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Características
Procedencia
Caducidad
Finalidad
Pretensión
Titular
Origen
Intervención de terceros
Competencia judicial
Facultades del juzgador
Sentencia y efectos
Jurisprudencia
Normatividad
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CONTROVERSIAS CONTRACTUALES
Los actos proferidos antes de la celebración del contrato, con ocasión de la actividad
contractual, podrán demandarse en los términos de los artículos 137 y 138 de la ley 1437 de
2011, según el caso.
El Ministerio Público o un tercero que acredite un interés directo podrán pedir que se declare
la nulidad absoluta del contrato. El juez administrativo podrá declararla de oficio cuando esté
plenamente demostrada en el proceso, siempre y cuando en él hayan intervenido las partes
contratantes o sus causahabientes”.
Características.
• Titular: Cualquier parte del contrato (El Estado o el particular), los causahabientes de
los contratistas, el Ministerio Público o el tercero que acredite interés directo en el
contrato.
• Jurisdicción: Contencioso.
• Caducidad: 2 años a partir del día siguiente a la ocurrencia de los motivos de hecho
o de derecho que les sirvan de fundamento a los contratos.
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• Naturaleza de la sentencia: Declarativa y de Condena.
Procedencia.
• Incumplimiento contractual.
Los actos proferidos antes de la celebración del contrato, con ocasión de la actividad
contractual, podrán demandarse en los términos de los artículos 137 y 138 de la ley 1437 de
2011, de simple nulidad y nulidad y restablecimiento del derecho, es decir, que no procede el
mecanismo de controversias contractuales cuando se pretenda demandar esos actos.
Caducidad.
El artículo 164 de la ley 1437 de 2011 señala que la caducidad de la acción de controversias
contractuales es de 2 años contados a partir del día siguiente a la ocurrencia de los motivos
de hecho o de derecho que les sirvan de fundamento a los contratos.
Cuando se pretenda la nulidad absoluta o relativa del contrato, el término para demandar será
de dos (2) años que se empezarán a contar desde el día siguiente al de su perfeccionamiento.
En todo caso, podrá demandarse la nulidad absoluta del contrato mientras este se encuentre
vigente.
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• En los que no requieran de liquidación, desde el día siguiente al de la terminación del
contrato por cualquier causa;
• En los que requieran de liquidación y esta sea efectuada de común acuerdo por las
partes, desde el día siguiente al de la firma del acta;
Finalidad.
Pretensión.
La acción relativa a contratos tiene como contenido varias pretensiones pues, el conflicto
derivado del contrato estatal tiene distintas modalidades.
Nulidad del contrato: Un contrato estatal puede resultar viciado de nulidad absoluta por las
causales previstas en el artículo 44 de la ley 80 de 1993, que recoge las consagradas en los
artículos 1740 y 1741 del Código Civil, algunas de las cuales resultan reiteradas en las
específicas del estatuto de contratación pública. Se denomina absoluta por su carácter no
saneable, es decir, por haberse incurrido en unos vicios para los cuales la ley resta todo valor
jurídico, otorgando la más grave de las sanciones legales.
Por consiguiente, en presencia de uno cualquiera o de varios de los vicios establecidos como
causal de nulidad absoluta, la pretensión debe descomponerse en dos partes:
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• La petición de nulidad total o parcial del contrato estatal, ya que el vicio puede no
afectar todo el clausulado contractual, a menos que no pueda subsistir sin la parte
viciada.
Nulidad relativa del contrato: Todo vicio o irregularidad que no constituya vicio de nulidad
absoluta al tenor de lo dispuesto por el derecho común, es constitutivo de nulidad relativa. El
vicio de nulidad relativa también conlleva la petición de nulidad del contrato con la condena a
realizar las restituciones mutuas, conforme el mismo régimen descrito en el punto anterior.
Existencia del contrato: Tal evento resulta necesario cuando el contrato no se encuentra
documentado y el interesado requiera el reconocimiento judicial de su relación contractual.
Cuando la relación contractual ha sido verbal, lo que puede fácil y legalmente ocurrir en el
evento de la contratación de urgencia manifiesta, y cuando sin observar las reglas sobre el
procedimiento para la celebración de un contrato la autoridad simplemente ordena o instruye
verbalmente sobre su ejecución a quien asume la condición material de contratista. En estos
casos y si la entidad pública no reconoce y paga la prestación al contratista, éste no tiene otra
opción que acudir a la jurisdicción para que sea esta la que por declaración y por condena
satisfaga sus pretensiones discutidas e insatisfechas.
Se solicita que se revisen los términos económicos del contrato y, como consecuencia, que
se hagan las declaraciones y se dispongan las condenas necesarias con dicho fin: Mayores
valores unitarios, valor de la obra adicional, valor de la mayor estadía en sitio de obra,
diferencia en precios por aumento de los vigentes en el mercado al momento de la
celebración, etc., con la metodología del daño emergente y del lucro cesante ya descritos.
Incumplimiento del contrato: Todo incumplimiento puede generar daño emergente y lucro
cesante a la parte cumplida en el contrato. Si el contrato es bilateral, llevará tácita la condición
resolutoria, Por consiguiente, la parte cumplida podrá demandar, la resolución del contrato
con la indemnización de perjuicios, o exigir ejecutivamente su cumplimiento, con la
indemnización de perjuicios.
Nulidad y restablecimiento del derecho: Cuando el conflicto surja por la expedición de un acto
administrativo expedido por la entidad contratante durante la etapa de la ejecución del
contrato, así la acción que deba ejercerse sea la relativa a contratos. El conflicto contractual
puede haberse originado en la declaratoria de caducidad administrativa del contrato, o en su
terminación, modificación o interpretación unilaterales, o en la imposición de una multa, etc.
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En tal caso se ejerce la acción relativa a contratos a pesar de que la pretensión es la de
nulidad con restablecimiento del derecho o reparación del daño, según el caso, y como quedó
ya descrito.
Son actos administrativos que nacen viciados por cualquiera de las causales de nulidad
previstas por el artículo 137 de la ley 1437 de 2011, como son:
• Cuando hayan sido expedidos con infracción de las normas en que debían fundarse;
Liquidar un contrato es cerrar sus cuentas, previo balance del cumplimiento de las
prestaciones de las partes. No todo contrato exige liquidación, como son los casos de la
compra venta, la permuta, la donación, ciertos contratos de prestación de servicios; pero otros
sí la requieren, como el de obra, el de interventoría, algunos de consultoría, el de concesión,
el de suministro, entre los principales, pues en estos es necesaria la verificación de la
ejecución y de las especificaciones técnicas del objeto, así como la de los pagos parciales
que se hubieren efectuado durante su vigencia.
Titular.
La acción relativa a contratos está en cabeza de las partes en el negocio jurídico. En este
caso se necesita tener y probar el interés en el litigio pues se exige legitimación en causa,
aún para ejercerla con la pretensión de nulidad absoluta del contrato. Resultan, por tanto,
titulares de la misma, los siguientes sujetos y entidades:
Parte contratante: Conformada por la entidad o las entidades públicas que lo hayan
celebrado, teniendo en cuenta que del artículo 2º de la ley 80 de 1993 resulta el listado de
aquellas a quienes se les aplica el estatuto contractual público y que, por ende, tienen
concedida por la ley la facultad para celebrarlo.
Parte contratista: Conformada, por regla general, por particulares que celebren y suscriban.
Contratos, estos, a su vez, pueden ofrecer las siguientes modalidades:
• Persona natural.
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• Persona jurídica de cualquier tipo, como una sociedad, una cooperativa, asociación,
fundación, empre unipersonal, fiducia, consorcio, unión temporal, entidades públicas.
Otros sujetos o entidades: La acción relativa a contratos puede resultar ejercida por quien no
conforma las partes principales del mismo. Se pueden mencionar los casos de los
aseguradores o garantes y de los subcontratistas. De todas maneras, en ambos casos,
estamos frente de quienes pueden tener algún interés en el resultado del conflicto o,
simplemente, de quienes hubieren sufrido un perjuicio con la celebración o ejecución o
liquidación del contrato.
Origen.
El conflicto surge del contrato estatal, en cualquiera de sus tres etapas: precontractual, que
se surte con anterioridad a su celebración, para la selección del contratista. Son los casos
de los actos de apertura, de cierre o de declaratoria de desierto del proceso de selección, o
de adjudicación del contrato. En estos eventos cualquiera de los sujetos o entidades
participantes. Etapa contractual, esto es ejecución o cumplimiento, que se extiende desde su
celebración hasta el vencimiento del término de su duración. Lo mismo ocurre si el litigio surge
en la etapa postcontractual, entre el instante de su terminación y la liquidación, según el caso.
En tal evento debe ejercerse como acción relativa a contratos, aunque una de las peticiones
sea la referida a la nulidad del acto administrativo que aprueba la liquidación, con el
restablecimiento del derecho o la reparación del daño, respectivamente.
Intervención de terceros.
En el proceso puede hacerse parte todo aquel que tenga y demuestre un interés en el litigio,
demostrando su legitimación. Tales serían los casos de los subcontratistas, aseguradores y
garantes. El artículo 224 del CPACA prevé que cualquier persona que tenga interés directo,
podrá pedir que se la tenga como coadyuvancia o impugnadora, litisconsorte o como
interviniente ad excludendum.
El coadyuvante podrá efectuar los actos procesales permitidos a la parte que ayuda, en
cuanto no estén en oposición con los de esta y no impliquen disposición del derecho en litigio.
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De la demanda del litisconsorte facultativo y el interviniente ad excludendum, se dará traslado
al demandado por el término establecido en el artículo 172 de este Código.
Competencia judicial.
• De los relativos a los contratos, cualquiera que sea su régimen, en que sea parte una
entidad pública en sus distintos órdenes o un particular en ejercicio de funciones
propias del Estado, y de los contratos celebrados por cualquier entidad prestadora de
servicios públicos domiciliarios en los cuales se incluyan cláusulas exorbitantes,
cuando la cuantía exceda de quinientos (500) salarios mínimos legales mensuales
vigentes.
• De los relativos a los contratos, cualquiera que sea su régimen, en que sea parte una
entidad pública en sus distintos órdenes o un particular en ejercicio de funciones
propias del Estado, y de los contratos celebrados por cualquier entidad prestadora de
servicios públicos domiciliarios en los cuales se incluyan cláusulas exorbitantes,
cuando la cuantía no exceda de quinientos (500) salarios mínimos legales mensuales
vigentes.
El juzgador tiene facultades para disponer las declaraciones y condenas necesarias para
satisfacer la pretensión que corresponda, en consonancia con las formuladas en la demanda,
por tratarse de un contencioso de tipo indemnizatorio que impide las declaraciones y
condenas ultra o extra petita, efectuando la confrontación del contrato con la legalidad vigente
y con los hechos relacionados con la controversia.
En cuanto a la nulidad absoluta del contrato, en virtud de lo dispuesto por el artículo 1742 del
Código Civil, esta puede y debe ser declarada por el juez, aunque no medie petición de parte,
si el vicio aparece manifiesto en el contrato, cualquiera que sea el proceso o actuación en
que aparezca incorporado.
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Sentencia y efectos.
Si la sentencia acoge las pretensiones del demandante, será de condena, incluyendo las
costas judiciales de la parte vencida, en las condiciones previstas por el artículo 188 del
CPACA. En cuanto a la responsabilidad y la nulidad absoluta o relativa, tiene caracteres
declarativos.
Esta sentencia hace tránsito a cosa juzgada frente a otro proceso que tenga el mismo objeto
y la misma causa y siempre que entre ambos haya identidad jurídica de partes. Con efectos
inter partes, salvo lo concerniente a la nulidad, que surte efectos erga omnes.
Jurisprudencia.
Normatividad.
Código Civil.
Ley 80 de 1993.
Decreto 19 de 2012.
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