equipo en estos
tres componentes separados, se facilita el transporte y se hace más flexible su colocación.
Describe un picó de 1970, encontrado en Evitar, con el parlante puesto en el piso fuera
de la casa de bahareque, el motor y la tornamesa adentro y un parlante adicional en forma

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chos, en lugar de versos tradicionales, can


comercialmente, como los de Diomedes Día
Salcedo describe festividades, como la d
Palomino, con las plazas llenas de tamboras
de acordeonistas, de gaiteros y de muleros.
no hay oficios y «la gente toda se dedica
sancocho, poner varas de premio, hacer co
ellos tienen para divertirse» (Salcedo, 1976
George List se detiene en algunas celebra
con versos y asociadas a fiestas religiosas.
bailarines callejeros se ubican frente a una
sona con el nombre del santo que se festej
Juan o Juana. Al llegar, le gritan su nomb
un solista canta, con estilo que parezca im
conoce como el «canto de gallo», que se
hecho para despertar a la persona a quien
desde su primer viaje a Evitar, en 1964, el
lizado durante la noche de San Juan porqu
que acostumbraba a cantarlo, Israel Sán
incapaz de hacerlo. Por tanto, el canto de
por la actuación de un fandango al frente
recibía la serenata» (List, 1994: 158).
La entrevista al último depositario de esta t
coger solamente algunos versos incoherent
como ejemplo de la copla del canto de gal
municipio de San Jacinto.
A nana nanana nana nana
Levántate, Juanita,
i nana nana nana nanana
que aquí te vengo a traer gallo.
0 nana nana nana nanana
Ahora por la mañanita
1 na vine con mi tocayo (List, 1994: 158).

También List reporta el cambio en los rituales de las bodas formales.


En la fiesta que ofrece la familia de la novia, con ron, comida y música
para bailar, tradicionalmente la música era tocada por un conjunto de
cumbia o de gaitas, que en los últimos años fue sustituido por un picó
(List, 1994:146).
Esta pérdida en las fiestas con versos está ligada a la pérdida gradual
de rituales tradicionales. Cuando List muestra que las décimas se unen a

de cuerno, que colgaba del alero de la casa (List, 1994: 142). A esta nota se debe agregar
que el término se usa actualmente en la Costa Atlántica, aplicado a otros equipos de
música que, aunque más modernos, cumplen la misma función de amplificar el sonido en
fiestas colectivas.

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Versos y fiestas 199

los amigos, al trago y a los doming


está hablando de los rituales que nu
se realizan piquerías en Evitar y se
festivos, es comprensible la compr
cuando explica que los jóvenes ya no
a hacer décimas.
Se pierde la tradición de la décim
que la perpetúan en la comunidad, a
naval porque desaparecen las fiesta
Porque las décimas como los versos
vivir, que se mantengan vivas otras
improvisación. Las fiestas, las décim
de la poesía tradicional y se alimen
permanencia está ligada a las celebr
ciones rituales de la comunidad.
A ese pasado de ritualidades desapa
los cantos que en ellos se hacían a l
en el carnaval de Mompox están casi
las celebraciones que los nutrían y l
recordar los cantos. En Barranquill
tradición del carnaval, permanecen l
pleta de los animales que participa
vivos los versos, los cantos y las
tradición y ayudan a fortalecerla.
Podríamos hablar de un apoyo cruzad
tas sin versos y tampoco versos por
ción de los rituales festivos ayuda a la
lidad y, a su vez, los versos son parte

BIBLIOGRAFIA

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Siglo XXI, 1977, p. 238-278.

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Villegas, Jorge y Grisales, Hernando


Medellín, Hombre Nuevo, 1976.

RESUMEN-E1 ensayo muestra la fuerza de lo


Caribe colombiano. Hoy, se han erosionado l
pueblos de la zona y se pierden gradualment
lares. De esta manera, comienzan a olvidars
parte de la poesía tradicional y que están u
comunidad.

RÉSUMÉ- Cet essai donne à voir la force des


Caraïbe colombienne. Les formes de vie col
région ont subi une érosion et les cérémoni
peu à peu. Aussi commence-t-on à oublier les
la poésie et sont unis aux rituels collectifs de

ABSTRACT- This essay shows the importan


festivals of the Columbian Caribbean. Collec
villages have experienced a decline and pop
slowly disappearing. Also, one begins to fo
that are constitutive of the community's coll

PALABRAS CLAVES .'Versos, coplas, fiestas, tr

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