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EXPLORANDO MIS INTERESES

FOLCLOR: DANZAS Y TRAJES TÍPICOS DE LA REGIÓN ANDINA

La región andina abarca los departamentos de Antioquia, Caldas, Risaralda, Quindío


(Eje Cafetero), Nariño, Huila, Tolirna, Cundinamarca, Boyacá, Santander y Norte de
Santander.
En ella prevalece la "cultura mestiza", con un fuerte predominio de las supervivencias
españolas sobre las indígenas. La mayoría de sus danzas, cantos y ritmos tienen
orígenes hispánicos, con adaptaciones y creaciones autóctonas colombianas. De igual
forma, sus instrumentos musicales; como el tiple y la guitarra, las fiestas populares
como las de San Juan y San Pedro, las romerías a los santos patronos, la mayor parte
de los mitos y supersticiones folclóricas, las copias, leyendas, costumbres refranes y
proverbios, presentan predominio de las supervivencias españolas.
Entre las tradiciones folclóricas andinas, se destacan los siguientes bailes: Bambuco,
Torbellino, Guabina, Pasillo, Bunde.

Eje cafetero: Caldas, Risaralda, Quindío (Triángulo del café) y Medellín.

La zona cafetera fue declarada Patrimonio de la


Humanidad desde 2011. Su vestuario es una de
las características propias de esta región que
desde ese año se convirtió en zona de interés
para el mundo, gracias a ese reconocimiento
otorgado por la Unesco.
El traje típico de los hombres es pantalón negro
o blanco, camisa estampada, alpargatas,
poncho, carriel, sombrero, y pañuelo. Las
mujeres llevan falda larga, por lo general de
flores pequeñas, blusa blanca, cuello bandeja no muy escotado y de mangas al codo,
con un bolero de la misma tela; su cabello con trenzas al hombro. La utilería es una
canasta para recolectar café. Muchas de ellas llevan sombrero para tapar el sol
mientras hacen la recolección.

Bailes típicos de la zona


El Bambuco
Es la manifestación folklórica mestiza más típica de la
zona andina colombiana, y por esencia la danza
nacional más representativa. Sobre su origen se han
expuesto diversas hipótesis, en las cuales se destaca
la esencia antropogeográfica de origen indígena,
negra africana y española.La hipótesis indígena
defiende la proyección de la música chibcha, por
esencia triste en el ritmo lento de los aires folclóricos
del altiplano andino, y en especial en el bambuco.
Algunos antropólogos hablan sobre la existencia de
los indios "bambas" en el litoral Pacífico y la
presencia en su habla de la terminación "uco", asimismo sobre la denominación de
"bambucos", a los aires musicales indígenas de "movimiento trémulo o de bambaleo".
La hipótesis africana ha expuesto la tesis, hoy muy aceptada, sobre el nombre de la
palabra "bambuco", con la cual se designaba un instrumento de los negros antillanos;
ellos llamaban "bambucos" a sus instrumentos caránganos, hechos en tubos de
"bambú".
Y por último, la hipótesis española que se basa en la posible ascendencia vasca que
tiene el ritmo de bambuco. Los ritmos vascos, y entre ellos el zortcico, presentan ritmos
ágiles, sueltos y alegres, que sirven de soporte a una melodía de acentos
quejumbrosos a veces, formando un interesante contraste, muy parecido a nuestro
bambuco.

El Torbellino

Es una de las danzas y canto folclórico más representativo


de Boyacá, Cundinamarca y Santander. Es la tonada
compañera de los promeseros en las romerías boyacenses,
en los bailes de casorios, en las fiestas patronales y demás
ambientes festivos de los pueblos y veredas del altiplano
cundiboyacense. Es la tonada con la cual los campesinos
expresan en sus coplas toda la sencillez de sus reacciones
ante el amor, la desilusión, el sentimiento religioso, el paisaje
variado y el aire frío de la meseta cundiboyacense. La tonada
en cuyas expresiones de "mesmito" "sumercé" "queré" "truje"
"vide" "gancia" "ansia" "paqué" expresan las supervivencias
del castellano antiguo más típico, en estos aires de
ascendencia hispano-colonial.
Sobre los orígenes del torbellino han surgido las hipótesis indígena y española. La
indígena tiene una semejanza rítmica entre el torbellino y los cantos de viaje de los
indios motilones de la serranía de Perijá. Los indígenas no usaban la marcha o paso
normal de los hombres de las ciudades, sino que tienen un trote rítmico que les permite
andar sin fatiga muchas leguas por caminos de montañas y travesía cordilleranas; en
sus viajes van tarareando musiquillas rudimentarias, coplas regionales o sonando
tonadillas del mismo compás. En las ventas camineras, durante el reposo del viaje,
pulsan sus requintos y tiples con el aire típico del torbellino, para solazarse en sus
recuerdos o para acompañar la danza del mismo nombre que ejecutan en las posadas.
Un sello de tristeza y melancolía muy propias de los aborígenes del altiplano
cundiboyacense y Santanderes.
En general el torbellino es un baile suelto que se baila entre dos personas, aun cuando
aparecen hasta cuatro parejas. Los danzantes dan vueltas, con la particularidad del
movimiento femenino como un trompo, con las manos jugando al danzar. El hombre
persigue a la mujer, pero ésta se escapa haciendo giros en remolino; se presenta un
cambio de puesto entre el hombre y la mujer y así sucesivamente. A veces se canta, se
entona una copla y se sigue bailando. Se han distinguido variedades del torbellino,
destacando: el triste o melancólico del altiplano, y el festivo de las zonas cálidas.
Se da el nombre de torbellino versiao cuando los danzantes intercambian coplas
graciosas; torbellino a misa, el que se bailaba antes de la misa de gallo en la
nochebuena ( muy característico del Valle de Tenza- Boyacá), además de el torbellino
de la boterra y el palmoteado, bailado antiguamente en Villa de Leyva.
En ritmo de torbellino se bailan algunas danzas andinas como el tres, la manta, la
matarredonda, la perdiz y otras. Los virtuosos del torbellino en Boyacá dicen que
antiguamente el ritmo era más agitado y muy de remolino; la india boyacense lo bailaba
poniendo sobre su cabeza una taza con chocolate; la gracia precisamente la
encontramos en no dejarla caer de la cabeza.

La Guabina

Es otra de las danzas y cantos típicos del folclor musical andino, muy extendida en
los departamentos de Santander, Boyacá, Tolima, Huila y antiguamente en
Antioquia. Aún cuando el ritmo es común, en cada departamento la guabina
adquiere una melodía especial.
Tiene ascendencia europea y adaptaciones regionales muy sugerentes. Sobre su
nombre no existe definición, se habla de la existencia de un pez guabina en los
Llanos, y muy apreciado en Cuba por su carne; asimismo se ha tomado el
nombre de guabina para designar a un hombre simple.
Los instrumentos típicos para la ejecución de la guabina son el tiple y el requinto, la
bandola y el chucho o guache, a veces reemplazado por la pandereta.
Para bailar la guabina boyacense se utiliza una vestimenta del altiplano: el hombre con
pantalón de manta y alpargatas de fique, un sombrero de paja pequeño que cubre una
montera de lana oscura y camisa de color vivo. La mujer lleva falda oscura y enaguas
blancas que asoman el encaje, alpargatas con galones negros, blusa bordada, mantilla
corta que cae a la espalda y sombrero de paja, igualmente con montera. Ambos llevan
a la espalda, cogidas con cargadores que se anudan sobre el pecho, una canastilla de
bejuco, pequeña como para llevar artículos de mercado, o bien jaulas pequeñas de
"chusque" como las utilizadas por los campesinos para llevar huevos al mercado.

El Pasillo

Es otra de las tradiciones folclóricas andinas que se hicieron


populares desde el siglo XIX. Es una de las variantes del vals
europeo, convertido en baile de moda, con ritmo más rápido o
sea de pasillo. Una de sus formas de variación en el siglo XIX
fue la "capuchinada" o vals nacional rápido. En los años de
transición del XIX al XX se convirtió en el ritmo de moda de los
compositores colombianos; era el más solicitado por los jóvenes
y el más escuchado en las tertulias santafereñas a estilo de
"Rondinella", "La gata golosa", "Patasdilo" y otras.
En la interpretación de los pasillos encontramos dos tipos representativos: uno es el
pasillo fiestero instrumental, que es el más característico de las fiestas populares, bailes
de casorios y de garrote; que se confunden con la típica banda de música de los
pueblos, con los fuegos de pólvora, retretas, corridas, etc. El otro es el pasillo lento
vocal o instrumental, es característico de los cantos enamorados, desilusiones, luto y
recuerdos; es el típico de las serenatas y de las reuniones sociales de cantos y en
aquellos momentos de descanso musical, cuando se quiere recordar.
El pasillo colombiano presenta semejanzas con el "valse" de Venezuela, el "sanjuanito"
del Ecuador y el "valsecito" de Costa Rica". Con el pasillo colombiano se hicieron
populares las danzas, bailes relacionados con la contradanza europea y la habanera
cubana. Era un baile de salón y de fiestas de familia, muy apetecido en Colombia, en
especial en Antioquia y Caldas.

Otros ritmos de la región andina


El folclor musical andino es el Bunde conocido en el Tolima y el
litoral Pacífico. Parece que sus orígenes remotos se extienden
hasta los cantos "wunde" de la Sierra Leona, en África
Occidental. Desde finales de la Colonia se conocen los "bundes"
como bailes populares; según la tradición, la heroína
santandereana Manuela Beltrán se reputaba como "bundelera".
Se conoció asimismo en Antioquia, Cartagena y Tolima; en el
Valle y Chocó encontramos bundes como cantos para ritos
funerarios y para honrar a los santos patronos, como el "bunde
San Antonio".
En el Tolima el bunde ha significado una mezcla de ritmos o
ensaladilla de música, con melodías cadenciosas influenciadas
por las interpretaciones de guabinas y bambucos y las
supervivencias folclóricas de los "opitas". Uno de los clásicos es el "Bunde tolimense"
de Alberto Castilla, el cual recoge la tipicidad tradicional folclórica tolimense". Los
estudios folclóricos han profundizado más en el bunde del litoral Pacífico de
procedencia negra, el cual se baila por parejas en forma circular que son interpretados
con flauta de caña, el conuno y el tambor.
En el Tolima Grande (Tolima y Huila) se cantan y bailan los sanjuaneros y los rajaleñas,
junto con los bambucos, guabinas, bundes y pasillos. El Sanjuanero es una mezcla
rítmica entre bambuco y joropo, muy típico de las fiestas de San Juan y San Pedro
Los Rajaleñas son coplas picarescas de los opitas, las cuales se interpretan con flautas,
tiples, tamboras y caránganos.
Numerosas danzas, cantos y ritmos han sido detectados en el folclor andino,
caracterizado por su gran variedad. En el baile de la perdiz, con paso de bambuco, el
hombre llama a la perdiz con un silbido. En la manta jilada se expresa el oficio de hilar
una manta; se menciona asimismo las supervivencias españolas, e indígenas en la
ronda, la matarredonda, la mejorana, las cintureras, la copa, etc.

Consultado en: https://www.colombia.com/colombia-info/folclor-y-tradiciones/bailes-y-trajes-por-regiones/region-andina/

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