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ANÁLISIS DE LA NORMATIVA AMBIENTAL EN

BOLIVIA.
By: FUNDACIÓN SÓLON 2020

La Ley de Medio Ambiente 1333, promulgada el 27 de abril 1992,


inició la legislación ambiental nacional que contempla la EIA.
La Ley 1333 que se encuentra vigente, define la Evaluación de
Impacto Ambiental (EIA), enumera las actividades que pueden
degradar el medio ambiente, establece cuatro categorías para
la realización o no de Estudios de Evaluación de Impacto
Ambiental (EEIA), crea la Declaratoria de Impacto Ambiental
(DIA) que es la forma principal de Licencia Ambiental, define
mecanismos de participación ciudadana y establece infracciones
administrativas y delitos ambientales.
En 1995 se promulgaron seis reglamentos a la Ley 1333. Los dos
principales que tienen que ver con la EIA son el Reglamento
General de Gestión Ambiental (RGGA) y el Reglamento de
Prevención y Control Ambiental (RPCA).
El RGGA establece que no se puede iniciar una actividad, obra
o proyecto sin la respectiva Licencia Ambiental y desarrolla
las infracciones, sanciones y multas. El RPCA desarrolla los
procedimientos de Evaluación de Impacto Ambiental, la Ficha
Ambiental, la categorización, el Estudio de Evaluación de
Impacto Ambiental, la Licencia Ambiental y diferentes
mecanismos de seguimiento y adecuación.
A lo largo de más de dos décadas los reglamentos de la Ley de
Medio Ambiente han sido en general debilitados a pesar de que
en el país se dieron pasos importante con la incorporación a
la legislación nacional de la Declaración de las Naciones
Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (2008), la
promulgación de la nueva Constitución Política del Estado
(2009), la Ley de Derechos de la Madre Tierra (2010), la Ley
Marco de la Madre Tierra y el Desarrollo Integral para Vivir
Bien (2012) y otras disposiciones nacionales e internacionales.
La Constitución Política del Estado del 2009 señala que “las
políticas de gestión ambiental se basarán en (…) la aplicación
de los sistemas de evaluación de impacto ambiental y el control
de calidad ambiental, sin excepción y de manera transversal a
toda actividad de producción de bienes y servicios que use,
transforme o afecte a los recursos naturales y al medio
ambiente” (Art. 345.2). Así mismo establece que “las personas
tienen derecho a un medio ambiente saludable, protegido y
equilibrado. El ejercicio de este derecho debe permitir a los
individuos y colectividades de las presentes y futuras
generaciones, además de otros seres vivos, desarrollarse de
manera normal y permanente” (Art. 33).
La Ley de Derechos de la Madre Tierra amplia el derecho humano
al medio ambiente a los derechos de todos los componentes de
la Madre Tierra. Señala que “El ejercicio de los derechos
individuales están limitados por el ejercicio de los derechos
colectivos en los sistemas de vida de la Madre Tierra” (Art.
6). Establece que el Estado Plurinacional de Bolivia tiene la
obligación de “Desarrollar políticas públicas y acciones
sistemáticas de prevención, alerta temprana, protección,
precaución, para evitar que las actividades humanas conduzcan
a la extinción de poblaciones de seres, la alteración de los
ciclos y procesos que garantizan la vida o la destrucción de
sistemas de vida, que incluyen los sistemas culturales que son
parte de la Madre Tierra” (Art. 8.1).
Esta visión no fue incorporada ni recogida en ninguno de los
reglamentos que se emitieron posteriormente en relación a la
EIA. Por el contrario se debilitó la normativa para permitir
actividades en áreas protegidas, se flexibilizó la presentación
de la Ficha Ambiental, la categorización, la realización de
EEIA, la consulta pública y otros aspectos fundamentales.

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