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CARNAVAL AYACUCHANO

El Carnaval Ayacuchano es una festividad realizada en la


ciudad de Ayacucho, Perú, en el mes de febrero, durante
tres días. Fue declarado por el Instituto Nacional de
Cultura del Perú (INC) como Patrimonio Cultural de la
Nación, el primero de su tipo, en 2003.
El Carnaval Ayacuchano es también conocido con el
nombre de Carnaval Huamanguino, se trata de una
festividad - que si bien debe su nombre (el de carnaval) a
una tradición traída por los españoles - de celebración de la
fertilidad tanto de la tierra como la de los seres vivos.

En 2021 se realizó una edición especial bajo el título de


Carnaval de Integración de los Países de América.
CELEBRACIÓN
Dentro de los tres días de celebración - días en los que ya
no solo salen a tomar las calles las comparsas rurales, sino
también las comparsas urbanas - es donde la ciudad se
llena de colorido y gases por todas las calles de la ciudad,
especialmente en las zonas céntricas donde se reúnen en
mayor cantidad las comparsas, al mismo tiempo que se
celebran los "corta montes" por todos los barrios de la
ciudad.
Los grupos de comparsas, de esta festividad, salen en
forma organizada por un jefe que va delante de la
comparsa, cantando y bailando por las calles de la ciudad
con instrumentos musicales típicos. Su vestimenta o
indumentaria está compuesta por disfraces de diversos tipos
de vestidos multicolores, destacando entre ellos, el traje
típico de Huamanga.
En las comparsas o pandillas que bailan en carnavales por
plazas y calles, en las que los bailarines representan
barrios, comunidades o clubes sociales, del mismo modo
que en los bailes alrededor del árbol cargado de regalos -
denominados umisha, yunza, sachakuchuy o cortamonte-
encontramos una admirable capacidad de organización de
los pueblos para afirmar su derecho a hacer arte,
continuando con antiguos ritos o celebraciones en homenaje
a la vida, en lo que se denomina Puqllay.
LOS DÍAS DE CARNAVAL
 En el primer día de carnavales se inicia con la
entrada del "ÑO Carnaval" a la plaza de la ciudad.
Después de la entrada del "Ño Carnaval",
inmediatamente hacen su entrada a la plaza las
comparsas urbanas, cantando y bailando con gran
entusiasmo ante la mirada de miles de pobladores
reunidos para esta celebración; a medida que van
saliendo las comparsas, las calles que ahora ya no
solo del centro, sino de toda la ciudad, se van
llenando de estas comparsas, las cuales bailarán y
cantarán hasta altas horas de la noche,
escuchándose por toda la ciudad la alegría que
llevan en su andar.
 En el segundo día es en el que se reúnen mayor cantidad
de comparsas por todas las calles de la ciudad, estas bailan y
cantan entre serpentinas y talco, entre canciones en quechua
y castellano. El "Ño Carnaval" este día no se aparece por la
ciudad, este día es de las comparsas.
 En el último gran día, las comparsas incasables aún
siguen bailando y los "corta montes" por las noches
continuarán, pero este día está marcado por la quema del
"Ño Carnavalón". Él será quemado en la plaza de la ciudad
ante la vista de todos los pobladores y turistas, rodeado de
comparsas. Este día tanto grandes y chicos buscan despedir
los carnavales a lo grande, no faltan en las calles las familias
que juegan con sus globos llenos de agua, o sus baldes de
pintura y su infaltable talco; las comparsas bailan y cantan a
viva voz por última vez en el año; y los "corta montes" al igual
que todo, llegan a su fin.
PUQLLAY
Puqllay, que es juego y duelo -duelo entre dos que compiten
pero que no se eliminan-, es una suerte de carnaval
indígena, que se inicia luego del solsticio de verano, que se
cumple en diciembre y que coincide con Navidad. A partir de
enero se llevan a cabo una serie de actividades festivas que
forman parte del puqllay. Estas incluyen el cambio de
autoridades comunales, luego de las celebraciones de
"compadres y comadres", después la llegada de las lluvias,
el florecimiento de las plantas y el apareamiento de los
animales. Y entonces coinciden estas celebraciones
rituales andinas con el carnaval llegado de occidente. Los
carnavales andinos desbordan, pues, el concepto de
carnaval europeo, reafirmando los lazos familiares, sociales,
culturales y desarrollando los lenguajes artísticos propios.
Ni aún en la época más violenta, entre 1980 y 1990, se
dejó de celebrar carnavales. Al contrario, la tensa
situación social y política, la violación sistemática de
los derechos humanos, la amenaza permanente contra
la vida y la libertad, hicieron que las comparsas
expresaran, cantando, todo aquello que no se podía
decir abiertamente por miedo a la represalia, que podía
venir tanto de los grupos terroristas como de la policía,
los grupos paramilitares o del ejército y sus comandos
especializados.
CANCIONES DE CARNAVAL
Las canciones de carnaval, así como los huainos (waynos),
se constituyeron entonces en la mejor manera para la
denuncia social:
 Esta vida ya no es vida, para los
ayacuchanos/ yaraqaywampas
kuskallaña / wayñuywampas kuskallaña (estamos muy
juntos con el hambre / hermanados coin la muerte)
(Carnaval del Centro Folclórico de Pacayccasaq).
 Accomarca llaqta, Qunipampa llaqta / yawar mayulla
currillaqta / sangre inocente (pueblo de Accomarca,
pueblo de Qunipampa / corren ríos de sangre / sangre
de inocentes) (Moyobamba campesino, de Jorge
Gamboa).
El tema de las desapariciones se encuentra también en los
versos, mayormente vividos en el periodo de terrorismo.
 Killapas watapas pasanñam / ¡maypiñaraq? / ranrapa
ukunpiñachu / allpayachkan / kichkapa
chawpinpiñachu / qurayachkan (Meses y años han
pasado / ¿dónde estará? / acaso dentro de los
pedregales / volviéndose tierra, o en medio de las
espinas / ya brotando como hierbas) (Huamanguino de
Ranulfo Fuentes).

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